Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Interpelaciones
Interpelación núm. 14/94, relativa a la política sobre prevención de incendios a realizar por la Diputación General de Aragón.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 099 de Plenos (III Legislatura)
Intervinienen: Calvo Lou, Valentin - Casas Mateo, Simon - Maestro Tejada, Jesus - Urbieta Gale, Jose
El señor Diputado CALVO LOU: Gracias, señor Presidente. Señorías.
Hemos mantenido esta interpelación, a pesar de que el pasado miércoles comparecieron los Consejeros de Agricultura y Medio Ambiente en la Comisión de Agricultura para informar sobre incendios forestales, porque entendemos que los incendios forestales y las consecuencias que les acompañan son de tal importancia que nos parecía que era bueno que conociera toda la cámara las medidas tomadas por la Diputación General de Aragón y, de ese modo, contribuir a sensibilizar la opinión pública sobre un fenómeno que todos los años calcina miles de hectáreas en toda España y, además, la posibilidad, que se nos presentaba, de presentar -valga la redundancia- una moción en función de la contestación del señor Consejero.
Un compañero, en relación con esta interpelación...
El señor PRESIDENTE: Ruego silencio y compostura, por favor.
El señor Diputado CALVO LOU: Gracias, Presidente.
Decía que un compañero, en relación con esta interpelación, me decía que debiera de haberla retirado, puesto que sólo iba a servir para lucirse el Consejero de Agricultura, pero a mí me parece que es bueno que un Consejero, si lo ha hecho bien, pueda lucirse, exponer sus proyectos, sus iniciativas y su buen hacer, en defensa de los intereses de los ciudadanos. Tal vez sea un poco como la repetición de la jugada: evidentemente, se ha perdido un poco de interés, pero son muchas las veces que en la repetición de la jugada se observan detalles que pasaron desapercibidos en el primer momento.
Tal vez el Consejero nos lea un largo informe sobre el incendio forestal producido en los términos municipales de Tramacastiel, Rubiales y otros el día 1 de junio de 1994, y probablemente a este informe sigan las medidas tomadas para la prevención de incendios en la temporada 1994, recalcando que son muy superiores a los tomados en 1993, y destacando la coordinación del sistema de incendios, el plan forestal de Aragón, los planes comarcales de incendios, la dotación de material de incendios a los municipios, los convenios con las diputaciones provinciales, la brigada rápida con base en Daroca, las inversiones en caminos, la información meteorológica, etcétera, etcétera. Todo ello será un rosario de medidas que nos parecen oportunas y que tal vez permitan al Consejero lucirse, pero hay un pero: algunas de esas medidas van a entrar en funcionamiento el 25 de junio, y otras, el 1 de julio, es decir, nos llega la medicina cuando el enfermo está muerto. Es seguro que esta medicina nos servirá para otros enfermos, ¡qué duda cabe!, pero va a ser un triste consuelo para aquellos que han perdido su patrimonio forestal, la belleza de algunos bosques centenarios, la riqueza cinegética, los pastos que alimentaban sus rebaños, las cortas de madera que sufragaban los gastos esenciales de su administración, y la ilusión de unos vecinos a los que ya nada les queda, salvo, tal vez, emigrar como tantos otros que les precedieron, contribuyendo a desertizar la provincia de Teruel, que tal vez sea eso lo que se pretende a la vista de las actuaciones de la Administración.
Estas medidas llegan tarde, y de eso es culpable su consejería, y usted, señor Casas, como responsable del Departamento, es también culpable, siento decirlo tan crudamente, pero así es la realidad. Es cierto que las condiciones meteorológicas, en cierto modo, son imprevisibles, pero por ello precisamente se toman las medidas de previsión. La sequía que soporta la provincia de Teruel desde hace varios años -este año en mayor medida- y la ola de calor de finales de mayo eran datos objetivos, medibles, que debería haber puesto en estado de alerta a la Administración, como lo estaban en otras comunidades.
En una reunión celebrada en el Ministerio de Agricultura con participación de todas las comunidades autónomas y el Icona, las comunidades autónomas de Valencia, Cataluña y Baleares pidieron que debido a la climatología de este año, en vez de empezar la campaña de apoyo con medios aéreos el 15 de junio, se empezara el 15 de mayo. En la comparecencia del miércoles, el señor Consejero, no conocía con detalle cuál había sido la postura de Aragón; para nosotros, eso ya nos parece una omisión culpable. Comunidades vecinas con el mismo riesgo de incendios que Aragón, o tal vez menor, ya adelantaban y solicitaban de la Administración central la puesta en marcha de sus dispositivos para la prevención de incendios, y gracias a esa previsión de nuestros vecinos manifestada en una ayuda exhaustiva, se pudo controlar un incendio que pudo poner en llamas toda la Sierra de Albarracín. Pero es que, además, ustedes sí que tomaban medidas para que las cumplieran -evidentemente, los demás-, pero que a la vista de lo sucedido, a ustedes no les afectaban.
El 15 de abril de 1994, se publicó la Orden de 4 de abril sobre prevención y extinción de incendios forestales para la campaña 1994-1995, en la que declara la época de peligro de incendios forestales y en la que se advierte que las fechas se podrán modificar si las circunstancias meteorológica lo aconsejan. Pues bien, las circunstancias lo aconsejaban, pero no a la Administración. ¿No es esto transferir la responsabilidad a los demás? ¿Acaso no es la Administración, como responsable máximo, la primera que debe de dar ejemplo, poniendo en marcha todo el dispositivo en el momento que las circunstancias meteorológica lo aconsejen? No fue así. Y la omisión, omisión culpable, es responsabilidad del Departamento, que ocultó con comunicados sesgados que ofenden la sensibilidad de la comarca y que evalúan en cincuenta millones de pesetas los daños producidos en la comarca. ¿De verdad, señor Consejero, que todas las pérdidas ocasionadas en Tramacastiel y Rubiales se solucionan con cincuenta millones de pesetas?
Dice también que no entiende las acciones reivindicativas en demanda de un helicóptero contra incendios. ¿Qué entiende pues? ¿Qué sentido de la responsabilidad tiene si ni siquiera entiende que los vecinos soliciten medidas para prevenir los incendios? Pero hay algo más que no se entiende, y no le entiende la opinión pública en general y, muy particularmente, la zona afectada, y es que un incendio que había producido desde el punto de vista ecológico un daño inmenso, en una superficie superior, según datos oficiales, a dos mil hectáreas, no haya tenido un tratamiento de alerta a la opinión pública que se produce cuando se construye una carretera, un embalse, un canal, un túnel o, simplemente, unas pistas de esquí, que apenas afectan unas pocas hectáreas. No se entiende, o se entiende demasiado bien, según se mire.
Señor Consejero, creo que le he dado razones suficientes para la repetición de la jugada: podrá demostrarnos si estaba o no estaba en fuera de juego, podrá informar sobre la política general de prevención de incendios, que ojalá no haya necesidad de comprobar su idoneidad, pero sobre todo, podrá informar del por qué de la falta de previsión el 1 de junio de 1994 en la Provincia de Teruel.
Nada más, y muchas gracias.
El señor Vicepresidente Primero (LACLETA PABLO): Muchas gracias.
Señor Consejero, respuesta durante diez minutos.
El señor Consejero de Agricultura, Ganadería y Montes (CASAS MATEO): Muchas gracias, señor Presidente.
Bueno, la verdad es que usted parece quererme dar la oportunidad para lucirme y, luego, ya me quiere quitar la posibilidad de lucimiento, porque ha explicado en su primera parte de intervención todas las medidas novedosas, que es una buena lista, medidas novedosas que el plan de defensa de incendios tiene previsto para 1994.
Yo creo que ha sido suficientemente tratado, tanto en las Cortes como en los medios de comunicación, como en reuniones con los alcaldes de la zona afectada, este tema exactamente del incendio de Albarracín.
Yo creo que no es bueno, no es bueno, aunque es aceptable y es legítimo, intentar que cada Grupo político en tema tan delicado como son los incendios forestales pues quieran no solamente poner de manifiesto las carencias de los demás, sino sacar algún beneficio político en la propia zona, si es posible, en la provincia de Teruel... ¡Si a tanto llegamos! Yo creo sinceramente que la política de prevención y extinción de incendios forestales, y sobre todo el hecho de que se produzca un incendio de estas características, no tiene que ser en absoluto ocasión para intentar sacar ese aprovechamiento político que me imagino tendrá su culminación en la presentación de las mociones dimanantes de la interpelación, donde me imagino también que se plantearán medidas, se plantearán compensaciones, se plantearán cosas que quedan muy bien hacia las zonas, pero que nunca se establecieron antes cuando uno tenía la responsabilidad y cuando uno tenía el Gobierno. Pero eso parece ser que será lo de menos; lo bonito, lo interesante, es decir que determinado político no entiende la sensibilidad de los que piden determinada cosa, de que, bueno, una declaración sobre cincuenta millones se tergiverse, etcétera, etcétera.
Entendiendo las razones de su señoría en ese sentido y la necesidad que todos los grupos políticos en un momento determinado tienen de levantar alguna situación que puedan tener en contra, entendiéndolo así.
Voy a pasar a concretar algunas de las cuestiones que a su señoría le preocupan. Creo que la información que di anteayer en la Comisión Agraria fue completa; la completaremos por escrito a lo largo de la mañana, con la remisión a todos los Grupos Parlamentarios de lo que es el documento-resumen, perdón, no resumen, porque es el global del plan de defensa contra incendios forestales y la memoria del noventa y tres.
El plan de defensa para el año noventa y cuatro es un documento amplio que hace un análisis de la situación anterior, de todas las medidas, donde su señoría tendrá relacionadas, una por una, tanto las novedades como lo tradicional, los medios la ubicación, las causas de los incendios, el procedimiento operativo, las fases de alerta, las fases de extinción, en fin, yo creo que es un documento muy completo y que, tal vez -eso sí que le puedo decir-, podía haberse presentado antes a los Grupos Parlamentarios, aunque también los Grupos Parlamentarios tenían la posibilidad de solicitarlo. En todo caso, yo, desde mi anterior puesto de portavoz de agricultura del PSOE, nunca recuerdo haber recibido el plan del año, pero bueno, tal vez sea un problema de memoria mía, pero, en todo caso, creo que es sano y es conveniente que todos los grupos políticos dispongan de este documento.
Yo creo que no es bueno -como decía antes- dramatizar, dramatizar una situación que, al fin y al cabo, es repetitiva, porque, señoría, el incendio de la sierra de Albarracín se produjo el día 1 de junio, y ahora se dice que el día 30 de mayo debería haberse puesto en marcha el plan de prevención y de extinción. Si se hubiera producido el día 23 de diciembre, como se produjo un incendio en Saldón, que, afortunadamente, pudo ser controlado, en unas condiciones también adversas de sequía y de viento, pues, probablemente, estaríamos hablando de que el plan de extinción y de defensa de incendios habría que alargarlo durante todo el año.
Yo creo que en el ámbito político hay que distinguir dos cuestiones: una, la cuestión técnica, estrictamente técnica, donde los servicios técnicos, los departamentos, con su análisis de la situación, tanto anterior como posterior, hacen un planteamiento de campaña, que es el planteamiento que figura en los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma, y que en base a ese planteamiento, yo creo que es normal que el que dirige en un momento determinado un Departamento tenga que hacer caso, porque, si no, de alguna manera, estaría deslegitimando todo lo que los técnicos le están recomendando, y en ese sentido se ha actuado en principio.
Yo reitero también que la variación de las condiciones climatológicas desde primeros de abril y hasta el mes de junio, siendo que es la época de mayor pluviometría en Aragón tradicionalmente y teniendo en cuenta que la estadística de incendios hasta esa fecha, nunca, nunca había dado un incendio del tamaño y de las características que se produjo en la sierra de Albarracín el día 1 de junio, pues no parecía en principio, a primeros de abril, recomendar que eso se pudiera poner en marcha.
Le podría reiterar también todas las dificultades de tipo presupuestario, de cómo está la Ley de Presupuestos, de cómo existen determinadas dificultades de prórroga de aportaciones económicas para el plan. Yo he dicho, y lo manifiesto, que una de las intenciones del Gobierno será que en los próximos presupuestos la partida de incendios forestales tenga una prórroga automática, para que estas cuestiones no se vuelvan a producir, las dificultades -digamos- de tipo económico, con la Intervención.
Igualmente, podríamos hablar de la posibilidad -también habrá que valorar que las condiciones laborales están cambiando- de ir profesionalizando cada día más los retenes de incendios, de tal manera que si pudiésemos llegar, finalmente, a la contratación como fijos discontinuos, nos permitiera hacer una contratación inmediata en épocas de peligro puntual que se puedan producir a lo largo del año, etcétera, etcétera.
Sería prolijo, realmente, relatar toda la cantidad de medios, su distribución, tanto de la administración de la Comunidad Autónoma como de otras administraciones, la coordinación existente en relación con lo que se ha definido en las directrices de la ponencia de incendios forestales constituida en el seno del Servicio de Protección Civil de Aragón. Todo esto se ha reiterado en la Comisión; su señoría lo conoce, y, probablemente, sólo por cumplir lo que usted ha anunciado que voy a decir, pues voy a relatar un poco, rápidamente, las medidas, las novedades que tiene el plan de incendios de esta campaña.
Efectivamente, ya responde el planteamiento de la campaña a lo que se ha acordado en las reuniones de la ponencia técnica sobre incendios forestales dentro de la comisión del Servicio de Protección Civil. Efectivamente, se han contratado los planes comarcales de incendios, documento estratégico para que cada comarca de Aragón tenga un plan directriz, de manera que ante una emergencia podamos saber cuál tiene que ser la actuación de cada elemento; dónde están los elementos de extinción, los elementos de ayuda, en el sentido de cortafuegos, de balsas para carga de agua; con qué efectivos se cuenta en los diferentes ayuntamientos; con qué efectivos cuenta la Diputación, dónde están localizados, etcétera, etcétera; cuáles son las zonas de masa con más peligro de ignición... Unos documentos que, como digo, permiten aproximarse a la realidad comarcal y que en Aragón estaban por completar en bastantes comarcas.
El gran documento del plan forestal de Aragón es otra de las medidas que este año salen a contratación; seguramente, habrá que efectuarlo durante varios ejercicios porque es un documento complejo, pero ya está dotado con cuarenta millones en el presupuesto de este año.
El nuevo plan de dotación de equipos de protección personal a los ayuntamientos próximos a las zonas de mayor riesgo y de mayor valor ecológico se ha iniciado este año con la compra, inicialmente, de ciento veinte equipos completos de protección personal y su distribución en depósitos en los ayuntamientos.
Como usted también ha dicho, los convenios con las diputaciones provinciales, con dotación económica, la brigada de intervención rápida contra incendios forestales que el Icona, en colaboración con la Diputación General de Aragón, con la aportación económica de cien millones del Icona, que es el coste anual, y de treinta y algún millones de pesetas que la Diputación General de Aragón ha puesto en la preparación de la base, es una novedad importantísima, porque son cuarenta y ocho personas en un helicóptero de transporte de gran capacidad y que nos puede proteger desde ahí, con reacción inmediata, las zonas de mayor valor forestal, si exceptuamos la parte del Pirineo, digo de reacción inmediata porque el Pirineo, por supuesto, está dentro del ámbito de protección, porque puede llegar inmediatamente hasta el Moncayo, por la parte norte, y hasta la sierra de Albarracín, por la parte sur.
En la dotación de medios a grupos de voluntarios se ha efectuado una mejora en los sistemas de comunicaciones. Se pasa de un gasto de sesenta y algún millón de pesetas a noventa y seis millones en la adquisición de mejores helicópteros, dos helicópteros propios de la Diputación General, que completarán la labor del helicóptero que, pilotado por la Guardia Civil, tiene su base en Monflorite, y la mejora del hidroavión ubicado en Zaragoza.
Dado que la labor de prevención, al menos en presupuesto, no pudo llevarse a cabo, el gran plan de prevención de incendios hacia el futuro, que era el plan de mejora de las masas arboladas de Aragón, todas las actuaciones en mejora de áreas de cortafuegos, limpieza y clareo de zonas de repoblación, ha sufrido un recorte importante, pero a lo largo del año, aun con todo, hay un cierto incremento con respecto a la dotación de ejercicios anteriores.
Y si su señoría considera que deberíamos entrar a una pormenorización de los medios exactos y localizados de que va a disponer la Diputación General de Aragón, me lo puede hacer saber, incluso desde el escaño, asintiendo o no; se lo digo porque es una buena oportunidad. ¿Está de acuerdo? Pues vamos a pormenorizar, con permiso de la Presidencia, una ampliación que me solicita el Diputado. ¿No? De acuerdo, pues. Ya le he anunciado que dentro de pocas horas va a disponer usted de la memoria del noventa y tres y del plan de defensa del noventa y cuatro, donde está pormenorizado todo.
Quiero aclarar, simplemente ya, algunas de las cuestiones a las que usted ha hecho referencia. Desde luego, este Consejero en absoluto pretende desertizar; yo pienso que dentro de los objetivos tampoco está el eliminar los desiertos, por cuanto tengan su valor ecológico, pero no, desde luego, desertizar Aragón, y mucho menos la provincia de Teruel. Uno de los objetivos fundamentales de este Consejero, cuando presenté el programa de actuación del Departamento, fue la preocupación por el desequilibrio territorial, y en aquel momento ya dije que el desequilibrio territorial y la despoblación tiene un elemento en el medio natural y en la política forestal que puede conjugar dos objetivos importantes: la protección y mejora de los bosques y las masas arboladas, con la permanencia de un segmento de población activo en nuestras zonas rurales -uno de los objetivos del plan de mejora de las masas arboladas de Aragón era ése-; facilitar la llegada de un complemento de rentas a las explotaciones menos viables de esas zonas en peligro de desertización que, normalmente, coinciden con zonas de amplia dotación de masas arboladas, pero parece que tampoco fue entendido en ese sentido. Por consiguiente, al contrario, más bien el Consejero intentaba hacer una política de prevención, a medio plazo, de los incendios, a la vez que pretendía que la población asentada en esas zonas tuviera un medio más de vida, como pago a la contribución, al valor que para todos los aragoneses y la sociedad aragonesa en general tiene esa riqueza que ellos han conservado y han cuidado y de la que han sacado también sus recursos hasta ahora.
En la reunión del Ministerio de Agricultura, efectivamente, he consultado. Yo le anuncié que tenía conocimiento de que alguien del Departamento debía asistir; efectivamente, asistieron del Departamento, y las Comunidades de Valencia y Cataluña lo que pidieron es que se ubicara en los medios, en las zonas de más peligro, zonas de más peligro que realmente coinciden con un Levante español, que a nivel de peligro de incendios forestales cada vez se amplía más hacia la zona continental por la parte oriental de Aragón. Parece razonable, efectivamente, que en aquellas comunidades donde los incendios han sido la plaga más devastadora que han tenido sus montes, según la estadística nacional, que han sido las comunidades con más hectáreas quemadas, se priorice la ubicación en ese punto. Por supuesto que el representante de Aragón estuvo de acuerdo, y estuvo de acuerdo también con la promesa del Ministerio de Agricultura de que no porque empezara antes o después la campaña iba a carecerse de los medios necesarios, como así se ha demostrado. En todos los incendios que hemos tenido en Aragón, hemos tenido un magnífico apoyo de los medios aéreos del Icona.
En cuanto a la valoración de cincuenta millones que yo, en determinada rueda de prensa en Teruel, con la premura de la necesidad de información y ante las preguntas de los informadores, efectúo, se corresponde a una conversación previa con los técnicos, donde la valoración que se hace en ese momento, en previsión de que se pregunte por el valor de la madera, el valor de la madera quemada -no el valor ecológico, ni el valor ambiental, ni otro tipo de valores-, se me transmite que puede estar en ese orden; incluso, si me dan cifras menores, que yo hubiera dicho, probablemente, hubiera sido causa de mayor ataque, en este caso, a la valoración del Consejero, y hablamos de valoración estricta, de metros cúbicos y de peso, no hablamos, por supuesto, de los incalculables -como se ha dicho siempre y, efectivamente, así es- valores ecológicos y valores socioeconómicos.
Claro que entiendo las demandas de un helicóptero, por supuesto que las entiendo; y que haya siete mil, y que haya diez mil y que haya veinte mil firmas, también lo entiendo perfectamente, pero ¿esa demanda se efectúa teniendo conocimiento de las nuevas posibilidades que tiene el Departamento de atención a la sierra de Albarracín con los medios en contratación de este año, o no? No. Esa demanda se efectúa en base a que está dolida, como estamos dolidos todos, pero, básicamente, la zona está dolida, la parte oriental de Aragón está dolida; determinados alcaldes hacen determinadas declaraciones, y me parece legítimo que cualquier ciudadano, en ese momento, pues quiera que se ponga un helicóptero en esa zona. Si yo plantease en este momento la alternativa de que el de Daroca va a cubrir perfectamente la zona, y el helicóptero de Montalbán y el helicóptero de Ejea, la contratación de las trescientas horas tenemos previsto que se completen a lo largo del año siguiente, es decir, desde el 29 de septiembre hasta junio del año siguiente, sumando cincuenta horas más.
Está claro que tenemos un servicio de helicóptero más permanente, durante más tiempo, y si encima podemos hablar de que esos veintiséis millones de pesetas que puede suponer la contratación del helicóptero durante dos meses, un pequeño helicóptero de vigilancia durante dos meses, de que esos recursos puedan ir destinados a acciones de prevención también y de infraestructuras para la prevención, pues me parece que la firma concreta del ciudadano se puede tomar con más o menos -pero yo creo que con más- garantía de que esa firma no es una simple demanda, que no cuesta nada el poner la firma en un documento y, por supuesto, yo también he estado tentado de pedirlo como ciudadano, porque lo he tenido delante de la mesa del bar al que voy los fines de semana en el pueblo de Cella. Entiendo perfectamente la posibilidad de hacerlo.
Pero creo que no es así cómo debemos reaccionar, sino analizar toda la situación. En ese sentido, yo no me niego en absoluto a que las demandas de los ciudadanos se estudien y se vea la racionalidad, pero ya le avanzo que en los estudios previos que hemos efectuado, teniendo en cuenta la nueva distribución de helicópteros, las nuevas posibilidades de actuación de estos helicópteros, veo que ese dinero podía tener una utilidad mayor en otras acciones.
Y también creo que lo que está demandando la zona es una mayor cercanía de la Administración autonómica, en cuanto a la solución de los problemas generales del desarrollo de la zona, y no una acción puntual, que hoy llega y mañana se va y que puede contentar a unos firmantes y puede tener determinada rentabilidad política para el que reclama que se cumpla, pero que, al fin y al cabo, no es cosa más que de unos meses y no nos garantiza que esa zona salga de ahí, con esa medida, mucho mejor de cara a su desarrollo futuro.
Indudablemente, tendremos que asumir las responsabilidades dentro del plan de incendios, su cumplimiento o no cumplimiento, su efectividad o no, pero ésa es la obligación de este Consejero. En todo caso, sí que le puedo garantizar, y lo reitero, que la cantidad de medidas nuevas añadidas que se han tomado, unido a ese incremento presupuestario sobre mil millones de pesetas, sobre un presupuesto anterior de setecientos millones de pesetas, es importante, y creo que la voluntad se ha visto en todo caso.
No he venido aquí a luchar contra los elementos, solamente contra los elementos descontrolados, sino a imprimir una racionalidad de inversión, una racionalidad de posibilidades de actuación, y a unificar, si es posible, todos los medios de la Comunidad Autónoma lo máximo que podamos en un proceso gradual y a ofrecer la colaboración para el desarrollo, y no, desde luego, para la desertización de la provincia de Teruel.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Casas.
¿Réplica del interpelante?
El señor Diputado CALVO LOU: Gracias, señor Presidente.
Señor Casas, ha hecho usted algunas manifestaciones que creo que debo responderle, porque, en primer lugar, no se ajustan a la verdad desde mi punto de vista. Ha dicho que yo estaba aprovechando este incendio para atacarle; en absoluto es mi intención atacarle. Sí es mi intención criticarle, que es una palabra evidentemente muy distinta y la que todo político tiene que estar dispuesto a asumir, pero en absoluto atacarle, téngalo usted en cuenta, que en absoluto ésa era mi intención; ahora, criticarle, sí. Y criticarle no por lo que nos ha hablado del futuro, que ya en mi intervención anterior he dicho que era muy positivo, y que ojalá no tengamos que comprobarlo, sino sobre todo del pasado.
Ha tratado también de desvirtuar mi intervención hablando de un supuesto beneficio político, pero es que cuando la Administración comete actos o improvisaciones que conducen a que la opinión pública y nuestras gentes se produzcan daños en ellos, nunca podríamos entonces hacer intervenciones para criticar a la Administración, porque siempre, siempre ésta puede decirnos que tendrían un beneficio político. En absoluto van por ahí tampoco los tiros, señor Casas. Todo lo contrario: nuestros tiros van exclusivamente a poner de manifiesto una situación que se produjo en la provincia de Teruel y que ha sido el mayor desastre que ha habido en esta provincia durante los últimos años, por lo menos que yo recuerde, y ya llevo muchísimos en Teruel.
Usted nos ha dicho que entendía el tema de que se pidiera un helicóptero. Yo no me invento nada. Mire usted, domingo 12 de junio 1994, Diario de Teruel: "El Consejero de Agricultura no entiende acciones reivindicativas". Y en cuanto a esa conversación a la que ha hecho usted mención sobre una conversación informal, donde las pérdidas se estimaban en cincuenta millones de pesetas, además de una conversación informal, está contenida en el documento 1686/94, de la Dirección de Comunicación e Imagen del Gobierno de Aragón, donde se dice textualmente: "Las pérdidas de material evaluadas por los técnicos se estiman en cincuenta millones de pesetas, en cuanto al valor de la madera, con el consiguiente peligro de erosión". Estas mismas fuentes han indicado que la especie arbórea quemada es pino rodeno, un pino alto y adulto, pero de escaso valor ecológico; el incendio no ha llegado a una zona de sabinas que era lo que se temía. Precisamente, según mis informaciones, informaciones además in situ, sí que ha llegado a zonas de sabinas, sí que ha llegado.
Tampoco ha afectado a la zona turística de la serranía de Albarracín; efectivamente, como que el incendio, a pesar de los pesares y que siempre se está nombrando en la sierra de Albarracín, no se produjo en la sierra de Albarracín, sino que se produjo en el término de Tramacastiel y prácticamente en las estribaciones también de la sierra de Javalambre, porque es precisamente el río Turia junto a donde está Tramacastiel, donde se produjo el incendio, es decir, en la divisoria que marca las estribaciones de la sierra de Javalambre con la sierra de Albarracín. También se podría haber hecho uso de la sierra de Javalambre para poner de manifiesto la falta de medios que ustedes habían puesto en este incendio.
No parece importarles excesivamente la calcinación de cerca de cuatro mil hectáreas de pino, porque ustedes en sus comunicados han puesto de manifiesto que esta superficie solamente afectaba a dos mil hectáreas, cuando desde los pueblos afectados esa superficie ha sido prácticamente multiplicada por dos. No parece tampoco una defensa muy positiva el que ustedes pongan como ejemplo el incendio de Saldón ocurrido en el mes de diciembre, y de ahí deducir que todo el año tendrían que estar en funcionamiento las brigadas de extinción, porque, evidentemente, las características que se pueden producir en la provincia de Teruel desde el mes de diciembre al mes de junio son tan enormemente desiguales que de ninguna forma justifica el poner el incendio de Saldón como excusa, de no tener previsto el uno de junio los medios suficientes para apagar el incendio de la provincia de Teruel. En el mes de diciembre, usted sabe muy bien que en Teruel se producen temperaturas hasta de ocho y diez grados bajo cero, y no digamos en Saldón; en cambio, en junio, esas temperaturas se pueden multiplicar positivamente por dos.
Mire usted, el incendio -y esto, aunque no lo ha dicho hoy, lo dijo el otro día en Comisión-, se produjo el 31 de mayo y fue provocado, según toda la información, por una tormenta seca, pero no fue avistado hasta las dos y veinte de la tarde por el alcalde de Tramacastiel, cuando las columnas de humo eran lo suficientemente altas para que la línea del horizonte rebasara los montes que enmarcan el valle donde se asienta el pueblo, cuando el fuego era de tales proporciones que era absolutamente incontenible. Suponiendo, fíjese usted, que el incendio se hubiese producido a las doce de la noche, es decir, a la última hora del día 31, habrían pasado como mínimo catorce horas, señor Consejero, catorce horas hasta que fue avistado. ¿No le parece eso poca improvisación? ¿Y qué tenían ustedes para controlar el fuego? ¿Qué tenía el Gobierno de Aragón? Pues, exactamente, dos motobombas; ni torres de vigilancia ni retenes. Tuvieron que ser brigadas de Alicante, Valencia, Castellón y hasta de Tarragona las que tuvieron que acudir a apagar el incendio, es decir, los que sí habían tomado medidas a la vista de la situación meteorológica. Y mientras tanto, ¿qué hacían ustedes? Redactar algún parte para minimizar los efectos y justificar su improvisación.
Hoy nos presenta un plan mejor que los presentados por anteriores gobiernos; evidentemente, a medida que pasa el tiempo las dotaciones van mejorando. Pero no nos dice si esos mejores medios con que usted va a estar dotado van a ser mejor gestionados, porque la cuestión no es tanto tener medios como saber gestionarlos, y usted no ha demostrado en esta ocasión, por lo menos, haber gestionado.
Yo creo, señor Casas, que a la vista de esta situación y de otras de su Departamento, a usted cabría pedirle responsabilidades políticas. Permítame, pues, que le dé un consejo por bien del Gobierno del señor Marco, que está pasando una grave crisis de su propio partido y, sobre todo, de Aragón: por el bien de la agricultura, de los montes de esta querida tierra aragonesa, plantéese usted la cuestión de dimitir.
Nada más, y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Calvo.
Dúplica del señor Consejero.
El señor Consejero de Agricultura, Ganadería y Montes (CASAS MATEO): Gracias, señor Presidente.
Menos mal que usted no iba a sacar rentabilidad política del incendio, porque si llega a intentar sacar rentabilidad política del incendio, supongo que hubiera pedido la dimisión del Presidente González, que también tiene facultad en el tema de control de medios aéreos, porque esto es responsabilidad del Icona. En todo caso, ya le tranquilizo, que no estoy dispuesto a dimitir por esto, desde luego.
Mire, usted dice cosas como que ha sido la mayor catástrofe de la historia. Usted, ¿cuántas interpelaciones hizo cuando, por ejemplo, un incendio calcinó mil ochocientas cincuenta y dos hectáreas de pino silvestre y otras especies el 18 del ocho del noventa y uno en plena campaña? ¿O cuando otro incendio calcinó mil ochocientas treinta y seis hectáreas -estoy hablando del ámbito de Aragón- el 29 del ocho del noventa y uno, de pino laricio, pino rodeno y encina? Por consiguiente, una masa de gran valor. ¿O qué dijo usted de la crisis ecológica del problema ecológico, cuando el incendio que arrasó en la provincia de Teruel el nueve del ocho del noventa y tres, también en plena campaña, mil quinientas cincuenta hectáreas? ¿Es que los vecinos de Abejuela...? ¿Es que el desastre ecológico de aquellos años...? ¿Es que Aragón no era lo que es hoy? ¿Es que la defensa de estos valores...? ¿Es que la dimisión de los consejeros solamente se plantean cuando le interesa a uno? No es serio, no es serio. Yo creo que no se puede sacar la leña quemada para utilizarla, para hacer negocio, y tampoco es bueno sacar astillas políticas de los incendios hasta esos niveles.
Claro que tiene usted la facultad y el derecho -y en ese sentido no tengo nada que decirle- de venir aquí, de criticar a este Consejero y de intentar estimular al Gobierno, por supuesto, para intentar solucionar estos temas que a todos nos afectan, y en los que todos tenemos competencia, sobre los que todos tenemos competencia de alguna manera, desde los ayuntamientos, y, por delegación, las diputaciones, delegación tal vez no expresa del Gobierno de Aragón, y el Gobierno central.
Lo de Abejuela fue muy grave. Yo no he visto que el PAR hiciera una crítica en aquel momento de este nivel, ni una interpelación de este nivel, pero bueno, allá cada uno, ya lo entiende por qué; desde luego, no me va a tener que explicar usted por qué no lo hizo entonces.
Yo dije que, efectivamente, no entiendo acciones reivindicativas, pero siga usted leyendo, siga usted leyendo, porque eso es una argucia de primero de políticas, pero en segundo, eso ya no se hace. Ahí dice: "acciones reivindicativas sin previa petición de diálogo"; o sea, si mañana se dice: vamos a hacer una manifestación en determinada población para reivindicar no sé qué... ¡Oiga!, pues primero usted hable con el señor que se lo puede solucionar y luego manifiéstese usted a favor o en contra de la solución que le pueda permitir. En ese sentido, no entiendo las acciones reivindicativas; si lo mirara desde otros puntos de vista, ¡claro que lo entiendo!, ¡claro que lo entiendo desde otros puntos de vista!
Hombre, yo también le agradezco la alabanza que hace usted a la labor de planificación y a la previsión del plan para este año; ahí sí que, lógicamente, hemos tenido un punto de encuentro, que no esperaba, y en ese sentido, también se lo reconozco a usted y se lo agradezco.
Yo creo que no es un tema estricto de falta de medios, es un tema, como todo en la naturaleza, de variabilidad, de que no se puede estar preparado para todo siempre, porque el coste de estar preparado para todo siempre sería en principio inasumible, y hay que tomar decisiones, y todas las decisiones tienen un riesgo, ¡claro que lo tienen! Pero todos estos incendios que le he dicho a su señoría se produjeron en época de activación del plan de incendios, los tremendos incendios de Aragón, que no son los más grandes, porque en Aragón, el mayor incendio son cuatro mil ciento ochenta y nueve hectáreas, y usted no puede venir aquí, no puede venir aquí apoyándose en los datos de la prensa diciendo que los alcaldes dicen que cuatro mil. Mire usted, los técnicos dicen que hay un mapa configurado, cuadriculado, en cuadrículas de cien hectáreas, y sumadas todas, suman veinte, y cuando suman veinte no suman cuarenta, y el término de Tramacastiel entero tiene cuatro mil hectáreas, y dadas las masas arboladas de Tramacastiel, todas, excluyendo Rubiales, excluyendo otros, fundamentalmente los dos pueblos que han tenido afección, todas las masas son mil novecientas hectáreas cuatro mil. Eso creo que es de la seriedad de la preparación de un debate de este nivel, y usted debería haberlo comprobado.
Naturalmente, dice usted que el incendio se produjo el 31 de mayo; efectivamente, puede ser, porque en la noche del 31 de mayo hubo unas tormentas secas, efectivamente, así es, pero la tipología de cómo, de cómo se produce un incendio a partir de un rayo, no es tan simple como que cae el rayo y empieza a arder el monte, ni mucho menos, ni mucho menos, puede quedar un fuego perfectamente oculto, perfectamente oculto a la vista, de no estar muy cerca, muy cerca estrictamente, o puede quedar larvado, incluso subterráneo. Y eso se reactiva en la medida que las condiciones meteorológicas del día siguiente lo facilitan.
Ya le comenté a su señoría que en aquel día tampoco, efectivamente, tampoco existía aún el servicio; a partir del día 15 de junio, el servicio meteorológico nos permite disponer a primeras horas de la mañana del parte de descargas eléctricas en Aragón en nuestros montes, y, por consiguiente, se puede hacer una alerta a las torres de vigilancia, una alerta en el momento que estén. El día 27 llega el primero de los helicópteros para hacer una pasada inicial y analizar si ya se ha producido el fuego correspondiente, que puede ser previsible por una descarga eléctrica.
Mire usted, en el incendio de Albarracín tuvimos la capacidad de movilizar todo lo posible, y movilizamos Cuenca, movilizamos el rincón de Ademuz, movilizamos Valencia, movilizamos al ejército, movilizamos todos los medios posibles de la Diputación de Zaragoza, de la Diputación de Teruel, del Icona, tuvimos la capacidad, y contratamos en ese momento medios... Como consecuencia lógica, podría hablarse de descoordinación, pero no señor, hubo coordinación, coordinación. En todo caso, nuestras brigadas, brigadas que en un momento determinado se forman cuando hay una emergencia, estuvieron colaborando con eficacia en el incendio de Peñagolosa, y el día que tengamos el helicóptero aquí, nuestro helicóptero se desplazará a una zona de Valencia si es necesario. Porque en este tema, yo creo que no tenemos que ver límites nunca, ni ponerle puertas al campo, límites provinciales o límites de Comunidad Autónoma. Lógicamente, aquellas comunidades donde los riesgos ses dan antes por la climatología, y desde siempre es mucho anterior ese riesgo, tienen una preparación previa, anterior; no sería lógico que Valencia empezará después que Aragón. Tenemos que plantearnos si, efectivamente, no todo, pero parte podemos movilizarlo antes. Y en ese sentido iban las medidas de flexibilización que yo anunciaba hacia la intervención.
Yo creo, pues, señoría, resumiendo, que no utilice este asunto; esto es una recomendación, claro, porque usted no pertenece a mi Grupo ni, por consiguiente, tiene que hacer ningún caso. La estrategia fácil de solicitar la dimisión de un Consejero por esta causa, aunque usted ha aludido a otras causas -me imagino, a la mala gestión generalizada de este Departamento-, que no es cosa de debatir hoy, y que yo, desde luego, no comparto, porque si algo se está haciendo en el Departamento de Agricultura es una buena labor de organización, de planificación y de gestión. Y los jefes de servicio, los jefes de sección y los funcionarios están trabajando, trabajando con ilusión, con ganas, porque -y no va contra nadie- se está reconociendo que se está haciendo una labor asentada, tal vez, y, sobre todo, en política forestal, sobre unas bases más firmes de las que tenían anteriormente. Los resultados, probablemente, algunos no los verán nunca, pero los de buena fe podrán empezar a verlos ya, y algunos ya los llevamos viendo, porque estamos más encima de ellos. Otra cosa es la facultad que tenga un Consejero para transmitir eso, o las ganas y la dedicación, y los recursos que quiera gastarse en esa dedicación de propaganda departamental.
Yo asumo la responsabilidad que tengo, pero, desde luego, mi responsabilidad en este caso, que desde el primer momento el Consejero estuvo al pie del incendio, que no es normal tampoco, que no es normal, y reconózcamelo usted, que así fue, no es normal que eso se produzca, y reconocido por los propios técnicos. En ese sentido, no tengo por qué asumir más responsabilidades que las de unirme a que cada vez esta política de prevención de incendios funcione mejor en Aragón y lamentar, efectivamente, que se haya producido este hecho, que a veces escapa de las posibilidades de un Consejero completo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Casas.
[El señor Diputado Calvo Lou, desde el escaño, pide la palabra por alusiones.]
El señor PRESIDENTE: Diga usted.
El señor Diputado CALVO LOU [desde el escaño]: Unicamente, poner de manifiesto que esos incendios que hubo en la provincia de Teruel y de los que ha hecho mención -bueno, en la provincia de Teruel y en todo Aragón-, efectivamente, fueron, y no habría a lo mejor posibilidad alguna de que no hubieran existido, pero lo que sí hubo en todo momento fueron los medios suficientes para poner en marcha el dispositivo para apagarlos, cosa que no se dio, desgraciadamente, en la provincia de Teruel.
En cuanto al previo diálogo al que ha hecho relación con los ayuntamientos, decirle que muchos ayuntamientos han sido los que han pedido a usted un previo diálogo, y ustedes ni tan siquiera les han contestado.
Nada más, y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: No he sido capaz de ver la alusión, pero en fin, conteste, señor Casas.
El señor Consejero de Agricultura, Ganadería y Montes (CASAS MATEO) [desde el escaño]: Desde luego, no entiendo la alusión por ningún lado.
Mire usted, en este incendio que es fuera de campaña, hombre, sólo faltaría que en pleno mes de agosto no existieran los medios; está en pleno vigor la campaña, y en este incendio se movilizaron más medios que en ningún incendio en la provincia de Teruel, y fuera de campaña y con rapidez, y con rapidez, y a mí no me consta, no me consta, que ninguna solicitud de diálogo de ningún ayuntamiento de la zona en base a este tema haya sido desatendida. Hemos mantenido varias reuniones, directamente el Consejero en Teruel y los jefes de servicio, continuamente, además.
Mucha gracias, señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Casas.
Han pedido intervenir dos Grupos.
Izquierda Unida, tiene la palabra.
El señor Diputado MAESTRO TEJADA: Señor Presidente. Señorías.
Hace muy pocos días, estábamos hablando sobre esta misma cuestión ante la Comisión de Agricultura y contábamos para ello, también, con la presencia del Consejero de Medio Ambiente, puesto que será el Consejero que verá transferidas sus competencias en un plazo ahora ya casi solamente de cinco meses, y que además es realmente a quien se le queman los montes, los espacios naturales, y, por lo tanto, no entiendo por qué vino el otro día a la Comisión y no está hoy en el Pleno.
Bien, salvada esta cuestión, yo quería decirle, señor Consejero, que, evidentemente, este incendio no ha sido un incendio cualquiera. Estamos hablando de uno de los incendios importantes, uno de los incendios importantes al nivel de lo que han sido otros de los grandes incendios, de los grandes desastres ecológicos en Aragón en años anteriores. Por lo tanto, sí que es una cuestión que habrá que analizar y que deberá hacernos reflexionar a todos, a ser posible en el sentido positivo, pero evitando -como intentaré ahora demostrar- que se haga oportunismo. Es decir, es buena la oportunidad para hablar del incendio, puesto que ha sido un incendio importante, que nos debe hacer reflexionar, pero no debe ser un momento para hacer oportunismo político.
Señor Consejero, se ha heredado evidentemente una situación -nuestro Grupo entiende que lamentable- en torno a lo que es toda la organización y la comprensión de lo que es el problema de los incendios forestales en Aragón. Fue la política del anterior Gobierno, del Partido Aragonés y del Partido Popular, reducir básicamente las actuaciones a una campaña de verano, que hemos visto, año tras año, cómo se manifiesta totalmente insuficiente. Hablábamos de que toda la actividad relacionada con los incendios forestales procede, principalmente, de la buena gestión que se haga de las masas forestales. Como esto hay que hacerlo a lo largo de todo el año, evidentemente, si no se hace bien, cuando viene el verano, si viene un verano seco -que eso no lo podremos evitar nunca-, pues depende de cómo estén los montes de combustible, arderán más o arderán menos, arderán más deprisa o más despacio.
Sobre los medios, decíamos el otro día en la Comisión que el presupuesto, gracias a la oportunidad de hablar de los incendios en esta cámara cada vez que han ocurrido, también en las comisiones, en la prensa, reuniones con agentes sociales y demás, han ido aumentando, y eso es bueno; ahora lo que hay que hacer es ver y comprobar que se están invirtiendo adecuadamente y que están sirviendo para el fin que se solicitaban.
Me gustaría saber, porque después de mí, seguramente vendrá el anterior Consejero de Agricultura, el señor Urbieta, si él nos podría decir qué medida se hubiera adoptado para que este incendio no hubiera sido como ha sido, si tiene la oportunidad de expresarnos en esta cámara, en este momento, qué hubiera hecho él con la campaña de incendios este año para que esto no hubiera ocurrido. Lo digo porque... No, me parece que lo importante es que avancemos, que avancemos en la resolución de los incendios forestales, no en ver quién tiene la culpa, sino quién tiene soluciones.
El Gobierno actual -voy a decirlo- no ha sido capaz de corregir esos defectos del anterior Gobierno en materia de prevención y extinción de incendios, y eso me parece grave, lo dije el otro día y hoy lo vuelvo a ratificar. Se han incrementado los presupuestos, todos hemos contribuido a ello, pero estamos viendo que se sigue, bueno, pues no dándole la importancia que tienen los temas de los incendios, aportando únicamente la buena voluntad, pero no se le quiere hincar el diente como se le debería de hincar a un problema que todos estamos de acuerdo en que es un tema muy grave, y que tal y como viene la climatología, pues va a ser cada vez más grave. Y tal y como viene la despoblación de nuestro medio rural, cada vez va a ser más grave, y que dado el bajo precio de la madera, pues cada vez el problema va a ser más grave, porque va a ser más costoso hacer gestión del monte, puesto que no se le saca una rentabilidad.
Por lo tanto, como vemos que el tema se va convirtiendo en cada vez más grave, habrá que adoptar nuevas decisiones, nuevas políticas, y por eso fue que nuestro Grupo propuso que estas competencias pasen a Medio Ambiente, para que se empezase a gestionar los montes, no desde el punto de vista económico exclusivamente, porque en Aragón no tienen una gran rentabilidad, y cada vez lo están teniendo menos, sino desde el punto de vista ecológico, medioambiental, de conservación de esos recursos naturales de lucha contra la erosión, de defensa de los valores naturales y de la flora y fauna silvestres.
En ese sentido, es por lo que nosotros propusimos que fuera Medio Ambiente el que adoptase estas nuevas competencias para reorientar la política de prevención y lucha contra los incendios, porque se ha visto que la que se hacía desde Agricultura no sirve, no sirve, porque ve el monte en metros cúbicos de madera, y yo me he tenido que escuchar de responsables que todavía están en activo en la lucha contra los incendios hablar de los metros cúbicos y del valor de lo que se estaba quemando y de lo poco que merecía la pena apagarlo, porque nos iba a costar más apagarlo que lo que valía realmente esa madera; eso me lo he tenido que escuchar yo de responsables de la lucha contra incendios, y eso es porque viene avalado por un política, en todo caso, del propio Departamento, que no se supo cortar en su momento, y yo creo que ahora, todavía, no se ha sabido cortar.
Y volvemos simplemente a hablar de los incendios, pues, eso, nos acordamos de santa Bárbara cuando truena y, lamentablemente, como ocurrió en Gobiernos anteriores: señor Consejero, no se preocupe, dentro de unos meses nadie se acordará de este terrible incendio, y no se lo refrotarán por la cara porque se olvidará, como se han olvidado los de otros años de igual o más grave situación de descoordinación. Por lo tanto, no se preocupe, que no pasa nada, simplemente le digo que si verdaderamente quiere que este problema se resuelva, debe de adoptarse otra postura, y yo le pediría -ya que no está el Consejero de Medio Ambiente hoy- que se coordinen lo más rápidamente posible para hacer el traspaso de competencias, y que el nuevo Consejero de Medio Ambiente sea capaz de imprimir una política distinta en la lucha contra los incendios.
Me gustaría ver, en todo caso, sobre el informe que nos pasó el otro día del incendio producido en la zona de los términos municipales de Rubiales, Tramacastiel y otros, el día 1 de junio, algunas percepciones erróneas que yo creo que ha habido. Se ha hablado de una difícil visibilidad, una visibilidad reducida a ocho kilómetros a las quince horas. Yo veo aquí que en los datos meteorológicos del observatorio de Teruel hay una explicación muy convincente que dice que el horario está en TMG, que son dos horas menos que las oficiales, la hora solar. Por lo tanto, a la hora que se supone se detectó el incendio, la visibilidad era mucho mayor, como dicen los datos del centro meteorológico; tienen que mirar ustedes la hora doce, que serían las cuatro, horas que llevamos todos en el reloj, pero son las doce horas solares, y a las doce horas solares había una visibilidad de veinte kilómetros. Y es más, a las quince horas solares, que serían las cinco de la tarde reales, había una visibilidad de ocho kilómetros, y dice, entre paréntesis, "reducida por el humo". Hombre, digo este dato porque, claro, se nos dice que las estaciones de vigilancia estaban a una distancia superior a los ocho kilómetros, con lo cual hubieran sido ineficaces. Las torres de vigilancia estaban todas ellas, menos una, la de Vall, en un radio inferior a los veinte kilómetros, con lo cual a las doce del mediodía, a las once de la mañana solares, a las diez, etcétera, había perfecta visibilidad para, desde allí, haber detectado el incendio.
Y, luego, el tema de las rachas de viento. Volvemos también a los datos que ofrece el propio centro meteorológico en Teruel: dice que a las doce horas solares, que serían las dos de la tarde de nuestro reloj, había una velocidad, en kilómetros por hora, de catorce kilómetros por hora, y bien es que dice que se registraron rachas entre cincuenta y setenta kilómetros por hora entre las trece y las dieciocho, y entiendo que son las mismas horas, las TMG horas solares; por lo tanto, serían ya muy posteriores a la propia declaración o el origen del incendio y, además, se entiende que son rachas, porque luego se van viendo los datos de que la velocidad media es bastante inferior. Lo que ocurre es que, evidentemente, por la hora del día, por las corrientes convectivas, se van produciendo rachas de viento fuertes de carácter momentáneo.
Bien, otro detalle que me ha llamado poderosamente la atención del informe es la escasa investigación o la escasa documentación que existe sobre el origen del incendio, puesto que todo lo que se dice es que puede presumirse que éste fue debido a que un rayo de la tormenta del día anterior provocó la ignición de algún material combustible del monte y, por lo tanto, difícilmente localizable. Quiere decir que eso de "puede presumirse", a mí, personalmente, no me sirve, porque yo quiero ver una investigación de que alguien ha tomado verdaderamente las suficientes muestras como para tener la suficiente garantía de que ha sido por un rayo y no intencionado o por otras causas. Vuelvo a lo que le decía el otro día en la Comisión: deben investigarse convenientemente cada uno de los incendios, pero adecuadamente, no solamente a ojo. El pasar por allí, ver una tormenta y decir que parece que ha tenido que ser un rayo o que puede presumirse, no es suficiente. Por lo tanto, pediremos más adelante cuáles han sido las investigaciones que se han realizado para aclarar el origen de este incendio.
Mire, yo le recomiendo, señor Consejero, que la buena voluntad, pues, bienvenida sea, y que es evidente que hay que hacer todo lo humanamente posible y que, aún así, seguramente, habrá incendios, pero debemos de implicar a todas las partes en cuestión para que cuando se nos queme algo, se nos queme a todos, y que cada uno apechugue también un poco con su responsabilidad, que no es exclusiva -como ya dije el otro día en la Comisión-, de la Diputación General de Aragón. Coordine una serie de medios, ponga en marcha las órdenes, los decretos de prevención, etcétera, pero los demás, propietarios particulares, propietarios públicos, ayuntamientos que tienen masas forestales, deben también comprometerse en la prevención y en la lucha contra los incendios, en dotarse de pólizas de seguros y en la contribución también con algunos medios propios en la extinción.
Yo quiero recordarles un detalle, sobre todo porque estamos hablando de la misma zona de Albarracín o de las zonas limítrofes, donde el año pasado hubo una gran discusión, una gran bronca, porque la orden de incendios prohibía tajantemente la realización de fuego en las zonas de barbacoa y en una serie de puntos todo el verano. Bien, los mismos alcaldes de esa zona fueron los que pidieron la retirada de aquello.
Y yo, simplemente, quiero recordar un detalle para que todos asumamos nuestra parte de responsabilidad. Mire, el artículo 2 de la orden corregida decía: "No obstante lo especificado en el artículo anterior, los alcaldes podrán otorgar autorizaciones para hacer uso del fuego en áreas recreativas con ocasión de celebraciones y fiestas tradicionales, o en aquellos lugares debidamente habilitados para ello, y siempre que, a juicio de la autoridad municipal, cuenten con medidas de prevención y vigilancia suficientes". Yo estuve ese verano en el parque cultural, en Albarracín; allí había barbacoas, era un día de viento, era un día de mucho calor, y yo pregunté dónde estaban los medios, quién era el responsable, y allí no había responsable municipal, y allí no había agua, allí no había batefuegos, allí no había de nada, y de allí se marchó la gente dejando fuegos encendidos, y si allí hubiera habido un incendio, lo que hubiéramos tenido que lamentar, en todo caso, es que era responsabilidad del alcalde o del ayuntamiento en cuestión que no puso los medios adecuados como decía la orden.
Por lo tanto, todos tenemos responsabilidad en esto, y cada uno debe de apechugar con la suya, porque, claro, ahora estamos hablando de éste porque se ha iniciado en otro lado, pero si se hubiera iniciado allí, estaríamos hablando de otras responsabilidades. Por lo tanto, lo que debemos de hacer es actuar correctamente y en coherencia con lo que decimos y pensamos, y no tanto en hacer ese oportunismo político que, de vez en cuando, se hace.
Ojo con la contratación de los helicópteros, porque ya estamos viendo lo que nos están costando, y para transporte son muy adecuados, y lo que hay que ver es si con los que tenemos son suficientes para hacer el transporte, porque, claro, hacer vigilancia con los helicópteros, bueno, todos sabemos el coste que tiene. Habrá que evaluar si es mejor que haya cuadrillas, más retenes, más personal de esos pueblos haciendo labores de vigilancia, y aquí me gustaría saber, señor Consejero, si los días desfavorables, los días de sequía, los días de altas temperaturas, existe una red de alerta que pone en marcha una especial vigilancia como ocurre en otras zonas del país y en las zonas de Francia, donde yo me he molestado en recorrer y en preguntar cómo se organizan y, sobre todo, los días de altas temperaturas se producen unas patrullas de vigilancia, ayudadas por vecinos, para intentar evitar fuegos incontrolados por algún tipo de incidente que pudiera dar origen a un incendio en un día de difícil control dadas las altas temperaturas o los fuertes vientos, y aquí no me consta que exista una red de alerta que los días de alto calor o de altos vientos tengamos preparada precisamente para poner en marcha.
Y acabo ya, señor Presidente, diciendo que no es malo -vuelvo a incidir en esta cuestión- el hablar de los incendios, el ir a los incendios; desde luego que es bueno ir a los incendios; yo también me he preocupado de ir a todos los que he podido, y he podido comprobar en mis carnes lo mal organizado que está el asunto, y se lo dije ya hace poco tiempo, en septiembre, que fue el último incendio, cuando se produjo la moción de censura, ese mismo día, y es verdad que el señor Consejero de Agricultura estaba en el incendio del Moncayo y que yo también estaba en el incendio del Moncayo y, seguramente, más gente estaba allí. Yo dije que aquel día había muchos problemas de coordinación, de falta de medios, de todo tipo de desastres de organización. No sé qué ha ocurrido desde entonces hasta ahora para que las cosas funcionen mejor, no sé lo que ha ocurrido. Yo no conozco más que el programa, pero el plan no lo conocemos todavía; vamos a ver qué es lo que ha ocurrido realmente. Yo, de momento, no tengo constancia de que se hayan introducido modificaciones sustanciales como para que estemos hablando de algo distinto; lo digo porque, además, a la vista está con el incendio que hoy nos ocupa.
Por lo tanto, pido a todos los Grupos Parlamentarios que nos preocupemos también de los incendios cuando no se producen, como es nuestra obligación, y lo digo porque ha habido iniciativas que nuestro Grupo ha tomado en momentos donde no era la temporada alta de incendios y han pasado bastante desapercibidas, sin pena ni gloria, y prácticamente sin contar con el apoyo del resto de los Grupos. Y les vuelvo a insistir: la campaña de incendios debe durar ya todo el año, porque las condiciones en las que se encuentra nuestro medio rural y el monte lo requiere, y, por lo tanto, debemos de empezar a trabajar ya en esa hipótesis y no solamente en que el problema sea del 1 de julio al 1 de septiembre.
Nada más. Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Maestro.
Representante del Grupo Popular.
El señor Diputado URBIETA GALE: Gracias, señor Presidente.
Señorías, volvemos a debatir el tema de incendios que se debatió en Comisión hace dos días, pero siempre hay novedades, y tampoco es malo recalcar algunas cuestiones que, a veces, parece que cuesta asimilarlas.
Como iniciación, un comentario: señor Consejero, algunos también debemos ser un tanto normales porque también hemos ido a los incendios. Señor Maestro, yo creo que usted tiene una cierta ansiedad conmigo, porque siempre me recuerda, y no solamente eso, sino que el ochenta por ciento de su exposición lo hace dirigiéndose a mí; estará anhelando que vuelva otra vez al cargo, no lo sé.
Ha hecho una pregunta: ¿qué hubiese hecho el Gobierno anterior...? Mire, señor Maestro, si ustedes no hubiesen apoyado la moción de censura el día 15 de septiembre y fuesen corresponsables con el Gobierno, como lo son en el Gobierno, como lo son en lo bueno y en lo malo, en todo, no solamente en lo bueno, también en lo malo, en esos momentos sabría lo que habríamos hecho, así de claro, ya lo sabría, porque estaríamos en el Gobierno.
Hay un filósofo francés que se apellida Thibon que tiene un libro que viene a cuento en estos días, que se titula Equilibrio y armonía, donde diferencia lo que es el equilibrio y la armonía. Equilibrio es mantener unas cosas contrapesadas, y se puede desestabilizar; la armonía dice que es como una orquesta, que cada instrumento emite un ruido, pero que, en conjunto, hacen una melodía. Y digo que viene a cuento en estos momentos. Le recomiendo que se lo lea, que además es muy interesante el contenido de ese libro, y alecciona mucho también a los señores de Izquierda Unida.
Bueno, pues mire, señor Casas, no emita usted sonidos estridentes, que luego no sabemos qué puede pasar, porque usted ha vuelto a hablar aquí del plan de mejora de las masas boscosas. Búsquese el Diario de Sesiones número 67, del 14 y 15 de septiembre del noventa y tres, de triste recuerdo para esta Comunidad aragonesa, fecha triste, y en la página 2069, su jefe, el señor Marco, habla del Plan del empleo rural, y está escrito; luego sea usted concordante, armónico, y hable del Plan de empleo rural que no nos hemos inventado la oposición, y no, ahora, del plan de mejora de masas boscosas.
A propósito de ello, le recuerdo, ya que lo menciona, que una pregunta para contestación escrita que le hice para que me enviase el cómo, el dónde, el cuándo se iba a desarrollar ese Plan de empleo rural -lo llamaré así, porque así lo llamó el actual Presidente de la Comunidad aragonesa-, no se dignó enviármela. Qué quería en los presupuestos, ¿un cheque en blanco? Me parece demasiado. Si tan convencido estaba de que eso podía funcionar y de que verdaderamente era bueno, me lo hubiese enviado, pero me contestó diciendo: cómo no se sabe todavía cómo quedarán los presupuestos, pues cuando se termine la aprobación de los presupuestos ya le enviaré el Plan.
Ha hablado usted también de programa, y yo no sé de qué programa habla usted, porque a diferencia de los Gobiernos anteriores, que ha tenido usted dos programas por escrito, con objetivos y con presupuestos inclusive, que ya es arriesgarse, yo no he visto de usted más que una comparecencia donde hizo una declaración de intenciones; después, le he oído decir que los presupuestos son el verdadero programa, y resulta que en los presupuestos que usted presentaba se desdecía en cuestiones fundamentales de lo que había dicho unos meses antes en la comparecencia, como se lo demostré en la propia Comisión, que puede volver a leer otra vez. No sé de qué programa habla; espero que nos lo envíe.
Pero lo que sí se deduce de los presupuestos que usted envió aquí es que su mayor incremento iba para el Plan de empleo rural y para los incendios forestales, efectivamente. Y, sin embargo, en el asociacionismo agrario bajaba usted con respecto al noventa y tres el 22%; en denominaciones de calidad y asociaciones agroindustriales, casi el 20%; en comercialización, lonjas y mercados de origen, más del 22%, y no digamos nada en regadíos. ¿A qué viene esto?, ¿a lo que le dije, señor Casas?, ¿a que está usted alabando el apoyo aéreo? Y le voy a decir por qué: porque el atender el apoyo aéreo es obligación del Ministerio de Agricultura, del Icona, que se lo reservó, y el apoyo aéreo a toda la región lo tiene que hacer él.
Por su incumplimiento, tuvimos que alquilar dos años helicópteros, porque no lo cubría adecuadamente; después de mucho rogar, conseguimos que nos enviasen un hidroavión a la base de Zaragoza dos años, pero estuvo simplemente de escaparate, porque casi nunca funcionaba. Ahora, parece ser, que para el 15 de julio -que no es pronto-, van a enviarle uno, que me parece muy bien.
La brigada rápida es obligación del Icona, pero usted se está gastando un 50% más que nosotros en los helicópteros, y lo tenía que hacer el Icona, y hay que seguir insistiendo en eso, y ahí tiene usted noventa millones que va a necesitar para poder cubrir estas rebajas que presentó en su presupuesto, estas rebajas que se las corrigió hasta su propio Grupo, va a tener que necesitar para esta reciente Ley de financiación agraria, que no es más que escaparate, porque salvo las ayudas a zonas de montaña, que son sesenta mil pesetas por año y familia de media, cinco mil pesetas por mes, lo demás todo estaba ya. Y le parece que no tiene relación. Es que hay que administrar los recursos que se tienen, es que hay que distribuirlos adecuadamente, y es que es necesario -como ya le dije- tratar de que no tengamos el despoblamiento que tenemos, y en esto hay que insistir, y no tenemos despoblamiento si la gente de los pueblos tiene un nivel de vida adecuado, y si no lo tiene, lo tendremos, y ahí se acrecienta el riesgo de los incendios, que el señor Maestro no termina de aceptar del todo.
Y hay que quitar también algo de demagogia con los incendios, porque cuando un incendio se escapa, cuando hay viento y la topografía es mala, ni el señor Maestro, que le he visto con un batefuegos en el Moncayo, consiguió apagarlo, y es que no se puede. Por eso, la mayor parte de las hectáreas quemadas se las llevan muy poquitos incendios, porque el plan de prevención, detección y extinción comienza por prevenir, por detectar y, en último lugar, extinguir, y está claro que en el 90% de los incendios se controlan perfectamente. ¡Qué hay algunos que se escapan! Nadie quiere que se le escapen los incendios, ninguno de los que estamos aquí queremos que se queme el monte, ninguno, señor Maestro, y el señor Casas tampoco. Ahora bien, otra cosa es que teniendo la información que tenía por todos los lados de la sequía de esta primavera, de que en Teruel no había ni agua, no ha conseguido convencerme -esto le pasa mucho al señor Maestro también, que nunca le convencía-, no ha conseguido convencerme con las razones que me ha dado de por qué no adelantó la campaña, teniendo más de mil trescientos millones de pesetas para incendios.
Mire, señor Casas, a lo mejor, la pregunta que puede hacer es dónde estaban o cómo se hizo la retirada -no sé cuánto era, no me acuerdo bien- de quince mil millones de pesetas de golpe y porrazo, cuando muchos de esos dineros estaban comprometidos con nombre y apellido, y se retiraron. ¿Se pueden retirar quince mil millones de pesetas y no se pueden habilitar cuatrocientos o quinientos para ir, para comenzar y adelantar antes la campaña? Yo sigo teniendo mis dudas. Y mire, señor Casas, a ver si me da alguna razón más de peso, porque eso, un Gobierno ágil lo tiene que saber hacer.
Pero le voy a decir por qué no salen estas cosas, sabe, porque nos está demostrando el señor Casas, de verdad, que usted llega a todo tarde y mal. Hace años, había unos trenes que la gente llamaba "escachamatas" que metían mucho ruido pero que eran muy lentos. Yo no le pido que dimita, señor Casas, no, no le pido que dimita, no, pero sí le pido que se active, que se acelere, que llegue a tiempo.
Gracias, señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Urbieta.
Habrán observado las señoras y señores Diputados que hemos hecho un raro ejercicio parlamentario esta mañana, en razón de que no estamos urgidos, porque el orden del día no es excesivamente denso, de cómo un tema que, ciertamente, es importante sobre incendios en Aragón, se puede prolongar ad infinitum -llevamos casi hora y media-, y se puede hablar de lo divino y lo humano, y de cómo el parlamento da de sí absolutamente para todo. Que no sirva de precedente. Hoy lo podemos hacer porque podemos permitirnos ese lujo; pero, obviamente, en unas circunstancias normales no podríamos haber dedicado casi hora y media a una interpelación, porque, obviamente, el tiempo parlamentario no permite normalmente ese tipo de lujos.
Pregunta número 145/94, relativa a unas manifestaciones de la Consejera de Educación y Cultura, formulada a la señora Consejera de Educación y Cultura por el Diputado señor Caudevilla.
Formule la pregunta, señor Diputado.