Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Debates Generales - Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón

Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 076 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Alcalde Sanchez, Gustavo - Iglesias Ricou, Marcelino - Bernal Bernal, Chesus - Lacasa Vidal, Jesus - Blasco Nogues, Blanca - Pina Cuenca, Francisco

El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, ocupen sus escaños.

Vamos a proseguir con la sesión plenaria [a las diez horas y quince minutos], y de acuerdo con el debate, con su ordenación, hoy es el turno de los grupos parlamentarios.

Recuerdo a los señores portavoces y les ruego el estricto cumplimiento de los tiempos que marca el Reglamento, para hacer más fácil y más cómodo el debate.

En primer lugar, tomará la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, el diputado don Gustavo Alcalde.

El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.

Señor Iglesias, supongo que el discurso con el que nos amenizó ayer, a tenor de los olvidos, también lo habrá encargado a una asesoría externa, ya que su nutrida y extensa gama de asesores internos responde más al hecho de retribuir favores de partido que para trabajar en los cometidos propios de su cargo.

Un año más, señor Iglesias, que viene usted a rendir cuentas ante esta cámara de las políticas realizadas por su Gobierno, con la particularidad de que el debate de hoy, último de esta legislatura, es además el del balance final de su gestión al frente de la Diputación General de Aragón. Pobre balance el de este último año. Paupérrimo balance el de estos tres de legislatura.

Es cierto, señoría, que lo suyo tiene mérito, se lo reconozco. Es materialmente imposible sacar tanto jugo a una gestión tan exigua. Su discurso de ayer fue la sublimación del vacío. Mucho juego floral, mucha guirnalda, mucho dato, pero su fondo, decepcionante. Confiaba que en su discurso, que ha mutado del victimismo al triunfalismo pazguato, nos desvelara algún proyecto válido para esta comunidad autónoma. Está visto que esa es una misión imposible. Después de tres años de Gobierno, seguimos como al principio: esperando.

El Partido Socialista ha enfocado este último tramo de legislatura con un único objetivo, con una sola preocupación: que usted sea el primer presidente de Aragón que aguante en el cargo más de cuatro años. Y eso, nunca puede ser la meta de un Gobierno.

Los gobiernos están para hacer cosas: para administrar de manera justa, para gestionar de forma honrada, para liderar proyectos o para impulsar iniciativas, para fomentar el optimismo y la esperanza de una sociedad; pero lo que jamás debiera ser es la continuidad por la continuidad, por mucho que intenten revestirla de estabilidad.

Continuidad y estabilidad son dos cosas diferentes, y usted ha dado buen ejemplo de que la permanencia per se no garantiza que las sociedades avancen.

Aragón precisa, pactar políticas razonables para afrontar los grandes retos de la comunidad, y yo no he visto un solo gesto en ese sentido, más bien todo lo contrario: han intentado romper los escasos consensos que se habían conseguido, como el Pacto del Agua.

Mire, si el próximo mes de mayo los aragoneses depositan su confianza en el Partido Popular, me comprometo a llamarle a usted y al resto de partidos con representación en esta cámara para buscar acuerdos sobre cuestiones vitales para nuestra comunidad, que trasciendan el horizonte temporal de una legislatura. Eso, señoría, es estabilidad. Lo que usted practica, lo que usted confunde con estabilidad, se llama de otra manera: se llama flotabilidad. Ya le dije en una ocasión que estos términos no son sinónimos. Los corchos flotan, no hay quién los hunda, pero se mueven al albur de las corrientes. Una nave, sin embargo, es algo estable, tiene un timón, unas cartas de navegación, una brújula y un sextante. Tiene, en definitiva, un gobierno, no va a la deriva, se puede manejar mejor o peor, pero tiene un rumbo. Un gobierno debe parecerse a una nave. Su corcho, señoría, es prácticamente imposible que alcance buen puerto. Lo más probable es que vague eternamente sin divisar tierra firme.

Señoría, usted no es la garantía de estabilidad que Aragón necesita. Le voy a decir más: no lo ha sido nunca ni lo será, porque no tiene un proyecto político para esta tierra. No me refiero a la suma de los intereses del Partido Socialista y del Partido Aragonés, sino que le hablo de un proyecto para Aragón.

Lo que Aragón necesita es estabilidad en el proyecto, no en las personas. De qué nos sirve que usted permanezca dos legislaturas al frente del Gobierno si no sabe qué hacer con esta comunidad, si en tres años no ha sido capaz de plasmar un proyecto ilusionante para los aragoneses.

Mire, en Aragón es imprescindible: más ambición, más valentía, más proyectos, más diálogo, más consenso, más acuerdo..., y usted y la coalición que preside se han mostrado manifiestamente incapaces de ofrecer todo eso.

¿Acaso llama usted estabilidad a la dimisión de la consejera de Educación, al rocambolesco cese del consejero de Industria, a las cuestionables actuaciones del consejero de Medio Ambiente, al pacto fallido con IU, a la falta de una mayoría suficiente en esta Cámara, al conflicto continuado de la Educación, a las contradicciones internas de su ejecutivo, al frentismo con el Gobierno de la nación, a la imposibilidad de presentar unos presupuestos para la Comunidad? ¿A eso llama usted estabilidad? [Rumores.]

A lo mejor, cuando habla de estabilidad, usted se refiere a la que propició la moción de censura del señor Marco, que usted aplaudió en su momento. [Rumores.]

Uno de los hitos de su discurso de ayer fue la apropiación de cuestiones de las que usted no ha sido protagonista. Usted se apropió del autogobierno alcanzado por Aragón. Señoría, usted se ha arrogado un éxito común de toda la sociedad, que ha liderado de forma decisiva el actual Gobierno de la nación, que sí ha creído en el Título VIII de la Constitución. Ojalá hubiera ocurrido lo mismo cuando gobernaron ustedes. Sirva como ejemplo el excelente acuerdo de financiación autonómica y las transferencias de Sanidad. Sea honrado, señor Iglesias, y reconozca la firme apuesta del Partido Popular por el Estado de las autonomías.

Ayer, se adueñó también de la reapertura del Canfranc, de la apuesta por el Vignemale, de la reestructuración ferroviaria de Zaragoza, de la llegada del AVE, de la Exposición de 2008, del Plan de la Minería, de las basas tasas de paro... Eso, ni es obra suya ni de su Gobierno, señor Iglesias.

Entrando a analizar en detalle su gestión en estos tres años, el balance no puede ser más pobre. Escaso balance, números rojos en el balance, señor Iglesias, esa es la verdad, la triste verdad, aunque a todos nos gustaría ver un panorama distinto.

No voy a restarle mérito a proyectos a los que ustedes han dado continuidad: Dinópolis, la recuperación del Fleta, la declaración del mudéjar como patrimonio de la humanidad, el Royo Villanova, la Fundación Beulas. Todos ellos iniciados y alguno muy avanzado por el anterior Gobierno presidido por el Partido Popular.

No me olvido de dos muy importantes, en los que entraré a continuación, que son la comarcalización y Plaza.

Mi grupo está muy preocupado por la forma en que su Gobierno está llevando a cabo el proceso comarcalizador, proceso que impulsamos en la anterior legislatura y que apoyamos en la actual, pero siempre con el mismo planteamiento: las comarcas han de convertirse en un instrumento auténtico de ordenación y desarrollo y no sólo en una nueva instancia político-administrativa que grave, que penalice, más al contribuyente.

Ustedes son unos comarcalizadores muy sui géneris, muy peculiares. Ustedes ven la comarcalización no como un elemento clave en la vertebración del territorio, sino como un instrumento fundamental en la vertebración de sus respectivos partidos en el territorio. [Rumores.] Claro, si lo único que les preocupa es su rentabilidad política, se entiende que el modelo haga aguas desde su mismo comienzo, ya que endosan competencias sin los instrumentos y medios económicos, materiales y humanos necesarios para que las comarcas las ejerzan. Ustedes están abocando a las comarcas a un callejón sin salida, a que no puedan ejercer correctamente las competencias recibidas, a que no quieran aceptar nuevas transferencias, como ya les están advirtiendo desde alguna comarca, o a devolverle a usted las competencias.

Comarcalizar, señor Iglesias, significa dotar a esta nueva institución de los medios suficientes. Ustedes que tan prestos están a reclamar de la Administración central transferencias bien dotadas, sin embargo se muestran muy cicateros a la hora de cumplir sus obligaciones cuando los que transfieren son ustedes. La ley del embudo: lo ancho para mí y lo estrecho para los demás.

Respecto a Plaza, estoy convencido de que tenemos ante nosotros un buen proyecto, que ustedes han tenido la picardía de rebautizarlo, apropiárselo y presentarlo, literalmente, hasta con fuegos artificiales. [Rumores.] No quiero imaginarme la que hubieran armado si cualquiera de las inauguraciones de obras que está realizando el Gobierno de la nación se hubiera hecho con la cuarta parte del boato y dispendio económico que derrocharon ustedes en la presentación de Plaza. [Rumores.]

Plaza, Sr. Iglesias, es una excelente iniciativa, pero lo es porque empresas punteras han creído en Aragón, a pesar del panorama desolador que ha venido dibujando su Gobierno. Plaza está cuajando porque el mundo empresarial ha sabido apreciar el futuro que le espera a Zaragoza y a Aragón, gracias a inversiones transcendentales para nuestro desarrollo como son las que el Gobierno de Aznar está realizando. Esa es la clave del éxito de una plataforma logística en Zaragoza, y no otra.

Por desgracia, señor Iglesias, en muy pocas cosas más va a encontrar usted nuestro beneplácito.

Lo cierto es que mientras usted desvía la atención de los problemas reales de Aragón con fuegos artificiales, la economía aragonesa está en el último lugar en cuanto al crecimiento económico y, además, lo hace por debajo de la media española. Mientras usted practica la pirotecnia, las perspectivas industriales en Aragón son inferiores a las del resto de España, y no lo dice el Partido Popular, sino los informes de Hispalink, de las Cámaras de Comercio, la Unión General de Trabajadores, el Funcas, etcétera, etcétera. Mientras usted juega a encender fuegos, la situación económica de Aragón hace aguas.

Nuestra industria sigue teniendo una gran dependencia del sector de la automoción y la diversificación industrial sigue siendo nuestra asignatura pendiente. La inversión en I+D es un 25% inferior a la media nacional. La industria en el 2002 prosigue su senda de ralentización, todavía más acusada que en el último trimestre de 2001. En septiembre, el paro ha subido en España un 2,47%, mientras en Aragón lo hacía un 8%. La afiliación a la Seguridad Social también ha crecido menos que la media nacional.

En el segundo trimestre de 2002, el crecimiento del PIB ha sido del 1,4%, seis décimas por debajo del nacional.

Esa es la realidad, señor Iglesias, esa es la realidad.

Walqa, su gran apuesta tecnológica, lejos de servir de motor y vivero para las empresas del sector, se convirtió en un monopolio exclusivo que practicaba competencia desleal a las empresas que teóricamente debía beneficiar. Han tenido que pasar dos años y cesar a un consejero para que su sustituto reconozca la situación y la reconduzca.

Los pequeños y medianos empresarios, verdaderos creadores de empleo, han sido olvidados por su gobierno y solo se acuerdan de ellos cuando hay que convocar manifestaciones.

Fíjese usted en que incluso un sector que encontraron lanzado por el anterior gobierno, como es el de la nieve, ustedes no han sido capaces de aprovecharlo y continuarlo. Tres largos años perdidos en la dura batalla de la competitividad con otras estaciones. Esta ha sido una legislatura -nunca mejor dicho- blanca, una legislatura en blanco. Los números cantan: ni una sola inversión importante: un solo remonte con colaboración de su Gobierno: uno solo, señor Iglesias. Una previsión presupuestaria de escasamente 5,4 millones de euros, cuando las demás comunidades autónomas se han volcado materialmente en sus estaciones: veintiocho millones en La Rioja, diecinueve en Cataluña y dieciocho en Andalucía.

Han olvidado un sector que es la punta del iceberg del turismo aragonés: el que sirve de reclamo a los usuarios, el que duplica el periodo estacional y rentabiliza las inversiones, el que hace reconocer y conocer Aragón fuera de nuestros límites, el que supone más del 1% del PIB aragonés. Han olvidado que somos la segunda comunidad española en esta actividad, y, lo que es más importante, han olvidado que la nieve es la esperanza de futuro de seis comarcas aragonesas, actualmente sometidas a graves limitaciones económicas y demográficas. Señor Iglesias, ustedes se han olvidado de la nieve.

Estas cosas le ocurren, señor Iglesias, porque su Gobierno ha carecido de política territorial. Una buena política territorial debe ir encaminada a integrar nuestro territorio en el escenario español y europeo, a disminuir los desequilibrios internos y a ordenar correctamente los usos del suelo de cara al desarrollo sostenible de nuestra región.

Usted volvía a presumir ayer de su influencia personal en las relaciones con Francia. Sin embargo, ha sido el Partido Popular, y no usted, el que ha desbloqueado proyectos históricos como el Canfranc o impulsado iniciativas del anterior gobierno, como el Vignemale, que, por cierto, cuando tuvo problemas en el penúltimo consejo de transportes, usted y su Gobierno estuvieron desaparecidos. ¿Dónde estaba don Mateo Sierra los días previos a dicho consejo? ¿Para qué quiere la Oficina de Aragón en Bruselas, además de para cobijar a don Mateo, si no se enteran de los eventos comunitarios? Después de ese consejo de transportes, usted decía que habría que volver a empezar de cero. ¡Pero si usted, en esta materia, no ha salido nunca del cero, señor Iglesias! Hace unos días en Luxemburgo, el señor Álvarez Cascos le ha demostrado que, si ese proyecto todavía respira, es gracias a sus esfuerzos como ministro de Fomento y al de la eurocomisaria señora De Palacio. ¿Y usted qué ha hecho?

Señoría, no es lo mismo predicar que dar trigo. Es el Gobierno de la nación el que está resolviendo el déficit histórico que en materia de infraestructuras arrastraba nuestra comunidad. Por primera vez en la historia de nuestra democracia, de cada cien euros que gasta el Ministerio de Fomento, diez los invierte en Aragón. La diferencia entre el Gobierno de Aznar y el suyo, señor Iglesias, es que Aznar ofrece hechos y usted ni siquiera expectativas.

El Gobierno de Aznar cumple mejor que el suyo la Ley de directrices generales de ordenación territorial, a través del impulso de obras fundamentales como la alta velocidad ferroviaria, las autovías de Somport-Sagunto, Pamplona-Huesca-Lérida o Cuenca-Teruel, mientras su Departamento de Obras Públicas tiene olvidadas las infraestructuras regionales, o las desarrolla a un ritmo tan lento, que precisará quién sabe cuántos años para cumplir un plan estratégico de carreteras, que, por otra parte, prioriza los pueblos regidos por alcaldes socialistas.

No cumplen con las carreteras y nos venden a bombo y platillo espejismos de autopistas de peaje, mientras hoy mismo sus compañeros en el Congreso defienden una enmienda de devolución al proyecto de ley que regula las autopistas de peaje.

En materia de vivienda social, aparte de campañas de publicidad engañosa, tampoco pueden ustedes presumir demasiado. De las siete mil viviendas prometidas, ¿cuántas llaves han entregado?, ¿cuántas viviendas de alquiler han puesto a disposición de los aragoneses?

Y es que su política territorial va de incongruencia en incongruencia, como ha ocurrido con las expectativas creadas en torno a la ley del Pirineo, proyecto esperpéntico que ha sido rechazado por la oposición, por buena parte de los sectores y colectivos afectados, por los servicios jurídicos de esta cámara y, al final, hasta por ustedes mismos.

Usted hablaba ayer de fortalecer las ciudades intermedias: ¿por qué no les pregunta a los alcaldes de Calatayud, de Alcañiz o de Monzón, a ver si las fortalece o a ver si las persigue? [Risas.] ¿Por qué no les pregunta? Son tres ciudades intermedias importantes, señor Iglesias.

Siguiendo con el repaso por áreas, la cosecha obtenida por el Departamento de Agricultura ha sido muy escasa.

Programas modélicos como los Leader Plus y Proder se han retrasado en su aplicación por un proceso de selección cuando menos oscuro, que ha enturbiado e incluso acabado con proyectos que tenían una gran rentabilidad social en zonas deprimidas del territorio aragonés. Usted, ayer, deliberadamente ocultaba, cuando decía que ahora alcanzaban al 95% de la población y antes al 60%, que en la anterior legislatura el Proder solo se aplicaba en las regiones objetivo 1, y ahora no existe esa limitación.

No están avanzando en la transformación de regadíos ni en la concentración parcelaria. Usted nunca ha creído en los regadíos: no hay más que ver las partidas presupuestarias que ha destinado estos años a los mismos. ¿Qué obras de transformación de regadíos ha contratado su gobierno en tres años, en qué zona y qué superficie? Le voy a contestar: cero.

¿Se puede saber cuáles son sus prioridades en materia agrícola? No conocemos ninguna. Está visto que con ustedes el sector agrario ha caído en desgracia.

Señor Iglesias, yo no sé si en esa caída en desgracia del sector agrario en general y de la política de regadíos en particular tiene algo que ver el Plan hidrológico nacional, pero da la impresión de que ustedes les están haciendo pagar a los regantes su apoyo al Plan hidrológico nacional.

Si como usted sostiene, ahora, el trasvase es un expolio para Aragón, ¿por qué los regantes aragoneses apoyan el Plan hidrológico nacional? ¿Acaso son tan inconscientes de tirar piedras contra su propio tejado sabiendo que los regadíos consumen el 80% del agua que precisamos? ¿Cuándo va a dejar de jugar con el Pacto del Agua? ¿Cuándo va a dejar meridianamente claro a los aragoneses cuál es su postura?

Ayer, en hora y media, no se dignó a nombrarlo. ¿Cuándo va a apoyar, decididamente, que se hagan las obras hidráulicas que llevamos un siglo esperando? Usted, con sus posturas ambiguas e intermitentes, diciendo hoy «sí» mañana «no», y al día siguiente «sí, pero», está favoreciendo el clima de confusión que existe en nuestra comunidad. Nadie dudaba de que el Pacto del Agua era vital para nuestro futuro. Hoy, gracias a sus ambigüedades, está cuajando en la sociedad la duda de si serán necesarios los embalses.

Usted es muy timorato a la hora de defender las obras de regulación que precisa Aragón. Usted, que ha dado medallas a los que se manifestaban a su lado y satanizado a los que no pensábamos de igual manera, no ha sido capaz de emitir una sola crítica hacia los que se han dedicado a torpedear desde la vía judicial las obras emblemáticas del Pacto del Agua.

Porque lo cierto, señor Iglesias, es que ustedes los socialistas, que impulsaron en 1992 el Pacto del Agua de Aragón como justificación del trasvase de 1.850 hectómetros cúbicos que traía bajo el brazo el señor Borrell, ahora, paradójicamente, no se caracterizan por su defensa.

Los socialistas no saben, no contestan, dicen en cada sitio (no ya de España sino de Aragón) una cosa distinta. Usted presume en Ejea pidiendo agua para Bardenas; sin embargo, en Jaca sus compañeros se oponen a Yesa y al Pacto del Agua en su conjunto. No hacen más que dar bandazos con el recrecimiento de Yesa: hoy cuestiona su cota, mañana se regodea cuando tiene problemas judiciales, pasado se queja de que las obras están paradas. ¿A qué juega, señor Iglesias? ¿Por qué no explica a los aragoneses que, en 1985, con gobiernos socialistas en Madrid y en Zaragoza, retiraron el proyecto de recrecimiento de Yesa, destinando el dinero que tenía consignado en los presupuestos a otros embalses en otros lugares de España?

Yesa, Biscarrués, Santa Liestra son obras vitales para Aragón y, sin embargo, las han llevado a los tribunales. No he escuchado ni una sola palabra de apoyo del presidente de los aragoneses a la Administración que, contra viento y marea, está intentando resolver nuestros problemas históricos. Ni una sola palabra.

Su Gobierno, que dice defender los intereses de esta tierra, tendría que haberse personado en los procesos judiciales, precisamente, para velar por esos intereses.

¿Por qué no han puesto en marcha, hasta una semana antes de este debate, la campaña de divulgación del Pacto del Agua que se aprobó, a iniciativa de mi Grupo, hace un año en esta cámara?

Son muchas preguntas, señor Iglesias, y pocas o ninguna respuesta por su parte.

La falta de proyecto político de su gobierno tiene como consecuencia la improvisación en casi todas las áreas del ejecutivo.

Concretamente, en acción social es preocupante el descuido con el que son atendidos los sectores más desfavorecidos. No dan respuesta a las necesidades concretas que tienen nuestros ciudadanos. Voy a citarle varios ejemplos.

La magnífica coordinación con el Ayuntamiento de Zaragoza, de la que usted ayer presumía, se traduce en que, en lugar de pagar el 50% de los servicios sociales conveniados con el municipio, su Gobierno solo está aportando el 12,87%.

El hecho de que Aragón tenga una de las mayores tasas de envejecimiento de Europa no se corresponde con una decidida política de atención a nuestros mayores. No crean suficientes plazas residenciales de carácter público, ni controlan la calidad de las existentes, ni impulsan los servicios de proximidad.

En materia de inmigración, crean un foro y una comisión, que solo han servido para colocar a determinadas personas, y que, sin embargo, no solucionan problemas concretos como el de los temporeros.

Lo mismo ocurre con el apoyo a la familia: mucho hablar sobre la institución, pero su Gobierno niega ayudas económicas a las familias numerosas e impide que familias con mayores a su cargo tengan algún tipo de auxilio económico, como le ha propuesto el Partido Popular.

Sus políticas de igualdad también dejan mucho que desear, en especial, las destinadas a mujeres solas, con hijos menores o minusválidos a cargo y con recursos económicos escasos, o a las mujeres que sufren violencia doméstica.

En materia sanitaria, el consejero se prodiga presentando, día sí, día también, planes y más planes que no se concretan en nada y que no buscan otro efecto que el de la propaganda política. La cruda realidad es que, tras nueve meses gestionando las transferencias, ustedes todavía no han empezado las obras previstas en hospitales como el de Huesca y Barbastro, a pesar de que venían ya presupuestadas desde el Insalud. Y las listas de espera quirúrgicas, de las que usted ayer, casualmente, se olvidó en su larga lista de TAC, escáneres y todas las demás cosas, se han disparado, aumentando la demora media de dos meses a finales del año pasado a tres meses actualmente y pasando la espera mayor de seis meses de ninguna persona en diciembre de 2001 a mil ciento veintiocho personas después de agosto de este año.

Sin embargo, el mejor escaparate donde contemplar su falta de proyecto político está en la educación, donde se evidencia con toda su crudeza lo volubles, lo efímeros que son para ustedes los programas y pactos. ¿Qué ha sido del Pacto por la Educación? Una cadena de incumplimientos y verdades a medias.

Mientras, el balance de la gestión educativa -de su gestión educativa- se parece a un campo de batalla: muertos y heridos por doquier, una consejera, varios directores generales, tres presidentes del Consejo Escolar, algunos ceses fantasmas, miles de euros de déficit, un enfrentamiento entre la escuela privada y la pública y una huelga del sector. ¿Hay quién dé más?

Señoría, la educación debe ser el buque insignia de cualquier Gobierno que quiera sentar las bases de una sociedad cada vez más próspera y desarrollada. Ustedes, sin embargo, han convertido el Departamento de Educación en el paradigma de su fracaso, en el talón de Aquiles de su ejecutivo, donde se evidencian su falta de proyecto y su incapacidad para gestionar correctamente las competencias que ostenta. Por cierto, usted ayer renegaba de unas transferencias educativas que usted respaldó en el año noventa y ocho.

Hemos denunciado el desarrollo de cursos escolares marcados por la falta de criterio, la descoordinación y la extraña habilidad de provocar conflictos con cada nueva decisión. Pero la situación no ha mejorado con la remodelación del equipo; porque el fracaso en la gestión no fue de la señora Alejos-Pita, sino de la coalición Partido Socialista-Partido Aragonés. El curso pasado, el departamento -con otras personas- siguió dando tumbos, apagando fuegos, sin coordenadas e inmerso en un desgobierno interno que le ha llevado incluso a situaciones absurdas, como que miembros del departamento se manifiesten en contra de las decisiones de sus máximos responsables, amagos de ceses y órdenes y contraórdenes cada veinticuatro horas.

Su política educativa es caprichosa; se reduce a gestos de carácter propagandístico, carente de toda planificación, falta absoluta de rigor en la toma de decisiones y generación de polémicas innecesarias e incertidumbre en la comunidad educativa.

Ayer, usted basaba la calidad de la enseñanza en la gratuidad de los libros de texto, en la gratuidad del transporte y en la gratuidad de la educación de cero a tres años. Comprendo por qué no comparte la Ley de calidad estatal.

Ahora, a siete meses de unas elecciones, se permite el lujo de anunciar un plan cuatrienal, que desconocen estas Cortes, de ciento cincuenta y nueve millones de euros, cuando durante tres años y medio no han hecho nada en ese sentido.

Negocia con los sindicatos la paz social para contrarrestar los problemas generados por la firma de los convenios con la concertada, poniendo precio, una vez más, al silencio. Usted ha querido llegar a este debate con la foto hecha, aunque no lo ha conseguido. Sin embargo, todavía no tiene usted una red de centros, ni una ley de financiación, ni probablemente tampoco presupuestos. Es el engaño de mayor envergadura al que nos quiere someter ese departamento.

Respecto de la enseñanza universitaria, disponen del dictamen de las Cortes sobre el modelo universitario, del Libro blanco de la Cátedra UNESCO, con propuestas de actuación muy claras; el propio rectorado ha elaborado un plan estratégico. Todos estos estudios se han quedado en eso: en la fase de estudios. Su dejadez con la universidad ha llegado al extremo de dilatar la puesta en marcha del Plan Universidad 2006. La enseñanza superior está siendo la pagana de los agujeros presupuestarios de la no universitaria.

Señor Iglesias, podría citarle muchos ejemplos sobre cuestiones de las que ha hecho bandera, como el Archivo de la Corona de Aragón, la ley de lenguas o la devolución de los bienes religiosos de la zona oriental, donde, por cierto, en tres años solo se le ha ocurrido mandar una carta tres días antes de celebrarse este debate; o asuntos de los que nunca más se supo, como el Espacio Goya, los parques culturales o el instituto de cultura y patrimonio.

Señoría, usted dirige un partido y una coalición plagados de incoherencias. Su Gobierno decía apoyar la candidatura de Jaca olímpica 2010, mientras el alcalde socialista de esa ciudad pactaba el rechazo a la cita olímpica. Nunca en la historia del movimiento olímpico, nunca, se ha designado una sede que no quiera serlo, nunca.

Podría hacerle también una crítica a su gestión medioambiental, que quedaría, sin duda, deslucida al lado de los recientes acontecimientos que han saltado a la opinión pública y que están salpicando la credibilidad de su Departamento de Medio Ambiente; pero, quizá, su silencio de ayer fue la censura más despiadada de todas.

La talla política de un presidente se advierte a la hora de cesar a un consejero que ha perdido su confianza. La talla humana de un presidente se aprecia a la hora de defender a un hombre en el que se cree. Usted ayer no hizo ni una cosa ni otra; corrió un velo de silencio. No siga callando, señor Iglesias. ¿Está usted de acuerdo con todas y cada una de las actuaciones de su Departamento de Medio Ambiente en relación con el caso de los residuos tóxicos? ¿Está usted en condiciones de ratificar ante esta Cámara a su consejero de Medio Ambiente? ¿O usted no es su presidente?

Señor Iglesias, podría citarle muchos ejemplos del sectarismo que su Gobierno practica hacia los ayuntamientos con alcalde del Partido Popular. No gobiernan igual para todos los aragoneses: los hay de primera o segunda división en función del color político de su alcalde.

Ustedes han convertido la discrecionalidad en arbitrariedad, hasta el extremo de gastar casi catorce millones de euros en asesorías externas, en muchos casos a dedo, sin publicidad y beneficiando a amigos, y eso a pesar de haber duplicado las partidas destinadas a personal de confianza. Han favorecido con subvenciones y adjudicaciones a entidades o fundaciones próximas al Partido Socialista. Están despilfarrando en este último año seis millones de euros en propaganda demagógica -que no publicidad- contra el Gobierno de la nación.

Señoría, su partido es un remolque que, al carecer de tracción propia, se mueve en la dirección que lo arrastra el tractor correspondiente; unas veces de Chunta, otras de Izquierda Unida y las más del Partido Aragonés. Eso, que a usted le parece normal, demuestra que ni tiene usted ni su partido un proyecto político para esta tierra.

Con todo, las enormes carencias de su Gobierno no son lo más preocupante. ¿Sabe lo que es realmente preocupante? ¿Sabe usted lo que causa auténtico desasosiego? Que al presidente de Aragón, a Marcelino Iglesias, parecen inquietarle muy poco estas carencias. El presidente de Aragón solo cree en la cultura de la pancarta. Usted lleva tres años aferrándose a la nada. El primer año de legislatura lo dedicó a frotarse los ojos, pues creía vivir un sueño, un espejismo, una alucinación. El segundo lo pasó muy entretenido nadando en las aguas del Ebro, mientras Chunta le quitaba la ropa. El tercero, cuando comprueban que, además de agua, existen otras cosas, lo han dedicado a vender humo. Usted nos ha endosado discursos sin contenido sobre cuestiones etéreas, que poco o nada preocupan a los ciudadanos, además, por supuesto, de practicar, como denominador común de sus tres años de gobierno, su deporte favorito: el victimismo estéril, que nada tiene que ver con un partido que pretende ser alternativa de gobierno en España.

Todo humo, señoría, como humo es también su discurso de la España interior pobre y la España periférica rica. Tópicos maniqueos, de buenos y malos, de poderosos y oprimidos, de ricos contra pobres, que pudieron funcionar en algunos otros sitios y en otros tiempos, pero no en la España democrática del siglo XXI. Son argumentos rancios y, sobre todo, poco creíbles. Ese discurso no vale, ese discurso aquí ya no vende, porque los aragoneses, aunque usted parezca obviarlo, hace mucho tiempo que alcanzamos la mayoría de edad política.

Hay una conocida zarzuela, señor Iglesias, que nos dice: «Por el humo se sabe dónde está el fuego». El fuego proviene de esas hogueras que usted enciende para desviar la atención de los problemas reales que tienen los ciudadanos. Usted se pasa la vida encendiendo hogueritas para producir humo -que si la reforma del Senado, que si la presencia de las comunidades autónomas en las instituciones europeas-, pero también enciende alguna hoguera que ni las de San Juan. Usted ha abrazado, con el ardor del converso, la nueva fe del predicador Maragall y su catecismo «La España plural y federal». Y, señor Iglesias, ese horno llamado España no está para bollos. Bastantes problemas tenemos en nuestro país con algún que otro nacionalismo irredento para que el secretario general de los socialistas aragoneses, que no debe olvidar que es el presidente de Aragón y de todos los aragoneses, se sume al carnaval de iluminados que circulan por ahí con los cables cruzados. Hace poco, desde esta misma tribuna le avisaba de los peligros. A los cuatro días, el señor Anasagasti era todavía más explícito que yo: «Mi partido [decía el portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso] en realidad está pidiendo lo mismo que el líder de los socialistas catalanes, Pascual Maragall». Señor Iglesias, deje de jugar con fuego.

A usted solo le han preocupado los discursos fugaces, las vaguedades trascendentales, las discusiones bizantinas, no los problemas reales de los ciudadanos. Su gobierno languidece, desorientado, porque no saben qué hacer con Aragón. Su política es incapaz de trascender el victimismo. No sabe construir; para ello es preciso ilusión y optimismo, algo de lo que usted carece y, en consecuencia, es incapaz de transmitir. Usted tiene una visión de Aragón en blanco y negro, aunque ayer pretendiera darle una pátina sepia, cuando nuestra tierra, tan cromática, lo que necesita es una visión en tecnicolor.

Señor Iglesias, el presidente del Gobierno de Aragón ha de tener una visión positiva de las cosas. Su misión es construir. Ya sé que no es fácil, pero tiene que intentarlo. Mire: un proyecto político para Aragón pasa en primer lugar por aprovechar al máximo nuestras potencialidades. Nuestra enorme superficie no debe ser vista como un lastre, sino como un activo a desarrollar, que, unido a nuestra situación geográfica y a las infraestructuras de comunicaciones que está ejecutando el Gobierno de Aznar, debe proyectar a nuestra región hacia el futuro. Ese es el desafío de un Gobierno: saber adaptarse y prepararse para los cambios que se avecinan.

Ya le anticipo, señor Iglesias, que, si los aragoneses nos dan su confianza, el Partido Popular hará una nueva ley de ordenación del territorio en la que se concilie la búsqueda del equilibrio territorial, la ordenación de los usos del suelo y el desarrollo sostenible.

Las personas deben ser el otro foco de atención de cualquier gobierno. La familia ha de ser reivindicada como eje fundamental de la acción política. Mi partido, si gobierna Aragón, creará una dirección general que, superando las medidas puramente asistenciales, haga un planteamiento integral y coordine las actuaciones horizontales sobre la familia, dotándole de partidas presupuestarias suficientes.

Nuestro proyecto incluye igualmente una especial atención al medio rural. Hay que mantener la actividad agraria, lo que implica ya de por sí actuaciones protectoras del medio ambiente. El regadío aragonés debe ser la punta de lanza del desarrollo agrícola y del impulso a la industria agroalimentaria en Aragón.

Quiero una Administración moderna que trabaje para el ciudadano y no contra el ciudadano. Hay que mejorar servicios, hay que acercarlos a la gente, hay que suprimir burocracia y, sobre todo, hay que acudir siempre al principio de subsidiariedad, por el cual lo que puede hacer el nivel más próximo al individuo, o sea, el ayuntamiento, no lo haga otro nivel superior.

La capacidad turística de Aragón es ilimitada. Es un sector de enorme futuro y la nieve debe ser su motor. El Partido Popular pondrá en marcha un plan de la nieve, con una inversión de ciento cuarenta millones de euros, cuyas prioridades serán ampliar la calidad en la oferta y el respeto al medio ambiente.

Acompañar al progreso e integrarse en él forma parte del proyecto que quiero para esta tierra. Las nuevas tecnologías son una gran baza para combatir la dispersión territorial, pero hay que utilizarlas adecuadamente, planificando bien, estando al día y facilitando el acceso a las mismas de todos los aragoneses.

Señor Iglesias -y con esto ya acabo-, mi proyecto para Aragón empieza y acaba en los aragoneses: en una atención sanitaria de calidad, en su educación tanto en la escuela como en la formación profesional y en la universidad. Los aragoneses son el principal activo de esta tierra, solo con optimismo y confianza en sus propias capacidades darán lo mejor de sí mismos. Aragón será lo que los aragoneses quieran.

Y, mire, yo creo en los aragoneses. Yo creo que hay que hacer política en el sentido más noble del término, los políticos hemos de ser algo parecido a ingenieros de ilusiones. Destruir es muy sencillo, yo no malgastare mis energías destruyendo castillos imaginarios, señor Iglesias, dedicaré todos mis afanes a levantar un Aragón del que nuestros hijos puedan sentirse orgullosos.

Muchas gracias. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Alcalde.

Para responder, el señor presidente del Gobierno de Aragón tiene ahora el turno.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señorías.

Señor Alcalde, ¡apañado va Aragón si tiene que poner usted en marcha el discurso que nos acaba de hacer! ¡Apañado va Aragón!

Mire, cuando he hablado de estabilidad, yo no me refería solamente a que Aragón necesita una etapa de estabilidad, es bastante evidente. Nuestra excepción en el Estado autonómico es que no hemos tenido esa etapa de estabilidad, eso ha producido una gran desmoralización y una gran debilidad. Pero no me refería solamente a que necesita una etapa de estabilidad en la presidencia del Gobierno, no me refería exclusivamente a eso, señor Alcalde, me refería a que Aragón necesita otro tipo de discursos compartidos, y el suyo es un discurso absolutamente escatológico [rumores] el suyo es un discurso que no tiene absolutamente nada que ver, absolutamente -señores, tranquilidad- nada que ver con la realidad, nada que ver.

Mire, cuando los medios nacionales, no precisamente próximos a mi partido, hablan de «El despertar de Zaragoza», o de «Zaragoza despega como primer centro logístico del sur de Europa», o «El vecino que despega» [rumores], ustedes se empeñan en hacer un discurso en blanco y negro, un discurso absolutamente catastrofista. Oiga, tiene que cambiar el que le facilita los datos. [Rumores.] ¿Qué dato es creíble para usted? [Rumores.] Mire, para usted puede ser creíble, por ejemplo, cuando hablamos del fiasco en el que está la economía aragonesa, tal como usted nos la ha descrito aquí, para usted son creíbles los datos de la Seguridad Social... Señor Alcalde, ¿los datos de la Seguridad Social son creíbles para usted? ¿O del Instituto Nacional de Estadística? Pues me voy a referir a ellos, que no son de este Gobierno.

Mire usted, aquí no se pueden decir cosas como las que usted ha dicho. Aragón ha crecido en cuarenta y un mil afiliados más a la Seguridad Social, es un dato objetivo, es un dato que contrasta con todo lo que usted ha venido a decir aquí; Aragón tiene cinco mil parados menos, es otro dato objetivo del Instituto Nacional de Estadística; Aragón ha crecido durante estos años con una tasa del 3,4% en su economía, es un dato objetivo; y ha crecido más que todas las comunidades autónomas de nuestro entorno, Cataluña, País Vasco y La Rioja incluidos, más, hemos crecido más. Por tanto, ¿con quién quiere compararnos usted?

Mire, yo entiendo perfectamente el discurso desde la oposición, lo entiendo porque me ha tocado hacerlo, pero hay que contrastar los datos. Fíjese usted en el consumo de energía eléctrica del país, en las noches que hemos tenido visitantes en los hoteles.

Me habla usted de la nieve, me hace un discurso permanente de la nieve, de Montañas nevadas. [Rumores.] Yo tengo la sensación de que usted no conoce como, en el año 1999, lo primero que tuvimos que hacer con respecto a la nieve, después de haber inaugurado la segunda fase de la estación de Formigal por el anterior presidente, a quien quiero respetar profundamente, fue resolver el problema que tenía la estación de Formigal porque no tenía los permisos. Ese fue el problema que tuvimos [rumores], y hemos puesto en marcha a este respecto... Sí, sí, sí, en el año noventa y nueve, en el año noventa y ocho se inauguró la segunda fase de Formigal, donde usted ha estado esquiando, y nosotros tuvimos que resolver las licencias y los permisos porque todo aquello se paralizó después de haberse inaugurado de una manera solemne, subiendo en el telesilla el presidente de la comunidad autónoma con alguna personalidad más. Y, claro, hemos tenido que resolver todas esas cosas porque se había hecho la ampliación sin hacer los papeles anteriormente.

Y, claro, no nos gustaría tener esos problemas. Y durante esta legislatura, ¿qué hemos hecho respecto a ese tema que tanto le preocupa permanentemente? Hemos constituido una empresa conjunta con Ibercaja, que se llama Aramón, que va a ser la primera empresa del país en materia de nieve y de montaña, que es ya la primera empresa del país en materia de nieve y de montaña. Y, mire, no hemos querido desestabilizar esas empresas -a alguien veo con ganas de hablar en las bancadas de su partido-, no las hemos querido desestabilizar, no hemos hecho como se ha hecho en otras ocasiones, hemos mantenido la estabilidad de las empresas, con las personas que hacían bien las cosas al frente de esas empresas, y han ido bien afortunadamente, esas empresas han ido bien.

Mire, en Aragón hemos creado treinta y cinco mil doscientos nuevos puestos de trabajo, lo dice el INE, no lo digo yo, lo dice el Instituto Nacional de Estadística: entre 1999 y 2002 se han creado treinta y cinco mil nuevos puestos de trabajo. Hemos recibido, en un período un poquito más amplio, alrededor de cuarenta y cinco mil inmigrantes, de los cuales hay muchos que trabajan. Son datos muy positivos. La reducción de la tasa de temporalidad, que me preocupa mucho porque es uno de los grandes debates que tiene en este momento el Gobierno con los sindicatos, se ha reducido cuatro puntos respecto a la media de España. La reducción de la siniestralidad ha sido del 30%. En el apoyo a la creación de puestos de trabajo nos hemos gastado doce millones de euros.

Y me ha hablado usted también de la vivienda. Pues, mire, no hemos hecho ni más ni menos que el doble -estamos haciéndolas- de las viviendas que se hicieron en la etapa anterior, justo el doble. Al final de esta legislatura, señorías, habremos terminado, habremos concluido diez mil nuevas viviendas... Diez mil, sí. Siete mil las tenemos prácticamente concluidas ya, en las tres provincias (en Huesca, en Zaragoza y en Teruel).

Y me ha hablado usted de las carreteras. Hemos hecho cinco veces más carreteras que en la anterior etapa. Ustedes renovaron noventa y dos kilómetros de carreteras. El día que fuimos a La Litera y al Bajo Cinca a inaugurar las carreteras, en esa sola inauguración inauguré cien kilómetros. Pero al terminar esta etapa habremos concluido la renovación de quinientos kilómetros de carretera. Por tanto, yo le pido que mire usted los datos, que le hagan bien los datos, porque, si no, nos estaremos equivocando.

Ha hecho usted una referencia a la educación y a la preocupación evidente que tenemos por la nueva ley con la que nos amenazan. ¿Sabe por qué tenemos esta grave preocupación? Porque unos legislan y otros pagan, porque se es muy generoso a la hora de legislar con los dineros de los demás. Y nos está sucediendo permanentemente que unos legislan y otros pagan. Y, claro, esta comunidad autónoma es autónoma porque tiene transferidas la educación, la sanidad, la agricultura, etcétera, y parece razonable que se tengan en cuenta las comunidades autónomas cuando se legisla, cuando se hace una ley general, cuando se hace una ley de bases. De eso me quejo.

En Educación hemos hecho un esfuerzo muy importante como consecuencia de una transferencia que, a mi entender, no fue correcta. [Rumores.] Sí, que a mi entender no fue correcta, y tan poco correcta ha sido que a esta comunidad autónoma le ha costado ya doce mil millones de pesetas. Mire, nosotros tuvimos la responsabilidad... [Rumores.] ¡Sí! Nosotros tuvimos la responsabilidad de hacer la transferencia de sanidad, y, sobre la oferta que nos puso encima de la mesa el señor ministro de Hacienda, en la negociación conseguimos doce mil millones de pesetas más. Es decir, negociamos bien.

Pero la negociación de educación no se hizo bien, es una evidencia, es una evidencia. Y esa negociación a la Comunidad Autónoma de Aragón le ha costado doce mil millones de pesetas. Una mala negociación política del anterior Gobierno le ha costado a esta comunidad autónoma doce mil millones de pesetas.

Mire, la estabilidad y la responsabilidad y las ganas de acuerdo que usted manifiesta, demuéstrelo inmediatamente: participen ustedes en la Comisión de actualización del Pacto del Agua de estas Cortes. Demuéstrelo. Ahí tiene usted la posibilidad de demostrárnoslo.

Me ha hablado del título octavo de la Constitución y ha alardeado del título octavo de la Constitución. Recuerde usted qué hizo el portavoz de su grupo en el Congreso de los Diputados con el título octavo de la Constitución, recuérdelo, para no alardear. No vamos a alardear nadie de nada, pero recuerde lo que hizo el señor Fraga y el apasionamiento y la ilusión que tenía el señor Fraga con el título octavo de la Constitución española. ¡Recuérdelo! Recuérdelo para no alardear.

Y es verdad que yo defiendo que avancemos en la mejora de la cohesión. Lo he dicho en esta cámara y lo he dicho en todos los foros en los que han querido escucharme. Y yo defiendo, como defendía el Partido Popular en el año 1996 en su programa electoral, la reforma del Senado, que ahora se escandalizan.

Fíjese, la frase que usted ha dicho es una frase también extraordinaria: que España está pasando por un momento delicado, «no toquemos España, que pasa por un momento delicado». En eso, estoy de acuerdo con usted. Respecto a lo que es la estructura del Estado y algunas cuestiones relacionadas con el País Vasco, estoy de acuerdo con usted: estamos en uno de los momentos más delicados desde que se aprobó el título octavo de la Constitución, estamos en uno de los momentos más delicados. Hay partidos nacionalistas que, abiertamente, manifiestan y defienden tesis secesionistas. El último debate en el parlamento del País Vasco ha sido un debate donde, abiertamente, el lehendakari ha defendido esta posición, que, evidentemente, yo considero que es algo absolutamente imposible de encajar en nuestra Constitución y absolutamente rechazable por nuestra parte. Pero tengan ustedes en cuenta que el timonel de la nave que nos ha llevado a este momento tiene nombres y apellidos, tiene nombres y apellidos, ¿eh?

Y yo comparto con usted que estamos en uno de los momentos más delicados, desde que se aprobó la Constitución, de la historia y de la situación de la autonomía en nuestro país. Pero no me alardee, por favor, del título octavo de la Constitución ni del apasionamiento que su partido en aquel momento... Yo me alegro de que, en este momento, hayan entendido o hayan comprendido que España es el Estado autonómico y que esta es una fórmula que ha dado a nuestro país los mejores veinticinco años, los mejores veinte años desde la aprobación de los estatutos, en los dos últimos siglos. Pero esto no fue por el apasionamiento que ustedes demostraron al aprobar la Constitución, no fue por el apasionamiento que ustedes demostraron al aprobar el título octavo de la Constitución. Sería por otras cosas.

La apropiación de las grandes obras, señorías. Mire, yo ayer comenté, primero, que quería hacer un discurso optimista frente al que usted ha hecho hoy aquí, y lo sigo haciendo: hago un discurso de confianza en nuestra gente, de confianza en nuestro futuro. Y dije aquí algo que quiero repetir: una sociedad, un país avanza cuando los diferentes gobiernos que se alternan son capaces de continuar los proyectos, los grandes proyectos, sobre todo los grandes proyectos, que suponen la estructura en el territorio. Y cité dos grandes proyectos que el Gobierno actual ha continuado: el proyecto del AVE, que, como ustedes saben, se inició en el noventa y dos, y el proyecto del túnel del Somport. Por hablar de dos proyectos de Aragón.

Yo estuve en la inauguración de las obras del túnel del Somport y he pasado por dentro del túnel del Somport antes del noventa y seis, antes de que gobernara el Partido Popular. Yo he dicho eso porque es bueno, porque en el año noventa y cinco, teniendo yo responsabilidades en la provincia de Huesca, en el año noventa y cinco, el túnel que atravesó ayer el AVE ya lo atravesé yo con la alcaldesa de Ballobar -todavía no tenía el hormigón-, y ese túnel está en la frontera con Cataluña.

¿Qué quiero decir con esto?, ¿saben qué quiero decir con esto? Que es bueno para nuestro país que los diferentes gobiernos sean capaces de enlazar proyectos y de concluir proyectos que otro Gobierno ha iniciado. Y si el proyecto de la alta velocidad lo ha iniciado otro Gobierno, no pasa nada porque lo concluya este. Mire, tampoco lo concluirá este, señor portavoz, tampoco lo concluirá este, señor Alcalde: lo concluirá quien llegue a Francia y quien llegue a Galicia y quien llegue a Portugal y quien llegue a Málaga..., y, por tanto, lo concluirán muchos gobiernos de este país.

Ahora, dentro de los proyectos que tenemos, les dije que me inquietaba, que me preocupaba que se nos haya retrasado tres años la apertura del túnel del Somport, que me preocupaba. Me preocupa la apertura del túnel del Somport porque yo lo pasé andando, y, por tanto, va lento, esto va lento.

Sin embargo, el otro proyecto, reconocí que iba muy bien. Y reconozco, les reconozco que es bueno que se hayan continuado sus proyectos. Como es bueno que nosotros, cuando vemos la estatua de César Augusto, recordemos en Zaragoza que ya él, hace dos mil años, entendió que Zaragoza era un buen sitio para la logística. ¡Ya lo entendió César Augusto!, ¿eh?, señoras y señores diputados. Y todos los gobiernos que ha habido en Aragón y en España han entendido que Zaragoza era un buen sitio para la logística, ¡pero nadie había hecho nada!, ¡pero nadie había hecho nada! [Rumores desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] Y hemos tenido que empezar el proyecto, que expropiar los suelos, que conseguir los permisos y, lo que es más importante, tener un proyecto encima de la mesa que haga que Aragón sea atractivo para empresas de fuera por primera vez en muchos años.

Ayer, yo dije en esta tribuna, señor Alcalde, que era un logro de todos. Yo dije que era un logro de todos, no que era un logro de este efímero Gobierno que se presenta a unas elecciones dentro de seis meses. ¡No! Es un logro de todos, como el resto de los proyectos, es un logro de todos los gobiernos. Ahora, en unos hemos hecho más que en otros. Lo ha apoyado todo el mundo, por tanto, un logro de todos, señor Alcalde.

¡Y alégrese!, alégrese de que las cosas nos vayan bien, de que haya cuarenta mil personas más trabajando en Aragón, de que tengamos cinco mil parados menos. Alégrese de que nos vayan las cosas con normalidad, y también de que tengamos pequeñas coyunturas, que no son las que deben centrar este debate exclusivamente, pero, como cualquier sociedad moderna, tenemos pequeñas coyunturas.

Es decir, el Gobierno cambia periódicamente y usted me dice que fíjese qué estabilidad, que es un Gobierno que ha cambiado en este año un consejero... Pues fíjese qué estabilidad será la del señor Aznar, que ha cambiado de una tacada a ocho... [Risas y aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.] ¡Claro! Por eso, claro, la ventaja que tenemos aquí es que podemos comparar.

Mire, si César Augusto ya consideró que Zaragoza era un buen sitio para la logística, lo importante ha sido que haya habido un Gobierno que lo haya materializado. Y hoy, en Zaragoza, estamos construyendo -estamos, en plural- la mayor Plataforma Logística de Europa, y estamos haciendo carne ese discurso que hemos dicho tantas veces de la maravilla de Zaragoza y de Aragón y que tiene veinte millones de habitantes al lado y que tenemos que hacer funcionar el aeropuerto.

Miren, señorías, para hacer funcionar el aeropuerto, necesitamos que haya una oferta de transportes, y si no se crea una oferta de transportes, el aeropuerto no funciona. Cuando creamos la oferta de transporte, cuando desarrollamos Plaza, entonces es cuando hacemos funcionar el aeropuerto. Cuando negociamos con el Ministerio de Fomento -nos ha costado, pero hemos llegado a acuerdos- que en Zaragoza tiene que haber una segunda estación del AVE, aunque tengamos que pagarla nosotros -porque la pagamos nosotros, porque la vamos a pagar nosotros-, esa es una muy buena negociación con el Ministerio de Fomento, una excelente negociación, aunque la tengamos que pagar nosotros. Pero es muy importante para esta comunidad autónoma que funcione el aeropuerto, que funcione la Plataforma Logística, que funcione la Feria de Muestras, que funcione el empleo y que crezca la población.

Señor Alcalde, en su discurso no ha cabido ni siquiera un pequeño destello de luz, ¡ni uno!, ni siquiera uno. Yo le recomiendo, señor Alcalde, que si usted aspira... Y le felicito, además; no es frecuente que suba aquí a felicitar a la oposición, pero sé que ayer u hoy le han elegido a usted en Madrid candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Aragón. Pues felicidades. Yo no le deseo que tenga muchos éxitos políticos, pero que tenga muchos éxitos personales, sin ninguna duda. Por tanto, quiero felicitarle, porque es un día importante para usted y espero que para su partido.

Pero tengo que decirle una cosa: ustedes tienen el gran atasco en Aragón del agua; no sólo de su discurso, que yo le recomiendo que lo cambie, sino que tienen el gran atasco en Aragón del agua. Y me ha hablado usted del Pacto del Agua. Mire, el Gobierno defiende el Pacto del Agua, la mayoría de esta cámara defiende el Pacto del Agua. No metan el dedo en el ojo a la gente. Todavía no he escuchado que Izquierda Unida haya dicho que no defiende el Pacto del Agua: ha dicho que es partidario de hacer una lectura, pero no ha dicho que no es partidario. Por tanto, aquí hay más de cincuenta diputados, casi sesenta diputados, sesenta y un diputados que están defendiendo el Pacto del Agua. Oiga, pero hemos dicho siempre que sin ningún fanatismo.

Yo le voy a decir una cosa: ¿me puede explicar por qué no se ha colocado la segunda piedra todavía en el recrecimiento de Yesa? Yo se lo puedo explicar, se lo explicaré después. Ustedes han colocado la primera, pero la segunda, no. No hay ninguna objeción, no hay ningún problema jurídico, no hay ningún problema legal. Pero no se coloca la segunda piedra, se hace la foto de la primera y no se coloca la segunda.

Por tanto, le digo con absoluta rotundidad que nosotros apoyamos el Pacto del Agua, estamos haciendo una campaña en este momento de apoyo al Pacto del Agua, por lo tanto, no tenga dudas por ahí, esté tranquilo. Preocúpese de que su gobierno, el Gobierno de su partido en Madrid lo vaya cumpliendo, que hasta este momento -le voy a decir una cosa-, en los presupuestos, llevamos tres años que lo cumplen, en los presupuestos ¿eh?, ahora, en las ejecuciones, nada.

Por eso, cuando usted sube aquí, después de generar los titulares cada mes de septiembre, cuando se presentan los presupuestos generales del Estado, claro, a los tres años, yo le pedí a un senador de mi grupo que preguntara en Madrid cuál era el estado de ejecución en el año 2002 de los presupuestos. Y la contestación por escrito fue que se habían gastado de los setenta y dos mil millones presupuestados, ochocientos cincuenta. Porque, señorías, una cosa es generar titulares en los periódicos de nuestros presupuestos, de los presupuestos que se aprueban en Madrid, y otra cosa es que analicemos la terminación, la liquidación de esos presupuestos.

A mí me interesa lo que se invierte en Aragón, y aplaudo todo lo que se invierte en Aragón, sea del Gobierno central, sea de las comunidades autónomas, venga de Europa el dinero, venga de donde sea. Lo aplaudo. ¡Todo! Con absoluta satisfacción, señor Alcalde, sin ninguna sensación de celos, porque me parece que todo lo que se hace en Aragón en sus infraestructuras es positivo para el conjunto de los aragoneses. Por tanto, ninguna sensación de celos cuando se invierte en Aragón, ninguna, ¡absolutamente ninguna! Pero invertir en Aragón no es que figuren cifras en el presupuesto general del Estado, que es lo que ustedes hacen todos los años.

Le pondré un ejemplo: el aeropuerto de Monflorite, el denominado aeropuerto de Alcalá-Monflorite unas veces; otras veces, de Huesca. ¿Ha estado usted por allí recientemente? Bueno, pues, llevamos tres años que hay alrededor de dos mil millones de pesetas para este aeropuerto.

Todos los proyectos del Pacto del Agua, todos, o sea, empezando por Yesa y terminando..., todos los años tenemos decenas de miles de millones en los presupuestos, y eso, a los aragoneses, les produce una sensación de que esas obras ya están hechas. Claro, después cuando le dice al consejero de Agricultura que está desarrollando en este momento del orden de doce mil hectáreas para los regadíos, necesitamos tener el agua ahí para poder regar.

Por tanto, a mí no me mire como sospechoso desde el punto de vista de la defensa del Pacto del Agua, porque lo he defendido cada vez que he subido a esta tribuna, pero he dicho al mismo tiempo que no pasa nada porque hablemos de ese Pacto, no es una verdad sagrada, no es un dogma de fe, ¡podemos hablar! Y por eso le invito, señor Alcalde, dada su voluntad de acuerdo en el inicio de su discurso, a que se integren ustedes en la comisión que estas Cortes ha puesto en marcha para esta cuestión. Le invito seriamente. Le invito seriamente a que se integre, puesto que, además, he oído, he escuchado en las resoluciones que su partido ha hecho en el último Congreso, he escuchado que ustedes van a mantener una posición elástica, es decir, de hablar.

Por ejemplo. En Yesa, ¿qué es lo que queremos nosotros de Yesa? Lo que resuelva los problemas de la ciudad de Zaragoza y de los regadíos expectantes de las Cinco Villas, ¡eso es lo que queremos! Y esa es nuestra posición, ¡no va más allá! Entonces, señor Alcalde, le recomiendo que haga un discurso más positivo para ser candidato a la comunidad autónoma; estamos ya en el año 2002, vamos a tener elecciones en el año 2003, y le aseguro que los aragoneses verán en usted un candidato más creíble si es capaz de resolver dos problemas: primero, de superar ese discurso en blanco, negro y en negativo, que demasiado tiempo hemos tenido en esta comunidad autónoma, demasiado, demasiado tiempo; segundo, señor Alcalde, si es capaz de convencer a su partido, que es su gran responsabilidad en esta legislatura, de que el trasvase del Ebro es algo absolutamente negativo para la Comunidad Autónoma de Aragón.

Muchas gracias.

[Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.

Para réplica, el señor Alcalde tiene la palabra de nuevo.

El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Iglesias, esta es la síntesis de su legislatura, esta es la memoria de su gestión al frente de la Diputación General de Aragón, esta: en este cómic de doce páginas está contemplada toda su producción intelectual, está todo su proyecto político aquí, este es su optimismo -relea usted esas doce páginas-, este es su optimismo. ¿Cómo pretende usted seguir siendo presidente de Aragón con el optimismo que genera a través de estas publicaciones? No hay tópico, no hay lugar común, no hay mentira, no hay difamación que no esté contenida en este medio que usted ha distribuido, o su Gobierno ha distribuido gratuitamente hace dos fines de semana.

¿Cómo puede hablar usted de estabilidad, señor Iglesias? Qué poca memoria tiene usted, ¡qué poca memoria tiene usted! Hace escasos tres años había un presidente de un Gobierno de Aragón, y usted no dudo en ningún momento, ni le preocupó la estabilidad de esta comunidad autónoma conformando un gobierno distinto. Allá usted [risas], allá usted. Pero a usted no le preocupó la estabilidad en absoluto, como no le preocupó la estabilidad en absoluto en 1993 cuando entró abrazado al señor Marco a estas Cortes y a este hemiciclo, porque usted era el delfín del señor Marco, no le preocupaba la estabilidad de Aragón y de su gobierno a la hora de apoyar y jalear una moción de censura; como no le ha preocupado después conformar otro gobierno legítimo, legítimo ¿eh? ¡Qué mala memoria tiene, señor Iglesias!

Usted me ha llamado catastrofista. Pero usted no me ha llamado a mí catastrofista, usted ha llamado catastrofista a las cámaras de comercio aragonesas, al Consejo Económico y Social, al Instituto Nacional de Estadística, a Funcas, a Unión General de Trabajadores...

Mire, yo, si me permite, si me permite, le voy a leer sobre su Gobierno lo que dice un artículo del secretario general de Unión General de Trabajadores. Se titula «El perro del hortelano», que, aparte de enumerar todas esas cuestiones que le he dicho yo, porque me he preocupado muy mucho de sacarlas todas de este artículo [risas], la conclusión del secretario general de la UGT (sindicato alejadísimo a sus posturas) [risas] dice: «Los problemas no son pocos, pero además se agravan porque la actitud de muchos gobernantes se centra más en dispersar la atención y en buscar disculpas banales, en justificar en vez de actuar, en trasladar los problemas a otros ámbitos o en pasar de ellos si no afectan directamente a su gestión. Eso es lo verdaderamente grave de nuestra comunidad. Dejemos, pues, de marear la perdiz, de echar la culpa siempre a los demás, de justificar lo injustificable con análisis demasiado retorcidos o simplistas. Hay que coger el toro por los cuernos, centrarse en un proyecto común de desarrollo, en un modelo de comunidad, porque he de suponer que todos los aragoneses queremos lo mejor para esta tierra».

Eso es lo que dice el señor Membrado, además de citar todos y cada uno de los problemas económicos de ralentización de la economía, de la construcción que crece muy vinculada a las grandes obras de carácter civil y de infraestructuras... Todos los datos que le he relacionado, todos son sacados de este artículo periodístico, señor Iglesias.

Mire usted, yo no le he dicho que la situación económica de Aragón sea mala. Yo le digo que la situación económica de nuestro país, de España, ha sido excelente durante estos seis últimos años, y usted, en los tres últimos, no ha sabido aprovechar esas condiciones económicas que había en nuestro país. [Rumores.] De manera que los datos, las cifras económicas que -repito- no doy yo, sino dan Hispalink y un montón de instituciones y de institutos de estadística y de institutos económicos, dicen que Aragón no crece al nivel de la media del resto de España. Y eso es lo que lamento como aragonés, que no haya un gobierno de mi comunidad que sepa aprovechar al máximo esas magníficas condiciones que han existido en nuestro país en los últimos años, para ponernos, añadido a nuestra situación geográfica, añadido a nuestras potencialidades, para ponernos a la cabeza de España. Ese es su fiasco, señor Iglesias: el haber sabido desaprovechar esas cuestiones.

¿Cómo me puede hablar usted del holding de la nieve, que viene a solucionar todo? Mire usted, antes no había aquí ningún holding de la nieve, y se ha convertido en un sector puntero el de la nieve de la economía de nuestra comunidad, sin necesidad de holding. Me parece muy bien el holding, ¡pero si era una idea del anterior gobierno! Pero mientras ustedes le daban más vueltas al holding, mientras veían cómo se repartían ese pastel entre los socios, podían haber dedicado estos tres años a invertir en un sector que tiene un problema, el de la competitividad, con otras comunidades autónomas, y que usted ha desperdiciado tres años en esa dura batalla por la competitividad con otras comunidades autónomas, por muchos holding que nos venga ahora vendiendo.

No me hable de vivienda, de las viviendas que quiere o que sueña con construir. Le repito: dígame cuántas llaves ha entregado usted de viviendas en estos tres años, cuántos andamios tiene puestos, si lo quiere más fácil, si no ha entregado ninguna llave; cuántos andamios tiene puestos.

Me hablaba de la Ley de calidad y si el Gobierno central no quiere pagar... Mire usted, léase para empezar lo que firma: usted ha firmado un acuerdo de financiación, usted ha firmado un acuerdo de financiación, y el acuerdo de financiación dice lo que dice. «Muy bueno» decía usted ayer que era ese acuerdo. Y yo lo comparto con usted. Dice lo que dice, que esta cuestión tendrá que ser en el Consejo de Política Fiscal y Financiera donde la tendrá usted que plantear.

Pero le voy a decir una cosa, le voy a contar una anécdota, señor Iglesias, de a dónde nos ha llevado la educación del Partido Socialista y las leyes políticas educativas del Partido Socialista. Yo, este verano, estaba en un pueblo de Andalucía, y había una chica joven, de veintiún años, que me preguntaba -era bachiller, ¿eh?, no quiero decir con esto que no hubiera tenido estudios-, y me preguntaba: «Y tú, ¿dónde vives?» Le contesté: «en Zaragoza». «¡Ah!, yo creía que vivías en Aragón.» «No, yo, en Zaragoza.» «¡Ah!, ¿pero no vivías en Aragón?» [Rumores.] No sabía una estudiante andaluza que Aragón era una comunidad española, y eso es porque la LOGSE y sus leyes educativas han centrado la educación exclusivamente en que aprendan nuestros estudiantes solamente aquello que nos rodea y aquello que tenemos al lado.

Y eso no cuesta dinero, señor Iglesias, el formar, el dar una calidad en la enseñanza, el que nuestros alumnos, nuestros hijos puedan competir en las mejores condiciones con los alumnos europeos, con los alumnos de otras comunidades, eso no cuesta dinero, eso es cambiar los currículum y eso es cambiar las doctrinas... [Rumores.]

Usted me hablaba de... -también ha parecido negarlo- de que dijera que eran unas buenas transferencias educativas las que recibimos. Mire, aquí está el Diario de sesiones, aquí dice usted: «Ustedes desde el Gobierno bendijeron esas cifras -se refiere a ochenta mil millones-, y a nosotros nos parece bien: es un cálculo correcto-». Diario de Sesiones de esta cámara.

Sigue invitándome a la comisión de actualización, o de revisión o de relectura -o como quiera llamarle- del Pacto del Agua; que no, señor Iglesias: ¿cómo me va a invitar usted, que no cree en el Pacto del Agua, a participar en una comisión que lo que pretende es revisarlo a la mínima, a la baja? ¡Que no!, que ahí tiene la comisión de seguimiento, que en mayo le convocó el secretario de estado -no a usted sino al presidente de esta cámara- para formalizar una reunión de la comisión de seguimiento, que ese es el órgano que contempla el propio Pacto del Agua para debatir cualquier cuestión que se refiera a dicho pacto. Luego seguiremos hablando de agua.

Ha hablado usted del título VIII de la Constitución y me ha echado en cara -no sé los años que tiene usted; yo tengo cuarenta y siete años, ¡eh!, que yo tengo cuarenta y siete años; por si no lo ha oído usted, y en el año setenta y ocho tenía los años que tenía, que puede usted hacer las cuentas-, usted me ha argumentado lo que hizo el señor Fraga en la Constitución. Yo le podría decir con los mismos argumentos que ustedes en el título II de la Constitución (de la monarquía parlamentaria) se abstuvieron. Me hace esos gestos...: es normal. ¡Si usted entonces no estaba en el ajo! Ustedes se abstuvieron en la votación de la monarquía parlamentaria. No venga usted recordándome esas historias.

Yo me remito a los hechos: desde que entró José María Aznar en el Gobierno de la nación en 1996, el avance, el impulso que han tenido las transferencias de competencias a las comunidades autónomas no tiene precedentes, no tiene precedentes, señor Iglesias. Usted ha recibido desde 1996 las transferencias más importantes, el mayor bagaje en fondos presupuestarios, en dotación de funcionarios, que ha tenido nunca esta comunidad autónoma, y lo ha hecho con un Gobierno de la nación del Partido Popular, que es el que ha propiciado y ha creído en ese título VIII, para que usted hoy pueda presidir, cargado de competencias, una comunidad cada vez con más autogobierno. Y eso lo ha hecho un gobierno del Partido Popular; no lo hicieron, cuando pudieron, durante catorce años, unos gobiernos de Felipe González, unos gobiernos socialistas [aplausos en los escaños del G.P. Popular].

No juegue usted con la situación de España, se lo pido por favor, no juegue usted; no juegue usted tanto con el señor Maragall, que el otro día, en el Parlamento catalán, se abstenía cuando se votaba una iniciativa del señor Carod-Rovira sobre la Ley de Partidos, se abstenía, y tuvieron que votar en contra Convergéncia i Uniò y el Partido Popular. No juegue usted, que no está -como le decía- el horno para bollos.

Usted me decía que los proyectos los empiezan unos y los terminan otros. Sí, señor, tiene usted razón. Coincide también usted con alguno de sus ínclitos compañeros de partido: concretamente con el vicesecretario de organización de su partido, el señor Blanco, que decía el otro día: «El agua va a llegar con un gobierno del PSOE». Esto decía Blanco en Levante el otro día; Blanco: «El agua va a llegar con un gobierno del PSOE». Claro que unos proyectos tienen continuadores, ¡naturalmente que los continúan!

Usted se ha apropiado aquí de muchas cosas. No me diga que es un logro de todos. Es un logro de todos, naturalmente: cada uno hace las suyas; pero usted no se apropie de las de los demás. Porque ¿qué ha hecho su Gobierno en el Plan de las cuencas mineras, por ponerle un ejemplo?, ¿qué ha hecho su Gobierno?: ¿cuántas pesetas?, ¿cuántos euros? ¿Qué paga su Gobierno? ¡Hombre, no me diga usted que paga! En el Plan especial de Teruel, el 50%, pero en las Cuencas Mineras, ni un duro, señor Iglesias, ni un duro. La exposición del 2008 es un proyecto del Ayuntamiento de Zaragoza. Pero, ¡hombre!, si ayer nos vendió usted una gestión llena de logros y optimismos. Deje algo para los demás: no se lo quiera usted apuntar todo, que no es así.

Plaza, señor Iglesias, no lo llevaba usted ni lo nombró en su sesión de investidura, no lo citó, porque no existía en su proyecto para Aragón -para empezar, porque no tiene proyecto-; Plaza estaba en el cajón del director general de Transportes y era un proyecto, llamado entonces «Plataforma Logística», del anterior Gobierno. Usted lo ha rebautizado: esa es su picardía, ya se lo he dicho: rebautizarlo, renombrarlo y otra vez para fuera.

Y ahora dejamos para el final -y no me voy a extender, señor presidente- todo aquello relacionado con el agua.

Mire usted, mire usted, ya vale de demagogia, ya vale de engañar al pueblo aragonés, o de pretender engañarlo, porque la gente, como le he dicho, tiene gran madurez política y no se deja engañar. El Partido Socialista dice en cada sitio lo que quieren oír: esa es la primera lección del manual del Partido Socialista: decir en cada sitio aquello que quieren oír, y esa es la lección que mejor se sabe usted de todo el manual.

Mire, ustedes, no le voy a sacar como en otros años todo lo que usted decía, el señor Pina, el señor Pérez Anadón, que decía que el Ebro no podía ser un rehén introductivo de los aragoneses»... No le voy a repetir todas esas citas porque se las sabe ya toda esta cámara.

Mire, yo le enseño un comunicado fechado el 13 del nueve del noventa y tres: «La elaboración del Plan hidrológico nacional y la posibilidad de efectuar trasvases entre cuencas». Aquí dicen ustedes lo que exactamente en estos momentos está diciendo el Gobierno de la nación y lo que usted considera las mayores aberraciones. Ustedes, en cada sitio, una cosa. Mire: «El Partido Socialista del País Valenciano rectifica su rechazo al Plan hidrológico nacional y pide ahora que las obras se ejecuten ya»; «El Partido Socialista del País Valenciano dice que ignora la posición de los socialistas aragoneses sobre el trasvase». Cuénteselo, hombre, en la ejecutiva; cuénteselo, que no lo saben.

Mire hay cosas tan curiosas como que el señor Marraco, recientemente, en una entrevista decía: «No se puede estar contra el Plan hidrológico nacional y defender con uñas y dientes el Pacto del Agua». Eso es lo que está haciendo, y, por eso, porque usted sabe que tiene más razón que un santo el señor Marraco, usted no defiende el Pacto del Agua, y usted ayer no citó para nada el Pacto del Agua. En cada sitio, salvo cuando va a Ejea a manifestarse, se cuida muy mucho de defender el Pacto del Agua, porque a usted ni le interesa el regadío ni le interesa el Pacto del Agua, porque sabe que es incompatible con el Plan hidrológico nacional.

No falte a la verdad cuando dice que no hay nada hecho del Pacto del Agua. Mire usted, obras terminadas: doscientos cuarenta y un millones de euros; obras en ejecución: quinientos cincuenta millones de euros; obras pendientes de firma de contrato: doscientos diez. El Pacto del Agua está lanzado a más del setenta por ciento en estos momentos [rumores]... Sí, señorías, que ustedes pretendan confundir el que Santa Liestra haya tenido un traspié jurídico -que le repito: me gustaría ver al presidente de mi comunidad defendiendo al Gobierno de la nación que quiere hacer esas obras, apoyándolo y personándose en los procesos judiciales-..., no confunda esos traspiés jurídicos, no confunda el que en obras significativas, en obras vitales, esté en estos momentos el Ministerio de Medio Ambiente, esté la Confederación Hidrográfica del Ebro mirando con lupa cualquier detalle para que no vuelva a surgir ningún problema de tipo de judicial, no confunda usted esto engañando y diciendo que no se están haciendo las obras, porque eso no es verdad.

Mire -y ya acabo, señor presidente, voy a ser breve-, ya vale de discursos de España del interior explotada y España del litoral opresora. Mire usted lo que decía el otro día el secretario general de los socialistas murcianos, el señor Ortiz; el señor Ortiz decía: «El Estado tiene previsto invertir en Aragón el próximo año novecientos treinta y seis millones de euros, mientras que en Murcia solo serán cuatrocientos veinticinco millones. A su vez apuntó que en Aragón el Estado invertirá el próximo año un 220% de la media nacional, mientras que en la Región de Murcia se situará en el 91%. A su juicio estas cifras evidencian que el presidente del Gobierno, José María Aznar, a los murcianos nos da discursos y promesas, y a los aragoneses, los euros. Esto es un contrasentido y una injusticia total y absoluta», dice el socialista murciano. [Aplausos en los escaños del G.P. Popular.]

Pero es que hay más: «Chaves denuncia el agravio comparativo del Gobierno a Andalucía al traspasar las políticas activas de empleo a Aragón», diciendo que es también un nuevo agravio comparativo el que a Aragón vengan unas competencias y ellos no las tengan. Pero es que va a más: ustedes están continuamente quejándose y diciendo que el trasvase lleva una marcha de AVE y que las obras del Pacto del Agua van en ferrocarril tercermundista o cosas similares.

Mire usted lo que dice el portavoz de Murcia, el señor Ortiz, mire usted lo que dice; dice: «Hechos: ha transcurrido un año desde que se ha aprobado el Plan hidrológico nacional, y prácticamente han incumplido todas las previsiones. Aquí, a la Región de Murcia lo único que le preocupa es que venga el agua, lo único que necesitamos es que venga el agua», y lo reitera hasta la extenuación. ¿Cuánto tiempo nos van a seguir engañando?, ¿cuanto tiempo va a seguir diciendo cada socialista una cosa distinta en cada sitio?

Usted habla de la participación de las comunidades autónomas, de la participación de Aragón a la hora de conformar la opinión en las instituciones europeas. Mire usted lo que se decía en una reunión en Barcelona en un seminario, en el que participaban, nada, unos «mindundis» como el señor Kohl, el señor Jacques Delors o el señor González, mire usted lo que decían. El más explícito fue el ex presidente del Gobierno español, el señor González, que de hecho descartó rotundamente esa participación de las comunidades autónomas en Europa, al considerar que, «si las regiones tuvieran que intervenir en la toma de decisiones ejecutivas de la Unión Europea, no habría decisiones -dice González-. La opinión de Felipe González es que la participación de las regiones en las instituciones de la Unión Europea no tiene solución». Póngase de acuerdo, señor Iglesias, póngase de acuerdo con sus profetas y con sus compañeros en otras comunidades.

Vale ya de hacer demagogia en esta tierra. Los aragoneses somos mayores de edad, señor Iglesias, y no estamos dispuestos a que se nos siga engañando, a que se nos siga ocultando la realidad.

Catastrofismo en mi intervención, ninguno. Realidad, los datos económicos, por muy duros que les parezcan, los que editan, los que han sacado a la luz instituciones financieras del máximo prestigio aragonés y español, y además personas, como le digo, nada ajenas a su formación política, como es la Unión General de Trabajadores.

Nada más, y muchas gracias. [Aplausos en los escaños del G.P. Popular.]

El medio ambiente sigue usted sin tocarlo, por cierto.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Para dúplica, señor Iglesias, tiene la palabra.

El señor Presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señorías.

Nos lanza usted un discurso inspirado en el señor Membrado, de la UGT; el señor Ortiz, del PSOE de Murcia; el señor Chaves, de Andalucía, y en el señor Felipe González. Pero tampoco sabía que tenían más credibilidad para usted los datos de la UGT que los datos del Instituto Nacional de Estadística. Los que yo le he dado no son de la UGT, ni del señor Chaves ni del señor González. Los que yo le he dado, los que le he dado cuando he hablado del crecimiento económico, del incremento de puestos de trabajo, del incremento de afiliados a la Seguridad Social, son datos del Instituto Nacional de Estadística, no son de la UGT. Lo reconozco, lo siento y pido disculpas a mi amigo Jesús Membrado por no emplear sus datos; pero, en cualquier caso, ni los de la UGT ni los de Chaves ni los del señor González.

Mire usted, Aragón está empezando un nuevo siglo con unas grandes oportunidades, y a mí me gustaría poder contar con ustedes también en esta nueva etapa. Yo no traigo aquí el tebeo en donde el dibujante Postigo -muy bien, por cierto-, de El Periódico de Aragón, pretendía divulgar lo que es el problema del agua para Aragón; no. Ni siquiera traigo el Aragón Popular.

Por tanto, no voy a discutir de estas cosas. Yo le he puesto encima de la mesa los datos del Instituto Nacional de Estadística, y a esos datos me remito; datos del incremento del empleo, del decremento del paro. Datos que manifiestan que la economía de Aragón está creciendo más que las economías de su entorno, está creciendo más que las economías de la Unión Europea, del promedio de la Unión Europea; que estamos creando puestos de trabajo y que, por primera vez en muchos años -no se enfaden, señorías, si esto es así-, Aragón es atractivo para las empresas.

Esto es muy importante, porque, señoras y señores, nosotros nos podemos seguir empecinando en hacer un discurso en blanco y negro. Yo no voy a caer en esa trampa. Yo quiero intentar convencerles a ustedes, señor Alcalde, de que estamos en un momento de oportunidades para Aragón; de que el pasado ha pasado, que hemos tenido un pasado difícil, que hemos tenido unos años difíciles de pasado, dos siglos difíciles, pero que estamos en el siglo XXI, señor Alcalde, y en el siglo XXI tenemos la garantía, aquí en Aragón, de que empezamos a crecer, que nos colocamos en la España que crece -lo dicen todos los datos que manejamos-, que tenemos más población (dieciséis mil aragoneses más, afortunadamente, este año).

Por tanto, no estoy diciendo que estemos en el mejor de los mundos; estoy diciendo que el siglo XXI va a ser un siglo de oportunidades para nosotros y que ustedes tendrían más aprecio popular -perdonen la redundancia- si hicieran un discurso positivo frente a un discurso absolutamente catastrofista. Yo les aseguro que, desde aquí para fuera, el mundo no se ve así. Desde aquí para fuera, la gente está pensando en cómo se instala en la Plataforma Logística; no está pensando a quién se le ocurrió. ¡No, si no importa a quién se le ocurrió la idea! Yo he hablado de César Augusto, hace dos mil años. Y ¿qué más da? Si lo importante es lo que tenemos en marcha, si lo importante es que las empresas están creciendo, si lo importante es que a final de este año va a llegar el ferrocarril de alta velocidad a Zaragoza. Y ¿qué más da quién inaugure ese tramo? Otro tramo lo inauguró otro, el siguiente lo inaugurará el ministro de otro partido. Y ¿qué más da, señor Alcalde? Si lo importante es que lleguen aquí, lo importante es que se hagan las cosas, lo importante es que se resuelva ese grave problema que yo he centrado como problema principal de Aragón, que es el de la continentalidad.

Mire, señor Alcalde, nosotros no tenemos peores empresarios que los vascos, ni tenemos peores trabajadores en Teruel que los sorianos o que los valencianos. ¡No! Hemos tenido menos oportunidades. Y, cuando se resuelva el problema de nuestra continentalidad... Y por eso hago ese discurso -que veo que usted no ha entendido nada- de que en España hay que hacer una reflexión sobre todo lo que sucede en la España del interior, porque no es un problema de Teruel, señor Alcalde. ¿Qué diferencia hay entre Teruel y Soria? ¿Sabe que tiene menos habitantes, y menos habitantes por kilómetro cuadrado, y menos crecimiento, y no tiene el Plan de la minería, y no tiene el Plan especial Teruel? ¿Y qué diferencia hay entre Teruel y Soria y Cuenca, o Guadalajara, o Ciudad Real, o Cáceres, o Zamora? ¿O qué diferencia hay con Jaén, qué diferencia hay? Las veinte provincias que están en el interior del país tienen problemas similares y gravísimos, con un solo espejismo, que es la ciudad de Madrid; el resto se está despoblando, lo mismo que le sucede a la provincia de Teruel. Y yo he intentado que ese discurso no sea solo un discurso de los de la provincia de Teruel, sino que sea una reflexión que se pueda hacer y que se debe hacer en el conjunto de nuestro país. Y lo he dicho en Madrid y lo he dicho en todos los periódicos que lo han querido oír. Y gente muy sensata de su partido, a los que no voy a exhibir aquí, me ha dicho que ese era una de los graves problemas del equilibrio de nuestro país. Y por eso me preocupa el problema del agua: porque lo que hacen ustedes es acelerar, es acentuar el gravísimo desequilibrio que tenemos aquí.

¿Sabe usted que el 85% de la población de nuestro país vive en el 2% de la superficie? Y ¿usted se cree que esa España interior todavía tiene que aportar más recursos, es decir, más activos sobre los que se tienen que apoyar su futuro y su crecimiento, para que crezcan los que ya han crecido mucho como consecuencia de su situación, como consecuencia de que en los años sesenta en España afloró el fenómeno del turismo y se convirtió en la primera industria del país? ¿A esos, con esos vamos a ser solidarios? ¿Esa es la solidaridad que me pide su partido? ¿Esa es la solidaridad que me pide el señor Aznar, que seamos nosotros, los de veinticuatro habitantes por kilómetro cuadrado, que ha tenido que emigrar el 50% de los aragoneses que han nacido en las tres provincias en el último siglo? ¿Nosotros somos los que tenemos que ser solidarios? Ese concepto de solidaridad no lo comparto; y es más, señor Alcalde: considero que es un concepto perverso. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

Por tanto, mire, yo le digo, respecto a estas cuestiones, que no nos vamos a poner de acuerdo por una razón muy simple: mi partido era un partido que había planteado proyectos del trasvase; y el valor que tiene el Partido Socialista de Aragón, ¿sabe cuál es?: que ha sido capaz de cambiar la posición de su partido nacional. Ese es el valor. No el mío, ¿eh?, no el mío. Ustedes suben aquí; los demás portavoces lo dirán. Si es verdad. Si mi partido, desde principios de siglo, era partidario. No había las tecnologías que hay hoy, no había las posibilidades que hay hoy y no había el concepto que hay hoy de lo que es la utilización del agua. Y nosotros tuvimos un debate importante y cambiamos la posición de nuestro partido, y la cambiamos en el parlamento y presentamos un texto alternativo. Y, por eso, cuando el señor Blanco dice no sé dónde -no sé si en Murcia o en Valencia o en Almería- que el agua llegará pronto, esa información la apoyo yo también, señor Alcalde, porque estoy convencido de que llega antes el agua a Almería, estoy convencido de que llega antes el agua a Murcia, estoy convencido de que llega antes el agua a Valencia con las políticas que nosotros proponemos que con esas obras faraónicas que nunca se van a poder hacer. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

Mire, exhiben permanentemente el problema de la reforma del Senado como un elemento de confrontación con nosotros, es decir, los que ya hemos demostrado, señoras y señores, señorías, que somos traidores a la patria, que no somos solidarios, que somos bolcheviques; todos estos son los epítetos, los términos que han dirigido responsables máximos de su partido no a Marcelino Iglesias: al presidente de la Comunidad de Aragón, a quien representa a los aragoneses hasta el mes de mayo. Después, Dios dirá; pero hasta el mes de mayo tendrían que ser respetuosos con la representación de los aragoneses, y todos estos adjetivos absolutamente injustos -no conmigo- son injustos con este pueblo, que mayoritariamente considera que estas políticas son extraordinariamente negativas para nosotros.

Pues bien, mire, ¿sabe por qué soy partidario de la reforma del Senado? Soy partidario de la reforma del Senado porque la Constitución dice que es una cámara de representación territorial y porque funciona bien el Estado autonómico. No se equivoquen: funciona bien. El Estado autonómico no es el problema; ha sido la solución para nuestro país. Y, como funciona bien, yo soy partidario de introducir elementos que lo perfeccionen, y son tres: primero, la reforma del Senado para que represente a las comunidades autónomas, para que haya una representación territorial. ¿Para qué sirve eso, señor Alcalde? Para que yo o el presidente de Aragón o el Gobierno de Aragón, cuando discrepen de un proyecto del Gobierno central, que es legítimo -la autonomía política quiere decir que podemos discrepar, que no hay un pensamiento único, que no hay un proyecto único; eso es una cuestión de sentido común simplemente-, tengamos un sitio donde discrepar. Porque ahora, sin un Senado territorial, lo único que ha podido hacer Aragón es plantear un recurso de inconstitucionalidad, que es la herramienta jurídica más fuerte de que disponemos, y salir a la calle. ¿No sería razonable que tuviéramos un sitio donde hablar, donde discrepar y donde ponernos de acuerdo? Porque yo hubiera tenido que defender delante de Valencia, de Murcia y de Barcelona por qué no soy partidario de ese proyecto, y, por tanto, hubiera estado en dificultades.

Pero yo espero una cosa. Aparte de todas las manifestaciones que ha manifestado aquí, mi partido ha votado un Plan hidrológico que no contempla el trasvase del Ebro, y ese es el gran avance, porque, si mi partido no hubiera hecho eso, cuando cambie el Gobierno, ¿qué seguridad tendrían los aragoneses de que ese proyecto no se va a hacer? Esa es la seguridad que tienen. Porque hay un compromiso con un proyecto, con un Plan hidrológico alternativo que resuelve los problemas del agua, los resuelve más rápidamente, porque es más fácil construir una desaladora, es más fácil optimizar los regadíos, es más fácil recuperar el agua que hacer el trasvase de veinte años.

Mire, el tren de alta velocidad empezó en el ochenta y seis y se terminará en la frontera francesa dentro de diez años. ¿Usted cree que hay alguna ingeniería, alguna empresa que sea capaz de hacer este otro proyecto en el tiempo de vida política tan limitada que le queda al señor Aznar? Por tanto, yo quiero decirles a los aragoneses que esta posición la ganaremos, lo mismo que ganó con Franco Aragón cuando planteaba, en los estertores ya del anterior régimen, el proyecto en los años setenta. También ganó, y también ganaremos ahora.

Soy partidario del Pacto del Agua, señor Alcalde. Soy contrario absolutamente al trasvase del Ebro. Creo que hay soluciones mejores. Y, en cualquier caso, mire, cuando se hacen todos estos proyectos de los que todo el mundo dice: «Yo he hecho la Plataforma Logística, yo he hecho...», me da igual. Pongamos en valor que Aragón, en el siglo XXI, va a tener, y le pido que en esto podamos ir juntos, señor Alcalde, porque su partido es un partido importante -ahora están ustedes en dificultad porque tienen que defender lo indefendible-; le pido que en estas cosas podamos ir juntos, en la defensa de la utilización del agua en Aragón, sin necesidad de meternos el dedo en el ojo. Porque, fíjese si podría yo meterle el dedo en el ojo. ¿Sabe usted el único embalse que se ha clausurado en el Pacto del Agua? Lo ha clausurado el Partido Popular, motu proprio. Es decir, no saque tanto pecho imperial: «¡Todo, hasta el final! Y a quien que no sea capaz de pensar que un metro es un sacrilegio vamos a excomulgarlo». ¡El de Jánovas, el de Jánovas! El de Jánovas está en el Pacto del Agua, el embalse de Jánovas está en el Pacto del Agua, y, unilateralmente, ustedes han considerado [rumores]... Pero, vamos a ver, pero, vamos a ver, eso es una evidencia, es un dato, nos está escuchando todo Aragón, yo no puedo mentir aquí porque, si no, me dirían... [Rumores.]

El Pacto del Agua contiene el embalse de Jánovas, ¿es verdad o no?, está en el río Ara. Unilateralmente, unilateralmente, ¿eh? Cuando hay un pacto hay que reunir a las partes si hay que cambiar algo sustancial. La regulación del río Cinca, que es el mayor río que tenemos en Aragón, es una pieza sustancial, ¿o no? Sí. Bueno, pues esa regulación se ha eliminado, y ustedes ahora están... [un diputado, desde su escaño y sin micrófono, pronuncia unas palabras que resultan ininteligibles] sí, claro, sí, sí, sí, y ustedes ahora están intentando poner el dedo en el ojo a la gente si hay alguno que tiene la duda de pensar que un metro menos de cota puede resolver los problemas. Por favor, vamos a ser coherentes, ¿eh?, vamos a ser serios y sensatos en todos estos planteamientos.

Yo pienso que es necesario para todos. Primero, la estabilidad política supone que los grandes partidos, que los partidos que gobernamos seamos capaces de ponernos de acuerdo en cosas fundamentales para nuestro país, no solamente que tenga que gobernar durante muchos años un presidente, señor Alcalde, sino que seamos capaces de ponernos, resistiendo las presiones externas, de acuerdo en cosas que son fundamentales para el funcionamietno de nuestro país.

Por ejemplo, parece razonable que cuando, en una legislatura, la comunidad autónoma se duplica en competencias, en funcionarios y en responsabilidad, como sucede con la Educación y la Sanidad... Que, por cierto, son como consecuencia de un pacto en esta cámara, en esta cámara, que después ratifica y recorta un poquito el Congreso de los Diputados, pero el pacto de esas transferencias es en esta cámara, ¿eh?, es en esta cámara, no se equivoquen ustedes, ese pacto es aquí, que después recorta un poquito el Congreso de los Diputados... [El señor diputado Gimeno Fuster, desde su escaño y sin micrófono, se manifiesta en términos que resultan ininteligibles]. Todos, todos en el Congreso de los Diputados, pero el pacto es de esta cámara.

Cuando llega ese volumen de competencias, ¿qué es lo que pido? ¿Qué es lo que planteo? Planteo que la estabilidad política es que seamos capaces en Aragón de entender esos grandes proyectos y esas grandes transferencias como una cuestión excluida del debate político. Eso es lo que planteo, no solamente que tenga que haber un presidente veinte años, no, ¡hombre!, no, no es esa la cuestión, no es esa la cuestión, no, no, lo que planteo va mucho más allá: planteo una política que suponga que todos entendamos, los que estamos aquí y los que están fuera de aquí, y los empresarios, y los sindicatos, y los medios de comunicación, que lo que lleva entre manos en este momento la Comunidad Autónoma de Aragón tiene un volumen y una importancia tal que no nos podemos permitir ninguna frivolidad.

Eso es lo que le planteo a usted como responsable de un partido, de un partido importante que en este momento tiene responsabilidades de gobierno en España, para que podamos alegrarnos conjuntamente el día que se hacen infraestructuras, el día que llegan los trenes, el día que se ponen en marcha obras de nuestros pactos, para que podamos debatir y podamos disfrutarlas juntos porque son obras que cimentan de una manera fundamental lo que es el futuro, que en el siglo XXI será un futuro, señor Alcalde, de grandes oportunidades para Aragón.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Es el turno ahora del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista. Su portavoz, señor Bernal, tiene la palabra.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.

Señorías. Señor presidente del Gobierno.

Querría, en primer lugar, en nombre de Chunta Aragonesista comenzar este debate de política general mostrando nuestra satisfacción por estar en la normalidad democrática, nuestra satisfacción por estar celebrando estos días un debate en paz, propio de un país democrático, un país con problemas pero con mecanismos democráticos para poder resolverlos desde la normalidad y desde la convivencia.

Sin embargo, el dolor del mundo no puede sernos ajeno. Si el año pasado todos los grupos estábamos conmocionados por los crímenes del 11 de septiembre, hoy tenemos presentes las imágenes del brutal atentado de Bali y, hoy mismo, de Filipinas, y presentimos incluso la inminente guerra con Irak.

En todo caso, nuestro compromiso, sin abandonar ese horizonte, contra la violencia, el compromiso contra la violencia de esta cámara, en cualquier latitud, es nuestro trabajo, y hoy nuestro trabajo es debatir sobre la situación de este pequeño país que se llama Aragón.

Señor presidente del Gobierno, estabilidad, estabilidad, estabilidad: eso nos repitió usted ayer. Y hay un dicho popular, dime de qué presumes y te diré de qué careces, que le va como anillo al dedo a su discurso de ayer.

Usted articuló el eje de su intervención, no sólo de su intervención, el eje de su gestión de gobierno y el eje de su proyecto político para el futuro en torno a la estabilidad, y nosotros coincidimos con usted en que ese es un objetivo loable y necesario. Pero, precisamente hoy, precisamente en estas semanas, precisamente en estos momentos, su Gobierno no es el mejor ejemplo de estabilidad.

Mire, usted fue investido en esta cámara el 29 de julio de 1999 porque contaba con el apoyo de la mayoría absoluta de la cámara, que le daba una situación de estabilidad al menos para ser investido y para nombrar gobierno. Durante los primeros años de esta legislatura aprobó en tiempo y forma los presupuestos gracias al diálogo con los grupos de la izquierda de esta cámara. Hace un año firmó un pacto tripartito de legislatura con Izquierda Unida justificado por usted en esta cámara en la necesidad de asegurar la estabilidad política y la mayoría parlamentaria, y en ese momento, por cierto, ya no quisieron ni siquiera dialogar con Chunta Aragonesista sobre los presupuestos del año 2002.

Pero, ¿cuál es la estabilidad real hoy? ¿Cuál es la estabilidad que hoy puede presentar ante la cámara y ante la ciudadanía aragonesa? El tripartito solo duró unos meses y hoy su Gobierno no tiene la mayoría parlamentaria que le garantice la estabilidad política. Se ve obligado a retirar proyectos de ley porque no pueden asegurar ustedes que sus iniciativas prosperen. Igualmente, su Gobierno parece renunciar ya a que Aragón tenga presupuesto para el año que viene. En definitiva, usted y su Gobierno no tienen, ni mucho menos, la estabilidad de hace tres años.

Señor Iglesias, en Chunta Aragonesista consideramos que ustedes van a llegar al final de legislatura sin mayoría, sin presupuesto, con escándalos políticos, con el cese, por el momento, de dos consejeros. Deberá reconocerme que al final de la legislatura llegarán, pero sin gasolina, con la luz de reserva encendida y con varias luces de alarma también encendidas. O sea, su Gobierno ya está agotado y, aunque no lo quiera reconocer, ustedes están transmitiendo la idea -y hoy usted la ha transmitido y ayer también, aunque dijo lo contrario- de que la legislatura ya está amortizada.

Esta es hoy la realidad de su Gobierno, no qué querría usted para el futuro y qué estabilidad querría para Aragón, esta es su realidad de hoy. Y, por lo tanto, más acá de preconizar la estabilidad de Aragón a lo largo del siglo XXI, que ya le he dicho que es un deseo plausible, ¿cómo piensa su Gobierno, cómo, díganos cómo, asegurar ese objetivo?, pero ese objetivo de la estabilidad no sólo hasta el año 2057, sino para un plazo más prosaico, más humilde, simplemente para los próximos ocho meses, hasta mayo del año que viene. ¿Cómo? Esta es la cuestión clave en estas próximas semanas y en estos próximos meses.

Y el principal factor de inestabilidad que vemos ahora, más allá de la pérdida de la mayoría parlamentaria, es fundamentalmente la actitud de la coalición de gobierno. El vicepresidente dijo el otro día que prefería no tener presupuesto antes que aprobar los de la oposición. Nos parece un ejercicio de irresponsabilidad que se diga expresamente que se apuesta políticamente por no tener presupuesto. Señor presidente, ustedes tienen la obligación política de elaborar un proyecto presupuestario, traerlo a estas Cortes y negociar con los grupos parlamentarios una mayoría suficiente para sacarlos adelante. Y parece, por el contrario, que ustedes han renunciado a esa obligación política.

Señor presidente, si presuponen -y el señor vicepresidente también lo presupone- que no van a tener mayoría para aprobar los presupuestos para 2003, ¿en qué se basan?, ¿por qué dan por hecho que sí la van a disfrutar para aprobar las leyes de crédito extraordinario necesarias para complementar la prórroga presupuestaria? Es un silogismo un poco complicado este. Puede que algún consejero al que ahora le da igual que haya presupuestos o que deje de haberlos acabe lamentándose porque se le deje sin el juguete para premiar fidelidades en vísperas electorales.

Presumió también usted ayer, señor presidente, en el discurso de diálogo y de capacidad de alcanzar acuerdos. Reconoció que el proceso de comarcalización ha sido posible por la colaboración y respaldo de todos los grupos de la cámara. Y es verdad, es un mérito de todos y es trascendental para el futuro de Aragón. Pero, por el contrario, hay que decir que, a la sombra de ese proceso, que desde nuestro grupo parlamentario consideramos ejemplar (el proceso), a la sombra del proceso, comienzan a manifestarse ciertos usos que nada tienen que ver con la comarcalización y que son auténticos conatos de clientelismo y de uso partidista. Por ejemplo, lo acaecido con la selección de los grupos de acción local de los programas Leader Plus y Proder. Se dijo que era por la comarcalización... ¡No, no! ¡Si es que la comarcalización no afectaba a eso!

Pero le voy a decir más cosas. Las campañitas del señor Biel, el No-Do aragonés nuevo, este de «Hacer comarcas, hacer futuro», esas campañitas, que comenzaron muy bien, comenzaron hablando de nuestras comarcas, diciendo qué había en cada comarca, cuáles eran sus objetivos, señorías, ¿cuánto tiempo hace que oyen ustedes, como un No-Do, esas campañas, que ya no hablan de nuestras comarcas? Hablan de qué hace el señor Biel ese día, de qué hace el señor consejero de Cultura, de qué hace la señora directora del Instituto Aragonés de Juventud, de qué hace el señor director general de Turismo, de qué hace el señor consejero de Medio Ambiente, de qué hace la señora directora del Instituto Aragonés de la Mujer... ¡Ah! ¿Eso son las comarcas?, ¿esos son los comarcanos? Pues, para eso, para esa guerra, para esas campañas huecas, para esas desviaciones, para eso sí que no va haber acuerdo, para eso no hay ni va haber acuerdo, al menos en lo que a Chunta Aragonesista respecta. Comarcalización, sí; mangoneo, no.

En lo que, desde luego, no ha habido diálogo, señor presidente del Gobierno, es en lo relativo a la política hidrológica en el interior de Aragón. Nunca antes se había agravado tanto el enfrentamiento entre el llano y la montaña, al que han contribuido, por cierto, ciertos gestos políticos de su Gobierno en favor de unos y en detrimento de los más débiles permanentemente. Y ya me dirá usted en qué consiste, en qué ha consistido el diálogo y la capacidad de acuerdo en proyectos como el de la ley del Pirineo o el ni siquiera presentado de la ley de lenguas.

Sin embargo, usted y nosotros estamos de acuerdo en los dos grandes retos que usted fijó ayer: la construcción europea y el Estado autonómico, donde echamos en falta, efectivamente, ajustes de carácter federalista. Otra cosa será que lo que usted dijo ayer no sé si responde a mucha estabilidad, porque creo que no es compartido por su socio. A su socio no le gustan ni el federalismo ni la reforma del Senado, bien claro lo ha dicho en varias ocasiones.

Y, claro, usted se refirió como pilar fundamental del futuro, que nosotros compartimos, al proceso autonómico y hacia el futuro. Pero usted también se refirió al pasado de ese proceso autonómico: usted dijo que hemos avanzado en nuestro Estatuto y en nuestro autogobierno -le cito textualmente- «demasiado lentamente, con una lentitud exasperante». Y concluyó la frase diciendo: «Nos vimos obligados a seguir el proceso autonómico con una lentitud a la medida de nuestra paciencia». Lo comparto, lo comparto. Y habrá que mirar hacia el futuro.

Pero, puesto que usted habla de lentitud, vamos a hablar de la lentitud. ¿Por qué hemos estado en la lentitud?, ¿quién nos metió en la vía lenta?

Ha habido tres hitos a lo largo de estos veinte años: el primero, quien se sienta a su lado, un responsable político fundamental que, en enero de 1980, perteneciendo a la UCD, forzó a que Aragón, desde Teruel, desde la UCD turolense y desde ese bello pueblo que se llama Montalbán, nos metiera en el artículo 143 de la Constitución, el de la vía lenta, y por eso hemos estado lentos; en segundo lugar, el segundo hito fue el de los pactos autonómicos del año siguiente, del año ochenta y uno, firmados por la UCD y por su partido, por la UCD y por el PSOE; y el tercer hito en estos años fue el acuerdo de nuevo entre el PP y el PSOE para rebajar el Estatuto que salió de esta cámara en el año noventa y seis, con enmiendas conjuntas presentadas en el parlamento español. Vamos a hablar de todo, pero vamos a hablar hacia el futuro. Yo no quería hablar del pasado ni lo he hecho nunca en siete años aquí, pero, puesto que usted dijo que estamos en la vía lenta, vamos a explicar por qué.

En todo caso, estoy de acuerdo con usted en que hay que mirar hacia el futuro. En eso estamos. Por eso hemos impulsado, desde Chunta Aragonesista y desde otros grupos parlamentarios, la Comisión especial para la profundización y desarrollo del autogobierno, que viene trabajando en estas Cortes, y en la que tenemos depositadas, yo creo que todos los grupos, esperanzas para que señalemos el camino a recorrer en los próximos años.

En el análisis de la situación de Aragón, Chunta Aragonesista va a seguir fiel a su estilo, como lo llevamos haciendo desde hace ocho debates -este es mi octavo debate de estas características; primero, con otro presidente que se sentaba ahí y, ahora, con el que se sienta aquí-, nuestro estilo de hacer una oposición constructiva. Con independencia de que haya gente que últimamente se ponga más nerviosa de lo que suele ser habitual en ellos o de que haya gente que le auguro que todavía se va a poner más nerviosa hasta el mes de mayo. Nosotros vamos a seguir como siempre.

No vemos todo en rosa, como usted, ni todo en negro, como el señor Alcalde. Vamos a tratar de reconocerle, desde nuestro análisis, los aciertos de este Gobierno, que los hay, y también lo que consideramos desaciertos.

El año pasado decía usted de su Gobierno: «Somos cuerdas disímiles, pero sonamos aunadas». Ahora las escuchamos cada vez más desaunadas, cada vez más desafinadas. Se rompió la cuerda Alejos-Pita, se rompió la cuerda Porta e intuimos que pueden romperse más cuerdas en esta función que usted está dirigiendo. ¿Qué quiero decir? Las contradicciones en el Gobierno van a resultar, están resultando cada vez más evidentes, y las flojedades de determinadas consejerías van a ser más evidentes todavía.

Nos congratulamos, señor presidente, del avance del proyecto de la Plataforma Logística Plaza 2000. Sabe usted, y lo sabe porque entonces estábamos juntos en la oposición, que hemos apoyado ese proyecto desde la pasada legislatura, y nuestro deseo es que siga siendo un proyecto de consenso. ¿Y sabe por qué le digo esto? Porque ni va a culminarse en este mandato ni preveo que se vaya a culminar totalmente ni siquiera en el próximo.

Pero, mientras tanto, el aeropuerto de Zaragoza, parte esencial de ese entramado del transporte, se hunde en todos los indicadores, se hunde. Usted dijo ayer que levanta el vuelo: yo digo que se hunde, con las cifras en toneladas de carga, que caen vertiginosamente; con la falta de inversión en sus instalaciones por parte del Gobierno central y de AENA; por la falta de gestión y resultados de la sociedad en la que participa el Gobierno de Aragón, Spainzaz, que es de lo más preocupante. Es una contradicción, señor presidente del Gobierno, es una contradicción o una paradoja que estemos apostando por el gran complejo logístico y, al mismo tiempo, una pieza fundamental, como es el aeropuerto, se derrumba.

Ciertamente, el Gobierno promociona, con el acuerdo de todos, suelo público para la construcción de vivienda protegida, pero la vivienda de promoción pública, la que realizan directamente las administraciones públicas, la que realizan ustedes, cae del 60% de hace una década al 0% en la actualidad. Los precios de la vivienda, tanto nueva como usada, las dos, se disparan por encima de la media española (según los últimos datos, un 17,18% en el segundo trimestre de este año). La realidad es que cada vez resulta más difícil acceder a una vivienda para la mayoría de la sociedad aragonesa, mientras que el fomento de la vivienda de alquiler es, simplemente, inexistente.

Se firmó por fin el convenio para la llegada del AVE y las obras de la macroestación de Delicias avanzan a todo tren, pero las obras del conjunto de las actuaciones se financian con las plusvalías obtenidas por la venta de pisos en los suelos ferroviarios de Zaragoza. Eso, que no se nos olvide; eso, que no se le olvide a nadie. En otras palabras, las pagan los aragoneses, las aragonesas, los zaragozanos y las zaragozanas comprando las viviendas, así se paga, y eso hay que decírselo a la ciudadanía.

La red del AVE se extenderá a Huesca y Teruel y parará en Calatayud, pero, como contrapartida, se avanza hacia el desmantelamiento de la red convencional de ferrocarril, y ciudades como Caspe, Sariñena, Monzón o Binéfar y sus comarcas verán desaparecer los servicios de viajeros.

El AVE llegará a Zaragoza, ya sabemos que llegará a Zaragoza, pero la red de cercanías sigue sin existir en todo Aragón. Es decir, a ver si lo explico: los trenes que sufraga Renfe en toda España, asumiendo sus costosos déficit de explotación, no existirán aquí, no existirán aquí esos trenes de cercanías; pero el déficit de los raquíticos trenes regionales, ese sí, tenemos que pagarlo a medias. O sea, la ley del embudo.

Coincidimos con usted, coincidimos con su Gobierno en denunciar los retrasos en las carreteras de competencia estatal. La autovía Teruel-Zaragoza no sólo es que no estará a comienzos del año 2004, como prometió el señor Aznar, sino que, con suerte, no estará hasta el año 2007. O la autovía Pamplona-Huesca-Lérida, que sigue año tras año con partidas irrisorias en los presupuestos generales del Estado, que no dan ni para proyectos.

Pero el Gobierno de Aragón, en lo que es su competencia, anunció en el año 2000 en esta cámara el debate del Plan estratégico de la red viaria en Aragón 2001-2006. Ya saben cuándo ha llegado: lo anunciaron en el año 2000 y ha llegado esta semana, esta semana.

Se creó en estas Cortes una Comisión para la actualización del Pacto del Agua. En Chunta Aragonesista participamos en esa comisión; el PP no lo hace, bien se lo ha recordado usted. Pero, entonces, ¿cómo se explica que se lance desde su Gobierno una campaña de propaganda a favor del Pacto del Agua? No se dice de cuál. ¿Cuál es el que difunden ustedes en la campaña publicitaria?, ¿el viejo del año noventa y dos, o ese que se supone que van a actualizar? ¿Cuál Pacto del Agua?, porque pueden ser distintos, pueden ser distintos los planteamientos, distintas las obras, distintas las cosas que se plantean.

Dicho de otra manera, ¿cómo es posible que se sufrague con fondos públicos aragoneses el impulso de unas obras cuya ejecución es competencia exclusiva del Estado? ¡Que paguen ellos! ¡Si ellos son los que han estado haciendo las propagandas del Plan hidrológico! ¡Que paguen ellos eso! Así, le hacen ustedes el caldo gordo al Plan hidrológico y al señor Aznar, que presume de la inclusión de las obras en el mismo Plan hidrológico del trasvase. ¿Recuerda, señor Iglesias, quién propuso esa iniciativa en estas Cortes?: el Partido Popular. Por algo lo hizo.

Hablaba usted ayer de una oposición clara y rotunda al trasvase. ¿Qué ha sido del «comando antitrasvase», del pomposo «comando antitrasvase» y de la pomposa «división acorazada» contra el trasvase, refiriéndose al Instituto Aragonés del Agua? Entre ambos, lo que han hecho es lo siguiente, entre ambos: presentar una denuncia en Europa. Igual que otros, igual que hemos hecho otras organizaciones. Nosotros presentamos más de treinta y dos mil, canalizamos más de treinta y dos mil de la ciudadanía.

Segunda cosa que hicieron: alegaciones a los estudios informativos o al minitrasvase de Cataluña. Igual que otros colectivos, entre otros, Chunta Aragonesista.

Y esperemos que también hayan presentado esas mismas alegaciones ante Trasagua por la memoria-resumen para la evaluación del impacto ambiental del trasvase. El plazo se acababa el lunes..., supongo que habrán presentado algo, nosotros sí lo hemos hecho.

¿Esto es lo que han hecho la «división acorazada» y el «comando antitrasvase»?, ¿esto es lo que han hecho desde la Administración aragonesa, con los medios de que se dispone? Esto lo han hecho los ciudadanos normales y corrientes, los colectivos.

Señor Iglesias, mientras los tribunales, con autos y sentencias, van desenmascarando las formas de actuar de la Administración central en los proyectos de Santa Liestra, de Biscarrués o del recrecimiento de Yesa, los van desenmascarando, que ponen, por cierto, los pelos de punta a cualquier demócrata y a cualquier persona que respete el Estado de derecho, usted convoca a regantes y sindicatos agrarios para tranquilizarlos, pero no convoca a los afectados, que también son aragoneses, no convoca a los municipios a los que, por cierto, los jueces les están dando la razón. Puestos a elegir -y yo no le pediré que usted elija-, ¿no debería estar usted y su Gobierno del lado de la legalidad?, ¿del lado de los autos y sentencias?

Mire, señor Iglesias, para luchar contra el trasvase y a favor de la utilización racional de nuestros recursos, para combatir el Plan hidrológico y defender la modernización de los regadíos y el cumplimiento del Plan nacional de regadíos, cuente con nosotros. Pero para defender la nueva cultura del agua y el desarrollo sostenible en Bruselas y en Madrid, pero luego olvidarse de ello en Aragón, para eso no cuente con nosotros.

Quiero pasar ahora a un sector de nuestra economía, el agroganadero, que se encuentra en un momento de total desconcierto, sufriendo una situación de inseguridad.

Aragón es en estos momentos -y bien lo saben sus señorías- una de las tres comunidades perdedoras en la propuesta de la reforma de la PAC. En los debates de los dos últimos años, le advertíamos sobre lo que se nos venía encima; ahora se anuncian recortes que pueden hundir a cultivos como los cereales, los forrajes, el panizo, el arroz, los frutos secos..., unas pérdidas totales para Aragón que podrían superar el 40%, el 40% de los ingresos de las familias que viven de la agricultura en Aragón. Un duro golpe, que no sólo es económico, que es también social y territorial.

Nos preocupa la falta de previsión del Gobierno de Aragón, que carece en estos momentos de un plan estratégico agrario, con el que afrontar estas profundas reformas. Dicho de otra forma, ¿sabemos en Aragón qué cultivos queremos potenciar? ¿Sabemos a qué mercados vamos a dirigirnos con esos productos? ¿Sabemos qué modelo de explotación queremos impulsar? No se sabe, no se sabe.

Respecto a las cuarenta y siete mil hectáreas del Plan nacional de regadíos en Aragón, le reiteramos, una vez más, el apoyo de Chunta Aragonesista. Pero ya desde el comienzo, el ritmo de ejecución dicta mucho de la media de seis mil hectáreas anuales previstas, necesarias para lograr el objetivo; es necesario un mayor esfuerzo, sobre todo en lo referente a los regadíos sociales.

Hay dos asuntos que han generado un descontento en la parte agraria de la sociedad: la falta de actuaciones en las heladas que afectaron al olivar, en La Litera, en el Somontano de Barbastro y en el Bajo Aragón; y la discriminación de la Jacetania, del Alto Gállego, de Sobrarbe y de Ribagorza en la distribución de las ayudas agroambientales imprescindibles para mantener la actividad agroganadera en el Pirineo.

Con respecto al Plan de política demográfica, señor Iglesias, creo estar en disposición de decirle que desconoce lo que ha hecho su Gobierno, porque usted lo destacó ayer y no me lo puede poner de ejemplo de nada. Mire, el Plan integral de política demográfica es uno de los asuntos que me conozco bien, que lo he trabajo bien y que en esta cámara, los grupos logramos un acuerdo importante. El Gobierno de Aragón no ha desarrollado el Plan integral de política demográfica, no ha difundido las medidas aprobadas por estas Cortes, la ciudadanía no sabe ni cuáles son las medidas aprobadas y tan importantes por estas Cortes, y, claro, no lo sabe porque el Gobierno no ha puesto en marcha prácticamente ninguna ayuda complementaria, porque supongo que no se conformará usted como todo bagaje con presentar el carné de familia numerosa ¿verdad?

Otro aspecto que va a acabar sin solución en esta legislatura -y ya van muchas, y eso no debe llenarnos de satisfacción- es que esta legislatura va a acabar y Aragón va a seguir sin disponer de una emisión y un espacio audiovisual propios. No quiero entrar más en ello; ya debatimos suficientemente en esta cámara al respecto. Logramos unos acuerdos: unas veces por mor de los hados, otros de las brujas, otros de la no sé qué..., al final, no vamos a disponer de una emisión audiovisual propia.

Se reafirmaba usted ayer, señor presidente, en las bondades del ya retirado proyecto de ley del Pirineo. Mire, al menos en esto no siga al señor Biel, que anunció que jamás presentaría una ley como esta sin consenso, para, al cabo de unos meses, arrojarla a la cámara contando con que tenía treinta y cuatro diputados y olvidando sus promesas. Recibió el varapalo que merecía. Le recomiendo la lectura de algunos de los documentos e informes relativos a este proyecto de ley auténticamente demoledores. El proyecto, sin precedentes, batió varios récord de prórrogas respecto a los plazos de enmiendas durante meses, y meses y meses, ¿y sabe quién pidió la última prórroga de todas? El Grupo Parlamentario del PAR. ¿Qué le parece?

De todas formas, si tan bueno era ese proyecto, ¿por qué se privaron ustedes y nos privaron a los grupos parlamentarios del debate en esta cámara? Y lo que hicieron es, en seguida, retirarlo a la vuelta del verano.

No confunda -porque ya es la segunda vez que le hemos oído esto-, no confunda la legítima aspiración del Pirineo a tener reconocido el carácter singular de su territorio, cosa que puede y debe hacerse a través de una directriz territorial del mismo, con la necesidad -que nosotros defendemos- de una ley de la montaña de Aragón, igual que ocurre en sus y nuestras admiradas Cataluña, Francia o Europa. ¿Por qué? Porque esa ley regula todas las áreas y municipios con características de tal que hay en Aragón, que, por cierto, representan entre el Sistema Ibérico y el Pirineo la mitad del territorio.

Por cierto, refiriéndome a la ley del Pirineo no puedo eludir una referencia a un asunto colateral a ella: la redacción de informes, de asesorías y de anteproyectos por miembros de la Comisión Jurídica Asesora, esa a quien yo le oí decir ayer a usted que era independiente porque no cobra del Gobierno de Aragón. Un poco más de rigor, ¡un poco más de rigor! Si hay que subirles las dietas, ¡que se le suban!, pero no se vaya por otros lados. Pero, en todo caso, mejor no hablamos hoy de eso y lo dejamos para el debate de la proposición de ley que Chunta Aragonesista ha presentado al respecto.

Pasamos al área sanitaria y social.

Después de la transferencia sanitaria, ya no tenemos que echar las culpas al Gobierno central, sino al maestro armero, que ahora el maestro armero es el señor consejero de Salud del Gobierno de Aragón. Y a pesar de leyes como la de la Salud y de varios planes que es necesario llevar a la práctica, en Sanidad no es oro todo lo que reluce: las listas de espera siguen afectando a ciento treinta mil personas, listas que evidentemente hay que gestionar y agilizar para evitar casos de demora desproporcionados; listas que han aumentado, que han aumentado durante el verano, y que habrá que dar -nosotros se lo damos- un margen hasta el mes de diciembre para ver si el decreto que se ha anunciado como plan de choque da resultados.

La gestión de los servicios sociales no se realiza directamente por parte de la Administración, sino que se adjudica a lo que se denomina, eufemísticamente, externalización de servicios. Al menos, se debería pretender que la gestión se realice desde la máxima transparencia, que debería ser un elemento decisivo para garantizar el buen uso de los recursos y la confianza de la ciudadanía. Y cuando hablamos de transparencia no solamente nos referimos a la honestidad con que se manejan los recursos públicos, sino también a las acciones de evaluación, a la inspección, a la voluntad de sancionar por parte de la Administración.

Es necesario el control externo e interno de todas y cada una de las entidades con las que se convenia o a las que se subvenciona. Hasta el momento, el IAAS se ha dedicado a pedir justificación de las partidas que se reparten, sin controlar ningún otro aspecto, y así pasa lo que pasa: que llegan denuncias a los grupos de estas Cortes, al Justicia de Aragón, a la Inspección de trabajo... Cuando saltaron a la opinión pública determinadas irregularidades en algunas ONG, se anunciaron auditorías por parte del IAAS, que todavía no se han llevado a cabo.

En cuanto a menores, seguimos manteniendo nuestra reticencia a que sean entidades privadas las que gestionen estos servicios, porque se corre el riesgo de que se prime únicamente el criterio económico. En este sentido, les recuerdo que se aprobó una iniciativa en estas Cortes en la que se instaba a que el personal de la reforma de menores perteneciese a la Administración, pero parece que el Gobierno de Aragón no tiene interés en cumplir con este mandato de las Cortes.

El Departamento de Cultura y Turismo pretende ser un reflejo del final de legislatura, de la época de inauguraciones, de cortes de cintas... Pero, al mismo tiempo, es el momento (este final de legislatura) en el que se constatan los incumplimientos, las promesas huecas, los castillos en el aire... En el balance de este departamento, encontramos abundantes ejemplos de grandes proyectos anunciados y luego, con el tiempo, desbaratados como castillos de naipes; proyectos presentados de forma grandilocuente y que nunca llegaremos a ver de la mano de este Gobierno.

¿Recuerdan señorías aquella gran orquesta sinfónica de Aragón que iba a situarnos en pie de igualdad con el resto de comunidades autónomas? Incluso se dejaron oír algunos nombres como posibles directores de la orquesta sinfónica. Proyecto abandonado.

¿Y el espacio Goya, señorías? Un proyecto museístico estandarte del departamento. En mayo del año pasado, ya se presentó la maqueta a bombo y platillo por parte del consejero y se anunció que ya contaba con un acuerdo de financiación. Al parecer, era un gigante con pies de barro, y ya nunca más hemos sabido del espacio Goya. Segundo gran proyecto esfumado.

Tercer proyecto: ley de lenguas. Un proyecto legislativo anunciado por usted en la investidura, requeteanunciado en los debates de política general.... No va a llegar en esta legislatura.

Cal que chiremos os güellos enta os nuestros siñals d´identidá. O rispeto por a pluralidá cultural e por a dibersidá lingüistica desixe ascape lexislar a ixe respeutibe.

I només tenim l’actuasió d’haver marejat un avantprojecte de llei de llengües, que tristement no ha arrivat fins a aquesta cambra. Una altra lexislatura perduda.

Lo mismo podemos decir del Archivo de la Corona de Aragón, del centro aragonés de fotografía, del proyecto audiovisual Birdi, del archivo de tradición oral, del museo de la escuela aragonesa en Huesca... Muchas promesas incumplidas, demasiados proyectos abandonados.

Aragón, hoy en día, no es un territorio con prestigio en el panorama cultural español, ni por supuesto en el europeo. Carecemos de una política cultural, coherente, creativa y moderna, tenemos grandes artistas y creadores en Aragón que triunfan fuera de Aragón, fuera de nuestras fronteras y que trabajan desde su juventud por ser reconocidos.

Sin embargo, es ilustrativa la imagen que ha elegido el consejero de Cultura para que trascendiera nuestra política fuera de nuestra comunidad: la estampa de San Josemaría -todo junto- Escrivá de Balaguer. Esa es la proyección internacional de Aragón escogida por su consejero de Cultura, señor presidente.

Por el contrario, el gran teatro Fleta y el centro dramático de Aragón sí que están en otra línea -¡bendito sea San Josemaría!-, sí responden a concepciones de una política cultural muy distinta a esa otra, y esas sí que las compartimos, merecen nuestro apoyo y reconocimiento, son actuaciones positivas. Son actuaciones positivas, deben ser motor cultural, contando siempre con la participación de las compañías teatrales.

La nefasta gestión del área de acción cultural, con intervenciones calamitosas, está provocando el colapso de los circuitos de artes escénicas, así como de las campañas culturales, algo que conoce usted muy bien, señor Iglesias, de hace años. Pues bien, esos programas, que bien los conoce, consolidados, que acercaban a nuestras comarcas el cine, el teatro, la danza, la música clásica, esos han sido suprimidos de un plumazo. El Gobierno de Aragón que usted preside, y en el que tienen un director general de acción cultural que se llama equis, se desentiende de acercar la cultura al medio rural.

Hemos comprobado también cómo la utilización política de un proyecto, la candidatura de Jaca para unos juegos olímpicos de invierno, ha vuelto a naufragar, dejando el nombre de los Pirineos en muy mal lugar dentro de la escena internacional. El proyecto Jaca 2010 ha sido una de los peor valorados por el propio Comité Olímpico Internacional, de forma imparcial y con criterios técnicos: un nuevo batacazo olímpico, del que el gobierno no parece escarmentar: al día siguiente, presentó, anunció la candidatura para el 2014 -estabilidad para el siglo XXI-.

En lo que se refiere a la enseñanza universitaria, esperamos una cosa: que su gobierno cumpla con el espíritu y con las medidas del dictamen de modelo universitario aprobado por estas Cortes; es decir, que no se tomen medidas contradictorias con él. Por ejemplo, una de ellas sería el apoyo a proyectos de enseñanza superior privada en Zaragoza que entraran en colisión con enseñanzas públicas universitarias impartidas en Teruel, en Huesca o en La Almunia.

Nos congratulamos de la llegada del proyecto de ley de fomento de la investigación, nos congratulamos de que haya llegado; hemos presentado muchas enmiendas porque creemos que es mejorable.

No le voy a repetir la sarta de cosas que le digo cada año en torno al currículum aragonés. Ya casi es preferible que acabe la legislatura y en la próxima la ciudadanía dirá.

Los convenios del segundo ciclo de educación infantil pusieron en pie de guerra a la comunidad educativa. Decían ustedes que no había ningún problema, que eso no afectaba para nada a la enseñanza pública; pero de repente se han visto obligados a preparar un plan de choque para las infraestructuras, para apoyar la enseñanza pública. Por algo hacen ese plan, por algo hacen ese plan, y ustedes ya saben que estaban obligados a compensar aquella medida de alguna manera. Todavía seguimos sin dar pasos en relación con la generalización de la enseñanza de las dos lenguas extranjeras o con la ordenación de los equipos de orientación educativa o con la educación especial.

Voy a pasar al área económica, señor presidente. Porque cuando abordamos en un debate de política general otros muchos aspectos, lo primero que hay que hacer es echar mano a la cartera, porque, si no hay dinero suficiente, no podremos abordar las inversiones y los proyectos y los servicios de calidad que merece la sociedad aragonesa del siglo XXI.

El pasado 1 de enero entró en vigor -y ustedes lo saben- el nuevo sistema de financiación autonómica, y prácticamente en el mismo lote la transferencia del Insalud. Ustedes aprobaron ambos acuerdos; fueron incluso elogiosos ustedes en esta cámara con el resultado final de la negociación. Sin embargo, no han dejado luego de quejarse. El otro día reclamaban a Madrid treinta y tres millones de euros (cinco mil quinientos millones de pesetas). ¡Caramba! ¿Se negoció tan bien esta transferencia, que al final habrá que ir a los tribunales para solucionar los problemas de los flecos? A lo mejor es que no estaba tan bien negociada, a lo mejor es que, como usted ha dicho con educación, en la próxima legislatura dice: «no, es que la negociación del Insalud no estaba bien hecha».

Parecidas cosas podríamos decir de la financiación autonómica: es tan bueno, es tan bueno tan bueno el sistema de financiación que pactaron ustedes, que del acuerdo bilateral del artículo 48 del Estatuto nunca más se supo. Y, encima, la próxima ley de acompañamiento encorseta todavía más la escasa autonomía financiera. Y ahora ustedes ya hablan de invasión de competencias. Eso ya se lo podían haber imaginado ustedes cuando tuvieron que tragarse el nuevo sistema de financiación.

Otras pinceladas tampoco son demasiado coloristas. Los datos sobre el crecimiento del desempleo en Aragón son inquietantes: parece que asistimos a un cambio de tendencia y parece que se aproxima una crisis importante y larga. El hecho de que Aragón presente una tasa de desempleo inferior a la española ya no puede consolarnos, sobre todo si tenemos en cuenta que la comunidad donde más ha crecido el paro (un 8%) ha sido en Aragón, muy por encima del 2,4% del conjunto del Estado.

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor diputado.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Sí, señor presidente.

El paro femenino sigue triplicando al masculino; la temporalidad sigue imponiéndose: el 90% de los contratos del año pasado fueron temporales, lo que provoca una gran precariedad laboral, y el precio de esa precariedad es altísimo. Usted no quiso hablar de esto ayer, pero hace menos de una semana se produjo la última víctima, la que hacía el número cincuenta y uno en lo que va de año. De poco sirve que se reduzca la cantidad total de accidentes si se dispara el número de víctimas. Son jóvenes con contrato precario a quienes se les exige un sobreesfuerzo.

De su gobierno esperamos que trate de corregir esta situación, que actúe con sensibilidad social, con vocación realmente progresista, que aproveche el acuerdo social y que tome medidas eficaces a favor de la estabilidad en el empleo y contra la precariedad y la siniestralidad laboral.

Tampoco podemos dejar de hablar estos días del caso que afecta a la empresa zaragozana Walthon. Nuestra sociedad está alarmada, escandalizada, y se pregunta cómo es posible que pueda haber ocurrido algo así, cómo una empresa emblemática como esta ha podido caer en manos de unos personajes a los que difícilmente podemos llamar empresarios: acusados de emitir facturas falsas, de carecer de contabilidad, de rodearse de una banda skin heads y de amenazar a sus trabajadores y a sus familias... ¿Qué más tiene que ocurrir para que la Administración actúe? Y ahora con la intervención judicial parece que se abre un poco de luz; pero, no obstante, creemos que las administraciones competentes deberían analizar lo que ha pasado y tomar las decisiones pertinentes. El caso de Walthon también afecta a la confianza de los aragoneses en sus empresas y en la Administración, que debe velar por el juego limpio y por los intereses de los más débiles, en este caso, ciento ochenta y seis familias.

Los empleados públicos de la Administración de la comunidad autónoma también esperan que este Gobierno reconozca su derecho a la negociación colectiva y comience a negociar un nuevo convenio para el personal laboral, que sustituya al del noventa y ocho, y, por primera vez, un pacto para el personal funcionario. Decimos esto porque el Gobierno de Aragón, la Administración aragonesa, la DGA, ya no es aquel juguete de hace veinte años; es una compleja realidad que va más allá de la homologación salarial: me refiero a la regulación del tiempo de trabajo, a la provisión de plazas y a la congelación de los pluses.

Uno de los departamentos más criticados por Chunta Aragonesista ha sido, desde el comienzo de la legislatura, el de Industria, Comercio y Desarrollo. Por eso pedimos reiteradamente la reprobación del consejero Porta, el cese, y al final, aunque les ha costado, han tenido que darnos la razón. El escándalo del PEREA ha sido, desde nuestro punto de vista, determinante: fue la gota que colmó el vaso y que motivó el cese del señor Porta. Pero, señor presidente, sigue faltándoles a ustedes la valentía para explicar las razones que condujeron a su cese; nos las imaginamos pero no las explican.

En todo caso, mirando al presente y al futuro, poco tiempo va a tener el nuevo consejero para marcar su impronta; pero nos conformamos con que pueda corregir las decisiones más polémicas de su antecesor y arrojar luz sobre las zonas de sombra de la gestión anterior, esto es, que el centro Walqa sea para todos, evitando la competencia desleal; segundo, que se eviten tratos de favor en el reparto del PEREA, y que se garantice que nadie pueda especular, en tercer lugar, con las conexiones de evacuación eléctrica.

El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, termine ya: tiene el tiempo agotado.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Voy terminando, señor presidente.

Que se erradiquen las irregularidades administrativas en la ordenación minera y en el clientelismo en las subvenciones a polígonos industriales.

Voy a acabar, señor presidente, refiriéndome al departamento que también ha sido objeto de nuestras críticas reiteradas.

El tiempo ya hace muchos meses que disipó la duda que al principio de legislatura otorgamos al Departamento de Medio Ambiente, como a todos los demás: el beneficio de la duda, pero ya hace muchos meses que disipamos la duda: no tenemos ya ninguna duda: podemos afirmar que la gestión ambiental ha sido y sigue siendo absolutamente nefasta. Tanto en calidad ambiental como en medio natural hacían falta planes de actuación que superen la mera propaganda oficial. El Departamento de Medio Ambiente ha cerrado con llave el acceso a la información ambiental, que es un derecho básico de los ciudadanos. Muchas decisiones del departamento se han supeditado exclusivamente a criterios políticos, haciendo caso omiso sistemáticamente a los informes técnicos.

¿Qué cree usted, señor presidente del Gobierno?: ¿cree que han primado también criterios políticos en la modificación de las condiciones de explotación del vertedero Omicron Residuos para permitir ahora la importación de residuos en Aragón? Estamos hablando de una empresa que se revaloriza de la noche a la mañana, una empresa que se vende por un precio que multiplica por diez el original, semanas después de que la comisión provincial de ordenación territorial diera el visto bueno a la importación de residuos, que hasta entonces estaba prohibida.

Como reconocía el otro día el vicepresidente del Gobierno, esta operación millonaria canta un poco, y nosotros añadimos: y además desafina. Decía Mariano José de Larra: «Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas». Y eso es lo que hace el señor Longás -por lo visto-. Los pelotazos suelen ser indemostrables en el 99% de los casos. Evidentemente, solo faltaba que quedaran reflejados en los expedientes y firmados a golpe de decreto, ¡ya solo faltaría eso! La responsabilidad política de quienes la tienen no puede escudarse en una supuesta tramitación administrativa ajustada a derecho.

Señorías, que el consejero de Medio Ambiente manifieste no saber quiénes son los socios de la única empresa gestora de residuos tóxicos en nuestra comunidad resulta irrisorio, increíble e intragable -no voy a decir más adjetivos-.

Señor presidente, su consejero de Medio Ambiente ha justificado esta decisión por el interés general, y nosotros decimos: ¿no les parece a ustedes, señorías, que el verdadero interés general es la reducción de dichos residuos tóxicos y peligrosos? Lo que hace falta precisamente, por interés general, es que el Gobierno que usted preside, señor Iglesias, dé explicaciones aclaratorias y convincentes, que hasta el momento no ha dado ante esta espectacular y sospechosa operación, a la que se añade también la adjudicación de importantes contratos de asistencia técnica a empresas vinculadas a los mismos accionistas de Euroresiduos, y es necesario que usted -o colegiadamente con el vicepresidente, como otras tantas cosas- tome decisiones, que tomen las decisiones que tienen que tomar.

La ciudadanía aragonesa está percibiendo este asunto como una sarta de mentiras, y hay quien ha dicho que en este asunto lo que mejor huele de todo es la basura. La gente cree que hay que desenmascarar este asunto, que no es de recibo que el responsable político directo se escude en la ignorancia -la suya- y que su defensa consista en decir: «Sólo sé que no sé nada». Muy filosófico. Penoso y poco convincente. Tomen las decisiones que tengan que tomar.

Y acabo, señor presidente. Cuando en julio de 1999 nos abstuvimos en su investidura, le ofrecimos nuestra colaboración y también le advertimos que actuaríamos con firmeza en la defensa de nuestras convicciones. Estamos ya en la recta final de la presente legislatura. Nuestra oposición siempre ha sido constructiva, y en esa disposición seguimos, a pesar -le voy a refrescar la memoria- de que, el año pasado, la situación de la cámara era otra y su entonces mayoría gubernamental rechazó totalmente nuestra colaboración, tanto las propuestas de resolución en el debate de política general como nuestras aportaciones en el debate presupuestario. Pues bien, aunque los derroteros que está tomando su Gobierno cada vez se alejan más del de nuestras posiciones, desde Chunta Aragonesista vamos a mantener cauces de diálogo permanente. Es decir, seguimos con la mano tendida en cuanto contribuya a hacer un Aragón más sólido, más consciente, más culto, más plural, más tolerante, más igualitario y más libre.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Tiene ahora la palabra para responder el señor presidente.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.

Señorías.

En primer lugar, quiero dejar claro un dato que se está manejando toda la mañana aquí en el debate, señor Bernal, y que hace referencia clara a los datos oficiales. Nosotros tenemos desde 1999 cinco mil parados menos y tenemos cuarenta y cinco mil afiliados más a la Seguridad Social. No son los datos del señor Membrado; son los datos del Instituto Nacional de Estadística.

La segunda cuestión a la que usted hace referencia me parece importante, porque tienen una especial preocupación por las cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Pues bien, yo creo que durante esta etapa se ha dado un avance muy importante en las políticas medioambientales, que han supuesto, por ejemplo, poner en marcha la creación del Instituto Aragonés del Agua, con una dotación muy importante de más de veinte mil millones de pesetas; la depuración de todas las ciudades de más de cinco mil habitantes; la Ley de caza de Aragón; la Ley de creación del patronato del monumento de San Juan de la Peña; el Plan de acción forestal y conservación de la biodiversidad -es algo extraordinariamente importante-; la puesta en marcha de las zonas especiales de protección para las aves, que, precisamente, es la única comunidad autónoma que ha cumplido con este requisito de la Unión Europea.

Hemos crecido hasta ochocientas treinta y cuatro mil hectáreas (es decir, el 30% de nuestro territorio) en lugares de interés comunitario. Estábamos en el 4%; hemos ampliado de una manera muy sensible nuestros espacios protegidos.

Hemos conseguido desde Medio Ambiente resolver y superar un problema que teníamos atascado desde hace ya unos años como consecuencia de una queja a la Unión Europea por los regadíos de Monegros. Se ha resuelto recientemente.

Le hemos planteado al Gobierno de la nación nuestra incomprensión porque comunidades vecinas puedan gestionar sus espacios nacionales, sus parques nacionales, y nosotros no. Mantenemos ahí una tensión. No hay quién explique esto, pero sepa usted que estamos recabando el que Aragón, como los demás, pueda gestionar sus espacios naturales.

Y, fundamentalmente, hemos hecho una labor permanente frente al Plan hidrológico nacional. Lo que ustedes han planteado como una labor menor del denominado «comando antitrasvase» son los funcionarios que están haciendo el seguimiento permanentemente de todos los pasos que se están dando. Se han planteado las sugerencias y se ha contestado hoy mismo al estudio de impacto medioambiental que, camuflado, se presentó hace un mes, y en el que presumimos importantes errores y defectos de forma; entre otras cosas, que no ha sido publicado en los boletines de la Unión Europea, que ha sido troceado el proyecto para no tener que someterse a esta publicación, y un montón de cosas más. Y, evidentemente, desde Medio Ambiente se está manteniendo el pulso con el Plan hidrológico nacional.

Además, hemos puesto en marcha el Plan de gestión de residuos, el Plan de prevención y lucha contra incendios forestales... Quiero decirles que, claro, si hablo de los temas positivos, ustedes me dicen que hablo de Alicia en el país de las maravillas. Pero hemos tenido un 70% menos de incendios; hay un 70% menos de hectáreas que se han quemado. Eso, ustedes no se lo querrán reconocer al Departamento de Medio Ambiente, pero es un dato, es una realidad. Yo no le voy a pedir aquí a la oposición, señoras y señores diputados, un ejercicio que la oposición no puede hacer, y es que venga a aplaudir al Gobierno.

Y, desde el punto de vista de los residuos, del debate que ha surgido últimamente, el Gobierno no tiene ningún inconveniente en lo que no tiene que tener, es decir, en explicar a todo el mundo los pasos que se han dado, y eso es lo que vamos a hacer. Ya ha planteado el consejero que pone el expediente a disposición de la Comisión Jurídica Asesora. Y estamos dispuestos a toda la información y toda la claridad que ustedes necesiten, que ustedes recaben, que ustedes pregunten. Por tanto, ningún ánimo, señor Bernal, de ocultar absolutamente nada. Estarán a disposición de todos ustedes, como no puede ser de otra manera, el resultado, las decisiones, los requisitos que sobre el expediente plantee la Comisión Jurídica Asesora.

La Comisión Jurídica Asesora es un órgano respetable y creo que respetado, y yo soy de los que pienso -puede usted no estar de acuerdo conmigo- que están nuestros mejores juristas o están entre los mejores juristas aragoneses, que es decir mucho, porque nuestros juristas en Aragón tienen mucho prestigio.

Por tanto, a ellos les encomendaremos que hagan un informe, y, en función de ese informe, pues, lógicamente, todos ustedes, todos nosotros, podremos opinar. Yo considero que las cosas están bien hechas. Ahora, de lo que yo no puedo responder es de los acuerdos entre empresas; de eso, nosotros no podemos responder. A mí me puede resultar -lo he dicho en los medios de comunicación- sorprendente -si quieren, inexplicable-, pero yo no puedo responder, el Gobierno no puede responder de los acuerdos que legítimamente hacen las empresas. Si hay cuestiones que no se han aclarado, lo vamos a ver, pero tenemos que verlo con la serenidad necesaria y con la búsqueda absoluta de la luz. Sin ningún problema. Van a tener ustedes toda la colaboración del Gobierno, absolutamente toda la colaboración del Gobierno y del Departamento de Medio Ambiente para que no queden ninguna duda y ninguna zona de sombra.

Pero a este respecto quiero decir algunas cosas más. En primer lugar, que el año 1998, como consecuencia de una normativa básica, la normativa autonómica quedó desplazada. No sé si este es el término preciso, pero la normativa básica, que es superior a la nuestra, desplaza en el año 1998 la normativa autonómica. En segundo lugar, a las comunidades autónomas no se nos permite que pongamos una frontera en nuestro territorio a partir de esa normativa, y, por tanto, estamos obligados a cumplir la normativa.

Pero, fíjense, solo tenemos un vertedero de residuos tóxicos y peligrosos. Imagínese el problema que se crearía en Aragón si nosotros tuviéramos que procesar y almacenar todos los residuos que producimos en nuestro territorio. No tenemos, señor Bernal, ninguna posibilidad de hacerlo, no tenemos ninguna; es decir, no tenemos un espacio, no tenemos un vertedero adonde llevar los residuos de nuestros hospitales, no tenemos un vertedero para los residuos líquidos. Tenemos solo este vertedero, sobre el que en este momento hay un problema que vamos a aclarar y que queremos aclarar.

Ustedes han planteado diferentes fórmulas; nosotros hemos planteado las que consideramos procedentes. Pero, en cualquier caso, estén ustedes tranquilos. Yo quiero decirles que todas nuestras industrias producen residuos, y no es bueno que confundamos lo que son residuos industriales con lo que son residuos tóxicos y peligrosos. No se puede mezclar, no es lo mismo. Es decir, si a Aragón mañana no se nos dejara sacar residuos de nuestra comunidad, los procesos industriales de la mayoría de nuestras fábricas se paralizarían, y yo estoy convencido de que usted no está por ese camino. Usted quiere claridad; nosotros también. Absolutamente convencidos. No hay, a ese respecto, ninguna duda. Por tanto, quédese usted tranquilo, porque van a tener toda la información que precisen para resolver esta cuestión.

Me ha hablado usted de la agricultura, de la educación; ha hecho un repaso de la salud, de la universidad... Ha hecho un repaso usted de todos los departamentos, de todas las políticas que estamos desarrollando.

Mire, me dice que cuáles son nuestras prioridades en agricultura. Pues, evidentemente, estamos desarrollando una política agraria que está muy vinculada a la PAC; por otro lado, como en toda Europa. Pero, para nosotros, ¿qué es prioritario?: la expansión de nuestros regadíos, la modernización de nuestros regadíos, el apoyo a la empresa familiar agraria, a los autónomos, y, al mismo tiempo, el apoyo a la transformación en nuestro territorio de nuestras producciones. Y estoy de acuerdo con usted en que estamos pasando por un momento delicado como consecuencia de la reforma que se nos anuncia de la PAC. Que sepa usted que nuestro Gobierno está radicalmente en contra de esta reforma, y estamos peleando frente a esta reforma de la PAC.

Desde el punto de vista de lo que ha planteado usted en Educación, ya sabe usted -tampoco puedo pedir que la oposición lo subraye, lo suscriba- que los parámetros que tenemos de los institutos nacionales de evaluación nos dicen -debates aparte, ¿eh?- que la situación de la educación en Aragón está por encima de la media nacional. Y de eso nos debemos sentir orgullosos: nos gastamos más dinero por alumno, que es un parámetro, un parámetro de la inversión; estamos creciendo en la inversión respecto al PIB, es otro parámetro importante, estamos en el 4,4 venimos del 4,2; estamos creciendo en las inversiones en la universidad, hemos crecido el 33%; estamos creciendo en el presupuesto global de Educación. Señor Bernal, estamos superando lo que ustedes plantearon como óptimo, lo que todos nosotros planteamos como óptimo cuando se hicieron las transferencias, que era invertir en Educación ciento ochenta y tres mil millones de pesetas; estamos invirtiendo, estamos dedicando a Educación ciento noventa y cinco mil millones de pesetas en este ejercicio.

Un parámetro para medir la calidad podría ser precisamente la relación, la ratio que se dice, entre profesores y alumnos, entre alumnos por profesor: estamos en 11,25 alumnos por profesor, y en la universidad estamos en catorce. Es decir, si esa es una ratio que mide la calidad, nosotros estaríamos en una situación muy por encima de lo que es la media nacional, pero también en fracaso escolar. Si insiste, le daré los números con más precisión. El Instituto Nacional, que se dedica a medir estas cuestiones, nos dice que nuestros alumnos progresan mejor y comprenden mejor también las diferentes disciplinas.

Desde el punto de vista de la estabilidad de la comunidad autónoma, usted me plantea cómo vamos a llegar hasta el final de la legislatura. Pues, mire, le voy a hablar con absoluta claridad: de la misma manera que la iniciamos. Construimos una mayoría alternativa el Partido Aragonés, el Partido Socialista e Izquierda Unida. Durante siete meses Izquierda Unida participó en segundos niveles de gobierno, después se retiró de esta responsabilidad. Es decir, estamos como estábamos al principio. Y yo no dudo para nada, no he dudado ni un momento de que Izquierda Unida se va a seguir comportando con la responsabilidad que ha tenido durante toda esta legislatura, de tal forma que las cuestiones que no ha considerado legítimo apoyar no las ha apoyado, pero ha apoyado al Gobierno en un porcentaje altísimo de votaciones y en todos los temas que ha considerado oportuno. Yo no le voy a pedir nada más, porque no le exigí nada más cuando apoyó mi investidura. Por tanto, el esquema de mayoría en la cámara sigue siendo exactamente el mismo. Si el portavoz de Izquierda Unida, que hablará después, no dice lo contrario, estamos en una situación similar.

Desde el punto de vista del presupuesto, el Departamento de Economía está trabajando en el presupuesto y nosotros estamos en disposición de comentar y de debatir y de hablar con los grupos parlamentarios del proyecto de presupuesto. Si tenemos apoyo suficiente, tendremos presupuesto, evidentemente depende de la voluntad de sus señorías. Pero, en cualquier caso, yo quiero garantizar a esta cámara que los proyectos fundamentales relacionados con el Estado de bienestar, nuestras competencias fundamentales en Educación y Sanidad, los proyectos fundamentales relacionados con el mundo de la nieve (Aramón), que tanto les preocupan a ustedes, seguirán adelante, los proyectos fundamentales relacionados con Plaza seguirán adelante. Pero, desde luego, yo sí creo que sería positivo que pudiéramos conformar una mayoría en torno a un presupuesto, y nosotros lo vamos a intentar.

¿Por qué digo que ha sido excepcional tener tres años seguidos el presupuesto aprobado en tiempo y forma? Porque es otro dato, no es una opinión, es un dato. Es un dato que en esta comunidad autónoma no ha sido frecuente, y, por tanto, no ha sido bueno para la comunidad, para sus inversiones y para su proyecto. Por ello -a usted y a los demás, al portavoz de Izquierda Unida le plantearé lo mismo posteriormente-, sería bueno -porque el consejero de Economía tiene estas instrucciones- que nos pudiéramos sentar y que pudiéramos hablar de cuáles son los proyectos que consideramos prioritarios para el año que viene.

Pero, señoría, el presupuesto, lógicamente, tiene que ser el presupuesto de la mayoría, no solo lo ha dicho el vicepresidente, yo lo subrayo, el presupuesto tiene que ser el presupuesto de la mayoría, tiene que ser el presupuesto de la mayoría que ha apoyado al Gobierno. Ustedes se abstuvieron, dentro de la libertad, y no pasó absolutamente nada, pero la responsabilidad de una abstención supone que no han cerrado la posibilidad de hablar con el Gobierno y de apoyar políticas que coincidan con las suyas.

Fundamentalmente, nosotros tenemos una discrepancia en un tema que preocupa mucho a Aragón, que es el tema del agua, y le voy a explicar nuestra posición y le voy a explicar por qué tenemos una situación y defendemos una políticas radicalmente distintas. Yo no sabría, señor Bernal, defender en Barcelona, en Valencia o en Madrid mi posición contraria al trasvase del Ebro si renunciara a las regulaciones en Aragón. Es decir, yo creo que ahí hay una gran contradicción, y ya sé que usted me dirá que hay muchas obras que usted apoya, pero ahí hay una gran contradicción. Si queremos mantener nuestra capacidad de crecimiento, necesitamos el agua que produce nuestra tierra, que es a lo que aspiramos, no aspiramos a más, y, por tanto, tenemos que transmitir con energía que la queremos aprovechar aquí, que queremos hacer nuestros regadíos, esas cuarenta y siete mil hectáreas, que le agradezco que usted apoye y que tenemos pactadas con el Ministerio de Agricultura y que vamos a desarrollar, y le agradezco que las apoye.

Pero usted me habla, señor Bernal, del enfrentamiento del llano y de la montaña por las obras hidráulicas. Este es un viejo enfrentamiento que me gustaría resolver, que me gustaría acordar, de tal forma que quienes están en la montaña sufriendo las regulaciones pudieran tener la garantía de que se les va a tratar como se merecen, no solo a los individuos y a los pueblos, sino también al territorio, con unos programas de restitución correctos. Pero he de reconocer que hay un enfrentamiento, que hay una dificultad. ¡Pero ayúdennos ustedes! Porque no se trata de emplear la lata de la gasolina, señor Bernal, para ayudarnos en esta cuestión, se trata de que nos podamos sentar los aragoneses, los que quieren regar más, los que quieren que se respeten sus pueblos, entre los que me encuentro, se trata de que nos podamos sentar y podamos hablar de estas cosas, de las que discrepamos también, de las que discrepamos, y que podamos hablar.

Hay un enfrentamiento que se soluciona resolviendo las regulaciones de nuestros ríos. Y nuestras regulaciones fundamentales están en tres sistemas, lo demás es poquita cosa en el mundo del agua, las regulaciones fundamentales, donde hay agua en Aragón es en el Gállego, en el Cinca y en el Aragón, y ahí es donde está el agua. Del resto podemos resolver pequeños problemas locales, pero en eso, señor Bernal, no coincidimos, en eso no coincidimos, y ese es un atasco importante. Y ese atasco, esa falta de coincidencia es lo que hace, señor Bernal, que haya una tensión importante entre unos colectivos y otros, que, sin duda, a mí me gustaría superar. Por eso, cuando me habla de todas estas cosas yo tengo que ser rotundo: discrepamos en toda la política del agua.

Discrepamos en toda la política del agua porque yo soy partidario, somos partidarios, y hay una mayoría del 90% de esta cámara que es partidaria de que aprovechemos el agua en Aragón, de que podamos defendernos del trasvase del Ebro, que será una cuestión que resolveremos dentro de un año y unos meses, que es la etapa de gobierno del señor Aznar y de esta mayoría absoluta. Y, a partir de ahí, resuelto el problema del trasvase del Ebro, tendremos que hablar, tenemos que hablar de lo que está pasando dentro de nuestra comunidad autónoma. Yo, desde luego, como presidente del Gobierno voy a tener la puerta abierta para hablar del problema del agua porque es un problema que nos afecta absolutamente a todos los aragoneses.

El problema que me planteaba con los programas Leader Plus y Proder. También esto creó una gran polvareda, finalmente hemos pasado de que afectábamos al 54% de Aragón a afectar ahora a más del 90%, eso es un avance, señor Bernal, eso es un avance. Y todas estas cosas crean debate, y no me alarma, en una sociedad democrática estas cosas crean debate. Estuvimos dos meses hablando de estas cuestiones, como estamos dos meses hablando de los temas que la opinión pública considera oportunos, y no pasa nada. Nosotros tenemos la obligación de tener una política clara, tenemos la obligación de querer que se desarrolle el conjunto del territorio y de avanzar en ese sentido. Se cuestionaba si era mejor apoyar que estuvieran comarcas como Sobrarbe-Ribagorza en los programas Leader o Proder o la comarca de la Hoya de Huesca: ¡pues las dos, las dos! Y tenemos -insisto- el 97% de nuestros ayuntamientos incluidos en estos programas, y estoy muy satisfecho de que hayamos podido incrementar el volumen de financiación de estos programas, que son programas que están experimentados y que permiten un desarrollo rural muy importante.

Desde el punto de vista de lo que son nuestros grandes proyectos de gobierno, hay otro proyecto de gobierno al que usted hace referencia como si se hubiera degradado. No hemos degradado el proyecto de la comarcalización, no, no, la comarcalización ha tenido el impulso más grande que ha tenido nunca, es una evidencia. Es decir, terminaremos esta legislatura y prácticamente estarán en marcha todas las comarcas, estarán prácticamente funcionando, aprobadas por lo menos, todas las comarcas.

Por tanto, es un paso fundamental en una de las políticas estructurantes de nuestra comunidad autónoma la comarcalización, que supone la descentralización interna y que supone el fortalecimiento de nuestras ciudades intermedias. Y hemos hecho una apuesta rotunda, no solo en comarcalización, sino en dotar de competencias y de recursos la comarcalización. Y yo sé que este era uno de sus proyectos fundamentales, y lo hemos podido hacer, señor Bernal, por unanimidad. Ese es un gran mérito del señor Biel, del vicepresidente del Gobierno, que yo tengo que reconocer, porque este es un proyecto complicado, no es fácil, y, sin embargo, desde el primer momento se ha considerado que en lo que es la nueva estructura política, que será pionera en España para superar uno de nuestros grandes problemas, que es la vertebración política de este territorio, un territorio que se ha despoblado durante mucho tiempo, donde el cincuenta por ciento de la gente vive en Zaragoza, que ha tenido dificultad para tener actividad en las comarcas y en sus pequeñas capitales, y, sin embargo, hemos hecho una apuesta rotunda, en una línea que ha apoyado toda la cámara, y que seguiremos apoyando y que seguiremos desarrollando y, desde luego, que será una transformación histórica, para la cual yo no dudo que contaré en adelante con su apoyo, señor Bernal.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Para turno de réplica, tiene la palabra el señor Bernal.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.

Señor presidente del Gobierno.

Dicen, cuando se celebra cada año, en el mes de julio, el Tour de Francia, que el maillot amarillo da un plus, y que gente que no va muy bien en la contrarreloj incluso va mejor cuando lleva el maillot amarillo.

Y parece ser, por la experiencia que llevo aquí durante dos legislaturas, que el presidente del Gobierno también tiene un plus, como el maillot amarillo del Tour. Pero a mí me gustaría que ese plus lo utilizara, como lo utilizan en buena medida los presidentes del Gobierno y, entre ellos, usted, para tener más altura de miras, más poso para embestir mejor y aguantar mejor las embestidas de otros; para eso, me parece genial. Pero no utilice el plus de presidente para tergiversar cosas que usted sabe que nosotros no mantenemos.

Dice: «Señor Bernal, me dice usted que degradamos la comarcalización». No he dicho eso en ningún momento. No sólo no tengo ningún problema en decir que no se degrada, sino que reconozco el éxito del señor Biel, como él ha reconocido en cada ocasión que ha tenido el apoyo de todos los grupos parlamentarios. Y, hasta ahí, estamos de acuerdo.

Yo no he hablado de la degradación de la comarcalización, le he dicho: la comarcalización es una cosa, sí, adelante; pero que no se utilice esa excusa para hacer otras cosas. Y le he puesto un ejemplo muy concreto, y le he dicho que hay una campaña puesta en marcha por el señor Biel, que se llama «Hacer comarcas, hacer futuro», que ha tenido dos etapas distintas: una primera, a la que no tengo nada que decir, que me pareció ejemplar, muy bien hecha, cogiendo en cada comarca a ciudadanos representativos de ella que tenían proyección y que explicaban su amor por esa comarca, su infancia, cómo se articulaban las relaciones sociales, las relaciones económicas, etcétera, etcétera. Fue una etapa fructífera y creo que respondía al objetivo de esa campaña.

Pero, de un tiempo a esta parte -y no me diga que esto es degradar la comarcalización, porque yo no he dicho eso-, de un tiempo a esta parte, esa campaña sirve para otras cosas: sirve para decir qué actos tiene el vicepresidente del Gobierno ese día -con voz de No-Do además, ya se lo digo-, y sirve para decir dónde están los representantes del PAR en su Gobierno, porque de usted no se informa nunca en esa campaña. Usted también hace comarca, ¿no?, hace futuro, y el señor Bandrés y el señor Larraz y el señor Arguilé... No, de ustedes no se dice nada en esa campaña, sólo del señor Biel, de los consejeros del PAR, de los directores generales del PAR, de las directoras gerentes del IAJ o del IAM. Eso es lo que digo, y eso no afecta a la comarcalización.

Digo que, con la excusa de un programa procomarcalizador, se hacen otras cosas. Eso es lo que digo, no me malinteprete. Ya sé que es complicado el proceso, y creo que está bien llevado el timón, pero que hay veces que el timón se va para otras cosas.

Pacto del Agua: segunda malinterpretación del plus del maillot amarillo, y, además, lo hace con esa elegancia con la que sabe usted hacer las cosas, con la caída de ojos.

Chunta Aragonesista también quiere aprovechar el agua en Aragón. Se lo llevo diciendo desde la legislatura pasada, pero en todos y cada uno de los debates, y usted, que ya es un chico templado desde que salió de Bonansa, sabe entender perfectamente lo que le digo; pero tiene una mano izquierda, y a veces la derecha, que se le va para allá y hace como que no se entera de lo que le digo.

Pues se lo voy a decir no ya sólo a usted, que se lo he dicho muchas veces, sino a la ciudadanía que nos está viendo ahora -mire, tengo que aprovechar este trampolín, esta plataforma-: Chunta Aragonesista está a favor del aprovechamiento del agua en Aragón. Me explicaré por enésima vez.

No distorsione nuestra posición contraria al Pacto del Agua. Estamos de acuerdo en veintisiete de las treinta y una actuaciones de regulación previstas en la cuenca, y en las restantes cuatro, en todas ellas, desde hace años, llevamos planteando alternativas a los proyectos -que no pasan de proyectos- previstos, y que además están siendo bastante mal ejecutados, como demuestran los jueces.

Pero ¿para qué son esas alternativas que nosotros planteamos? Para responder a las expectativas y a las demandas reales, no para despertar más demanda, a las demandas reales: a las demandas de Bardenas, a las demandas de Monegros o de Zaragoza..., pero no para convertir en vasos depositadores de agua para el trasvase. Para eso, no. Para eso, no queremos el recrecimiento de Yesa. O sea, ¿aprovechar el agua en Aragón? Sí. ¿Ser almacenes de agua para el trasvase? No. Queremos aprovechar el agua, pero desde la racionalidad, desde el respeto medioambiental, desde el desarrollo sostenible, desde los mismos parámetros que usted ha defendido en esta cámara referidos al Plan hidrológico nacional.

Y le diré: en Valencia, en Murcia, en Barcelona, sitios a los que usted se ha referido -¿cómo defenderá usted en Barcelona?-, hay colectivos que dicen, idénticamente, lo mismo que nosotros, y que admiten que se aproveche el agua en Aragón, pero que están radicalmente en contra del trasvase. Y le he dicho Murcia, donde parece que tienen que ser muy raritos los que digan eso allí, muy raros y muy valientes, desde que el pensamiento único se lleva por delante la libertad de cátedra, por ejemplo.

Nosotros, por eso, pedimos la moratoria de esas obras que usted sabe muy bien y el impulso de la totalidad de las demás. No me diga que no se están llevando a cabo las obras de regulación hidráulica y de regulación de nuestras cuencas porque Chunta Aragonesista se opone a cuatro, ¡no! ¿Por qué no hacen las otras veintisiete? ¡Que las hagan ya! Y cuando lleguemos a la veintiocho, no se preocupe: usted, el Partido Popular seguramente, el PAR, Izquierda Unida, Chunta Aragonesista, la sociedad, habrán llegado ya a acuerdos.

Estoy de acuerdo, y se lo he dicho siempre, en que sobre ese asunto hay todavía mucho que hablar en Aragón. Nosotros estamos dispuestos a hablar, estamos dispuestos a contrastar nuestras opiniones con las suyas y con las de los demás; pero, entre tanto, ganemos tiempo contra el trasvase. Y usted, en Barcelona, podrá decir eso mismo que decimos nosotros, porque ahí hay quien dice esto mismo. Entre las fuerzas políticas, también, y fuerzas políticas importantes y fuerzas políticas decisivas, seguramente, en el próximo Gobierno de Cataluña.

También nosotros -ya se lo he dicho- nos oponemos a la PAC. Lo único que le queremos decir es que no nos limitemos ustedes y nosotros a oponernos a la PAC. Que, además, en el nuevo escenario que usted ha coincidido conmigo que se está dibujando, en la agricultura europea, en ese escenario, decidamos, definamos, planifiquemos cuál es el papel que Aragón va a jugar. Eso es lo que le quería decir con ese plan estratégico que no tenemos y que creo que es necesario. Y esto no lo decimos sólo nosotros, lo dicen también las principales organizaciones agrarias.

Y como, por fin, señor presidente del Gobierno, usted ha hablado de medio ambiente, voy a dedicar la última parte de mi intervención, de mi réplica, al medio ambiente.

Yo, de entrada, me alegro de que usted aquí, ahora, haya defendido la gestión del señor Longás, como ha dicho, porque ayer se lo despachó en un minuto, a él y al medio ambiente. Como dije, no era ni medio ambiente ni cuarto ni cero coma siete: un minuto de hora y media, un minuto. Y ya sabe usted que, además, lo adobó juntándolo a agricultura (no era un buen síntoma ese).

Pero, bueno, como usted ayer le dedicó un minuto, como al señor Alcalde no le ha respondido a nada de medio ambiente (ya empezaba a preocuparme, y pensaba: «estará el presidente dejando soltar lastre; a lo mejor es que está abandonando de su mano al consejero filosófico que no sabe, no contesta...»), ya que habla de política medioambiental, le voy a decir, en varias actuaciones fundamentales, en qué están consistiendo las actuaciones de ese departamento.

El procedimiento de información, fórmula de participación democrática necesaria e imprescindible, se lo ponen por montera en ese departamento: no contestan a las alegaciones por sistema. Deben estar ocupados en otras cosas.

El acceso a la información está por fijarse, está por articularse. La página web está sin construir.

Los planes de ordenación de recursos, atascados.

Siguen manteniendo figuras tan singulares como aquellas que se denominan «áreas naturales singulares», a modo de saco, donde todo cabe.

Y los planes ambientales anunciados, ¿dónde están? Están ocupados en otras cosas, sin ninguna duda.

¿Qué solución ha dado a la entrada de especies exóticas el Departamento de Medio Ambiente?

¿Cómo aplica la ley del control integrado de la contaminación?

¿Cómo va el Plan de residuos sólidos urbanos?

Hablando de firmar convenios, ¿cómo va la ampliación de ZEPA de Monegros? Claro que se ampliaron las ZEPA de Monegros. ¿Por qué?, ¿por la trayectoria medioambiental de ese departamento? ¡No!: por imposición de la Unión Europea, no por convicción, porque, si no se ampliaban las ZEPA, no había subvenciones, y el señor Longás tuvo que entrar por ahí forzado.

Y el Plan forestal, ¿qué quiere que le cuente del Plan forestal si fue objeto de debate en esta cámara y forzamos en esta cámara que se trajese a las Cortes de Aragón el plan? Un plan que introduce la falsa dualidad de que la conservación es una cosa y la explotación, otra.

Pero vamos ya al asunto del que usted no había hablado, y que yo entiendo que es un..., iba a decirle un canto en el pie, pero es un pedrusco gordo.

¿Ánimo de ocultación? Nosotros no hemos dicho nada de que ustedes tengan ningún ánimo de ocultación. Lo único que le voy a decir es que, por rigor intelectual, cuando se conoció públicamente un hecho relativo a Euroresiduos, este grupo parlamentario, Chunta Aragonesista, solicitó inmediatamente la comparecencia del consejero en esta cámara. Los medios de comunicación se dirigieron al señor consejero para que explicara esto, y el señor consejero, de quien ya sabemos que tiene un respeto por las Cortes de Aragón consolidado y demostrado, dijo durante cinco días a los medios de comunicación: «No, miren, no les voy a dar explicaciones porque yo quería pedir una comparecencia en las Cortes, pero ya un grupo parlamentario [Chunta Aragonesista] me la ha pedido, y, por respeto a las Cortes y a ese grupo que la ha solicitado, yo no les digo a ustedes nada hasta que no vaya a las Cortes, y, en sede parlamentaria, daré las explicaciones...».

El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Bernal, le ruego que vaya terminado.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Acabo ya.

Héteme aquí que el señor consejero hizo caso omiso de eso y, de repente, no sé si alguien le empujó o la ley de la gravedad le llevó a convocar una rueda de prensa y, donde dijo que no iba a haber explicaciones, se puso a darlas allí y el respeto por las Cortes se lo puso por montera. Por eso, ese mismo día, Chunta Aragonesista con Izquierda Unida, dos grupos, hemos solicitado una comisión de investigación, porque por rigor intelectual, ahora, ya no tenemos que esperar a que venga a dar ninguna explicación, porque se ha pasado las Cortes por donde ha querido.

Por eso, hemos pedido la comisión de investigación, y me alegro de que ustedes estén tan de acuerdo en que todo se aclare, en que se ilumine, con lo cual no me cabe ninguna duda de que votarán a favor los grupos parlamentarios que le apoyan para que se constituya esta comisión de investigación. Porque este es un asunto político, no es un asunto administrativo, ni jurídico...

Dice usted que «las cosas están bien hechas administrativamente». Es que yo no le hablo de Administración. Que la Comisión Jurídica Asesora -sí, ya lo dice en la Ley de Presidente-, es gente de reconocido prestigio. Si yo no estoy diciendo nada de eso. Lo que le digo es que qué tendrá que ver el culo con las témporas, que qué tendrá que ver la Comisión Jurídica Asesora con los pelotazos. No me metan a la Comisión Jurídica Asesora con los pelotazos.

Todavía no se ha aportado ni un solo argumento para clarificar ni por parte de usted ni por parte del consejero por qué la resolución de la Dirección General de Calidad Ambiental y el Acuerdo de la Comisión Provincial de Ordenación Territorial contradicen y vulneran el Plan de residuos de Aragón. ¿Por qué lo contradicen con esa resolución? No lo han explicado, ¡no lo han explicado! Puesto que el Plan, ese Plan de residuos de Aragón, sólo admite como posibilidad la introducción de residuos para reutilización, para reciclado y para valoración, no para eliminación como es el caso que nos ocupa.

Por otro lado, el artículo 16 de esa ley del año noventa y ocho de residuos que usted cita, esa ley, ese artículo, no obliga, señor presidente del Gobierno, no obliga, no obliga, entre otras cosas, a la introducción de residuos para ser eliminados, y no obliga en varios casos: cuando la financiación es en parte o total pública, cuando hay fondos públicos, como es el caso que nos ocupa, que hubo fondos públicos para la planta, como hizo el Gobierno de Aragón en su momento.

También está la Ley del principio de proximidad, también está previsto en la ley el principio de proximidad y el de autosuficiencia, ley a la que tanto están invocando estos días. Actualmente y según el Plan de residuos, están entrando en Aragón en todo caso más residuos peligrosos, muchos más residuos peligrosos que los que salen.

Pero querría acabar mi intervención, señor Presidente del Gobierno, diciendo: no se me vaya al lado jurídico, no me mezcle la Comisión Jurídica Asesora con los pelotazos, no sé si la Coja verá algo o no verá en este asunto, porque no creo que los beneficiarios de un pelotazo hayan dejado rastro de ese tipo en un expediente. Ya se lo he dicho: el problema no es jurídico, no es de tramitación administrativa. El problema es político, de información, es una decisión política que favorece a una empresa con accionistas que tienen vinculaciones políticas muy concretas. Este es el asunto.

Mire, en todo caso, le voy a decir una frase que dice alguien que fue director general de Urbanismo con un gobierno socialista y que tiene un cargo importante institucional en el PSOE: «que en el Ayuntamiento de Zaragoza -es portavoz-, cada vez que un suelo pasa de huerta a urbanizable dicen que el precio se dispara». Evidentemente. Pues bien, allí, este representante del PSOE, especialista en urbanismo y en estas cosas dice que «cada vez que ocurre esto, hay pelotazo urbanístico». En casos así, «hay pelotazo urbanístico», dice el PSOE. A este, si allí se le llama pelotazo urbanístico, ¿cómo deberemos llamarlo?, ¿cómo debemos llamar a este caso? ¿No es idéntico el problema o es más grave? Yo creo que es bastante más grave todavía.

Muchas gracias.

El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Bernal.

Turno de dúplica. Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.

Señor Bernal, ya le he dicho, ya le he comentado que esta es una cuestión que tendrá toda la luz y taquígrafos que usted está exigiendo, o sea, esté absolutamente tranquilo. Pero lo que no le puede exigir al Gobierno es que controle las transacciones, las compras y ventas entre las empresas. Señor Bernal, esa no es una responsabilidad nuestra. La responsabilidad nuestra es que la concesiones, que los permisos, que las autorizaciones, se hagan tal y como manda la ley, y eso es lo que demostraremos, lo que demostrará el Departamento de Medio Ambiente cuando corresponda, en primer lugar -como le he dicho- ante la Comisión Jurídica Asesora y, después, como es lógico o cuando ustedes lo consideren oportuno, en estas Cortes. Ya se ha manifestado el consejero en ese sentido.

Pero quiero decirles una cosa: señor Bernal, no confunda cuando sume, por mucha pasión del momento, no confunda residuos industriales con residuos tóxicos y peligrosos, no los confunda, porque es distinto, es absolutamente distinto. Y tampoco confunda la discrecionalidad con la obligación de cumplir la ley.

A partir de 1996, yo he dicho aquí -y sigo reafirmándolo- que la normativa general, con una ley básica, desplaza la normativa autonómica y, por tanto, incluso cuando no nos gusta, tenemos que cumplir la ley.

Por tanto, quédese tranquilo a este respecto que tenemos tiempo suficiente; no se hunde el mundo ni hoy ni mañana y tenemos mucho interés -yo, el primero- en que todo esto quede claro y le quede claro a usted y a la opinión pública de esta comunidad.

Mire, me ha hablado al principio del currículum en Educación. Es muy complicado, es muy complicado resolver el problema del currículum en Educación, antes de que podamos saber cómo queda la denominada «ley de calidad»; tenemos que esperar a ver cómo se resuelve, como se plantea la ley de la calidad, porque, si no, colocaríamos una cuestión encima de otra. Y por tanto, en ese sentido es en el que vamos a atender un tiempo (unas semanas, unos meses), pero usted sabe que se está trabajando en la elaboración del currículum.

Las ZEPA, las ZEPA de Monegros, a las que usted hace referencia, las zonas de protección para las aves, he dicho al principio y sigo manteniendo que somos de las pocas comunidades autónomas del país que tenemos desarrollado ese sistema de protección, de acuerdo con la Unión Europea. Por tanto, eso es importante, y he dicho al principio que hemos incrementado nuestras superficies protegidas desde el 4% de nuestro territorio hasta el 30% de nuestro territorio, que tenemos en este momento, como zonas LIC, protegidas por este Gobierno y por el departamento correspondiente.

No estamos de acuerdo con los temas del agua, porque, claro, cuando usted cuestiona las regulaciones en los tres sistemas donde hay agua, ahí tenemos una dificultad, señor Bernal, lo quiera o no lo quiera reconocer, pero es una dificultad muy importante: que distorsiona, que distorsiona el mensaje de Aragón, un mensaje sobre el que yo le quiero hacer un llamamiento, que es importante para esta comunidad autónoma que resolvamos el problema del trasvase del Ebro, que lo podemos resolver, y después que hablemos.

Y lo que les he pedido siempre, y lo que les voy a pedir hoy solemnemente a usted y a su grupo es que mientras tengamos la amenaza del trasvase del Ebro, no distorsionemos el mensaje interno, que tiempo tendremos para hablar de lo demás, en donde sabemos que hay discrepancias, en donde sabemos que hay dificultades. Pero la mayor, señor Bernal, es la mayor, y yo le pido a este respecto su colaboración, le pido a este respecto su apoyo, porque solo serán unos meses, señor Bernal.

Y el Ministerio de Medio Ambiente y el señor Aznar se frotan las manos cada vez que pueden titular en sus medios de comunicación «Aragón está dividido».

Por tanto, yo le pido que haga un esfuerzo especial para que en este tema seamos capaces de estar los aragoneses en el mismo lado, desde ahora hasta que terminemos, con la mayoría absoluta que nos ha aplicado este trasvase.

Muchas gracias.

[Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]

El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor presidente.

En el turno de la Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón (Grupo Parlamentario Mixto), tiene la palabra el señor Lacasa.

El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.

Señorías.

Permítame, señor presidente del Gobierno de Aragón, que aunque usted se haya remontado a César Augusto no le salude a la romana, porque usted sabe que ese saludo no nos provoca buenos recuerdos a algunos demócratas.

Pero a partir de ahí, voy a intentar abordar este debate y, además, sentirme de alguna manera, sentirnos Izquierda Unida parte del contenido del debate, porque usted nos aludió ayer, nos mencionó en el objeto del debate y otros grupos parlamentarios han tenido ocasión de pronunciarse en relación a nuestra posición.

Usted decía ayer que quería agradecer la confianza demostrada por Izquierda Unida con su voto en la investidura, y yo le digo también, le replico el agradecimiento, y le digo que hicimos bien votando en la investidura de un presidente socialista en la Comunidad Autónoma de Aragón. No nos arrepentimos de eso, hicimos bien, hicimos lo que teníamos que hacer.

Quizá estamos sorprendidos y nos entristeció que eso no se produjera en otras instituciones. ¿Por qué el Ayuntamiento de Zaragoza no provocó una mayoría alternativa al Partido Popular? ¿Por qué Partido Socialista, Chunta Aragonesista y Partido Aragonés no provocaron esa misma situación de investidura de un candidato socialista? Nos dejó sorprendidos. Nosotros hubiéramos favorecido un gobierno de izquierdas. Por lo tanto, quiero dejar clara esa posición en la investidura.

Al tiempo que, por otra parte, aparecían tripartitos muy curiosos: no se producía el avance en el Ayuntamiento de Zaragoza, pero, sin embargo, las mismas fuerzas políticas (PSOE, PAR y Chunta Aragonesista) crearon y han mantenido, contra todo tipo de acontecimientos, sólidos gobiernos en las diputaciones provinciales. Es curiosísimo ese blindaje en las diputaciones provinciales, donde ustedes dicen... Con Chunta Aragonesista, parece que están radicalmente en contra con la política hidráulica, sin embargo, en Huesca y en Zaragoza, están completamente de acuerdo gobernando ambas provincias, que algo tendrán también que ver en relación al territorio y a la política hidráulica.

Son paradojas y, en todo caso, lo que dice Izquierda Unida es lo que tenía que haber hecho: frenar al Partido Popular, votar en contra de cualquier posibilidad de que avanzara el Partido Popular y favorecer la opción a la izquierda única posible, porque, evidentemente, no era posible pensar en un candidato a la investidura de Izquierda Unida.

Pero usted dijo otra cuestión, usted habló y también agradeció, hizo votos por seguir manteniendo el compromiso y la generosidad de Izquierda Unida en relación con la estabilidad. Usted habló mucho de la estabilidad. Yo no la voy a entender o no la quiero entender como su proyección personal para seguir siendo presidente de Aragón; creo que si esa es la línea, es una línea absolutamente incorrecta. Entiendo que hablamos de los asuntos públicos.

Pero, señor presidente, cuando usted apela al compromiso y a la generosidad de Izquierda Unida, debería hacer un repaso y evaluar lo que hemos hecho desde Izquierda Unida, en comprometernos por la estabilidad y por las políticas de progreso en Aragón. Usted no hizo ese repaso, y yo creo que hay que hacerlo, porque usted tiene que recordar en qué situación abordaba el anterior debate sobre el estado de la comunidad autónoma, cuál fue la oferta de Izquierda Unida, cuáles fueron los compromisos y cuáles han sido las respuestas.

Señor presidente, Izquierda Unida fue negociando apoyos, incluso estableciendo importantes apoyos a los presupuestos de la comunidad autónoma; pero recuerde usted que el año 2001, que pactamos un presupuesto, las enmiendas que Izquierda Unida había planteado en ese presupuesto se incumplieron prácticamente todas. Usted lo recordará perfectamente.

Hubo una grave crisis que le costó el cargo a la consejera de Educación, a la señora Alejos-Pita, que le costó el cargo por el famoso agujero en la financiación educativa. Por cierto, que ahora nos alegra que usted reconozca ese agujero y esas malas transferencias; solo Izquierda Unida se quedó denunciándolas en su momento por insuficientes.

Pues bien, entonces vimos que ese instrumento no funcionaba, que lo que pactaba Izquierda Unida por la mañana por la noche nos lo deshacían en la práctica gubernamental. Ese modelo se estaba quebrando y, especialmente en el ámbito educativo, no tenía aspecto de salir adelante.

Por eso, en el debate del año pasado, nosotros planteamos que esto no podía continuar así, que nosotros planteábamos un esfuerzo de estabilidad pero vinculado, lógicamente, a políticas de progreso en nuestra comunidad autónoma. Y de ahí surge nuestra propuesta de un pacto de legislatura, de ahí surge nuestra propuesta de hacer unos presupuestos para el año 2002 y, también, ante la situación difícil que se vivía ya en Aragón, la posibilidad de desbloquear el conflicto hidráulico a través de una comisión para abordar el Pacto del Agua.

Pues bien, el 31 de octubre PSOE, PAR e Izquierda Unida de Aragón firmábamos un acuerdo de legislatura del Gobierno que usted encabeza. Y en él hablábamos de esa estabilidad política con una visión progresista de la resolución de los asuntos públicos.

¿Qué ha hecho Izquierda Unida? Yo tengo que decirle que Izquierda Unida entendemos que ha cumplido honestamente con ese compromiso político. Izquierda Unida ha propiciado un presupuesto para esta comunidad autónoma este año 2002, un presupuesto expansivo y con contenidos políticamente progresistas, un buen presupuesto. Y hemos apoyado numerosas iniciativas legislativas y numerosas situaciones que requerían un gobierno para salir adelante.

Además, contribuimos a poner en marcha políticas que en esta comunidad autónoma no estaban teniendo el impulso necesario: la cooperación para el desarrollo, el fomento y la integración de la inmigración, políticas educativas sectoriales, vivienda, arquitectura bioclimática...: una serie de cuestiones.

El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Lacasa.

Señor Lacasa, un momento, por favor.

Me piden que procure no ir tan deprisa para facilitar la labor de las intérpretes, en este caso.

El señor diputado LACASA VIDAL: Muy bien.

Muchas gracias, señor presidente.

Bien, decía que habíamos cumplido -entendíamos, desde Izquierda Unida- con esos compromisos que plasmamos en ese acuerdo de legislatura.

¿Qué ha sucedido? Yo creo, señor presidente, que su Gobierno, que usted, como presidente del Gobierno, no ha correspondido a esa generosidad que usted nos reclama. No ha correspondido cuando, a principios de este año, ha provocado un viraje, un importante viraje, en las políticas de la comunidad autónoma. Usted ha cambiado el rumbo o ha permitido que otros le cambiasen el rumbo, y lo que era un socio imprescindible para sacar los presupuestos del año 2002 se ha convertido, probablemente, en un socio incómodo: no solo Izquierda Unida, sino las políticas de progreso que Izquierda Unida defendía, que es lo más grave, porque no es tan importante contar con Izquierda Unida como contar con las políticas de progreso que nosotros planteábamos.

Había, pues, que cambiar de estrategia. Yo lo entiendo, fundamentalmente, en términos electoralistas, cuando empiezan a aparecer encuestas y su socio menor de Gobierno, el Partido Aragonés, empieza a ponerse nervioso y entiende que tiene que diseñar alguna jugada, algún efecto especial, para volver a situarse en el tablero urbano, especialmente en Aragón, y, por lo tanto, provocar un trastoque de los acuerdos que le podrían parecer molestos con Izquierda Unida.

Y la jugada maestra -entre comillas lo de «maestra», lógicamente- aparece de la chistera, a principios de año, cuando ustedes deciden trastocar todos los acuerdos posibles en materia de educación e inventarse la generalización de los convenios de educación infantil en el segundo ciclo de esta educación infantil, con todos los centros privados concertados. El PAR pretendía aparecer así como el adalid de la escuela privada concertada, y usted, de alguna manera, transigía y aceptaba esa situación.

No era esta la única medida, no era solo este el único aspecto de incumplimiento. Creemos también que por el camino se quedaron cosas tan importantes como la aplicación en Aragón de las treinta y cinco horas. Ustedes saben que estaba no solo en los acuerdos, sino en leyes que ha aprobado este parlamento, la implantación de la jornada de treinta y cinco horas en el ámbito de la Administración. De eso nunca más se supo.

Pero la mayoría parlamentaria de esta cámara, la que sostiene al Gobierno, con distintas votaciones, provocó que se quedaran por el camino la ley que reconocía el matrimonio de gays y lesbianas; el posible recurso de inconstitucionalidad contra «el decretazo», que todos decimos combatir pero luego no hicimos lo que teníamos que hacer para recurrirlo en inconstitucionalidad; no apoyamos en su momento la huelga general del 20 de junio; no fuimos contundentes en rechazar operaciones especulativas urbanísticas en La Romareda, o se daba pábulo a un proyecto de universidad privada en Aragón.

Veíamos, pues, un conjunto de medidas que caracterizaban un sesgo, un giro: desde un acuerdo que supuestamente era para llevar a la izquierda a la política en Aragón, se pasaba a unas prácticas políticas claramente derechizadoras. El PAR lo estaría solicitando, pero usted lo consentía y lo impulsaba en la presidencia del Gobierno. Especialmente en la educación, señor presidente.

Para sacar adelante la medida de la generalización de los convenios con la privada, usted ha tenido que incumplir todos los acuerdos. El primero, el que teníamos suscrito para presentar el proyecto de presupuestos para el año 2002. Usted sabe que nosotros presentamos un presupuesto conjuntamente en el que no se generalizaban los convenios de educación infantil. Usted incumple ese proyecto de presupuesto y, además, lo hace sin negociar con Izquierda Unida, que, supuestamente, era su socio parlamentario, sin avisarla previamente y sin tener ninguna posibilidad de matizar esa posición.

No solo eso, sino que usted sabe que esa medida rompe el Pacto por la educación. Los agentes sociales se lo han recordado: sindicatos de trabajadores, padres y madres, los estudiantes... han dicho que esa medida vulneraba el Pacto por la educación y rompía el espíritu de lo que tanto tiempo había costado acordar. Y está roto. A fecha de hoy sigue estando roto.

Hasta el Consejo Escolar, que preside un socialista, el señor Sarría, plantea en su pleno de 19 de junio que no se ha contado con el Consejo Escolar para esta medida y que se han incumplido sus dictámenes. No deja de ser curioso: un organismo consultivo presidido por un socialista le recuerda que esto no ha sido correcto.

Por lo tanto, en esa tesitura nos encontramos, verdaderamente, con una situación grave, una situación muy grave, y yo simplemente le haría una cita, que comparto. Dice así: «La medida de generalizar los conciertos en un tramo no obligatorio es un ataque a la enseñanza pública, pero no tanto por los recursos que se van a destinar a esa financiación, que inevitablemente se detraen de la pública, sino por lo que supone de implícita renuncia al objetivo de una enseñanza pública para todos». Comparto estas palabras. Las dijo María Teresa Paniello, presidenta de Fapar, y están recogidas en los medios de comunicación. Esa situación, ese conflicto sigue vivo, y esas medidas han tenido importantes consecuencias en materia educativa.

La política de la consejera, de la señora Almunia, ya llegada al departamento, la hemos calificado de improvisada, de engañosa y de fracasada. Y lo podemos demostrar. La señora consejera se comprometió aquí y nos dijo dos cosas que fueron falsas, señor presidente, que fueron falsas.

Una. La señora consejera dijo que no iba a haber generalización de los convenios. No, no, no; dijo que habría ampliación, no generalización. Falso: los setenta y nueve centros están conveniados. Mintió.

Dos. Dijo que no habría incremento de las ratios. Falso: ha habido incremento de las ratios. Esos once alumnos por profesor... Claro, contando todo Aragón, contando Bonansa; pero usted sabe que la ciudad de Zaragoza es distinta, y en la ciudad de Zaragoza las cosas han funcionado de manera completamente diferente.

¿Resultado de esta política? Las órdenes de admisión de alumnos y las ratios pactadas en el año 2000 se han incumplido clamorosamente. Tenemos chicos y chicas superando las ratios: no solo las pactadas en Aragón sino también las ratios que plantea la LOGSE. Por lo tanto, entendemos que es una política absolutamente nefasta.

Y no lo pusieron en marcha porque el presupuesto era un presupuesto expansivo en educación. Fundamentalmente, cuando presume del crecimiento en educación es porque Izquierda Unida hizo un planteamiento muy fuerte para subir la sección de educación -usted lo sabe-, con unas finalidades determinadas. Y había que adoptar medidas para superar este problema de las ratios, que no se han puesto en marcha: habilitación de aulas para desdobles, creación de nuevas unidades, ampliación y construcción de nuevos centros... Esto es lo que había que haber hecho: no conveniar una etapa no obligatoria con la privada. Esto es lo que había que haber hecho.

Pero es que, señor presidente, ha habido un fracaso del proceso de escolarización, un fracaso rotundo del proceso de escolarización. Se ha hurtado la competencia a las comisiones de escolarización. En estos momentos, señor presidente, no se está integrando adecuadamente a la diversidad. Los Acnee no están distribuidos de forma homogénea. En estos momentos hay centros que exceden las ratios, sobrecargados de alumnos antes ya de que finalizara el proceso de matriculación. Y los centros que tienen vacantes saben que son centros candidatos a que se les incorporen en el plazo extraordinario de matriculación todavía más niños con necesidades educativas especiales.

Por lo tanto, se crean unos centros con una serie de alumnado y otros centros sobrecargados con los alumnos con necesidades educativas especiales. Creo que eso es una política nefasta.

Señor presidente, el conflicto educativo no está cerrado, usted lo sabe, por mucho que ahora esté en conversaciones con los sindicatos. Comisiones Obreras ha dicho claramente que piensa recurrir los convenios que entiende que no responden a los criterios. Nosotros estamos convencidos de que eso será positivo y sabemos que, si se cumple ese anuncio, tendrán que caer numerosos centros y numerosos convenios, porque no cumplen con las necesidades de integración social con que deben cumplir. Por lo tanto, el conflicto no está cerrado y lo seguiremos viendo.

Es más, el próximo 29 de octubre hay una huelga con motivo de la ley de calidad. Pues bien, esa ley de calidad que el PSOE dice combatir en general, sabemos que en Aragón va a tener una coletilla que dirá: «no a los convenios y no a la universidad privada San Jorge». Luego quizá nos veamos el presidente y yo en la pancarta de la huelga y de la manifestación del 29 de octubre, con la consejera, seguramente, y veremos si ellos también portan la pancarta «no a los convenios; no a la universidad privada San Jorge».

Pero no solo la educación debe ocupar nuestro tiempo. Evidentemente, para Izquierda Unida es un tema crucial y lo hemos explicitado.

Ha habido una importante transferencia en materia de salud. Es muy verdadero que esa es una de las competencias más esenciales desde nuestro punto de vista. Y nosotros queremos decir que se han hecho bien las cosas en la negociación. Nosotros hemos apoyado esa negociación, porque, a diferencia de la educación, que, como ha dicho el señor Iglesias (que corrió a hacerse la foto -recuérdelo, señor Iglesias-, que corrió al sofá del señor Lanzuela a hacerse la foto de la negociación de la educación), fue mala -y ya se lo decíamos-, en la sanidad hemos resistido el tipo: creo que hemos hecho una negociación importante.

Pero ahora llega el momento de la verdad, señor consejero Larraz, llega el momento de la verdad. Y, aunque hay que dar un margen (porque, evidentemente, llevamos solo diez meses con la gestión), hay -y así se detecta- un importante aumento de las listas de espera quirúrgicas y también en especialidades y en obtención de pruebas complementarias. Los datos son así de tozudos. A 31 de agosto, más de quince mil aragoneses están pendientes de pasar por el quirófano, y mil ciento veintiocho de ellos llevaban más de seis meses en la lista de espera quirúrgica.

Por lo tanto, intervenciones como cataratas, varices, rodillas, caderas, hernias... son una carrera de obstáculos porque, realmente, hay mucha dificultad para llegar a tiempo para poder atenderlas.

Por eso nosotros reclamamos una actuación contundente del Gobierno de Aragón en esta materia. Que se note que la sanidad está transferida, que se note, que se apliquen las medidas; pero, ¡ojo!, que no sea esta la excusa para privatizar la sanidad aragonesa, para incrementar sin ton ni son la concertación con la privada. Que nos lo estamos viendo venir. Mucho ojito.

Creemos que hay recursos públicos que deben ser bien coordinados, intensificar la utilización de los recursos públicos. La privada es subsidiaria del sistema. No debe ser, de ninguna manera, elemento fundamental para desarrollar y desatascar las listas de espera.

Señor presidente, usted hablaba de los principales problemas que Aragón tiene, y citaba como el mayor y más importante el problema del agua. Mire, yo creo que es un problema muy importante que nos moviliza a la sociedad aragonesa, pero le diré modestamente que creo que hay un problema todavía más importante que el del agua, que es el del empleo. Es lo que más preocupa a todos los españoles y a todos los aragoneses. Las encuestas lo dicen siempre. El empleo es la preocupación fundamental, y para Izquierda Unida, como se puede imaginar, también, esencial.

Las luces de alarma están encendidas. El ciclo económico está en descenso, hay bajo crecimiento y mucha inflación. Es una situación preocupante, no atribuible, por supuesto, solo a su Gobierno, ni mucho menos. Pero una cuestión sí está clara: el número de parados se está incrementando; y el último mes de septiembre ha sido un termómetro bien significativo. Tenemos más de treinta y cuatro mil parados y paradas. Esa es la principal preocupación de cualquier Gobierno en Aragón. Pero nuestro crecimiento del paro ha sido demoledor en el mes de septiembre: el 8%, en relación con el dos y pico que ha crecido el conjunto del paro en España. Luego tenemos un problema; ese mes tenemos un problema. Vamos a ver cómo evoluciona, pero, en todo caso, el Gobierno tiene que prevenirse, porque el paro femenino sabemos que más que duplica la tasa de paro masculino y tenemos problemas de inserción laboral con jóvenes, con mayores de cincuenta años; hay colectivos muy vulnerables, muy sensibles, y la precariedad es muy importante también en el conjunto de Aragón.

Por lo tanto, el Gobierno tiene que ponerse a trabajar con esta cuestión. El tema del paro es un tema que debe ser prioritario para actuar por parte del Gobierno de Aragón. Y, desde luego, las recetas que nos han venido desde Madrid no las compartimos, y nos alegramos de que aragoneses y aragonesas en millares hayamos asistido a las movilizaciones que han hecho posible rectificar el decretazo, ya que no fue posible provocar el recurso de inconstitucionalidad en esta cámara porque miembros de su mayoría parlamentaria no lo votaron; pero, por lo menos, los aragoneses hemos frenado, contribuido a frenar el decretazo, que, desde luego, ha sido una de las cuestiones más importantes que han sucedido en estos tiempos.

También, por supuesto, nos preocupa la siniestralidad laboral, y en eso le pedimos que cumpla la moción que aprobó este parlamento a propuesta de Izquierda Unida. Tiene una moción con muchos puntos para abordar ese problema -que es un auténtico cáncer en las empresas- que son los accidentes laborales, y especialmente los mortales, que son los que se están incrementando de manera muy importante. Por lo tanto, señor presidente, tómeselo en serio, porque ahí hay mucho que trabajar. Sobre todo en unas fechas -se ha dicho ya, pero lo reiteraré-, unas fechas en las que vivimos sacudidos por la imagen de ciento ochenta y seis familias de trabajadores y trabajadoras de la empresa Walthon que lo están pasando muy mal, muy mal. Una empresa señera, una trayectoria industrial en estos momentos arrojada por completo en manos de unos supuestos empresarios que son cualquier otra cosa menos empresarios, y en estos momentos requieren también apoyo y solidaridad. Yo le pido un gesto también por parte de su Gobierno para analizar las posibilidades de reflotar una línea industrial en esa empresa que salve a esos trabajadores y trabajadoras de su incierto futuro.

Y también en el empleo de la propia Comunidad Autónoma de Aragón usted tiene que desbloquear. Ayer se lo pedían los trabajadores de la DGA; los empleados públicos de Comisiones Obreras estaban ayer en la puerta de la Aljafería. Ya sé que usted bajó y estuvo hablando con ellos. Me lo dijeron; estaban muy contentos y agradecidos de que usted dialogara con ellos. Bueno, pues transmítaselo al señor Bandrés y al señor Roldán, que abran la negociación, que la abran, porque será positivo. Desde el año noventa y ocho, el convenio no se ha renovado. Tenemos un convenio, el sexto convenio, del año noventa y ocho, sin modificar. Abra la negociación, de verdad, ábrala y permita a los trabajadores empleados públicos de la DGA alcanzar esa situación.

El problema que usted situaba, el problema hidráulico en Aragón. Estamos de acuerdo. Obviamente, no al trasvase, no al Plan hidrológico nacional. Muy bien, estupendo. Y el 6 de octubre nos manifestamos en la plaza del Pilar como tantas otras ocasiones. Pero esto, señor presidente, no es suficiente ya, esto ya no es suficiente. Usted sabe que la conflictividad social en el interno de Aragón se ha incrementado y se está incrementando de forma exponencial; lo sabe porque es responsable político, y yo también lo soy. Y tenemos que hacer algo. La conflictividad se traduce en recursos jurídicos contra obras hidráulicas (contencioso-administrativos, penales, etcétera). Usted lo sabe. Eso ha provocado el embarrancamiento ya de Santa Liestra y la paralización de Yesa y de Biscarrués.

Bien, pero no es eso solo, sino que hay voces que están situando conflictos. Por ejemplo, el acuerdo de la junta general de la Comunidad de Riegos de Bardenas -el señor Luis Ciudad al frente- hace un llamamiento para boicotear los juegos olímpicos de Jaca y las infraestructuras en La Jacetania. Esto es muy preocupante, señor presidente -se lo dije el otro día-, porque esa junta general y ese presidente han sido apoyados por el Partido Socialista de las Cinco Villas, por el señor Alonso, que es compañero nuestro de hemiciclo. Hay que frenar este tipo de planteamientos -son aberrantes- de enfrentamiento civil entre aragoneses. Usted tiene una responsabilidad ahí muy importante.

Pero ¿qué han hecho usted y su Gobierno? Pues, mire, ha habido una movilización el 6 de octubre convocada en la plaza del Pilar por los sindicatos, por UGT y Comisiones Obreras, que yo creo que era impecable, magnífica, con un discurso yo creo que perfecto; para el momento actual, el discurso necesario. Una manifestación que hablaba, por supuesto, de «Aragón, agua y futuro», pero lo vinculaba a la nueva cultura del agua, porque las dos cosas deberíamos verlas indisociablemente unidas. Sí aprovechar el agua, pero hacerlo desde la perspectiva de la nueva cultura del agua. El viejo modelo hidráulico está agotado. La gestión basada en la oferta no funciona; hay que ir a una gestión de la demanda.

Por lo tanto, lo que nos dicen los sindicatos en esa movilización, ¿qué es? Nos dicen diálogo, nos dicen participación de todos, democratización de la gestión del agua, modernización del mundo rural, y hablan de obras hidráulicas, señor presidente. Sí, es verdad, el manifiesto de los sindicatos hablaba de obras hidráulicas. Y ¿qué nos decía? Que no tenía sentido hacer obras hidráulicas de alto coste económico, social y ecológico si su necesidad no está justificada plenamente y que, las obras que tuviesen una contestación importante, buscásemos soluciones y alternativas para esas obras tan discutibles. ¿Qué hay de malo en esto, señor presidente? ¿Por qué no apoyó el Gobierno de Aragón el manifiesto de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras el 6 de octubre? ¿Por qué no vamos en esta línea del encuentro, en esta línea imprescindible en Aragón?

Pero es que no solo no fue apoyado por el Gobierno: es que fue atacado, por supuesto, por el PAR, pero -lo que es más preocupante- fue atacado duramente por parte del secretario provincial del Partido Socialista y presidente de la Diputación de Zaragoza, el señor Lambán, que no solo hizo un artículo en contra de los sindicatos, sino que dijo: «Los sindicatos, en materia de agua, no tienen ni pajolera idea». Hombre, señor presidente, ponga un poquito de orden en las filas de su partido -aquí ya le hablo como presidente del Partido Socialista-, porque no es razonable que el señor Lambán, que, además, es cargo público importante, diga a los sindicatos que no tienen ni pajolera idea para hablar del tema del agua.

Y, por eso, Izquierda Unida planteó en las Cortes en el pasado debate -y se aprobó; nos alegra de que se aprobara- una comisión especial para actualizar el Pacto del Agua, porque entendemos que hay que partir de lo que teníamos, pero hay que proyectarnos hacia lo nuevo; que hay que incluir nuevos agentes en ese consenso. El Pacto del Agua del noventa y dos está obsoleto, está caduco, hay que reciclarlo por completo, y eso requiere una puesta a punto en la comisión del Pacto del Agua. Desde luego, la principal responsabilidad es del Partido Popular, que no quiere participar. Hay que decirlo así: el Partido Popular boicotea la comisión del Pacto del Agua en las Cortes de Aragón, y es una grave responsabilidad. Allá ustedes con esa responsabilidad. Pero el Gobierno tiene que impulsar ese proceso de encuentro, tiene que provocar los acuerdos. Y, por eso, eso que usted dice, que no es nada que vaya contra lo sagrado (el poder plantearse reducir una cota en Yesa, el poder plantearse una alternativa que no inunde en Biscarrués el núcleo habitado de Erés; por lo tanto, que salvemos el Camino de Santiago, que salvemos lo más afectado del patrimonio en las Cinco Villas...), todo eso es posible. Pues todo eso hay que defenderlo con convicción en el seno de la comisión especial del Pacto del Agua. Y vamos a ver si usted es capaz de llevar allí esas posiciones. Hasta ahora no lo ha sido.

Y pasaremos al tema, al famoso tema del medio ambiente -con ello iré concluyendo mi intervención-. Bueno, la verdad es que es difícil que usted impulse esa política que yo le reclamo en materia de agua en el seno de esta comisión cuando tiene un responsable de política de aguas, que está integrado en la política de medio ambiente, como el que tenemos en estos momentos, el señor Longás, con una gestión política globalmente considerada yo creo que muy nefasta desde el punto de vista de la gestión ambiental y, en estos momentos, seriamente tocado en su credibilidad política, y yo creo que una pieza absolutamente reemplazable dentro de su Gobierno.

Porque no es un único aspecto. En los últimos tiempos vemos cómo se acumulan demasiados elementos negativos en la gestión de Medio Ambiente. ¿Cuántos años hace que tenemos atascada la gestión de los espacios naturales, señor presidente? Usted sabe la de años que llevamos intentando aprobar planes de ordenación de los recursos naturales. Gallocanta: ¿cuántos años llevamos peleando para que Gallocanta tenga un PORN adecuado? Bueno, pues en estos momentos hay una propuesta, la enésima, que todavía habla de solo proteger lo que es la laguna en sí considerada, sin zona de protección. Eso no es una protección seria de espacios naturales en el caso de Gallocanta. O tenemos el de Posets-Maladeta. Lo mismo, con unos problemas increíbles y una oposición del movimiento ecologista al avance del PORN porque no plantea una adecuada protección de esa zona. O lo increíble que ha resultado, cuando se han declarado ZEPA (zonas de protección de aves) o lugares de interés comunitario, que hábilmente hayan desaparecido de la protección, se hayan creado una especie de islas en aquellos lugares donde había un proyecto de desarrollismo voraz. Pongo el ejemplo de las canales de Izas y la canal Roya; ambos dos han quedado fuera de la figura de protección por intereses espurios y ajenos al medio ambiente. Eso no es una buena decisión ambiental.

Pero hablemos de la joya de la corona, señor presidente, en sus dos vertientes -la joya de la corona es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido-. Hablemos de qué está sucediendo ante la demanda de los sectores ecologistas y de la sociedad en general para proceder a una ampliación del parque nacional. ¿Qué actuación ha tenido el Departamento de Medio Ambiente? La negación de esa posibilidad. Un parque obsoleto en cuanto a su dimensión, pequeño, sometido a presión, y hay una propuesta encima de la mesa razonable que permitiría su ampliación a todos los lugares periféricos del parque, que son muy importantes desde el punto de vista de la fauna y la flora y de todas las dimensiones geológicas que tiene ese parque nacional. Pero es que, a partir de ese Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, podemos enlazar con la parte francesa y hacer el gran parque internacional de los Pirineos. Ahí está la apuesta pirineísta que debería impulsar ese Gobierno. La apuesta pirineísta es ampliación del Parque Nacional de Ordesa y vinculación a un parque internacional de los Pirineos en relación con el Parc National des Pyrénées de la otra parte francesa. Pues ¿qué ha sucedido? Pues simplemente que el consejero no está de acuerdo. Eso sí: reclama la gestión del Parque de Ordesa para la Comunidad Autónoma de Aragón, y en eso estamos de acuerdo nosotros. Vamos a apoyar esa gestión aragonesa del Parque de Ordesa, aun cuando usted sabe que los ecologistas aragoneses es pena que estén diciendo que no lo gestione Aragón porque no se fían de la gestión ambiental del Gobierno que usted preside; es triste tener que ver esto en una demanda de aragoneses.

Y, por lo tanto, huelga hablar de la ley del Pirineo; ley del Pirineo defectuosa técnicamente, ley del Pirineo que contaba con el rechazo de todos los agentes sociales (ayuntamientos, agricultores y ganaderos, ecologistas). No era un buen proyecto de ley del Pirineo. Creo que ustedes no acertaron al traerlo en esas condiciones a la cámara.

Pero vamos al penúltimo asunto que nos debe ocupar hoy aquí. El penúltimo asunto es el famoso asunto de los residuos, el auténtico pelotazo especulativo que ha supuesto la venta de unos residuos a Fomento de Construcciones y Contratas, algo que ha escandalizado -y no puede ser de otra manera- a la opinión pública aragonesa, yo creo que con toda justicia. Ustedes, señor presidente, han vulnerado el consenso social que en materia de residuos había en esta comunidad autónoma. Usted sabe que había una comisión de participación y de seguimiento en materia de residuos, y yo creo que estos acuerdos han hecho saltar toda la política consensuada que en materia de gestión de residuos peligrosos había en nuestra comunidad autónoma. No se ha desarrollado la línea que debía ser prioritaria, que es la minimización -por lo tanto, hablar de menos residuos y, por supuesto, no importar más residuos de los que tenemos-, sino que ha predominado la idea de hacer negocio de los residuos en manos privadas, y, cuanto más grueso sea el negocio, mejor para las partes.

Su Gobierno, en dieciocho días hábiles de este verano, mientras muchos podíamos disfrutar de unas merecidas vacaciones, se dedicaba a modificar unilateralmente la autorización que tenía la planta de los residuos para permitirle importar dieciocho mil toneladas de residuos peligrosos de fuera de nuestra comunidad autónoma. Señor presidente, esta decisión es gravísima por agravio comparativo a los ciudadanos, para empezar, fíjese en qué tiempo récord se tramita un expediente tan complejo y tan delicado, se tramita a toda máquina, cuando ¡anda que no hay en la DGA miles y miles de expedientes de solicitud de ayudas para vivienda, de temas sociales, que llevan meses, meses y años esperando los ciudadanos! No, aquí una empresa, por llamarse Euroresiduos, la quiere vender a FCC, en dieciocho días usted tiene la autorización concedida. ¡Vaya tiempo récord para esa venta!

Pero es que, además, en paralelo a esa venta hay una operación especulativa de enriquecimiento de unos cuantos, una operación que hace que, cuando se autoriza esa ampliación de negocio, la empresa se revaloriza de la noche al día en nueve millones de euros (mil quinientos millones de pesetas), y que eso se venda, simultáneamente a que se está dando la autorización administrativa, por veinticuatro millones de euros, decuplicando el valor inicial de la inversión de esta empresa. Por lo tanto, un auténtico escándalo, señor presidente de la comunidad autónoma.

Usted ayer cerró filas, y hoy lo he reiterado, ayer mediáticamente, hoy en la cámara, con el señor Longás, con ese eslabón que le digo ambiental y políticamente débil de su Gobierno perfectamente reestructurable. Pero usted cerró filas y no dijo la verdad a la opinión pública ayer y no ha dicho la verdad a la cámara hoy cuando usted vinculó la obligatoriedad de hacer la utilización de los residuos peligrosos en nuestra comunidad autónoma. No es cierto, señor presidente, aquí tengo la Ley de residuos y aquí tengo el artículo 16.2: «Las comunidades autónomas solo podrán oponerse a la recepción de cualquier tipo de residuo producido en el territorio nacional cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias: [...] d) Que la planta receptora fuera de titularidad pública o su construcción o gestión hubiera sido financiada en parte con fondos públicos...». Señor presidente, aquí lo tiene, pero, por si acaso, señor presidente, se lo voy a dar en mano.

El señor vicepresidente segundo (PALAZÓN ESPAÑOL): Señor Lacasa, por favor, vaya concluyendo.

El señor diputado LACASA VIDAL: Voy concluyendo, señor presidente.

Porque he visto que antes no ha hecho mucho caso de ese artículo. Estúdielo, lleve también a la Coja ese artículo, llévelo a la Coja, porque ese artículo le habilitaba a usted a no aceptar la importación de residuos peligrosos en Aragón, diga lo que diga el señor Longás y haya dicho usted lo que haya dicho, seguramente mal informado. Rectifique, porque, en un gobernante, rectificar a tiempo es bueno, y, además, creo que salvará usted políticamente bastantes muebles en esta operación tan sucia y tan truculenta que creo que tiene mucho que decir todavía.

Lógicamente, nuestro grupo ha pedido una comisión de investigación y la cámara estará muy interesada en conocer las explicaciones de los funcionarios que han participado en el expediente, de los empresarios que han vendido y de los que han comprado, de esos empresarios que vendieron que ya habían tenido numerosísimas adjudicaciones de contratos de asesoramiento o de elaboración de planes para la DGA y para el Departamento de Medio Ambiente; estará muy interesante ver de qué van esos empresarios, qué vinculaciones tienen, un medio de comunicación vinculaba a alguno de ellos al Partido Aragonés. Habrá que decir que vengan aquí, que expliquen, tendremos la ocasión entonces de explicarles si es cierto o no esto que no ha salido desmentido y todos esos aspectos en la comisión de investigación tendrán que aparecer con claridad y con taquígrafos para que los ciudadanos lo sepan perfectamente.

Y, además -ya se lo anuncio-, si usted no toma una decisión política de hoy para mañana, es decir, que sería el cese del consejero Longás, nosotros mañana procederemos a plantear la reprobación política del consejero Longás por el conjunto de situaciones que yo le he descrito anteriormente. Por lo tanto, en su mano está, lógicamente, cesarle, o bien en manos de esta cámara estará mañana el reprobarlo a propuesta de Izquierda Unida.

Y concluyo, señor presidente. Mire, usted nos ha hecho un emplazamiento. Creo que nuestra formación política le ha demostrado que ha sido responsable con creces en esta comunidad autónoma, que nos hemos visto obligados a tomar decisiones duras, difíciles, vamos con la cabeza muy alta con las decisiones que hemos tomado, porque a veces no es tan fácil tomar estas decisiones, pero hemos sido coherentes y hemos adoptado las medidas que entendíamos necesarias a un incumplimiento flagrante del Gobierno de Aragón, a un incumplimiento de lo acordado, y ya saben que en Aragón decimos pacta sunt servanda (los pactos son para cumplirlos), y aquí no se han cumplido los pactos por parte de este Gobierno.

Pero termino con una pregunta, y eso permitirá enlazar con su réplica. La pregunta que yo le hago es: usted plantea ahora seguir hablando y seguir llegando a acuerdos, yo le digo que nuestra disposición al diálogo es abierta, nuestra disposición a diálogo es completamente racional, pero yo le pregunto con quién quiere usted dialogar, señor presidente del Gobierno, porque eso merece aclararse.

Mire, el vicepresidente del Gobierno, en rueda de prensa oficiando como portavoz del Gobierno, hizo ya un anuncio que luego plasmó en un artículo de opinión que yo tengo aquí delante, y el artículo de opinión, firmado como presidente del PAR y vicepresidente del Gobierno de Aragón -luego no es solo como presidente del PAR-, habla de llegar a acuerdos con el Partido Popular para aprobar mutuamente los presupuestos de las instituciones aragonesas, de los ayuntamientos de Teruel, de Zaragoza y de la Diputación General de Aragón, hay un emplazamiento claro al Partido Popular. Por lo tanto, es una incógnita que yo tengo que despejar. Usted dice que le ha dado instrucciones al señor Bandrés para hablar con los grupos -entiendo de la izquierda de la cámara- y llegar a ese acuerdo presupuestario. Pero yo le pregunto: ¿esa disposición es global del Gobierno de Aragón? ¿O yo debo hacer caso de este artículo que dice que hay que negociar con el Partido Popular? ¿O con ese otro artículo o comentario de prensa que dice que no a un presupuesto pactado con la oposición? Esa duda es la que usted tiene que despejar.

Porque, claro, lo que no se puede hacer es una apelación retórica a Izquierda Unida para que salve los muebles, para que nuevamente salvemos los muebles, cuando luego las políticas que se vayan a ejecutar sean las políticas de la derecha en la comunidad autónoma. Esa no es la solución y ese no es el camino. Si el camino es hacer políticas de izquierda y de progreso, a pesar de los desdenes del pasado, estamos dispuestos a seguir trabajando; si la política es pactar con Izquierda Unida una solución transitoria para luego hacer la política del Partido Popular, ahí nunca nos encontrará.

Muchas gracias.

El señor vicepresidente segundo (PALAZÓN ESPAÑOL): Muchas gracias, señor Lacasa.

Señor presidente, puede usted responder.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señor Lacasa.

Respecto al problema medioambiental que usted ha planteado, yo considero que no es malo que nosotros hayamos incrementado los lugares de interés comunitario hasta un 30% de nuestra superficie; que hayamos puesto en marcha las zonas de especial protección para aves, yo creo que eso es positivo; que se haya puesto en marcha el Plan de gestión de residuos peligrosos industriales creo que es positivo; que se haya puesto en marcha el Plan de prevención y lucha contra incendios forestales es positivo; el Plan aragonés de saneamiento y depuración es positivo; el Plan de infraestructura hidráulicas es positivo; las bases para la política hidráulica en Aragón, eso es positivo; los planes de gestión de residuos ganaderos, eso es positivo; que se haya puesto en marcha y se haya aprobado la Ley de ordenación y participación en la gestión del agua, eso es positivo, lo que popularmente denominamos «el Instituto Aragonés del Agua», todo eso es positivo; que se haya aprobado la Ley de Caza, todo eso es positivo; la creación del Patronato del monumento natural de San Juan de la Peña, eso es positivo; el Plan de acción forestal y conservación de la biodiversidad. Yo creo que todo eso es positivo.

Y yo no estoy de acuerdo con usted en lo que me plantea de Ordesa. Yo no soy partidario de la ampliación de Ordesa mientras la gestión no la pueda hacer Aragón, simplemente por esa razón. Yo no soy partidario que se amplíe Ordesa hasta que se gestione desde Aragón -se lo he manifestado al ministro, se lo he manifestado a todo el mundo, lo he manifestado públicamente-, porque me parece inaceptable para esta comunidad autónoma que el parque nacional de Aigües Tortes, que es un parque nacional, lo pueda gestionar, al lado de Aragón, al otro lado de la raya, la Generalitat de Cataluña y que nosotros seamos considerados menores de edad para gestionar un parque nacional. Por tanto, no es esa la razón que usted plantea, desde mi punto de vista nosotros no debemos ser partidarios hasta que -lo mismo que ha sucedido con nuestros vecinos- se nos deje gestionar ese espacio natural tan importante.

Usted vio la ley del Pirineo antes de que se presentara y, en principio, usted no tenía demasiados desacuerdos con esta ley. Pero, en cualquier caso, soy de los que piensan que esta es una ley perfectible, pero para eso están las Cortes de Aragón, las leyes vienen aquí para que después podamos hablar. Pero coincido con usted en que es una ley importante, en que es fundamental y en que hay que discutirla aquí. Si había extremos del proyecto del Gobierno que no se compartían se podrían haber discutido perfectamente aquí.

Con el tema de los residuos, fíjese, es complicado, y ya les he planteado cuál es nuestra posición. No es complicado que queramos que la posición del Gobierno quede absolutamente nítida, que va a quedar. Han anunciado unos grupos que van a pedir una comisión de investigación, y vamos a estar dispuestos a dar toda la información, vamos a llevar el expediente a la Comisión Jurídica... Ya se lo he dicho, estén ustedes tranquilos, para eso no quieran correr, porque todos queremos que ese tema quede claro.

Pero, fíjese, aquí hemos tenido debates con el problema de los residuos, por ejemplo, con el problema de las harinas de carne. Como consecuencia de la encefalopatía espongiforme tuvimos una gran crisis, una gran crisis, una crisis importante en la ganadería, y, claro, en Aragón es muy importante ese sector. Nosotros éramos partidarios de resolver esta cuestión de una manera concreta, tal como había planteado la Unión Europea. No pudimos hacerlo, todos y cada uno de los kilos de harinas de carne que producimos como consecuencia de la destrucción de los MER tienen que ir fuera de Aragón. ¿Sería razonable que otra comunidad autónoma nos dijera: oiga, el consejero de Economía que se los coma...?, perdón, el de Agricultura. Respecto a los residuos de nuestros hospitales, residuos con contenido radiactivos, ¿sería razonable que otra comunidad autónoma nos dijera: no, que ustedes se los coman?

¡Hombre! parece que el principio de reciprocidad no lo podemos obviar. Porque, desde el punto de vista político, yo sé que es más plausible salir hoy por la televisión diciendo: a Aragón, que no venga ningún residuo más que los nuestros. Pero, señor Lacasa, usted sabe como yo que nosotros no tenemos capacidad hoy en Aragón para tratar todos nuestros residuos, y, si nosotros mantenemos esa posición excluyente para con el resto de las comunidades autónomas, ¿cómo podemos defender aquí que las otras tengan que tratar y tengan que almacenar aquellos residuos peligrosos para los que nosotros no tenemos almacenamiento? Sería poco razonable, sería poco razonable.

Por tanto, vamos a estar tranquilos, todos queremos luz y taquígrafos con esa cuestión, vamos a no confundir las cosas, vamos a serenar el debate todos los que queremos claridad en el debate, como es mi caso y es el caso del conjunto del Gobierno.

Desde el punto de vista de lo que usted plantea con el paro, yo coincido con usted en la preocupación. El paro es uno de los elementos que nos deben preocupar más, pero los datos a los que yo he hecho referencia son muy interesantes para la Comunidad Autónoma de Aragón. Porque tenemos en este momento, señor Lacasa, alrededor de cuarenta y cinco mil inmigrantes, y usted sabe que es difícil saber la cifra con exactitud porque no todos están censados, pero alrededor de cuarenta y cinco mil, que han entrado fundamentalmente desde 1996. Muchos de estos cuarenta y cinco mil inmigrantes están trabajando, muchos de ellos: se han afiliado cuarenta y un mil trabajadores más a la Seguridad Social. Que, mire, desde el punto de vista de los datos del paro, de las encuestas del paro y de la creación de empleo, yo creo que este es un dato incontestable. Es decir, ¿cuánta gente tenemos afiliada a la Seguridad Social y cuántos hemos crecido? Pues, mire, en el período de nuestro Gobierno, desde el año 1991 -y usted puede estar muy orgulloso, porque fue una parte fundamental para que esto fuera así-, tenemos cuarenta y un mil afiliados más a la Seguridad Social. Ese dato es definitorio de cómo va el paro en Aragón.

Es verdad que es dramático y que, mientras haya un parado, tenemos que seguir trabajando, pero tenemos, señor Lacasa, cinco mil parados menos. Cinco mil parados menos es una cifra, y hemos creado treinta y cinco mil doscientos nuevos empleos.

Eso es muy importante: nuevos puestos de trabajo. Eso quiere decir que nuestra economía está creciendo bien, y yo he insistido durante toda la mañana en que está creciendo por encima de nuestros vecinos, que es la primera vez que eso se produce y que no sólo estamos creciendo en la economía, lo cual es muy importante, sino que estamos creciendo también por primera vez en población: somos, señor Lacasa, dieciséis mil aragoneses más, y ese es un dato muy importante.

Pero a mí me interesa otro dato, que a usted también le preocupará, que se lo quiero dar: la reducción de la tasa de temporalidad en más de cuatro puntos, que se sitúa en el 24% -esto es muy importante-, que se sitúa ocho puntos por debajo de la media nacional.

Y la reducción de la siniestralidad en el 30% en cuatro mil empresas. Sabe que hemos hecho un plan para la reducción de la siniestralidad que han copiado muchas comunidades autónomas. Por tanto, ese es un avance muy significativo.

Yo quiero, en primer lugar, agradecerle la cooperación que ha tenido durante una etapa fundamental de esta legislatura. Sin su apoyo, sin su voto, no hubiéramos podido avanzar en políticas que son extraordinariamente importantes, y que yo le invito a que las comparta y a que las considere políticas suyas, que usted las ha apoyado.

Nosotros es verdad que hemos tenido un desentendimiento en una cuestión concreta, pero hay una serie de líneas políticas, que ustedes han apoyado con su voto, que son extraordinariamente importantes. Por ejemplo, el incremento en la cooperación, el incremento en la cooperación como consecuencia, entre otras cosas, del pacto con ustedes en esta comunidad autónoma, que supuso un crecimiento del 306% exactamente. Y ese es un valor y esa es una línea que usted también puede apoyar.

Y también se puede apropiar sin ningún problema, porque también ha apoyado esas políticas, del incremento que se ha hecho, de una manera muy notable, en los dos sectores de la educación, tanto en la educación no universitaria, en donde hemos crecido un 25%, como en la educación universitaria. En la educación universitaria, en la implantación de nuevas enseñanzas, en la puesta en marcha de nuevas infraestructuras universitarias, en el incremento de profesores (tenemos ochocientos profesores más y tenemos cuatro mil alumnos menos)...

Es decir, esa política de incremento de los recursos ha sido una exigencia, que yo reconozco que usted ha estado permanentemente espoleando a este Gobierno, y eso tiene que tener como resultante algo que es fundamental en la política de educación, que es el incremento de la calidad. Si tenemos menos alumnos por profesor, la resultante es un incremento de la calidad. Y usted me ha manifestado una preocupación importante respecto al porcentaje de alumnos en las aulas como consecuencia de los acuerdos de los que ahora hablaré.

Mire, los datos del 10 de octubre son los siguientes: en la provincia de Zaragoza, en Zaragoza capital y provincia, en los colegios públicos -que, como usted sabe, son la mayoría y son la preocupación fundamental del Gobierno, porque es la enseñanza pública la que atiende a todo el conjunto de la sociedad, del territorio de Aragón, y, por tanto, nuestro primer compromiso-, en los colegios públicos en Zaragoza capital y provincia, la ratio (la relación de alumnos por profesor) es de 18,39; en los colegios privados con convenios, es de 21,8; en los públicos y privados con convenios, es de 19,17. Estos datos son de Zaragoza provincia.

En Zaragoza capital, en los colegios públicos, la relación es de 19,82; en los privados, de 22,13, y en los públicos y privados concertados, de 20,75.

En Huesca, la relación es de 14 alumnos por profesor; 19, en los privados con convenios, y 15,22, en los públicos y privados con convenios.

En Teruel, en los colegios públicos es de 11,94; en los privados con convenios, es de 20, y en los públicos y privados con convenio es de 12,61.

La relación, el conjunto de Aragón, queda de esta manera: 16,80 alumnos por unidad; en los privados con convenio, 21,56, y en los públicos y privados con convenio, 17,72. Esta es exactamente la situación, señor Lacasa, que teníamos el 10 de octubre de 2002.

Pero le voy a decir más. Después de la aprobación de los convenios, que es uno de los temas que a usted más le han preocupado, han crecido los alumnos en la enseñanza pública, en los centros públicos, y han disminuido en los centros concertados y en los centros privados. Esa es exactamente la situación.

Le explico estos datos porque yo sé que el problema de la educación es el que le preocupa especialmente y el que le ha producido una gran inquietud con respecto a lo que ha hecho este Gobierno.

Pues mire, hemos incrementado de 4,2 a 4,4 la inversión en relación con nuestro PIB; hemos subido hasta noventa y cinco mil millones de pesetas lo que estamos dedicando a la educación (uno de cada tres euros lo dedicamos en esta comunidad autónoma a la educación).

Y con los convenios, que sabe usted que cambian las reglas del juego, el 97% de los alumnos en Zaragoza, que saben ustedes que era uno de los temas que creaba más inquietud en las familias, el 97% de los alumnos han podido estudiar en los centros que ellos mismos habían elegido. Por tanto, ha habido un nivel de satisfacción alto también para las familias.

Pero yo creo, señor Lacasa, que es positivo que todos los niños aragoneses de más de tres años puedan estar en la escuela en igualdad de condiciones. Yo creo que eso es positivo, es un avance. Podemos tener pequeñas discrepancias, pero es un avance.

Y yo le digo una cosa, señor Lacasa: estas mismas políticas se están apoyando por su partido en otras comunidades autónomas; por tanto, yo creo que no son tan escandalosas. Es decir, en las comunidades autónomas donde ustedes están gobernando, se desarrollan políticas similares y a ustedes no les han resultado escandalosas. No lo digo para crearle ningún tipo de incomodidad, sino para decirle que estoy convencido de que puede participar con nosotros en esos éxitos, porque también hemos tenido momentos de dificultad, como ha sido evidente. ¿Cómo no vamos a tener, señor Lacasa, momentos de dificultad en unos años en los que la educación y la sanidad han supuesto duplicar el volumen de la comunidad autónoma? Claro, cuando una casa se duplica, es inevitable que haya problemas.

Y yo le voy a decir una cosa: cuando el Ministerio de Educación nos transfirió, nosotros tuvimos que poner en marcha el primer curso. Se había transferido antes, ya he dicho las dificultades que hubo con la negociación (aquella negociación fue una negociación que no fue nada satisfactoria, que nos ha costado muchos miles de millones), y tuvimos que poner en marcha aquellos cursos con los recursos que teníamos. Posteriormente, hemos dotado a la educación con muchos más recursos, y, evidentemente, eso se ha notado.

Pero hemos tenido problemas, ¡claro que hemos tenido problemas!, porque la responsabilidad es muy importante. Y cuando se nos transfirió la educación, se nos transfirieron los centros, las escuelas, los profesores, pero no se nos transfirió la gente del ministerio, que es la que planifica, la que piensa, la que organiza y la que tenía un hábito de hacerlo desde hace mucho tiempo.

Este es el gran problema que hemos tenido: que Aragón tiene que crear, tiene que consolidar, tiene que producir dentro de su propia estructura, dentro de sus propios funcionarios, como es lógico, planificadores y gente que sepa no solamente enseñar las matemáticas, que ya los tenemos y buenos, sino también que sepa planificar la educación. Porque sepa usted que los funcionarios que estaban en el Ministerio de Educación siguen estando, y son los que cada año hacían sus presupuestos, y cada año analizaban dónde tenían que hacer las escuelas y analizaban dónde iba a crecer la población y analizaban las leyes... Bueno, eso no se nos ha transferido. Y lo digo a toda la cámara, que sean ustedes conscientes de que esa es una realidad evidente en las grandes transferencias que tiene Aragón: que tiene que crear, que tiene que conformar todos estos equipos que no han sido transferidos. Y lo estamos haciendo rápidamente y encontrando gente que es capaz de asumir esas responsabilidades; pero, evidentemente, es bastante razonable que asumamos que en ese primer momento ha podido haber problemas evidentes.

¿Qué hicimos? Hicimos un Pacto por la Educación que estamos, señor Lacasa, cumpliendo, que estamos cumpliendo. Y todas estas medidas están contempladas en el Pacto por la Educación. El Pacto por la Educación no solamente era que homologábamos el salario de los docentes, no solamente era eso, el Pacto por la Educación era muchas cosas más: hasta el currículum, etcétera, que ya les he explicado los problemas que tenemos con el currículum. Lo estamos elaborando, pero, evidentemente, hasta que veamos cómo termina la denominada ley de la calidad, pues creo que no es prudente que pongamos encima de la mesa un currículum aragonés que después tendremos yo no sé qué cosas que hacer para cumplir esa ley que no nos gusta, que no queremos, que querríamos modificarla, que nos va a afectar desde el punto de vista económico y que no podemos opinar, pero que, lógicamente, tenemos que ser prudentes a la hora de aplicar todas esas medidas. Por tanto, yo le invito a que comparta con nosotros todas estas cuestiones que han sido exitosas.

Su preocupación por el paro.

¿Cómo se resuelve el problema del paro? No entiendo más que de una manera: favoreciendo que nuestra economía crezca, que nuestra economía se robustezca y poniendo encima de la mesa, como hemos hecho, grandes proyectos que diversifiquen e incrementen nuestra actividad económica.

Con usted, señor Lacasa, con usted hemos puesto en marcha Plaza; con usted hemos puesto en marcha el Parque Tecnológico; con usted hemos puesto en marcha una serie de proyectos, como Walqa, que son avanzados desde el punto de vista de las nuevas tecnologías. Porque no podemos venir a hacer un discurso aquí, yo no puedo venir a hacer un discurso aquí a que solucione alguien etéreo los problemas de Aragón.

Desde que estoy en las Cortes, oigo hablar de los problemas que tenemos, de la dificultad de nuestra industrialización, de la necesidad de la diversificación de nuestro tejido industrial, de la necesidad de hacer funcionar el aeropuerto... Señores, el aeropuerto de Zaragoza no funciona si no hay mercancías o personas que transportar. ¿Cómo hacemos funcionar el aeropuerto de Zaragoza? Haciendo Walqa. ¿Cómo hacemos funcionar la actividad en la provincia de Teruel? Haciendo la plataforma que estamos haciendo en Teruel. ¿Cómo hacemos funcionar la ciudad de Huesca? Haciendo el desarrollo del Parque Tecnológico, de Walqa y de una serie de proyectos muy importantes que estamos desarrollando en esa ciudad.

No le he hablado de que usted es responsable, usted es muy responsable de que cincuenta y seis mil niños aragoneses tengan los libros gratis. Y eso es bueno para nuestra comunidad autónoma. Eso es muy positivo para la gestión que usted nos ha ayudado a hacer. Yo le pido, simplemente -creo que es razonable-, que podamos seguir contando con el apoyo, con la mayoría, para que estos proyectos, señor Lacasa, no se queden paralizados, para que no se queden paralizados.

Desde el punto de vista del agua, del Pacto del Agua, ustedes apoyaron el Pacto del Agua, y creo que hicieron bien. Y conforme pasó el tiempo, vieron que había cosas que se podían mejorar, y esa es una actitud inteligente y responsable, y yo la comparto. Y nos plantearon que pusiéramos en marcha una comisión parlamentaria para la actualización del Pacto del Agua, y lo hemos hecho, y ahí estamos discutiendo.

¿Y hay cosas que se pueden actualizar? Sí. ¿Estamos de acuerdo con los principios fundamentales y, permítanme, fundacionales del Pacto? ¡Sí!, porque usted y yo estamos de acuerdo en utilizar el agua en Aragón. Eso no se lo he oído criticar. Y las discrepancias que podemos tener están en función de la cota de un embalse, pero no de la regulación de ese río, o no de la mejora de los regadíos y, por tanto, yo creo que tenemos muchas más cosas también en el discurso del agua que nos aproximan que cosas que nos separan.

Y el problema..., claro, el problema de la denominada «nueva cultura del agua». Claro, el problema que tenemos con la nueva cultura del agua, que es lo que creaba algún rozamiento en el manifiesto de los sindicatos y, lógicamente, yo era partidario de que no se rompiera la unidad e hice todo lo posible para que estuvieran nuestros empresarios, como el primer día, por cierto. Es decir, los mismos. Para que aquellos que hablan de nuestra división no tuvieran argumentos, para que aquellos que se frotan las manos con nuestra división, se les quedaran heladas. Por eso hicimos todo lo posible desde el Gobierno para que estuvieran los empresarios, porque creo que era fundamental para este proyecto en Aragón, era fundamental para resistir unos cuantos meses, que tenemos que resistir todavía, a la amenaza de este proyecto de trasvase del Ebro. Por tanto, la unidad era importante mantenerla, e hice todo lo posible.

Claro, hay quien interpreta la nueva cultura del agua, y yo no conozco nadie, yo no conozco ningún doctor en físicas que haya hecho un dogma diciendo: hasta aquí llega la cultura del agua, y de aquí para allá son todos herejes. ¡No! Yo creo que tenemos que interpretar lo que es la nueva cultura del agua de una manera elástica y también de una manera en beneficio de nuestro suelo.

¿Somos partidarios de regar mejor? Sí. ¿Somos partidarios de ahorrar el agua? Sí. ¿Esa es la nueva cultura del agua? Pues, claro. Si la única discrepancia que tenemos aquí es cuál es la dimensión de nuestras regulaciones en algún punto concreto, y, por tanto, esas pequeñas diferencias, que yo sé que en temporada electoral se airean más, pues tendríamos que ser capaces de que no nos hicieran romper lo que es fundamental para sacar adelante la resistencia al Plan hidrológico nacional que tiene que tener Aragón.

Planteaba usted, finalmente, una cuestión relacionada con la negociación colectiva. Estamos de acuerdo. Los sindicatos están en este momento haciendo elecciones, por tanto, le doy instrucciones al consejero de Economía para que, tan pronto terminen las elecciones sindicales, podamos empezar a hacer la negociación colectiva, y no vamos a tener ningún problema a ese respecto.

Y espero, sinceramente, señor Lacasa, que podamos contar con usted para todos los proyectos que sean positivos para que Aragón crezca, para que Aragón tenga oportunidades en este siglo que iniciamos.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Lacasa, de nuevo.

El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.

Señor presidente del Gobierno, espero poder contar con usted, señor presidente, para poder sacar adelante los grandes retos que Aragón tiene. Me gustaría mucho contar con el señor Iglesias para que siguiera apoyando las líneas que Izquierda Unida quiere desarrollar. Bueno, lo que usted dice por activa, yo se lo devuelvo por pasiva, ¿no? Es la misma situación, sólo que usted es presidente y yo no. Bien, ese sí que es un dato objetivo.

Me pide usted que me reconozca en el presupuesto de Educación, por ejemplo. Me reconozco plenamente, me reconozco de una manera..., no sabe usted de qué manera me reconozco en un presupuesto que negociamos -bueno, usted sabe- con intensidad y apurando hasta el último momento.

Primer objetivo que tenía ese presupuesto -que tiene, afortunadamente-: incorporábamos plenamente el gasto real de Educación al presupuesto. Fíjese usted que cosa, ¿eh? Pues, lo que le costó el cargo a la anterior consejera, un follón impresionante, un desfase presupuestario tremendo, que hicimos un esfuerzo -hemos hecho y, desde luego, nosotros lo seguiremos manteniendo-, un esfuerzo de corresponsabilidad para que en Aragón se financiase adecuadamente la Educación.

Por lo tanto, en esos aspectos positivos, ¡claro!, no hace usted más que halagarme el oído, porque claro que me quiero reconocer ahí. Pero de la misma manera reconozco un problema en esta comunidad autónoma, y debe usted reconocer un problema: y es un conflicto social de dimensiones desconocidas en el ámbito educativo. Usted no había conocido una movilización social en la Educación como la que hemos tenido. Usted no la había conocido, porque yo tampoco la había conocido. En democracia no habíamos conocido esta movilización. Una manifestación y una huelga general tan seguida en el ámbito educativo, que no ha terminado, que no ha terminado.

Ese conflicto no se ha cerrado y no se ha desactivado. ¿Por qué? Mire, porque esto no son medidas aisladas. Los convenios de educación infantil no es algo aislado que diga usted: son tres mil o cuatro mil millones de pesetas que... No, mire, es que, además, esa medida ha dado pie -y ya la tiene usted encima de la mesa- a la reivindicación de la patronal de la privada para decirle: y ahora quiero que me suban el módulo de los conciertos y de los convenios, ahora quiero que me suban el módulo de los convenios y de los conciertos; y ahora quiero que me den el transporte y los comedores; y ahora quiero que me den más profesorado para atender la diversidad; y ahora quiero, y ahora quiero y ahora quiero... Señor presidente, no va a tener legitimidad para frenar esas reivindicaciones. Ese es el problema, que ustedes han abierto una espita -deben saber lo que es una espita- muy peligrosa que tiene consecuencias que se prolongan en el tiempo.

Mire, y el conflicto no está cerrado, pero pueden cerrarlo. En sus manos está cerrarlo. No está cerrado. Ustedes, seguramente, hubieran querido venir a la cámara presentando, bueno, presentando un acuerdo, pero no lo hay, no lo hay. Sabemos que hay conversaciones intensas del departamento con los agentes sociales: con los sindicatos, con Fapar... Es lógico, bien, y eso lo entendemos y lo aplaudimos: tiene que haber diálogo. Pero no hay acuerdo, y ¿por qué? Porque en la inmensa mayoría de los agentes sociales hay una idea de que no habrá cromos de cambio en torno a la educación infantil, no hay cromos de cambio. Por lo tanto, puede haber propuestas interesantes, pero no hay cromos de cambio.

¿Y qué entiendo yo que solucionaría el conflicto? Oiga, mire usted, lo que en teoría dijo la consejera de Educación. Señora consejera, haga buenas sus palabras aquí: «no habrá generalización de los convenios». «No habrá generalización.»

En estos momentos, todo el mundo, con algún criterio más o menos sensato y objetivo, reconoce que se están incumpliendo los criterios que venían en las órdenes de convocatoria de los convenios; que hay del orden de más de veinte colegios, de más de veinte colegios -sí, aunque la señora consejera diga que no-, más de veinte colegios que no escolarizan diversidad. Por lo tanto, que son convenios prescindibles. Empiece usted haciendo esto. ¿Se compromete usted a anular los convenios -y, consecuentemente, los conciertos- de más de veinte colegios en la ciudad de Zaragoza que no cumplen, en opinión de muchos interlocutores sociales, los criterios? La consejera me dice con la cabeza que no.

Pues, en esta línea, lo tenemos difícil, señor presidente, ¡que su consejera me dice que no! Pues, entonces, ¿qué hacemos, señor presidente?, ¿qué hacemos? ¿Qué presupuesto educativo podremos sacar adelante con Izquierda Unida? Pues es que lo veo complicado, señor presidente, lo veo muy complicado... Pero es que su consejera me dice que no con la cabeza.

Bien, usted me da datos, ratios, medias... Bien, mire, lo de la estadística, ya sabe, ¿no? El pollo, el medio pollo, el cero pollo. Bueno. Usted sabe que las ratios se han incrementado en varias zonas de la ciudad de Zaragoza, porque el problema está en Zaragoza, como usted bien sabe. Antes he bromeado con su pueblo -me permitirá la broma-, pero podíamos decir cualquier otro pueblo de la comunidad autónoma donde no tenemos ese tipo de problemas, porque los tenemos en Zaragoza.

Como decía, se incrementó la ratio a veinticinco plazas en las zonas uno y dos de la ciudad de Zaragoza. Estos son los barrios Actur, Parque Goya, Arrabal, La Jota..., muchos más. Esa zona uno y dos, veinticinco alumnos por aula en educación infantil, en primero de educación infantil. El número, en teoría, debía de ser veinte. Pero es que en la zona cinco (Romareda, centro, etcétera, etcétera) y la zona seis (Delicias) se incrementó a veintitrés -también tenían que se veinte-, y en la zona siete, la de Las Fuentes, se incrementó a veintiuno (ahí sólo subía uno). Además, perdimos aquel dos por uno: aquel alumno que tuviera necesidad educativa especial, antes contaba como dos; ahora, ya no. Por lo tanto, hemos perdido por el camino también ese criterio en relación a las ratios. Y en primaria, lo mismo: pasamos en las zonas uno, dos, cinco y seis de la ciudad de Zaragoza a veinticinco alumnos por aula, cuando tenían que ser veintidós.

Mire, esto va a misa. Permítame la expresión: esto va a misa. Que luego, la media con la provincia de Zaragoza ¿da lo que da? Pues, probablemente, porque ya sabemos hay centros que tienen vacantes. El problema es que se incumplen las ratios en algunos centros muy importantes (centros y zonas) de la ciudad de Zaragoza. Y esta es una problemática real.

Por eso, cuando ustedes hablan ahora de un plan de inversiones que quieren poner en marcha, se encuentran con el escepticismo de los agentes sociales, porque dicen: oiga, que lo de la educación infantil de la privada, eso se ha cobrado en mano, ¿eh?, eso lo han cobrado ya en mano.

Y los planes de inversiones de futuro, pues, primero ya veremos quién gobierna aquí la comunidad autónoma después del año que viene, ¿no? Entonces, es lógico, señor presidente, que hay desconfianza, que no se ve claro, porque unos ya han cobrado en mano y otros le dicen: ciento volando.

Bueno, esta situación la seguiremos discutiendo, seguramente. No obstante, como nos veremos en la cabecera de la manifestación contra la ley de calidad y los convenios y la privada en la universidad privada de Zaragoza, pues, entonces, seguiremos discutiendo también en esos foros sociales.

Mencionaba el agua. En relación con el tema del agua, claro, yo le pido algún impulso, algún gesto concreto de su Gobierno. Es que se lo vengo pidiendo toda la legislatura. Porque usted me amaga, que si hombre de una cota, que no sé qué... Bien, pues vamos a entrar en profundidad en este tema.

Tenemos ya la comisión aquí, encima de la mesa, tenemos la posibilidad de solucionar conflictos. Mire, vamos a desactivar el conflicto principal, que es Yesa, señor presidente -usted lo sabe-; el conflicto principal, el único macroembalse, porque los demás son de tamaño mediano o pequeño, es Yesa. Y además divide -fíjese usted en lo que divide, lo que fractura- Bardenas con Jacetania: el alcalde de Bardenas, nuestro compañero Eduardo Alonso; el alcalde de Jaca, nuestro amigo Enrique Villarroya: ambos militantes del Partido Socialista Obrero Español. Con los dos, oiga, no hay manera; vamos a sentarlos en una mesa -algún día lo hablamos con algún miembro del Partido Socialista-, y no solo a ellos sino a los responsables de esa situación.

Vamos a pactar una solución en esa zona, válida para todos, que restituya realmente a todo el mundo y todos los intereses y que module una cuestión que pueda ser aceptable por todos. Como usted bien ha dicho, el único objetivo es que los regadíos que se tienen que hacer en el plan nacional se hagan y que haya menor impacto ambiental, que no afecte al Camino de Santiago y que se pueda negociar. Pues, oiga, vamos a defender en la comisión una cota reducida del embalse de Yesa. Fíjese usted qué sencillo, y seguro que sentamos al señor Alonso y al señor Villarroya y empezamos a negociar. Yo me ofrezco para estar también por allí pululando, y luego no quiero aparecer en la foto, solo pulular para que salga adelante.

Bien; en materia de empleo me alegro de que recoja la posibilidad de negociación colectiva en la DGA, pero me la remite usted a las elecciones sindicales, que son en marzo: el problema es que son en marzo, señor Bandrés. Empiezan ahora las de educación. Las de los afectados directamente -lo sabe el señor Bandrés- son en marzo, si no me equivoco: las de los empleados públicos no educativos de la Diputación General de Aragón.

El tema de los residuos y de medio ambiente creo que es un tema, obviamente, importante. Mire: le he citado antes la ley, pero es que tengo que citarle el plan de residuos; es que no solo es la ley: es el plan de residuos también. Mire, señor presidente, cuando usted no informó correctamente -lo voy a decir en estos términos tan suaves-, no informo correctamente a la opinión publica, no solo no dijo que la ley no le obligaba a autorizar estos residuos tóxicos, que no le obliga -y tiene el papel en la mano, y la comisión Jurídica Asesora ya se lo dirá-; es que el vigente, el plan de residuos peligrosos de la Comunidad Autónoma de Aragón, del Departamento de Medio Ambiente (que aquí lo tiene, y el consejero lo puede acreditar), dice lo siguiente: sí es cierto, hay un principio de proximidad (es decir, hay que minimizar los residuos), hay un principio de proximidad, hay que intentar trabajarlos en la zona más cercana; pero es cierto que el plan permite la entrada de residuos procedentes de otros orígenes, pero sabe cuál es el destino, ¿no?: «cuyo destino sea la reutilización, el reciclado o la valorización». Y estos residuos no vienen ni para ser reutilizados ni para ser reciclados ni para ser valorizados; vienen para ser eliminados en vertedero. Por ello creo que es un tema importante.

Aragón no es el vertedero de Europa ni el vertedero de España; no tenemos vocación de eliminar residuos por enterramiento, no es la voluntad de Aragón. ¿Que vienen residuos que se pueden reutilizar, reciclar o valorizar? Habrá que discutirlo, pero usted (o su gobierno) ha incumplido, claramente, el plan de residuos peligrosos de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Eso lo dice -no se lo digo yo- alguna persona que tiene alguna autoridad en un medio de comunicación. Hay un artículo hoy que aparece en Heraldo de Aragón que habla del proceso de autorización a Euroresiduos, y habla de un pelotazo y de que el responsable político inmediato sea a la vez consejero y secretario general del PAR, y hace una serie de consideraciones, y termina diciendo que lo más llamativo en este caso es que «demuestra que nuestras administraciones públicas parecen disfrutar del estado de la irresponsabilidad». Este articulista dice que llama «irresponsabilidad» al estado de cosas en que la política protege a los administradores públicos de sus propios errores. Y finaliza, en lo que se refiere a la DGA: «Hemos gozado en la última legislatura de una cierta estabilidad política, pero empezamos a saber que a un precio insoportable».

A mí me duele que esto se diga en la comunidad autónoma, y a usted le debería doler más, porque el articulista es Alberto Lafuente Félez, miembro del consejo de la Fundación Ecología y Desarrollo, que fue, como ustedes saben, secretario de estado de Energía del Partido Socialista Obrero Español cuando gobernaba Felipe González. El señor Lafuente, hoy, escribe un artículo demoledor, durísimo, que usted tiene que tener en cuenta, porque es de su sector ideológico y ha colaborado con los gobiernos socialistas. Tengan ustedes en cuenta estas opiniones sociales, que creo que son bien importantes, y que ustedes tendrían que tener en cuenta.

En todo caso, con relación a la oferta, al envite, a la apelación, a eso que yo le digo que yo le puedo volver por pasiva, de acuerdo. Nuestro único limite, y usted lo sabe, es que nosotros no pactaremos política simultáneamente con el Partido Popular. Usted sabe que tiene que elegir el camino de esta comunidad autónoma, y que no puede ser simultanearlo todo: hacer política de derechas pero que las avale Izquierda Unida. Si van a hacerse políticas progresistas de izquierdas en la comunidad autónoma, usted tendrá nuestro apoyo; si, bajo mano, lo que quiere hacer es política de la derecha, en eso no cuente con nosotros.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Señor Iglesias, de nuevo tiene la palabra.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.

Señor Lacasa, le agradezco su tono, que, como siempre, ha sido un tono constructivo y crítico en lo que usted considera que debe ser crítico; por tanto, le agradezco muy sinceramente ese tono, aparte del agradecimiento que le he hecho ya anteriormente por las cosas en que había colaborado para que los grandes proyectos de Aragón fueran adelante.

Mire, el desacuerdo que tenemos en educación supone un 0,1%, pero no de nuestro presupuesto sino de nuestro presupuesto en educación; es decir, es un pequeño desentendimiento, no es un gran pedrusco, es un pequeño pedrusco. Claro, porque lo que nos costará a nosotros este año -y ya lo sabe usted- es alrededor de doscientos millones de pesetas. Por tanto, esa es la realidad: es -fíjese- el 10% de lo que nos gastaremos en la gratuidad de los libros.

Ya sé que no ha sido..., no sé si decir bien acogido, pero desde luego no ha aplaudido nadie el que los niños aragoneses tengan libros gratis en la escuela; pero es muy importante, porque son más iguales, y es un avance que hemos hecho, como consecuencia de los apoyos que usted también ha planteado a nuestras políticas.

Nosotros en educación queremos una educación de más calidad, que tenga la escolarización total, y por eso estamos avanzando en las edades de tres a seis años. No todo el mundo en España (la mitad del país) tiene los niños de tres a seis años escolarizados en igualdad de condiciones; en la mitad de este país los niños no están en la misma situación que están en Aragón: gratuitamente, todos nuestros niños, a partir de tres años, que ya sé que no es obligatorio...

Pero, fíjese, esta no es solo, señor Lacasa, una política educativa; es una política cuya mitad es una política social y, fundamentalmente, para las mujeres. Hemos analizado aquí que uno de los problemas de ese 5,6% de parados que tenemos en Aragón, fundamentalmente, son mujeres, son mayores de cincuenta años. ¿Cómo resolvemos el problema de las mujeres si no les ofrecemos que sus hijos puedan ir gratuitamente a la escuela? Y no nos podemos quedar en los niños de tres a seis. El objetivo de este Gobierno -sé que no lo vamos a poder cumplir hasta el mes de mayo, que son las elecciones-, el objetivo que se plantea este Gobierno es la escolarización total.

Nosotros tenemos el cien por cien de los niños desde los tres años hasta los dieciséis. Cuidado, en España es el 83% de escolarización, y hay comunidades autónomas muy por debajo. Por tanto, hacemos un esfuerzo muy importante, que supone una mejora de la educación, pero que supone también una mejora de las condiciones, una política de familia especialmente para con las mujeres. Eso es extraordinariamente importante.

Por tanto, queremos el objetivo de la escolarización total, queremos un profesorado cualificado, y tenemos hoy resultados muy satisfactorios. Sé que hay problemas, pero en la comunidad de la enseñanza tendremos problemas mientras haya enseñanza, es decir, siempre; por tanto, tendremos que estar dialogando. Por eso firmamos el Pacto por la educación, y en todo lo que hemos avanzado, señor Lacasa, hay interpretaciones. Yo no he traído hoy aquí el pacto, porque lo he leído cuando ustedes me han preguntado, en este parlamento lo he leído muchas veces, por eso no lo he traído aquí. Y hay interpretaciones, que yo respeto; pero todo lo que hemos hecho -las interpretaciones son otra cosa- figura en los pactos que hemos firmado al principio de esta legislatura: pactos que los sindicatos asumieron en lo que les gustaba más (en lo que era homologación de los sueldos), pero también en cuestiones que, evidentemente, el Departamento de Educación introdujo, porque a la administración educativa le interesaba introducir estos acuerdos. Primera cuestión.

Segunda cuestión. Usted sabe que somos un gobierno de coalición; por tanto, que no podemos aspirar ninguno de los socios a hacer el cien por cien de las políticas que nos gustaría. Es así. Hemos hecho políticas que a mí me gustan mucho, y en otras cosas el paro hubiera avanzado más, el PSOE hubiera avanzado menos... No lo sé. Pero hemos hecho un pacto por Aragón, que firmamos, con el que contamos con su apoyo, y, lógicamente, yo estoy convencido de que usted participa conmigo en que esta no ha sido una legislatura perdida para esta comunidad autónoma. Esta ha sido una legislatura muy importante.

En primer lugar, Aragón es mayor de edad desde el punto de vista de sus competencias, y es capaz de resolver los conflictos desde su administración; porque gobernar es priorizar, pero también es resolver los conflictos. Y, hasta que tuvimos las grandes competencias, claro, los conflictos eran relativamente pequeños. Más bien creo yo que, durante veinte años, a esta comunidad autónoma se le ha exigido lo que no podía dar, y eso ha creado mucha desmoralización y mucha depresión en nuestra gente.

Pero ahora esta comunidad autónoma es mayor de edad, y está en igualdad de condiciones, y, por tanto, tiene una grave responsabilidad, y una grave responsabilidad de la que tenemos que responder todos, porque de esta comunidad autónoma, de lo que surge de este parlamento (que finalmente es de donde surge el Gobierno), es de donde tienen que salir las soluciones en un momento que es una gran oportunidad para Aragón.

Yo creo que, por primera vez en muchos años, Aragón tiene una gran oportunidad, y la clase política de Aragón, nosotros, los que nos sentamos en esta sala, en este parlamento, y nuestros alcaldes y nuestros concejales, y nuestros diputados..., yo no creo, señorías, que sean de peor calidad que nadie de ninguna otra comunidad autónoma. Y vamos a demostrar, y creo que lo estamos haciendo, que Aragón es capaz de gobernarse y de administrar las mismas competencias que tiene cualquier otra comunidad autónoma, respetando las normas de juego, respetando la pluralidad, respetando el parlamento, buscando acuerdos. Nuestra población, señor Lacasa, nos obliga a pactar, y me temo que nos obligará a pactar, que nos volverá a obligar a pactar. Y esa es la expresión que desde hace veinte años tiene la ciudadanía aragonesa: queremos autonomía, pero queremos un parlamento plural. Y nosotros tenemos que aceptar y asumir como positiva esa realidad. Y con esa realidad y con esas condiciones tenemos que resolver los problemas que tiene planteados Aragón y acertar, acertar en un momento clave, acertar en un momento fundamental. ¿Por qué hemos de pensar hoy que después de doscientos años de dificultad, de tener que bregar con mucha más dificultad que los otros en nuestro crecimiento, en nuestro crecimiento económico, en la implantación industrial en nuestro territorio, en nuestras infraestructuras, por qué tenemos que asumir que esa es una condición inmodificable en nuestra historia?

Yo hice un planteamiento ayer y voy a plantearlo hoy otra vez: Aragón tiene hoy todas las razones para ser ambicioso; hemos empezado a crecer, también demográficamente, y estoy absolutamente convencido de que el siglo XXI será un siglo de grandes oportunidades para Aragón. Lo estamos empezando, y, señor Lacasa, necesitamos su apoyo para terminar esta legislatura, en la que nos quedan muchas cosas por hacer. Mire, yo he hablado ya de los residuos, y ya saben todos ustedes lo que pienso: claridad, y punto. Por tanto, no me voy a quedar paralizado en una cuestión coyuntural; me importan más las cuestiones estructurales y me importa más la política que tenemos que desarrollar en Aragón a partir de ahora. A esa política de grandeza le invoco a usted y les invoco a todos ustedes.

Muchas gracias.

[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Es el turno ahora del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés. Su portavoz, señora Blasco, tiene la palabra.

La señora diputada BLASCO NOGUÉS: Gracias, presidente.

En principio dar las gracias a los profesionales que hoy nos están aquí acompañando para facilitar a las personas que hablan con el lenguaje de los signos el que puedan entendernos y el que puedan seguir este debate.

Señorías, todos los gobiernos han solicitado el estado de la comunidad autónoma, y quisiera recordar que es el estado de la comunidad autónoma en lo que debemos pensar y trabajar estos días y no en el control del Gobierno, puesto que ya tenemos muchos días, muchas sesiones en esta cámara y suficientes medios y momentos para hacerlo.

El parlamento aragonés se reúne durante tres días para analizar cómo está Aragón, o, por lo menos, eso es lo que se espera de este debate. Las conclusiones que saquemos serán responsabilidad de todos; ni del Gobierno ni de la oposición: de todos, porque todos en conjunto representamos al pueblo de Aragón.

Ya sabemos que algunos, por no analizar lo fundamental, nos han deleitado con su reiterado control al Gobierno: si lo han hecho bien, lo han hecho mal...

Este parlamento ha sido y debe seguir siendo el verdadero templo de la palabra y el centro neurálgico de la vida política aragonesa.

Tarea ardua analizar la actualidad de nuestra comunidad cuando, para empezar, tenemos diferentes visiones sobre Aragón: para unos, esto va bien; para otros, esto va mal; para algunos somos zona húmeda; para otros somos zona seca; para algunos somos irresponsables cuando se es reivindicativo.

El malogrado Ernest Lluch, desarrollando la capacidad de reflexión que tenía, al analizar Aragón, decía que la complejidad política de nuestra tierra era el fruto de nuestra historia. Y es verdad. Somos cinco partidos en esta comunidad, representando a un poco más de un millón de habitantes. Somos cinco los partidos, y, lejos de pensar que esto es malo, creemos desde el PAR que lo que nos demanda la sociedad aragonesa es precisamente que nos pongamos de acuerdo; pactos y unidad en todo aquello que nos afecta a todos los aragoneses.

Y en esta unidad, esta reivindicación, siempre tendrán al Partido Aragonés, como siempre ha estado, en primera línea, conformando y participando directamente en lo que es Aragón hoy en la actualidad, asumiendo la responsabilidad que el pueblo aragonés nos ha ido dando con sus votos.

El PAR ha demostrado a lo largo de sus veinticinco años de existencia que es capaz de sumar voluntades incluso impensables en ciertos momentos. El PAR es y ha sido capaz de centrar el discurso de esta tierra desde un nacionalismo moderado que ha evolucionado con la sociedad y cuyo único interés han sido y serán Aragón y los aragoneses. Un partido a la altura de las circunstancias, porque desde el PAR nunca se ha entendido que el trabajo de la política sea recrearse en la rigidez, en restar en lugar de sumar, en negar resultados al colectivo ciudadano agarrándose a teorías fundamentalistas o radicales que producen enfrentamientos incalculables. No. Para el PAR, el desencuentro de los partidos es estéril; no así la defensa legítima y democrática de la diferencia política que nos separa a cada uno de nosotros. Ya lo hemos dicho muchas veces: nos diferenciamos tanto del PSOE como del Partido Popular, porque partimos de que el PAR es un partido de centro, y, por tanto, centramos tanto el mensaje conservador de derechas como el progresismo de izquierdas del Partido Socialista. No haré referencia a los demás grupos, porque es lógico que nuestra ideología esté lo más lejos de los grupos de izquierda, como Izquierda Unida, o del nacionalismo de izquierda radical y republicana, como Chunta Aragonesista.

Así pues, hablemos de Aragón, en un acto de reflexión profunda y de coherencia. Tanto con el Partido Popular como con el Partido Socialista hemos logrado centrar el discurso. Lo hemos logrado. Y que nadie se extrañe ni se asuste de que el Partido Popular reformara en el año noventa y seis el Estatuto de Aragón; no como estas Cortes querían ni como el PAR quería, pero lo logramos. Y logramos también durante la legislatura pasada que no apareciera el fantasma que actualmente parece ser que pueda ser realidad, como es el de los trasvases. Hemos logrado que el PSOE asumiera el no al trasvase del Ebro -el presidente lo ha reconocido algunas veces-. Nuestro modelo de organización de la comunidad en comarcas ya está en marcha, es un hecho imparable. También buscamos la corresponsabilidad en el sector educativo, el impulso y la protección de nuestras señas de identidad, la potenciación de nuestros recursos endógenos, el proyecto de Jaca 2010, etcétera.

Sin el PAR, Aragón no sería el Aragón que hoy tenemos. Para algunos, siempre negativo, siempre victimistas, utilizando las instituciones para vender conscientemente experimentos engañosos y -lo que es peor- lanzando acusaciones al aire contra las siglas de un partido por el simple hecho de ganar votos. «La democracia es el reconocimiento del otro», dijo un día don Ángel Cristóbal Montes, y es verdad. Señorías, no creo que esto sea bueno, el ir contra los partidos, ni para los que de forma voluntaria nos hemos presentado a las elecciones -tal y como nos definen a la clase política- ni para el sistema democrático. Y nos tienen -y espero que me entiendan- secuestrados. Sí, señorías, secuestrados, a la clase política, y nos tienen secuestrados los que nunca se presentan en elecciones.

El juego limpio no debe estar solo en el deporte; debe ser una forma de vida y de convivencia, cosa que algunos, aunque se escondan tras las sonrisas, saben y sabemos que no dicen la verdad. En esta tierra sabemos de honradez, de coherencia, de valores, pero también sabemos de traiciones, de grandes traiciones, de estrategias políticas y económicas impensables para la gente que queremos trabajar, solo trabajar, por el bien de Aragón desde la vida política, la cual, señorías, deberemos algún día empezar a dignificar entre todos.

Y si esto significa hacer uso continuo de comisiones de investigación o llevarlo al ministerio fiscal, el PAR será el primero en apoyar estas iniciativas si estamos todos de acuerdo. Porque creemos en la transparencia, en la honradez de todos, y, si alguno, por palabra oral o escrita, tiene dudas, que sean los primeros en denunciarlo con pruebas al fiscal. Hoy se ha hablado de una comisión de investigación -lo han dicho varios grupos-. De acuerdo; si estamos todos de acuerdo, el PAR también. Puesto que algunos ya parece que lo saben todo y que tienen datos, pues que vengan aquí, que vengan a las Cortes y que vengan a explicarlo, pero todos, todos los que han escrito, todos los que tienen datos, y en eso todos estaremos implicados. Aquí también hay comisiones, y habrá comisiones aquí. Estas Cortes son soberanas, por supuesto, y también tendrá que decir algo -¿verdad?- el Ayuntamiento de Zaragoza en esta comisión de investigación, puesto que la segunda licencia la tendrá que dar también el ayuntamiento, y también tendrá que venir -no sé- la gente que ha escrito, también deberá venir a la comisión. Nosotros, desde luego, no vamos a echarnos atrás en todo lo que sea el que en esta cámara se haga con transparencia y con taquígrafos.

El Partido Aragonés piensa y se ratifica en que desde Aragón debemos autoconfirmarnos en el camino que todos -y digo «todos»- hemos recorrido, que ha sido duro y largo, como dice la canción, pero que, conseguido lo conseguido, no debemos menospreciar todo; al contrario: hay que reconocer diariamente el esfuerzo que nos ha costado llegar a todos aquí.

No por ello debemos caer en la autocomplacencia y olvidarnos de que ni desde el PAR y menos desde la misma población estamos satisfechos ni con el Estatuto de Autonomía que tenemos, ni con la financiación que nos viene, con el olvido histórico del Gobierno central, de cualquier Gobierno central. Seguimos necesitando inversiones, infraestructuras, autovías; potenciación del único aeropuerto que tenemos; que no nos legislen desde Madrid lo que ya tenemos aquí en nuestras competencias; inversiones, y no promesas incumplidas. Aragón sigue siendo castigada por un hecho o por otro.

Por ello, el PAR nació hace veinticinco años con la democracia y con un único fin, hacer Aragón sin destruir España -y repito: sin destruir España-, palabras que hacen moverse a alguno de sus asientos, a algún diputado, o bien se miran a los ojos en la lejanía. Y, así, tenemos un ejemplo en que el PAR siempre ha dicho que el Estado somos todos. Parece que el secretario general de Chunta Aragonesista no lo tiene tan claro, con una incoherencia total dentro de este partido, que aspira a que se eliminen las diputaciones provinciales, y es el primer sitio donde ocupan sillones. Decía: «El Estado no está por encima de todos». Para el PAR sí; para el PAR, el Estado somos todos, y somos todos. No es extrañar tampoco que en el programa electoral de Chunta Aragonesista apareciera que había que modificar el título preliminar de nuestra Constitución, que habla de los valores superiores, el Título I, que habla de los derechos y libertades, del Título II, que es la Corona, y también del Título VIII. Porque Chunta Aragonesista no cree en el Estado de las comunidades autónomas, ¡si no cree en el Estado! Lo que cree y quiere es una república, eso también hay que decirlo puesto que aquí también lo indican. Luego también habrá que pensar que la modificación de la Constitución la quieren precisamente para que sea no lo que dice el artículo 1.3 de la Constitución sobre una monarquía parlamentaria, sino para que nos transformemos en una república.

El PAR es un proyecto de muchos hombres y mujeres, no solamente de una persona. Desde hace veinticinco años luchamos por nuestra tierra. Un partido nacionalista moderado que arrancó con la base política social del interclasismo, con la reivindicación social y con la ilusión de ser el partido de todos los aragoneses. Hemos sido el partido que siempre ha impulsado la reforma del Estatuto. Que, por cierto, recuerdo que el año pasado presentamos una resolución en la cual Chunta Aragonesista se abstuvo. Al cabo de los meses, el PAR apoyó también la creación de la comisión sobre la profundización del autogobierno, cuyos resultados esperamos dentro de poco.

Ya hemos dicho muchas veces desde el PAR que hay que recuperar el artículo 29, el olvidado. Y, aunque los más iluminados han demostrado que podemos vivir sin él, también es verdad que los juristas más apreciados de esta comunidad autónoma clamaron por su urgente recuperación. Es nuestro Derecho civil aragonés, fue, y debe ser incluido en el Estatuto.

Debemos exigir el cumplimiento del artículo 48. Hay que incluir nuestros derechos históricos, como la foralidad, competencias como los maestros de instituciones penitenciarias, profesores de Religión, tributos fiscales, la policía, los aeropuertos... Aún queda mucho, mucho que hablar. Porque desde el PAR creemos en la libertad, en la democracia, en la igualdad, en el Estado de derecho, que muchas veces nos olvidamos, en la corresponsabilidad social, en la colaboración y en la Constitución, y por ello creemos que hay que seguir desarrollando todas las posibilidades que el texto magno nos ofrece.

Señorías, debemos recuperar la unidad en los temas que actualmente nos está exigiendo la sociedad aragonesa, y no podemos defraudarla. Pero todo esto no lo conseguiremos sin la unidad en los aspectos básicos y fundamentales de nuestra comunidad. Todos a una, como se decía en Fuenteovejuna, porque a quien más beneficiamos con nuestras desavenencias es precisamente al Gobierno central, ahora el Partido Popular, quien disfruta y justifica su desidia hacia Aragón porque no encuentra más que sumisión en los suyos y desunión en los demás.

A nadie se le escapa la dependencia tan prioritaria y casi única que tenemos en nuestra economía de sectores externos a nuestra comunidad. Desde el PAR siempre nos hemos comprometido y hemos hecho causa con la necesidad de que Aragón desarrolle e impulse sus recursos endógenos. La población, nuestro medio ambiente, el agua, nuestro patrimonio, nuestra identidad... todo ello suponía que, si no dependemos tanto de los de fuera, podremos resistir cualquier crisis e incluso marcar nuestro propio futuro.

Desde el Gobierno de Aragón, del cual el Partido Aragonés forma parte, se ha apostado fuerte por ello. La inversión en empresas públicas en la provincia de Teruel, las fuertes partidas económicas en zonas deprimidas, empresas como Walqa, Dinópolis, el parque tecnológico de Huesca, o bien el respaldo iniciado al pequeño comercio, tan importante en la cohesión social y familiar de nuestra tierra. Es necesario seguir impulsando, incentivando y alentando al sector privado para que se implique en el cambio necesario para intentar quitar presión al ya denostado sector público. No por ello debemos bajar la guardia en la evaluación y control institucional.

Este año, después de tres años de legislatura, creemos desde el PAR que no hace falta ya justificación alguna al Gobierno calificado hace unos años de un pacto anti natura. El PAR, siempre que se ha comprometido por Aragón, ha cumplido. Han pasado tres años, falta uno, y serán los aragoneses quienes evalúen lo realizado hasta ahora: si quieren seguir con una mayoría de centro progresista o si quieren un experimento de aragonesismos de izquierdas, como decía el diputado provincial de Chunta Aragonesista, quienes, por cierto, ya se van repartiendo los departamentos, cargos y carguitos.

Señorías, el que esté con Chunta Aragonesista será el que diga «no» a todo: no a Jaca, no a la educación concertada, solamente el sector público... Esto no será una democracia, será cualquier cosa pero, desde luego, no una democracia.

Porque lo único que está claro, y por muchas razones, aragonesas y aragonesistas, es que el Partido Popular lo tiene muy crudo en los próximos años, por lo menos el ir solo. Tal vez convenzan a CHA, que está muy interesada en no estar sola en el gobierno y no le importa participar con ustedes.

El pacto de gobierno Partido Socialista-Partido Aragonés ha dado y seguirá dando estabilidad institucional y recuperación en las relaciones con otros gobiernos autonómicos y estatal. El Gobierno no debe estar a espaldas del Gobierno central, ni el Gobierno central debe dar la espalda a ningún otro gobierno autonómico que no sea de su cuerda. Para el PAR todos somos Estado, ya lo he dicho, y, por tanto, responsables del mismo.

Y porque queremos desde el PAR ser más y ser más libres, necesitamos seguir reivindicando nuestra plena autonomía con una nueva reforma, como he dicho anteriormente, el artículo 48 y todas las demás iniciativas y competencias que antes he citado.

Hemos denunciado muchas veces que somos delegados de Madrid y que con la Constitución en la mano no debemos ni queremos serlo.

Llevamos veinticinco años diciendo «no» al trasvase y firmando en cada pacto de gobierno que «no» al trasvase, diciendo que en Aragón no sobra agua, sino que faltan inversiones. Compartimos el fin del «no» al trasvase con cuatro de los cinco grupos aquí representados, pero no compartimos los medios de regular el agua que en concreto tiene un grupo minoritario en esta cámara, y principalmente porque, mientras el agua no se pueda empaquetar, los embalses son necesarios.

El PAR siempre ha dicho lo mismo: «no» al trasvase, «sí» al Pacto del Agua. Siempre -y repito- hemos dicho «no» al trasvase y «sí» al Pacto del Agua, para ser más claros: «no» al trasvase y «sí» al recrecimiento de Yesa, entre otros. Porque lo principal y lo primero que hay que hacer es la restitución a los afectados, como dice el Pacto del Agua. Ya lo dijo mi presidente y vicepresidente del Gobierno el año pasado: si el Pacto del Agua se hubiera hecho, no estaríamos hablando del trasvase porque todos sabemos que no sobra agua.

El PAR ha tenido un solo diputado durante veinte años y durante veinte años el fantasma del trasvase ha sido esquivado de una forma u otra. Nuestro diputado ya no está en Madrid, y nos preguntamos: ¿ha sido necesario que el PAR saliera de Madrid para dejar vía libre a los promotores del trasvase? ¿Dónde está la voz de Aragón, los que prometían alzar la voz?, y lo único que sabemos es que el día en que se votó no estaba en el Congreso. [Rumores.] La voz de Aragón debe estar afónica o con la mochila en otro sitio porque al Congreso poco va, según nos ha dicho la revista Trámite parlamentario, que, de cuarenta y seis plenos, parece ser que ha faltado en veinticuatro, y de Aragón es el que más ausencias tiene. Como también hay que decir que ausente estuvo, por cierto, el diputado de Izquierda Unida en la Comisión de Medio Ambiente cuando se habló de los planes de residuos, tampoco le debían interesar mucho.

Seguramente esto que acabo de decir será la continuación de e-mail, de cartas, espero que no otro tipo de actos, porque en el PAR sí que los hemos sufrido, y tampoco digo nombres ni quiero, por supuesto, decir que las personas que los realizan son de diferentes partidos, espero que sean incontrolados. Pero, desde luego, están alentados por posturas oportunistas y partidistas que se introducen en la sociedad en contra del PAR y directamente en contra de personas públicas del PAR. Nos han llamado «asesinos», «pantaneros», «hijos de...», o incluso, el otro día, en que mi presidente estaba en un adhesivo que repartían las juventudes de Chunta Aragonesista, que decían que también le daba asco... No sé... Creemos desde el PAR que la violencia de cualquier forma conduce a la violencia, y no es bueno.

También es verdad, y no nos podemos extrañar, cuando leíamos hace poco que el diputado de Chunta Aragonesista, después de hablar en la Diputación Permanente sobre la ilegalización de Herri Batasuna, decía que este proceso se la sudaba. Pues al PAR no se la suda, no se la suda porque hablar de Herri Batasuna es hablar de ETA, es hablar de ataúdes blancos, que yo tuve que vivir, siendo concejal del ayuntamiento, en el atentado del cuartel de aquí, de Zaragoza, o también de asesinatos, como el de nuestro compañero Giménez Abad. Y por eso es que no nos la suda, porque, mientras algunos se abstienen, otros buscamos soluciones, buenas o malas pero las posibles para que este estado de terror se acabe. El PAR firmó el documento contra el terrorismo, otros no.

No nos extraña su abstención en la Ley de partidos, no nos extraña nada de lo que ustedes -que ya les he llamado algunas veces-, predicadores de balcón, hacen o dicen. Lo que es lamentable es que algunos aragoneses crean en ustedes mientras ustedes se les ríen a las espaldas. Su «nazionalismo» con zeta no es un verdadero nacionalismo aragonés, lamentablemente, y se lo dice quien lleva trabajando veinticinco años en el mismo partido, en el PAR, acercando Aragón a Zaragoza, y no como ustedes, que llevan a los de Zaragoza los fines de semana a Aragón, como si fuera el cortijo de turno.

Ustedes quieren crecer a base de destruir, ya hemos visto antes en la intervención del portavoz de Chunta Aragonesista: todo lo hemos hecho mal los del PAR, todo. Quieren crecer, repito, a base de destruir, de vencer, y no de convencer, y eso en el reino animal tiene un nombre que, por supuesto, no voy a decir.

Gracias al PAR, y muy a pesar de algunos, el actual Gobierno PSOE-PAR ha conseguido centrar el mensaje y la gestión, dándole el carácter aragonesista y autonomista suficiente para saber llegar al entendimiento con instituciones gobernadas con el Partido Popular. Y es natural que esto suceda. Por primera vez, Aragón y Zaragoza han avanzado de la mano en temas fundamentales como Plaza, inversiones como el Centro del deporte federado, el nuevo Centro de Arte Dramático, la Expo 2008, etcétera.

Señorías, ha sido y seguirá siendo, por lo menos por la parte que nos toca al PAR le corresponde, un pacto útil, útil para Aragón, realista, con gran grado de autoexigencia, y sobre todo reivindicativo. Porque a nadie se le debe escapar que, si existe entendimiento entre los gobiernos actualmente, es por la acción del PAR en su deseo de hacer Aragón. Por ello desde el inicio de mi intervención he advocado por «sí» a la autoconfirmación de lo que hemos conseguido entre todos, pero «sí» por la autoexigencia en que somos más y necesitamos ser más, y, por supuesto, no solo hablo de cantidad, porque somos pocos pero no poco. Todo esto nos lleva a la más absoluta necesidad de ponernos de acuerdo los unos con los otros.

Tres años de gestión: hechos de la gestión de los departamentos del PAR. Señorías, han pasado tres años de legislatura y este Gobierno, como decía ayer el presidente, ha demostrado con hechos, con la relación de hechos, que no de dichos, que ayer nos citó que se ha trabajado, se ha gestionado de forma clara, transparente y eficaz. Pero también hay que destacar que este Gobierno, además de útil, es un Gobierno de coalición sobre la base del respeto, del reconocimiento de que, dentro de las diferencias que tenemos, hemos logrado puntos de encuentro.

El PAR siempre ha defendido la corresponsabilidad de todo el sector de los centros sostenidos con fondos públicos, y, por ello, era y sigue siendo necesario el hecho de que se comprometan de forma seria y coherente en la mejora de la calidad de la enseñanza de Aragón. Nuestro partido está a favor de todo lo público, pero también de lo privado, que también tiene derechos constitucionales. Por ello, siempre respaldaremos a la Universidad pública de Zaragoza o de Aragón, porque creemos que es la mejor en todo (calidad, historia, futuro, recurso humano...), porque es nuestra primera obligación. Pero, señorías, no por ello debo recordarles que nosotros también creemos en la universidad privada como otro -y digo otro- elemento para ampliar el campo educativo en Aragón. ¿Creen de verdad que un partido como el PAR iba a impedirle a Aragón el tener un nuevo elemento de desarrollo? Ya tenemos a otros para impedirlo, como las universidades de otras comunidades autónomas.

La coalición fue capaz de ponerse de acuerdo en lo básico y empezar un hecho histórico, que es el derecho a la educación gratuita. Hablamos de derecho, derecho de nuestros niños de Aragón, la posibilidad de iniciar la plena integración de la corresponsabilidad educativa con unos criterios sociales, de integración y de justicia en centros sostenidos con fondos públicos.

También nos hemos congratulado desde el PAR en el impulso al Royo Villanova, al Hospital Provincial. Y todo esto está en el pacto.

O recordarles el reconocido giro que realizó el mismo Partido Socialista -ya antes recordado- sobre el tema de los trasvases.

Señorías, quedan meses de legislatura. Ya he dicho muchas veces en esta tribuna que puede haber días malos, pero también puede haber días peores.

El PAR ha dado y dará estabilidad al Gobierno. La inestabilidad deberán explicarla y justificarla otros, no el Partido Aragonés.

Es necesario ponernos de acuerdo, pero dentro del encuentro, no de la exigencia y del chantaje. El PAR intentará que la palabra «pacto» sea lo fundamental, porque en Aragón y desde el PAR sabemos llegar a acuerdos y ser fieles y leales en nuestros compromisos.

Termino con las alusiones realizadas en algún momento de mi discurso.

Aragón debe estar a la altura de las circunstancias, y todos seremos -somos- responsables, desde el Gobierno a la oposición.

Señor presidente del Gobierno de Aragón, podrá contar con el respaldo de los diez diputados del PAR mientras el objetivo de este Gobierno sea Aragón, mientras se cumpla el pacto que firmamos con ustedes, cuyo único objetivo e interés es, precisamente, Aragón.

Merece la pena hacer un esfuerzo para seguir sintiendo los aragoneses que somos un pueblo, que queremos seguir siendo pueblo, una sociedad de hombres y mujeres que queremos participar de forma responsable en el futuro de cada uno de nuestros ciudadanos, en nuestros derechos y obligaciones con el Estado, con Europa y con el mundo.

Desde el PAR no queremos hacer una sociedad aragonesa separatista, marginal o residual y minoritaria. Eso lo dejamos para los fundamentalistas radicales.

El PAR quiere un Aragón de integración, de libertad, de corresponsabilidad y de futuro. Queremos una tierra aragonesa con valores y con ilusión por ser y seguir siendo.

Señorías, hace unos años, se enfrentó Aragón a una etapa de desconfianza, de sospecha, de falta de credibilidad en las instituciones, y eso no fue bueno para nadie, y menos para Aragón. Hoy y desde el PAR, queremos seguir apostando ante todos y ante Aragón por la confianza en los partidos políticos, cauce constitucional de participación, por la confianza en las instituciones, por la ilusión de mirar hacia el futuro con fuerza porque es la mejor fórmula para defender los intereses de Aragón.

Estos días se ha conseguido algo, referido en concreto a dos departamentos del Gobierno, Obras Públicas y Medio Ambiente, con algunas noticias que algunos «políticos» -entre comillas- han creído o, mejor dicho, han utilizado, pero son noticias falsas o equivocadas (entre otros datos, son las fechas de venta, de cuando se ha vendido una empresa, la otra, etcétera). Y se demostrará, si sigue la comisión de investigación, que esto no es cierto.

Lo que sí se ha conseguido les voy a decir lo que es: destrozar a una persona, y aquí somos todos personas, destrozar a una familia. Porque tienen que recordar que en el PAR este hecho ya lo hemos sufrido hace muchos años, exactamente igual: en portada todos los días, y esto ya lo hemos sufrido.

Pero sepan que la unidad que hoy tiene el PAR no la van a romper nunca. El PAR, con veinticinco años, está fuerte pese a todos y pese a todo, porque ya somos historia de Aragón y somos futuro de Aragón. Para nosotros, quien ataca al PAR, ataca a Aragón, y vamos a luchar con la Constitución y con el Estado de Derecho [rumores] para conseguir trabajar no sólo por el PAR, sino, sobre todo, por Aragón.

Nada más, y gracias.

[Aplausos desde los escaños de los Grupos Parlamentarios Socialista y del Partido Aragonés.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, el señor Pina tiene la palabra.

El señor diputado PINA CUENCA: Señor presidente.

Señorías.

Señor presidente del Gobierno.

Sólo la responsabilidad de poner en valor el papel del Grupo Parlamentario Socialista en el sostenimiento y apoyo de este Gobierno me lleva a tomar la palabra en este importante debate, porque, en realidad, usted, señor presidente del Gobierno, ya lo ha culminado. Lo ha culminado, primero, con un discurso sólido, constructivo, de altura, y lo ha culminado hoy en un debate contestando puntualmente a todas las cuestiones que le ha planteado la oposición en el desarrollo de su labor. Eso sí, con una extraordinaria atención del líder del Partido Popular, que no ha perdido intervención de ninguno de los grupos de la cámara, para estar en la mejor disposición del pacto, del consenso y del diálogo.

Yo creo que, frente a su discurso, el de la oposición lo haría mejor el señor delegado del Gobierno. Al menos, sería más auténtico en sus planteamientos. [Abucheos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular y aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

Yo creo que sus señorías del Partido Popular dan muestras continuas de su talante aquiescente, dialogante, moderado, centrado... [Risas.]

El señor PRESIDENTE: Señor Pina, un momento.

Silencio, señorías.

Yo les rogaría, ya que el debate va bien, que guarden silencio para que podamos terminarlo, porque saben ustedes que, cuantas más interrupciones, más van a alargar esta sesión, y puede que aquí se nos hagan las ocho de la noche. Pero, por el respeto a las personas que están interviniendo, lo mismo que se ha hecho con los anteriores intervinientes, yo rogaría que esas manifestaciones las guarden para el pasillo.

Señor diputado, siga usted.

El señor diputado PINA CUENCA: Muchas gracias por su amparo, señor presidente.

Señorías, las lindezas con las que se ha despachado el líder de la oposición no ameritan este tono de sus correligionarios, porque el partido-remolque, vender humo..., los epítetos con los que tradicionalmente nos obsequia en el uso de su oposición... Yo no sé cómo se escandalizan de que les digamos alguna cosita, no sé cómo se escandalizan de esa manera. Cómo ridiculiza cuestiones importantes como la presencia de Aragón en la Corona de Aragón, hablando del federalismo, hablando... Su capacidad de ridículo sólo está a la altura intelectual de sus palabras y de sus contenidos. ¡Y cómo se extrañan de que les digamos alguna cosa!

Señor presidente del Gobierno de Aragón, yo quería empezar diciendo que su discurso me ha parecido un discurso de altura, como he señalado anteriormente, porque ha señalado la... [Rumores.] ¿Dejarán, que es mi derecho reconocer que estoy de acuerdo con el presidente del Gobierno? [Risas.]

Bueno, me pareció, pues, una exposición que avala a un Gobierno con una acción de gobierno fructífera y con una esperanza de futuro, porque los hechos han contribuido a generar unas expectativas inusuales en nuestra comunidad autónoma, cargadas de ilusión y de optimismo, por el papel que está comenzando a tener Aragón, no sólo en el mapa autonómico, sino también fuera de él.

Señorías, el discurso del presidente de la comunidad autónoma nos muestra un Gobierno que gobierna para Aragón y para la ciudad de Zaragoza. Esto es un aspecto que quiero señalar especialmente, porque, desde el discurso de investidura pasado, Zaragoza ha cobrado el protagonismo que le corresponde en esta cámara al hablar de la metrópoli más importante y la locomotora, como se le ha tildado en varias ocasiones, de Aragón.

Un Gobierno que gobierna en Aragón y en Zaragoza, y un Gobierno, señorías, de carácter progresista. El vicepresidente del Gobierno habla a veces, como presidente del PAR sobre todo, de la centralidad del Gobierno, un Gobierno centrado gracias a su aportación, y se lo reconocemos. Pero yo quiero reivindicar hoy aquí, y agradezco a la portavoz del PAR porque lo ha señalado anteriormente, el carácter progresista de la acción de gobierno, que se ha mostrado a los aragoneses en este debate, a través del discurso de investidura y del debate subsiguiente. Un Gobierno progresista por la preocupación en los asuntos sociales de Aragón.

Voy a dar alguna pincelada, nada más, porque ya quedan pocas cosas que señalar tras la exhaustiva exposición del presidente. Miren ustedes, dos pinceladas: sanidad y educación.

En sanidad, para estos señores de la derecha, que permanentemente tienen la osadía de darnos lecciones de preocupación sin límites por el bienestar social: en España hay una media de treinta y una plazas asistidas, por cada mil habitantes, de mayores de sesenta y cinco años, treinta y una plazas por cada mil habitantes mayores de sesenta y cinco años; en Aragón, señorías, cuarenta y tres; en Valencia, quince; en Galicia, catorce... [Rumores.]

Señorías, yo creo que deberíamos tener un cierto pudor al hablar de las políticas sociales como lo hacen. El premio a la bondad de los datos en la Comunidad Valenciana es que al presidente lo han hecho ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.

Los proyectos de familia del Partido Popular -por cierto, tan cacareados habitualmente por el matrimonio Aznar- tienen cero pesetas en los presupuestos generales del Estado, cero pesetas. [Rumores.]

Un apunte siguiente: en 1999, el señor Romay Beccaría puso la primera piedra en las obras del Hospital Miguel Servet; posteriormente, han pasado la señora Villalobos y el señor Pastor; hasta el 2002, en que el señor Larraz ha puesto la segunda piedra, no se ha hecho absolutamente nada. Es un tono de cómo invierte el Partido Popular, lo ha señalado el presidente, cómo genera titulares multimillonarios. [Rumores.]

Miren, las listas de espera. ¿Sabe qué paso? Que contaron ustedes, su gobierno contó las listas de espera como cuenta el señor delegado del Gobierno los manifestantes en las convocatorias para defendernos contra el trasvase [risas], y a partir de enero, aparecieron mil no censados en las listas de espera. ¡Qué casualidad!

Yo creo, señorías, que bastarán unos ejemplos para poner de manifiesto, primero, la incoherencia y la desfachatez del Partido Popular haciéndose abanderado de políticas sociales, cuando son realmente... Eso sí que es humo, ¡eso sí que es humo! No hay ningún soporte presupuestario ni ninguna realidad.

Primera piedra del Servet en 1999, y les parece, les asombra que este Gobierno que está trabajando, que se apunta la remodelación del Miguel Servet... ¿Pero cómo no va a ser posible?

La primera piedra en Yesa... ¿Ya se acuerdan cuándo vino vergonzantemente el señor Matas a ponerla en Yesa, Navarra, sin invitarnos, sin decir nada? ¿Se acuerdan? A ver cuando pone la segunda, que no hay ningún juez que le haya parado las máquinas, no hay ningún juez que le haya parado las máquinas. Tomen nota.

En fin, yo quiero decir que este Gobierno, además de ser un Gobierno que tiene una eficacia en su gestión, es un Gobierno que tiene que ser también reivindicativo, señorías, porque cuando el Partido Popular dice que va a traer agua a la ciudad de Zaragoza, hay que recordar -y nos parece muy bien, hemos consensuado, fíjense, hemos consensuado, nos hemos tragado algunas cositas, pero hemos consensuado para que la obra se haga-, hay que recordarles a los ciudadanos aragoneses -Zaragoza es preocupación en este debate- que el Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno del señor Aznar va a poner cero pesetas, porque las van a poner los fondos europeos y las va a poner el ciudadano zaragozano cuando ACESA le pase la factura. ¡Que quede muy clarito! [Rumores.]

Y este Gobierno tiene que ser reivindicativo para decir estas cosas, o para recordar que la factura farmacéutica del año pasado está todavía sin pagar. Este Gobierno tiene que ser no sólo progresista, sino reivindicativo, y eso lo digo después de decir que este Gobierno ha demostrado hasta la saciedad, después de cinco horas de debate, con las respuestas puntuales del presidente del Gobierno, que gobierna, que gobierna como no hay parangón -me permitirán que me nombre, porque he sido espectador de todos los gobiernos de esta comunidad-, no hay parangón en la eficacia y en la inversión.

Tiene usted la osadía de hablar de carreteras. ¡Pero si es la primera vez que se ha cumplido un hecho histórico, que hemos alcanzado la inversión prevista en un Plan general de carreteras que acordamos todas las Cortes, y ha sido la primera vez que hemos alcanzado los diez mil millones de pesetas de inversión! ¿Pero cómo no le echan un poco más de imaginación y veracidad a sus críticas? Yo creo que es difícil construir una alternativa desde estos presupuestos.

Y yo, señorías, ahora les voy a hablar de un tema que sé que les está empezando a gustar mucho: les voy a hablar de la estabilidad política [rumores], porque después de un Gobierno, después de un Gobierno que ha demostrado una acción positiva y continuada en su gestión, es imprescindible que hable de la estabilidad.

Pero ustedes son torticeros, porque, demagógicamente, pretenden imputar a una opción de poder personal y de continuidad en el cargo del señor Iglesias lo que es una auténtica declaración de principios políticos muy necesarios para Aragón: la estabilidad política, los proyectos políticos necesitan continuidad. No se apuren que lo van a entender enseguida.

Miren, cuando el presidente de la comunidad autónoma anterior estuvo gobernando con el mayor capital político que ha tenido esta cámara (cuarenta y un diputados) y alcanzó en las últimas elecciones treinta y ocho diputados, siguiendo las mismas cuentas, desperdició el mayor capital político que ha tenido un presidente para dar continuidad y estabilidad política. La estabilidad que propugnamos va unida a los pactos, y el señor Lanzuela perdió la oportunidad de mostrar su capacidad de acuerdo para dar continuidad y estabilidad a esa política que nosotros ahora propugnamos.

No disocien estabilidad sin pactos, sin negociación y sin acuerdo, porque, como se ha dicho en esta cámara, esta comunidad, el electorado, nuestros ciudadanos quieren que sea muy plural, y habrá necesariamente que llegar a acuerdos para la conformación de gobierno.

Esta es la estabilidad que propugnamos, no una estabilidad de última hora en el momento electoral, sino una estabilidad que hay que trabajar día a día, en diálogo y en consenso con los agentes sociales, con la sociedad, con la Administración -lo dije ya y se me perdonó la vida por parte del interviniente del Partido Popular-, lo dije en la iglesia de Caspe cuando hablé ya de la estabilidad: «¡Oh!, es que sólo quiere que el señor Iglesias esté en el sillón!». No. Queremos que los proyectos políticos de la eficacia y de la magnitud que se está demostrando que tiene este Gobierno tengan continuidad, no para la gloria de un personaje, sino para el beneficio de Aragón, y lo aceptábamos y lo asumíamos y pensábamos que el señor Lanzuela iba a ser capaz de tener la capacidad política de darle continuidad a sus proyectos, pero no lo hizo.

Y, además, no piensen que cuando hablamos de estabilidad les negamos la mayor a ustedes como oposición. ¿Cómo no vamos a entender que ustedes trabajen arduamente en conseguir la mayoría suficiente para gobernar y sea una alternativa de este Gobierno? Por cierto, formulando en primer lugar un auténtico proyecto de gobierno, no esa retahíla de improperios y esa descripción de acciones gubernamentales del Gobierno central, que, como decía, más parecen propias del delegado del Gobierno.

En consecuencia, señorías, la estabilidad que nosotros propugnamos está basada en el acuerdo, en el pacto y en la negociación, para sostener una acción de gobierno continuada en el tiempo que sea beneficiosa para esta tierra. Y yo creo que con esto quedará claro que no estamos propugnando una opción de poder personal... [El señor diputado Gimeno Fuster, del G.P. Popular, se manifiesta en los siguientes términos: «No nos ha quedado claro, no».] Pues habrá más ocasiones, señor Gimeno, habrá más ocasiones.

Porque nosotros no sólo estamos hablando de pactos en el futuro: estamos hablando de pactos en esta legislatura. Yo no voy a ser reiterativo, no pretendo serlo, pero se ha hablado hasta la saciedad de los grandes proyectos que hemos sacado..., con ustedes también. Pero no minimicen su valor. ¡Si nosotros estamos diciendo continuamente que Aragón les necesita en una labor de oposición!

Yo tengo que poner en valor algo que me parece extraordinariamente importante: que la Ley de Salud de Aragón se haya sacado adelante con ustedes, por unanimidad, y es que es un acontecimiento político muy importante. O que no se nos haya ocurrido hacer el Plan de la inmigración y de la demografía sin contar con ustedes, y lo hemos sacado adelante. Un buen número de asuntos nucleares para esta comunidad, como Plaza, y se ha dicho hasta la saciedad: grandes temas están hechos también de acuerdo con ustedes.

No es verdad que no estemos dialogando, porque, si no, no alcanzaríamos esos acuerdos, aunque el diálogo no es lo fluido ni lo fructífero que debería ser, incluso para engrasar determinadas relaciones personales, porque no es bueno para la buena marcha de la cámara que haya tanta tirantez en algunas cuestiones.

En fin, esta es la estabilidad que propugnamos y estos son los pactos: hemos llegado a pactos con Izquierda Unida, poniendo en valor su aportación, como reiteradamente se ha dicho esta mañana; hemos tenido una relación extraordinariamente positiva con el Partido Aragonés, que la vamos a seguir manteniendo, y hemos hablado con Chunta Aragonesista con fluidez, y con ustedes, cuando se dejan. [Risas.] Pero la plasmación práctica, la plasmación práctica de esos acuerdos son los grandes proyectos que cuentan afortunadamente con su aquiescencia.

A pesar de alguna diferencia puntual que señalan en cada proyecto de ley de comarcas, ¿cómo puede este Gobierno seriamente afrontar un proceso de esta envergadura sin contar con el Partido Popular? Pues lo estamos sacando adelante con el Partido Popular, a pesar de alguna -ya sería el colmo la unanimidad-, a pesar de alguna lógica discrepancia.

Por tanto, este es el fundamento de la estabilidad política que nosotros propugnamos y vamos a seguir propugnando.

Yo creo que en este debate de política general nos examinamos todos. El Gobierno ya lo ha hecho, puesto que el presidente acaba de concluir con las réplicas a los grupos de la oposición y ha dado toda suerte de explicaciones; nos examinamos todos. Pero yo creo que la oposición y el principal grupo de la oposición también se examina. Yo creo que nuestra concepción del sistema democrático no es posible sin una oposición fuerte, coherente, constructiva, y no una oposición que cuando luce sus galas, las luce en el tono del improperio, de la descalificación, de la foto en blanco y negro y sin aportación de proyectos alternativos, señorías. No me extraña que tengan dificultades para el pacto posterior si no son capaces de formular un proyecto político, y no sé qué es, no sé cómo llamarlo.

Y ustedes dicen que nosotros no tenemos proyecto político. ¿Ustedes creen que no tenemos proyecto político? Ustedes no se dan cuenta, no perciben que por primera vez en muchos años se está empezando a creer en esta comunidad autónoma desde dentro, porque está aumentando la autoestima, y desde fuera, porque nos reconocen, nos reconocen... Miren, me resistía a enseñarles esto, pero vean [el señor diputado muestra a la cámara un suplemento del diario El País]: este Gobierno ha creado un clima de tal naturaleza que nos retratan así a los aragoneses, señorías, así, y esta es una imagen de ilusión y de esperanza, de creencia en nuestro futuro. No les contrapongo la foto que ustedes tienen de Aragón, ¿verdad? Y esta no la paga más que la empresa que la publica, no tenemos nada que ver. Eso, contrapónganlo ustedes con el Aragón popular.

¿Pero no se dan cuenta que eso también les interesa a ustedes? Si mañana, como es lógico esperar, gobiernan..., mañana, me refiero dilatado en el tiempo... [rumores], bastante dilatado en el tiempo. No, no, yo tengo la convicción de que tendrán que... Fíjense con qué insistencia el presidente del Gobierno de Aragón pone fin al señor Aznar, es decir, enseguida va a acabarse la mayoría absoluta y el Gobierno del Partido Popular. No sería sano democráticamente que ustedes mañana no gobiernen, no sería sano; pues, claro que sí, es natural que así sea. Yo les auguro, no obstante, con estos modos que practican, una larga travesía por el desierto.

En fin, señorías, quisiera aprovechar el momento para poner en valor, como decía inicialmente, al Grupo Socialista y al Grupo del PAR: hemos trabajado con una lealtad creo que encomiable, y hay que señalarlo. Los gobiernos funcionan en un sistema democrático y parlamentario si los grupos políticos están cohesionados, si tienen un sentido de la disciplina y de la priorización de los objetivos, que, no siendo partidarios, son objetivos del Gobierno que se ha formado.

Este Gobierno, señorías, ha sido leal, primero, consigo mismo, con los dos socios que lo sostienen; ha sido leal -lo voy a señalar- con el Gobierno de España, con el Gobierno de España, y de qué manera. Fíjense, un ejemplo: frente a los desprecios inversores de la Administración central [rumores], hemos cumplido, hemos cumplido a rajatabla los escenarios de estabilidad presupuestaria e, incluso, se ha controlado la deuda y se ha disminuido, en un momento en que este Gobierno necesitaría especialmente una expansión de sus recursos para poner en valía sus propias capacidades. ¡Qué lealtad la de este Gobierno con el Gobierno de España!

Y qué lealtad, finalmente -la más importante-, con el pueblo aragonés, con el mandato del pueblo aragonés, que tan entusiásticamente ha dicho cuál era el camino a seguir en un asunto que considera de vital importancia para su futuro: con el trasvase del Ebro.

Este Gobierno ha sido leal con el pueblo aragonés y ha sabido abanderar una manifestación y un mensaje inequívoco de este pueblo aragonés. Esa lealtad, señorías, hay que ponerla en valor y hay que practicarla si se quieren tener planes de futuro para esta tierra.

Por tanto, señorías, acción positiva de gobierno, liderazgo político, estabilidad y lealtad institucional. Pactos, diálogos, consenso y gestión propia: elementos definitorios de este Gobierno, que hoy creo que brillantemente se examina en este tercero y definitivo estado de la comunidad en esta legislatura.

Nosotros, señorías, somos consecuentes con algo que se nos ha recordado desde la oposición en algún momento. Se nos ha recordado que, cuando el pueblo habla, los políticos deben callar. Eso se nos ha dicho y se nos ha repetido muchas veces a raíz de la manifestación autonomista, que a nosotros -fíjense en que no tengo empacho en manifestar nuestras propias carencias, que las tenemos- nos cogió a contrapié, a mi partido político; en el noventa y dos hubo una manifestación importante y se nos dijo: cuando el pueblo -y nosotros no estuvimos- habla, los políticos deben callar. ¿Cuántas veces necesitan ustedes, señorías, que hable el pueblo aragonés?

Otro insigne diputado decía recientemente en un debate: «Señor Iglesias, tome nota, escuche a la calle», en una cuestión relativamente menor, comparativamente con la que nos trae en pena con este dichoso trasvase. Se nos dice que escuchemos a la calle: ¿cuántas manifestaciones, cuántos millones más de ciudadanos tienen que salir a la calle para que ustedes den el do de pecho, ahora, en una renovada dirección? Y, como la sucesión está próxima, les convendría tomar una posición de fuerza, primero, para ustedes mismos -no es un consejo; ustedes verán-..., una posición de fuerza en el relevo de su partido para defender con intensidad los intereses de Aragón, para defender a los aragoneses.

Se acuerdan de las preguntas que nos hacían: ¿dónde está el impulso radical? Es verdad: en algo ha fallado el señor Iglesias, y le han tomado el relevo; en algo ha fallado el impulso radical del señor Iglesias frente al impulso radical del pueblo aragonés diciéndonos que nos opongamos al trasvase.

Señorías, esta comunidad tiene futuro, si hacemos caso a los aragoneses.

Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos en los escaños del G.P. Socialista.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Pina.

Es ahora el turno del señor presidente, para terminar el debate.

El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señorías.

Creo que es muy importante este debate porque estamos en un momento crucial para Aragón; he intentado explicarlo durante toda la jornada. Y creo que es muy útil que podamos hablar, es necesario y es imprescindible.

Yo simplemente quiero agradecer la participación de todos los grupos: de los grupos que apoyan al Gobierno (el Grupo Socialista y el Grupo del Partido Aragonés); al portavoz de Izquierda Unida, muy especialmente, que apoyó la investidura, y a los demás, porque están en la oposición. Vamos a luchar en estas próximas elecciones -es nuestra obligación- para que ustedes sigan estando en la oposición, y vamos a luchar y vamos a trabajar para que los proyectos tan importantes para el futuro de nuestro pueblo que hemos asentado en esta legislatura no se queden en el camino.

Muchas gracias a todos. [Aplausos en los escaños de los GG.PP. Socialista y del Partido Aragonés.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Suspendemos [a las quince horas y cincuenta y cinco minutos] la sesión hasta mañana a las diez.

Abrimos un plazo de presentación de propuestas de resolución, que terminará a las seis de la tarde.

CORTES DE ARAGÓN
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