Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Proyectos de Ley

Dictamen de la Comisión de Educación, Universidad, Cultura y Deporte sobre el proyecto de ley de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 050 de Plenos (VIII Legislatura)
Intervinienen: Ferrando Lafuente, María José - Pérez Esteban, María Teresa - Ibeas Vuelta, María Nieves - Barrena Salces, Adolfo - Herrero Herrero, María

El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día: debate y votación del dictamen de la Comisión de Educación, Universidad, Cultura y Deporte sobre el proyecto de ley de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón.

Empezamos por la presentación del dictamen de la comisión por un representante de la misma, que es la señora Ferrando, que tiene un tiempo de diez minutos para hacerlo.

Dictamen de la Comisión de Educación, Universidad, Cultura y Deporte sobre el proyecto de ley de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Gracias, señor presidente.

Señorías, sirva esta exposición para indicar cuál ha sido hasta el momento la tramitación de este proyecto de ley de uso, protección y difusión o promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón.

El proyecto de ley presentado por el Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte fue admitido en estas Cortes el 29 de agosto de 2012 y publicado en el Boletín Oficial de las Cortes de Aragón el 3 de septiembre de ese mismo año.

Pese a que el plazo de presentación de enmiendas finalizaba el 20 de septiembre de 2012, dicho plazo se prorrogó en cuatro ocasiones: hasta el 8 de octubre, a solicitud del Grupo Parlamentario Socialista; hasta el 26 de octubre, a solicitud del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón; hasta el 14 de noviembre, a solicitud del Grupo Parlamentario Chunta, y, finalmente, hasta el 23 de noviembre, a solicitud de este mismo grupo parlamentario.

Finalizada la última prórroga, las enmiendas presentadas fueron las siguientes: por un lado, dos enmiendas a la totalidad, una de devolución del proyecto de ley, del Grupo Parlamentario de Chunta Aragonesista, y otra, con texto alternativo, propuesta por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón, y, por otro, ciento setenta y una enmiendas parciales, dos del Grupo Parlamentario Popular, setenta y cuatro del Grupo Parlamentario Socialista, cincuenta y tres del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista y cuarenta y dos del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón.

Presentado el proyecto de ley por la consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, el debate de las dos enmiendas a la totalidad tuvo lugar el 13 de diciembre de 2012. Ambas enmiendas fueron rechazadas.

El 15 de febrero de 2013, se constituyó la ponencia encargada del estudio de las ciento setenta y una enmiendas parciales. La letrada encargada fue doña Carmen Rubio, y los ponentes, doña María Teresa Pérez, por el Grupo Parlamentario Socialista; doña Nieves Ibeas, por el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista; don Adolfo Barrena, por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón; doña María Herrero, por el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, y quien les habla, por el Grupo Parlamentario del Partido Popular y que, además, fui la coordinadora de la ponencia.

Tras la primera reunión del 15 de marzo, en la que se analizaron las dieciocho primeras enmiendas, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón comunicó a la Mesa de las Cortes su decisión de no participar en la ponencia constituida y de dejar la defensa de sus enmiendas para los correspondientes debates en comisión y en Pleno.

El Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista comunicó también a la Mesa de la Comisión de Educación, Universidad, Cultura y Deporte y a la Mesa de las Cortes su decisión de no participar en la ponencia constituida, manteniendo la defensa de sus enmiendas para las sesiones de los correspondientes debates tanto en comisión como en Pleno.

El Grupo Parlamentario Socialista comunicó a la Mesa de las Cortes y a los miembros de la ponencia su decisión de no participar en la ponencia, dejando para comisión y Pleno la defensa de sus enmiendas.

Y, por último, quien les habla, como coordinadora de la ponencia, comunicó tanto a la mesa de la comisión como a la de las Cortes la imposibilidad de proseguir con las reuniones al no existir el quórum requerido.

El 10 de abril de 2013, la Mesa de las Cortes acordó que se dieran por concluidos los trabajos de la ponencia, sin emisión del correspondiente informe, y se procediera por parte de la Comisión de Educación, Universidad, Cultura y Deporte a la emisión del dictamen para su posterior debate en Pleno.

En sesión del 25 de abril de 2013, tras el debate y votación de las enmiendas parciales, debate en el que el Grupo Parlamentario Socialista retiró la enmienda número 63, la comisión aprobó las dos enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Popular.

Se mantienen vivas para su debate y votación ciento sesenta y ocho enmiendas: setenta y tres del Grupo Parlamentario Socialista, cincuenta y tres del Grupo Parlamentario de Chunta Aragonesista y cuarenta y dos del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón.

No puedo finalizar sin antes agradecer a la letrada doña Carmen Rubio su trabajo y su especial dedicación.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

Pasamos a la defensa conjunta de los votos particulares formulados y de las enmiendas mantenidas durante un tiempo de diez minutos.

Empezamos por la señora Pérez, del Grupo Parlamentario Socialista, que tienen la palabra.

La señora diputada PÉREZ ESTEBAN: Gracias, presidente.

En primer lugar, permítame que le agradezca el trabajo y la actitud a la señora doña Carmen Rubio, la letrada, que ha tratado de dotar de normalidad a un proceso que, desde luego, ha estado ausente precisamente de todo eso.

Por todo esto y por alguna cosa más, salgo a esta tribuna, créanme, apesadumbrada y triste y, por qué no, con cierto sonrojo. Sonrojo de haber protagonizado en los últimos días uno de los mayores ridículos que ha puesto a nuestra comunidad en el disparadero de la crítica y del esperpento. Hemos sido trending topic durante dos días en las redes sociales.

Hoy nacen dos nuevas lenguas en Aragón: LAPAO, Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental, y LAPAPYP, Lengua Aragonesa Propia de las Áreas Pirenaica y Prepirenaica, y sin necesidad de pinganillo, les traduzco: catalán y aragonés, respectivamente.

Créanme que me duele que a estas alturas de siglo, que ante la situación de desempleo, de angustia y de zozobra que vive la sociedad aragonesa, Aragón sea protagonista de un espectáculo tan lamentable que viene ya de lejos. Comenzó ya por el año 2009, cuando el Partido Popular, paralelamente a la tramitación de la ley, desde una posición demagógica e irresponsable, utilizó el reconocimiento de un derecho como ariete político de confrontación entre territorios y ciudadanos, con un interés electoralista y partidista que nada tenía que ver con lo que realmente se debatía, una campaña mediática con engaños y manipulaciones que, lamentablemente, todavía no ha concluido.

En un acto sin precedentes en esta Cámara y entendiendo, bajo nuestro humilde punto de vista, muy mal el papel del Parlamento y de sus instrumentos y la responsabilidad que se le exige a un grupo parlamentario que apoya a un Gobierno, se volvía a hacer uso de la manipulación, del engaño, de la confrontación para confundir a la sociedad con el único ánimo de despreciar y desprestigiar las posiciones distintas, pero nunca de atender, resolver y solucionar la situación de miles de aragoneses que esperan de su Gobierno, lo votaran o no, sensibilidad, compromiso y cercanía a su realidad. Ningún intento, por supuesto, de encuentro.

Son muchas las razones y los elementos para votar en contra de esta ley que han motivado la presentación de setenta y tres enmiendas. En primer lugar, creemos que se hurta de un derecho a quienes de hecho lo vienen disfrutando a lo largo de nuestra rica historia y que están contribuyendo en solitario a su protección y a su conservación.

En Aragón, señorías, aunque se hable castellano, no somos castellanos, somos aragoneses, y se habla catalán, y los que lo hacen no son catalanes, siguen siendo aragoneses, como los mejicanos que hablan español y no son españoles, siguen siendo mejicanos, o los argentinos, o los colombianos. Y como española, no me siento colonizadora de Méjico o de Venezuela, simplemente compartimos la lengua y disfrutamos de nuestra propia identidad.

En Aragón, les guste o no al Partido Popular y al Partido Aragonés, se habla catalán y aragonés. Nadie habla ni hablará LAPAO ni LAPAPYP. Esto, simplemente es un insulto a la inteligencia de los aragoneses y el ridículo más espantoso que hemos podido hacer como territorio. [Aplausos.]

En segundo lugar, este texto es una enmienda a la totalidad de su política, de lo que el Partido Popular y el Partido Aragonés han estado defendiendo y aplicando a lo largo de los años desde sus respectivas responsabilidades ejecutivas y legislativas. Un presidente del Partido Popular reconoció el catalán y el aragonés como lenguas propias de Aragón en la Ley de Patrimonio del año 1999. ¡Quién nos iba a decir que trece años más tarde sean los mismos partidos, en un acto de regresión, los que se enmienden en su totalidad! Esta es otra prueba evidente de que estamos ante un Partido Popular mucho más conservador, rancio, retrógrado, que en lugar de evolucionar como evoluciona la sociedad, añora épocas pasadas y aplica una política encaminada a esa etapa oscura y regresiva a la que, desde luego, este grupo se resiste.

En tercer lugar, una falta de rigor, de incumplimiento con normas y recomendaciones internacionales, así como de inutilidad. Se somete un texto ausente de rigor académico, universitario, cultural, que fue rechazado en pleno por el Consejo Escolar de Aragón. Un texto que puede vulnerar más de una docena de directivas y normativas que protegen las lenguas minoritarias, nuestra propia normativa estatal y autonómica, que contradice lo reconocido por el propio Gobierno del señor Rajoy, que respondió ante una pregunta parlamentaria, textualmente, que «El aragonés es una lengua regional o minoritaria objeto de protección y de amparo», o la propia Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias. Un texto que además de no responder en su esencia a la reivindicación histórica de más de sesenta mil aragoneses que viven en esta tierra, no se compromete a nada.

Es decir, lo que vamos a hacer y lo que se va a aprobar en esta Cámara —permítanme, con todo el respeto— es un paripé. No plantea compromisos, ni plazos, ni regulación. ¡Y saben por qué lo hacen! Porque si realmente tuvieran la voluntad de aplicar y de garantizar no solo la protección, sino el fomento y el uso de todas las modalidades lingüísticas, es decir, del ansotano, cheso, chaqués, tensino, panticuto, belsetano, chistabino, benasqués, fobano, campés, grausino, foncense, ribagorzano, literano, fragatino, torrentí, fabarol, maellano, mequinenzano, calaceitano, beceitano, valderrobrino..., ¿cuántos pinganillos necesitaríamos, señorías? ¿Cuántos profesores? ¿Cuántos recursos? Les contesto: ninguno.

Precisamente, esa falta de compromiso y de concreción de la ley pone de manifiesto que este Gobierno no tiene ninguna intención, ni voluntad, ni compromiso con las minorías, con el territorio ni con el patrimonio lingüístico y cultural de Aragón. Un texto que, nuevamente, como elemento común denominador en la política del Partido Popular, impone su ideología a costa de lo que sea, aunque sea a costa del deterioro social y cultural de una comunidad.

No se puede hacer este debate aislado, permítanme que lo diga, del contexto y de la política que el Partido Popular está aplicando en nuestra comunidad. De la nefasta gestión de la crisis, de la caída del más del 60% de obra e inversión en Aragón, de la insolvencia palmaria y la incapacidad de generar esperanza y expectativas para los ya ciento dieciséis mil setecientos trece parados, más de veinticuatro mil parados desde que gobierna la señora Rudi. Y para los que tenían un empleo, día a día asisten con miedo e incertidumbre al deterioro, si no a la pérdida de derechos y servicios públicos que le daban respuesta a sus necesidades reales.

La estrategia del Partido Popular es clara y común en todos los ámbitos: buscar culpables, criminalizar a quienes requieren de su ayuda y responder con ideología para conseguir el cambio de modelo de sociedad, un cambio en el marco de convivencia y de relaciones que nos habíamos dado en los últimos treinta años. Ejemplos sobran: funcionarios llamados «mini Bárcenas», del señor Oliván; «ignorantes y pobres», de las mujeres que abortan... Es la misma falta de sensibilidad. Quien no tiene sensibilidad hacia los problemas, hacia las situaciones de debilidad territorial y social, tampoco la tiene hacia los derechos de unos pocos aragoneses que tienen una lengua propia y que quieren su reconocimiento.

Señorías, el Grupo Parlamentario Socialista presentó setenta y tres enmiendas a este proyecto de ley, las necesarias para recuperar el texto de la Ley hoy todavía vigente y que este Gobierno ha estado incumpliendo durante dos años. Una Ley que se aprobó en diciembre del 2009 y que se basa, como nuestras enmiendas, en los principios de reconocimiento de un derecho desde la voluntariedad, nunca desde la imposición ni la obligación, contraria a la cooficialidad. Desde el principio de territorialidad, cuyo ámbito de aplicación y uso abarcaba las zonas de utilización histórica predominantes, desde el respeto a la diversidad y a la obligación como Administración y Gobierno de proteger nuestro patrimonio lingüístico y cultural. Este era y es nuestro frontispicio, y todo lo que lo supere con otro alcance, tendrá nuestro voto en contra.

Unas enmiendas que tratan de recuperar un texto equilibrado, moderado, frente al fanatismo y los extremismos, que asumen las recomendaciones de expertos académicos, las sentencias y las obligaciones de directivas y normativas europeas e internacionales. Y lo más importante: ponían negro sobre blanco a una realidad que se desarrolla con absoluta normalidad. Una vez más, y para el sonrojo y el desprestigio de lo que aquí representamos, la sociedad da un ejemplo, una lección a la política. La costumbre en estas zonas, la realidad y la convivencia normalizada hace que asistan atónitos al espectáculo que este Gobierno protagoniza. Fíjense en la diferencia tanto en el fondo como en la forma, la toma en consideración de ese texto con el año 2009. Decía el señor Franco, portavoz entonces del Grupo Socialista: «El límite de este texto es la confrontación. El reto, el objetivo, el mayor consenso posible». La aprobación, en aquel entonces, de un 56% de las enmiendas presentadas o, lo que es lo mismo, de ciento cuarenta y cinco enmiendas incorporadas al texto frente a dos admitidas, precisamente, del Partido Popular, en este procedimiento, con la presentación de ciento setenta y una enmiendas. Nada que ver, pues, con la tramitación actual. La confrontación ha sido el leitmotiv de su estrategia, y el deprecio a las discrepancias, la tónica general.

La UNESCO reconoce que toda iniciativa que promueve la difusión de las lenguas maternas servirá no solo para incentivar la diversidad lingüística y cultural, sino para inspirar a una sociedad solidaria, basada en el entendimiento, la tolerancia y el diálogo. ¡Qué sarcasmo! Hoy, 9 de mayo, Día de Europa, institución especialmente preocupada por la conservación, la protección y el uso de las lenguas minoritarias de sus Estados miembros, se va a aprobar aquí, en el Parlamento aragonés, una ley de lenguas dirigida a acelerar la agonía y la anorexia de las lenguas minoritarias para satisfacer los deseos de quienes se han sentido incómodos en una sociedad plural y tolerante.

Vaya por delante nuestro reconocimiento y nuestro apoyo a todas aquellas personas a quienes hoy este Gobierno ha frustrado sus expectativas y sus derechos.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Pérez.

Es el turno, a continuación, del Grupo Parlamentario de Chunta Aragonesista. La señora Ibeas tiene la palabra también por tiempo de diez minutos.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Buen día, bon día, buenos días, señorías.

Voy a comenzar en aragonés, en nombre, en homenaje a nuestra lengua propia y privativa de Aragón, recordando, como todas sus señorías conocen, sin duda, que en las Cortes privativas de Aragón hasta el siglo XVI se hablaba, precisamente, en aragonés y que en las Cortes Generales de la Corona se hablaba en catalán.

Güei ye un día triste ta l'Istoria d'Aragón. No ha caliu que garra chen benise de fuera ta espernir o rico patrimonio lingüistico que emos eredato d'as chenerazions anteriors, porque a nueba lei que resulte aprebata acabará con el.

Tres luengas: castellano, aragonés e catalán, e tres reyalidaz diferens.

Ista nueba Lei de Luengas biolará un tratau internazional que fa parti de l'ordinamiento churidico estatal dende 2001, porque se ba a achiquir a protezión d'as nuestras luengas propias.

En cuentra d'eminens profesors d'a Unibersidá de Zaragoza —sí, señora Ferrando, en cuentra d'eminens profesors d'a Universidá de Zaragoza—, como as Dotoras María Antonia Martín Zorraquino, Luisa María Frutos Mejías, y so Dotors Francisco Beltrán Loris, Francisco Nagore Laín, Javier Giralt Latorre, entre atros miembros d'o Consello Superior d'as Luengas d'Aragón, por zierto.

Profesors d'a propia Unibersidá de Zaragoza.

Pero güei ye un día triste, sobre tot, porque o proyeuto de Lei d'o PP e PAR bulnera dreitos y espeutatibas de fabladors de l'aragones de d'o catalán que son e se sienten aragoneses e aragonesas. E güei se lis ye faltando á o respeto, como si no fueran aragoneses.

E como diziba un biello amigo, señorías, se puede amar Aragón en castellano, en aragonés y en catalán. As 3 luengas, señorías, fan parti d'a nuestra Istoria.

El proyecto de ley comienza negando el nombre a esta lenguas, para escándalo de la comunidad científica, para escándalo de la Universidad de Zaragoza, para escándalo de las asociaciones protectoras del patrimonio cultural, para escándalo del mínimo rigor científico, mínimo rigor lingüístico, mínimo rigor filológico, señorías, para escándalo del propio Consejo Escolar de Aragón, del propio Departamento de Catalán de la Universidad de Zaragoza, insisto.

El proyecto de ley, señorías, cambia sin ese mínimo rigor de ningún tipo, cambia estos nombres, les quita el nombre, y todo ello determina el resto del proyecto de ley. El proyecto de ley cambia el nombre de unas lenguas que estaban reconocidas, además, en el dictamen de la comisión especial de estudio sobre la política lingüística en Aragón, que estas Cortes, señorías, aprobamos unánimemente, mejor dicho, aprobamos sin ningún voto en contra —todo hay que decirlo, hay que explicarlo así, es cierto—, sin ningún voto en contra, pero todos y cada uno de los partidos que estamos aquí representando a la ciudadanía reconociendo unánimemente la existencia de esas lenguas y nombrándolas, señorías.

Esto es una utilización perversa del Partido Popular que realiza del lenguaje. Lo hemos denunciado desde el minuto cero, desde el primer día en el que compareció la presidenta Luisa Fernanda Rudi en estas Cortes en su debate de investidura, mi grupo denunció esa utilización perversa que está realizando el Partido Popular del lenguaje.

Los recortes, señorías, no son recortes; el déficit no es déficit; el sueldo pagado a imputados por delitos de corrupción por el Partido Popular no son sueldos, es otra cosa. El aragonés ya no es aragonés, ahora es esa «lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica», también, en este caso, LAPAPYP. Pero podía haber sido LALA, «lengua anteriormente llamada aragonés», que suena a cachondeo. El catalán ya no es catalán, ahora es una «lengua aragonesa propia del área oriental», pero podría ser también LALC, «lengua anteriormente llamada catalán».

Señorías, estamos siendo el hazmerreír. Es que no hay nada que se sostenga en cualquiera de sus observaciones, es imposible. LAPAO, pues, con LAPAO se quedan, y espero que dure muy poco tiempo.

Todo esto, señorías, para no nombrar al catalán. Ese es el único problema que tienen, esa es la única obsesión que tienen. Aunque haciendo todo lo que hacen, ustedes lo que consigan finalmente sea hundir el aragonés, un pequeño daño, un pequeño daño colateral [aplausos], un pequeño daño colateral, ¿verdad?, un pequeño daño colateral, deben pensar ustedes.

Más allá, señorías, del absurdo de esta situación, ustedes le están dando una patada al Dictamen del año 1997, por pura estrategia partidista; están menospreciando, señorías, el carácter minoritario y minorizado del aragonés y del catalán en Aragón. Porque la Ley emanada de estas Cortes, cualquier ley de lenguas emanada de estas Cortes, debería partir de varios principios, al menos, que estaban recogidos en ese Dictamen: primero, reconocer y nombrar a las lenguas por su nombre, «aragonés» y «catalán». Hablar de cooficialidad. Hablar, señorías, de protección de la cultura que emana de cada una de estas lenguas, aunque no representen a las mayorías, aunque no las representen. Y se explicaba perfectamente bien en ese dictamen: «El número de hablantes no debe ser un freno, sino un estímulo para la adopción urgente de medidas legislativas que en otras comunidades autónomas ya se han adoptado, con pequeñas, pequeñísimas comunidades de hablantes». Aquí, no, aquí, no.

Y, señorías, no por ser menor número se es menos ciudadano, o se es menos aragonés, o se merece menos respeto. Y ustedes les están faltando al respeto a muchos aragoneses y aragonesas hablantes del aragonés y del catalán.

Chunta Aragonesista nació un 29 de junio de 1986 reivindicando, precisamente, entre otras cuestiones, la necesidad de que hubiera una ley que regulara esta coexistencia del aragonés y del catalán junto con el castellano; que hiciera efectivo, señorías —que eso es lo que nos importa a las personas, nuestros ciudadanos y ciudadanas—, que hiciera efectivos los derechos de estas personas, de estos hablantes que hablan una lengua propia de Aragón, pero que no es en este caso el castellano solamente.

Y desde que llegamos a estamos Cortes, señorías, como grupo parlamentario, leales con nuestro compromiso ciudadano, hemos trabajado en ello, y daban fe de ello los primeros compañeros que formaron parte de ese grupo parlamentario que impulsó finalmente aquel dictamen, aquella Comisión especial que dio lugar al Dictamen de 1997: nuestros compañeros Chesús Bernal y Chesús Yuste. Y no sé si casi agradecer que en estos momentos no estén viviendo lo que nos está tocando vivir a un grupo como Chunta Aragonesista cuya existencia está absolutamente vinculada a la identidad de nuestro pueblo.

Desde que llegamos, hemos trabajado en ello. Seguiremos trabajando, señorías, que nadie tenga la menor duda. Estamos muy orgullosos de que las enmiendas que ha elaborado el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista durante todos estos años hayan permitido recoger la realidad trilingüe aragonesa en nuestro Derecho Foral. Pero la realidad, señorías, es que quien gobierna es quien tiene la sartén por el mango, esa es la realidad. Y hoy, nuestras lenguas propias minoritarias están más minorizadas que entonces, y eso es muy grave; están en retroceso histórico, y es muy grave, y están en un mayor proceso de fragmentación dialectal.

Y el aragonés, señorías, sin una mínima protección, se morirá, y no tendrá protección en Aragón, pero desde luego no la tendrá fuera de Aragón, no la tendrá fuera de Aragón.

En el año 2007, Chunta Aragonesista votó en contra del Estatuto de Autonomía, de un Estatuto de Autonomía que siempre hemos dicho que era acobardado, incapaz de nombrar las lenguas por su nombre. Y de las ocho comunidades autónomas, señorías, además de Aragón, que tiene lenguas propias, solamente es la de Aragón la que no reconoce en su Estatuto la existencia de estas lenguas y las nombra. Y eso crea problemas, porque si no reconocemos como patrimonio nuestro algo que tenemos desde hace muchos siglos, tampoco podremos ponerlo en valor ante la ciudadanía y, desde luego, no lo podremos poner jamás en valor ante el Estado. Y no es solo que Cataluña, Galicia, País Vasco, Navarra, la Comunidad Valenciana, Baleares y Asturias pongan en valor sus lenguas, es que, señorías, el Estatuto de Autonomía de Castilla y León reconoce tres lenguas: reconoce, además del castellano, el gallego, dentro de la comunidad autónoma, y el leonés. Y Andalucía, sin tener lengua propia, dice que fomentará con sus medios audiovisuales la modalidad lingüística andaluza.

Señorías, esto es pura desidia, pura desidia lo que nos han traído aquí con un patrimonio que nos han legado generaciones y generaciones, que estamos obligados a mantener, a poner en valor y a legar a las generaciones que nos siguen. Cincuenta y tres enmiendas de Chunta Aragonesista para reconocer esa realidad trilingüe, para amparar los derechos de la ciudadanía, conocer y utilizar esas tres lenguas, para plantear garantías educativas, el compromiso de los medios públicos de comunicación, la conciencia social del valor de nuestro patrimonio. Señorías, para salvar nuestras lenguas propias, y echamos el resto, claro que sí, con el aragonés, con esta lengua privativa, extendiendo su cooficialidad a todo Aragón.

Ni una sola ha sido admitida, señorías —concluyo—, aunque tampoco nos extraña, porque el Partido Popular y el Partido Aragonés no han querido escuchar nada. El verdadero problema son ustedes, señorías, y su visión uniforme de ver las cosas; su pánico a la diferencia y su egoísmo, para situar intereses partidistas por encima de la ciudadanía.

Concluyo, señorías, el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista no apoyará, evidentemente, este proyecto de ley. No queremos ser el único pueblo que se recorte a sí mismo sus derechos; esto es inaudito, y no lo apoyaremos, porque nos parece absolutamente bochornoso.

Y agradecemos a todas las instituciones, a todas las asociaciones, a todos los colectivos y a todos los ciudadanos y ciudadanas que durante este tiempo han estado...

El señor PRESIDENTE: Termine, señora Ibeas.

La señora diputada IBEAS VUELTA: ... peleando y seguirán peleando por la defensa por este Aragón trilingüe.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

Pasamos al turno del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón. Señor Barrena, por tiempo de diez minutos, puede intervenir.

El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.

Permítanme, señorías, que empiece expresando el apoyo a la huelga general en el sector educativo que hoy está planteada en todo el Estado y en todos los niveles, huelga general en el sector educativo que tiene que ver con algo de lo que hoy estamos debatiendo aquí, porque tiene que ver con el empecinamiento absoluto del Partido Popular a nivel del Estado, del Partido Popular y del Partido Aragonés a nivel de Aragón, con esa política completa de recorte, de ajustes, que no deja absolutamente nada de recortar.

No les voy hablar ya de los recortes en el sector público, recortes en salarios, recortes laborales, pero ya hemos llegado también al recorte de los derechos, derechos y libertades, a base de utilizar las fiscalías y la policía, derechos como el de la mujer a decidir, derechos como el de los ciudadanos y ciudadanas que tienen una legua diferente del castellano a hablarla y utilizarla.

Porque ustedes, señorías, han equivocado esa mayoría que con su engañoso programa les dio la ciudadanía con la capacidad de imponer, y miren, la mayoría no les da la razón, porque no la tienen.

Yo les planteo, porque creo que estamos todavía a tiempo de evitar el absoluto ridículo que vamos hacer hoy en esta Cámara, les planteo un debate político, un debate democrático, a pesar de lo que ha pasado en toda la tramitación de esta ley, un debate responsable. Saben nuestra posición: presentamos una enmienda de evolución, lo cual quiere decir que no nos gustaba en absoluto el proyecto de ley, pero saben que lo acompañamos con una propuesta diferente, para someterla a debate, que no quisieron debatir porque la votaron en contra.

Evidentemente, todas nuestras enmiendas tienen que ver con esa propuesta que hacemos para defender la realidad trilingüe de Aragón, y eso ya les quiere decir que vamos a votar absolutamente en contra de la ley, vamos a votar en contra de todas aquellas enmiendas que lo que planteaban era recuperar el modelo de ley que ustedes quieren derogar, que Izquierda Unida también votó en contra, porque nos parecía insuficiente. Pero, miren, tenía más legitimidad que el que ustedes van a sacar adelante hoy.

Lo que al final, si se empeñan y no lo retiran, van a votar hoy aquí es que salga de un Parlamento democrático una ley que, primero, no cumple la Constitución (el artículo tercero), no cumple el Estatuto de Autonomía (el séptimo), no cumple la ratificación que hizo el Reino de España, todavía reino, de la Carta Europea de las Lenguas, tampoco lo cumple.

Pensamos —por eso les sitúo en este debate— que un Parlamento democrático no puede recortar derechos, ¡en absoluto! Lo que debe hacer un Parlamento democrático es garantizar esos derechos, protegerlos y defenderlos, y miren, en estos momentos, de los derechos que estamos hablando son de cien mil ciudadanos y ciudadanas de Aragón, y ya sé que es solo el 7% de la población, pero son cien mil ciudadanos y ciudadanas de Aragón que hablan leguas diferentes de la del castellano, que hablan catalán y que hablan aragonés.

A partir de ahí, lo que hay que reconocer también y, si no, flaco favor a la democracia le haríamos si este Parlamento no reconoce que tienen un legado literario, que tienen un legado cultural, que forman parte del patrimonio de esta tierra, que es Aragón, y que no se pueden cercenar esos derechos, esas libertades, y no se puede esconder y quitar responsabilidad al Gobierno, en este caso, el Gobierno que preside la señora Rudi, de cumplir la ley y cumplir sus obligaciones.

Por lo tanto, desde este Parlamento lo que debería salir es una ley que de verdad proteja esa realidad trilingüe de Aragón y no que convierta en clandestinas a lo que son realidades lingüísticas en Aragón, como son el aragonés y el catalán. Yo sé que al Partido Popular —parece que al Partido Aragonés también, y eso que se llama Partido «Aragonés»—, le cuesta mucho reconocer que Aragón, exactamente igual que el resto de territorios del Estado, está formado por gente diversa, está formado por pueblos diversos, que es multicultural, que es una suma de identidades —suma, no enfrentamiento, de identidades— y, a partir de ahí, lo que se trata de hacer con esta ley, además de una gran mentira, es mentiroso hasta el título señorías, porque el título dice que es una «ley para promocionar y proteger». ¡En absoluto promociona y protege!, y ustedes lo saben, porque en algún momento ustedes llegaron a pensar que había que tratar de impedir que la Plaza del Pilar se llamase la de la Moreneta, y saben ustedes que eso no va a pasar nunca, saben ustedes que eso no va a pasar nunca.

Y al final, en un Parlamento democrático, si no retiran esta ley o si no asumen algunas de las enmiendas para evitar, primero, el ridículo, después, el pisoteo de derechos, y después, la falta de responsabilidad que como Gobierno deben de tener, lo que van a hacer es minorizar las leguas que ya son minoritarias. ¿Pero saben lo que es un proceso de minorización, señorías? Un proceso de minorización es lo que han hecho siempre las dictaduras, los regímenes antidemocráticos, los regímenes colonizadores, porque por la vía de minorizar elementos de la tierra como puede ser la lengua, pues, evidentemente, ejercen el poder.

Y miren, aquí, en Aragón, de eso ya conocemos un poco, ¿eh?, desde el siglo XVIII, cuando llegaron los Borbones, y lo conocemos también en toda España. Y luego lo hemos conocido también con la dictadura de Primo de Rivera y con la de Franco: era hasta delito hablar en catalán o en aragonés. Y nos parece que en el siglo XXI, en plena democracia, no se puede volver a esos sistemas absolutamente totalitarios, nos parece.

Al final, señorías, de lo que estamos hablando aquí es de cómo, desde la utilización del poder que les da esa mayoría absoluta que tienen en esta Cámara, van a cometer un atropello y van a cercenar derechos de ciudadanos y ciudadanas a los que en este Parlamento también les representan todos y todas los diputados y diputadas, incluidos ustedes, porque aquí está la soberanía de ese pueblo, de todo, no solo del que habla castellano, y a partir de ahí, señorías, tendríamos que entender lo que es la democracia, aunque ustedes la entienden como imposición.

Señorías, no sigan leyendo la novela de Crónicas de una muerte anunciada, porque saben que en esa novela, el protagonista, desde el principio, se sabe que muere. En esta lamentable novela que ustedes nos traen aquí, los protagonistas son las lenguas que se hablan en Aragón, además del castellano. Y ustedes llevan la estrategia, la crónica anunciada de matarlas y rematarlas, y eso, señorías, aunque hoy lo impongan con sus votos, no les va a servir, porque van a seguir hablando catalán y hablando aragonés los ciudadanos y ciudadanas que tienen esas como sus lenguas propias, porque va a seguir habiendo organizaciones sociales, ciudadanas y partidos políticos, como este que ahora mismo les está hablando, que van a seguir defendiendo ese derecho que tienen a ser atendidos, a ser protegidos y a ser garantizados sus derechos.

Y por eso, señorías, les hago el último emplazamiento: esta ley solo sirve, solo sirve para borrar dos lenguas que se hablan en Aragón. Yo les emplazo a que la retiren, den otra oportunidad a las lenguas, presenten un nuevo proyecto, entremos en un debate, que en esta ocasión no hemos podido tener, por la actitud prepotente, una vez más, especialmente, del Partido Popular, y estaremos a tiempo, primero, de evitar un ridículo; segundo, de devolver derechos, y tercero, de proteger, desarrollar y promocionar algo que forma parte del patrimonio cultural aragonés, y estoy hablando del aragonés y del catalán y de los importantes legados culturales que nos han dejado.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Barrena.

Pasamos al turno del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés. La señora Herrero, por tiempo de diez minutos, puede intervenir.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.

Señorías.

Esta mañana, viniendo a este Parlamento, venía mentalmente haciendo una cuenta aproximada de la cantidad de veces que, más o menos, en los años que llevo en estas Cortes, he tenido la oportunidad de salir hablar a esta tribuna en nombre de mi Grupo Parlamentario del Partido Aragonés: aproximadamente, creo que son en torno a seiscientas, y casi todas las tengo en el olvido, pero les aseguro que la intervención que hice, en nombre de mi grupo, el 17 de diciembre del año 2009, la mantengo viva en mi recuerdo y creo que no soy la única persona que recuerda perfectamente aquel debate, y tengo una sensación triste de lo que entonces aconteció.

Y es que, a veces, en la vida, hay cosas que se hacen y que son de ida y vuelta y que así lo sientes en esos momentos, y hoy, yo no salgo aquí, en nombre de mi grupo, con la satisfacción de la venganza, de que esta es la vuelta de aquella ida, es más, intervengo con un sabor agridulce, porque, por una parte, me preocupa, por lo que estoy oyendo aquí en estas Cortes, por las diferentes intervenciones que me han precedido en el uso de la palabra, que pueda tener otra vuelta. Con lo cual, me parece que no sé si estamos sabiendo dar respuesta los cinco grupos políticos que estamos en este Parlamento a lo que es la realidad de Aragón. Pero, por otra parte, en este sabor agridulce, está la dulce, y, efectivamente, creo que esta es una ley buena para Aragón, por diferentes razones.

En aquel 17 de diciembre del año 2009, yo dije —y leo literalmente—: «Esta ley fractura a la sociedad, crea tensiones y estas irán en aumento, y nunca debería ver la luz una ley de lenguas que partiera en dos bloques a los aragoneses». Nosotros lo avisamos en su momento y siempre hemos dicho que una ley que divida y que enfrente a los aragoneses, no al Parlamento, a los aragoneses, es un fracaso antes de nacer. Y aquella ley nació mal y mal creció y, de hecho, tampoco sus propios creadores la cumplieron y la desarrollaron.

Señorías, nosotros no somos anticatalanistas, somos aragonesistas, y desde nuestro aragonesismo... [aplausos], creemos que no tiene sentido construir ninguna identidad en contraposición a nada, creemos que la identidad hay que crearla desde dentro, desde nuestra esencia. No es una ley contra el catalán, ni contra el valenciano, ni contra el mallorquín, no es una ley contra nadie.

El Partido Socialista..., permítame que le diga, señora Pérez, que toda su argumentación se cae, simplemente, porque no son capaces de explicarnos por qué en la Comunidad Valenciana le llaman «valenciano».

Los territorios de la Corona aragonesa —sí, señorías, de la Corona de Aragón— comparten un tronco lingüístico común, la lengua lemosina nacida en el siglo décimo de la mezcla del latín vulgar y del borgoñés. Quizá, lo más justo, señorías, quizás, lo más justo con la historia y con la verdad fuese haber llamado «aragonés» a toda esta lengua, con sus diversas variedades en las diferentes comunidades autónomas que en su día conformaron la Corona de Aragón.

Pero, fíjense, no vamos a ser nosotros quienes queramos imponer a otras sociedades, a otras comunidades tal cosa; respetamos lo que ellos quieran hacer, consideren, crean y sientan. Simplemente, pedimos el mismo respeto hacia nosotros, el mismo respeto desde fuera y, señorías, por favor, el mismo respeto desde dentro.

En políticas lingüísticas, es difícil tener la verdad. Hay teorías lingüísticas diversas y contradictorias: véase, simplemente, lo que sucede en las comunidades vecinas, en la Comunidad Valenciana o en Mallorca, con el mallorquín. La cuestión lingüística es mucho más que filología, mal que les pese a los filólogos: es una cuestión de filología, pero también hay que tener criterios históricos, políticos y sociológicos, e incluso también identitarios y emocionales.

Díganme, con criterios de historia, ¿existía Cataluña y existía el catalán cuando en estas tierras se empezó a hablar la lengua que se habla aquí? Ni mucho menos. ¿Son menos científicos, menos veraces o menos respetables esos criterios históricos, políticos o sociológicos?

Y una mención especial he de hacer a la lengua aragonesa del norte de nuestra comunidad. Efectivamente, señorías, ha pagado el pato de una polémica ajena, y es una lengua que está en peligro de extinción, por lo que es urgente y necesario protegerla y garantizar su trasmisión y permanencia, y ahí —lo dije en el anterior debate y lo reitero—, nuestra responsabilidad o corresponsabilidad también en este sentido, porque hasta ahora no haya tenido el impulso y la protección que nos gustaría y que creemos que debe tener.

El súmmum ya de la discordia y de la irresponsabilidad de la polémica desatada en los últimos días, de la irresponsabilidad y del poco amor a esta tierra por las propias personas de Aragón y, en especial, de los grupos parlamentarios, de sus representantes, del PSOE, Chunta e Izquierda Unida, que incluso aquí han hecho mención a ella, que entran en el trapo de semejante y tamaña tontería, inventada desde fuera y con intereses nada favorables desde luego a Aragón, de hablar del LAPAO o del LAPAPYP. En nuestra ley, no pone en absoluto semejante cosa, y si fuésemos por esa razón, entonces, ¿qué hablamos quienes hablamos español? ¿LE? Pues, no. Por la misma razón, creo que, nosotros mismos, no tenemos que dar más pábulo a semejante cuestión.

Esta ley, que de eso estamos hablando, de la aprobación de esta ley de lenguas y modalidades lingüísticas, esta ley, señorías, más allá de estos debates que se están teniendo, sinceramente, si la leen con detenimiento, es una ley sumamente respetuosa con la realidad aragonesa e incluso con las diferentes sensibilidades, ¡sumamente respetuosa! Es una ley que protege, que une, que respeta y que pone en valor.

¿Y saben qué es lo mejor? Que fuera de estas paredes, mañana, hoy mismo, miles de aragoneses seguirán hablando su lengua materna aragonesa, con la que sus madres les dijeron las primeras palabras, con la que construyeron sus primeros pensamientos, con la que se expresan, se entienden y se escuchan con total normalidad y paz. Y saben también que esos niños podrán, si quieren, aprender a escribir correctamente su lengua, y que estas lenguas seguirán vivas transmitiéndose de generación en generación, por los siglos de los siglos.

Esta ley no es una ley en contra de nada ni de nadie, es una ley a favor, es una ley pro Aragón, por Aragón y para Aragón y los aragoneses.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Herrero.

Silencio, por favor.

Pasamos al turno del Grupo Parlamentario Popular. La señora Ferrando, por tiempo de diez minutos, tiene la palabra.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Gracias, señor presidente.

Señorías, hoy vamos a aprobar el proyecto de ley que defiende nuestro extraordinario patrimonio lingüístico con el aval de cuantos representamos en esta Cámara a la mayor parte de los aragoneses.

La ley que estamos debatiendo en estos momentos es la ley que protege nuestra realidad y, desde luego, nuestra riqueza lingüística. Es la ley que compromete a la Administración a garantizar la protección y difusión de todas las lenguas y modalidades lingüísticas propias de esta tierra, porque las foráneas tienen ya sus propios vehículos de promoción. Y es la ley que garantiza el derecho de los aragoneses a expresarse como tradicionalmente lo han hecho, haciendo pleno uso de su libertad.

Vamos a rechazar todas las enmiendas de la oposición por sentido común, por coherencia y por responsabilidad política y, fundamentalmente, en defensa de los intereses de los aragoneses. Y nuestro rechazo parte de criterios de diferente naturaleza: en primer lugar, un criterio puramente filológico y lingüístico. Este grupo parlamentario ha atendido, como no puede ser de otra manera, a los estudios y monografías de los expertos reales en filología, en su mayoría, todos, pertenecientes al Departamento de Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza. La realidad sobre la que informan y los datos que además aporta el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja son absolutamente concluyentes: el castellano es la lengua materna y exclusiva del 95% de los aragoneses, y por otro lado, en el territorio lingüísticamente compacto que al este de Aragón se extiende hasta el Matarraña, las diferentes hablas vernáculas de filiación catalana gozan de una gran vitalidad, y sus respectivos hablantes las llaman fragatí, tamaritá, maellá... —me voy a ahorrar el resto, porque ya lo ha dicho la señora Pérez—, para diferenciarlas del catalán y así afianzar su sentimiento aragonés. Les digo más, señorías, según la encuesta realizada en su día por la Universidad de Zaragoza, el 75% de los aragoneses de esta zona rechazan rotundamente la cooficialidad con el catalán.

Además, al norte de Huesca subsisten de forma independiente toda una serie de modalidades autóctonas cuyo grado de conservación difiere de unas a otras, Así, el cheso, el chistabino o el patués mantienen todavía cierta vitalidad interna, mientras que el ansotano o el belsetán prácticamente han desaparecido, algo que, de no actuar responsablemente, podría ocurrir también con cuantas hablas se encuentran extremadamente debilitadas.

En el resto de la provincia de Huesca, solo quedan expresiones y vocablos sueltos que se pierden, que se van perdiendo en las tierras centrales y en las meridionales de esta comunidad.

Señorías este es el panorama lingüístico, pero el real, sobre el que había que legislar.

En segundo lugar, hay un criterio social y cultural. Si atendemos a los datos aportados por estos mismos expertos, de un millón trescientos cincuenta mil aragoneses, un millón doscientos ochenta y dos mil quinientos, es decir el 95% tienen como lengua materna el castellano; del 5% restante, unos cuarenta y cinco mil aragoneses se expresan en las diferentes modalidades lingüísticas de la zona oriental y, aproximadamente, unos doce mil, siendo extremadamente generosos, conservan con mayor o menor dificultad las diferentes hablas septentrionales.

Señorías, nos acusan continuamente de legislar para las mayorías y continuamente también se están equivocando en todas y cada una de sus apreciaciones, porque lo que esta ley pretende es salvaguardar la identidad cultural y la diversidad lingüística de tan solo el 5% de los habitantes de Aragón, y para ello protege a quienes se mantienen fieles a unas expresiones que denotan su pertenencia afectiva a la tierra que les vio nacer. Eso que a ustedes les es absolutamente indiferente, a nosotros nos preocupa, a nosotros nos ocupa y, además, nos obliga a preservarlo. Por lo tanto, hay un criterio, un importante criterio social y cultural.

Por último, también hay un criterio económico. Este grupo parlamentario se ha tomado la molestia de hacer lo que ustedes no hicieron y que fue calcular el coste aproximado de lo que proponen sus enmiendas. ¿Ya han explicado a los ciudadanos cuánto cuesta dirigirse a las Cortes de Aragón y poder ser respondidos en fabla o en catalán? Señora Ibeas, ¿ha explicado usted a los ciudadanos que la posibilidad de traducir esta intervención para que usted la escuche por un pinganillo costaría casi doscientos sesenta mil euros al año, sin contar con los equipos técnico necesarios? ¿Alguien se ha preocupado de calcular lo que costarían los traductores en todas las Administraciones Públicas para escuchar o poder contestar en fabla o en catalán? Si, como pretende Chunta, incluimos en este cupo a toda la Administración de Justicia, el Justicia de Aragón y a los fedatarios públicos o lo extendemos, como pretende Izquierda Unida, incluso al ámbito de lo privado, estaríamos hablando de doce millones y medio de euros. ¿Se lo han contado ya a los ciudadanos, señorías? No se preocupen, yo se lo estoy contando ahora.

Según Izquierda Unida, además, más del 50% de las asignaturas deberían impartirse en catalán o en fabla, y para cubrir la necesidad de docentes, Chunta propone, nada más y nada menos, que plazas de oposición exclusivas para cuantos conocen estas lenguas, discriminando con ello al 95% de los aragoneses que, por supuesto, las desconocen y abriendo las puertas de par en par a nuestros vecinos.

Además, tanto Chunta como el PSOE pretenden implantar filología catalana y filología aragonesa, sin respetar la autonomía de la Universidad y sin tener en cuenta que la demanda es mínima o prácticamente nula. Pregunte, señora Ibeas, pregunte al director de la especialidad de aragonés en el campus universitario de Huesca por el interés que despierta la fabla entre nuestros universitarios, porque a duras penas llegan a cubrir la mitad de las cuarenta plazas ofertadas.

Señorías, la contratación y formación del personal docente y la implantación de cada filología arrojarían un total de más de dieciséis millones y medio de euros.

El cambio de topónimos merece un capítulo aparte. ¿Han contado a los ciudadanos que rotular los más de cinco mil kilómetros de carreteras autonómicas les costaría solo en carteles y flechas direccionales —ya no hablamos de los letreros turísticos—, siete millones y medio de euros? ¿Han contado a los ciudadanos que las placas de entrada y salida de nuestros setecientos treinta y un municipios, sin contar con las entidades locales y los núcleos rurales, supondrían seiscientos cincuenta y siete mil novecientos euros? ¿O que cambiar las placas de señalización de las calles solo en las tres capitales de provincia, sin instalación, sumaría medio millón más?

Este es el coste de sus enmiendas, limitándonos únicamente a una parte de lo que plantean. No hemos contabilizado —es cierto— la creación del Consejo Superior de Lenguas de Aragón, la creación de las dos academias de la lengua, las enmiendas relativas a los medios de comunicación y a la formación lingüística de los periodistas o los impresos trilingües en todas las Administraciones Públicas. Pero, insisto, en un cálculo a la baja, la cifra superaría los treinta y nueve millones de euros, muchos de ellos de periodicidad anual.

Por todo esto, reitero que vamos a aprobar la ley en sus términos, sin contar con las enmiendas por sentido común, por coherencia y, por supuesto, por responsabilidad política. Este proyecto de ley cumple con estas tres condiciones y, además, con su aprobación, cumple estrictamente con nuestro programa electoral, derogando la Ley de 2009, que hacía un guiño a Chunta Aragonesista para un futuro pacto de Gobierno y le facilitaba el montaje de su particular agencia de colocación. Frena también los anhelos expansionistas de Esquerra Republicana de Catalunya, socia de Chunta en el Parlamento Europeo, respeta todas y cada una de nuestras modalidades lingüísticas y compromete al Gobierno de Aragón a preservarlas y a difundirlas, evitando imponer dos lenguas ajenas que los aragoneses ni reconocen ni sienten suyas.

Es decir, este proyecto de ley, tal y como está, libera a los aragoneses de la imposición de hablar lo que no hablan y de sentir lo que no sienten, y, por último, esta ley evita un nuevo e innecesario despilfarro económico que, desde luego, no es un tema menor.

Ustedes quisieron convertir en realidad la ficción de que Aragón era trilingüe aprobando una ley que lo decía; en cambio, esta nueva ley que hoy debatimos protege nuestro patrimonio lingüístico, que, como ya les he explicado antes, es rico, variado y, además —fundamental—, está en peligro. Las leyes, señorías, no pueden imponer ficciones, las leyes deben elaborarse en función de la realidad. Esta ley se ha elaborado atendiendo a esa realidad y por ello consideramos que debe seguir adelante.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

Señorías, silencio, por favor. Ocupen sus escaños.

Vamos a iniciar la votación. Voy a limitarme a leer el enunciado de cada una de las votaciones sin hacer expresión contable, por decirlo de alguna manera, de todas las enmiendas.

Y empezaremos —ocupen sus escaños— con la votación conjunta de la disposición final primera y de las rúbricas de los capítulos I, IV y V, a los que no se han formulado votos particulares ni enmiendas. Señorías, comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor, treinta y siete; en contra, veinticuatro. Se aprueba las disposiciones pertinentes.

Pasamos a la votación de los votos particulares formulados y de las enmiendas mantenidas a los diferentes artículos y disposiciones, a las rúbricas, a la exposición de motivos y al título del proyecto de ley.

Empezamos con la votación de los votos particulares de los Grupos Parlamentarios Socialista, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida frente a las enmiendas 136 y 169. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veinticuatro; en contra, cuarenta y uno. Quedan rechazados los votos particulares.

Ahora, pasamos al enunciado. Votación de las enmiendas agrupadas según el sentido del voto expresado en la comisión, y empezamos con las enmiendas con voto a favor de los grupos parlamentarios Chunta Aragonesista e Izquierda Unida y voto en contra del Popular, Socialista y Partido Aragonés. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor siete; en contra, cincuenta y seis.

Votamos ahora enmiendas con voto a favor del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida y voto en contra del resto de los grupos parlamentarios. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor, cuatro; en contra, sesenta.

Votamos a continuación enmiendas con voto a favor de los Grupos Parlamentarios Socialista y Chunta Aragonesista, y en contra, del Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veintitrés; en contra, cuarenta. Quedan rechazadas las enmiendas.

Votamos enmiendas con voto a favor de Chunta Aragonesista en contra Popular, Socialista y Partido Aragonés y abstención de Izquierda Unida. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos sesenta y cinco: a favor, cuatro; en contra, cincuenta y siete; cuatro abstenciones. Quedan rechazadas.

Y votamos enmiendas con voto a favor de los Grupos Socialista, Chunta Aragonesista, en contra, Popular y Partido Aragonés, y abstención de Izquierda Unida. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veintidós; en contra, treinta y siete; cuatro abstenciones. Quedan rechazadas.

Y votamos a continuación...

La señora diputada IBEAS VUELTA [desde el escaño]: Presidente, ¿puede repetir la votación?

El señor PRESIDENTE: De acuerdo. Volvemos a la anterior.

Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor veinte; en contra, cuarenta y uno; tres abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos a continuación las enmiendas con voto a favor del Grupo Parlamentario Socialista, voto en contra del Popular, Partido Aragonés y Chunta Aragonesista y abstención de Izquierda Unida. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veinte; en contra, cuarenta y uno; cuatro abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas con voto a favor del Grupo Parlamentario Socialista y voto en contra del resto de los grupos parlamentarios. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veintidós; en contra, cuarenta y tres. Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas con voto a favor de los Grupos Socialista, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida y voto en contra del Popular y del Partido Aragonés. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco. A favor, veintiséis. En contra...

La señora diputada IBEAS VUELTA [desde el escaño]: Perdón, presidente.

Creo que hay un problema en el texto o yo creo que... Puede nombrar otra vez la...

El señor PRESIDENTE: Enmiendas con voto a favor —estamos en ello— de los Grupos Parlamentarios Socialista, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida, y voto en contra del Popular y Partido Aragonés, ¿es ese? Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veintiocho; en contra, treinta y siete. Quedan rechazadas.

Votamos a continuación las enmiendas con votos a favor del Socialista e Izquierda Unida, y en contra, Popular, Partido Aragonés y Chunta Aragonesista. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veinticuatro; en contra, cuarenta y uno. Quedan rechazadas.

Votamos a continuación las enmiendas con voto a favor de Izquierda Unida de Aragón; en contra, Popular, Partido Aragonés y Chunta Aragonesista, y abstención del Grupo Socialista. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, cuatro; en contra, cuarenta; veinte abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas con voto a favor de Chunta Aragonesista e Izquierda Unida de Aragón; en contra, del Popular, Partido Aragonés, y abstención del Grupo Parlamentario Socialista. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, ocho; en contra, treinta y siete; veinte abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas con voto a favor de Chunta Aragonesista; en contra, Popular y Partido Aragonés, y abstención, Socialista e Izquierda Unida. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, cuatro; en contra, treinta y siete; veinticuatro abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos enmiendas con voto a favor de Chunta Aragonesista y en contra del resto de los grupos parlamentarios. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, cuatro; en contra, sesenta y uno. Quedan rechazadas.

Pasamos a las enmiendas con voto a favor del Grupo Parlamentario Socialista; en contra, del Popular y del Partido Aragonés, y abstención de Chunta Aragonesista e Izquierda Unida de Aragón. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor, veinte; en contra, treinta y siete; siete abstenciones. Quedan rechazadas.

Votamos enmiendas con voto a favor de Socialista e Izquierda Unida de Aragón; voto en contra, Popular, Partido Aragonés, y abstención de Chunta Aragonesista. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cinco: a favor, veinticuatro; en contra, treinta y siete; cuatro abstenciones. Quedan rechazadas.

Y, por último, la votación conjunta de los artículos, las disposiciones y de las rúbricas de los capítulos I, III y VI, de la exposición de motivos, del título de la ley, que son, en definitiva, los artículos 1 a 25, disposiciones adicionales primera y cuarta, transitoria única, derogatoria única, final segunda, rúbricas de los capítulos II, III y VI, exposición de motivos y título de la ley. Comienza la votación. Finaliza la votación. Votos emitidos, sesenta y cuatro: a favor treinta y seis; en contra veintisiete. Queda aprobada.

Pasamos al turno de explicación de voto. Empezamos por el señor Barrena, que tiene dos minutos para intervenir.

El señor diputado BARRENA SALCES [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.

Creo que la ciudadanía que nos está siguiendo, después de oír la intervención de la señora Ferrando, habrá entendido por qué tuvimos que irnos de la ponencia, porque ha vuelto a acusarnos de falta de sentido común. Debe ser que el Partido Popular goza también de esa seña de identidad propia, es decir, solo tiene sentido común el Partido Popular. Y ha vuelto a mentir descaradamente, lo cual quiere decir que ni ha leído nuestras enmiendas. Por ejemplo, dice que las enmiendas de Izquierda Unida quieren que sea obligatorio estudiar catalán y aragonés en todo el territorio. No es verdad. Léasela bien, porque dice «en aquellas zonas donde se hablan», no dice otra cosa, no dice otra cosa.

A partir de ahí ya, esas cuentas que son rosarios que usted hace, al final le lleva al debate de lo que un derecho es para el Partido Popular como cueste perras, euricos ahora, pues, ya no se puede poner ¿no? Claro, así nos va, así va la Educación, la Sanidad, las carreteras, las masas forestales, así nos va. Como, al final, lo que ustedes consideran es todo una cuestión pura y absolutamente economicista, pues, llegan incluso a plantear que todo lo que pueda costar dinero no lo hacen claro, y lo que tenían montado, lo están desmontando. Claro, esto, como estaba todavía en esa fase de a ver si conseguíamos ponernos de acuerdo, pues, miren, les viene al pelo para venir, coger y decir, absolutamente, que no.

Ha dicho usted otra mentira muy grave, señora Ferrando, lo de que Izquierda Unida quiere llevar esto al ámbito privado. Léaselo bien, ¿eh?, porque lo único que dice Izquierda Unida es que cuando un ciudadano o ciudadana tiene que ir hacer una gestión privada en una notaría o en un juzgado, porque tiene que ver con sus propiedades o porque tiene que ver con una denuncia, el notario reconoce documentos en las diferentes lenguas. ¡A ver si se entera, que no es lo mismo eso que lo que usted ha dicho!

El señor PRESIDENTE: Termine, señor Barrena.

El señor diputado BARRENA SALCES [desde el escaño]: Si es igual, total... En fin, una pena, señorías.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Barrena.

Pasamos al turno de la señora Ibeas. Dos minutos.

La señora diputada IBEAS VUELTA [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.

Señorías, después de la desatención histórica de los poderes públicos con las lenguas propias de Aragón y, sobre todo, con el aragonés, hoy, por fin, ustedes han conseguido que se haya hecho la noche para estas lenguas, en un proceso de involución autonómica que va en la línea de toda la política que está llevando el Partido Popular.

Partido Popular y Partido Aragonés, señorías, han consumado su despropósito y han aprobado la derogación, de facto, de la Ley de Lenguas del año 2009, que reconocía el aragonés y el catalán como lenguas propias, originales e históricas de Aragón. ¿Cómo se van a llamar ahora, señora Herrero? ¿O va a decir un niño: «Me voy a clase de la lengua aragonesa propia del área pirenaica y prepirenaica? No, pero, además, ahora me voy a la de fragatí; no, yo me voy a la de literano». ¡Por favor!

Ustedes han buscado la rentabilidad electoral, y hemos votado en contra, señorías, evidentemente, de este proyecto de ley porque lo único que ustedes tenían como obsesión era que, finalmente, se dejaran de nombrar las lenguas por su nombre, aunque eso afecte a la historia y a la dignidad de este país. Con lo cual, señorías, los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno han pisoteado hoy los derechos de miles de aragoneses y aragonesas, de miles de hablantes, señora Ferrando, que tienen el mismo derecho a hablar en su propia lengua que usted lo tiene de hablar en la suya. Que yo, por cierto, yo no charro fabla, yo charro aragonés. Y pienso que, desde luego, esto hay que defenderlo con toda la dignidad del mundo.

Usted se ríe, porque a usted, esto, realmente, le importa muy poco. Y ha sido posiblemente la persona menos adecuada que tenían que haber puesto para coordinar una ponencia como la ley de lenguas, porque ha estado insultando desde el minuto cero el trabajo de todos los grupos parlamentarios, e incluyo el mío.

Ustedes, señorías, están sentenciando hoy a muerte el aragonés, que es la lengua privativa de Aragón, de la que deberíamos estar orgullosos, y esto ya llegaba en mala situación. Pero cuando sea una lengua muerta, señorías, ya no será una lengua de nadie. El catalán dejará de hablarse aquí en Aragón si no cambian las cosas, y el aragonés ya no se hablará en ningún sitio.

Puede ser que no todo esté perdido...

El señor PRESIDENTE: Acabe, señora Ibeas.

La señora diputada IBEAS VUELTA [desde el escaño]: ... pero, señorías, como decía la canción, S'ha feito de nuei y, posiblemente, llegamos tarde. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

Señora Herrero, dos minutos. Puede intervenir.

La señora diputada HERRERO HERRERO [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.

Las votaciones, creo que han reflejado claramente lo que hay aquí en esta Cámara. Si no me equivoco, son quince las combinaciones en el sentido de voto que hemos podido ir viendo y realizando. Esto pone de manifiesto que aquí no hay dos posturas distintas, no hay dos posiciones, no hay dos leyes de lenguas distintas: hay muchas posturas. Hay tantas como grupos parlamentarios e, incluso, me atrevería a decir que hasta más. Pero digamos que cinco posturas distintas. Dos en este caso, dos grupos parlamentarios nos hemos puesto de acuerdo. En la anterior ley, se pusieron de acuerdo otros dos partidos. No sé si por las intervenciones que estoy escuchando, habría alguna posibilidad de que estas posturas fuesen conciliables. Me parece a mí que no y, de hecho, no lo ha sido hasta ahora.

Simplemente, creo que estamos de enhorabuena. Enhorabuena a Aragón y, especialmente, enhorabuena a los aragoneses hablantes de las dos lenguas aragonesas, de la lengua aragonesa del norte y de la lengua aragonesa del este. Muchas veces, a estos aragoneses les ha costado, a veces —ellos te lo cuentan—, un esfuerzo añadido demostrar que son tan aragoneses como los demás. Y yo digo que, por ello mismo, son tanto o incluso más, porque, además, tienen la suerte de hablar una lengua aragonesa que a partir de ahora va a estar protegida y garantizada su pervivencia.

Enhorabuena, aragoneses y enhorabuena a Aragón. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Herrero.

Pasamos al turno de la señora Pérez. Por tiempo de dos minutos, puede intervenir.

La señora diputada PÉREZ ESTEBAN [desde el escaño]: Gracias, presidente.

Nuevamente, tengo que decir, con rotundidad y con lástima, que hoy se han ido al traste la ilusión y el derecho de miles de aragoneses que habían y que han visto frustradas sus expectativas.

Hoy se ha constatado, como decía en la tribuna, la falta de sensibilidad, de compromiso y de sintonía con la pluralidad, con la diversidad.

Lamento, créanme de verdad que lamento la actitud de este Gobierno y del Grupo Popular, así como del grupo que lo apoya, porque ha primado la exageración como estrategia de despiste, y el mensaje de amenaza y miedo para imponer su ideología.

Asistimos con perplejidad ante un Gobierno que lejos de ofrecer moderación —les recuerdo que diez años se tardó en traer a este Parlamento la ley que todavía, hasta este momento, está vigente—, lejos de ofrecer moderación, lejos de establecer cauces que normalicen la convivencia, normas básicas de convivencia entre ciudadanos y sus Administraciones, entre ciudadanos y sus territorios, presos —permítanme que lo diga— de prejuicios y de complejos y cargado de ideología, privan de un derecho a miles de aragoneses.

Basaba la señora Ferrando su argumento en el gasto, en lo que supone de gasto. Termino y concluyo, fíjense, este Gobierno se permite tirar de las arcas de esta comunidad autónoma más de veinte millones de euros de indemnización por la incompetencia de su consejero y de su Gobierno por Plaza y por el Plan RED [aplausos], pero no para mejorar su educación, nuestra sanidad y para el reconocimiento de los derechos. Esa es y será su responsabilidad, no lo duden, para con los aragoneses. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Pérez.

Pasamos al turno de la señora Ferrando. Dos minutos, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.

Pues, la verdad es que es muy triste que tengan que salirse de lo que estamos debatiendo, ir a lo personal y a otros departamentos para, cuando no pueden, cuando no tienen argumentos, rebatir lo contrario.

Les voy a leer algo del poeta grausino Luisón de Fierro, y lo voy a leer muy despacio: «Si mos achuntasen tots, Jacetania y Somontano, Sobrarbe y Ribagorza, y baixan para la Litera, me penso no podrían formá una llengua nuestra». Señorías, ¿lo han entendido o necesitan un pinganillo? [Risas.] [Rumores.]

La ficción de un Aragón trilingüe, la ficción de imponer una lengua ajena y la ficción de imponer también una lengua hecha a retales seguirá siendo una ficción, señorías, por mucho que ustedes la legislaran en 2009.

Señora Pérez, poca credibilidad merece quienes desoyeron a los aragoneses, despreciando miles de firmas y el trabajo de tantas y tantas asociaciones culturales que dijeron «no» a la ley socialista. Poca credibilidad tienen también, señora Pérez, quienes pretenden imponer, quienes quisieron imponer en lugar de respetar buscando simplemente los apoyos necesarios para seguir gobernando esta tierra. Las únicas expectativas que aquí se han frustrado, señora Pérez, son las de quienes pensaban beneficiarse con la ley socialista.

Señor Barrena, ni la democracia es patente de la izquierda ni lo que hablan los aragoneses, desde luego, es el coto privado de Izquierda Unida. Será la primera vez en cuarenta y ocho años que llevo en Huesca que yo escucho una conversación en fabla en algún sitio. En fin.

Y respecto a la señora Ibeas —finalizo ya—, he soportado abnegadamente hasta hoy sus continuas descalificaciones a cerca de mi criterio filológico y lingüístico...

El señor PRESIDENTE: Acabe señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE [desde el escaño]: Termino ya.

Entiendo que este no es el foro para redundar en lo personal y lo profesional, pero sí le diré una cosa: desconozco dónde estaba usted entre los años 1987 y 1990. Le diré dónde estaba yo: esta filóloga oscense estaba recorriéndose... [Corte automático del sonido.] [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Ya no se le oye, señora Ferrando.

CORTES DE ARAGÓN
Palacio de la Aljafería
50004 Zaragoza
T 976 289 528 / F 976 289 664