Interpelación núm. 17/86, relativa a los criterios de la Diputación General de Aragón en materia de tala de bosques y, en concreto, del hayedo abetal del monte Oturia, formulada por el Portavoz del Grupo Parlamentario Mixto señor de las Casas Gil.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Biel. Pasamos al siguiente punto del Orden del Día, Interpelación número diecisiete de 1986 que formula el Diputado del Grupo Mixto, señor de las Casas. Señor Agudo, ¿va a defenderla? Tiene la palabra.
El señor DIPUTADO (AGUDO GONZALEZ): Señor Presidente, Señorías. En el Pleno anterior, los Diputados comunistas presentamos una Interpelación sobre los incendios forestales, hoy la hacemos sobre la tala de bosques y, particularmente, del hayedo-abetal del monte Oturia. El propósito de los Diputados comunistas al presentar esta Interpelación no es ofender a nadie, no es tratar, como aquí se ha dicho, de hacer propaganda política electoral, aunque es legítima, sino el sano fin de conservar y desarrollar el rico patrimonio que supone los Pirineos de nuestra provincia de Huesca.
Como es generalmente conocido, el bosque pirenaico oscense tiene unas doscientas mil hectáreas y obtiene unos cien mil metros cúbicos de madera, o sea un metro cúbico por 2'3 hectáreas. Huesca tiene el menor índice de densidad de Aragón, el 0'29, y sólo el 33% de la superficie que ocupa el bosque está bien poblada. La causa de esta situación y del bajo redimiento de los montes pirenáicos no es nueva. Desde el siglo diecisiete vienen produciéndose talas abusivas para casos especulativos, unidas a los incendios y a la deforestación para ganar tierras para pastos y cultivos que han dejado muchos calveros de díficil repoblación. La ordenación y repoblación forestal hecha por ICONA bajo el régimen anterior, de todos es conocido que deja bastante que desear, por lo que la riqueza real que tiene hoy la provincia de Huesca, en cuestión de bosques, no corresponde a la importancia de sus montañas. Durante el presente año venimos escuchando graves denuncias por parte de respetables organizaciones de defensa de la naturaleza; señalan que, durante los últimos años, la naturaleza y el medio ambiente de la provincia de Huesca vienen sorportando graves e irreversibles transformaciones del entorno, la mayor parte de las cuales han tenido como promotor al ICONA, actualmente denominado Servicio de Conservación del Medio Natural que, a pesar de haber cambiado de nombre, de hecho no ha cambiado la esencia de su cometido.
Entre otros casos hemos escogido el ejemplo de tala del monte Oturia En la cara Norte del monte Oturia había un hayedo-abetal magníficamente conservado que era una especie de monte sagrado en la zona por su pasaje hermoso y de gran riqueza, tanto de flora como de fauna; era un ecosistema pujante de doscientas hectáreas. Pues bien, este paraje hermoso y de gran riqueza, este ecosistema pujante está en vías de desaparición. ¿Por qué y para qué? Porque el COMENA de Huesca autorizó la tala de uno de los mejores hayedos de Serrablo. Ante la denuncia de ADEPA y de otras asociaciones de defensa de la naturaleza, dicha tala se suspendió; sin embargo, quince días después de suspendida se reanudó la tala de manera masiva. ¿A quién fue adjundicada la tala del hayedo-abetal del monte Oturia? A la empresa KRISA, alemana, por la cantidad irrisoria de dos millones de pesetas. ¿Para qué usa KRISA las hayas y los abetos?, para hacer carbón vegetal para barbacoas, que se exporta a los Estados Unidos. En sus escritos, las asociaciones de defensa de la naturaleza estimaban que se está infringiendo la Ley de Montes y, además, que este acto constituye una verdadera vergüenza para Aragón, el hecho de sacrificar un hayedo de valor inestimable e irrepetible por la cantidad miserable de dos millones, máxime cuando la madera es utilizada para hacer carbón de lujo para los Estados Unidos.
Los Diputados comunistas estamos de acuerdo con estas consideraciones y pensamos también que, de ser ciertos estos actos criticados, la Diputación General de Aragón debe tomar todas las medidas para impedir que estos actos innecesarios de agresión a la naturaleza se prosigan. Es por esto que presentamos la Interpelación que hacemos en esta Cámara.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Diputado. Señor Cuartero, tiene la palabra.
El señor CONSEJERO de Presidencia y Relaciones Institucionales (CUARTERO MORENO): Gracias, señor Presidente. Señoras y señores Diputados. Contestaré yo a su Interpelación puesto que el Consejero de Agricultura acaba de incorporarse al Pleno, estaba de viaje desde hace unos días y no tenía la Diputación General la seguridad de que estuviera en este momento aquí.
Y comenzaré a explicarle como actúa la Administración, en este caso la Comunidad Autónoma a través del COMENA, en una y otra vertiente en los montes, según se trate de montes del catalogo de utilidad pública o según, como es el caso y hay que decirlo todo porque si no también andamos confundiendo, cuando se trata de preservar las zonas de bosques en propiedades privadas. Cuando se trata de lo primero, que es, evidentemente, lo más frecuente, cuando se trata de montes catalogados de utilidad pública, el aprovechamiento o los aprovechamientos de la madera, se realizan evidentemente, a través de COMENA aunque los beneficios de tipo económico van a parar a las Corporaciones Locales en la parte más importante o sustantiva. Las cortas se ajustan al documento que rige, porque no es un capricho en cada momento, sino que hay un documento llamado proyecto de ordenación, cuando se trata de montes grandes; a través de ese Proyecto que es una especie de plan de ordenación urbana, sin casas, pero un plan de ordenación de los árboles de los montes, a través de ese proyecto se producen las talas correspondientes. Y las talas por sí mismas pues, evidentemente, no son malas; son necesarias porque los árboles también nacen, crecen, se hacen viejos y, finalmente, se mueren y se tienen que reproducir con otros jóvenes. O sea, que no siempre las talas son malas, si no hubiera talas, quizá el monte, sin quizá, seguro que el monte funcionaría mal.
Hay, para montes pequeños otro instrumento de planificación o de programas para el trabajo, que se llama planes técnicos, para el monte, ya le digo, de dimensiones mucho más pequeñas. En definitiva, los planes técnicos y los planes de ordenación, que son los dos instrumentos o figuras con los que se actúa sobre los montes, tienen un horizonte, se plantean un horizonte de ochenta y de ciento cuarenta años. Con ese horizonte se administran, se revisan, aproximadamente diez o quince años, a tenor de cómo ha evolucionado ese plan sobre la realidad. Pero aquí estamos tratando no un monte catalogado de utilidad pública, sino de un monte de propiedad particular. Y entonces ahí, como usted puede comprender bien, la capacidad de actuación y la capacidad de determinar sobre todo de la Administración con respecto a los bosques en propiedades privadas es notablemente menor y tiene, evidentemente, menos recursos. Se limita la política del COMENA fundamentalmente a asegurar, en estos bosques de propiedad privada, el mantenimiento de la masa forestal, su desarrollo, su regeneración, que no es hablar del mantenimiento de hoy, sino llevarlo en un tiempo hacia el futuro, suficientemente amplio.
Entonces, Señoría, qué es lo que ha pasado en la Pardina de Ipe, que realmente así es como se denomina o se conoce la partida correspondiente, que es propiedad de vecinos de Javierre del Obispo y Satué, en la provincia de Huesca. Pues sucede, por decírselo cronológicamente, que el dieciséis de mayo de mil novecientos ochenta y cuatro solicitan los aprovechamientos de hayas y pinos que resultasen de los señalamientos; el diecinueve de julio de ese mismo año se acepta la solicitud y se procede a ejecutar los señalamientos, tanto de haya como de pino silvestre. La ejecución del señalamiento se realiza correctamente. Se considera que la marca o las señales que se hacen para los árboles que se han de cortar es la conveniente y necesaria para la regeneración, tanto de las hayas como de la parte de pino silvestre. Y no se señala por supuesto, ningún pie que tenga menos de los veinte centímetros, que es uno de los criterios que se mantienen en los montes en la provincia de Huesca.
El 20 de septiembre de 1984, la Jefatura de Huesca autorizó el aprovechamiento. La relación comercial la establecen, evidentemente, el vecino o los vecinos, los propietarios, con la empresa Karl Ritcher Ibérica Sociedad Anónima que es quien compra el producto y suscribe, con los propietarios del monte, los correspondientes contratos,Evidentemente, la Diputación General no tiene acceso ni conocimiento la sobre ellos, y menos la Jefatura de la adscripción de Huesca correspondiente. A finales de 1985 dieron comienzo los trabajos, suspendiéndose poco después; y hay que decirlo sinceramente, se suspenden porque hay una denuncia de personas o de asociaciones que ponen en conocimiento de la Administración, en este caso de la Comunidad Autónoma, del COMENA en Huesca, que la tala no se está produciendo conforme a los señalamientos que se establecieron. Y se presenta, se persona el servicio correspondiente con los guardas, y, evidentemente, se comprueba que si bien en el pino es cierto que se han respetado los señalamientos, no lo es en cuanto a las hayas, y se procede, como es lógico, primero a suspender la corta y, después, al inicio del expediente con carácter sancionador. Yo creo que también se hacen buenos oficios para que la empresa y los propietarios vengan a cumplir el señalamiento. El destrozo que se ha producido, también es preciso decir y conocer que aproximadamente se evalúa en un 7% de lo señalado. Se tienen varias reuniones en Huesca, entre las partes, tanto el propietario como con la contrata para venir a ponerlos en orden, y sigue adelante el expediente sancionador por los destrozos allí cometidos. Esto es Señoría, resumiendo, lo que pasa con las hayas de la Pardina de Ipes.
Decirle que yo creo que ha sido muy adecuada y que la Diputación General le tiene a usted que agradecer la Interpelación, porque nos da oportunidad de poder hablar y de poder decir estas cosas, que yo no dudo que están muchas veces alentadas por la buena voluntad y por el exclusivo cariño a la naturaleza y a su conservación, pero a veces la Administración se encuentra con barreras importantes para comunicarse o se encuentra con ideas que están un poco distorsionadas. Y nos hemos encontrado aquí con la idea que se ha formado ante esto la opinión pública, poco menos de que la Diputación General, por dos millones de pesetas, vendía unas hayas muy importantes, en un monte casi sagrado. Se vendían ni más ni menos, además de vendérselas, que ya sería malo, las vendía para hacer carbón y, además, lo que es muchísimo peor, para venderlas en Estados Unidos. Claro que si al menos se vendiera en otro sitio, pues no sería posiblemente tan malo. Además de venderselas, hacer carbón y, además, llevarlo a los Estados Unidos; la cosa ya es absolutamente demoníaca y no tiene por donde salvarse.
Bueno, pues la Diputación General no ha vendido nada, porque no eran suyos los hayedos, no los ha vendido. A la Diputación General le ha acometido un desastre, el privado, que lo corrige y que lo sanciona, que es todo lo que puede hacer. La Diputación General puede hacer si más tiene, y yo creo que va teniendo más recursos; y la sensibilidad de los ciudadanos a la hora de hablar de la conservación de la naturaleza, no sólo es de palabra, sino también de acto y, sobre todo, si estamos todos dispuestos a pagar algún dinero más sobre nuestras rentas o lo que sea, para destinarlo a la conservación de la naturaleza, podrá hacer una política preventiva mejor con respecto a los montes de propiedad privada, porque eso es todo lo que puede hacer prevenir.
Pero claro, fíjese usted, señor Agudo, lo que sería tener los guardas por ahí en pequeños montes vigilando a ver si las cosas se hacen como la Diputación General lo ordena. Como eso no se puede hacer, porque no hay hoy elementos capaces humanos ni técnicos, la Diputación General sancionó a tenor del destrozo cometido. Pero, desde luego, yo creo que también es preciso decir, y no en descarga del expediente sino en la búsqueda de la verdad, que la tala que en Oturia se produce o en la Pardilla de Ipes se produce, no hace irreversible el hayedo-abetal sino que se marca, cuando la Diputación General lo marca o los servicios de Huesca, el COMENA, lo marcan, se hace pensando en que es mejor para su regeneración. Y lo que se ha producido es una tala de más del 7% que ha sido, como usted acaba de conocer esa vía, suficientemente sancionada. Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Cuartero. Señor Agudo, tiene la palabra.
El señor DIPUTADO (AGUDO GONZALEZ): Muchas gracias por la información. Ese era el motivo de nuestra Interpelación: el conocer la opinión de la Diputación General de Aragón sobre la cuestión de talas en general y la particular de esta zona. Indudablemente que una cosa es bosque público y otra el privado, pero, indudablemente, como ha dicho el señor Consejero, la Diputación General de Aragón tiene la competencia y la obligación de velar por el mantenimiento de los bosques y por regular convenientemente la tala de los mismos. Entonces aquí no hay ningún problema, todos estamos de acuerdo.
Me alegra el que se señale que, después de la denuncia que hicieron las asociaciones de defensa de la naturaleza, inmediatamente se inspeccionara el lugar y se comprobara que, efectivamente, había incumplimiento de las normas establecidas por el departamento de defensa de la naturaleza de la Diputación General de Aragón, pero nadie plantea aquí que la Diputación General de Aragón haya hundido nada ni que se haya aprovechado de nada. Indudablemente es una propiedad privada que, dentro de las normas establecidas, puede talar y puede vender sus productos, eso nadie lo pone en duda. Ahora bien, si tenemos en cuenta la degradación de los bosques, las repercusiones que eso ha tenido para el ecosistema de los Pirineos a través de siglos y, también, a través de una política no correcta llevada a cabo durante más de cuarenta años, estaremos todos de acuerdo en considerar que en los Pirineos, sobre todo en los Pirineos que competen a nuestra Autonomía, a la Diputación General de Aragón, es necesario mejorar y es necesario crear la forma necesaria para la conservación y para el desarrollo de éstos.
Está claro que hay que talar, está claro que hay que hacer lo que nos ha dicho el Consejero, hay que hacerlo. ¿Y este dinero ... ? ¿No hay inversiones para ello? Pero si los ciudadanos de Aragón pagan cada vez más impuestos para mejorar la economía, para mejorar los servicios y para mejorar el desarrollo de Aragón... La importancia de nuestros Pirineos es de tal medida que debemos preocuparnos mucho más por hacerlos más vivos, más rentables y que cumplan las funciones que, en teoría, todos los Grupos Parlamentarios estamos defendiendo.
Está claro que una tarea fundamental, en nuestra opinión, que está por hacer, es delimitar los bosques, clasificarlos y -a partir de aquí- evitar la reducción de los mismos. Hay que mantener lo que está bien arraigado al entorno, hay que regenerarlos, hay que establecer cómo y con qué se van a regenerar, porque es una cuestión fundamental para lo que nos proponemos. Por ello, se deben respetar los principios ecológicos que no se han respetado desde hace mucho tiempo. No se puede hacer cualquier cosa y en cualquier sitio. Y hay, como pruebas, muchas repoblaciones que no han servido para nada. Si hay que repoblar, hay que pensar muy bien por qué, cómo, dónde y cuándo. Y si hay que talar hay que hacerlo salvando los bosques protectores.
Huesca todavía tiene una riqueza forestal que se puede mejorar, que no se explota convenientemente y que se está esquilmando por una mala gestión que es preciso cambiar. Lo mismo que se están cambiando con mucho poste y con mucha paciencia otras instituciones administrativas del Estado y de nuestra región indudablemente ésta, por la importancia que tiene, también debe cambiar no en letra, sino también en realidad. Entonces, nosotros lo que deseamos es una repoblación adecuada al sitio con las especies más adecuadas, evitar el abuso de las talas que dejen el bosque herido de muerte, controlar rigurosamente las normas establecidas, y normalizar y modernizar la gestión y la dirección del COMENA.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Agudo. Señor Marraco, Presidente de la Diputación General de Aragón, tiene la palabra.
El señor PRESIDENTE de la Diputación General de Aragón (MARRACO SOLANA): Señor Presidente, señores Diputados. Yo no pensaba salir a este debate, un poco porque no diera, quizá, la sensación de confundir mi actual situación de Presidente de la Comunidad Autónoma con mi profesión de Ingeniero de Montes, para que no pareciese que yo podía salir, de alguna manera, a hacer una defensa corporativa de mi profesión, profesión de la que me siento orgulloso y que ha sido la pionera en este país en la conservación de todo tipo de masas forestales de la naturaleza, vocación que se nos inculcó desde el primer momento en que entramos a estudiar en las Escuelas especiales, ahora integradas en la Universidad.
Hay un problema de mala imagen de los servicios forestales, de muy mala imagen, creada quizá en los últimos ocho o diez años, de tal manera que se podría decir que se ha perdido el norte de los trabajos que se han hecho siempre en los bosques. Y yo creo que se debe a una profunda falta de información, quizá consecuencia de que, hasta ahora, las administraciones públicas eran muy reticentes a informar de lo que estaban haciendo -parecía como si lo que se hiciese por parte de las administraciones públicas no tenía por qué estar sometido en ningún momento a crítica-, y hay Administraciones que han tenido mayor dificultad para adaptarse a este proceso de abrirse a la información; en algunos casos, no exactamente en todos.
Estamos en una provincia, la de Teruel, eminentemente forestal en que la principal riqueza de las zonas de la sierra es la explotación del monte y nadie mejor que los propios alcaldes, cuyos ayuntamientos son propietarios de estas masas forestales, para entender lo que yo voy a querer explicar en estos momentos de una manera breve. Siempre se han respetado los principios ecológicos, porque el trabajo forestal se ha dividido en dos grandes capítulos, confrontados entre sí. La labor que se hacía en los distritos forestales, que era la conservación del bosque, la gestión de los montes ordenados, o sea, de las masas existentes y la que realizaba en un determinado momento, siguiendo unas determinadas directrices políticas, el Patrimonio Forestal del Estado, que eran los que hacían las repoblaciones. Ambos organismos, refundidos en el año 71 y, de hecho, empezando a funcionar conjuntamente a partir del año 73 en lo que se llama el ICONA, por lo tanto organismo de creación muy reciente que refunde dos tendencias forestales totalmente distintas: gestión y repoblación. Ha habido argumentos vanos y manidos intentando confundir ambos términos y planteándolo como si en este país la única política forestal fuera la repoblación.
Pues muy bien, Señorías, ustedes saben que la repoblación es la parte más pequeña, en lo que respecta a la Comunidad Autónoma de Aragón, de las acciones del servicio forestal, la más pequeña, la más reducida. Lo que pasa es que se están extrapolando a la totalidad del país errores que se han podido cometer en Huelva, en el País Vasco o en Galicia, con la introducción de especies forestales no autóctonas, eucaliptus, pinus radiata, fundamentalmente los dos, Larix europea, de los cuales ninguna de las tres especies está en Aragón, entre otras cosas porque en nuestras condiciones climáticas no podríamos mantener esos cultivos. En Aragón no se ha hecho ninguna repoblación que no sea con especies autóctonas, ninguna. Por lo tanto, esa acusación genérica de que la repoblaciones se hacen con especies no autóctonas es incierta. Se hacen en algunos jardines, y en los parques de los pueblos, de las ciudades, donde se ponen especies extrañas, pero no se emplean en las repoblaciones masivas.
La gestión forestal, yo creo que es correcta en términos globales, en lo que es la conservación de las masas forestales. Las masas forestales en la provincia de Teruel y en la provincia de Huesca y también en la de Zaragoza, aún siendo más escasas en la de Zaragoza, están creciendo, están mejorando en volumen; por lo tanto es una gestión acertada. Los montes están mejorando y, además, como por estos procedimientos de ordenación llevamos más de cincuenta años de práctica real contabilizada, estos hechos y estas actuaciones se pueden comprobar. Basta con recorrer, los montes de la Mancomunidad de Albarracín, los montes de Hecho o del valle de Ansó, o los de Benasque, para ver que esto es cierto, cómo está mejorando la masa forestal. Evidentemente, el problema es que cuando se hace una corta en los tramos de regeneración, que -ya ha explicado muy bien don Andrés Cuartero que en los montes hay que hacer en determinadas zonas el tratamiento de la corta final, en la que hay que cortar todo el arbolado adulto para que nazca la repoblación de nuevo- en esas zonas el aspecto es desolador: Recién terminada una corta a mata rasa el aspecto es desolador, pero uno vuelve nueve o diez años más tarde, que es el período en que se ha tenido que regenerar, y esa zona está revestida por una masa de bosque cerrada que asegura que, en el plazo de cien o ciento veinte años allí volverá a haber unos magníficos árboles de treinta o cuarenta metros de altura y de setenta u ochenta centímetros a un metro de diámetro, que es precisamente el objetivo que se persigue.
Eso no es tan cierto, como muy bien Su Señoría ha planteado, en el tema de las repoblaciones. Las repoblaciones se han hecho bien, regular y mal. Y ello por dos cuestiones: la primera por una intencionada política de que había que repoblar en muchos sitios, en algunos de los casos simplemente como instrumento para poder ofrecer jornales en los momentos de paro estacional en las zonas donde había una fuerte dependencia del trabajo agrícola y la segunda, también por el desconocimiento técnico en aquellos momentos, porque no habían avanzado tanto las ciencias de la biología como para poder llegar a conocer cuál era la mejor manera de repoblar. Esto es lo que hay que corregir profundamente. Por lo tanto, Señorías, yo creo que quizá ha habido una exageración en cuanto al monte sobre el cual se ha basado la Interpelación: la Pardina de Ipe. No es un monte sagrado, es un monte que siempre se ha cortado para leña, de toda la vida, porque esa leña -sobre todo se utilizó para las ferrerías; se utilizó desde tiempo inmemorial, sobre todo, para sacar carbón, para hacer acero, para hacer hierro en la ferrerías de los pueblos, así se ha venido utilizando. Tiene un tratamiento a monte medio, del señalamiento se deduce que las hayas tenían seis metros de altura y un diametro de veintidós centímetros; como comprenderán, un bosque, un hayedo de seis metros de altura y veintidós centímetros es poco más que un encinar tratado también a monte medio, porque su finalidad siempre había sido la de convertirlo en leña, para lo que se había utilizado siempre.
Por otra parte, el pensar que ha habido un desastre ecológico... Evidentemente, se podía haber producido si no hubiese mediado la denuncia, porque podía haberse hecho una tala indiscriminada, pero, en definitiva, en perjuicio del propietario, porque el propietario del monte es el que, si el monte se degenera, acaba perdiendo en su propiedad. Luego corresponde, en primer lugar, al propietario el velar por sus propios intereses. Por eso, cuando las Administraciones públicas intervenimos sobre los montes particulares estamos en el convecimiento de que cada uno guarda su viña y que el propietario va a ser el primer interesado en que no se le haga ningún desmán dentro de su propio monte. Lo que pasa es que cuando este tipo de montes pertenecen a colectivo, porque son montes por acciones, montes de grupos de vecinos, bueno, pues ahí suele haber siempre algún mal interior que evidentemente las Administraciones públicas tenemos que atajar.
Yo, Señorías, para terminar, querría decirles que soy muy sensible a este problema. En la Comunidad Autónoma aragonesa tenemos unos magníficos bosques, cada vez mejores, pero también tenemos unas zonas que pueden tener problemas de degradación. Por ello hago una propuesta: desde la Comunidad Autónoma estamos abiertos a que si Sus Señorías, a través de la Comisión de Agricultura, o como estimen oportuno quieren, los técnicos forestales les explicarán, viendo algunos bosques, cuáles son los procesos biológicos y cómo está lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal. Como solemos decir los aragoneses "a cabeza desatada", explicando la verdad, para que podamos tener una mejor información y para que, a partir de aquí, podamos hacer una política forestal más coherente. Y, desde luego, comprometerme delante de todos ustedes a que haya una información mucho más fluida, sobre todo con los ayuntamientos propietarios de los montes. O sea que, desde las administraciones forestales, los ingenieros responsables de cada monte estén permanentemente rindiendo cuentas y explicando a las corporaciones locales propietarias de los montes de utilidad pública el porqué se están haciendo, determinadas cortas, por qué se corta aquí, por qué se corta allá. Que se les explique, para que de esa manera no quepa ninguna duda entre los ayuntamientos democráticos de que se están tratando con exquisito cuidado los montes que son propiedad directa de los ayuntamientos, pero que son patrimonio de toda la humanidad.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Presidente. Pasamos a... Señor Agudo, una última intervención; dos minutos. Tiene la palabra.
El señor DIPUTADO (AGUDO GONZALEZ): A mí me parece muy bien la propuesta que el señor Presidente ha hecho a esta Cámara. Yo la asumo plenamente, porque estoy interesado en que esa cuestión se haga lo mejor posible, en que se tomen las medidas para ello. Creo que simplifica mucho eso de por qué la mala imagen, de la cuestión de la tala y plantación de bosques, etcétera, etcétera. Yo, con motivo de mi actividad, he conocido repoblaciones en otros sitios que han sido motivo de muchos conflictos, concretamente en Galicia, y siguen siéndolo por un mal plantemiento a la hora de la repoblación forestal.
En Aragón no estamos exentos, y el señor Presidente lo ha señalado en su intervención, porque se conocen varios casos que tengo ahí, pero no es motivo para alargar la cuestión, dada la buena predisposición del señor Presidente, pero yo voy a dar uno, uno en Alcampel, que no es único. Allí, en los años cincuenta, se hizo la repoblación forestal y está casi abandonado eso. Una culpa fundamental la tenemos nosotros, el municipio, la tenemos nosotros. Pero en relación a la conservación y al desarrollo de esos bosques queda mucho camino que andar. Falla casi todo. Y sí tenemos algunos otros ejemplos, una cosa es lo que se dice de una manera burocrática por los técnicos y otra es el control directo de los hechos. Y él mismo reconoce que si no hay denuncia por parte de las asociaciones de defensa de la naturaleza, quizá hubiese habido un desastre, porque, a lo mejor, habría habido cuando hubiesen llegado, una corta mucho mayor de la que se ha hecho. Pero, en fin, lo fundamental en este caso concreto, y para terminar, es que esta cuestión tan importante en Aragón, no solamente en el Pirineo sino también en la provincia de Teruel y en otros sitios, es que tomemos conciencia en estas Cortes para ayudar al Gobierno regional a que establezca las normas que permitan tener una orientación concreta sobre este aspecto tan importante y que nos permita mejorarlo mucho más de lo que se hace en esta cuestión.
El señor PRESIDENTE: Gracias señor Agudo. Pasamos al turno de fijación de posiciones de los Grupos Parlamentarios. Señor Garcés Omella, tiene la palabra, por el Grupo Aragonés Regionalista.
El señor DIPUTADO (GARCES OMELLA): Señor Presidente, señoras y señores Diputados. En primer lugar deseo felicitar al señor Presidente de la Diputación General de Aragón por su técnica y brillante interpretación e intervención, pero me temo que nos hemos salido del tema fundamental de la Interpelación del señor Diputado Sixto Agudo. Yo quería decir que ya en enero de 1986 formulé a la Diputación General de Aragón la pregunta de si se tenía conocimiento de que se producían talas indiscriminadas en el Alto Pirineo aragonés y qué control ejercía nuestro Gobierno sobre estas talas. A fin de mayo se me responde, entre otros asuntos, lo siguiente: que en la finca de Ipe, de mil doscientas cincuenta y ocho hectáreas, existen ciento veinte pobladas de hayas. Que en septiembre de 1984 se autorizó por el Gobierno aragonés la corta de seis mil setecientos setenta y ocho pies de haya de un diámetro medio de veinticuatro centímetros y mínimo de veinte centímetros, con un volumen total de novecientos cincuenta y cuatro metros cúbicos de madera. Que al realizar un reconocimiento de la corta se comprobó que el maderista no se había ajustado a los permisos de la corta, habiéndose talado cuatrocientas veinte hayas con diámetros de doce y quince centímetros y que, por lo tanto, se le suspendía el aprovechamiento forestal.
Por este motivo y por esta actuación felicito a todos los miembros de las guarderías de COMENA de Huesca. La empresa titular del aprovechamiento forestal es CRISA, sociedad multinacional de la República Federal Alemana, y el destino de estas hayas alto aragonesas es el convertirlas en carbón vegetal.
Y esto, señor Vicepresidente, lamento que no esté aquí, quiero decirle que esto sí que tiene importancia, porque si estos bosques se hubieran transformado en madera y posteriormente en muebles, hubieran prevalecido para el servicio del uso humano. Transformarse en carbón para luego quemarse y luego en cenizas, es un triste destino para estos hayedos.
Este Diputado encuentra verdaderamente curioso que la empresa beneficiaria de la explotación sea alemana y le pregunto cómo vienen los alemanes a cortar las hayas del Pirineo aragonés para convertirlas en carbón, reservándose sus hermosos bosques. Y también me pregunto por qué los aragoneses permitimos que se empobrezcan nuestros recursos forestales de un modo tan gratuito: dos millones de pesetas. Asimismo, encuentro curiosas y preocupantes, señor Presidente, las afirmaciones que han asomado en la prensa de que los diversos Gobiernos socialistas españoles conceden excesivas facilidades en su desenvolvimiento dentro de España a empresas multinacionales, muchas de ellas domiciliadas en Alemania. Y la pena de todo esto es que este hecho es uno más que demuestra que el Gobierno de Aragón no es capaz, por el momento de sentar las bases para aprovechar razonablemente y para el progreso de sus habitantes los recursos naturales de que dispone en su territorio. Y no hay que olvidar que en el Alto Aragón hay siete mil kilómetros cuadrados de territorios pirenaicos.
Por esto, el Grupo Aragonés Regionalista, consciente de la importancia que para nuestro futuro tiene el aprovechamiento de las posibilidades existentes en Aragón, manifiesta su honda preocupación por sucesos como los acaecidos en la explotación forestal de los montes de Oturia, perteneciendo a los municipios oscenses de Javierre y Satué. Esta es una preocupación que confirma su fundamento, ha sido manifestada por diversos colectivos y por personas de relevante y preciosa inteligencia. Entre estas manifestaciones hay que destacar la efectuada por el Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid, al diario El País y publicada el lunes pasado, 27. "Esos hechos -caso Oturia- han sido denunciados por asociaciones, grupos de opinión y científicos de prestigio y constituyen un nuevo atentado que viene a sumarse al expolio de recursos naturales del Alto Aragón".
Igualmente, y por los motivos expuestos, el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés Regionalista ya ha presentado una Proposición no de Ley, que más adelante se someterá a debate en estas Cortes y que, si es aprobada, estamos plenamente convencidos de que sentará las bases para que los recursos altoaragoneses sean para el beneficio de todos y que sucesos de este tipo ya no se produzcan.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias. Grupo Popular, señor Cenis tiene la palabra.
El señor DIPUTADO (CENIS TAFALLA): Quiero ser reiterativo en cuanto a expresar mi agredecimiento a todos los alcañizanos e hijaranos que han sido tan amables en esta nuestra corta visita aquí, en especial en la figura del Alcalde de Alcañiz, don José María Pascual, el cual con su exquisitez y cariño nos ha tratado tan amablemente. Desde Jaca, el punto más lejos -yo creo- de Alcañiz, os enviamos un gran abrazo.
Y ahora, como va a decir el señor Presidente, al asunto. Señor Presidente, Señorías el Grupo Popular se identifica plenamente en algunos puntos con las manifestaciones hechas por Su Señoría, el señor Agudo, y está completamente de acuerdo con las manifestaciones realizadas por nuestro señor Presidente de la Diputación General de Aragón, el cual yo sé perfectamente que este tema lo conoce desde niño y lo conoce perfectamente. No hay nada que objetar a las manifestaciones del señor Presidente de la Diputación General de Aragón, sino más bien felicitarle por su exposición. El Grupo Popular se identifica también con que es necesaria la tala de estos bosques, puesto que sin esa tala necesaria, no se aclararían, no se limpiarían en parte los bosques y con ello evitaríamos que se hayan convertido en ceniza hasta este momento, cinco mil setecientas treinta y nueve hectáreas, tres mil cuatrocientas de arbolado, en ochenta y tres incendios.
Estamos de acuerdo en esa reforestación que hemos dicho y, por tanto, nuestro punto de vista y opinión está en apoyar decididamente cualquier acción que pudiera tomar la Diputación General de Aragón en este aspecto. (Pausa). Yo quiero recordar en este momento unas palabras que ha dicho Su Señoría, señor Agudo, en cuanto a que desde hace cuarenta años no se ha hecho nada en cuanto a repoblación forestal por conducto del ICONA, o que lo que se ha hecho, se ha hecho mal. Viene al caso y a lo mejor ustedes se extrañarán. Bueno, hablo ahora de un viaje, hace unos veinte años, a Alemania y de una reunión empresarial siderometalúrgica que no tiene nada que ver con montes. Los alemanes me preguntaron todos interesados acerca de la forma como se estaba reforestando, repoblando forestalmente nuestra geografía. Ellos estaban interesados porque en sus revistas, a pesar de que en España no teníamos una información eficiente, se asombraban de esa reforestación. Quiere decirse que, en cuarenta años, ese instituto apolítico, aunque pertenezca al Estado porque parece ser que todo se tiene que politizar, ha cumplido perfectamente, como ha dicho muy bien el Presidente de la Diputación General Aragón, ha realizado unas repoblaciones que son ejemplo en el mundo entero. (Pausa).
Y por lo demás, le podría decir que ADEPA ha realizado una labor importantísima y un magnífico servicio al denunciar esta tala indiscriminada, que más bien parece ser un arrasamiento, aunque no es tanto así. Sin embargo, esa sociedad también puede ser que en algún momento, y por paradoja, se oponga a la repoblación forestal, como está ocurriendo en los aterrazamientos de la Sierra de Guara, como aquí sabe muy bien la Diputación General de Aragón, y como ha ocurrido precisamente en el monte Oturia, donde independientemente de que se les ha rescindido el contrato, una máquina ha sido estropeada; una máquina que no tiene nada que ver con estas discusiones. Y esa factura de más de dos millones no sé quién la va a pagar; pero aquella persona o esa empresa que, legalmente autorizada, ha estado talando, no tiene culpa para pagar con dos millones el estropeo de esta máquina. Y con estas palabras he terminado. Gracias señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Diputado. ¿Grupo Socialista? Señor Pina, tiene la palabra.
El señor DIPUTADO (PINA CUENCA): Señor Presidente, Señorías. Mi intervención en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, en estos momentos creo que solo puede tener una cualidad y es la de la brevedad, porque ni puedo ser original ni puedo complementar la exhaustiva información que aquí se ha dado al respecto. No puedo ser original porque no me cabe otra postura que la de ratificar los planteamientos de la Diputación General de Aragón en el tema que estamos tratando y, sobre todo, como se ha manifestado por el propio interpelante, porque este procedimiento parlamentario ha servido para contestar y para realizar un debate interesante en torno al tema de las repoblaciones forestales y, en definitiva, de la conservación de la naturaleza.
Pero me van a permitir que introduzca algunos matices que me parece importante señalar, pidiendo a la vez que no se tomen como destructivos. En la propia Exposición de Motivos de la Interpelación se introducen unos conceptos que mi Grupo Parlamentario tiene que rechazar de plano, y es que se anuncia en la exposición de motivos que se está perpetrando un auténtico atentado ecológico con el beneplácito de la Diputación General de Aragón. Yo creo que ha quedado suficientemente claro que, desde luego, no hay ningún tipo de beneplácito en la actuación de los servicios de la Diputación General de Aragón en el tema que nos ocupa. Quiero quedarme con la parte constructiva del interpelante, cuando dice que su intención y su actuación era con el sano fin de conservar. Creo, en consecuencia, que a veces es preciso modular los argumentos para que se resalte lo que, realmente, es el fin de la intervención.
A mí me parece muy bien, muy legítimo, que se recoja la sensibilidad de determinadas asociaciones ecologistas, pero me parece que, fundamentalmente, cuando se interviene en esta tribuna es preciso hacer una aportación de la postura propia del Grupo político que lo hace. Los escritos de los distintos grupos ecologistas a que se han hecho referencia en determinadas ocasiones me parecece que tienen algo de positivo, porque conciencian a la opinión pública y tienen un cierto carácter reivindicativo, aunque técnicamente no sean muy correctos. Quedémonos únicamente con lo positivo de estas actuaciones: la labor de concienciación que sobre los ciudadanos se ejerce al denunciar determinadas actuaciones.
Lo que me parece que también es rechazable de plano es la demagogia que se hace con la utilización de la madera, sobre todo cuando se está tratando de montes de propiedad privada, aunque sea una propiedad compartida entre varios vecinos. Son relaciones contractuales entre unos propietarios y unas empresas, en las que la Administración autonómica, no sé si por desgracia, pero en derecho no tiene nada que decir.
Finalmente, para ser consecuente con la brevedad que prometía, por primera vez la Diputación General de Aragón ha propiciado, y de hecho ya se ha iniciado, un diálogo entre las asociaciones ecologistas y la propia Administración. Sus Señorías conocen las recientes reuniones que se han iniciado entre el Consejero de Agricultura y las asociaciones ecologistas, completando este inicio de diálogo, esta realidad de diálogo, con la oferta que el Presidente de la Diputación General ha hecho extensiva a los ayuntamientos y a todos los afectados en la propiedad y en la conservación de los montes públicos y privados. Muchas gracias, señor Presidente.