Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Proposiciones de ley

Debate y votación sobre la toma en consideración de la proposición de ley de iniciativa legislativa popular de creación de la Universidad del Alto Aragón «Joaquín Costa», de Huesca

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 007 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Fuster Santaliestra, Bizen - Serrano Pascual, Antonio - Lacasa Vidal, Jesus - Bernal Bernal, Chesus - Franco Sangil, Jesus - Perez Vicente, Juan Jose - Costa Villamayor, Montserrat

El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión [a las diecisiete horas y diez minutos.] con el debate y votación sobre la toma en consideración de la proposición de ley de iniciativa legislativa popular de creación de la Universidad del Alto Aragón «Joaquín Costa», de Huesca.

En primer lugar, el secretario primero de la cámara dará lectura al criterio de la Diputación General sobre la toma en consideración de esta proposición de ley.

El señor secretario tiene la palabra.

El señor secretario primero (FUSTER SANTALIESTRA): Gracias, señor presidente.

«Don José Ángel Biel Rivera, secretario del Gobierno de Aragón, certifico que la Diputación General, en su reunión celebrada el día 19 de octubre de 1999, adoptó, entre otros, un acuerdo que, copiado literalmente, dice lo siguiente:

“Se acuerda:

Primero.- No manifestar objeción a la toma en consideración por las Cortes de Aragón de la proposición de ley relativa a la creación de la Universidad del Alto Aragón ‘Joaquín Costa’, de Huesca.

Segundo.- Dar traslado de este acuerdo a las Cortes de Aragón.”

Y para que así conste y su remisión al excelentísimo señor presidente de las Cortes de Aragón, expido la presente certificación en Zaragoza, y en la sede de la Diputación General de Aragón, a veinte de octubre de mil novecientos noventa y nueve.»

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor secretario.

Para la presentación y defensa de la proposición de ley, por parte de la comisión promotora de la iniciativa legislativa popular, tiene la palabra el representante designado, don Antonio Serrano Pascual.

El señor SERRANO PASCUAL: Excelentísimos e ilustrísimos señores representantes del pueblo de Aragón. Señoras y señores.

Constituye un honor para todos cuantos componemos la Asociación Pro Universidad de Huesca el hecho de poder defender ante estas Cortes de Aragón la creación de la Universidad del Alto Aragón «Joaquín Costa», de Huesca.

Permítannos, en primer lugar, que agradezcamos a todas las personas e instituciones que han hecho posible esta defensa en el día de hoy, y especialmente a los ciudadanos que, ostentando la condición política de aragoneses, y sobre todo a las mujeres y a los hombres del Alto Aragón, han expresado de una manera indubitada su voluntad de contar con la Universidad «Joaquín Costa» y han posibilitado que estas Cortes tengan finalmente que pronunciarse sobre ella.

Nuestro recorrido histórico como asociación ha sido muy breve, ya que fue en las navidades de 1997 cuando un grupo de oscenses -porque así nos sentimos todos, aunque muchos de nosotros hayamos nacido en otros puntos de la geografía aragonesa o del resto del Estado español-, de una manera consciente y reflexiva, nos embarcamos en la tarea ilusionante de recuperar el testigo histórico de la antigua Universidad Sertoriana, con el ánimo de que sirviera al desarrollo de la sociedad que se apresta a venir con el nuevo milenio.

No fue, pues, de una manera casual, sino plenamente deliberada, el que planteásemos la constitución de la Asociación Pro Universidad de Huesca e impulsáramos el ejercicio de la iniciativa legislativa popular para crear la Universidad «Joaquín Costa», hecho que por primera vez se produce en el ámbito específico de la provincia de Huesca.

Al convencimiento de dicha labor, nos siguió la sempiterna reivindicación de los ciudadanos de la provincia de Huesca de descentralización y desarrollo de los estudios universitarios en su territorio, puesta de manifiesto, sobre todo, en la creación del Colegio Universitario ahora hace precisamente veinticinco años; en la multitudinaria manifestación que tuvo lugar en las calles de Huesca en el año 1994; en la constante y estéril lucha del Ayuntamiento de Huesca por contar con estudios acordes en número y calidad con su condición de capital provincial, y en el espectacular desarrollo y crecimiento de la universidad pública en el conjunto del Estado español en los últimos años, junto a la asunción de competencias en materia universitaria por nuestra comunidad autónoma.

Creíamos y seguimos creyendo con la misma firmeza que la Constitución española de 1978 ha supuesto una inflexión en el modelo de distribución del poder: de autoritario a democrático, de centralizado a descentralizado, que tiene que desarrollar sus potencialidades y que no debe quedar en una interpretación y lectura parciales que frustre las ilusiones y aspiraciones ciudadanas.

Así, España, tras la larga ausencia de democracia, cuenta ahora con un nuevo modelo en el que el ciudadano y los territorios que la integran cobran todo el protagonismo. El Estado social y democrático de derecho, en el que la soberanía reside en el pueblo, del que emanan todos los poderes, apuesta sin duda, además, por un plus de legitimidad y mejora de los mecanismos de la democracia representativa, a través de los cauces de la participación ciudadana.

En este sentido, desde la historia, en una concepción viva de la misma, que desde el pasado abre caminos hacia el futuro, no podemos olvidar que la Universidad del Alto Aragón que propugnamos desea enlazar, adaptándola, con la universidad creada en la Edad Media, que durante prácticamente quinientos años (desde 1354 a 1845) fue un elemento de impulso de la cultura y del conocimiento científico, favorecido especialmente en las épocas de Pedro IV, Juan II y Felipe II, gozando de status jurídico idéntico al que contaban en aquellos momentos universidades como Montpellier, Toulouse o Bolonia.

La Universidad de Huesca, la única universidad medieval que no continúa viva en este momento, a la que tanto contribuyó su ayuntamiento, ofrecía todas las carreras superiores de aquella época: Derecho canónico, Derecho civil, Medicina, Artes y Teología, destacando los estudios de Derecho con presencia de estudiantes que provenían de Cataluña, Navarra, Castilla o Valencia, siendo la principal fuentes de ingresos de la ciudad de Huesca.

Como han señalado los historiadores, el drama de la Universidad de Huesca comenzó en el siglo XIX, suprimiéndose en el 1845, contra la opinión del Ayuntamiento oscense. Podemos afirmar que, desde ese momento, la provincia de Huesca y su capital, debido a este factor, unido a la ausencia de desarrollo industrial, a la deficiente red de comunicaciones, a la actuación de una política caciquil gestada durante la restauración canovista, ha ido cayendo en una continua crisis de la que es prueba evidente la emigración sufrida y la pérdida de población constante, apareciendo hoy día como un espacio prácticamente vacío, desestructurado, sujeto a servidumbres de grandes infraestructuras ferroviarias, eléctricas, hidráulicas, que se basan en una apelación constante al interés general, pero que no ofrecen unas perspectivas claras para su desarrollo endógeno y sostenible, frente a lo que sucede, en cambio, en las comunidades autónomas vecinas.

La provincia de Huesca, como sus señorías conocen, cuenta con una tercera parte del total del territorio aragonés, pero ahora sólo representa un 17% del total de la población de nuestra comunidad autónoma, cuando hace un siglo, en el censo de 1857, representaba el 30% de su población. Y esto se agrava ahora, con el hecho de que sus índices de natalidad y de envejecimiento nos sitúan todavía en unos niveles más preocupantes.

Mientras tanto, en España, desde los años setenta, se ha producido un fenómeno destacado en el ámbito universitario, como es el del incremento del número de alumnos que cursan estudios superiores, que se sitúa en un total aproximado de un millón y medio de estudiantes, distribuidos en más de sesenta universidades públicas y en torno a quince privadas, debiendo poner el énfasis en el aumento del número de universidades públicas producido en la etapa democrática y su destacada contribución al desarrollo del territorio.

En este sentido, hoy nadie discute que la universidad es un factor clave en el desarrollo socioeconómico de los pueblos a través de la educación, de la cultura y de la investigación, de la preparación, en suma, de un capital humano que impulsa la modernidad y sienta las bases de un futuro mejor, por lo que deviene en un servicio público esencial al que se debe prestar una atención prioritaria, siendo aleccionador el camino emprendido por las comunidades autónomas, como ha sucedido en Andalucía, Valencia o Cataluña, entre otras, que, de un modo decidido, han creado universidades públicas en sus capitales de provincia, e incluso, además, en municipios cuyas características les hacían acordes para servir de base a ambas universidades, generando un vuelco espectacular en la fisonomía de las ciudades y territorios afectados, con un incremento inversor que no podemos olvidar, así como con un aumento de personal docente, de personal de administración y de servicios y con nuevos flujos en el transporte, en el comercio, en la cultura, en la hostelería y en el ocio, que contrastan vivamente con lo sucedido en la provincia de Huesca.

Y, mientras tanto, ¿qué ha sucedido en la provincia de Huesca?, ¿adónde han ido a parar las reivindicaciones de los ayuntamientos oscenses?, ¿se ha aprovechado el espectacular desarrollo de la universidad española acaecido en los últimos decenios? Lamentablemente, señorías, la respuesta a estas cuestiones pasa por un negro panorama universitario, en el que destacan la injusta distribución del gasto público y el agravamiento de los desequilibrios y las desigualdades territoriales que tan flagrantemente existen en nuestra comunidad autónoma.

En este orden de cosas, en lo que al gasto corriente universitario se refiere, la provincia de Huesca no llega al 7,5% del total de la Universidad de Zaragoza, cuando reiteramos que su población, a pesar de mermada, supone aproximadamente el 18% del total aragonés. En torno al 90% del profesorado y del personal de administración y de servicios de la Universidad de Zaragoza se concentra en esta ciudad, mientras que, sumadas Huesca y Teruel, apenas llegan al 10% del empleo público universitario. Además, en el capítulo de inversiones, en el llamado Plan 2000, la provincia de Huesca sólo ha contado con la inversión en la Escuela Universitaria Politécnica, todavía en fase de ejecución y con retrasos, con un porcentaje de participación que no llega siquiera al 7%.

Estos porcentajes demuestran la realidad universitaria aragonesa, y pocas han sido las voces críticas que se han alzado frente a ella desde la propia Universidad de Zaragoza, que se muestra heredera, así, del modelo del régimen anterior y, por ello, centralista.

El Alto Aragón debe recuperar una de sus señas de identidad, tan esencial para el desarrollo territorial como es una universidad propia en el marco de las orientaciones de la Unión Europea, especializada y de calidad.

Hay que recordar la manifestación del 28 de octubre del noventa y cuatro, en la que el pueblo de Huesca se pronunció mayoritariamente a favor del desarrollo y de la descentralización de los estudios universitarios, sin que hasta la actualidad se haya hecho caso de su clamor; o el manifiesto que se firmó en Huesca, el 23 de febrero del noventa y ocho, por comerciantes, empresarios, sindicatos, asociaciones y colectivos ciudadanos, exigiendo, por razones históricas y porque lo reclaman así la propia dignidad y la supervivencia del Alto Aragón, la creación urgente de la Universidad del Alto Aragón, y que se cuantifique y se compense la deuda histórica que se ha contraído con la provincia altoaragonesa por la falta de inversión pública tras la entrada en vigor de la Constitución española del setenta y ocho en materia universitaria.

Señorías, los oscenses estamos cansados de continuas cortinas de humo, como la generada en torno al llamado «campus único»; la larga y confusa gestación del mapa de titulaciones y su nulo desarrollo en el actual campus de Huesca; el incumplimiento de los acuerdos de estas mismas Cortes en lo que se refiere a la sustitución del primer ciclo de Medicina por un nuevo segundo ciclo, o la implantación del INEF, que todavía no se ha producido; de la utilización de tácticas dilatorias que convierten en papel mojado, una y otra vez, las promesas o, finalmente, la falta de rigor.

Señorías, es impresentable que una capital de provincia que tiene tan pocos anclajes en los que basar su futuro sólo pueda ofrecer unos raquíticos estudios universitarios: un único segundo ciclo de cuatro años y unas pocas diplomaturas repetidas con las que se imparten en Zaragoza. Lamentablemente, no se ha querido repetir el segundo ciclo de Medicina, porque se sabía con certeza de su viabilidad, sin apenas investigación y con sólo cuatro mil estudiantes, menos del 50% del número que pensamos que debería tener Huesca en estos momentos.

Estamos a la cola del Estado, y esto debería preocupar extraordinariamente en esta cámara. No se ha llegado a este punto por casualidad, sino porque se dan las condiciones para ello, es decir, la falta de voz y de capacidad propias de un instrumento al servicio del territorio del Alto Aragón, como sería su universidad.

El dato reciente de la adscripción a la Universidad de Zaragoza de los estudios de Turismo impartidos en Zaragoza, que va a condicionar el futuro desarrollo de los estudios de Turismo en Huesca, es una muestra más de los despropósitos universitarios que sufrimos y de la falta de capacidad de respuesta que padecemos.

En la actualidad, como bien conocen sus señorías, Aragón se muestra cada vez con más virulencia como el modelo territorial español que habría que evitar, es decir, concentración de personas y de recursos en la capital aragonesa y tendencia en el resto, progresiva e irreversible, a la despoblación, al envejecimiento y a la carencia de servicios, que hacen de nuestra comunidad autónoma un verdadero problema a las puertas del nuevo milenio.

Más allá de los viejos tópicos baturristas, es preciso, pues, encontrar proyectos ilusionantes y actuar con nuevas pautas que den contenido a la palabra «Aragón» y al sentimiento como aragoneses. Sólo construiremos en serio un futuro sobre bases sólidas reconociendo la diversidad, el carácter particular, la distinta problemática de las comarcas de Aragón y, al mismo tiempo, fortaleciendo la capacidad de decisión en esos distintos espacios, en un ejercicio de profundización democrática, haciendo que los ciudadanos se sientan responsables y dueños de su destino, partes activas de esta nacionalidad histórica.

Pedimos descentralización, no retoques de mera cosmética ni de cirugía estética, sino medias auténticamente estructurales, diferentes a la mera desconcentración. Dejemos de hablar de descentralización y practiquémosla; sobre todo, distingamos de una vez por todas que descentralización significa un nuevo centro de decisión, frente a la política seguida hasta ahora de vinculación con la Universidad de Zaragoza.

Creemos la Universidad del Alto Aragón con órganos representativos del territorio altoaragonés, con un nuevo reparto del gasto público universitario, con un modelo basado en la calidad, desde la historia de la única universidad aragonesa hasta el siglo XVI y la única universidad medieval europea suprimida, un modelo orientado hacia el futuro y vocacionalmente ligado al desarrollo de una provincia que hoy está postrada. Sólo desde la autonomía, que vendrá de la mano de una nueva universidad pública altoaragonesa, se podrá tener voz propia y se estará en condiciones de exigir a la comunidad autónoma las inversiones y las titulaciones que se necesitan en nuestra provincia.

Aragón tiene ahora las competencias en materia de universidades, y debe intervenir activamente, ya que son fondos públicos de los aragoneses los que se destinan a la Universidad de Zaragoza. Hay que cumplir el Estatuto de Autonomía de Aragón, que obliga a los poderes públicos aragoneses a corregir las desigualdades y los desequilibrios de nuestro territorio. Es la hora de vertebrar a Aragón y de fragmentarlo para hacerlo más sólido y más creíble.

La comunidad autónoma aragonesa necesita un modelo universitario alternativo al actualmente existente. El modelo actual ha fracasado por su esclerosis y por su notoria incapacidad, y se está perdiendo un tiempo y unos recursos preciosos.

Desde la responsabilidad que supone el contar con las firmas de más de veintitrés mil ciudadanos aragoneses, pedimos a esta cámara que se inicie el debate parlamentario, que se recojan las sugerencias de opiniones de los grupos políticos de estas Cortes, para conseguir cambiar una situación como la que vive la provincia de Huesca en materia de desarrollo de su universidad.

La Asociación Pro Universidad de Huesca agradece de antemano el esfuerzo de sus señorías, confiando en que la proposición de ley de creación de la Universidad del Alto Aragón «Joaquín Costa», de Huesca, será tomada en consideración y se empezará a tener una respuesta seria a la cuestión universitaria, iniciándose así su tramitación parlamentaria.

Finalmente, el momento político por el que atravesamos no puede ser más propicio para la creación de la Universidad del Alto Aragón, entre otras circunstancias, porque partidos que integran el Gobierno aragonés han defendido en sus programas y en sus pactos poselectorales un modelo de enseñanza superior basado en la descentralización -insistimos, en la descentralización-, en la gestión económica independiente de los campus de Huesca y de Teruel, en un mapa de titulaciones acorde con la realidad aragonesa y en una mayor coordinación con el tejido empresarial.

Pues bien, como sus señorías conocen, no hay descentralización universitaria sin creación de una nueva universidad. Lo otro, la simple desconcentración y la permanencia del vínculo jerárquico con la Universidad de Zaragoza, sería un engaño a los ciudadanos que, afortunadamente, pensamos que no se va a producir.

Queremos terminar recordando las palabras pronunciadas por el propio Joaquín Costa en el discurso sobre el canal de Tamarite del 29 de octubre de 1892, a propósito de la política hidráulica, que también podíamos hacer extensivo a la política universitaria hoy en el Alto Aragón: «Esta pobre patria nunca más será grande ni volverá a ocupar un puesto en el cónclave de las naciones ni se dilatará por el planeta ni tomará activa parte en la formación de la historia contemporánea mientras sea, como ahora, una patria de secano, triste momia que los arqueólogos de la política seguirán contemplando con la misma mortificante curiosidad con que los arqueólogos de la historia contemplan las momias de los sarcófagos egipcios, y que no se pondrá de pie con un remedo de vida sino por sacudidas galvánicas para exhibir en ostentosos centenarios las empresas sublimes de nuestros abuelos, que nunca ellos habrían acabado si, antes de emprenderlas, se hubieran preguntado si serían o no un buen negocio».

El dolor que traslucían las palabras de Costa puede ahora empezar a ser aliviado con una nueva política territorial más solidaria, con la restitución a la provincia de Huesca de su universidad arrebatada, una empresa sublime de nuestros abuelos, que hay que poner de nuevo en pie con los votos de los representantes del pueblo aragonés: con los suyos, señorías.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Serrano.

Tienen ahora la palabra, para turno en contra, los portavoces de los grupos parlamentarios, empezando por el Grupo Mixto (Izquierda Unida).

Tiene la palabra su diputado, señor Lacasa.

El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente. Señorías. Señores miembros de la comisión promotora.

Desde nuestro grupo parlamentario, creemos entender el espíritu que ha animado a los hombres y mujeres que, desde Huesca y en general el Alto Aragón, han planteado esta iniciativa en la cámara. Yo creo que no solamente desde el Alto Aragón, sino también desde otras muchas comarcas de nuestra comunidad autónoma, desde el mundo rural que se enfrenta a problemas de despoblación, a problemas de marginación económica, a problemas de declive industrial, es fácilmente comprensible un sentimiento de protesta, de queja ante una situación cada vez más difícil.

Y esta situación, que conocemos bien porque ha provocado movilizaciones importantes, en concreto en la ciudad de Huesca, yo creo que también es la que está en el germen de este planteamiento en torno a la universidad como un instrumento que permita tirar hacia delante, sacar de una situación difícil a una ciudad como Huesca, a una provincia en general como la de Huesca o del Alto Aragón en general.

A partir de aquí, nosotros, ¿qué diagnóstico hacemos si, efectivamente, compartimos esa situación de postración, de declive, de desindustrialización y de falta de expectativas que anima -o desanima, más bien- a buena parte de nuestras comarcas, en concreto a las que estamos mencionando? Y, efectivamente, en nuestra opinión, la universidad puede y debe ser un importante motor tanto para la recuperación demográfica como, en general, para la recuperación de la vida en las comarcas que más difícil lo tienen de nuestra geografía, tan -digamos- concentrada en la capital de Zaragoza y el valle del Ebro y tan desasistida en el conjunto de las comarcas que no están en ese valle del Ebro.

Y creemos que, efectivamente, la universidad puede jugarlo, pero no es sólo la universidad. Creemos que deben ser un conjunto de políticas -lo hemos abordado alguna vez en esta cámara-, no solamente las políticas universitarias, sino todas las políticas de un gobierno, desde las infraestructuras a las políticas agrarias, pasando por otros servicios que es imprescindible poner en marcha en Huesca y, en general, en otras comarcas, como digo, de nuestra comunidad autónoma.

Y nuestro grupo parlamentario es decididamente partidario, quiero que esto quede absolutamente claro en esta intervención, de un modelo de gestión descentralizada de la universidad, hoy llamada «de Zaragoza», pero que, para nosotros, es la Universidad de Aragón. Debe ser llamada «Universidad de Aragón» porque así debe ser entendida: como la universidad de toda nuestra comunidad autónoma.
Un modelo de descentralización que no inventamos ahora, sino que nosotros hemos defendido en estas Cortes, por ejemplo, como un ejemplo concreto, a través de la moción 17/97, que fue aprobada en esta cámara en la Comisión de Educación y Cultura de las Cortes de Aragón (entonces se llamaba «de Educación y Cultura»), en la que hablábamos del tema de la descentralización, hablábamos de la necesidad de un mapa de titulaciones adecuado a esta pretensión descentralizadora y las inversiones necesarias del gobierno de cara a la Universidad de Zaragoza. Hablábamos de esos aspectos que debían basar el mapa de titulaciones: estaba la descentralización efectiva de la Universidad de Zaragoza, favoreciendo un Aragón ordenado y equilibrado desde el punto de vista territorial, así como que la universidad -como decía antes- debe coadyuvar al desarrollo de nuestra tierra, estableciendo los elementos de reequilibrio territorial que hagan posible la mejora de la situación de los territorios más periféricos (Huesca y Teruel). También decía la moción que era necesario «ampliar el número de titulaciones y completar las existentes que se imparten en los campus de Huesca y Teruel, dotando a éstos de las inversiones necesarias para que las enseñanzas se impartan en condiciones que favorezcan una enseñanza pública de calidad». Entendíamos, por lo tanto, que el Gobierno de Aragón debía apostar claramente por la universidad como motor de desarrollo e invertir significativamente cantidades en la implantación de nuevas titulaciones. Y todo esto se tenía que hacer desde un punto de vista de descentralización real, en profundidad, también, por supuesto, teniendo en cuenta las peculiaridades de todos los territorios que componen nuestra comunidad autónoma.
Esta realidad, esta vocación descentralizadora que nuestro grupo parlamentario ha practicado y ha planteado en esta cámara en la anterior legislatura, yo creo que, sin embargo, no se compadece bien, y ahí está la discrepancia con los promotores de la iniciativa, con la creación o proliferación de nuevas universidades de un tamaño relativamente pequeño en el marco de nuestra comunidad autónoma.
Entendemos que ése no es el camino, señorías, sinceramente. El camino será el de exigir a las autoridades, tanto académicas como, por supuesto, a las políticas de nuestra comunidad autónoma, que ya tienen las transferencias plenamente en educación, exigirles compromisos serios, concretos y viables de implantación de estudios, de desarrollo de campus, etcétera. Pero entendemos que la fragmentación, la pérdida de economías de escala, la pérdida de dimensiones adecuadas para el desarrollo de lo que es una universidad, que no es un mero conjunto de edificios o de personas, sino que es un ente muy importante, yo creo que esa fragmentación, que hoy podríamos iniciar en el caso de Huesca, pero quién nos dice que no podría ser seguido, lógicamente, con el mismo criterio por otros territorios de esta comunidad autónoma -hablamos de Teruel, de Calatayud, de otros muchos lugares que pueden tener pretensiones de ostentar universidad-, yo creo que ése no sería un camino adecuado para poder avanzar.
Yo creo que, por el contrario, lo que tenemos que hacer es avanzar en el mapa de titulaciones. Solamente se ha avanzado en un pequeño paso, en un proceso a corto plazo de unas pocas titulaciones. Abramos, y ésta es la oferta que desde Izquierda Unida hacemos, planteemos ya el mapa de titulaciones a medio y largo plazo, en el cual las fuerzas políticas de esta cámara y el conjunto de la colectividad aragonesa y del Consejo Social de la Universidad podamos ponernos de acuerdo en qué queremos que sea nuestra universidad en el futuro, teniendo en cuenta todos los factores de desarrollo integral de nuestra comunidad autónoma y, también, factores de todo tipo: demográficos, de infraestructuras, etcétera. Creo que habría que ponerlo todo encima de la mesa.
Ése es el planteamiento que creemos que es el correcto, y más cuando desde nuestra fuerza política hemos reivindicado que el Consejo Social estuviera abierto a todas las fuerzas políticas, y saludamos que parece que, por primera vez, vamos a poder estar todas las fuerzas políticas del parlamento representadas en el Consejo Social, defendiendo, por lo menos Izquierda Unida, estos criterios.
Aparte de la razón general que he dicho de que no consideramos oportuna la fragmentación y la creación de pequeñas universidades, que creo que no tendrían la suficiente capacidad de salir adelante en un mundo muy difícil, como es el mundo actual, muy competitivo -llamémosle así-, aparte de esa medida de carácter general, creemos que el texto contiene algunas imprecisiones y algunos errores evidentes que, desde nuestro punto de vista, dificultan su aprobación y, siquiera, su toma en consideración.
En primer lugar, el artículo primero, al margen de la exposición de motivos, donde hay una serie de argumentaciones de tipo histórico en las cuales no voy a entrar, el artículo primero dice que se crea la Universidad del Alto Aragón, que se regulará en su actividad, como no podía ser de otra manera, por la Ley de reforma universitaria. Claro, es evidente, es la normativa básica en esta materia.
Pero ahí hay una ambigüedad, señorías, que no queremos ocultar en estos momentos: no dice qué carácter tendrá esta universidad, no lo dicen. La Ley de reforma universitaria plantea que puedan existir universidades públicas y plantea que puedan existir universidades privadas (en concreto, su artículo 57), o incluso se pueden abrir caminos a modelos mixto, como me parece que está en la cabeza de algunas personas en los últimos tiempos, tipo fundaciones, etcétera, que abren el camino a que haya participación pública, pero también participación privada. Éste es un elemento, para nosotros, imprescindible: nosotros, como Izquierda Unida, sólo apostaremos, desde las Cortes de Aragón, por modelos netamente públicos de universidad. Y, en ese sentido, nos parecía ambigua la formulación, la mera remisión a la Ley de reforma universitaria, que contempla, como digo, todas las modalidades posibles de titularidad jurídica de las universidades.
El artículo segundo habla de una serie de centros y titulaciones que deben existir en esta prevista nueva Universidad del Alto Aragón, el cual dice: «Consta inicialmente [“inicialmente”] de los siguientes centros y titulaciones...», y hay una lista muy amplia de titulaciones que hoy no existen en la Universidad de Zaragoza y que, por lo tanto, habrá que crear ex novo en esa nueva universidad.
No hay un plan financiero, la ley no acompaña una planificación financiera de cómo podría implantarse, ni siquiera una temporalidad de cómo podría implantarse, y creo que ése sería un elemento que deberíamos discutir más sosegadamente en el ámbito, como digo, del Consejo Social y del consenso de todas las fuerzas políticas aquí representadas.
Incluso hay titulaciones que están repetidas con relación a la Universidad de Zaragoza, por ejemplo Medicina, y ahí entendemos que difícilmente podría mantenerse una competencia entre la Universidad de Huesca y la subsistente Universidad restante de Zaragoza. Creemos que eso tendría difícil encaje, las titulaciones que fueran de carácter competitivo, sobre todo de este tipo de titulaciones.
Por lo tanto, creo que ahí, en el artículo 1 y el artículo 2, hay problemas serios para poder sacar adelante esta ley tal y como está planteada.
Pero creo que los problemas absolutamente insalvables vienen derivados de las disposiciones adicionales, en concreto de la disposición adicional primera, en sus puntos uno y dos.
En el primer punto se habla de que se faculta a la Diputación General de Aragón para realizar las actuaciones precisas para la integración en la Universidad del Alto Aragón de Huesca de todos los centros y servicios universitarios de la Universidad de Zaragoza ubicados en la provincia de Huesca.
A nosotros nos parece que este punto, sinceramente, o roza o está rayando la inconstitucionalidad. Evidentemente, como esta mañana hemos discutido, solamente el Tribunal Constitucional podría determinar si es constitucional o no, pero, desde nuestro punto de vista, habría suficientes dudas de constitucionalidad en este apartado, puesto que, como sus señorías saben, la Ley de reforma universitaria plantea, en su título VII, «Del régimen económico y financiero de las universidades», en sus varios artículos a partir del artículo 52, en concreto en el artículo 53: «Constituirá el patrimonio de cada universidad el conjunto de sus bienes, derechos y acciones». Dice: «Las universidades asumirán la titularidad de los bienes estatales de dominio público que se encuentren afectos al cumplimiento de sus funciones, así como los que en el futuro se destinen a estos mismos...», etcétera, etcétera. «La administración y disposición de los bienes de dominio público, así como los patrimoniales, se ajustarán a las normas generales que rijan esta materia».
¿Qué quiero decir con ello? Una previsión expropiatoria de los bienes que hoy corresponden a la Universidad de Zaragoza, sin ningún tipo de planteamiento compensatorio, desde mi punto de vista, no cabe en una ley de la comunidad autónoma, en este caso de las Cortes de Aragón. Yo creo que sería un artículo claramente recurrido y recurrible, y, por lo tanto, creo que nos llevaría a una parálisis en este planteamiento de difícil solución. Y, si no fuera así, ¿cómo lo haríamos?, ¿indemnizar a la Universidad de Zaragoza por todos los centros y personal que perdería? Sería difícil plantear esta situación.
Pero es que luego dice que «la integración de los centros y servicios se realizará por decreto, previendo el traspaso de los inmuebles, instalaciones y todos los medios humanos y materiales asignados o pertenecientes a cada uno de los centros»..., integración.
Pero, más adelante, dice que «el personal actual de los indicados centros podrá solicitar por una sola vez permanecer en la Universidad de Zaragoza». Señorías, ¿ante qué nos podríamos encontrar claramente? Yo creo que cualquiera lo puede imaginar: yo creo, apuesto lo que quieran ustedes, que una importante cantidad de profesores y profesoras y personal en general de esa hoy Universidad de Zaragoza, pero que entonces pasaría a ser Universidad del Alto Aragón, optarían por permanecer en la Universidad de Zaragoza. ¿Qué sucedería entonces?: que habría que dotar de nuevas plantillas a la nueva Universidad del Alto Aragón y mantener una inflación de profesores y profesoras o de personal en general en la Universidad, continuando existente, de Zaragoza.
Desde nuestro punto de vista, esta posibilidad no tendría un encaje y una racionalidad, que yo creo que plantea enormes problemas.
Por todo lo dicho, yo creo que no es el camino. Yo creo que la expresión de la inquietud sí es, está clara, es evidente por las manifestaciones de los representantes políticos de Huesca y el Alto Aragón; lo es por las manifestaciones que se han producido de la ciudadanía, lo es por la necesidad evidente de que nuestras comarcas tengan un desarrollo propio y lo es el compromiso, por lo menos de nuestro grupo parlamentario, de que en estas Cortes y en el Consejo Social de la Universidad, donde podamos estar representando, vayamos a profundizar en ese mapa de titulaciones y en esa efectiva descentralización, que es lo que debe garantizar un ordenado reequilibrio territorial.
Pero no es este instrumento, que nos parece confuso, que nos parece en algún punto hasta inconstitucional, y que nos parece que, de proliferar este tipo de instrumentos, provocaría, una fragmentación de lo que debe ser una gran Universidad de Aragón, con campus propios en Huesca, en Teruel y donde se considere oportuno por parte de estas Cortes aragonesas y de la comunidad universitaria.
Por lo tanto, esa posición es la que nos lleva a rechazar este concreto instrumento legislativo que se plantea hoy, aun entendiendo algunas de las importantes razones que subsisten en la comisión promotora y a las cuales hay que dar respuesta en el plazo más breve posible.
Nada más, y muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Por el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, tiene la palabra el señor Bernal.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente. Señorías.
En nombre de Chunta Aragonesista, he de mostrar nuestra satisfacción, como hacemos siempre, cuando un grupo de ciudadanos y de ciudadanas se mueven y tratan de dinamizar cualquiera de los aspectos sociales de Aragón. Desde ese punto de vista, siempre hemos dicho, y hoy también lo vamos a decir, que es una satisfacción poder debatir una iniciativa legislativa popular, poder debatirla. Una cuestión distinta será la posición que cada grupo parlamentario tenga en relación con una cuestión determinada.
Nosotros tenemos el máximo respeto por aquellas personas que, quitando tiempo de sus dedicaciones, de su tiempo libre, de su familia, han dedicado un tiempo importante a debatir, a analizar y a recoger firmas. Y también nos merecen respeto aquellas personas que han firmado esta iniciativa legislativa popular y la han traído a estas Cortes, esas más de veintitrés mil personas, como nos ha dicho el representante de esta comisión.
Precisamente por eso, Chunta Aragonesista deplora que sea hoy cuando debatimos esta cuestión, y me explicaré. Ahí están las actas de la Mesa y Junta de Portavoces de estas Cortes, en las que Chunta Aragonesista siempre ha creído que esta cuestión se debería haber debatido desde que llegó, es decir, hace un año y medio, hace un año y medio que esta cuestión debería ya estar debatida en estar Cortes.
Ya anunciamos entonces que quienes trataban de dilatar el debate hacían un flaco servicio al objeto de la iniciativa y a las propias Cortes. Pero cada cual tendrá que asumir sus responsabilidades.
Señorías, para hablar de descentralización, hay que hablar primero de estudios universitarios, y yo quiero recordar aquí que la ley que regula la función de control y dinamización de la Universidad de Zaragoza es la Ley del Consejo Social, aprobada en esta cámara en la anterior legislatura. Y quiero recordar, y ahí está el Diario de Sesiones, una enmienda presentada por Chunta Aragonesista que no contó con el apoyo de absolutamente ninguno de los grupos aquí presentes, y esa enmienda pretendía que en el Consejo Social de esa Universidad estuvieran representados los entes territoriales que tuvieran estudios universitarios en su ámbito de actuación. Y recordarán, señorías, que aclaramos que no decíamos municipios, no decíamos comarcas; directamente repetíamos el mismo texto -conscientemente, y explicábamos por qué- que se emplea en la Ley catalana del Consejo Social.
¿Por qué decíamos eso?, y aquí fue objeto de debate esa cuestión, y recuerdo que el entonces consejero, señor Bielza, dijo textualmente que «los representantes debían ser de Zaragoza, Huesca y Teruel porque son las tres ciudades más importantes y grandes de Aragón». Y, ante esa cuestión, nosotros planteamos que por qué sólo Zaragoza, Huesca y Teruel, que por qué no otros ámbitos territoriales que ya tenían -caso de La Almunia de doña Godina- o podían tener estudios universitarios.
Bien, ¿qué estábamos planteando y cuál fue el objeto de aquel debate? Además de la constitución del territorio aragonés en comarcas, si se ponía y se abría la puerta a instalar estudios universitarios en más sitios o no, o eso estaba vedado y sólo permitido para Zaragoza, Huesca y Teruel.
Pues bien, no tuvo mucho éxito aquella enmienda. Textualmente, el resultado de la votación fue de dos votos a favor (los del señor Yuste y el señor Bernal) y cincuenta y nueve en contra. El resto supongo que no asistían en ese momento a la sesión.
¿Cuál es la posición de Chunta Aragonesista en relación con la universidad? Muy clara, y la voy a tratar de decir telegráficamente: apostamos por disponer de un instrumento, que nos parece determinante y estratégico para esta tierra, denominado «universidad pública de Aragón». La universidad pública de Aragón, la universidad única pública de Aragón es la que nos puede permitir plantear retos de investigación y de desarrollo a esta tierra en el momento actual.
¿Cómo se denomina esa universidad pública de Aragón?, ésa es la cuestión que menos nos preocupa. No tenemos ningún inconveniente en que se llame «universidad de Aragón» o universidad como ustedes quieran, señorías. Lo que sí vemos es que hay un nombre histórico y que tampoco hay por qué tirarlo por la borda.
Pero, si se aclara perfectamente que la universidad pública aragonesa conserva el nombre y la denominación histórica de «Universidad de Zaragoza» -ahí está la cuestión clave-, convertimos ese instrumento -y desde que nosotros hemos llegado a esta cámara es lo que hemos estado defendiendo- en algo útil para esta tierra, más útil todavía desde que en el año noventa y seis la Comunidad Autónoma de Aragón dispone de las competencias en enseñanza superior y en enseñanza universitaria.
¿Cómo queremos que sea esa universidad pública aragonesa? Lo hemos dicho también en esta cámara, pero hoy hay que repetirlo ante este debate y porque hay gente que puede que sea la primera vez que lo escucha: una universidad descentralizada, una universidad puntera, una universidad decisiva en el desarrollo de esta tierra, como sector estratégico.
La partición de esa universidad aragonesa en trozos -y ahora explicaré por qué digo «partición»- no favorece ese objetivo. ¿Por qué digo «partición»? La creación de nuevas universidades, ¿a qué llevaría?, ¿acaso de esa manera iba a mejorarse la financiación de esta comunidad autónoma? Quiero decir, si la creación de universidades públicas fuera consecuencia directa-y el señor Bandrés estará de acuerdo conmigo- del aumento de ingresos de la comunidad autónoma para sufragar esos gastos, ¡chapeau!, totalmente de acuerdo.
Pero la realidad, señorías, es que, en el saco de los ingresos, en el menguado saco de los ingresos, en el menguado baúl de los ingresos de la comunidad autónoma, el dinero va a ser el mismo, equis, no voy a decir cuánto, equis. Y esa equis (cada gobierno decide libremente cuál es la cantidad, despeja esa equis y dice cuál es la cantidad exacta destinada a enseñanza superior) no va a verse incrementada. Sí, puede verse incrementada algo, este año parece que se va a incrementar algo, en el presupuesto del año 2000, el dinero destinado a enseñanza superior, enseñanza e investigación, pero el dinero va a ser poco más o menos el mismo, el mismo del que va a disponer la Administración de la comunidad autónoma y el Gobierno de Aragón. ¿Quieren, señorías, pensar en la posibilidad de que ese mismo saco haya que partirlo en varias porciones, haya que partirlo en varios objetivos distintos? Desde luego, Chunta Aragonesista no respalda eso.
Ojalá que llegue el día, ¡ojalá!, en que, evidentemente, sea una necesidad la creación de nuevas universidades públicas en Aragón, ¡ojalá llegue el día! Pero, cuando nos miramos en otros territorios, que, desde luego, tienen bastante más potencial poblacional y económico que esta tierra, y vemos la Universidad del País Vasco, vemos la Universidad de Castilla-La Mancha, vemos la Universidad de Extremadura, no se han creado universidades de Cáceres, de Badajoz y de Plasencia; no se han creado universidades de Vitoria, San Sebastián y Zarauz; no se han creado, señorías, universidades de Albacete, Toledo y Ciudad Real. Hay una única universidad pública descentralizada en varios campus.
Y, si yo me pongo en la piel de una familia que en los próximos años puede tener hijos en edad universitaria, no sé lo que harían algunas familias, pero creo que sé lo que haría yo y lo que hace mi entorno, al que conozco: si tuviera que elegir entre que mi hijo o mi hija asistiera a una formación universitaria de calidad o asistiera a una enseñanza universitaria que se denominara, eso sí, como mi pueblo o como mi ciudad, yo opto por la primera, aunque se llame Universidad de Cáceres o aunque se llame Universidad de Castilla-La Mancha. Yo prefiero que, aquí, la universidad se denomine, si es necesario, de Castilla-La Mancha, pero que mis hijos reciban una buena formación, y que esta tierra, aunque tenga que pasar por que su universidad se denomine Castilla-La Mancha, disponga de un sector estratégico fundamental para esta tierra, y lo de la denominación me preocupa menos. Y, desde luego, me preocupa menos que pueda levantar el pecho y decir que el nombre de la universidad a la que va mi hijo o mi hija, aunque sea de un nivel pedagógico y de investigación deficiente, eso sí, se llama como mi pueblo o como mi ciudad. Ése es el fondo de la cuestión de lo que se está tratando y el fondo de la cuestión de lo que nosotros analizamos.
Hoy, ese día no ha llegado todavía, no ha llegado el día en que nos podamos permitir el lujo, porque hay que decirlo así, el lujo de poder crear otra universidad pública en Aragón. Desde nuestro punto de vista humilde, eso sería, hoy en día, un disparate financiero para la comunidad autónoma y un disparate educacional. ¿Por qué? Porque ello contribuiría a dos cosas: a descapitalizar esa universidad pública aragonesa y, desde luego, a rebajar todavía más su potencial actual.
Y cuando digo «todavía más», señorías, quienes hemos estado aquí, durante cuatro años, tratando de introducir modificaciones en leyes, modificaciones en presupuestos, presentando iniciativas para que se valorara más a la universidad, para que, al mismo tiempo, se atornillara más también a la universidad, no podemos tirar por la borda esa trayectoria y decir alegremente que nos sumamos a cualquier carro que pasa por la esquina y, de repente, pensamos que lo importante es, eso sí, ande o no ande, burra pequeña. Pero, supuestamente -digo «supuestamente» porque hasta dudo de eso-, supuestamente, va a haber una renta electoral en ello, y digo «supuestamente», porque a las pruebas me remito.
Señorías, no estamos por debilitar un sector estratégico para Aragón, y, si para ello tenemos que sufrir las iras del electorado y no sé cuántas cosas más, estamos dispuestos a sufrir esas iras, pero no estamos dispuestos a colaborar y a contribuir a debilitar un sector clave para esta tierra.
Señorías, ¿cuál es la raíz de este problema? Hay varias raíces. La raíz fundamental es que la Universidad de Zaragoza, la actual Universidad de Zaragoza que conocemos, no es todo lo sensible que debiera ser con el territorio aragonés. Pero aquí hay más culpables o comienza a haber más culpables de ese hecho.
Evidentemente, hay una autonomía y un principio de autonomía universitaria que yo siempre respetaré y que estamos aquí para respetar. Pero el señor Biel me dará la razón en algo que hablábamos el otro día, en línea con la política territorial, lo que el señor Biel denomina «la zanahoria» y él defendió aquí, en esta tribuna, hace dos o tres semanas, «la política de la zanahoria», consistente, y me explico, en que, si hay que dinamizar la comarcalización, será más fácil si se hace ver en qué ventajas se va a traducir esa comarcalización, y, en función de eso, la Administración de la comunidad autónoma puede favorecer la comarcalización.
Pues, señorías, esa misma «política de la zanahoria» puede practicarse con la Universidad de Zaragoza, porque el Gobierno de Aragón y las Cortes de Aragón tienen un mandato y un principio básico que defender, que es buscar, efectivamente, como ha leído el representante de la comisión de esta iniciativa legislativa popular, el reequilibrio territorial. Ahora bien, la universidad podrá ser uno más de los muchos instrumentos que contribuyan a ese reequilibrio; que nadie pretenda confundir el todo y la parte y decir, poco menos, que, si se pone ahora una universidad en Huesca y otra en Calamocha -¿verdad, señor Pamplona?-, entonces sí que podremos ya reequilibrar el territorio de Aragón. Falso, niego la mayor, niego la mayor porque eso no es así.
¿Cuál es el problema que se está planteando? Yo creo que nos estamos encontrando con algo curioso: quienes durante veinte o treinta o cuarenta años -gentes distintas, claro- han tenido responsabilidades de gobierno en Huesca y en el Alto Aragón, poco menos que pueden acabar pretendiendo presentarnos la tabla de salvación de los males que no se han solucionado durante sus mandatos.
Señorías, los males de Huesca, que son muchos (desindustrialización, falta de infraestructuras, falta de empleo, absoluta carencia de comunicaciones, se ha quedado fuera -recordemos- el asunto del ferrocarril y la llegada del ferrocarril a Huesca), esas cosas, todas ésas, algunas estructurales y otras coyunturales, no se salvan con la creación de una universidad, una pequeña universidad; no, eso no se soluciona de esa manera. Sin embargo, sí que es conveniente que haya en la ciudad de Huesca y en otros sitios que no son la ciudad de Huesca: ¿por qué no Barbastro? (ahí está la actividad socioeconómica y la enotecnia), ¿por qué no Jaca?, ¿por qué no Alcañiz?, ahora se está planteando el caso de Calatayud, y ahí está el caso de La Almunia. ¿Por qué la ciudad de Huesca y su entorno no pueden disponer de estudios universitarios de calidad? ¡Ah!, es que en eso sí que estamos todos de acuerdo, nosotros los primeros.
Pero no confundamos el todo y la parte o el bosque y la rama. Para eso no es necesario crear una nueva universidad. Diré más: seguramente, creando una nueva universidad se hace un flaco favor a ese objetivo de tener unos estudios universitarios de verdad, sólidos y que puedan suponer una oferta educativa para la ciudad de Huesca y para la gente de Huesca.
En estos momentos ya, con la actual Universidad de Zaragoza, Huesca está recibiendo población universitaria. Luego, cuando se plantea la Universidad de Huesca como el modo o el motor de atraer nuevos estudiantes, ésa no es la solución, ya se está demostrando que se puede hacer de otra manera. Pero tampoco se trata sólo de llevar gente a Huesca: se trata de que la gente vaya a Huesca porque pueda recibir una formación seria, puntera.
Y ése es el objetivo que tenemos todos en esta cámara, y el primero, el Gobierno de Aragón, conseguir ese objetivo. Pero, ¡ojo!, no sólo para la ciudad de Huesca, insisto: para hacer una ordenación seria de los estudios universitarios y de la investigación en esta tierra, no sólo en la ciudad de Huesca, y lo digo así de claro.
Señorías, hay ejemplos muy claros, los he puesto ya (País Vasco, Extremadura, Castilla-La Mancha), que tienen campus autónomos. El caso del País Vasco quizá sea el que más nos interese; dos ciudades importantes como San Sebastián y Bilbao; sin embargo, ¿cuál ha sido el interés del Gobierno vasco?: potenciar también Vitoria, con mucha menos población, potenciar también Vitoria con estudios universitarios que están a un nivel alto, y conozco la Universidad del País Vasco en Vitoria. Ahora, eso sí, hay campus autónomos en gestión y financieramente. Ese modelo sí que me parece que es exportable a esta tierra, y ése es el modelo hacia el que tenemos que caminar.
Para ello, más que fuegos de artificio, lo que se necesita de verdad -y aprovecho que está aquí la señora consejera- es una visión a medio y a largo plazo, y un debate serio de verdad en esta cámara y fuera de ella sobre qué queremos, pero no para el año 2003 y 2004, qué queremos que, en ordenación universitaria, en educación universitaria, en investigación, haya en Aragón en el año 2025 o 2030. Ése tiene que ser el objetivo nuestro, el de análisis serio y riguroso de ese asunto. Lo demás serán fuegos de artificio que durarán lo que duran a veces las campañas electorales, e incluso menos.
Por eso, señorías, nosotros vamos a votar en contra de la toma en consideración de esta proposición de ley, entre otras cosas porque, ya, lo primero con lo que no estamos de acuerdo, evidentemente, es el título («proposición de ley de creación de la Universidad del Alto Aragón “Joaquín Costa”, de Huesca»), ni tampoco con el artículo primero, claro («se crea la Universidad del Alto Aragón “Joaquín Costa”, de Huesca».
Como negamos la mayor, votaremos en contra y seguiremos luchando -y ahí están los diarios de sesiones-, seguiremos luchando, y de verdad, primero, para que a la Universidad de Zaragoza, por parte del Gobierno de Aragón, se le coja de la oreja y se le traiga adonde se le tiene que traer para que haga lo que tiene que hacer, pero nunca mataremos moscas a cañonazos o debilitaremos lo que consideramos que es un sector estratégico.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Tiene ahora la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, su diputado Jesús Miguel Franco.

El señor diputado FRANCO SANGIL: Señor presidente. Señorías. Señor representante de la comisión promotora.
Nuestro grupo, el Grupo Socialista, apuesta decididamente por la descentralización universitaria en Aragón, y apuesta decididamente por la descentralización porque ya el presidente del Gobierno, en su discurso de la sesión de investidura, manifestó la decidida voluntad de, si llegaba a gobernar -y en este momento está gobernando-, su decidida voluntad de encontrar fórmulas de descentralización eficaces.
Nuestro grupo quiere, en Aragón y en Huesca, una universidad moderna, una universidad de calidad, una universidad competitiva, que tiene que responder al enfoque que en estos momentos esta debatiendo no solamente la universidad española en su conjunto, sino la universidad internacional. Todas las universidades, en este momento, están teniendo un debate, como ustedes saben, y hay distintos informes sobre ello, de lo que supone el reto importante de la universidad como respuesta a la demanda social que, en este momento, se le está haciendo.
Nuestra decisión, la decisión que hoy tenemos que tomar aquí en consideración, no es una decisión fácil. Coincidimos con el diagnóstico de la comisión promotora, y no estamos de acuerdo ni con el proceso seguido en Huesca ni con lo que hoy tenemos en Huesca. Coincidimos plenamente con esa comisión.
La iniciativa popular ha tenido que canalizar las inquietudes derivadas de la frustración que tenemos en Huesca con la universidad, y la ha tenido que canalizar porque, durante un pasado cercano, no se ha sabido dar respuesta a la demanda universitaria de Huesca. Coincidimos con ellos, y, por eso, desde aquí, nuestro grupo quiere reconocer su esfuerzo y respeta todo el proceso que ellos han llevado hasta llegar a esta cámara. Y reconocemos y respetamos, pues, a los que apoyan esa iniciativa y a los que la representan.
Pero nuestro grupo, señorías, tiene serias dudas; de la misma manera que reconocemos coincidir en el diagnóstico, tenemos serias dudas, señorías, de que la solución pase necesariamente por universidades independientes. Tenemos serias dudas, y voy a intentar decir en los puntos en los que nos apoyamos en esa duda.
Como ustedes saben, señorías, se ha dicho ya en esta cámara esta tarde, las comunidades autónomas de baja densidad demográfica y algunas de mayor densidad demográfica han optado por una universidad única, descentralizada en distintos campus, pero única de una comunidad autónoma.
La segunda duda que tenemos es también con respecto a si, realmente, todas las universidades que se han creado en los últimos años van a ser viables en un futuro inmediato. Hay algunas que, como ustedes saben, tienen dificultades en este momento ya.
Nos basamos también en que hay informes de la Comisión Europea y de distintos consejos educativos internacionales, de reconocido prestigio, que tienen dudas sobre las universidades de menos de diez mil alumnos y alumnas, y tienen dudas por las servidumbres que pueden crear, servidumbres que dañarían la calidad educativa, la calidad investigadora y, como consecuencia, la competitividad necesaria en este momento para que la universidad responda a las necesidades sociales que se le demandan.
También tenemos dudas, y también se ha dicho aquí en esta cámara, sobre la capacidad de financiación de distintas universidades en esta comunidad autónoma. No queremos cualquier universidad, ni en Aragón ni en Huesca ni en cualquier otra localidad; queremos una universidad que sea capaz de responder al reto que en este momento necesita para dar respuesta a las demandas sociales y de todo tipo. Por lo tanto, tenemos dificultad para entender la capacidad financiera que pueda tener esta comunidad autónoma para poder llevar a cabo esa idea de distintas universidades.
También tenemos dudas sobre una cuestión. Yo creo que Aragón se tiene que construir desde el consenso, desde el acuerdo, desde la unión. No podemos construir Aragón, ni tampoco su universidad, la universidad que queremos, no la podemos construir al margen de nadie ni en contra de nada.
Por lo tanto, nosotros, en estos puntos, tenemos serias dudas de que la respuesta que en este momento requiere la solución al tema universitario en Aragón pase necesariamente por una universidad independiente.
Aragón tiene que proyectarse hacia el futuro, Aragón tiene que ser, y, para ser Aragón, también tiene que ser su universidad una universidad potente, una universidad competitiva y una universidad de calidad.
Difícil es, pues, como decía al principio, señorías, la decisión. Pero también tenemos en cuenta, y claramente nuestro grupo, el Grupo Socialista, que las decisiones políticas de gran calado, como es ésta de la universidad, requieren reflexión, tiempo y no precipitación, a la par que la máxima agilidad; pero no precipitación.
Las aceptaciones fáciles, a veces, hacen complicada la respuesta de esa aceptación; a veces, el cumplimiento de las aceptaciones fáciles puede ser difícil, por no decir imposible.
Mi grupo, el Grupo Socialista, quiere en este momento, en esta cámara, apostar por un estudio de lo que es el modelo educativo aragonés universitario. De la misma manera que esta cámara estudió en su momento el modelo educativo aragonés de las enseñanzas no universitarias, creemos que decisiones de este tipo tienen un calado demasiado importante como para que podamos hurtar realmente una reflexión importante de esta cámara en torno a ese modelo educativo aragonés, que nuestro grupo está decidido a estudiar, a trabajar y a apostar, en todo lo que suponga el mayor consenso de esta cámara, para sacarlo adelante.
Querría dirigirme en este momento al Gobierno, a su presidente, a los consejeros y, en concreto, a la consejera del Departamento de Educación y Ciencia, para decirle que el departamento, el Gobierno, tiene que liderar e impulsar, a través de los instrumentos legales que tiene, esta decidida voluntad de una universidad, en un modelo aragonés que sea y responda realmente a la demanda social que, en este momento, requiere y demanda la sociedad.
A la universidad, en su papel fundamental, en su papel importante en todo lo que significa Aragón y en todo lo que significa la creación de la cultura, la difusión de la cultura -crítico conocimiento-, querría también decirle que se le ha pedido sensibilidad en esta cámara, esta tarde, a la universidad. Yo le voy a pedir, además, generosidad. Le voy a pedir generosidad para que se haga y se trabaje, conjuntamente con esta cámara y con el Gobierno, en una definición adecuada, moderna y competitiva de una universidad de hoy en Aragón. Se lo pido más que a nadie por lo que representa y por el gesto importante que pueda conllevar esa decisión de la universidad.
El tema universitario, señorías, afecta directamente a muchas personas e, indirectamente, a la mayor parte de las familias de Aragón. Afecta a mucha gente, y por eso es una decisión importante la que tiene que tomar esta cámara aquí, esta tarde.
Nuestro grupo, mi grupo, el Partido Socialista, desde esta importante vinculación e implicación de casi toda la sociedad aragonesa, por no decir toda, desde la responsabilidad que requiere tomar una decisión de este tipo y habiendo valorado todo lo que conlleva la iniciativa y la necesidad de no hipotecar Aragón, y su universidad, en decisiones -a mi entender- que pueden ser complicadas para el futuro, desde ese punto de vista y desde la responsabilidad, mi grupo no va a tomar en consideración la iniciativa presentada por la comisión promotora.
Gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Pérez Vicente.

El señor diputado PÉREZ VICENTE: Muchas gracias, señor presidente.
Señoras y señores diputados, por primera vez tengo la oportunidad de expresar en esta cámara la opinión del Grupo Popular. Con estas mis primeras palabras, entiendan que quiera dejar constancia de esa mezcla de responsabilidad y de satisfacción que en estos momentos siento como aragonés de poder aportar mi trabajo y dedicación en esta cámara, trabajo que pongo a disposición de todas sus señorías.
Al hacer uso de este turno en contra, queda claro nuestro voto: va a ser negativo. Pero, al mismo tiempo, con una propuesta de trabajo que plantearemos al final y que algunos otros grupos y también el representante de la Asociación, en un momento de su intervención, han planteado.
El «no» a esta iniciativa y en este momento por nuestra parte es perfectamente compatible con nuestra idea de que Huesca puede conseguir lo que se merece y le corresponde. Cada cosa tiene su tiempo y éste puede ser el tiempo de conseguir lo que tan largamente reclama Huesca: la descentralización universitaria. Hay otro camino para ello, un camino recorrido en buena medida y en el que nos queda camino todavía por recorrer.
Nosotros, desde luego, nos hemos vuelto a plantear algunas preguntas buscando respuestas, ya lo hicimos en su momento, y una de esas preguntas es y era cuáles son las aspiraciones del Alto Aragón en materia universitaria, qué quiere Huesca en materia de estudios universitarios. Y hemos obtenido respuestas, y las hemos obtenido y las obtuvimos no hace mucho hablando con los agentes sociales, también escuchando a los agentes económicos en Huesca, debatiendo con los partidos políticos, los mismos que estamos representados en esta cámara, en Huesca, y planteando propuestas a la Universidad desde Huesca. Este trabajo, en determinados momentos, se concretó, y hace muy pocos meses, en un acuerdo del Ayuntamiento de Huesca por unanimidad de todos los grupos.
Desde luego, uno de los referentes que el Partido Popular consideró en ese momento muy importante, y lo sigue considerando, en materia de estudios universitarios para Huesca lo constituye dicho acuerdo: el acuerdo que la ciudad de Huesca tomó en el mes de octubre del año pasado con el respaldo -repito- y la unanimidad de todos los grupos políticos.
Se aprobó una moción institucional, los mismos grupos políticos que ahora estamos en esta cámara. Una moción que pide claramente una descentralización real y efectiva. Una moción que fija unos criterios a seguir y permite definir los objetivos para Huesca en este caso. Una moción que demanda inversiones y financiación ya empezadas en Huesca (en la Politécnica se está invirtiendo). Una moción que apuesta por la calidad más que por la cantidad y para que sirva de referencia en todo el Estado, que se pueda definir la universidad de Huesca, o de Aragón en Huesca, por su singularidad. Una moción con el acuerdo de todos para pedir un esfuerzo a la Universidad y a estas Cortes dirigido sobre todo hacia Huesca y que permita atraer a estudiantes de otros lugares. Una moción institucional que aprobamos todos y que pide el cumplimiento de los acuerdos de estas Cortes, y se está a tiempo y los podemos conseguir (el rápido cambio de Medicina y también la respuesta para consolidar Turismo en la ciudad de Huesca).
Y, además, todos estos colectivos que debatimos durante semanas, durante meses, sobre necesidad de estudios universitarios en Huesca también mayoritariamente solicitábamos y queríamos un debate serio y riguroso sobre la iniciativa presentada por la Asociación Pro Universidad de Huesca, y para ese debate era necesario, y lo sigue siendo, que dispusiéramos de un informe sobre la viabilidad de esa iniciativa, y no sólo en sus aspectos económicos, porque, a veces, lo que es bueno no es viable; y también que pidiéramos conocer el informe del Consejo de Universidades y, sobre todo, que las Cortes de Aragón hubieran fijado el modelo universitario para nuestra comunidad, y, por lo tanto, para Huesca, cuestiones todas estas, desde nuestro punto de vista, fundamentales para poder pronunciarnos.
Y ¿qué opina el Partido Popular? ¿Qué piensa de la implantación de estudios universitarios en Huesca? Pues seguimos en la misma línea, con similar criterio que en estos últimos meses, incluso una vez terminado el trabajo del Consejo Social. Estamos convencidos de la enorme importancia de los estudios universitarios. Desde el punto de vista social, económico y político, esa importancia es innegable. Estamos convencidos de que las aspiraciones de Huesca no sólo se centran en la cantidad, sino en la calidad de los estudios que se implanten y, sobre todo, en que las titulaciones tengan futuro.
Sabíamos que había que responder con hechos, además de las palabras y de las manifestaciones. Por ello, el Gobierno anterior, el Gobierno autónomo, comenzó las inversiones en el campus de Huesca, casi mil millones de pesetas en la Politécnica, donde -en Huesca, y también hay que recordar- otros gobiernos habían prometido y comprometido cantidades, incluso bastante menores, pero nunca se concretaron. Y ahora se están invirtiendo esos casi mil millones en el campus de Huesca.
Pensamos lo mismo que las organizaciones empresariales, tal como lo expusieron en el Instituto de Fomento del Ayuntamiento de Huesca en múltiples reuniones que se llevaron a cabo en la Comisión de Estudios Universitarios, y lo puedo decir con la seguridad total porque yo estuve presente en todos esos debates y en todas esas reuniones en el Ayuntamiento de Huesca.
Pero es que también estamos de acuerdo con la postura de los sindicatos, que, que yo sepa, siguen apostando por una verdadera descentralización en Huesca. Y, además, queremos contribuir a algo muy importante para nosotros: a la unanimidad conseguida en Huesca y su Ayuntamiento con todos los grupos políticos, y que nuestro criterio sea conocido por todos, y el mismo en todos los foros: ése es nuestro objetivo. Lo que no vamos a hacer es facilitar la labor a los interesados en romper esa unanimidad o a los que traten de dividir y potenciar que esa unanimidad no sea real.
Nosotros hemos apostado y seguimos apostando por la descentralización, y, sobre todo, en el campus de Huesca, pero una descentralización universitaria racional, técnica y económicamente viable. El Partido Popular se muestra partidario de esa amplia descentralización de la Universidad de Zaragoza y, además, que satisfaga las lógicas aspiraciones de los altoaragoneses y que contribuya, porque sí que contribuye, a la ordenación del territorio hasta llegar a convertirse en una verdadera universidad de Aragón, como algún otro grupo ha manifestado en esta cámara.
Pero, indudablemente, pensamos que esta descentralización -y estamos seguros y apostamos- debe ir acompañada de una justa y suficiente dotación económica que compense esa falta anterior de inversiones y que posibilite verdaderamente lo que es objetivo de todos nosotros: una enseñanza de calidad.
En estos momentos tenemos, desde nuestro punto de vista, las circunstancias más apropiadas para exigir y concretar esa descentralización. Pensamos que Huesca tiene que obtener -y lo puede obtener en breve período de tiempo- dos cosas: el desarrollo del campus de Huesca mediante la implantación en Huesca de nuevas titulaciones universitarias y la garantía de que esas nuevas titulaciones irán acompañadas de una dotación presupuestaria apropiada para que los estudios que se implanten en Huesca sean unos estudios de calidad. La cantidad sin calidad no va a ser un éxito para Huesca.
No debemos pedir más y más estudios, sino más y mejores, sobre todo mejores. Creemos que la implantación de esas nuevas titulaciones debe ser siempre compatible con la consolidación de las ya existentes, las que ya existen en Huesca. Y, desde luego, la implantación de cualquier nueva titulación sólo será posible cuando exista esa adecuada financiación presupuestaria y que garantice esa calidad docente. El desarrollo de la investigación, indudablemente, también es un aspecto a tener en cuenta en esa área de influencia y en esa posible atracción de un nuevo profesorado que pueda completar los recursos ya existentes en Huesca.
Nosotros consideramos que la expansión lógica de la Universidad de Zaragoza ha de ser el campus de Huesca y, además, vamos a apostar por ello y estamos apostando y hemos apostado por ello. Porque pensamos que esas mejoras de comunicaciones que se están produciendo entre ambas ciudades, entre Zaragoza y Huesca, con la autovía y con la electrificación de la vía férrea, de la vía Tardienta-Huesca, facilitarán perfectamente la comunicación entre alumnos de ambas ciudades.
No obstante, también quiero dejar constancia de que en Huesca llevamos catorce años defendiendo el campus universitario de Huesca, sin desmayo, con firmeza, unánimemente, luchando contra el centralismo, que existe y ha existido, y pidiendo titulaciones superiores, entre otras cuestiones, y lo que no podemos es abandonar precisamente ahora, cuando las circunstancias nos son más favorables. O ¿es que sólo nos vamos a desvivir por las causas perdidas o que creemos inalcanzables y, cuando las tenemos al alcance de la mano, nos rendimos porque tenemos miedo a no saber cómo luchar por ellas?
Nosotros, desde luego, también queremos que se defina el modelo universitario para Aragón. Y, en ese aspecto, hemos escuchado al promotor de la Asociación Pro Universidad de Huesca, que en su intervención ha manifestado esta petición, este criterio, ese modelo universitario para Aragón y que sea un modelo de diseño global y que, de una manera clara, los que tenemos competencia para definir este modelo lo concretemos, y, desde luego, mejorando, que es posible, los planteamientos que la Universidad ha ofrecido a Huesca.
El Partido Popular, y, por lo tanto, mi grupo, está muy interesado en que se defina ese modelo de Universidad por las Cortes de Aragón. Y, para conseguir todo lo expuesto, podemos encontrarnos con varias alternativas y distintos caminos. Éste es uno de los análisis que hemos hecho como grupo y que, teóricamente, nos podría conducir a esos mismos objetivos. Por eso, el camino que hoy se nos ofrecía aquí puede ser bueno o no, como otros, pero no estamos seguros por estas cuestiones y a falta de esos informes que hemos comentado anteriormente.
Con esta iniciativa se nos pide, y así lo entendemos, que renunciemos al camino por el que hemos transitado estos catorce últimos años y empecemos a caminar por un nuevo camino sin esos oportunos informes, sin conocer las posibilidades y la viabilidad para ese nuevo camino. No sabemos si, al elegirlo, nos conduce hacia arriba o hacia abajo. No queremos optar a ciegas por este camino abandonando el que, entre todos y durante catorce años, últimamente estábamos mejorando, y se están viendo los frutos en la ciudad de Huesca.
Pero, no obstante -y lo he dicho al principio de mi intervención-, nuestro voto negativo a esta toma en consideración tiene que ir acompañado de una propuesta de trabajo. Y la propuesta de trabajo consiste en que estas Cortes podamos debatir un proyecto de ley, un proyecto de ley que presente la Diputación General de Aragón, y consideramos que perfectamente lo podría presentar en un plazo no superior a un año, y que en ese proyecto de ley se establezca esa verdadera descentralización en la que todos estamos de acuerdo, esa descentralización universitaria que, aprobada por estas Cortes, pueda plantearse al Consejo de Gobierno de la Universidad. Una ley que fije el modelo, las titulaciones, la financiación, las ubicaciones, las infraestructuras, los plazos, las inversiones, el modelo de gestión... Y así, entre todos, encontrar la mejor solución, y todo será mérito de todos o será demérito de todos, pero algo que se habrá debatido y con lo que pienso que terminaremos de recorrer ese camino hacia la descentralización universitaria.
Nosotros votaremos en contra, con nuestra oferta, desde luego, de trabajar con el Gobierno actual para concretar ese modelo de universidad para Aragón y para Huesca.
Muchas gracias, presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Para fijar la posición del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, tiene la palabra la diputada señora Costa.

La señora diputada COSTA VILLAMAYOR: Señor presidente. Señorías. Señor Serrano.
Al igual que, seguramente, le ha sucedido a usted, desde esta tribuna reconozco a muchas personas que un viernes 28 de octubre de 1994 estuvieron en Huesca, en las calles de la capital del Alto Aragón, junto con diez mil altoararagonesas y altoaragoneses. Fue la mayor manifestación popular que jamás se ha vivido en el Alto Aragón. Aquel día, muchos de los que ahora estamos aquí salimos a la calle bajo un lema, era una llamada, casi una súplica: «Descentralización. Universidad de Aragón. El futuro de Huesca depende de ti».
Pero aquellas voces no han sido escuchadas, y esto no lo afirma esta diputada. Esta aseveración forma parte de la moción que la Diputación Provincial de Huesca aprobó, a instancias del PAR, el año pasado. De igual manera lo ha señalado en reiteradas ocasiones el Ayuntamiento de Huesca. Así lo han suscrito hasta ochenta y seis ayuntamientos del Alto Aragón, asociaciones, sindicatos, colegios profesionales y más de veintitrés mil ciudadanos que han estampado su firma al pie de esta iniciativa que hoy debatimos.
Seamos, por tanto, consecuentes. Es la propia sociedad oscense y de las demás comarcas la que reclama el desarrollo universitario de Huesca, con base en la historia: Federico Balaguer, famoso historiador, decía en un artículo que en el siglo XV existían las universidades de Huesca y de Lérida.
En nuestro entorno territorial, hoy día existe la de Zaragoza, la de La Rioja, la de Pau, la de Pamplona, la de Lérida, pero ha desaparecido la de Huesca. La única universidad medieval, como se ha dicho en estas Cortes, que ha dejado de existir, según el tantas veces aludido reequilibrio territorial, de acuerdo con lo que está ocurriendo respecto al desarrollo universitario en el resto de España y lo que marcan las orientaciones europeas, como aquí se ha dicho: universidades no pequeñas pero no más de diez mil estudiantes.
¿Cuántos tiene la Universidad de Zaragoza? Cuarenta y cinco mil, señorías, cuatro y media nos caben, cuatro y media nuevas universidades según las orientaciones europeas. ¿Somos diferentes en Aragón? En este final de siglo, contrariamente a la fusión de empresas, a la fusión de la banca, a la globalización, la Universidad se está dividiendo.
Universidad, por su función como motor de progreso en todos los sentidos, eso se quiere. Pues bien, durante muchos años, ante esa petición, se nos ha hablado de una voluntad descentralizadora. Todos los partidos lo hemos llevado en nuestros programas. No quiero dudar de las voluntades pero los hechos son como son y esa intención no se ha visto concretada en inversiones, en titulaciones, en servicios, en financiación, en verdadero desarrollo universitario para Huesca. Ni siquiera, señorías, conociendo la Universidad que teníamos que debatir esta iniciativa, ha movido pieza que nos pudiera justificar para no aceptarla, todo lo contrario. ¿Ingenieros agrónomos? Años de promesas, plan de estudio paralizado en la actualidad académicamente. Los escasos estudios que tiene Huesca están repetidos, y esto es muy grave, repetidos en Zaragoza o en Teruel, algo que nunca debió ocurrir en nuestra Universidad. Es abocarnos al fracaso y a la falta de alumnado.
¿Ésta es la planificación de nuestra Universidad actual? ¿Ésta es la apuesta por la calidad que aquí se ha pedido? Al tomar en consideración esta iniciativa, hay que decir bien alto que no se trata de oponer dos alternativas: descentralización frente a independencia. No es eso. Lo que en realidad estamos analizando son dos o tres modelos diferentes de Universidad para Aragón: por un lado, la Universidad de Zaragoza con delegaciones en otras ciudades; por otro, el modelo que ya han puesto en marcha en todas las comunidades autónomas con campus de universidades propias en sus principales poblaciones.
Existe el modelo -que se ha dicho aquí- vasco y también de la Universidad de Castilla-La Mancha. Pero, señorías, cuando se crearon esas universidades, ya en los estatutos se recogió que podría haber universidades en las otras ciudades con autonomía plena, y eso no lo recogen los estatutos de la Universidad de Zaragoza. Habría que cambiarlo para que eso fuera posible. Y eso no depende de estas Cortes, eso depende de la Universidad, y dudo que lo haga.
En esa dirección, precisamente, va el pacto de Gobierno del PAR-PSOE, en esa dirección, en una Universidad de Aragón con campus, con autonomía plena, etcétera. [Rumores.]

El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías.

La señora diputada COSTA VILLAMAYOR: Gracias, señor presidente.
Ése es el debate que estas Cortes de una vez debemos afrontar. Aragón recibió la transferencia de una Universidad centralizada, según el criterio que se venía aplicando desde el Gobierno de España durante muchas décadas. Desde que se asumió esta competencia, no se ha debatido en profundidad si ése es verdaderamente el modelo de Universidad que conviene a esta tierra. Insisto: ése es debate que estas Cortes tienen que afrontar ya.
De ahí que la iniciativa legislativa que hoy nos ocupa venga a servir de palanca, de impulso que la propia sociedad aragonesa nos trasmite para que, señorías, nos pongamos a trabajar en este importante ámbito por Aragón y por la propia Universidad. Este argumento bastaría por sí solo para apoyar la toma en consideración pero todavía añado otros.
Por ejemplo, tal vez haya quien alegue que las Cortes no pueden hacer dejación de su función legislativa aceptando un texto cerrado. La norma que encauza la iniciativa legislativa popular no pretende eso, al contrario: las aportaciones, alegaciones, estudios y análisis económicos serán necesidad, y entre todos podemos mejorar la propuesta y, especialmente, convertirla en criterio que podamos aplicar a Huesca y a Teruel.
Esta iniciativa nos invita al debate, ¿cómo rehusarlo! Deseo reconocer el trabajo de algunas personas que hoy nos acompañan y diré que no se puede dejar de considerar el esfuerzo de quienes, sin obligación de hacerlo, han promovido esta iniciativa, ni la voluntad de tantos miles que la han apoyado. Estas Cortes no pueden estar sordas.
Desde el PAR optamos por la coherencia con nuestras propuestas electorales y por mantener nuestros compromisos, y eso estoy haciendo en nombre de mi partido. En cualquier caso, sea cual fuere la votación, que va a ser negativa, esta iniciativa va a servir para poner en marcha una dinámica que transforme nuestra Universidad, y deseo que sea para mejor.
Finalmente, señorías, si, al votar nuestra iniciativa, se presentaran proyectos, estudios que avalaran el «no», lo entenderíamos. Pero no se puede decir el «no» por el «no». Por lo tanto, en resumen, en nombre del Partido Aragonés, anuncio que vamos a votar a favor de la toma en consideración de esta iniciativa para que estas Cortes abran un debate concreto sobre el futuro de Huesca, de Aragón, referente a su Universidad, con el mayor espíritu de colaboración, señorías, de colaboración y apertura al diálogo que seamos capaces de ejercer. Veintitrés mil firmas y Huesca nos obligan.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora diputada.
Se va a proceder a la votación. [Pausa.]
Señorías, procedemos a la votación.
¿Votos a favor de la toma en consideración? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? La iniciativa ha sido rechazada al obtener diez votos a favor, cincuenta y cinco en contra y ninguna abstención.
Se abre el turno de explicación de voto si los señores diputados quieren hacer uso del mismo.
¿Izquierda Unida?
¿Chunta?
Partido Aragonés, ¿explicación de voto?
Tiene la palabra la señora Costa para explicar el voto.

La señora diputada COSTA VILLAMAYOR [desde el escaño]: Hemos votado «sí» porque estas Cortes deben asumir la responsabilidad de diseñar la universidad aragonesa del próximo milenio y entrar a debatir esta iniciativa legislativa popular nos obligaba a hacerlo.
Sentimos que la votación haya sido negativa y desde el PAR, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 66 (Reglamento de la cámara), iniciaremos los trámites necesarios para la creación de una comisión especial para el estudio de la política universitaria en Aragón.
Los aragoneses, turolenses, oscenses y zaragozanos se lo merecen. Basta de defender y de hablar de descentralizaciones que nunca llegan.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, señor Franco, tiene la palabra.

El señor diputado FRANCO SANGIL [desde el escaño]: Señor presidente, muchas gracias.
Simplemente decir que, aunque nuestro grupo ha votado en contra de la iniciativa, estamos de acuerdo con el espíritu de esa misma iniciativa. Y recogemos, desde luego, el planteamiento que ha hecho la portavoz del Grupo del Partido Aragonés para iniciar inmediatamente la constitución de una comisión especial que defina clara y decididamente el modelo educativo universitario aragonés.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Franco.
Grupo Popular, señor Pérez.

El señor diputado PÉREZ VICENTE [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.
Nosotros simplemente decir que en Huesca se ha hablado mucho de titulaciones, de inversiones, de campus, pero nunca se ha debatido el modelo de universidad que queremos y, además, un modelo de universidad que sirva para varios años, para veinte, para treinta, para cuarenta, para cincuenta años, para lo que sea. Esto es lo importante y no el número de titulaciones que puedan existir en Huesca o en cualquier otro territorio de nuestra comunidad.
Pero que quede muy claro que nosotros no hemos votado «no» porque no, hemos votado «no» por una serie de razones, lo que no aceptamos es el «sí» porque sí. Y también lo que queremos es no sólo esa comisión especial que ahora se propone, sino que el planteamiento que hemos hecho desde la tribuna es que perfectamente consideramos que este Gobierno puede presentar en el plazo de un año como máximo un verdadero proyecto de ley donde se contemple perfectamente ese modelo universitario que queremos para todo nuestro territorio y, por lo tanto, para Huesca.
Y no voy a profundizar en anteriores gobiernos o en anteriores consejeros o consejeras que lo podían haber hecho y no lo hicieron. Nosotros, desde luego, desde el Partido Popular siempre hemos apostado por esa descentralización y hemos tomado decisiones y hemos aprobado situaciones que han ayudado y están ayudando a esa descentralización. Me voy a referir al acuerdo de ese Consejo Social, en el que el anterior consejero hizo una propuesta, que agradecimos en las tres capitales de provincia, las tres capitales de provincia tienen desde hace poco tiempo un miembro en el Consejo Social de la Universidad, cuestión que antes no ocurría, y estamos viendo -y yo paso todos los días por ahí- que hay una inversión aprobada y con licencia de mil millones de pesetas en la Politécnica de Huesca, que es también una decisión de ese Gobierno anterior.
Pero, repito, nuestro esfuerzo y nuestra colaboración para trabajar de la mano de todos ustedes, de todos y de todas ustedes, señorías, para que ese proyecto de ley contemple un verdadero modelo de Universidad para Aragón. Y, desde luego, evitaremos éste y otros posibles debates que se pudieran establecer en cualquier otro punto de la geografía aragonesa.
Muchas gracias, señor presidente.

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