Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Proyectos de Ley

Debate de totalidad sobre el proyecto de ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón para el año 2002.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 055 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Bandrés Moliné, Eduardo - Alcalde Sanchez, Gustavo - Yuste Cabello, Chesus - Lacasa Vidal, Jesus - Allue Sus, Javier - Pina Cuenca, Francisco

El señor PRESIDENTE: Vamos a dar comienzo [a las diez horas y veinticinco minutos] a la sesión plenaria en la que figura como primer punto del orden del día el debate de totalidad sobre el proyecto de ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón para el año 2002.

    Para presentar y defender el proyecto de ley en nombre del Gobierno de Aragón, tomará la palabra el consejero de Economía, don Eduardo Bandrés.
            Debate de totalidad sobre el proyecto de ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón para el año 2002.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Señor presidente.
    Señoras y señores diputados.
    El tercer presupuesto que presenta este Gobierno para su discusión y aprobación por las Cortes de Aragón en esta V legislatura reúne dos novedades importantes respecto a los dos anteriores.
    En primer lugar, es un presupuesto pensado y elaborado para tiempos de incertidumbre, como los que la economía internacional, y también la economía aragonesa, atraviesan en este convulsionado otoño de 2001. Mientras al presentar los presupuestos de 2000 y 2001 la economía aragonesa crecía a tasas superiores al 4% anual, a fecha de hoy, puede decirse que el ritmo de crecimiento económico no va más allá del 2,5%. Lo que demuestra que el proceso de desaceleración en que se ha visto atrapada la economía europea ha afectado también a Aragón. Un gobierno responsable no puede permanecer insensible a esta situación, y su principal argumento contra una desfavorable coyuntura es, sin duda alguna, el presupuesto.
    Pero, además, y en segundo lugar, este presupuesto entra en esta cámara con un respaldo político mayoritario, gracias al acuerdo suscrito entre el Gobierno de Aragón, los dos partidos que forman la coalición (Partido Socialista y Partido Aragonés) e Izquierda Unida de Aragón.
    También en este punto, nuestra responsabilidad con los aragoneses, la importancia de contar con la estabilidad política suficiente en la segunda parte de la legislatura, para poder desarrollar el trabajo que los ciudadanos nos demandan, ha facilitado un acuerdo político que tiene un objetivo fundamental: garantizar una mayoría parlamentaria para ser eficaces en la acción de gobierno, para hacer las cosas que deben hacerse en y por Aragón y para ofrecer a todos un marco de entendimiento y de consenso en la solución de los problemas que preocupan a los aragoneses.
    Este presupuesto es el primer y más importante fruto de este acuerdo. Un presupuesto, por tanto, compartido en sus líneas estratégicas, en sus objetivos y en sus políticas por una mayoría de progreso, que cree en los valores de la responsabilidad, la solidaridad, la igualdad de oportunidades y el reparto equitativo de la riqueza entre las personas y los territorios.
    El presupuesto consolidado de 2002, nuestro primer presupuesto en euros, alcanza la cifra de dos mil quinientos doce millones de euros: un 11,1% más que el correspondiente a 2001. De este modo, el peso del sector público autonómico en la economía aragonesa supera por primera vez el 12% del producto interior bruto, y se situará por encima del 17% una vez que se realice el traspaso de los servicios sanitarios del Insalud y de las políticas activas de empleo. Aragón cuenta ya, por tanto, con una pieza decisiva de su autogobierno: un sector público cuya influencia sobre la actividad económica y sobre la calidad de vida de los aragoneses será cada vez más determinante.
    Sólo dos datos más bastarán para ilustrar lo que acabo de señalar: el esfuerzo que representa aumentar el gasto un 11% tiene como principales destinatarios los capítulos inversores. Mientras el gasto corriente crece un 9%, las inversiones reales y las transferencias de capital lo hacen mucho más del doble, un 24%, si se compara el presupuesto en términos homogéneos, esto es, agregando al presupuesto consolidado las actuaciones inversoras del Instituto Aragonés del Agua y de la sociedad Suelo y Vivienda de Aragón. Ese 24% de crecimiento en las inversiones es aval suficiente para demostrar con hechos la voluntad del Gobierno en la mejora del capital público y el crecimiento económico.
    El segundo dato es también muy elocuente: el 52% (más de la mitad) del gasto público, excluido el servicio de la deuda, se destina a lo que en un sentido amplio se denomina en las sociedades desarrolladas «Estado de bienestar». Unos y otros, gastos de capital y gastos sociales, visualizan los dos compromisos que asume este presupuesto: afrontar la situación de desaceleración económica con iniciativa política y ofrecer a nuestros ciudadanos unos servicios públicos a la altura de un Estado moderno y exigente.
    Les decía al comienzo, señorías, que este presupuesto responde a una determinada situación económica, a un contexto de desaceleración del crecimiento y de la creación de empleo, que se ha visto agravado por la incertidumbre generada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos. La ralentización del ritmo de crecimiento aparecía ya como un rasgo nítido de la coyuntura económica en el primer semestre de 2001, y todos los organismos internacionales vaticinaban unas perspectivas inciertas para la segunda mitad del año. La pregunta no era si habría o no desaceleración -lo que se anticipaba como un hecho incuestionable-, sino cuál sería la profundidad y duración con la que aquélla se iba a manifestar.
    Los indicadores macroeconómicos eran bien elocuentes y todos apuntaban en la misma dirección. La era de las expectativas ilimitadas estaba tocando a su fin, después de un proceso de sobreinversión financiado con altas tasas de endeudamiento que había afectado a numerosos sectores, de los que son buen ejemplo la tecnología de móviles de tercera generación y la compra de licencias de las empresas de telecomunicaciones.
    Los excesos de capacidad acumulados en el pasado se transmitieron rápidamente a los mercados bursátiles, como fiel anticipo de lo que iba a suceder meses más tarde, cuando los datos macroeconómicos ofreciesen evidencia suficiente del enfriamiento de la demanda y de la producción. La caída de los índices de confianza de los consumidores y de los índices de expectativas empresariales, en todo el mundo desarrollado, no han hecho sino poner en evidencia que los agentes económicos estaban internalizando en sus planes de consumo, de gasto y de inversión un futuro de menor crecimiento y menor empleo. Los ajustes de plantillas anunciados y adoptados por numerosas empresas multinacionales desde los meses centrales del año, aunque injustificados en muchas ocasiones, añadieron un elemento de malestar al clima económico y social propio de las fases bajistas del ciclo económico.
    Y, finalmente, el 11 de septiembre: la incertidumbre asociada a los acontecimientos políticos y militares, la sensación de fragilidad de las sociedades occidentales y la acentuada aversión al riesgo que paraliza los planes de gasto de los consumidores y las inversiones de las empresas.
    Todos los organismos nacionales e internacionales han corregido a la baja las previsiones de crecimiento económico para 2001 y 2002. No parece fácil evitar que los Estados Unidos entren en recesión en esta segunda parte del año, ni que Alemania alcance un crecimiento inferior al 1%, ni que la zona euro caiga a tasas situadas alrededor del 1,5%. El panorama que se vislumbra en 2002 tampoco es demasiado halagüeño. Entre tanto, ni el propio Gobierno de España se cree que la economía de nuestro país vaya a crecer un 2,9%, como señalan los presupuestos generales del Estado. Y las previsiones más realistas, la media de consenso de los diferentes institutos de predicción, que antes del 11 de septiembre eran de un 2,5% para España, han descendido ahora hasta el 2%.
    Y todo esto, señorías, afecta a Aragón como a cualquier economía integrada en los mercados internacionales. No son reflexiones teóricas de los académicos o informaciones de las páginas salmón de los dominicales. Son hechos y cifras que tienen su reflejo en Aragón, en nuestros niveles de crecimiento, de empleo y de bienestar. No podría ser de otra manera en una comunidad como la nuestra, plenamente integrada en Europa, con un coeficiente de apertura al exterior cercano al 60% del producto interior bruto (quince puntos por encima de la media española), una especialización relativa en el sector más sujeto a la competencia internacional (el industrial), una notable presencia de empresas multinacionales y unas relaciones financieras cada vez más inmersas en los movimientos internacionales de capital.
    En Aragón, el 4,3% de crecimiento medio anual del año 2000 se ha convertido en un 2,9% en el primer trimestre, y en un 2,7% en el segundo, mientras el ritmo de creación de empleo, que fue del 4,4% en 2000, es ahora del 1,5% en promedio de los últimos doce meses. La desaceleración económica que estas cifras suponen encuentra su explicación en el estancamiento de la inversión privada en bienes de equipo, que se ha frenado; en la caída de la producción industrial, y en el menor ritmo de crecimiento del sector de la construcción. La estructura sectorial de la economía aragonesa la hace especialmente vulnerable a las fases bajistas del ciclo y a la contracción del comercio mundial, y explica también la mayor intensidad de la desaceleración respecto a España.
    Sin embargo, Aragón también se encuentra en una etapa más avanzada del ciclo, por lo que también es de esperar que la recuperación se iniciará antes en Aragón que en España. La economía aragonesa no crecerá mucho más del 2,5% en este año 2001, y estará en torno al 2,2% en 2002, pero no entrará en recesión. Y, en el segundo semestre del próximo año, esperamos el comienzo de una nueva recuperación de las tasas de crecimiento, porque los vaivenes de la coyuntura no son permanentes: los consumidores volverán a gastar, las empresas volverán a invertir y se iniciará una nueva fase alcista del ciclo económico, porque los ciclos siguen existiendo.
    Por eso, lo que importa ahora, más allá de las urgencias temporales, es seguir incidiendo en los factores estructurales que impulsan el crecimiento a largo plazo. Lo que un gobierno, cualquier gobierno, debe preguntarse es cuál es el espacio de su política económica en esa situación. Desde nuestro punto de vista, hay un lugar para políticas de demanda activas, habida cuenta que se parte de tasas de inflación bastante controladas en toda Europa y de un proceso de consolidación presupuestaria que ha permitido reducir el déficit y la deuda pública durante la fase alcista del ciclo económico en la segunda mitad de los años noventa.
    Una inflación del 2,6% en Aragón y una deuda pública autonómica que ha ido reduciendo su peso en el PIB durante los últimos cuatro años dan margen más que suficiente para diseñar respuestas proactivas en un marco de responsabilidad y sin sobresaltos financieros. La política monetaria ha acentuado su contribución a estimular la demanda mediante sucesivas reducciones de los tipos de interés: en los Estados Unidos, desde el 6% existente a comienzos de año hasta el actual 2%; en la zona euro, desde el 4,75% hasta el 3,25% aprobado el último 8 de noviembre.
    Reconociendo, pues, que la estabilidad de precios no corre peligro, el Banco Central Europeo ha situado, de hecho, los tipos de interés reales en España (es decir, una vez descontada la inflación), en sólo un 0,25%. Éste es el precio real del dinero en España. Y en Aragón, en un 0,65%.
    Sin embargo, los mecanismos de transmisión de la política monetaria hacia el sector real de la economía requieren tiempo. Y, si las empresas no se deciden a invertir y los consumidores a gastar con estos tipos de interés reales, no es por el precio del dinero, sino por un problema de expectativas. La política monetaria, a nuestro juicio, no es suficiente. Así lo han entendido también otros gobiernos europeos como Alemania y Francia y, por supuesto, el gobierno norteamericano.
    Hay, por tanto, espacio para una política fiscal activa y responsable. Y ésa es la opción del Gobierno de Aragón: una opción que apuesta por aprovechar el margen del presupuesto público, tratando de compensar el retraimiento de la demanda, especialmente el de la inversión privada, con el objetivo de inyectar mayores dosis de confianza a los agentes económicos, a las empresas, a los consumidores y a los trabajadores. Y lo hacemos aumentando el gasto, y no reduciendo los impuestos, por dos razones: porque el espacio de la tributación propia de la comunidad autónoma es aún muy reducido para intentar políticas expansivas por el lado del ingreso, y porque el impacto multiplicador de un aumento del gasto centrado en las inversiones productivas y en el capital público es mucho más amplio y directo, sin que exista por ello riesgo de una mayor deuda pública.
    Actuamos, por tanto, no sobre el crecimiento efectivo de los próximos trimestres, sino sobre el potencial de crecimiento de la economía a medio plazo. Y por eso se interviene sobre la inversión pública, y no sobre el consumo privado.
    Éste es un presupuesto para un gobierno de progreso, un presupuesto que quiere insuflar confianza en los agentes económicos, reforzando nuestro compromiso con los principios inspiradores de las políticas sociales de educación, de sanidad, de vivienda, de bienes culturales, servicios sociales o medio ambiente. Pero, también, mediante una correcta intervención pública en este momento concreto y en esta situación concreta. Pedimos a estas Cortes más dinero para obtener resultados.
    Si hubiera que hacer un resumen de cuáles son las dos prioridades políticas más importantes del gasto, les diría dos cosas: en primer lugar, como ya he señalado, tratar de compensar de algún modo la situación de desaceleración económica que está afectando a la economía aragonesa y que se está traduciendo en un menor ritmo de creación de empleo. Por eso, dentro del margen que tiene este presupuesto, vamos a dedicar un 21,5% más a las políticas de promoción y desarrollo económico. Tengan en cuenta sus señorías que, sobre un crecimiento medio del 11,1%, las políticas de promoción y desarrollo económico, estrictamente aquellas que se dedican a inversiones y transferencias de capital, crecen en más de un 21%, tanto en dotaciones de capital público, infraestructuras de recursos hidráulicos, con las actuaciones del Instituto Aragonés del Agua (cuyas inversiones van a crecer más de un 30%) como en materia de carreteras y transportes, donde el aumento es de un 17%. En conjunto, pretendemos reforzar las dotaciones de capital público de la economía aragonesa en aquellos aspectos que son competencia de nuestra comunidad autónoma.
    También, dentro de estas políticas de promoción económica, los gastos destinados a investigación y desarrollo tienen un tratamiento expansivo, con un aumento del 37%, tanto en transferencias de tecnologías como en el Instituto Tecnológico de Aragón y la investigación agroalimentaria. En conjunto, en conjunto.
    Y, por último, las más específicas, destinadas a políticas de promoción económica, aumentan un 20%, con especial énfasis en la promoción económica, en los incentivos regionales, en el fomento industrial, en el desarrollo rural, en las actuaciones del Instituto Aragonés de Fomento y, también, en la promoción y el desarrollo de un sector que cada vez tiene una consideración más importante en la economía aragonesa, como es el turismo.
    Pero, en segundo lugar, hay otro objetivo también. Este Gobierno no puede desatender, y no va a hacerlo en ningún modo, existan o no existan situaciones de desaceleración económica, su compromiso social con los ciudadanos aragoneses. El Estado de bienestar es cada vez más un Estado de bienestar autonómico, y aún lo será mucho más cuando se asuman las transferencias de los servicios sanitarios de la Seguridad Social. Pero en lo que ya corresponde al Estado de bienestar propio de la Comunidad Autónoma de Aragón, protección social y bienes sociales, los gastos aumentan en más de un 15% sobre un promedio del 11%.
    Eso quiere decir que vamos a gastar veintisiete mil millones de pesetas más que el año pasado en los bienes sociales, y se van a dedicar, en primer lugar, a educación, compromiso que sigue siendo importante respecto al presupuesto del año pasado en la agenda política de este Gobierno. También, en vivienda y urbanismo, tratando de paliar una de las principales carencias que afectan a la sociedad aragonesa, que es la ausencia de viviendas para las personas con menores ingresos y para los jóvenes que quieren comprar por primera vez una vivienda. Gastos importantes también en materia de sanidad y servicios sociales, en la política de promoción de empleo o en dos aspectos que, desde nuestro punto de vista, forman parte también de lo que es y debe ser un Estado de bienestar moderno: la conservación y protección del medio ambiente y los bienes culturales, con crecimientos también muy notables respecto al promedio del ejercicio económico.
    La financiación de estas actuaciones es bastante razonable, es completamente razonable, dentro del presupuesto de ingresos, y atiende a tres parámetros fundamentales.
    En primer lugar, el nuevo sistema de financiación autonómica, que permite mejorar los ingresos de forma sustancial, en un 15%, gracias al aumento conseguido en la restricción financiera inicial y a su actualización al año 2002.
    En segundo lugar, el aumento de los fondos provenientes de la Unión Europea, una vez que el actual período de programación 2000-2006 se ha consolidado y comienzan a llegar los retornos de las inversiones efectuadas en los ejercicios anteriores. Las transferencias de capital para apoyar nuestras inversiones, especialmente de Feoga, Feder y Fondo de cohesión, crecen globalmente un 24% respecto al año anterior.
    La tercera cuestión que condiciona el presupuesto de ingresos, aunque en sentido contrario a las dos anteriores, es la situación de desaceleración económica que afecta a la economía europea y también a la aragonesa. Ello incide de modo directo en las previsiones de ingresos tributarios, cuyo crecimiento estimado en 2002 se sitúa en un 3,2%, respecto al presupuesto del año anterior: una previsión moderada, muy moderada, con arreglo a la situación económica que se está viviendo. Estoy hablando de los impuestos cedidos y las tasas, sin incluir la subida que se propone en el impuesto de actos jurídicos documentados. El 3,2% respecto al año anterior. Y si ustedes hacen la comparación con lo que va a ser la liquidación del presupuesto de ingresos de este año, la subida de estos ingresos tributarios, de los cedidos que nosotros gestionamos, sería de un 5,3%. Subidas, en todo caso, perfectamente asumibles y ajustables para no incurrir en ningún problema financiero y tampoco para no tener después la desagradable sorpresa de que no podamos ejecutar el presupuesto de ingresos.
    En definitiva, por todas estas razones -buenas razones a nuestro juicio-, este Gobierno, al presentar el presupuesto, ha adoptado un enfoque responsable de pragmatismo y sensibilidad presupuestaria ante la situación económica, porque hay un espacio para la política fiscal, sin deslizarnos de ninguna manera por la pendiente del déficit, pero aprovechando el margen de un proceso de consolidación presupuestaria al que ha contribuido de forma decisiva este mismo Gobierno. Aragón ha cumplido escrupulosamente -lo que no todas las comunidades autónomas pueden decir-, ha cumplido escrupulosamente con este Gobierno los escenarios de consolidación presupuestaria pactados con el Estado y ha reducido el peso de su deuda pública en el producto interior bruto desde el 5,46% de 1997 hasta el 4,63% de 2001. Dicho así puede parecer poco, pero en otros términos la comparación es aún más favorable.
    Señorías, mantener el mismo porcentaje de deuda sobre el producto interior bruto que teníamos en 1997, el mismo, equivaldría a que dicha deuda fuese superior a la actual en veintiocho mil millones de pesetas, cosa que, evidentemente, no ha sucedido. No compartimos la demonización del déficit en todo momento y lugar, como parecen hacer los responsables del Ministerio de Hacienda y del Gobierno del Partido Popular. Hay dos estilos de hacer política fiscal, y esos dos estilos se ven reflejados en los presupuestos del Estado y en los presupuestos que presenta este Gobierno. El problema no es el déficit o el superávit, sino acertar en el tipo de política fiscal que debe hacerse en función de las circunstancias económicas de cada momento. El Gobierno de Aragón quiere anteponer la gestión y el pragmatismo frente a los prejuicios políticos de la derecha conservadora, ensimismada en el adelgazamiento del sector público hasta el punto de caer sin remedio en la anorexia presupuestaria -para lo bueno y para lo malo-. [Rumores.]
    Dicho de otro modo, señorías, para el Gobierno del que formo parte, un presupuesto responsablemente expansivo como el que hoy presentamos no es principalmente consecuencia de un proceso de decantación ideológica, sino el resultado de un modelo de gobernar que responde a las necesidades de los aragoneses con pragmatismo y sin fundamentalismos. Ahora, lo que toca es hacer esto, neutralizar los riesgos de la coyuntura, no tanto de forma puntual, sino sentando unas bases de acción política que permitan construir un escenario de consolidación del crecimiento potencial de nuestra economía. Por eso, son las inversiones, los gastos de capital, los principales intérpretes del crecimiento del gasto en 2002. Pero también toca otra cosa: mantener e, incluso, mejorar el nivel y calidad de los servicios públicos sociales, los más valorados por los ciudadanos, como corresponde a un Estado moderno de bienestar en el que la igualdad ocupa un lugar prioritario en la agenda de este Gobierno y en el acuerdo político que se ha suscrito con Izquierda Unida de Aragón.
    Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor consejero.
    A continuación abrimos el turno en contra. ¿Grupos que van a hacer uso del mismo?
    Pues, en primer lugar, tomará la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, el señor Alcalde.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
    Señor consejero, ha realizado usted una presentación en esta cámara de un proyecto de presupuestos para el año 2002 cuajada de cifras, de datos, de porcentajes, de declaraciones de intenciones, muy propias -sin lugar a dudas- de un catedrático de Economía. Yo, si me lo permite -yo no soy catedrático de Economía-, voy a intentar hacer una intervención más ceñida al terreno. He subido a esta tribuna en calidad de político para hablar de las necesidades de esta tierra, como representante del partido más votado en Aragón desde las elecciones europeas de 1994, incluidas, como es de todos conocido, las últimas elecciones autonómicas.
    Los presupuestos de la comunidad autónoma son los que deben marcar la dirección de la acción política de un gobierno: sus objetivos, sus proyectos políticos y la ideología que lo sustenta; son el sextante y la brújula que determinan la posición y el rumbo del Gobierno. Sin embargo, con estos presupuestos, los aragoneses desconocemos cuál es la posición de su Gobierno. Me temo que el propio Gobierno también. Y es imposible adivinar cuál es el camino prefijado, pues su brújula, señorías, está imantada y apunta a todas las partes.
    Me da la impresión de que lo único que les preocupa a ustedes, siguiendo con términos náuticos, es la flotabilidad, que el barco no se hunda, aunque ustedes, pretenciosamente, a eso lo llamen «estabilidad». No importa estar perdidos en la mitad del océano sin carta de navegación y con los instrumentos averiados: lo importante es seguir a flote, y ya llegará un remolcador que nos lleve al puerto más cercano. No importa cuál.
    El problema, señor Bandrés, es que con ustedes no hay forma de orientarse ni por las estrellas, ya que en el oscurantismo más absoluto han sido incapaces de traer en tiempo y forma la ley de acompañamiento a los presupuestos. Usted, hoy, nos pide que hagamos un acto de fe, cuando estos presupuestos lo que reclamarían, señor Bandrés, es un auto de fe.
    Señor consejero, estos días he leído y escuchado muy atentamente sus intervenciones; hoy he seguido con ánimo de oposición constructiva su discurso. Sin embargo, sinceramente, tras sus palabras en pro de la estabilidad institucional a la que han llegado a través del acuerdo con Izquierda Unida, no puedo evitar formularle una sencilla pregunta: ¿de qué clase de estabilidad nos está usted hablando?: ¿de la estabilidad de un presidente y de sus consejeros?, ¿de la estabilidad interna del Partido Socialista, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida?, ¿de la estabilidad insegura que provoca un sistema de gobierno donde coexisten una guerra de ideologías opuestas y contradictorias?, ¿de la estabilidad que otorga una manera de dirigir la comunidad autónoma donde los ayuntamientos con alcaldes del Partido Popular están discriminados y marginados en beneficio de los alcaldes del PSOE y del PAR?, ¿de una estabilidad donde el presidente prefiere el enfrentamiento con el principal partido de la oposición antes que el diálogo? ¿De qué estabilidad nos está hablando, señor Bandrés?
    Permítame afirmar que precisamente esa clase de estabilidad es la que no necesitamos los aragoneses. Los aragoneses lo que precisamos es la estabilidad que garantice nuestro futuro en lugar de endeudarlo; la estabilidad para poder desarrollar proyectos ilusionantes en lugar de continuar con la sequía mental que ustedes padecen; la estabilidad para que todos los ayuntamientos, gobierne quien gobierne, tengan las mismas oportunidades. En definitiva, señor Bandrés, la estabilidad que da el tener un proyecto político para Aragón. Precisamente, esa falta de proyecto político para Aragón que les niegan hasta los dirigentes de Comisiones Obreras o de UGT. Parece ser, señor Bandrés, que entre los empresarios y los sindicatos se les van cayendo ya los apoyos del agua.
    Porque su grave problema es ése: la falta de proyecto para Aragón que les venimos denunciando desde el Grupo Popular desde hace bastante tiempo. Esa falta de proyecto político para Aragón que rezuma por todos sus poros o partidas este proyecto de presupuesto. Porque, si grave era la penuria de ideas del Gobierno de coalición PSOE-PAR, ahora, con el nuevo fichaje, con la incorporación a ese crisol de intereses partidistas de Izquierda Unida, con su bagaje de ideas periclitadas, fracasadas en todos los rincones del mundo, la mezcla, señor Bandrés, puede ser peligrosa, puesto que, si a cero le suma usted menos uno, el resultado es siempre menos uno.
    La gran pregunta que ustedes no son capaces de contestar es: ¿cuánto nos va a costar a los aragoneses su pacto de legislatura con Izquierda Unida o, lo que es lo mismo, satisfacer los caprichos de Izquierda Unida? Y, cuando le pregunto el precio de dicho acuerdo, no lo hago solamente en términos monetarios del coste, de la suma de proyectos, programas, unidades, institutos, agencias, comités y oficinas que han acordado poner en marcha (ese que algunos han cifrado en trescientos millones de pesetas, a todas luces muy alejado de la realidad), sino que también le pregunto por el coste intangible, o no tan intangible, que va a pagar nuestra comunidad, y, en definitiva, los aragoneses, por aquellas cuestiones que ustedes han pactado y que van a cortar de raíz proyectos vitales para el desarrollo de Aragón, como es el sector turístico, en general, y el de la nieve, en particular, entre otros.
    Nos ha presentado esta mañana un presupuesto desquiciado porque no lo ha podido hacer como a usted le hubiera gustado, como lo hacen todos los consejeros o ministros de Economía: desde la racionalidad -y usted es una persona y político racional, se lo reconozco-, sino que ha sido un presupuesto elaborado desde la anarquía impuesta por ese que unos han dado en llamar «hijo adoptado», otros «hijo no deseado», y que yo simplemente definiría como okupa del Gobierno de Aragón, que es Izquierda Unida. [Rumores.]
    Un presupuesto, señorías, es algo muy parecido a un puzzle, a un puzzle en el que todas las piezas deben encajar perfectamente, y que la mano de Izquierda Unida ha convertido en un rompecabezas indescifrable, en el que las piezas se han ajustado a martillazos para mayor alabanza y gloria del diputado número treinta y cuatro. ¡Vamos!, les ha ocurrido, a la hora de elaborar este presupuesto, algo así como en ese anuncio televisivo en el que los participantes, en un juego, tienen que admitir «pulpo» como «animal de compañía» para que el avispado jugador no se lleve el tablero.
    Estos presupuestos responden a los intereses exclusivos del Partido Socialista, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida; pero en absoluto lo hacen a las necesidades de la sociedad aragonesa. Aprobarán sus presupuestos, pero eso no significa que sean unos buenos presupuestos o que defiendan el interés general de todos los aragoneses.
    Parten ustedes de la premisa -lo decía usted en su intervención en la comisión, y hoy lo ha repetido con otras palabras- de que una coyuntura económica de desaceleración exige esfuerzos por parte del sector público, esfuerzos compensadores para tratar de atemperar la caída de la inversión privada y el parón transitorio que se ha producido en la actividad económica.
    En primer lugar, señor Bandrés, es cierto que existe una situación mundial de desaceleración económica, agudizada tras los atentados del 11 de septiembre; pero, mientras países como Estados Unidos, Japón o Alemania están en crecimiento cero o por debajo de cero, nuestro país, lejos de entrar en crisis, lejos de estar parado, sigue creciendo por encima de la media de los países de la Unión Europea. Y lo hace, señor Bandrés, gracias a la política económica que viene marcando desde 1996 el Gobierno del Partido Popular. Y usted también hoy lo ha reconocido aquí implícitamente.
    En segundo lugar, siguen ustedes anclados en las teorías keynesianas de que el Estado -o, en este caso, la administración de la comunidad autónoma- debe suplir la iniciativa privada aumentando el gasto y endeudándose. ¡Vamos!, todo lo contrario, señor Bandrés, de lo que hacen las familias cuando las cosas no van excesivamente bien. En momentos de incertidumbre económica, cualquier familia (la suya, la mía: cualquiera) lo que suele hacer es apretarse el cinturón, seguir viviendo intentando no perder calidad de vida, pero mirando más la peseta (o, en este caso, el euro): se intenta controlar con mayor detalle lo que se gasta, se intenta ahorrar un poco más, se evita acudir a créditos o a un endeudamiento que tal vez no se pueda pagar. Eso es lo que la lógica y el sentido común sugieren.
    Y ¿qué es lo que hace el Gobierno de Aragón, anclado, como le digo, en viejos tics socialistas? Pues todo lo contrario: sube el gasto corriente, se engaña pensando que recibirá ingresos que nunca obtendrá, dispara el gasto sin saber muy bien para qué ni por qué y promete inversiones con cargo a deuda.
    Ustedes, señor consejero, son como esos malos empresarios que huyen hacia delante cuando las cosas no van como a ellos les gusta. A la izquierda, tradicionalmente, gastar no les preocupa. Como juega con dinero que no es suyo, no importa: si hay que endeudarse, nos endeudamos; alguien pagará.
    Efectivamente, en el año 2002, ustedes van a subir el gasto el 11%. Sin embargo, la deuda se incrementa un 15,9%. ¿Dónde quedan las promesas de contención del gasto y, consecuentemente, de control del déficit? ¿Es que piensan saltarse a la torera los escenarios de estabilidad presupuestaria que ha determinado el Gobierno de la nación?
    Señor consejero, yo sé que los presupuestos de la comunidad autónoma son bastante más complejos que la economía doméstica. Lo que nos tememos el Partido Popular es que vuelva a ocurrir lo que sucedió en el año 1995, donde tan expansivo fue el socialista Marco, que al final nos dejó, con el aplauso de los bancos de la izquierda, incluido el de Izquierda Unida, una deuda insostenible para la comunidad autónoma de treinta y cinco mil millones de pesetas que hubo que regularizar para que esta Administración no acabara en quiebra técnica.
    Señor Bandrés, ustedes presumen de haber traído a esta cámara un presupuesto expansivo; usted hoy lo ha matizado como moderadamente expansivo. Lo que sí le aseguro es que se convertirá en explosivo si llega a ejecutarse. Y usted lo sabe; sin embargo, está tan tranquilo. Y está tan tranquilo porque sabe perfectamente que no lo van a cumplir, porque sabe que lo que están escenificando es un ejercicio de ciencia ficción política, es un presupuesto de cara a la galería, es un brindis al sol, señor Bandrés. Su única preocupación es lavar la cara de Izquierda Unida, maquillar al enfermo terminal, trasladar a la opinión pública que cumplen un acuerdo imposible de cumplir y, de paso, darse un baño de progresismo barato.
    Para empezar, estos presupuestos no son reales. Un año más, y será el tercero consecutivo, nos presentan unas cifras hinchadas artificialmente en su capítulo de ingresos. Al final, parece que el sistema de financiación autonómica del Partido Popular no es tan malo como vaticinaban. De todo su presupuesto de ingresos, lo único auténtico, lo único real son los veintidós mil trescientos veintiún millones de pesetas que recibirá Aragón con el nuevo modelo de financiación. Pero sí que comparto con usted que dicho sistema de financiación es excelente para Aragón.
    Respecto al resto de ingresos, señor Bandrés, su presupuesto nunca se ha cumplido, nunca ha sido verdad. ¿Por qué lo va a ser ahora? En el año 2000, la liquidación de la Intervención General demuestra que se ingresaron cuarenta mil millones menos de lo previsto. ¿Fue mala gestión en la recaudación de tasas, otros ingresos y enajenaciones, o es simplemente que el Partido Popular tenía razón cuando les dijo que habían hinchado los presupuestos? En el 2001 se repite la historia: la previsión de la Intervención General para el 31 de diciembre nos confirma que ustedes ingresarán este año cuarenta y cuatro mil seiscientos diecinueve millones menos de lo presupuestado. Ésa es la realidad, señor Bandrés. Este presupuesto que hoy debatimos sigue en la misma línea: está inflado como un globo. Ustedes, lejos de cumplir sus previsiones, dejarán de ingresar en este año, en el 2002, alrededor de cincuenta mil millones de pesetas. Y, si no, al tiempo.
    Entrando en el gasto presupuestario, ustedes anuncian un incremento de la inversión, y lo que hacen en realidad es confundirlo con gastar más. Esperemos que al final no se transforme, como ocurre a menudo con ustedes, en despilfarro.
    Señor Bandrés, han alardeado de que éstos son unos presupuestos progresistas, con un marcado carácter social -lo dijo en su presentación el día que entraron aquí esos presupuestos-. Permítame que desmonte esa falacia, su -entre comillas- marcado carácter social. El peso específico en el conjunto del presupuesto de los departamentos netamente sociales, como Educación, Sanidad y Consumo y Bienestar Social, es inferior a ejercicios anteriores, aunque usted, claro, lo adorna incrementándole, como gasto social, el Departamento de Cultura o el Departamento de Medio Ambiente.
    Tenemos serias dudas de que los colectivos de estudiantes, mayores, discapacitados, desempleados, jóvenes, mujeres, consumidores y familias vayan a tener más oportunidades, más posibilidades que antes. Nosotros estamos convencidos de que no va a ser así.
    Para el consejero de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a tenor de su intervención en comisión, la política social de su departamento no existe. Cuestiones tan importantes como el plan gerontológico, la política de menores, la asistencia domiciliaria, los discapacitados, la mujer, las familias o los consumidores se ubican en el sótano de las prioridades del señor consejero de Sanidad. En esta cámara sólo se ha hablado de bienestar social como consecuencia del escándalo de las fundaciones, que, por cierto, con sigilo y discreción, ya se ha cobrado las dimisiones de dos de los directamente implicados. La única preocupación del consejero de Sanidad son las transferencias sanitarias, que, evidentemente, todos queremos que se produzcan en las mejores condiciones para Aragón; pero que contrasta significativamente con el distinto rasero utilizado por este Gobierno en las transferencias de los centros y servicios sanitarios de las diputaciones provinciales, que, lejos de transferirse, se compraron. En sanidad, señorías, el peso específico del departamento en el conjunto del presupuesto ha descendido 0,2 puntos: del 10,4% al 10,2%. Obras son amores, señor Bandrés, y no buenas razones.
    Ustedes van a gastar un poco más, pero no tienen claro en qué ni para qué. Me hubiera gustado ver iniciativas concretas y suficientemente dotadas, por ejemplo, para las familias; me hubiera gustado que destinaran algo de dinero, algo, al menos algo, para que a las familias que tienen a su cargo mayores con alzheimer les sea más fácil pagar un centro de día. También me gustaría que destinaran más dinero al Ingreso Aragonés de Inserción, porque, aunque ha subido la cuantía de las ayudas, siguen manteniendo la misma partida, el mismo dinero para este programa, con lo que, al final, acabarán atendiendo a menos personas. Me hubiera gustado que las mujeres maltratadas tuvieran acceso a estas ayudas, y no lo tienen. Me parece bien que el Gobierno de Aragón invierta en construir equipamientos, pero no a costa de recortar las prestaciones sociales, como ustedes proponen en sus presupuestos.
    En el Departamento de Educación, el aumento del 26,6% al 27,1% en el peso interno del presupuesto es ficticio, no es real. Ustedes han elaborado los cuadros sobre la cantidad presupuestada el año anterior, no sobre la realmente gastada. O sea, que han tenido que taponar el enorme agujero de unos siete mil millones de pesetas que han ocasionado con su gestión. Con esta premisa, el peso específico de Educación dentro del presupuesto ha bajado más de un punto, lo que no da para el ejercicio 2002 un incremento real del 13%, como ustedes han anunciado, sino del 6%. ¿Es ésta, señor Bandrés, la apuesta social del Gobierno de Aragón? ¿Es éste el apoyo del Partido Socialista, Partido Aragonés e Izquierda Unida a la educación?: ¿subir un 6% real los gastos educativos, cuando el resto de los departamentos suben como media un 11%? Van a gastar un 6% más, pero ¿dónde se refleja en los presupuestos el mapa escolar de Aragón?, ¿dónde queda desarrollada la red de centros?, ¿qué pasa con la financiación de la universidad, que va a recibir dos mil cuatrocientos millones menos de lo que precisa, según sus directivos?
    Además, señor consejero, Educación trae los presupuestos sin comarcalizar, sin definir, de manera que resulta materialmente imposible saber dónde y cómo se lo van a gastar. Esto sólo tiene dos causas posibles: o carecen de planificación o tratan de eludir el control parlamentario, y ambas, señor consejero, son malas y políticamente reprobables.
    El Partido Popular de Aragón apuesta por la educación y la formación como una estrategia vital de desarrollo para nuestra sociedad -lo he dicho en esta tribuna muchas veces-; por eso, al Partido Popular le hubiera gustado que ese falso incremento del 12,9% hubiera sido real, sobre todo, para mejorar la calidad de la enseñanza. El Partido Popular no se conforma con la educación universal y gratuita: quiere, además, que sea de calidad. Ustedes tienen las competencias: ejérzanlas. Yo quiero dignificar la función de los profesores, quiero mejorar los contenidos del sistema educativo, apuesto por reforzar los centros docentes, por impulsar las enseñanzas artísticas. No tengo ninguna duda en que hay que arriesgar de verdad en la formación profesional. Que todos tengan igualdad de oportunidades: eso es lo que quiere el Partido Popular, y eso es lo que no recogen los presupuestos que el tripartito (PSOE-PAR-Izquierda Unida) quiere que aprobemos.
    En vivienda, señor consejero, lo único novedoso que presentan es duplicar el impuesto de actos jurídicos documentados: una forma muy original de cumplir el aforismo del señor Zapatero de que bajar los impuestos es de izquierdas. Para hacer más accesibles las viviendas lo que hacen ustedes es duplicar impuestos. Y no me diga que Valencia y Castilla y León también lo van a hacer, porque un aragonés donde quiere comprarse un piso es aquí, en Aragón, no en Valladolid o en Alicante.
    Creo que usted, señor Bandrés, es un hombre serio. Creo que usted es un hombre serio, y supongo que se habrá ruborizado al contemplar la campaña de propaganda (que no publicidad), fraudulenta y tendenciosa, cuyas consecuencias escandalosas hemos tenido oportunidad de seguir en los medios de comunicación, sin que haya supuesto dimisión o cese alguno.
    Señor consejero, el Partido Popular quiere que ustedes hagan viviendas de protección, buenas viviendas y a precios asequibles; pero háganlas de una vez. Basta ya de fuegos de artificio y de collares de cuentas de colores: háganlas, o, lo que es mejor, permitan que las hagan los que entienden de hacer viviendas, que no son precisamente las administraciones públicas, sino los promotores particulares.
    En el Partido Popular venimos afirmando y demostrando que la mejor política social es la que genera mayor actividad económica y, en consecuencia, favorece la creación de empleo. En este presupuesto, señor Bandrés, la regulación económica de sectores productivos (que abarca agricultura, industria y turismo) desciende 1,3 puntos. Concretamente, Agricultura sufre un descenso de 1,1 punto (del 27,2% al 26,1%) en su peso en el conjunto del presupuesto.
    Los regadíos, sector estratégico por naturaleza en Aragón, no tanto por la actividad económica que generan, sino especialmente por su contenido social de vertebración del territorio y de asentamiento de la población en el medio rural, siguen sin ser prioritarios para este Gobierno. Mientras el año pasado figuraban mil cincuenta millones de recursos propios para nuevos regadíos, este año ha bajado dicha partida a novecientos veinticinco, después de firmar un Plan nacional de regadíos -recursos propios, señor Arguilé- en el que no creen, en el que no creen. Para cumplir dicho plan deberían haber incluido, al menos, de recursos propios, mil ochocientos millones. Si no, ustedes van a ser... -de recursos propios, señor Arguilé, de recursos propios: ya sabe usted lo que le estoy diciendo: novecientos veinticinco-. Al ritmo que llevan van a transcurrir los cuatro años de legislatura sin que hayan iniciado una sola obra de transformación en regadío. ¿Ésa es su apuesta por el regadío aragonés?
    En materia de turismo, señor Bandrés, otro de los sectores claves para Aragón...

    El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde, vaya concluyendo.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Voy concluyendo, señor presidente.
    El Gobierno no tiene política turística. Y eso -me va a perdonar- se lo está diciendo hasta la Unión General de Trabajadores. Llevan ustedes dos años sin hacer inversión alguna en el sector estratégico de la nieve. El acuerdo que acaban de firmar con Izquierda Unida ha dado la puntilla a cualquier posibilidad de que nuestras estaciones de esquí mantengan su competitividad con otras estaciones nacionales o extranjeras.
    Hay algo de estos presupuestos que preocupa al Partido Popular, y es la profusa creación de nuevas sociedades o entidades. En vivienda, en agua, en turismo, en agricultura...: un sinfín.
    Mire: una cosa es agilizar determinadas acciones, como hace la Administración general del Estado a través del GIF -y ahí contaría usted con el apoyo del Partido Popular-, pero otra bien distinta, y ahí sí que le mostramos nuestro rechazo, es vaciar de contenido determinadas áreas de la Administración autonómica, con el único objetivo de aliviar el control presupuestario y convertirlas en oficinas de colocación de elementos afines, si es que les queda alguno por colocar.
    Señor Bandrés -y con esto concluyo ya, señor presidente-, sus presupuestos nacen ya, lamentablemente, privados del diálogo con una parte importante de la sociedad aragonesa. Son excluyentes. Saldrán adelante gracias a la inestimable y todavía por cuantificar ayuda del señor Lacasa. Pero esa circunstancia no nos impide afirmar que responden a los intereses exclusivos de los tres partidos que conforman el apoyo al Gobierno; pero en absoluto a las necesidades que tiene planteadas la sociedad aragonesa. Aprobarán sus presupuestos, pero eso no significa que sean unos buenos presupuestos ni que con ellos vayan a defender el interés general de todos los aragoneses.
    Para el Partido Popular son unos presupuestos poco creíbles: más de cuatrocientos diecisiete mil millones de pesetas (dos mil quinientos doce millones de euros), y ni un solo proyecto novedoso capaz de ilusionar a los aragoneses. No hay ideas en este presupuesto. No creemos en sus presupuestos, porque con las cifras que nos han presentado es imposible que ustedes mejoren la atención social, porque con sus presupuestos no pueden hacer una educación pública de calidad, porque con sus presupuestos el sector agrario pierde apoyos y posibilidades de futuro.
    Señor consejero, no creemos en sus presupuestos porque, después de dos años, no hay más viviendas de protección oficial que antes, o porque la investigación y el desarrollo quedan en manos de unos pocos en lugar de beneficiar a todos, o porque los proyectos culturales son cada vez más escasos y menos ambiciosos, o porque la protección de medio ambiente se ha quedado en un «no» al Plan hidrológico nacional y ha relegado sus verdaderas competencias.
    Mire, al Partido Popular le gustaría cambiar estos presupuestos, y lo vamos a intentar, presentándoles enmiendas suficientes para mejorarlos, propuestas positivas, propuestas que de verdad aporten equilibrio entre los ingresos y los gastos, propuestas que actúen sobre la economía productiva a través de inversiones en infraestructuras, en mejorar la educación y la sanidad, que tengan en cuenta la situación de la economía, propuestas, en definitiva, que sólo se encuentren vinculadas a la mejora de oportunidades para los aragoneses, para todos los aragoneses.
    Señorías, en numerosas ocasiones hemos oído utilizar al presidente del Gobierno de Aragón la palabra diálogo. Pues hoy, señor presidente, le pedimos que haga efectiva esa palabra dada, para que las enmiendas que va a presentar el Partido Popular, el partido mayoritario en estas Cortes, sean tenidas en cuenta y el primer año del euro no se convierta en el tercero de la desilusión.
    Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos.]

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    Tiene ahora la palabra, para replicar en nombre del Gobierno, el señor consejero de Economía.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Señor presidente.
    Señoras y señores diputados.
    Uno no acierta bien a comprender si lo que estamos haciendo es que estamos subiendo mucho el gasto, y vamos a poderlo financiar con dificultades, que es una de las afirmaciones que ha sostenido el portavoz del Partido Popular, o lo que estamos haciendo es no hacer un montón de inversiones y de gastos que tendríamos que hacer.
    Realmente, la ecuación no cuadra, señoría. Si usted pretende hacer todas las cosas que dice que no hacemos nosotros, y que usted querría hacer, y luego señala que no hay que subir tanto los ingresos, pues, verdaderamente, ya me dirá usted de dónde saca la financiación suficiente para poderla llevar a cabo.
    Posiblemente, le ocurriría lo que le ha pasado al Gobierno del Partido Popular en Madrid. ¿Sabe lo que le ha pasado? Pues que, en plena tramitación de los presupuestos, está creando impuestos nuevos, porque no le salen las cuentas. Presentó unos presupuestos -ésos sí- hinchados, completamente irreales, que no respondían a la realidad de las previsiones de la economía, y ahora lo que le está sucediendo es que no puede financiar los gastos con los que se va a encontrar, algunos, los derivados del propio modelo de financiación autonómica suscrito en julio. Y quiere crear el Gobierno del Partido Popular un impuesto nuevo sobre las gasolinas, sobre las ventas minoristas de hidrocarburos. Y eso lo quiere hacer su partido, el Ministerio de Hacienda.
    Y ustedes, que están recurriendo los impuestos que crean las comunidades autónomas en uso de sus atribuciones, van a gravar por triplicado la gasolina, porque la gasolina paga el impuesto especial de hidrocarburos, paga IVA, y ahora va a pagar un tercer impuesto que ustedes se sacan de la chistera, y pretenden achacar a las comunidades autónomas que lo hemos pedido, cuando en realidad no es así. Un impuesto que se va a ceder, se quiere ceder a las comunidades autónomas -fíjense en el envenenado regalo-, pero cuya recaudación se resta, se detrae, de las transferencias del Estado, del fondo de suficiencia. Y, por lo tanto, el ingreso neto para esta comunidad autónoma de ese impuesto es cero. Y eso les está pasando en medio de la tramitación de los presupuestos generales del Estado, con la mayoría absoluta y tranquila que ustedes tienen.
    Por tanto, no me hable de subir los impuestos. No me hable del impuesto de actos jurídicos documentados, que, como usted muy bien sabe, se va a subir en Valencia, en Castilla y León, y en Madrid también, y en alguna otra comunidad autónoma, para obtener recursos con los que financiar las actuaciones que pretendemos llevar a cabo.
    Habla usted de que estamos hinchando los ingresos, los gastos, de que podemos llegar a situaciones peligrosas... Mire: hemos superado por fin cuatro años de política presupuestaria timorata, la suya, una política presupuestaria que prefería no arriesgar una centésima de deuda, aunque fuese a costa de paralizar las inversiones que esta comunidad ha demandado durante décadas: a costa de no hacer colegios, de paralizar los gastos en educación, de no responder a las necesidades de los mayores -¿dónde están las residencias en la ciudad de Zaragoza?-, de no promover viviendas para los menos favorecidos. A usted parece que le gusta mucho -y ahí se le ha visto el plumero- la promoción privada de viviendas. No es lo mismo la promoción que la construcción. Nosotros no ponemos ladrillos. Ya ha dicho usted que la promoción la tienen que hacer los privados. ¡Hombre!, pues mire los resultados. Mire los resultados de esas promociones privadas, y mire usted quién puede acceder o no acceder a una vivienda. El tema del ladrillo siempre es complicado, y más para la derecha. No construir carreteras, ver cómo se deterioraba nuestro patrimonio cultural, y carecer, como carecían ustedes, y como siguen careciendo, de una política verdadera para el medio rural y para nuestras comarcas: así estamos ahora, así estamos ahora con estos presupuestos: en busca del tiempo perdido, de los espacios políticos desperdiciados por ustedes en los años noventa, cuando el crecimiento económico permitía sentar las bases de un Aragón distinto.
    Y usted, que critica el crecimiento del gasto, luego hace una retahíla, una relación de cosas nuevas que usted haría no sé cómo. ¿Sabe lo que les pasa? Que ustedes no han creído nunca de verdad en el sector público. Ustedes no creen de verdad en que el sector público tenga una responsabilidad fundamental en el diseño futuro que queremos para esta tierra. No lo creen. Y tampoco les gusta que los gobiernos actúen mediante la provisión directa de servicios educativos, sanitarios o de asistencia social, y preferirían, seguramente, menos impuestos, como usted dice, y modelos de provisión fundamentalmente privada, con un Estado de bienestar residual sólo para los pobres. Y ése es el problema.
    Pero, mire, no nos lleve a la discusión ideológica. Yo le he dicho que el presupuesto que estamos presentando es un presupuesto hecho desde el pragmatismo, desde lo que necesita esta región en este momento y en esta circunstancia histórica concreta. No se me vaya usted por el terreno de los doctrinalismos; es el momento de los juicios prácticos.
    Y me hablaba usted de que es un presupuestos irreal porque no vamos a recaudar los ingresos que decimos, y hacía usted alusión al año 2001. Mire: está usted en un error si piensa que las previsiones de ingresos son irreales. Déjese usted de generalidades, que es la música que oímos todos los años, y baje de una vez al ruedo: dígame usted en qué conceptos tributarios no son realistas, y discutamos de verdad las cifras. Y, si no es capaz de hacerlo, abandone ese repetitivo discurso que año tras año traen a este parlamento.
    Mire usted: la mejor manera de contrastarlo es ver la ejecución de 2001. La ejecución del presupuesto de ingresos de 2001 tiene dos componentes, y hay que separarlos: la deuda y el resto de los ingresos no financieros. Es verdad que en la emisión de deuda se sitúa únicamente, se ejecuta sólo, el 34% de la cantidad máxima que estas Cortes autorizaron. No me parece una mala noticia. No me parece una mala noticia que, sobre treinta y cinco mil millones de pesetas autorizados por estas Cortes, el Gobierno sólo haya necesitado recurrir exactamente a la misma cantidad de deuda que amortiza, para que, al final del año, la deuda sea la misma que había al comienzo. Claro, por eso ejecutamos en deuda sólo el 34%. Pero, en el segundo componente de los ingresos, el resto de los ingresos que no son deuda (los impuestos, los tributos, los transferencias), la ejecución será de un 94%. Y, en el caso más concreto que compete a nuestra gestión, en nuestros tributos cedidos, en los que gestionamos nosotros, la ejecución alcanzará el 97%.
    Me puede usted hablar de que en un impuesto estamos en el 90% o en otro estamos en el 98%. El 97%, en promedio: por tanto, no hay ningún tipo de presupuestos hinchados ni ningún tipo de presupuestos irreales. Y no tengan ustedes miedo, que no nos vamos a deslizar por la pendiente de la deuda. Oiga, realmente, el aumento de la deuda viva a final de año, si hacemos uso de las autorizaciones de estas Cortes, que son un poco más de emisión de deuda que el año pasado, sería en Aragón de un 2,2%, mientras que, en España, el Gobierno del Estado, que presume de déficit cero, aumentará la deuda viva, y éstos son datos de los presupuestos del Estado de 2002, exactamente, en un 4,15%: bastante más en hechos que en la retórica que ustedes modifican.
    Por tanto, señoría, lo que está sucediendo es que verdaderamente es muy difícil, es muy difícil, para un partido como el suyo en la oposición en este momento en Aragón, criticar, encontrar problemas, defectos, a la presentación de estos presupuestos de la comunidad autónoma. Es difícil, porque estamos haciendo un esfuerzo importante. Y, por el lado de los compromisos de gastos, resulta complicado -como digo- argumentar en contra de los presupuestos.
    Usted me habla de departamentos. Mire: los departamentos a mí no me interesan en absoluto, que crezca un departamento o que crezca otro. Esto es una estructura orgánica que se puede cambiar cada año simplemente por un decreto. A mí lo que me preocupa es para qué gastamos, para qué estamos diciéndoles a los aragoneses que vamos a gastar cuarenta y un mil millones de pesetas más este año que el anterior, y qué queremos hacer con ese dinero, qué queremos hacer. Me da igual qué departamento lo ejecute: eso es lo de menos. Y les decimos: pues, mire usted, veintisiete mil millones de esos cuarenta mil, a gastos sociales: a educación, a sanidad, a servicios sociales, a vivienda, a bienestar comunitario. A usted, el medio ambiente y la cultura a lo mejor no le parecen propios de un Estado de bienestar moderno; a mí sí. A mí me parece que el medio ambiente, la conservación de la naturaleza..., me parece que esto forma parte de lo que es el bienestar en una sociedad desarrollada europea. Y la cultura también. ¿Le parece mal que lo incluya en esos conceptos, cuando es una clasificación funcional del gasto que es la misma que utilizan todas las administraciones públicas españolas? Bueno, pues todo esto va a crecer esa cantidad de dinero, y vamos a hacer cosas que ustedes no hicieron.
    Me hablaba usted de sanidad. ¡Hombre!, yo le puedo hablar de sanidad, efectivamente. Mire: vamos a gastar..., en el Servicio Aragonés de Salud, las inversiones crecen un 13%; en centros hospitalarios, un 50% más, especialmente en los centros recibidos de los hospitales de las diputaciones provinciales; en centros psiquiátricos, un 30% más de inversiones; y en centros de salud, un 19% más. Ahí hay un esfuerzo muy notable. ¿Por qué va a crecer el gasto corriente? El gasto corriente en sanidad crecerá en lo que se refiere a nuevas contrataciones derivadas de necesidades en nuestros hospitales, pero nada más. Tenemos que controlar el gasto corriente, señoría: en sanidad, en educación y en todo. Hay que controlar el gasto corriente. Donde queremos hacer el esfuerzo es en materia también de inversiones. Y en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales vamos a aumentar el capítulo de inversiones en un 74%. Éstos son compromisos sociales: centros de mayores, centros de menores y otro tipo de actuaciones.
    Éstos son los precios de los acuerdos a los que usted se refería. Éste es el precio del acuerdo. Hemos hecho un acuerdo absolutamente razonable, transparente y claro. Lo que pretendemos es llevar adelante, con una mayoría parlamentaria suficiente, un programa de gobierno para hacer lo que hay que hacer: para no paralizarnos en discusiones, en problemas o en disquisiciones que no les interesan a los ciudadanos, aunque puedan tener mucho morbo político en esta cámara o en los medios de comunicación. Lo que queremos es gobernar, hacer las cosas para las que los aragoneses nos han puesto en las responsabilidades políticas que nos han puesto. Y eso significa llevar adelante un programa de gobierno, que es el pacto por Aragón de la coalición Partido Socialista-Partido Aragonés, asumido por Izquierda Unida, con una serie de énfasis, de matices, de añadidos, que refuerzan el compromiso social del Gobierno y las actuaciones en materia, como hemos dicho, de promoción económica, de creación de empleo.
    Éstos son los presupuestos, unos presupuestos reales, que se pueden y se van a ejecutar, con un crecimiento de las inversiones tan importante como he señalado anteriormente, con una dotación presupuestaria que, realmente, admite muy pocas críticas. Y, en definitiva, unos presupuestos que lo que pretenden es transmitir ilusión, tener reflejos, responder a la realidad que estamos viviendo en este momento, y no tener que estar retocando luego los presupuestos, no ya a mitad del año, sino en la propia tramitación parlamentaria, como le está sucediendo al Ministerio de Hacienda del Gobierno del Partido Popular.
    Y tranquilo con el impuesto de actos jurídicos documentados: no afecta a las viviendas de protección oficial, no afecta a las viviendas de segunda mano, y no solamente es eso, sino que tampoco va a afectar a las familias numerosas, porque las familias que se conviertan en numerosas y tengan que cambiar de vivienda tributarán no al 1%, no al 0,5%, sino al 0,1%. Y eso lo ha hecho este Gobierno, y no ningún otro gobierno. Por lo tanto, estamos tratando de proteger con nuestra política presupuestaria, con nuestra política impositiva, a las personas que tienen menores recursos.
    Yo comprendo que es difícil y complicado poder, como digo, hacer la labor de oposición con estas cifras, con estas realidades y con estos valores, porque un presupuesto cuyo gasto crece en un 11% (algo más de un 11%: más de lo que va a crecer la economía), que no crea problemas de ningún tipo sobre la gestión de la deuda pública, porque vamos a seguir reduciendo el peso de la deuda pública sobre el producto interior bruto, que únicamente retoca un impuesto, pequeño en el conjunto de los ingresos de la comunidad autónoma, y que verdaderamente es capaz de ofrecer cosas nuevas, ilusión, proyectos, iniciativas, en todas las materias que verdaderamente interesan a los ciudadanos, como digo, es un presupuesto difícil de rebatir, como no sea desde el doctrinalismo y desde la ideología estrictamente conservadora, y no desde el análisis real y pragmático de las cifras. [Aplausos.]

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor consejero.
    Para dúplica tiene la palabra el señor Alcalde.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
    Como verá el señor consejero de Economía, he hecho caso a su llamamiento en la Comisión de Economía de estar y venir hoy aquí a debatir con usted de presupuestos, aunque yo no sea un experto en los mismos, pero, desde luego, asumo mis responsabilidades, no como el secretario general de su partido, que se metió debajo del escaño en el último debate de presupuestos del Estado. [Rumores.]
    Usted, hoy, ahora, en la réplica, ha vuelto a enumerar aluviones de cifras y de datos, pero no me rebate las que he dado yo. Y no me las puede rebatir porque son suyas: estos presupuestos los ha hecho usted, y, como decía antes, con los martillazos del nuevo socio. Pero las liquidaciones del presupuesto de ingresos del año 2000 y del año 2001 son las que son y las que figuran en los presupuestos. En el año 2000, cuarenta mil setecientos treinta millones menos de los ingresos previstos; en el año 2001 menos cuarenta y cuatro mil seiscientos diecinueve. ¡Si lo dicen los papeles! ¡Si es que usted no me puede negar los papeles que ha traído usted aquí!; no me los puede negar: están ahí y son evidentes.
    Mire, señor Bandrés, hemos venido aquí a debatir del presupuesto de Aragón. Que otros grupos puedan debatir aquí sobre presupuesto del Estado lo puedo entender, si no tienen representatividad en el Estado; pero ustedes tienen un grupo florido, y, aunque no salga su secretario general, sale el señor Sevilla, que tampoco lo hace mal. No me venga usted aquí a discutir o a debatir de los presupuestos generales del Estado, que ya se están debatiendo en otro lado: cíñase aquí al terreno, hable de Aragón, hable de las preocupaciones de los aragoneses.
    Mire usted: usted no cesa de repetir y de hablar del PIB o del «PIT»: el producto interior bruto, que no sé si algunos confunden con el «producto interior tripartito». A los aragoneses lo que les preocupa es lo que van a hacer ustedes con Aragón: qué proyectos nuevos, que generen ilusión, son capaces ustedes de dotar presupuestariamente; qué van a hacer ustedes para desarrollar las infraestructuras vitales que se están acometiendo en estos momentos por la Administración general del Estado en Aragón, porque no vemos traslación en los presupuestos de cómo ustedes piensan abordar esos retos fundamentales para esta tierra.
    Ha hablado usted, siempre echando balones fuera, que es su especialidad, de si el Estado va a aumentar los impuestos especiales de las gasolinas o del alcohol. Pues mire, sí: parece ser que los va a aumentar; pero los va a aumentar, entre otras cosas y fundamentalmente, para que las autonomías tengan la financiación que se merecen y para que las autonomías puedan tener, en estos momentos Aragón, veintidós mil millones de pesetas más de financiación, y para que asumamos la sanidad en las debidas condiciones que requieren esta tierra y los aragoneses. Para eso está aumentando, con un objetivo claro, no como han aumentado ustedes el impuesto de actos jurídicos no documentados, para penalizar el acceso de los aragoneses a tener una nueva vivienda.
    Ha hablado de política timorata del anterior Gobierno. ¿Me puede decir cuántos colegios públicos han hecho ustedes? El anterior Gobierno, además de pagar los treinta y cinco mil millones de agujero que dejó su amigo el señor Marco, hizo muchos colegios. ¿Cuántos ha hecho usted? ¿Cuántos ha hecho usted? [Rumores.]
    Me dice que de dónde sacamos dinero para tantas cosas como proponemos. Pues, entre otras cosas, de gestionar correctamente el importantísimo presupuesto que usted tiene, ahorrándose dinero en asesores, no como ustedes, para empezar; en los nuevos cargos que van a dotar a Izquierda Unida, para continuar; de las sociedades e institutos -y ahora hablaremos de ellos- que crean, para terminar.
    ¡Hombre!, yo creo que es osado que usted acuda o diga que ha habido una política presupuestaria del anterior Gobierno timorata. Repito: díganme cuántos colegios están haciendo. Y se lo digo sobre un departamento cuya consejera reconocía, en su comparecencia en comisión, que de su presupuesto, el 85% va destinado al capítulo I. Y decía textualmente -y le voy a leer lo que decía y reconocía- que para inversiones prácticamente no iba a poder hacer gran cosa porque -dice- «los presupuestos del Departamento de Educación se destinan en más de un 85% a la satisfacción de gastos de personal público, concertado y universitario. Ésta es probablemente una de las principales causas de la falta de flexibilidad del presupuesto de Educación». Claro; no venga usted aquí alardeando ahora de lo que van a hacer o de lo que están haciendo en Educación, porque me parece que es bastante escaso.
    Desde luego, en eso tenemos una visión completamente distinta, y ni usted me va a convencer ni yo le voy a convencer a usted. Pero se lo vuelvo a repetir: usted habla de deuda. No lo ha entendido: ustedes se endeudan, y entienden que un Estado, en la situación de desaceleración, debe endeudarse más, si cabe, y no actúan como las familias, no actúan como actúa alguien que se juega su dinero; pero, claro, ustedes no se están jugando su dinero: se están jugando el de todos los aragoneses. Si fuera su dinero, puede que se actuara de otra manera. Si hasta se lo ha dicho su propio consejero de Agricultura, que está aquí: lo dijo el otro día en comisión. Dijo -escúcheme-: «Si aumentan los ingresos -decía el señor Arguilé-, una modificación al alza de los presupuestos tendrá que ir necesariamente a aumentar la deuda y, por derivación, a un aumento del déficit público, y eso parece que no es aconsejable, según ordenan los que tienen la competencia en la ordenación general de la economía por mandato constitucional». Pónganse ustedes de acuerdo, a ver si dicen lo mismo todos en todos los foros, en todos los foros.
    Usted decía que no le preocupaban los departamentos, si gastan más o gastan menos. Pues, ¡hombre!, si no le preocupan los departamentos, no me diga que están dando un especial empuje a las políticas sociales, porque, si uno suma los departamentos sociales, pues ve que el peso relativo que tienen en el conjunto del presupuesto es inferior. Y son también datos de su departamento. Usted pretenderá adornarlo incluyendo Cultura y Medio Ambiente, departamentos importantísimos desde mi punto de vista, en gasto social, pero, por mucho que usted se empeñe, el gasto social es el que es: los gastos de educación, de sanidad, de vivienda, de jóvenes, de personas necesitadas. La cultura es algo fundamental para el desarrollo social de un pueblo, pero no es estrictamente, sensu stricto, un gasto social.
    Yo creo que usted ha eludido hablar de presupuestos. Se ha metido, como digo, en una vorágine de grandes cifras. En su réplica se ha dedicado a atacar al Gobierno de la nación. Pero, mire, los presupuestos sirven para hacer políticas que satisfagan a los ciudadanos, no a los partidos que conforman un gobierno. Las cifras por sí solas no dicen nada: es preciso dotarlas de contenido social; es preciso dotar esos presupuestos de corazón -entre comillas-, señor Bandrés. Y sus presupuestos no están dotados de ese corazón -entre comillas-. Se gasta, se gasta mucho, se gasta más, pero no sabe... Usted reconocía que usted quería saber para qué se gastaba. Pues díganos aquí en qué se va a gastar.
    No; no me diga cifras. Dígame proyectos nuevos, proyectos que ilusionen a nuestra sociedad, proyectos que sean capaces de generar en la sociedad una corriente de apoyo, una corriente de empuje, que la sociedad vaya hacia delante, señor Bandrés. No me hable de porcentajes, de cifras y de cuestiones que yo creo que agotan no sólo a los que estamos aquí escuchándolo, sino a la propia sociedad, que se desentiende de estos debates, que son simplemente hablar de PIB o hablar de porcentajes o hablar de cifras. Vamos a hablar de proyectos concretos que importan a los aragoneses.
    Con respecto a la deuda, usted, por un lado, se endeuda en treinta y tantos mil millones de pesetas, y, por otro lado, dice: «no, si es que no la suscribimos, si es que no la agotamos». Entonces, ¿para qué la van a cubrir?, ¿para qué suscriben la deuda si no piensan ustedes agotarla? Usted lo dijo ya el otro día: «no vamos a cubrir la deuda». Pues, entonces, ¿para qué figura? Si renuncian de entrada a ella, ¿para qué figurar en los presupuestos? Explíquemelo, porque yo, entonces, salvo que pretendan engañarse a ustedes mismos, no sé a quién van a engañar con eso.
    Y no hable, por favor, de modificaciones presupuestarias, porque ha habido el 20% más de modificaciones presupuestarias en su Gobierno que había en los gobiernos anteriores. Fíjese hasta qué punto son creíbles estos presupuestos, fíjese hasta qué punto son creíbles, que, si algo los caracteriza, son las modificaciones presupuestarias que luego introducen ustedes.
    No ha hablado usted en su réplica de sociedades e institutos. Yo le había planteado dudas respecto a los objetivos de tantas sociedades e institutos porque no tengo claros los fines: se lo digo sinceramente. Sí que tengo claro para qué sirve el GIF: para agilizar la gestión de las infraestructuras que hace en materia ferroviaria el Estado. No tengo claros los motivos de tantas sociedades y tantos institutos. Perdón: el de uno sí que lo tengo claro: tengo claro ya el fin del Instituto Aragonés del Agua. Nos lo dejó muy claro el otro día el señor Biel, y le agradezco que me lo clarificara: va a ser un cuartel -no sé si de invierno, de verano o de primavera- de los comandos y divisiones acorazadas que parece ser que tiene dispuestos el Gobierno. Yo me alegraré de verdad de que, con casi veinticinco años que va a cumplir usted de vida política, al final le den la laureada de San Fernando. Yo le digo que, sinceramente, me alegraré y le felicitaré.
    Ustedes se empeñan y nos ha dicho que tenemos nosotros una cierta aversión al crecimiento del sector público, pero sensu contrario al suyo: ustedes se empeñan en que el sector público es el que tiene que crecer. Pero ¿aún no se ha enterado de que quien tiene que realmente crecer es la sociedad, que es la sociedad a la que nos debemos y a la que servimos la que tiene que crecer, no el sector público?
    No hemos quedado antes sin entrar en otras cuestiones -y ya acabo, señor presidente, con estos dos aspectos-, en el tema de la nieve... Usted lo ha obviado en su réplica: no ha hablado de turismo ni de la nieve. Mire usted: dígame, en un sector estratégico para esta tierra, qué inversiones productivas ha hecho en estos dos años y pico que llevan ustedes en el Gobierno de Aragón relacionadas con la nieve. Dígame qué inversiones productivas: no me cuente que han constituido el holding sobre la nieve, que ya diseñó y que ya planteó el anterior Gobierno. Dígame simplemente qué inversiones va a hacer el próximo año y dónde está contemplada la nieve en los presupuestos. Porque yo le tengo que recordar que el anterior Gobierno, ese que, según usted, hacía una política timorata, en el sector de la nieve, impulsó inversiones por más de ocho mil millones de pesetas. Dígame cuántas ha impulsado su Gobierno en estos dos años y medio y cuántas piensa impulsar en el año y medio que le queda, y, de paso, me explica cómo nos vuelven a colar de rondón, en el acuerdo que han firmado ustedes con Izquierda Unida, las ecotasas, ¿o no quedó suficientemente claro que ni el sector de la nieve ni la sociedad en general querían que se gravara con un impuesto uno de los motores de desarrollo de esta comunidad, como es el sector de la nieve?
    Y, por último, y para terminar, señor presidente, en materia de carreteras, que he obviado en mi primer discurso, cuando hablan ustedes de diez mil millones de inversión en carreteras, lo hacen incluyendo las inversiones del Plan especial de Teruel (o Fondo de inversiones de Teruel), el plan de la minería, y hasta el sueldo del consejero, el capítulo I, también lo incluyen en inversiones: en los diez mil millones que habían comprometidos aquí, en una iniciativa parlamentaria, hasta su sueldo está incluido en las inversiones, señor Velasco.
    Dos ejes claros que hay en esta comunidad, dos ejes autonómicos claros, como son el eje del Cinca y eje del Vero, proyectados e iniciados ya por el Gobierno anterior, después de casi tres años, aún no han finalizado ninguno de los dos. Ustedes, en materia de carreteras, se han dedicado en este presupuesto a hacer la política del pollito: a picotear de cien en cien millones en distintas carreteras, vamos, a parchear. Pero, mire, casualmente, donde han aplicado la política del gallo de corral [risas], donde sí que han aplicado la política del gallo de corral -escúcheme, escúcheme, señor Bandrés-, dando tres picotazos enérgicos y fuertes, es en zonas de influencia, casualmente, casualmente, de dos presidentes de diputaciones socialistas (de Zaragoza y de Huesca) y del propio presidente de la comunidad autónoma: ahí si que han aplicado una política de carreteras del gallo de corral. Por ejemplo, les cito tres ejemplos: la Ejea-Erla, con quinientos setenta y cinco millones (al lado del presidente de la Diputación de Zaragoza); la Pozán de Vero-puente de Buera, con seiscientos treinta y tres millones (al lado del presidente de la Diputación de Huesca), y la Serraduy-Obarra-acceso Arén-acceso de Orrit, a la nacional 230, en su entorno, y me parece muy bien que dignifique el entorno del señor presidente, que, además, le comunica con el del vicepresidente de la Diputación Provincial de Huesca.
    Me parece muy bien, y le felicito, pero eso es la política del gallo de corral. Lo demás, pollito; los demás, política de pollitos. Sin embargo, la carretera entre Ansó y Hecho, que en esta cámara ustedes se comprometieron a apoyar, se ha quedado fuera del presupuesto: supongo que será porque tiene una alcaldesa del Partido Popular, y había que castigarla.
    Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    Señor consejero, tiene usted la palabra.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ) [desde el escaño]: Sí, señor presidente, con mucha brevedad, amparado por el Reglamento, por el cual el Gobierno puede solicitar la palabra, abriendo en ese caso el turno correspondiente. Con mucha brevedad.
    Hablaba usted de la deuda y de la ejecución de ingresos. Mire: no me quiero enzarzar en ese debate, que creo que usted no controla suficientemente. Mire: ya le he dicho que la ejecución del presupuesto de ingresos prevista para 2001, efectivamente, es una ejecución del 88%. Pero es que hay dos partes en el presupuesto de ingresos: una, la deuda, que nosotros no vamos a agotar ni mucho menos, porque vamos a emitir sólo la deuda que vamos a amortizar, y no va a crecer el endeudamiento de esta comunidad autónoma este año, no queremos cargar esta comunidad autónoma este año, donde la situación económica ha sido razonablemente buena, con una mayor deuda; y, luego, están los tributos cedidos, los impuestos que gestionamos nosotros.
    Dígame usted si una ejecución del 102% en el impuesto de sucesiones es una buena o no es una buena ejecución, el 102%. No; no es solamente cuestión de que haya más o menos sucesiones. Es una cuestión de gestionar los expedientes atrasados y de ser más ágiles de lo que ustedes eran. Dígame usted si ejecutar el 98,7% en el impuesto sobre el patrimonio es o no una buena ejecución. Y dígame si ejecutar el 93% en transmisiones patrimoniales y actos jurídicos es o no una buena ejecución. Y el cien por cien, en la tasa fiscal sobre el juego. En conjunto, señoría, en conjunto, el 97% de ejecución. Y esto es un dato incontestable. Lo que pasa es que, si usted me mete la deuda como que no hemos ejecutado, me tendrá que decir qué prefiere: si más deuda o menos ejecución.
    Hablaba usted de las sociedades. ¿No le gusta a usted PLA-ZA? ¿No le gusta la Plataforma Logística de Zaragoza? ¿Le parece que eso es crear una sociedad para no hacer nada? ¿Le parece a usted que, en tiempos de crisis, de cierres de empresas y de ajustes de plantillas, que hayamos sido capaces de conseguir que una de las más importantes multinacionales españolas, en dura competencia con otros territorios, como es Inditex, se instale en Zaragoza? ¿A usted eso le parece una cosa irrelevante, una sociedad pública mayoritaria del Gobierno de Aragón, donde se van a crear más de setecientos cincuenta puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos, con inversiones de catorce mil millones de pesetas? Bueno; pues eso es lo que hacen las empresas públicas. Eso es lo que hacen.
    ¿A usted no le gusta la sociedad Suelo y Vivienda de Aragón, que va a poner en marcha inversiones en vivienda este año por cinco mil millones de pesetas, para hacer viviendas de promoción pública -no pondremos los ladrillos, pero sí promocionaremos esas viviendas- para los sectores sociales más necesitados. ¿No le gusta esa sociedad, que lo va a hacer de manera más ágil de lo que lo puede hacer un instituto administrativo? Dígame si no le gusta.
    O dígame si no le gusta el Instituto Aragonés del Agua, cuya ley se aprobó aquí, y que va a llevar a cabo inversiones en materia de abastecimiento, saneamiento y actuaciones relacionadas con el ciclo hidráulico, con un crecimiento del 30%, en algo tan importante para esta tierra como es el agua?
    Y lo queremos hacer con mayor eficacia. Yo no entiendo cómo desde su partido se puede cuestionar un proceso de creación de empresas públicas que lo que pretenden es ser más eficientes en la gestión de los asuntos públicos, más eficientes y, al mismo tiempo, controladas, efectivamente, por el control financiero que tiene la Intervención de la comunidad autónoma, el Tribunal de Cuentas y después la Cámara de Cuentas.
    Ésas son las realidades y ésos son los hechos, señoría. Por tanto, creo que algunas de sus críticas no tienen ninguna justificación, y otras, las que se refieren a datos o a hechos concretos y las que tienen que ver con las posiciones políticas e ideológicas...; pues, efectivamente, estamos en distintos lados del hemiciclo, y a uno, cuando hace un presupuesto, que es la expresión más sublime de la política de un gobierno, a uno le tranquiliza saber que desde la derecha se está en contra de este presupuesto.
    Nada más. [Aplausos.]

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.
    Señor Alcalde, tiene cuatro minutos.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: No los voy a consumir, señor presidente. Muchas gracias.
    Mire: yo creo que lo ha dejado usted... Ya me había parecido que lo había dejado claro en su primera réplica. Yo creo que ahora lo ha dejado más claro todavía. Naturalmente que ustedes están yendo a la deuda. Luego no la ejecutan, pero acuden a la deuda, para, hinchando, como le hemos denunciado, ingresos, permitirse hinchar también los gastos, porque, si no, no le cuadran las cuentas.
    Señor Bandrés, ustedes hinchan los presupuestos. ¡Si yo no le he acusado de que ustedes recauden mal los impuestos que tienen cedidos o que tienen transferidos!, ¡en ningún momento! Yo le he acusado de tener inflado o hinchado el capítulo de ingresos. Y eso es lo que están ustedes haciendo; eso es lo que están ustedes haciendo, porque es la manera como justifican el inflar, el cuadrar, inflar los gastos y, así, poder cuadrar el presupuesto.
    Y, desde luego, mi partido no se opondrá nunca a aquellas sociedades, como PLA-ZA, que es una sociedad (el centro logístico, la plataforma logística del ayuntamiento), que ya impulsó el anterior Gobierno, que ya consiguió la cesión de una importante superficie -yo no recuerdo si eran cincuenta hectáreas en estos momentos- del Ejército a la sociedad civil. Yo eso no lo he criticado. Yo le he preguntado por los fines de tantas y tantas sociedades, institutos, agencias, que, fundamentalmente... No por algunas que había creado, como PLA-ZA, que me parece una idea perfecta, y le felicito a usted, como consejero de Economía, especialmente, por la llegada de esta empresa importantísima para Aragón: de Inditex. No me duelen prendas en felicitarle cuando el Gobierno tiene un acierto, tiene un éxito al conseguir atraerse una empresa de esta categoría. Ahí estamos absolutamente de acuerdo, y tendrán siempre nuestro apoyo. Pero yo le pregunto por todas esas agencias, sociedades, institutos, y demás, que se le han ocurrido al señor Lacasa, o a Izquierda Unida, y que a ustedes, en esa política que le decía antes de «pulpo, animal de compañía», pues han tenido que aceptar y tragar. ¿Qué nos cuestan a todos los aragoneses todas esas sociedades, todas esas agencias?, y ¿para qué sirven, que es la pregunta fundamental, para qué sirven, señor consejero?
    Nada más, y muchas gracias, señor presidente.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alcalde.
    Para consumir también el turno en contra, tiene la palabra, en nombre de Chunta Aragonesista, su diputado señor Yuste.

    El señor diputado YUSTE CABELLO: Muchas gracias, señor presidente. Señorías.
    Señor consejero, comparezco en este turno porque, sin prejuzgar el sentido final del voto de nuestro grupo, es el momento más apropiado para la intervención de un grupo de la oposición, tal como hemos venido constatando en los años anteriores.
    Cuando Chunta Aragonesista analiza este proyecto presupuestario, que es el primero fruto del acuerdo tripartito entre PSOE, PAR e Izquierda Unida, lo hacemos desde la voluntad de mantener una posición equilibrada, capaz de reconocer avances donde los haya, pero libre para denunciar defectos donde los encontremos. No vamos, por lo tanto, a exagerar las críticas para justificar el papel de oposición, como hacen unos, ni vamos a callar lo que pensamos de los aspectos negativos, como hacen otros. Vamos a actuar con la libertad que da estar comprometidos exclusivamente con nuestros electores. Y lo hacemos desde esa posición de equilibrio que adoptamos durante el debate de investidura del presidente Iglesias y que hemos venido manteniendo desde entonces.
    Ciertamente, ha habido novedades, sobre todo últimamente: el Gobierno de Aragón ha firmado un acuerdo de gobernabilidad con Izquierda Unida, y ya tiene garantizada la mayoría absoluta; sin embargo, a pesar de que el escenario ha cambiado, debo recordar que continuamos en el mismo lugar que en el día de la investidura. Chunta Aragonesista, que se abstuvo entonces, ha venido apoyando al Gobierno de Aragón en los aspectos positivos de su gestión y se le ha puesto enfrente en aquellos otros asuntos en los que disentimos, o en casos de mal funcionamiento, que deberían corregirse a nuestro juicio.
    Hemos actuado siempre desde la oposición constructiva, y no vamos a dejar de hacerlo. Por lo tanto, vamos a continuar haciendo nuestro trabajo, presentando nuestras propuestas alternativas, intentando mejorar las cosas; pero también señalando las contradicciones y errores de un Gobierno con importantes fisuras al que se le acaba el tiempo.
    Desde ese punto de vista afrontamos el debate de hoy.
    Comparece usted para presentarnos un presupuesto expansivo, con más dinero para todos y cada uno de los departamentos. Efectivamente, hay más recursos para las diversas políticas que conforman la tarea de un gobierno; pero eso, que tiene un valor en sí mismo, que no niego que es positivo, hay que ponerlo en relación con la previsión de ingresos, con la existencia o no de proyectos en los distintos departamentos, y hay que ponerlo también en relación con la credibilidad de los gestores responsables de la ejecución de este presupuesto. De esas cuestiones hablaré en mi intervención.
    La semana pasada, a usted le supo malo que durante su comparecencia yo le recordara que el proyecto de ley de presupuestos hubiera llegado tarde a las Cortes, incumpliendo el plazo legal. Le supo malo. Incluso me acusó de rebajar mi discurso si hablaba de cuestiones formales: que si el plazo, que si el porcentaje de información comarcalizada... Bueno; el año pasado ya le dije que las formas, en el presupuesto, son una cuestión eminentemente política. Hacer viviendas es política, por supuesto, pero aprobar un presupuesto transparente y a tiempo también es política. Luego tendremos tiempo de hablar en qué van a gastar el presupuesto. No se preocupe. Hoy creo que hay tiempo para todo.
    Empecemos por el principio. ¿Por qué Castilla-La Mancha y Castilla y León pudieron aprobar sus proyectos de ley de presupuestos tres e incluso cuatro semanas antes que Aragón? ¿Por qué? Evidentemente, aquí, el retraso se ha debido a que el tripartito empezó a negociar tarde. Eso es obvio. Pero de sus palabras del otro día podríamos deducir que, para el Gobierno, la tramitación parlamentaria de los presupuestos es un engorro que conviene quitarse cuanto antes. Ustedes dijeron que daba igual tramitar el presupuesto en tres meses o en mes y medio. Lo que quieren, evidentemente, es tener el presupuesto pronto en el Boletín Oficial de Aragón, y si, además, en estas Cortes, durante la tramitación no se lo toqueteamos mucho, pues mucho mejor para el Gobierno. Ésa yo creo que es la filosofía que ustedes han querido traslucir.
    Sin embargo, el sistema democrático se fundamenta, entre otras cosas, en el reparto de poderes. Es esta cámara la que va a aprobar el presupuesto. Y, como ustedes gozan de mayoría absoluta, será el presupuesto que ustedes han querido, evidentemente. Pero, por lo menos, déjennos tiempo para debatir, para contrastar proyectos, para intercambiar ideas e incluso para convencernos los unos a los otros de cosas.
    Usted es un consejero del que siempre se aprende mucho y que sabe escuchar. Yo estoy seguro de que nosotros también estamos en condiciones de señalar aspectos en que podamos convencerle a usted, independientemente de que los unos y los otros podamos reconocerlo en público o no; pero yo creo que hay que dar opción a esa posibilidad, hay que dar margen a esa posibilidad. Sinceramente, cumplir los plazos es una buena forma de respetar al parlamento, igual que nosotros, desde la oposición, respetamos y somos comprensivos con el Gobierno y somos responsables con la ciudadanía, cuando asumimos este calendario de tramitación, para que esta ley pueda estar en vigor el 1 de enero.
    El respeto se mide también en la claridad de un presupuesto. Y yo creo que, en una parte importante, este presupuesto es un cheque en blanco: un cheque en blanco porque más de la cuarta parte del presupuesto de 2002 no está aquí. Y usted lo sabe. Se nos dice que el 1 de enero asumiremos la sanidad y las políticas activas del Inem, y, a cinco semanas y media de esa fecha, la verdad es que todavía no sabemos a ciencia cierta qué es lo que pasa. En el proyecto presupuestario no hay ninguna referencia a la llegada de esas competencias, y estamos hablando de una cifra equivalente al 37% del presupuesto que debatimos hoy. Fíjese: es una cifra importantísima, y, sorprendentemente, no hay ninguna previsión en el presupuesto. No sé si la habrá en la ley de acompañamiento.
    Tampoco aparecen en el proyecto presupuestario las modificaciones orgánicas necesarias para acoger a un tercer socio en las responsabilidades de gobierno. Ni la nueva dirección general ni las dos oficinas nuevas ni las nuevas unidades que se le han prometido a Izquierda Unida aparecen en el presupuesto. Yo ya pregunté en comisión por las razones de esa ausencia, y le pregunté cómo y cuándo iban a implementar esas nuevas unidades, esas nuevas dirección general y oficinas, y no se me respondió. Me gustaría que pudiera aclarar esa cuestión.
    También se pierde claridad cuando, con la excusa de que las entidades de Derecho público no tienen obligación de presentar anexos de transferencias y de inversiones, se niega una información que sí aparece en las direcciones generales y en los organismos autónomos. El ejemplo más claro es el del Instituto Aragonés del Agua. El año anterior, la Dirección General del Agua incluía una información que este año ha desaparecido. Y eso es ocultismo, porque en el propio Gobierno tenemos un ejemplo contrario: la nueva empresa pública Suelo y Vivienda de Aragón, S.L., aporta prácticamente la misma información que cuando el año pasado se llamaba ISVA y funcionaba de facto como una mera dirección general. ¿Por qué el señor Velasco no ha querido privar a las Cortes de esa información y, en cambio, el señor Longás, sí? ¿Qué pasa ahí? Ya sé que a ustedes les sabe malo que hablemos bien de unos departamentos y mal de otros, pero la realidad es la que vemos.
    Otra cuestión formal que afecta a la credibilidad del presupuesto es el bajo nivel de información comarcalizada, especialmente de las inversiones. Yo suponía que, cuando un gobierno presupuesta unas inversiones, es porque quiere hacer algo en algún sitio; en definitiva, el Gobierno de Aragón debería saber qué inversiones va a acometer y en dónde. Y, sin embargo, este año, que es el tercer año que tenemos, el tercer ejercicio con información comarcalizada, yo esperaba que las inversiones hubieran llegado ya al cien por cien, y, sin embargo, nos hemos quedado en el 35%. Yo no sé si es un dato muy relevante o poco relevante; pero da la impresión de que, políticamente, no sabemos adónde van a ir el 65% de las inversiones, a qué proyectos concretos van a ir. Y eso sí que afecta, al menos parcialmente, a la transparencia del presupuesto.
    Tampoco ayuda mucho a clarificar el debate parlamentario de los presupuestos el hecho de que el proyecto de ley al que se le llama «de acompañamiento» no haya entrado todavía en esta cámara. La verdad es que es una ley que últimamente acompaña poco a los presupuestos porque a la cita siempre llega unas semanas después.
    En todo caso, me consta que ha sido aprobada anteayer en el Consejo de Gobierno (algo hemos leído en la prensa), pero desconocemos la letra pequeña, esa letra pequeña que, como usted sabe, contiene las reglas del juego indispensables para poder valorar el proyecto presupuestario de un gobierno. En ese sentido, tenía mucho interés en saber exactamente qué iba a pasar con el impuesto de actos jurídicos documentados, con esa anunciada subida. Hasta hoy no hemos sabido nada, porque, desde luego, en comisión, ni usted ni el consejero de Obras Públicas nos dieron detalle de esa cuestión. En todo caso, nos alegra saber que no va a afectar ni a la vivienda protegida ni a la de segunda mano. Otra cuestión es si esos ingresos van a servir para reforzar las políticas de vivienda o si van al saco general de ingresos, sin especificar destino. Podría ser interesante conocer algún dato sobre esto, porque algo se ha dicho, pero me gustaría saber si, efectivamente, va a ser así, si esos ingresos de la subida del impuesto de actos jurídicos documentados van a revertir directamente en las políticas de vivienda o si van al saco general.
    En cualquier caso, la falta de transparencia más grave en un presupuesto afecta al incumplimiento sistemático por parte de algunos departamentos y organismos públicos del mandato legal de publicar trimestralmente las subvenciones concedidas en el Boletín Oficial de Aragón. Lo dije el año pasado, y lo repito hoy con más datos, después de haber podido estudiar en profundidad lo que ha ocurrido en el ejercicio 2000, completo, y en el ejercicio 2001, hasta la fecha. Yo esperaba poder interpelarle a usted mañana sobre esta cuestión. Un imponderable le va a impedir asistir al Pleno. No importa: esperaremos al Pleno siguiente para poder cumplir con esta cuestión y para profundizar en ello.
    El año pasado, usted también nos presentó un presupuesto, en aquel caso moderadamente expansivo. Y la verdad es que ahora que estamos acabando el año yo no sé si se está notando mucho. Ahora nos vuelve a presentar un presupuesto mucho más expansivo que el del año anterior, y yo reconozco que lo vemos con cierto escepticismo. La verdad es que la ejecución de ingresos de los dos últimos años nos ha sembrado algunas dudas. Usted sabe que en impuestos y tasas la DGA dejó de recaudar tres mil millones en el año 2000 y prevé dejar de ingresar cuatro mil ochocientos en el 2001, según la propia información facilitada por su Gobierno. En transferencias, la DGA dejó de recibir trece mil setecientos millones de pesetas en el año 2000, y prevé dejar de recibir diecisiete mil millones en el 2001. Ya supongo que en las transferencias todo será culpa del Gobierno central, que será del plan Miner y todo eso. Ya lo supongo, pero, en todo caso, es un tema interesante.
    Por otra parte, es otra cuestión distinta, pero hay que decirlo: el Gobierno de Aragón no usó de la deuda autorizada, no usó diez mil millones en el año 2000, y prevé no usar veintitrés mil millones en el 2001. Con esos antecedentes -ya lo dije en comisión, aunque veo que hoy otros me han copiado-, la previsión de ingresos es cuestión de fe, cuestión de fe, y no lo digo precisamente por la irrupción de Escrivá de Balaguer en el letra impresa del presupuesto. Si comparamos el presupuesto de ingresos de 2002 con la previsión de ingresos a 31 de diciembre de 2001 que acaban de hacer ustedes, y que rebaja la previsión que se hizo cuando aprobamos el presupuesto de 2001, el resultado es que se prevé recaudar -hipotéticamente, digo- ochenta y cuatro mil setecientos cinco millones de pesetas más que en lo que sería la previsible recaudación real en el 2001. Es decir, estamos hablando de un incremento hipotético de ingresos de un 25,7% más. Pero, claro, en realidad eso es mera teoría. Eso es mera teoría porque yo creo que no existe una voluntad real de ser llevada a la práctica; usted lo ha dicho.
    Por un lado, podría ocurrir que las previsiones de ingresos fruto del nuevo sistema de financiación autonómica sufrieran recortes, como se ha denunciado por el Partido Socialista a nivel federal. Y, por otro lado, el Gobierno de Aragón ha expresado su intención de no usar toda la deuda y, por lo tanto, de no ejecutar todo el presupuesto.
    Por lo tanto, se utiliza la deuda para cuadrar un presupuesto expansivo, que pueda contentar las expectativas, sobre todo, de Izquierda Unida y de los departamentos del PAR, que, desde luego, se han visto compensados con creces: supongo yo que para endulzar la, quizá, ingrata compañía de un tercer socio, procedente del otro extremo del arco parlamentario. Pero, puesto que no se va a gastar todo, la cuestión es: ¿qué inversiones, de qué departamentos, van a ser sacrificadas y se van a quedar en el cajón?
    Paso ahora a repasar algunos programas, algunas inversiones, cuyos análisis nos permitirán valorar el presupuesto en su conjunto. Le voy a hacer caso: no voy a hablar por departamentos. Fíjese: el avance que hacemos hoy. No voy a hablar por departamentos: voy a hablar de políticas. Otra cosa, evidentemente, es quién es el responsable de gestionar cada una de esas políticas.
    Entre los aspectos positivos destacamos, un año más, la consolidación del proceso comarcalizador, que, desde el diálogo, es ya una realidad irreversible, y que en un futuro cercano deberá permitirnos avanzar con paso firme hacia la necesaria simplificación institucional, con la superación histórica de las decimonónicas diputaciones provinciales. El anuncio de una nueva sección 26, que dote a las comarcas de los servicios que se les van a transferir a lo largo de este año, es una muy buena noticia.
    También vemos con satisfacción que se mantiene el compromiso con un modelo audiovisual aragonés, tal como aprobó esta cámara a iniciativa de nuestro grupo.
    Nos satisface también el impulso que está recibiendo la política de vivienda y rehabilitación, una política que hemos contribuido a conformar desde Chunta Aragonesista a través de diversas iniciativas parlamentarias; otra cosa es que vayamos a comulgar con errores de gestión como los de la reciente campaña publicitaria engañosa, sobre la que se debatirá esta tarde o mañana una moción de nuestro grupo.
    Por otra parte, a priori, vemos bien el cambio orgánico en el ISVA, y la creación de una dirección general y de una empresa pública, que parece más adecuada a la tarea que debe realizar, pero, desde luego, vamos a exigir la máxima transparencia y el máximo control.
    También valoramos positivamente el incremento de las inversiones en carreteras, que, contando con el fondo de Teruel y el plan de la minería, pueden ascender a unos -como mucho- ocho mil millones, desde luego, distantes todavía de los diez mil millones que exige el Plan general de carreteras de la comunidad autónoma.
    Por otra parte, vemos que se consolidan los programas sociales del Departamento de Sanidad y Bienestar Social, si bien, el plato fuerte (el Insalud) está por llegar. Destaca el gesto de subir el Ingreso Aragonés de Inserción sustancialmente, un 8%, o el gesto de subir la aportación a la cooperación al desarrollo con los países empobrecidos, que sube un 15%, si bien, en este caso, no se llega al 0,7% de los capítulos inversores.
    Vemos también satisfactoriamente el impulso que se da a líneas nuevas en fomento del empleo, especialmente a partir de los nuevos yacimientos y de las cooperativas y sociedades laborales; si bien -también hay que decirlo-, este año 2001 había partidas en el presupuesto para ello a partir de algunas enmiendas de Chunta Aragonesista, pero que no se han ejecutado. Ojalá que en 2002 esas nuevas líneas tengan más suerte en el presupuesto.
    Hemos constatado también un impulso a la prevención de riesgos laborales.
    Y, por otra parte, en la medida en que pudimos participar en la aprobación de la Ley de creación del Instituto Aragonés de Agua, valoramos positivamente su puesta en marcha; especialmente, porque está llamado a articular un nuevo foro que reúna a todos los intereses existentes en Aragón y desde el que establecer las líneas estratégicas de futuro sobre el agua. Esa Comisión del Agua, por primera vez con presencia de los afectados por las obras hidráulicas, deberá desempeñar un papel fundamental en cualquier planificación hidrológica que queramos hacer desde Aragón. Y esperamos que nadie, por interés partidista, intente menoscabar ese papel.
    Finalmente, hemos hecho un esfuerzo para encontrar cosas positivas en algunos departamentos y hemos encontrado algo positivo en el Departamento de Industria: hay un impulso a la modernización del comercio; en Cultura hay un impulso al Gran Teatro Fleta; en Agricultura hay un impulso a la concentración parcelaria, que es imprescindible para la modernización de regadíos.
    Pero -y aquí viene el pero- también hemos visto aspectos negativos que no podemos aprobar con nuestros votos. El presupuesto de Medio Ambiente sigue fiel a una filosofía muy poco ambientalista, no sólo por la insuficiencia de recursos para la restauración de hábitats y zonas húmedas, o por la inexistencia de inversiones para la adecuación de vertederos de residuos sólidos urbanos a la directiva de 1999, sino, sobre todo, por la falta de compromisos normativos. Entre los objetivos de ese departamento ha desaparecido la elaboración de una ley de evaluación de impacto ambiental y la normativa sobre contaminación lumínica, que son mandatos parlamentarios que el ejecutivo debe cumplir.
    La política industrial ha quedado reducida al Plan tecnológico de Huesca, y ojalá que la insistencia del consejero de Industria en vincular este parque al centro Walqa no acabe perjudicando una apuesta que debería ser importante, rigurosa y ajena a cualquier polémica. Mientras, hemos perdido un año buscando el Internet de banda ancha, un proyecto estrella que yo no sé si aparece en el presupuesto por costumbre o porque este año va en serio.
    Tampoco vemos ese cacareado impulso a la internacionalización de la economía aragonesa, porque los recursos para internacionalización descienden en la Dirección General de Industria un 24% y en el IAF un 77%.
    No hay un crecimiento real en educación. Sólo se crece lo necesario para dotar los desfases presupuestarios que se han venido acumulando en años anteriores. Y vuelven los malos tiempos para la Universidad de Zaragoza, la universidad pública de Aragón, porque el Gobierno de Aragón ha incumplido sus compromisos en cuanto a financiación de nuevas titulaciones, y también en cuanto a los complementos retributivos del personal docente universitario.
    En cultura vemos un presupuesto dubitativo con importantes renuncias en política lingüística o en cuanto a la puesta en marcha de la orquesta sinfónica de Aragón. Y, peor aún, un presupuesto que reconoce expresamente un injustificable compromiso con una celebración del Opus Dei; un compromiso, desde luego, impropio de un gobierno laico que pueda considerarse mínimamente progresista. Además, continuamos encontrando cifras insuficientes en turismo y en juventud y deporte, que son los auténticos parientes pobres de este Gobierno.
    El de Agricultura es un presupuesto descompensado, en el que se apuesta por la producción como única solución y donde se renuncia a la industrialización agraria y a la comercialización, y donde también encontramos recursos infradotados para la política de desarrollo rural.
    Finalmente, tengo que decir que también valoramos negativamente el descenso en las inversiones en urbanismo en un 30%, en un departamento que debería ser el inversor por antonomasia. Y vemos también poco impulso político al Plan integral de política demográfica y poblacional.
    Pero lo más grave, el problema de fondo, es el crédito de este Gobierno -y concluyo con ello-.
    No lo decimos sólo desde nuestro grupo parlamentario: lo dicen los agentes sociales -y lamento que otros grupos hayan utilizado estas citas antes que yo en el Pleno de hoy-. Lo dicen los agentes sociales con los que este grupo firma los acuerdos y se hace las fotos. Y hay que ver que, cuando dirigentes sindicales tan diferentes entre sí como los que rigen las centrales mayoritarias en Aragón coinciden en frases tan elocuentes como éstas, es que las cosas no terminan de ir realmente bien; que, más allá del debate hidrológico, el Gobierno de Aragón tiene unos retos a los que responder y que todavía no acierta a hacerlo. El líder de UGT decía, por ejemplo: «falta una política industrial». Y el líder de Comisiones Obreras, en este caso con más profundidad, decía que, aunque el Gobierno PSOE-PAR ha hecho cosas interesantes, y hablaba de avances en vivienda e infraestructuras, concluía con un «pero carece de un proyecto claro de futuro de Aragón».
    Cuando valoramos el proyecto presupuestario de este Gobierno no podemos ser ajenos a esa sensación. A este Gobierno le queda sólo poco más de un año para presentar logros, le queda poco más de un año para que se vea una política industrial activa en estos tiempos de incertidumbre, para que se vea mejoría en los servicios públicos que se le transfieran. Sinceramente, nosotros creemos que algunos responsables de sacar adelante este presupuesto no son capaces de hacerlo. Y el problema no es si un día un consejero firmó una cosa y que a lo mejor debería haberse abstenido: ése no es el problema de fondo. El problema está en la falta de iniciativa de algunos consejeros y de algunos directores generales; en la falta de impulso político; en el incumplimiento sistemático por parte de este Gobierno de los mandatos parlamentarios; en las miles de decisiones negativas, polémicas o sospechosas que atraviesan la gestión de un departamento. Y puedo poner ejemplos. Uno: poner todos los recursos de un centro público al servicio de una empresa privada para que adopte una posición de ventaja en el mercado, como ha hecho este Gobierno con Walqa, no es de recibo. Segundo: barrer para casa a favor del propio partido o de sus intereses empresariales, cuando se reparten subvenciones de turismo, de polígonos industriales u otras, no es de recibo. Y, tercero, favorecer la cogeneración de purines contra el criterio político de estas Cortes, y a favor claramente de los intereses empresariales familiares, no es de recibo. Y es sólo un ejemplo de un departamento.
    ¿Cómo vamos a confiar globalmente en el presupuesto si no confiamos en algunos de sus gestores? Y no me diga, señor Bandrés, que el presupuesto es uno e indivisible, que el Gobierno es uno e indivisible, que no podemos hablar de unos departamentos sí y de otros no, porque, entonces, sólo tendríamos dos opciones, según usted: votar en contra de todo el presupuesto o engañarnos a nosotros mismos y votar a favor tapándonos la nariz. Y yo creo que usted ya sabe que ése no es nuestro estilo.
    Por lo tanto, la definición del sentido de voto de nuestro grupo la dejo a expensas de lo que pueda aportar usted en el turno de réplica.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
    Tiene ahora la palabra el señor consejero de Economía.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Señor presidente.
    Señorías.
    Uno se siente verdaderamente reconfortado cuando comprueba que, desde el otro grupo parlamentario de la oposición, se reconocen, como no puede ser de otra manera, logros, valoraciones positivas, en prácticamente todos los departamentos del Gobierno: en el Departamento de Presidencia, en relación con la comarcalización; se ha valorado positivamente la política de vivienda, la de carreteras, los programas sociales de Sanidad y Bienestar Social, el incremento del Ingreso Aragonés de Inserción, la cooperación al desarrollo, los nuevos yacimientos de empleo, el Instituto de Salud Laboral, el Instituto Aragonés del Agua, los programas de modernización del comercio y la industria, las inversiones de cultura, los principales programas también del Departamento de Agricultura... En definitiva, una valoración que entiendo, la que realiza su grupo, extraordinariamente positiva de lo que es el núcleo duro de un presupuesto, el núcleo duro. Muy poco se queda fuera dentro de esa valoración positiva.
    Desde luego, señoría, pocos argumentos tienen ustedes para abstenerse o para votar en contra de este presupuesto, a pesar de haber utilizado el turno en contra, como usted ha señalado, con objeto de facilitar un debate que el Reglamento propicia de manera más fluida que si se hiciera en otro turno de intervención. Verdaderamente, es difícil votar en contra, señoría. Yo comprendo que, cuando el Partido Popular ha intervenido y ha criticado justamente todos los aspectos que ustedes han valorado positivamente...: se ha hablado de que en vivienda hay que dejar a los promotores privados; de carreteras no se ha reconocido la cifra; de los programas sociales y de bienestar social tampoco se ha dicho que el Departamento de Sanidad estaba haciéndolo correctamente; del Instituto Aragonés del Agua, ¿qué decir?, si ha sido el final ya de la intervención del Partido Popular... Verdaderamente, como digo, uno se siente reconfortado cuando encuentra y cuando escucha este reconocimiento de lo que está haciendo y planteando este Gobierno.
    Difícil, difícil votar en contra y difícil abstenerse, si usted es coherente con su propio discurso; porque, al final, el elemento básico de su discrepancia, el primero... Y lo siento: yo no me enfado ni me sabe malo que usted haga alusión a los aspectos formales. ¿Cómo me va a saber malo?, señoría: todo lo contrario. Además, creo que, dentro del trabajo parlamentario, la relación que pretendo tener con todos los grupos es de no enfadarme por nada, evidentemente.
    Usted hablaba de cuestiones formales. Son importantes, sin duda, ¿cómo no lo van a ser?, si el presupuesto es -creo- el elemento clave de la acción política de los parlamentos, el clave, el más importante. Los parlamentos nacen precisamente para controlar la acción de los gobernantes, entonces los monarcas, en un ámbito tan concreto como es el de los impuestos, la creación de impuestos y, por lo tanto, la recaudación que hacían los gobernantes, entonces los monarcas, en uso de sus atribuciones, en aquel momento sin ningún tipo de control. Por lo tanto, el nacimiento de la institución parlamentaria está inextricablemente unido al debate de los presupuestos, a las cuestiones relacionadas con los ingresos y con los gastos públicos. Por eso es tan importante.
    Y yo quiero reconocer, también aquí, y lo quiero señalar para que quede constancia en el Diario de Sesiones, el agradecimiento de este Gobierno al calendario que ha fijado la Mesa de las Cortes de Aragón y la Junta de Portavoces. Creo que este parlamento ha sabido reconocer la importancia que tiene para la comunidad autónoma tener los presupuestos aprobados antes de final del año para poder comenzar el ejercicio siguiente en su momento. Y lo quiero agradecer, insisto, a la Mesa y a la Junta, y especialmente a la labor que ha realizado el presidente de las Cortes de Aragón.
    Por tanto, vamos a cumplir los plazos. Hemos ido algo más ajustados. Usted hablaba de dos comunidades autónomas que nos habían ganado en la carrera -vamos a llamarlo así-, pero hay otras muchas que no nos han ganado. Hay otras que no. Hay muchas otras que los han presentado a la vez, un poquito antes, un poquito después. Más o menos, excepto en el caso de dos o tres comunidades, todas las demás hemos ido prácticamente a la par. Hoy, por ejemplo, esta tarde, se va a celebrar, si no lo han suspendido (o será esta mañana), el debate en otra comunidad autónoma, la murciana, donde hay un gobierno que tiene mayoría absoluta, etcétera, etcétera. Bueno, pues, se va a desarrollar el debate. Y así hay muchas otras comunidades.
    Mire, los problemas formales yo creo que no son suficientes para decir que no a un presupuesto, con todo lo que usted argumente. Yo creo que usted tiene tiempo, y su grupo parlamentario, para, en casi dos meses, analizar este presupuesto. Mire: no le voy a decir que los presupuestos generales del Estado, que son algo mayores que los de esta comunidad autónoma, se tramitan en dos cámaras en tres meses, aproximadamente (un poco menos: dos meses y medio), en dos cámaras, van y vienen del Congreso al Senado. Y, bueno, pues ahí hay una dinámica de análisis de esos presupuestos que es, más o menos, la que se sigue en otros parlamentos. Yo, francamente, creo que, en dos meses de tiempo, en casi dos meses de tiempo, y, además, contando con personas de la experiencia y de la capacidad de trabajo que tiene usted, creo que es suficiente para poder desentrañar todas y cada una de las cifras que contiene este presupuesto.
    Han comparecido todos los consejeros en la Comisión de Economía, y ustedes han podido preguntar todo lo que han estimado pertinente para conocer al detalle las partidas de gasto de cada departamento; por lo tanto, yo creo que hay un grado de transparencia, que es el que corresponde: no me parece que sea ninguna concesión del Gobierno: el que se debe exigir a la tramitación parlamentaria de un presupuesto.
    Usted me decía que faltaba claridad por algunas cosas. Me decía: ¿qué va a pasar con el Insalud? No está en el presupuesto, no puede estarlo. Este Gobierno no ha dicho que sí a la transferencia de sanidad, no lo ha dicho, no lo ha dicho todavía. Y no lo dirá hasta que no tengamos las cifras absolutamente cerradas y ajustadas a lo que son las necesidades reales de la atención sanitaria en la Comunidad Autónoma de Aragón. Y, hasta que este Gobierno diga que sí y lo presente en la Comisión mixta de transferencias, se apruebe en esa Comisión mixta de transferencias, después se publique el decreto de transferencias y entre en vigor, hasta ese momento, esta comunidad autónoma no gestiona los presupuestos de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social en Aragón, y, por lo tanto, no tiene posibilidades legales de ningún tipo de incluirlos en el presupuesto. ¿Qué me habría dicho usted si yo ahora dijera que al presupuesto de la comunidad autónoma le sumo...? A eso sí que me habrían dicho que era hinchar los ingresos y los gastos, si yo sumo los ciento cincuenta o ciento sesenta mil millones de los presupuestos del Insalud.
    Y esto es lo que sucede. Es verdad que, si esas competencias finalmente se asumen en el año 2002, no habrán pasado por este presupuesto. Es lo que sucede siempre cuando se asumen unas nuevas competencias. Pero, evidentemente, ustedes podrán, desde el primer día, desde el primer momento, a través de los mecanismos parlamentarios que pone a su disposición el Reglamento de estas Cortes, promover todo tipo de iniciativas para conocer, para discutir políticamente también, qué es lo que va a hacer este Gobierno con el Insalud y con las políticas de salud.
    En relación con la ley de acompañamiento, sólo le voy a dar un dato. Espero, confío que esta tarde entre ya en el parlamento, en las Cortes de Aragón, una vez que fue aprobada en el último Consejo de Gobierno. Por tanto, yo creo que ha pasado los trámites normales de presentación y esta tarde estará en estas Cortes; de modo que ustedes podrán estudiarla con detalle en lo que se refiere a algunas modificaciones tributarias, que ya las he anunciado y que ya usted las conoce también, y en algunas otras medidas de carácter administrativo relacionadas con la gestión propia de la Administración de la comunidad autónoma.
    El impuesto de actos jurídicos documentados no va de forma finalista a la vivienda. A mí nunca me ha parecido excesivamente correcto que los impuestos sean finalistas, como que uno se tenga que comprometer a gastar siempre la transferencia de educación o la transferencia de sanidad o la transferencia de carreteras al crecimiento porcentual del PIB. La autonomía es decidir cómo se gasta y cómo se ingresa, y asumiendo las críticas que se nos tengan que hacer. La financiación de la educación va por la vía de la financiación general. La de la sanidad irá con una financiación general también, aun cuando tendrá un compromiso de evolución de gasto. La financiación de las carreteras, la de la agricultura o la de la enseñanza: todas tienen dentro del presupuesto... Y, precisamente, ahí está la capacidad de este parlamento para votar, para decidir en qué se gasta y cómo se gasta. Y no necesariamente con carácter finalista.
    Lo que pasa es que sí que hay una coincidencia: que el esfuerzo que vamos a hacer en materia de vivienda de promoción pública para los sectores sociales más necesitados, ya no de protección oficial, sino de promoción pública (promotores directos, nosotros: pisos para gente con pocos recursos, para jóvenes), ese esfuerzo que va a abordar esa sociedad de Suelo y Vivienda de Aragón, sobre la cual usted ha manifestado que presenta de forma tan clara y transparente sus iniciativas, sus presupuestos, que supone unos cinco mil millones de pesetas, viene a coincidir con lo que esperamos aumentar la recaudación en el impuesto de actos jurídicos documentados, que no sólo grava las operaciones que tienen que ver con la vivienda, sino que grava todo tipo de documentos mercantiles, administrativos, notariales, en definitiva, que tienen que ver con operaciones de sociedades y de otras actividades, no sólo de vivienda.
    Por tanto, señoría, insisto en lo que decía: una valoración global la que hace usted muy positiva del presupuesto, que espero que se concrete en un voto afirmativo al mismo, como usted ha dejado entrever, porque dice que básicamente habrá que ver dónde están las discrepancias. En los aspectos formales creo que han quedado claras.
    En relación con lo que se refiere a la credibilidad o no con lo que dicen los agentes sociales, mire, los agentes sociales efectivamente usted puede sacar las declaraciones extrayendo exclusivamente la frase en la que los agentes sociales incentivan, animan o critican al Gobierno de Aragón. A mí me parece que esto es perfectamente legítimo: que los agentes sociales traten siempre de espolear a los gobiernos, como lo hace la oposición.
    Pero, mire, yo creo que vivimos en Aragón, por fortuna, un clima de entendimiento social entre el Gobierno, los sindicatos y las organizaciones empresariales que no se había dado desde hacía mucho tiempo. Yo recuerdo el último año del anterior Gobierno, recuerdo ese año, y recuerdo las declaraciones de los presidentes de algunas organizaciones empresariales, los recuerdo muy bien, y recuerdo las declaraciones de algunos dirigentes sindicales, también las recuerdo muy bien. Simplemente, le sugiero a su señoría que vaya a la hemeroteca y compare el tono, la intensidad, la gravedad, el deterioro del clima de relaciones sociales que se había producido entre aquel Gobierno y los agentes sociales y la situación actual. Insisto: reconociendo que los agentes sociales tendrán que espolear también la acción política del Gobierno; pero compare su señoría, y verá usted cuál es el clima social, el clima de entendimiento, el clima de acuerdo en el que nos encontramos ahora, en la ejecución de un Acuerdo económico y social para el progreso de Aragón, pactado y negociado su desarrollo punto por punto con los agentes sociales, y vamos a convocar su comisión de seguimiento antes de finalizar el año para hacer un balance a estas alturas ya de la legislatura de cómo queda.
    Hablaba usted de cosas concretas también. Mire: yo creo que, señoría, sinceramente, poner en duda o poner en sordina aquí afirmaciones o críticas personales no me parece que cuadre con el tono y con el contenido de su discurso, no cuadra, sinceramente. Usted, al final, se ha dado cuenta de que no tenía argumentos para criticar el núcleo duro del presupuesto, y se ha tenido que centrar en aspectos formales de menor cuantía, y, finalmente, en poner en sordina algunas informaciones periodísticas que se han diluido como un azucarillo en un vaso de agua, franca y sinceramente: como un azucarillo en un vaso de agua. No hay ningún tipo de actuación, y será mi propio compañero de Gobierno el que lo haga saber en su momento, cuando tenga que hacerlo, si es que finalmente se hace en el parlamento... Desconozco en este momento cuáles son las iniciativas parlamentarias en marcha, pero se ha actuado desde el más escrupuloso y estricto respeto a la legalidad. Y poner en duda eso me parece que no cuadra con el contenido de su discurso.
    Usted puede criticar cuestiones de gestión de unos o de otros. La gestión es compartida, siempre es compartida en un gobierno. Las iniciativas de uno u otro departamento son iniciativas de las cuales todos nos sentimos protagonistas para lo malo, y también para lo bueno; pero no cuadra poner en sordina esa actuación en relación con actuaciones individuales.
    Yo creo que con esto queda, de alguna manera, respondido, agradeciendo el contenido y el tono de su intervención, la que usted ha realizado, y espero, por tanto, también, conocer cuál es la posición final de su grupo en el siguiente turno de intervención.

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor consejero.
    De nuevo, para dúplica, el señor Yuste tiene la palabra en nombre de Chunta Aragonesista.

    El señor diputado YUSTE CABELLO: Gracias.
    Señor Bandrés, tengo la sensación de que usted sólo ha escuchado medio discurso, el medio discurso que le convenía. Igual tenía que haber empezado mi intervención por el final para que usted, entonces, hiciera una valoración quizá más equilibrada de mi intervención.
    Yo le adelanto, en todo caso, que el voto de nuestro grupo no se va a decidir por las cuestiones formales, que son las únicas a las que usted me ha respondido. El sentido del voto se decide por las cuestiones de fondo, por las diferencias políticas de fondo que yo he planteado en algunas políticas de su Gobierno y que yo creo que he expuesto -yo diría-, incluso, con demasiado detalle para lo que se espera de un debate plenario; pero, entre el repaso de las diversas comparecencias en comisión de los distintos consejeros y la intervención de hoy, creo que ha quedado muy clara la visión que desde nuestro grupo tenemos del presupuesto.
    Nuestra credibilidad reside, precisamente, en ser ecuánimes en la evaluación de la gestión de un gobierno, y yo creo que usted se ha dado cuenta de que hemos hecho auténticos esfuerzos en algunos departamentos, en aquellos departamentos que valoramos más críticamente desde nuestro grupo, hemos hecho esfuerzos para entresacar políticas que podemos valorar positivamente, y lo he citado expresamente. Pero no es nuevo, esto se lo hacíamos también al señor Lanzuela, ¿eh?, se lo hacíamos al señor Lanzuela, no sé si algún diputado del PP recordará la pasada legislatura, que nos esforzábamos en buscar aspectos positivos en su gestión. Debo decir que era más difícil, porque entre aquel Gobierno y éste, evidentemente, hay algunas diferencias y, en concreto, con nosotros hay algunas distancias mayores, evidentemente.
    De todas maneras, me gustaría no haberme pasado en los piropos. Me preocupa, porque el exceso de halagos puede generar autocomplacencia en los gestores públicos y parálisis en la gestión, y, desde luego, no nos gustaría que pasara eso, todo lo contrario, todo lo contrario.
    Me preocupa una cosa de su intervención: que considere que nuestros argumentos sólo pueden justificar el sí. Me preocupa porque usted dice que la espina dorsal..., no recuerdo la expresión..., el núcleo duro del Gobierno es lo que he dicho que está bien. Claro, entonces, usted está minimizando a los departamentos y a las políticas que he dicho que no están bien, y me parece que eso es un poco insultante para las políticas cuya responsabilidad recae en algunos consejeros de su Gobierno, del Gobierno del que usted forma parte, y me parece que eso no es correcto.
    A usted le parece poca cosa que este Gobierno carezca de política industrial, le parece poca cosa. Le parece poca cosa que este Gobierno carezca de una política sinceramente medioambiental, le parece poco importante. Y las renuncias en cultura, ¿también le parecen poco importantes? Pero, sin embargo, cuando debatía con este señor, con el presidente del Grupo Popular, usted sí que decía que eran importantes el medio ambiente y la cultura. ¿En qué quedamos?, ¿en qué quedamos?
    El desequilibrio en agricultura, ¿es poco importante? Los recortes en educación, ¿son poco importantes? Fíjese. Los incumplimientos con la Universidad de Zaragoza, ¿son poco importantes a la hora de valorar globalmente el presupuesto?, ¿le parece baladí? Yo estoy seguro de que no, pero usted tiene que decir esto porque no quiere entrar en otro tipo de debates.
    Le adelanto ya que nuestro grupo difícilmente va a poder votar a favor de algunas secciones, porque eso sería ser cómplices de una mala gestión política en algunos departamentos, que no compartimos y que no estamos dispuestos a compartir, y, por lo tanto, difícilmente podemos votar a favor.
    Me resulta llamativo que usted hoy no haya querido entrar al debate de las políticas concretas. En comisión me echaba en cara que hablaba de las políticas formales y que no hablaba de las políticas concretas; hoy saco yo las políticas concretas y usted se entretiene hablando de las formales, y luego, en las cosas concretas, en las diferencias de fondo, pues pasa un poco de puntillas: «Esto, denuncias periodísticas...». ¡No!, ¡no!, ¡no!, señor Bandrés. Yo he hablado de distintas políticas, de diferencias políticas con su Gobierno, y usted no ha respondido.
    Usted hoy no ha querido defender la política de este Gobierno, la política del Gobierno de Aragón, la política del Gobierno del tripartito, en materia industrial, por ejemplo, en materia medioambiental, en materia cultural, en materia educativa, en materia agraria... Usted no ha querido defender esas políticas que nosotros hemos criticado desde la tribuna. ¿O es que a usted le parece bien lo que se está haciendo? ¿Le parece bien el modelo de gestión que se ha elegido para el centro Walqa, por ejemplo? ¿Le parece bien el recorte que se ha aplicado a la Universidad de Zaragoza? ¿Le parece bien el incumplimiento en la financiación de las nuevas titulaciones? ¿Le parecen bien los incumplimientos en materia de complementos retributivos del personal docente universitario? ¿Le parece bien eso? ¿Le parecen bien las políticas que están haciendo esos departamentos que yo he criticado y que usted no ha defendido?
    La verdad es que eso me preocupa. Creo que, en estos momentos, el Gobierno de Aragón tiene un grave problema, porque, ante las críticas, no responde, y el que calla, otorga, como todo el mundo sabe.
    En cuanto a otras cuestiones sobre la credibilidad, usted sabe que los problemas de credibilidad de algunos departamentos de este Gobierno, de algunos responsables de este Gobierno, a los ojos de nuestro grupo, son problemas que llevan muchos años o muchos meses de existencia, no dependen de un titular de prensa del sábado pasado. Por lo tanto, señor Bandrés, yo le pediría que fuera riguroso en este sentido: no nos adelantemos ni en condenar ni en diluir como un azucarillo unas denuncias, porque hay comparecencias pendientes y hay también otros asuntos pendientes de debate, como usted sabe, en interpelaciones, en preguntas, en solicitudes de información, que, a lo largo del año y medio que queda de legislatura, estoy seguro de que darán lugar a debates interesantísimos en esta cámara.
    Por lo tanto, señor Bandrés, el voto de nuestro grupo ya se lo puede imaginar.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    Sí, señor consejero.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ) [desde el escaño]: Señor presidente, sólo un minuto.
    Yo no sé si al portavoz de Chunta Aragonesista le han llamado la atención al volver a su escaño después de la primera intervención, pero, verdaderamente, lo que yo he deducido era lo que presumo que cualquier asistente a esta sesión habrá podido deducir.
    No se trata de examinar individualmente, sino de un balance. Usted lo que hace es un balance, y cuando uno tiene que decidir el voto, igual que cuando vota a una persona o a un programa político, no vota estrictamente cada uno de los epígrafes de ese programa político, sino que, finalmente, decide su voto en función del balance global. Y, el balance global, yo interpretaba y sigo interpretando que salía positivo.
    Usted me dice que no defiendo la actuación del Departamento de Industria, de Medio Ambiente... Oiga, se defienden solos.
    Mire, que en el presupuesto de Industria de este año el gasto crezca un 27% para hacer el parque tecnológico de Huesca, para llevar adelante el proyecto Walqa, que es un modelo que se quiere imitar por otras comunidades autónomas y que está siendo un ejemplo sobre el compromiso de este Gobierno con las nuevas tecnologías, pues mire, es que esto se defiende solo. Lo mismo que el plan de polígonos industriales, que por primera vez se ha puesto en marcha.
    El Departamento de Cultura, que crece un 23%, se defiende solo. Las actuaciones que vamos a llevar a cabo, y usted ha reconocido algunas de ellas...
    En fin, Medio Ambiente está creciendo un 30% si consolidamos con el Instituto Aragonés del Agua y hacemos una comparación en términos homogéneos (protección de la biodiversidad, todo el tema del Plan forestal y, además, las actuaciones en materia del agua).
    Pero hay un tema que me resulta especialmente sensible: no hay ningún incumplimiento con la Universidad de Zaragoza, señoría, ninguno. Se está aplicando estrictamente una ley y un decreto que hablaba de la evolución del gasto, de la transferencia básica en función de los gastos de personal, estrictamente, y el que quiera hacer otra interpretación se está equivocando o pretende engañar a la comunidad universitaria. Y si hace falta asumir compromisos que estén en ese decreto o en esa ley, se asumirán. Se cumplirá al pie de la letra ese decreto, se cumplirá, y verá usted, señoría, cómo algunas actuaciones que se dicen en ese decreto, que se reconocen en un decreto que hizo este Gobierno para asegurar el cumplimiento de las inversiones en la Universidad de Zaragoza que no pudieron ser ejecutadas, se remediarán y se solucionarán de forma inmediata en estas mismas Cortes.
    Por tanto, señoría, no anuncie usted ningún tipo de incumplimiento porque, entre otras cosas, el partido todavía no ha terminado, todavía quedan unos minutos de juego antes de que acabe el año.
    Nada más.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.
    Señor Yuste, tendrá dos minutos.

    El señor diputado YUSTE CABELLO [desde el escaño]: Muchas gracias, señor presidente.
    Efectivamente, hay más dinero en el presupuesto, eso ya lo sabemos. La gran virtud de este presupuesto es tener más dinero. Pero si ese dinero no se aplica bien, pues no supone un gran avance, y si no se corrigen los errores que en el pasado hemos venido denunciando nosotros y otra gente, entonces, desde luego, tampoco servirá de mucho que ese dinero se siga utilizando en programas que han sido criticados por nuestro grupo, desde nuestro punto de vista, por supuesto.
    En cuanto a la Universidad de Zaragoza, yo no sé exactamente si la señora consejera dijo lo mismo que usted en la Comisión de Economía el otro día, pero me consta que uno de los socios del tripartito ya anunció que haría enmiendas para corregir esa cosa que nosotros denunciábamos y ese incumplimiento. Por lo tanto, si uno de los socios del tripartito dice que hay un incumplimiento y que hay que corregirlo vía enmienda, quiere decir, evidentemente, que no está tan claro lo que usted nos acaba de decir hoy. También quiere decir que quizá el presupuesto no esté tan bien atado como usted pensaba cuando lo ha traído a esta cámara.
    En todo caso, evidentemente, quedan todavía unas semanas en que se inicia un proceso interesante de presentación de enmiendas, en que espero que haya un proceso de diálogo entre los distintos grupos parlamentarios, y ojalá algunas de las cosas que hemos denunciado se puedan corregir, aunque, desde luego, la credibilidad de algunos gestores públicos ante los ojos de nuestro grupo parlamentario dudamos mucho que se pueda corregir en unas pocas semanas.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
    Ahora abrimos el turno de fijación de posiciones, empezando por el Portavoz del Grupo Mixto (Izquierda Unida), señor Lacasa, que tiene la palabra.

    El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.
    Señorías.
    Señor consejero de Economía.
    Uno siempre puede tener la duda intelectual en relación a si lo que presenta en esta cámara es acertado o no, pero a mí, sinceramente, se me han disipado todas las dudas cuando he escuchado esta mañana la intervención del señor Alcalde, una intervención nerviosa, una intervención en la que ha centrado en nuestro grupo parlamentario una buena parte de las descalificaciones que dirigía hacia este presupuesto y que no hace sino confirmarnos, señorías, el acierto enorme que hemos tenido Partido Socialista, Partido Aragonés e Izquierda Unida de presentar juntos este presupuesto de la Comunidad Autónoma de Aragón.
    Esas descalificaciones, que no hacen, señor Alcalde, permítanos, sino encumbrarnos de alguna manera inmerecidamente en esta tribuna por encima de nuestra representación, lo único que creo que reflejan es la impotencia ante unas cifras y ante un presupuesto enormemente positivo, que va a ser un hito histórico en la Comunidad Autónoma de Aragón y que, desde luego, no va a pasar inadvertido al conjunto de los ciudadanos.
    A partir de ahí, se han podido verter todo tipo de descalificaciones: que si «okupas», que si anarquistas, que si enfermos terminales..., todo tipo de descalificaciones. Pero yo creo que si el enfermo estuviera tan malito, si el enfermo estuviera tan malito realmente, no hubiera ocupado tanto tiempo de la argumentación del grupo, como siempre recuerda, el grupo más votado de la cámara, pero que, curiosamente, no gobierna en Aragón.
    Y el problema es que, a lo mejor, si este enfermito -que usted dice- crece un poco más, como estamos trabajando para que crezca y creemos que va a crecer, a lo mejor no sólo no gobiernan en Aragón, sino que conseguimos que no gobiernen, por ejemplo, en instituciones tan importantes como el Ayuntamiento de Zaragoza. Y eso es la base de la preocupación que tiene el Partido Popular, porque sabe que la recuperación de Izquierda Unida va a suponer el desalojo del PP de alguna institución. Y eso está en la base, señorías, eso está en la base del discurso de esta mañana.
    Dicho esto, han tenido que confundirlo todo, y no dejo de sorprenderme. El Partido Popular sigue pidiendo la hora, pidiendo la hora del partido, que no le va bien, y dice que esto es un problema de los cargos, la inflación de cargos, los problemas económicos, cuánto cuesta el acuerdo con Izquierda Unida... Señorías, primero, el precio del acuerdo, que dijimos claramente que el acuerdo es transparente, lo tienen todos los grupos parlamentarios, está fijado perfectamente en lo que significan los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón. Era la exigencia de Izquierda Unida: unos presupuestos expansivos, unos presupuestos sociales y unos presupuestos inversores, que hicieran frente a una situación de la economía difícil, de desaceleración; presupuestos anticíclicos, señorías del Partido Popular, evidentemente, lo contrario de lo que hace el PP a nivel nacional.
    Por lo tanto, creemos que hemos acertado. En un momento de falta de confianza de los ciudadanos, en un momento de incertidumbres, agudizadas todavía, si quieren, después de los sucesos de septiembre, el Gobierno de Aragón tendrá en sus manos, si estas Cortes lo aprueban -lo hemos propuesto tres grupos parlamentarios-, tendrá en sus manos el instrumento para trabajar con intensidad en la economía.
    No valen esas descalificaciones, señores del Partido Popular, porque yo pregunto: de las nuevas unidades que ha planteado Izquierda Unida incorporar en el pacto de legislatura, ¿cuál de ellas quiere el Partido Popular suprimir? ¿La cooperación para el desarrollo? Sí, porque ustedes votaron en contra de la Ley de Cooperación para el desarrollo. ¿Quieren que les recuerde la intervención del señor Cristóbal Montes?, ¿quieren que les recuerde la intervención del señor Cristóbal Montes en esta tribuna, para escarnio de algunos diputados de su propio grupo, porque es difícil justificar, estar en contra de la cooperación para el desarrollo? ¿Ustedes creen que esto es sensato y razonable?
    ¿O qué hacemos desaparecer?, ¿la coordinación de la política de inmigración para intentar hacer frente a una mala Ley de extranjería que ustedes nos han impuesto, a pesar de que está recurrida en el Tribunal Constitucional por este Gobierno, por supuesto, a impulso de este grupo parlamentario? Pero hay que hacer mucha política de coordinación en materia de inmigración. ¿Quieren que lo suprimamos también este aspecto que contempla el acuerdo de legislatura?
    ¿O nos cargamos todo lo relativo a la arquitectura bioclimática, porque no consideran importante hacer avances en este aspecto? ¿O también los aspectos de gestión eficiente del agua? O, por último, estamos tramitando una ley de educación permanente: ¿les parece inconveniente que desarrollemos la Ley de educación permanente con instrumentos administrativos nuevos en esta cámara?
    ¿Cuál de estas cuestiones cree el Partido Popular que hay que hacer desaparecer?, ¿cuál de ellas? Todas ellas, muy bien, ya lo ha dicho el señor Cristóbal Montes: todas ellas. El Partido Popular no quiere ni cooperación para el desarrollo ni política de inmigración ni educación permanente ni arquitectura bioclimática ni gestión eficiente del agua. Pues eso es lo que nos separa del Partido Popular, está clarísimo, y eso es lo que contiene este presupuesto.
    Tampoco vale todo, no vale engañar a los ciudadanos. El señor Alcalde o ha cometido un gravísimo error o nos ha pretendido engañar: ha dicho que la suma de las políticas sanitarias y sociales perdían peso en relación con el presupuesto del año anterior. Es mentira, y no se lo ha dicho el consejero de Economía, es mentira. Sobre el peso específico, mire, señor Alcalde, usted tiene muy mal los datos, porque del 10,4% de Sanidad y del 26,1% de Educación del año pasado, que suman el 36,5%, pasamos al 10,2% y al 27,1%, que son el 37,3%, luego subimos ocho décimas en esos dos departamentos. Luego no engañe a los ciudadanos, porque realmente nos lleva usted por muy mal camino, porque eso no puede ser.
    Y tampoco vale sacar de contexto argumentaciones de los sindicatos, de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores, cuando todos sabemos las declaraciones que han hecho los agentes sociales -yo he tenido entrevistas con ellos-: la valoración que han hecho positiva, enormemente positiva, de este acuerdo de legislatura. Y, si no, les remito a las declaraciones en medios de comunicación, o vaya usted a entrevistarse con ellos, que tampoco le irá mal al Partido Popular enterarse de primera mano de qué piensan, en este caso, los sindicatos más representativos en nuestra comunidad autónoma.
    Por lo tanto, no voy a perder mucho más tiempo en responder a ese tipo de argumentaciones, que yo creo que, simplemente, reflejan esterilidad y fracaso.
    Sí me centraré, porque me parece importante, señorías, sí me centraré en explicar por qué Izquierda Unida ha presentado, de común acuerdo con los grupos que apoyan al Gobierno, este presupuesto.
    Señorías, ésta es la prueba del nueve del acuerdo de legislatura. Algunos dudaban de la virtualidad de este acuerdo de legislatura, que ha sido transparente. Pues la virtualidad del acuerdo de legislatura está hoy aquí, encima de la mesa, y tiene nombres y apellidos: se llama cuatrocientos dieciocho mil millones de pesetas de presupuesto para la Comunidad Autónoma de Aragón, un 11% de crecimiento del presupuesto, donde en estos momentos de dificultad estamos encontrando una capacidad de intervención en la economía, de expansión y de sensibilidad social semejantes. Yo creo que no lo encontramos en prácticamente ningún lugar que exploremos; desde luego, en el Gobierno central, no, porque hace una previsión de crecimiento absolutamente irreal y, además, sus presupuestos no se van a ajustar para nada a este momento de desaceleración.
    Pero ¿qué contenidos hay dentro de este presupuesto? ¿Qué hemos conseguido después de semanas de negociaciones intensas, negociaciones con el Partido Socialista, con el Partido Aragonés, pero negociaciones transparentes, públicas, que todos los ciudadanos pueden conocer? Pues hemos conseguido, por ejemplo, como primer aspecto fundamental para Izquierda Unida, estabilizar la educación y darle un impulso en la Comunidad Autónoma de Aragón. Señorías, ciento doce mil millones de pesetas en Educación, en la sección correspondiente, más dos mil quinientos millones en la sección 20 para homologación retributiva. Luego son ciento catorce mil millones de pesetas en Educación, 13% de crecimiento, lo que significa un avance importantísimo en la educación en esta comunidad autónoma.
    Educación que, por cierto, no se mide sólo con inversiones, que son importantes las inversiones. Educación y gasto social en general son capítulos I y II del presupuesto, y no hay que tener vergüenza para decirlo: más personal y mejor cualificado al servicio de los ciudadanos, para una buena sanidad y una buena educación y para los gastos sociales, en definitiva. También capítulo II para poder hacer funcionar los centros. Y eso no debe darnos ninguna vergüenza, ese gasto corriente es el mejor gasto corriente que puede aplicar ninguna administración, porque es el trabajo directo y tutelar en relación con los ciudadanos que las administraciones pueden prestar. Señorías, yo creo que ésa es una realidad incuestionable.
    Conseguimos con este presupuesto ajustar el gasto real de personal en Educación, que nos había dado problemas muy serios y sabíamos el desfase presupuestario de siete mil quinientos millones de pesetas que había este año, la necesidad de cubrir íntegramente el desfase y permitirnos hacer más cosas; tenemos un compromiso de avanzar en la ley de calidad e igualdad y la financiación; tenemos para desarrollar el mapa escolar en este curso; tenemos más partidas para la educación compensatoria, lo que quiere decir el trabajo con los inmigrantes en las aulas (la importante afluencia de inmigrantes en las aulas tiene que verse compensada con mayor personal, más cualificado, para atenderla); más conciertos con ayuntamientos en la educación infantil, red pública de educación infantil; más recursos para la educación permanente, esa ley que queremos aprobar; esa osadía, por opuesta, que ha hecho Izquierda Unida de crear una dirección general que se ocupe -¡fíjense ustedes qué pecado!- de la educación permanente y de las enseñanzas de régimen especial (artísticas, musicales, escénicas, escuelas de idiomas), que parece que esto no interesa, no supone desarrollar, es pecado mortal; más dinero para el fomento de la investigación, señorías, trescientos cincuenta millones de pesetas más (doscientos cincuenta, en una partida de fomento de la investigación, y cien millones, en dotar a la Universidad de Zaragoza de infraestructuras de investigación), trescientos cincuenta millones más de los que había, casi duplicamos el esfuerzo en investigación merced a la propuesta de Izquierda Unida.
    Pero, es más, el Gobierno plantea en su proyecto dos contratos-programa (por cierto, señorías, los contratos-programa los aprobamos toda la cámara cuando votamos el dictamen de política universitaria, ¿se acuerdan?, todos estábamos de acuerdo con los contratos-programa, por cierto; es que alguno puede haberse olvidado de este asunto): contrato-programa de reordenación de titulaciones, doscientos sesenta y cinco millones de pesetas, y contrato-programa de mejora de la calidad, doscientos cincuenta millones de pesetas.
    Y es verdad, Izquierda Unida dice y la mayoría de los grupos (Chunta Aragonesista, Partido Aragonés y Partido Socialista) reconocen que, puesto que no sabemos, que es el primer año que se implantan los contratos-programa en la universidad, ¿por qué no hacemos lo siguiente: aprobamos una enmienda en la que dejemos como créditos ampliables los contratos-programa? ¿Es tan difícil de entender? Eso permitiría hasta duplicar los contratos-programa hoy existentes, es verdad, y es una buena noticia para la Universidad de Zaragoza, pero es coherente con la voluntad del proyecto que hoy viene a la cámara, el proyecto ya contemplaba los contratos-programa. Estamos permitiendo que cosas nuevas que se ponen en marcha puedan ampliarse hasta la duplicación, que creo que es una buena noticia para la universidad. Y ése es el sentido, no otra tergiversación que se pueda hacer respecto a la propuesta que ha hecho Izquierda Unida y que Chunta, PAR y PSOE han aceptado.
    Pero también, por supuesto, el gasto social que contiene este presupuesto es fundamental en una materia como la salud. Prestos a recibir las transferencias sanitarias, si vienen bien dotadas, si vienen bien dotadas, nos disponemos, con este presupuesto, a invertir más dinero en la mejora de los centros transferidos de las diputaciones provinciales, a intensificar el trabajo de salud mental, a intensificar nuevos centros sanitarios, como el de Ejea de los Caballeros u otros que vamos a proponer, que Izquierda Unida ya ha propuesto: por ejemplo, para la ciudad de Fraga, un nuevo centro polivalente en esa ciudad, o consolidar el gasto del hospital Royo Villanova. Luego también en esa línea creo que es importante este presupuesto.
    Lo es también en los temas sociales, señorías, temas sociales que, desde luego, deberán verse impulsados y reflejados en la nueva ley de servicios sociales de la que esta comunidad autónoma se dote, en la cual vendrán definidos, como catálogo de derechos, a qué derechos de acceso al bienestar social tiene cualquier ciudadano de la comunidad autónoma. Pero también, por supuesto, a través de iniciativas tan importantes como llegar a cuarenta y ocho mil ochocientas pesetas en el Ingreso aragonés de inserción, que pasar de cuarenta y cinco mil a cuarenta y ocho mil ochocientas es un salto muy importante. O programas importantes también en materia de inmigrantes. O en el crecimiento de la cooperación para el desarrollo, que, mal que le pese al Partido Popular, la cooperación para el desarrollo este año se va a situar en setecientos cincuenta millones de pesetas, y el año que viene, como mínimo, estará en ochocientos cincuenta millones de pesetas. Luego es un salto espectacular en cooperación para el desarrollo y en solidaridad.
    Y este presupuesto también contiene, por supuesto, en política social, porque también es política social, la política de vivienda, que se refuerza extraordinariamente. Es verdad, con una sociedad pública, y al Partido Popular no le gusta esa sociedad pública. Lo entiendo, está en la filosofía del Partido Popular y ya lo ha dicho el señor Alcalde: «queremos que los promotores privados sean los que lleven exclusivamente la voz en esta materia». Bueno, es la política del Partido Popular, es la política del Partido Popular. Nosotros no estamos de acuerdo con eso, nosotros creemos en la vivienda de protección oficial.
    Ustedes no han hecho, señores del Partido Popular, vivienda de protección oficial. Se está empezando a hacer ahora, y, con la nueva sociedad, cinco mil millones de pesetas, se podrá hacer mucha más. El compromiso del acuerdo de legislatura son dos mil viviendas al año de protección oficial, y una parte de ellas será de promoción pública directa, de régimen especial, de alquiler, para jóvenes, etcétera. Por lo tanto, en esa línea creo que hay importantes avances.
    O en la rehabilitación. La rehabilitación, entendida no como actuación concreta y aislada, sino rehabilitando conjuntos, rehabilitando edificios que están deteriorados o cascos que lo merecen.
    O como política social es también la creación de empleo. Señorías, en un momento difícil, que este presupuesto pretende ser anticíclico, lo decíamos, hay todo un catálogo de nuevas medidas para favorecer la economía social, el desarrollo de yacimientos de empleo, los agentes de desarrollo local, las empresas de inserción, la diversificación de la economía aragonesa, en definitiva. Son todo instrumentos que va a tener el Gobierno de Aragón a partir de que aprobemos este presupuesto, el Instituto Aragonés de Empleo fundamentalmente, que va a poder desarrollar líneas importantísimas en materia de creación de empleo.
    Y no sólo esto, sino que, en políticas industriales, creo que hay buena muestra de desarrollo de políticas industriales, tanto en lo que supone la incorporación de las tecnologías a las empresas, especialmente a la pequeña y mediana empresa, que es importante que no pierda el tren de las tecnologías, parque tecnológico de Huesca, Walqa, etcétera. Por lo tanto, creemos que ahí hay aspectos bien destacados.
    Como los hay en la política territorial, donde se impulsa la comarcalización decididamente, las oficinas delegadas del Gobierno de Aragón, como lo hay en la cultura, como lo hay también en el medio ambiente.
    Y en el medio ambiente el Partido Popular ha dicho una cosa que es gravísima: prácticamente, ha imputado a Izquierda Unida que ha llevado al Gobierno de Aragón a impedir el desarrollo del turismo de nieve. Señorías del Partido Popular, no sé qué acuerdos de legislatura del Gobierno de Aragón con Izquierda Unida han leído ustedes... Yo no he leído eso por ningún lado, yo no he leído eso por ningún lado. Nosotros estamos completamente de acuerdo en potenciar un turismo de nieve; por supuesto, respetuoso con el medio natural; por supuesto, respetuoso con lo que es cualquier entendimiento razonable de lo que es una industria moderna que tiene que integrar esos aspectos ambientales en la consideración. Claro, a lo mejor, para el Partido Popular, con sus políticas obsoletas, cualquier instalación le vale... A nosotros, no: creemos que hay unos parámetros de calidad ya dignos de tener en consideración.
    Pero, y alguien me lo comentaba antes, si alguien perjudica el turismo en esta comunidad autónoma no es, precisamente, este presupuesto y este grupo parlamentario. Quizá sea, y lo decía alguien con ironía, el Partido Popular, que incorpora un nuevo impuesto sobre hidrocarburos que encarecerá la gasolina y dificultará el crecimiento del turismo. Por lo tanto, guárdese esas críticas fáciles, porque realmente no tienen ningún fundamento.
    Apostamos en este presupuesto por más recursos para Medio Ambiente, para poder gestionar el Plan forestal y de conservación de la biodiversidad, para poder atender programas de eficiencia en gestión de energías renovables, para poder dotar el Instituto Aragonés del Agua, aspectos fundamentales que pueden ser emblemas de actuaciones ambientales en la comunidad autónoma.
    Pues bien, señorías, yo creo que está bastante explicado, creo que hay mucho contenido en el acuerdo de legislatura, hay mucho contenido en los presupuestos de la comunidad autónoma que presentamos con un acuerdo nada vergonzante entre Partido Socialista, Partido Aragonés e Izquierda Unida. Formaciones políticas que somos diferentes, que seguimos siendo diferentes y que lo seguiremos siendo en el futuro, pero que podemos llegar a acuerdos, a entendimientos, porque nuestra responsabilidad, y así lo dijimos en el debate de la comunidad autónoma, era intentar propiciar salidas para la Comunidad Autónoma de Aragón. En este momento de incertidumbre, en este momento de dificultad, ¿era responsable condenar a la comunidad autónoma a no tener presupuestos?, ¿era responsable condenar a la comunidad autónoma a la esterilidad, al debate interno? De eso, ya hemos tenido muchas experiencias en la Comunidad Autónoma de Aragón: hemos tenido presupuestos prorrogados, presupuestos fuera de tiempo, gobiernos que carecían de estabilidad, hemos tenido de todo en esta comunidad autónoma, y en estos momentos tenemos sosiego, estabilidad, presupuestos progresistas, con muchos perfiles de izquierda que aporta Izquierda Unida, pero con un contenido bastante coherente y bastante importante.
    Antes citaba el Partido Popular, y yo creo que es absolutamente injusto, decía: «no hay proyectos ilusionantes para Aragón». ¿No hay proyectos ilusionantes para Aragón?, ¿no va a haber nuevos proyectos para Aragón en este presupuesto? ¿Que la plataforma logística se ponga en marcha con este primer éxito, que es envidiado? Léanse La Vanguardia, de Cataluña, léanse qué enfado ha cogido el Gobierno catalán a este respecto, ¡véanlo!, léanse qué enfado tiene el Gobierno catalán por haberse anticipado Aragón en esta consecución de la plataforma logística.
    Vean las infraestructuras culturales que se van a poner en marcha. ¿Es que el Teatro Fleta no va a ser un buque insignia de la cultura aragonesa? ¿Es que el Centro Aragonés del Deporte no va a ser un punto de referencia, un punto de inflexión fundamental en la práctica deportiva en Aragón? ¿Es que el centro aragonés de arte contemporáneo no va a ser en Huesca una noticia fundamental que integre el legado Beulas? ¿Es que el parque tecnológico de Huesca...? A pesar de que el señor Atarés, que no está aquí, haya dicho que este Gobierno favorecía a Huesca. ¡Hombre!, ¡es magnífico! Que el señor Atarés, con lo que implica ese apellido en esta cámara, diga que se está beneficiando a Huesca en perjuicio de Zaragoza, ¡hombre!, es muy fuerte, señores del Partido Popular. No digan esto, y no se lo hagan decir al señor Atarés, que es muy fuerte en esta cámara escuchar esto, por favor, que se beneficia a Huesca... ¡Pues claro que se tiene que beneficiar a Huesca! No sólo Zaragoza existe en Aragón, ¿eh?, señores del Partido Popular.
    ¿O es que no son proyectos de futuro las apuestas por el regadío? Sí, ese Plan nacional de regadíos que ustedes vienen a firmar también, el Partido Popular, y que se ha firmado con el ministro Arias Cañete. O la comarcalización, las carreteras, la vivienda...
    Bueno, yo creo que hay argumentos suficientes para que entendamos que, como toda obra humana, un presupuesto siempre es perfeccionable, pero entendemos que es un gesto de enorme valentía política, en un momento de incertidumbre, poner encima de la mesa un documento serio, solvente, firmado con transparencia, que contiene líneas políticas importantes, todas ellas de progreso y, en buena medida, en alguna parte de ellas, por lo menos, orientadas desde Izquierda Unida, de lo cual estamos, sinceramente, muy orgullosos.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    En el turno de fijación de posiciones, ahora intervendrá...
    [El consejero de Economía, Hacienda y Empleo, señor BANDRÉS MOLINÉ, pide la palabra.]
    Señor consejero, dígame.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Señor presidente, ¿puedo intervenir? No sé qué artículo del Reglamento será al que me pueda acoger...

    El señor PRESIDENTE: Simplemente, podrá intervenir usted en el turno del Gobierno, como se ha hecho con los anteriores portavoces, abriendo el debate con el portavoz.

    El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Gracias, señor presidente.
    Muy breve también, para agradecer la intervención del Portavoz de Izquierda Unida, quien ha suscrito un acuerdo con el Gobierno de Aragón, pero no forma parte del Gobierno de Aragón, y, por lo tanto, me permito intervenir en deferencia con este grupo parlamentario, lo cual no haría después con los dos grupos parlamentarios que intervienen en defensa del proyecto del Gobierno, que son el Partido Aragonés y el Partido Socialista.
    Miren, el proceso de negociación con Izquierda Unida ha sido un proceso abierto, transparente, responsable, riguroso y serio. Y lo quiero decir también aprovechando esta intervención, ya que este presupuesto es el primer fruto, como decíamos antes, y el más importante de este acuerdo. Ha sido un proceso de negociación en el que, departamento por departamento, con todos los responsables políticos de los departamentos, con los responsables de la coalición de Izquierda Unida, hemos ido desentrañando cada una de las acciones políticas y de las líneas estratégicas que se llevan a cabo por esos departamentos, y también analizando, lógicamente, los presupuestos. En cada una de esas sesiones, con perfecta transparencia, con medios de comunicación después, a los que se les comentaba cuál estaba siendo el proceso de negociación, y con unas revisiones que posteriormente culminaban en negociaciones ya de carácter global y de carácter general.
    Y quiero, simplemente, reconocer una cuestión; en este proceso, Izquierda Unida de Aragón añade mucho más que un voto en el parlamento, añade una visión complementaria de la política con una sensibilidad especial en algunos aspectos, y eso enriquece siempre la acción de gobierno, porque nadie tiene la verdad absoluta. Algunos se van a ir quedando en la soledad más sonora (sonora, porque siguen hablando mientras intervengo haciendo uso de la palabra que me ha concedido el presidente); soledad sonora, pero soledad al fin, señorías.
    Y éste es un Gobierno, como decía, dialogante, que pretende abrir las puertas, negociar y presentar, como decía también, una visión de pacto y de acuerdo, esa visión de pacto, ese acuerdo, ese ofrecimiento que en todo momento hacemos a las fuerzas políticas y que, en el caso de Izquierda Unidad de Aragón, se ha materializado en este acuerdo que -estoy seguro- será beneficioso y fructífero para hacer las cosas que tenemos que hacer por Aragón.
    Nada más.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.
    Señor Alcalde, sí.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Señor presidente, yo entiendo que el señor consejero, al intervenir en su calidad de Gobierno, abre turno de debate.

    El señor PRESIDENTE: Señor portavoz del Grupo Popular, le voy a dar el mismo tratamiento que le he dado cuando ha intervenido usted, si no le parece mal.

    El señor diputado LACASA VIDAL: Señor presidente, discúlpeme...

    El señor PRESIDENTE: Señor Lacasa, dígame.

    El señor diputado LACASA VIDAL: Simplemente, sugerir a la Presidencia que, si se abre un turno del señor consejero, será con este grupo parlamentario, que es al que responde. Luego si yo... [Rumores.]
    ¡Sí,! ¡sí!, perdonen, señorías del Partido Popular. Si se abre turno, será conmigo, que yo en estos momentos digo que renuncio a intervenir.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    En el turno de posiciones, el portavoz del Grupo Aragonés tiene la palabra.

    El señor diputado ALLUÉ SUS: Gracias, presidente.
    Fijaremos la posición desde el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés. Haremos, como pueden suponer, una visión distinta a la de los grupos que han intervenido en el turno en contra, como es lógico.
    Señorías.
    Consejero.
    Ya dijimos en los debates presupuestarios de los dos años anteriores que uno de los objetivos principales de los acuerdos PSOE-Partido Aragonés para la formación del Gobierno era presentar ante estas Cortes de Aragón, en tiempo y forma hábiles, un presupuesto que expresara nítidamente el programa político del ejecutivo autónomo, así como las actuaciones que emprendería en materia de promoción del desarrollo económico, de equilibrio territorial, de política social o de estabilidad macroeconómica.
    El Gobierno cumplió con ese compromiso en los dos ejercicios anteriores, aprobándose los presupuestos para los años 2000 y 2001 antes del 31 de diciembre, y ese mismo compromiso se cumple este año, una vez más, por tercer año consecutivo, sin precedentes en esta comunidad autónoma. Estamos en disposición de aprobar los presupuestos para el próximo ejercicio antes de finalizar el año, y, en consecuencia, y esto es lo que hay que resaltar y esto es lo importante, en consecuencia, el 1 de enero de 2002, los aragoneses y aragonesas, que son los principales beneficiarios de este documento, los aragoneses y aragonesas tendrán un presupuesto en disposición de ser ejecutado a partir del 1 de enero de 2002.
    Y esto supone, además, un trabajo importante, un esfuerzo, un trabajo administrativo, con lo cual, desde nuestro grupo, también decimos, consejero, que traslade nuestra felicitación al personal funcionario de la Dirección General de Presupuestos en representación de todos los que han trabajado para tener aquí estos presupuestos.
    Por lo tanto, este Gobierno ha sido capaz de cumplir su tarea, presentando un presupuesto que, además de expresar los acuerdos de Gobierno entre los dos partidos que lo apoyan, introduce ahora aportaciones que se derivan del acuerdo de legislatura que han suscrito el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida de Aragón, acuerdo que asume los principios políticos que inspiraron el Pacto por Aragón, el cual recoge explícitamente el deseo de sumar al mismo a otras fuerzas políticas de nuestra comunidad autónoma, tal y como expresa el acuerdo anterior, tal y como manifestó además nuestro presidente, señor Biel, en su intervención en el debate sobre el estado de la comunidad autónoma, garantizando así la estabilidad política.
    Por lo tanto, es un presupuesto que vuelve a representar el talante de un Gobierno sólido y coherente, preocupado por resolver los problemas más importantes de Aragón, por recuperar y mantener el optimismo y la ilusión de los aragoneses y aragonesas; un presupuesto de un Gobierno, en consecuencia, sin fisuras, útil y eficaz, que está haciendo bien las cosas por los intereses generales de esta comunidad autónoma.
    Son, señorías, unos presupuestos, como ya se ha dicho, ya se ha calificado, moderadamente expansivos, realista, adaptados -eso sí- al contexto económico estatal internacional, que ha sufrido una serie de convulsiones, importantes e innegables, en los últimos meses, y cuyas tendencias deben ser tenidas en cuenta y han sido tenidas en cuenta en este presupuesto.
    Presupuesto, por lo tanto, para el año 2002 que experimenta -ya se ha dicho, todos lo sabemos- un incremento del 11,1% con respecto al ejercicio anterior. En consecuencia, es, desde nuestro punto de vista, un documento valiente, un documento transformador, redistribuidor, que refleja con claridad y con precisión los objetivos del Gobierno para el año 2002.
    Se ha dicho ya lo que son las líneas estratégicas que enmarcan la actuación de este ejecutivo -no vamos a hablar ya de cifras, porque ya se han repasado-, líneas estratégicas como son la contribución al equilibrio territorial, la especial relevancia de todas las acciones referidas a política social; ya se ha hablado también de los crecimientos en materia de salud, educación, vivienda, bienestar comunitario y también, por supuesto, la continuidad en el esfuerzo inversor destinado al desarrollo económico.
    Y, en efecto, nos encontramos cómo el peso de la política social representa el 47,11% del total del presupuesto, con unos incrementos del 9% y del 13% en los Departamentos de Sanidad y de Educación, respectivamente.
    Así, destacamos desde nuestro grupo cómo el presupuesto del Departamento de Educación supone, a nuestro juicio, la apuesta por seguir haciendo un esfuerzo, por conseguir y mantener la calidad y la igualdad en el sistema educativo. Es un presupuesto que refleja la progresiva mejora de las condiciones laborales de los docentes y que trata de garantizar la corresponsabilidad entre la gestión pública y la concertada.
    Destacamos, desde la sección 17 del Departamento de Cultura, un notable incremento, el 23,51%. Es decir, que la política cultural de este Gobierno, en tres años, ha pasado de ocho mil ochocientos millones de pesetas en 1999 a catorce mil setecientos millones, es decir, ha recibido un incremento de cinco mil ochocientos veinticuatro millones de pesetas. Es un dato que merece y debe ser destacado.
    Un presupuesto que va a destinar más de mil doscientos cincuenta millones para rehabilitar y poner en valor el patrimonio cultural de Aragón.
    Unos presupuestos que prevén proyectos y continuación de proyectos, que van a cambiar totalmente, desde nuestro punto de vista, la visión que se tiene de Aragón en materia cultural, apostando, además, por que Zaragoza pueda adquirir un rango cultural equiparable al de las más importantes ciudades españolas, destacando, por tanto -ya lo ha destacado el anterior interviniente- esos dos mil trescientos millones para acometer la segunda anualidad de la rehabilitación y ampliación del Gran Teatro Fleta.
    Destacar, por otro lado, la construcción del centro aragonés de arte contemporáneo en Huesca y, ¿cómo no?, sin olvidar tampoco, en materia deportiva, una importantísima inversión, el Centro Aragonés del Deporte, con la previsión presupuestaria para concluir esa pista de atletismo y la construcción del pabellón deportivo multidisciplinar.
    ¿Qué decir de las previsiones de la sección 11, del Departamento de Presidencia? La verdad es que no hay nada que añadir a la impecable exposición que nos hizo el vicepresidente con ocasión de su comparecencia en la Comisión de Economía. Evidentemente, si la oposición no hizo ningún reproche a esta sección, comprenderán sus señorías que ni yo ni mi grupo seamos quienes hagan reproches.
    Destacar, no obstante, una cuestión fundamental, la consolidación del fondo incondicionado, con el mantenimiento de los cuatro mil millones que se repartirán con arreglo a los criterios establecidos en nuestra Ley aragonesa de régimen local, para que los municipios aragoneses dispongan libremente de la cantidad asignada en el desarrollo de sus competencias. Consolidación del fondo incondicionado, que eran dos mil millones para el 2000, cuatro mil millones para el 2001, cuatro mil millones para el 2002, y serán, desde luego, no menos de cuatro mil millones para el 2003. Un compromiso cumplido por este Gobierno, por este departamento, asumido con anterioridad a la propia proposición que trajo aquí el Partido Popular, que, como en tantas ocasiones, llegó tarde, el Gobierno se les adelantó.
    Destacar, además, el programa 125.2, redistribuido en los capítulos IV, VI y VII, en los términos ya expresados por el vicepresidente. Programa que, desde luego, toma espacial importancia, como bien saben sus señorías, habida cuenta del impulso, e incluso diría más, de la revolución que está suponiendo el proceso comarcalizador. Revolución controlada, ¿eh?, revolución controlada, porque se está llevando a cabo con la práctica unanimidad de toda la cámara, de todos los grupos políticos, y ese consenso, sin duda, consigue que este proceso pueda ser ya una realidad y que, por tanto, deba verse apoyado en los presupuestos. Si alguna de sus señorías pensaba que este proceso va en broma, pronto tendrán ocasión de conocer el proyecto de ley de medidas de comarcalización, para que se den cuenta más, si cabe, de que es toda una realidad.
    Detectamos también, desde el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, el interés y la apuesta del Gobierno en estos presupuestos por mejorar la capacidad productiva de la economía aragonesa, por mejorar la competitividad de nuestras empresas, por la defensa y la potenciación de los recursos endógenos de nuestra tierra, por situar a Aragón en la nueva economía -frase que estoy seguro de que les suena-, Walqa y parque tecnológico.
    Que, les guste o no les guste, lo acepten o no lo acepten los grupos de la oposición, tendrán que reconocer que es un éxito, con unas potencialidades de futuro extraordinarias para el territorio aragonés, que no sólo para Huesca -para el territorio aragonés, que no sólo para Huesca-, pese a tener ahí su ubicación central. De esta manera, señores del Partido Popular, vayan a Huesca y díganles aquello de que «Walqa gana, Zaragoza pierde» y que Walqa debería levantarse de Huesca y llevarse a Zaragoza, privando del desarrollo que supone para la sociedad oscense. Para nosotros, sí es de recibo Walqa, señor Yuste.
    Destacar, además, desde nuestro punto de vista, los créditos que figuran en los presupuestos para inversiones que pretenden mejorar la dotación de infraestructuras en las acciones de investigación, de desarrollo y fomento industrial, a través de esos dos institutos, el Instituto Tecnológico de Aragón y el Instituto Aragonés de Fomento.
    Para nuestro grupo, desde luego, sí hay política industrial. Probablemente, para el señor Yuste, para Chunta Aragonesista, no hay política industrial; lo que no sé es si es porque así lo piensa usted o, como ya tuvo ocasión de decir en la Comisión de Economía, lo dice porque lo dijo Jesús Membrado, el secretario general de UGT-Aragón. Debería aclarar eso: si es solamente por que lo dice Jesús Membrado, porque me parece que, leyendo el artículo, se refería a unas cuestiones más concretas, además de que, en el propio artículo, el secretario general de UGT-Aragón alaba Walqa. Podía tomar ejemplo y hacerlo usted también.
    Por último, en materia de sección 19, para nosotros refleja claramente la apuesta decidida del Gobierno de Aragón por el medio ambiente, cuyo proyecto de presupuesto representa un incremento del 30% con respecto al actual ejercicio, y con dos claros exponentes: la gestión del agua y el medio natural, dos importantes recursos del desarrollo socioeconómico de nuestra tierra y, ¿quién lo duda?, señas importantísimas de nuestra identidad aragonesa.
    Y destacamos, porque así se desprende además del programa del Partido Aragonés y de los propios acuerdos de Gobierno, destacamos las previsiones para el desarrollo del Plan forestal y del desarrollo de la biodiversidad, que cuenta con una inversión de siete mil seiscientos millones de pesetas, y la puesta en marcha del Instituto Aragonés del Agua, de forma absolutamente transparente, desde nuestro punto de vista, instrumento importantísimo para los intereses de nuestra comunidad autónoma, que, al margen de llevar a cabo las obras de depuración de aguas residuales y de mejora de abastecimiento, desarrollará las competencias del Gobierno de Aragón en materia de agua.
    Así, la importancia del Instituto Aragonés del Agua radica, desde nuestro punto de vista, en que permitirá a la comunidad autónoma intervenir plenamente en la defensa del agua de Aragón, asegurando la cobertura de sus necesidades presentes y futuras, aunque algunos no lo quieran; tratará de asegurar la concesión a favor de la Diputación General de Aragón, del Gobierno de Aragón, del agua de las nuevas obras de regulación, garantizando una reserva de seis mil quinientos cincuenta hectómetros/año, de uso exclusivo para la comunidad autónoma, aunque otros no lo quieran; servirá, desde nuestro punto de vista, para potenciar una adecuada política de compensación con territorios que han sufrido consecuencias negativas por las regulaciones; servirá también para propugnar un uso racional y sostenible del recurso básico para el progreso de nuestra tierra, y, en definitiva, promoverá y facilitará la participación ciudadana en la elaboración de las políticas del agua en Aragón.
    Quiero hacer, no obstante, un apunte antes de terminar, señorías, un apunte siquiera para finalizar con respecto al modelo de financiación, que, desde nuestro punto de vista, desde el punto de vista del Partido Aragonés, merece, sigue mereciendo ser revisado, a pesar del incremento que supone para nuestra comunidad autónoma, en los términos expresados por el consejero.
    Falta mucho camino por recorrer, Aragón no se ve compensada con estas cifras, todavía seguimos excluidos del Fondo de compensación interterritorial y del Objetivo 1 de los fondos estructurales. ¿Cuándo?, sería la pregunta, ¿cuándo podremos equipararnos al resto de comunidades autónomas que han recibido lo que a Aragón, en justicia, le corresponde con más motivos, desde luego, que algunas de esas comunidades autónomas? Por eso, debemos intentar desarrollar el concepto de solidaridad en la próxima reunión de la Comisión mixta de transferencias, para intentar conseguir lo que es justo para Aragón.
    Y para terminar, señorías, desde el punto de vista del Partido Aragonés, creemos que tenemos un proyecto de presupuestos realista, decidido, claramente preocupado por el crecimiento de Aragón, que acredita la voluntad de un ejecutivo capaz de gobernar por y para Aragón, sin hipotecas o dependencias que, desgraciadamente, han encadenado peligrosamente el futuro de esta comunidad autónoma.
    La idea de pacto, plasmada en el principio standum est chartae, que ha caracterizado nuestra historia, se pone de manifiesto en un proyecto que refleja, una vez más, la voluntad de quienes lo componen de trabajar decididamente por Aragón, respetando los compromisos adquiridos y desarrollándolos en beneficio del interés general, nunca en beneficio de los partidos que lo apoyan.
    Nada más, y gracias.

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
    En el turno del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra su portavoz, don Francisco Pina.

    El señor diputado PINA CUENCA: Gracias, señor presidente.
    Señorías.
    De dos mil quinientos a dos mil quinientos: es una indicación gráfica de un ciclo que hoy terminamos de recorrer. El primer presupuesto de la comunidad autónoma, en 1983, fue de dos mil quinientos millones de pesetas, y hoy estamos hablando de tomar en consideración un presupuesto de dos mil quinientos millones de euros. Bueno, es una indicación gráfica del camino que hemos andado: no es excesivo, pero multiplicar por ciento sesenta y seis veces el presupuesto es un dato de una cierta elocuencia.
    Recomendaba Baltasar Gracián, que hoy tiene su congreso, Baltasar Gracián, al que sé que sigue con inteligente devoción alguna de sus señorías, que la cautela, la prevención y el pensamiento cuidadoso y razonado eran buenos recursos para estar al día, para vivir adelantado. Y quiero empezar así, con esta mención, porque, después de escuchar ciertas dosis de fiereza, de acritud, de aspereza en algunos términos que se han utilizado para definir el proyecto de presupuestos de la comunidad autónoma, creo que decir que la templanza y la mesura son siempre buenos compañeros de viaje es necesario.
    Me voy a permitir, pues, señorías, el lujo de recomendarles tranquilidad y sosiego a aquellos que sufren tantos ardores que casi les llevan al exabrupto, lo mismo que les diré a los que los nervios les juegan tan malas pasadas que les llevan a desacreditar todo sin la necesaria reflexión.
    Yo me he tenido que frotar los ojos, porque pensaba que la realidad les iba a hacer andar a algún grupo de la oposición por otros derroteros, otros derroteros más proclives a la colaboración, a la propuesta, y no sólo al enfrentamiento y al enconamiento. Me dan ganas, pues, de recomendarles mucha tila y mucha poesía para que no se irriten, porque el Gobierno sigue gobernando y cumpliendo con su papel.
    Nosotros entendemos perfectamente que el papel de la oposición sea criticar, pero desacreditar, señorías, me parece preocupante, y desacreditar todo creo que no conduce a ningún lado, y, aunque ya sabemos que hace algún tiempo que han iniciado un viaje a ninguna parte aquellos que nos recomiendan el uso de la brújula, precisamente, han iniciado un viaje a ninguna parte que les ha llevado, finalmente, a Bruselas a apoyar y a pedir el trasvase del Ebro para Aragón.
    Yo creo que les agradeceríamos, en sentido contrario, una mayor contribución en la construcción de Aragón y en la aportación de alternativas. Todos saldríamos ganando, y algunos, saliendo.
    Tienen que tener mucha paciencia, señorías de la oposición mayoritaria, porque tienen ustedes en el Gobierno de España una mayoría absoluta, el Partido Socialista hemos llegado a tener tres, ustedes tienen veintiocho diputados en esta cámara, nosotros hemos llegado a tener treinta y no hemos gobernado. Tengan ustedes paciencia, porque sólo llevan poco más de dos años en la oposición y nosotros hemos estado hasta diez. Éste es el juego de la democracia, y ustedes deben entender que así es, y que Aragón les necesita para que usen y desarrollen ese papel que les gusta recordar de partido más votado.
    Yo creo que, con esta dosis de calma y de paciencia, y no hablando de pollitos y pollitas, quizá consigamos aportar algo a un debate tan trascendente como el de los presupuestos.
    Este presupuesto, presentado en tiempo y forma, y me siento feliz un año más porque es el tercer año consecutivo, y esto, que puede parecer baladí recordarlo y que lo hacemos con insistencia los grupos que apoyamos a la oposición, ustedes lo llaman ahora normalidad, y es verdad que es así; pero no hay precedentes, en la historia de los dos mil quinientos a los dos mil quinientos, de que hayamos producido tres presupuestos en tiempo y forma, como se ha hecho ahora.
    Yo creo que la estabilidad, señorías, es un valor positivo que espero que todos defendamos, un valor positivo porque genera credibilidad, y la credibilidad, junto con la estabilidad, traen de su mano la confianza, y con la confianza viene el impulso económico.
    Este año, además, señorías, el presupuesto llega con un mayor apoyo político que nunca -que nunca en esta legislatura, quiero decir-, porque se va consolidando una cultura de coalición, de pacto, que, indudablemente, permite sentar unas bases, de antemano, esperanzadoras de cara al futuro.
    El hecho de tener una estabilidad notable es una señal inequívoca de la voluntad de este Gobierno de consenso y de acuerdo. Soy consciente de que siguen existiendo, señorías, problemas industriales o coyunturales muy difíciles, como ha pasado en Barbastro, como sucede en Belchite, como se avizoran problemas en otros sectores también de la industria y de la realidad económica; pero creemos, señorías, que se está haciendo un gran esfuerzo para ponerle remedio, utilizando el instrumento fundamental que tiene este Gobierno, como es el presupuesto.
    Yo creo que merece la pena, señorías, una reflexión en torno al contexto en el que se presentan estos presupuestos, un contexto que parte de una situación política en España que hay que relacionarla con una mayoría absoluta del Partido Popular, de la que usa y abusa, una mayoría absoluta que le permite el lujo de hacer de oposición a la oposición. No se confundan ustedes si, de vez en cuando, les hacemos alguna recomendación, porque nunca llegaremos tan lejos como el señor Aznar en sus andanzas, como usted mismo, citando el papel del líder de la oposición en España.
    Claro que hablamos de estas cosas también cuando hablamos del presupuesto de Aragón, porque, fíjense ustedes, el consejero tiene que salir dentro de unos instantes para asistir a una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que supongo que les parece importante para los ingresos económicos de esta comunidad. Precisamente, para hablar de algo en lo que se empecinan ustedes ahora, sorpresivamente, como describía el consejero, para hablar de un nuevo impuesto indirecto para pagar servicios esenciales, como la sanidad, que deberían tener una asignación previa y prioritaria.
    Yo creo, señorías, que hay que señalar, hablando del contexto en que se produce la presentación de estos presupuestos, de que ese abuso de la mayoría absoluta del Partido Popular a nivel del Estado produce legislaciones para las comunidades autónomas a cargo, económicamente, de las comunidades autónomas. No voy a citar ejemplos que todos ustedes conocen de cómo efectos legislativos del Partido Popular, usando de su mayoría absoluta, producen que los paganos sean las comunidades autónomas, sin haberles preguntado ni cómo se llaman. Luego hablan del desconcierto autonómico, de que ustedes son los auténticamente constitucionalistas... Creo que tienen un concepto muy desafortunado del Estado autonómico, y nosotros lo sufrimos en la parcela más sensible y más notable, como es la económica. Legislar para que otros paguen me parece un abuso de la mayoría absoluta. Ésta es una de las partes del contexto político en el que se produce la presentación de estos presupuestos.
    Yo creo, señorías, que asistimos a la presentación de un presupuesto que, a diferencia del Gobierno central, que no tiene en cuenta la evolución de la coyuntura económica desde el 11 de septiembre, desde una posición de activismo presupuestario (aumenta casi el doble el presupuesto que la actividad económica privada), toma las riendas, da un impulso a esta economía aragonesa cuando se produce una desaceleración, y, por tanto, es una anticipación que no se produce en un contexto como es el nacional. Creo, pues, que es importante señalarlo en este momento del debate.
    A mí me parece que, si la inversión aumenta un 16% y aparecen en este proyecto de presupuesto medidas de apoyo fiscales, financieras y administrativas para que los colectivos como las familias numerosas, los discapacitados físicos y psíquicos y las personas más desfavorecidas encuentren un mínimo de apoyo económico para paliar sus debilidades, estamos ante un proyecto de un contenido social.
    El carácter solidario de este proyecto también se manifiesta en el aumento notable que tienen las partidas para el Fondo de cooperación con países en vías de desarrollo, que pasan de seiscientos cincuenta a setecientos cincuenta millones, es decir, el 0,7% de los capítulos de inversión.
    A veces, el Partido Popular nos pretende dar también lecciones de orden social y reclama unas partidas y unas inversiones que, cuando tienen oportunidad de hacerlas, pues las ignoran olímpicamente. Ayer mismo, en el Senado de España, el senador autonómico del Grupo Socialista le preguntaba a la ministra de Sanidad al respecto de estas políticas sociales, y le reconoció que llevan seis años haciendo estudios y reuniones, pero no hay ni un solo duro en los presupuestos de 2002 para el Plan del Alzheimer, que ustedes citan en esta cámara, ni para unidades geriátricas ni para residencias de asistidos. Hemos bajado en seis años, España, el Estado de España, al penúltimo lugar en Europa en el gasto social. ¿Y cómo pueden hablar de gasto social aquí, en Aragón, que hemos aumentado más del 70% las inversiones en servicios sociales? Me parece que un cierto grado de coherencia es exigible a la oposición cuando analiza un presupuesto.
    Me apetecería hablar de muchas cosas, pero yo creo que el debate fundamental está realizado. Tengo la obligación de decir que me siento confortado, porque el Gobierno ha hecho caso a una sugerencia de este Grupo Socialista y ha producido un presupuesto expansivo, pero, además, dentro de un gran sentido de la responsabilidad, porque, fíjense ustedes, gozamos de una salud financiera notable, la deuda está perfectamente contenida y, a la vez, estamos hablando de un presupuesto expansivo... Parece una contradicción en sí misma, y no lo es.
    Estamos en el nivel más bajo de la deuda en términos de producto interior bruto, porque estamos por debajo del 4,6% en este año y con una previsión del 4,49% para el que viene. Estamos aumentando el ahorro corriente, la diferencia entre los ingresos y los gastos corrientes: nada menos que pasamos de veinte mil a cuarenta y dos mil millones de pesetas (doscientos cincuenta y dos millones de euros, aproximadamente).
    Heredamos un presupuesto, este Gobierno de coalición recibió, señorías... Sé que es aburrido decirlo, pero hay que señalarlo para demostrar que estamos en este conjunto de políticas activas, con predominio de las políticas sociales, dotándole, además, de tanta ortodoxia financiera que produce que la salud económica de nuestra comunidad sea bien notable.
    Recibimos, decía, un presupuesto del orden de trescientos dieciocho mil millones de pesetas cuando entró a gobernar este Gobierno, hace dos años y medio. Vamos a tener este año un presupuesto con un aumento al origen de casi cien mil millones de pesetas. Creo que si, además, los parámetros económicos se cumplen, si este Gobierno está produciendo un cumplimiento tan notable de los escenarios de estabilidad presupuestaria, como no hacen otras comunidades autónomas del Partido Popular, donde la deuda se les desmadeja, a mí me parece que estamos en una línea acertada.
    Se producen novedades importantes en este presupuesto, desde la formalidad de una presentación comarcalizada hasta la creación de institutos, como el del agua, que son una novedad atinente a la legislación que acabamos de producir en la cámara. Y quiero hablar con mucha claridad y sencillez: aunque sólo fuera para conseguir, a través de ese instituto, que Aragón lograse detener el trasvase del Ebro, habría cumplido su misión.
    Y quiero decir una cosa, con un cierto sentido del humor, que probablemente no tengan esta mañana, pero les aseguro a ustedes que si el señor Biel encabezara el comando o la división acorazada, cualquiera de las dos cosas, para oponerse al trasvase, desde luego, el Grupo Socialista nos pondríamos a la cabeza de la manifestación para proponer la laureada. Les aseguro que, después de reuniones como la de ayer, donde veo a un secretario de Estado anunciar con un desparpajo... Ahora estamos en el sesenta y nueve, señores del Partido Popular, el sesenta y nueve es el objetivo que ustedes tienen de cumplimiento del Pacto del Agua el año que viene, sin terminar ni una sola obra de regulación, por supuesto. Ahora vamos a estar en el 69% del cumplimiento, y nuevamente nos ofrecen cifras del tenor siguiente: setenta y dos mil millones de pesetas para el próximo año, que no están en los presupuestos generales del Estado aunque lo diga el mismísimo secretario de Estado, y vamos a llegar a los doscientos ochenta mil millones. ¿Les suenan a ustedes estas cifras, pronunciadas con solemnidad por anteriores líderes del Partido Popular en esta tribuna? Pues otra vez los volvemos a tener; eso sí, con la trágala, señorías, de que o nos comemos el trasvase y el Plan hidrológico nacional o, ¡cuidado!, que se nos van al garete las inversiones en obras hidráulicas en Aragón.
    Claro, anteponer la racionalidad, el rigor económico, la previsión ante la coyuntura para potenciar la economía aragonesa, atender al gasto social que está haciendo este Gobierno, atender a los desafueros que comete el Partido Popular, usando y abusando de su mayoría absoluta en el Gobierno de España, creo que les merecería a ustedes una cautela que les recomendaba al principio en palabras de Gracián. Creo que deberían ser un poco más cautos y constructivos, para que esta comunidad no siga por derroteros que no pueda compartir, en su mínima expresión, el Partido Popular.
    Señor presidente, señorías, quiero felicitar al Gobierno de coalición, que ha contado con la novedosa e importante aportación de Izquierda Unida con su apoyo no sólo a los presupuestos, sino a la estabilidad política hasta el final de la legislatura. A mí me conmueve su obsesión, señorías del Partido Popular, con el señor de Izquierda Unida, me conmueve. [Rumores.] Su líder, que es médico de profesión, debería ser más consecuente, porque, si el enfermo está como él aprecia, mejor no hacerle mucho caso, y, sin embargo, lo tienen ustedes con una preocupación que parece que está como Robocop, con una fortaleza tremenda.
    Por tanto, señorías, calma a la oposición, ánimo al... [Rumores.] Ésos son los argumentos que ustedes tienen: el pasado. Nos hemos examinado ya muchas veces de esas cosas... Ése es el problema que tienen ustedes y así les va la soledad política que cada vez tienen... [Rumores.] Nosotros, treinta hemos llegado a tener... [Rumores.] Ya, pues que lo disfruten en soledad muchos años, señor Gimeno.
    Señor consejero, señores del Gobierno, quiero felicitarles en nombre del Grupo Socialista por este esfuerzo, por haber hecho, en cierto modo, caso a las recomendaciones que otras veces hemos pronunciado en esta tribuna para ser un poco más avanzados en la obtención de ingresos que permitan el cumplimiento de los objetivos políticos, y espero que puedan tener un grado de cumplimiento tan eficaz a tenor con el proyecto que nos han presentado.
    Muchas gracias, señor presidente.
    [Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
    Concluido el debate, vamos a pasar a la votación.
    Como saben sus señorías, votaremos las secciones, todas y cada una de ellas, y la votación de la totalidad del proyecto.
    Así que vamos a comenzar por votar la sección 01. ¿Votos a favor de la misma? Gracias. ¿En contra? ¿Abstenciones? Es aprobada por unanimidad.
    La sección 02. ¿Votos a favor? Gracias. ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    La sección 03. ¿Votos a favor? Gracias. ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Sesenta y dos a favor, ninguno en contra, cinco abstenciones.
    La sección 09. ¿Votos a favor? Gracias. ¿En contra? ¿Abstenciones? Obtiene treinta y cuatro votos a favor, ninguno en contra y treinta y tres abstenciones.
    Pasamos a la sección 11. ¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Treinta cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 12. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 13. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 14. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 15. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    La sección 16. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 17. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 18. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 19. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Sección 20. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Votación de la totalidad del proyecto de ley. ¿Votos a favor? ¿En contra? ¿Abstenciones? Treinta y cuatro a favor, veintiocho en contra, cinco abstenciones.
    Quedan, por tanto, fijados las cuantías globales, los estados de ingresos y gastos de estos presupuestos, y se abre el turno de explicación de voto.
    Chunta Aragonesista. Señor Yuste.

    El señor diputado YUSTE CABELLO: Muchas gracias.
    Hay quien dice que hay un nuevo escenario, pero, realmente, es el mismo escenario que en el debate de investidura: tres grupos a un lado diciendo que sí a todo lo que hace el Gobierno; enfrente, el PP diciendo que no a todo, empecinado en el no -diríamos-, acomplejado posiblemente por una política hidrológica impuesta manu militari por sus jefes de Madrid y sin alternativas para Aragón, y, en medio, Chunta Aragonesista, que se abstuvo en la investidura y que se ha abstenido hoy en el primer debate de presupuestos.
    Nosotros sabemos apoyar lo positivo que se hace desde las instituciones y también sabemos oponernos a lo que valoramos negativamente.
    Sé que a algunos miembros del tripartito les hubiera gustado que Chunta Aragonesista hubiera votado que no y que hubiéramos secundado el discurso del Grupo Popular, pero eso no ha ocurrido y no preveo que ocurra en el futuro, porque Chunta Aragonesista actúa desde su independencia de criterio y, desde luego, fieles a nuestro compromiso de ejercer de oposición constructiva. Ya he anunciado anteriormente que difícilmente podíamos votar a favor; no podemos y, sobre todo, no queremos ser cómplices con ciertas políticas que no compartimos, ya lo he dicho, en materia industrial, medioambiental, cultural, agraria, educativa...
    Por cierto, falta política industrial, lo digo yo, lo digo yo, también lo dicen otros, Jesús Membrado entre ellos, y en este caso tiene razón. Ya se sabe que la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero.
    Por lo tanto, el voto global sólo podía ser la abstención. ¿Y por qué nos hemos abstenido también en cada una de las secciones presupuestarias, salvo, obviamente, la correspondiente a estas Cortes? Bueno, ya lo hicimos así el año pasado. Quisimos entonces dejar una puerta abierta al diálogo entre los grupos parlamentarios; ese diálogo dio sus frutos en algunas secciones, aunque luego, en su mayor parte, no se haya traducido en realidades en las políticas de los departamentos.
    Hoy, nosotros hemos querido responder en positivo, a pesar de que se nos anuncia un escenario distinto, en el que el tripartito goza de mayoría absoluta y puede creer que puede prescindir de la oposición parlamentaria, que puede prescindir de la molestia que supone tener que negociar enmiendas con un grupo parlamentario que actúa con independencia de criterio; el Gobierno de Aragón ya no necesita quedar bien aprobando iniciativas de nuestro grupo parlamentario, por ejemplo.
    Previamente, se nos había anunciado en declaraciones a los medios de comunicación, por parte de dirigentes de los partidos que forman el tripartito, que el presupuesto de este año es tan tan tan tan tan tan bueno, tan bueno, que difícilmente iba a poder ser mejorado por las enmiendas que se presentaran desde la oposición. Bueno, pues a pesar de ello, para que un posible voto negativo a algunas secciones en esta votación inicial no pudiera servir como excusa para que el tripartito margine a la oposición, nosotros hemos querido responder en positivo y nos hemos abstenido en cada una de las secciones.
    Queremos agotar todas las posibilidades parlamentarias que existen para mejorar este presupuesto. Estamos, desde luego, abiertos para sorprender al Gobierno y para que el Gobierno nos pueda sorprender a nosotros. A partir de mañana, Chunta Aragonesista va a elaborar y va a presentar enmiendas a este proyecto. No sé si serán muchas o pocas; supongo que serán bastantes. Vamos a exponer en ellas nuestras propuestas alternativas y vamos a confrontarlas con el proyecto presupuestario de este Gobierno, primero en ponencia, luego en comisión y, finalmente, en pleno el próximo día 27 de diciembre. En ese proceso veremos cuál es el nivel de diálogo que existe y con qué grado de tolerancia el tripartito recibe las aportaciones de Chunta Aragonesista.
    Espero sinceramente que no se repita el rodillo injustificable que rechazó todas las propuestas de resolución de Chunta Aragonesista en el reciente debate del estado de la comunidad. Flaco favor haría el tripartito a la credibilidad de este Gobierno si rechazaran propuestas sólidas y razonables solamente por llevar el membrete de Chunta Aragonesista y la firma de nuestro portavoz. Flaco favor se haría a la credibilidad del Gobierno de Aragón.
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Yuste.
    ¿Algún otro grupo parlamentario?
    Señor Alcalde, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra... Un momento, por favor, perdone.
    Señor Pina.

    El señor diputado PINA CUENCA [desde el escaño]: Señor presidente, disculpe, pero he tenido el despiste de coger el teléfono, y...
    Nosotros, el Grupo Socialista, hemos votado que sí a los presupuestos no sólo por coherencia y por un sentimiento objetivo de que es un presupuesto aceptado y el que necesita esta comunidad autónoma, sino porque creemos que se consolida así y se refleja así una cultura de coalición que no considera molesta la negociación para alcanzar mayores cuotas de acuerdo, ni muchísimo menos. Pero sí quiero advertir que nuestro voto no cierra la posibilidad a la negociación, pero sobre todo no nos pone en posición de renunciar a la creencia de que los objetivos fundamentales que este Gobierno persigue para el próximo año están reflejados en el documento presupuestario. Y no estamos cerrados a aceptar enmiendas, pero no estamos cerrados a renunciar a nada que inspire filosófica y profundamente alguno de los contenidos de ese presupuesto. En eso queremos estar, y queremos dialogar, si alguien no se cree en posesión de una neutralidad a prueba de cualquier comentario o si alguien no se cree en posesión de una controversia inaudita que no encuentra ningún punto de concurrencia.
    Y quiero explicar mi voto afirmativo a los presupuestos para aprovechar el trámite y advertir que ahora habrá una nueva descarga de improperios contra los que sustentamos al Gobierno y contra los que hemos osado relacionar el presupuesto y la política que se hace en Aragón con la necesaria dependencia de la política que se hace a nivel del Estado en el Gobierno de España.
    Quiero aprovechar este turno para insistir en que hoy es un día positivo para la comunidad aragonesa, que recibe un instrumento de acicate de su actividad económica. Y aprovecho también para felicitar al Gobierno por haber tenido la habilidad de conseguir un acuerdo tan importante en tiempo y forma.
    Muchas gracias, señor presidente.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pina.
    Señor Alcalde, tiene la palabra, y lamento que se haya producido una confusión anteriormente.

    El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente. Aceptadas sus disculpas.
    Quiero subir a esta tribuna para explicar por qué el Grupo del Partido Popular hemos votado que no a estos presupuestos.
    En primer lugar porque, para nosotros, estos presupuestos, y lo he dicho en mis anteriores intervenciones, no son creíbles, son unos presupuestos hinchados en los ingresos, de manera que así consiguen equilibrar un capítulo de gastos también hinchado, también inflado.
    Hemos votado que no porque no hay una definición en el gasto. No se sabe ni en qué ni para qué se gasta.
    Hemos votado que no porque no aportan ningún proyecto nuevo que genere ilusión en los aragoneses.
    Hemos votado también que no por muchas cosas, porque entendemos que es legítimo, políticamente, ir a Bruselas, cada uno a defender las ideas y los planteamientos que crea oportunos; pero lo que no es políticamente responsable es ir a Bruselas a pedir que no haya ni un solo euro para el Plan hidrológico nacional, especialmente cuando ese Plan hidrológico nacional incluye obras y proyectos por cerca de medio billón de pesetas en Aragón. Y para eso es, precisamente, para lo que fue este diputado que les habla: a defender en Bruselas ese medio billón de pesetas para Aragón, y no para otra cosa.
    Hemos votado que no porque no aceptamos lecciones sobre formas y sobre exabruptos de aquellos que califican como miserables a los portavoces parlamentarios que legítimamente, en su ejercicio de oposición, critican la subida del 15% del sueldo de los jefes de los gabinetes. Aquellos que califican de miserables a esos portavoces no están legitimados en absoluto para dar lecciones ni de formas ni de exabruptos.
    Hemos votado que no porque la mejor política social es la que crea empleo, y ésa es precisamente la política que está siguiendo el Gobierno de la nación, presidido por José María Aznar, y no son precisamente las mejores políticas sociales aquellas basadas en teorías socialistas fracasadas en el pasado.
    Hemos votado que no porque no aceptamos la demagogia de algunos sobre el avance del Pacto del Agua con el 69% de las obras en marcha, especialmente cuando la crítica procede de aquellos que en 1994, el 24 de julio de 1994, y lo recoge un diario regional, planteaban que Santa Liestra iniciaría las obras en diciembre de 1993; que Montearagón, en enero del noventa y cuatro; que Jánovas, en el noventa y cuatro; que Yesa, en el noventa y cuatro; que Biscarrués, en el noventa y cinco; que La Loteta, en el noventa y cuatro; que La Tranquera, en el noventa y cuatro; que El Salvador, en el noventa y cinco; que Mularroya, en el noventa y seis; que La Pimienta, en el noventa y cinco (que ya ni existe La Pimienta); que Las Torcas, en el noventa y cuatro, o que El Batán, en el noventa y cinco.
    Ésos, precisamente, son los que no están capacitados para dar ninguna lección ni a esta cámara ni a la sociedad aragonesa sobre cumplimiento de las obras del Pacto del Agua, que son precisamente las que está impulsando y las que está llevando a cabo el Gobierno de la nación. Ése es otro de los importantes motivos por los que votamos que no a estos presupuestos.
    Hemos votado que no porque la incorporación de Izquierda Unida no sólo no aporta nada nuevo, sino que lo único que aporta a este presupuesto es gasto, gasto sin sustancia e ideas trasnochadas.
    Hemos votado que no porque no estamos dispuestos a apoyar, como dice -y ahora no está en su escaño- el portavoz de Izquierda Unida, que estos presupuestos son anticíclicos, o sea, que van en dirección contraria al ciclo. No cuenten ustedes con que este partido o este grupo parlamentario vayan en una autovía en dirección contraria a la dirección de la marcha. En ese coche, no esperen que se suba el Partido o el Grupo Popular.
    Hemos votado que no porque no hay un proyecto político para Aragón en estos presupuestos, e incluso los sindicatos, aunque también lo desmientan, lo reconocen. El señor Tordesillas (Comisiones Obreras): «El Gobierno de Aragón no tiene un proyecto claro de futuro»; el secretario general de UGT critica la falta de política industrial y pide a la DGA una política turística. Ése es otro de los motivos por los que mi grupo ha votado que no: porque no hay proyecto político para Aragón.
    Hemos votado que no porque con este presupuesto no se van a cumplir las perspectivas del Plan nacional de regadíos. Van a necesitar ustedes, va a necesitar Aragón más de trece o quince años para que, con las dotaciones presupuestarias que han incluido, se pueda cumplir, al menos, la primera parte del Plan nacional de regadíos, las primeras cuarenta y siete mil hectáreas de nuevas transformaciones en regadíos que contempla el plan.
    Hemos votado que no porque los departamentos sociales, aunque se diga lo contrario, y figura en los cuadros que ha facilitado el propio Gobierno con los presupuestos, disminuyen su peso específico dentro del conjunto del presupuesto.
    Y por último, señorías, hemos votado que no a estos presupuestos porque el percal, ese percal con el que estaba trabajando el señor Bandrés, con el que intentaba confeccionar el traje presupuestario, se lo han cambiado, señor Bandrés, se lo ha cambiado el señor Lacasa por un sayal, por un sayal, y con esa materia prima tan tosca y tan basta difícilmente se puede confeccionar un buen traje; se podrá confeccionar, en todo caso, y discúlpenme la palabra de moda, desgraciada palabra de moda, un burka, un burka con el que impedir que se vea lo que se esconde debajo.
    Nada más, y muchas gracias.
    [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.]

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Alcalde.
    Se suspende la sesión [a las trece horas y cincuenta y cinco minutos], que se reanudará a las cuatro en punto de la tarde.

CORTES DE ARAGÓN
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