Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Proyectos de Ley

Debate y votación del dictamen de la Comisión de Educación y Cultura sobre el proyecto de ley del patrimonio cultural aragonés.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 100 de Plenos (IV Legislatura)
Intervinienen: Calvo Pascual, Marta - Bernal Bernal, Chesus - Rubio Ferrer, Felix - Caudevilla Arregui, Norberto - Abos Ballarin, Angela

El señor PRESIDENTE: Se inicia la sesión plenaria de estas Cortes de Aragón [a las diez horas y quince minutos] correspondiente a los días 25 y 26 de febrero de 1999.

El primer punto del orden del día es el debate y votación del dictamen de la Comisión de Educación y Cultura sobre el proyecto de ley del patrimonio cultural aragonés.

Para la presentación del dictamen, tiene la palabra un miembro de la Comisión, Diputada Marta Calvo.

La señora Diputada CALVO PASCUAL: Gracias, Presidente.

Señorías, no son muchas las ocasiones en las que el trabajo parlamentario proporciona momentos de tanta satisfacción como éste que quien les habla tiene la oportunidad de disfrutar hoy.

Entiendo como un honor el que me corresponda presentar en esta cámara, para su debate y votación, el dictamen relativo al proyecto de ley de patrimonio cultural de Aragón. Un proyecto de ley necesario, esperado, en cuyo proceso de elaboración uno experimenta la trascendencia de desarrollar nuestra capacidad de elaboración y de legislación en nuestra comunidad autónoma. Así creo que lo hemos sentido todos los ponentes que hemos trabajado en el proyecto, a juzgar por el esfuerzo y la intensidad del trabajo que hemos desarrollado.

En principio, la tarea, ante este proyecto de ley, no se presentaba fácil: el proyecto de ley nacía acompañado de un texto alternativo, del que, aun habiendo sido rechazado, pretendíamos entresacar todo aquello que viniese a mejorar el texto inicial.

Generosidad por las partes y un constructivo ánimo de consenso han sido las constantes que han marcado el trabajo en la ponencia. A eso, añadido, además, el inconformismo, el carácter inconformista de todos los ponentes, que en las primeras reuniones decidimos ya alterar la ordenación del proyecto, dotándolo de una configuración considerablemente nueva y diferente a la que presentaba cuando llegó a nuestras manos.

El resultado no podría haber sido el mismo, sin ninguna duda, sin la ayuda, el interés, el rigor y el buen hacer de la letrada de la ponencia, Vega Estella, a quien quiero agradecer en estos momentos, sinceramente, toda la profesionalidad que nos ha brindado.

Doscientas veintiocho enmiendas se presentaron a este proyecto de ley. De ellas, ciento cuarenta y tres (el 63% de las mismas) fueron aprobadas por unanimidad, utilizando ciento ocho de éstas como base para redacción y redacciones de consenso. Cuarenta fueron retiradas a lo largo del proceso de la ponencia, y tan sólo cuarenta y una (el 18%) fueron votadas con diferentes criterios.

Fruto de ese esfuerzo y de ese amplio consenso, traemos hoy un texto a esta cámara que diseña una política cultural y sienta las bases para investigar, proteger, conservar, incrementar, difundir y fomentar los bienes culturales de nuestra comunidad autónoma, desde una concepción amplia, moderna, del patrimonio, entendido como testimonio de la identidad y de la trayectoria histórica de nuestro pueblo, cuya transmisión a las generaciones futuras debemos garantizar.

Y, al mismo tiempo, entendido también como un factor de progreso, de desarrollo sostenible para Aragón, y como un bien sobre el que se consolida la creación cultural y la formación dinámica de un nuevo patrimonio.

Se establecen en el proyecto de ley tres categorías que engloban todos los bienes materiales e inmateriales relacionados con la historia y la cultura de Aragón: los declarados de interés cultural, los catalogados y los inventariados, que pasan a integrar el censo general del patrimonio cultural de Aragón, instrumento básico de protección creado por la ponencia.

Desde esta perspectiva se establecen también tres grados diferentes de protección y conservación, recogiendo con claridad el régimen aplicable en cada caso, en función, además, de si se trata de bienes inmuebles, muebles o inmateriales.

Un tratamiento diferenciado recibe el patrimonio paleontológico y el arqueológico, visión que se completa con la introducción, por parte de la ponencia, de un nuevo título dedicado al patrimonio industrial y etnográfico, con especiales previsiones para la salvaguarda de los bienes inmateriales.

Conviene destacar también, como una de las novedades importantes incorporadas al texto inicial, la creación del Consejo Aragonés del Patrimonio Cultural, órgano consultivo y asesor que ha de propiciar la acción coordinada entre las administraciones en la conservación y el acrecentamiento de nuestro patrimonio.

La redefinición de las comisiones provinciales e instituciones consultivas y la supresión de las comisiones asesoras, como consecuencia de la introducción de la figura del Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón, bajo la fórmula de una disposición adicional, cuya creación, constitución, competencias y funcionamiento habrán de ser regulados por una ley específica.

Entre las medidas de fomento, la ponencia ha incorporado la posibilidad de la colaboración con los particulares.

Por lo que respecta al régimen sancionador, se han redefinido las infracciones e intensificado las sanciones; se han clarificado, además, los sujetos responsables de la infracción, así como las circunstancias atenuantes y agravantes que pueden darse.

Se han introducido, desde el trabajo de la ponencia, dos nuevas disposiciones adicionales: una dedicada a la formación y a la cualificación permanente del personal encargado de la custodia del patrimonio, y otra que posibilita la actuación de las sanciones previstas, y una disposición final, que establece la elaboración de una ley de lenguas para regular la cooficialidad del aragonés y del catalán.

Así mimo, cabe destacar la corresponsabilización establecida en el disfrute, en la salvaguarda y en la conservación del patrimonio a distintos niveles. Por una parte, se profundiza en la colaboración de las asociaciones culturales con la administración; por otra, se faculta a los municipios para poder declarar monumentos de interés local, implicándolos en la tutela y contemplándose la posibilidad de delegación, por parte de la comunidad autónoma, de parte de sus correspondientes competencias, y, por último, se establece la colaboración de las instituciones eclesiásticas en la conservación y en la difusión del patrimonio que esté en su posesión.

Se recoge, así mismo, el proceso para hacer uso de los derechos de tanteo y retracto por parte de la administración, y la utilización de todos los medios disponibles para asegurar el retorno de los bienes que se hallen fuera de nuestro territorio.

Especial atención ha recibido también el desarrollo de una política educativa, por parte del gobierno, que fomente el estudio de nuestro patrimonio, a fin de que sea conocido y debidamente valorado por toda la ciudadanía.

En definitiva, el proyecto de ley que hoy sometemos a votación ante este Pleno constituye, gracias al buen hacer de todos y cada uno de los ponentes de los diferentes grupos parlamentarios, un instrumento legal adaptado a la especificidad de nuestra comunidad autónoma, que regula los mecanismos de protección, que proporciona instrumentos de planificación, incrementa la seguridad jurídica y amplía el ámbito de implicación en la conservación y en el disfrute de nuestro patrimonio, concebido, como decía, desde una visión moderna, desde una visión amplia y desde una visión dinámica del mismo.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Un momento, por favor, Diputada.

¿Va a defender el voto particular del Grupo Parlamentario del Partido Popular?

La ordenación del debate la vamos a hacer, como es costumbre, si no hay inconveniente, con una intervención de cada grupo en defensa de todas las enmiendas o votos particulares que puedan tener.

Al artículo 6 bis, incluido por la ponencia a partir del artículo 4, hay un voto particular del Grupo Parlamentario del Partido Popular, frente al texto transaccional elaborado con la enmienda número 39, del Grupo Parlamentario Mixto.

Para la defensa del voto particular, tiene la palabra, Diputada.

La señora Diputada CALVO PASCUAL [desde el escaño]: Señor Presidente.

Haremos un turno en contra, en el que además aprovecharemos para defender los votos particulares del Grupo Popular.

El señor PRESIDENTE: Pero es que el primer punto que hay que defender es el voto particular de su grupo, frente a la enmienda 39, del Grupo Mixto; por eso le decía que no abandonase la tribuna.

Puede hacerlo desde el escaño, si lo prefiere.

La señora Diputada CALVO PASCUAL: Bien; defenderé entonces ese voto particular de forma específica, y después aprovecharé para defender el conjunto, a la vez que haga el turno en contra al resto de las enmiendas y votos particulares mantenidos.

El Grupo Parlamentario del Partido Popular planteó un voto particular a las enmiendas números 39 y 194, de Chunta Aragonesista, porque, aun estando convencidos desde la más absoluta convicción de que las lenguas y las modalidades lingüísticas que se hablan en nuestra comunidad autónoma son una parte importante de nuestro patrimonio cultural, una parte importante de nuestro patrimonio que requiere medidas de protección, de conservación, de investigación, de promoción y de enseñanza, no compartimos la decisión que han adoptado el resto de los grupos al introducir una disposición final, en la que, desde esta ley de patrimonio, se invoca la elaboración de una ley, y no solamente se invoca la elaboración de una ley de lenguas, que nosotros consideramos que se debe elaborar, sino que se marcan y se establecen los términos en los que se tiene que definir dicha ley.

Por tanto, consideramos que ese patrimonio debe recibir un tratamiento especial (como lo reciben ya el resto de los bienes inmateriales que contempla el proyecto de ley); pero, como digo, no entendemos que desde esta ley se invoque la elaboración de otra que tenga necesariamente que regular su cooficialidad, porque estamos acotando ya los términos de dicho texto legal.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Turno en contra: Grupo Parlamentario Mixto. [Pausa.]

El Grupo Parlamentario Popular va a defender todas las enmiendas o votos particulares.

La señora Diputada CALVO PASCUAL: Gracias, Presidente, nuevamente.

El Grupo Parlamentario del Partido Popular ha mantenido escasos votos particulares. Uno de ellos, al texto transaccional elaborado con las enmiendas números 58, de Chunta Aragonesista, y 151, del Grupo Parlamentario Socialista, que dan lugar a la disposición final segunda ter, que, como decía, hace otro mandamiento legal del mismo tenor del que comentábamos hace un momento.

La disposición final segunda ter mandata la elaboración de una ley para regular la creación del Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón, y consideramos que las funciones que en principio podrían corresponder a dicho instituto las podría desarrollar el Consejo Aragonés del Patrimonio Cultural, como ocurre en otras comunidades autónomas. Es la experiencia de Andalucía, la experiencia de Castilla-La Mancha o la experiencia de Cataluña.

En consecuencia, mantenemos también un voto particular a la enmienda número 66, de Chunta Aragonesista, que plantea la desaparición de las comisiones asesoras, y que, desde nuestro planteamiento de consejo asesor-comisiones provinciales, tienen pleno sentido y pleno significado.

Por otra parte, no nos parece tampoco apropiado establecer por ley la denominación de un museo (el de la ciencia y de la técnica), cuando el departamento dispone de un borrador de un proyecto basado en el mismo concepto, pero con una denominación diferente para ese mismo museo.

Por eso mantenemos un voto particular al texto transaccional elaborado a partir de la enmienda número 175, a pesar de que, como hicimos ya en comisión y para evitar la desaparición de todo el artículo completo que afecta al patrimonio industrial, vamos a abstenernos, como hicimos ya -como digo- en la comisión.

Y, por último, con respecto a los dos votos particulares que planteaba hace un momento, los referidos a las enmiendas 39 y 184, de Chunta Aragonesista, como decía, desde la más absoluta convicción de la defensa de la protección, el fomento y la enseñanza de las lenguas y modalidades lingüísticas de Aragón, no comprendemos que desde esta ley de patrimonio se deban regular ya los términos de la futura ley que se elabore.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Ahora sí, el turno del Grupo Parlamentario Mixto.

Diputado Bernal, tiene la palabra.

Para el turno en contra de este voto particular y todas las demás enmiendas.

El señor Diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor Presidente.

Señorías, creo que hoy es un día muy importante para el patrimonio cultural aragonés.

Quiero, en primer lugar, manifestar la retirada, en nombre de mi grupo, de los votos particulares a la enmienda número 13, a la enmienda número 14 y a la enmienda número 17.

Y voy a centrar mi intervención en el turno en contra de los votos particulares que el Grupo Popular, como ha explicado la Diputada Calvo, mantiene frente a enmiendas de Chunta Aragonesista.

¿Qué significa esto? Pues que hoy, señora Calvo, casi la entiendo a usted en su función habitual, porque esto significa que a Chunta Aragonesista no le queda ni una sola enmienda que defender.

Lógicamente, es en la primera ley en la que me encuentro con una situación como ésta, porque normalmente tengo que estar -y ustedes me oyen- defendiendo enmiendas a los proyectos de ley. Significa esto que todas las enmiendas de Chunta Aragonesista, todas, han sido admitidas, han sido transaccionadas o han sido retiradas.

¿Qué significa esto? Significa, señorías, que en nombre de Chunta Aragonesista tengo que decir que estamos orgullosos del trabajo que esta ponencia ha hecho. Y en la tramitación de esta ley creo que todos los grupos, todos, hemos hecho un gesto, un esfuerzo por el diálogo, por la flexibilidad, importantísimo, todos los grupos. Y creo que todos los grupos, hoy, hacemos un servicio a la sociedad aragonesa con la aprobación de esta ley. Una ley que, desde nuestro punto de vista, es angular en el diseño político, y no sólo de política cultural, de un Gobierno de Aragón.

Me explicaré: señorías, las manifestaciones culturales son, por un lado, reflejo, pero también por otro producto de la personalidad de un determinado grupo sociocultural a lo largo de determinadas épocas de su historia. Eliminar esas manifestaciones o -dicho de otra manera- dejarlas perecer (lo cual viene finalmente a ser lo mismo), ya sea por desconocimiento, por insensibilidad, por desidia, son formas de contribuir al desarraigo y a la despersonalización.

Desde hace varios siglos, la desaparición progresiva de manifestaciones culturales, reflejo de un fondo cultural colectivo, ha ido ligada en Aragón a la pérdida de autonomía y unidad política, a la desvertebración económica y, en suma, a la dependencia de otros territorios y de otros planteamientos culturales.

La historia de la humanidad, señorías, ofrece innumerables ejemplos -y, por cierto, todos ellos con consecuencias poco provechosas para los grupos humanos afectados- de que pérdida de patrimonio cultural y alienación cultural van de la mano. Y, cuando pérdida de patrimonio cultural y alienación cultural van de la mano, también va de la mano la pérdida de la identidad colectiva.

He ahí, por lo tanto, una de las claves de lo que significa la diversidad cultural y los componentes socioculturales que conlleva. He ahí, señorías, la ineludible conexión de la identidad cultural, del hecho cultural diferencial, con el entorno humano original de la comunidad, del grupo humano, del grupo sociocultural que se sirve de ese instrumento concreto de expresión y de manifestación.
Señorías, el artículo 35.1.33 del Estatuto de Autonomía vigente otorga a la comunidad autónoma competencias exclusivas en patrimonio cultural y, a pesar de ello, diecisiete años han tenido que pasar para que tengamos una ley que regule esa competencia exclusiva que tenemos desde el Estatuto del año ochenta y dos: desde 1982 hasta el noventa y nueve no hemos dispuesto de ley de patrimonio cultural.
Con ocasión de la interpelación que realizamos, y que está en el origen de este proyecto de ley, al Consejero de Educación y Cultura, nosotros planteábamos tres cuestiones fundamentales, tres preguntas que, desde nuestro punto de vista, son y eran resumen, síntesis, denominador común y raíz de toda la cantidad de iniciativas que sobre patrimonio habíamos desarrollado. Y esas tres preguntas eran: ¿cuál era la voluntad política del gobierno?; segundo, ¿qué pasaba con la ley?, y, tercero, ¿de qué instrumentos queríamos dotarnos?
Con la ley que hoy vamos a aprobar aquí demostramos que las Cortes de Aragón -y, en consecuencia, a partir de ahora el gobierno, que también tendrá que cumplir con la ley- manifiestan su voluntad política de actuar en patrimonio cultural, y manifiestan esa voluntad a través de un texto legal. En segundo lugar, sobre la ley vamos a disponer ya, por fin, un marco normativo que permita llevar a cabo un plan integral para nuestro patrimonio cultural. Y, en tercer lugar, nos dotamos de instrumentos para actuar sobre ese patrimonio cultural.
¿Cuáles son esos instrumentos? El primero e ineludible, que el gobierno deberá plantear (porque así se dice en la ley), es el plan de actuación, unos planes de actuación que conllevarán, como dice la ley, calendarios y previsiones presupuestarias plurianuales, y que prevén otros instrumentos, como el Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón, las declaraciones de bienes de interés y de conjuntos de interés cultural, el control en las restauraciones, la coordinación con otras instituciones y asociaciones culturales y el inventariado, el catalogado y el censado de todo el patrimonio cultural aragonés.
Señorías, si disponemos ya de criterios con la ley, disponemos de planes que se obliga a realizar al gobierno por parte de esta ley y disponemos de las actuaciones, tendremos, por fin, una política general en patrimonio cultural de Aragón.
Es decir, señorías, el patrimonio cultural deja de ser visto como una carga pesada -por eso, el Ministerio de Cultura se dio tanta prisa en transferirlo, porque lo veía en el fondo como una carga pesada-, y dejamos de verlo como una carga pesada también desde las instituciones aragonesas, para aprovechar este patrimonio como una alternativa, una alternativa casi única, por cierto, para algunas comarcas, como una inversión de futuro para buena parte de nuestro territorio.
Señorías, el turno en contra de Chunta Aragonesista a los votos particulares que la Diputada Calvo ha defendido se centran, precisamente, en la intervención que acabo de tener.
La Diputada Calvo ha defendido un voto particular contra la enmienda 39, de Chunta Aragonesista, aprobada. Esa enmienda (artículo ya de la ley) es la que dice que el aragonés y el catalán, lenguas minoritarias de Aragón, en las que están comprendidas las diversas modalidades lingüísticas, serán objeto de protección. Esa es la enmienda 39, la primera.
Señorías, había un pacto de caballeros -bueno, de caballero y de señora, en este caso- entre quien les habla y la Diputada Calvo. Cuando comenzó el trámite de esta ponencia, Diputada Calvo, yo manifesté públicamente que esta enmienda era una enmienda de cautela, exclusivamente. Estamos hablando del año noventa y ocho (mitad del año noventa y ocho), y hasta finales del año noventa y ocho disponía el Gobierno de Aragón de una enésima oportunidad de remitir una ley de lenguas aquí. Yo dije: esta es una enmienda de cautela. Si el gobierno cumple antes con la obligación que tiene fijada por las Cortes de remitir una ley de lenguas, yo retiraré esa enmienda. Así lo dije.
Pero como me temía que el Gobierno de Aragón no iba a cumplir, y yo puse esta enmienda como cautela, el Gobierno de Aragón no cumplió y yo mantuve esta enmienda. Y por eso esta enmienda (con la otra de la disposición final segunda bis) forma parte de esta ley, igual que forman parte las referencias a la ley de parques culturales, o a la ley de archivos, museos y bibliotecas. Estamos en una ley marco, en una ley general, que fija el contexto de actuación en patrimonio cultural, y que tiene que contemplar todo el patrimonio en la propia ley o en leyes que lo desarrollan, y una de esas leyes que lo desarrollan es la ley de parques culturales, otra la de archivos, bibliotecas y museos, y otra deberá ser la ley de lenguas. La ley de lenguas, porque todavía no está ni remitida a esta cámara.
También mantengo el turno en contra del voto particular del Grupo Popular a la enmienda 66, de Chunta Aragonesista: la enmienda 66 al artículo 16. Justamente la enmienda de Chunta Aragonesista plantea la supresión de ese artículo 16, y así ha sido aprobado en ponencia y también en comisión. ¿Por qué?
Este artículo 16, señorías, es el que habla de comisiones asesoras, y, fíjense, disponemos de los instrumentos siguientes: comisiones provinciales de patrimonio, instituciones consultivas, consejo del patrimonio cultural de Aragón e instituto del patrimonio y de la cultura de Aragón. Nosotros entendemos que, con esas cuatro patas la mesa del patrimonio, en cuanto a creación de instancias, son suficientes, y que desde luego no requerimos más comisiones asesoras. Hay consultivas: está el consejo general, está el instituto de la cultura. Aquí, el problema de fondo es que, como la Diputada Calvo ha mantenido, ella (y su Grupo) está en contra de la creación del instituto de la cultura, que sí que tiene las funciones asesoras que, en un principio, el proyecto de ley remitido por el gobierno otorgaba a esas comisiones asesoras. Lo único es que el Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón tiene más funciones interdisciplinares, bastantes más de las que tenían esas comisiones asesoras.
Por eso nosotros pedimos la supresión de ese artículo 16, así ha sido aprobado, y por eso mantenemos el turno en contra de este voto particular del Grupo Popular.
Y, finalmente, señorías, utilizamos el turno en contra del voto particular del Grupo Popular a la enmienda 194, de Chunta Aragonesista, el que se refiere a la disposición final segunda bis a la que me refería. Este es el que sí que prevé cómo deberá ser esa ley de lenguas, pero tampoco dictamina los detalles, lógicamente; lo único que marca (igual que en la ley de parques culturales o la de archivos, bibliotecas y museos) es el terreno de juego, igual que la ley que deberá crear el Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón; crea exclusivamente el marco de juego, pero deja que esa ley regule.
Y bien: esos dos textos, señorías, la disposición final segunda bis, denominada «lenguas de Aragón», dice: «Una ley de lenguas de Aragón proporcionará el marco jurídico específico para regular la cooficialidad del aragonés y el catalán, lenguas minoritarias de Aragón, así como la efectividad de los derechos de las respectivas comunidades lingüísticas, tanto en lo referente a la enseñanza de y en la lengua propia, como a la plena normalización del uso de estas dos lenguas en sus respectivos territorios». Como digo, señorías, esto se mantiene porque el gobierno no ha cumplido todavía con la remisión de un proyecto de ley de lenguas. Aquí sí que tiene obligación por ley de traer otra ley.
Y la última, señorías, es la disposición final segunda ter, la del Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón. ¿Por qué nosotros proponemos esta creación, y por qué creemos que es necesario? Porque ése es uno de los instrumentos fundamentales en la política de patrimonio cultural que contemplamos, que deberá ser creado por una ley específica, que regulará, constituirá, distribuirá las competencias y el funcionamiento de este ICPA (Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón), que dispondrá -y ésta es la clave- de autonomía en su gestión. Es decir, no es un órgano administrativo, es un órgano con autonomía, cuyas funciones primordiales serán la supervisión y el control interdisciplinar, el seguimiento y la asesoría -por eso la propuesta de retirada del artículo 16 que contemplaba las comisiones asesoras- respecto de las actuaciones en cultura y patrimonio. Además, a ello se ha sumado como segundo párrafo una enmienda del Grupo Socialista, que prevé la integración en este Instituto Aragonés del Arte y de la Cultura Contemporáneos Pablo Serrano.
Señorías, como he comenzado diciendo, ésta es una ley clave, angular, fundamental. Hoy, los Diputados y Diputadas de las Cortes de Aragón y esta institución deberíamos estar orgullosos, y la ciudadanía aragonesa debería estar orgullosa, porque hoy sí que yo quiero agradecer a los cuatro ponentes que me han acompañado en esta ley el que hayamos hecho un servicio claro de para qué sirven las Cortes de Aragón. Hoy hemos hecho un servicio fundamental a la sociedad aragonesa, y, hoy, esta institución, al igual que en otras muchas ocasiones, demuestra la función que tiene y la función de regular aquello nuestro.
No puedo sino estar muy orgulloso, exultante, y acabar leyendo el inicio de la exposición de motivos de esta ley, que dice: «El patrimonio cultural aragonés constituye en su conjunto uno de los testimonios fundamentales de la trayectoria histórica de la nacionalidad aragonesa. Sobre él se configuran los signos de identidad que definen la idiosincrasia del pueblo aragonés, y se convierten en su más relevante valor diferencial. Las sucesivas generaciones nos han legado el patrimonio cultural, como testimonio de nuestro ser, como herencia insustituible, y como un estímulo fundamental para la creatividad contemporánea.»
Esta, señorías, es la clave: no nos dormimos en los laureles del pasado, no somos como esas familias venidas a menos que no hacen más que hablar del pasado. Analizamos ese pasado, lo reivindicamos, fomentamos esto en el presente, y hacemos una proyección hacia el futuro. Si no, esta ley de patrimonio cultural y la visión progresista y dinámica que del patrimonio cultural se tiene en esta ley no tendrían ningún sentido si no tenemos una proyección hacia el futuro. Desde el punto de vista cultural, desde el punto de vista político, de poder político cultural, y desde el punto de vista, señorías, económico del patrimonio cultural, como alternativa para muchas de las comarcas aragonesas, en algunos casos, como una única alternativa casi de futuro.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, Diputado Bernal.
Siguiendo la ordenación del debate, corresponde ahora al Grupo Parlamentario del Partido Aragonés la defensa...
No, no; corresponde primero al Grupo Parlamentario Izquierda Unida la defensa del voto particular. Sí; está claro.
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida: Diputado Rubio, tiene la palabra.

El señor Diputado RUBIO FERRER: Gracias, señor Presidente. Señoras Diputadas, señores Diputados.
Yo querría hacer una pequeña introducción también resaltando, primero, la importancia y el interés que una ley de estas características suponía, supone en estos momentos para Aragón, puesto que viene a cubrir un hueco, un espacio importante que hasta el momento nos hacía depender de otros condicionantes de carácter estatal. Por lo tanto, haber tenido la posibilidad de poner en marcha una ley del patrimonio cultural aragonés supone, en estos momentos, uno de los acontecimientos importantes, desde el ámbito de la legislación autonómica, que hasta el momento no habíamos podido conseguir.
La ley en general ha sido muy retocada, muy modificada, se han introducido una gran cantidad de elementos diferenciales novedosos, que matizan la mayor parte del articulado que vino en el proyecto de ley. Y yo tengo que decir que introduce algunos aspectos interesantes, en los que, concretamente desde nuestro grupo parlamentario, hemos tenido posibilidad de aportar también algunas iniciativas. Me referiré especialmente a dos o tres cosas que creo que son de interés: una de ellas, el hecho de que esta ley permite desconcentrar algún tipo de funciones patrimoniales hacia las comarcas, cuando se pongan en marcha. Creo que éste es un aspecto que viene desgranándose a lo largo de toda la legislatura y que reviste interés.
También se ha introducido una función: la función educativa dentro del patrimonio, aspecto que nos había sido reclamado y requerido especialmente por las personas más cualificadas, por los especialistas en la materia, como uno de los elementos de interés, de modernidad, que en estos momentos se pone en marcha en las políticas culturales de la Unión Europea, la introducción, como decía, de los elementos educativos dentro de esta ley de patrimonio.
Y también quiero referirme a la aparición del patrimonio industrial dentro de la ley. Este es un ámbito que había quedado inicialmente fuera, puesto que el proyecto no lo contemplaba, y que, a través de una serie de enmiendas, algunas de ellas de nuestro grupo parlamentario, hemos conseguido introducirlo.
Dicho esto, como elemento de carácter general, yo querría centrarme especialmente en las aportaciones de enmiendas que hemos realizado desde nuestro grupo parlamentario. Y querría, simplemente, dejar constancia de que nuestro grupo parlamentario presentó setenta y seis enmiendas, de las doscientas y pico (es decir, una tercera parte de las enmiendas), de las que a lo largo del trámite de ponencia retiramos dieciocho, mantuvimos vivas cincuenta y ocho, y, de las cincuenta y ocho que mantuvimos, la mayoría han sido transaccionadas o votadas a favor, exceptuando siete que hoy se mantienen y que voy a defender en esta tribuna.
Son siete enmiendas: no son enmiendas extraordinariamente importantes, que pudieran suponer una modificación absoluta y total del texto, pero son enmiendas que, fundamentalmente, buscan algunas concreciones; porque, si bien es cierto -como ha dicho la representante de la ponencia, la coordinadora, la Diputada Calvo- se establecen en esta ley elementos de participación y de coordinación entre la administración pública y entre los particulares, yo creo que, en algún caso concreto, este ámbito de participación y de coordinación ha quedado un poco corto. Incluso creo que en algunos pequeños detalles, la ley, tal y como está, seguramente, no podría o no podrá resolver algunos de los problemas que en este momento se están dando en la administración autonómica, sobre todo, desde el punto de vista del uso de los espacios que tienen elementos de carácter cultural visitables, que, como los Diputados y Diputadas conocen, son algunos de los aspectos conflictivos en nuestra actualidad.
Querría, en principio, señor Presidente, agotar un turno en contra del voto particular del Partido Popular sobre la enmienda 157, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida de Aragón. La enmienda 157, de nuestro Grupo Parlamentario, es la enmienda que intenta desarrollar mínimamente -y así lo recoge el texto- los aspectos de patrimonio industrial, que, como he dicho anteriormente, habían quedado inicialmente olvidados en el texto del gobierno y que hemos conseguido introducirlos.
Para que los Diputados y Diputadas que no han participado en la elaboración de la ley en la ponencia, conozcan en qué términos se habla del patrimonio de carácter industrial, yo quiero simplemente indicar que el artículo 67 quáter explicita cuáles son los elementos que constituyen el carácter industrial en Aragón -es una redacción muy sencillita-, y el único elemento de compromiso que tiene este artículo es cuando al final indica: «Deberá crearse un museo de la ciencia y de la técnica, como centro para la preservación y el estudio del patrimonio de carácter industrial.» Quiero decir -como pueden observar los Diputados y Diputadas- que no hay tampoco una presión excesiva ni en fechas ni en plazos ni en presupuestos sobre el gobierno, sino una posición filosófica del interés de desarrollar también la preservación del patrimonio industrial, y el compromiso de que una administración autonómica deberá crear un museo de la ciencia y de la técnica. Este es el planteamiento que se ha hecho como voto particular del Partido Popular.
Yo creo que es bueno que se mantenga una posición filosófica en esta ley aragonesa en los términos que están recogidos, y, por lo tanto, ruego a los Diputados y Diputadas que seamos capaces de sacar adelante el artículo tal y como quedó plasmado, y que fue el fruto de una transacción muy debatida, puesto que solamente nuestro grupo parlamentario había presentado seis enmiendas, que ampliaban mucho más la consideración del patrimonio de carácter industrial, y que hemos convenido en que al final la redacción de este artículo nos permitiría, nos posibilitaría en el futuro avanzar en este aspecto.
Y ya, entrando en la defensa de las enmiendas de nuestro grupo parlamentario, voy a empezar por la enmienda número 114. La enmienda numero 114 hace referencia al artículo 41, que es el del tanteo y el retracto. Yo debo decir, inicialmente, que la introducción en los términos que se hace del tanteo y del retracto supone un buen mecanismo y un buen argumento para que el Gobierno de Aragón pueda atar muy en corto la problemática de aquellos bienes que, por diferentes circunstancias, han salido de nuestra comunidad autónoma, han desaparecido de nuestra comunidad autónoma, están en otras comunidades autónomas o en otros países. Y, en este sentido, creo que en la ponencia tuvimos una especial sensibilidad por sujetar muy bien -supongo que después de la experiencia negativa que hemos tenido en los últimos años en Aragón-, por sujetar muy bien el aspecto de que, desde el gobierno y desde la administración aragonesa, se tenga toda la capacidad legal y formal para poder conseguir mantener estos bienes aragoneses en nuestra comunidad autónoma.
Dicho esto, que es el espíritu y la letra del artículo 41, yo tengo que decir que nosotros habíamos planteado un paso más adelante en el ámbito del tanteo y del retracto. La enmienda 114 plantea que, en el caso de que se quiera enajenar un bien de interés cultural que haya sido motivo de subvención o de ayuda pública para su restauración, el propietario, entonces, esté obligado a devolver la cuantía de esa subvención. Porque, claro, fíjense los señores Diputados y señoras Diputadas lo que podría ocurrir en un momento determinado: yo tengo un BIC -bueno, yo no tengo ningún BIC, pero, vamos, estoy haciendo la suposición-, si yo tuviera un BIC (un bien de interés cultural) de mi propiedad, solicito a la administración autonómica una subvención para mantener ese edificio, que es muy interesante, en una localidad determinada (por ejemplo, el torreón de la cárcel en Montalbán, por poner algo que yo conozco). Está en malas condiciones, porque yo no he metido un duro; pero yo pido una subvención: se me concede una restauración del mismo por valor de quince millones de pesetas, y, una vez finalizada la restauración, yo lo vendo. Obviamente, ese bien de interés cultural ha subido de valor porque la restauración lo ha reflotado, y cuando yo lo voy a vender, por el artículo 41 (de tanteo y retracto), es la comunidad autónoma la primera que tiene la posibilidad de hacerse con él. Pero la comunidad autónoma, que acaba de invertir quince millones de pesetas, y me lo ha dejado como los chorros del oro, ahora, como ese BIC alcanza un valor de cien millones de pesetas después de la restauración, la comunidad autónoma me va a pagar otros cien millones de pesetas.
Yo creo que éste es un ejemplo muy simple, que podría ocurrir, y, por lo tanto, nosotros habíamos intentado introducir que, en ese caso, este señor estaría obligado a devolver o se le tendría que descontar aquella inversión última que se le había realizado por parte de fondos públicos, por parte de las arcas públicas. Por lo tanto, yo decía: la ley en su globalidad a nosotros nos satisface, pero, en algunos puntos determinados, queda excesivamente blanda, excesivamente frágil, y éste es uno de ellos.
La siguiente enmienda que quiero defender es la enmienda número 70, que hace referencia al artículo 17. El artículo 17 del proyecto es un artículo en el que aparecen las instituciones que se consideran consultivas en materia de patrimonio por parte de nuestra comunidad autónoma. Y, obviamente, se hace referencia a que tendrán esta consideración, primero, asociaciones declaradas de utilidad pública con los fines del patrimonio, con lo que estamos de acuerdo; segundo, otras asociaciones que determine el Departamento de Cultura; tercero, la Universidad de Zaragoza -parece obvio, como institución académica importante-; cuarto, los institutos de estudios altoaragoneses, de estudios turolenses y la Institución Fernando el Católico, y, cinco, la Real Academia de Bellas Artes de San Luis. Y ¿por qué la Real Academia de Bellas Artes y San Luis, si el propio Gobierno de Aragón tendrá posibilidad de determinar aquellas que le parezcan oportunas? ¿Por qué le tenemos que dar status directo desde nuestra comunidad autónoma? Yo creo que porque hay ciertos elementos de connivencia o de favoritismo. El hecho de que aquí no apareciera la Academia de Bellas Artes de San Luis no supondría nunca que el Gobierno de Aragón no la pudiese nominar con posterioridad.
A nosotros nos parece que es excesivo que la Academia de Bellas Artes de San Luis esté en esta consideración, en el artículo 17, en el mismo nivel que la universidad, en el mismo nivel que la Institución Fernando el Católico, los institutos de estudios altoaragoneses y turolense, y aquellas que vayan a tener la consideración de declaración de utilidad pública. Por eso nosotros planteamos que, desde el punto de vista formal y directo, como aparece, la Academia de Bellas Artes de San Luis debería desaparecer de este artículo 17.
La siguiente enmienda es la enmienda 76. Y quiero decirle, señor Presidente, que nuestro grupo retira la enmienda número 77, por considerar que dentro de las transacciones ha podido quedar incluida o recogida. Y ahora nos vamos a la enmienda número 76.
La enmienda número 76, sobre el artículo 19, indica que, cuando se proceda a restauraciones con fondos públicos, la iglesia u otras confesiones religiosas estarán obligadas a mantener y vigilar los edificios en su debido uso. Parece una perogrullada, pero intentaríamos atar desde la ley que, cuando se ha producido una inversión pública en cualquier patrimonio privado -básicamente, sobre la iglesia católica, que es la que más tiene-, luego haya un compromiso, una obligación por ley de que la iglesia católica tenga obligación de mantener esa propiedad en buenas condiciones; porque, obviamente, desde la ley se hacen propuestas de colaboración, de participación, de coordinación, de subvención de fondos públicos, en el apoyo a todos los bienes de interés cultural, a todos los elementos artísticos de los particulares, entre ellos, la iglesia católica.
Parece propio que la propia ley también se reserve, aunque sea muy poco, el hecho de exigir una corresponsabilización de los particulares propietarios de elementos de carácter cultural, la corresponsabilización de que los van a cuidar, los van a mantener, van a hacer que esas inversiones públicas, que van al cien por cien y que son dineros del bolsillo de todos los contribuyentes, luego tengan una repercusión en la -como decía- corresponsabilización del mantenimiento y buen uso de esos edificios.
La enmienda número 80, sobre el artículo 20, dice lo siguiente. El artículo 20 plantea una serie de planes del departamento, y nuestra enmienda tiene el siguiente tenor: «Los bienes inmuebles que hayan sido objeto de subvención o ayuda pública por parte de nuestra comunidad autónoma estarán a disposición de la misma para la realización de actividades culturales. Las condiciones serán fijadas por la administración». Parte de esta filosofía ha sido recogido en el artículo 62 six, que avanza un poco; pero yo voy a poner un pequeño ejemplo, como he hecho anteriormente con ese BIC inexistente que no es de mi propiedad.
En estos momentos, otro de los elementos de disfunción y de problemática en nuestra comunidad autónoma es una propiedad privada -en este caso de la iglesia católica- que tiene elementos culturales muy importantes, que la ciudadanía quiere visitar, que ha sido objeto de una subvención pública muy importante para mejora de esos bienes culturales, y que la ciudadanía tiene dificultades para visitar. Estoy hablando de la Cartuja de Aula Dei, estoy hablando de la Cartuja de Monegros, estoy hablando del Monasterio de Sijena, que, habiendo sido objeto de importantes inversiones públicas con subvención, la administración pública luego tiene dificultades para poner en valor ese bien y poder mostrarlo a la ciudadanía. Pues bien, esta ley, señores Diputados, señoras Diputadas, no se ha atrevido, no ha avanzado hasta donde a nosotros nos hubiera gustado. Esta ley solamente se queda en el interés en que haya acuerdo entre el particular y la administración autonómica para poder ver, para poder poner a disposición de la ciudadanía estos edificios.
Nuestra enmienda iba más adelante. Decía: una vez que se haya invertido dinero público en un edificio privado que tiene unos importantes elementos de carácter cultural, que deben y pueden ser constatados, vistos y disfrutados por la ciudadanía, si nosotros como administración pública invertimos, luego que sea la administración pública la que ponga las condiciones, es decir, diga: «oiga, este que ahora tiene una gran demanda de visitantes se va a abrir tales días y tales horas».
Con el artículo, tal y como está planteado, no resolvemos el acceso a la Cartuja. La última decisión seguirán teniéndola los monjes propietarios de la Cartuja, que indicarán cuándo se puede o cuándo no se puede. Creo, por lo tanto, que hemos perdido, si no aprobamos esta enmienda, una oportunidad de haber resuelto uno de los elementos problemáticos que nos está dando la experiencia hoy en día en nuestra comunidad autónoma, y que, a través del articulado (bastante light, bastante blando, excesivamente respetuoso) seguimos dejando hoy a los propietarios, iglesia católica o propietarios privados, que sean los que marquen las reglas de visita, de comprobación, de usufructo de ese bien, mientras que la administración lo único que está haciendo es poner el dinero para la mejora, para la preservación, para la restauración de unos bienes que luego no alcanzan a ser disfrutados en la medida que a nosotros nos gustaría.
La enmienda 83 es una enmienda de matiz en la que básicamente planteamos que, cuando haya delegación de competencias a las corporaciones locales, también las corporaciones locales, fundamentalmente, velen por la protección y por la mejora de sus bienes, con la participación social, que nos parece muy importante y que creo que no queda absolutamente recogida. Es una enmienda de apoyo a las corporaciones locales y de apoyo también a que se corresponsabilicen más en la defensa y en la protección de su propio patrimonio. Y coincido con el señor Bernal en el aspecto de que es importante que nuestros pueblos, nuestras localidades, pongan en valor, a través de elementos de participación, a través de elementos de responsabilización y a través de elementos de mejora de sus bienes culturales, porque en definitiva son uno de los elementos posibles de desarrollo futuro en el ámbito rural.
Por fin, la enmienda 86 también va en esta línea -no voy a repetirlo-. Y, definitivamente, señor Presidente, finalizaré con la enmienda 180.
La enmienda 180 hace referencia al artículo 77, que es un artículo que a nosotros nos parece interesante: habla del impuesto de sucesiones y habla de las ventajas que desde nuestra comunidad autónoma se va a dar a aquellos particulares que, teniendo un bien cultural, hagan inversiones en el mismo y, por lo tanto, desde el punto de vista del impuesto de sucesiones, van a tener unas reducciones determinadas que nos parecen bien. Pero, claro, este artículo 77 nos parecería bien en el caso de que se consideren estas enmiendas a las que yo he hecho referencia anteriormente, sobre qué ocurre cuando una persona quiere vender un bien de interés cultural que ha recibido mucho dinero de la administración. No ocurre nada: le vamos a dejar que lo venda, y, por lo tanto, va a perder la administración autonómica el dinero que ha invertido ahí.
Segundo: ¿qué ocurre cuando tenemos un bien cultural, invertimos dinero público y luego la administración no tiene potestad sobre él para que se pueda mostrar y enseñar a la ciudadanía? Si, además de eso, en este caso concreto, hacemos un tratamiento en el impuesto de sucesiones especial, también, para la propiedad privada de los bienes culturales, creo que la ley se nos ha ido un poquitín en exceso a favorecer este tipo de aspectos de carácter particular, sobre los que nosotros -quiero dejar claro- no estamos en contra, con mecanismos de concreción y de intervención pública, en aquellos sitios en que se mete mucho dinero público. Voy a poner un ejemplo: en La Seo se han invertido más de mil millones hace muy poco tiempo. La Seo es propiedad particular, es propiedad de la iglesia católica: ¿qué ocurre si la iglesia católica en un momento determinado plantea un día a la semana o sólo dos días a la semana de visita? Esta ley lo podría permitir. Y en este sentido nosotros hubiéramos votado favorablemente al artículo 77 del impuesto de sucesiones sólo y cuando hubiese una mayor capacidad de intervención pública, cuando la administración pública invierte mucho dinero en sitios privados. Como ése no es el espíritu de la ley, nosotros planteábamos eliminar el artículo 77, porque entendemos que la ley da en general excesivas facilidades a la propiedad privada, especialmente a la iglesia católica, y le pide muy pocos deberes. Es decir, una ley de muchos derechos a la propiedad privada, y de pocos deberes a la propiedad privada.
En ese sentido, pues, irá nuestro voto. Independientemente de que los Diputados y Diputadas hayan visto cierto tono crítico en mis intervenciones sobre siete enmiendas, es cierto que la globalidad de la ley la compartimos, nos parece una buena ley, nos parece importante haber podido finalizar esta ley, este marco de actuación, este marco de compromiso de defensa del patrimonio cultural, y, efectivamente, nos hubiera gustado dar un paso más adelante, a ver si en próximas legislaturas, con mayor fuerza desde nuestra organización, podemos llevar a buen término este siguiente paso que a nosotros nos gustaría dar.
Nada más, y muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias.
Grupo Parlamentario del Partido Aragonés.

El señor Diputado CAUDEVILLA ARREGUI: Señor Presidente. Señorías.
Cuando se legisla sobre el patrimonio cultural de Aragón, es inevitable que la ley tenga un enorme contenido político. Ha leído uno de los anteriores intervinientes las seis primeras líneas de la exposición de motivos, y, si he tomado nota bien, ha dicho que existe un pueblo aragonés, que ese pueblo es una nacionalidad, que su patrimonio cultural le confiere una identidad (y, por tanto, al tiempo que lo define, marca un hecho diferencial), que ese patrimonio cultural es propiedad de la ciudadanía aragonesa, y, además de todo esto, y quizá precisamente por todo esto, nuestra aportación como aragoneses con nuestro patrimonio cultural ha contribuido y sigue contribuyendo a la configuración de la cultura española y mediterránea. Difícilmente puede decirse más con menos palabras.
Y es evidente que a los ponentes de esta ponencia seguro que a ninguno de ellos se le hubiera ocurrido por separado esta introducción, y, por contra, lo importante es que todos en conjunto sí que han firmado, sí que han consensuado, sí que han aceptado esta introducción de la exposición de motivos, de un enorme contenido político y que no tuvo la mínima discusión, que yo recuerde.
He de reconocer que me gusta porque nunca se había definido a Aragón con tanta rotundidad. Cansados como estamos de tanto tópico y de tanta vulgaridad, agrada de vez en cuando oír que a Aragón y a los aragoneses se les llama como lo que son. Y, también, como quizá he sido el Diputado que más veces ha dicho en esta tribuna que es un nacionalista aragonés, también tengo la especial satisfacción de ver la buena interpretación que la ponencia ha hecho del concepto de nacionalidad que introduce la Constitución del setenta y ocho, puesto que, a pesar de nuestra condición -mejor dicho, diría yo-, independientemente de nuestra condición de nacionalistas -y hablo en nombre de mi grupo-, nos hemos mostrado como un grupo abierto, integrador, plural, pactista, tolerante, lejos de fundamentalismos y lejos de cualquier nacionalismo de los que hoy están al uso.
Por eso deseo manifestar la injusticia que se comete cuando se asimila por igual a todos los nacionalismos.

El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Diputado Caudevilla, un segundo.
Por favor, rogaría a los señores Diputados que permitiesen hacer uso de la palabra al orador.
Puede continuar.

El señor Diputado CAUDEVILLA ARREGUI: Muchísimas gracias, señor Presidente.
Y si nos pudimos poner de acuerdo en estas consideraciones previas de gran contenido político en la ponencia, ¿cómo no íbamos a ponernos en el resto de la ley?, y así ha sido.
Si recuerdo bien, en el debate a la totalidad de este proyecto y del texto alternativo presentado por el PSOE, precisamente, dije que no me gustaba la exposición de motivos, que era excesivamente técnica, muy fría («heladora» creo que fue el adjetivo que empleé) y que me gustaba más la exposición de motivos del texto alternativo. Dije que estábamos ante un buen proyecto de ley, pero que íbamos a enmendarlo porque no nos gustaba del todo. Dije que no votaba a favor del texto alternativo porque, aun valorándolo bien en su conjunto, no creía que aportara nada al texto que traía el gobierno, y, por razones obvias, debía apoyar al texto del gobierno. Pero también dije que el texto alternativo debería tenerse en cuenta e incorporarse gran parte de sus contenidos al texto del nuevo proyecto de ley de patrimonio cultural.
Un año después tengo la satisfacción de decir que todas estas consideraciones se han tenido en cuenta. La exposición de motivos ha merecido elogios tanto por parte de algún grupo que me ha precedido en el uso de la palabra, como por mi parte, y además se tomó como texto el texto alternativo.
Hemos enmendado con generosidad el texto. Y digo «con generosidad» porque nuestro ánimo fue mejorarlo y no criticar por criticar. Presentamos veintiocho enmiendas, de las cuales veinticinco han sido aprobadas, incorporadas o transaccionadas, y tres hemos debido retirarlas porque decaían a la vista de cómo se iba desarrollando el texto.
Y, por lo que respecta al texto alternativo, es evidente que se ha incluido en el nuevo proyecto de ley gran parte del texto alternativo que presentaba el PSOE. Yo estoy seguro de que si la propia ponente, señora Abós, hubiera preferido añadir más del texto, creo que más se hubiera incorporado. Creo que es que le parecía demasiado ya. Esta ha sido la realidad.
Y en estas condiciones he de anunciar nuestro apoyo incondicional absoluto y sin restricciones a este proyecto de ley y a todos y cada uno de sus artículos. Esto no impide, sin embargo, que haya unas partes a las que nuestro grupo haya sido más sensible que a otras. Estamos de acuerdo con toda la ley, estamos ante una buena ley, estamos ante un magnífico proyecto de ley -perdón: dentro de poco estoy seguro de que será ley-, estamos ante un magnífico proyecto y ante una oportunidad para desarrollar bien esta ley. Pero eso no quiere decir que todas las partes las hayamos vivido con igual entusiasmo en nuestro grupo. Y, así, he de reconocer que hemos apoyado enmiendas del Grupo Socialista y del Grupo Izquierda Unida, que completaban las nuestras propias, en el sentido de que el patrimonio cultural se enseñe en los proyectos curriculares habituales de la escuela aragonesa.
Por aquí hay que empezar -y lo hemos dicho muchas veces-: si queremos que la ciudadanía proteja el patrimonio, hay que empezar en la escuela a dar a conocer el patrimonio cultural aragonés. Y, en este sentido, la recomendación de que en todas las modalidades y en todos los niveles educativos se enseñe el patrimonio cultural aragonés es una recomendación que estoy seguro que no va a caer en saco roto y que el gobierno va a tener muy en cuenta.
Y, al mismo tiempo, esta ley encomienda al gobierno un especial significado para la promoción y difusión, que son algo más que dos palabras y algo más que una dirección general. Entendemos que, tal como va el patrimonio cultural aragonés, a medio plazo, podemos encontrarnos ante un patrimonio impresionante, con unas visitas de miles y miles de ciudadanos que pueden tener cualquier origen, pero que, en la realidad, su mayor parte van a ser ciudadanos aragoneses. Es decir, que si antes decíamos que estas cuestiones sólo se enseñaban en la escuela, hoy tenemos que admitir que, mostrando nuestro patrimonio cultural aragonés, si se hace conforme, estamos participando en su difusión tanto o más que con los conocimientos que se puedan adquirir en las escuelas, en la enseñanza primaria y en la secundaria.
No hay más que pensar en los miles de turistas que van a San Juan de la Peña, a La Seo y a la Aljafería, por ser los tres últimos monumentos que se han restaurado. Pero esto no es todo, porque a medio plazo puede incorporarse una serie de elementos arquitectónicos, una serie de bienes muebles e inmuebles, que van a hacer que la promoción y la difusión de este patrimonio se convierta en el mejor escaparate de lo que somos y de lo que hemos querido ser. Y, a este respecto, me gustaría señalar que ojalá que en nuestra comunidad autónoma los folletos, las explicaciones, los diseños de todo lo que es promoción de patrimonio se hiciera con la sensibilidad con que se hace en otras. Y no estamos siempre pensando en las mismas: pienso en Galicia, por ejemplo.
En esto hay mucho que hacer, y estoy seguro de que el Departamento de Cultura tomará muy buena nota de lo que aquí le estamos diciendo hoy.
Hemos sido también especialmente sensibles a los órganos supraprovinciales que contempla esta ley. Quien les habla no es un especial y entusiasta defensor de las provincias, sobre todo desde que hay comunidades autónomas. Las provincias son circunscripciones electorales, y esto es mucho, esto es una «barbaridad». Para todos los que tenemos que salir elegidos en estas listas, en estas circunscripciones electorales provinciales, todos sabemos lo que eso significa. Una cosa es que aceptemos esto como algo natural y algo tan evidente, que ahí está, pensemos lo que pensemos, y otra cosa es que queramos adivinar que detrás de la circunscripción electoral hay algún hecho, algo más importante. No hay absolutamente nada.
Y por eso nos extrañaba que una ley como la de patrimonio careciera de un organismo supraprovincial, de un organismo (o de varios) con un enfoque absolutamente de comunidad autónoma, con un enfoque global de lo que es la cultura y de lo que es el patrimonio aragonés, y de ahí nuestra enmienda para que se aprobara la inclusión del consejo aragonés de la cultura. Queremos que se convierta este Consejo Aragonés de Patrimonio Cultural en el órgano asesor, en el vínculo que asesora y planifica para el Gobierno de Aragón en todas aquellas cuestiones que trascienden a lo meramente provincial, que en materia de cultura serán la mayoría, por no decir todas.
Y también nos hemos sumado con entusiasmo a la propuesta de creación del Instituto Aragonés de la Cultura, porque creemos que se tiene que convertir este instituto en el máximo órgano de coordinación, de asesoramiento, de relaciones interdisciplinares. Este organismo tiene que ser el oráculo de Delfos adonde acuda el gobierno siempre que tenga dudas en materia de patrimonio cultural. Y es indudable que lo teníamos que apoyar. Lo apoyamos con entusiasmo, con absoluto entusiasmo, y lamentamos que el Grupo del Partido Popular no tenga tan clara esta cuestión. Son de las pocas en las que vamos a discrepar; pero discrepamos a conciencia, y no es una discrepancia casual: es una discrepancia muy antigua.
Creemos que todos estos órganos asesores controlan al gobierno, le hacen más incómoda su realidad, le hacen hacer más consultas, va a tener que reglamentar con dificultad y llenar de contenido, sobre todo con nombramientos, todos estos órganos. Sin embargo, lo hacemos y apoyamos estas enmiendas porque pensamos que un gobierno es mejor que se equivoque bien asesorado, que no que acierte solo, y no se puede dejar a las comisiones provinciales y al Departamento de Cultura la responsabilidad de ordenar, de legislar y de decidir sobre las cuestiones del patrimonio cultural aragonés.
Y, por último, hemos apoyado con entusiasmo una enmienda de Chunta Aragonesista en apoyo de las lenguas de Aragón. Y en esto sí que me interesa destacar que el enfoque que hace nuestro grupo parlamentario es estrictamente cultural. No pensamos en las lenguas ni en la importancia que puedan tener social y política, sobre todo, para algunos partidos. Hoy estamos en una ley de patrimonio cultural, y creemos exclusivamente que las lenguas son un elemento sustancial, importantísimo, del patrimonio cultural aragonés. Y es importante que las lenguas minoritarias de Aragón se incorporen, que se reconozca que se incorporan a este patrimonio cultural para protegerlas adecuadamente.
Fue don Miguel de Unamuno quien, a principios de siglo (y se refería al euskera), dijo que el euskera estaba retirándose de las villas, de los valles y de las ciudades, hasta lo más alto de las montañas vascas, para pasar de allí directamente al cielo, puesto que ése era su sino inexorable. Y don Miguel de Unamuno se equivocó hace cien años.
El aragonés hoy se encuentra quizá peor que estaba el euskera a principios de siglo, y, desde luego, yo no quiero ser responsable de que el aragonés se vaya al cielo y que desaparezca, y, ni mucho menos, ser responsable de no haber hecho lo posible por mantenerlo como elemento fundamental del patrimonio cultural aragonés.
Y cuando hemos aprobado la enmienda en la que se solicita que se regule la cooficialidad es porque estamos absolutamente convencidos, señora portavoz del Grupo Parlamentario del Partido Popular, de que únicamente con leyes como la ley de sucesiones, cuando los hablantes del aragonés o de sus diversas modalidades o del catalán o de sus diversas modalidades vean que puedan ir al notario a emplear su lengua, cuando vayan a las instituciones públicas y empleen sus lenguas, es entonces cuando se van a creer que los valoramos, que los aceptamos y que no los despreciamos, y, a partir de ahí, se podrá empezar a tomar medidas para fomentar cursos, convocar premios, concursos de poesía y lo que se quiera.
Todo lo que se ha venido haciendo durante estos veinte años ha servido de bien poco. El aragonés sigue yendo en declive. No está peor, pero me cuidaría muy bien de decir que está mejor, y, desde luego, insisto en que no quiero ser el responsable -en mi grupo no lo queremos nadie- de que desaparezca una lengua que para todos los organismos internacionales, para todos, no es el euskera, no es una prerrománica, no tiene directamente relaciones con no sabemos quién, pero es la nuestra. Es una más de las docenas que derivan del latín, pero es la que tenemos la sagrada obligación de proteger. Y no hablo del catalán, porque otros se encargarán de que no desaparezca; pero, de las variantes dialectales, lo mismo.
En definitiva, con la cooficialidad pretendemos únicamente proteger y que no desaparezca, dejando clara la postura de nuestro grupo de que pretendemos prohibir lo que no se puede prohibir o imponer a nadie lo que no se debe imponer. Y en ese sentido se debe ir cuando se estudie regular la cooficialidad de estas lenguas.
Este es nuestro criterio sobre una cuestión que lamentamos, y es que creemos que el Partido Popular está equivocado, sencillamente, lo creemos, y por eso lo digo con esta rotundidad. No pretendemos que a medio plazo haya cientos de miles de aragoneses que hablen estas lenguas. Al revés: pretendemos que a medio plazo los niños que hoy empiezan a hablarlas puedan seguir hablándolas. Solamente en ese sentido hemos presentado estas enmiendas.
Y anuncio el apoyo total y encendido a este proyecto de ley. Retiro los tres votos particulares que me quedaban -hablo de memoria- a las enmiendas 13 y 14, de Izquierda Unida, y 17, del Grupo Parlamentario Socialista. Retiro esos votos particulares, y apoyaremos y votaremos a favor todos y cada uno de sus artículos.
Querría terminar -porque mi intervención, si yo interpreté bien, es única- agradeciendo los servicios y la inestimable ayuda de la letrada Vega Estella. Por cortesía siempre se suele decir, pero yo, en este caso, por no pasarme en los elogios, me limitaré a decir que se tomó la ley con tal interés, que ha sido una ponente más; sin duda, la mejor de todos los ponentes, diría yo.
Nada más, y muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, Diputado Caudevilla.
Grupo Parlamentario Socialista: Diputada Abós, tiene la palabra.

La señora Diputada ABOS BALLARIN: Gracias, Presidente.
Para anunciar, en primer lugar, que el Grupo Socialista va a votar a favor de buena parte de los artículos de la ley, de una parte importantísima. Y ello porque estimamos que el texto resultante es una fusión del texto que presentó el gobierno en su día -como se ha reconocido por algunos de los intervinientes- con el texto alternativo que presentó el Grupo Socialista también en su día.
Si sus señorías tuvieran la curiosidad de repasar el anexo en que viene diferenciada la parte nueva que se ha incorporado al texto que trajo el gobierno, que viene en letra negrita, y la parte del texto del gobierno, que viene en letra normal, verían sus señorías hasta qué punto a esta ley se le ha dado la vuelta como a un calcetín, que es lo que decimos coloquialmente. Es decir, nada tiene que ver, para bien, el conjunto de las disposiciones que se contemplan en el texto que previsiblemente vamos a votar con el texto incompleto y pobre, desde nuestro punto de vista, desde el punto de vista del patrimonio, que el gobierno trajera en su día.
Y tengo que decir, en primer lugar, que el PSOE y su grupo parlamentario agradecen muy de veras y muy sinceramente a los ponentes de todos los grupos políticos, la gran sensibilidad que han demostrado con las enmiendas del Grupo Socialista, que, aprovechando el resquicio de la enmienda parcial, intentó trasladar como enmienda parcial gran parte de su texto alternativo. Para que se hagan idea sus señorías, algunas de las enmiendas parciales del Grupo Socialista rebasaban textos de dos folios. Lo cual quiere decir que, naturalmente, ese resquicio de la enmienda parcial fue aprovechado por nuestro grupo para intentar complementar de forma exhaustiva el texto del gobierno.
Y como creemos que ha sucedido en buena medida por el buen trabajo, por la buena percepción y por la sensibilidad de los ponentes, queremos agradecer desde nuestro grupo esa percepción de que nuestro texto era determinante para lo que tenía que ser el texto final. Esa es una de las satisfacciones que esta mañana, junto con todos los otros grupos, manifiesta aquí el Grupo Socialista: tenemos una buena ley del patrimonio, a la que el PSOE pone algunos reparos concretos, que luego explicaremos en la defensa de las enmiendas, pero queremos decir que compartimos aquello que ha resultado.
Eso que ha resultado lleva unas cuantas ideas fuerza que en buena medida -me refiero a temas generales- provienen de nuestra primera definición que expresábamos en la exposición de motivos. Por ejemplo, que el patrimonio (además, naturalmente, de ser aquello que demuestra la idiosincrasia de los aragoneses, su historia, su trayectoria vital y todo lo demás) es un bien social: ésa es una de las ideas fuerza de la ley; que el patrimonio es un factor de desarrollo integral: ésa es otra de las ideas fuerza de la Ley. Para que nadie confunda esta ley con lo que eran las antiguas leyes de patrimonio histórico-artístico: esta es una ley que regula otra realidad muy diferente: no estamos protegiendo los monumentos de Aragón (que también: ¡faltaría más!): estamos diciendo que todos aquellos aspectos de la realidad aragonesa que tienen que ver con nuestra propia esencia y trayectoria vital histórica son patrimonio cultural: Llámese monumento, llámese La Seo, llámese canción que conserva una albada que canta todavía una abuelita de un pueblo, llámense los carnavales de un sitio, llámese el raje regional... Todo ello es patrimonio cultural.
Y, en la medida que lo entendamos así los aragoneses, y en la medida que lo entiendan así los niños, los alumnos que hoy nos acompañan y que tienen la suerte de asistir a este debate de la ley del patrimonio cultural, en la medida que lo entiendan así los niños aragoneses, podremos decir que hemos dado hoy un avance, un paso histórico en la comprensión de nuestra esencialidad aragonesa.
Y aquí quiero decir también que otra de las ideas fuerza de esta ley es que el patrimonio cultural de Aragón es un recurso económico de primer orden. Esa es la tercera cuestión: es bien social, es factor de desarrollo y es un recurso económico también. Lo que estamos defendiendo aquí esta mañana es una ley que dice que el patrimonio cultural es un factor económico de primer orden, porque en el mundo del ocio y en el mundo occidental, cada vez más avanzado, al que pertenecemos por suerte, el disfrute cultural, el ocio de las personas, las vacaciones, sus momentos de aprovechamiento de su diversión pasan, en buena medida, por el aprecio de los elementos culturales de aquellos lugares que visitan. Porque cuando uno vuelve de un viaje a tierras exóticas lo que cuenta es lo que vio, aquello que caracterizaba a aquel pueblo que ha visitado.
Por lo tanto, digamos que esas ideas fuerzas de la ley que vienen dichas con todo su rigor en la exposición de motivos son las que impulsan un concepto del patrimonio cultural que hoy estamos valorando y que hoy estamos defendiendo aquí todos los grupos con la misma convicción y con el mismo interés. Por lo tanto, hay que resaltar esa primera impresión de que hemos dado un paso de gigante, que, si lo sabemos utilizar, será uno de los elementos que marquen la trayectoria de futuro de los aragoneses.
Otros aspectos ya son más coyunturales, vienen dichos también en la ley; del texto alternativo socialista procede la revisión de la estructura de la ley, nada menos: se ha adecuado la estructura de la ley a lo que planteaba el Grupo Socialista; procede de una enmienda socialista la creación de un capítulo propio para el patrimonio etnográfico e industrial, aunque otros grupos también matizaban ese aspecto: la creación de un título ex novo en la ley procede de una enmienda socialista, y ello nos satisface; procede del planteamiento socialista el texto final de la exposición de motivos a la que nos referíamos antes; la actualización, la obligada actualización del personal funcionario que trabaja en patrimonio cultural en la Diputación General de Aragón, y que se dice que tiene que ser reciclado en sus conocimientos y en su percepción del patrimonio.
Señorías, legislan los partidos, no los gobiernos; legislan los partidos, y ello ha hecho posible que, independientemente de la percepción de este gobierno o de otro, en este caso, en esta ley hayamos podido sobrevolar los ponentes algunas posiciones cicateras que posiblemente venían de la inspiración del gobierno, para, con altura de miras, estar por encima de la circunstancia concreta y poder definir una ley que fuera de todos y para todos, al margen del interés concreto de cada gobierno en cualquier momento de nuestra historia. Por lo tanto, el Grupo Socialista dice que, a salvo las enmiendas que ahora vamos a defender, estamos satisfechos porque nos sentimos muy bien representados en la ley resultante, que contempla buena parte de lo que fue nuestro texto alternativo.
Las enmiendas que mantenemos vivas son la 125, la 133 y la 206, que se refieren expresamente -aquí sí que tenemos que decirlo con todas las letras- a un fallo de la ley. Y ¿cuál es el fallo de esta Ley? Que no tiene finalmente el sentido compilatorio que tendría que tener. Es decir, con esta ley hemos perdido una ocasión histórica, única -diríamos-, de introducir en esta regulación lo que tendría que ser la revisión de la leyes de archivos, museos y bibliotecas. Fueron tres leyes del año ochenta y seis, tres leyes socialistas, que hoy tendrán que ser revisadas a la luz de este texto. ¿Qué nos hubiera costado que, al hilo de lo que planteaba el Grupo Socialista, las leyes de archivos, museos y bibliotecas socialistas del ochenta y seis hoy vinieran a complementar y le dieran a este ley el sentido compilatorio que no tiene? Los aragoneses podrían ya acudir a esta ley, y sólo a esta ley, para ver un panorama global y total de lo que es el patrimonio cultural. Y este fallo de no incorporación de las leyes existentes y derogación de las mismas lo convierte en un texto cojo, que ya anunciamos desde aquí, como partido que ha tenido responsabilidades de gobierno y que las va a volver a tener, que revisaríamos la ley a la luz de esta enmienda.
La enmienda número 154 es de menor calado, pero viene a decir que los bienes arqueológicos de dominio público habría que haberlos caracterizado con mayor profundidad de la que se les concede en el texto resultante.
La enmienda 163 también la consideramos de trascendencia, porque, si bien la aceptación de nuestra enmienda 153 de forma parcial ha permitido que el texto resultante contemple un título propio para el patrimonio etnográfico e industrial que no traía la ley del gobierno, nosotros desarrollábamos ese patrimonio etnográfico e industrial en un folio y medio, que no ha sido tomado en consideración. Y querríamos decir que creemos que también, como los bienes arqueológicos de dominio público, hubiera requerido un desarrollo más palpable, más cálido, más exhaustivo, más profundo. Por lo tanto, nos sentimos particularmente inquietos, porque la referencia del patrimonio etnográfico e industrial, si bien se incorpora con un título propio, no acaba de ser lo que nosotros hubiéramos querido.
En cuanto a la enmienda 158, que va al artículo 68, señorías, ésa sí que es de contenido estrictamente político. ¿Qué decimos en esa enmienda? Que hubiera convertido esta ley en la más avanzada políticamente de todas las leyes autonómicas existentes (también la ley estatal), que es la de que hubiéramos podido tener ya en la mano hoy el compromiso por ley de cualquier gobierno de esta comunidad autónoma, incluido un gobierno socialista posible, de dedicar al patrimonio cultural de Aragón el 1% de su presupuesto anual, quitados los capítulos III y IX, que se refieren a los compromisos de deuda. ¿Qué significaría ello? Significaría, señorías, que Aragón, que tiene un patrimonio cultural desproporcionado en relación con sus medios, desproporcionado por nuestra historia y nuestra extensión territorial, desproporcionado, y teniendo en cuenta que los medios, los recursos convencionales le llegan por análisis del número de habitantes, sin corrección por territorialidad, como para muchas otras cosas, estamos en una situación precaria, más precaria que otras comunidades autónomas para proteger nuestro patrimonio, en este caso, histórico-artístico, fundamentalmente.
Es verdad, tenemos una extensión territorial enorme, y tenemos setecientos veinte núcleos habitados, casi todos ellos con iglesia, y además ermitas, catedrales, y de todo, y sólo somos un millón doscientos mil habitantes. Y creemos que hubiera sido bueno que por ley nos hubiéramos comprometido todos los partidos -porque insisto: legislan los partidos y no los gobiernos- a esa inversión un poco -digamos- chocante desde el punto de vista legislativo, pero que hubiera protegido de forma determinante nuestro patrimonio.
Igualmente, en la enmienda 200 añadíamos una disposición adicional a la ley en el siguiente sentido: créese un cuerpo de vigilancia y protección del patrimonio cultural. Aragón, tiene especialistas suficientes. Como se sabe, nuestra comunidad autónoma es gran productora desde toda su vida de licenciados en Historia, de licenciados en Historia del Arte, de gente interesada por la etnografía, y todos aquellos aspectos característicos de estos perfiles que reclamamos aquí. Pero no sólo eso: la extensión de nuestro territorio y la profusión de nuestro patrimonio hacen que las otras administraciones públicas no puedan a veces proteger, ni siquiera detectar, los peligros que corre el patrimonio. Y, como ello es así, proponíamos que, al estilo de lo que se hace con el patrimonio natural, hubiéramos tenido un elemento no solamente de denuncia de los incumplimientos, que también, pero, sobre todo, un elemento de prevención, que hubiera sido muy útil -creemos nosotros- para completar el espíritu y la letra de esta ley.
Y aquí tengo que decir que me siento, que nos sentimos, que se siente nuestro grupo un poco dolido por la incomprensión que en estos aspectos han manifestado otras fuerzas que no son las que apoyan al gobierno. Hubiéramos querido, al menos, contar con la comprensión en esos aspectos. Es verdad que, en algún caso, se ha votado a favor de la enmienda; pero, en el conjunto de las enmiendas a las que me estoy refiriendo como de gran calado político, no siempre hemos tenido el apoyo de todas las fuerzas de izquierda de este parlamento. No voy aquí a hacer la diferenciación entre la actitud que han mantenido unas y otras, pero, ciertamente, hubiéramos deseado vernos comprendidos en esos aspectos que planteamos.
La enmienda 206 era para derogar -como decía antes- las leyes socialistas de bibliotecas existentes. El Partido Socialista presentó un texto alternativo. Veníamos trabajando en él desde el año noventa y cuatro con un grupo de expertos para presentarlo como proposición de ley, mucho antes de que se desatara la angustia de la sociedad aragonesa por la pérdida o enajenación de bienes patrimoniales aragoneses. Veníamos diciendo ya en el año noventa y cuatro que aquí iba a haber un texto de ley del patrimonio cultural (que es el que finalmente hemos presentado), para presentarlo como proposición de ley. La inquietud que produjo en la sociedad aragonesa en el otoño del noventa y cinco la actitud de la iglesia catalana -primero de la iglesia y luego de los gobernantes políticos catalanes-, la sensación que aún mantenemos de que los bienes de las parroquias aragonesas que pertenecieron a la diócesis de Lérida, y que por el arreglo diocesano se han convertido en parroquias de la diócesis Barbastro-Monzón, esos bienes eran nuestros: lo dice el artículo 22 del Derecho canónico, sin discusión, eran nuestros sin discusión. Y no son nuestros ni lo van a ser en mucho tiempo. Desdichadamente, no sólo la iglesia catalana es reticente, sino también los gobernantes catalanes lo son.
¿Qué decir de la inquietud que nos ha producido a la sociedad aragonesa la posibilidad de recuperación de los bienes vendidos de Sijena? No son lo mismo los bienes de las parroquias, que llevan una trayectoria puramente eclesiástica y sobre los que tiene que ver la iglesia institución (cuyo informe del nuncio ya deja las cosas claras, pero la voluntad de Roma no está nada clara, y, sobre ello tendremos que volver), no es lo mismo que los bienes de Sijena, a los que sí podíamos introducir en un procedimiento legal, acogiéndonos al derecho de retracto, que se retrasó por parte del Gobierno de Aragón hasta febrero del noventa y ocho, pero que estamos incursos en él en este momento. Y nos viene nada menos que el más alto responsable de bienes catalanes a decirnos, en la propia sede del Gobierno de Aragón, señorías, que no nos hagamos ilusiones: que no solamente no los vamos a ganar, no vamos a ganar el procedimiento legal -que ya lo veremos-, sino que, aunque lo ganemos, no los devolverán, no nos dejarán acogernos al derecho de retracto. Y lo dice aquí el máximo responsable cultural de Cataluña de este momento.
Señorías, estamos manifestando seriamente esta mañana todos, aquí, que estamos por defender exhaustivamente y hasta el final el patrimonio cultural aragonés, cuando podríamos haber introducido aspectos en la ley que nos hubieran permitido llegar hasta el fondo de aquellas cuestiones a las que nos estamos refiriendo. Por lo tanto, lo que quiero decir esta mañana aquí es que, como todos los partidos que han trabajado y todos los ponentes que han trabajado en esta ley, vaya por delante nuestra satisfacción con que el texto resultante haya acogido tanta parte del texto alternativo de nuestro grupo, pero también que el resultado es relativamente bueno.
Quiero decir aquí y quiero significar la sensibilidad del Partido Aragonés en muchos de los problemas que se han planteado en ponencia; porque, tengan en cuenta sus señorías que el Partido Aragonés tiene siempre en las ponencias dos opciones muy claras, que son: alinearse con el gobierno, apoyar a la oposición (dos), además de una tercera que es indefinida, que es la abstención, y la abstención del Partido Aragonés supone que deja progresar los veintisiete votos del Grupo Popular contra los veintiséis votos que quedan. Y, en ese sentido, hay que decir que, en relación con nuestro texto alternativo -como bien ha explicado el ponente del Grupo Aragonés-, han sido particularmente sensibles. Cuestión que agradecemos muy de veras desde aquí, porque, finalmente, viene a mejorar ese resultado.
Como ya ha dicho algún otro interviniente, el trabajo de la letrada en esta ponencia no es, por la experiencia que tiene esta Diputada -digamos-, no ha sido el mismo, en su intensidad, en su perfección, en su sensibilidad, en su ir más allá, de a lo que obliga la condición de funcionario público para implicarse o no en un resultado legislativo; ha ido más allá, con una sensibilidad especial por el tema, que ha venido a mejorar extraordinariamente la ley. Porque le hemos dado a veces encargos casi imposibles de cumplir, de conciliar aspectos de las enmiendas que eran no digo ya distintos, sino, en muchos casos, casi antagónicos. Y ha traído a la ponencia un texto que, con un hilar fino y el conocimiento profundo no sólo de la legalidad vigente, sino también la sensibilidad añadida a la importancia de lo que estábamos consensuando, ha hecho que nos trajera textos a los que no hemos podido ponerles ningún impedimento. Y, por lo tanto, ésa es otra cuestión que queremos como grupo resaltar.
Por lo tanto, agradecemos, una vez más, a todos los grupos la buena acogida que han tenido las grandes enmiendas parciales, que, desgajadas de nuestro texto alternativo, hemos podido situar en la ley. Y decir que, si un día gobernamos, revisaremos al menos cuatro o cinco aspectos puntuales, para lo que creemos nosotros que sería la mejora y la complementariedad de la ley. Y, en lo que toca a esos aspectos puntuales, es a lo que vamos a votar en contra del articulado, porque pensamos y mantenemos nuestra posición al decir que, si alguna de las enmiendas socialistas se hubieran incorporado, estaríamos ya con una ley que sería más completa, más valiente, más protectora y más satisfactoria para nuestro grupo.
Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, Diputada Abós.
Un momento, por favor, las enmiendas que ha retirado, Diputada Abós, ¿cuáles son en concreto? Le he entendido que la 154, pero luego la ha defendido.

La señora Diputada ABOS BALLARIN: Perdón; no: hemos defendido 125, 136, 154, 163, 158, 200 y 206.

El señor PRESIDENTE: Entonces, ¿retira?

La señora Diputada ABOS BALLARIN: Ninguna, Presidente, de ésas.

El señor PRESIDENTE: Le había entendido que había retirado la 154.

La señora Diputada ABOS BALLARIN: No; retiraremos una sobre la marcha, pero otra, que no es ninguna de las defendidas.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

La señora Diputada CALVO PASCUAL [desde el escaño]: Señor Presidente.

El señor PRESIDENTE: Sí; Diputada Calvo.

La señora Diputada CALVO PASCUAL [desde el escaño]: Al Grupo Parlamentario Popular le gustaría tener la posibilidad de hacer el turno en contra de las enmiendas que se han mantenido y defendido hasta ahora.

El señor PRESIDENTE: Bueno; el orden establecido no lo podemos cambiar. Si quiere defender, tendrían que hacerlo todos los grupos. El orden establecido es éste, tal como hemos hecho en todos los proyectos de ley.
[El señor Diputado Gimeno Fuster, fuera de su escaño y sin micrófono, dice: «Esto es cojonudo.»]
Diputado Gimeno, si tiene algo que objetar al debate yo le ruego que lo haga en la Junta de Portavoces y no lo haga con palabras malsonantes en la Cámara.

La señora Diputada CALVO PASCUAL [desde el escaño]: Señor Presidente.

El señor PRESIDENTE: Dígame.

La señora Diputada CALVO PASCUAL [desde el escaño]: Entiendo que, en un primer momento, la voluntad de esta portavoz era defender por una parte los votos particulares que este grupo parlamentario mantenía, y a la vez hacer el turno en contra a las enmiendas que han defendido los grupos parlamentarios. En ese primer momento no se me ha permitido, he tenido que defender los votos particulares, con lo cual entiendo que ahora me corresponde el turno en contra a las enmiendas que han defendido el resto de los grupos. Entiendo.

El señor PRESIDENTE: Diputada Calvo, si lo que queremos es plantear un problema de procedimiento, vuelvo a repetirle que es el sistema que hemos seguido con todas las leyes hasta el día de hoy, y usted ha tenido todo el tiempo que ha querido para poder defender lo que hubiese querido. Si cambiamos el sistema de procedimiento, lo cambiamos para todos, pero lo cambiaremos en la Junta de Portavoces en su momento oportuno, no ahora.
Llámese a votación. Vamos a proceder a la votación una vez finalizado el debate.
Si les parece a los señores Diputados y si no hay inconveniente, ruego que presten atención. Podríamos realizar la votación tal como se hizo en el último Pleno también: votando en primer lugar todos aquellos artículos y disposiciones que no tienen votos particulares ni enmiendas, y hacerlo una sola votación conjuntamente.
Tal como se hizo en el último Pleno, señor Diputado; si también tiene objeción para esto, dígamelo.

El señor Diputado GIMENO FUSTER [desde el escaño]: Señor Presidente, con el mayor respeto a la Presidencia, que estoy convencido de que es la que tiene que dirigir los debates -vuelvo a repetir-. Hace un momento, la Presidencia ha hecho referencia a que la ordenación se fija en la Junta de Portavoces. La ordenación es la que es, que yo admito, es la que es: es la votación artículo por artículo y enmienda por enmienda a los correspondientes artículos. Por economía procesal, temporal, yo he recomendado en más de una ocasión que se pusiesen todos aquellos artículos que no tuviesen ninguna enmienda y se votasen en conjunto. Esa es una propuesta que yo voy a aceptar. Pero, Presidente, no es que yo pretenda inmiscuirme en la capacidad y en la potestad que tiene el Presidente...

El señor PRESIDENTE: Eso espero.

El señor Diputado GIMENO FUSTER [desde el escaño]: Yo lo he reconocido al principio, señor Presidente; pero, desde luego, al Partido Popular no se le ha permitido modificar absolutamente ningún planteamiento, y ahora, inmediatamente después, el proceso se quiere cambiar.

El señor PRESIDENTE: Diputado Gimeno, no se cambia ningún proceso; se cambia el sistema de votación, tal como se hizo en el último Pleno, quiero recordárselo. Si tiene algún inconveniente en que no se haga así, lo hacemos como lo hemos hecho siempre, porque también digo que este acuerdo requiere unanimidad de todos los grupos parlamentarios. Si hay alguien que no está de acuerdo, que me lo diga y empezamos la votación artículo por artículo. ¿No hay nadie que esté en contra? Pues vamos a hacerlo así.
Vamos a votar conjuntamente (los voy a ir enumerando todos ellos de una sola vez) los artículos 1, 2 y 6, artículos 7 a 11 y 11 bis, artículo 3 (puesto que se han retirado los votos particulares), artículo 3 bis, 3 ter y 3 quáter, artículos 26 a 33, 33 bis, 33 ter, 24, 24 bis, 24 ter, 52 y 53 a 55, artículos 34 a 40, artículos 42 a 47, 47 bis, 48, 49, 49 bis, 49 ter, 49 quáter, 49 cinq, 57, 56 bis, 58, 60, 62, 62 bis, 62 ter, 62 quáter, 62 cinq, 62 six, 62 sept y 62 octavo, artículos 64 a 67 y 67 bis, artículo 67 ter, artículo 67 cinq y 67 six, artículos 12, 13, 14 bis y 15, artículo 18, artículo 22, artículo 25, artículos 69 a 69 bis, 70, 74, 74 bis, 75 y 76, 78, 78 bis, 79 a 81, 81 bis y 82 a 87, disposiciones adicionales primera y segunda, disposiciones adicionales tercera, cuarta, quinta y sexta, disposiciones transitorias primera, segunda y tercera, disposición final segunda y disposición final tercera y exposición de motivos.
Todos estos artículos y disposiciones no tienen votos particulares ni enmiendas, como he dicho al principio, por lo que las podemos someter todas a votación conjuntamente.
Diputado Rubio.

El señor Diputado RUBIO FERRER [desde el escaño]: Gracias, señor Presidente.
Para solicitar que, de todas las que ha planteado, el artículo 62 six sea retirado de las mismas, puesto que fue motivo de una transacción, en la que una enmienda nuestra que iba a otro artículo apareció definitivamente ahí en ese contexto. Por lo tanto, le ruego que retire de todos ellos solamente el artículo 62 six para votación separada.

El señor PRESIDENTE: Correcto.

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Presidente, solicitaríamos que de todo el articulado se votara por separado el artículo 6.

El señor PRESIDENTE: El artículo 6.

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Cuando se dice «1, 2, 6», el artículo 6, solamente ése.

El señor PRESIDENTE: ¿Uno, dos y seis?

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Cuando se enumeran, 1, 2 y 6, es el tercero que se enumera, que se vote por separado.
Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE: Pues votamos en primer lugar, entonces, los artículos 1 y 2, y todos los demás que he mencionado, excepto el 6 y el 62 six, que está excluido de la votación también. ¿Estamos de acuerdo? ¿Está claro lo que votamos? ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueban por unanimidad.
Votamos el artículo 6. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cuarenta y cinco votos a favor, diecinueve en contra, ninguna abstención, queda aprobado el artículo 6.
Y pasamos a votar los artículos a los que se han mantenido votos particulares y enmiendas... Nos queda por votar -perdón- el artículo 62 six. Entonces, comenzamos por votar el artículo 6 bis, al que se ha mantenido el voto particular del Grupo Parlamentario Popular, frente al texto transaccional elaborado con la enmienda número 39, del Grupo Mixto. ¿Votos a favor del voto particular? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por veintiséis votos a favor, veintiocho en contra, ninguna abstención, queda rechazado el voto particular.
Por lo tanto, votamos el artículo 6 bis. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por treinta y ocho votos a favor, veintiséis en contra, ninguna abstención, se aprueba el artículo 6 bis.
Votamos a continuación el artículo 56. Se ha mantenido la enmienda número 125, del Grupo Parlamentario Socialista. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Diecinueve votos a favor, cuarenta y cinco en contra, ninguna abstención. Se rechaza la enmienda número 125.
Votamos entonces el artículo 56. ¿Votos a favor del artículo? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? A ver, repetimos la votación, por favor, ruego atención. ¿Votos a favor del artículo 56? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cuarenta y cinco votos a favor, diecinueve en contra, ninguna abstención, se aprueba el artículo 56.
Artículo 41, con la enmienda 114, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cinco votos a favor, cincuenta y ocho en contra y una abstención, se rechaza la enmienda 114.
Y votamos, en consecuencia, el artículo 41 del proyecto de ley. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cincuenta y nueve votos a favor, cinco en contra, ninguna abstención, se aprueba el artículo 41.
Artículo 62 six. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cincuenta y nueve votos a favor, cinco en contra, ninguna abstención, queda aprobado el artículo 62 six.
Artículo 63, con la enmienda 154, del Grupo Parlamentario Socialista. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por veinticuatro votos a favor, veintiséis en contra, catorce abstenciones, se rechaza la enmienda 154.
Y votamos el artículo 63. ¿Votos a favor del artículo? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Cuarenta y cinco votos a favor, diecinueve en contra, ninguna abstención. Queda aprobado el artículo 63.
Artículo 67 quáter, con el voto particular del Grupo Parlamentario Popular frente al texto transaccional elaborado con la enmienda número 175, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida. ¿Votos a favor del voto particular? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por veintiséis votos a favor, treinta y ocho en contra, ninguna abstención, se rechaza el voto particular.
Y pasamos a votar el artículo 67 quáter. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba el artículo 67 quáter por treinta y ocho votos a favor, ninguno en contra, veintiséis abstenciones.
Enmiendas número 133, 134 y 136 a 150, del Grupo Parlamentario Socialista, que solicitaban la adición de un nuevo título...

El señor Diputado BERNAL BERNAL [desde el escaño]: Señor Presidente, ruego votación separada de la 133 por un lado, 134 por otro y todas las demás juntas ya.

El señor PRESIDENTE: Bueno. Votamos en primer lugar la enmienda 133. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Veinte votos a favor, treinta y nueve en contra, cinco abstenciones. Se rechaza la enmienda 133.
Enmienda 134. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Diecinueve votos a favor, cuarenta en contra, cinco abstenciones. Se rechaza la enmienda 134.
Y votamos a continuación la 136 a 150, todas conjuntamente. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Diecinueve votos a favor, treinta y nueve en contra, seis abstenciones. Quedan rechazadas las enmiendas 136 a 150.
Votamos a continuación el voto particular del Grupo Parlamentario Popular frente a la enmienda 66, del Grupo Parlamentario Mixto. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? ¿Votos a favor del voto particular del Grupo Parlamentario Popular frente a la enmienda número 66, del Grupo Parlamentario Mixto, admitida en ponencia? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por veintiséis votos a favor, treinta y ocho en contra, ninguna abstención, se rechaza el voto particular.
Artículo 17. Se ha mantenido la enmienda número 70, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cinco votos a favor, treinta y nueve en contra, veinte abstenciones, se rechaza la enmienda número 70.
Y votamos, en consecuencia, el artículo 17 del proyecto de ley. ¿Votos a favor del artículo 17? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Cincuenta y ocho votos a favor, cinco en contra, una abstención. Queda aprobado el artículo 17.
El artículo 19 tenía dos enmiendas: una de ellas ha sido retirada, y, por tanto, queda solamente la enmienda 76, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida. Votamos en primer lugar la enmienda 76 al artículo 19. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cinco votos a favor, veintiséis en contra, treinta y tres abstenciones, se rechaza la enmienda 76.
Y votamos el artículo 19 del proyecto. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba el artículo 19 por cincuenta y nueve votos a favor, cinco en contra, ninguna abstención.
Artículo 20, con la enmienda número 80, que votamos en primer lugar. ¿Votos a favor de la enmienda número 80, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Cinco votos a favor, treinta y nueve en contra, veinte abstenciones. Se rechaza la enmienda número 80.
Y votamos, en consecuencia, el artículo 20 del proyecto. ¿Votos a favor del artículo? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba por unanimidad.
Artículo 21, al cual se ha mantenido la enmienda número 83, de Izquierda Unida. Votamos en primer lugar esta enmienda. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Cinco votos a favor, cuarenta en contra, diecinueve abstenciones. Se rechaza la enmienda 83.
Y votamos a continuación el artículo 21 del proyecto. ¿Votos a favor del artículo? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cincuenta y nueve votos a favor, ninguno en contra, cinco abstenciones, se aprueba el artículo 21.
Artículo 23...

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Presidente

El señor PRESIDENTE: ¿Sí?

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Retiramos, como ya he anunciado, la enmienda 84.

El señor PRESIDENTE: La enmienda 84. Con lo cual el artículo 23 queda sólo con la enmienda 86, de Izquierda Unida, que la votamos en primer lugar. ¿Votos a favor de la enmienda 86? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se rechaza la enmienda 86 por cinco votos a favor, cincuenta y nueve en contra y ninguna abstención.
Y votamos el artículo 23 del proyecto. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba por unanimidad.
Artículo 68, al que se mantiene la enmienda número 168, del Grupo Parlamentario Socialista. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se rechaza la enmienda 168 por veinticinco votos a favor, treinta y nueve en contra, ninguna abstención.
Y votamos consecuentemente el artículo 68 del proyecto. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba el artículo 68 por cuarenta y cinco votos a favor, diecinueve en contra, ninguna abstención.
Artículo 77, con la enmienda 180, del Grupo Parlamentario Izquierda Unida, que votamos en primer lugar. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cinco votos a favor, cincuenta y nueve en contra, ninguna abstención, se rechaza la enmienda 180.
Y votamos a continuación, en consecuencia, el artículo 77 del proyecto de ley. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Cincuenta y nueve votos a favor, ninguno en contra, cinco abstenciones. Se aprueba el artículo 77.
Hemos de votar también la enmienda número 200, del Grupo Parlamentario Socialista, que solicita la incorporación de una disposición adicional segunda bis. ¿Votos a favor de la enmienda? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por veinticinco votos a favor, treinta y nueve en contra, ninguna abstención, se rechaza la enmienda.
A la disposición derogatoria se ha mantenido también la enmienda número 206, del Grupo Parlamentario Socialista, que pasamos a votar a continuación. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se rechaza la enmienda 206 por diecinueve votos a favor, cuarenta y cinco en contra, ninguna abstención.
Hemos de votar la disposición derogatoria, a la cual se había planteado esta enmienda que acabamos de votar. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba la disposición derogatoria por cuarenta y cinco votos a favor, diecinueve en contra, ninguna abstención.
Disposición final segunda bis, incluida por la ponencia, con un voto particular del Grupo Parlamentario Popular, frente al texto transaccional elaborado con la enmienda número 194, del Grupo Parlamentario Mixto. ¿Votos a favor del voto particular del Grupo Parlamentario Popular? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se rechaza el voto particular por veintiséis votos a favor, treinta y ocho en contra, ninguna abstención.
Votamos, en consecuencia, la disposición final segunda bis. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se aprueba la disposición final segunda bis por treinta y ocho votos a favor, veintiséis en contra, ninguna abstención.
A la disposición final segunda ter incluida por la ponencia se ha mantenido también el voto particular del Grupo Parlamentario Popular, frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas números 58, del Grupo Mixto, y 151, del Grupo Parlamentario Socialista. Votamos, por tanto, el voto particular del Grupo Parlamentario Popular. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Se rechaza el voto particular por veintiséis votos a favor, treinta y ocho en contra, ninguna abstención.
Y votamos la disposición final segunda ter en consecuencia. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por treinta y ocho votos a favor, veintiséis en contra, ninguna abstención, se aprueba la disposición final segunda ter.
Nos quedan por votar el título de la ley y los títulos y capítulos de la misma. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por sesenta y cuatro votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención, es decir, por unanimidad, se aprueban el título de la ley y los títulos y capítulos de la misma.
Con ello, queda aprobado el dictamen de la Comisión de Educación y Cultura sobre el proyecto de ley de patrimonio cultural aragonés.
Si los grupos parlamentarios desean hacer uso del turno de explicación de voto, pueden comenzar.
Grupo Parlamentario Mixto.

El señor Diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor Presidente. Señorías.
Hemos votado a favor de esta ley porque estamos convencidos de que ésta va a ser una ley crucial, una ley fundamental, una ley que va a determinar claramente ya la política cultural, porque el concepto de patrimonio cultural que de ella se deriva es muy amplio, es global y es fundamental para desarrollar cualquier tipo de políticas culturales, y va a determinar las acciones del gobierno en otros ámbitos. Por eso, hemos votado a favor de esta ley.
A partir de estos momentos, el Gobierno de Aragón y la comunidad autónoma disponen ya de instrumentos, disponen de la obligación de poner en marcha los planes de actuación, con fijación de calendarios y con fijación de partidas presupuestarias plurianuales, y disponemos de instrumentos tan fundamentales como el Consejo Aragonés del Patrimonio Cultural o el Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón.
Creo que podemos estar muy orgullos de esta ley. Unicamente, porque se ha hecho una referencia a la votación de algunos grupos a las enmiendas del PSOE por parte de su portavoz, señora Abós, hemos votado sólo dos de las enmiendas del Grupo Socialista a favor de las que mantenía, sólo dos, porque creemos que eran las dos únicas que, desde nuestro humilde punto de vista, aportaban algo a este texto. Y esas dos enmiendas eran la que hablaba del 1% cultural y la que hablaba -que creíamos que era una aportación interesante- de los cuerpos de vigilancia.
Esas dos las hemos votado a favor. Las demás no las hemos votado a favor porque en unas simplemente nos hemos abstenido porque creíamos que no eran importantes, y directamente algunas las hemos votado en contra porque es que creíamos que descuajaringaban la estructura de esta ley. Una ley que creo que, como usted misma ha reconocido, se ha llevado adelante en su estructura, reelaborándola con el trabajo de todos los ponentes (y especialmente de la letrada doña Vega Estella); pero, como bien recordará, precisamente usted estaba en contra de esta estructura. Luego si es tan maravillosa, que lo es, no podíamos votar esos artículos, sobre todo las enmiendas 136 a 150, en la que usted planteaba remover la estructura de esos artículos.
Y, en concreto, nosotros creemos que no pasa nada por que archivos, bibliotecas y museos queden como los parques culturales, como la ley de lenguas o como el Instituto de la Cultura y del Patrimonio de Aragón: como apéndices desarrollados al margen de la ley marco, y no pasa nada. Pero hoy estoy tan contento, tan feliz, tan exultante, que no tengo ganas ni de discutir, señora Abós. Creo que nos podemos felicitar.
Muchas gracias.

El señor Vicepresidente Segundo (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Bernal.
Para el turno de explicación de voto del Grupo Parlamentario Izquierda Unida de Aragón, tiene la palabra el señor Rubio.

El señor Diputado RUBIO FERRER: Gracias, señor Presidente.
También con brevedad, para explicar la posición final de nuestro grupo parlamentario en relación con esta ley.
Como se ha podido observar, la mayoría de nuestras votaciones han sido positivas, salvando algunos artículos en los que, habiendo mantenido las siete enmiendas referidas al principio de mi intervención, no hemos podido dar nuestro apoyo a los mismos.
En la globalidad de nuestra explicación de voto, también me gustaría dejar claro, dejar sentado en esta tribuna, que nosotros creemos que el trámite de la ley ha sido positivo y ha hecho, en ese sentido, fácil nuestro apoyo global a la misma, con las excepciones planteadas anteriormente. Creemos que la ley merecía la pena, la ley merecía el esfuerzo que se ha realizado en ponencia por parte de todos los componentes, y, en cualquier caso, quiero explícitamente indicar por qué, además, especialmente, nuestro grupo parlamentario ha votado a favor de esa globalidad: porque algunos de los elementos que intentamos introducir con nuestra enmiendas han sido aceptados, son cuerpo de ley y, por lo tanto, eso nos satisface.
Ya he hecho referencia inicialmente a la introducción de la filosofía de la educación dentro del patrimonio, de la desconcentración de funciones culturales hacia las comarcas, y de la introducción del patrimonio industrial con el interés de la creación del museo de la ciencia y de la técnica.
Pero también hay otros aspectos que a nosotros nos parecen de interés. Creo que, a través de algunas de las enmiendas de Izquierda Unida, hemos intentado hacer más transparente la ley, más transparente, sobre todo, en la gestión de los criterios a desarrollar en el ámbito de la creación de la catalogación de los bienes de interés cultural, y el resto de los bienes tanto catalogados como registrados e inventariados. Creo que se ha conseguido introducir elementos de transparencia y de participación pública en los mismos -es algo que nos satisface especialmente-.
También se ha introducido otro aspecto de interés para nosotros, que es el inventario y la recuperación de los pueblos abandonados.
Y, por último, aunque sea una cuestión de detalle, nos parece muy interesante que a instancia de Izquierda Unida se haya recogido también el hecho de que, cuando un particular o una institución denuncie atropellos contra el patrimonio cultural, estos denunciantes tengan que ser informados por la administración de los trámites que han puesto en marcha para desarrollar su queja. Este es un aspecto que hemos conocido, por ejemplo, en un cuerpo de la Guardia Civil, que es el Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza, que también cubre aspectos de carácter patrimonial, y que se quejaban en algún momento determinado de que, habiendo iniciado denuncias y, por lo tanto, defendiendo el patrimonio, no solamente natural sino también el cultural, luego, este cuerpo de la Guardia Civil, este órgano de la Guardia Civil no sabía qué se estaba haciendo, si es que estaba haciéndose algo. Y, en ese sentido, parecían tener cierto desánimo. Eso lo hemos conseguido.
Y, por último, no solamente hemos votado a favor de nuestras enmiendas, también hemos votado algunas enmiendas de otros grupos. Por eso, nos sorprende la intervención de la señora Abós, que, tan oportuna como siempre, quizá quiera decir cosas diferentes de las que dice en realidad. Nuestro grupo, señora Abós, ha apoyado varias de sus enmiendas, y en algunas nos hemos abstenido. Pero su grupo no ha apoyado ni una sola de las enmiendas que el Grupo Parlamentario Izquierda Unida ha mantenido. Por lo tanto, si alguien podría tener queja en este sentido de otros grupos de la oposición, sería más nuestro grupo sobre su posición, que ha sido de ni un solo voto a favor de las siete enmiendas, cuando nuestro grupo sí que ha apoyado algunas que nos parecían interesantes, como el tema del 1% cultural, el tema de la creación del cuerpo de vigilancia e inspección, y alguna otra más que hemos podido apoyar.
En ese sentido, señora Abós, nosotros estaremos siempre a disposición de votar el contenido, no la forma; porque el contenido de las nuestras, cuando intentábamos sujetar, controlar, conseguir mayor participación pública, cuando la administración autonómica invierte dinero en inmuebles de carácter particular, a nosotros nos parece un contenido netamente progresista. Y, desgraciadamente, usted no ha votado ni una sola de ellas.

El señor Vicepresidente Segundo (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Rubio.
En representación del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, tiene la palabra el señor Caudevilla.

El señor Diputado CAUDEVILLA ARREGUI: Gracias, señor Presidente.
Realmente vengo aquí arrastrado por el entusiasmo parlamentario de mis compañeros ponentes, puesto que más de lo que hemos dicho en nuestra primera intervención, que es lo que habíamos acordado, poco más se puede decir.
Hemos apoyado, en nuestro grupo, todos y cada uno de los artículos, y ya hemos anticipado que todas nuestras enmiendas se habían aceptado o se habían transaccionado, por lo que nuestro voto, en lógica coherencia, ha sido abrumadoramente a favor de todos los artículos, y únicamente estábamos en contra de lo que hemos advertido, de los votos particulares del Partido Popular, que una vez más lamentamos, pero que no podemos si no celebrar que prosperen las enmiendas, puesto que junto con todas estas enmiendas y las nuestras constituimos un texto que estamos seguros de que es un buen proyecto de ley de patrimonio cultural de Aragón.
No podía ser de otro modo, puesto que, ya que no somos de los primeros, que sepamos aprovechar el ir tarde, pero bien. Desde ahora la pelota la tiene el gobierno, tiene un buen texto, y este gobierno y los sucesivos serán los que se encargarán de que el texto sirva para algo, o tengamos que salir a esta tribuna a recordar que no se cumple. Espero equivocarme.
Muchas gracias.

El señor Vicepresidente Segundo (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Caudevilla.
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Abós.

La señora Diputada ABOS BALLARIN [desde el escaño]: Gracias, Presidente.
Nosotros también estamos contentos del resultado, y hay que decirlo claramente. Presentamos una enmienda a la totalidad con un texto alternativo, hicimos un esfuerzo tan grande que se nos tiene que reconocer alguna singularidad en este proceso.
Y querríamos decir que, cuando nos referíamos a la falta de apoyo de otros grupos, sobre todo de izquierda, fundamentalmente nos referíamos a archivos, museos y bibliotecas y no a otros aspectos. Por eso, nadie tome en consideración mis palabras más que en ese puro sentido, porque creemos que de verdad se ha perdido un sentido compilatorio que en esta Ley era obligado.
Por lo demás, decir que el Grupo Socialista presentó cincuenta y dos enmiendas parciales, algunas de ellas de inusitada extensión para lo que es habitualmente una enmienda parcial, y que hemos mantenido siete enmiendas vivas, que no hemos podido hacer progresar, tres de ellas de particular interés político. Y, por eso, hemos anunciado que, en caso de gobernar, revisaremos esos aspectos. Esos y sólo ésos, porque del conjunto de la Ley sí que estamos satisfechos, como el resto de los grupos parlamentarios.
Gracias, Presidente.

El señor Vicepresidente Segundo (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señora Abós.
Para explicación de voto del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Calvo.

La señora Diputada CALVO PASCUAL: Gracias, Presidente.
Confío en que su benevolencia me permita, ya que, por primera vez -creo- en esta cámara, se ha impedido a un grupo parlamentario hacer uso de su legítimo turno en contra, me permita -decía- explicar cuál ha sido el sentido de nuestro voto con claridad, y yo me comprometo a hacerlo con la mayor brevedad de la que sea capaz.
Por lo que respecta a las enmiendas que ha mantenido Izquierda Unida, a nuestro juicio, eran enmiendas más bien testimoniales que pretendían reflejar una cierta impronta ideológica que poco atañía al fondo del proyecto de ley, ahora Ley.
En cuanto a la enmienda número 70, que afectaba al reconocimiento de las instituciones consultivas, la verdad es que todos los grupos llegamos a un acuerdo, excepto Izquierda Unida en una sola cuestión: el reconocimiento de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis. Y es algo que, realmente, yo todavía no entiendo, no entiendo qué tipo de alergia -y se lo digo con el mayor de los respetos y el mayor de los cariños- le produce esta institución.
La enmienda número 76 aportaba poco a lo ya regulado en cuanto a la colaboración que se debe mantener con las instituciones eclesiásticas, desde el momento en que el artículo 19 establece que velarán por la conservación y la difusión del patrimonio, colaborando con la Administración mediante los oportunos convenios, y se crea una comisión mixta que ha de hacer el seguimiento de esa colaboración.
La enmienda número 80 pretendía -y por eso también la hemos votado en contra- el mismo objetivo que el artículo 62 six: que los propietarios de bienes inmuebles que hayan recibido subvención o ayuda pública faciliten la realización de actividades culturales en los mismos. Lógicamente, estamos hablando de la utilización de una propiedad privada, y a nosotros sí nos parece coherente que las fechas, las condiciones, las acuerden ambas partes y no la Administración de una forma unilateral.
En cuanto a la enmienda número 86, la verdad es que era otra que, como la anterior, a nuestro juicio, procedía haber sido retirada, en la medida que introducía las mismas competencias que ya les eran reconocidas -les son reconocidas- a los ayuntamientos en el artículo 22.
Y, por último, la 180 incide de nuevo en esa pseudoaversión a la propiedad privada que le lleva a rechazar esas reducciones en la base del impuesto de sucesiones, sin querer entender que, precisamente, lo que pretendíamos el resto de los grupos parlamentarios era fomentar que los particulares, que los propietarios, contribuyan en la comprobación del patrimonio, que es una propiedad suya, que es una propiedad privada, pero que es un bien que deben poner a disposición de todos los aragoneses para su disfrute. Y, por tanto, considerábamos que debíamos recoger medidas de fomento y medidas que posibilitasen la función social que debe tener el patrimonio, una función social en la que todos los grupos parlamentarios estábamos, por otra parte, de acuerdo.
Las presuntas grandes carencias del proyecto de ley que ponía de manifiesto -no tanto hoy, en la tribuna, como en la prensa estos días- la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista merecen un mayor detenimiento que las enmiendas anteriores. No entienda el portavoz de Izquierda Unida que las considero de mayor calado que las suyas, que no es el caso, pero sí, cuando menos, merecen un detenimiento directamente proporcional a lo injustificado, a nuestro juicio, del carácter de su defensa.
Decía la portavoz socialista que poco tiene que ver el proyecto de ley, ahora Ley, con el inicialmente presentado por el Gobierno. Es cierto que ha habido incorporaciones importantes, pero no se las atribuya todas, no se las atribuya todas porque la mayoría han sido fruto del consenso, han sido fruto de transacciones y han sido fruto también, y fundamentalmente, del trabajo, del esfuerzo, que realizó la letrada Vega Estella, un estudio entusiasta, un estudio comparativo de todos los tratamiento legales que daban al patrimonio el resto de las comunidades autónomas.
Inevitablemente, teníamos que transaccionar e incorporar aportaciones de su texto alternativo, señora Abós, inevitablemente, porque el texto del Gobierno y el suyo eran textos paralelos, complementarios, e incluso me atrevería a decir mellizos. Y por una razón muy clara -usted lo reconoció en el pleno del debate a la totalidad y lo ha vuelto a reconocer hoy-: ustedes preparaban una proposición de ley, el Gobierno les sorprendió con la presentación de este proyecto de ley -una cuestión que ustedes no esperaban-. Y, en ese mismo debate, usted decía: «La presentación por parte del Gobierno de su texto nos hizo -es verdad- apresurar la redacción y convertirlo en texto alternativo». Y eso se ha notado y no consiguieron en su momento que, realmente, lo fuese, que fuese alternativo.
Me centraré ya en las enmiendas: enmiendas 125, 133, 134 y de la 136 a la 150, todas ellas referentes al patrimonio documental, bibliográfico y museístico. Podríamos haber creado un título específico, señora Abós, podríamos haber creado un título específico que habría recogido la composición de dicho patrimonio, la definición de los bienes que lo componen y la referencia a la legislación específica por la que se debían regir. Se elaboró una propuesta -la tenemos todos por escrito- recogiendo parte del contenido de sus enmiendas, después de hacer un estudio comparativo del tratamiento que el resto de las comunidades autónomas conceden a este tipo de bienes en su respectiva legislación. Todos los grupos estábamos dispuestos a trabajar sobre aquella propuesta, pero tengo que decir en esta tribuna que usted nos arrebató esa posibilidad, nos la arrebató porque no permitió que utilizásemos sus enmiendas si no se introducían en su integridad. Y eso, a mi juicio, no es voluntad o no era la necesaria voluntad de mejorar este Ley. Fue una actitud que rompió claramente la dinámica de trabajo que habíamos llevado hasta ese momento y que podría haber roto el consenso que finalmente hemos alcanzado si desde el Grupo Parlamentario Popular hubiésemos actuado con la misma intransigencia de la que hizo gala en aquella ocasión y de la que, además, se ha permitido la licencia de acusarnos.
No podíamos introducir -y por eso hemos votado en contra de aquella batería de enmiendas- unas enmiendas que reproducían de forma incompleta las leyes 6, 7 y 8 del ochenta y seis, dejando en el vacío cuestiones tan importantes como las obligaciones de los propietarios de los archivos, el acceso de los ciudadanos a los archivos, a las bibliotecas y a los museos, o las infracciones que se pueden producir en materia de patrimonio documental. Pero no por no introducirlas, no por haberlas votado en contra, se puede calificar al proyecto de ley de incompleto. El texto remite a la legislación específica, como hace con el caso de los parques culturales, que en este caso concreto, lógicamente, será revisada y actualizada.
Por lo que respecta a la enmienda número 154, también la hemos votado en contra. Y decir que el patrimonio arqueológico recibe un tratamiento incompleto y poco profundo es del todo un atrevimiento, todo un atrevimiento porque el título tercero ha recogido de forma transaccional cuatro de las cinco enmiendas que le afectaban. Eso sí, al no aceptar esta enmienda número 154, como hemos hecho hoy, no hemos vuelto a recoger lo ya establecido en los artículos 66 (párrafo 1) y 67 (párrafos 4, 5 y 6) del inicial proyecto de ley.
Como era también un atrevimiento a nuestro juicio, y por eso no lo hemos apoyado, el plantear que se destine el 1% del presupuesto de gastos de la Comunidad Autónoma, aunque sean excluidos los capítulos 3 y 9; un atrevimiento y una valentía que no tuvieron, señores del Grupo Parlamentario Socialista, cuando estaban en el Gobierno. Y tampoco podíamos compartir la creación de un cuerpo específico de vigilancia e inspección, puesto que es una decisión de unas repercusiones incalculables que supongo que el Grupo Parlamentario Socialista no ha cuantificado desde el punto de vista económico.
Por lo demás, y para terminar, quiero manifestar nuestra satisfacción por la aprobación de esta Ley, por la aprobación de esta Ley y por el alto grado de consenso que ha alcanzado. Todos los grupos han reconocido en ella su sello. Por tanto, dos conclusiones: no es una ley de nadie, lo es de todos, fundamentalmente de todos los aragoneses, y, además, todos estamos orgullosos del texto que hemos conseguido.
El Gobierno acometió la labor de elaborar una base, de elaborar un texto marco regulador de nuestro patrimonio, cuestión que hasta ahora ningún gobierno había abordado. Es de justicia, por tanto, felicitarlo. Además, los grupos parlamentarios hemos hecho aportaciones importantes, mejoras sustanciales que han dado lugar a una Ley ahora ya que sienta las bases para el desarrollo de una política cultural adecuada y ambiciosa en materia de patrimonio.
Como decíamos, una ley importante, una ley moderna y un ejemplo de la importancia de desarrollar nuestra capacidad para legislar.
Gracias, Presidente.

El señor Vicepresidente Segundo (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señora Calvo.
Finalizado este punto, pasamos al segundo punto del orden del día: debate y votación de la proposición no de ley número 153/98, sobre el Teatro Fleta de Zaragoza,...
Por favor, ruego a los señores Diputados se abstengan de hacer manifestaciones en voz alta que impidan que se termine de explicar a qué se refiere el punto que vamos a debatir.
Repito: debate y votación de la proposición no de ley número 153/98, sobre el Teatro Fleta de Zaragoza, presentada por el Grupo Parlamentario Mixto. Tiene la palabra para presentación y defensa, en representación de dicho Grupo, el señor Bernal.

CORTES DE ARAGÓN
Palacio de la Aljafería
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