Intervinienen: Urbieta Gale, Jose - Lacasa Vidal, Jesus - Fuster Santaliestra, Bizen - Uson Ezquerra, Miguel Angel - Trasobares Serrano, Maria Milagros
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Pérez Vicente.
Debate y votación de la proposición no de ley número 147, sobre la necesidad de construir el embalse de Santa Liestra, presentada por el Grupo Parlamentario Popular.
Para la presentación y defensa de la proposición, tiene la palabra el señor Urbieta.
Proposición no de ley núm. 147/00, sobre la necesidad de construir el embalse de Santa Liestra.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Gracias, señor presidente.
Señorías.
No puedo negar que llevamos un tiempo en que las aguas vienen un tanto revueltas, yo diría que bastante revueltas a veces, y no falta quien puede pensar también que, a río revuelto, ganancia de pescadores.
El debate social que se ha provocado ha inducido, a nuestro juicio, a una confusión ante la postura a adoptar para la realización de las obras de regulación, muy importantes para nuestra tierra.
Es por ello que, con el ánimo de clarificar y ratificar ante la opinión pública -que pensamos que está algo confusa en algunos aspectos- el posicionamiento y la voluntad de estas Cortes para la ejecución de las acciones recogidas en el Pacto del Agua de Aragón, traemos hoy una proposición no de ley sobre el embalse de Santa Liestra, que, efectivamente, ha venido acompañado de una cierta y dispar problemática. Luego vendrán otras iniciativas para otros embalses.
Se tiene una tendencia muy acentuada a repetir, a resaltar, a magnificar cualquier aspecto que en cualquier empresa que se acometa puede suponerse negativo, y poco se resaltan los aspectos positivos. Por ello, creo conveniente mencionar, aunque sea someramente, los aspectos positivos que aporta la realización del embalse de Santa Liestra. Todo en esta vida tiene sus pros y sus contras, pero hay que ponerlos en la balanza.
El sistema de riegos del canal de Aragón y Cataluña tiene una demanda aproximada de más de ochocientos hectómetros cúbicos al año y viene disponiendo de unos quinientos treinta hectómetros cúbicos. De ahí que haya sido alabado en muchas ocasiones por la eficiencia que tiene la utilización del agua ante la situación tan precaria en la que vive.
La zona occidental, que es la aragonesa, con cincuenta y cuatro mil hectáreas, precisa de cuatrocientos cuarenta y cinco hectómetros cúbicos al año. Barasona, con noventa y dos hectómetros cúbicos, representa el 21% de la demanda potencial de la zona occidental. Para la parte oriental, la demanda objetivo es de trescientos setenta y un hectómetros cúbicos año, atendible desde el Ésera y el Noguera Ribagorzana. Esta zona cuenta con mil cien hectómetros cúbicos de capacidad de embalse en Escalés, Canellas y Santa Ana.
Esta deficiente disponibilidad de agua para riego condiciona los cultivos en las cincuenta y cuatro mil hectáreas de la parte aragonesa, que se ven forzados a dedicar la mayor superficie a cereal de invierno, que consume menos agua, renunciando a otros cultivos más rentables que podrían incrementar los ingresos de la zona, según estudios realizados, en un mínimo de dos mil millones de pesetas al año.
Este problema viene ya desde hace treinta años. Se viene buscando una solución a esta situación de precariedad en que vive este sistema de riegos: primero se planteó Lorenzo Pardo en 1976 y con seiscientos cuarenta hectómetros cúbicos; después, Comunet, en derivación, que no laminaba avenidas de ciento sesenta y ocho hectómetros cúbicos; por último, Santa Liestra, con ochenta y dos hectómetros cúbicos, concebido desde la propia zona y propuesto, en una reunión en Campo el 29 de diciembre del noventa y uno, como alternativa menos impactante para el valle del Ésera. Y, realmente, todo lo que se inundan son veinticinco hectáreas de regadío, sesenta hectáreas de secano, veinticuatro hectáreas de monte maderable; en total, ciento nueve hectáreas, más unas doscientas quince de viales y montes.
La zona afectada, a nuestro juicio, sale muy beneficiada indirectamente con esta obra, porque hay un estudio de planes de restituciones que conlleva: mejora en comunicaciones, aprovechamientos hidroeléctricos, mejora en abastecimientos a núcleos urbanos, promoción de actividades recreativas, correcciones medioambientales y la creación o transformación de más de ochocientas hectáreas en regadío. Eso, indirectamente, porque, directamente, proporciona la posibilidad de cultivos más rentables, precisamente en la zona aragonesa, la creación de muchos puestos de trabajo, que es muy importante, y el mantenimiento de la población rural, que en los pueblos de secano de la zona han perdido tres de cada cuatro habitantes en los últimos años. Además, se calcula que el incremento y el margen bruto agrario casi inmediato puede ser de dos mil quinientos millones al año, y el incremento del valor añadido bruto en la zona se sitúa en una horquilla entre los tres mil quinientos y cuatro mil millones al año.
No podemos negar que hay una cierta oposición a la realización de esta obra, alegando situaciones de riesgo, basándose principalmente en que el terreno no asume las condiciones adecuadas.
En el Partido Popular asumimos totalmente lo que dicen los técnicos de la administración encargados de la obra, que son los que, con su firma, asumen toda la responsabilidad de la obra. Ésos son los que asumen toda la responsabilidad de la obra, y, si no lo aceptamos así, francamente, nunca haremos nada, seguiríamos como en tiempos de Abraham; eso sí, con teléfono móvil, que parece que es una cuestión que no tiene contestación.
Pido, por eso, que estas Cortes respalden la realización de la obra y que el Gobierno de Aragón, en la medida de sus posibilidades, presione para agilizar los trámites necesarios. Ya sabemos que la maduración de estos trámites es lenta, y queremos que, por una vez, hagamos algo en nuestra tierra, que salga adelante y que las cincuenta y cuatro mil hectáreas de la zona occidental, las inversiones que se puedan hacer en la zona en beneficio de la misma, sean lo antes posible una auténtica realidad.
Nada más.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Urbieta.
Para la defensa de la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Mixto (Izquierda Unida), tiene la palabra el señor Lacasa.
El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.
Señorías.
Permítanme antes de entrar en materia, y hablando y abordando un punto como es el de los regadíos y en la zona oriental de Aragón, tener un emocionado recuerdo para la memoria de una persona fallecida, que ayer fue enterrada, como es Ángeles Blanco, una compañera de toda la vida de Sixto Agudo, que fue alcaldesa de Alcampel durante muchos años, promotora y defensora de los riegos de La Litera Alta, y que yo creo que personas de este talante y de esta capacidad, pues, bueno, cuando desaparecen, creo que es bueno recordarlas y citarlas para que queden en la memoria colectiva de todos nosotros y nosotras.
Y dicho esto, dicho este pequeño recordatorio y este pequeño homenaje, entramos en la proposición no de ley que debatimos.
Hablamos de Santa Liestra, y Santa Liestra, efectivamente -lo ha citado su defensor, el defensor de la proposición no de ley- es la resulta de un debate antiguo, de un debate ya añejo, que ha pasado por distintos avatares -él los ha citado sucintamente, pero es así-: una contestación muy fuerte a dos proyectos anteriores (al proyecto de Campo y al proyecto de Comunet), dos proyectos que suscitaban clara controversia en la comarca, que estaban enfrentados y que, por lo tanto, sufrieron un proceso de erosión y, finalmente, fueron descartados a través de la movilización ciudadana y de una lucha importante, incluso por parte de organizaciones agrarias que se opusieron en aquel momento, formaciones políticas de todo tipo que se opusieron y también la propia comarca, y consiguieron evitar opciones muy negativas, como eran Campo y como era Comunet.
Y es cierto que aparece la alternativa de Santa Liestra como una alternativa de consenso de la propia zona y de la propia comarca, lo cual es importante. Y nosotros siempre lo hemos tenido muy en cuenta. En ese sentido, y teniendo en cuenta que hay unas necesidades objetivas en una zona como es el canal de Aragón y Cataluña, una zona de las que mejor -por decirlo de alguna manera-, donde mejor se utiliza el agua, aunque por supuesto todavía hay mucho por hacer en esa zona, como en tantas otras, pero es de las que por lo menos ha tenido una cultura tradicional de mejor utilización del recurso agua, de su ahorro y de los mecanismos más racionales para su utilización.
Pero, dicha esta cuestión, a nadie se le oculta también que hubo un cambio, un determinado cambio que desplazó el proyecto de presa unos centenares de metros. Ese cambio que, a priori, puede parecer mínimo, escaso, desde un punto de vista social o de un impacto territorial, yo creo que no tiene casi ninguna incidencia, puesto que se ha aceptado construir esa presa; pero sí lo puede tener y sí se ha suscitado una polémica en torno a un aspecto que para nosotros es fundamental, y lo dijimos ya en la anterior legislatura cuando se analizó este tema y lo seguimos diciendo hoy: es el aspecto de la seguridad. Todos sabemos que ha habido distintos informes de universidades, de aspectos técnicos consultados, incluso de personas vinculadas de alguna forma a las administraciones públicas, que han dictaminado posibles riesgos derivados de la construcción y mantenimiento de una presa en la ubicación actual, en el emplazamiento actual donde se pretende construir la presa de Santa Liestra.
Señorías, desde Izquierda Unida lo decimos clarísimamente: si hay una opción de riesgo, nosotros no estamos de acuerdo, pese a que hubiera consenso social y a que nosotros apoyemos esa obra de infraestructura. Por tanto, el elemento clave que para nosotros condiciona hoy todo es el elemento de la seguridad. No se puede jugar de ninguna manera con la seguridad de los ciudadanos.
Ahora bien, si se demuestra fehacientemente -y esta es la enmienda que nosotros planteamos-, si se demuestra fehacientemente, a través de los estudios técnicos necesarios (objetivos, contrastados, no unilaterales, no sesgados, objetivos), que no existe el más mínimo riesgo derivado de la construcción y existencia del embalse, desde Izquierda Unida no tenemos nada más que decir, sólo apoyar esa construcción, partiendo de que fue una solución de consenso de la comarca y, por supuesto, integrándola en un ambicioso proyecto de restitución territorial. Y esa es nuestra posición, así de sencilla, la posición que la enmienda pretende defender: una posición de apoyo, pero también una posición de aseguramiento. Y, por lo tanto, lo previo es el aseguramiento y lo segundo es, definitivamente, lanzar con toda rotundidad la afirmación que plantea el Partido Popular.
Por lo tanto, creo que lo razonable sería llegar a una posibilidad de integración, y con la incorporación de nuestra enmienda, abrir todas las seguridades en la construcción de esta presa, y una vez ratificado que eso es perfectamente seguro, que eso no plantea ningún tipo de problema, entonces sí podemos lanzar todas las campanas al vuelo y lanzarnos a fondo en la construcción del embalse. Mientras tanto, vamos a esperar lo que dicen los estudios técnicos.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Lacasa.
En nombre del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, tiene la palabra el señor Fuster.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente. Señorías.
Hoy venimos a debatir aquí una proposición no de ley «absolutamente oportuna», entre comillas, del Partido Popular, puesto que, como sus señorías saben, hoy no estaba previsto que tuviéramos proposición no de ley, pero haciendo uso de la cortesía parlamentaria de los demás grupos, el Partido Popular nos pidió que tenía un compromiso para incluir una proposición no de ley. Lo aceptamos todos los grupos, porque así es, pero cuando vimos el contenido de la proposición no de ley, la cosa creo que ya no era cuestión de cortesía, sino una cuestión claramente de oportunidad política ante los hechos que se acababan de conocer del día anterior.
Ante el conocimiento de que el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid, que tramita la instrucción de la querella interpuesta por el Ayuntamiento de Santa Liestra contra siete altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente, comenzando por el anterior secretario de estado de Aguas y terminando por el entonces presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que eran llamados a declarar en su calidad de querellados por la comisión de determinados delitos que desde la propia fiscalía de Medio Ambiente se consideraban cometidos.
Quiero con esto decir que no es casual. Yo sé que el Partido Popular ha presentado varias iniciativas de proposiciones no de ley en este sentido para apoyar las distintas obras del Pacto del Agua, supongo que a raíz del acuerdo que aquí se tomó en relación con la relectura del Pacto del Agua. Y en ese sentido, supongo que su intención inicial era irlos sacando progresivamente en los distintos plenos.
Pero, claro, en estos momentos, yo creo que, habida cuenta de esta resolución judicial, que creo que nos afecta a todos, sobre todo a aquellos que, conociéndola, tenemos que tomar decisiones hoy aquí, ya no era una obra más del Pacto del Agua, ya no se trataba ni se trata ahora de debatir aquí si estamos o no a favor del proyecto de Santa Liestra, si tenemos que acelerar o no o impulsar o no esta obra. De hecho, yo no pienso hacerlo, no pienso recordar ninguno de los argumentos por los que, en nuestro caso, saben sus señorías que estamos absolutamente en contra de esta obra en los términos que se plantea. Entiendo que no es el debate de hoy, no es el objeto del debate hoy si estamos de acuerdo o no con esta obra.
El debate es si es ético, desde un punto de vista moral y personal, que los diputados que estamos aquí en esta cámara impulsemos con nuestro voto una obra que en estos momentos está sub júdice, que en estos momentos los principales impulsores de su proyecto, los redactores y los responsables políticos directos de la redacción de su proyecto están llamados a declarar, empezando -como digo- por el señor don Benigno Blanco Rodríguez el próximo 20 de diciembre, entonces secretario de estado de Aguas y Costas del Ministerio de Medio Ambiente, y actualmente -y, por tanto, una circunstancia novedosa-, actualmente también secretario de estado, en este caso de Infraestructuras del Ministerio de Fomento.
También están llamados también a declarar el señor don Carlos Manuel Escartín Hernández, ex director general de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas del Ministerio de Medio Ambiente; el señor don José María Vizcaíno Muñoz, ex jefe del área de inspección de presas del Ministerio de Medio Ambiente; el señor don José Ramón González Lastre, director general de Información y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente; don Francisco Fiteni Rodríguez, ex director técnico de la Confederación Hidrográfica del Ebro; don Miguel Zueco Ruiz, ingeniero director por parte de la Confederación del proyecto técnico del embalse de Santa Liestra; don Tomás Ángel Sancho Marco, ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, y don Íñigo Barahona Fernández -uno de los dos, porque el otro ha fallecido-, ingenieros de caminos, canales y puertos autores del citado proyecto técnico.
Como se recordará, esa citación se produce en relación a los delitos que se imputan a todos ellos, que son los delitos de prevaricación, de infidelidad en la custodia de documentos, de falsedad documental, de riesgo catastrófico, contra los recursos naturales y el medio ambiente, contra la ordenación del territorio y contra el patrimonio histórico.
En consecuencia, yo creo que no se trata hoy de discutir si estamos a favor o en contra del proyecto, cosa que ya hemos hecho en otras ocasiones y que creo que las posiciones las tenemos meridianamente claras. Se trata de si es legítimo, se trata de si es oportuno políticamente que, a sabiendas de que una obra está absolutamente cuestionada de esta manera... Porque este asunto de anteayer (o del otro día) es la gota que colma el vaso, porque sus señorías ya saben -deberíamos saberlo todos a estas alturas- que hay hasta seis informes geotécnicos que recomiendan la anulación de este proyecto.
El primero, el preceptivo informe de la Comisión de Seguridad de Presas, informe que -curiosamente, qué casualidad- fue secuestrado del expediente e ignorado en la aprobación del proyecto, como después se ha sabido.
El segundo, el del profesor Casas, de la Facultad de Geológicas de la Universidad de Zaragoza, concluyendo que debe ser retirado el proyecto y que no debe aprobarse.
El tercero, el de destacados profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona, que en su estudio acaban concluyendo también que el proyecto tiene graves carencias técnicas, que implica riesgos para la seguridad de las personas que puedan estar aguas abajo de la presa, etcétera, etcétera, y recomienda también su retirada y su no aprobación.
El cuarto, del gabinete Civiltec, el más prestigioso en la materia que hay a nivel estatal, dirigido por el mayor especialista que hay en el país, el señor don Arturo Rebollo, y que acaba concluyendo lo mismo, es decir, que no debe construirse esa presa por razones de seguridad.
A la vista de estos informes, los especialistas del ministerio y los autores de estos estudios fueron citados por la señora ministra Isabel Tocino, y por parte del rector de la universidad se hizo un encuentro en el terreno con especialistas del ministerio. Pues bien, los especialistas del ministerio don Francisco Ayala, responsable en aquel momento -qué casualidad, porque luego fue cesado- del área de riesgos geológicos del Instituto Técnico Geominero, y don Gaspar Zaragoza, jefe de la unidad de inspección y seguridad de presas, presentaron dichos informes -hablo de técnicos del propio ministerio, del propio impulsor de la obra-, recomendando la retirada del proyecto. Posteriormente, tras ser requeridos por la fiscalía y ratificarse en sus valoraciones, el señor Ayala sería -como digo- dimitido y la unidad de inspección y seguridad de presas simplemente disuelta. Esta es la realidad. Estos son los hechos, y ante estos hechos no creo que debamos actuar como si se tratara de una aprobación simple de cualquier proyecto.
Si esta cámara hoy, sin atender a esa enmienda que plantea el diputado del Grupo Mixto (Izquierda Unida), aprueba sin más este proyecto, evidentemente, quienes aprueban en estas condiciones y sabiendo lo que acabo de decir están asumiendo una responsabilidad política que no se le escapa a nadie. Aprobar a sabiendas de que algo está como está, sin que los tribunales hayan resuelto lo que tienen que decir, es una absoluta temeridad política que desde luego creo que nadie debería estar en condiciones de asumir. Desde luego, mi consejo personal es que no lo hicieran, no por las responsabilidades que como cámara política pudiera haber, que en todo caso serían políticas, sino porque hay otros precedentes, hay otras obras de naturaleza y demás, donde ha habido informes previos que también advertían de los riesgos de catástrofes, de los riesgos que se pueden dar para la seguridad de las personas, y se ha hecho caso omiso. Yo creo que debiéramos aprender claramente también en esto de los errores cometidos en el pasado.
Si hay seis informes técnicos firmados por prestigiosos organismos, por universidades, por personas cualificadas técnicamente, que dicen que no debe construirse ese embalse, ¿estamos nosotros aquí cualificados políticamente para impulsar y apoyar y decir que además se acelere, por si acaso iba poco acelerada la tramitación? ¿Estamos cualificados aquí para decir que vaya adelante? ¿Vamos a asumir personalmente y como cámara la responsabilidad de si eso es así, como dicen los técnicos, las consecuencias que puede tener? Señorías, permítanme que les diga que no creo que estemos en condiciones, que no creo que sea ni siquiera legítimo desde un punto de vista ético y, por supuesto, menos, políticamente, que estemos aquí en condiciones de aprobar e impulsar un proyecto de esta naturaleza. Si ignoráramos todo lo demás, se trataría de una simple discusión política entre partidarios y detractores de un proyecto. Conociendo esto, lo que hay, y conociendo una acción judicial que está en marcha, en la que la fiscalía del Estado, la fiscalía de medio ambiente reconoce la existencia y la comisión de los delitos... Se trata de determinar cuál es el grado de participación de cada una de las personas a las que se cita...
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Fuster, le ruego vaya terminando.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente, termino enseguida.
Sabiendo todo esto que ustedes hoy saben -si no lo sabían antes, lo saben aquí desde este momento-, me parecería una temeridad absolutamente inaceptable que la cámara impulsara hoy sin cortapisas un proyecto de esta naturaleza.
Por eso espero que ustedes sean sensatos, en el sentido de aceptar la enmienda que plantea Izquierda Unida, en cuyo caso nosotros, evidentemente, seguiremos estando en contra del proyecto y tampoco apoyaríamos esa proposición no de ley. Hay que tener un mínimo de coherencia. Pero, desde luego, creo que ustedes salvarían bastante la responsabilidad ante la ciudadanía si tienen en cuenta la enmienda que se les plantea. Y, si no, en todo caso, no será por no advertirlo, no será por no decirlo y no será por que no quede constancia de lo que hay y de la documentación, que ustedes conocen o tienen acceso a ella exactamente igual que este humilde diputado.
Muchas gracias.
Gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Fuster.
En nombre del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, tiene la palabra el señor Usón.
El señor diputado USÓN EZQUERRA: Señor presidente.
Señorías.
Como es sabido, para el Partido Aragonés, el Pacto del Agua suscrito por unanimidad en esta cámara en 1992 sigue siendo la referencia válida para el aprovechamiento en nuestra comunidad de uno de sus recursos más importantes, que es el agua.
A nuestro juicio, aquel acuerdo unánime mantiene toda su potencialidad de fomentar el progreso de Aragón hacia el futuro. Y en las actuales circunstancias, está llamado a constituirse en la garantía contra el trasvase del Ebro, pero nunca será una condición para aceptar los trasvases, como algunos parecen pretender.
Sin embargo, como sus señorías saben, el paso del tiempo ha supuesto el reiterado incumplimiento y la dilación de aquel acuerdo, excediendo de largo las previsiones contempladas en el propio pacto respecto a la realización de las diversas obras y actuaciones, y situándolo desgraciadamente ahora en el ojo del huracán del Plan Hidrológico Nacional.
Lo que debería haber sido un motor de desarrollo para todo Aragón -insisto: para todo Aragón- no ha llegado ni a arrancar. Y en estos meses, finalmente, el propietario de la llave dice que ese motor no tendrá la gasolina necesaria para poder alimentar a esta comunidad, sino que a otras esa maquinaria ya las ha alimentado lo suficiente y vienen funcionando desde hace muchas décadas en el pasado.
Por el contrario, en el PAR estamos convencidos que no puede establecerse relación alguna en ningún ámbito, ni en el político ni en el hidrológico, entre el Pacto del Agua y los trasvases, porque estos amenazan el futuro de Aragón y aquel se dirige a garantizarlo. Pero este futuro no termina de llegar y los años transcurridos han revelado nuevos aspectos.
Por ello, en nuestra opinión, esta cámara tramitó y aprobó hace un mes algo que es determinante para el futuro: restablecer el entendimiento en materia de política hidráulica. Para lograrlo, se señalaban una serie de medidas que a continuación explicaré.
Bajo estas premisas, desde el Partido Aragonés consideramos imprescindible la realización del Pacto del Agua, y dentro del mismo, es imprescindible mejorar la regulación del río Ésera, que en la actualidad depende en exclusiva del embalse de Joaquín Costa. Para esta mejora, que está pendiente de realización desde hace lustros, y después de que se barajasen diversos proyectos, se ha determinado que la opción más favorable a los objetivos que se plantean y más respetuosa para la zona donde se pueda ubicar la presa es el embalse de Santa Liestra.
Desde el PAR manifestamos este apoyo no como un dogma, sino constatando que un amplio territorio de Aragón tiene condicionadas sus posibilidades de progreso por las deficiencias del abastecimiento en el sistema de regadío que le da vida, y por eso es imprescindible. El embalse de Santa Liestra está destinado a asegurar los caudales de la zona alta del canal de Aragón y Cataluña, la zona aragonesa de este canal que cada verano está expuesta a restricciones que ponen en riesgo sus cosechas y su economía, además de tener cercenadas sus aspiraciones de expansión.
En este enunciado básico de cuestión, por supuesto, no se puede ni se tienen que olvidar otras cuestiones directamente relacionadas con este proyecto que deberían marchar en el futuro aparejadas en el mismo. Por una parte, y siguiendo con las inexcusables respuestas a las deficiencias del sistema del canal de Aragón y Cataluña y, además, con el ineludible cumplimiento del Pacto del Agua, seguimos exigiendo la tramitación inmediata y las gestiones necesarias para la ejecución del embalse de San Salvador. Esta pieza de regulación interna tiene que resolver los problemas derivados de la escasa capacidad de los canales, y precisamente se trata de una de esas obras asumidas por todos, que, como en el caso de Montearagón, se aplazan y difieren mucho más de lo que se podría considerar aceptable. Exigimos que se haga ese embalse, cuyos efectos favorables para la zona regable resultan evidentes.
Por otra parte, y siguiendo con las contribuciones beneficiosas de los nuevos embalses de Santa Liestra y San Salvador, es preciso tener en cuenta la demanda ya antigua de la subcomarca de La Litera Alta, cuyos regadíos aguardan una luz que les libere de la oscuridad que los tiempos han pasado: primero, impulsados y, luego, descartados, los han asumido. La mejora de la regulación en el Ésera para el canal de Aragón y Cataluña introduce la posible alternativa de liberación de caudales de este sistema desde Santa Ana para contribuir a resolver esta vieja reivindicación de una comarca aragonesa.
En tercer lugar -este asunto es trascendental-, de una vez por todas, hay que establecer y negociar con urgencia, y posteriormente ejecutar, generosas medidas de restitución y potenciación de la zona afectada por el embalse en la comarca de la Ribagorza. Así se señalaba en el acuerdo que antes he indicado, adoptado por estas Cortes el pasado octubre, en referencia a las nuevas obras hidráulicas que se consideren imprescindibles, como en el caso de medidas y acciones que garanticen el asentamiento de la población, así como que generen expectativas complementarias de futuro. Estas medidas tienen que asegurar que el beneficio de esta obra pública alcance no sólo a las poblaciones destinadas de los caudales almacenados, sino a todo el territorio donde se almacenan esos caudales. Este embalse, todos los demás que se construyeron en su día y los que aún deben realizarse deben y tienen que suponer nuevas oportunidades de prosperidad para todos ellos, en un ejercicio de solidaridad interna que, no lo duden, desde el PAR siempre defendemos.
Al respecto, y en alusión a una generosa compensación para la zona de la Ribagorza, no nos olvidemos de que estamos en estos momentos en tramitación de una proposición no de ley planteada por el Partido Aragonés en la que instamos a la construcción del túnel de Benasque.
Finalmente, es necesario abordar el complejo tema de la seguridad de la presa y de las legítimas iniciativas judiciales en curso. Desde el PAR, reiteramos nuestra confianza en todas las salvaguardas y garantías de carácter técnico que tanto desde el ámbito público (es decir, las administraciones) como desde el privado (o sea, las empresas que participen) se introduzcan.
Sin embargo, la seguridad de la presa se ha erigido en un verdadero caballo de batalla y es comprensible que los habitantes de la zona, además de esperar esas restituciones, cuando menos, exijan disponer de toda la información y de todas esas garantías técnicas. Por ese mismo motivo, si hay que ser siempre cuidadosos, en este tema tenemos que ser tremendamente más respetuosos, totalmente.
En este sentido, es conveniente trasladar al Gobierno central estas consideraciones. Y a tal fin, nos parece sumamente oportuna la enmienda planteada por el grupo de Izquierda Unida, la cual, desde nuestro grupo, apoyaremos, si el grupo proponente así lo acepta.
En cuanto a las iniciativas judiciales, afortunadamente España está en un Estado de derecho que se caracteriza por someter a todos (ciudadanos, entidades e instituciones) al imperio de la ley y a la Administración de la Justicia. Y para ello, los tribunales actúan con total independencia y adoptan las decisiones que en derecho estiman oportunas. Por lo tanto, serán los propios tribunales quienes decidan cuanto haya que determinar con respecto a esta obra: su tramitación y gestión administrativa, y las demás circunstancias. No es función de las Cortes de Aragón invadir otras jurisdicciones, ni está entre sus cometidos la valoración de los procesos judiciales, sino respetarlos. Al respecto, este debate de hoy y esta proposición resultan inocuas, porque es más que dudoso que un tribunal pueda dejarse influenciar por cuanto aquí acordemos sobre la conveniencia de construir este embalse para regular el río Ésera. Pensar lo contrario es poner en cuestión la propia solidez del Estado de derecho.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Usón, le ruego vaya terminando.
El señor diputado USÓN EZQUERRA: Voy terminando, señor presidente.
Y concretando: será el juzgado correspondiente el que determine sobre otras situaciones, como puede ser la próxima adjudicación, si es que se confirman los datos que se han conocido en las últimas semanas.
Señorías, en resumen, el PAR mantiene la posición que le ha distinguido a favor del tantas veces demandado y otras tantas veces pospuesto Pacto del Agua, en el que se incluye el embalse de Santa Liestra, cuya entrada en servicio debería haber producido hace dos años.
El PAR mantiene, asimismo, su convicción en cuanto a que cualquier obra de regulación debe suponer nuevas y garantizadas oportunidades de desarrollo para todas las zonas. Pensamos que en este caso, además, es preciso tener en cuenta cuidadosamente las cuestiones relativas a la seguridad.
Por lo tanto, el Grupo del Partido Aragonés votará a favor de la aprobación de esta proposición no de ley, si bien querría señalar un matiz lingüístico, que quizás algunos consideren anecdótico, aunque por nuestra parte creemos que tiene cierta relevancia. El texto de la proposición reitera los términos «absoluta» y «absolutamente», y aunque se entiende perfectamente lo que quiere decir, no deja de desvelar un cierto talante que esperamos no coincida con otros talantes y expresiones tan absolutas que hemos escuchado a algún ministro.
Nada más, y muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Usón.
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Trasobares.
La señora diputada TRASOBARES SERRANO: Gracias, señor presidente.
Santa Liestra, segundo proyecto del Pacto del Agua. Parece ser que el Partido Popular va a ir presentando todos y cada uno de los proyectos del Pacto del Agua. Comenzamos, pues, la saga de los embalses en su tercera entrega. Y, precisamente, la vía que están utilizando demuestra el grado de coordinación y diálogo entre los parlamentarios del Partido Popular de Aragón y los de Madrid. Y ¡por todos los dioses!, no quiero dar lecciones a nadie. Lo que sí quiero manifestar es que el Grupo Socialista está a favor de la realización del embalse de Santa Liestra como obra prioritaria para la regulación del río Ésera, y así lo hizo constar con su firma del Pacto del Agua en 1992.
Pero tengo que añadir que el Grupo Socialista quiere que se respeten todas las garantías: garantías de seguridad y de respeto a la filosofía del pacto. La Ley 13/1996, de medidas fiscales, administrativas y del orden social, en su disposición adicional veinticuatro, declara el embalse de Santa Liestra de interés general, lo que implica, como sus señorías saben, que la Administración central debe asumir su total financiación.
Sin embargo, se le adjudica a una empresa pública regida por el derecho privado (léase ACESA), creada en virtud de lo dispuesto en el artículo 6.1, apartado a, del texto refundido de la ley general presupuestaria, y en el artículo 158.5 de la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y del orden social, por acuerdo del Consejo de Ministros del 14 de noviembre del noventa y siete. Su creación es como instrumento de gestión directa de las competencias que corresponden a la Administración del Estado. Y ahora los integrantes de la comunidad de regantes del canal de Aragón y Cataluña tienen que aportar la mitad del coste, es decir, once mil millones de pesetas, y por adelantado. Los regantes tienen que financiarse la operación e hipotecar veinticinco años de su vida a cinco mil pesetas por hectárea y año.
La verdad es que ese cambio en el régimen económico no creo que tenga mucho que ver con el carácter social que conllevaría la puesta en marcha de regadíos en determinadas zonas. Y esto lo ha defendido el Grupo Socialista siempre.
Podrían decirme que los regantes firmaron un convenio con la sociedad estatal de Aguas del Ebro el 22 de marzo del noventa y nueve, y qué remedio les quedaba si ya no había marcha atrás. Ahí tenían que haber estado los dirigentes de esta comunidad de regantes defendiendo los intereses y no haciendo política al servicio del Partido Popular.
El Pacto del Agua también estipula la creación de una comisión de seguimiento precisamente para impulsar, valorar y velar por el cumplimiento de los distintos convenios. La comisión no se reúne, no sabe, no puede contestar. Y digo esto porque hace más de mes y medio que el presidente de las Cortes solicitó información y lo único que obtuvo fue la callada por respuesta. Por no saber esta comisión, no participó en el cambio de La Cerrada, que solamente ustedes decidieron. Y con este carácter tan dialogante que les caracteriza, sólo han conseguido aumentar los problemas entre las gentes que ya no estaban muy de acuerdo con el emplazamiento del embalse, además del consabido retraso en la ejecución de la obra.
Por contra, ahora manifiestan la máxima rapidez. ¿Cómo se explica la falsa prisa de ahora en una obra que hace dos años, al menos, que tenía que estar empezada? Y no han resuelto definitivamente los problemas técnicos y mucho menos los problemas jurídicos. ¿No será que todo esto es un trueque en el sentido de ofrecer Pacto del Agua por Plan Hidrológico, alias trasvase del Ebro? Por cierto, según expertos europeos, tanto el Plan Hidrológico como los planes de cuenca habrá que hacerlos de nuevo a la vuelta de nueve años.
Tengo que reconocer que el Partido Socialista también ha cometido errores, pero lo del Partido Popular es de preocupar. Presentan a la sociedad el Pacto del Agua como un logro, como un regalo que nos hacen a los aragoneses, como algo nuevo y novedoso, cuando realmente todos sabemos que el Pacto del Agua se incorporó al plan hidrológico de la cuenca del Ebro al poco tiempo de haberse firmado. Se erigen en los defensores de esta tierra con frases como «absoluta necesidad» o «absolutamente necesario», cuando todas las obras recogidas en el Pacto del Agua son necesarias para el desarrollo económico de esta tierra.
Por cierto, también es absolutamente necesario que los afectados participen en el aprovechamiento hidroeléctrico, y de absoluta necesidad es la creación de un fondo de pensiones para establecer planes de jubilación a los afectados. Y esto, señorías, es el Pacto del Agua. Como necesaria es la seguridad del embalse. Y considero al respecto que personas autorizadas y con conocimientos al respecto no van a firmar la sentencia de muerte de nadie. Eso es normal. Se han efectuado muchos estudios: unos demuestran que no existe ningún peligro y otros dicen que cabe la posibilidad de desbordamiento del embalse por deslizamiento de una de las laderas. Por tanto, ante tal disyuntiva, considero que no está de más el solicitar garantías en la seguridad de la presa.
Y hablando de sentencias, ¿cómo se les ocurre traer esta iniciativa cuando existe una querella por presuntos delitos y por los que tienen que declarar ex altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente y de la Confederación? Yo no soy jurista, por lo que no sé hasta qué punto se puede adjudicar y empezar una obra cuando existe una querella por medio. Pienso que ahí la Administración central, puesto que tiene tantas ganas de sacar adelante el Pacto del Agua, sabrá cómo desbloquear este tema.
Para terminar, decir que el Grupo Socialista está a favor de una obra contemplada en el Pacto del Agua y entendida de interés en la regulación del río Ésera, pero me gustaría recomendar al Partido Popular la aceptación de la enmienda de Izquierda Unida, porque también en política lo que abunda no sobra. Es obvio que un proyecto de estas características ha tenido estudio, tratamiento y solución técnica, pero estoy segura de que con esto podemos tranquilizar a una parte de la población.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señora Trasobares.
Señor proponente, ¿hay que suspender o...? Manifieste su posición al respecto de la enmienda.
El señor diputado URBIETA GALÉ [desde el escaño]: Sí, yo creo, señor presidente, que no llegaremos a tres minutos.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Pues, se suspende la sesión por tres minutos.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señorías, reanudamos la sesión.
Señor Urbieta, tiene la palabra.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Gracias, señor presidente.
Señorías, hemos intentado y hemos hecho el esfuerzo de buscar una transaccional que dijese «siempre y cuando esté constatado que no existe ningún riesgo humana y técnicamente previsible derivado de la construcción y existencia del citado embalse».
En la enmienda se habla de que «no exista el más mínimo riesgo derivado de la construcción y existencia del citado embalse». Hoy día el riesgo lo tenemos casi antes de nacer, si todo tiene algún riesgo. Si ciertamente..., si uno -que no se lo deseo a nadie- tiene que operarse, el cirujano, por muy bueno que sea, no le va a firmar que no tiene el más mínimo riesgo.
Y luego se habla de unos estudios técnicos precisos. Los estudios técnicos están hechos ya. La obra, posiblemente, se adjudique antes de llegar los turrones, no tenemos seguridad, pero es posible. Los estudios técnicos están hechos ya, los técnicos lo han firmado y se hacen responsables.
Y quiero decir que el hecho de que haya otros muchos informes significa que hay opiniones distintas y que no sabemos cómo se ha hecho, pero nosotros nos fiamos de los técnicos de la administración, que no creo que los funcionarios se arriesguen a afirmar algo que vaya a provocar un cataclismo, como se trata de asegurar aquí.
Y para terminar, recuerdo que algún médico amigo me ha dicho alguna vez...
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Urbieta, sobre la enmienda.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Sobre la enmienda: no la aceptamos [risas].
Señor presidente...
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Tendrá tiempo de explicar su opinión en la explicación de voto.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Permítame que le diga que no hemos podido hacer la transacción, porque el portavoz de Chunta ha impedido prácticamente que llegáramos a transaccionarla.
Gracias, presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Urbieta.
Vamos a proceder a la votación en los términos que ha sido presentada la proposición no de ley. [Pausa.]
¿Votos a favor de la proposición no de ley? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por cincuenta y cuatro votos a favor, seis en contra y ninguna abstención, queda aprobada la proposición no de ley.
Turno de explicación de voto.
El representante del Grupo Parlamentario Mixto (Izquierda Unida), señor Lacasa, tiene la palabra.
El señor diputado LACASA VIDAL: Señor presidente. Señorías.
Hoy se ha perdido una ocasión preciosa para mandar un mensaje de tranquilidad a una comarca.
Hoy, las Cortes de Aragón han mandado un mensaje de inseguridad, de incertidumbre, y han rechazado incluir las garantías mínimas que la sensatez debería imponer a la hora de tomar algunas decisiones.
Yo creo que el mensaje, de cara a los ciudadanos aragoneses, es un mensaje en negativo, porque transmite esa incertidumbre y esa duda, porque, señorías: a las diez de la mañana era posible llegar a un acuerdo, a las diez de la mañana yo tenía la posibilidad de flexibilizar la redacción de la enmienda y suprimir el término «fehaciente» y aceptaba el término «suficiente». Yo aceptaba que es verdad que no somos dioses, y que no podemos descartar y no podemos llegar a riesgo cero: de acuerdo, no somos dioses. Eliminaba lo del «más mínimo riesgo» y dejábamos «en ningún riesgo humana y técnicamente previsible». Creo que flexibilizábamos al máximo nuestras posiciones, y en eso el portavoz del Partido Popular era generoso y flexible porque planteaba esa transacción.
Señorías, sin embargo, sin que nos quede muy claro, por lo menos en esta tribuna, se cambia el criterio y lo que era válido a las diez de la mañana, que mandaba un mensaje de tranquilidad, que lanzaba la esperanza de que se estudiara con sosiego todo lo posible, ahora resulta que no es posible.
Y lo que no se cuestionaba por la mañana, que son los estudios técnicos necesarios, se cuestiona de forma radical ahora, en la última fase. No es concebible, no es concebible, señorías. Yo creo que deberán explicar esto muy claramente, porque realmente no es concebible.
Porque lo que decía la enmienda era «que quedase constatado a través de todos los estudios técnicos precisos». ¿Cuáles? Los que determine la Administración, que al final es la que tiene que hacerse responsable de la obra ¿eh? Los que determine la Administración, no los que diga la cámara aragonesa ni los que diga Izquierda Unida. Decíamos: «todos los que fueran necesarios», y ustedes sabrán cuáles son necesarios, el Ministerio de Medio Ambiente sabrá cuáles son necesarios, la Confederación sabrá cuáles son necesarios. Y ahí se la jugará y, eventualmente, lógicamente, acertará o se equivocará o incluso irá a los tribunales; eso lo determinará el tiempo.
Pero las Cortes de Aragón salvaban lo que tenían que salvar esta mañana diciendo que pedían todos los estudios técnicos necesarios, porque conocemos, constatamos, fehacientemente también, que hoy hay informes de la Administración, pero son incompletos, por lo que hay que desarrollarlos.
Por lo tanto, ¿qué costaba aceptar esto?, ¿qué costaba completar los estudios que ustedes mismos saben y son conscientes que están incompletos? Y, por lo tanto, hasta que no tengamos esa certidumbre, yo creo que era un elemento de la máxima prudencia, de la racionalidad, el haber aceptado este planteamiento, viniera de Izquierda Unida o viniera del lado que viniera.
Yo creo que esto permitía enganchar, sumar al consenso, y no transmitir hoy... Están haciendo con estas iniciativas un flaco servicio, desde luego, a la causa que supuestamente dicen defender, porque lo único que hacen es alejar a los ciudadanos aragoneses, crear incertidumbre y ahondar el vacío entre la montaña y el llano, y, desde luego, dar alas a quienes están absolutamente en contra de cualquier obra hidráulica.
Si es eso lo que persiguen, ¡enhorabuena!, porque van a tener ustedes más huelgas en la montaña y van a tener ustedes más radicalización del conflicto, y los conflictos se pueden solucionar por dos vías, desde luego: por la de la radicalización absoluta y el enfrentamiento y el exterminio de una parte sobre otra -y no quiero hacer extrapolaciones ¿verdad?, porque tienen poco gusto-, y la que tiene como base el diálogo y la negociación, y aquí habrá que optar por una vía, y ustedes están optando por echar más leña al fuego, pues, tendrán leña, tendrán fuego y tendrán agua, pero tendrán problemas y no serán solucionables.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Lacasa.
En nombre de Chunta Aragonesista, el señor Fuster tiene la palabra.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente.
Señorías, querría mostrar mi más absoluto estupor por lo que ustedes son capaces de votar, es verdaderamente increíble.
En el Partido Popular, lo entiendo, en la medida que tienen que sostener a un Gobierno y que siguen unas instrucciones.
La verdad, sinceramente, lo que hacen los partidos que sustentan al Gobierno de Aragón (el Partido Socialista y el PAR) me sorprende, y, la verdad, llegan ustedes a rayar lo que creo que es algo absolutamente insólito. O sea, ¿ustedes son conscientes, realmente, de que cuando votan, con lo que sabían ustedes que estaban votando, son conscientes de lo que están votando, realmente?, ¿de la transcendencia social, personal y moral que tiene algo así?
Me parece verdaderamente alucinante que sean capaces de, a sabiendas de que un asunto que tiene que resolverse por los tribunales, a sabiendas de que hay seis informes que dicen que hay un riesgo cierto, ¡seis informes!, dicen: «haremos caso de los técnicos del Ministerio».
Vamos a ver, el señor Francisco Ayala, responsable del Área de Riesgo Geológico, ¿de qué ministerio era miembro? ¿No era miembro del mismo que está impulsando la obra?
El señor Gaspar Zaragoza, jefe de la Unidad de Inspección y Seguridad de Presas, ¿de qué ministerio es? ¿No es del mismo Ministerio de Medio Ambiente que impulsa la obra?
El primer informe de la Comisión de seguridad de presas, ¿de qué ministerio es? ¿No es de su propio ministerio?
Es más -y no lo he dicho antes, porque pensábamos hacer una iniciativa al respecto y no he querido alterar ni cambiar el contenido de la suya; ustedes la han presentado para impulsar una obra y no tendría sentido que mi enmienda fuera para hacer justamente lo contrario, me parecería una falta de respeto a su propia iniciativa-, pero es más -y ustedes lo saben, y, si no, se lo digo-: esos informes que ustedes dicen que están hechos, los del Instituto Técnico Geominero de España, ¿sabe qué dicen esos informes? Pues, mire, yo sí que lo sé, los tengo aquí, y se dice en la letra «j»: «Este proyecto debe ser estudiado en profundidad desde el punto de vista geotécnico, incluyendo la monitorización de la vertiente para poder descartar que los factores que controlan el proceso de reptación gravitacional puedan ser modificados por la construcción y puesta en funcionamiento de la presa, variaciones de los niveles freáticos de los sucesivos embalses y desembalses e inundación del pie de la vertiente, fundamentalmente».
Ya sé que es confidencial, pero me parece que el asunto es lo suficientemente grave como para decirlo aquí. Y no sólo ese, porque el informe del Centro de Experimentación (el Cedex) dice: «El conjunto de las bases agrupadas bajo la denominación común de la zona PK 56 B, presenta, como se ha visto, unas condiciones geotécnicas susceptibles de originar, aunque de un modo progresivo, paulatino y secuencial, fenómenos de inestabilidad que vayan aportando materiales térreos al vaso». Esto lo dicen sus propios informes, los que encargaron ustedes después de llevar ahí las máquinas a la fuerza; esto es lo que dicen sus informes.
¿Cómo es posible que ustedes, aquí, actúen con esa absoluta falta de seriedad? Ustedes, de verdad, ¿son conscientes de esto? Estoy convencido de que no lo son. O sea, si realmente ustedes no se percatan ni caen en la cuenta de la trascendencia que tiene, ¿cómo pueden ustedes impulsar que se adjudique una obra en estas condiciones? ¿Cómo puede decir usted «para qué vamos a decir nada si dentro de poco lo van a adjudicar»? Lo van a adjudicar, y ¿a usted le parece bien que lo adjudiquen sin que se lleve a cabo los estudios? ¿Le parece bien que se adjudique esta obra con el proceso judicial en marcha, totalmente todo en el aire, con estos informes diciendo lo que dicen?
¿Hay alguien de ustedes al que de verdad le parezca bien que se adjudique una obra en esas condiciones? ¿O es que a ustedes les parece bien lo que pasó en Italia (en Vaiont), donde tres mil personas murieron después de que ocurrió lo mismo que dicen los técnicos aquí que puede ocurrir? No les parecerá bien, verdad? Como supongo que a nadie le pareció bien la tragedia de Biescas.
¿Vamos a seguir repitiendo errores, vamos a seguir apoyando obras a pesar de que los técnicos nos dicen esto? ¿O nos vamos a erigir aquí, todos, en jueces y parte, y nosotros mismos vamos a decir lo que vale y lo que no vale, los informen que valen y los que no valen, aunque sean de los órganos de las propias administraciones afectadas los que van a adjudicar las obras?
¿Desde aquí podemos lanzar hoy a la ciudadanía aragonesa un mensaje diciendo que es bueno que se licite, que se licite no, perdón, que se adjudique la obra el próximo día 29, como es la pretensión de Acesa? ¿Desde aquí podemos decir esto, señorías?
Sinceramente, me decepcionan las actitudes que he visto en esta cámara hoy.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Fuster.
En nombre del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, tiene la palabra el señor Usón.
El señor diputado USÓN EZQUERRA: Señor presidente.
Señorías.
Debo de confesar que me he sentido esta mañana, sobre todo en la negociación, pues, un tanto impotente.
Yo he querido, desde la responsabilidad de estar en el centro con unos y con otros, intentar, en lo posible, mediar para que por parte de unos se aceptase, por parte de otros se intentase llegar a transaccionar, y me he visto -lo repito- impotente.
Ha habido, efectivamente, cierta sensibilidad por parte del grupo que ha presentado la enmienda, por parte de Izquierda Unida, del señor Lacasa, para intentar llegar a una transacción con el Partido Popular, que la veía bastante cercana. Pero, ¡ay!, ahí, lo que nos ha ocurrido: el Grupo Chunta Aragonesista no ha permitido llegar a una transaccional, sabiendo de antemano que iban a votar que no. O sea, nos han impedido, o les han impedido al grupo proponente y al grupo que ha enmendado, a Izquierda Unida, llegar a un acuerdo, y yo estoy convencido de que todos los grupos de esta cámara entendemos perfectamente que si hay algún riesgo con la construcción de este embalse, estoy convencido de que todos (los de aquí, los de allá, los del centro y los de todos los sitios) estaríamos totalmente en contra de que ese embalse se produjera. Pero esta es la realidad de lo que ha ocurrido, y lo que aquí se ha dicho con anterioridad son campanarios, ¡campanarios!
La realidad es que se ha impedido poner las condiciones que planteaba Izquierda Unida en la proposición que había planteado el Grupo Parlamentario Popular. Esta es la realidad, y no ha ocurrido otra cosa. El que quiera decir lo contrario, miente, porque lo hemos visto los que estábamos ahí.
Hay que descubrir las cartas y hay que decir la realidad. Y no tenga usted la menor duda, señor Bizén, porque el Partido Aragonés jamás apoyará la construcción del embalse de Santa Liestra si hay algún grado de inseguridad, ¡el más mínimo grado de inseguridad! No le quepa la menor duda.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Usón.
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Trasobares.
La señora diputada TRASOBARES SERRANO: Gracias, presidente.
El Grupo Socialista ha votado a favor de la proposición por ser una obra del Pacto del Agua y que lo ha defendido desde el año noventa y dos.
Lamentamos que no se haya aceptado la enmienda de Izquierda Unida, porque, al fin y al cabo, venía a reforzar y a respaldar esa seguridad, ni de llegar a ningún tipo de transacción por culpa del portavoz de la CHA.
Usted, señor Fuster, se decepciona por la posición de algunos grupos de esta cámara, pero más decepciona su posición, puesto que no permite el diálogo ni el consenso en un tema tan importante como el agua.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señora Trasobares.
Señor Urbieta, en nombre del Grupo Popular, tiene la palabra.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Señor Lacasa, esté usted tranquilo. El Partido Popular no apoyará ni iniciará ninguna obra que pueda tener el más mínimo riesgo para la población, el más mínimo, dentro de lo que humanamente y técnicamente, como hemos tratado de plasmar, sea asumible. Lo que no podemos es ser -como usted ha dicho muy bien-dioses, y no somos perfectos.
Mire, señor Lacasa, esta mañana hemos pactado efectivamente una transacción. Pero es que después -ya se lo he comentado-, yo me he informado de que esos informes técnicos, diga lo que diga el señor Bizén, están hechos, concluidos y firmados.
Volver a tratar de introducir la realización de nuevos estudios técnicos traería consigo que la portavoz del PSOE nos volviera a decir que llevamos muchos años de retraso, como les ha dicho, que llevamos dos años de retraso. No sabemos el retraso..., que, por cierto, se ha metido en unos barros en los cuales no voy a entrar, porque sólo le voy a recomendar que se lea el Diario de Sesiones de la Comunicación del Pacto del Agua del 30 de junio de 1992, que me temo que no se lo ha leído, y el señor Pina se lo debería recomendar como lectura antes de dormir, para que vea lo que se decía por parte de todos.
Y esos informes -me he quedado antes ahí, señor presidente, me ha cortado-..., que los médicos dicen que «un médico cura; dos, dudan, y tres, muerte segura» [risas]. Es decir, cuantos más informes, más confusión. Y como quien firma, respalda y se responsabiliza de lo que hace, y no creo que sea ningún aventurero y no creo que sean unos impresentables, y pienso que son unos profesionales como la copa de un pino, cada uno en su materia, yo no voy -tampoco el Partido Popular- a poner en tela de juicio ni en duda la responsabilidad de unos técnicos que están poniendo su firma en esos informes y que saben -entiendo yo- lo que hacen.
Nada más.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Urbieta.
Finalizado este punto, se suspende la sesión, que se reanudará mañana a las diez horas.
El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, ocupen sus escaños.
Proseguimos con la sesión plenaria [a las diez horas y veinticinco minutos].
En primer lugar, voy a trasladar al Pleno la lectura de una declaración institucional que han suscrito todos los grupos parlamentarios de estas Cortes con ocasión del Día nacional contra la violencia doméstica que sufren las mujeres.
«Las Cortes de Aragón entienden la salvaguarda de los derechos humanos, que tiene su origen en la dignidad y el valor de la persona, como una cuestión prioritaria para todos los países.
Piensan que la violencia contra las mujeres, que comprende no sólo malos tratos físicos y sicológicos, sino, en casos extremos, la muerte, es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad y desarrollo, y menoscaba el ejercicio por parte de las mujeres de los derechos y las libertades fundamentales.
Resaltan que la violencia contra las mujeres no es sino una manifestación más de la relación de dependencia en que ha estado la mujer con respecto al hombre a lo largo de toda la historia, la cual impide el pleno desarrollo de aquella en todos los ámbitos (social, económico, laboral, cultural y político).
Destacan que la violencia contra las mujeres supone un ataque contra la igualdad y contra su derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, a la dignidad y a la integridad física y moral, y denigra a sus agresores.
Por tanto, la eliminación de cualquier forma de violencia debe ser considerada como un reto no sólo por parte de las mujeres, sino más -si cabe- por los hombres.
Y, por último, reafirman una vez más su compromiso de aunar esfuerzos y apoyar cuantas medidas puedan contribuir a que se produzca el cese total de la violencia contra las mujeres en el ámbito individual y colectivo.»
Esta declaración, como he dicho, está suscrita y propuesta por los portavoces de los cinco grupos parlamentarios de esta cámara.