Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Comparecencias - De Consejeros de la DGA - Ante el Pleno

Comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte para informar de manera concreta sobre la estructura, composición, funcionamiento y objetivos de su departamento en materia de política lingüística.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 006 de Plenos (IX Legislatura)
Intervinienen: Ferrando Lafuente, María José - Pérez Esteban, María Teresa - Briz Sánchez, Gregorio Jesús - Gaspar Martinez, Susana - Herrero Herrero, María - Bella Rando, Amparo - Peris Millán, Eduardo

El señor PRESIDENTE: Pasaríamos al siguiente punto del orden del día, que es comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte, a solicitud de veinte diputados del Grupo Parlamentario Popular, para informar de manera concreta sobre la estructura, composición, funcionamiento y objetivos de su departamento en materia de política lingüística.

Tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario Popular.

Comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte para informar de manera concreta sobre la estructura, composición, funcionamiento y objetivos de su departamento en materia de política lingüística.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señores diputados. Consejera, buenos días.

Iniciado este curso escolar con extraordinaria anormalidad, por cierto, diga lo que diga la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública, porque es que ahora la marea verde ha decidido hacerles la ola, la verdad es que, aunque todavía queda mucho por hablar sobre la política educativa de su departamento o sobre la ausencia de política educativa porque, desde luego, el sectarismo ni es política ni es educación, es el momento de empezar a hablar sobre lingüística y sobre qué política lingüística quieren ustedes ligar al hecho educativo.

La verdad, señora Pérez, es que créame que soy sincera cuando le digo que dudé sobre a qué consejero debía solicitar esta comparecencia, si a usted como responsable del área o si debía solicitarla al señor Soro cuyo partido, sospecho y creo que no me equivoco, debe ser el artífice de esta ocurrencia de crear una dirección general ad hoc. Bien.

Como el señor Soro no es el máximo responsable de su departamento, es usted quien tiene que explicar, y esperamos que con la mayor transparencia posible, cuanto sea relevante para esta Cámara sobre esa nueva Dirección General de Política Lingüística. Tendrá que explicar también cómo está estructurada; qué plantilla tiene; si quienes la integran son funcionarios del departamento o han tenido que contratar a especialistas; cuál es exactamente su misión; en qué va a consistir su trabajo; cómo se va a desarrollar y qué criterios van a seguir para desarrollar esa labor, una labor que debe ser de enjundia cuando requiere de una dirección general completa; cuánto nos va a costar; de dónde lo piensan sacar; además del plan lector y el de mejora de la comunicación lingüística, qué otros programas o planes educativos esenciales van ustedes a sacrificar para poder pagarlo, y, fundamentalmente, qué oscuros intereses subyacen a su creación y a su puesta en marcha.

La verdad, señora Pérez, es que ustedes no engañan a nadie. Este grupo parlamentario tiene muy claro qué hay detrás de ese —me va a permitir los adjetivos— inédito, inaudito y misterioso apéndice que le ha salido a su departamento. Insisto en lo de «misterioso» porque en la página web del área nada dice, excepto su titular. Lo que no tenemos tan claro es si en el PSOE son realmente conscientes del peligro que entraña el rodaje de esa dirección general.

Bien. Hasta donde sabemos, el acuerdo que suscribieron ustedes con Chunta para encumbrar al señor Lambán solo recoge negro sobre blanco la aprobación de una nueva ley de lenguas tras un amplio proceso participativo, insisto en lo de «participativo». De la creación de una dirección general de política lingüística, desde luego, no dice ese acuerdo absolutamente nada. Así que yo le ruego que haga un ejercicio de transparencia, consejera, y diga qué más pactaron con Chunta, qué más negociaron con el señor Soro, qué es lo que no dice su acuerdo de investidura sobre política lingüística. Explique a estas Cortes, a este grupo parlamentario, que, al fin y al cabo, es al que más aragoneses han respaldado, a qué obedece esa Dirección General de Política Lingüística y, sobre todo, por qué han colocado —insisto en el término «colocar»— al frente de ella a un activista lingüístico de Chunta. Responda, señora consejera, a lo que tiene que responder y, desde luego, no caiga en ningún momento en la tentación de desviarnos hacia otros lares también lingüísticos, pero que, desde luego, hoy no tocan.

Hoy, lo que toca es explicar qué pretenden hacer con lo que hablan los aragoneses y, mucho más importante, con lo que sienten los aragoneses respecto a lo que hablan. Hoy, toca hablar de responsabilidad política y, desde luego, de respeto, ese tópico de sus discursos que, cada día, con cada decisión política están vaciando de significado. Hoy, toca poner las cartas sobre la mesa, consejera, y que los aragoneses conozcan de primer mano y sin tapujos de qué palo están ustedes jugando tan peligrosamente.

Porque todos ustedes —el PSOE, Izquierda Unida, Chunta y Podemos— se presentaron ante los aragoneses enarbolando unas banderas, la de la sensibilidad social y la de la lucha contra la emergencia social, por superioridad moral. ¿Dónde están ahora esos salvadores de la patria? ¿Dónde están ahora esas banderas, señora Pérez?

Y me va a permitir que me dirija a alguno de sus compañeros en esta Cámara. A la señora Luquin le preguntaría por esa supuesta emergencia de esa nueva dirección general, si se ha dado cuenta de que la ley de lenguas que propone Chunta y sus efectos colaterales —no está la señora Luquin— se comerán cualquier futuro incremento del ingreso aragonés de inserción.

Y tampoco está el señor Echenique, pero me gustaría preguntarle que dónde están ahora. ¿Por qué no se ha pronunciado Podemos ante el aumento de cargos públicos que conlleva otra dirección general? ¿Por qué no se ha pronunciado Podemos ante lo que no es una emergencia social? ¿No querían un proyecto de ley contra el clientelismo y el despilfarro? ¿No querían también despolitizar la radio y la televisión públicas? Bien, pues, si querían todo eso, todavía están a tiempo de luchar contra el clientelismo, contra el despilfarro y, desde luego, contra la politización de los medios. Ustedes tienen la llave, en Podemos tienen la llave y, desde luego, este el momento de desmontarle el chiringuito a Chunta a cuenta de esa dirección general y a cuenta de la ley de lenguas. Bien. Señorías de Podemos, el Gobierno de Aragón ya se ha saltado su octavo mandamiento y con este tema de la política lingüística está pecando también contra el segundo, el cuarto y el décimo. Yo les pregunto a qué esperan, ¿a que se salten los otros seis? O ¿están esperando quietos en la mata a las generales?

Con todos mis respetos, consejera, el señor Lambán, le ha pasado una patata pero que muy caliente, la de lidiar con algo que, más allá de unos cuantos enfrentamientos políticos, ni es una emergencia social ni preocupa lo más mínimo a la mayor parte de los aragoneses. Salgan a la calle, hablen con la gente y comprueben el estupor que generan nuestros debates lingüísticos. Señora consejera, ustedes, los que se mueven arrastrados, o los que arrastran las mareas, salgan de los despachos y busquen en la calle las mareas reivindicativas del catalán o de la fabla. Porque, consejera, salvo que Chunta mueva a unos cuantos que esperan colocarse en la Administración a cuenta de esa fabla que hablan muy pocos y muy a duras penas, no habrá más mareas que las provocadas por el influjo de la luna, y el influjo de la luna en Chunta está en cuarto menguante, o la luna de Chunta está en cuarto menguante, solo hay que ver cuántos escaños ha perdido en las pasadas elecciones.

En materia lingüística, consejera, hay que ser realista. Los aragoneses no quieren sustituir sus legítimas formas de expresión ni por inventos artificiales nacionalistas ni por lo que les impongan desde fuera. A los aragoneses les ocupa el inglés, les ocupa el francés, les ocupa el alemán, e incluso el chino mandarín; lo demás, ni les ocupa ni les preocupa. Por lo tanto, crear problemas donde no los hay, envenenar la convivencia y montar una agencia de colocación a su socio de gobierno para mantenerse en el poder es una irresponsabilidad política de un coste económico y social inasumible.

Bien. Son casi dos décadas, consejera, las que se ha pegado Chunta esperando tener ese resquicio electoral para conseguir sus propósitos político-lingüísticos o lingüístico-políticos, y ustedes, ciegos de poder, no solo se lo han servido en bandeja, sino que están abonando sus anhelos nacionalistas montando en su departamento la oficina principal de su particular agencia de colocación para la autodeterminación.

Señora consejera, como no frene este despropósito, tan pronto como deroguen la actual ley de lenguas, Chunta empezará a montar sucursales en todas las aulas aragonesas para adoctrinar a nuestros escolares. Siguen el mismo patrón que nuestras comunidades vecinas y ustedes les están dando oxígeno dejándoles utilizar el mejor instrumento para la autodeterminación: la lengua. Y a las pruebas me remito: de momento, el señor Soro, junto a Bildu, ya ha apoyado la autodeterminación catalana. Si le siguen dando cancha, la próxima será la nuestra.

¿Tiene claro, señora consejera, cómo se empieza un proceso de autodeterminación? Pues solo hay que mirar a nuestros vecinos. La autodeterminación es un proceso en cuatro tiempos que empieza manipulando subjetivamente la historia —en Aragón no hará falta porque nuestros vecinos lo han hecho por nosotros—, en segundo lugar, buscando y constatando un hecho diferencial —por ejemplo, el hecho lingüístico—, para pasar a convertir la educación en la vía de expansión de los hechos diferenciales tanto de la historia como de la lengua. De ahí, consejera, a encaminar la acción política hacia la independencia hay solo un paso. El Gobierno aragonés está en este momento albergando el radicalismo lingüístico y, lo disfracen como lo disfracen, su Gobierno tiene la pretensión de convertir en oficiales la fabla y el catalán y que en la Administración pública y en las instituciones aragonesas se empiece a contratar a traductores de idiomas de la cantera de Chunta...

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... —concluyo ya— para que entienden entre sí quienes desde hace siglos se entienden en castellano.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

Señora consejera, tiene la palabra.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Gracias, presidente.

Señorías.

Señora Ferrando, no sé si empezar esta comparecencia por el principio, que, más que una comparecencia a la consejera, ha sido una especie de interpelación a todos los grupos de esta Cámara, por la mitad, que hablaba usted de luna menguante, yo no sé si usted en algún momento está en la luna de Valencia, o por el final, que, realmente, es la motivación del Partido Popular para pedir esta comparecencia, ese enfrentamiento nuevamente con Cataluña. Pero, insisto, como esta es una cuestión seria que nos debe preocupar a todos y toda acción política y toda decisión política debe estar motivada, permítame que le haga una pequeña introducción para contextualizar de qué estamos hablando porque, escuchando su intervención, no sé si lo tenemos todos demasiado claro.

Como dije en mi reciente intervención en la comparecencia de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte, el acceso a la cultura, la preservación del patrimonio artístico y cultural de Aragón —escuche, preservación de la cultura y el patrimonio, el material y el inmaterial— es una obligación, es un derecho reconocido en nuestro Estatuto de Autonomía y, por tanto, una obligación con los ciudadanos aragoneses. Aragón, en su patrimonio cultural inmaterial, cuenta con la existencia de dos lenguas, dos lenguas expresadas, como todas las lenguas del mundo, en diversos dialectos, y estas lenguas se han denominado históricamente «aragonés» y «catalán».

Por poner solo algún ejemplo de la tradición histórica y de la antigüedad de esta denominación, recordaré que Menéndez Pidal, en el tomo I de la Primera Crónica General de España recoge un texto de Alfonso X el Sabio en el que cita que a Alfonso el Batallador le llamaban en su aragonés «Batallero». Pero encontraremos a lo largo de la historia numerosísimas referencias a esta denominación, muy especialmente en los textos de la Cancillería y de las Cortes de Aragón, en los que con toda la naturalidad, la naturalidad, se hablaba en aragonés y en catalán, como consta en sus actas, pero también en la correspondencia de los reyes, como Pedro IV, que, en 1372, mandó traducir historias en francés al aragonés, y como este ejemplo podríamos aportar muchos otros. Esta es nuestra historia. Y estas lenguas se han ido transmitiendo de generación en generación y suponen un hecho singular dentro del panorama de las lenguas históricas de Europa, configurándolas con una historia y una cultura propias.

Por ello, es obligación, obligación, señora Ferrando, de los poderes públicos de la comunidad autónoma con los ciudadanos de todo el territorio, y especialmente con los que se expresan y piensan en catalán y en aragonés, como así lo expresa el artículo 7 de nuestro Estatuto de Autonomía, que dice «la protección, recuperación, enseñanza, promoción y difusión» de sus lenguas. Por su parte, el artículo 4 de la Ley 3/1999, del patrimonio cultural de Aragón, reconocía el aragonés y el catalán como modalidades lingüísticas de Aragón hasta que, por Ley de medidas fiscales y administrativas del 31 de diciembre de 2014, cuando ustedes gobernaban, las modificó para convertirlas en modalidades el área septentrional y oriental de Aragón. La UNESCO nos viene avisando desde hace años a través de los mapas de las lenguas en peligro del mundo que el aragonés es una de las lenguas de la Unión Europea que se encuentra en peor estado de conservación, en peligro inminente de extinción. Tal vez sea la generación actual la última que la tenga como lengua materna si no somos capaces de arbitrar medidas que reviertan esta situación, medidas que requieren esfuerzo colectivo, sí, esfuerzo colectivo, concienciación de la sociedad aragonesa —y mal empezamos, señora Ferrando— y acciones decididas de las administraciones públicas. Insisto, son recomendaciones de todas las instituciones, hasta del ámbito europeo e internacional.

El uso de las lenguas minoritarias, tanto en la vida privada como en la pública, es reconocido internacionalmente como un derecho fundamental, un derecho imprescriptible, y así está enunciado tanto a través de principios contenidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas como en el Convenio del Consejo de Europa para la Protección de Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales y, sobre todo, en la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias de 1992, ratificada curiosamente, señora Ferrando, por el Parlamento español en 2001 —¿sabe usted quién gobernaba en el Parlamento español en el año 2001?, pues el señor Aznar— sin ningún voto en contra, y que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico interno. Entendemos, por tanto, que cuenta con un amplio consenso que favorece su implementación en las diversas lenguas españolas, y concretamente en lo que se refiere en Aragón a lo establecido en el artículo 7 de dicha carta.

El Consejo de Europa considera el derecho al uso público de las lenguas minoritarias como un derecho humano. La Constitución española... escuche, señora Ferrando, que esto es muy importante, que parece que nos inventamos algo y lo que hacen o lo que han intentado hacer ustedes es saltarse el cumplimiento de la legalidad. Lo que dice el Consejo de Europa es el derecho al uso de las lenguas minoritarias como un derecho fundamental. La Constitución proclama la voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Y nuestro Estatuto de Autonomía establece que nadie, aunque solo fuera uno, podrá ser discriminado por razón de la lengua.

Es obvio decir que la no discriminación a que se refiere este artículo se refiere a aquellos que hablan las lenguas minoritarias, pero no se trata de una no discriminación frente a los hablantes de la lengua mayoritaria, ese no es el debate. Las lenguas pueden y deben convivir normalmente, así ha sido en Aragón en el pasado, no olvidemos que el árabe y el hebreo también formaron parte de nuestra historia. Y las administraciones públicas, si son responsables, tienen que ser las encargadas de implementar actuaciones que lo permitan. Deben hacer una actuación en positivo, que favorezca la no discriminación, entendiendo la diversidad y las lenguas propias como una oportunidad y nunca como un problema o como una amenaza.

Y por todo ello, señorías del Partido Popular, señora Ferrando, el Gobierno de Aragón, en ese principio de preservar el derecho, ha considerado de especial relevancia e importancia incorporar dentro de uno de los departamentos de este Gobierno vinculados a desarrollar políticas sociales y, en particular, a garantizar los derechos de los ciudadanos a la educación y a la cultura una Dirección General de Política Lingüística.

Pero le hago una reflexión, señora Ferrando. La obligación la teníamos independientemente de que tengamos una dirección general o no. Le hemos querido dar relevancia por la importancia que tiene, por el riesgo que tiene nuestro patrimonio inmaterial, pero es una obligación que deberían de haber hecho ustedes también porque así lo marcan nuestra Constitución y nuestro Estatuto, independientemente de que haya una dirección general que lleve ese nombre. O ¿puedo pensar que ustedes, como en sus nomenclaturas de direcciones generales no aparecía la formación profesional, no hacían políticas encaminadas a favorecer la formación profesional o potenciarla? Entiendo que sí. Por lo tanto, señoría, ponga las cosas en su sitio, relaje y sosiegue el debate si quiere ayudar y quiere que este Parlamento sea riguroso y fiel a la realidad.

Y le digo, hemos creado esta dirección general para impulsar las acciones necesarias para reconocer y garantizar el uso, la protección y la promoción de las modalidades lingüísticas, con una estructura y una organización que no suponga, como así va a ser —que veo que le importa mucho, pero a nosotros más, se lo aseguro, después de encontrar el agujero económico que tenemos en el departamento—, un incremento de los recursos presupuestarios, es decir, un coste burocrático adicional.

Fíjese, esta dirección general, con toda la ambición que tiene y con todas las propuestas en positivo, consta de un director general, que nos acompaña —y aprovecho para saludar— en la tribuna, el señor López Susín, un jefe de servicio, un jefe de sección, un asesor técnico y un administrativo. Todo ello, señora Ferrando, de la fusión de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, que ahora mismo está en una sola dirección general y no como en la legislatura pasada.

Y, en este sentido, nos plantearemos con normalidad y espero que con el acuerdo —por lo menos, vamos a tender la mano y nos vamos a esforzar para conseguirlo— los siguientes objetivos, y que deberían contar, insisto, con el máximo consenso social y político: elaborar entre todos una ley que constituya el fundamento preciso para la dignificación y la salvaguarda de las lenguas minoritarias y sus variedades locales, en consonancia con lo dispuesto en la legislación internacional, española y aragonesa; difundir y dignificar ambas lenguas, fomentando actitudes positivas respecto a las mismas; fomentar el uso progresivo por parte de las administraciones implicadas; coordinar las medidas de política lingüística que implementen las administraciones locales; favorecer la creación de autoridades científicas homologables al resto de las que existen para las demás lenguas del Estado; garantizar la enseñanza del aragonés y del catalán en Aragón en todos los niveles educativos, respetando la voluntariedad y las variedades locales y la territorialidad; fijar la toponimia tradicional de Aragón, generalizando su uso; promover su utilización en los medios de comunicación tanto públicos como privados; favorecer e impulsar su uso social, de manera que todos los aragoneses lo consideren como suyo, como valor para proteger en lugar de considerarlo como un problema o como una amenaza.

Con la apuesta de esta política lingüística, de esta dirección general, damos un salto cualitativo importante y está en la línea que reclaman las diferentes organizaciones e instituciones internacionales.

Tendremos ocasión en la siguiente parte de seguir debatiendo.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

Tiene la palabra la señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Este es el problema, el de las gafas, de ser lingüista y haber leído tanto. [Rumores.]

Bien, señora Pérez, antes de comenzar mi exposición, mi segunda exposición, le voy a comentar algo. Vamos a ver, cuando usted ve que yo pierdo la atención sobre lo que dice, es porque lo que dice ya lo he leído, porque aquí nos ha soltado el discurso que le ha dictado su director general de Política Lingüística, y ese discurso ya me lo sé, señora Pérez, como me sé el de otros muchos expertos en lingüística que no opinan lo mismo.

Yo insisto, señora Pérez, a usted le han pasado una patata caliente. Y, mire, casi voy a hacer referencia a otra cosa que ha dicho antes de empezar. Ha aludido a un aragonesismo y ha dicho Alfonso el Batallero. Yo le voy a aludir a otro, este se dice bastante en Huesca porque en Huesca no se habla fabla, digan lo que digan muchos, no se habla fabla ni en un comercio, ni en un banco, ni en una tienda, nadie habla fabla, pero de vez en cuando tenemos el castellano que utilizamos perlado de ciertos aragonesismos. ¿Sabe cómo se llama en Huesca a lo que ustedes pretenden hacer? Jautada. ¿Sabe lo que significa «jautada»? Ridículo, ridículo, señora Pérez. [Rumores.] [Aplausos.] Supongo que el término «jautada» lo tendrá el señor López Susín registrado entre sus innumerables escritos.

Yo le hablaba de la patata caliente porque, si ya es muy serio abrir esa cicatriz de la ley de lenguas, desde luego es mucho más grave crear una dirección general ex profeso y colocar al frente a un activista lingüístico de Chunta, como si no hubiera expertos en lingüística en esta comunidad autónoma. ¿Por qué uno de Chunta? ¿Por qué no han fichado a uno de la Universidad de Zaragoza, por ejemplo?

Pero lo que es ya de una gravedad de libro es tener la desfachatez de hablar de participación como habla usted en la comisión, de respeto y de consenso, cuando ustedes y sus socios de gobierno abandonaron la ponencia de la ley de 2013. Yo, a eso, lo llamo «respeto». Cuando ustedes no respetaron nada ni quisieron consensuar nada con nadie. Ustedes e Izquierda Unida abandonaron esa ponencia por sectarismo político y Chunta Aragonesista la abandonó porque vio cómo se caía ese castillo de arena que pensaba construirse a cuenta de los empleos que se iban a conseguir con la fabla aragonesa. Eso es lo que ocurrió, y usted habla de respeto y de consenso.

Mire, yo le voy a leer algo del respeto que ustedes tienen a lo que se habla en Aragón. Como es un acta de pleno, Grupo Municipal del Partido Popular en Albelda, provincia de Huesca, «denuncia la censura del equipo de gobierno de esta localidad literana —equipo de gobierno del PSOE— después de que el concejal socialista, a la sazón responsable de la revista municipal La Rambla, no quisiera publicar unos poemas escritos en el habla local, el literano, por no estar ni en español ni en catalán». No me hable, señora consejera, de respeto, que se les llena la boca y le pegan patadas todos y cada uno de los días que ustedes abren la boca o deciden algo.

No pueden hablar de respeto tampoco quienes se inventaron dos acrónimos para ridiculizar y arrastrar vilmente las formas de expresión y la dignidad de pueblos enteros. No puede, señoría, hablar de respeto.

En estas condiciones, señora Pérez, usted decía el otro día en comisión que quería llegar a acuerdos. Pero ¿cómo va a llegar a acuerdos?

Vamos a ver, ¿le ha preguntado usted a la alcaldesa de Ansó, por ejemplo, que los niños ansotanos, en lugar de aprender el ansotano en la escuela, van a tener que estudiar fabla? Porque eso es lo que aquí nos ha dicho. ¿Qué pasará con las clases de cheso, con las de benasqués, con las de chistabino? ¿Con qué excusa van a destruir tantas horas de trabajo y tanto esfuerzo? ¿A cuántos especialistas de estas modalidades (de cheso, de ansotano, de chistabino, de benasqués, de patués) piensan ustedes despedir para colocar a los activistas de Chunta?

Mire, consejera, creo que no me equivoco al afirmar que usted no sabe muy bien a quién han metido en su casa. Su director general de Política Lingüística es la persona menos indicada si de verdad lo que busca es el consenso. Y le voy a poner un ejemplo porque al señor López Susín le he leído, la verdad es que bastante, pero me gustaría que usted se percatara de lo que yo estoy diciendo, solo hace falta leer algún retazo, un poquito de las publicaciones del señor López Susín, ese brazo lingüístico exterminador que se ha buscado. Fíjese lo que decía de lo que podía ocurrir si no se derogaba la ley de lenguas de 2013: desaparición de la ayuda y desarrollo de actividades de traducción de...

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... —voy concluyendo, señor presidente— y por sincronización y subtitulado; desaparición de la dotación de personal para organizar actividades culturales; desaparición de la promoción y financiación de servicios de traducción de investigación terminológica para crear una terminología administrativa, etcétera, etcétera; desaparición del aragonés como materia integradora del currículo; desaparición del fomento de su conocimiento en la universidad —¡pero qué barbaridad!—; eliminación de la rotulación única en lengua propia. Y lo peor, el señor director general...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... —termino ya, señor presidente— ha tenido incluso el atrevimiento...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Es que esto es muy importante, señor presidente. [Rumores.]

El señor PRESIDENTE: Gracias.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... de afirmar que la anterior Administración educativa...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... diseñó un proceso perverso...

El señor PRESIDENTE: Señora Ferrando, por favor...

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: ... para... [Corte automático del sonido.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ferrando.

Señora consejera, tiene la palabra.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Gracias, presidente.

Bien, señora Ferrando, dice que lee usted mucho, que lee usted mucho, pero no sé si es que se le olvida e seguida o lo hace de manera diagonal, que, cuando tenemos que leer mucho, muchas veces lo hacemos así.

Pero lo que me sorprende —y se lo digo con cariño, fíjese, con todo lo que nos dedica habitualmente— es que sea capaz usted de leer lo que escribe. Es decir, que tenga la templanza de escribir antes de venir al Parlamento todas esas barbaridades, porque entendería que en el fragor del debate pudieran surgir, pero, francamente, me sorprende y me sigue sorprendiendo cada día, señora Ferrando.

Mire, la excusa de esta comparecencia era evidente, y era hacer esa sobreactuación oportunista, partidista, ese esperpento al que ya nos tienen acostumbrados cuando hablamos de este asunto, y es generar más crispación, es no ayudar precisamente a entendernos, a buscar esos puntos en común, que seguro —yo me resisto a abandonar la idea de que los tenemos—, para mejorar y sobre todo aplicar lo que nuestra legislación nos exige. Esto simplemente era la excusa perfecta para volver a enarbolar esa bandera del fanatismo, del esperpento en contra de Cataluña fundamentalmente, y, sobre todo, para a meter miedo, miedo a la sociedad. Señora Ferrando, es así, eso es lo único.

Y yo le hago una reflexión. En esas ansias que a veces vemos en la comunidad vecina, en la comunidad autónoma vecina... ¿Colonizadora? Yo, claro, reflexiono y digo: si ustedes aquí, a las personas que hablan catalán... o sea, si el catalán es de Cataluña —que es lo que así interpretan ustedes y defienden—, claro, es normal que en Cataluña, cuando oigan hablar catalán, se los quieran anexionar a Cataluña, ¡claro que sí! Es decir, ustedes, no sé si consciente o inconscientemente, alimentan a Cataluña en esas ansias. [Rumores.] Es decir, los aragoneses hablan en catalán y siguen siendo aragoneses, igual que los mejicanos hablan español y siguen siendo mejicanos, y no hay ningún ansia colonizadora por nada. Por favor, con normalidad, estamos en el sitio XXI.

Yo lamento profundamente que su posición sea una enmienda a la totalidad de lo que ha mantenido su partido durante veinticinco años. La ley de patrimonio del año noventa y nueve, el señor Lanzuela, ¡quién lo diría entonces!, bueno, pues era una avanzadilla ideológica del Partido Popular. Yo lamento profundamente que estemos ante un Partido Popular que representa la derecha más reaccionaria. Por favor, hagan una reflexión, los ciudadanos no están pidiendo eso. Yo creo que exige una reflexión, exige que moderen su discurso y que bajen el balón al suelo si quieren recomponer esa convivencia a que tanto apelan ustedes en sus discursos y, por lo que vemos, solo se queda en el discurso.

Claro, yo analizo un poco la trayectoria del Partido Popular y es que... en fin, es una ironía, por no ser más dura a la hora de calificar, que ustedes planteen el debate en estos términos, entre «el sometimiento a Cataluña para...» no sé qué, cuando, hombre, hemos tenido cuatro años en los que esta comunidad autónoma, Aragón, ha estado sometida a un vasallaje absoluto al Gobierno que preside el señor Rajoy, a Madrid, pero absoluto, absoluto, sin defender en ningún momento los intereses de los aragoneses, sin defender la calidad de nuestra sanidad, sin defender la calidad de nuestra educación, sin defender el empleo que han ido perdiendo nuestros aragoneses [aplausos], que eso, realmente, es lo que debería de preocupar. Por lo tanto, claro, señora Ferrando, es que hay que entender, tenemos que entender el todo de su política y de su posición política.

Pero, fíjese, me voy a olvidar de su intervención y les voy a invitar, le voy a invitar a usted, a usted, para que usted y yo nos sentemos sin apriorismos, sin prejuicios, sin contaminación mediática —que yo sé que esto les gusta mucho—, y analicemos las estadísticas.

Mire, decía usted: ¿y quién...? Yo aquí tengo... que se lo voy a dar para que lo lea, es un tocho, ¿eh?, pero seguro que tiene mucha capacidad y lo podrá leer. Bueno, en Aragón, habitantes no extranjeros hay un millón ciento setenta y cinco mil cien. ¿Sabe quiénes dicen que hablan aragonés o catalán? ¿Sabe qué porcentaje? Ciento cuarenta y cinco mil quinientos sesenta y seis aragoneses, es decir, el 12,38%.

Por lo tanto, que analicemos las estadísticas, venga, las suyas y las mías —esto es del INE, ¿eh?, no me lo invento, esto es del Instituto Nacional de Estadística—, que... [corte automático del sonido]... a expertos, a la comunidad científica, a expertos lingüistas y que ellos decidan claramente lo que se habla en Aragón y, a partir de ahí, pongamos todos en marcha las acciones necesarias para protegerlo. Yo estoy dispuesta, le invito a que ustedes también lo hagan.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

Tiene la palabra el Grupo Mixto.

El señor diputado BRIZ SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señorías.

Un saludo a los que están en la tribuna, entre ellos, el director general de Política Lingüística, señor Susín.

Yo pensaba hablar de la política lingüística, señora Ferrando, pero no sé si tirar la ficha y olvidarme de hablar de algo tan importante para nosotros como es el patrimonio cultural y material que tenemos y que, como bien ha dicho la consejera, lo hablan ciento cuarenta y cinco mil personas, y el catalán, quizá la mitad.

Vamos a ver. Yo le digo una cosa, señora Ferrando, con el respeto que me merece: nosotros nos fuimos de la ponencia de las lenguas no por sectarismo, en caso de Izquierda Unida, ni porque se nos caía el castillo de naipes que usted ha fabricado aquí gratuitamente, sino por no hacer el ridículo que ustedes hicieron en toda España. ¿Se acuerdan de Lapapyp y LAPAO? Se acuerdan ustedes de eso, ¿verdad?

Y, además, yo no entiendo por qué se ha puesto el ropaje del señor Albiol aquí, usted ha dado un mitin. Pues, mire, no soy yo Oriol Junqueras, yo no soy Oriol Junqueras, nosotros no somos independentistas, no se empeñe, no se empeñe, no se empeñe, no se empeñe. Y yo creo que usted tiene que tener respeto por lo menos, a las fuerzas políticas que aquí se sientan en este hemiciclo.

Nos ha dicho que «qué oscuros intereses», que el señor Susín es un activista lingüístico. Y usted es una activista lingüística del nacionalismo español, claro, claro, y me da la sensación de que se ha caído de la película Raza, un personaje que se ha caído de la película Raza hablando del ultramontanismo reaccionario conservador de toda la vida.

¿Cómo puede usted, siendo filóloga, decir las cosas que usted ha dicho? Irresponsabilidad política, salvadores de patrias, que se iba a poner en peligro el ingreso aragonés de inserción —esto es apocalíptico—, que, además, intentamos colocarnos y que estamos en luna menguante... Ustedes están en el eclipse, ustedes están en el eclipse.

Y, además, le voy a decir una cosa anecdótica —luego hablaré un poco de las lenguas, porque no quiero faltar al respeto como usted ha hecho, no puede dedicarse a eso, usted tiene más talla política que dedicarse a difamar—: que queremos crear sucursales para que los alumnos crean y, digamos, instiguemos a seguir nuestras doctrinas. Pero, bueno, mire, ¿sabe lo que le digo? Le diga al señor Bermúdez de Castro —que es una anécdota muy curiosa—: su jefa de gabinete fue alumna mía. Eso hacemos los de Chunta, educar en la libertad, fundamentalmente, fundamentalmente. [Aplausos.] ¡Claro!, fundamentalmente, fundamentalmente, fundamentalmente. [Rumores.]

Por lo tanto, pongamos las cosas en su sitio. Y lo que nosotros decimos en este Gobierno, al que apoyamos y del que formamos parte, es que, por supuesto, queremos defender ese tesoro inmaterial que tenemos en Aragón y ponerlo en la dignidad suficiente para que, como dice la Carta Europea, nuestra Constitución y el Estatuto —que ni siquiera usted quiere acordarse de que las leyes fundamentales que nos rigen en esta comunidad autónoma y en el estado Español dicen que hay que defender las lenguas minoritarias, ni siquiera eso—, efectivamente, se defienda como un derecho humano fundamental. Eso es lo que queremos, y para eso hay que hacer una ley digna, respetuosa, consensuada. Pero no empiecen a hacer la demagogia, que se gastan no sé cuántos millones, que la cooficialidad, que en la plaza España se va a hablar no sé qué, que en el Pilar van a tener que rezar en catalán... ¡Venga, hombre, venga!, vamos a ser serios, vamos a ser serios y vamos a hablar de las cosas en su justa medida.

Y yo creo que usted tendría que rectificar lo que ha dicho y no puede poner en duda y desprestigiar y faltar al respeto a una fuerza política y a personas que, como el señor director general de Política Lingüística, merecen un respeto por su conocimiento del aragonés y por su esfuerzo durante muchos años de su vida. Por lo tanto, respeto mínimo a las personas, que es lo que necesario hacer.

Y, desde luego, nosotros, desde esta tribuna, pedimos una cosa fundamental a todas las fuerzas políticas: consenso!, consenso y consenso, un consenso social y político. ¿Para qué? Para dignificar, vuelvo a repetir la palabra, dignificar y salvaguardar las lenguas minoritarias y las variedades locales. ¿Por qué no? No entremos en esa demagogia del chistabín, del otro, de no sé qué... Que no, que no, que no estamos en eso. Y yo creo que hay difundir y dignificar ambas lenguas, y, sobre todo, lenguas que están en peligro y por debilidad. Por lo tanto, yo creo que es muy importante que lleguemos a acuerdos en esta materia.

Y lo de la enseñanza. Mire usted, señora Ferrando, que no se trata de que Chunta Aragonesista quiere imponer la enseñanza, sino de que hay una demanda social de la lengua aragonesa y del catalán. Usted lo sabe, ¡si ustedes han estado dando premios de catalán, si han estado contratando profesores de una lengua y de la otra! Por lo tanto, reconozcan la evidencia, reconozcan la realidad y sean respetuosos con los hechos y con los aragoneses, que tienen sus derechos. Y respeten la normativa y respeten a los partidos que defienden determinadas posiciones.

Por lo tanto, yo le digo, señora Ferrando, que está bien que estemos en campaña preelectoral de las catalanas, que usted ha querido venir aquí a hacer del señor Albiol, pero yo creo que ese no es el camino.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Briz.

El Grupo Parlamentario Ciudadanos tiene la palabra.

La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente.

Señorías, vaya por delante que para Ciudadanos tiene vital importancia la política lingüística, prueba de ello es la primera interpelación que vamos a traer al Pleno mañana, en la que hablamos de los programas de bilingüismo.

Antes que nada, quiero agradecer a la consejera toda la información que hoy nos ha facilitado. Como bien ha dicho la señora Ferrando, yo, para preparar esta intervención, me he metido en la página del Gobierno de Aragón, en la página de la consejería, y, por desgracia, no he podido encontrar información sobre esta nueva dirección lingüística. En aras a la transparencia, que debe ser el faro de guía de este Gobierno, por favor, esta información que nos ha dado hoy en sede parlamentaria cuélguenla en la página web. Sí que he encontrado el currículum del señor director general, don José Ignacio López Susín, el cual es licenciado en Derecho y funcionario de carrera en la Administración de Justicia desde el año setenta y nueve, y también he encontrado un breve resumen de todos los libros de los que es coautor o autor, entre los que destacan los referidos al Derecho aragonés, a la lexicografía aragonesa y al Derecho lingüístico, voy a citar algunos: Antropónimos aragoneses, Bocabulario de Plasenzia, El régimen jurídico del multilingüismo en Aragón, El léxico del Derecho aragonés, Estatuto jurídico de las lenguas propias de Aragón. La Ley 10/2009, de 22 de diciembre, y Aragonés, una lengua románica, del año 2012, del cual ha sido coautor.

Me parece fantástica la actividad literaria del señor López Susín y su valía profesional, pero, hoy, con su intervención hemos confirmado lo que el currículum del señor López Susín y las ultimas noticias aparecidas en prensa nos venían a decir. Nosotros pensábamos que no iba a ser solo ese el objetivo de la Dirección de Política Lingüística. Desde luego, no estamos en contra de proteger las lenguas que se hablan en Aragón, las lenguas minoritarias, pero no estamos a favor de hacerlas oficiales. Hay que protegerlas, como bien dice la ley que se aprobó aquí, en esta Cámara, en el noventa y nueve, y fue apoyada tanto por el PP como por el PSOE. Pero no hablen de catalán y aragonés, porque compañeros nuestros que viven en el Matarraña nos piden por favor que no digamos que en el Matarraña se habla catalán, porque ellos no hablan catalán. Con lo cual, no generalicemos, no hablemos del aragonés y el catalán [rumores], porque nuestra riqueza cultural va mucho más allá, va en muchísimos dialectos que se hablan en Aragón. Y, sobre todo, no perdamos de vista la educación en las lenguas más habituales, usadas de manera más habitual.

Desde Ciudadanos, siempre hemos defendido que las lenguas pertenecen a los ciudadanos, que no pertenecen ni a los territorios ni a los gobiernos. Por tanto, dejemos que los ciudadanos hablen, se expresen, se comuniquen en su lengua habitual, y no limitemos ni impongamos el uso de ninguna lengua. Y, desde luego, por favor, dejemos de poner nombres peculiares a las lenguas que se utilizan en Aragón, punto, dejemos de hacer política, dejemos de hacer un uso partidista de la lengua. Esto no es así.

Nosotros estamos a favor de la política lingüística, de la protección de las lenguas minoritarias, pero estamos a favor del bilingüismo. ¡Ojo!, no del bilingüismo que algunos piensan, estamos a favor de no perder de vista que estamos en un mundo globalizado y que, además, esta globalización va a ser mayor de cara al futuro. Y esto nos exige una política lingüística en la que demos herramientas a los ciudadanos de Aragón para manejarse con soltura en ese entorno global. Es decir, demos a los aragoneses y a las futuras generaciones las herramientas necesarias y la formación necesaria para que puedan hablar inglés, alemán, francés, chino, o chino mandarín, como dice la señora Ferrando. Porque, al final, los aragoneses, igual que el resto de los españoles, hacemos negocios con homólogos de otros países y personas de otros países vienen a hacer negocios aquí, trabajamos con compañeros extranjeros o nos vamos al extranjero a trabajar.

Por lo tanto, para Ciudadanos es fundamental hacer una política lingüística en la que se facilite la formación de todos los aragoneses —y hagamos especial hincapié en los aragoneses en edad escolar— para que sean capaces de expresarse en este mundo global en inglés, en francés, en alemán, y mañana hablaremos de este tema. Pero, sobre todo, protejamos el uso de las lenguas propias de comunicación habitual de nuestros ciudadanos aragoneses, sea catalán, sea aragonés, sea cheso, sea ansotano, sea el catalán de la Franja o el catalán del Matarraña, pero ni impongamos usos ni los limitemos. Y, por favor, dejemos de poner nombres originales a las lenguas en las que nos comunicamos, que, al final, la lengua es un vehículo de comunicación y, como tal, debemos respetarla.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

El Grupo Parlamentario Aragonés tiene la palabra.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, señor presidente.

Volvemos a hablar en este hemiciclo sobre un tema acerca del que hay numerosísimos antecedentes en estas Cortes, la política lingüística, pero en realidad hablamos de las lenguas aragonesas. Ciertamente, hablar de política lingüística sería un tema mucho más amplio y podríamos estar hablando de otras cosas (del mundo global, de diferentes idiomas, lenguas, etcétera, etcétera), pero, en realidad, el objeto de esta comparecencia es hablar de la política lingüística relativa a las lenguas aragonesas.

Y, miren, por ponerles en antecedentes, en los antecedentes más relevantes y de los últimos años, en el año 2009 se aprobó una ley de lenguas que fue presentada por el Partido Socialista y que tuvo el apoyo —en aquel entonces, socios de gobierno PSOE-PAR, pero la presentaron como grupo parlamentario— de Chunta Aragonesista. Izquierda Unida no la apoyó porque le parecía demasiado poco, hubiese ido más allá. Nosotros estuvimos en contra de esta ley y entonces, en nombre de mi grupo parlamentario, yo ya dije en este micrófono que esa ley fracturaba la sociedad, que creaba tensiones y que irían en aumento, y que una ley que dividiese y enfrentase era un fracaso antes de nacer, y así ocurrió.

Una ley que, como digo, ni fue leal al Estatuto de Autonomía, que ya supuso un gran esfuerzo poner de acuerdo a todos los grupos —todos menos uno— parlamentarios de estas Cortes, en un texto muy medido, con unas palabras muy precisas al respecto de las lenguas, y no fue leal con el Estatuto de Autonomía, una ley que, además, sus propios creadores incumplieron y una ley en la que no tiene nada que ver el texto que se aprobó con lo que presentó el Partido Socialista. Y, por eso, a mí me preocupan esas declaraciones que hacen. Han dicho desde el Gobierno que van a derogar la ley, no la han derogado. Han dicho que la van a derogar, ¿a qué ley quieren volver? Yo me alegro mucho de escucharle a usted, señora consejera, decir «vamos a sentarnos todos, una ley que una, vamos a sumar, vamos a dejar prejuicios...», a mí me encanta ese discurso, es el que nosotros siempre hemos mantenido. Pero ¿a qué ley quieren ir ustedes?

Porque, miren, se lo he enseñado alguna vez, pero, como hay muchas personas nuevas, se lo vuelvo a enseñar: este es el texto original que presentó el Partido Socialista aquí, a las Cortes, como grupo. Y les voy a enseñar simplemente, para que vean alguna muestra, de cuando acabó, todo lo que hay verde son enmiendas de Chunta —que a Chunta también le encanta que enseñe esto—, todo es texto incorporado por Chunta Aragonesista en sus enmiendas. [Rumores.] Como ven, una ley de Chunta. Con lo cual, una posición que nada tenía que ver con la original del Partido Socialista. No sé, si derogan esta ley, ¿a qué ley nos quieren llevar? ¿A la suya? ¿A la de Chunta? O ¿a la de no sé quién? Desde luego, me gustaría mucho más que fuese a la ley del consenso, pero yo veo que hay posiciones difícilmente conciliables en esta cuestión.

Voy más allá. En la ley de 2013 —se aprobó otra ley en el año 2013 por parte del Partido Popular y del Partido Aragonés—... sinceramente, yo creo que era una ley respetuosa, de protección, de poner en valor y, sobre todo, sobre todo, de respeto a la realidad aragonesa plural y a las diferentes, fíjense, a las diferentes sensibilidades que a este respecto hay sobre las lenguas aragonesas, y acorde y fiel y leal al Estatuto de Autonomía.

Pero no nos equivoquemos, el nudo gordiano de la polémica y por lo que este tema viene coleando desde hace tantos años, y se han incumplido diferentes estatutos de autonomía porque no hemos sido capaces de llegar a un acuerdo, es por la denominación de la lengua aragonesa que se habla en la zona oriental. El pato lo paga la lengua aragonesa que se habla en el norte, que al final es la que está en peligro de extinción y que no se ha regulado y protegido como se debiera hasta ahora. Ha pagado el pato, pero la polémica reside en la denominación de la zona oriental, y ahí, señora consejera, nos quitamos todos los prejuicios, nos dejamos todas las posiciones, pero, ¿cuál es la suya?

Usted ha leído aquí un discurso que me parece muy bien y me alegra ver que ha recuperado el tono amable que tenía cuatro años y medio atrás, creía que lo había perdido, pero veo que no. Pero al final, ¿cuál es su posición? No lo lea, dígame cuál su posición, qué piensa sobre la denominación de la lengua que se habla en la zona aragonesa, dígalo y dígaselo a todos los aragoneses que hablan esa lengua y que, desde luego, no la llaman «catalán». Y no nos vamos a inventar nada. Y que conste que nosotros hablamos de lenguas, de la lengua propia de la zona del norte y de la lengua propia de la zona oriental, con modalidades y variedades en su seno, no decimos que, aquí, esto es un popurrí de modalidades, no, no, no, que son lenguas con modalidades. La solución, realmente, es difícil.

Hay una persona relevante internacionalmente en el ámbito del bilingüismo que, ya antes de aprobar la ley de 2009, a mí me dijo: María, es un error cualquier ley de lenguas que se pretenda aprobar que no cuente con el consenso político. Cuando no hay consenso político, tampoco hay consenso social, y en este tema no lo hay y saben ustedes que no lo hay.

Por tanto, señora consejera, ¿cuál es su opinión a este respecto y qué opinión le merece a usted que el propio Partido Socialista —y, desde luego, es una opinión mayoritaria— en la Comunidad Valenciana le llamen valenciano. Hombre, no me hable...

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señora diputada.

La señora diputada HERRERO HERRERO: ... no me hable de Méjico, no me compare la historia de Aragón con la de Méjico, no tiene nada que ver, que, aquí, ni hay península de Yucatán ni llegó ningún catalán en el siglo XVI, que es que Méjico sí que fue colonizado, señora Pérez, fue colonizado; aquí no vino ningún catalán a traernos la lengua catalana. [Un diputado sin identificar se manifiesta desde su escaño en términos que resultan ininteligibles.] En todo caso, hay una lengua, hay un tronco lingüístico común que compartimos con las Islas Baleares...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

La señora diputada HERRERO HERRERO: ... con Cataluña, con la Comunidad Valenciana, que estuvimos juntos en la Corona de Aragón y que, en todo caso, se tendría que llamar «aragonés».

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Respetamos que no lo llamen, pero, desde luego que nos respeten a nosotros que no lo llamemos «catalán». [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Podemos Aragón.

La señora diputada BELLA RANDO: Gracias.

Señorías, trabajadores de las Cortes, ciudadanía.

Soy una activista. Hoy vengo con la chapa de «Euromarchas contra el austericidio y la troika» que vamos a realizar del 1 al 17 de octubre: homenaje a esta ala.

Estamos muy preocupados en Podemos por el patrimonio, material e inmaterial, desde luego, como el señor Bermúdez, que tampoco está aquí ahora, que el otro día dijo en su pueblo que, efectivamente, estaba muy preocupado por el patrimonio. Nosotros, hoy, hemos aprobado una proposición no de ley sobre los bienes de la zona oriental y se ha hecho la declaración institucional.

Las lenguas, efectivamente, son un patrimonio y son precisamente algunas fuerzas políticas como las del Partido Popular las que politizan este debate. El habla conforma el pensamiento. ¿Les suena lo de pensar? A través del habla nos comunicamos en el medio que elegimos o que nos toca vivir. De algún modo, la lengua materna que aprendemos y nos enseñan, con esas plazas que ustedes también convocaban desde el Ministerio de Educación que se denominaban «catalán», enseñanza del catalán, bien, con estas enseñanzas construimos nuestro pensamiento y el modo en el que interpretamos el mundo. Por ello, las lenguas, en toda su diversidad, aquí y allá, son un bien común y una riqueza cultural que conforman nuestra vida y nuestro patrimonio aragonés.

Las lenguas son un código, es una manera de ver el mundo, y deben ser objeto de especial protección en los casos en que, como el aragonés y el catalán de Aragón, sufren una situación sociolingüística delicada, cuando no de emergencia, y la emergencia tiene que ver con el habla, con el modo de vida, con cómo te comunicas, en el medio en que te comunicas, con las deficiencias que ese medio tiene. Y esto fue motivo de que España firmara en 1992, con el Gobierno del PSOE, y ratificara en 2001, con el Gobierno del PP, la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias, para poder garantizar estos derechos.

Las lenguas habladas en Aragón, como muy bien ha dicho la consejera, las hablan miles de personas, más de cien mil, en todas sus variedades, más de cien mil hablantes y miles de gentes que hablamos y utilizamos localismos autóctonos que se identifican y son familia de muchas de estas variedades lingüísticas, todas ellas como signo de identificación y de cohesión social, que debe ser cuidado, protegido, enriquecido y garantizado el derecho de los hablantes.

Nosotras y nosotros respetamos su uso y queremos proteger y fomentar las lenguas en sus ámbitos correspondientes. Huimos de su uso político y rechazamos debates que solo pretenden dividir a la sociedad para poner el foco en esto y no sobre los graves problemas sociales y económicos que está pasando esta tierra.

Por ello, nuestras propuestas pasan por escuchar a los hablantes y llegar a un acuerdo y a un pacto con todas las fuerzas políticas y la sociedad civil, alejando el uso de la lengua de usos partidistas. Estos falsos debates destruyen lenguas, quitan el foco sobre los auténticos problemas, como el desempleo, la despoblación, la deuda, los negocios de los amiguetes, la corrupción, el caciquismo, la desnutrición infantil y las escuelas que se cierran, sobre todo en el medio rural.

Las clases de catalán y de aragonés las ha habido en Aragón con el Gobierno del PP, con el Gobierno del PSOE y con el Gobierno del PAR, y esto ha sido bueno, esto ha sido bueno porque en cierta medida ha permitido salvaguardar el patrimonio lingüístico. Por eso resulta difícil de entender que alguien se oponga a lo que marcan las leyes aragonesas, las leyes de 2009, las leyes de 2013 con el Partido Popular, que se han desarrollado para el cumplimiento de la Carta Europea. De acuerdo con ello, la Administración tiene la obligación de velar por que los hablantes del aragonés y del catalán puedan disfrutar de sus derechos lingüísticos y puedan disfrutar, como todas y todos nosotros, de este hecho como patrimonio cultural. La confrontación solo es una metáfora del poder de los discursos hegemónicos frente a la negación de derechos.

En Aragón hay que encontrar... [corte automático del sonido]... entre el hecho de que existan variedades lingüísticas que se denominan de muchas maneras y el hecho de que exista diversidad territorial...

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señora diputada.

La señora diputada BELLA RANDO: Termino diciendo que no es una tarea fácil, hay que generar políticas de cohesión y de vertebración territorial que se construyan culturalmente también a través de la defensa del habla, y denunciar que ni la ley del 2006 ni la ley del 2013 cumplieron sus objetivos para que estas hablas estuvieran en la Administración Pública y en los programas educativos de manera desarrollada...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada...

La señora diputada BELLA RANDO: Decir que tenemos que llegar a un acuerdo...

El señor PRESIDENTE: Gracias...

La señora diputada BELLA RANDO: ... y a un pacto social y que nos alegramos de que se cree una Dirección General...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada...

La señora diputada BELLA RANDO: ... una Dirección General de Lenguas, que esperamos que cumpla los requisitos de transparencia... [Corte automático del sonido.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

[Aplausos.]

El Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra.

La señora diputada PÉRIZ PERALTA: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señorías.

Me gustaría empezar diciéndole a la señora Ferrando que, cuando se aprobó la ley del 2013, muchos aragoneses y aragonesas que no estábamos en este hemiciclo leímos, entendimos, algunos lo creímos y otros no, que esa ley había sido un peaje —yo lo leí— de su pacto con el PAR. Pero eso no lo reprocho, eso es democracia. Aquí, en Aragón, no ha habido un solo partido que gobernase con mayoría absoluta; ha habido que dialogar, que pactar, se hacen pactos de gobierno y, a partir de ahí, se empieza a trabajar.

Por cierto, yo tampoco recuerdo en ningún momento —pero, como no estaba aquí, a lo mejor me lo perdí— si a los directores generales del PAR los nombraba el PP..., yo creo que no. Me ha parecido una falta de respeto bastante considerable el tono, no el argumento, porque entiendo que puede no gustarle, pero el tono y el juicio de valor que se ha hecho a que un director general fuese de un partido político determinado. Entiendo que el señor Briz tendría que haber hecho..., bueno, ha hecho ya su defensa; a mí, por lo menos, personalmente, me ha molestado, me ha molestado como ciudadana y, desde luego, como parlamentaria.

Y también hay otra cosa: ha dicho que, efectivamente, parece que esto no es algo que preocupe a la mayoría de los aragoneses. Por supuesto que no preocupa a la mayoría de los aragoneses y las aragonesas, pero es que la minoría también existe, y este Gobierno, como hemos dicho desde el comienzo, se va a ocupar de las personas, y las cuarenta y cinco mil, las veinticinco mil, las quince mil o las dieciocho mil trescientas, esas personas necesitan que se les respete y necesitan que se apruebe una ley que les respete. [Aplausos.]

Y mire, quería comenzar mi intervención, pero la he empezado de otra manera, con un párrafo extraído en un medio de comunicación nacional el día 9 de mayo del año 2013, y dice: «El catalán y el aragonés han desaparecido de Aragón, más bien se han convertido en innombrables. Las Cortes de Aragón han derogado hoy la Ley de lenguas del año 2009, que reconocía que en la comunidad se hablaban el castellano, el catalán y el aragonés». Y miren, señorías, lo que no se nombra no existe, y seguramente las mujeres sabemos bastante de eso, porque exigimos que en el lenguaje se nos nombre porque existimos.

Pues bien, aquí se decidió no nombrarlas; ahora bien, se hizo un malabarismo lingüístico, y la palabra «malabarismo» me viene muy bien porque, fundamentalmente, fue un circo: «lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica», pero, claro, coloquialmente, fuera de aquí, teníamos que nombrarla de alguna manera, la «Lapapyp»; «lengua aragonesa propia del área oriental», «Lapao». Pues, ¿saben?, citando a Javier Lambán en una de las intervenciones de ruedas de prensa, se hizo el ridículo más espantoso en toda España. Sí, porque lo que no se nombra no existe.

Y por tanto, queremos valorar desde el Grupo Socialista como un gran acierto la estructura en la que aparece una dirección general, la de Política Lingüística, porque lo nombramos, lo nombramos para que exista. Una dirección general de la que ya ha dado buena cuenta la consejera y ha hablado de los objetivos y de las funciones. ¡Si ya entendemos que les moleste!, porque, claro, nombrar una Dirección General de Política Lingüística ya entendemos, cuando ya no quieren nombrar el tema de las lenguas.

Y además, sabemos que el trabajo de esta dirección general es amplio, es muy amplio, pero tiene un gran reto, miren, señorías, un gran reto porque hay que conseguir... yo había apuntado «volver a normalizar lo que existe desde hace más de veinticinco años», pero voy a rectificar: volver a normalizar lo que existía hasta hace dos años, porque también, como ha recordado la consejera, fue allá por el año 1999 cuando un Gobierno del PP-PAR, en una Ley de patrimonio, habló de las tres lenguas de la comunidad. Y tiene un gran reto, señor director general, señora consejera, esta dirección general porque hay que volver a recuperar el espíritu de una ley en donde no se obligaba a nadie, una ley opcional y voluntaria.

Y, por supuesto, hablamos de una ley en la que, sin duda alguna, el PSOE nunca, nunca, ha planteado la cooficialidad. Pero ¿en dónde, en qué momento, señora Ferrando, se ha hablado de cooficialidad desde el Partido Socialista? [Rumores.]

Las palabras de nuestro portavoz del grupo parlamentario, Javier Sada, quedaron muy claras, y las repito para que así consten, no solo en los medios de comunicación, sino también en el acta de esta sesión: «El PSOE nunca ha apoyado la cooficialidad del catalán. El PSOE insiste en que el único idioma oficial en Aragón es el castellano. El único interés del Gobierno es volver a hacer una ley de derechos, no de prohibiciones y obligaciones».

Señora consejera, contará con el consenso del Partido Socialista.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la señora consejera.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Gracias, presidente.

Bueno, antes de entrar en detalle, agradecer el tono de la mayoría de las intervenciones.

Una previa, simplemente, y lo decía la portavoz del Partido Socialista, del Grupo Parlamentario Socialista: «esto no le interesa a la gente» decía en boca de la señora Ferrando, pero hay que decir que ha pedido usted la comparecencia, ha sido el Grupo Parlamentario Popular quien ha pedido la comparecencia. [Aplausos.]

Y lo uno con la intervención que ha tenido la señora Herrero. Me preguntaba muchas cosas, muchas cosas concretas. Llevamos dos meses de Gobierno, no la he pedido yo. Estamos, precisamente, tomando los primeros contactos con los grupos parlamentarios, con distintos expertos lingüísticos, y, por lo tanto, exacto, cuando tengamos ya una cosa seria para hablar, más elaborada, vendré aquí a presentarlo, como no puede ser de otra manera. Pero quiero decir que tengan en cuenta que no ha sido iniciativa propia de este Gobierno, porque todavía no tenemos preparada la documentación, la normativa, cómo vamos a establecer el calendario... Cuando lo tengamos, el primer paso que haremos será venir aquí a presentarlo.

Y simplemente, yo creo que hay que tener memoria, señora Herrero. Hay veces que nos invade una amnesia selectiva, una especie de... Claro, la Ley de lenguas del año 2009 la firmaron ustedes hasta el último minuto —usted y yo estábamos en este Parlamento y muchos de los que nos acompañan—. Hubo en la última parte una discrepancia con el catalán fundamentalmente. Es decir, que todo eso que señala usted verde, que acusaba, decía: «mire, ustedes...», ustedes también apoyaron. Quiero decir, ¿entiende, señora Herrero?, que, como sabemos todo el proceso... Por lo tanto, hombre, vamos a ser serios.

Y luego, por cierto, ustedes no la apoyaron, la apoyó Chunta, y ustedes siguieron en el Gobierno. No se fueron, ¿eh?, por hacer semejante canallada de aprobar una Ley de lenguas de semejante calibre, es decir, ustedes siguieron en el Gobierno. Por lo tanto, vamos a poner un poquito de sensatez.

Insisto, señora Gaspar, cierto, si no está —lo desconocía que no estaba— el contenido de la dirección general, lo vamos a rectificar inmediatamente, y eso reconozco que es un fallo. Nosotros queremos dar a conocer qué es lo que estamos haciendo. Seguramente será problema de tiempo, que no hemos podido volcarlo, pero lo haremos inmediatamente.

Y hago una reflexión general. ¿Por qué hacemos esto?, ¿por qué hay una Dirección General de Política Lingüística?, ¿por qué hemos tenido una apuesta clara por la política lingüística? Pues por respeto, por responsabilidad y —yo diría— por decencia. Y la verdad es que un poco de decencia a la clase política no nos vendría mal, e intentar evitar palabras y, sobre todo, falta de respeto, que yo creo que no contribuye a darle dignidad y credibilidad a la clase política. Respeto a miles de aragoneses que lo son como ustedes y como yo, exactamente, pero que hablan otra lengua, y ese respeto lo merecen.

Y les voy a dar algún dato que en la primera intervención no he tenido tiempo, pero yo creo que es muy ilustrativo, ¿no?: según el censo de habitantes, ya les he dicho que más de un 12% reconoce hablar catalán y aragonés, pero en educación, en el sistema educativo, en primaria tenemos siete profesores de aragonés, de los cuales cuatro están a media jornada; para enseñar el catalán tenemos veintisiete profesores, de los cuales cinco están a jornada parcial. Esto es lo que daba el Partido Popular también, ¿eh?, fíjense qué hipocresía, ¿no?: no reconocer lo que se está aprendiendo, aragonés y catalán, porque están los profesores para darlo, y, sin embargo, bueno, no reconocerlo en la ley, e inventarse y hacer el ridículo, como ya se ha dicho aquí, con el «Lapao», «Lapapyp» y demás, que casi es mejor olvidar.

En secundaria, el panorama es desolador: un profesor de aragonés a jornada parcial, cinco profesores de catalán, de los cuales solo están a jornada completa. No existen plazas de ninguna de las dos lenguas, de manera que todos son interinos.

El presupuesto del Gobierno de Aragón para las dos lenguas en el año 2014 fue de veinticuatro mil setecientos euros, de los que no se ejecutó la partida más importante, por lo que, en realidad, solo llegó a nueve mil setecientos euros. ¿Saben ustedes cuanto invierte Asturias, cuánto invirtió el año pasado, cuya situación podemos calificar de similar porque se hablan también tres lenguas, las dos minoritarias, asturiano y gallego-asturiano, que no son oficiales? Pues un millón setecientos seis mil setecientos treinta y cinco euros, es decir, casi dos euros por habitante, un dos mil por ciento más que en Aragón. Las cifras yo creo que son suficientemente elocuentes, y nadie dirá que, si de verdad queremos preservar este patrimonio cultural, tenemos que invertir.

Y decía por decencia porque hemos sido el hazmerreír del país con ese aforismo con el que nos han ridiculizado.

Y lo vamos a hacer —y termino, presidente— desde el diálogo, el consenso, el rigor y la ciencia, el respeto, la moderación y la prudencia. No tenemos prisa, se ha perdido mucho tiempo, pero no va a ser ese el condicionante que impida el mayor consenso posible, y a eso les invito a todos los grupos de esta Cámara.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, consejera.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Señor presidente, pido la palabra en función del artículo 85.1, por inexactitudes sobre la conducta de este grupo parlamentario.

El señor PRESIDENTE: No tiene concedida la palabra.

Pasamos al punto siguiente.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Ha hecho la consejera afirmaciones sobre este grupo parlamentario que no son verdad.

El señor PRESIDENTE: Lo siento, señora Herrero, no tiene la palabra.

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