El señor Diputado LANZUELA MARINA: Muchas gracias, señor Presidente.
Me voy a dirigir al señor Marco. Muchas gracias, señor Marco, por acompañarnos en esta segunda iniciativa que hoy, a propuesta de mi Grupo, hemos traído al Pleno.
Espero que en la vida que me queda en este parlamento, tanto en la oposición como en el Gobierno, no tenga actuaciones de este tipo, señor Presidente, y lo pongo a usted y a mis compañeros de escaño, a todos, de testigos: si algún día tengo otras obligaciones para con Aragón, para con esta cámara, desde luego, no haré lo que acaba de hacer el señor Marco, en un asunto que pienso que es bastante importante y que él se había comprometido ante los zaragozanos y los aragoneses. Aquí pongo a todos ustedes por testigos de que hay otras formas y otro talante de hacer la vida parlamentaria.
El pasado día 5 del presente mes hubo un comunicado de la Diputación General de Aragón a los medios de comunicación en el que se anunciaba un ambiciosísimo proyecto de convenio y apoyo al Ayuntamiento de Zaragoza, valorado en quince mil ciento setenta y tres millones de pesetas, en diferentes partidas, para la ciudad de Zaragoza.
Dice textualmente aquel comunicado que "los comienzos de dicha colaboración entre el Ayuntamiento y el Gobierno de Aragón se perfilaron en la reunión de Nuévalos". Al parecer, hay diversas interpretaciones de lo que sucedió en la reunión de Nuévalos: en algunos casos, casi ni existió esa reunión; en otros, no asistieron determinados invitados, según se ha podido ver por la prensa, en la que algunos ciudadanos hemos podido ir siguiendo; en otras interpretaciones, se dice que no se tomó ningún tipo de iniciativa. Fue aquello una especie de merienda de amigos, y eso lo he leído en la prensa, no estoy dando valoraciones de ningún tipo.
En este caso, que es un comunicado oficial del propio Gobierno de Aragón, se dice que se tomó esta iniciativa, importantísima, de quince mil ciento setenta y tres millones. Y se decía que para más detalle -como en los toros: programa de mano-, el programa de mano venía al día siguiente buzoneado en toda la ciudad de Zaragoza y, verdaderamente, siento que no esté don Antonio González Triviño, alcalde de la ciudad, para hacerle una pequeñísima observación: yo siento mucho, como ciudadano de esta Zaragoza nuestra, la de todos, no de esta Nuestra Zaragoza, sólo de algunos..., y, realmente, esta publicación es inefable, y yo no voy a entrar en calificarla porque no tiene desperdicio. Pienso que a cualquiera de los profesionales de los medios de comunicación que hoy nos acompañan, aquel día les produciría un cierto sonrojo ver determinadas cuestiones que salían allí. Sinceramente, me parece grave hacer una publicación de estas características con dinero público, pero que tampoco es el fondo de la cuestión el medio en cómo nos anunciaron ustedes a los ciudadanos aragoneses cómo no sólo había unas vidas paralelas aquí, que algunos no conocíamos, sino que, además, hacía unas valoraciones iniciales, aquí sí que hacían valoraciones iniciales para otras cuestiones, como era la Universidad, y no hay posibilidad de hacer unas valoraciones iniciales del convenio, pero aquí sí, hay un detalle muy concreto de cómo se reúnen quince mil ciento setenta y tres millones de pesetas.
Yo no querría entrar en argumentos amplios, que esto da para todo y, sobre todo, de parlamentarios mejores que el que ahora mismo les dirige la palabra sacarían punta abundante del fondo y la forma de este asunto, pero me voy a limitar, por el momento, a preguntar lo que la interpelación dice.
En primer lugar, si son ciertas las cifras, por qué a los pocos días ya eran otras, a los siguientes eran otras distintas y llegaron, incluso, a hacer un comunicado, después de un Consejo de Gobierno, en el que se habían tomado presuntamente una serie de acuerdos que vinculaban al Gobierno en firme, en relación al Ayuntamiento de Zaragoza, y, en este caso, ya no sólo la "pedrea" era para el Ayuntamiento de Zaragoza, sino que entraban también los queridos de Huesca y de Teruel y las tres diputaciones. Esta "bonoloto" famosa cubría a otras instituciones aragonesas, pero se reducían las cifras de nuevo; entonces, las cifras maravillosas del primer día fueron menores en el tercero y fueron menores en el cuarto y ya coparticipadas. Mientras tanto, los setecientos veinticinco o veintiséis restantes ayuntamientos se frotaban las manos esperando que viniera el benefactor a repartir la lluvia de millones.
Yo querría... -he leído que va a contestar usted, señor Tejedor-, desde el respeto más profundo y sin ningún tipo de consideración ajena a lo que realmente se mantiene en la pregunta, saber lo siguiente: ¿cuando ustedes tomaron el acuerdo en el Consejo de Gobierno sabían, exactamente, de dónde iba a salir la financiación, con partidas exactas y escuetas? ¿O es cierto lo que han dicho algunos medios de comunicación, y lo han dicho a grandes líneas y no ha sido desmentido, que ustedes no sabían de qué partidas iban a salir ni de qué manera se iban a financiar, caso por caso, los proyectos que anunciaron a bombo y platillo?
Por último, querría referirme un poco a la política general que se está llevando, en este caso, con los ayuntamientos, que creemos, desde mi Grupo, que, desde luego, es otra la manera de enfocar la financiación, la difícil financiación de las corporaciones locales. Ayer y anteayer ha salido en toda la prensa nacional una reunión muy seria, convocada por siete ayuntamientos no de las principales ciudades, sino de las más grandes de España, y ahí hay que empezar a hablar seriamente, hay que llevar a las tres administraciones a una mesa de negociación muy seria, desde todos los partidos, y resolver el asunto de las tres financiaciones por los canales de la razón y no por los canales de este voluntarismo, que yo querría hacer un poquito de historia.
Me parece que tiene precedentes en varias cuestiones, no sólo en la historia de otros países, sino en la propia nuestra, en momentos de crisis, como es ahora, y en algunos, ya en el siglo XVII, surgían arbitristas que daban soluciones mágicas, como ésta que da el señor Marco no sólo para el Ayuntamiento de Zaragoza, sino en esa otra que nos da para Teruel, que nos va a convertir en Kuwait en muy poco tiempo, y luego la pondría en paralelo.
Permítanme que tenga un detalle que me llamó la atención, un pequeño detalle de humor, que no es mío, que lo traía un periódico, y hay otros alcaldes, otros políticos nacionales, que están buscando soluciones de otro tipo, que no son las que nosotros propugnamos. El otro día, concretamente el 20 del diez del noventa y tres, venía en la página treinta y siete de Diario 16 lo siguiente: "La caótica situación de los ayuntamientos obliga a algunos a dejar de pagar y a otros a confiar tan solo en la suerte. Tal es el caso del alcalde de la localidad vizcaína de Kortezubi, José Antonio Bastegieta, quien ha convencido a la corporación para que cada semana selle un boleto con ocho apuestas de la lotería primitiva, con el propósito de obtener fondos que saneen la hacienda local. Este Ayuntamiento de Kortezubi, muy cerca de Guernica, ha puesto en manos de su alcalde noventa mil pesetas anuales de dieta, parte de las cuales se utilizarán para pagar los boletos de la primitiva. La corporación jugará la misma combinación todas las semanas, y los corporativos que deseen conocerla deben comprometerse a no desvelar los números a terceros".
Yo pienso que esto es mucho más modesto, que el Ayuntamiento de Kortezubi ha puesto soluciones a esto, pero mucho más modestas: van a jugar con noventa mil pesetas anuales a la primitiva. Pero aquí, el señor Marco juega a órdago grande todos los días, y no sabemos ni siquiera si tenemos la pequeña oportunidad de jugar a la primitiva y que, a lo mejor, el azar nos acompañe y nos traiga unas pesetillas no sólo al Ayuntamiento de Zaragoza, sino a la Comunidad.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lanzuela.
Respuesta de la Diputación General. Señor Tejedor, tiene la palabra. Diez minutos, señor Tejedor.
El señor Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (TEJEDOR SANZ): Señor Presidente. Señoras Diputadas y señores Diputados.
La escuela de la oposición parlamentaria, señor Lanzuela, es dura; yo le podría dar algunas clases de ella, después de haber estado seis años, y, en consecuencia, algunos de los trucos que usted pretende emplear en esta tribuna no valen, y digo que no valen cuando ha pretendido hacer una llamada de atención a la no presencia, en estos momentos del debate, del Presidente de la Comunidad Autónoma, porque si quiere que le diga yo el catálogo pormenorizado de ocasiones en las que no estaba el entonces presidente de la Comunidad Autónoma, señor Eiroa, el entonces presidente de la Comunidad Autónoma, señor Gómez de las Roces, y usted mismo, cuando era Consejero de Economía, en temas que eran de su incumbencia, pues eran muchos, y me parece lógico y razonable. El señor Presidente de la Comunidad Autónoma ha tenido una llamada y ha tenido que salir a atender una cuestión de total necesidad.
Y como nosotros entendemos que el Gobierno ya no es un gobierno de reino de taifas, sino solidario en sus planteamientos y coherente en sus propuestas, cualquiera de los Consejeros o Consejera que forman parte de él pueden, legítimamente, salir a defender posiciones tan importantes como las de la cuestión que ahora debatimos.
Mire usted, señor Lanzuela, como esto es el foro parlamentario de las Cortes de Aragón, no es el Ayuntamiento de la ciudad de Zaragoza, voy a atenerme a explicar estrictamente por qué impulsamos una modificación presupuestaria por importe de doce mil millones de pesetas. Digo eso porque sobre Nuestra Zaragoza, que, al parecer, no le gusta nada, pues diga a sus compañeros de partido del grupo municipal del ayuntamiento de la ciudad que planteen allí que la revista cambie de orientación, que no se edite, o que saquen las vidas de usted mismo o de alguno de sus compañeros. Este no es el foro concreto donde tenemos que hablar de ello.
La cuestión es la siguiente: desde hace aproximadamente un mes, hay un nuevo Gobierno en esta Comunidad Autónoma, que tiene la obligación moral y política de adecuar sus objetivos con un presupuesto en condiciones, en condiciones con lo que pretende el Gobierno, porque el presupuesto, el presupuesto de una institución, no es más que la traducción en cifras de los objetivos políticos de esa institución, y nosotros votamos "no" al presupuesto que ustedes presentaron, y como votamos "no" es legítimo que tratemos, en el mismo foro donde se aprobó ese presupuesto, de cambiar las orientaciones del mismo. Y como queremos cambiar las orientaciones del mismo, en función de cuáles son nuestras prioridades, lo primero que tenemos que hacer es tratar de modificar la orientación, como digo, de esa Ley de presupuestos de 1993. Luego es simple sensatez política, y así de sencillo, lo que hemos pretendido cuando hemos tomado ese acuerdo en el consejo de gobierno.
Razones que nos avalan. Primera de todas: porque hemos visto que hay casi treinta mil millones de pesetas en el presupuesto que ustedes no habían ejecutado, y como bastantes de las acciones allí definidas creemos nosotros que no son hoy prioritarias, sino que lo prioritario es poner en marcha un plan de inversiones en infraestructura, en equipamientos sociales, y un plan que dinamice e incida directamente en aquellos sectores de la sociedad que estaban olvidados por ustedes en el Gobierno, es por lo que hemos creído necesario plantear esa modificación, por importe de doce mil millones de pesetas, que es lo único que usted habrá visto declarar, como tal, a los portavoces del Gobierno, y yo que soy el portavoz del mismo, cuando he comparecido en rueda de prensa para hablar del tema -porque Nuestra Zaragoza no es ninguna publicación del Gobierno de Aragón-, lo único que está claro es que la cifra que vamos a destinar para dinamizar la actividad económica en nuestra región, vía municipios y diputaciones provinciales es de doce mil millones, de acuerdo con lo que acordó un Consejo de Gobierno reciente y que es muy posterior a esa nota de prensa del área de comunicación e imagen, que usted, aquí, ha leído.
Las razones -digo- son cuatro fundamentales: primera, creemos en la apuesta de creación de empleo en Aragón, en la creación de infraestructuras y en el apoyo a los sectores sociales que precisan de ello.
Segundo, estamos por practicar una política de cooperación institucional y de solidaridad, de diálogo con las corporaciones locales, que han sido las grandes olvidadas, y con las diputaciones provinciales, que deben jugar el papel de ayuntamiento de ayuntamientos, sobre todo, en una región como la nuestra, donde más de quinientos municipios tienen menos de quinientos habitantes, ése es el papel que deben jugar las diputaciones, y ese papel lo entienden muy bien sus presidentes, y no el de hacer carreteras y atender hospitales o preocuparse de la asistencia psiquiátrica, y, en definitiva, ése es el cauce idóneo para dinamizar la vida económica en los pueblos y, en consecuencia, la creación de empleo.
Tercera razón: reforzar de esta manera la cuota de autonomía política de las corporaciones locales, que nos preocupa, y sin recursos económicos no hay tal autonomía política, es una entelequia. Entendemos que es la vía de transferir fondos para las obras que los ayuntamientos, en uso de esa autonomía, proponen, porque son los que mejor conocen la realidad, y no el gobierno subvencionador con parámetros clientelistas y de amiguismo, sino el que surge de las propias corporaciones y diputaciones que conocen esas necesidades, que es lo más adecuado.
Y el cuarto punto, que me parece el más importante: de esos doce mil millones, van cinco mil destinados al municipio de Zaragoza, y la razón -la cuarta, repito- es hacer simplemente justicia y solidaridad con la mitad de los aragoneses y aragonesas que han estado olvidados en seis años. En seis años, ustedes no han querido reconocer que el municipio de Zaragoza ha invertido más de cien mil millones de pesetas, de los que sólo un 2% han contado con ayuda supramunicipal, sólo, exclusivamente, porque como las diputaciones provinciales sólo pueden incidir en los municipios que no son la ciudad de Zaragoza, de acuerdo con las especificaciones legales, y como las diputaciones provinciales ya han hecho un gran esfuerzo financiando entre el 40% y el 60% de esas obras, y como aquí, en un esfuerzo también que todos dijimos que era necesario con esos municipios, excluimos a la ciudad de Zaragoza del fondo aragonés de participación municipal, resulta que nos habíamos olvidado. Y se estaban ustedes olvidando siempre, a pesar de que se lo decíamos, de la mitad de los aragoneses, exactamente de la mitad, cuando en las demás capitales de comunidad autónoma el 40% de sus inversiones han sido cofinanciadas por las comunidades autónomas, con la única excepción de Aragón y de su capital, Zaragoza, a pesar de reunir, proporcionalmente hablando, mucha más población la capital de Aragón que las capitales del resto de las comunidades autónomas, exceptuadas, obviamente, las uniprovinciales.
En consecuencia, señorías, ésas son única y exclusivamente las razones fundamentales por las que creemos que ha de hacerse de esta manera. Y con clara transparencia, tanta como que sus propios partidos tienen todo el juego del mundo a partir de ahora, como que han sido la propia Diputación Provincial de Teruel y el Ayuntamiento de Teruel quienes han saludado con albricias el que, al fin, el Gobierno de Aragón se acuerde decididamente de ellos. Como que van a ser las comisiones de gobierno o los plenos de las diputaciones provinciales los que van a aprobar el detalle y el desglose de las partidas de inversión de los fondos destinados a cada una de las diputaciones provinciales. Eso es juego democrático y claridad, eso es, porque cuando usted decía que nuestra Zaragoza es de todos y no sólo de algunos, el problema es que hasta ahora Zaragoza, desde luego, no era del gobierno de los aragoneses que tuvieron la responsabilidad de gestionar durante los seis últimos años y, por ello, nos parece razonable lo que hemos propuesto y, sobre todo, porque aquí estas Cortes van a tener la última palabra, que es lo importante: el presupuesto lo aprobó este parlamento y las modificaciones presupuestarias y el debate debe volver a producirse también en este parlamento.
Señorías, creo que estamos en el inicio de un tipo de política distinta, un tipo de política que no olvida la realidad municipal en esta Comunidad Autónoma y que no olvida que el reto más importante que tenemos entre todos es el de la creación de empleo, el fundamental, y al que tienen que dirigirse todos nuestros objetivos. Hasta ahora, la "bonoloto" que ustedes habían puesto en marcha hace unos años, y eso sí era "bonoloto", sólo premiaba a determinados ayuntamientos de cierto signo, a determinados amiguetes y a determinadas asociaciones, y todo ello porque ustedes se olvidaban, nada más y nada menos, que de uno de cada dos aragoneses, a los que no se trata de que les llegue la "bonoloto" del nuevo Gobierno regional, sino la simple solidaridad que los demás han tenido, por parte de todos los zaragozanos y zaragozanas, esa misma solidaridad durante el último sexenio.
Nada más, y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Tejedor.
Réplica del señor Lanzuela.
El señor Diputado LANZUELA MARINA: Gracias, señor Presidente.
Gracias, señor Tejedor, por sus explicaciones, aunque, verdaderamente, no ha contestado a la pregunta que le formulábamos: ¿de qué partidas sale exactamente? Porque usted sabe que en un presupuesto cada una de las cifras va acompañando a una serie de proyectos. Usted nos tendrá que decir si en este caso continúa como portavoz para este asunto, qué proyectos van a eliminar desde el actual Gobierno para poder hacer otros.
Yo no voy a entrar en algunas cuestiones, pero ha dado usted, realmente, origen a que pudiera tener una intervención ahora mucho más amplia de lo que el Reglamento señala, pero algunas observaciones sí le quiero hacer.
En lo que a mí respecta, cada uno daremos cuenta de lo que hemos hecho, de nuestros actos. En los actos que yo tuve como Consejero de Economía del Gobierno anterior y del anterior, hice, antes de salir, un pequeño resumen porcentual de cuál había sido la distribución de los recursos que se habían dado desde la responsabilidad de mi Departamento: más del 50% de los recursos fueron a parar a ayuntamientos y proyectos hechos en ayuntamientos de signo socialista, con algunos casos que le puedo citar de testigos, como es el Ayuntamiento de Pedrola, el de Sabiñánigo, el de Teruel, antes y ahora, el de Huesca, el de Cariñena, el de Borja, el de Epila..., por citarle algunos nada más, por citarle Escucha, Montalbán, Utrillas, etcétera, etcétera, donde, además, lo hacíamos, hombro con hombro, con la entidad local y, en algunos casos, con auténtica creación de empleo, a través de la iniciativa privada.
Y le quiero recordar, señor Tejedor, que hace apenas tres días, el señor Presidente del Gobierno de la nación, don Felipe González, decía en un acto, que tuvo mucha transcendencia en Granada, y se lo decía a sus compañeros del Partido Socialista: "el empleo lo crean los empresarios, la iniciativa privada". El empleo lo crean los empresarios, y hay que propiciar las condiciones para que los empresarios (los grandes, los pequeños y los medianos) inviertan, y ahí está el secreto, y no regalando butacas para el audiorama de Zaragoza, entienda. Y cuando se llama a algo un plan de choque para el empleo, realmente, no tiene nada que ver con comprar butacas para el audiorama de Zaragoza, señor Tejedor, se lo digo con todo el respeto, y me parece que no hace falta abundar en este asunto.
Y después, yo pensaba que esta cuestión de Zaragoza frente al resto estaba ya un poquito en los archivos. Mire, es cierto que Zaragoza tiene la mitad de la población aragonesa, pero ¿qué territorio tiene Aragón?, ¿qué territorio tiene el municipio de Zaragoza?, porque las grandes obras de infraestructura, las obras auténticamente caras hay que hacerlas en el resto del territorio, y hay que hacerlas si queremos reequilibrar en el resto del territorio, porque Zaragoza ha tenido una posición relativamente mucho mejor que el resto del territorio, mucho mejor que el resto de los setecientos veintiocho ayuntamientos.
Entonces, además de que no es cierto que los dos gobiernos anteriores no hayan hecho cosas muy importantes, sólo por citarle una: yo pude crear con los responsables del Ayuntamiento de Zaragoza el CEEI Aragón, que está teniendo un éxito bastante notable, y en el cual me cupo el honor de estar de presidente de esa iniciativa, y de vicepresidente, el teniente de alcalde de la ciudad; y lo mismo en un plan de empleo para la ciudad, por recordarle algunos. Y en este momento estábamos siguiendo un ambiciosísimo programa inversor alrededor del aeropuerto de Zaragoza, y yo fui a visitar al señor alcalde para decirle que, en el momento que hubiese alguna posibilidad, nos integraríamos en proyectos realmente importantes para la generación de riqueza, de empleo y de futuro en esta ciudad. Y otros muchos que otros días vendrán para revisarlos.
Le reitero, señor Tejedor, que no ha contestado a mi pregunta: de qué partidas, qué proyectos van a dejar de hacer de los que estaban previstos en el anterior Gobierno. Y es cierto que el presupuesto fue apoyado con un proyecto que trajo el anterior gobierno, pero fue aprobado mayoritariamente, y hay que respetar lo que mayoritariamente se ha aprobado en estas Cortes, con las modificaciones que sean necesarias, pero, hombre, modificaciones como las que proponían de miles y miles de millones cuando teníamos una capacidad inversora relativamente modesta en esos presupuestos, era darle completamente la vuelta.
Y le quiero decir dos cuestiones finales, señor Tejedor. A mí me preocupa, además, que detrás de esto se están despertando unas demandas que no podemos atender ni ustedes ni los que estén en este Gobierno, porque nuestros recursos son muy limitados, incluso nuestro recurso al endeudamiento, y ahí me preocupa muchísimo como ciudadano y como Diputado. Le ruego, por favor, que piensen muy bien y ayuden a pensar al señor Marco que ese recurso que tan tremendamente ha utilizado en su responsabilidad anterior de Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, y que la ha dejado en bancarrota, y esto es así, no es que sea una opinión política, es un hecho económico que la Diputación Provincial de Zaragoza está en bancarrota, y desearía, por el bien de ustedes, de los que están en el Gobierno, de los que estamos en la oposición, pero, fundamentalmente, por el bien de todos los aragoneses, que no sigan la línea que ha marcado el señor Marco en su anterior puesto institucional porque el resultado ha sido la bancarrota, y no hablemos ahí de clientelismos. Cuando quieran, y al margen de estos asuntos serios, hablaremos de diferencias de gestión y de talante de unos y otros, de clientelismos y de cuántos señores con un carné en la mano ha metido el señor Marco a trabajar en toda la provincia en la nómina de la Diputación Provincial de Zaragoza y cuántos metió el Consejero de Economía anterior, cuando quieran haremos la comparación.
Y, desde luego, vuelvo al fondo de la cuestión: le ruego, señor Tejedor, ruego a los miembros del Gobierno que están aquí que sean tremendamente cuidadosos con el endeudamiento, que es la única manera de poder cumplir mínimamente lo que están prometiendo, y esas líneas están muy ajustadas, y estábamos haciendo un esfuerzo tremendo en la dirección que está marcando el señor González -ni siquiera le voy a poner el señor Delors- para toda la Comunidad; hay que bajar el gasto público, hay que bajarlo. Y el año pasado fue esta Comunidad la que bajó voluntariamente el gasto público bajando el presupuesto, y le aseguro que eso no es agradable para nadie, para nadie, y le aseguro que hicimos un esfuerzo absolutamente coordinado con la Administración de la nación, con el Ministerio de Economía, para hacer un escenario presupuestario, que quiero preguntar un día también al señor Marco si lo van a cumplir o no. Nosotros lo estábamos cumpliendo. Y su Grupo, a mí, particularmente, me felicitó por constreñirme y constreñir al Gobierno de Aragón anterior en unas cifras muy modestas de endeudamiento para este año, para el siguiente y para el siguiente. ¿Lo van ustedes a continuar, o aquel documento en el que voluntariamente nos limitamos en la capacidad de endeudamiento, ustedes ahora tienen bula?, porque, naturalmente, lo tendremos que llevar.
Este año sí es cierto que había algunos miles de millones no comprometidos; en este momento, pondría de testigos a mis compañeros y, desde luego, a don Emilio Eiroa, de que íbamos a hacer un ajuste presupuestario este mismo año para reducir voluntariamente el gasto público y que íbamos a hacer un esfuerzo tremendo para volver a bajar el gasto público del año próximo. Si ustedes siguen ofreciendo la línea del endeudamiento para pagar a instituciones que ya están arruinadas y que nosotros no tenemos desde estas Cortes por qué discutir este asunto, yo pienso, porque no tenemos capacidad mayor de endeudamiento, y, desde luego, el Gobierno de Aragón bastante haría con cumplir -porque es muy difícil y no porque esté gobernado por ustedes o por otros-, con asumir financieramente todas las competencias que en este momento tenemos. Ya hay insuficiencia financiera, y si nos metemos a resolver o a prometer la resolución de otros problemas, le aseguro que el final será bastante triste.
Muchas gracias, señor Presidente.
[Aplausos de un espectador desde la tribuna del público.]
El señor PRESIDENTE: Señor Alierta, que yo sepa, no pertenece a esta cámara.
Dúplica del señor Tejedor.
El señor Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (TEJEDOR SANZ): Muchas gracias.
Señor Lanzuela, antes nos ha hablado del Ayuntamiento, ahora de la Diputación. Ustedes tienen una cierta tendencia a hacerlo donde no hay que hacerlo, y no sabe hablar más que de lo mismo: que si el amiguismo, que si el clientelismo y que si puestos de trabajo.
¿Me quiere decir usted cuántos familiares del actual Presidente de la Comunidad Autónoma trabajan en la Diputación Provincial o en la Comunidad Autónoma?, ¿trabaja su mujer, su hermano, su sobrino, alguien? Ninguno. No sé si todo el mundo podría decir exactamente lo mismo. O sea, no nos vengan, por favor, con ese argumento, que no sirve, que no sirve, y no sirve porque las diputaciones provinciales en Aragón, sus planes de cooperación, los planes de inversión en los municipios se han apoyado siempre por unanimidad, también por el Grupo Popular. Y si las diputaciones provinciales, no sólo las de Aragón sino las de buena parte de España, están en la situación financiera que están es porque en los últimos diez años ha habido que hacer un esfuerzo extraordinario para situar a nuestros municipios en cómo están en el momento actual. ¿Cómo estaban los municipios aragoneses hace diez años?, pero ¿ustedes se acuerdan? Y muchos de ustedes son de pueblo, que me parece muy bien [rumores], y ¿cómo estaban sus municipios hace diez años y cómo están ahora, señorías?, eso, qué ha sido, ¿gratis? Eso ha sido un esfuerzo de las diputaciones provinciales.
Claro que hay que hacer las grandes infraestructuras que dice usted; el problema es que ustedes no las han hecho en estos seis años, y también las vamos a hacer. Y como las vamos a hacer y como vamos a aprovechar toda la capacidad presupuestaria real de esta Comunidad Autónoma, toda, sepan ustedes que los presupuestos de 1994 van a ser unos presupuestos que no se van a parecer en nada a los anteriores, unos presupuestos que van a crear esas grandes infraestructuras, a crear las pequeñas infraestructuras que todavía requieren nuestros municipios, a apoyar la creación de empleo y a dinamizar, en general, la actividad económica.
Ya sabemos que el empleo lo crean las empresas, pero para que las empresas creen empleo, la Administración pública, y más este Gobierno que se llama socialista, actúa de locomotora, impulsando las grandes inversiones que mueven a las empresas: primero, a las que trabajan directamente, luego, a las indirectas y, luego, al sector servicios, o sea, es una auténtica locomotora. Desde luego, en ese empeño nos vamos a dejar la piel, y nos la vamos a dejar porque ha habido un desierto, un desierto que hemos atravesado en seis años, que no merecen los aragoneses, en esta ocasión, ningunos, tampoco los de la ciudad de Zaragoza. Y como ese esfuerzo hasta ahora lo han hecho, prácticamente, en solitario, por una parte, las diputaciones provinciales, y en cuanto a las grandes infraestructuras, únicamente el Gobierno del Estado, ahora le toca al Gobierno de la Comunidad Autónoma cargar con todo lo que ustedes no hicieron y que tenemos que hacer.
De dónde va a salir el dinero, dice. Señor Lanzuela, usted es Diputado de estas Cortes; en breves días, tendrá los expedientes de modificación presupuestaria, los va a tener y lo va a ver, y va a ver cómo ha cambiado el criterio y la orientación política del presupuesto, el cual se aprobó entonces por una mayoría parlamentaria equis, y estoy de acuerdo, pero ahora se ha conformado otra mayoría parlamentaria i griega, y el gobierno correspondiente tiene derecho a formular y reformular el destino de las partidas presupuestarias. En cualquier caso, sólo el 10% del presupuesto se ve afectado por estas modificaciones. En el primer semestre de 1993, ejercicio corriente, ustedes, entre incorporaciones y modificaciones presupuestarias, habían cambiado el 38% del signo del presupuesto: eso sí que es un cambio. Lo nuestro parece, en principio, repito, sensato porque ha cambiado el Gobierno y razonable para lo que deberían ser las expectativas en esta Comunidad.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Tejedor.
¿Algún Grupo desea fijar posiciones?
El señor Diputado LANZUELA MARINA [desde el escaño]: Señor Presidente, por una alusión que yo creo que..., no sé si ha sido velada o directa, personal, cuando yo me he referido...
El señor PRESIDENTE: Diga usted.
El señor Diputado LANZUELA MARINA [desde el escaño]: En el principio de su intervención, que ha citado, dirigiéndose a mí directamente, sobre familiares y cosas parecidas. [Rumores.] No, no... Quiero hacerle una aclaración por si usted ha hecho alguna referencia concerniente a mí mismo. Porque hay un familiar muy directo mío, mi mujer, que trabaja en la Administración autonómica. Ella es funcionaria del Estado por oposición, y le tengo que decir que estuvo penalizada por su marido durante dos años, trabajando en el Gobierno Civil y, hasta pasado el tiempo de dos años en los que podía permanecer en comisión de servicios, no pidió una plaza de funcionaria en la DGA. Y a ella concurrió por los conductos legales y reglamentarios.
Yo me refería a la gente que ha entrado con un carné en la mano. Desde luego, si la alusión era en esa línea, lo siento muchísimo, porque, además, no tiene usted ninguna razón.
El señor Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (TEJEDOR SANZ) [desde el escaño]: Señor Lanzuela...
El señor PRESIDENTE: Puede responder, señor Tejedor.
El señor Consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (TEJEDOR SANZ) [desde el escaño]: ¿Es usted el Presidente de la Comunidad Autónoma?
Yo le he dicho que el actual Presidente de la Comunidad Autónoma en ningún momento puede verse involucrado en acusaciones como las que usted ha hecho desde esa tribuna; lo demás, o se lo inventa o lo sueña usted, u ocurre aquello de excusa no pedida, acusación manifiesta, traduciéndolo al castellano de Cervantes.
Creo que en esta ocasión no tiene usted razón, y no tiene razón porque también yo le podría decir: en todos los gobiernos de todos los signos habrá ciudadanos que legítimamente se incorporan a la Administración, siendo militantes del partido que gobierna en esa lugar, ¿o es que los socialistas no pueden ser funcionarios de una Administración que gobierna el Partido Socialista?, ¿o es que los militantes del Partido Popular no pueden ser funcionarios de una Administración que gobierne el Partido Popular? Son tan ciudadanos como los demás, no podemos discriminarlos. Es la capacidad el único baremo y el único requisito que ha empleado siempre el Presidente Marco en las instituciones al frente de las cuales ha estado durante estos últimos años.
Nada más. Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Tejedor.
Grupos Parlamentarios. ¿Señor Gomáriz? ¿Izquierda Unida? Rápidamente, señor Martínez, por favor.
El señor Diputado MARTINEZ VAL: Gracias, señor Presidente.
Señoras Diputadas, señores Diputados.
Para fijar la posición en una interpelación que fue aplazada por razones comprendidas en el Pleno anterior, las cuales deseamos que no se vuelvan a repetir por el bien de nuestro nuevo Consejero de esta Comunidad Autónoma y también, lógicamente, para que el debate parlamentario no se interrumpa. Cinco minutos de tiempo para entrar a profundizar en aspectos que nos parecen importantes cuando se ejerce desde una nueva mayoría una acción de gobierno.
Nuestro Grupo, evidentemente, no va a entrar aquí al rifirrafe, que parece ser que es la moda en esta Cámara, de acusaciones anteriores y actuales; nuestro Grupo, señor Lanzuela, tampoco, efectivamente, va a tener que enseñar ni demostrar ningún puesto de favor en ninguna de las administraciones de familiares, es más, nuestra desgracia, quizás, es que la mayoría de nuestros familiares están en el desempleo por falta de una política más progresista, no de ustedes, tampoco de los que hoy ostentan este Gobierno, de las circunstancias políticas de esta Comunidad.
Señor portavoz del Gobierno, señor Consejero de Presidencia, don Ramón Tejedor, es cierto que en la interpelación se exigía o se pedía expresamente a su Gobierno, a su Presidente, que se explicitaran las partidas concretas para dotar de esos fondos anunciados en distintos foros y en distintas fechas. No nos ha quedado en absoluto claro, aunque en la última parte de su intervención usted se remite a que en su momento tendrán puntual información. Esperemos que no sea ese momento antes de que los expedientes de modificación presupuestaria obligatorios pasen por la Comisión correspondiente.
Pero, viendo un poco los antecedentes y no siendo reiterativo para evitar consumir el tiempo en vano, decir que el 6 de octubre, a través de este boletín que ya se ha puesto de relieve -yo no lo tengo en color, no soy ciudadano de Zaragoza, pero tengo fotocopia-, Nuestra Zaragoza, se anunciaba, efectivamente, a bombo y platillo, entre otras virtudes, los quince mil ciento setenta y tres millones para la ciudad de Zaragoza. Nosotros no vamos a entrar ya en calificar o descalificar un boletín, del que es titular una Administración, a la cual en este momento no estamos juzgando porque, entre otras cosas, nuestros portavoces en esa institución, Ayuntamiento de Zaragoza, se han cansado machaconamente de criticar el partidismo en la mayoría de la información que se ha trasladado desde ese boletín. Vamos, pues, a la cuestión.
Además, se decía que todos y cada uno de esos millones, de esos miles de millones, tenían ya nombres y apellidos, proyecto concreto que iba a ser financiado; evidentemente, se supone que, además, requiere la acción de gobierno de veinte meses que quedan por realizar. Por lo tanto, con eficacia y con rapidez. El 7 de octubre, un día después, hay rectificación y se dice: "no en la cantidad que dice el alcalde de Zaragoza, Antonio González Triviño". Ahora son doce mil millones, pero, además, para todos los ayuntamientos de Aragón, que es un importante matiz. Aunque, eso sí, señorías, directamente a las corporaciones de Zaragoza, de Huesca y de Teruel, léase capitales de provincia: Zaragoza, Huesca y Teruel; el resto de las corporaciones locales de Aragón, a través de sus respectivas diputaciones provinciales.
El 14 de octubre, una semana después, se pretende, después de abrir la ventanilla de las suscripciones a las subvenciones -no sé si es la premonición, el anuncio o el ensayo general de la ventanilla única-, que el alcalde de Huesca, otra de las ciudades aludidas, confía en que don José Marco -aunque la prensa dice Marco- le de cuatro mil ochocientos ochenta y dos millones; por supuesto, los de Huesca dicen: "nosotros no vamos a ser menos que los de Zaragoza, y si a Zaragoza le anuncian quince mil, nosotros, por lo menos, cinco mil", y ya se abre la carrera. Quince de octubre. El Presidente Marco promete cinco mil millones para solucionar problemas de los ciudadanos de Zaragoza; ya no es para el alcalde amigo, ya no es para el Ayuntamiento, es un mensaje mucho más vendible: para los problemas de los ciudadanos de Zaragoza; mil millones, respectivamente, para solucionar los problemas de los ciudadanos de Huesca, y novecientos, aproximadamente, para solucionar también, esperemos, los problemas de los ciudadanos de Teruel.
El señor Marco vuelve a introducir un matiz muy importante y que no ha pasado desapercibido para nuestro Grupo Parlamentario ni para las gentes de Izquierda Unida: enseña, señorías, es el nuevo método, parece ser, y que nosotros no estamos dispuestos a apoyar; es el método de enseñar la zanahoria en forma de calculadora, señores del Gobierno, en forma de calculadora: marca las cifras que contenten a todos, las enseña y luego se guarda las pilas, luego se guarda la energía, luego se guarda la fuente de energía que puede volver a recordar las cifras anunciadas anteriormente. A partir de ese momento, señorías, anuncia que la calculadora volverá a funcionar durante los próximos tres años. Ese es el matiz: se dice quince mil, pero no sólo en una entrega, sino en tres anualidades.
Por lo tanto, con este sistema, señorías del Gobierno, con este sistema, señor Consejero, dice claramente: "si yo sigo de Presidente -y eso no hay que ser ningún pardillo político para entenderlo-, si yo sigo de Presidente, si mi Gobierno sigue gobernando, después de esos tres años -se supone que después de las próximas elecciones-, tendrán los ciudadanos de Zaragoza el completo de los quince mil millones, los ciudadanos de Huesca, el completo de los ocho mil, y los ciudadanos de Teruel, lo que les toque en función del criterio de reparto". Ese es, señorías, el mensaje que se traduce de estos anuncios multimillonarios.
Nosotros no vamos a entrar a discutir si es o no imprescindible trasladar recursos de la Comunidad Autónoma a los ayuntamientos, porque ya lo hemos defendido y sería demagógico volver a insistir en que somos los únicos en defenderlo, y en eso compartimos crítica al anterior gobierno, crítica también al abandono sistemático, entre comillas, al alcalde de Zaragoza, también Diputado, pero, sobre todo, como alcalde, que tampoco se había quejado demasiado del trato discriminatorio en cuanto a cantidades asignadas por el Gobierno; seguramente, habría otra serie de convenios que quizás paliaban ese déficit. Pero, efectivamente, sí es cierto que la mayoría de los ciudadanos, a través de sus alcaldes, se han quejado de la política restrictiva en materia de apoyos a los ayuntamientos de la Comunidad Autónoma con el gobierno anterior. Eso no vamos a discutirlo.
Pero, evidentemente, señores del Gobierno, ahora nos anuncian una modificación presupuestaria de doce mil millones con carácter urgente, además, con carácter urgente. Es para dar satisfacción y forma a las promesas enunciadas, y eso es coherencia, eso es coherencia. Se anuncian y, efectivamente, para poderlas plasmar en hechos y en cifras, hay que hacer la modificación correspondiente, modificación presupuestaria a través de la Comisión de Economía. Estamos, evidentemente, impacientes por saber de dónde se obtienen los créditos anunciados, qué partidas, efectivamente, desde una nueva orientación política del presupuesto que hoy está en vigor, desde esa nueva orientación política, qué proyectos o qué criterios son los que hacen; no sé si será en base a las enmiendas que nuestro Grupo y el Grupo Socialista no consiguió introducir en el debate anterior, o es el diseño de una nueva forma de hacer política.
Y le repito, señor Consejero, cuando usted aludía a la mayoría i griega, en parte, si en esa mayoría i griega incorpora usted a los tres Diputados de Izquierda Unida, con esa pequeña autoridad o con esa corresponsabilidad a la que usted nos citaba, le vamos a decir cómo nos parece que se deben hacer las cosas.
Nos dicen, por tanto, que ése es el objetivo de la modificación presupuestaria. Evidentemente, hay que venderlo diciendo que es para la creación de empleo. Y yo recuerdo intervenciones de algún portavoz no de esta Cámara, pero sí distinguido de su partido político, diciendo que, entre otras medidas para la creación de empleo, está la subvención a puntos de la Seguridad Social de las propias empresas pequeñas y medianas de Aragón. No sé hasta qué punto los fondos municipales tienen o no algo que ver, las transferencias municipales, con la creación de empleo, directa o indirectamente, a través de las pequeñas empresas. No podemos vestir lo que no tiene en este momento ninguna carta de naturaleza de ser creíble.
¿Son finalistas los presupuestos de las diputaciones provinciales? Nosotros no sabemos si son finalistas. ¿Tienen carácter finalista porque tienen proyecto detrás los fondos destinados a los Ayuntamientos de Zaragoza, de Teruel y de Huesca? Posiblemente, sí lo son. ¿Por qué no se hacen convenios con el resto de los municipios, que me consta que tanto en los archivos -si es que todavía hay algo- de la Diputación General anterior y de la actual es de suponer que habrá suficientes proyectos para ser desbloqueados con estos fondos y con muchos más que se podrían destinar? ¿Por qué el instrumento de la diputación provincial? Ese es, señorías, uno de los criterios, ése es uno de los mecanismos, de los instrumentos que este Grupo Parlamentario no va a apoyar, no va a apoyar.
Decían también los medios en las últimas fechas...
El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Martínez.
El señor Diputado MARTINEZ VAL: ...que los doce mil millones que ya se anunciaban no se sabía, efectivamente, de dónde se sacarían las partidas. Es de suponer que los expedientes vengan en su memoria suficientemente justificados no sólo desde el punto de vista técnico, sino también desde el punto de vista político, de codificaciones. Pero aparece -prensa de ayer- el nuevo sistema de distribución o de presentación ante la cámara de esos lotes de las subvenciones millonarias.
Por lo tanto, señorías, nuestro Grupo está en este momento en esta interpelación discutiendo las formas, discutiendo el talante y la manera de hacer política en esta Comunidad Autónoma. A este Diputado, y lo digo con toda la modestia, que aunque es natural de una tierra con vocación de secano, por lo menos con su origen de secano, que es los Monegros, le gusta de vez en cuando utilizar metáforas con clara alusión a la vocación marinera, como dice la poesía de Alberti Marinero en tierra. Le recuerda también, señor Presidente, en este caso, señor Tejedor, como portavoz del Gobierno, la travesía de este barco que es Aragón y que navega por las aguas de este parlamento. Ahora tenemos un nuevo capitán, tenemos un nuevo capitán de navío, aunque les recuerdo que siguen teniendo al mismo timonel que se les amotina o se amotinó, y nadie duda que no lo hará en el próximo discurrir del trayecto, que está reclutando marineros, que está reclutando -termino ya-...
El señor PRESIDENTE: Señor Martínez, ¿está seguro que es timonel?
El señor Diputado MARTINEZ VAL: Bien, no quisiera decir que es grumete, porque, en cualquier caso, me remito a lo que ya dije en su día, y no tiene por qué haber cambiado; en todo caso, el tiempo descubrirá.
Digo que estamos reclutando, desde ese talante nuevo de dirigir el barco de la Comunidad Autónoma, estamos reclutando marineros, algunos de forma voluntaria -y me consta que así, políticamente, son orientables las cifras-, pero otros de una manera obligada; reclutando marineros con el uniforme de modificaciones presupuestarias, para engrosar las bodegas del nuevo barco. Con un objetivo claro, señor Tejedor, efectuar el desembarco que políticamente sea más rentable desde la orientación, no de política de progreso, desde la orientación más rentable, política, partidariamente, desde el Gobierno que hoy usted representa. Y eso es lo que nuestro Grupo Parlamentario, lo que nuestros tres Diputados, señor Consejero, no están dispuestos a avalar. Algunas de estas cifras son metidas a empujones -no nos engañemos-, no hay claridad, no sabemos qué es lo que el Consejero de Economía y de presupuestos tiene previsto justificar en esas modificaciones; usted tampoco nos lo ha dicho, no es su parcela, pero podía habérnoslo dicho.
Yo no sé si al final vuelven a reiterar la famosa frase del más puro estilo de MacArthur, cuando dijo: "volveré". Redescubrir el desembarco en los municipios no es, desde nuestro punto de vista, la manera de hacer una política distinta a la que se denunciaba de los partido en el Gobierno, Partido Popular y Partido Aragonés. No es ésa la forma, ni tampoco son formas de plantearse como responsables de la política de nuestra Comunidad Autónoma calificativos, a veces, excesivamente chovinistas, de que Teruel puede ser el Kuwait de Aragón, y yo no sé, porque puede ocurrir, señor Tejedor, puede ocurrir, y sería todavía más lamentable, que les pase a los alcaldes de Aragón como le ocurrió al bueno de Pepe Isbert en Bienvenido mister Marshall, que, al final, no pasen más que las cifras, dejen sólo polvo y no dejen inversiones. Y ya, haciendo un poco más de trágicos, podía incluso ocurrir que hasta citen "alto es el nivel de renta al cual Teruel puede elevarse con esta forma de hacer política", y que nos salga algún Saddam Husayn en Valencia, en la Comunidad Valenciana, y se anexione nuestro territorio. Por lo tanto, creo que hay que ser más responsables a la hora de hacer objetivamente las valoraciones de la situación de Aragón y de los pasos que hay que dar para superarla.
Yo, señor Tejedor, les diría que sí es responsabilidad de un gobierno autónomo, de todos los gobiernos autónomos, reequilibrar los presupuestos, y que sí que es obligación de un gobierno autónomo compartir los presupuestos en la distribución del gasto con las corporaciones locales. Pero no hay que olvidarse que la principal consecuencia por la que las corporaciones locales, y ya no digo las pequeñas, sino las siete grandes se han reunido en esta semana es fundamentalmente por la distribución insolidaria de los presupuestos del Estado, en cuanto al reparto del gasto. El cincuenta, veinticinco, veinticinco, señor Tejedor, está muy lejos de ser una realidad, y eso también habrá que reivindicarlo desde este Gobierno, y nuestro Grupo no va a cejar en ese impulso.
Y para terminar, señores del Gobierno, señor Tejedor, le recuerdo, y dígaselo al señor Marco, que él y ustedes recibieron el voto de Convergencia Alternativa de Aragón en esta Cámara para hacer otra política, una política que superara las improvisaciones, la ineficacia y la inoperancia de un Gobierno conservador, del Gobierno anterior. Usted recibió también el voto de Izquierda Unida para demostrar a los ciudadanos que desde la Izquierda se puede y se debe hacer otra política de fondo y de forma, y les recuerdo, señores del Gobierno, y le recuerdo al señor Presidente, ausente en este momento, el tiempo verbal en que lo está diciendo este Portavoz: recibió, recibió. No se confundan con Izquierda Unida, no se confundan con el apoyo de esa nueva mayoría i griega. Usted y su Gobierno no van a tener, no tienen el voto de estos tres Diputados para hacer la política que hoy detectamos, no denunciamos, detectamos, con estas actuaciones del amiguismo y del reparto de prebendas. No van a contar con ese apoyo. No cuenten, pues, con nuestro apoyo ni con nuestra inhibición ante una política que se anuncia -y ahí sí que no tengo nada que objetar a mis palabras, puesto que las tengo muy reflexionadas-, que nos viene a recordar, señor Tejedor, la etapa, no muy lejana y parece que añorada, del señor Presidente, hoy de la Comunidad Autónoma, cuando lo fue de una diputación provincial.
No estamos, pues, de acuerdo en esas formas, y esperemos que este tipo de interpelaciones nos ayuden a todos a que esa forma de hacer política sea distinta a la que hemos denunciado, y por la que nuestro voto apostó en esta Comunidad Autónoma.
Nada más.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Martínez.
Pregunta número 245/93, relativa a la comisión mixta de transferencias, formulada al señor Presidente de la Diputación General por el Diputado del Grupo Parlamentario Convergencia Alternativa de Aragón-Izquierda señor Burriel.
Señor Burriel, formule la pregunta. |