Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
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Debate de investidura del candidato a presidente del Gobierno de Aragón propuesto por el presidente de las Cortes de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios. Votación.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 003 de Plenos (IX Legislatura)
Intervinienen: Bermúdez De Castro Mur, Roberto - Lambán Montañés, Francisco Javier - Aliaga López, Arturo - Gaspar Martínez, Susana - Luquin Cabello, Patricia - Soro Domingo, José Luis - Echenique Robba, Pablo - Sada Beltrán, José Javier
El señor PRESIDENTE: Señores y señoras diputados, vayan ocupando sus escaños.
Buenos días.
Se reanuda la sesión [a las nueve horas].
De conformidad con lo acordado por la Junta de Portavoces, la parte de la sesión correspondiente al día de hoy se va a desarrollar de la siguiente manera: en primer lugar, intervendrán los grupos parlamentarios durante un tiempo máximo de veinticinco minutos cada uno, salvo el Grupo Parlamentario Mixto, que contará con treinta minutos, con la intervención de quince minutos como máximo de cada una de las formaciones políticas que lo componen.
El orden de intervención será el siguiente: el Grupo Parlamentario Popular, el Grupo Parlamentario Aragonés, el Grupo Parlamentario Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, el Grupo Mixto, el Grupo Parlamentario Podemos Aragón y el Grupo Parlamentario Socialista.
A continuación, el señor candidato podrá responder de forma individual a cada uno de los grupos parlamentarios o de forma conjunta a todos o a varios de ellos, según desee. En el caso de que el señor candidato responda de forma individual a cada grupo parlamentario, este dispondrá de quince minutos para replicar y el candidato podrá intervenir nuevamente para responder.
Concluido este debate, se procederá a la votación, que, en función del desarrollo del debate, fijaremos la hora correspondiente.
Expuesto lo que antecede, tiene la palabra el Grupo Parlamentario Popular.
Don Roberto Bermúdez.
Debate de investidura del candidato a presidente del Gobierno de Aragón propuesto por el presidente de las Cortes de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios. Votación.
El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: Señor presidente.
Señorías, señoras y señores, señor Lambán, muy buenos días.
En estas, mis primeras palabras como portavoz del Grupo Parlamentario Popular y antes de iniciar la réplica en sí a la intervención de ayer jueves del candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón, el señor Lambán, quiero expresar mi más sincera bienvenida a todos los diputados y, en especial, a los nuevos que se incorporan por primera vez en esta IX legislatura.
Si por algo se han caracterizado estas Cortes durante sus más de tres décadas de existencia, ha sido, a mi juicio, por la potestad que han tenido sus diputados por representar las ideas de los aragoneses que los votaron, por su convicción, por la capacidad de exponer y defender sus iniciativas y propuestas en libertad, y el respeto personal que unos y otros nos hemos dispensado por priorizar el interés general de todos los aragoneses.
Señorías, por esta razón, escucho con tristeza cómo en las últimas semanas, desde algunos ámbitos, se intenta deslegitimar el trabajo de cientos y cientos de diputados y diputadas que han pasado por este hemiciclo en los últimos treinta años.
Todos nosotros hemos sido elegidos por los ciudadanos en libertad, todos somos representantes legítimos de los ciudadanos. ¡Todos! Todos los votos valen igual, sean para unos o para otros y, por tanto, los más de ciento ochenta y un mil aragoneses que depositaron su confianza en nosotros, en el Partido Popular, no son menos que nadie y nuestra labor, día a día, va a ser defender sus principios, sus valores y sus ideas, que son las que nos han traído hasta aquí.
Señorías, a todos se nos abre un interesante horizonte en los próximos cuatro años: unos, apoyando al Gobierno; otros, en la oposición. Todos tendremos la oportunidad de trabajar en el progreso social y económico de todos los aragoneses y de contribuir al avance de nuestra comunidad autónoma.
Les aseguro que después de la experiencia que me otorgan cuatro años como diputado en esta Cámara y miembro de un Gobierno, nuestra condición de representantes del pueblo aragonés nos enfrenta a un reto apasionante en lo personal y, sobre todo, en una enorme responsabilidad como sujetos elegidos por todos los aragoneses.
Por tanto, parto desde el máximo respeto personal e institucional para quienes opinan diferente, para aquellos que defienden sus ideas incluso con vehemencia, para los que de manera distinta intenta mejorar la sociedad mediante otros proyectos, incluso contrarios a los que yo represento, porque eso, precisamente, es la esencia de la democracia.
Señor Lambán, no seré yo quien le niegue la legitimidad de lograr la suma de votos suficientes para lograr su investidura; no seré yo quien le niegue la posibilidad de firmar tres acuerdos de investidura —que no de legislatura— para lograr ser presidente; pero, desde luego, no será usted quien me pueda negar a mí que el Partido Popular fue el más votado del pasado 24 de mayo y que usted, como candidato, consiguió el peor resultado de la historia del Partido Socialista en Aragón. [Aplausos.]
Hace cuatro años, usted y yo estábamos en este mismo hemiciclo y en este mismo debate. He leído con suma atención las palabras de la entonces portavoz, la señora Almunia, y todo giró en torno al mismo tema: la falta de estabilidad del Gobierno PP-PAR.
En aquel momento, ambos partidos —el Partido Popular y el Partido Aragonés— habíamos firmado un pacto de legislatura, un pacto de Gobierno para cuatro años, como así ha quedado demostrado.
Si para ustedes, señor Lambán, eso era inestabilidad, ¿me puede usted explicar qué es lo que hoy trae usted aquí?, ¿cómo lo definiría, señor Lambán? ¿Qué seguridad tiene usted de lograr un apoyo estable para toda la legislatura? ¿Qué seguridad tiene usted, señor Lambán, para lograr que cada año se aprueben aquí los presupuestos de la comunidad?
Si ustedes han tardado más de un mes para alcanzar un simple acuerdo de investidura, no queremos ni llegar a pensar cuánto pueden tardar en firmar un acuerdo presupuestario.
Por cierto, un acuerdo de investidura inspirado, como ayer se pudo constatar, en un decálogo que le ha sido directamente exigido, impuesto y obligado al Partido Socialista por la tercera fuerza política, que representa el 18% del electorado aragonés.
Un pacto legítimo, pero débil desde el mismo momento de su origen, afianzado en el principio democrático del Gobierno de la mayoría, pero construido desde una suma de diversas minorías y que no han sido capaces ni de al menos conseguir un pacto de Gobierno para toda la legislatura.
Un acuerdo legal, sin ninguna duda, legítimo, con absoluta certeza; pero coincidirá conmigo, con nosotros, que es escaso en cuanto en contenido a medio y largo plazo, con un altísimo grado de inestabilidad, con un nivel de riesgo e incertidumbre muy elevado, porque, señor Lambán, cada vez que llegue aquí una iniciativa, cada una que llegue aquí, va a tener que negociar una a una cada iniciativa legislativa.
Un acuerdo, señor Lambán, endeble, con carencias notables y preocupantes debido a las consecuencias que del mismo se pueden derivar para todos los aragoneses.
Y todo ello, señor Lambán, porque su único objetivo ha sido convertirse en presidente sin importarle todo lo demás.
No le ocultamos, por tanto, que nuestras dudas de hace unas semanas sobre la posibilidad de conformar en un Gobierno estable se han transformado en una profunda preocupación e inquietud por el futuro de Aragón. Y nos preocupa, principalmente, porque son los aragoneses, somos el conjunto de la sociedad aragonesa los que vamos a sufrir y a pagar la debilidad e inseguridad que le va a acompañar en los próximos años, señor Lambán.
Experiencias anteriores, pactos como este, similares, en otras comunidades cuyo único objetivo era echar al Partido Popular del Gobierno han demostrado ser incoherentes, cuando no contradictorios, han terminado en enfrentamientos, en divisiones internas y, en definitiva, han supuesto un perjuicio notable para el progreso de esas comunidades. Le pongo el ejemplo de Galicia, de Baleares y algunos sitios más. Se pierde estabilidad en las instituciones y se pierde bienestar para los ciudadanos.
Hasta aquí, señorías, una breve y mera descripción de los acontecimientos, una breve narración de lo acontecido hasta ayer.
La pregunta lógica que se desprende de estos hechos es qué panorama le espera a Aragón durante los próximos cuatro años. De momento, le voy a explicar el Aragón que va usted a encontrar, que difiere bastante de la imagen sombría que usted intentó ayer proyectar.
Como saben ustedes y los que hemos estado en esta Cámara, mucho más —y en el Gobierno, no le quiero ni contar—, ha sido una legislatura muy compleja. En ella hemos vivido la segunda parte de la crisis, de la mayor crisis económica que ha sufrido España desde la época democrática. La fuerte caída de ingresos de la comunidad ha hecho inevitables reformas y ajustes. Y no tengan ninguna duda, señorías, porque en el año 2011, Aragón vivía por encima de sus posibilidades.
Durante estos últimos cuatro años, con mucho esfuerzo de todos los aragoneses, hemos conseguido no solo estabilizar la situación, sino que hemos conseguido empezar a crecer.
Yo no voy a negar, mi grupo no va a negar que queda mucho por hacer. No vamos a negar que queda mucho camino por recorrer, pero tampoco usted me podrá desmentir, señor Lambán, porque los datos lo avalan, decenas de informes lo constatan, que la tendencia, señor Lambán, es diferente. Aragón se encuentra hoy en una situación diametralmente diferente a la de hace cuatro años. Le dejo algunos ejemplos.
Hoy, Aragón tiene noventa y dos mil ochocientos veintinueve parados, una cifra dramática e inasumible, noventa y dos mil ochocientos veintinueve parados. Son veinticinco mil parados menos que el peor dato de paro que tuvimos haya por el 2013. Es cierto que son mil quinientos cincuenta y ocho parados más que hace cuatro años, pero tengo que recordarle una cosa, señor Lambán, la vida no empezó en el año 2011; entre los años 2007 y 2011, el Gobierno socialista tuvo un aumento de paro de sesenta y tres mil personas en cuatro años. [Aplausos.] Cuando llegamos al Gobierno, cada día se destruían cuarenta empleos, todos los días, cada día, se destruían cuarenta empleos. Desde enero, cada día, sesenta personas dejan las listas del paro.
Anteayer salió el informe del Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid y, claramente, dice: «Nuestra comunidad va a ser la tercera de mayor crecimiento en España, un 3,5%, solo por detrás de La Rioja y de Murcia».
Hoy, en Aragón, en comparación con otras comunidades autónomas, los aragoneses y las empresas pagan menos impuestos. Hemos reducido estos cuatro años el IRPF y el impuesto de sucesiones.
Hoy, hay en nuestra Administración la mitad de asesores que hace cuatro años y menos puestos directivos, con sueldos mucho más bajos.
Hemos reducido las empresas públicas, hay menos coches oficiales, hay mayor control en su uso. De eliminar esto ya nos hemos encargado nosotros, ya está hecho en los últimos cuatro años.
Hoy, los aragoneses pueden saber con solo un clic quién está contratando con la comunidad autónoma, por cuánto dinero, qué se gasta cada departamento, a quién se subvenciona y por qué, a dónde va destinado el dinero de sus impuestos y miles de datos más que antes eran ocultados.
En materia de desahucios, fuimos de los primeros gobiernos de este país en poner en marcha un acuerdo con el Consejo General del Poder Judicial que permitiera paralizar aquellos desahucios que originaban situaciones de exclusión social. Lo pusimos en marcha nosotros, al mismo tiempo que pusimos en marcha un Plan de vivienda social.
Como pueden ver, no solo a algunos les preocupa este tema. En Aragón, el Partido Popular y el Partido Aragonés hace tiempo que intentamos solucionar este problema.
En educación, el índice de la ONG Save the children sobre la actividad educativa sitúa a Aragón como una de las mejores comunidades autónomas en materia educativa. Pero, además, durante estos cuatro años, hemos conseguido que descendiese la tasa de abandono escolar en 4.4 puntos.
Hemos conseguido también que el 99% de los niños fueran escolarizados en primera opción y más de ocho mil niños, un 300% más que en la última legislatura, tuvieron comedor gratis este pasado año.
Respecto a la sanidad, le reitero lo de siempre, señor Lambán: no por decir que algo está muy mal lo está. Anteayer salió la última encuesta del CIS, el último barómetro del CIS, y, de nuevo, los usuarios nos valoran con más de un siete, la segunda mejor comunidad; a los médicos y al Servicio sanitario aragonés. Porque cuando uno va al hospital o va a un centro de salud, va al Servicio sanitario aragonés, y nos valoran con un siete. Tenemos grandes profesionales, y algo hará el Gobierno para que esos profesionales tengan medios para poder prestar sus servicios.
En servicios sociales, el Gobierno PP-PAR ha multiplicado por cinco el gasto público destinado a las personas que reciben el IAI y hemos aumentado el gasto por dependiente. De hecho, en Aragón, estamos por encima en lo que es gasto en protección social.
En definitiva, señor Lambán, diga lo que diga usted, se encuentra con un Aragón mejor, mejor del que encontramos cuando llegamos al Gobierno.
Solo esperamos que mantenga la senda emprendida y avance en ese camino, porque para ello, para seguir en esa senda emprendida y avance en el mismo camino tendrá el apoyo del Partido Popular, porque lo hemos reiterado muchas veces: no pondremos ninguna traba a lo que suponga un beneficio para todos los aragoneses.
Señoras y señores diputados, el Partido Popular, como antes recordaba, fue la fuerza más votada el pasado 24 de mayo, sin embargo, nos corresponde ejercer la oposición, y dicho ejercicio supone, por un lado, controlar la acción de Gobierno y, por otro, impulsar y defender desde las Cortes las propuestas contenidas en nuestro programa electoral y que han sido votadas por ciento ochenta y una mil setecientas veintisiete personas.
Miren, los últimos cuatro años de Gobierno presidido por el Partido Popular, con la relevante aprobación del Partido Aragonés, fuimos conscientes de que teníamos la responsabilidad de cumplir un acuerdo de gobernabilidad con nuestras propias fuerzas y apoyos. Pero eso no impidió que entendiéramos que había asuntos cruciales que debían contar con el mayor respaldo posible. Así lo creímos, y por eso, señor Lambán, les tendimos la mano.
Como bien recordará, señor Lambán, le ofrecimos pactar con solo el límite del techo de gasto los presupuestos del año 2013, y usted se negó. Como también recordara, señor Lambán, le ofrecimos pactar la reforma de las competencias de las Administraciones locales, y usted también se negó, señor Lambán. Por no recordar su negativa a asistir a la ponencia de regeneración democrática. Sinceramente, creo que antepusieron el interés partidista al interés general y, sorprendentemente, ahora plantea escenarios similares.
Por el contrario, el Partido Popular mantendrá una premisa clara durante los próximos cuatro años: apoyaremos aquellas propuestas del futuro Gobierno autonómico que beneficien al conjunto de los aragoneses, que supongan una mejora en su bienestar y que generen prosperidad.
Pero tenga algo muy claro, señoría, nosotros no somos la rama en la que usted se pueda agarrar cuando le convenga. Usted ha elegido un camino y su exclusiva responsabilidad es recorrerlo.
Eso sí, señor Lambán, no admitimos, simplemente porque no es verdad, su afirmación de que durante estos últimos cuatro años el Partido Popular haya producido desigualdad, pobreza y exclusión. No admitimos, porque no es verdad, que se diga que un pequeño grupo, una elite perversa, una casta, son los responsables de que la gente no tenga bienestar ni prosperidad y que, además, se nos pretenda excluir de nuestras innata condición de ciudadanos. No admitimos que algunos se arroguen la potestad de otorgar la condición de gente normal a unos y al resto estigmatizarnos por nuestras ideas e, incluso, descalificarnos en el ámbito personal, no lo admitimos.
Mi rechazo frontal a aquellos que, sobre esas falacias, han construido un discurso y un proyecto de Gobierno para Aragón basado en la autorización política de la peor demagogia. Y usted, señor Lambán, se ha abrazado a ellos. [Aplausos.]
Tampoco admitimos, porque simplemente es una aberración, que la punta de lanza de algunas formaciones de esta Cámara sea textualmente echar al Partido Popular de las instituciones. Eso, señorías, es desnaturalizar la esencia de la democracia, sus principios y sus actores como modelo institucional. Eso, señorías, es una utilización burda y sectaria de los principios constitucionales y estatutarios que asumieron todos el pasado 18 de junio cuando adquirieron la condición de diputados.
Llevamos casi cuarenta años viviendo en un modelo, la democracia representativa, que no es ni perfecto ni definitivo. Lo sabemos. Pero cometeríamos un error sin precedentes si por lo que algunos entienden como criterio excluyente conquistar la libertad, conquistar la igualdad y conquistar la soberanía, pensáramos que construimos una nueva y mejor democracia.
Señor Lambán, en su discurso de ayer afirmaba —abro comillas— «desconfiemos de las palabras que esconden su vacuidad bajo ruido». Una cosa tengo que decirle: su discurso fue vacuo y ruidoso, y si estamos preocupados por lo que dijo, lo estamos mucho más por lo que usted no dijo.
Gran parte de su intervención de ayer estuvo plagada de generalidades, inconcreciones, banalidades y olvidos sobre temas transcendentes para el desarrollo de nuestra comunidad, sobre temas que son muy importantes, y usted se despachó —abro comillas— y se quedó tan ancho diciendo «Si a ustedes les interesa, lo hablamos mañana» —cerramos comillas—, cuando, sin duda, son temas trascendentes para nuestro futuro más inmediato.
Lo más grave, a nuestro juicio, fue sin duda la falta de concreción sobre su modelo fiscal y económico. Señor Lambán, sea sincero, sea con todos los ciudadanos claro y concreto, que nos están viendo por televisión y escuchando por la radio, y diga claramente, hoy, aquí, cuál es su propuesta fiscal. Diga claramente cómo se materializa ese acuerdo que tiene con la izquierda de este Parlamento.
Señor Lambán, ¿va a subir el impuesto de la renta? ¿Va a recuperar sucesiones al cien por cien? ¿Va a aumentar patrimonio?
Señor Lambán, ¿va a recuperar el impuesto que reducía a cero euros el beneficio de las estaciones de esquí de Aragón privadas? ¿Va a imponer la ecotasa?
Por cierto, señor Lambán, ayer se anunció la creación de un impuesto a las hidroeléctricas a la vez que se quejaba de que el precio de la energía a los regadíos aragoneses era muy alto, que es cierto. ¿Usted cree que esta subida de impuestos no va a repercutir en el precio de la luz? ¿Usted cree, sinceramente, que ese nuevo impuesto lo van a asumir las eléctricas gratis et amore?
Es sencillo venir aquí y desgranar una serie de medidas y no dar una mínima explicación de cómo usted lo va a financiar.
Por ejemplo, usted propone crear una renta básica, una renta básica que entendemos que no va a estar ligada a la búsqueda de empleo, ¿no? Según sus datos de ayer, la percibirían unas cuarenta y cinco mil personas más. ¿Me puede usted explicar de dónde va a sacar trescientos millones de euros para poderlo financiar?
Para colmo, y según consta en los acuerdos que firmó usted con los grupos que hoy le van a dar su confianza, se comprometió a crear —abro comillas— «un organismo público de crédito aragonés o entidad homóloga». Vamos, en cristiano, y ahora que está usted tan fan del Papa Francisco, un banco público aragonés. Señor Lambán, ¿para qué? Lo pone tal cual, ¿eh?, «organismo público de crédito aragonés o entidad homóloga». Está firmado por la señora Luquin y por usted; luego, explíquenlo, o ella o usted. ¿Cómo se financiará este banco? ¿En qué mercados? ¿Quién le va a dejar los fondos? ¿Tal vez el Gobierno? ¿Cree sinceramente que herramientas tan reconocidas como Sodiar, como Suma Teruel, como Avalia, no son suficientes?
Sabe perfectamente que Aragón es un ejemplo de colaboración de los diferentes ejecutivos con entidades financieras para lograr que fluya el crédito. ¿Cree realmente necesario crear un banco público aragonés? Y también debería de explicarnos a todos nosotros qué es eso de la agencia tributaria o lo que explicó ayer muy por encima.
También, señor Lambán, propone crear o hacer un gran pacto con los agentes sociales de nuestra comunidad para reactivar la economía y para cambiar el modelo productivo. Y no nos parece mal que usted promueva un gran pacto con los agentes sociales. Más que nada, señor Lambán, porque se ha hecho siempre. Aragón es tierra de pactos, y con ellos y con todos los gobiernos, siempre ha existido un gran pacto social con sindicatos y empresarios.
Pero lo que nos parece contraproducente es que desde la propia Administración se pretenda llevar a cabo un cambio del modelo productivo, sobre todo por un hecho muy relevante: la estructura productiva de nuestra comunidad es un ejemplo y un referente para muchas de nuestro entorno.
Tenemos una economía abierta, moderna, innovadora, con una capacidad de adaptación a los nuevos tiempos que para sí muchas quisieran. Los datos de producción industrial y de exportación son ejemplo en muchos lugares, y ese 22% de peso del sector industrial nos sitúa en el nivel de muchos países muy avanzados.
Desde el Gobierno se debe ayudar a cocinar la tarta y ya se encargarán ellos de cómo repartir la tarta. Usted debe dar estabilidad, debe dar estabilidad, y debe dar en todo momento o debe intentar en todo momento no entrar en contradicciones.
Señor Lambán, nos conocemos desde hace un tiempo y le considero un hombre serio, y, desde luego, no le considero un insumiso, en ningún caso. Por esta razón, le pido que considere cómo puede afectar a terceros —y no lo digo por los libreros— su decisión sobre la LOMCE.
Sobre la LOMCE, lo hemos hablado usted y yo alguna vez —algún café hemos tomado con el tema de la educación—, y todo, señor Lambán, no puede seguir igual. La situación de la educación española es preocupante, todo con leyes en vigor —ahora no, la LOE no está en vigor— del Partido Socialista. A los datos me remito. Y creo sinceramente que algo tenemos que hacer, señor Lambán. Y creo sinceramente que su postura no lleva a nada. Esa insumisión que van a llevar a cabo no conduce a nada bueno, señor Lambán.
Con respecto a sus afirmaciones con respecto a nuestra sanidad, no le voy a repetir lo que piensan los aragoneses de ella —ya se lo he dicho—, pero tenga algo muy claro, señor Lambán, nadie que ha tenido necesidad de ser atendido durante estos últimos cuatro años no lo ha sido. Todos han sido atendidos. Aquí ha habido un acceso gratuito universal a nuestros hospitales y aquí, en Aragón, en ningún caso ha habido copago hospitalario.
Señor Lambán, en su intervención de ayer hubo silencios clamorosos y no tenemos claro si fueron porque usted no tiene clara su postura o porque tiene usted miedo de incomodar a quienes le van a votar por la tarde para ser el próximo presidente de Aragón. ¿Qué postura va a tener, señor Lambán, con respecto a la travesía central del Pirineo? ¿Qué postura va a tener su Gobierno? ¿Va a capitanear su Gobierno esa reivindicación?
¿Y las grandes obras de regulación? ¿Qué va a pasar con Yesa, con Biscarrués, con Almudévar, con Mularroya y algunas otras? ¿Va usted a defender desde el Gobierno esas obras hidráulicas o se va a plegar a sus socios de Gobierno? ¿Va a seguir apostando por la modernización de regadíos, por más regadíos, o no va apostar?
Y la nieve, señor Lambán, ¿va a seguir apostando por ampliar Cerler por Montanuy y Ardonés? ¿Siguen pensando en hacer un gran desarrollo urbanístico en el Sobrarbe para aprovecharnos de la estación de Piau, señor Lambán?
A estos temas y a muchos otros que no nombró son a los que denominamos silencios clamorosos.
Creo, señor Lambán, que en su discurso de ayer dedicó mucho tiempo a dedicar guiños para lograr la investidura en vez de marcar su postura en temas trascendentes de nuestra comunidad.
Señores diputados, señor candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón —y voy finalizando ya—, los diputados del Partido Popular no le otorgamos la confianza que solicita para su investidura por los motivos que le he expresado a lo largo de mi intervención, pero también porque fue usted, señor Lambán, el primero que nos despreció y afirmó que nunca gobernaría con el Partido Popular.
No vamos a respaldarle, porque gran parte de las ideas planteadas en su discurso de investidura no podrán ser llevadas a cabo, porque están concebidas sobre la necesidad de cambios estructurales y de modelo que el Estatuto y la Constitución no le confieren.
No vamos a votar positivamente su investidura porque su discurso, como su eslogan de campaña, está dirigido a una mayoría que no refleja el conjunto de la sociedad aragonesa y, además, porque más parece un corta y pega de medidas contrapuestas que un proyecto político coherente a medio y largo plazo.
No vamos a votar positivamente su investidura porque de su discurso de ayer se desprende su gran desconocimiento sobre la realidad de algunos temas de nuestra comunidad autónoma. Señor Lambán, permítame que yo también recuerde a Manuel Azaña cuando afirmaba «no me importa que un político no sepa hablar; lo que realmente me preocupa es que no sepa de lo que habla». Señoría, usted ayer, en algunos temas, fue un buen ejemplo de ello.
Señor presidente, la novena legislatura es un amplio libro con la práctica totalidad de sus páginas todavía en blanco, cuyos primeros párrafos comenzaron a escribir los aragoneses el pasado 24 de mayo. Unas páginas en blanco que al final de la legislatura, por el bien común de los aragoneses, deberían enriquecerse como consecuencia de la firma conjunta de varios autores. Páginas alejadas de la tentación de revisionismo y de revanchismo de quienes no gobernaron antes.
Les adelanto que el Partido Popular no va a dejar al futuro Gobierno que redacte esas páginas en blanco de manera exclusiva. Nuestra intención será siempre contribuir positivamente cuando el objetivo suponga un beneficio común para todos los aragoneses. Pero no le oculto que al mismo tiempo tenemos la sana ambición de escribir nuestras propias páginas con una legitimidad democrática avalada por la mayoría de escaños de esta Cámara.
No renuncio por tanto, ni lo haré mientras yo sea el portavoz de este grupo parlamentario, a reivindicar la mayoría que nos otorgaron los ciudadanos el pasado 24 de mayo. No renunciamos a ejercer con plenitud esa mayoría de escaños que sitúa al Partido Popular, una vez más, como el más amplio referente parlamentario, político y social de Aragón. No renunciamos a defender nuestro programa político, a reivindicar nuestros principios y valores en cada iniciativa parlamentaria que se debata en esta Cámara, en cada propuesta que formulemos dentro de la labor de impulso y control que nos corresponde. No renunciamos a ser el Partido Popular en cada votación a la que nos enfrentemos y a sostener con argumentos racionales y a favor del interés general el sentido de nuestro voto. Y no renunciaremos por tres motivos: el primero, por la confianza y el respeto que nos merecen los más de ciento ochenta y un mil aragoneses que eligieron la lista encabezada por Luisa Fernanda Rudi; en segundo lugar, por la obvia legitimidad democrática que nos corresponde como grupo con representación mayoritaria en la Cámara, y muy especialmente, y en tercer lugar, por el pleno y sólido convencimiento que tenemos los veintiún diputados que integramos el Grupo Popular de que sabemos qué hacer y cómo hacer para garantizar la prosperidad y el bienestar de todos los aragoneses.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra el candidato a presidente del Gobierno.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente.
Señoras y señores diputados.
Solo por escucharle a usted citar a Manuel Azaña, ya merece la pena este debate de investidura, señor Bermúdez de Castro. [Aplausos.]
Por lo demás, quiero agradecerle —se lo digo sinceramente— el tono de su intervención, de la que, leyendo entre líneas, llego a la conclusión de que a lo largo de la legislatura que ahora comienza no será difícil que buena parte de las medidas que enuncié, con la concreción que permite el formato de un debate de esta naturaleza, no será difícil que buena parte de esas medidas puedan ser objeto de grandes pactos en los que el Partido Popular se implique. Desde luego, desde el máximo respeto a los ciudadanos aragoneses que les votaron, a los que yo, repito, respeto como respeto a la emanación democrática de esos votos que son los veintiún diputados y diputadas que están presentes en esta Cámara.
No obstante, por aclarar el panorama, por desglosar el camino de obstáculos derivados de la falta de información o de las interpretaciones equivocadas, haré algunas matizaciones, algunas precisiones al discurso que usted ha hecho para abrir esta segunda parte del debate de investidura.
Ha hablado usted, lo hizo ayer y era presumible que lo hicieran y lo seguirán haciendo hasta las elecciones generales, ha hablado usted de una hipotética radicalización del Partido Socialista. Yo creo, señor Bermúdez de Castro, que esto es una visión distorsionada de la realidad que tienen ustedes.
El Partido Socialista sigue siendo una fuerza de centro-izquierda moderada, lo que ocurre es que ustedes se han situado tan a la derecha que piensan que la moderación es equiparable a la federación anarquista ibérica o algo similar, pero esto es un problema de distorsión de la realidad por parte de ustedes.
Los pactos que hemos suscrito con Podemos, con Izquierda Unida y con Chunta Aragonesista no tienen otro objeto que combatir la pobreza, combatir la exclusión social y reconstruir los servicios públicos.
Y, desde luego, si combatir la brecha salarial existente entre las mujeres y los hombres es ser radical, yo sí que soy radical, señor Bermúdez de Castro [aplausos]; si denunciar que la subida de las pensiones de las personas mayores es inferior a lo que pagan por los fármacos que consumen, además de tener que estar manteniendo en muchos casos con su pensión a sus hijos y a sus nietos, si eso es ser radical, señor Bermúdez de Castro, yo soy radical; si parecer inaceptable que cincuenta mil aragoneses ganen cuatrocientos euros de sueldo, si no admitir esa realidad es ser radical, yo, señor Bermúdez de Castro, soy radical; si no querer que en Aragón haya ninguna familia sin ingresos para sobrevivir con una mínima dignidad es ser radical, señor Bermúdez de Castro, yo soy radical; si no tolerar la pobreza infantil es ser radical, yo soy radical; si defender el Estado del bienestar es ser radical, yo soy radical; si poner la dignidad y el bienestar de las personas por encima de cualquier otra prioridad política es ser radical, yo soy radical.
Pero yo, a esto, señor Bermúdez de Castro, no lo llamaría radicalidad, lo llamaría decencia [aplausos], y creo que ha sido justamente sobre un planteamiento de recuperar la decencia en la política y en la sociedad aragonesa, creo que ha sido justamente ese razonamiento, ese imperativo de recuperar la decencia lo que ha estado en la base del acuerdo que hemos suscrito las cuatro fuerzas de izquierda representadas en esta Cámara.
Mi programa de Gobierno, señor Bermúdez de Castro, no es sobre un decálogo impuesto por nadie, mi programa de Gobierno lo es sobre la base del programa electoral con el que el Partido Socialista concurrió a las elecciones, y dejé ayer claro, lo dije con absoluta claridad, señor Bermúdez de Castro, que el Partido Socialista no se ha movido un centímetro de su posición tradicional, socialdemócrata y europeísta, una posición que se define sobre tres apoyos absolutamente irrenunciables: la economía social de mercado, la democracia representativa y el Estado del bienestar.
Somos un partido que acepta el cumplimiento del pacto de estabilidad, que entiende que es necesario imprimir a la economía rigor presupuestario, pero que a la vez cree que hay que luchar contra las políticas de austeridad de la Unión Europea porque están conduciendo, sobre todo a los países del sur, a los países mediterráneos, a una especie de callejón sin salida.
Y es verdad que hemos incorporado a nuestro programa electoral muchas medidas procedentes del programa de Podemos, del programa de Chunta, del programa de Izquierda Unida, pero es también verdad, señor Bermúdez de Castro, que buena parte de esas medidas, formuladas de una u otra manera, estaban reflejadas en todos y cada uno de los programas electorales de estas cuatro fuerzas políticas.
La renta social básica la trajimos los socialistas aquí como proposición de ley en el año 2012 y, por supuesto, no cuesta su aplicación la cantidad que usted ha dicho; la hemos calculado muchas veces, y entre el IAI y lo que supondría esta renta social básica no pasaríamos de los noventa o cien millones de euros.
Y seis medidas, seis medidas extraordinarias y urgentes contra la exclusión social, entre las que está combatir los desahucios, combatir la pobreza energética o combatir la pobreza infantil, esa ley de medidas urgentes en la que pueden caber, bien desarrollados, todos los planteamientos que han hecho los partidos de izquierda, esa ley de medidas urgentes fue presentada en esta Cámara hace pocos meses y ustedes votaron a favor de su toma en consideración. Por tanto, mucha radicalidad, mucho disparate, mucho alejamiento de posiciones de moderación en nuestro discurso es difícil que usted las encuentre, salvo que se siga poniendo los anteojos de la proximidad de las elecciones generales y salvo que quiera convertir este debate de investidura en el primer mitin de las elecciones generales del próximo mes de noviembre o diciembre.
Pero ya le dije a usted y les dije a ustedes, señor Bermúdez de Castro, que los aragoneses, los españoles, los ciudadanos en general, hace bastante tiempo que se han declarado incompatibles con el insulto a la inteligencia. Lo dije ayer, lo digo ahora y lo seguiré diciendo a lo largo de toda la legislatura: es fundamental que extrememos, que cuidemos al máximo las cosas que decimos, porque la gente se siente estafada por los políticos desde hace mucho tiempo, porque la gente no tolera más las mentiras electorales, no tolera que un partido político gane las elecciones diciendo que va a bajar los impuestos y los suba todos al mes siguiente de llegar al Gobierno, no tolera, en definitiva, que se comparezca en esta Cámara diciendo que ha bajado la presión fiscal sobre los ciudadanos cuando hoy una familia aragonesa paga setecientos euros más de media que cuando el Partido Popular llegó al Gobierno [aplausos].
Con respecto a la política de pactos, señor Bermúdez de Castro, le puedo decir, por resumir, que nada nuevo bajo el sol. El Partido Popular y el Partido Socialista han intentado siempre de manera legítima y razonable articular alianzas en torno a sí para gobernar en cada momento de la historia democrática.
En 1979, pactaron el Partido Socialista, el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda frente a muchas candidaturas de UCD que habían resultado mayoritarias y fueron pactos que produjeron un gran éxito para la democracia municipal española.
En 1987 y en 1991, en Aragón, ganó con mucha rotundidad, más de lo que ustedes han conseguido hasta ahora, ganó las elecciones el Partido Socialista, y, rápidamente, se pusieron a trabajar el Partido Aragonés y el Partido Popular para gobernar y que no lo hiciera la lista más votada que entonces era, de lejos, el Partido Socialista, y entendemos que aquello era absolutamente legítimo. Más sorprendente nos ha parecido el reciente pacto de la Diputación de Teruel, en la que ustedes, por conjurar cualquier riesgo de que el PAR pudiera tener la tentación de votar con el Partido Socialista, le han dado su apoyo a un presidente que tiene cinco diputados frente a los nueve de ustedes [aplausos], es decir, han preferido perder la dignidad política antes que arriesgarse a que el Partido Socialista pudiera participar en un Gobierno con el Partido Aragonés.
La política de pactos, señor Bermúdez de Castro, es el camino que eligieron los aragoneses el pasado 24 de mayo. Todo el mundo sabía antes de las elecciones, todo el mundo sabía que había únicamente dos caminos, dos posibilidades: o un tripartito o cuatripartito parlamentario de izquierdas o un tripartito de derechas, como mínimo, repito, tripartito.
Estaba claro que las cosas se iban a dirimir en una dirección o en otra y, además, por poca diferencia de votos, como así resultó. Quien lo entendió a la perfección fue la señora Rudi, que aquella misma noche se declaró excluida de la carrera hacia la Presidencia del Gobierno [aplausos] y dejó el campo libre para que fuéramos los socialistas quienes tratáramos de articularla.
Estamos por tanto, señor Bermúdez de Castro, interpretando con rigor la voluntad política generalizada de los aragoneses; si hiciéramos otra cosa, no lo estaríamos haciendo. Si renunciáramos a intentar convertir en Gobierno, para llevar a cabo una serie de políticas fundamentalmente sociales, la mayoría de izquierdas que existe en esta Cámara, estaríamos defraudando a los ciudadanos.
Y, desde luego, me parece un recurso poco sustentado en la lógica que usted hable de que se ha excluido al Partido Popular de cualquier clase de pacto. Señor Bermúdez de Castro, es lo razonable. ¿O es que cuando hace cuatro años el Partido Popular y el PAR pactaron un Gobierno, pactaron todas las comarcas, pactaron las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, nosotros nos rasgamos las vestiduras y dijimos que se estaba tergiversando la democracia? Lo que ha ocurrido, señor Bermúdez de Castro, es absolutamente normal, y así lo tenemos que interpretar.
¿Asistimos a una situación distinta, a una coyuntura política distinta, señor Bermúdez de Castro? Sí, sin duda ninguna. Nunca ha habido siete fuerzas políticas representadas en este Parlamento. Y nunca la estabilidad política ha estado condicionada por más incógnitas, por más interrogantes y por más avatares que puedan surgir en un camino, que es nuevo para nosotros, pero que es también nuevo para ustedes.
Se han acabado —yo creo que por una temporada bastante larga en este país— las estabilidades políticas entendidas a la usanza tradicional, blindadas y cerradas. Pregúntenle, si no, a la señora Cifuentes o a su candidato de Murcia en qué condiciones han aceptado la investidura de sus respectivos gobiernos.
Con los pactos cerrados es verdad que se gobierna más tranquilo, se toma el Parlamento como un puro trámite —que es lo que ha ocurrido en la pasada legislatura— y ya está. Con estos pactos, con los que hemos suscrito para la investidura de un presidente de Gobierno socialista, es verdad que se pone a prueba más la responsabilidad de los suscribientes. Es verdad que se pone a prueba más la envergadura política de cada cual, que, por cierto, en los próximos años, va a estar directamente relacionada con la capacidad para pactar, para dialogar, para entenderse. Y si ustedes, señor Bermúdez de Castro, no entienden que el camino que empezamos a recorrer es distinto y que hay que acometerlo con distintas reglas de juego, es que no han entendido nada y eso será malo para ustedes y será malo para la democracia.
Yo he dicho que este pacto de investidura que hemos suscrito tiende fundamentalmente a la estabilidad social, que es el bien político superior para nosotros. Pero he dicho también que para conseguir esa estabilidad social es absolutamente fundamental ir consiguiendo de manera progresiva estabilidad política y, desde luego, estoy absolutamente convencido de que de la responsabilidad y del compromiso de cada uno de los suscribientes con el cumplimiento de las medidas acordadas, estoy convencido de que esa estabilidad política se alcanzará.
Señor Bermúdez de Castro, hablaba usted de en qué términos se ha producido la relación entre el Partido Socialista y el Partido Popular en la pasada legislatura en cuestión de acuerdos, en cuestión de pactos; y lamento, sinceramente, que no se produjeran más acuerdos y más pactos. Y, desde luego, creo también que la responsabilidad no pudo estar solo en una parte. Estoy absolutamente convencido —y lo pronuncio en términos de autocrítica— de que seguramente la responsabilidad estuvo repartida.
Pero lo cierto es que pudo haber una reforma del Reglamento que no se produjo y no fue porque desde la izquierda se torpedeara la misma. Pudo haber una reforma de la Ley del presidente, pudo haber una ley de autónomos traída por nosotros a esta Cámara, una ley de depósitos bancarios. Pudo haber un pacto por la educación que trajimos en el mes de noviembre, un pacto por la educación tan importante para un asunto tan crucial como la educación y no fue posible porque el Partido Aragonés y el Partido Popular lo rechazaron.
Es verdad que hubo una oferta de pacto en 2013, pero una oferta de pacto al principal grupo de la oposición para pactar los presupuestos, y perdonen ustedes que la califique de propuesta trampa.
Es verdad que por parte de la señora presidenta hubo una propuesta de medidas para la regeneración democrática en el debate de la comunidad del año 2014. Pero, y ya entonces, la calificamos como una especie de conejo sacado de la chistera en los últimos estertores de la legislatura, y cuando hablar de estas cuestiones de la noche a la mañana y sin previo aviso sonaba más a cantinela electoral que a propósito, deliberado y rotundo, de apostar por la regeneración democrática.
Es verdad, señor Bermúdez de Castro, que no hubo posibilidad de avanzar en esa ley de reparto de competencias que ustedes se proponían. Pero no es menos cierto que nosotros trajimos a esta Cámara una enmienda a la totalidad de ese reparto de competencias que ustedes ni siquiera se avinieron a discutir. Nosotros decíamos que las competencias había que repartirlas estrictamente entre la comunidad autónoma y los ayuntamientos. Y decíamos que había que tender a que las comarcas se fueran pareciendo cada vez más a las mancomunidades y estuvieran formadas en su gobierno por los alcaldes de los pueblos.
Y fíjense qué maravilla, llegan las elecciones, llega el programa electoral y el Partido Popular, en vez de reiterar su posición en aquel acuerdo en el que caminó con PAR, Chunta e Izquierda Unida, resulta que va a nuestra posición y copia milimétricamente la propuesta que nosotros habíamos hecho y ustedes habían rechazado en esta Cámara. [Aplausos.]
Yo, señor Bermúdez de Castro, quiero llegar a acuerdos con todas las fuerzas políticas. Yo quiero llegar a acuerdos con toda la sociedad aragonesa. Y me importa mucho su partido, me importa mucho el Partido Popular. No son menos que nadie, por utilizar sus propias palabras, son muy importantes; pero tampoco, señor Bermúdez de Castro, son más que nadie.
Si lo que recibieron ustedes era una herencia, lo que nosotros vamos a recibir es una especie de losa absolutamente insoportable. Hablando de herencias, no sé si en este turno o en el siguiente, o no sé si incluso renunciar a contraponer la visión idílica que de la legislatura pasada ha dado usted con los datos reales. Y no sé si hacerlo porque eso sería tanto como reproducir un debate del Estado de la comunidad que ya tuvimos hace un año en una situación muy parecida a la actual. No sé si hacerlo, porque entiendo que no es para eso fundamentalmente para lo que se ha convocado este debate de investidura.
No obstante, si en su segunda intervención me lo pide, yo no tendré ningún inconveniente en hacerlo, porque en previsión a que usted lo planteara, lo tengo perfectamente formulado y radiografiado.
Por ir a asuntos que tienen más que ver con el contenido de este debate, entro en algo que me parece razonable que a usted le preocupe y a lo que yo debo responder, que es la política fiscal que este Gobierno pretende aplicar y que es responder a la pregunta de cómo vamos a llevar a cabo todo aquello que decimos que queremos hacer.
Nosotros dijimos en la campaña —y lo repetimos ahora— que estamos dispuestos a modificar la estructura fiscal, la estructura tributaria de la comunidad autónoma con la recuperación de impuestos ambientales o con la implementación de otros que hasta ahora no existían. Y en ese sentido, coincidimos absolutamente con Podemos y lo llevaremos a cabo, señor Bermúdez de Castro, en la creación de un impuesto a las grandes hidroeléctricas, que no es justamente lo que va determinar el precio de la energía. El precio de la energía se tiene que determinar por otras vías, se tiene que determinar por otros caminos, se tiene que determinar seguramente poniendo coto a un sector de nuestra economía que ha campado demasiado a su aire y que hay que someter y que hay que embridar, porque en otros países europeos ya lo han hecho y lo han hecho con eficacia.
La financiación va a ser un problema de este Gobierno —eso está absolutamente claro—, pero entiendo que existen fórmulas para mejorarla en los próximos meses. De entrada, en posible pensar, señor Bermúdez de Castro, que al menos en 2015 y 2016 haya una evolución positiva de los ingresos. Eso es absolutamente cierto, pero no soluciona el problema que tiene esta comunidad, porque el desequilibrio fiscal y financiero de la misma es tan grave, es tan acusado que ni siquiera la evolución positiva de los ingresos lo va a solucionar.
Las soluciones hay que buscarlas fundamentalmente en un cambio de política hacia las comunidades autónomas por parte del Ministerio de Hacienda. Nosotros no estamos dispuestos a seguir soportando que como consecuencia del error del Gobierno anterior de no acogerse al Fondo de Liquidez Autonómica, que le ha costado muchos millones de euros a esta comunidad autónoma, además, ahora paguemos las consecuencias porque el Gobierno trata mejor siempre a las comunidades que se acogieron al fondo que a las que no lo hicieron, como fue en nuestro caso. Por cierto, aduciendo que de esa manea preservábamos nuestra autonomía política, al final hemos acabado siendo una comunidad triplemente intervenida.
Otras comunidades autónomas, en estos momentos, tienen compensaciones por haber perdido la aplicación del céntimo sanitario y por haber perdido la aplicación de la Ley de depósitos bancarios. Pues bien, nosotros no cobramos nunca el céntimo sanitario, no cobramos nunca los depósitos bancarios y, además, ahora no cobramos la compensación que otros obtienen por haber aplicado esos impuestos en su momento.
Creemos que hay que renegociar de arriba abajo, y agradezco mucho al señor Campoy y a la señora presidenta que intervinieran para que ayer no se celebrara el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Nosotros entendemos que se tiene que replantear de arriba abajo el reparto del déficit entre las comunidades y el Estado. Se tiene que replantear porque en este momento el Estado prácticamente no se aprieta el cinturón y el cinturón se lo hace apretar de manera absolutamente desconsiderada y absolutamente injusta a las comunidades autónomas, lo cual no es un castigo a las comunidades autónomas, sino un castigo a aquello que gestionen las comunidades autónomas, que es el Estado del bienestar en tres de sus pilares más importantes: en la educación, en la sanidad y en las políticas sociales.
Por tanto, lucharemos de la mano del resto de las comunidades autónomas no gobernadas por el Partido Popular para cambiar el reparto del cumplimiento del objetivo de déficit.
Y trabajaremos activamente para que exista ya un nuevo sistema de financiación autonómico. El actual, señor Bermúdez de Castro, podrá ser injusto, no lo sé, pero lo cierto es que, en este momento, Aragón, en el conjunto de la financiación de las comunidades autónomas, con este infausto sistema de financiación que ustedes tantas veces denuncian, tiene el mismo porcentaje de participación en el conjunto de los ingresos de las comunidades autónomas respecto al Estado que el que tenía antes de este sistema de financiación, el mismo porcentaje de participación. No obstante, es insuficiente. No obstante, hay que revisar el cálculo del mismo. Pero señor Bermúdez de Castro, eso tocaba hacerlo ya este año, en el año 2015, y por razones electorales, por razones de discrepancias entre las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular, el señor Rajoy, en esto, como en tantas otras cosas, ha incumplido sus compromisos y sus obligaciones como gobernante, porque eso no formaba parte de los planteamientos populistas con los que ya está encarando las próximas elecciones generales de final de año.
Señor Bermúdez de Castro, nosotros procuraremos avanzar gestionando bien, gestionando mejor, porque desde luego la gestión de la Hacienda no ha sido el punto fuerte de este Gobierno. No en vano, ha tenido que recurrir la señora Rudi a tres consejeros de Hacienda, que se dice pronto, y, por cierto, el último consejero de Hacienda no ha sido precisamente el peor de los tres. No ha sido la gestión tributaria lo peor que le ha ocurrido a Aragón en estos últimos años, pero creo que ha sido uno de los lunares más importantes de este Gobierno.
Creo que a través de la mejora de la gestión se pueden conseguir beneficios importantes para la financiación, pero, en todo caso, ya le voy a decir algo con total claridad: la prioridad de este Gobierno, del Gobierno que pretendo presidir, estará absolutamente centrada en combatir la pobreza, en combatir la exclusión social y en reconstruir el Estado del bienestar. A eso se aplicaran todos los efectivos, a eso se aplicaran todos los recursos de la comunidad autónoma. Si quedan recursos para otras atenciones, los invertiremos, pero, desde luego, mi Gobierno no hará un solo kilómetro de carretera mientras en Aragón quede una familia que no tenga un ingreso mínimo para sobrevivir.
La renta social básica, que usted me preguntaba en qué términos se va a plantear, si recordara que aquí se planteó ya esa proposición de ley y recordara aquel debate, sabría que es algo perfectamente aplicable y que incluso hay comunidades autónomas en este país que ya lo están haciendo. Precisamente, la mayor parte de las comunidades autónomas de esa España industrial de la que nosotros formamos parte y no por mérito de ustedes, que en materia de políticas sociales están por delante de nosotros. Hablo de Asturias, hablo de Navarra, hablo del País Vasco. Hablo de Asturias, también.
No pretendemos hacer ningún tipo de banca pública. Eso está absolutamente fuera de nuestro alcance competencial y está fuera de nuestra visión y de nuestros propósitos. Pretendemos hacer una agencia para proporcionar crédito público. Esa es exactamente la previsión que nosotros hicimos y que seguramente podría surgir de unir instrumentos ya existentes y de estudiar fórmulas, como, por ejemplo, las existentes en Andalucía, que fueron planteadas también por Izquierda Unida y que Susana Díaz incorporó a su programa de Gobierno y desarrolló y que ha dado muy buen resultado en esta comunidad autónoma.
Dice usted que pactos con los agentes sociales no es ninguna novedad plantearlos porque siempre los ha habido, pero lo cierto es que los agentes sociales no dicen eso. Todos ellos se han congratulado de mi discurso de ayer, porque dicen que por fin se va a reanudar el dialogo social. [Aplausos.]
Dice usted que estamos recalando en el terreno de la insumisión con nuestro planteamiento de paralizar la LOMCE. Nada más lejos de la realidad, señor Bermúdez de Castro. Nosotros pretendemos paralizar la aplicación de la LOMCE en aquellos elementos —pocos, para nuestro gusto— del conjunto de la ley que son competencia de la comunidad autónoma aplicar o no aplicar. Estrictamente esos y, por supuesto, con informes jurídicos y siguiendo un camino de tramitación bastante más completo y bastante mejor planteado que el de ustedes. [Aplausos.]
Habla usted de la TCP. Me imagino que no me pondrá como ejemplo de una buena gestión de la travesía central del Pirineo el último reparto que se ha planteado en los fondos de comunicaciones transfronterizas en Bruselas, en los que la TCP ha recibido setecientos cincuenta mil euros. A este paso, tendríamos que llegar al siglo XXV para llevar adelante la travesía central del Pirineo. No renunciamos, señor Bermúdez de Castro, a la travesía central del Pirineo, aunque he de reconocerle que como los escenarios presupuestarios y los escenarios de la planificación europea la demoran a un futuro creo que más lejano de lo que a ustedes les gustaría y de lo que, a lo mejor, a todos nos gustaría, creo que en los próximos años hay que centrar las actuaciones en infraestructuras en inversiones de menor cuantía y que sean más rentables a corto plazo para la economía de Aragón, como puede ser terminar las comunicaciones internas de la comunidad, la conexión de todas las zonas de la comunidad con las grandes arterias de comunicación y, sobre todo, potenciar la capacidad logística de la comunidad con la conexión ferroviaria a los puertos de Barcelona, de Bilbao y de Valencia.
Habla usted de las obras de regulación. Se lo digo cariñosamente, pero hablarme a mí de obras de regulación y poner en duda mi compromiso con las mismas lo considero casi un insulto —se lo digo cariñosamente y entre comillas, señor Bermúdez de Castro—. Cuando en esta comunidad autónoma, nadie, incluido su partido, apostaba hace quince años por el recrecimiento de Yesa, este que está haciendo uso de la palabra en esta tribuna lo estaba haciendo incluso con la entonces apatía de la alcaldesa de Zaragoza, que no tenía ningún interés en recrecer Yesa, aparte de aspirar a alimentar a la ciudad de Zaragoza de agua procedente de un hipotético recrecimiento de Yesa.
Le puedo decir, señor Bermúdez de Castro, que seguramente nuestra posición en materia hidráulica coincide poco con la de las fuerzas firmantes del acuerdo de mi investidura, pero he decirle también que este partido político al que represento mantiene firme su compromiso con el Pacto del Agua.
Otra cosa es que todo aquello que sea política hidráulica y que vaya más allá de este pacto tenga que ser sujeto a la intervención de los nuevos actores de la política aragonesa. Pero en lo que se refiere al actual Pacto del Agua y a las obras del mismo de Yesa, Biscarrués, Mularroya y demás, la posición del Partido Socialista es exactamente la que era, formulada con la misma contundencia y formulada con la misma precisión.
Y lo mismo le puedo decir en relación con los regadíos y lo mismo le puedo decir en relación con la política de la nieve.
Señor Bermúdez de Castro, me he considerado en la obligación de hacer esta serie de precisiones porque seguro de que el camino que empieza a partir de ahora va a estar más plagado de encuentros entre todas las fuerzas políticas que de discrepancias, es bueno que ese camino empiece liberado de equívocos, de incertidumbres y de malas interpretaciones.
Vuelvo a agradecerle el tono de su intervención, y si en su segundo turno usted plantea cuestiones que requieran más precisiones, con mucho gusto se las hare, pero dentro de ese tono constructivo, que es el que creo que debe de presidir un debate de investidura de esta naturaleza.
[Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el representante del Grupo Parlamentario Popular.
El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Señor Lambán, estoy mucho más leído de lo que usted se puede imaginar, pero bueno, es otro tema del que algún día hablaremos.
Mire, señor Lambán, me extraña mucho que usted se haya traído la réplica escrita. Yo aquí no le he llamado en ningún momento radical de nada. De nada, señor Lambán. Y ayer, yo dije que había pactado con la izquierda radical, no que usted fuera un hombre de izquierda radical. Por tanto, yo le rogaría que en el próximo debate que tuviéramos aquí, tuviera por lo menos..., no sé, que me contestara en función de lo que yo digo, no en función de lo que usted se prepara en casa para ver qué me tiene que decir.
Pero, vamos, dicho esto, mire, señor Lambán, aquí hemos venido hoy a hablar de futuro, y hoy, aquí, usted se ha presentado como candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón, y yo le pido, si no es mucho pedir, que no empecemos a hacer oposición a la oposición, pues, los ciudadanos, esos y aquellos a los que dicen ustedes que no se debe engañar, mentir y tal, no permitirán que se pegue usted —y es aviso a navegantes— toda la legislatura haciendo oposición a la oposición. Y tal como ha sido su intervención, me temo que va a ser así.
Mire, señor Lambán, usted no puede venir aquí, ayer y hoy, y hablar un rato jugando a la oca y otro rato jugando al parchís. O usted está con ellos o está con nosotros, señor Lambán. Usted no puede hacer la mitad del discurso de ayer lanzando guiños a sus socios de Gobierno —ayer solo le faltó por un momento determinado pedir el voto para Tsipras a favor del «no» en el referéndum; fue lo último que le faltó— y otro rato dar la vuelta al tablero y hablar de lo bueno de los pactos, de la necesidad del PP, de la necesidad del acuerdo. Señor Lambán, se lo he dicho antes: nosotros, al interés general, a pactos generales, estaremos allí, señor Lambán, no lo dude, pero usted ha elegido un camino y no puede pretender ser investido con unos votos y buscar una muleta en el Partido Popular para buscar sus acuerdos cuando a usted le convenga. No lo podemos permitir, señor Lambán. Usted ha elegido un camino. Siga ese camino, señor Lambán, y ya buscaremos acuerdos cuando el interés general de todos los aragoneses lo permita. Pero no puede estar un rato jugando al parchís y otro rato jugando a la oca.
Señor Lambán, de impuestos, usted me ha contestado bastante poco, nada. ¿Qué va a hacer con el IRPF, señor Lambán? No me lo ha dicho. ¿Qué va a hacer con sucesiones, señor Lambán? ¿Usted ve justo en el mundo rural el impuesto de sucesiones? Usted y yo venimos del mundo rural, los dos. ¿Ve justo el impuesto de sucesiones? ¿Lo ve justo ciertamente? ¿Qué va a hacer con patrimonio? ¿Qué va a hacer con el impuesto a los tendidos aéreos que tengan las estaciones de esquí? ¿Qué va a hacer con la ecotasa?, ¿la va a poner o no la va a poner, señor Lambán? Dígalo. Es que pide que le votemos y no dice temas claves para nosotros, señor Lambán. Por cierto, quien nos excluyó fue usted en campaña electoral, que dijo usted que nunca pactaría con el Partido Popular. No fue el Partido Popular el que se apartó de un posible pacto con usted. Lea en la hemeroteca, señor Lambán.
Mire, usted habla del impuesto ambiental y del precio de la energía. Usted dice que los ciudadanos no toleran mentiras. Usted sabe perfectamente, señor Lambán, que en lo que depende del Gobierno de Aragón, los impuestos han bajado. Y diga la verdad a los ciudadanos, señor Lambán. Usted ha dicho aquí que no se debe mentir a los ciudadanos. Diga la verdad y diga que en el IRPF hay un tramo nacional y hay un tramo autonómico. Cuando estos días ha hecho la gente la declaración de la renta ve lo que paga en el tramo nacional y ve lo que paga en el tramo autonómico. Y lo que es competencia del Gobierno autonómico, los impuestos en Aragón, señor Lambán, han bajado. Es así, es así de claro.
Señor Lambán, usted, ayer, y usted, hoy, ha lanzado pocas ideas concretas en el ámbito de la economía, señor Lambán, pocas ideas concretas, y se lo digo de verdad. Y es una pena, porque creo realmente que la mejor manera de luchar contra la pobreza, la mejor manera de luchar contra la desigualdad, la mejor manera de luchar contra la pobreza energética, que ya se está luchando y luego se lo diré, es creando empleo, creando riqueza y creando desarrollo, señor Lambán. Y usted, ni ayer ni hoy ha marcado ninguna propuesta concreta para reactivar la economía de esta comunidad autónoma, señor Lambán. Díganos qué va a hacer en el ámbito de la economía, díganos qué va a hacer. No lo ha dicho, no lo ha dicho.
Por cierto, pobreza energética. Aquí, el 21 de noviembre del año 2013, se aprobó una PNL por unanimidad, una PNL que presentaron ustedes y Chunta Aragonesista, y se hizo un estudio por parte del CIRCE, ¿verdad, señor Aliaga?, que usted lo sabe bien. Se estimó que había mil trescientos hogares aragoneses en pobreza energética, se estimó que había siete mil doscientos en situación de vulnerabilidad, y a raíz de eso, se han destinado casi cuatrocientos mil euros este último año para ayudar a esa gente. Por tanto, hay cosas que se están haciendo en nuestra falta de ética política para luchar contra la pobreza y todas esas frases pomposas que dice usted de vez en cuando.
Habla usted de financiación autonómica. Pues, bienvenido al club, señor Lambán, bienvenido al club. No, no, sí, señor Lambán, bienvenido al club. ¿Cuántas veces en esta tribuna hemos dicho que hace falta una financiación autonómica justa? ¿Cuántas veces? Lo decimos ahora y lo decíamos en el año 2008, y ustedes, en el 2008... Señor Sada, usted estaba sentado en tercera fila, y calladicos todos cuando se aprobó la financiación autonómica. [Aplausos.] En el año 2008, el Partido Socialista de Aragón lo apoyó a pies juntillas. Señor Lambán, lea en la hemeroteca, señor Iglesias y usted. No es bueno enfrentarse a Madrid para pedir una mejor financiación autonómica. Lo dijeron ustedes, señor Lambán. Nosotros, no tenga ninguna duda, gobierne el Partido Popular en Madrid o quien gobierne, les ayudaremos y les apoyaremos para conseguir una financiación autonómica justa. Nosotros, si gobierna el PP y no es una buena financiación autonómica en Madrid la que se apruebe, nosotros les apoyaremos a ustedes, señor Lambán. No tenga ninguna duda. El interés general por encima por encima del interés partidista.
Usted, ayer, decía que Aragón estaba intervenido. Tal cual lo dijo. Pero si ha dicho ahora mismo que con el FLA no entramos porque seríamos intervenidos. Usted dice un rato una cosa, otro rato otra, luego se contradice. Aragón no está intervenido, señor Lambán, y si Aragón llega a estar en el FLA —se lo puede decir el consejero Campoy—, hubiera estado intervenido, señor Lambán.
Le pido que con el modelo territorial se aclare de una vez, señor Lambán. Estos días, preparando el debate, he leído bastante de usted. Todo bueno, no se crea usted que hay nada raro por ahí. Señor Lambán, usted era el máximo defensor... Ayer me decía un compañero suyo de la diputación provincial, que usted que ha mamado de la Diputación Provincial de Zaragoza no puede usted renunciar a ella ahora, señor Lambán. Diga el modelo territorial que tienen para Aragón claramente, claramente, señor Lambán: ¿qué hacemos con las diputaciones, qué hacemos con las comarcas y qué hacemos con los ayuntamientos? Y pongámonos a hablar. Aquí hay diputados de la anterior legislatura; estaban todos en la ponencia de cambio de las competencias en entidades locales. La señora Vaquero, creo que también estaban el señor Soro y el señor Briz y alguno más. Señor Lambán, se abstuvieron en todas las votaciones, bloquearon sistemáticamente esa comisión, señor Lambán. Sí que fue así, señor Lambán, bloquearon sistemáticamente esa comisión y no quisieron llegar a ningún pacto. Y si hubiéramos llegado a un pacto en esa comisión —señor Sada, usted lo sabe perfectamente, la bloquearon constantemente, y se pueden mirar las actas, todo abstenciones—, hubiéramos conseguido que en el 2015 hubiera habido ya un reparto competencial y unas Administraciones más justas, más pequeñas, más normales y más eficientes. Y ustedes no quisieron, señor Lambán. [Aplausos.]
En comunicaciones. Mire, en comunicaciones, yo creo que Aragón no se merece en la TCP —y permítame la expresión— coñas, ese tipo de afirmación, señor Lambán. Sobre todo porque usted sabe mejor que nadie que la TCP es un proyecto a largo plazo, a muy largo plazo. Y sabe perfectamente, señor Lambán, que el Plan Juncker es un plan a diez años, señor Lambán, y no puede decirlo con desdén, usted que dice que no hay que mentir a los ciudadanos, porque de eso no ha dicho toda la verdad. Porque sabe que el Plan Juncker es un plan a diez años y sabe usted perfectamente que en el Plan Juncker no entraba la TCP porque no podía hacerse, señor Lambán. Yo le pido que siga manteniendo con fortaleza la TCP, le digo que vaya a Bruselas y defienda la TCP y que enmiende la plana a lo que hizo el ministro Blanco hace unos años, señor Lambán. Es una alternativa fundamental para el desarrollo de Aragón, fundamental para el desarrollo de este país y, como hemos dicho alguna vez, una pieza de seguridad, aunque al señor Madrigal no le gusta, para el futuro de nuestro país que Aragón tenga una salida, una travesía rápida por el Pirineo central.
Con respecto a la educación, señor Lambán, en ese aspecto, ustedes hacen un principio de insumisión con respecto a la LOMCE. Sí, señor Lambán. Yo creo —se lo digo de verdad— que en educación hace falta un gran pacto. Yo también lo pienso. Nosotros, a principio de la anterior legislatura, la señora Serrat y el señor Oliván hicieron unas mesas para intentar llegar a un gran pacto por la educación en esta comunidad, señor Lambán, y no nos ayudaron nada. Creo, sinceramente —de verdad se lo digo—, que es necesario que todos los agentes lleguen a un acuerdo, pero también veo necesario, señor Lambán, que se cumpla la ley. ¿Qué imagen damos a los ciudadanos si un Gobierno autónomo incumple una ley orgánica, señor Lambán? Como dijo el otro día el señor Dolado, «Una ley orgánica se deroga con otra ley orgánica», pero un Gobierno autónomo tiene la obligación, por ejemplo, por dar ejemplo a sus ciudadanos, de cumplir las leyes.
Y, señor Lambán, una pregunta que antes no le he hecho: ¿qué opina de la concertada? ¿Qué va a pasar con la concertada en Aragón? ¿Qué va a pasar con los más de sesenta mil aragoneses que optan cada año por llevar a sus niños a la educación concertada? Sabe perfectamente que, históricamente, en esta comunidad, han convivido perfectamente con dinero público las dos educaciones. ¿Qué va a pasar? Y no lo digo por usted, lo digo por sus compañeros de camino. ¿Qué opinan ustedes de la concertada y dónde va a ir la concertada y las vías en esta comunidad?
Señor Lambán, usted puede decir lo que quiera, pero en el pacto con Izquierda Unida pone negro sobre blanco, que eso es un banco público, señor Lambán. Usted puede decir aquí que no, nos puede contar historias, pero si usted a Avalia, Sodiar y Suma Teruel suma ciertas cosas, eso es un banco público, señor Lambán, dígalo así de claro. Prestar, ser un prestamista, prestar dinero directamente desde un organismo autónomo del Gobierno de Aragón es un banco, señor Lambán. ¿Es necesario de verdad? En Aragón —y usted lo sabe mejor que yo—, somos un ejemplo de cómo están las entidades financieras ahora en nuestra comunidad, somos de las pocas comunidades que tenemos la suerte de tener un banco propio como es Ibercaja. ¿Cree necesario de verdad, con todos los acuerdos que tuvieron sus gobiernos y nuestro Gobierno con entidades financieras, cree necesario de verdad que exista una banca pública en Aragón? Yo, de verdad, no.
El tema del agua. Ha dicho alguna inexactitud y veo a alguno que está mirando mucho ya por este tema. Mire, señor Lambán, sus dos compañeros de viaje se manifiestan claramente en contra de las obras de regulación, claramente en contra, legítimamente, yo no digo que no, ¿eh?, legítimamente.
Al señor Soro lo va a tener sentado a su derecha o a su izquierda en el Consejo de Gobierno, y su partido, el del señor Soro, ha sido el que más radicalmente en contra ha estado con el recrecimiento de Yesa. Yo he sido concejal en Huesca y he compartido muchas horas y muchas conversaciones con Miguel Solana, un buen amigo de Artieda, y ellos se han manifestado absolutamente en contra del recrecimiento de Yesa, y usted va a tenerlo de compañero todos los días en su Consejo de Gobierno, y con ese señor, que me merece todo el respeto del mundo, va a tener que pactar los presupuestos año a año. ¿Cree sinceramente que el Gobierno de Aragón se va a mantener firme en la defensa de Yesa con un consejero que está absolutamente en contra de una obra fundamental para Aragón?
Le digo más, en el Grupo de Podemos, hay otra persona que, legítimamente, como es Marta de Santos, ha defendido que en su pueblo no haya un embalse. Yo no comparto en nada su postura, la respeto absolutamente, pero no la comparto en nada.
¿Usted cree de verdad, señor Lambán, que no le va a afectar en nada en su negociación presupuestaria, en su negociación para la estabilidad del Gobierno, tener a esa persona absolutamente en contra en un tema absolutamente fundamental para Aragón, señor Lambán?
Y cuando dice usted que hay que decir la verdad a los ciudadanos, ¡dígala!, porque quien paralizó Yesa fue la ministra Narbona, señor Lambán, dígalo, o sea, no puede decir aquí que hay que decir la verdad a los ciudadanos y no puede hacer lo contrario. La primera piedra se puso en el año 2003 y fue paralizado después. Hace quince años, en el año 2000, todos estábamos a favor de Yesa, y sería hace veinticinco cuando solamente estaba usted, pero hace diez años estábamos todos a favor de Yesa.
Señor Lambán, y voy acabando ya, por supuesto que su pacto es legítimo; léase mi discurso, porque no lo he puesto en duda en ningún momento, en ningún momento. Su pacto es absolutamente legítimo, tiene todo el derecho de juntarse con quien quiera usted para ser presidente de Aragón, pero lecciones de la trayectoria de todos los grupos en este Parlamento en los últimos treinta años, señor Lambán, no me puede dar muchas, no me puede dar muchas, porque cada uno tiene su historia y su memoria.
Usted, señor Lambán, tenía la obligación —lo digo con sinceridad y con normalidad— de haber traído aquí un programa de gobierno para cuatro años, pactado y firmado por todos, porque es la manera de dar estabilidad a un Gobierno, y ha traído tres documentos que están en la página web: uno, un decálogo de diez medidas, donde, al parecer, lo más importante es la Televisión Aragonesa, por cierto; una propuesta, creo, de treinta y cinco o de treinta ocho medidas, treinta y cinco medidas, y otro documento de cuarenta y tantas medidas, que las unas se contradicen con las otras, que uno pide becas a partir de dieciocho mil, otro a partir de dieciséis mil... Oiga, ¿no hubiera sido más normal, señor Lambán, por la estabilidad de la comunidad, que hubiera traído, con la normalidad que eso da, un pacto para cuatro años, un cuatripartito, con normalidad, señor Lambán?
Porque aquí, la pregunta del millón: ¿Podemos es Gobierno u oposición? ¿Qué es Podemos, Gobierno u oposición? Oposición, oposición. Claro, tenemos claro que CHA e Izquierda Unida son... —gracias por aclarármelo—, CHA e Izquierda Unida son Gobierno. Entonces, ¿qué apoyo constante...? Izquierda Unida, ¿tampoco, señora Luquin? Pues, entonces, son veinte parlamentarios solo. ¿Qué apoyo tiene usted constante en esta Cámara, señor Lambán? A mí eso me preocupa, como aragonés y como persona que quiero que mi comunidad crezca.
Acabo ya, hablando de pactos —señor presidente, son dos minutos— y una breve salida. Señor Lambán, no ha dicho tampoco la verdad en el tema de los pactos. Señor Lambán, le he dicho ya el tema de las competencias administrativas. Señor Lambán, el pacto de regeneración creo que era bueno sinceramente que nos hubiéramos sentado hace seis meses, de verdad, y hubiéramos llegado a un acuerdo, señor Lambán.
En el discurso de ayer, ha desaparecido ya la necesidad o no de qué hacemos con esta Cámara, si ponemos más o menos diputados. Ha desaparecido el aforamiento de los diputados del discurso. ¿Ya no queremos quitar el aforamiento? Ayer no dijo usted nada en el discurso. La Ley electoral, en el discurso, ¿la vamos a modificar o no?
Es decir, eso sigue estando en la calle, señor Lambán, siguen los ciudadanos pensando que eso es necesario, y ahí, sí que nosotros estaremos para..., estamos sentados en la misma mesa que hace seis meses y no vino nadie. Ahí les estamos esperando.
Señor Lambán —acabo ya—, le pido que confíe en esta tierra, que confíe de verdad en esta tierra, que se quite ese halo de tristeza que ayer desprendía en algún momento en su discurso, que esta tierra no va mal, de verdad, señor Lambán, que esta tierra es de oportunidades y está creciendo, y se va a convertir de verdad en una de las comunidades con mayor futuro de nuestro país.
Salga fuera de Aragón, señor Lambán, que sale, y pregunte por Aragón, y Aragón tiene una buena imagen fuera de España, Aragón tiene muchas oportunidades.
Señor Lambán, su éxito como presidente será el éxito de todos los aragoneses y su fracaso será el fracaso también de todos ellos.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor candidato.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente, señoras y señores diputados.
Señor Bermúdez de Castro, ha terminado su intervención con una frase que suscribo absolutamente: dice usted que «Aragón se va a convertir en una tierra de grandes oportunidades»; a partir de ahora, justamente, porque no lo ha sido hasta ahora.
Habla usted insistentemente de estabilidad política desde un concepto de la política que ya no está vigente en este momento a la luz de los resultados electorales que han arrojado las urnas en, prácticamente, todas las comunidades autónomas y que presumiblemente arrojarán las urnas también en las próximas elecciones generales, que, desde luego, administrando los resultados con los criterios que usted parece que es incapaz de administrar si no es de otra manera, administrándolos como usted cree que hay que administrarlos, será imposible formar gobiernos y formar mayorías parlamentarias.
Ustedes han tenido una estabilidad política —usted habla de estabilidad política—, pero ha sido una estabilidad política que ha generado inestabilidad social, y nosotros queremos una estabilidad política condicionada a la existencia de estabilidad social productora de estabilidad social. Para eso, justamente, es para lo que queremos la estabilidad política, no como un fin en sí mismo, sino como un instrumento para conseguir estabilidad social. Y le he dicho antes que en el sentido de la responsabilidad de los cuatro firmantes del acuerdo, estoy absolutamente convencido de que esa estabilidad política se va a dar.
Yo quería decir por qué no se avanzó en el pacto de regeneración que se propuso hace ahora más o menos un año. Primero, porque era oportunista, era un conejo sacado de la chistera a última hora y de manera mal planteada, desde nuestro punto de vista, pero lo que nosotros hicimos fue plantear un par de condiciones que era bastante razonable que se plantearan para acometer ese pacto por la regeneración.
Primero, que los consejeros del Gobierno dejaran de cobrar sobresueldos del partido al que pertenecen y, segundo, que se avanzara en la reforma del Reglamento de las Cortes. Ustedes no accedieron a ninguna de esas dos cosas y, por tanto, no hubo forma de avanzar en ese pacto de regeneración que ustedes, a destiempo y como un conejo de la chistera, proponían.
De reforma electoral, no sé si habla en alguno de los acuerdos. El Partido Socialista no necesita hablar de reforma electoral porque desde la Conferencia Política del año 2013 hay un compromiso del Partido Socialista para producir esa reforma electoral e ir a listas desbloqueadas, y eso figurará en el programa del Partido Socialista de las elecciones generales y con eso adquiero hoy un compromiso desde ahora mismo.
Señor Bermúdez de Castro, en otras cosas sí, pero en política hidráulica, yo, la verdad es que muchas lecciones no admito, pero más que nada porque he invertido muchas horas de mi vida política en todo lo relacionado con la política hidráulica. Es inexacto —ni siquiera le voy a decir que sea mentira—, señor Bermúdez de Castro, que la señora Narbona paralizara Yesa. Cuando el Partido Socialista llega al Gobierno en el año 2004, Yesa está paralizada por una serie de litigios jurídicos que tienen la obra paralizada literalmente en los juzgados, y lo que hace el Partido Socialista es, primero, desatascarla en los juzgados a través de un nuevo pacto político que supuso la rebaja de la cuota, y, segundo, seguir invirtiendo. De manera que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero —y puede usted pedir los datos correspondientes— invirtió en Yesa más de lo que lo ha hecho en estos cuatro años el señor Rajoy.
Es verdad que existen discrepancias entre Chunta, Podemos y nosotros en relación con las obras hidráulicas, pero son discrepancias admitidas desde el principio tanto por ellos como por nosotros. Pero no deja de ser cierto que entre ustedes y el Partido Aragonés, que son el adalid, la maravilla llevada a sus últimas consecuencias en cuanto a estabilidad política, en las últimas Cortes vimos varios desacuerdos, y no sé qué ha ocurrido exactamente en Teruel con la PAC porque lo cierto es que no ha habido precisamente un gran acuerdo entre el Partido Aragonés y el Partido Popular en torno a esta cuestión. [Aplausos.] Por cierto, ahora, el presidente de la Diputación de Teruel, que lo es con cinco diputados de veinticinco, que ya es tener osadía, valentía y arrojo [rumores], el presidente del PAR de la Diputación de Teruel está hablando de venir a pedirnos al Gobierno de Aragón que se constituya a partir de mañana que combatamos la PAC. Y ¿por qué no se lo dice a su socio de gobierno del Partido Popular, que es quien realmente aprobó esta PAC y que se ha asociado con él para gobernar la Diputación de Teruel? [Aplausos.]
Señor Bermúdez de Castro, vuelvo a tener la tentación otra vez, ya que usted insiste en dejarnos una especie de testamento luminoso de lo que ha sido el Gobierno por parte de ustedes, vuelvo a tener la tentación de recurrir a mi chuleta, que esa sí me la he preparado en casa, se lo confieso, y relatarles a ustedes cómo está exactamente la comunidad autónoma en este momento y cómo estaba hace cuatro años. De manera resumida, sí que se lo tengo que decir por fuerza.
Hay más paro, hay más gente sin trabajar, hay menos puestos de trabajo efectivos, hay un trabajo de bastante peor calidad, más precario, más temporal.
Los servicios públicos se han reducido en un 30% en cuanto a asignación presupuestaria. Este año, la Comunidad Autónoma de Aragón es la única que reduce presupuestos en sanidad y en educación, la única, no la que más, la única, las demás lo aumentan.
La Comunidad Autónoma de Aragón es la porcentualmente más ha aumentado su deuda en los cuatro últimos años, exactamente la ha duplicado
Seguimos fuera del cumplimiento del déficit, estamos por encima de la media en incumplimiento de déficit. Llevamos tres años seguidos y este año me temo lo peor porque ustedes se las apañaron en el último trimestre del año 2014 para demorar gastos para el año 2015, camuflar así el déficit del año anterior. Y esto lo vemos con toda claridad cuando vemos que, en el primer trimestre del año 2015, el capítulo II de la Comunidad Autónoma de Aragón se ha ejecutado justamente el doble que el resto de las comunidades autónomas [aplausos], lo cual quiere decir que ustedes nos han hecho alguna clase de trampa. Se lo digo entre comillas y se lo digo en un tono de quien entiende que se va a tener que arremangar para solucionar el desaguisado que en todas estas materias nos van a dejar ustedes.
El producto interior bruto aragonés ha bajado en Aragón más que en el resto de las comunidades autónomas en estos cuatro años, y de eso se deriva que los ingresos hayan bajado más que en el resto de las comunidades autónomas.
La Cámara de Cuenta les infligió a ustedes un correctivo severísimo en el año 2013, les dijo que habían gestionado con ilegalidad; les dijo que habían utilizado endeudamiento para pagar gasto corriente; les dijo que habían utilizado el Plan Impulso, esa especie del que pensamos en un momento determinado que podía ser la gran solución para el desempleo en Aragón, pero que al final se demostró que era otro conejo de la chistera, el Plan Impulso lo utilizaron para pagar fraudulentamente a maestros y médicos. Esta es la herencia, señor Bermúdez de Castro, que ustedes nos dejan, que, como le decía en mi primera intervención, no es una herencia, sino que es una losa con todas las consecuencias.
Señor Bermúdez de Castro, no es una cuestión de que nosotros queramos optar entre ellos, decía usted, y ustedes. Nosotros hemos optado por ellos, con toda claridad, hemos optado por ellos, y nosotros queremos constituir un Gobierno sobre la base de un gran pacto con la izquierda, de eso no tenemos ninguna duda. Otra cosa es, señor Bermúdez de Castro, que, a partir de un gran acuerdo con la izquierda, queramos hacerlo con toda la sociedad aragonesa, incluidos ustedes si es que ustedes —y estoy absolutamente convencido de que así será— tienen una buena predisposición hacia los pactos, hacia los grandes acuerdos.
No queremos que ustedes sean nuestra muleta, en modo alguno. Espero que ustedes tengan como vocación de ser algo más que ser la muleta de nadie. Sé que tienen previsto resolver su problema de liderazgo, una vez que la señora Rudi ha anunciado que va a dejar de presidir el Partido Popular. No sé exactamente quién será el líder, tendremos que esperar a quién es el nuevo líder del Partido Popular en Aragón para saber exactamente con quién tenemos que hablar, pero, entre tanto, nos atendremos a la situación que ustedes nos ofrecen y hablaremos con usted.
Y con usted hablaremos, señor Bermúdez de Castro, ya que usted insistía en ello, con usted hablaremos del modelo territorial, que es algo que nosotros hemos expresado con absoluta claridad. ¿Qué modelo de diputación queremos? Una diputación que se dedique a asesorar a los ayuntamientos, a prestar servicios a los ayuntamientos y que elimine determinadas pautas de funcionamiento que han caracterizado la gestión de los dos últimos presidentes, que creo que fue y estuvo acorde con los tiempos que entonces se vivían y que creo que en estos momentos se tienen que aprestar en otra dirección a servir a los ayuntamientos de una manera distinta.
Creo que las comarcas, señor Bermúdez de Castro —claro, luego, como no atiende lo que le digo, no sabe exactamente lo que le estoy diciendo— [rumores], que también hemos expresado con claridad lo que queremos que sean las comarcas. Queremos que sean comarcas como tales porque así lo define el Estatuto, pero queremos que tiendan a ser una agrupación voluntaria de municipios regidas por alcaldes, lo hemos dicho con absoluta claridad. Y queremos que las competencias se distribuyan exclusivamente entre la comunidad autónoma y los ayuntamientos. Ese es nuestro modelo, ese fue el modelo que trajimos a estas Cortes, ese fue el modelo que ustedes rechazaron y que luego incluyeron en su programa electoral.
De impuestos, señor Bermúdez de Castro —los expresamos con claridad en la campaña electoral y lo hemos hecho aquí esta mañana otra vez—, no queremos modificar la estructura impositiva de esta comunidad, al menos por ahora, salvo en lo que se refiere a los impuestos ambientales, y en concreto con la creación de un impuesto a las hidroeléctricas. Y espero que seamos capaces de cumplir con nuestra promesa, porque ustedes no han cumplido: dijeron en 2011 que suprimirían el impuesto de sucesiones y donaciones y no lo han suprimido, señor Bermúdez de Castro. Una cosa es predicar y otra cosa es dar trigo.
Señor Bermúdez de Castro, habla usted de que bienvenidos al club de los defensores del cambio de financiación autonómica, eso me ha dicho, que bienvenidos a la financiación autonómica. ¿Ya no se acuerdo ni de lo que ha dicho? [Rumores.] [Pausa.] Señor Bermúdez de Castro, ¡si llevamos un año diciéndoles que en 2015 toca revisar el sistema de financiación autonómica y ustedes no lo han revistado porque el señor Rajoy no se ha atrevido a plantear la revisión! ¡Si tocaba hacerlo y ustedes no lo han hecho! [Aplausos.]
Al fondo de liquidez autonómica, la señora Rudi se opuso a entrar porque entendía que eso significaba pasar a estar intervenidos, esa era la explicación oficial. Y resulta que hemos sido aquello y apaleados porque resulta que no nos hemos beneficiado del fondo de liquidez autonómica y al final hemos sido intervenidos, y no una vez, sino tres. Y, de hecho, esta comunidad autónoma no puede dar un paso sin consultarlo y sin pedirle permiso al señor Montoro.
La travesía central del Pirineo no ha desaparecido de nuestro programa, no ha desaparecido de nuestro horizonte, no ha desaparecido de nuestras pretensiones de futuro. Al parecer, ha desaparecido absolutamente de las del Gobierno de España. Y no es una distribución de fondos Juncker a lo que se ha procedido recientemente, señor Bermúdez de Castro, se ha procedido a una distribución de fondos para comunicaciones transfronterizas, y, ahí, los ejes del Cantábrico y del Mediterráneo se han llevado cientos de millones de euros y la travesía central del Pirineo se ha llevado setecientos cincuenta mil.
Y no insista —me temo que eso va a ser un mantra de cara a los próximos meses—, no insista con nuestra insumisión en relación con la aplicación de la LOMCE. No es ninguna insumisión, vamos a hacer lo que han hecho otras comunidades autónomas, que es utilizar el escaso margen que da la ley orgánica a las comunidades autónomas, utilizar solo ese margen y aplicarlo, sin trasgredir en absoluto la ley, que, eso sí, ya se lo digo, pretendemos modificar en cuanto haya una mayoría parlamentaria distinta de la actual. Porque lo que ocurre, señor Bermúdez de Castro, es que ustedes, que tanto hablan de pactos, han sido los causantes de que en este momento en España no haya un pacto por la educación. [Aplausos.] Gabilondo, el ministro Gabilondo estuvo a punto de alcanzar un pacto, toda la comunidad educativa, todas las fuerzas políticas, todas las fuerzas sociales estaban de acuerdo con el pacto. ¿Sabe qué fuerza política impidió que se llegara a ese acuerdo —y ese es el heroísmo? El Partido Popular. Y luego, el Partido Popular hizo la LOMCE de la mano del infausto señor Wert y lo hizo en exclusiva, con la oposición de todas las fuerzas políticas. Por lo tanto, creo que le prestamos un servicio impagable a la democracia, a la limpieza y creo que le prestamos un servicio impagable a la propia educación si lo que hacemos en cuanto celebremos un consejo de gobierno es paralizar la ejecución de la LOMCE en aquello que afecta al tramo autonómico competencial.
Le insisto en que, en relación con que la comunidad autónoma se implique en la financiación de las empresas, no queremos ir más allá de una medida que plantea aquí Izquierda Unida y que planteó también en Andalucía y que no me parece precisamente sinónimo de una banca pública.
Y le podría seguir relatando y hablando de cualquier medida de gobierno que ustedes quieran plantear, pero insisto en que creo que no es ese el formato de un debate de esta naturaleza. Entiendo que ustedes estén todavía recomponiendo la figura después de perder el Gobierno, eso pasa siempre, lo sé por experiencia porque a nosotros nos pasó hace cuatro años. Entiendo que ustedes estén en este momento presos de la incertidumbre que supone no saber quién será el líder del Partido Popular en los próximos años. Entiendo que, durante unos meses, tendremos que tenerlos aquí y los acogeremos con cariño [rumores], tendremos que acogerlos aquí restañando sus heridas, haciendo intervenciones en las que van a tratar de preparar las elecciones generales.
Entiendo que tendremos que ser otras las fuerzas políticas que le den el tono a este Parlamento, pero estoy absolutamente convencido de que llegará un momento en el que ustedes habrán recompuesto la figura, sabrán a lo que juegan, tendrán un proyecto nuevo, porque el proyecto con el que han funcionado en los últimos años está absolutamente superado por la sociedad, y estoy absolutamente convencido de que, a partir de ese momento, ustedes podrán ser el actor político que debe ser quien representa a tantos ciudadanos como ustedes, quien, en definitiva, ha tenido un papel importante en la historia política de este país en los últimos años y que tiene que seguir teniéndolo en el futuro. De eso, yo no tengo ninguna duda. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el grupo político del Partido Aragonés, don Arturo Aliaga.
El señor diputado ALIAGA LÓPEZ: Gracias, muchas gracias, señor presidente.
Señorías, desde esta posición, para mí novedosa y nueva, como portavoz del Partido Aragonés... nueva no por diputado. También me sumo a las palabras del señor Bermúdez y a las de otros de dar la bienvenida a los diputados que se incorporan con nosotros para compartir una experiencia que no a va a dejar de ser apasionante, lo ha sido, tiene que ser de trabajar por los aragoneses.
Comparezco en estas Cortes en nombre del Grupo Aragonés con el fin de fijar nuestra posición en relación con la investidura del candidato del Grupo Socialista, señor Lambán, como nuevo presidente del Gobierno de Aragón.
La decisión de los aragoneses y la aritmética parlamentaria han determinado en estos momentos que el Partido Aragonés ocupe hoy una posición política diferente, diferente de la que hemos ocupado durante los veinte últimos años, con la misma dignidad la vamos a ocupar, con la misma dignidad y con buen humor, espero, y para que desde esta nueva situación defienda y promueva las propuestas, en primer lugar, que nuestros electores nos han encomendado. Con ese espíritu y con auténtica vocación de servicio iniciamos hoy nuestra andadura en esta novena legislatura en las Cortes de Aragón.
Una posición política bien conocida y reconocida que discurrirá, ya les anticipo, entre la moderación, sin frentismos, evitando las brechas sociales o políticas y, como no podría ser de otra manera, buscando donde se pueda, donde sea posible un amplio consenso en todos los asuntos que abordemos, de modo tal que podamos alcanzar acuerdos que desde un centro político de amplia base permitan, que es nuestro objetivo, mejorar la calidad de vida de los aragoneses y trabajar por el futuro de Aragón, más allá de confrontaciones, prescindiendo de los dogmatismos y de los grandes bloques ideológicos de izquierdas y derechas, desde el centro, trabajando por Aragón y por los aragoneses.
El Partido Aragonés, en sus casi cuatro décadas de existencia, ha sido y aspira a seguir siendo una formación al servicio de la gobernabilidad ya que solo desde una estabilidad institucional es posible acometer la defensa de los intereses de Aragón, que son los de los aragoneses. Un partido que ha sido leal no solo con los socios —hemos gobernado con el Partido Popular, hemos estado con el Partido Socialista—, sino también con España, hemos sido leales con España, de la que nos sentimos orgullosamente parte por convicción, por tradición y por historia, un partido que se fundó en el año setenta y siete.
Que nadie nos espere en aventuras rupturistas ni en el fomento de la confrontación ni de la crispación: no les debe caber la menor duda, allí no vamos a estar. Pero ello no significa que renunciemos a la legítima aspiración de obtener para Aragón las máximas cotas de autogobierno, la defensa de nuestro Estatuto y las competencias pendientes como figuran en nuestro Estatuto de Autonomía. Porque, para Aragón, autogobierno, la autonomía, la época reciente de la historia de Aragón va unido siempre al progreso y a la mejora de la calidad de vida de los aragoneses. Ni más ni menos autogobierno que lo que marca nuestro Estatuto, que, por cierto, fue aprobado con un amplio respaldo de este arco parlamentario.
Hoy, tras durísimos años de crisis, en los que hemos tenido responsabilidades de gobierno, podemos afirmar que Aragón y España han vuelto al crecimiento, que ha de ser prolongado para que la mejora de los ingresos públicos sea una realidad y se consolide. Es preciso que dicha mejora en los ingresos públicos se traslade a todos y cada uno de los aragoneses y alejar los fantasmas de un retorno a un proceso de deterioro como el que hemos vivido. Los aragoneses y los españoles hemos pagado un alto precio para corregir los problemas que la crisis ha traído y ahora, que empezamos a conocer los primeros datos positivos de nuestra economía, es necesario dotar de estabilidad, equilibrio presupuestario y prudencia en el gasto a nuestras instituciones. Retornar a una política de gasto y endeudamiento desmesurado, despreciar el equilibrio presupuestario reconocido en nuestra Constitución con el apoyo mayoritario de estas Cortes significaría abrir ante los ciudadanos un abismo aún peor que lo que ya hemos pasado.
Hemos de ser capaces de conciliar esa mesura con la atención a los que más están sufriendo las consecuencias de la crisis. No podremos decir que hemos superado la crisis hasta que recuperemos las tasas de empleo del año 2007 —que después las recordaré— y tengamos la certeza de saber que a todos los hogares de Aragón llega al menos un salario digno.
Nos sentimos en la obligación de hacer una política pegada al suelo, en permanente contacto con los aragoneses, de constituirnos en altavoz de los mismos e intentar traer a estas Cortes y plasmar en la acción legislativa sus legítimas demandas y aspiraciones. Queremos ser, el Partido Aragonés quiere ser la voz de las clases medias de Aragón, que esperan verse representadas en estas Cortes desde las políticas de centralidad, moderación y progreso.
En el Partido Aragonés vemos con preocupación el desapego de los aragoneses hacia sus instituciones y hacia la clase política en general, con mucha preocupación. Hemos iniciado un proceso de renovación y hemos tomado cumplida nota de esta situación. Hemos renovado nuestras estructuras como partido, nuestros cuadros. Hemos procedido a dotarnos de unas normas internas generales rigurosas que van más allá del formalismo y que incluyen todo un código de transparencia y ética en la actuación diaria de la formación. Pero la transparencia, con ser esencial, es en sí misma insuficiente si los órganos e instituciones encargados de velar por la estricta legalidad siguen vinculados en la elección a las fuerzas políticas a las que han de vigilar.
Por ello, pretendemos traer a esta Cámara una iniciativa que revise la forma de elección de la Cámara de Cuentas, que permita que sus componentes sean solo miembros de los cuerpos de interventores de las administraciones públicas, sin adscripción o vinculación política. Serán ellos, el Cuerpo de interventores, quienes propongan ante estas Cortes la lista de candidatos ante esta Cámara. Dicha reforma deberá contar con el más amplio respaldo posible. Junto a ello será necesario, lógicamente, dotar de más medios y facultades a este organismo de control.
Propone el candidato en su discurso la creación de una oficina de lucha contra la corrupción, el clientelismo y el despilfarro. Muchas de las funciones descritas en los acuerdos que ha suscrito, por no decir todas, son perfectamente asumibles por la Cámara de Cuentas nueva de Aragón. La creación de nuevos órganos administrativos conlleva necesariamente la dotación presupuestaria y de personal de los mismos. Habiendo ya un organismo con dicha capacidad, este sería el primero de los despilfarros que se pretenden, presuntamente, evitar. Por ello, la coherencia es algo más que un adorno en un gobernante. Mal funciona esta comunidad si ya de entrada desconfiamos de nuestra propia Intervención General, de nuestra fiscalización previa, de los propios controles financieros de que dispone la hacienda autónoma o también, por qué no, ¿podemos desconfiar de la Intervención de esta Cámara? Tenemos instrumentos y creo que, haciendo funcionar los instrumentos y dotándolos de medios, no necesitamos la creación de órganos complementarios o suplementarios.
En este orden de cosas y en el ejercicio de la iniciativa legislativa que el Estatuto de Autonomía permite y que reconocen estas Cortes, impulsaremos también una proposición de ley instando a las Cortes Generales —vamos a hacer el ejercicio serio de transparencia— a modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial en el aspecto relativo a la elección de sus miembros, excluyendo la opción de los partidos políticos y retrotrayendo la misma a la situación anterior a la ley del ochenta y cinco.
Aludía en el inicio de mi intervención a la aspiración legítima al pleno empleo. Esta es sin duda la mejor de las políticas sociales que podemos abordar. Cuando iniciábamos la séptima legislatura, gobernando con el Partido Socialista en Aragón, teníamos treinta y tres mil setecientas una personas en situación de desempleo, corría el mes de julio del 2007; al inicio de la octava, el Inaem arrojaba una cifra de noventa y un mil ochocientos setenta y dos; hoy, iniciamos la andadura en esta legislatura con noventa y dos mil ochocientos veintinueve aragoneses que demandan empleo. Esta, señor Lambán, esta debe ser nuestra principal preocupación.
El último Informe de Coyuntura del Servicio de Estudios del BBVA señala que, de seguir con una política económica adecuada en Aragón, adecuada, se podrían crear en el periodo 2015-2020 unos sesenta mil empleos netos. Este es nuestro reto, no solo el suyo, señor Lambán, el reto de todos los que tenemos representación política en esa Cámara: poner los instrumentos, las herramientas, la normativa, la legislación, aprovechando también la legislación del Estado, para retomar las tasas de desempleo que esta comunidad gozó. Allí vamos a estar desde el Partido Aragonés. Entendemos que el objetivo, aunque ambicioso, es perfectamente abordable si mantenemos y potenciamos políticas de apoyo a nuestros emprendedores, empresas, autónomos, si apostamos por la innovación, la especialización, la internacionalización, abriendo nuevos mercados a terceros países aprovechando la coyuntura favorable de los bajos precios del petróleo y el tipo de cambio euro-dólar. Cambios radicales en estas políticas, cambios drásticos en estas políticas podrían dar al traste con el informe que señala el BBVA y que algunos anticipamos en campaña electoral antes porque conocemos bien el tejido y la capacidad del tejido económico de Aragón.
Este reto se puede alcanzar, señor Lambán, si se mantiene un apoyo decidido a nuestra industria, apoyo decidido para que pase de representar ese 21,3% del PIB aragonés, que ha pasado —que es la cuarta comunidad autónoma del peso del PIB del sector industrial— a Cataluña —anóteselo, que ha pasado a Cataluña—, tasa que se encuentra actualmente en el 21, para llegar al 25. Hay capacidades en la industria y en los recursos y en Aragón para llegar al 25%, y eso sabe usted muy bien lo que significa: nuevas industrias, mejores y empleos de más calidad.
El sector logístico, en el que hemos trabajado, que está integrado por más de ochocientas cincuenta empresas, que suponen ya un 5% de nuestro PIB, puede contribuir notablemente en esa dirección. Pero ahí sí que yo voy a ser también muy exigente. Aragón logístico es imposible sin las infraestructuras: la travesía central, el Canfranc, la mejora de la vía férrea con Teruel para conectar los puestos, el desdoblamiento de la nacional II, señor Lambán, y la 232, la seguridad en la apertura permanente del túnel de Bielsa, que estrangula el tráfico de mercancías determinantes en el sector agroindustrial de Aragón, y otras infraestructuras son clave. No podemos bajar la guardia al defender las infraestructuras básicas para Aragón.
Aragón ha de seguir haciendo —digo «ha de seguir haciendo» porque lo hemos estado haciendo— una apuesta decidida por las empresas de base tecnológica, los clusters, las agrupaciones empresariales innovadoras, y el sector TIC, que se ha convertido en un sector trasversal y clave de la competitividad.
Quiero, vuelvo a insistir en el sector agroganadero. Para mantener vivo y poblado nuestro inmenso territorio, donde están los recursos, necesitamos defender una política hidráulica clara que nos permita poner en regadío las ciento treinta mil hectáreas pendientes (Monegros II, los regadíos de Civán, etcétera, etcétera, etcétera) en todo el territorio. Y, lógicamente, hay expectación en el medio rural para que así suceda con el impacto que tiene la llegada de hectáreas de regadío en la generación de servicios especializados al medio rural y el impulso a nuevas industrias de transformación agroalimentaria, un sector clave y estratégico para la comunidad autónoma.
Esperamos y nos ofrecemos a trabajar en esa ley aragonesa de apoyo a nuevas iniciativas empresariales que usted anunció ayer: las microempresas, los autónomos, incluyendo a las empresas de economía social, que estimule y facilite el nacimiento y desarrollo de iniciativas, una fiscalidad especial con el margen que nos permita el tramo autonómico y una oficina única de tramitación.
Un instrumento más que necesario en estos momentos, una vez constituido el nuevo Gobierno, será reeditar un acuerdo global por el empleo, más empleo y más calidad en el empleo. Un acuerdo en el que converjan los intereses de trabajadores y empresarios, donde sindicatos, organizaciones empresariales y Gobierno de Aragón hagan un esfuerzo en la dedicación y el seguimiento para hacer de Aragón un modelo de excelencia en relaciones laborales y de políticas activas de empleo. Este acuerdo, en el actual clima económico de Aragón, es posible, y le insto a promover desde el Gobierno, desde el mismo, para que sea refrendado por estas Cortes con el compromiso de todos y respaldemos todos los grupos políticos dicho acuerdo. Del mismo modo, en ese acuerdo deben figurar inexcusablemente propuestas que atiendan al desempleo juvenil, las mujeres en el medio rural, los parados de larga duración y mayores de cuarenta y cinco años, colectivos cuya inserción es más compleja.
Pero la colaboración de las administraciones pública en materia de empleo, señor Lambán, ha de extenderse a la política educativa. Las experiencias iniciadas relativas a la Formación Profesional Dual han demostrado que ese camino es la formación que precisan nuestros jóvenes para integrarse en la vida laboral. Por tanto, les animamos a contemplar la Formación Profesional Dual como un objetivo preferente y estratégico de las políticas activas de empleo del nuevo Gobierno de Aragón. La colaboración con las empresas privadas será en este caso fundamental, no podrá ser solo la Administración la que ponga en marcha estos proyectos.
No obstante, hay que advertir que estos objetivos que le estoy planteando serán alcanzables siempre y cuando se mantengan las condiciones actuales de equilibrio y respeto a la iniciativa privada, señor Lambán, equilibrio y respeto. Algunos anuncios que están apareciendo por determinados medios de comunicación están sembrando incertidumbre en los sectores inversores. Equilibrio y respeto. La libertad de empresa en el marco de la economía de mercado es un principio que debe respetarse escrupulosamente por ser constitucional.
El tejido empresarial aragonés está constituido por una gran mayoría de empresas familiares en todos los sectores (industriales, mineras, energéticas, comerciales, turísticas, agrícolas, ganaderas...), que deben tener una especial consideración en las políticas fiscales. No más fiscalidad para las pymes, que están asfixiadas —y lo sabe usted muy bien, que conoce el tejido de las áreas por donde se mueve—, porque sin pymes, sin empresas familiares no hay empleo ni desarrollo socioeconómico en todo el territorio.
Señor Lambán, los grandes proyectos de Aragón. Durante cuatro legislaturas, hemos colaborado e impulsado desde nuestra posición de Gobierno iniciativas y grandes proyectos que han servido para dinamizar la Comunidad Autónoma de Aragón. La red de hospederías, el sector de la nieve, turismo, Turismo de Aragón, las plataformas logísticas, el Zaragoza Logistic Center, de referencia a nivel mundial, los parques tecnológicos, las inversiones aeroportuarias en Caudé, Dinópolis, el Observatorio Astrofísico de Javalambre, la Fundación del Hidrógeno, Motorland han servido para promocionar y reactivar la actividad económica en territorios que precisaban de una acción pública directa para su desarrollo y que han despertado interés y reconocimiento internacional, proyectando una imagen de Aragón innovador que cimienta su crecimiento en sectores, señor Lambán, que la propia Unión Europea reconoce como sectores de futuro. Mantener una especialización inteligente de la región ha de ser un objetivo irrenunciable —el horizonte 2020 incide en estas cuestiones— y la cofinanciación que va a venir de Europa establece condicionantes muy claros a la hora de impulsar iniciativas. Les hemos dejado una estrategia de especialización inteligente de Aragón elaborada, sancionada por Bruselas, por más de ciento sesenta expertos, a los que usted aludía, de todo el tejido socioeconómico y universitario aragonés. Creo que tiene una herramienta de partida para avanzar en esta dirección.
Entendemos que estos grandes proyectos han sido y deben ser esenciales para nuestra comunidad, que deben seguir contando con el liderazgo del Gobierno de Aragón, el liderazgo. Que no se desentiendan de estos proyectos porque han estimulado la iniciativa privada y han logrado generar nuevas iniciativas locales. Y además, señor Lambán, la mayoría de estos proyectos están en Zaragoza, algunos, otros, en Huesca, y otros, en Teruel. Son territorios donde están estos proyectos, algunos, que requieren una especial sensibilidad y la paralización o el desistimiento de los mismos del Gobierno acarrearía a dichos territorios una situación y una agravio y un perjuicio irreparables. Desde el Partido Aragonés le brindamos nuestro apoyo para que el Gobierno de Aragón lidere y defienda estos proyectos y su futuro.
En esta misma primavera hemos asistido a una de las riadas más dañinas de los últimos años, también me quiero referir. Estas inundaciones se suceden con mayor o menor intensidad año tras año y precisan que nos pongamos de una vez por todas de acuerdo en ese plan medioambiental del Ebro que definitivamente aporte soluciones a los municipios y a los aragoneses que residen en esos municipios y ejercen su actividad en ellos. La coordinación con el organismo de cuenca y el acuerdo político entre todas las fuerzas es imprescindible para resolver un problema histórico que cada vez se repite con más frecuencia y que tiene graves repercusiones.
En el trascurso de esta legislatura se van a cumplir veinticinco años en un par de años del Pacto del Agua. No voy a insistir mucho porque se ha dicho lo fundamental. Han existido discrepancias, pero significa y simboliza el esfuerzo de toda una generación de aragoneses por preservar y poner en valor uno de los recursos endógenos más importantes de esta tierra. Yesa, Biscarrués, Almudévar, Santolea, Mularroya y otras obras son fundamentales para el desarrollo de ciertas comarcas y enclaves del territorio. Estas actuaciones impulsarán sin duda nuestro sector agrícola, que precisa también —y, en eso, ahí nos tendrá— de una distribución más equilibrada de las ayudas de la PAC. En 2016 se produce una revisión intermedia, no podemos perder la oportunidad de corregir algunos desequilibrios que se hayan podido generar, atendiendo a las legítimas aspiraciones del sector primario aragonés.
Tampoco podemos olvidar aquí el papel fundamental que juegan en el este medio rural aragonés las cooperativas agrarias de Aragón, que deben participar activamente en el diseño de las políticas del sector. Un sector agroalimentario que, con más de trece mil trabajadores y más de mil doscientas empresas, es el segundo sector industrial de Aragón, cuyo esfuerzo inversor que están realizando debe ser reconocido, y encontrar los compromisos financieros para cofinanciar las ayudas europeas es una cuestión fundamental.
Les hemos dejado una estrategia energética bien elaborada, bien trazada, donde se fomentan las energías renovables. Pero, señor Lambán, hay una posición clara que pongo sobre la mesa en esta Cámara: no podemos renunciar a que Aragón esté interconectado con Francia, no podemos renunciar. El futuro de Aragón pasa por la gran interconexión eléctrica, buscando los consensos adecuados y los trazados con la mínima afección medioambiental. Un Aragón autosuficiente en materia energética y exportador, como ya lo es, puede tener muchísimo futuro en energías renovables si encontramos el camino para abrir la frontera con Francia y conectarnos con el mercado energético europeo.
Una de las demandas surgidas a raíz de la crisis económica ha sido la necesidad de racionalizar y redimensionar las administraciones públicas. Un modelo territorial tiene que ser el fruto de un gran esfuerzo y entendimiento de trabajo de todas las fuerzas políticas. Igual que los modelos educativos, no cabe diseñarlos para estar dando bandazos constantes, sino que han de concebirse para implantarse y desarrollarse en el tiempo. Su propio partido lleva más de veinte años diseñando y consensuando el modelo territorial aragonés y ha sido copartícipe del proceso de comarcalización tanto en sus principios como en su desarrollo legislativo. Parece razonable para el Partido Aragonés revisar algunos aspectos del mismo tras estos años de experiencia.
Entendemos que el actual sistema no convence a los ciudadanos, lo entendemos. Desde el Partido Aragonés pensamos que hay que evaluar los servicios que necesitan los ciudadanos y adecuar las estructuras de las administraciones que los prestan (Gobierno de Aragón, diputaciones, comarcas y ayuntamientos) a la eficacia, eficiencia y no duplicidad competencial. La calidad del servicio y la proximidad al ciudadano han de ser los principios rectores del modelo territorial aragonés, la calidad del servicio y la proximidad, no quién lo presta.
Solo calidad e igualdad de oportunidades en todo el medio rural, en todo el territorio, conseguirán frenar una lacra que tenemos y que debemos analizar a largo plazo, que es la despoblación, que va a ser determinante en los desafíos del futuro de Aragón.
Señor Lambán, el Partido Aragonés reconoce la salud como un derecho fundamental de todos los aragoneses, pero la salud, la excelencia en la salud no es una meta que se alcanza, sino un camino que se recorre. Sabemos que los problemas de la salud están afectando, además, a los grupos más vulnerables y desfavorecidos de la sociedad y queremos trabajar para que los desequilibrios sociales, económicos y territoriales no condicionen la salud de los aragoneses. Desde el Partido Aragonés trabajaremos por un sistema universal, igualitario, equitativo y accesible, esos son los principios. Ahora bien, es preciso trasladar al ámbito sanitario una correcta planificación, correcta planificación a medio y largo plazo que recoja la estrategia a seguir en el sector, detecte las necesidades que se van a producir, adecue los desarrollos a las nuevas infraestructuras, cuantifique los recursos económicos que son precisos para llevarlo a cabo.
En definitiva, estoy planteando el reto de elaborar definitivamente un plan estratégico sanitario de Aragón al horizonte 2025; que se contemplen las necesidades reales, los retos a los que Aragón se enfrenta, envejecimiento; que sea una guía no solo para su Gobierno, sino para el resto de gobiernos; que establezca una estrategia para abordar la cronicidad (cuatrocientos mil crónicos en Aragón); unas infraestructuras sanitarias adecuadas; que contemple las estrategias necesarias en salud mental; que refuerce la atención primaria; centros especializados con medios humanos y técnicos suficientes, y una atención especial a la coordinación entre las atenciones a las prestaciones sociales y las sanitarias. Más de cuarenta y tres mil personas en Aragón, no consiste en llevarlos del centro de salud al centro donde está la residencia, volver a meterlos en la ambulancia, hay que hacer un plan de atención conjunto.
Sé que esto puede parecer ambicioso y que precisa de grandes recursos, pero ahora hay que contar con los recursos humanos del tercer sector, señor Lambán. Hay que hacer un especial hincapié en estos operadores, que son capaces de atender las necesidades de miles de aragoneses y aprovechemos su experiencia y su trabajo. Distingamos entre iniciativas lucrativas y no lucrativas, y apoyemos a las asociaciones y organizaciones que se han ido estructurando a través de la sociedad civil a lo largo de muchos años. No prescindamos de la sociedad civil.
En materia educativa, estamos asistiendo con preocupación —señor presidente, si me permite, me lo descuento del tiempo de réplica y así termino con coherencia mi discurso— en relación con la LOMCE y su aplicación, lo que se está produciendo. Alumnos, padres, educadores llevan más de una generación sumidos en un carrusel legislativo que solo trae incertidumbre. No los podemos someter a la permanente inquietud derivada de batallas ideológicas. Trabajaremos para alcanzar los consensos necesarios para que la materia tan extremadamente sensible no sea arma política arrojadiza cuando gobiernan unos u otros en Aragón o en Madrid.
Hechas estas consideraciones, y a propósito de algunas cuestiones, me sumo también a esa propuesta, yo lo dije en campaña, es la OCDE, alcanzar al final de la legislatura que el presupuesto de la educación en Aragón sea el 5% del PIB, como la media de los países más avanzados de la OCDE.
Pero, desde luego, señor Lambán, hay otra máxima que el Partido Aragonés va a defender: en igualdad de condiciones, enseñanza pública, enseñanza concertada y enseñanza libre, que también hay enseñanza libre, que ni es pública ni concertada, y que no sea el Gobierno de Aragón el que ponga obstáculos ni impida el desarrollo de aquellas libertades a las que ustedes aludía ayer. Esta es una libertad de muchos aragoneses. Los alumnos que se formen en Aragón en los próximos años no van a competir con los de Valladolid, con los de Córdoba, van a competir con coreanos, finlandeses o alemanes en su formación porque la economía es global e Internet está abierto a todo el mundo, y tenemos la obligación de formarlos en conocimientos, habilidades, con una visión global de futuro.
En este sentido, la Universidad de Zaragoza —algunos informes ponen de manifiesto que, del crecimiento que se produce en Aragón en los diez últimos años, un 20% se debe al impacto de la universidad— juega un papel determinante en el desarrollo, formación, investigación básica y aplicada, transferencia de conocimientos, son pilares básicos que han de tener una financiación adecuada; los institutos universitarios, los grupos de investigación... Pero con evaluación, señor Lambán, como estamos haciendo últimamente, con evaluación de resultados. Juegan un papel determinante para apoyar al tejido económico, la conexión del sistema científico, empresa y sociedad, lo que se llama «la triple hélice», es una cuestión fundamental en las sociedades más avanzadas. Y aquí, señor Lambán, la Universidad San Jorge no puede ser excluida del sistema, no debe ser excluida, forma parte de esta triple hélice porque es sistema de formación que eligen libremente muchos ciudadanos aragoneses, es sistema de innovación y es sistema de transferencia de conocimiento.
En materia de políticas sociales nos va a encontrar siempre, pero, fíjese, aquí yo me apoyaría más en el crecimiento, asegurar el crecimiento. Si hay crecimiento, se generan más recursos; si hay crecimiento, se generan más recursos, señor Lambán. En los años de bonanza económica de España se generaron recursos para hacer infraestructuras, para impulsar políticas sociales. Apoyémonos en el crecimiento y no hagamos más presión fiscal a las pymes, etcétera, etcétera.
El turismo, la cultura, son dos sectores a los que se refirió ayer. La cultura, por su capacidad de dinamizar el territorio, el turismo, que son sectores que ha gestionado el Partido Aragonés y sabe de su importancia. Las artes escénicas, las plásticas, el sector editorial precisan de una atención especial. La revisión del IVA podría ser un primer paso fundamental para activarlos. Nuestro patrimonio... Son objetivos irrenunciables, pero también la exigencia de que vuelvan a Aragón los bienes de la Franja.
El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Aliaga.
El señor diputado ALIAGA LÓPEZ: Termino.
No se olvide del modelo de la radio televisión aragonesa. Plural, austera, bien gestionada, que ha sido capaz de aglutinar a un sector audiovisual que genera más de setecientos empleos. Un sector económico importantísimo, cuyos contenidos se comercializan y valoran el resto del Estado. Este modelo no puede ser puesto en cuestión. Los índices de audiencia, la aceptación, la popularidad de informativos y de los contenidos de la programación ratifican la idoneidad del modelo.
Señor Lambán —ya concluyo—, hemos concurrido a las elecciones en el Partido Aragonés con un programa participativo, muy concreto, donde en todas las medidas aparece el centro, la moderación, las políticas de amplia base social. Algunos de los compromisos legítimos que ha adquirido con algunas de las fuerzas políticas que apoyan su investidura chocan con nuestra ideología, chocan con nuestros objetivos y con nuestros compromisos con los electores.
Entendemos que, legítimamente, que usted ha elegido pactar con ellos. Entendemos, además, que no es un pacto de legislatura, ni de gobierno, como usted señala, y nos provoca cierta desconfianza e incertidumbre para la estabilidad y la gobernabilidad de la institución fundamental de Aragón. Entendemos que con algunas de las propuestas que se ponen en este programa se puede perder el liderazgo que está ejerciendo Aragón en la recuperación económica y la recuperación del empleo, que es fundamental. Entendemos también que en su discurso aparecen algunos visos de economía planificada y de reorientar la economía hacia modelos que se alejan de los estándares de sociedades más avanzadas. Y también entendemos que introduce conceptos como «federalismos», «reforma de la Constitución», que no compartimos.
Permítame reiterarme en nuestra mano tendida para asuntos como los que le he indicado, pero no contará, no podemos apoyar su investidura, señor Lambán, con nuestro voto favorable.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor candidato.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
Señor Aliaga, una vez, en una comparecencia, no recuerdo sobre qué asunto, parafraseando al Mío Cid le dije a usted «qué buen vasallo si oviesse buen señor» porque usted ha pertenecido a gobiernos de signo distinto y yo quería decir con ello que había sido mejor consejero con un señor que con otro. Hoy ratifico eso, creo que su trayectoria como consejero de Industria del Gobierno de Marcelino Iglesias fue una trayectoria brillante y lo fue bastante menos, seguramente por causas ajenas a su voluntad, su trayectoria como consejero del anterior Gobierno, que, por otra parte, lo hace cómplice —y se lo digo sin ninguna acritud— de todas las políticas socialmente nefastas que ha llevado a cabo.
No obstante, señor Aliaga, usted ha dejado de ser ya vasallo —sigo utilizando la metáfora—, ha pasado a ser señor, le felicito por ello. Creo que —se lo digo con toda sinceridad— la política, la sociedad aragonesa se va a beneficiar de ello. Y creo que lo que yo espero de estas Cortes, lo que yo espero de esta legislatura se va a beneficiar también de su concurso, de su presencia en este Parlamento.
Creo que ha tenido que forzar demasiado las cosas para votar en contra mi discurso de investidura. Ha tenido que recurrir a una serie de justificaciones de última hora bastante peor fundadas que todo su discurso anterior, del cual cabría deducir un voto afirmativo, y yo diría que entusiasta, a la investidura de este que le habla como presidente del futuro Gobierno de Aragón. Porque, prácticamente, la integridad de su programa económico, señor Aliaga, es lo que yo, ayer, desde esta tribuna desgrané, prácticamente es la misma y sé que, a usted, la cuestión económica es fundamentalmente lo que le preocupa, aquello sobre lo que prioriza su recursos político.
Ya me ha anunciado que cualquier esfuerzo que yo haga en otra dirección no va a servir para cambiar su voto, ha decidido votar en contra mi investidura, pero valoro mucho su gesto en el sentido de dejar puertas abiertas para que, a lo largo de los cuatro años, se puedan producir acuerdos, sobre todo en las materias que usted ha enunciado, aquellas que han ocupado más de veinticinco minutos de su discurso, y que son todas ellas muy coincidentes con lo que nosotros pretendemos hacer en Aragón en los cuatro próximos años.
Por ir en orden, por respetar el orden de los temas que usted ha ido desgranando en su intervención, hablaba de defensa del Estatuto y del autogobierno, y valoro mucho el esfuerzo que a usted le ha tenido que constar, siendo tan defensor del Estatuto y del autogobierno, haber formado parte de un Gobierno de Aragón que, sistemáticamente, ha puesto en marcha políticas recentralizadoras, políticas poco acordes con el espíritu de autogobierno, políticas poco acordes con el espíritu del Estatuto. Espero que, por tanto, su salida del Gobierno actual la haya sentido como una autentica liberación.
Decía usted que la posibilidad, que será realidad a partir de la semana que viene, de crear una oficina contra la corrupción y el despilfarro era redundante con la existencia de la Cámara de Cuentas. No es redundante, señor Aliaga. Es más, en el propio acuerdo suscrito con Podemos hablamos de que esa oficina contra la corrupción y el despilfarro trabaje de manera sintonizada con la Cámara de Cuentas, que para nosotros juega un papel absolutamente imprescindible en nuestra comunidad. Hablaba de una reforma en la forma de elegir la Cámara de Cuentas. Sera cuestión, en todo caso, de valorarla.
Hablaba del Aragón logístico en relación con la política de infraestructuras. No puedo estar más de acuerdo. Es más, ayer, yo dije con absoluta claridad que, en un momento en el que no es previsible que se vayan a producir grandes avances en materia de grandes inversiones en comunicación porque la política europea no nos lo va a permitir, decía yo ayer que la política de infraestructuras, las inversiones en infraestructuras han de supeditarse básicamente a un modelo de desarrollo de la logística aragonesa, ha de ponerse a su servicio. Hablaba de que tiene que producirse un gran pacto al respecto, un gran pacto sobre qué infraestructuras priorizamos a la hora de impulsar en los próximos años. Ha hablado de que esas infraestructuras se conecten bien, con unos planteamientos logísticos que creo que tienen que ser sustancialmente novedosos y que creo que tienen que combinarse también con la agroalimentación, y, desde luego, les asignaba un papel importante a las cooperativas agrarias y usted también ha hablado de ello.
Voy desgranando aspectos de su discurso y me encuentro con que en casi todos o en todos y cada uno de ellos voy constatando coincidencias.
Decía usted que hay que poner en valor el clima laboral. Yo, ayer, lo hacía explícitamente en mi discurso, señor Aliaga. Ponía en valor el clima laboral, denunciaba la reforma laboral del año 2012, que creo que hay que derogar, y proponía grandes acuerdos sociales no solo para el empleo, que también, sino para otras muchas cuestiones porque en este momento en el que Aragón tiene que hacer frente a grandes reformas y a grandes desafíos es toda la sociedad la que se tiene que sentir concernida por todos y cada uno de los asuntos que nos ocupen.
Hablaba usted de que hay que respetarse, de que hay que respetar la iniciativa privada. Yo, ayer, definía con absoluta claridad que, para mí, economía social de mercado es indisociable de Estado del bienestar y decía que para que el Estado del bienestar se pueda financiar es absolutamente fundamental que las empresas creen empleo, que nos aproximemos a situaciones de pleno empleo y que ese empleo sea, además, de calidad, porque, desde luego, con empleo como el que se está creando actualmente es absolutamente imposible sostener un Estado del bienestar, dada la precariedad, dadas las situaciones miserables a que los empleos que mayoritariamente se están creando en los últimos meses llevan a las familias.
Decía que no más fiscalidad a las pymes. He dicho hasta la saciedad y lo vuelvo a decir otra vez que nosotros no nos planteamos incrementar la presión fiscal, que, de momento, la única medida fiscal que contemplamos es la de establecer un tributo sobre las hidroeléctricas.
Hablaba de que hay grandes proyectos en Aragón, que sobre todo se pusieron en marcha para vertebrar al territorio. Creo que hay que seguir profundizando en esa línea, aunque, desde luego, algunos de esos grandes proyectos, desde mi punto de vista, tienen más vigencia, tienen más sentido y merecen más la pena ser más apoyados que otros, y esto es lo que tiene que ser sujeto a grandes pactos.
El plan medioambiental integral que hay que aplicar en el Ebro para conjurar el peligro que las riadas suponen para la seguridad física y para la seguridad económica de los habitantes de las riberas es algo que explícitamente contemplamos en nuestro programa electoral y es, además, recuperar un documento que genero el Gobierno anterior al que en este momento está terminando su andadura.
Del Pacto del Agua no voy a insistir más. Me resisto a tener que hacer profesiones de fe sobre algo en lo que yo he trabajado mucho a lo largo de toda mi vida política. En todo caso, es evidente que los regantes, los beneficiarios de las obras de regulación tienen que esforzarse más por hacerle llegar a la sociedad aragonesa que lo que ellos hacen, los esfuerzos inversores que ellos están haciendo, todo lo que viene siendo su práctica económica en los últimos años está perfectamente alineado con la sostenibilidad, está perfectamente alineado con el respeto al medio ambiente y, por tanto, son prácticas económicas perfectamente convalidables en una cultura económica como la actual, que debe ser ante todo plenamente capaz de acreditar su sostenibilidad.
Hablaba usted de este proyecto de conexión eléctrica a través del Pirineo. En este caso me tengo que declarar incapaz de un pronunciamiento firme al respecto porque lo desconozco en profundidad y porque, en cualquier caso, actuaciones de esta naturaleza tienen que ser sometidas a grandes consensos sociales y tienen que ser capaces de verificarse sus repercusiones absolutamente inocuas sobre el medio ambiente.
Hablaba del modelo territorial. Yo creo que no tengo que esforzarme más en definir cuál es el mío. Pero creo que tampoco tengo que esforzarme mucho en decir que no trato en modo alguno de imponer el mío. Creo que, a estas alturas, es hora de replanteárselo, es hora de debatirlo, es hora de ver hasta qué punto la excesiva complejidad del entramado de la Administración local no es un freno del desarrollo rural más que un acicate del mismo. Y esto, repito, es algo que tendremos que discutir y es algo que pondrá a prueba nuestra capacidad de anteponer los intereses de Aragón a nuestros respectivos intereses partidarios. Y, desde luego, mientras no haya un modelo que sustituya al actual, con un grado de consenso igual o superior al que dio origen al modelo actual, es preferible que no se modifique absolutamente nada.
Hablaba de despoblación. La despoblación parece que sea algo que se pueda solucionar por arte de magia o mediante varitas mágicas o intervenciones milagrosas de Europa. La despoblación es consecuencia de una excesiva atomización municipal en el territorio, pero sobre todo es consecuencia de la falta de políticas de empleo y de políticas de servicios en aquellos lugares donde tiene que haber gente. Pretender inversiones, pretender desarrollar políticas europeas hechas desde Bruselas sin saber exactamente cuáles son las características del territorio olvidando eso me parece que es avanzar por un camino que no nos conduce a ningún sitio. ¿Queremos una red potente de ciudades pequeñas y medias? Dotémoslas de buenos servicios, dotémoslas de polígonos industriales, proveámoslas de posibilidades de empleo y ya verá usted, ya verá toda la Cámara como el problema de la despoblación queda definitivamente superado.
Del tercer sector —y me alegro sinceramente de que usted lo haya traído a colación—, nosotros no podemos hablar sino en términos absolutamente elogiosos. El tercer sector es uno de los elementos de los que más orgullosos nos podemos sentir los aragoneses. Yo he tenido la ocasión en estos cuatro años de conocerlos, de tratar con ellos, de saber lo que están haciendo, de valorar de manera muy positiva su trabajo. Y he tenido por cierto también la posibilidad de saber cuáles son sus problemas. Uno de los problemas más graves que aquejan al tercer sector —y estoy seguro de que usted lo conoce— es que la Ley de contratos da excesivas facilidades, por ejemplo, al sector del ladrillo y a los especuladores de toda laya para acceder a la prestación de servicios que, en buena lid, le debería corresponder al tercer sector. Y alguna medida incluida en el programa de investidura que me trae aquí va justamente en la dirección de cambiar la Ley de contratos para que en ella tengan más peso criterios de tipo social, criterios de responsabilidad social corporativa, criterios en definitiva que favorezcan a ese tercer sector, que no solo hay que conservar, sino que creo sinceramente que hay que estimular y que hay que desarrollar más.
Pactos educativos. Creo que se es injusto, señor Aliaga, cuando se distribuyen por igual las responsabilidades de que en este momento no hay en España un gran pacto por la educación. Insisto, estuvo a punto de haber uno y no fue posible porque el Partido Popular se negó. Y, luego, el Partido Popular saco una ley que solo contó con el apoyo del propio Partido Popular y con la oposición de todos los demás. La LOMCE es una ley que —lo digo con toda sinceridad— pueden darla ustedes por muerta, pueden darla ustedes por finiquitada porque la próxima mayoría parlamentaria que se producirá en España la fi-ni-qui-ta-rá, la derogará porque es un auténtico despropósito legal. Y nosotros lo único que pretendemos es, al igual que han hecho otras comunidades autónomas con sensatez y cuando han tenido libertad de criterio para hacerlo, lo único que queremos hacer es, en aquel tramo de competencia autonómica en su aplicación, actuar y derogarlo. Por tanto, ninguna clase de alarma social. En esa decisión nos alineamos pulcra y estrictamente con lo que es la voluntad mayoritaria de la comunidad educativa, yo diría que de la sociedad aragonesa, y, por tanto, creo que va a ser además la primera gran noticia que el futuro Gobierno de Aragón le va a dar a nuestra tierra.
¿Concertada? Sí, señor Aliaga, pero no le oculto la predilección, la preferencia del grupo político al que represento por la escuela pública, por la enseñanza pública. Y, desde luego, respetando absolutamente la enseñanza concertada ya existente, no le oculto que los esfuerzos del Gobierno de Aragón que yo pretendo liderar irán absolutamente dirigidos y estarán estrictamente centrados en la escuela pública.
Y, cuando hablo de «enseñanza pública», hablo también de universidad. La universidad ha sido literalmente maltratada. La universidad ha sido sistemáticamente agredida por el Gobierno saliente. Se le deben cincuenta millones de euros. Está asfixiada. No tienen ni para reponer el material más imprescindible. Y lo mismo cabe hablar de los institutos universitarios. Por eso, señor Aliaga, bienvenido al compromiso de darle a la universidad lo que es suyo, reponerle lo que se le ha quitado. Y, desde luego, no hace falta que le insista porque usted lo sabe bien, lo importante que es la existencia de una universidad pública potente, es uno de los motores más formidables del progreso y del desarrollo de una comunidad autónoma, y lo importante que es que, para ser eficaz, asocie sus esfuerzos a la sociedad civil a la que sirve y sobre todo al mundo de la empresa.
Habla usted de que las políticas sociales hay que vincularlas y creo que carga demasiado en esa vinculación el protagonismo que en ello tiene que tener el crecimiento. Y ahí me permitirá que termine mi intervención, después de hacer alusiones a un par de cosas, sobre qué modelo de crecimiento produce buenos efectos en las políticas sociales y qué modelo de crecimiento no.
Puede estar por otra parte tranquilo respecto al modelo de televisión aragonesa. En los acuerdos que hemos suscrito no se trata de alterar sustancialmente el modelo existente de la televisión aragonesa, se trata en todo caso de blindar todavía más si cabe el apoliticismo de la misma para que realmente sea un servicio público y en modo alguno pueda ser nunca un instrumento al servicio de un partido político en particular.
Señor Aliaga, si de mi discurso alguien pudo deducir que yo soy partidario de una economía planificada, o no siguió con atención lo que yo decía o ha tenido que hacer un esfuerzo denodado para encontrar una razón y votar en contra mi investidura porque yo aposté justamente por lo contrario, señor Aliaga. Yo dije que quien tiene que crear empleo, quien tiene que ser protagonista del crecimiento son las empresas privadas. Yo dije que la mejor política de empleo es crear entornos favorables para que las empresas privadas se desenvuelvan con comodidad, desarrollen a plenitud la inmensa responsabilidad social que tienen. Y dije que los poderes públicos, primero, tienen que crear entornos favorables; segundo, tienen que procurar que la calidad del empleo que se crea sea buena —por eso hablaba yo de derogar la reforma laboral infausta que se aprobó en el año 2012—; tercero, tiene que promover una gran orientación estratégica de la economía del país, de la economía de la comunidad, no digo intervenir en la economía, digo que tiene que promover la gran orientación estratégica de la economía de la comunidad, pero no el Gobierno, dije literalmente que el Gobierno con las fuerzas parlamentarias y con las fuerzas sociales de la comunidad.
Y en cuanto a la reforma de la Constitución, en esta etapa que acaba de inaugurar en su vida política, señor Aliaga, repleta de aire fresco, repleta de buenas intenciones, repleta de renovación, le aconsejo que deje atrás una etapa en la vida política de su partido en la que, si se me permite la expresión, la visión que ha tenido su partido de la relación con España era excesivamente arcaica y excesivamente provinciana. Atrévanse ustedes, señor Aliaga, a plantearse un visión más moderna, atrévanse a darle a Aragón el papel que realmente tiene que jugar en la política española, decidan jugar a política más allá de Ariza, más allá de los Pirineos, y decidan por tanto hacer frente a una reforma de la Constitución, a una derogación del Senado y sustitución por una cámara territorial, atrévanse a jugar a la gobernanza de España en relación con las comunidades autónomas vecinas porque creo que eso encaja mucho mejor —y no soy yo quién para darle consejos— en su talante de modernidad política que trata de imprimir al Partido Aragonés en esta nueva etapa que le toca liderar.
Y en cuanto a crecimiento y políticas sociales, le voy a decir que deberíamos empezar a cambiar los términos del debate en los que nos enredamos con bastante frecuencia. Hablar de que un país va bien porque el producto interior bruto crece o porque se crea empleo sin entrar a valorar en qué consiste ese empleo creo que es un error al que nos inducen aquellos que tienen una visión del país que creo que no coincide con la que tiene usted y con la que tengo yo. Un país puede crecer al 7 o al 8%, un país puede tener un PIB absolutamente espectacular y, sin embargo, puede ser un país en el que las desigualdades aumentan de manera galopante y en el que el trabajo es sinónimo de explotación y sinónimo de miseria. Y hay muchos países en el mundo que son buen ejemplo de lo que le estoy diciendo.
Es importante que se crezca, pero el crecimiento tiene que ser justo y tiene que ser capaz de producir reparto de riqueza. Es importante que se crezca, pero el crecimiento tiene que ser sinónimo de empleo digno, de empleo decente, de calidad de vida para todos y distribuida por igual. Y tengámoslo también en cuenta porque este será un imperativo cada día más presente en todas las políticas públicas que queremos impulsar. El crecimiento es importante, pero solo debe ser admisible si, además, es sostenible, porque está tan en riesgo la supervivencia de la vida en el planeta que o hacemos que el crecimiento sea sostenible, que seamos capaces de detener el cambio climático o, si no, cualquier planteamiento de futuro no tiene ningún sentido que lo hagamos.
Insisto, señor Aliaga, en que le reconozco el esfuerzo de modernizar el PAR, le reconozco el esfuerzo que ha tenido que hacer para justificar su voto en contra a mi investidura, pero estoy absolutamente convencido de que vendrán tiempos mejores, de que los cuatro años de legislatura que vienen por delante nos pondrán a prueba a todos, y estoy absolutamente convencido, señor Aliaga, de que usted es un hombre que estará a la altura de las circunstancias y que hará que esa legislatura que ahora comienza sea una legislatura en la que las incertidumbres se vayan convirtiendo día a día en grandes éxitos políticos para esta Cámara y para la sociedad aragonesa en su conjunto. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Aliaga.
El señor diputado ALIAGA LÓPEZ: Bien, señor Lambán, yo creo que la esencia del mensaje del Partido Aragonés está clara. Además, lo digo desde una posición cómoda porque este Partido Aragonés... por cierto, el Partido Aragonés ahora ha elegido otros socios, pero el Partido Aragonés que ha conseguido en Aragón y en España la coalición con un Partido Socialista. Posiblemente, si hubiera estado usted entonces, no hubiéramos podido pactar un gobierno tres legislaturas, es decir que este partido... [Aplausos.] No podemos borrar el pasado ni la historia.
Me decía antes que, en la Diputación de Teruel, el Partido Popular ha votado y había cinco del Partido Socialista. En 2003, el presidente de la Diputación era un hombre del PAR... perdón, 2015, el presidente de la Diputación es un hombre del PAR con el apoyo del Partido Popular y, en 2003, fue un hombre del PAR con el apoyo del Grupo Socialista [aplausos], eso es la pluralidad. Y, además, sepa que en Huesca hemos votado a favor de la investidura del presidente de la Diputación. ¿Por qué? Porque hemos trabajado en una legislatura en unas condiciones razonables teniendo —y aquí está el presidente— la mayoría, sin excluir ni dejar tirado en una esquina a un partido moderado, normal, que tiene en Aragón... Yo no sé cuánto han perdido ustedes; el Partido Aragonés —con mis grandes respetos a las dos fuerzas que concurren en Aragón— ha concurrido, nos daban... ya no contábamos, tenemos seis diputados, diputadas —cuatro, autonómicas—, seis diputados, tenemos ciento cincuenta alcaldes por mayoría, tenemos novecientos dieciséis concejales, tenemos nueve diputados provinciales... Es decir, hombre, llevamos en Aragón desde el año setenta y siete y no sé si considera usted si somos arcaicos o no somos arcaicos, pero yo creo que tenemos una visión de Aragón de futuro y vamos al mundo con la cartera de doing business in Aragón [risas]…, lo que está diciendo usted, un territoire d'opportunités. Yo, como voy vendiendo Aragón…, y ahora puedo vender, y lo digo así de claro, igual que iba en el 2006…, vasallo.
Yo, señor Lambán, primero soy un aragonés, nacido, criado, educado en Aragón, eh. Soy un servidor público con oposición de bolas, de bolas, midiéndonos…, igualdad, mérito y capacidad, y he servido a Aragón en Huesca, en Zaragoza y en Teruel, en Economía, en Hacienda, en Industria, en todos los sitios, pero siempre con la misma cohesión. Siempre digo lo que pienso, y no lo digo por intereses particulares, electorales o no sé qué.
Y, cuando habla usted de una oficina contra el fraude y el despilfarro, si lo que gastamos, lo que gastan los ayuntamientos, las diputaciones, los organismos del Gobierno de Aragón, primero, está en el presupuesto; segundo, hay una fiscalización previa; tercero, hay un informe de los servicios jurídicos; cuarto, hay una certificación de unos funcionarios que certifican la convención; quinto, si hay un procedimiento reglado; sexto, se publica en el Boletín Oficial de Aragón; séptimo… Es que, como creo en la labor que hacen los funcionarios, parece que tenemos que hacer una oficina contra el fraude porque desconfiamos de ellos.
Yo, señor Lambán, se lo digo sinceramente, quizá personas, con mucho respeto, que no han estado sirviendo en las administraciones públicas… Ya sabe que yo envié un asunto a la Fiscalía desde mi departamento. ¿Por qué? Porque estimaba, y así me lo decían los funcionarios, que se estaba cometiendo algún tipo… Es decir, yo no necesito que haya una oficina en el Gobierno de Aragón, no necesito ninguna oficina, señor Lambán, que me supervise en mi propia acción personal, ética y de valores, y en prometer o jurar el Estatuto de Autonomía está implícita mi vocación de servicio. Con lo cual, yo creo que se le supone.
Mire, en cuanto al empleo, yo, señor Lambán, hay cosas de las que discrepo. Que nadie se piense que el Gobierno de Aragón tiene la capacidad de cambiar el modelo productivo, que no lo piense. ¿Le va a decir el Gobierno de Aragón qué modelo de coche tiene que hacer la Opel? ¿Le va a decir el Gobierno de Aragón a la cooperativa de Valderrobres qué modelo de cerdo tiene que criar para exportarlo a Alemania? ¿Les va a decir el Gobierno de Aragón a los fruteros de Fraga qué planta tienen que plantar? Señor Lambán, la iniciativa está en otro sitio.
Hay que, no solo respaldar, señor Sada, poner buenas condiciones. Si ponemos límites, si ponemos estrictos controles ambientales, si ponemos limitaciones, si no hacemos las infraestructuras, si no… Es decir, yo lo que estoy diciendo es que en el modelo, en ese modelo de crear empleo, la reforma laboral en España era estrictamente necesaria. Estrictamente necesaria, señor Lambán. Que no ha dicho en su discurso la palabra competitividad, que es que no ha dicho competitividad. Tata Hispano cerró porque no era competitiva. Y otras empresas vienen a su pueblo porque son competitivas. Es que hay una cuestión que a nivel global se valora. Es decir, la reforma laboral era necesaria. Lo que hay que conseguir es que las empresas ganen dinero para que, como algunas empresas en Aragón —sabe usted que Aragón en el modelo de responsabilidad social empresarial fue una comunidad pionera, ¿verdad, señor Lambán?—, hagan participar a los trabajadores en los beneficios. Es decir, que en el modelo… ¿Qué cambio de modelo productivo? ¿Qué le vamos a decir a los agricultores?, ¿lo que deben sembrar? Entonces, ojo con las cuestiones de cambio…
Las energías. Lógicamente, vamos a desarrollar las energías renovables.
O el sector de la informática o el turismo. ¿Le vamos a decir cómo tiene que hacer un hotel a un señor del Matarraña? ¿De siete, de cuatro habitaciones, con ducha, sin ducha, de una estrella…? El modelo productivo se genera en las iniciativas individuales de una sociedad conectada globalmente, y surgen iniciativas nuevas, y muchas veces, y se lo digo por experiencia, y ya me conoce, que he tenido el placer de trabajar con usted en algunos temas trascendentales, los modelos empresariales lo que necesitan es acompañamiento, pero al final respaldando y no poniendo puertas al campo. Y, claro, si algunas iniciativas…
Aquí hay un amigo de mi hijo que es de Bujaraloz. La despoblación, señor Lambán. Si no llegan a Bujaraloz los regadíos, no habría como hay ahora treinta y seis jóvenes agricultores. Es decir, infraestructuras. Pero a veces se contradice.
Polígonos industriales vacíos. No hay que hacer el polígono industrial. Hay que llevar primero la iniciativa e ir haciéndolo por fases. Es decir, dice: «no, hay que hacer infraestructuras». Es decir, bueno…
Quiero ir terminando con lo de vasallo y señor. Yo he trabajado muy a gusto y sigo trabajando, y seguiré trabajando con mi vocación de servidor público. Y he estado cómodo —se lo he dicho muchas y veces y lo sabe el ex presidente del Gobierno de Aragón—, yo estaba muy cómodo con el ex presidente del Gobierno de Aragón y he estado muy cómodo en el gobierno del Partido Popular. A lo mejor soy —es extraño que lo diga, pero lo digo con toda contundencia en esta Cámara, con toda contundencia—…, yo he hecho lo que creo que había que hacer. He hecho lo que creía que había que hacer, señor Lambán. Porque, aparte de las cuestiones políticas, uno tiene también sus valores personales, que son el equilibrio, la justicia, social también, etcétera, etcétera. Y por eso espero y deseo que…, y nos va a tener porque es un grupo parlamentario joven, preparado, para apoyar proyectos que no paren Aragón.
A mí no me gustó que dijera que tenemos que hacer funcionar Aragón. Aragón está funcionando. ¡Uy! Se están exportando, se están matriculando más coches, se genera más energía, se crean empresas, más empleo… ¡Que Aragón está funcionando, señor Lambán! No lo vea tan negativo, que Aragón está funcionando. Lo que tenemos que hacer ahora es, primero, que no se pare y, segundo, meter gasolina para que siga funcionando a este ritmo, que siga liderando el crecimiento económico de España; eso sí, sin dejar, como he dicho, a los más desfavorecidos fuera y que no haya un Aragón de dos velocidades. Lo he dicho en campaña electoral. No puede haber un Aragón de dos velocidades, unos los que van a doscientos por hora y otros los que van en el furgón de cola. Y en eso nos va a tener cerca trabajando.
Muchas gracias.
[Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Tiene la palabra el señor candidato.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente.
Señor Aliaga.
Con la creación de una oficina contra la corrupción, el fraude y el despilfarro no estamos siendo particularmente originales porque ya hay otros países e incluso otras comunidades autónomas donde existen este tipo de oficinas.
Comparto absolutamente su defensa de los funcionarios. Comparto su visión sobre el buen funcionamiento de organismos como la Cámara de Cuentas, que creo que ha desarrollado un magnífico trabajo desde que existe. Ahora bien, a pesar de la Cámara de Cuentas y de los funcionarios, hay fraude, había y sigue habiendo fraude; a pesar de la Cámara de Cuentas y de los funcionarios, ha habido —ahora no porque no hay dinero— despilfarro, prácticas inversoras absolutamente improcedentes, y, a pesar de los funcionarios y de la Cámara de Cuentas, ha habido, por desgracia, corrupción. Y la habilitación de mecanismos de esta naturaleza, la habilitación de mecanismos como la creación de esta oficina, va justamente en la medida de prever y de penalizar más, si cabe, las prácticas, por así decirlo, ilícitas en todos los aspectos que se trata de corregir.
Por tanto, me parece que no tiene demasiado fundamento contraponer funcionarios y Cámara de Cuentas a la existencia de esta oficina. Creo que son dos mecanismos que se complementan a la perfección y que redundarán en que en el futuro las prácticas inversoras de la administración sean más atinadas de lo que lo han sido hasta ahora, porque en Aragón ha habido casos de despilfarro que seguramente no se volverían a repetir si existiera una mejor auditoría y un mejor control sobre las inversiones. Y ha habido casos de fraude que no es que se volverán a repetir, es que se están produciendo en este momento y que son una de las causas de que la hacienda española, y la aragonesa en particular, no recaude, por ejemplo, todo lo que tendría que recaudar.
Señor Aliaga, le vuelvo a insistir en que no pretendo que el gobierno planifique la economía. No soy soviético. No soy Lenin ni Stalin. Pretendo que la economía funcione sobre la empresa privada. Soy partidario firme de la economía social de mercado. Lo que creo que tiene que hacer el gobierno es ir más allá de proveer capital físico, formación y otros elementos a las empresas, y creo que debe orientar estratégicamente la economía del país. Y no lo creo yo, señor Aliaga; lo creen muchos empresarios, lo creen muchas cabezas bien amuebladas de la economía de esta comunidad autónoma que me han convencido de que el gobierno —o el gobierno que yo presida— asuma de manera determinada y asuma de manera resuelta esa función.
Yo no voy a decirles a los granjeros qué tipo de cerdos tienen que crear, ni a la Opel qué tipo de coches tiene que fabricar. Yo lo que tengo que hacer es, junto con los grupos parlamentarios —le vuelvo a insistir—, junto con la sociedad aragonesa en su conjunto, y, sobre todo, junto con los actores económicos y sociales, es conseguir un acuerdo sobre qué tipo de sectores son, desde el punto de vista estratégico, más potentes para nosotros, qué tipo de sectores son más competitivos, y poner al servicio de esa gran orientación estratégica de la comunidad los escasos recursos de los que disponga el gobierno. Cambiar las políticas, en definitiva. Porque no me negará usted que en ese sentido el gobierno saliente ha fracasado estrepitosamente.
Hablaba antes del Plan Impulso, que fue una mascarada, que fue un engaño absolutamente intolerable a la sociedad aragonesa. Usted mismo, con lo diligente que es en la gestión de aquello que se le asigna, ha sido siempre incapaz con este gobierno de ejecutar más de 79% del presupuesto que tenía asignado. Y, fíjese usted si había necesidades que atender en la industria aragonesa, y usted, que tan atento es con las empresas y tanto disfruta cuando se genera actividad nueva, ha tenido que conformarse con inaugurar, a lo largo de esta legislatura, empresas donde era mayor el número de invitados que los puestos de trabajo que se creaban. Eso, señor Aliga, lo tenemos que cambiar de arriba abajo.
Y hay algo, señor Aliaga, en lo que sí discrepo absolutamente con usted: la competitividad del país, conseguida a costa de la devaluación salarial, conseguida a costa de pagar salarios de miseria, conseguida a costa de sueldos de cuatrocientos euros, competir a la China —para entendernos— es algo que me repugna absolutamente.
Creo que tenemos que competir por otras vías. Tenemos que competir por la vía de la innovación, por una innovación que otorgue salarios dignos y decentes a la gente. Tenemos que competir logrando grandes acuerdos sindicales, para lo cual hacen falta unos sindicatos a los que el gobierno del Partido Popular ha desapoderado. Hacen falta unos sindicatos que, derogada la reforma laboral, tengan voz activa y tengan participación activa en las tareas de dirimir los conflictos entre trabajadores y empresarios. Hace falta, en definitiva, que la voz de los trabajadores se eleve. Hace falta, en definitiva, que el crecimiento genere, como le he dicho antes, no desigualdad y trabajo indigno, sino que hace falta un crecimiento que genere calidad en el empleo, que genere calidad en los servicios públicos y que además sea sostenible.
En este sentido sí que discrepo abiertamente con usted y aquí sí que le concedo que existe un punto lo suficientemente fuerte como para que vote en contra de nosotros, porque en este sentido nosotros vamos a actuar justamente en el sentido contrario que usted propugna.
Nosotros vamos a derogar la reformar laboral que usted defiende, y nosotros vamos a defender una vía de competitividad a través de la innovación, y no a través del empleo miserable.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Se hace un receso de cinco minutos.
A las once y cincuenta se iniciará la sesión.
Gracias.
[Pausa.]
Tomen asiento, señoras y señores diputados.
Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía.
La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Señor Lambán.
Gracias por su acogida.
En mi primera comparecencia en estas Cortes como portavoz del Grupo Ciudadanos, me gustaría agradecer a los sesenta y dos mil ciento ochenta y ocho aragoneses que confiaron en nosotros, y me comprometo a que trabajaremos sin descanso para no defraudarles, así como para tampoco defraudar a aquellos que no confiaron en nosotros esta vez, porque siempre hemos dicho que para nosotros los que no nos votaron no son nuestros enemigos, son nuestros compatriotas.
Permítanme que les recuerde unas palabras pronunciadas en esta misma Cámara en un acto como este ahora hace cuatro años. Cito: «Yo y todos los parlamentarios de esta Cámara tenemos un reto, y deberíamos tener una prioridad, que es la de hacer frente al paro, de hacer frente a la crisis económica y, como dice el último barómetro del CIS, en tercer lugar, a esa desafección que todos los que estamos aquí provocamos a una parte importante de los ciudadanos.» Fin de la cita. ¿Le suena, señor Lambán? Las pronunció su compañera de bancada Eva Almunia hace cuatro años. Lamentablemente, en esta última legislatura no han conseguido hacer frente a la desafección que los ciudadanos sentíamos por la política y por los políticos. Muestra de ello es hoy nuestra presencia en esta Cámara, que es la consecuencia de un fracaso.
Hoy, si miran a su alrededor, señorías, verán que estamos muchos diputados de nuevas formaciones que hemos nacido al albur de movimientos ciudadanos. Nosotros hoy estamos aquí precisamente por esa desafección y el alejamiento de la política tradicional, de la vieja política de algunos y la búsqueda por parte de la ciudadanía de una forma diferente de hacer política. Sí, Ciudadanos también nace de un movimiento ciudadano preocupado por la política actual, en la que el reparto de sillones primaba al acuerdo sobre las políticas, en la que los intereses partidistas se anteponían a los intereses de los ciudadanos y en la que el «y tú más» servía como excusa para no asumir nuestras propias responsabilidades.
Ciudadanos se presenta ante los aragoneses con la firme intención de convertirse en un referente para los que buscan ese cambio sensato que demanda la mayoría de los ciudadanos, el referente para los que quieren cambios y no rupturas, para los que defienden una nueva forma de ser y hacer política, sin cordones sanitarios ni bandos, para los que quieren hacer de los propios ciudadanos el verdadero centro de nuestra actividad, la actividad política.
Los aragoneses han decidido un parlamento plural que necesitará más que nunca altura de miras y predisposición al acuerdo continuo. Lo que hay que hacer, política con mayúsculas, y dejar a un lado lo que nos separa para profundizar en lo que nos une y alcanzar consenso. Y es ahí donde siempre nos van a encontrar a Ciudadanos.
No olvidemos ni un solo día que los ciudadanos han elegido un parlamento sin mayorías, y estaremos vigilantes para que ninguno de los grupos se arrogue unas mayorías que no les han ofrecido las urnas.
Ayer trataron de centrar la contienda electoral entre la izquierda y la derecha. Nosotros entendemos que la verdadera contienda giró entre las formas de hacer política, la vieja y la nueva forma, y por eso hoy aquí estamos representadas dos formaciones nuevas.
Durante estas últimas semanas hemos asistido a negociaciones públicas combinadas con desencuentros y reconciliaciones más propias del ámbito teatral que de la seriedad que requiere esta institución, en la que, de momento, el llamamiento a la pluralidad enarbolado por algunos grupos políticos antes de iniciar las negociaciones solamente se ha visto reflejado en el tradicional reparto de sillones de la Mesa de las Cortes, en la que únicamente tres de las siete fuerzas políticas están representadas. Confiemos en que esta no sea la tónica habitual de esta legislatura.
No le vamos a apoyar, señor Lambán, pero siempre nos encontrará en las propuestas de su gobierno que vayan encaminadas a buscar soluciones al terrible problema del desempleo que sufren casi cien mil aragoneses, en todas aquellas medidas que sirvan para mejorar la educación de nuestros hijos y la formación de nuestros jóvenes, en todas las iniciativas que faciliten a nuestros emprendedores y empresarios el desarrollo de su actividad y, con ello, la creación de empleo y la generación de riqueza en nuestra tierra, Aragón, y, sobre todo, ante cualquier solución que atienda a los más débiles, a los dependientes, a los perjudicados por una crisis, en la que —no lo olvidemos— usted también tienen su parte de responsabilidad. Nos encontrará en todas esas propuestas encaminadas a racionalizar la administración aragonesa y a reducir el gasto estructural, y en aquellas encaminadas a mejorar la vertebración del territorio.
A ninguno de los que estamos hoy aquí se nos escapa que la regeneración democrática debe ser algo más que un eslogan electoral y que debemos trabajar por dignificar la política. Señor Lambán, desde Ciudadanos vemos con buenos ojos las escasas propuestas de regeneración a las que ayer hizo referencia en su discurso, y echamos en falta algunas que le voy a enumerar para su consideración, y en las que siempre encontrará nuestro apoyo, así como en todas aquellas encaminadas a terminar con las puertas giratorias, a la despolitización de los órganos de control autonómico, como, por ejemplo, la elección de la Cámara de Cuentas, a la que reconocemos su trabajo, o en la mejora y control de la aplicación de la ley de contratos públicos. Pero añada, además, algunas más.
En primer lugar, le pedimos que ponga a disposición de la justicia toda la administración aragonesa para el esclarecimiento de los casos de corrupción abiertos. Déjese de crear nuevos órganos y oficinas y dote de recursos económicos y humanos a aquellos que ya existen para que puedan hacer su trabajo de manera eficiente.
La lucha contra la terrible lacra de la corrupción que tanto daño hace a la política debe llevarnos a tomar medidas preventivas que la salvaguarden, y, por ello, debemos lograr un compromiso de todos los partidos que hoy estamos aquí para apartar de cualquier cargo político, público y orgánico, a cualquiera que se encuentre imputado por los delitos contra la administración pública, así como aquel que manipule su currículum para acceder a un puesto de trabajo.
En segundo lugar, consideramos necesario abordar de una forma tranquila pero valiente un tema del que no hemos oído referencias hasta este momento en la Cámara, la reforma de la ley electoral aragonesa, para hacerla más proporcional, en la que se estreche la enorme diferencia de peso electoral en nuestro territorio. Una reforma que contemple la circunscripción única, las listas abiertas, para favorecer la elección de los candidatos con mejor capacidad, así como la reducción de los gastos electorales, que suponen a día de hoy un despilfarro intolerable en la era de las comunicaciones.
Consideramos igualmente necesario que la política sea una actividad transparente y digna, y por eso es necesario que nadie haga de ella una forma permanente de vida. Señor Lambán, impulse una iniciativa para limitar los mandatos, así como que los cargos públicos solo ingresen un salario por su actividad, sea política, pública u orgánica, dentro de los partidos. En esa misma lucha contra los privilegios políticos, les animamos a trabajar por la supresión de todos y cada uno de los aforamientos de los que gozamos los diputados en esta Cámara.
Señor Lambán, uno de los problemas con los que se encuentra el elector español es que algunos partidos dicen en cada territorio una cosa diferente. En esto, Ciudadanos también abogamos por una nueva forma de hacer política proponiendo lo mismo en todos los rincones de España.
Le animamos, señor Lambán, a que imite a sus compañeros del partido andaluz y traiga a esta Cámara una iniciativa que impida compatibilizar la tarea de diputado autonómico y la de alcalde. Una iniciativa, por cierto, ya avalada por el Tribunal Constitucional.
En su discurso de ayer nos habló largo y tendido de las pretensiones, de un sinfín de iniciativas que usted quiere llevar a cabo a lo largo de esta legislatura, e incluso algunas que trascienden en el tiempo. Pero, como siempre, los ciudadanos de a pie, y en este caso Ciudadanos, echamos en falta una mayor concreción en la manera de obtener los recursos necesarios para conseguirlas. ¿De dónde va a quitar para poner en todas esas propuestas que nos hizo en el día de ayer? ¿Sera, tal y como ustedes se han comprometido en el documento con uno de sus socios de investidura, Podemos, de la eliminación de unos cuantos vehículos o unas cuantas tapas de catering? ¿Cree que puede mejorar considerablemente las listas de espera retirando los complementos salariales de los representantes públicos? ¿Dejará de gastar en publicidad institucional, algo que los gobiernos socialistas hacen bastante bien, y reabrirá con eso las escuelas rurales cerradas en estos últimos años?
Señor Lambán, esto ya no es broma. Las cuentas de la comunidad son las que son, y deberíamos ser muy prudentes a la hora de hacer brindis al sol de cara a la galería e indicar alto y claro qué partidas presupuestarias se van a modificar y a quién y cómo afectarán.
Sea sincero, díganos si va a subir los impuestos, qué impuestos. ¿A quién va a afectar?, ¿a las familias, a las rentas medias o a las grandes empresas promoviendo la desaparición de exenciones y bonificaciones del impuesto de sociedades? ¿Cómo va a pagar usted los cincuenta millones que le reclama a la DGA el actual alcalde de Zaragoza? ¿Acaso espera usted recuperar los doscientos millones de fraude del caso Plaza? ¿Y la deuda con la universidad? ¿Nos podría detallar qué partida presupuestaria del presupuesto de 2015 va a modificar? ¿Le apoyará Podemos en su modificación?
Quizá podríamos entender y hasta disculpar, por desconocimiento o ingenuidad, que alguno de los nuevos en esta Cámara tuviéramos, y me incluyo, la tentación de solucionar los problemas a golpe de modificación presupuestaria. Y es verdad, pero, señor Lambán, usted que lleva en política desde el año 1983, confiamos en que no cometerá ninguna imprudencia en este sentido y no se dejará llevar por aplicar soluciones fáciles a problemas complejos, o poco a poco se irá poniendo más morado de lo que ya parece.
Nosotros también consideramos necesaria la reducción del gasto superfluo tal y como lo han considerado todos los gobiernos precedentes y también estamos de acuerdo en reducirlo, como lo estuvo la señora Rudi, que así se comprometió en su debate de investidura en el año 2011.
¡Cómo no vamos a ser partidarios de reducir los asesores y cargos de confianza, o los vehículos innecesarios! ¿Alguien puede estar en contra? Pero, además, señor Lambán, consideramos necesario hacer frente a una revisión salarial de los cargos electos en la que nosotros, los diputados, tengamos unas retribuciones dignas, pero también explicables y admisibles por la ciudadanía, tal y como se recoge en su programa electoral.
Echamos en falta en su discurso de ayer una propuesta de revisión del enorme conglomerado de empresas, fundaciones, consorcios y demás entes públicos que suponen una pesada carga para las finanzas aragonesas.
Me gustaría recordarle unas palabras que pronunció el señor Sada en este mismo estrado. El motivo fue la enmienda a la totalidad presentada por el Grupo Socialista a la proposición de ley de distribución de responsabilidades administrativas entre las entidades locales aragonesas, propuesta por el gobierno Popular. Cito textualmente: «Hay que recordar ahora que la comarcalización, de la cual nosotros somos responsables y coparticipes, se dijo que no iba a tener un gasto, y lo ha tenido. No tiene memoria económica. Dar a las comarcas y a las diputaciones competencias propias es una perversión democrática, no solo por su forma de elección, porque setecientos treinta y tres ayuntamientos de elección y sobre todo de control directo por sus vecinos no pueden ser sustituidos ni por treinta y tres comarcas, ni por tres diputaciones, sin esas garantías democráticas. En cuanto a la comarcalización, planteamos una reforma profunda de la misma que contemple, en primer lugar, una despolitización, centrando su actividad en la prestación de servicios». Fin de la cita.
Pues bien, señor Lambán, señora Rudi, como representantes de las fuerzas mayoritarias de este parlamento, les propongo reunirnos lo antes posible para tratar este tema. Un tema que siempre ha rondado a sus respectivos partidos políticos. Una iniciativa, la de las comarcas, que, si bien nació con una idea de acercamiento de los servicios a los ciudadanos del territorio, convendrán conmigo en que se les ha ido de las manos. Una iniciativa que no iba a costar un euro a los aragoneses, y ha terminado manteniendo cerca de ochocientos cargos políticos comarcales y sedes por varios millones de euros.
Les propongo que abordemos la despolitización de las comarcas antes de plantear los presupuestos del 2016. Es la hora de ser valientes. Llevar a cabo la reforma de los órganos comarcales eliminando su carga política de los respectivos costes fijos, e invirtamos ese ahorro en dar un mejor servicio y atención a los ciudadanos de nuestro territorio.
Confiemos, señor Lambán, en que su gobierno no sea prisionero de los acuerdos de gobernabilidad alcanzados, como ya ocurrió en anteriores gobiernos, y las buenas intenciones en torno a la revisión, reducción y despolitización de las comarcas no se queden en una mera evaluación de su funcionamiento.
Tenemos la impresión de que ayer usted se presentaba como candidato a la presidencia del gobierno de la provincia de Zaragoza, ya que solo nombró en dos ocasiones a Teruel y una vez a Huesca, eso sí, nombró una vez más a Alcañiz, otra a Andorra y otra a Torreciudad.
Uno de los problemas más acuciantes de Aragón es la despoblación. De una forma preocupante en Huesca y dramática en Teruel. Nuestra baja densidad demográfica, unida al enorme desequilibrio territorial, lejos de atajarse vemos como se incrementa año tras año. Señorías, nos encontramos ante un problema que consideramos de estado, e incluso figura en las preocupaciones de la Unión Europea. Les insisto en que su mejora sea una de las prioridades en este parlamento en esta legislatura.
En muchas ocasiones, la ordenación del espacio aragonés se hace con un planteamiento dicotómico entre Zaragoza y el resto de Aragón. Creemos que todos los habitantes de Aragón deben ser nuestra preocupación, vivan donde vivan. Debemos seguir mejorando las infraestructuras, tanto de carreteras como ferroviarias, y ya no admite más demora que la banda ancha alcance a todo el territorio aragonés.
Desde Ciudadanos apoyamos todas y cada una de las cincuenta iniciativas contra la despoblación rural planteadas por la Comisión de entidades locales del Senado, propuesta, por cierto, hecha por el Grupo Socialista y que nos sorprende no haber visto algunas de ellas en su programa electoral.
Debemos seguir demandando una distribución de los fondos europeos que tenga en cuenta las características particulares de algunas zonas de Huesca y Teruel, así como las acciones emprendidas en el proyecto Sierra Celtibérica en Teruel.
Desde su gobierno creemos que hay que seguir contribuyendo al reequilibrio económico, apoyando iniciativas como el desarrollo económico rural, identificando sectores económicos adecuados a cada zona. Debemos perseguir el objetivo de que se realice en Aragón el ciclo industrial completo, desde la producción de las materias primas a su transformación y comercialización hacia el exterior.
El turismo ha contribuido especialmente al desarrollo de algunas zonas aragonesas. Sigamos apoyándolo.
Otra iniciativa es la localización industrial descentralizada, en la que, además de las ayudas y ventajas que podemos ofrecer a las industrias locales, seamos capaces de atraer la implantación de industrias privadas foráneas a través del enraizamiento de proveedores autóctonos.
Animamos a que trabajen en dar soluciones a la central térmica de Andorra, al menos el tiempo suficiente para crear y atraer nuevas industrias que permitan una mayor diversificación y alternativas a una población en continua incertidumbre. No debemos permitir que una determinada zona de Aragón dependa de una única industria y, si esa industria se va, se muera.
Quiero hablarle ahora, señor Lambán, de educación.
Coincidiremos todos los presentes en que la educación es el pilar básico del futuro de una sociedad, además de un derecho fundamental reconocido en nuestra Constitución. Y estaremos de acuerdo también en la necesidad de invertir en ella.
Usted, señor Lambán, ya anunció, junto con las fuerzas que apoyan su investidura, que trataría de paralizar la implantación de una ley orgánica como es la LOMCE. La postura de Ciudadanos siempre ha sido clara y común en todo el territorio nacional. No nos gusta esta ley, no es la ley que consideramos adecuada para España, fundamentalmente porque, tras siete leyes educativas desde los años setenta, volvemos a caer en el mismo error: hacerla sin consenso y con una visión partidista de la misma.
Señorías, ya basta de hacer de la educación un campo de batalla ideológico. Queremos un país moderno, avanzado, y para ello necesitamos un proyecto educativo con vistas a varias generaciones, y no con las vistas puestas en las próximas elecciones.
Desde Ciudadanos venimos proponiendo un gran pacto nacional por la educación a una generación vista, en el que se abogue por la educación pública de calidad, en la que el esfuerzo y el mérito sean recompensados, en el que el objetivo de formar a buenos ciudadanos, buenos profesionales, pero sobre todo buenas personas, prevalezca sobre el objetivo de formar consumidores y votantes adeptos. Una educación laica, que se adapte a las distintas necesidades en el aula, que defienda la diferencia como un valor enriquecedor, y valore, motive y reconozca a nuestros maestros y profesores.
Señorías, el mundo ha cambiado y debemos preparar a nuestros jóvenes para competir en un mundo globalizado en el que los idiomas y las nuevas tecnologías son la herramienta habitual. Por eso, el bilingüismo ya no puede ser una opción en el aula, debe ser la normalidad. Y por eso debemos adecuar nuestra fuerza educativa a la realidad económica y social de nuestro entorno.
Nosotros también apoyaremos cualquier propuesta encaminada a destinar recursos a la formación del profesorado, a una mayor participación de las familias en la educación de sus hijos, a que nadie tenga que dejar sus estudios por cuestiones económicas, incrementando las ayudas y becas, a una educación dual en la que la formación práctica complemente a la teórica, en la que la escuela no sea una burbuja aislada del mundo que le rodea.
Debemos garantizar la continuidad del bilingüismo en todos los ciclos de la educación obligatoria y en el bachillerato, pero una educación bilingüe de calidad, con buenos profesionales que formen alumnos que puedan manejarse con normalidad en esa segunda lengua extranjera.
Es el momento de sentarnos a analizar las pirámides poblacionales del territorio aragonés, de las zonas escolares y distritos de Zaragoza, y hacer una redistribución acorde con nuestra realidad de las aulas y plazas escolares.
Creemos nuevas plazas allí donde es necesario. Hablamos de los barrios del sur de Zaragoza, de Cuarte, de Miralbueno, de Villanueva de Gállego, de la Sierra de Albarracín, de las Anejas de Teruel, de los colegios rurales de Huesca…, por poner solo unos ejemplos.
Dejemos de buscar soluciones temporales o parches a la situación a través de barracones o de habilitar aulas en gimnasios, sótanos o altillos, e incluyamos los nuevos edificios necesarios en el próximo plan de infraestructuras 2016-2020, porque la calidad de la educación no puede hacer solo referencia al currículo, sino también a las infraestructuras e instalaciones.
Ha llegado, quizá, también el momento de analizar la especialización de los campus aragoneses, especialmente el de Huesca y Teruel, a fin de lograr una mayor gestión de los recursos disponibles para nuestra universidad, y una redistribución de la población universitaria entre las tres provincias. Pero para ello debemos favorecer los desplazamientos de los universitarios a través de un mejor sistema de becas, de transporte y comedor, con una mayor dotación presupuestaria y una red de residencias universitarias públicas.
Desde Ciudadanos creemos que la LOMCE es manifiestamente mejorable y, en nuestra opinión, como ya he dicho anteriormente, deberíamos ir hacia un gran consenso en la educación. Somos conscientes de que el respeto a la legalidad no puede ser una cuestión de bandos enfrentados en los que la realidad legal dependa del color con que se mire. No se trata de si la ley es más morada o azul, más verde o más naranja. Se trata de si realmente es la norma legal que necesita nuestro sistema educativo. Dicho esto, consideramos igual o más importante el respeto a las leyes vigentes, y que los cambios de las leyes se han de producir por los cauces y procedimientos adecuados, y en los lugares que marca nuestra legislación, y no por la puerta de atrás y con una celeridad impropia de un tema que nosotros consideramos de estado. Dura lex sed lex.
Señorías, ustedes quieren derogar esta ley por el mismo motivo por el que se puso en marcha, por intereses partidistas y electorales. Se lo repetiremos una y otra vez a lo largo de esta legislatura: dejen de usar la educación de forma sectaria y partidista. Piensen en términos de país, piensen en términos de educación en mayúsculas, piensen en nuestros jóvenes y en nuestros niños.
Señor Lambán, va a salir usted de este debate como presidente de Aragón y va a gobernar en el gobierno menos estable de Aragón. Un gobierno apoyado por dieciocho —y, en el mejor de los casos, veintiuno— de los diputados de los sesenta y siete que conformamos esta Cámara. Se nos antoja un pilar un tanto endeble. Usted va a ser el presidente nominalmente, pero ¿qué programa va a aplicar?
A nosotros nos parece estupendo que firme el pacto con quien le parezca, pero lo que no entendemos de recibo es que quiera sufragar con dinero de todos los aragoneses a los vigilantes de ese pacto. Quiere destinar parte del presupuesto de esta comunidad, del dinero que pagamos todos, a sufragar un órgano que va a controlar un acuerdo firmado entre dos partidos que son entidades privadas.
Hoy, señor Lambán, será usted presidente. Un presidente cautivo de unos vigilantes dispuestos a apretarle las tuercas cada vez que usted tenga la tentación de salirse de la hoja de ruta que le han marcado. Porque, no se engañe, esto es un apoyo estratégico con vistas a unas elecciones generales. Y ya veremos.
Señor Lambán, usted ha hecho un pacto con el diablo, con aquellos que hasta hace poco le llamaban casta, sinvergüenza y nido de ladrones. De ese pacto son cómplices los que lo firman. Ojalá me equivoque, pero pronto comenzarán a pasarle la primera letra del alquiler, porque, no nos equivoquemos, usted estará en esta presidencia mientras su casero se lo permita. Llegará un día en el que sus socios le exigirán nuevas cesiones, nuevas ofrendas bajo la amenaza de consultas a los círculos soberanos.
Desde Ciudadanos tendemos la mano a todo aquel que pretenda llevar a cabo los cambios que necesita nuestra tierra y demanda la ciudadanía, y lo haga desde el respeto, el espíritu de concordia y unidad de nuestra Constitución, a nuestro Estatuto de Autonomía, que preserva la esencia de lo que somos y siempre con respeto de la legalidad vigente y la defensa de nuestras instituciones como garantes de nuestros derechos históricos.
Defenderemos los derechos de los aragoneses sin complejos, sin los victimismos propios del nacionalismo, del casposo regionalismo, y con el orgullo de pertenecer a una España de la cual Aragón debe ser un pilar fundamental.
Me siento orgullosa de ser aragonesa, de ser española y de ser europea, y no quiero que ninguna de estas tres condiciones suponga la exclusión de las otras dos.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato para responder.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
Señora Gaspar, con muchas de las cosas que ha dicho puede estar de acuerdo no solo cualquiera de los representados en esta Cámara, sino cualquiera de las personas que pasan por la calle, porque, si me lo permite, son vaguedades sin apenas contenido, y se lo digo con todo el respeto del mundo. En algunas sí que discrepo y no las suscribirían muchas de las personas que están aquí o que pasan por la calle.
Desde luego, Ciudadanos no ha nacido de los movimientos sociales. Ha nacido de otro lugar que no voy a reproducir. Esa la primera cuestión.
Segunda, cuando habla usted de vieja y nueva política, no sé si sabría decir en qué consiste la vieja política y la nueva política. Seguramente, lo que a lo mejor desconoce es que ha habido siempre una buena política, que quizá se ha pervertido en algunos puntos de su aplicación en los últimos tiempos, y que simplemente se trata de recuperar en su estricta integridad, para que las cosas empiecen a funcionar bien y para que la política sirva a aquello para lo que fue inventada: para ordenar virtuosamente la convivencia de las gentes.
Dice usted que hay que olvidar lo que nos separa, profundizar en aquello que nos une; y yo estoy convencido —ni siquiera haciendo ningún esfuerzo de asignar el beneficio de la duda— de que a lo largo de la legislatura verá usted como son muchas las cosas que nos unen. Es más, al principio nos hablaba usted de que, suscribiendo y estando de acuerdo con un código ético que nos hizo llegar, prácticamente teníamos abiertas de par en par las puertas a un acuerdo de investidura. Nosotros le íbamos a proponer que ese código ético con el que estamos de acuerdo fuera completado con otras medidas porque su código ético francamente se nos queda corto. Pero ni siquiera hubo lugar a ello porque rápidamente, por posiciones marcadas, no sé si desde aquí o desde otro lugar, ustedes decidieron votar en contra de mi investidura, cosa que es absolutamente respetable.
Es verdad que ustedes hacen en todos los sitios lo mismo. Eso es tan verdad que, a diferencia del resto de las fuerzas políticas de esta Cámara, usted es líder de una representación territorial de Ciudadanos que tiene su sede en Barcelona. Estoy absolutamente convencido de que, conforme vayan avanzando las cosas y ustedes vayan aterrizando en la realidad aragonesa, le dirán al señor Rivera que no aceptan ser representación territorial y que querrán tener la autonomía de funcionamiento que, en general, tenemos todas las fuerzas representadas en esta Cámara.
Señora Gaspar, la gente no votó en las últimas elecciones —o al menos esa es la visión que yo tengo del proceso— entre la vieja y la nueva política. La gente votó entre quienes denunciábamos las desigualdades, entre quienes denunciábamos la pobreza, la exclusión social, entre quienes denunciábamos la destrucción paulatina de los servicios públicos, y quienes eran, de alguna forma, displicentes, de alguna forma, defensores de las políticas llevadas a cabo en los últimos años o, de alguna forma, postergaban ese tipo de consideraciones en favor de otras.
En definitiva, en Aragón, señora Gaspar, todo el mundo sabía que, si ustedes, el Partido Aragonés y el Partido Popular, sumaban treinta y cuatro, ustedes se plegarían dócilmente a votar la investidura de la señora Rudi y, en este momento, estaríamos hablando de un parlamento con un tripartito mayoritario distinto al que las urnas depararon. Y lo demás son ganas de enredar o de dispersar una interpretación real de los hechos, que es justamente la que le acabo de decir.
No obstante, ha enumerado una serie de asuntos en los que sí coincidimos en los planteamientos. Dice que nos encontrará y dice que, a su vez, usted nos encontrará a nosotros. Y ha enumerado varios —se lo digo con toda sinceridad— en los que estamos absolutamente de acuerdo. Y lo ha hecho, además —estoy absolutamente convencido—, con convicción, con honradez y con la determinación absoluta de llevarlos a cabo.
En todo caso, algunas cuestiones, señora Gaspar, sí que quiero dejarlo claro desde el principio para no equivocarnos de cara al futuro, algunas de las cuestiones no podemos aceptarlas porque no obedecen a la realidad.
De regeneración política, de honradez, de transparencia, llevamos mucho tiempo hablando todas las fuerzas políticas. Hemos hablado mucho estos años en esta Cámara. Podrá parecer incorrecto políticamente lo que voy a hacer, pero lo cierto es que desde esta Cámara, impulsada por el gobierno anterior, ha surgido una magnífica Ley de transparencia, con la aportación de todas las fuerzas políticas, y que es un magnífico instrumento para imprimirle limpieza y transparencia a la gestión de este gobierno que va a empezar a funcionar y de los que vendrán después. Pero le voy a decir algo que, con menos frecuencia de lo que se debiera, los que llevamos algunos años en política venimos afirmando. Mire usted, la honradez es capaz de acreditarla y puede presumir de ella aquel que ha tenido la oportunidad de no ser honrado porque ha sido sometido a prueba a través de su paso por la institución o por el gobierno. Presumir de honradez, enarbolar la bandera de la honradez sin haber pasado por responsabilidades de gestión o de gobierno, es una aspiración absolutamente legítima, absolutamente correcta, pero tiene menos valor que aquel que puede presumir de ella porque la ha acreditado a lo largo de su trayectoria política.
Y yo, señora Gaspar, y me atrevería a decir que la totalidad de los miembros que conformamos esta Cámara, somos hombres y mujeres que, en el desempeño de nuestras funciones anteriores, con todos los errores que se nos quieran atribuir, hemos sido hombres y mujeres con un comportamiento escrupuloso desde el punto de vista de la decencia y desde el punto de vista de la honradez. [Aplausos.]
Decía usted que me comprometa a poner a disposición de la justicia todo lo que tenga que ver con irregularidades, todo lo que tenga que ver con corrupción. Es que, por obligación moral, ética y legal, lo tengo que hacer. Lo hizo el gobierno anterior y el anterior, y lo tendrá que hacer el gobierno siguiente y el siguiente. En ese sentido, la suya, aunque bienintencionada, me parece una petición absolutamente redundante.
Hablaba usted de circunscripción única en Aragón. ¿Y usted me acusa a mí de que me olvido de Huesca y de Teruel? [Aplausos.] ¿Sabe lo que significa una circunscripción única respecto a provincias poco pobladas como Huesca o como Teruel?
Habla usted de limitación de mandatos. Está reflejada en nuestro programa electoral, señora Gaspar; por tanto, no se esfuerce más en reclamárnosla, que es un compromiso que nosotros hemos asumido.
Hablaba usted de un solo salario. Se lo está diciendo alguien —y no presumo de ello porque creo que cumplía simplemente con mi obligación— que a lo largo de los últimos años, pudiendo cobrar más de una retribución, legalmente hablando, ha renunciado sistemáticamente a ellas, y, desde luego, con las modificaciones legales oportunas, es algo que tratamos de elevar a norma de obligado cumplimiento en nuestra comunidad.
Hablaba usted de aforamientos. Ese es otro debate que empezamos la pasada legislatura, que en el código o en el planteamiento de regeneración que planteó el Partido Popular creo que estaba incluido el asunto de los aforamientos, no lo recuerdo bien en este momento, pero creo que estaba incluido, pero antes lo habíamos planteado el resto de los grupos políticos, y después lo seguimos planteando. Ese es un debate en el que creo que nos podríamos poner fácilmente de acuerdo a poco que nos lo propusiéramos.
Habla usted de incompatibilidad entre diputados y alcaldes. Me someteré, como no puede ser de otra forma, a mejor criterio, pero ya le adelanto que no estoy de acuerdo porque, entre otras debilidades, tengo la de ser admirador de la tradición política francesa, en la cual ha habido presidentes de la república que han compatibilizado su función con el ejercicio de la alcaldía de su pueblo, y estoy convencido de que eso, más que irle bien a su pueblo, le ha ido bien a Francia.
Habla usted de cómo vamos a hacer frente al programa electoral y al programa de gobierno que nos hemos comprometido a llevar a cabo, con qué recursos y de qué manera vamos a financiar las obligaciones que hemos contraído. Por redundante, no voy a renunciar a insistir en argumentos que haya utilizado esta mañana con el señor Bermúdez y con el señor Aliaga, en el sentido de decir que trataremos de mejorar la financiación, que trataremos de obtener más ingresos, pero que, en cualquier caso, la medida del cumplimiento de nuestros compromisos estará absolutamente determinada por una priorización de los mismos, que empieza por la eliminación de la pobreza y la exclusión social, sigue por la reconstrucción de los servicios públicos y, a partir de ese momento, por otro tipo de atenciones presupuestarias, que pueden ser muy importantes, pero que, desde luego, son secundarias, desde el punto de vista moral y desde el punto de vista ético, con las que le acabo de decir.
Me pregunta si voy a subir los impuestos. Por enésima vez le he dicho que no tenemos ninguna pretensión de modificar la actual presión fiscal sobre los ciudadanos aragoneses. De momento, el único compromiso que hemos adquirido es el establecimiento de un impuesto sobre las hidroeléctricas, que, en justicia, debería ser no solo el que vamos a imponerles, sino algunos más, porque alguna vez tenemos que hablar en este país seriamente de qué han supuesto las hidroeléctricas y qué tenemos que hacer desde los poderes públicos con las hidroeléctricas.
Decir que en Plaza hay doscientos millones de escamoteo, o no sé qué palabra ha utilizado, es, permítame que se lo diga, una temeridad por su parte. Creo que la evolución de los acontecimientos, de las investigaciones, de las sucesivas sentencias judiciales, pondrá en evidencia que esa cantidad es absolutamente desmesurada. Y, a poco que uno tenga experiencia de gestión y haya, en un ayuntamiento, por pequeño que sea, gestionado obras y tramitado obras, sabe que, en una inversión de cuatrocientos millones, ya de entrada un desvío de doscientos es absolutamente imposible.
Las palabras del señor Sada, en un debate al que creo que no asistí, estuvieron llenas de sabiduría, como normalmente están llenas las palabras que pronuncia el portavoz del Grupo Socialista. Me atengo totalmente a ellas. Acertó absolutamente en lo que dijo porque es justamente lo que piensa el Grupo Parlamentario Socialista. Y, por cierto, es justamente lo que creo que empieza a pensar también el Partido Popular, aunque no es lo que piensa Podemos, lo que piensa Izquierda Unida, lo que piensa Chunta y lo que piensa el Partido Aragonés.
No obstante, es este un tema de tal envergadura, de tal dimensión, de tal calado, que ya he dicho aquí que, en tanto en cuanto no exista un consenso igual o superior al que hubo cuando se puso en marcha el actual sistema institucional vigente, yo no propondré la modificación de ese sistema. Aunque sabe usted cuáles son mis ideas, las que expresaba el señor Sada, lo sabe por tanto toda la Cámara, y, defendiendo esas posiciones, pero absolutamente supeditados a la obtención de un consenso final que supere nuestras posiciones previas, estamos dispuestos a iniciar un dialogo, pero no solo entre Ciudadanos, el Partido Popular y el Partido Socialista; un diálogo entre todos, absolutamente todos los grupos representados en esta Cámara, y en el que además creo que se debe dar la voz principal a los ayuntamientos, porque me parecería repetir el desatino que se cometió en 1999 proceder a una fórmula de organizar la intermunicipalidad, que es sobre todo una fórmula de autoorganización de los ayuntamientos, tal y como yo la entiendo, sin contar activamente con los ayuntamientos.
He hablado de despoblación, señora Gaspar. Por cierto, vuelve a olvidarse usted en este caso de la provincia de Zaragoza, porque le aseguro a usted que despoblación hay en Teruel, pero hay comarcas zaragozanas donde la despoblación es incluso mayor. Si no, le recomiendo —a lo mejor como no tenían ustedes candidaturas por esa zona no hizo los viajes correspondientes—… le recomiendo que vaya por Belchite, que vaya por Daroca, que vaya por gran parte de la Comarca de Calatayud, que vaya por el Aranda o que vaya por las altas Cinco Villas, y verá usted, señora Gaspar, lo que es despoblación. De todas formas, su preocupación por ese problema me parece absolutamente atinada, la comparto. Estaremos de acuerdo en proponer medidas y llevarlas adelante, aunque le repito que creo que, fundamentalmente, para combatir la despoblación lo que hay que hacer es apostar por una red de ciudades medias y pequeñas, y crear en ellas empleo y servicios públicos; si no, no hay varitas mágicas, no hay elixires hechos por ningún druida que puedan evitar la despoblación.
¿Preocupación por la central térmica de Andorra? Sí. ¿Coincidencia en que una zona no puede estar sometida a un monocultivo concreto? También, totalmente de acuerdo con lo que ha dicho.
Insisto: no vamos a paralizar la aplicación de una ley orgánica en Aragón. Vamos simplemente a modificar la aplicación de la parte de esa ley que es de competencia autonómica —insisto en ello—, y lo vamos a hacer respetando escrupulosamente la legislación. Nosotros no somos insumisos en el incumplimiento de la legislación vigente. Otra cosa es que todo aquello con lo que no estamos de acuerdo, por las vías democráticas ordinarias, que es el parlamento, tratemos de cambiarlo, y, desde luego, la LOMCE es una ley que estoy absolutamente seguro de que tiene una vida muy limitada, que morirá dentro de pocos meses, porque fue una ley hecha por un partido contra todos los demás, a diferencia de un esfuerzo de diálogo anterior, el que hizo el señor Gabilondo, que concitó el acuerdo de todos los partidos y de toda la comunidad educativa, y que no contó solo con el concurso del Partido Popular. Un partido que, por otra parte, es lo suficientemente representativo de la sociedad española como para que cualquier gran acuerdo que se precie, y que se quiera llamar así, no lo sea si no cuenta con el concurso del Partido Popular.
Pero tenga claro también, señora Gaspar, para no llevarse las manos a la cabeza por lo que la semana que viene ocurrirá, tenga claro que la paralización de los aspectos de la LOMCE que son competencia de la comunidad autónoma es algo en lo que no solo estamos de acuerdo los grupos firmantes del pacto de investidura, sino que es algo en lo que está absolutamente de acuerdo, y nos lo están reclamando, los miembros de la comunidad educativa, prácticamente en su totalidad, y yo diría que una amplísima parte de la sociedad aragonesa.
¿Qué programa vamos a aplicar? Señora Gaspar, el del Partido Socialista enriquecido con las aportaciones de Podemos, de Chunta Aragonesista y de Izquierda Unida, que, lejos de ser antagónicas con las nuestras, eran aportaciones que enriquecían las nuestras, o, por ser respetuoso, lo diré al revés: sus aportaciones se veían y se verán enriquecidas por las nuestras.
¿Voy a ser un presidente cautivo? El tiempo lo dirá. Le aseguro, en todo caso, que creo que voy a tener bastante más margen de maniobra y voy a ser más respetado por las fuerzas de izquierda de este parlamento de lo que va a ser la señora Cifuentes en Madrid y de lo que va a ser el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, que no sé el pobre en qué condiciones se ha atrevido a aceptar la investidura como presidente del gobierno de aquella comunidad autónoma.
Y no se preocupe por costes añadidos a los estrictamente necesarios, que ese órgano que se pretende crear para verificar y comprobar el cumplimiento de los pactos es un órgano que no tendrá ningún coste para la comunidad autónoma.
De todas formas, señora Gaspar, reitero que observo muchas más coincidencias que divergencias entre su posición y la nuestra, aprecio en lo que vale, y creo que vale mucho, el tono y la predisposición observada en su discurso, y le aseguro que su buena voluntad y la nuestra, de manera coordinada, de manera complementaria, se pondrá a prueba en los próximos cuatro años.
[Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía.
La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: Señor presidente.
Señor Lambán, antes de responder a todo, déjeme recordarle cómo han sido las negociaciones de Ciudadanos con el resto de fuerzas políticas en otros parlamentos, no solo en Murcia y en Madrid; no olvidemos también Andalucía.
Primero presentamos un decálogo por la regeneración democrática, un compromiso por la regeneración democrática, paso previo para empezar unas negociaciones que nos permitan llegar a acuerdos en materias de regeneración democrática, económicas y sociales. Comprenderá que, con el escaso tiempo que nos dieron, la firma de la regeneración democrática implicaba la apertura de las negociaciones en el resto de los puntos; pero ser el cuarto plato en una cena opípara nos da poco margen para poder negociar, cuando ya muchas de las cosas están negociadas, con lo cual era bastante complicado poder encajar una abstención o un voto a favor.
Todos los responsables, portavoces y líderes autonómicos de Ciudadanos tenemos libertad a la hora de tomar decisiones, y así lo hemos demostrado tomando decisiones en escaso tiempo sin consultar con nadie.
Llevan todo el debate hasta ahora intentando ubicarnos entre la derecha o la izquierda. Han estado hablando de gobiernos de izquierdas, y, si no, el gobierno de la señora Rudi, en el que hubiéramos pactado si hubiéramos alcanzado la mayoría de treinta y cuatro. Bueno, no vamos a hablar de supuestos e hipótesis porque no lo alcanzamos, y no sabemos nunca lo que hubiéramos hecho o no hubiéramos hecho Ciudadanos. No nos ponga ni en la derecha ni en la izquierda. Siempre hemos dicho que estaremos en aquellas medidas, propuestas y proyectos que beneficien a los ciudadanos, y, desde hoy y desde aquí, le tendemos la mano a usted y a todos los grupos de esta Cámara para hablar de propuestas y proyectos, y en eso le sigo tendiendo la mano y se la tenderé siempre.
Hablamos de regeneración democrática y de corrupción. No ponemos en duda que la Ley de transparencia que aprobó esta Cámara en la última legislatura es muy buena, y nunca la hemos criticado ni la vamos a criticar, pero, como ya le hemos dicho, nos faltan medidas. Nos falta el tema de los aforamientos, nos falta la reducción salarial, la reducción de mandatos. Simplemente le pongo encima de la mesa una serie de propuestas en que nosotros queremos ir a más.
No pretendo dar ejemplo. Yo, efectivamente, no he tenido opción de tener una caja en mi despacho y ver si meto la mano o no; por lo tanto, no voy a dar ejemplo de honradez. No tengo que ser yo. Pero coincidirán conmigo en que hemos tenido diversos casos de corrupción tanto por unos como por otros que, aunque hayan sido escasos, nos hacen a los ciudadanos poner en duda la honradez de algunas personas. Así que yo no le daré ejemplo, pero, por favor, vayamos reduciendo la ejemplaridad porque todos tenemos alguna cosita por ahí.
Desde el primer momento ha hablado de decencia, de decencia de la izquierda, de decencia de los votantes del PSOE. Le pido que no menosprecie al resto de los votantes. Todos los votantes son decentes y todos los partidos son decentes, y todos los que estamos aquí, todos, somos decentes.
No somos nosotros los que tenemos que concretar las medidas. Nosotros hacemos propuestas y alternativas. Los que tienen que concretar las medidas son ustedes. Me alegra que no vaya a subir los impuestos. Ahora bien, respecto al impuesto de las eléctricas que quiere poner, le voy a plantear una situación, y espero que me responda cómo lo vamos a hacer. Todas las subidas impositivas de las hidroeléctricas acaban siendo repercutidas en el consumidor final. Prueba de ello es que más de un 50% de la factura eléctrica son impuestos. Indíqueme, por favor, qué medidas va a poner para evitar que las grandes eléctricas apliquen esa subida impositiva o ese nuevo impuesto, lo recarguen en la factura de los ciudadanos.
Una de las cosas que le he oído inicialmente, esta mañana, es que no vamos a invertir un duro en carreteras o en infraestructuras hasta que todos los aragoneses tengan cubiertas sus necesidades. Ayer usted habló de que quiere hacer de Aragón una gran plataforma logística, algo con lo que Ciudadanos estamos totalmente de acuerdo. Pero, para hacer de Aragón una gran plataforma logística, necesitamos invertir en infraestructuras, abrir las vías férreas tanto a Teruel como hacia Francia. Recuerde, señor Lambán, los problemas que en estos momentos está detectando Opel en la vía férrea Zaragoza-Teruel-Valencia. Si no invertimos, al final Opel dirá que tampoco utiliza el tren.
Y hay que hacer fuerza para abrir la TCP hacia Francia, porque, si no, aunque Teruel tiene una salida hacia Valencia por la autovía, Huesca acabará chocando con los Pirineos y no tendrá salida.
Respecto a la educación, me dice que la mayoría de la comunidad escolar está a favor de la paralización de la LOMCE. ¿Les ha preguntado a las editoriales, a los libreros, a los directores de instituto? Ni los libreros ni las editoriales ni los directores de instituto han estado parados, llevan desde enero y febrero trabajando en la adaptación, y ahora tienen unos cuantos —y hablo de muchos— ejemplares que los van a tener que tirar a la basura, con el dinero que eso implica y la mano de obra que ha sido contratada desde enero para poder hacer frente a la modificación editorial.
Le hago una pregunta que le han hecho antes y no ha respondido, no sé si porque no ha querido o por qué: ¿qué pasa con la Universidad San Jorge y el grado de Magisterio? ¿Qué vamos a hacer con la Universidad San Jorge y el grado de Magisterio? ¿Vamos a eliminar el grado de Magisterio? ¿Cómo vamos a explicar a los estudiantes que ya se han matriculado en ellos que, gracias a un acuerdo, lo vamos a eliminar?
Finalmente, he de decirle que hoy le he oído hablar en repetidas ocasiones de las elecciones generales, y ayer nombró Madrid y la capital unas cuantas veces. Tengo la sensación de que en estos momentos estamos más pendientes de las elecciones generales y de ratificar a los candidatos diversos que de lo que los electores el día 24 de mayo nos pidieron, que fue que defendiéramos Aragón y los intereses de los aragoneses. Por favor, defendamos Aragón y sus intereses y dejemos de mirar a Madrid o a Barcelona.
Gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato para contestar.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor Cosculluela.
Señora Gaspar, vuelvo a agradecerle sinceramente el tono de su intervención.
Le tengo que decir que, en Andalucía, me temo que lo que se produjo es el siguiente fenómeno: ustedes corrieron a apoyar a Susana Díaz antes de que lo hicieran otros que estaban esperando hacer exactamente lo mismo. Su propensión, y se ha visto de manera absolutamente clara, ha sido apoyar en todos los sitios donde han sido necesarios a gobiernos del Partido Popular. Esto es así, es una simple constatación, y no tiene ninguna importancia. Es más, quienes votaron el pasado 24 de mayo en Aragón sabían positivamente que, si ustedes, el Partido Aragonés y el Partido Popular sumaban treinta y cuatro diputados, la presidenta del Gobierno de Aragón sería la señora Rudi. Lo sabían sus electores, lo sabían los electores del Partido Popular, los del Partido Aragonés y, desde luego, lo sabíamos todos los demás.
Acepto, y me parece un argumento que, aparte de que no tengo otro remedio que aceptar, puede pasar por bueno, que no aceptaran ser cuarto plato —creo que es la expresión correcta que ha utilizado—. Ocasiones tendremos para que todos los platos se sirvan al mismo tiempo, y, por tanto, nadie pueda escapar a su responsabilidad de aportar su visión política y su energía política en beneficio de Aragón. Y, desde luego, vuelvo a agradecerle otra vez sus palabras concretas de mano tendida, justamente, para promover ese tipo de políticas.
¿Propuestas para ir a más en la regeneración? Le vuelvo a insistir en que ha habido muchas en los últimos tiempos. Todas las que se produzcan a partir de ahora, bienvenidas sean. Pero tenga usted en cuenta, para no magnificar excesivamente determinados problemas que han sido muy graves, pero que han tenido a veces una excesiva tamborilería y excesiva trompetería acompañándolos ante los medios de comunicación, le voy a decir simplemente un dato: en Aragón, en los últimos dieciséis años, ni uno solo de los parlamentarios aragoneses ha resultado imputado por ninguna causa de corrupción.
El impuesto de las hidroeléctricas, señora Gaspar, el impuesto de las hidroeléctricas es un impuesto que se ha adoptado ya en Galicia y en Castilla y León, y no ha tenido absolutamente ningún efecto para los consumidores. Los consumidores están igual de perjudicados y damnificados por las hidroeléctricas en Galicia, en Castilla y León, en Aragón, en las comunidades que tienen el impuesto y en las comunidades que no tienen el impuesto. Busquen, desde luego, otro argumento para no apoyar este impuesto.
El proyecto de convertir Aragón en una gran plataforma logística le confieso que es uno de los que me resultan más atractivos para mi futura tarea de presidente del Gobierno. Requiere en muchos casos, señora Gaspar, de decisiones que son eminentemente institucionales, políticas y que tienen que ver con la gestión, y requieren en algunos casos inversiones, pero inversiones que, en las magnitudes que habitualmente se manejan en lo que tiene que ver con infraestructuras, son muy reducidas.
La TCP no es una inversión reducida, la TCP es una inversión grandiosa, tan grandiosa que, a pesar de que seguiremos trabajando en ella, nunca estará ausente o dejará de funcionar, al menos, un retén del Gobierno de Aragón para mantener viva esa reivindicación.
Aparte de la TCP, hay otro tipo de inversiones, sobre todo para homologar los anchos de vía en la conexión con los tres puertos de los que nos podemos servir para meter frío en los vagones, algo absolutamente para poner en valor la agroalimentación aragonesa. Hay una serie de inversiones que en las magnitudes de los presupuestos generales del Estado, que es quien lo tiene que hacer, son ínfimas, y, desde luego, yo espero que, incluso en etapas de penuria económica como las que vivimos y me temo que viviremos durante algunos tiempos, este tipo de inversiones sean fácilmente asumibles por cualquier gobierno.
Los directores de instituto, señora Gaspar, son uno de los elementos de la sociedad aragonesa que de manera más apasionada y entusiasta nos han pedido que paralicemos la ejecución de la LOMCE.
¿Qué pasa con la Universidad San Jorge y Magisterio? Se lo digo con toda rotundidad: si podemos retrotraer la decisión, la retrotraeremos. No seremos insumisos a la ley: si no lo podemos hacer legalmente, ¡qué le vamos a hacer!, no lo haremos; pero, desde luego, si podemos retrotraer la decisión en beneficio de la Universidad pública de Zaragoza y en beneficio de los campus de Huesca y Teruel, retrotraeremos esa decisión.
Y por último, señora Gaspar, cuando yo hablo de Madrid, lo hablo en términos de que es justamente en ese ámbito donde tenemos que resolver los problemas de la financiación, y lo hablo justamente porque es en ese ámbito, en el Congreso de los Diputados, donde tenemos que resolver, donde tenemos que acometer la reforma de la Constitución, de la que ustedes he leído que son partidarios y, además, con notables coincidencias con lo que nosotros estamos hablando desde hace meses. He aquí otra coincidencia, señora Gaspar. Hemos nacido, en definitiva, para entendernos, no le quepa a usted ninguna duda.
Cuando nosotros hablamos de Madrid, lo hacemos exactamente en esos términos: hablamos de Madrid y hablamos del Gobierno de España, pero para defender el interés de Aragón con el Gobierno de España en el Congreso de los Diputados, y, además, para proponernos en serio alcanzar la mayoría de edad política por parte de los aragoneses y ser determinantes en la gobernanza de España, para hacer España desde Aragón, y no para que, de manera recurrente y permanente, el Gobierno de España haga Aragón a su libre albedrío.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra, por el Grupo Mixto, la portavoz de Izquierda Unida.
La señora diputada LUQUIN CABELLO: Buenos días, señorías.
También quiero dar la bienvenida a los nuevos diputados y diputadas que se incorporan a una legislatura que promete que va a ser compleja, pero, sobre todo, apasionante.
Hace unos meses había una pintada, un mural en el barrio de la Magdalena, que decía: «Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quiénes?». Y yo creo que las pasadas elecciones autonómicas y municipales lo que han hecho ha sido reforzar esta idea: que si no es ahora, ¿cuándo?, y, si no somos nosotros, ¿quiénes? Y cuando hablo de ese «nosotros», hablo de un nosotros y nosotras absolutamente inclusive, de la gente que es la mayoría social que ha dicho que basta ya de determinado tipo de políticas, la mayoría social que ha estado en la calle, en las movilizaciones, en las mareas, en los espacios, en las plataformas..., esa mayoría social que lleva soportando una crisis que no ha generado y esa mayoría social que en las pasadas elecciones dijo que no quería que se les siguieran aplicando las mismas políticas de ajuste puro y duro, unas políticas económicas que han sido brutales para la realidad de la inmensa mayoría social, de la aragonesa y de la española.
Cuando hablamos de crisis económica, hay una serie de responsables, la crisis económica tiene responsables políticos. La crisis no es una plaga bíblica, la crisis es consecuencia de un determinado tipo de políticas que han aplicado unos determinados dirigentes y ante las que, afortunadamente, empieza a reaccionar la inmensa mayoría social para decir que basta ya de ese tipo de políticas.
Por eso, cuando Izquierda Unida dice que quiere echar al Partido Popular democráticamente de las instituciones, lo que quiere decir es que quiere que dejen de aplicarse una serie de políticas que han supuesto dos cosas fundamentales: la primera, que ha demostrado que las políticas de ajuste puro y duro no sirven para salir de la crisis, y, la segunda, que significa que más de lo mismo significa que la gente viva peor.
Yo no voy a poner las cifras de los datos de cuál es la situación en Aragón estos últimos cuatro años. Hoy tenemos noventa y dos mil ochocientos veintinueve personas desempleadas en esta comunidad autónoma, y el número de contratos indefinidos que se hacen en esta comunidad autónoma es el 7%. Ese es el tipo de creación de empleo, ese es el tipo de políticas que se aplican desde la derecha. Por cierto, una derecha que tiene, por decirlo de alguna manera, un concepto bastante laxo de la democracia y un concepto bastante laxo de lo que entiende cuando el pueblo habla. Y hoy me van a permitir que, por lo menos, haga un recuerdo a Grecia, que en estos momentos está sufriendo directamente lo que es el embate de aquellos poderes económicos y financieros [aplausos] que se niegan a reconocer que su pueblo quiero otro tipo de políticas.
Nosotros somos conscientes de la fuerza que nos ha dado la ciudadanía y también somos conscientes del mandato, de lo que nos quieren decir, y nos dicen que basta ya de este tipo de políticas. Y, por lo tanto, Izquierda Unida quiere trabajar, porque se hace urgente y necesario para esa mayoría social, para esa emergencia social en la que vivimos, un cambio de políticas.
Sabemos que hay siete fuerzas en este Parlamento y sabemos que va a ser una legislatura compleja, una legislatura apasionante. Y, desde luego, este grupo, Izquierda Unida, no le va a dar estabilidad, es probable que no, pero vamos a hacer la pregunta: ¿qué estabilidad? ¿Por qué la estabilidad per se es buena? ¿La estabilidad del Partido Popular y del Partido Aragonés ha sido buena? La pregunta será: ¿para quién?, ¿para quién ha sido buena esa estabilidad?, ¿para la gente del Partido Popular y del Partido Aragonés? Lo que está claro es que, para la inmensa mayoría social en esta comunidad autónoma, no fue buena la estabilidad.
Izquierda Unida lo que le pone encima de la mesa es diálogo, lo que le pone encima de la mesa es debate, lo que le pone encima de la mesa es decisión y lo que le pone encima de la mesa también serán discrepancias, no pasa absolutamente nada por discrepar. Pero, señor Lambán, estos momentos son tiempos de audacia política, son tiempos de decidir y de cambiar, y le puedo asegurar que hay determinados momentos que los hacemos históricos si somos capaces de coger las riendas de nuestro propio destino.
Y yo creo que en estos momentos Aragón tiene esa oportunidad, porque lo que estamos haciendo es una confrontación absoluta de modelos, ¡claro que sí! Yo soy de izquierdas, me defino de izquierdas, orgullosa de ser de izquierdas, porque, además, detrás tiene una serie de valores, una serie de compromisos. Estoy cansada de la nueva y de la vieja política, yo quiero las políticas que van dirigidas a mejorar la calidad de la vida de la inmensa mayoría social, que, lamentablemente, son las que no se han aplicado.
Yo le agradezco que el otro día usted reconociera que el artículo 135 de la Constitución española es una losa que tenemos encima de la mesa. Además, es verdad que fue una iniciativa de Izquierda Unida en la pasada legislatura, que ustedes lo reconocieron. Lo que espero y deseo es que en las próximas elecciones generales contribuyamos para que haya un cambio en la correlación de fuerzas para que podamos empezar a cambiar ese artículo 135 de la Constitución, que, efectivamente, es una losa a la hora de aplicar esas políticas en la que ustedes y nosotros estamos de acuerdo: la necesidad de combatir la desigualdad, fundamental, porque las políticas que se han aplicado por parte del Partido Popular y del Partido Aragonés los últimos cuatro años supusieron que se aumentara la desigualdad en esta comunidad autónoma, porque las políticas que se aplicaron no miraron a la cara ni a las necesidades de la ciudadanía aragonesa; tuvieron otro tipo de objetivos, perfectamente legítimos, pero, desde luego, no era solucionar los problemas de la realidad de las personas que vivíamos en Aragón. Fueron dos, el objetivo del déficit y el control presupuestario: ninguno de los dos los cumplieron, pero fue exclusivamente, porque tuvimos que escucharlo de forma machacona durante cuatro años.
Por lo tanto, se necesita ese cambio de rumbo en las políticas, al que Izquierda Unida, desde luego, quiere contribuir. Pero no por contribuir, sino porque, en estos momentos, la emergencia social sigue siendo igual de acuciante que hace dos meses, y, por lo tanto, se hace importante y fundamental priorizar políticas, pero ponernos a trabajar de forma absolutamente inmediata.
Hablábamos, y usted lo decía ayer y nosotros también pensamos lo mismo: si hay desigualdad, vivimos en sociedades profundamente injustas y en sociedades que son menos libres y, por lo tanto, menos democráticas. Hay que combatir la desigualdad, porque lo que nos hace iguales permite que, al final, tengamos esa igualdad de poder trabajar, esa igualdad de oportunidades y, por lo tanto, ser sociedades mucho más igualitarias, sociedades mucho más libres y sociedades mucho más democráticas, como digo, y, por lo tanto, eso es fundamental.
Combatir la desigualdad para permitir que en esta comunidad autónoma no pase nadie hambre debería ser un objetivo de cualquier gobernante que tuviera un poco de decencia y, desde luego, debería ser un objetivo y una prioridad, y que no se empiece alguien a preocupar en estos momentos para decir de dónde vamos a sacar la consignación presupuestaria suficiente para que esto sea una realidad. Porque también hablamos, en la nueva y en la vieja política, de lo que hablamos también es de la decencia y de la dignidad, y un Gobierno que permite que en su comunidad autónoma haya un 28% de pobreza infantil es un Gobierno absolutamente indigno e indecente. Y, por lo tanto, hay que poner todos los mecanismos y herramientas encima de la mesa para trabajar en una dirección absolutamente contraria.
Estamos hablando de la necesidad de combatir la desigualdad. Lógicamente, para combatir la desigualdad, además, se necesitan recursos..., sí, recursos, y hay dos formas de conseguir recursos: la primera, una, no gastando menos, sino gastando mejor y, por lo tanto, priorizando el gasto, y la segunda, aumentando los ingresos y aumentando los recursos. Izquierda Unida está a favor de una reforma fiscal progresiva y redistributiva.
Y le digo, señor Lambán: sea usted valiente. ¿Por qué no vamos a poder aplicar en el tramo del IRPF las rentas más altas que nos corresponde a Aragón que esté gravado? Porque es una cuestión de justicia social que, en estos momentos, las personas que tienen unas rentas más altas colaboren de una forma de redistribución progresiva para poder acometer y ayudar a trabajar en que se tengan más recursos, usted lo sabe perfectamente, recursos suficientes y necesarios para garantizar esos servicios públicos fundamentales que se han visto absolutamente deteriorados en los últimos cuatro años. Sea audaz.
¿Por qué no podemos poner una tasa a las entidades bancarias, que se han llevado ingentes cantidades de dinero público y que en estos momentos no están ni garantizando el crédito para las familias en Aragón? Sea usted audaz.
¡Claro que queremos una banca pública! ¿Qué pasa por decir «banca pública»? O se puede llamar «instituto de crédito aragonés». En Alemania hay banca pública, y Merkel le puedo asegurar que es cualquier cosa menos bolchevique. Y no pasa absolutamente nada. Vale ya de intentar identificar determinado tipo de conceptos, que en el fondo son fundamentales para financiar y garantizar que las empresas en Aragón, las pymes y las familias tienen crédito, para tacharlo de algo como que la banca pública es algo bolchevique. Pero en este caso estamos hablando de Alemania, estamos hablando de que ya hay institutos de crédito en Cataluña y en Andalucía, y, por lo tanto, de lo que estamos hablando es de garantizar, con un instrumento y una herramienta, que se tenga crédito suficiente para que las empresas, las pequeñas empresas, los autónomos en esta comunidad autónoma, tengan garantizada liquidez, y para que a las familias puedan también garantizarles que pueden consumir.
Por lo tanto, estamos hablando de cosas que no son revolucionarias, estamos hablando de cosas de justicia social, estamos hablando de poner las necesidades y las demandas de la ciudadanía en el centro de la vida política. Así es, en el centro de la vida política, porque en este Parlamento, durante cuatro años, se han escuchado más bien poco o nada las reivindicaciones y las necesidades de las personas, de las que vivimos en Aragón en el siglo XXI, de aquellas que han tenido serios problemas para poder acceder a una beca de comedor porque nos querían poner a combatir a pobres contra pobres. ¡Por supuesto que hay que incrementar las becas de comedor! ¡Si es que es absolutamente indecente que en esta comunidad autónoma, si cobras más de seis mil seiscientos euros anuales, no puedas acceder a una beca de comedor! Absolutamente indecente. ¿Cómo no vamos a trabajar en otra dirección? Lógico y normal. Lo que ha pasado en la pasada legislatura, cuando se habla de sensibilidad social, con el ingreso aragonés de inserción... Si hemos estado aquí viendo, con una espada de Damocles encima, una ley que quería expulsar ya a gente que estaba absolutamente en emergencia social y no se le daba ningún tipo de alternativa... Pues es una cuestión de decencia y de dignidad, que es lo que tienen que tener los gobernantes: ser capaces de mirar a sus ciudadanos a la cara y explicar que sus decisiones políticas tienen consecuencias fundamentales e importantes.
Y hay gestos que son necesarios e importantes para explicar a la gente que las cosas se pueden hacer de otra manera, y eso es lo que creo que le da miedo a la derecha en general. Nos llevan contando el mismo mantra: que, para salir de la crisis, solo se podía salir de una única manera, que solo había una única forma. Les vamos a demostrar que no es cierto, que, realmente, hay otras formas de hacer política y hay otras formas de salir y de garantizar que, efectivamente, las necesidades de las personas, que son las que al final nos votan a nosotros y a nosotras, van a marcar el ritmo de la vida política en estos próximos cuatro años.
Señor Lambán, sabe que Izquierda Unida vamos a decirle que sí a que usted sea el próximo presidente de la comunidad autónoma. Le hemos presentado treinta y cinco medidas para transformar Aragón desde la izquierda, para que nadie se engañe, desde la izquierda, porque creemos en Izquierda Unida que, realmente, la transformación que necesita Aragón es la transformación social también, y, la transformación, creemos que la mejor forma para hacerla es desde la izquierda.
Y se lo he dicho: son treinta y cinco medidas que forman parte de lo que hemos trabajado —y usted lo conoce plenamente— durante cuatro años en la oposición, y que muchas veces hemos trabajado conjuntamente, y, por otro lado, es porque creemos realmente que es el momento y la oportunidad para que Aragón pueda ser una comunidad autónoma que pueda mirar a la cara a sus conciudadanos y conciudadanas.
Aquí ponemos encima de la mesa una obsesión con los cumplimientos de las leyes. Me gustaría que la Constitución española y el Estatuto de Autonomía de Aragón se cumplieran con la misma vehemencia, porque aquí parece que solo suele haber un artículo, el artículo 135 de la Constitución, y el resto da exactamente igual, y usted tiene aquí la posibilidad de demostrar que vamos a paralizar los desahucios, que es igual de importante el artículo de la Constitución que recoge el derecho a una vivienda digna que el del pago del interés de la deuda, y que, por lo tanto, ese compromiso que tiene firmado, no solo con Izquierda Unida, sino con el resto de fuerzas políticas del espectro de la izquierda —según dicen la bancada de la derecha o del centro—, garantizar que en esta comunidad autónoma nadie se queda sin casa, algo absolutamente indigno.
Y, por lo tanto, tenemos la obligación ética para garantizar que, efectivamente, desde el Gobierno se ponen los mecanismos y las herramientas suficientes para que en esta comunidad autónoma todo el mundo tenga derecho a una vivienda digna; tenemos la obligación ética de garantizar que este Gobierno pone encima de la mesa todas las herramientas suficientes para empezar a trabajar que ninguna familia se quede en situación de exclusión social, y tenemos la obligación ética de garantizar que en esta comunidad autónoma todas las personas puedan encender la calefacción de su casa, porque la pobreza energética vaya a ser un nombre, pero que no sea una realidad.
Y alguno me dirá que soy una populista y una demagoga: el problema es que los datos son tozudos, el problema es que los datos son tozudos en una comunidad autónoma que dice que, a partir de esas noventa y tres mil personas, tenemos un 50% de personas que no cobran ningún tipo de prestación y, lo que es más grave, que no tienen ningún tipo de alternativa de encontrar trabajo. Por lo tanto, junto a combatir la desigualdad, es fundamental empezar a apostar por la creación de empleo, por las políticas activas de empleo. Sabe usted que le hemos presentado once medidas concretas, porque creemos que es fundamental empezar a poner herramientas y mecanismos para garantizar que en esta comunidad autónoma, efectivamente, la creación de empleo, las políticas activas de empleo juegan un papel fundamental en las decisiones del próximo Ejecutivo.
Hay otra parte que también corroe los pilares de la democracia, que es la corrupción. Tolerancia cero a la corrupción, tolerancia cero, pero con actuaciones y con medidas. Estoy cansada de declaraciones de intenciones, cansada de haber escuchado durante los cuatro años anteriores loas de todo el mundo diciendo que íbamos a acabar, que esto era el peor mal que nos podía corromper a toda la sociedad, pero seguimos viendo cómo determinados señores y señoras se siguen yendo de rositas cuando han saqueado las arcas públicas en España, un Gobierno y un presidente de un Gobierno que tiene a todos sus tesoreros imputados por financiación ilegal.
Por lo tanto, yo no voy a dar lecciones a nadie, pero no voy a permitir que nos las den a nadie. Con lo cual, vamos a empezar a trabajar; menos declaraciones de intenciones y muchos más hechos y medidas concretas. Tenemos una Ley de transparencia que la podemos desarrollar, pero tenemos un margen fundamental para estar trabajando y garantizando que, al mínimo atisbo de corrupción, desde luego, este Gobierno hace tolerancia cero.
A mí me causa perplejidad que, para hablar de gastos superfluos o despilfarro, el ejemplo que pongamos sea ¡el de una oficina anticorrupción!. Fundamental. ¡Si es que claro que funcionan y trabajan los funcionarios públicos!, ¡claro que funcionan!, ¡y la Cámara de Cuentas! El problema es que, como funcionaban, pero sigue habiendo corrupción, estructural en muchos sitios, desde luego, lo que tenemos que poner son herramientas y mecanismos para que no vuelva a pasar. Porque, al final, lo que se está haciendo es un uso espurio del dinero público, de esos impuestos y ese dinero público de cada uno de nosotros y de nosotras que debería invertirse cada euro en lo que son servicios públicos fundamentales: educación, sanidad, prestaciones sociales y recuperación de derechos.
Señor Lambán, durante estos cuatro años, estoy convencida de que nos vamos a encontrar en muchas cuestiones; estoy también convencida de que vamos a discrepar en otras muchas. Lo que le puede garantizar esta diputada que le habla es seriedad, responsabilidad y rigor, y lo que le podemos asegurar es que, si usted va a poner en la agenda política de esta comunidad autónoma los derechos, las libertadas y la dignidad del pueblo aragonés, allí nos tendrá. Y, desde luego, también le puedo garantizar que, en el caso de que usted se desvíe, nos tendrá enfrente.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato para contestar.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente. Señoras y señores diputados.
Señora Luquin, en este caso, además de agradecer la intervención en sí misma, el tono y su disposición a colaborar, le tengo que agradecer algo que hasta ahora no he tenido la oportunidad de hacer, que es su disposición a votar mi investidura.
Y le tengo que decir en sede parlamentaria lo que ya hemos dicho fuera de la misma y suscrito con la firma correspondiente: que el Partido Socialista, el Grupo Parlamentario Socialista adquiere el compromiso solemne, firme, serio e irreversible de llevar a cabo todas y cada una de las treinta y cinco medidas incluidas en ese acuerdo.
He dicho también antes de este debate, y lo reitero en sede parlamentaria, que, desde el punto de vista estrictamente aritmético, no era necesaria la presencia de Izquierda Unida en este acuerdo de investidura, pero, desde el punto de vista político, desde el punto de vista de la historia reciente de esta comunidad y desde el punto de vista del futuro inmediato de esta comunidad, la presencia de Izquierda Unida en este acuerdo era absolutamente imprescindible, era absolutamente fundamental.
De hecho, ha sido tanto el trabajo compartido en los últimos cuatro años con Chunta Aragonesista y con Izquierda Unida que el acuerdo de investidura con ellos dos, con estas dos fuerzas políticas, ha resultado sustancialmente sencillo, porque, en buena medida, ha consistido en poner sobre el papel medidas e iniciativas que ya fuimos poniendo sobre la mesa a lo largo de los cuatro años pasados, aunque, en la mayor parte de los casos, con un éxito manifiestamente mejorable. De hecho, hay unas cuantas iniciativas, como la renta social básica, como la propuesta de medidas contra la exclusión social, incidentes especialmente en aquello que tiene que ver con el derecho a la vivienda, con evitar los desahucios y con aquello que tiene que ver con evitar la pobreza energética, ese tipo de medidas habían sido tan reiteradas a lo largo de estos cuatro años, habían sido tan compartidas por los tres grupos políticos que representábamos a la izquierda hasta la constitución de este Parlamento que el acuerdo fue una consecuencia normal, una consecuencia natural de lo que había ocurrido hasta entonces.
Estoy totalmente de acuerdo con el concepto que usted pone sobre la mesa sobre la estabilidad política. No le oculto que la tentación, la querencia de cualquier gobernante es la de obtener una especie de estabilidad política derivada de una mayoría absoluta manejada por un solo grupo político. Ese es el desiderátum que yo creo que tendríamos todas y cada una de las fuerzas aquí representadas. Pero es absolutamente admisible y, desde luego, en las actuales circunstancias, hasta plausible que los ciudadanos hayan optado por una Cámara aragonesa donde hay nada más y nada menos que siete fuerzas políticas, lo cual, y no solo haciendo de la necesidad virtud, hay que entender, más que como un problema —algunos hablan de que la fragmentación es una especie de quiebra de la gobernabilidad—, hay que entenderlo como una oportunidad cuyo aprovechamiento dependerá del sentido de la responsabilidad, dependerá del compromiso con nuestras propias medidas y con nuestras propias propuestas que cada uno de nosotros seamos capaces de adquirir.
Por eso, yo hablaba de estabilidad social. Es el bien máximo que creo que las fuerzas de izquierda perseguimos, entendiendo por estabilidad social la satisfacción plena de los derechos constitucionales por parte de los ciudadanos, entendiendo por estabilidad social la eliminación, la exclusión de la pobreza vivida por una sola familia aragonesa. Mientras haya una sola familia aragonesa en situación de pobreza, en situación de problemas de falta de alimentación, problemas de derecho a la vivienda, problemas de energía, mientras haya ese tipo de problemas, no está justificada ninguna otra inversión. Creo que ese es el compromiso que, de alguna forma, adquirimos los firmantes de este pacto de investidura, y por eso es evidente que se abre una nueva etapa política —es lo que le decía yo esta mañana al portavoz del Partido Popular—, una etapa política que nada tiene que ver con las anteriores en cuanto al concepto de estabilidad política se refiere, una etapa política en la que aspiramos a la estabilidad social y en la que la estabilidad necesaria para ir aprobando las medidas necesarias habrá que ir ganándola día a día, habrá que ir ganándola debate a debate y habrá que obtenerla, sobre todo, cuando nos toque poner sobre la mesa unos presupuestos que nos permitan desarrollar todas estas medidas, porque, por mucho que nos empeñemos, sin presupuestos, sin partidas, sin recursos, es absolutamente imposible llevar a cabo estas medidas, que, por cierto, justificarían en sí mismas, y aunque no hiciéramos otra cosa en toda la legislatura, justificarían todo un Gobierno y toda una legislatura.
Creo que es inevitable que en el futuro vuelva a haber crisis económicas, señora Luquin, volverá a haber crisis, parece que es un designio absolutamente irrefutable, los ciclos económicos se producen. Pero, más que de evitar que en el futuro haya crisis, se trata de que, con previsión, con altura de miras y con cierta visión de futuro, pongamos las medidas necesarias para que futuras crisis no tengan los efectos devastadores sobre las clases populares y sobre las clases medias que ha tenido esta crisis que empezó en el 2008.
Se trata de que blindemos constitucionalmente los derechos, de que blindemos constitucionalmente el gasto social en vez de blindar el techo de gasto con una reforma del artículo 135, que yo, como usted sabe, denuncié en esta Cámara como un error del partido al que pertenezco.
Se trata de que, de una vez por todas, hagamos una reforma fiscal progresiva, progresista y seria en este país, que es la única forma de asegurar un modelo social progresista y sostenible, y eso es algo que este país no se ha hecho. Y permítame que le insista en que, realmente, los problemas de financiación de los servicios hay que esperarlos más como solución en esa reforma fiscal que en la que seamos capaces de impulsar nosotros aquí, porque, por suerte o por desgracia, yo creo que por desgracia, porque habría que ir a una corresponsabilidad fiscal de las comunidades autónomas, la capacidad fiscal de las comunidades es bastante reducida.
Hablaba usted del IRPF, me estimulaba a ser audaz en un planteamiento de reforma del IRPF. Nosotros, en alguna ocasión, hemos hablando de la posibilidad de reformar los tramos del IRPF que no afectaran a las clases medias. Tendríamos que pensar qué son exactamente las clases medias y cuáles son los topes mínimos, y que, más que buscar una mayor presión fiscal, redistribuyeran la presión fiscal actualmente existente, pensando más en medidas de ejemplaridad, pensando más en medidas simbólicas de que aporte quien más tiene a sufragar los servicios públicos que en medidas realmente efectivas, porque creo sinceramente que los problemas de financiación de los servicios públicos no los podemos solucionar nosotros aquí.
El impuesto sobre los bancos, sabe usted que lo planteamos nosotros y sabe usted que se echó abajo, pero es que lo echó abajo el propio señor Montoro. En este momento creo que no podemos plantear un impuesto sobre depósitos bancarios, porque, mediante una argucia en la ley de acompañamiento de los presupuestos del año 2012 —creo recordar—, el señor Montoro dijo que, esa ley de depósitos bancarios, las comunidades autónomas la podíamos aplicar, pero con un margen de recaudación cero, reservándose el Estado todo el margen de recaudación que pudiera provenir de esa ley de impuestos bancarios. Si lo hicimos una vez, señora Luquin, ¿cómo no lo vamos a hacer más veces? Aunque me temo que, salvo que se cambie la legislación en Madrid, salvo que otra ley de presupuestos y otra ley de acompañamiento cambien aquella ley de acompañamiento, el margen que tenemos nosotros para aplicar esa ley de depósitos bancarios es absolutamente mínimo, por no decir directamente inexistente.
Por lo demás, señora Luquin, no puedo hacer un capítulo de discrepancias con su intervención porque no tengo ninguna. Tengo que mostrarme conforme con su intervención, y se lo digo sinceramente. Tengo que agradecerle otra vez el apoyo de su grupo político.
Y volviendo otra vez a algunas palabras que yo pronunciaba ayer provenientes de un hombre que creo que debería ser libro de cabecera de cualquier español que aspire a conocer la historia de su país y la política de su país —me refiero a Manuel Azaña—, creo que, efectivamente, es momento de audacia; creo que, efectivamente, es momento de atrevimiento, no de temeridad, pero sí de atrevimiento; es momento, como decía Manuel Azaña, de locura razonada, de una locura entendida como ambición idealista, como ambición utópica, pero pasada por el tamiz de la razón, porque las locuras utópicas no pasadas por el tamiz de la razón acaban creando desazón, decepción y melancolía; creo que es momento de acometer ese esfuerzo; creo que es momento de aprovechar la hora presente, como usted decía, para imprimir un cambio político en toda regla.
Yo estoy absolutamente dispuesto, personal y políticamente, para estar al frente, desde la Presidencia del Gobierno, de ese cambio político. Y espero que en ese viaje nos vayamos encontrando, con coincidencias, pero con discrepancias, tanto el Partido Socialista como ustedes como Chunta Aragonesista y, por supuesto, como Podemos.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Grupo de Izquierda Unida.
La señora diputada LUQUIN CABELLO: Gracias, presidente.
Yo soy de Azaña, pero soy, sobre todo, de Bob Dylan, y, como decía Bob Dylan, la respuesta está en el aire, en el viento. La respuesta la tenemos aquí, porque tenemos la posibilidad de cambiar las políticas.
Me va a permitir que ponga encima de la mesa tres leyes que hemos comprometido dentro de las treinta y cinco medidas que hemos firmado con ustedes para transformar Aragón, porque creo que son importantes y porque mueven tres aspectos de lo que entendemos también que tiene que ser Aragón, y con una serie de problemas y de cuestiones que creemos que hay que poner encima de la mesa y de trabajar.
Una, la necesidad de apoyar la economía social. Saben ustedes que nosotros apostamos por un cambio de modelo productivo, y creemos que la economía social tiene que jugar un papel fundamental a la hora de poder modificar y poder apostar por otro tipo también de empresas, y, además, la economía social ha demostrado que ha soportado mucho mejor la crisis que muchas de las empresas tradicionales. Estamos hablando de más de veinte mil trabajadores y trabajadoras en esta comunidad autónoma, de los cuales el 90% de sus contratos son contratos indefinidos y con jornada de duración de ocho horas. Por lo tanto, yo creo que tenemos que empezar a repensar y que tenemos que incorporar también la economía social como un elemento estructural de cómo entendemos, por lo tanto, también la economía de Aragón.
Y hay un compromiso: que en el primer tramo de legislatura seamos capaces de traer esa ley de economía social con presupuestos y con capacidad de impuso, que creemos que es fundamental, como digo, importantísima.
Y, por otro lado, la necesidad de hacer esa apuesta del I+D+i. En Izquierda Unida lo tenemos claro, les hemos dicho muchas veces que no queríamos que Aragón se convirtiera en una cadena de montaje inmensa, que lo que queríamos es que en Aragón fuéramos capaces de crear, de elaborar y de diseñar, y, por lo tanto, ese compromiso que ustedes también han asumido con Izquierda Unida para que el presupuesto en I+D+i en esta comunidad autónoma, al menos, se homologue a la media nacional, porque, pese a lo que se ha dicho durante los cuatro últimos años, desde luego, estamos muy por debajo de la media y creemos que es fundamental e importantísimo.
En otro orden de cosas, hablando de vertebración territorial y de ordenación del territorio, que también creemos que es fundamental, tienen el compromiso de traer la ley de capitalidad a estas Cortes en el primer tramo de la legislatura. Creemos que es fundamental Zaragoza por lo que representa y por lo que significa, se necesita esa ley de capitalidad. Y también creemos que el momento es ahora, el momento es ahora con los compañeros y compañeras, además, de Zaragoza en Común gobernando el Ayuntamiento de Zaragoza y cuando hay una buena predisposición para garantizar que tenemos una ley de capitalidad que reconoce la propia realidad que tiene Zaragoza, y, por lo tanto, un compromiso, que vamos a estar muy vigilantes que se cumpla también en esta primera parte de la legislatura.
Y para terminar, me va a permitir, y no le va a sorprender, la importancia de que esta comunidad autónoma tenga una ley de igualdad entre hombres y mujeres. Somos una de las pocas comunidades autónomas que no tenemos una ley de igualdad entre hombres y mujeres. Si antes decía que combatir la desigualdad era fundamental para hacer sociedades más libres y más democráticas, no puede haber una sociedad libre, una sociedad plural, que garantice derechos y libertades cuando al 50% de su población no se le reconocen los mismos derechos y las mismas necesidades.
Nos hemos pasado cuatro años reivindicando lo evidente: las mujeres, en esta comunidad autónoma, como en el resto de España, hemos tenido que volver a reivindicar, como reivindicaban nuestras madres, el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo y nuestra propia maternidad. Lo que significa es que tenemos que estar constantemente siendo garantes de los derechos y que, desde luego, no podemos dar nunca por hecho que un derecho no se nos puede cercenar, porque, además, las mujeres solemos ser, generalmente, moneda de cambio en gobiernos conservadores, y, por lo tanto, se hace necesario tener ese instrumento.
No se puede seguir soportando que en este país se asesinen a más de setenta personas, mujeres, por violencia machista y no pase absolutamente nada, se lo he dicho muchísimas veces; si fueran setenta jugadores de fútbol, paralizaríamos no solo este país, sino que se pondrían todas las herramientas y mecanismos. Y, por lo tanto, es fundamental. No se nos puede dejar fuera a las mujeres.
El cambio en Aragón, en cambio en España, es imposible si no tenemos las mujeres herramientas e instrumentos que nos permitan trabajar de tú a tú con nuestros compañeros, y, para eso, tenemos que imponer planes de igualdad. Tenemos que empezar a hablar de la necesidad de acometer reformas, incluso de empezar a penalizar a aquellas empresas que no garantizan que sus planes de igualdad se están cumpliendo o que, por ejemplo, a igual trabajo, igual salario. Seguimos siendo una de las comunidades autónomas que mayor brecha salarial entre hombres y mujeres tenemos. No puede ser, un Gobierno progresista no se puede permitir tener al 50% de su población en situación de inferioridad.
Por lo tanto, señor Lambán, como también es un compromiso que tienen ustedes asumido con Izquierda Unida, nos comprometemos a trabajar en tener la mejor ley de igualdad entre hombres y mujeres, y ojalá pueda ser una ley puntera que, al final, nos ponga, como digo, en la vanguardia de lo que entendemos que tienen que ser estas sociedades: sociedades plurales, sociedades libres y sociedades democráticas, a lo que estoy convencida de que aspiramos todos y todas.
Muchísimas gracias.
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor candidato.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
Con toda brevedad, como no puede ser de otra forma, para manifestar otra vez mi acuerdo y mi coincidencia con la intervención de la portavoz de Izquierda Unida en lo que se refiere a la economía social, bien contemplado en nuestro programa electoral, en lo que se refiere a la ley de capitalidad, un compromiso que nosotros asumíamos ayer en el discurso de investidura y que querríamos llevar a cabo, como muy tarde, en la primera parte de esta legislatura.
Lo que tiene que ver con la investigación, con I+D+i, verá usted, señora Luquin, que tiene un fuerte reconocimiento desde el principio de esta nueva legislatura en la propia estructura departamental del Gobierno, y es de esas políticas para las que yo reclamaba el otro día, y no le hago esta cita por ironías del destino, la cita que yo hacía del papa Francisco, cuando habla de que prevalezca el tiempo sobre el espacio, en el sentido de que las cosas empiecen a largo plazo y no con emplazamientos electorales inmediatos. Las inversiones en investigación, en I+D+i, en nuevas tecnologías, son inversiones a las que a veces es renuente gobernante porque de ellas no se obtienen resultados electorales a corto plazo. Pero, sin embargo, es la única vía, es el único camino para que España tenga una economía, para que España tenga un sistema económico capaz de competir en el mundo no por la vía de la devaluación salarial, no por la vía de la miseria laboral, sino por la vía de la innovación. Pero esto requiere hacer esfuerzos económicos a largo plazo de los que no se obtienen efectos inmediatos, y mucho menos provechos electorales o políticos. Por eso, aquello de que el tiempo prevalece sobre el espacio.
Y en cuanto a la ley de violencia de género..., perdón, a la igualdad en general, no solo es una cuestión que nosotros asumamos por compromiso con ustedes, sino que lo asumimos por compromiso con nosotros mismos. Si en algo ha sido puntero el Partido Socialista en los últimos años ha sido en el impulso de políticas de igualdad. Nosotros queremos convertir las políticas de igualdad en uno de los elementos centrales de las políticas de derechos de los próximos años.
Esa ley de igualdad que usted propone puede ser, seguramente, el instrumento adecuado para ordenar todas aquellas políticas y todas aquellas medidas que, de manera —por así decirlo— desordenada o de manera inconexa, se han ido desarrollando desde administraciones gobernadas por la izquierda en los últimos años: estoy hablando del combate contra la violencia de género; estoy hablando de la eliminación de la brecha salarial —por cierto, Aragón es una de las comunidades autónomas donde esa brecha salarial es más amplia—; estoy hablando de que para las mujeres, al igual que van alcanzando una presencia cada vez más importante en la política, haya instrumentos legislativos que fuercen a las empresas y a otros ámbitos de la actividad pública a que se embarquen en idénticos procedimientos; estoy hablando del avance de todo aquello que contribuya a la conciliación de la vida laboral y la vida profesional —el hachazo que se ha dado a las escuelas infantiles ha sido absolutamente letal en ese sentido—.
Estoy hablando, en definitiva, de algo tan elemental, de algo tan sencillo como es que la humanidad en su conjunto, como es que la sociedad se proponga no seguir incurriendo en el descomunal despilfarro de recursos humanos que significa prescindir de una parte tan importante de la humanidad, nada más y nada menos que la mitad de la humanidad, para afrontar retos de futuro no solo desde el punto de vista cuantitativo, que también, sino desde el punto de vista cualitativo, porque yo reconozco que la aportación del talento de los hombres y de las mujeres es similar en casi todo, pero reconozco también que la aportación del talento particularmente femenino es particularmente interesante en muchas facetas de la vida. Desde ese reconocimiento, le digo que impulsaremos esa ley de igualdad.
Y le vuelvo a agradecer, como colofón de este turno último que consumo, su apoyo a este Gobierno, dándole la seguridad absoluta de que no se verá defraudada. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz de Chunta Aragonesista.
El señor diputado SORO DOMINGO: Muchas gracias, señor presidente.
Buenos días, señorías.
Las primeras palabras de los diputados de Chunta Aragonesista en esta legislatura van a ser de solidaridad con el pueblo griego, un pueblo que tiene, por cierto, fuerte vínculos con Aragón, un pueblo que está siendo un auténtico ejemplo de dignidad, de rebeldía democrática contra el chantaje, contra las coacciones de los inquisidores del capitalismo más despiadado.
En segundo lugar, las segundas palabras que pronunciaré son de agradecimiento. Queremos, ante todo, agradecer a los aragoneses y las aragonesas que nos dieron su voto, que confiaron en Chunta Aragonesista en las últimas elecciones autonómicas. Muchísimas gracias.
Durante la campaña, nos comprometimos, adquirimos un compromiso firme con la ciudadanía que consistía en hacer todo lo posible para construir un Gobierno de izquierdas, un Gobierno de justicia social que tenga a las personas como protagonistas y Aragón como prioridad. Como hoy puede comprobarse, hemos cumplido con nuestra palabra, con el compromiso que asumimos con la ciudadanía.
Me habría gustado explicar algo al señor Bermúdez. No le debe de interesar lo que le voy a decir; lo haré igual. Si no les importa a sus compañeros, se lo cuenta, en un momento. Vamos a ver, el objetivo de Chunta Aragonesista no era echar al Partido Popular de las instituciones, no, no: el objetivo era desalojarles del poder, que es muy diferente y muy democrático, creo que hay una diferencia sustancial. Y, por cierto, lo hemos conseguido.
Es posible, señorías, que esta sea mi última intervención como portavoz de Chunta Aragonesista en esta legislatura, y en este momento, como comprenderán, especial, me vienen a la cabeza los primeros recuerdos que tengo de este Parlamento, y esos primeros recuerdos se remontan a hace veinte años, al año 1995: aquel día de junio del año 1995, tuve el inmenso honor de colaborar con dos de los mejores parlamentarios que ha habido en esta casa, con mis amigos y compañeros Chesús Bernal y Chesús Yuste, en la preparación del que iba a ser al día siguiente el primer discurso del aragonesismo político de izquierdas en esta Cámara, en la investidura del señor Lanzuela. Por supuesto, votamos en contra. Después llegó el año 1999, el 2003, el 2007, el 2011, y nunca en ninguno de estos cinco casos apoyamos al candidato o candidata.
Señorías, hoy es la primera vez en la que los representantes de Chunta Aragonesista vamos a votar a favor de la investidura de un presidente de nuestro país, y comprenderán que, veintinueve años después de la fundación de Chunta Aragonesista, después de tres décadas de muchísimo trabajo por Aragón, por esta nacionalidad histórica, entenderán que, para nosotros, hoy es un momento muy importante.
Señor Lambán, vamos a votar a favor de su investidura. Lo vamos a hacer por responsabilidad, lo vamos a hacer por coherencia, lo vamos a hacer por madurez política, lo vamos a hacer porque en Chunta Aragonesista, además de decirlo de boquilla, tenemos muy claro, y lo demostramos con hechos, que lo primero es ser útiles a la ciudadanía y transformar la realidad. No ponemos por delante de esto ningún tipo de intereses partidistas, ningún tipo de cálculos electoralistas. Pensamos desde CHA que ya vale de políticas, de gestos, que es necesario que todos empecemos a practicar políticas de hechos, y en Chunta Aragonesista, desde luego, estamos dispuestos a hacerlo.
Pero, señor Lambán, nuestro voto afirmativo no solo es para que sea presidente, nuestro voto afirmativo es para que presida un Gobierno de izquierdas y con sensibilidad aragonesista. Eso significa nuestro apoyo, porque eso es lo que hemos pactado en el acuerdo de investidura que suscribimos Chunta Aragonesista y el Partido Socialista, que, por cierto, fue negociado en streaming y con presencia de la prensa del principio al final íntegramente.
Se trata de un acuerdo realista, no queremos engañar a nadie, porque es evidente que garantizar los servicios públicos del Estado del bienestar, que es nuestro objetivo, cuesta dinero, mucho dinero, y sabemos perfectamente que las arcas públicas están completamente esquilmadas, que el Partido Popular y el Partido Aragonés han dejado las arcas públicas aragonesas esquilmadas.
Y sabemos también, desgraciadamente, que las medidas tributarias, los impuestos, por muy ambiciosos, por muy acertados que sean, no tienen nunca un efecto inmediato. Eso es también una evidencia.
Por eso, pongo de relieve la primera de las medidas que hemos pactado en el acuerdo de investidura: consiste en revisar el grado de ejecución de todas las partidas de los presupuestos del 2015 y también los gastos que ya están comprometidos para detectar qué margen nos queda, para saber desde el principio con cuánto dinero contamos para desarrollar, para reforzar las políticas sociales.
Y para los presupuestos del 2016, por primera vez en Aragón, hemos pactado con el Partido Socialista elaborarlos a través de un proceso participativo, un reto apasionante. Y tenemos muy claro, además, cuál es la prioridad absoluta: garantizar los servicios públicos del Estado del bienestar, incrementando, en la medida en que se pueda, los fondos destinados a los mismos. Esa es la clave: reconstruir los derechos sociales.
Y por eso estoy tan orgulloso de otro acuerdo que hemos alcanzado, que consiste en blindar por ley los derechos sociales, una medida pionera, un avance sustancial hacia la verdadera justicia social: sencillamente, que la ley diga que, una vez fijados los fondos públicos destinados a servicios sociales, en los sucesivos ejercicios presupuestarios no puedan reducirse, una garantía de futuro que nos parece interesantísima.
Usted, señor Lambán, ayer hizo referencia a algunas de las medidas en materia social que contiene nuestro acuerdo de investidura: citó la extensión de las becas de comedor —es cierto que en Chunta Aragonesista entendemos que el umbral de doce mil euros es insuficiente, y hemos conseguido acordar con ustedes ampliarlo a dieciséis mil euros, que todas las familias que no superen esas rentas puedan acceder a las becas de comedor—; habló de la paralización de la LOMCE, la renta básica social, el hospital de Alcañiz público, también de agilizar el de Teruel, el derecho universal a la salud, acabar con listas de espera, acciones contra despoblación, un plan para erradicar pobreza... Esto ya lo dijo usted ayer, pero yo voy a añadir otras medidas que usted no citó y están, igualmente, en el acuerdo de investidura.
En primer lugar, una que nos parece importantísima, la aprobación de un decreto aragonés de la vivienda que recoja las soluciones a las que ustedes, nosotros, Izquierda Unida, Podemos, nos comprometimos con estos desahucios, y, específicamente, está así en el acuerdo de investidura: la moratoria de los desahucios, el realojo obligatorio y la creación de una bolsa pública de viviendas de alquiler.
En segundo lugar, hemos pactado también medidas concretas, no solo filosofía, medidas concretas para combatir la pobreza energética: hemos acordado tarifas sociales reducidas, hemos acordado un mínimo vital para los hogares con escasos recursos y hemos acordado un protocolo de actuación previo al corte del suministro. Esto está en el acuerdo, y no tengo ninguna duda de que conseguiremos desarrollarlo.
Hemos acordado también medidas en materia de pobreza energética, revisar los copagos, revisar los catálogos de ayudas ortoprotésicas, algo que afecta a muchísimas familias.
En relación con la universidad —alguien tenía dudas antes—, pues sí, el Gobierno se ha comprometido a revocar los títulos de grado de Magisterio en la privada. No solo eso, también se ha comprometido a recuperar el diálogo con la pública para garantizarle financiación suficiente y adecuada, y algo importantísimo: un plan de equipamientos para la Universidad de Zaragoza, priorizando los urgentes (por ejemplo, Filosofía).
El acuerdo también incluye medidas ambiciosas en materia de igualdad y de juventud. En materia de igualdad, destaco la reforma del Instituto Aragonés de la Mujer y dos leyes que nos parecen importantísimas: en primer lugar, una ley contra la violencia de género; señorías, veintidós mujeres muertas en lo que va de año es escalofriante, no podemos tolerarlo, y entendemos que, desde Aragón, es necesario que hagamos esa ley. Y otra ley, en este caso para garantizar los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros e intersexuales, algo que acordamos al final de la pasada legislatura y que pondremos en práctica —confío— en muy poco tiempo.
En políticas de juventud, hay muchas cuestiones expresamente reflejadas en el acuerdo, destacaré algunas: en primer lugar, un plan de choque trasversal para combatir el éxodo y fomentar el regreso, programas para favorecer el autoempleo y la creación de cooperativas y empresas de economía social, una bolsa de viviendas y, por supuesto, recuperar el Consejo Nacional de la Juventud de Aragón, que así se llama, señorías —o se llamaba—, Consejo Nacional de la Juventud de Aragón.
Cierro el capítulo de medidas sociales con una que, para el aragonesismo, es absolutamente prioritaria, que es incrementar la dotación presupuestaria para las políticas de cooperación al desarrollo, que han sido una de las mayores víctimas a lo largo de esta durísima crisis. En el caso de Aragón, la derecha la ha dejado, sencillamente, raquítica la cooperación al desarrollo.
Voy a destacar también otras dos medidas de las que me siento especialmente satisfecho: en primer lugar, el pleno respeto al principio constitucional de aconfesionalidad en los actos públicos y dependencias del Gobierno. Eso hemos pactado, esto no afecta a las citas del Papa, señor Lambán, pero sí que hemos acordado respetar de verdad la Constitución, la aconfesionalidad en todo el ámbito del Gobierno de Aragón. Y algo que es una deuda que los aragoneses tenemos, de una vez, que solucionar: es la aprobación de una ley aragonesa de localización e identificación de las personas desaparecidas durante la guerra civil y la dictadura franquista y la dignificación de las fosas comunes. Sin duda, señorías, en estos días, la laicidad y la memoria histórica son dos rasgos esenciales y privativos de la izquierda y estamos obligados, desde luego, a desarrollarlo.
Ayer, señor Lambán, hizo usted referencia a algunas de las medidas que hemos pactado no solo para acabar con la corrupción: como decimos en el acuerdo, de lo que se trata, en positivo, es de que la honradez y la transparencia sean la única forma de estar en política. Es lo que estamos planteando en el acuerdo. Hablo de la oficina antifraude, que también ha pactado con Chunta Aragonesista, que se le olvida, ya se lo dije ayer, se le olvida la oficina antifraude, también ha pactado con Chunta Aragonesista, pero hay muchas otras medidas que usted no nombró en este ámbito y quiero recordar. En primer lugar, algo que no se pudo aprobar al final de la pasada legislatura y que reivindicamos desde Chunta Aragonesista, y es que haya aprobado por ley, con rango de ley, un código ético, exigente, que sea aplicable a los miembros del Gobierno y a los altos cargos.
Señora Gaspar, el aforamiento, no se preocupe, que lo tenemos también pactado. Hemos llegado a un acuerdo con el Partido Socialista en este ámbito, en el que había cierto desencuentro: suprimir el aforamiento de los diputados —no lo necesitamos— y reducir drásticamente el de los miembros del Gobierno, y espero que en poco tiempo empecemos a avanzar en esta línea.
Y por último, también reformar la Ley electoral para muchísimas cuestiones que se reflejan en el documento que, por cuestiones de tiempo, no citaré, salvo una que nos parece esencial, que es declarar por ley inelegibles a los corruptos.
Más medidas: hemos pactado también potenciar la iniciativa legislativa-popular, reduciendo la mitad el número de firmas; hemos pactado también incorporar en los pliegos de contratación pública cláusulas sociales, medioambientales y relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres. Muchas medidas, como digo, en este ámbito.
Siempre hemos dicho desde Chunta Aragonesista que nuestro papel es aragonesizar las políticas. Es lo que hemos venido diciendo durante la campaña, es lo que venimos diciendo casi treinta años: que nuestra obligación, para lo que hemos nacido, es para cuatribarrar el futuro. Y en este acuerdo de investidura lo hemos hecho, porque, como dice el acuerdo pactado con el Partido Socialista, «queremos un Gobierno de Aragón que defienda con firmeza los intereses de Aragón ante el Gobierno central en todos los ámbitos y exija respecto a los derechos colectivos de la ciudadanía aragonesa», y de aquí se derivan muchos acuerdos concretos. Usted habló de que funcionen los instrumentos y mecanismos de relación bilateral, esto es muy importante.
Hay más cuestiones en el acuerdo: denunciar los convenios suscritos con el Gobierno central, en los que Aragón hace de pagafantas, como hemos dicho muchas veces, y financia cuestiones que son competencia del Estado (el ferrocarril convencional, los peajes...ñ, hay muchos ejemplos), y también exigir al Gobierno central una solución para la contaminación por lindano, la descontaminación de la cuenca del Gállego, y también, frente a las riadas, una solución predeterminada, que no haya que apañar todo corriendo cada vez que haya una riada, que volverá, desgraciadamente a haber riadas.
Somos también conscientes de que sin autonomía financiera no hay auténtico autogobierno político, y por eso hemos pactado, como usted destacó ayer, firmar el acuerdo bilateral económico-financiero. Ojalá lo veamos, ojalá lo veamos. Para Chunta Aragonesista, para el aragonesismo, ver esto firmado, como se puede imaginar, será motivo de gran satisfacción.
También hemos acordado en este ámbito aprobar una ley de derechos históricos, la primera vez que un Gobierno de Aragón, abiertamente, se compromete a desarrollar políticas aragonesistas.
Y también una nueva ley de lenguas que garantice los derechos lingüísticos de toda la ciudadanía. Señor Lambán, para proteger, impulsar, dignificar nuestras lenguas, no basta con usarlas de forma anecdótica en determinadas ocasiones, señor Lambán, en absoluto. Cal desembolicar politicas lingüisticas con empente, empecipiar a replicar que as nuestras luengas no son un problema, sino un cabal de totz. He dicho que hay que desarrollar políticas lingüísticas con fuerza, empezar a entender que nuestras lenguas no son un problema, sino un patrimonio de todos.
También hemos acordado, y esto también es muy importante, mejorar la regulación de dos instituciones que son absolutamente claves para la calidad democrática de Aragón, la Cámara de Cuentas y el Justicia, y hemos acordado llevar a nuestro pacto previsiones que las propias instituciones han reivindicado: en el caso de la Cámara de Cuentas, que tenga facultades coercitivas y de investigación con respecto a terceros, algo que el señor Laguarta ha dicho en muchas ocasiones, y, respecto del Justicia, que la ley recoja la obligación de los entes sujetos a su supervisión de auxiliarle en sus investigaciones.
En materia económica, citó usted algunas de las medidas que hay en el acuerdo, el pacto: la cuestión tributaria, la codirección de la Agencia Tributaria... Ya sabe que nuestra apuesta es la agencia tributaria de Aragón, pero hemos cedido ahí y no sale expresamente, aunque saben que es nuestra apuesta política, que, por cierto, está en el Estatuto de Autonomía, no es una cosa de nacionalistas, está en el Estatuto de Autonomía. Pero destaco otras dos medidas económicas que no han salido todavía en este debate, pactadas con Chunta Aragonesista.
En primer lugar, algo que nos parece esencial, que es la auditoría de la deuda, sobre todo en la de las empresas públicas. Esto no es un fin en sí mismo, la auditoría es un instrumento de transparencia, pero, sobre todo, una fórmula para poder reorientar las prioridades de la inversión pública, es una cuestión muy importante.
Y otra..., sí, sí, la banca pública. Nosotros consideramos que lo que hemos decidido es este organismo que desarrolle política de crédito público, es una banca pública. Nos da igual el nombre, nosotros llevamos casi ocho años reivindicándolo, lo hemos llamado «instituto aragonés de finanzas»... Nos da igual el nombre, lo importante es que consigamos, desde lo público, desde el Gobierno, que el crédito fluya, que llegue a las pymes y a los autónomos, que llegue a los sectores estratégicos de Aragón.
Por último —voy terminando con las medidas—, en materia de medio ambiente, el acuerdo de investidura recoge, básicamente, tres medidas: en primer lugar, un compromiso de que el Gobierno de Aragón solo autorizará o impulsará proyectos sostenibles desde los puntos de vista social, medioambiental y económico; en segundo lugar, algo que nos parece clave, que es revisar los planes de depuración, nos hemos comprometido a realizar un estudio económico, financiero y de viabilidad de los planes de depuración, y, por último, aprobar urgentemente una ley de la montaña que haga compatible el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente.
Este es el contenido del acuerdo. Hay más cuestiones en nuestro programa electoral, no está todo, evidentemente, pero sí que hemos recogido lo que nos parecía más importante.
Señor Lambán, somos plenamente conscientes de que existen discrepancias, en algunos casos irreconciliables, entre el Partido Socialista y Chunta Aragonesista, es público y notorio: discrepamos abiertamente en política hidráulica, discrepamos abiertamente sobre el modelo comarcal, discrepamos abiertamente en algunos aspectos del sector de la nieve... Solo pongo tres ejemplos, hay muchos más, y es evidente que usted no me va a convencer a mí ni yo a usted.
Señor Lambán, a nuestro juicio, solo hay una solución: en primer lugar, el diálogo desde el respeto, pero, sobre todo, asumir desde el principio que somos partidos políticos diferentes, que ustedes seguirán defendiendo sus ideas y nosotros, las nuestras, con absoluta libertad, con inteligencia, espero que, incluso, con generosidad, para que no interfiera en el apasionante reto que vamos a compartir.
Señor Lambán, entendemos que de lo que se trata es de asumir las discrepancias puntuales, por muy importantes que sean, y hay algunas importantísimas, en beneficio de un proyecto global común.
Antes —termino en seguida, señor presidente—, antes de votar su investidura, le voy a proponer muy rápidamente tres retos.
Uno ya ha salido y, encima, lo dijo su admirado Azaña, con que seguro que lo cumplirá: sea audaz, señor Lambán, no se conforme con estar en la media, aspire a que Aragón esté en la vanguardia. Ya hemos sufrido demasiados años gobiernos dóciles, mansos, gobiernos conformistas. Los aragonesistas queremos un Aragón de excelencia. Señor Lambán, sea audaz.
En segundo lugar, haga usted políticas de izquierda. La experiencia demuestra, lo digo con todo el respeto, que el PSOE es muy de izquierdas en la oposición, pero, cuando está gobernando, las cosas cambian. Yo sé, señor Lambán, que usted es un hombre de izquierdas: demuéstrelo en su labor como presidente del Gobierno de Aragón. A cambio de que lo haga, le voy a regalar una cita, que sé que le gustan mucho, ayer lo demostró; en mi caso, por supuesto, es de un aragonés, del más ilustre del siglo XIX, de Joaquín Costa, que dio —no sé si la conoce— una de las definiciones de socialismo con la que más me identifico como socialista y que más me gusta: en un trabajo sobre árboles, escribió que «los árboles son los reguladores de la vida y, como los socialistas, niveladores de la Creación», «niveladores de la Creación». Esa es la esencia del socialismo, señor Lambán: nivelar la Creación, redistribuir la riqueza a través de los impuestos y el Estado del bienestar. Señor Lambán, hágalo; va a tener la oportunidad, es el momento.
Termino en seguida, señor presidente, diez segundos.
La tercera petición: que se crea Aragón, señor Lambán. Tenemos un potencial tremendo, podemos hacer que Aragón sea el mejor país del mundo. Los aragonesistas, se lo aseguro, no nos conformamos con menos. Desde luego, nosotros intentaremos contagiarle la pasión que tenemos por este país. Piense en grande, porque ser presidente de Aragón es un honor inmenso, señor Lambán.
Termino —ahora sí que termino, señor presidente—, y, por ser usted, lo voy a hacer también con otra cita, una cita también sobre árboles, también sobre socialismo, esta vez sobre el aragonés más querido, más admirado del siglo XX, José Antonio Labordeta, supongo que le sonará esta canción: «Planta un árbol sobre la tierra yerma/y ayúdala a crecer (...)/igual al socialismo que tenemos que hacer».
Señor Lambán, hoy plantamos ese árbol, hagámoslo crecer entre todos. Le aseguro que las gentes de Chunta Aragonesista nos dejaremos la piel desde el aragonesismo de izquierda.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Señor candidato, tiene la palabra.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
¿En qué estaría yo pensando, señor Soro, para no haber localizado esas magníficas citas sobre el socialismo que usted acaba de hacer?
Le agradezco sinceramente su intervención. Le agradezco su intervención, le agradezco su apoyo para la investidura, y creo que es un gesto que honra a su partido ir un paso más allá de lo que, tradicionalmente, ha supuesto la presencia de Chunta en estas Cortes y avenirse a formar parte de un Gobierno.
Valoramos en lo que vale ese gesto, valoramos lo que realmente significa ese momento histórico —es así como usted lo definía—, y, como le decía a la señora Luquin, tenga la absoluta seguridad de que nosotros, por nuestra parte, estaremos a la altura de las circunstancias y que no le defraudaremos.
Se me ha dicho, ayer y hoy, que lo del discurso de ayer eran palabras, no son hechos. No se me ocurre cómo, le he dado vueltas toda la mañana a ver cómo un discurso se puede convertir en hechos. Si lo puedo lograr algún día, les explicaré cómo. Evidentemente, estamos hablando de palabras, evidentemente, estamos hablando de compromisos, pero estamos hablando de palabras y de compromisos entre hombres y mujeres cabales, hombres y mujeres con un acendrado sentimiento de la ciudadanía, hombres y mujeres absolutamente dispuestos a servir a Aragón y, por tanto, hombres y mujeres absolutamente fiables en todo aquello a lo que se comprometen, fiables, por tanto, en todo aquello que decidan hacer por el bien de su país, por el bien de su tierra.
Habla usted de un Gobierno de izquierdas y con sensibilidad aragonesista. Le tengo que decir, y no le parezca a usted una paradoja imposible de explicar, que yo he llegado, parafraseando a Indalecio Prieto, he llegado a ser aragonesista a fuer de jacobino; en otras palabras, he llegado a ser federal a fuer de jacobino.
Yo decía ayer que me siento español y que ser aragonés es una forma de ser español. He llegado a la conclusión de que, para que este país, España, respire de una vez por todas con fuerzas de gigante, es absolutamente fundamental que lo haga con plenitud por todas y cada una de sus partes, que lo haga con plenitud por todas y cada una de sus comunidades autónomas, y eso solo se consigue a través de un amplio proceso de descentralización que supere al actual, a través de una federalización del país mediante una reforma de la Constitución que nos permita participar en la gobernanza del país, que nos permita equipararnos realmente en derechos, en deberes y en oportunidades, que nos permita corresponsabilizarnos en más cosas de las que nos corresponsabilizamos ahora (por ejemplo, en la fiscalidad) o que nos permita participar, por ejemplo, en la política europea. Y que la lealtad que ha existido siempre entre Aragón y España, siempre unidireccional de Aragón hacia España, siempre una lealtad no correspondida, que ha reservado para Aragón la parte subalterna, se trueque por lealtad bidireccional en la que exista correspondencia y en la que, tan leales como seamos nosotros al Estado, lo sea el Estado con nosotros.
Apostamos, lo sabe usted, por fórmulas como la supresión del Senado y la creación de una Cámara territorial de, realmente, representación territorial, y apostamos, y vuelvo a insistir y lo vuelvo a repetir otra vez, por construir España no desde una relación vertical exclusiva con el Gobierno, sino desde una relación horizontal con otras comunidades autónomas.
Ese es el aragonesismo en el que yo creo, además de que desarrollemos a fondo todos los instrumentos que permite y prevé el Estatuto, el artículo 108, que no le oculto que no está exento de dificultades para ser llevado a cabo, pero es un Estatuto que se aprobó en esta Cámara, es un Estatuto que aprobó el Congreso de los Diputados, y, por tanto, estamos plenamente legitimados para exigir que se cumpla hasta sus últimas consecuencias.
Me parece absolutamente imprescindible que, inmediatamente tomado posesión el Gobierno, veamos qué partidas disponibles tenemos para afrontar las primeras semanas de desarrollo del mismo. Pero mire usted las fechas en las que estamos... Creo que tenemos que empezar rápidamente a redactar, a trabajar en los presupuestos del año 2016, que es donde, por primera vez y de manera más o menos cabal, podremos empezar a reflejar y a desarrollar los compromisos adquiridos entre las cuatro fuerzas políticas de la izquierda de este Parlamento que vamos a suscribir la investidura.
Blindar por ley derechos sociales me parece una idea magnífica, aunque creo que ese blindaje lo tenemos que complementar también, para que realmente sea tal blindaje, a través de una reforma de la Constitución española, porque, curiosamente, a los constituyentes, que hicieron un magnífico trabajo, se les olvidó consagrar la salud como un derecho constitucional. En los tiempos actuales parece inevitable consagrar los servicios sociales como un derecho constitucional, y, sobre todo, tenemos que consagrar como un derecho constitucional —lo he dicho varias veces a lo largo de este debate de investidura— no tanto un techo de gasto social como un suelo de gasto social que ningún Gobierno en ninguna circunstancia, por dramática que económicamente sea, puede vulnerar.
El diálogo con la universidad pública se tiene que retomar de manera inmediata. Con la universidad pública, hay que empezar a cumplir los compromisos que en los últimos años no se han cumplido y que han sumido a la universidad pública en la situación en la que se encuentra. Hemos de darle a la universidad el papel, la función que realmente le corresponde en la sociedad aragonesa.
Y, desde luego, en relación con la Universidad San Jorge, cuya existencia y cuyo papel es absolutamente respetable, no puede en modo alguno ser titular para impartir especialidades que la universidad pública puede impartir de manera absolutamente suficiente, sobre todo cuando esa impartición de una carrera como es el Magisterio supone un hachazo mortal para los campus de Huesca y de Teruel.
La aconfesionalidad, por mucho que yo citara ayer al Papa, es una medida que me congratula y me satisface mucho. Es más, estoy absolutamente seguro de que el papa Francisco la suscribiría, señor Soro, no le quepa a usted ninguna duda.
El código ético para los miembros del Gobierno y para los altos cargos me parecería un avance sustancial. Yo diría que, en los últimos años, progresivamente, se han ido modificando positivamente las autoexigencias, las maneras de hacer política de todos nosotros, en general, en cualquier responsabilidad que ocupáramos, pero estará bien consignar por escrito en qué ha de consistir ese código ético, que, fundamentalmente, tiene que significar que los políticos asumamos de una vez nuestra dimensión como tales, que es la de la ejemplaridad, que es la de trasladar con nuestros gestos y con nuestra conducta pública y privada la prevalencia de los valores que defendemos sobre otros valores cuya extensión entre la sociedad han causado, seguramente, muchos de los males que hoy estamos denunciando.
Creo que las políticas deben estar impregnadas, todas ellas, de una clara visión respecto a la sostenibilidad. Nosotros, en nuestro programa electoral, hemos propuesto sustituir los barómetros normales de medición de la realidad, que normalmente se hacen a través del producto interior bruto y las cifras totales de empleo, sustituir esos barómetros de medición de la realidad por barómetros de igualdad y de sostenibilidad, lo cual significaría, y no sé, técnicamente, cómo lo podemos hacer, pero creo que sería muy conveniente desde el punto de vista político dotarnos de un instrumento que supusiera someter nuestras políticas, las que impulsáramos desde aquí, anualmente, someterlas al examen, someterlas al escrutinio de qué clase de igualdad han producido o qué desigualdad, qué clase de calidad en la vida de los ciudadanos han producido o qué pérdida de calidad y qué han supuesto desde el punto de vista de la sostenibilidad, si han acrecentado los riesgos del cambio climático por la emisión de gases invernadero o los han disminuido, e ir modificando las políticas en función de cómo fueran dando los datos esos barómetros, que significarían de alguna forma sustituir el gran debate público sobre los éxitos de las políticas por otro debate público absolutamente distinto y más adecuado a los principios que nosotros decimos defender.
Por lo demás, aragonesizar la política, cuatribarrarla —una magnífica expresión que, con el copyright correspondiente, estoy dispuesto a utilizar a partir de ahora—, me parece un reto que no solo no repugna a ninguna de mis convicciones, sino que en estos momentos concretos refuerza mis convicciones.
Y, desde ese punto de vista, le aseguro que vamos a estar absolutamente cómodos los socialistas, los diputados socialistas, en la tarea de compartir funciones y de compartir retos y trabajos con ustedes en los próximos cuatro años. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Se suspende la sesión [a las catorce horas y siete minutos], y la iniciaremos a las quince treinta.
El señor PRESIDENTE: Vayan tomando asiento en sus escaños. Reanudamos ya el debate. [Se reanuda la sesión a las quince horas y treinta y seis minutos.] Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Podemos Aragón.
El señor diputado ECHENIQUE ROBBA: Diputados y diputadas, candidato Javier Lambán, invitados e invitadas, periodistas, ujieres y demás trabajadores de las Cortes de Aragón, siempre atentos para que todo funcione bien, buenas tardes a todos y a todas, y un saludo también a todas las personas que siguen este Pleno desde casa por Internet.
Es para mí una enorme responsabilidad y también una gran oportunidad dirigirme a todos ustedes aquí hoy, en estas Cortes de Aragón, en esta casa, que debería ser, cada día más, la casa de la gente. Es un placer hacerlo, además, después de unas elecciones en las que los aragoneses y aragonesas han dicho con claridad que apuestan por el cambio; después de los peores resultados del bipartidismo en la historia de esta tierra; después de que la gente haya dicho con contundencia que apuesta por un modelo de sociedad diferente, un modelo en el que siempre se pongan la dignidad de las personas y las necesidades y los anhelos de una inmensa mayoría por delante de las ambiciones de acumulación de riqueza, de renta y, en definitiva, de poder de unos pocos.
Hoy estoy aquí defendiendo ese modelo porque ese es el modelo de Podemos. Es un modelo en el que siempre, siempre se diseñan las políticas y los programas pensando en que ninguna persona pase frío en su casa en invierno, en que ningún niño tenga que ir al colegio sin desayunar; pensando en que ninguna familia sea desahuciada sin alternativa habitacional o en que todos los seres humanos que vivan en nuestro país tengan el mismo derecho a ser atendidos y a ser cuidados cuando se ponen enfermos; pensando también en que ningún dependiente y ninguna familia con dependientes a su cargo sea abandonada a su suerte; pensando también en ese medio rural, en esas provincias con menos población y siempre discriminadas desde las anteriores legislaturas y los anteriores Gobiernos. Y en eso tengo que coincidir con la diputada de Ciudadanos —aunque me haya atribuido ciertas cualidades demoníacas, coincido en ese punto—: echamos un poco de menos, en falta, en el discurso de investidura, mayores referencias a las provincias de Teruel y de Huesca. Y por eso defendemos un modelo en el que, como digo, podamos abandonar de una vez por todas no solamente esta discriminación territorial, sino además la vergüenza que sienten todos los ciudadanos cuando piensan en que en Aragón, en una de las zonas más ricas de la quinta economía de la zona euro, en el año 2015, hay todavía ochenta y tres mil hogares en exclusión social según Cáritas. Defendemos un modelo en el que acabar por fin con esa lacra sea una prioridad absoluta. Los catorce diputados y diputadas de Podemos defenderemos siempre este modelo en esta Cámara y en todas partes, y lo haremos por su decencia, por su dignidad, pero también por su eficacia.
De nuevo, Cáritas nos dice con cifras lo que ya sabíamos y vemos en la calle: que, en Aragón, el 10% de las familias más ricas antes de la crisis han mejorado su nivel de renta un 2% desde el 2007, mientras que el 10% de las familias más pobres han visto caer su nivel de renta un 12%. Que esto ocurra no solo es injusto; no solo es cuestionable moralmente que los que menos tienen estén pagando la fiesta a los que no han conocido ni conocerán la palabra «crisis» en sus propias carnes: es que además lastra la economía. Y no lo digo yo: lo dice el Fondo Monetario Internacional. No es que haya que confiar mucho en este organismo, ¿verdad? —tengamos en cuenta que el FMI dice en un estudio reciente que las mismas medidas económicas que está intentando forzar mediante el chantaje antidemocrático sobre el pueblo griego son precisamente las que han llevado a Grecia al desastre—. No es que el argumento de autoridad, en este caso, funcione excesivamente bien; pero, en este caso, lo que dice el FMI es obvio y es de sentido común. En una sociedad moderna, en la que el consumo interno es una parte fundamental de la economía, que no haya apenas capacidad de gasto en amplísimos sectores de la sociedad y que se acumule la mayor parte de la riqueza en unas pocas manos lastra el crecimiento. Los grandes capitales suelen ser más tendientes a apostar por la especulación y la economía vaporosa de los mercados financieros que por la inversión y la economía real o, desde luego, por el consumo. Los países menos desiguales de Europa son los más ricos y los más estables; por eso, también defenderemos las necesidades de los que menos tienen.
Las necesidades de los que menos tienen y también los intereses y anhelos de los que quizá tienen un poco más porque han tenido un poco más de suerte en la vida y porque se matan a trabajar todos los días de la semana y a veces también los fines de semana, doce horas o más, cobrando muchas veces salarios de miseria y con muchísima precariedad, viendo los autónomos cómo asumen todo el riesgo personal y no se les apoya desde las instituciones o contemplando con inquietud los pequeños empresarios cómo, por muchas horas que inviertan en su negocio, cada vez están más cerca de bajar la persiana. Es un hecho que son los trabajadores, los autónomos y las pymes, las cooperativas y las empresas e iniciativas de la economía social quienes generan más empleo, quienes más impuestos pagan, donde se localiza el menor fraude fiscal y quienes dejan más riqueza en el territorio. Por eso, por eficacia, y también por justicia, Podemos siempre dará prioridad a las personas que conforman el tejido económico pequeño y mediano sobre la economía especulativa de proyectos faraónicos y de pan para hoy y hambre para mañana.
Para que esta economía y toda la economía funcione mejor, en nuestro modelo también damos una importancia fundamental a la investigación. Como se ha dicho en esta Cámara en repetidas intervenciones, no es de recibo que sigamos intentando competir con China o con Bangladés porque lo único que se les ocurre a nuestros gobernantes para mejorar la competitividad es bajar los salarios de la gente. [Aplausos.] Hay que competir con Alemania, con Japón... Y eso se hace apostando por la investigación fuertemente, apostando por que esa investigación, además, se dirija a satisfacer las necesidades de nuestra industria, de nuestras pymes, de nuestra agricultura.
Por mucho que el señor Bermúdez de Castro y el candidato Javier Lambán se pasen media mañana jugando al pimpón, sus respectivos partidos han gobernado en las dos últimas legislaturas —esto hay que decirlo— en Aragón y en España, y han puesto demasiadas veces los intereses privados de unos pocos por delante de ese bien común que oigo repetir tantas veces en los discursos. El Partido Popular lo ha hecho de frente y queriendo —todo hay que decirlo y hay que reconocerlo—, con absoluta coherencia, de un modo sistemático, sin ocultarlo, siendo financiado incluso por esos intereses privados a los que sirven desde el principio de los tiempos y con conocimiento de todos sus líderes, según vamos sabiendo desde hace años, y en especial en estos días. El Partido Socialista, en cambio, en el pasado reciente, lo ha hecho diciendo que no tiene otra opción, que no quiere hacerlo, que les duele más a ellos que a nosotros; pero lo ha hecho, incluso en contra de gran parte de sus militantes, de sus votantes y de sus principios fundamentales. Lo ha hecho, y hay que decir también que lo sigue haciendo en algunos lugares donde tiene responsabilidad de Gobierno, ¿por qué no decirlo? Eso es lo que está teniendo lugar cuando Susana Díaz se niega a ponerse del lado de los desahuciados y enfrente de los que desahucian. Eso es lo que está teniendo lugar cuando los así llamados socialistas apoyan el TTIP, el tratado de las multinacionales y en contra de las pymes, el medio ambiente, los derechos laborales y los derechos sociales, en el Parlamento Europeo.
Pensamos que también está operando este orden de prioridades, que consideramos injustificable no solamente desde el punto de vista moral, sino también en términos de eficacia económica, cuando se habla de algunos planteamientos respecto de la gestión del agua. Nos preocupa que los intereses de las grandes constructoras sean los que están condicionando la apuesta por la construcción de muchos grandes embalses y demás grandes obras, y no tanto los intereses de nuestros regantes o de los habitantes del Pirineo y del Prepirineo, máxime cuando los movimientos que forman parte de la Nueva Cultura del Agua han demostrado hace muchos años que hay soluciones más inteligentes, menos costosas, menos lesivas con el medio ambiente y que satisfacen las mismas necesidades, tan importantes para nuestra economía, nuestro medio rural y nuestra agricultura. [Aplausos.]
En cuanto al tema de la corrupción, tengo que discrepar contundentemente con algo que, en el discurso de investidura, el candidato sugirió ayer aquí. No es cierto ese razonamiento falaz que sugiere que la corrupción política es un reflejo de una sociedad que la tolera o incluso la practica. Se sugirió ayer que la clase política, los políticos son una muestra representativa de la sociedad y, por tanto, las prácticas que encontramos entre este grupo de la población representan lo que ocurre en España en general. Esto, evidentemente, no es verdad. No hay más que comparar el salario medio en esta Cámara con el salario medio en España o en Aragón, y no hay más que ver el nivel de corrupción y de imputados que hay en partidos como, por ejemplo, el Partido Popular, que jamás encontraríamos en una empresa, en una ONG o en una asociación vecinal. No es verdad, no es verdad que la clase política haya caído en el vicio de la corrupción porque la sociedad tenga un déficit cultural. Lo que es cierto es lo contrario: tenemos una sociedad que ha sido en los últimos años mucho más decente que algunas prácticas que se han llevado a cabo desde la política.
También he de ser sincero y decir que muchas cosas de las que ha dicho aquí ayer y hoy el candidato Javier Lambán me suenan bien. Me suenan bien. Nos suenan bien a los diputados y diputadas de Podemos y les suenan bien a la ciudadanía. Es cierto. Como dije ayer ante los medios, un poco en broma, un poco en serio, desde que existe Podemos, los discursos del PSOE han mejorado bastante. Creo que es así, creo que es un hecho objetivo. El problema —y en eso también he de ser sincero— es que aún no hemos tenido la oportunidad, como decía Javier Lambán también hace un rato esta mañana, de comprobar si los hechos concuerdan con las palabras. No, es verdad, pero no hemos tenido la oportunidad. Es por eso que Podemos, y después de que se acordase un decálogo de medidas que entendemos que son urgentes y que prácticamente se ha aceptado en su totalidad, ha decidido dar un apoyo puntual a la investidura de Javier Lambán para tener la oportunidad de comprobarlo, de comprobar si los hechos concuerdan con las palabras. Por eso y también por responsabilidad.
La alternativa de un Gobierno del Partido Popular, cuando su candidata había hecho uno de sus ejes principales de campaña la continuidad, era sencillamente inviable. Ni siquiera el Fondo Monetario Internacional piensa que las políticas del PP sean eficaces, ni siquiera el FMI. La otra alternativa, dado el apoyo declarado de algunas fuerzas al PSOE y siendo la aritmética parlamentaria la que es, era una nueva convocatoria de elecciones. Conociendo la situación de emergencia social de tantas familias y habiendo encima de la mesa plazos como los que tienen que ver con la paralización de la LOMCE, esta opción no nos pareció tampoco responsable.
En cualquier caso, y después de una mañana entera hablando de los partidos de esta Cámara —de si con ellos o con nosotros, de si las herencias, de cuando este gobernó con aquel y luego con el otro, y dijo una cosa y luego dijo la otra, de si nos llevamos mal o bien, y así todo el rato—, creo que es hora de que hablemos, de que empecemos a hablar cada día más —y espero que hoy sea una excepción— de los problemas de la ciudadanía, de los problemas de la gente, de las medidas y de política, no tanto de nosotros mismos. Cuando empiece a haber encima de la mesa presupuestos y proyectos de ley, proyectos que Podemos también presentará desde el día uno, seremos capaces de comprobar las diferentes voluntades y servidumbres de cada fuerza política.
En cada caso, los diputados y diputadas de Podemos defenderán la aplicación de nuestro modelo de sociedad, ese modelo en el que nunca se ponen los intereses de unos pocos por delante de las necesidades y los anhelos de la inmensa mayoría de la gente. En las políticas que cumplan con esta prioridad fundamental, esta Cámara y el Gobierno que se forme contarán con la colaboración constructiva y el apoyo de los diputados y las diputadas de Podemos. Siempre que se pongan los intereses privados de minorías privilegiadas por delante de los derechos de las personas y la eficacia económica, la posición de los diputados y diputadas de Podemos será firme. Aunque el Partido Popular insista mucho en que esta situación nos tiene que dar mucho miedo, ya veremos, a lo largo de los próximos años, que la realidad, una vez más, contradice las palabras y las predicciones del PP.
Como podemos ver en la serie televisiva Borgen, que recomiendo a todos los diputados y diputadas, en el Parlamento danés hay habitualmente más de siete fuerzas, y no pasa nada. Bueno, sí pasa: es un signo de madurez democrática de la ciudadanía y significa que el Gobierno no puede aprobar sus leyes y sus presupuestos como un rodillo y sin preguntar. Eso es lo que pasa.
Estas Cortes van a estar a partir de ahora, y más que nunca, en el centro de la vida política aragonesa, y los catorce diputados y diputadas de Podemos trabajarán con firmeza y con responsabilidad para que estén también a partir de ahora, y más que nunca, al servicio de la mayoría de la gente. Con este compromiso —y siempre vigilantes— toca ponerse a trabajar. Esa es la manera por la que el candidato Javier Lambán preguntaba, legítimamente, cómo se pasa de las palabras a los hechos. No hay otra manera. Por eso, concluyo pidiendo a toda la Cámara y a todos los diputados y diputadas que nos pongamos cuanto antes a ello. A muchas pequeñas empresas, a muchas familias y a muchas personas les corre prisa.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
Señor Echenique, tengo que empezar mi intervención agradeciendo el voto favorable a mi investidura que ha anunciado usted en nombre de los catorce diputados de Podemos. Es un voto favorable que he entendido a la perfección desde el primer día como consecuencia de un acuerdo basado en un decálogo que le puedo a usted asegurar con absoluta rotundidad que su cumplimiento no significa ninguna contradicción con nuestro programa electoral ni mucho menos ninguna contradicción con nuestra conciencia individual y política.
Expresado ese agradecimiento, quiero hablar de algo que quizá fue un error mío en mi discurso de ayer —en todo caso lo volveré a leer otra vez—, porque no es usted el primero que me dice que hice pocas referencias a Huesca y a Teruel y muchas a Zaragoza, y creo recordar que referencias a Zaragoza las hice a la ciudad de Zaragoza, que considero motor cultural y económico fundamental de la comunidad autónoma; y creo recordar que, sin entrar en más disquisiciones, hable de Zaragoza ciudad y hable del territorio. Y, si no lo hice en esos términos, desde luego, eso es lo que quería decir, porque fíjese usted hasta qué punto toda mi visión política de lo que es la Comunidad Autónoma de Aragón está condicionada por la diferencia existente entre unas partes y otras que siempre he creído que la provincia de Zaragoza, excluida la ciudad, salía siempre perjudicada de estar bajo el topónimo de Zaragoza. En otras palabras: siempre que, desde Madrid o incluso desde el Gobierno de Aragón, se piensa en tres provincias, se considera que hay dos que tienen problemas que resolver y se considera que hay una, que es Zaragoza, que, por extensión de la potencia de la ciudad, queda anulada en cuanto a territorio con muchos problemas, tan graves o más como los que tiene la provincia de Teruel en cuanto a despoblación, en cuanto a falta de oportunidades, en cuanto a falta de servicios y en cuanto a falta de inversiones.
Hasta tal punto esto es así que, hace algunos años, cuando yo era presidente de la diputación provincial, pusimos en marcha un operativo al que denominamos «Cuarto Espacio» porque entendíamos que en Aragón había un primer espacio, que podía ser, por orden alfabético, Huesca; había un segundo espacio, que podía ser, por orden alfabético, Teruel; había un tercer espacio, que era la ciudad de Zaragoza y su entorno, que funciona como un cañón desde el punto de vista económico y que necesita incluso menos atenciones desde el punto de vista político que los demás; y había un cuarto espacio, que era justamente la provincia de Zaragoza excluida la ciudad y para el que yo, desde la presidencia de la diputación, reivindicaba atenciones tanto desde el Gobierno de España como desde el Gobierno de Aragón.
Esta es la idea que yo tengo del territorio, de cómo tiene que ser tratado de manera equilibrada el territorio aragonés, y esta es la idea que presidirá todas mis actuaciones, y creo que concuerda con lo que ustedes piensan, tanto usted, señora Gaspar, que hablaba de lo mismo, como usted, señor Echenique.
Coincido absolutamente con su diagnóstico sobre la desigualdad. Es más: estoy absolutamente convencido de que el parteaguas, lo que ha decantado la posición de los electores en las pasadas elecciones municipales y autonómicas ha sido justamente su posición respecto a la desigualdad. Y estoy también de acuerdo con usted en la repercusión que el fenómeno de la desigualdad tiene incluso sobre la economía. Desde luego, la desigualdad es reprobable desde el punto de vista ético y moral, la desigualdad es un disolvente absolutamente brutal del propio sistema, de la propia democracia, pero Thomas Piketty se ha encargado de recordarnos que, desde el punto de vista de la eficacia económica, ningún país, ninguna sociedad asolada o afectada por desigualdades profundas puede funcionar bien, puede ser eficiente, puede ser respetable y puede ser generador de riqueza y de empleo digno su modelo productivo.
También coincido en la importancia que usted le da a las pymes, a los autónomos, a la economía social. Es verdad que en una comunidad autónoma como la nuestra son generadoras del mayor número de empleos de los que disponemos, pero es verdad también, señor Echenique —y ayer hablaba yo en mi discurso de investidura de ello—, que, con ser un baluarte, con ser un punto fuerte de nuestra economía, tienen la debilidad de, precisamente, su tamaño. A la hora de la I+D+i, a la hora de la innovación, a la hora de la internacionalización, a la hora de competir con suficiencia en el mundo global, tienen el problema de su pequeño tamaño, de su pequeña dimensión, y, por eso, un paquete de medidas que habremos de desarrollar con la máxima eficacia posible será todo aquel paquete de medidas dirigido a superar esa deficiencia del tamaño por la vía de constitución de plataformas tecnológicas, por la vía, en definitiva, de que se agrupen para trabajar en común en todo aquello que exige tamaño para ser realmente eficiente.
En cuanto a I+D+i —lo decía esta mañana—, es un tipo de gasto público al que a veces es renuente el político —digo «a veces»— como consecuencia del hecho absolutamente incontestable de que la I+D+i no surte efectos electorales inmediatos. Surte efectos electorales a medio y largo plazo, pero absolutamente benéficos para el sistema económico, hasta el punto de que, seguramente, ese debe ser uno de los grandes pactos que en esta Cámara seamos capaces de suscribir si realmente queremos construir un modelo económico sostenible en Aragón, algo que estoy seguro también satisfará y algo con lo que también estoy seguro estará de acuerdo el señor Aliaga.
Ha hablado usted de la responsabilidad del partido al que pertenezco en el origen de la crisis y en los efectos que la crisis ha tenido sobre la sociedad española. Me obliga usted a reivindicar al Partido Socialista como la fuerza política promotora del Estado del Bienestar, me obliga usted —se lo digo con toda amabilidad— a reivindicar al Partido Socialista como una fuerza política que sustancialmente no tocó el Estado del Bienestar hasta el último día de su permanencia en el Gobierno; pero, al igual que hice ayer, y no me duelen prendas en ello, reconozco que el Partido Socialista, sobre todo desde mayo del año 2010, no estuvo a la altura de las circunstancias, no estuvo a la altura de lo que sus propios electores le habían demandado a través del programa electoral a la hora de responder a las exigencias de Bruselas, y mucho menos estuvimos a la altura cuando contribuimos a la reforma del artículo 135 de la Constitución. No solo contribuimos, sino que fuimos incluso los promotores de la misma —lo digo con toda claridad—. El hecho de que yo desde este escaño hace ya tres años reconociera ese error no impide que reconozca, por otra parte, que la fuerza política a la que pertenezco lo cometió, y he de decirle inmediatamente a continuación que, en la propuesta de reforma de la Constitución que plantea el Partido Socialista, uno de los elementos es justamente la rectificación de aquel error.
Nosotros entendemos que el rigor presupuestario es algo a lo que hay que renunciar. Un país, una economía no puede vivir permanentemente instalada en el déficit. Hay que buscar el equilibrio de las cuentas porque otro camino conduce directamente a la ruina, pero es verdad que hay que hacerlo de manera distinta a como lo está haciendo la Unión Europea en los últimos años, porque está conduciendo a algunos países a callejones sin salida y a otros, como el nuestro, lo ha sometido a dosis de sufrimiento difíciles de aceptar. Por tanto, sí al rigor presupuestario, sí al cumplimiento del pacto de estabilidad —creo que todos podemos estar de acuerdo con eso—, pero siempre y cuando ello sea compatible con políticas de solidaridad y con políticas de crecimiento que nos permitan cumplir los objetivos de la unidad monetaria y de la unidad política de Europa a la que tendemos sin causar sufrimiento, sino repartiendo progreso, repartiendo riqueza y repartiendo solidaridad en todo el continente.
En relación con la gestión del agua —he hablado en varias ocasiones de ella—, discrepamos abiertamente. No sé el diálogo que tengamos en los próximos años si supondrá un acercamiento de posturas. Lo cierto, señor Echenique, es que el Pacto del Agua es seguramente uno de los pocos grandes acuerdos que ha sido capaz de alcanzar la sociedad aragonesa. No hemos brillado precisamente en las últimas décadas por ser capaces los aragoneses de urdir grandes pactos; y urdimos este, el del Pacto del Agua, que pasa por la construcción de una serie de embalses, por regular una serie de ríos. Y le puedo asegurar que yo, que he suscrito ese Pacto del Agua y que lo sigo suscribiendo, no he pensado jamás en los intereses de las grandes multinacionales, en los intereses de las hidroeléctricas, en los intereses de los grandes poderes financieros del país; he pensado siempre en los regantes de mi zona, en los regantes de mi territorio, que lo demandaban de manera absolutamente angustiosa cuando veían que tenían regadíos feraces, regadíos con unas posibilidades inmensas de creación de riqueza, y que, por ausencia de una regulación razonable del río Aragón, sus cosechas y sus posibilidades de creación de riqueza podían irse al garete un año sí y otro también. Por eso es por lo que apoyamos aquel pacto; lo seguimos apoyando, teniendo en cuenta además que, sobre todo a partir del año 2004, y merced a un esfuerzo hecho al alimón por los Gobiernos de España y de Aragón, se amplió sustancialmente la base social del acuerdo del Pacto del Agua precisamente para evitar que, en la mayor medida posible, las obras de regulación produjeran graves quiebras en la sociedad. Y es verdad que hubo gente, hubo personas, hubo municipios que no se incluyeron en ese pacto, lo cual respeto absolutamente, pero entiendo que una gran mayoría de la sociedad aragonesa lo suscribió.
En relación con la corrupción, señor Echenique, no es muy distinto lo que usted dice de lo que yo dije ayer. Sostengo que una clase política no deja de ser una emanación de la sociedad. Sostengo que la sociedad española está condicionada, como todas, por su historia, por sus tradiciones. Creo que, por muchas razones que no vienen al caso, la sociedad española, las sociedades mediterráneas en general hemos convivido con demasiada condescendencia con la corrupción, pero a continuación le tengo que decir algo que le da a usted la razón. Es verdad que la sociedad española es, en general, una sociedad honrada, pero le digo que la política española es, en general, una política honrada. Irá usted viendo en vivo y en directo que la inmensa mayoría de los representantes políticos son personas que se equivocan, son personas que cometen errores, son personas con sesgos ideológicos diferentes —si no, no existiría la política; si no, no existirían los parlamentos—, pero son personas entregadas a su quehacer al servicio de los ciudadanos desde una posición de honradez que yo, después de muchos años en política y después de conocer a muchos políticos, defiendo; de la misma forma que es verdad que han abundado demasiado los casos de corrupción, que han sido excesivamente graves muchos de los casos de corrupción y que hay que tomar toda clase de medidas para que en el futuro no se vuelvan a repetir.
Asumo que me votan ustedes como mal menor, lo asumo —no puede ser de otra manera—, pero le aseguro, señor Echenique, señoras diputadas y señores diputados de Podemos, les aseguro que con el paso de los tiempos, con el paso de las semanas y de los meses irán cambiando de opinión y no se arrepentirán jamás de lo que van a hacer esta tarde.
Compartimos, y con esto termino mi intervención, algo que es fundamental para compartir un proyecto político, que es el modelo de sociedad. Los socialistas creemos desde nuestra fundación en un modelo de sociedad basado en la igualdad de derechos, basado en que todo ciudadano se sienta seguro frente a cualquier clase de infortunio que le pueda surgir en la vida y basado en la libertad, la libertad entendida no como la entienden los neoliberales, sino como la hemos entendido siempre los socialistas: la libertad como no dominación de unos hombres sobre otros o como no dominación de situaciones injustas, de esas propias situaciones, sobre los hombres. Por eso ayer empezaba yo mi discurso hablando del Quijote y hablando de un modelo de sociedad en el que, frente a la sangre, a la herencia y al determinismo del origen familiar, tiene que prevalecer la virtud, tiene que prevalecer la valía personal. Y nosotros tenemos que hacer posible que el único límite que tengan las personas para desarrollarse sea justamente el de su valía y el de su mérito personal.
Le agradezco el tono de su intervención, le agradezco su voto y le insisto otra vez en que haré todo lo posible por que jamás se arrepientan del mismo. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz de Podemos Aragón, señor Echenique.
El señor diputado ECHENIQUE ROBBA: Muchas gracias, candidato Javier Lambán, por el discurso, por la respuesta a mi intervención.
Reiterar desde aquí que nos parece importante lo que se ha hecho en el pasado; que entendemos que asuntos como la modificación del artículo 135, asuntos como haber rescatado a la banca con dinero público, pero no haber rescatado a las familias que debían dinero a la banca, se queda corto llamarlos errores. Entendemos que también tiene que ver con los intereses económicos que muchas veces tuercen la mano de los partidos políticos en nuestro país. Entendemos que estas lealtades son importantes, entendemos que hay que vigilarlas, y los diputados y diputadas de Podemos las vamos a seguir vigilando desde aquí y las vamos a vigilar siempre. Entendemos, ya digo, que son más que errores; entendemos que es algo que tiene que ver con la estructura de cómo se ha hecho política en los últimos años y entendemos que se ha producido una enorme pérdida de recursos públicos no solamente por casos de corrupción estrictamente hablando, en el sentido de que se hayan cometido ilícitos, sino también, y probablemente con mayor amplitud, por la realización de políticas económicas, por la concesión de contratos, por grandes proyectos, por gastos de dinero público que no han sido rentables para la mayoría de la sociedad.
Como digo, todos los datos dicen lo mismo: todos los datos dicen que, en época de bonanza y en época de crisis también, las personas que más tienen cada vez tienen más, y las personas que menos tienen viven un poco mejor cuando hay bonanza y lo pasan muy mal cuando hay una recesión. Eso lo dicen los datos, y creo que tiene mucho que ver con las políticas que se han hecho en los últimos años. No podemos pensar que se trata de una ley de la naturaleza o de una tormenta venida del otro lado del Atlántico, porque no siempre los niveles de desigualdad han sido iguales en nuestro país o en los diferentes países.
Entendemos —ya digo— que eso es más que un error, que tiene que ver con la relación entre los partidos políticos y el poder económico. No me negará que todavía sigue habiendo altos cargos de su partido que participan en consejos de administración del oligopolio eléctrico, a la vez que hace unos años se perdonaron tres mil quinientos millones de euros de deuda de las eléctricas al Estado; a la vez, además, que se redactan leyes que encarecen el precio de la electricidad, que limitan el autoconsumo o que incluso desembocan en la pobreza energética de muchas familias. Entendemos que eso no es casualidad y entendemos que hay que vigilarlo y que son más que errores. Por lo tanto, reiteramos nuestra posición en ese sentido y repetimos que estaremos vigilantes al respecto.
Respecto del tema del agua, que también ha salido aquí, tendremos la oportunidad, y lo haremos con rigor, de presentar los argumentos técnicos, jurídicos en los que entendemos que se basa nuestra oposición a la política de grandes obras hidráulicas. Entendemos que esa necesidad, tan importante también para nosotros, de que la agricultura en Aragón sea pujante, funcione bien y tenga el agua que necesita se puede hacer de otras maneras que son más eficaces, que son medioambientalmente más respetuosas y que pueden tener un consenso social mayor que las políticas de grandes obras, como digo.
Sin más, reiterar que el voto de los diputados y diputadas de Podemos será un voto positivo a la investidura, será un apoyo puntual; hablaremos de cada ley y de cada presupuesto con ánimo constructivo y con responsabilidad. Y, como digo, finalizar de la misma manera: pongámonos a trabajar pronto todos porque la ciudadanía lo está pasando mal y hace falta que las instituciones públicas se vuelvan a poner al servicio de la gente y hagan de última barrera entre muchas personas y la pobreza, la exclusión social o la falta de futuro. Cuanto antes, mejor. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.
Por cortesía, señor Echenique, respondo a su segunda intervención reiterando el agradecimiento del Grupo Parlamentario Socialista y reiterando algo que me parece fundamental que quede claro tanto en esta Cámara como fuera de ella: nada de lo que hemos acordado entre ustedes y nosotros violenta nuestro programa electoral ni violenta nuestra conciencia.
En todo caso, permítame decirle que puedo estar de acuerdo con usted en que se han producido circunstancias en este país en las dos últimas décadas que han contribuido en gran manera a que la corrupción política y económica se produjera en mucha mayor dimensión y con mucho mayor volumen del que hubiera sido deseable. Desde luego, el modelo económico no es ajeno a eso; un modelo económico basado en el sector inmobiliario, un modelo económico basado en una política financiera, sobre todo de la banca alemana, como se produjo en aquellos años era evidente que iba a generar situaciones irregulares, aunque no era previsible que las generara en la medida y en la manera en las que las ha generado.
Creo sinceramente que la reforma de la función pública que tiene pendiente la democracia española y que yo me propongo acometer daría en buena medida solución a los problemas de corrupción. La propia función pública en su conjunto se convertiría en barrera frente a la comisión de hechos delictivos siempre y cuando acertáramos en su despolitización, en su profesionalización estricta y en la eliminación de cualquier zona de discrecionalidad en la toma de decisiones de los políticos y de los funcionarios.
Y, desde luego, he sido siempre firme creyente en la necesidad de que la política y la economía caminen entendiéndose, pero caminen de manera totalmente separada. Me confieso —lo digo abiertamente— un ferviente admirador de Felipe González Márquez, y me decepcionó profundamente cuando decidió —eso sí, muchos años después de formar parte de un Gobierno— estar en un consejo de administración. Me decepcionó, aunque últimamente me he vuelto a congratular, me he vuelto a congraciar con él porque, en una decisión que le honra, ha decidido abandonar ese consejo de administración. Las puertas giratorias, todo lo que tiene que ver con el paso de políticos a los consejos de administración le aseguro a usted, señor Echenique, que a mí también me repugna profundamente.
Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo en que hay que ponerse a trabajar ya. Y, desde luego, si el lunes se constituye el Gobierno —que es mi previsión—, el lunes mismo el nuevo Gobierno empezará a trabajar y empezará a dar cumplimiento cabal y fidedigno a todos y cada uno de los compromisos que van a permitir mi investidura como presidente del Gobierno de Aragón, que, en parte, por la parte que les toca a sus catorce diputados, les vuelvo a agradecer profundamente. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra el Grupo Parlamentario Socialista.
El señor diputado SADA BELTRÁN: Gracias, señor presidente.
Señoras y señores diputados, en primer lugar quiero también dar la bienvenida a todos los que por primera vez están en este Parlamento.
Ustedes están representando, como han hecho las anteriores Cortes, a los ciudadanos, y aquí, desde luego, se ha hablado, pero se debe hablar cada día más, de los ciudadanos y de los problemas que les preocupan y que sufren.
Permítame empezar parafraseando a Baltasar Gracián: «El no y el sí —¡qué le vamos a hacer!—, el no y el sí son breves de decir, pero piden mucho pensar». En nuestro caso, señor Lambán, el sí no nos hace mucho pensar, sino que lo hacemos de forma inmediata y gustosa. Pero, evidentemente, sí que se ha demostrado que sí que son de mucho pensar y, desde luego, de mucho debatir como se ha demostrado a lo largo de todo el día. Hemos asistido durante todo el día de hoy a un intenso y enriquecedor debate entre los distintos portavoces —y son bastantes— y el candidato a la presidencia de Aragón. Por lo tanto, evidentemente, las distintas posiciones a los numerosos temas planteados del Partido Socialista han quedado claramente manifestadas.
Así que me queda seguir parafraseando al mismo autor, que es que lo bueno, si breve, dos veces bueno, y hasta lo malo —y espero que no sea tanto— les parecerá a todos bastante menos malo.
Permítame aun así hacer algunas menciones y comentarios al relato y aportaciones que se han ido haciendo durante todo el día.
Primero. Desde luego, lo que hoy hemos vivido es el fiel reflejo de la realidad aragonesa. Por un lado, de su amplia y plural diversidad, que surgió aumentada —porque Aragón siempre ha sido muy plural— tras las elecciones del 24 de mayo. Más pluralidad, pero la misma representación. La única diferencia es que esa representatividad de los aragoneses está en estos momentos representada por dos grupos nuevos. Y, por otro, representa lo que es la mayoría social que evidencia cómo debe de ser un sistema democrático, que es en estas Cortes, en la representación y composición de estas Cortes, y que supone una mayor representación de las políticas de progreso y de izquierdas.
Si algo ha quedado claro en la evolución de estos cuatro años es que la política cuyo eje único es el control de las cuentas se ha manifestado como un rotundo fracaso. Fracaso social por el enorme sufrimiento provocado y que están sufriendo miles y miles de aragoneses, que, además de sufrir la crisis, el paro, la falta de ingresos económicos, se veía agravado por la drástica reducción de las políticas sociales que están inventadas para paliar dicho sufrimiento. Fracaso económico, porque, lejos de empezar la recuperación, de encontrar las palancas a las que hace cuatro años hacía referencia la señora Rudi para garantizar el futuro de Aragón, todos los datos —y no son pocos, y no es normal en Aragón— han empeorado con respecto incluso a la media española. Y, por último, incluso el objetivo fundamental ha resultado en sí mismo un puro fracaso: el fracaso en el control de las cuentas. Ni el déficit ni la deuda... Lejos de controlarse, se han descontrolado todavía más, y más que la media española.
Nadie, pues, debería discutir, aunque hubiera sido sin intencionalidad, que se requería un giro copernicano en las políticas a aplicar. Así lo demandaron y lo respaldaron los ciudadanos a través de las urnas, y así se ha reflejado y quedado patente en las líneas y objetivos que para el nuevo Gobierno ha ido exponiendo el candidato y que se pueden resumir en lo siguiente: gobernar para las personas, para sus necesidades, para dar respuesta a sus inquietudes, para mitigar el sufrimiento que está provocándoles la crisis —eso sí, garantizándolo como un derecho—; para cubrir sus necesidades básicas, como la salud, la educación, la dependencia; para lograr una salida, en definitiva, de la crisis sin dejar atrás a nadie y que garantice una vida digna, apostando por un equilibrio, a la vez que social, territorial, dada la idiosincrasia de nuestro territorio; para dar respuesta a las demandas de participación, de transparencia, de rechazo y exigencia intolerante de forma absoluta con la corrupción. Medidas que se han ido desgranando en muchos casos, detallando a lo largo de este debate de investidura, y que no me toca más que apoyar las posiciones que ha mantenido el candidato.
Y esto hay que acometerlo en un escenario nuevo —ya lo comentaban—, ni mejor ni peor —diferente—, que no se puede confundir con inestabilidad. Lo que los ciudadanos han defendido, han apoyado, han decidido no es inestabilidad, sino pluralidad, y eso se tiene que convertir en una ventaja y no en ningún inconveniente. Es cierto que este escenario no tiene, no viene con manual de instrucciones: un Gobierno en minoría, fruto de tres pactos de investidura. Los ciudadanos han querido esta situación. Pero ¿por qué esto tiene que tener necesariamente una connotación negativa? Esto necesariamente —y eso es lo importante que quiero resaltar aquí— pone en valor al Parlamento. Se convierte, como decía el candidato, el señor Lambán, no en un mero trámite este Parlamento, sino en el eje del debate y del acuerdo, y se convierte, sobre todo, en parte activa en la acción del Gobierno. Estamos no solo llamados, sino obligados, en aras a la estabilidad social, que es la verdaderamente importante, al avance de Aragón, a esforzarnos en acordar cada una de las medidas que tenga que tomar el Gobierno. Pasaremos de acuerdos de Gobierno, de acuerdos de partido, a acuerdos del Parlamento y realizados en el Parlamento, ejerciendo y poniendo en práctica lo que decía un ilustre aragonés —y poco citado— que es Miguel Servet: «Ni con estos ni con aquellos estoy conforme ni disiento en todo. Todos tienen parte de verdad y parte de error». Esto es lo que nos han dicho los ciudadanos. Pero seguía Miguel Servet, y es en lo que no debemos de caer, no caer en lo que concluía, que es: «Y cada cual descubre el error en el otro y nunca en el suyo». Si somos capaces de cumplir con esto, estaremos dando un avance en el Parlamento. A Miguel Servet, esto le costó la hoguera. Espero que, desde luego, hayamos aprendido la lección de eso.
A esta tarea apasionante nos emplaza la situación, sobre todo la situación dramática de muchos aragoneses, que no nos perdonarían que desde este Parlamento se les diera la espalda. La prioridad es, tiene que ser la estabilidad social, los ciudadanos, los aragoneses; y, para ello —y repito—, nunca jamás el Parlamento ha tenido un papel tan protagonista y activo. A esto les emplazo. Y lo oído hasta ahora, tanto por el candidato como por todos los portavoces, me hace, con toda sinceridad, ser optimista. Y esto me permite, además, mandar un mensaje a los ciudadanos aragoneses, un mensaje, sin duda, positivo. Podemos y debemos acordar para el bien y el mejor estar de los ciudadanos aragoneses. Vamos a tener un Gobierno con la prioridad en las personas y un Parlamento predispuesto, desde la diversidad, incluso desde la necesaria discrepancia, a ello.
Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el candidato a la presidencia del Gobierno.
El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente.
Señor Sada.
Siempre he estado de acuerdo con sus intervenciones, y hoy no podía ser menos. También estoy de acuerdo con su intervención y también agradezco sincera y profundamente el apoyo del Grupo Parlamentario Socialista a mi investidura.
Quiero terminar este debate, salvo que usted quiera hacer uso de su turno de réplica, quiero terminar este debate ratificando mi convicción de que Aragón es una sociedad, es un país repleto de talento y de compromiso en todos y cada uno de sus sectores, en todos y cada uno de sus mundos: en el mundo de la empresa, en el mundo del trabajo, en el mundo de la creación, en el mundo de la cultura, en el mundo de la investigación. Es una sociedad que da más de sí, que puede dar más de sí, que puede tener un peso específico en España por su talento muy superior al que tiene por su demografía. Y es labor, es misión de la política ponerse a la altura de esa sociedad para que el conjunto de la sociedad aragonesa, el conjunto de ese talento indescriptible que atesora explote por los cuatro costados produciendo empleo, produciendo creación, produciendo investigación, produciendo educación, produciendo, en definitiva, bienestar, que es a lo que todos estamos encaminados en nuestros propósitos, independientemente de que tratemos de alcanzarlos por caminos distintos.
Agradezco, para terminar mi intervención, el tono y el contenido de todas y cada una de las intervenciones que se han producido aquí a lo largo del día de hoy. He tomado buena nota de todas ellas. Sé que mi compromiso primero, desde el punto de vista parlamentario, está con las fuerzas políticas que han anunciado su apoyo a mi investidura, pero sé también que los retos y los desafíos que tiene por delante Aragón son de tal magnitud que van a requerir, para ser afrontados con éxito, del concurso y de la participación de todos. Lo he dejado claro ayer y hoy, y verán ustedes como a lo largo de los próximos cuatro años formará parte de mi practica de gobierno estimular esos grandes pactos, estimular esos grandes acuerdos, que, si los conseguimos, darán medida realmente de hasta qué punto merecemos ostentar la representación que nos dieron los ciudadanos aragoneses el pasado día 24 en las urnas.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Una vez concluido el debate de investidura del candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón, pasaríamos a continuación..., va a tener lugar la votación, que, de conformidad con lo establecido en el artículo 99 del Reglamento de la Cámara, será pública y por llamamiento.
La señora secretaria primera nombrará a las señoras y señores diputados, y estos responderán desde su escaño «sí», «no» o «abstención», según apoyen o no la investidura del candidato o se abstengan. El llamamiento se realizará por orden alfabético, comenzando por el señor o la señora diputada cuyo primer apellido sea sacado a suerte. A este efecto, los miembros de la Mesa disponen de una relación alfabética de los señores y señoras diputadas con el número de orden que les corresponde. Asimismo, se han introducido en el bombo sesenta y dos bolas, quedando excluidas las correspondientes a los cinco miembros de la Mesa, de acuerdo con el citado precepto reglamentario, y votarán al final.
El candidato para ser investido presidente del Gobierno de Aragón deberá obtener en la primera votación el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara. Si no se consiguiera dicha mayoría, se procederá a una nueva votación veinticuatro horas después de esta, y la confianza se entenderá otorgada si en ella obtuviera la mayoría simple.
Así pues, la señora secretaria primera va a proceder al sorteo y determinar el señor o la señora diputada por el que comenzará el llamamiento.
La señora secretaria primera (VICENTE LAPUENTE): Gracias, presidente.
El número que ha salido en el sorteo es el número veintidós, y, por lo tanto, comenzamos por la diputada doña Susana Gaspar Martínez. (No.)
Don Jesús Guerrero de la Fuente. (No.)
Doña Lucía Guillén Campo. (No.)
Don Vicente Guillén Izquierdo. (Sí.)
Doña María Herrero Herrero. (No.)
Don José Luis Juste Aznar. (No.)
Don Miguel Ángel Lafuente Belmonte. (No.)
Don Francisco Javier Lambán Montañés. (Sí.)
Don Fernando Ledesma Gelas. (No.)
Don Modesto Lobón Sobrino. (No.)
Doña Ana Patricia Luquin Cabello. (Sí.)
Doña Ana Marín Pérez. (No.)
Don José Javier Martínez Romero. (No.)
Doña Olvido Moratinos Gracia. (Sí.)
Doña Begoña Nasarre Oliva. (Sí.)
Don Ricardo Francisco Oliván Bellosta. (No.)
Doña María Ángeles Orós Lorente. (No.)
Doña María Teresa Pérez Esteban. (Sí.)
Doña Margarita Périz Peralta. (Sí.)
Doña Rosa Plantagenet-Whyte Pérez. (No.)
Doña María del Carmen Isabel Pobo Sánchez. (No.)
Doña María Pilar Prades Alquézar. (Sí.)
Doña Luisa Fernanda Rudi Úbeda. (No.)
Don Fernando Sabés Turmo. (Sí.)
Don José Javier Sada Beltrán. (Sí.)
Don Alfredo Sancho Guardia. (Sí.)
Don Jesús Esteban Sansó Olmos. (No.)
Doña Marta de Santos Loriente. (Sí.)
Doña Erika Sanz Méliz. (Sí.)
Doña Dolores Serrat Moré. (No.)
Don Román Alberto Sierra Barreras. (Sí.)
Doña Leticia Soria Sarnago. (Sí.)
Don José Luis Soro Domingo. (Sí.)
Don Antonio Suárez Oriz. (No.)
Doña Carmen María Susín Gabarre. (No.)
Don Ignacio Urquizu Sancho. (Sí.)
Doña María del Mar Vaquero Perianez. (No.)
Don Héctor Vicente Ocón. (Sí.)
Don Darío Villagrasa Villagrasa. (Sí.)
Doña María Pilar Marimar Zamora Mora. (Sí.)
Doña Berta Zapater Vera. (No.)
Doña María Pilar Alegría Continente. (Sí.)
Don Mariano José Arturo Aliaga López. (No.)
Doña María Elena Allué de Baro. (No.)
Don Luis María Beamonte Mesa. (No.)
Doña Amparo Bella Rando. (Sí.)
Don Roberto Pablo Bermúdez de Castro Mur. (No.)
Don Gregorio Jesús Briz Sánchez. (Sí.)
Doña Itxaso Cabrera Gil. (Sí.)
Don Javier Campoy Monreal. (No.)
Don Ramón Celma Escuin. (No.)
Don Alfonso Clavería Ibáñez. (Sí.)
Don Andoni Corrales Palacio. (Sí.)
Doña María Eugenia Díaz Calvo. (Sí)
Don Ramiro Domínguez Bujeda. (No.)
Don Pablo Enrique Echenique Robba. (Sí.)
Don Ignacio Miguel Escartín Lasierra. (Sí.)
Doña María José Ferrando Lafuente. (No.)
Don Fernando Jesús Galve Juan. (No.)
Don Carlos Gamarra Ezquerra. (Sí.)
Don Florencio García Madrigal. (Sí.)
Doña Isabel García Muñoz. (Sí.)
Y la Mesa:
Doña María Yolanda Vallés Cases. (No.)
Doña Julia Vicente Lapuente. (Sí.)
Don Antonio Torres Millera. (No.)
Doña Violeta Barba Borderías. (Sí.)
Y don Antonio José Cosculluela Bergua. (Sí.)
El señor PRESIDENTE: El resultado de la votación ha sido: treinta y cinco votos sí, treinta y dos no. [Aplausos.]
En consecuencia, y de conformidad con lo establecido en los artículos 48 del Estatuto de Autonomía de Aragón y 159.6 del Reglamento de la Cámara, queda investido presidente del Gobierno de Aragón don Francisco Javier Lambán Montañés al haber obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara.
La presidencia de las Cortes procederá inmediatamente a comunicar al jefe del Estado la elección de don Francisco Javier Lambán Montañés como presidente del Gobierno de Aragón para su correspondiente nombramiento. [Aplausos.]
Se levanta la sesión [a las dieciséis horas y cuarenta y tres minutos].