Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Comparecencias - De Consejeros de la DGA - Ante el Pleno

Comparecencia del consejero de Presidencia para analizar la política territorial del Gobierno de Aragón y, en concreto, su posición sobre la estructura comarcal.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 017 de Plenos (IX Legislatura)
Intervinienen: Díaz Calvo, María Eugenia - Guillén Izquierdo, Vicente - Martinez Romances, Carmen - Domínguez Bujeda, Ramiro - Herrero Herrero, María - García Madrigal, Florencio - Bermudez De Castro Mur, Roberto Pablo

El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. [Se reanuda la sesión a las dieciséis horas.]

Pasamos al siguiente punto del orden del día, que es comparecencia del consejero de Presidencia, a solicitud del Grupo Parlamentario Podemos Aragón, para analizar la política territorial del Gobierno de Aragón y, en concreto, su posición sobre la estructura comarcal.

Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Podemos.

Comparecencia del consejero de Presidencia para analizar la política territorial del Gobierno de Aragón y, en concreto, su posición sobre la estructura comarcal.

La señora diputada DÍAZ CALVO: Gracias, presidente.

Buenas tardes a todos.

«El Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos promoverán, en el primer mes del ejercicio del nuevo Gobierno, una reforma urgente de la Constitución, para la que buscarán el mayor consenso posible, y que afectará a los siguientes extremos: (...) [punto número 5] Supresión de las diputaciones provinciales de régimen común y creación de consejos provinciales de alcaldes para la atención del funcionamiento y la prestación de los servicios de los municipios de menos de veinte mil habitantes de la provincia respectiva.»

Como supongo que ya se habrán percatado todos ustedes, vamos a empezar la tarde hablando de política territorial. Y permítame, Guillén, que le diga que, más que hablar de política territorial, vamos a hablar de las ocurrencias territoriales que en esta materia está teniendo el Partido Socialista en las últimas semanas. Más que nada, a ver si, con una hora de debate sosegado en la Cámara, conseguimos que todos leamos lo que firmamos, que todos revisemos lo que decimos y, sobre todo, que salgamos con una opinión conjunta de su organización para que podamos tener un debate serio sobre qué piensan realmente en política territorial.

Comenzaba mi intervención, como han visto, leyendo un trocito del superacuerdo al que han llegado ustedes con Ciudadanos para esta especie de performance de investidura que se ha quedado a medias. Y quería comenzar por ahí porque, si bien es cierto, este no es el origen de todo el problema y de todo el conflicto en materia territorial en el que nos vemos inmersos en Aragón por su Gobierno, pero sí que marca un antes y un después en lo que a su forma de afrontar las problemáticas se refiere, y es que es la primera vez que ustedes, cuando quieren decir «eliminar», lo ponen.

La verdad es que hubiera sido mucho más sencillo si, en materia de reforma laboral, también hubieran sido así de contundentes, pero, bueno, debe de ser que en este caso han sido así de contundentes y aparece la palabra «suprimir» porque no es algo que sea efecto de su programa electoral, sino que es una copia del programa electoral de Ciudadanos, y me permitirán que les lea un trocito: «Una Administración más eficiente [dice el programa de Ciudadanos]: suprimir las diputaciones provinciales, fusionar municipios para que puedan prestar servicios de manera más eficaz y sostenible».

El problema es que ustedes, esto que dice el programa de Ciudadanos, no lo dijeron a la gente que les votaron. Ustedes, en su programa para las elecciones generales, hablaban de «modernizar las diputaciones provinciales reformulando su papel como espacio de encuentro para los ayuntamientos». Y, claro, permíteme que a mí me resulte curioso que utilice el término «modernizar», porque justo es el término que usa Ciudadanos para hablar de la reforma laboral y para justificar que no la derogan. Por lo tanto, cuando ustedes hablaban de modernizar, no estaban hablando de suprimir.

Y nos vamos a retrotraer un poquito más, seis meses atrás, programa electoral para las elecciones autonómicas del Partido Socialista: ustedes hablaban de «rectificar enérgicamente la posición que les corresponde las diputaciones provinciales, tras una serena reflexión», la cual no ha habido, y además se atrevían a vaticinar algo así como que «la provincia debe asumir única y exclusivamente el papel de apoyo y asistencia», o sea, les daban un papel, por lo tanto no pensaban en suprimirlas.

El propio presidente Javier Lambán, hace quince días, en esta Cámara, dijo que el modelo comarcal había fracasado, pero nunca pronunció, en ningún término, que las diputaciones también fueran un fracaso y que, por lo tanto, tuvieran que ser suprimidas. Claro, sí que dijo una cuestión que ahora me resulta, después de esa comparecencia, bastante delatadora, porque dijo: «el proceso de transformación empieza ya», y yo no sé si se refería a que ustedes tenían ya cerrado el pacto con Ciudadanos y, efectivamente, el resto de los mortales no nos estábamos enterando de lo que hablaban.

He empezado, señor Guillén, con las diputaciones, pero no se equivoquen: en mis palabras no hay, en ningún caso, un intento de defenderlas. Efectivamente, quizá este punto fuera el único punto del acuerdo con Ciudadanos por el cual estaríamos dispuestos a dialogar con ustedes. Estamos de acuerdo con suprimir las diputaciones, la única diferencia es que nosotros contamos con la honestidad de ponerlo en nuestro programa electoral, y dijimos directamente a la gente que nos votó: «en las diputaciones provinciales, una progresiva asunción de las competencias y recursos hasta su supresión constitucional».

Por lo tanto, en términos de diputaciones, el problema no lo tiene, en este caso, Podemos. El problema, en todo caso, lo tendrán ustedes, y permítame que lo diga, a la interna, y es lo que tiene cuando usamos la Administración como agencia de colocación: que a veces el partido se rebela.

Pero, bueno, el mayor problema que ustedes afrontan o al que nos abogan a Aragón después de este debate de política territorial es que no me puedo creer que ustedes realmente lean lo que firman, porque, sinceramente, no me puedo creer que el Partido Socialista, que se define como un partido abanderado de una posición moderada y resolutiva, haya pensado las consecuencias reales que tiene para Aragón la propuesta que han firmado en estatal.

Y permítanme que hagamos algunos números de manera conjunta. Pensemos en una provincia que ustedes gobiernan, Zaragoza, por ejemplo: Zaragoza cuenta con doscientos noventa y dos municipios de menos de veinte mil habitantes —todos menos la capital, vamos—. Como no explican los criterios de selección de dicho Consejo de Alcaldes, yo me pongo a suponer que todos los alcaldes tendrían un hueco. Contando con alguna baja, alguna incidencia, contaríamos con un grupo de Consejo de Alcaldes de doscientas personas, que ¡tela!, porque tiene casi las mismas dimensiones que el Congreso de los Diputados. Y no solo el problema de la gran dimensión, también tendríamos un problema de representatividad: de los doscientos noventa y dos alcaldes, ¿cuáles están representados?, ¿cuáles no?, ¿cuántos en cada provincia?

¿Sabe cuál es el problema? Que no tengo muy claro que le hayan dado alguna conversación, algún diálogo o algo de profundidad a todo lo que están proponiendo. Yo entiendo, efectivamente, y entiendo de verdad que serán más alcaldes, serán menos alcaldes, tenemos municipios con menos alcaldías, tenemos municipios con más... A mí lo que me parece, efectivamente, un despropósito es que matemos moscas a cañonazos, y, para quitar una cosa que, efectivamente, sí que tiene sentido que tiene que ser eliminada, que, efectivamente, podemos hablar de la diputación, propongamos un Consejo de Alcaldes o propongamos... no tengo muy claro el qué ni para qué.

Y además, creo que es muy cantoso que no hayamos tenido este debate sosegado de ninguna manera y en ningún sitio cuando afecta al artículo 140 de la Constitución, y yo creo que la Constitución tenemos que empezar a tomárnosla un poquito más en serio. Pero, bueno, no es su fórmula.

Seguimos deshaciendo la madeja y dejamos de hablar de diputaciones y pasamos a hablar de comarcas, y ahora es cuando se entrecruza todo el problema.

Ustedes acaban de acordar un pacto con Ciudadanos que implica eliminar diputaciones, y no sabemos si implica también eliminar comarcas. Y lo peor de todo es que, en este Gobierno, ustedes gobiernan con un partido que defiende que se le dé el segundo paquete de competencias a las comarcas, y ahí el señor Lambán tiene el atrevimiento de decir en sede parlamentaria, hace quince días, que las comarcas son un modelo fracasado y que fue un modelo que ya nació viciado, y Chunta Aragonesista tiene que aguantar en directo y en primera persona —y sin cantearse, por otro lado— que ridiculicen sus principios sobre el modelo comarcal. ¡Bendita la gana que le queda a una organización de gobernar con ustedes si se toman así a sus compañeros de viaje!

Pero, dejando eso al margen y volviendo a las comarcas, efectivamente, ¿está el modelo comarcal amortizado? ¿Qué es lo que proponen respecto a este modelo comarcal? ¿Exigen, como llevan en su programa electoral, que los municipios y las comunidades autónomas sean los únicos que tienen competencias propias? Entonces, ¿de qué estamos hablando?, ¿de suprimir realmente las comarcas? ¿También piensan hacerlo eso? ¿Y lo van a hacer sin dialogar con los presidentes comarcales que tienen ustedes en algunas comarcas que, efectivamente, sí que funcionan allá por el Alto Aragón y sí que son realmente prestadoras de servicios?

Le animo, de verdad, sinceramente también, por otro lado, a dialogar con Ciudadanos en la Cámara, de manera abierta, sobre en qué consiste su modelo municipalista y cuáles son las consecuencias de pactar en materia territorial con un partido como ellos. Porque, vale, nos cargamos las diputaciones, creamos una especie de Consejo de Alcaldes —que, bueno, ya veremos eso en qué se materializa—, además eliminamos las comarcas en aras a volver no sé si a tiempos mejores de mancomunidades, que desde mi organización creemos que ya se demostraron ineficientes e insuficientes, y, además, todo eso lo decimos en aras a una especie de municipalismo, que, claro, si tomamos al pie de la letra lo que Ciudadanos entiende por municipalismo, pues nos queda un Aragón bastante desvertebrado y, desde nuestro punto de vista, bastante catastrófico. Y nos resulta curioso que justo se pongan a pactar con Ciudadanos en materia territorial cuando no comparten su modelo municipalista; denota que quizá han firmado demasiado rápido las cosas que firman.

Ahora, además, parece que su política y su apuesta municipalista no ve como prioritario en un pacto estatal revocar la Ley de bases de régimen local, no ven como prioritario en su pacto estatal un nuevo modelo de financiación de la Administración local, aunque aquí lo hayamos defendido, pero en el pacto podría haber estado de manera prioritaria. Y el único problema municipalista, la única bandera que ponen para el municipalismo es que se eliminen los órganos intermedios, los entes intermedios. Y además, han hecho, mediante un presupuesto que trajeron a la Cámara bastante adelgazado, han traído a esta Cámara algo así como intentar que las comarcas, en vez de tener que suprimirlas, acaben suicidándose solas. Yo espero que esto no sea «cuanto mejor, peor».

Como se me acaba el tiempo y, efectivamente, luego, en el turno de réplica, intentaré explicar qué entendemos nosotros que tendría que ser una política territorial desde la que partir para dialogar, simplemente, preguntarle qué piensan de todo este modelo, cuál es el resultado que proponen y, sobre todo, que, de una vez, empecemos a hablar claro.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

Señor consejero, tiene la palabra.

El señor consejero de Presidencia (GUILLÉN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor presidente.

Señorías.

Yo pensaba que venía su señoría a hacer un debate sobre las comarcas, pero veo que ha venido a hacer un debate sobre el pacto político que hizo el Partido Socialista con Ciudadanos y que, a tenor de su intervención, parece que no le ha gustado mucho. Yo, en fin, ¿qué quiere que le diga? Teníamos la posibilidad de haber hecho un Gobierno —o tenemos todavía— la posibilidad de haber hecho un Gobierno del cambio, un Gobierno en el que ustedes pudieran estar también, porque son de los que creen que hay que reformar la estructura de este país desde muchos ámbitos, pero le veo a usted excesivamente enfadada.

¿Y qué quiere que le diga?, ¿qué quiere que le diga? Las cosas que ocurren en Madrid yo espero que las debatan en Madrid. A mí, aquí, que me han mandado a esta Cámara, que es más humilde que el Congreso de los Diputados, pensaba que podíamos debatir de nuestro pueblos, de nuestras comarcas... [Rumores.] Sí, digo y reitero que, en una Cámara que es más humilde, señora Herrero, que es más humilde —no digo que no sea una Cámara, es más humilde—, yo pensaba que, reitero, veníamos a debatir aquí sobre asuntos que conciernen a Aragón, a nuestro municipalismo, a nuestra estructura institucional. Pero, si quieren, hablamos del pacto de Ciudadanos, ese pacto que le ha sentado tan mal a la señora Maru Díaz... En fin, yo le recomiendo un poco de tila.

¿Y qué le vamos a hacer? Tenemos que seguir hablando y tenemos que ver si somos capaces de ponernos de acuerdo, porque, como le dije ayer a un compañero suyo, la relación que tenemos entre ustedes y nosotros es como la relación de los erizos, ¿verdad?: no podemos estar juntos porque nos pinchamos, no podemos estar separados porque nos helamos de frío. [Risas.] Por lo tanto, sobre eso también podemos debatir en el futuro si ustedes quieren.

Pero, mire, le voy a decir cuál es nuestra posición sobre la arquitectura institucional, de la que hemos hablado ya muchas veces, pero yo no me canso de hablar porque, en fin, me gusta y porque creo que tenemos una posición bastante razonable y bastante coherente los socialistas aragoneses, me lo han oído decir aquí; hoy me dan de nuevo la oportunidad para volverla a explicar.

Mire, nosotros creemos que las competencias tienen que estar radicadas en dos instancias: en los municipios, por abajo, y en las comunidades autónomas, por arriba, municipios y comunidades autónomas con competencias. Y que, a partir de ahí, precisamente por las características que tiene nuestro territorio (setecientos treinta y un municipios en un territorio con muchísimos kilómetros, es decir, con una gran dispersión, reitero, muy despoblados), requieren articular lo que nosotros llamamos la intermunicipalidad. Y en la intermunicipalidad hay dos instituciones, que las hay en nuestro Estatuto de Autonomía y que las hay en la propia Constitución española también: la diputación en la Constitución española, las comarcas en nuestro Estatuto de Autonomía. Y, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es que, por abajo y por arriba, seamos capaces, mediante procedimientos de delegación, de que las competencias que tengan las comunidades autónomas y los ayuntamientos las distribuyamos en aquellos niveles que estén más próximos a los ciudadanos y que, por lo tanto, puedan prestar mejor los servicios que tienen que recibir los ciudadanos, y ahí entran las comarcas, ahí entran las diputaciones.

Por eso nosotros hemos ofrecido hacer una ley de delimitación competencial en la que digamos claramente, de acuerdo con la normativa básica estatal, qué competencias tienen que tener los ayuntamientos y, de acuerdo con las competencias que tiene nuestra propia comunidad autónoma, qué competencias tienen que desarrollar las propias comarcas.

Y nosotros hemos dicho una segunda cuestión, y es que las comarcas, que nacen con un defecto, que lo hemos dicho por activa y por pasiva, que lo ha dicho el presidente del Gobierno y que lo reitero yo hoy aquí, nacen con un defecto, y es que fueron impuestas, que no vinieron por la voluntad de los ayuntamientos que decidieron en su día unirse, sino que vinieron por una decisión política y de gobierno, tendríamos que pararnos a pensar, a revisar cuál ha sido su funcionamiento, a ver sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y a tomar, en virtud de eso, las decisiones que tengamos que tomar a la hora de delimitar, reitero, las competencias que tienen que tener.

Y sobre las diputaciones, sobre las que este Parlamento no tiene ninguna competencia, ninguna, nosotros lo que decimos también, como Partido Socialista, es que necesitan ser revisadas y modernizadas. Eso es lo que pensamos los socialistas aragoneses... Sí, los socialistas aragoneses pensamos que las diputaciones provinciales son necesarias y que necesitan ser modernizadas y revisadas también para ver si, precisamente, las competencias que la propia Constitución les otorga, que son fundamentalmente la cooperación y la colaboración con las entidades más pequeñas, con los ayuntamientos, y fundamentalmente los planes provinciales y el asesoramiento jurídico también a esos pequeños municipios, se están prestando con calidad, con eficacia y con eficiencia y están sirviendo a los intereses de estos municipios más pequeños.

Por lo tanto, eso es lo que pensamos del esquema de la organización institucional.

Y esta mañana hemos hablado también de otra cuestión que es clave, precisamente, para cerrar el círculo, y es que estas instituciones tienen que estar bien financiadas para que puedan prestar los servicios públicos necesarios que demanda la ciudadanía, bien financiadas, y la financiación tiene que venir por dos vías: por la vía del Estado, de la participación en los impuestos del Estado, y por la vía de la participación en los tributos de la comunidad autónoma. Y por eso hemos dicho también que queremos o que intentaremos que se haga una ley de participación en los tributos de la comunidad autónoma que termine ya de cerrar ese círculo para garantizar la suficiencia financiera de todas las instituciones de las que estamos dotados en nuestra comunidad autónoma.

Ahora bien, nosotros no queremos comarcas en expansión, nosotros queremos comarcas prestadoras de servicios, y nosotros no queremos comarcas con carga política, con carga política. Reitero: comarcas que sean instrumentos de prestación de servicios públicos básicos que de otra manera no pueden recibir en condiciones de calidad los ciudadanos que viven en nuestros pueblos pequeños. Ese es el esquema general sobre el que nosotros queremos articular nuestro territorio, creo que es bastante claro.

Porque, mire usted, el presidente del Gobierno de Aragón, ¿sabe lo que ha dicho, fuera de que en los debates parlamentarios se nos pueda deslizar una palabra u otra? El presidente de la comunidad autónoma lo que ha dicho es, precisamente, eso: que era el momento de revisar cuál había sido el papel de las comarcas durante estos años, de revisarlo, de pararnos a pensar y de analizar qué se había hecho bien, qué comarcas han funcionado, qué comarcas no han funcionado, por qué las que han funcionado han funcionado bien y por qué las que no han funcionado no lo han hecho bien, y, por lo tanto, corregir y rectificar todas aquellas debilidades que tenga el sistema comarcal.

Pero nosotros no hemos dicho, jamás de mi boca lo habrá oído ni de la boca del presidente, que nosotros quisiéramos eliminar las comarcas. Para nada. Es más, el presidente ha dicho otra cosa, ha reconocido que ha sido un error que no hubiéramos dotado presupuestariamente con el dinero suficiente a las comarcas para realizar eso, la prestación de los servicios públicos básicos, como, por ejemplo, los servicios sociales o como, por ejemplo, los servicios deportivos o la atención a las escuelas infantiles, etcétera, etcétera, es decir, el cumplimiento de las competencias de ese primer paquete de competencias que fueron transferidas a las comarcas. Eso es lo que nosotros hemos dicho. Nunca hemos dicho absolutamente nada, ni lo hemos pensado, de querer eliminar las comarcas, como tampoco hemos dicho ni queremos eliminar las diputaciones provinciales.

Ahora bien, articular un sistema de intermunicipalidad, en el que intentemos despolitizar a lo máximo estas instituciones y que las convirtamos en prestadoras de los servicios públicos básicos, precisamente porque son instituciones subsidiarias de los ayuntamientos, de los municipios y de la propia comunidad autónoma, es donde tendríamos que trabajar.

Yo espero que, con esta intervención, le haya quedado suficientemente claro qué es lo que queremos hacer y que no haya introducido más confusión.

Muchísimas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

Señora diputada, tiene la palabra.

La señora diputada DÍAZ CALVO: Me acabo de enterar, a las cuatro de la tarde, de que Aragón no está en España, porque acaba de decir que lo que pasa en estatal, estamos hablando de política regional... Yo creo, de verdad, creo sinceramente que suprimir las diputaciones, que implica cambiar la Constitución, eso a Aragón le afecta. Y si, efectivamente, usted considera que esto no es política de Aragón, la Mesa ha considerado que de esto se pueda debatir en esta Cámara. Y además, creo que es muy importante que los debates que preocupan a la gente y que están en primera línea de debate a nivel estatal también los traigamos aquí, porque en Aragón tienen consecuencias. Así que hablaré de las diputaciones porque ustedes las han puesto en el pacto, no yo.

Dicho lo cual, además, considero que es importante que, si bien hoy ha dejado un poco más claras las cosas, esto también ustedes lo sepan transmitir hacia arriba y hacia abajo en su organización. No por nada; si a mí, que, como organización política, tengan sus incoherencias internas..., como las tiene todo el mundo, simplemente porque gobiernan, aquí gobiernan y tienen deseos o ambición de gobernar también en Madrid. Y, por lo tanto, creo que uno tiene que dar los mensajes un poco más claros y un poco más contundentes, y por lo menos los mismos, los mismos.

¿Qué pasaría si, efectivamente, ustedes llegan a conseguir apoyos para gobernar en Madrid y se suprimen las diputaciones? Que, para mi organización, no genera ningún problema. Efectivamente, salgo a decirle que estoy de acuerdo con eliminar las diputaciones, el problema es en qué situación se queda Aragón o cómo van a justificar ustedes eso a la interna, cuando el señor Lambán ha salido diciendo hoy, desdiciendo al secretario general de su organización, que no está de acuerdo con esa eliminación.

También me parece un poco curioso que considere el presupuesto en materia de comarcas un error. Yo considero que uno comete errores en otros términos; errores de tantos millones, yo no creo que es un error. Lo que yo supongo es que hay un intento de no tener un debate político sobre algo y hacer que una institución muera por sí misma por inanición, y así lo dijimos, y entendemos que esa modificación presupuestaria fue hecha para intentar que la Administración... Si queremos modificarla o queremos suprimirla, que se haga de manera honesta.

Dicho lo cual, he dicho que mi organización va a plantear un poco en qué entendemos de esto. Yo entiendo que en la comparecencia también tengo que contar de alguna manera qué entiendo por la estructura territorial que queremos para Aragón.

Yo pensaba de verdad que, después de haber llegado al pacto con Ciudadanos respecto a suprimir las diputaciones, pues ahí habíamos llegado a un punto de acuerdo los tres, y digo: «¡Toma, qué bien!, ya tenemos un punto en el que estamos de acuerdo»... Pero no, parece que no, que ahora no nos gusta esto de suprimir las diputaciones.

Yo le voy a decir claramente que para, mi organización, las diputaciones son una Administración obsoleta y decimonónica, producto de un Estado acéfalo, que tuvo sentido en sus orígenes, pero que son hijas de otros tiempos, y que, por lo tanto, tienen que dar paso a una nueva estructura de nuestro territorio.

A la vez que le digo esto sobre las diputaciones, estamos absolutamente en contra de suprimir las comarcas, y creo que, cuando igualamos los debates, cuando metemos las dos Administraciones en el mismo saco, nos estamos equivocando, porque si las comarcas, efectivamente, son entes prestadoras de servicios, las diputaciones son meras gestoras de fondos públicos, y creo que estamos hablando de dos organizaciones separadas, o sea, de dos entes separados, y tenemos que tratarlos como tal: las primeras, las comarcas, fueron diseñadas para trabajar para la gente, y las segundas sirven actualmente, simplemente, para la burocracia del sistema, para el clientelismo más peligroso e, incluso, en algunos casos, para ser el cebo, mediante planes de obras, de una obsoleta maquinaria de caciquismo.

Dicho lo cual, y después de haber dicho lo que mi organización entiende como diputación y lo que debe de pensar también su organización en Madrid, porque han pactado suprimirlas —por lo tanto, en esto no debo de estar tan en desacuerdo con Pedro Sánchez—, por otro lado, nosotros sí que estamos a favor de la comarcalización. Nosotros entendemos que Aragón necesita, para un municipalismo sano, a nuestras comarcas, que son un mecanismo fundamental para hacer fuerte un municipalismo disperso que tenemos en nuestra tierra. Pero la clave es hacerlo bien. ¿Y qué significa hacerlo bien? Yo creo que es muy simple: que tenemos que apostar por democratizar las comarcas, por una elección directa, y tenemos que apostar por mayor transparencia para que la gente entienda que, efectivamente, son entes prestadores de servicios.

Creo que hay que entender el municipalismo de manera más amplia, y no adelgazando competencias a entes que tienen que servir para dar prestación social a nuestros pueblos.

¿Las comarcas tienen problemas? Sí. ¿Y acarrean problemas? Sí. Pero tienen problemas que no son efecto del modelo por el que nacieron, son efecto de haberlas desarrollado a la luz o, más bien, a la sombra de una madrasta, que son las diputaciones, y que hace bastante difícil encajarlas las dos.

Yo entiendo que nunca se ha querido afrontar hasta las últimas consecuencias ese proceso de comarcalización, entre otras cosas porque, si vamos a la Ley de comarcalización, la disposición adicional octava implicaba que las diputaciones cedieran competencias a las comarcas y se hiciera un proceso de que las comarcas tuvieran más competencias. Eso no se ha querido afrontar nunca, y, por lo tanto, tenemos este problema de competencias que se solapan.

A lo que voy, porque se me acaba el tiempo: que yo entiendo que nos tendremos que aclarar y yo entiendo, además, que tienen... [corte automático del sonido]... tienen un problema complicado, porque están en contra de Pedro Sánchez, pero a la vez están en contra del modelo territorial de Podemos, están en contra del modelo territorial de Chunta y gobiernan en minoría. Yo no sé si soy Espinete, si soy don Pin Pon...

El señor PRESIDENTE: Gracias...

La señora diputada DÍAZ CALVO: ... si aquí soy..., no sé muy bien lo que somos usted y yo. Lo que le digo es que gobiernan en minoría...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

La señora diputada DÍAZ CALVO: ... O empiezan a conseguir acuerdos o es bastante difícil de sostener.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

Señor consejero, tiene la palabra.

El señor consejero de Presidencia (GUILLÉN IZQUIERDO): Gracias, señor presidente.

Señorías.

Así que su señoría presenta una iniciativa parlamentaria para hablar de las comarcas y terminamos hablando de las diputaciones, aunque solo sea por mor de criticar el pacto, el acuerdo de Gobierno entre el Partido Socialista y Ciudadanos... En fin, allá usted.

Yo voy a hablar poco de diputaciones. El día que usted quiera tenemos un debate sobre las diputaciones, pero quiero decirle algo: la sensación que yo tengo después de oírle es que usted el mundo rural lo conoce poco, lo conoce poco. Mire, si usted conociera el mundo rural de verdad, se daría cuenta de que la inmensa mayoría de los alcaldes y de los ayuntamientos que hay en Aragón, la inmensa mayoría, apoyan las diputaciones provinciales, porque han sido un instrumento de apoyo a los municipios [aplausos], de colaboración con los municipios y de posibilidades de que las grandes infraestructuras de los municipios que se han hecho... Escúcheme usted, escúcheme, que todavía no había nacido usted cuando en los pueblos no había ni agua. ¿Sabe usted quién llevó las aguas potables a los pueblos? Las diputaciones. ¿Sabe usted quién hizo los centros culturales en los pueblos? Las diputaciones. ¿Sabe usted...? Eso es lo que han hecho las diputaciones, y por eso yo las he defendido y las voy a seguir defendiendo, mal que le pese a usted o a quien le pese. Yo las voy a defender porque, defendiendo a las diputaciones, defiendo el mundo rural y defiendo a los pequeños municipios. [Aplausos.]

Claro, lo que me hace gracia es la displicencia que usted utiliza cuando habla de caciquismo. Oiga, mire, caciquismo hay en algunos sitios también, en algún ayuntamiento también —esté usted atenta, ¿eh?—, en algún ayuntamiento también. Así que empiece usted a pensar a qué ayuntamiento me refiero, ¿eh?, empiece usted a pensar.

Porque el caciquismo no depende de las instituciones, el caciquismo depende de quienes rigen las instituciones. Por lo tanto, caciquismo puede haber en los ayuntamientos, en las diputaciones, en los Gobiernos de Aragón y del resto de las comunidades..., en todos los sitios. El caciquismo depende de las personas, no de las instituciones. Por lo tanto, que le quede a usted eso suficientemente claro.

Y respecto a las comarcas, claro, es que a mí lo que me parece bastante contradictorio... Yo tengo aquí su programa electoral, señoría, y lo que me parece bastante contradictorio es que, cuando yo veo su programa electoral, que dice «fin del despilfarro de los fondos destinados a los servicios públicos» ustedes, dicen textualmente: «el 70% del presupuesto que reciben nuestras comarcas va destinado al mantenimiento de su propia estructura y no a cumplir su función de vertebración de los servicios en el territorio». Y yo le digo: es falso. Y yo le digo: es falso, es falso. Y me imagino que alguna de las señorías que hay aquí, que hablará después de las comarcas, estoy convencido de que le va a decir lo mismo que yo: la inmensa mayoría del dinero que va dirigido a las comarcas va a la prestación de servicios. Por ejemplo, el 38% del presupuesto que reciben las comarcas va a prestación de servicios públicos básicos. Por lo tanto, no sé de dónde se saca usted que el 70% del presupuesto que reciben las comarcas va destinado al mantenimiento de su propia estructura. No es cierto, solamente el 5% del presupuesto de las comarcas va a pagar cargos públicos, el 5%, señoría, no el 70% para la estructura, no el 70% para la estructura. Por eso me sorprende cuando usted dice que apoya mucho a las comarcas y ahora le veo yo a usted en su programa electoral que dice esto... Pues, hombre, aclárense ustedes, porque mucho mucho no lo sé si las apoyan, no lo sé si las apoyan.

Y finalmente, presupuesto de las comarcas. Nosotros hemos dicho que hemos cometido un error y lo hemos reconocido. ¿Y sabe qué? Hemos resuelto el error, y además lo hemos resuelto de acuerdo con los presidentes comarcales, de los que, por cierto, le tengo que decir una cosa: la inmensa mayoría de las comarcas están presididas por presidentes de comarca socialistas, la inmensa mayoría. Por lo tanto, hemos arreglado de acuerdo con ellos la financiación de las comarcas.

Bueno, oiga usted, que un consejero de Presidencia salga públicamente a reconocer que hemos cometido un error no les parecerá mal. Lo hemos cometido, lo hemos rectificado, y aquí paz y allá gloria, claro, claro, y aquí paz y allá gloria, y aquí paz y allá gloria. Hay otros que no hacen eso, hay otros que persisten en el error y persistirán de por vida en el error..., allá cada cual. Yo soy capaz de rectificar como consejero de Presidencia y consejero del ramo: nos equivocamos, hemos resuelto el problema.

Ahora bien, reitero, y termino con esto, hemos de ser capaces entre todos de hacer una reordenación de las competencias de comarcas, municipios y comunidades autónomas, es fundamental. Hemos de hacer otra ley para la participación de los municipios en los tributos del Estado y hemos de cerrar ya el mapa institucional de Aragón, al que le faltan la ley de capitalidad y la última comarca, la comarca treinta y tres, que la tenemos que hacer también. Y eso lo tenemos que hacer de manera racional, lo tenemos que hacer, a ser posible, con consenso y con acuerdo de todas las fuerzas parlamentarias o, por lo menos, de la inmensa mayoría de esta Cámara.

Muchísimas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

El Grupo Parlamentario Mixto tiene la palabra.

La señora diputada MARTÍNEZ ROMANCES: Gracias, presidente.

Buenas tardes, señorías.

Pensaba que iba a ser la tarde un poco más tediosa, que iba a empezar la tarde un poco más tediosa, pero parece que tuvimos poco con lo que retransmitieron en directo ayer las televisiones y el debate que ayer hubo en el Congreso de los Diputados de Madrid. Hay algunas fuerzas parlamentarias que tienen interés, bastante interés, en que salga aquí también.

Y como se puede hablar de comarcas, que es el petitum de esta intervención, pero también nos podemos permitir la licencia otros de hablar de otras cosas, yo también voy a recordar algunas incongruencias o contradicciones que sufren algunos.

Dice Pablo Iglesias Turrión: «Jamás en la vida seré vicepresidente con Pedro Sánchez». Creo, señorías, que todos sabemos... [rumores], todos sabemos quién hizo la oferta de la vicepresidencia del Gobierno.

Dice Pablo Iglesias Turrión que si no ganaba las elecciones, se marcharía. Las elecciones no las ha ganado nadie, nadie se ha ido, y además tampoco me extrañaría en el caso de que fuera, porque ya lo han hecho de otros parlamentos, como el Parlamento Europeo.

Y así, cuanto más pasado tiene una organización política, más contradicciones tiene. Y no voy a repetir aquí debates que no sirvieron y que en otros parlamentos quisieron hacer valer.

Dicho esto, y ahora que ya parece que todos sabemos cuál es nuestro modelo de todas las fuerzas políticas que estamos en este arco parlamentario de la arquitectura institucional, también voy a decir el mío, y desde luego que voy a decir públicamente, como lo he dicho muchas veces en nombre de Chunta Aragonesista, las discrepancias que tenemos con el Partido Socialista, porque no somos la misma fuerza política en arquitectura institucional.

Partimos de una misma base, probablemente, todos: yo creo que aquí todos somos enormemente municipalistas. No sé si la fuerza que tenemos todos aquí, en estas Cortes..., si la que tienen otros en otros parlamentos la ejercen para defender la financiación municipal, la financiación de los entes locales, como se hace aquí... Creo que no; si no, estaríamos hablando de otra cosa, como ha pasado al principio de la mañana.

Desde una posición municipalista tremenda y desde una posición de conocer profundamente Aragón, conocemos perfectamente la incapacidad o la poca capacidad, por su tamaño de habitantes o por su extensión, que tienen muchos municipios para poder ofertar y dar los servicios de calidad que se les requieren. Y reconociendo esta deficiencia que tiene Aragón tanto por la dispersión demográfica como por la extensa geografía o por la orografía que también tiene, es donde se encuentra o donde se ve la necesidad de que hay que ofrecer alguna solución que las diputaciones provinciales no dan. Porque, señora Díaz, cuando usted estaba diciendo por qué las diputaciones provinciales se querían suprimir, parecía que estaba oyendo a compañeros míos de Chunta Aragonesista, así que coincidimos en esto.

Dicho esto, nosotros sí que creemos en la existencia de las comarcas, y las creemos como entes suministradores de servicios.

Y lo decimos ahora, lo dijimos en la pasada legislatura: dijimos que estas comarcas se debían revisar, como se deben revisar muchísimas más cosas. Y llegamos a un acuerdo con el Partido Socialista para un pacto de investidura, y en el punto número 28 o 29 —no recuerdo muy bien cuál es— es en el que decíamos que el proceso comarcal necesitaba una revisión, porque, efectivamente, como muchísimas otras cosas, no está, quizás, funcionando como a todos nos gustaría que funcionara. Que probablemente este pensamiento no sea único de esta Cámara, cómo debería funcionar cada una, sino que habría diferencias en esto también.

Así pues, yo creo que, como esta intervención ha valido para saber cuál es el modelo institucional que para Aragón queremos, o cada una de las fuerzas parlamentarias, yo ya lo he dejado claro: apoyo total al municipalismo, creemos en el municipalismo, en la independencia de los municipios, pero reconocemos la carencia de muchos de ellos para ofrecer sus servicios, y es por eso por lo que apostamos por la comarcalización, unas comarcas como entes suministradores de servicios, que, les recuerdo, nacieron de un consenso. Y desde luego que, para nosotros, las diputaciones provinciales son totalmente prescindibles.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

El Grupo Parlamentario Ciudadanos tiene la palabra.

El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: Señor presidente.

¡Vaya cacao mental que llevo! Porque, de verdad... [Risas.] Resulta que firmamos un pacto con el Partido Socialista, se va a suprimir la diputación, y aquí llega el consejero de Presidencia y dice que, de eso, nada.

De todas las maneras, con Felipe González iban unidos y tenían doce millones de votos. Van uno por cada lado, tienen cinco, y a la siguiente no sé si tendrán dos... [Rumores.] Ya le digo, no lo sé, si siguen a este límite, ¿no?, de verdad.

Se firma un pacto y ahora están diciendo aquí, en Aragón... En Teruel, un 79% de los afiliados del Partido Socialista votaron a favor; en Huesca, en contra; en Zaragoza, el 63%. Pero esto, ¿que galimatías es? Esto es un pacto y esto se respeta, digo yo... No, no, se respeta, aquí hay un pacto y se respeta, desde luego. [Rumores.] Eso de que venga el consejero de Presidencia y diga «no»..., bueno, vamos a ver, creo yo.

Ya no sé ni dónde estoy: Podemos defiende las comarcas, nos pone a caldo y luego dice que está a favor de lo que decimos de las diputaciones. Yo ya no sé ni por dónde ando.

¿Ustedes están en contra de la despolitización de la justicia —también lo llevamos—? Pues ya son dos puntos.

¿Ustedes están en contra de limitar a dos mandatos al presidente del Gobierno? Pues en otra estamos a favor. O sea, solamente estamos en una y ya estamos en tres.

¿Ustedes están de acuerdo en las firmas de la iniciativa legislativa popular, en bajarlo a doscientas cincuenta mil? ¡Pues ya estamos de acuerdo en más! [Rumores.] Resulta que estamos en una solo, y ahora estamos en más. [Rumores.]

Quizá es más fácil, quizás...

El señor PRESIDENTE: Por favor, señores diputados... [Rumores.]

El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: Quizás es más fácil ponerse de acuerdo... Señor presidente, este galimatías...

El señor PRESIDENTE: Perdón, señor diputado. Por favor...

Siga, señor diputado.

El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: Quizás es más fácil ponerse de acuerdo en presidentes TVE y CNI. ¿Y ustedes son sociales? ¡Lo que quieren es el control del país, qué narices! ¡Es que es eso! [Rumores.] Hombre, menos mal que no se lo creyeron, porque, si no, ¡madre mía! [Rumores.] Digo yo, ¿eh?, digo yo, ya les digo.

Luego están defendiendo las comarcas. Nosotros defendemos los servicios, desde luego que no defendemos cómo están estructuradas ahora mismo las comarcas. Creo que me han escuchado perfectamente aquí lo que pensamos de las comarcas, desde luego, toda la carga política...

Y eso del 5%, señor Guillén, mañana estoy pidiendo una pregunta escrita que me pase perfectamente... ¡Porque como las comarcas no nos lo quieren dar...! Pero es que ni a la Cámara de Cuentas, ¿eh?, es que ni a la Cámara de Cuentas se lo quieren dar. Es que esto ya..., ya le digo que a ver si empezamos a ver, porque es que no nos lo quieren dar. [Rumores.] ¡Sí, sí, sí! ¡No, no!, ¡si de las comarcas puedo hablar de muchísimas cosas más!, ¿eh? De las comarcas, tengo muchísimas cosas más, ya les digo.

Desde Ciudadanos, lo tenemos clarísimo, lo tenemos clarísimo: creemos en el Estado, creemos en los municipios y, desde luego, creemos en la Diputación General de Aragón, en las Cortes y lo que es la DGA, tres instituciones. Desde luego, nosotros, para los ayuntamientos, en nuestro programa electoral llevamos un 2% más de IVA y un 2% de IRPF. ¡Claro que creemos en los ayuntamientos!

Y las comarcas prestan unos servicios que son muy válidos, desde luego que prestan unos servicios muy válidos, pero, vuelvo a repetir, se ha convertido en un corral, ¡y no puede ser!, ¡es que no puede ser! Es que lo he dicho, y, de verdad, no me voy a repetir, no me voy a repetir en lo mismo, pero sigo pensando que es que es la principal guerra que hay entre los propios partidos, por a ver quién entra en las comarcas. No sé está haciendo caso a las direcciones de los partidos, pactan lo que quieren, y, si no. que se lo pregunten al PP, que se lo pregunte al PP, con los líos..., y a ustedes, igual.

Bueno, ahora se ponen de acuerdo ustedes ya también: en Sierra de Albarracín se ponen de acuerdo, en Cuencas Mineras, hasta..., los tres, los tres. Entonces, estamos exactamente en lo mismo, estamos exactamente en lo mismo.

Yo ya les digo, es sencillísimo, tres estructuras: la DGA, ayuntamientos y el Estado. Y aún tenemos la Unión Europea, que, como bien se ha dicho aquí esta mañana, estamos bien regidos por la Unión Europea, que nos va a indicar lo que tenemos que hacer y lo que no tenemos que hacer si seguimos en este límite.

¿Tema de diputaciones y tema de las comarcas? Pues bueno, nosotros también lo hemos dejado bien claro: las diputaciones, tal y como están estructuradas ahora mismo, tienen que desaparecer, no puede ser. Si todos sabemos lo que está pasando, igual que con las comarcas..., ¡claro! No, no, pero lo que no puede ser es que haya tres vicepresidentes, un presidente, cuatro coches oficiales, dieciocho de libre designación... ¡Que me lo conozco muy bien! ¡La señora Pobo también lo sabe lo que hay allí, desde luego que lo sabe! [Rumores.] ¡Hombre!, ¡que es que estoy en la diputación, desde luego, pero conozco toda la estructura política! Y todas las subvenciones que están dando las diputaciones para que se hagan campos de pádel en pueblos de treinta habitantes donde no juega nadie... Peracense, ¡Peracense!, campo de pádel, treinta habitantes, cincuenta mil euros... [Rumores.] En Peracense, mi pueblo, ¡sí, sí! Campos de fútbol para jugar solteros contra casados [risas], parques infantiles sin niños...

Y luego, Teruel, ciento setenta y dos mil habitantes en 1977; en 2016, ciento treinta y nueve mil habitantes. Eso es la tragedia, señor Guillén: cuarenta mil habitantes hemos perdido en la provincia de Teruel y no puede ser...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: Hay que reestructurar muchas cosas, y espero que nos pongamos de acuerdo...

El señor PRESIDENTE: Gracias.

El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: ... Pero, tal y como vamos, no lo sé, porque aquí ya no sé ni por dónde va ninguno.

Gracias. [Risas.]

El señor PRESIDENTE: El Grupo Parlamentario Aragonés tiene la palabra.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, señor presidente.

Señorías.

Señor consejero, para empezar, me gustaría pedirle que pidiese disculpas por la expresión que ha utilizado hablando de esta Cámara, como que es más humilde que otras cámaras, refiriéndose a las Cortes Generales —usted no le dará ninguna importancia, pero para nosotros sí la tiene—, no sé si basándose en las definiciones del diccionario tal cual, que habla de «humildad» como «virtud de conocer las propias limitaciones y debilidades y obrar de acuerdo con eso», u otra acepción que es «sumisión y rendimiento», u otra acepción que es «bajeza de nacimiento de cualquier otra especie». Creo que con ninguna de las tres acepciones usted puede identificar a estas Cortes de Aragón, que han aportado mucho a este Estado español, que las Cortes de Aragón, ya no como instrumento del rey, sino como un órgano conjunto del rey y del reino, ya aparecen en el siglo XIII, concretamente en 1218. Espero que tenga un poco más de respeto hacia esta institución, que estoy convencida de que es así, pero que se ha equivocado un poco con sus palabras.

Desde luego, para este grupo parlamentario, el mayor honor que puede tener una persona es ser diputado o diputada en este Parlamento, y no en otros. Igual a usted le parece un poco provinciano. Es el más grande que puede haber.

Por otro lado, la verdad es que tampoco nos ha quedado muy claro el modelo de casi nadie, porque usted dice, señor portavoz del Grupo de Ciudadanos, que no se enteraba muy bien de lo que piensan... Yo, de lo que piensa Ciudadanos, aún no me acabo de enterar tampoco, porque es «que no, que no, pero que sí, que sí, pero que depende, pero que ya veremos...», con lo cual pues tampoco nos hemos enterado.

Aquí se ha hablado de algunos antecedentes. Claro, si me permite —lo digo en buen tono—, ¡pero qué nuevos son!, porque han relatado algunos antecedentes muy nuevos. Hay antecedentes, bueno, pues algunos antecedentes recientes, que son preocupantes, como las palabras del presidente del Gobierno en el pasado pleno —así de reciente, en el pasado pleno—, en respuesta a una pregunta parlamentaria, que él mismo fue quien dijo su intención de iniciar un proceso desde cero para diseñar la intermunicipalidad —que no sabemos muy bien qué es, que eso les gusta mucho, lo del Cuarto Espacio, la intermunicipalidad..., esas entelequias que no se sabe muy bien dónde están, allá por la estratosfera—, bueno, desde el planteamiento de que solamente haya competencias a ayuntamientos y comunidad autónoma o una auditoría de comarcas —que me parece muy bien, pero no sé por qué no de otras instituciones también—, afirmó que el modelo había fracasado y que era un modelo innecesario, porque los ayuntamientos solucionaban bien —y yo le digo: no es cierto— con mancomunidades.

De las diputaciones provinciales, dijo: de eso, sí; de esto, no hace falta decir nada porque, básicamente, es competencia estatal. Vaya, ahora hay otros antecedentes recientes, que, con el pacto que firman con Ciudadanos, entonces, ahora lo que se quieren cargar son las diputaciones. Entonces, si aquí ustedes se quieren cargar las comarcas y sus jefes les dicen que lo que se tienen que cargar son las diputaciones, ¿qué nos cargamos? Nos cargamos todo y, después, ¿qué hacemos? Vivimos todos en Zaragoza, porque, si no, desde luego, no tiene ningún sentido.

Y hay algún antecedente un poco más lejano, por ejemplo el Estatuto de Autonomía en sus artículos 81, 71.1, 71.5 y 85.3, donde se habla, concretamente, en referencia a este tema, y que algún diputado socialista y el propio presidente Lambán yo no sé si prometió poniendo la mano encima de ese Estatuto o es que, señor presidente, ¿es posible que se hubiesen borrado esos artículos en el ejemplar que estaba aquí para que ustedes prometieran? Porque nosotros, desde luego, prometimos pensando que estaban. Ese me parece que es un antecedente fundamental de acuerdo y de consenso.

Luego, todas las leyes de comarcas fueron aprobadas por unanimidad, y yo tengo un inmenso respeto hacia el trabajo que todas esas personas hicieron y hacia los acuerdos que alcanzaron para lograr un modelo que consiguiese paliar el gran problema que tenemos de despoblación

Y otros antecedentes que, desde luego, me voy a permitir leer, sí, voy a leer. Hay muchos nuevos —nuevos en buen sentido, ¿eh?—, son antecedentes que me parecen muy interesantes. Les leo:

«Este Gobierno ha tenido la decidida voluntad política de desarrollar la comarcalización como materia prioritaria, porque se corresponde con la concepción dinámica de la descentralización que sostenemos y porque es beneficiosa para la sociedad aragonesa en su conjunto» (Marcelino Iglesias Ricou, en el año 2002).

«Este proceso está siendo fruto de un consenso político imprescindible que quiero subrayar. Este proceso es un proceso que surge de un gran consenso, un consenso político de todos los grupos parlamentarios [señor consejero] y de todos los municipios aragoneses». No hagan esa afirmación de que los ayuntamientos no estuvieron de acuerdo con la creación de este modelo, porque no es cierto; habría de todo, pero no es cierto. Se partió desde abajo y desde la base.

«Con esta realidad [decía el señor Marcelino Iglesias Ricou], Aragón se adelanta decididamente al resto de comunidades en la realización del necesario pacto local y también en la necesaria aproximación de la política de las instituciones a los ciudadanos.»

Y sigo en el año 2010. En el año 2010: «Defiendo la estructura comarcal para que un territorio como Aragón, muy extenso y con poca población, tenga futuro [literal]. El esfuerzo que realizan las comarcas para prestar los servicios...», etcétera, etcétera, y no sigo porque no me da tiempo.

Pero yo les pregunto a ustedes, señorías del PSOE, cuál es su modelo, porque aquí no lo han dicho. ¿Cuál es su modelo? ¿Su modelo es la alternativa que presentaron en la enmienda a la totalidad a la proposición de ley que el Grupo Parlamentario Popular y el Aragonés presentamos aquí? Porque ustedes, en ese debate —muy interesante también para quien no lo haya leído—, ustedes presentaron una alternativa con un texto articulado —bueno, que al final mandataba al Gobierno para que lo hiciera— con unos criterios, desde luego, que nos abocaban al caos y que, desde luego, se quedaron solos... [corte automático del sonido]... un granito que es poner a cuarenta y cinco diputados, de los sesenta y siete de esta Cámara, en contra.

Y yo le digo, y a muchos más,...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

La señora diputada HERRERO HERRERO: ... porque, de esos de su grupo, si preguntase uno a uno, muchos más tampoco compartían ese modelo...

El señor PRESIDENTE: Gracias.

La señora diputada HERRERO HERRERO: ... Pregunte en sus filas y a destacados miembros de su partido que opinan otra cosa, y llegaremos a acuerdos.

El señor PRESIDENTE: Grupo Parlamentario Socialista. Tiene la palabra.

El señor diputado GARCÍA MADRIGAL: Presidente.

Bueno, es cierto, es verdad, ¡menos mal que la siesta no nos hace dormitar!, porque ese viaje sosegado y plácido que hemos hecho hablando de la financiación local y de los tributos para las Administraciones locales, pues ahora se ha trocado emocional. Y está bien, porque, realmente, tenía que haber ocurrido como en el cole.

Hay un debate nacional en España, hay unos debates entre partidos, hay unos acuerdos posibles con la llamada «nueva política» por el tema de la distribución de las fuerzas políticas, y nos tenían que haber dado vacación. Porque, claro, como no nos han dado vacación, hemos tenido que ir haciendo, de modo interrumpido, un seguimiento, de manera que es aquí donde traemos el debate. Yo no tengo problema, porque de la arquitectura institucional, ya digo, el consejero de Presidencia se explica muy bien, lo ha explicado suficientemente.

Entiendo, señora Díaz, y me encanta, que su intervención sea emocional, emocional porque está llena de sensaciones. Y entiendo que en este momento, porque Aragón es España, a pesar de lo que se ha dicho aquí, pues, bueno, Aragón es España, y, como Aragón es España, hay un acuerdo —que hubo un acuerdo— de PSOE y Ciudadanos. Pero fíjese usted, señora Díaz, porque tendrían que criar las ranas pelo: primero, tendría que haber Gobierno, que, de momento, no lo hay y que, de momento, tiene apoyos insuficientes, de ahí que aquí hemos defendido el llamado pacto transversal; segundo, tendrían las tres quintas partes, en el supuesto de que hubiera Gobierno, las tres quintas partes de cada Cámara tendrían que hacer la reforma relativa a las provincias en las diputaciones; después tendría que haber una reforma de la Ley de bases, de la Ley de bases de régimen local, y luego, después, imagínese usted, con lo dinámico que es el proceso, que el Partido Socialista ha estado planteando aquí y había una moción aprobada, una resolución aprobada esta mañana en la Diputación Provincial de Huesca, una propuesta de resolución que ya cité antes, imagínese, si el proceso es abierto porque se realimenta, si ni siquiera hemos empezado, cómo vamos a acabar tan pronto.

Lo digo porque mi partido sí que ha hablado de pacto transversal y tiene la mano tendida, y sí que, si usted recapitula —que le sugiero esa lectura nocturna— sobre el pacto y los documentos que el Partido Socialista ha puesto sobre la mesa para que Podemos haga una relectura, mire usted, se habla de derogar la Ley de racionalización, de una nueva Ley de financiación local, de un plan de acción para los pequeños municipios, de reformular el papel de las diputaciones provinciales...

Y nosotros ya lo hemos dicho aquí cuál es la arquitectura institucional, y es que no vamos contra nadie: de exterminios, no queremos ningún exterminio; no hay que hacer aquí una plaga de insecticidas o..., no hay que ir contra nadie.

¿Cuáles son los distintos estratos que nuestro amigo Domínguez, el señor Domínguez, el diputado Domínguez, ha empezado a desmochar, de manera que solo se ha quedado aquí el escalón, después de tantos años de democracia, que hemos saltado desde el Estado? A punto ha estado usted, señor Domínguez, de cargarse esta Cámara y de cargarse la comunidad autónoma, porque, en el sentido de simplificar escalones, pues resulta que nos tendremos que replantear nosotros si hacemos harakiri, sí o no.

Bueno, el Gobierno tiene una posición responsable, y, en esa posición responsable, hacemos un llamamiento, porque creemos que puede haber convergencia. Y en ese llamamiento estamos hablando de que, al final, está en canción toda la organización del Estado.

Y hemos hablado de un pacto local, y ese pacto local tiene que empezar con un modelo de financiación autonómica que nosotros reclamamos que sea diferente. Pero ese intercomunidades lo tenemos que trasladar al «intra» de nuestra comunidad, y, por tanto, tenemos que hacer también con más de un 90% de núcleos rurales, y tendremos que ver los solapamientos para que las instituciones que haya sean eficaces.

Y el presidente Lambán fue muy valiente y muy sincero, y no le podemos criticar que fuera valiente y sincero, porque dijo cómo se habían creado las comarcas. Ustedes recordarán, los que tengan edad suficiente, cómo se crearon las comarcas: a fuerza de ley y de financiación que venía para la existencia de las comarcas. Por tanto, todas las instituciones son adecuadas, y lo que hay que hacer es una modernización y reformulación de las instituciones.

Y, señorías, acabemos esa torre de Babel, que una de las funciones esenciales de esta Cámara es que seamos capaces de resolver esa arquitectura con un pacto del bien común.

Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Grupo Parlamentario Popular. Tiene la palabra.

El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: Buenas tardes, señorías.

Yo, la verdad es que venía hoy aquí a hablar de lo que decía el texto del orden del día, que era de las comarcas, porque pone «en concreto, de las comarcas», porque de las diputaciones provinciales ya hablaremos, porque el Grupo Popular presentará en próximos días una PNL para que todos nos retratemos sobre el tema de las comarcas.

Y luego también, yo no venía aquí a hablar otra vez del debate de ayer, porque el debate de ayer fue en el Congreso de los Diputados, ayer, y el viernes tendrán otra segunda parte del debate. ¡Pero es que se les ve muy dolidos, oiga, que parecen la novia o el novio despechado! Es decir, ¡ya vale, hombre! Es que esto, es que, claro, ¡es que ya vale! Es que el debate y los acuerdos se firman en Madrid y... En fin, en fin.

Por cierto, si tan mal le parece el acuerdo Ciudadanos-PSOE, que ve que lo incumplen, ¿qué no dirá usted del decálogo?, ¿qué no dirá usted, señora Díaz, del decálogo, que han incumplido seis o siete puntos? Y no ha pasado nada tampoco, señora Díaz. Si ellos han incumplido un pacto y no pasa nada, imagínense ustedes qué son siete pactos.

Escuchándola, señora Díaz, me da la impresión de que ha tomado usted algún café con José Ángel Biel los últimos días [risas], porque la defensa que ha hecho usted de las comarcas a mí me ha dejado epatado, porque yo también me había leído su programa electoral y, desde luego, hacían todo menos defender tantísimo las comarcas. Por lo tanto, yo creo que últimamente comparte cafés en Tarazona con José Ángel Biel, porque, si no, no entiendo esta defensa tan desmesurada de las comarcas.

Y también, señor Domínguez, usted es el jefe del partido a nivel regional ahora, ¿no?, tengo entendido. ¿Conoce usted al alcalde de...? [Rumores.] Escúcheme, escúcheme. ¿Conoce usted al alcalde de Villanueva de Gállego, un tal Mariano Marcén, de su partido? Pues cacao, el suyo, porque este es diputado provincial y ha dicho que defenderá hasta las últimas consecuencias las diputaciones provinciales. Con lo cual, discrepancias en los partidos, la primera la suya, señor Domínguez... [Rumores.] No, luego me contesta, luego me contesta, no se preocupe. En fin.

Dicho lo... [Rumores.] Sí, lo único, pero... [Rumores y risas.]

El señor PRESIDENTE: Siga.

El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: [Risas.] No puedo...

El señor PRESIDENTE: Señor Bermúdez de Castro, continúe.

El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: Bueno.

Yo he escuchado atentamente lo que piensa cada grupo con respecto a las comarcas, y me hubiera gustado que los grupos hubieran tenido una postura mucho más profunda y mucho más clara acerca de qué piensan realmente de las comarcas, sobre todo porque aquí se aprobó una PNL, aquí ha habido muchos vaivenes, y el otro día yo creo sinceramente que el presidente del Gobierno, el señor Lambán, se equivocó y tuvo un exceso verbal diciendo que las comarcas son fallidas, porque no es cierto, no es cierto, no es cierto.

Miren, todos sabemos... [Rumores.] No me interrumpan, que me quedan dos minutos. Todos sabemos cómo es Aragón y la importancia de vertebrar el territorio. Y, desde luego, hay que hacer un análisis de cómo está funcionando en Aragón el modelo comarcal, porque han pasado más de quince años y hay que ver si ha ido mal o si ha ido bien. Y ha habido de todo, porque hay comarcas que funcionan como mancomunidades —ahí, señora Díaz, no tiene usted razón—, ha habido mancomunidades (yo conocía dos, la Gállego-Sotón y la Hoya-Somontano) que funcionaban muy bien, y hay que ver qué comarcas han funcionado como mancomunidades, que han funcionado muy bien, y qué comarcas han funcionado como pequeños parlamentos, que han funcionado muy mal. Y eso hay que verlo bien claro, porque, claro, las comarcas que gestionan bien el servicio social de base (los bomberos, la protección civil), hay que buscar ese modelo de mancomunidad de prestación de servicios, pero las comarcas donde el presidente se ponía coche oficial, secretaria o secretario, jefe de gabinete, jefe de prensa y tal, como pasa esta legislatura, eso es lo que hay que evitar y eso es donde tenemos que legislar todos nosotros para que eso no se repita.

Ese es el problema real de la comarcas, porque las comarcas tienen ocho..., de todos los partidos, ¿eh?, que yo también nos acuso a nosotros mismos de haberlo hecho mal, las comarcas tienen ocho competencias y reciben dinero para ocho competencias, y deben prestar, con ese dinero, esas ocho competencias, y no deben destinar un euro de los impuestos de todos los ciudadanos a llevar a cabo otras competencias. Y ese es el problema que existe en las comarcas.

Nosotros vamos a plantear nuestro modelo que está en el programa electoral, clarísimo, clarísimo, que en la anterior legislatura no lo pudimos llevar a cabo completamente. Pero, desde luego, que se lleven a cabo estas ocho competencias, que no se transfieran más comarcas; crearemos un consejo de alcaldes de verdad, no consultivo, porque nosotros también tenemos programa y lo intentamos cumplir siempre, y, sobre todo, tenemos que buscar la fórmula para que las comarcas y los ciudadanos las perciban como entidades prestadoras de servicios, no como entidades de colocación que en algún lugar del territorio se puede pensar, porque se ha dado, Y eso hay que saberlo.

Con esto, yo lo digo bien claro, yo, el modelo comarcal lo defiendo, pero siempre y cuando sea un modelo comarcal cercano a las mancomunidades, no cercano a lo que son algunas comarcas...

El señor PRESIDENTE: Gracias.

El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: ... Y un matiz, señor presidente. Yo fui presidente de la Hoya de Huesca, el primero, y el Gobierno de Aragón entonces, a algunos municipios que no querían entrar en las comarcas, los presionaba, y eso es así y a mí nadie me desmentirá.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Señor consejero, tiene la palabra.

El señor consejero de Presidencia (GUILLÉN IZQUIERDO): Señor presidente.

Muchísimas gracias a los diputados y a las diputadas que han intervenido en este animado debate.

Como cuestión previa en esta última intervención, leeré lo que el presidente del Gobierno dijo textualmente en su intervención aquí, en esta Cámara. Dijo: «En relación con las comarcas, nos proponemos empezar una especie de auditoría de funcionamiento de las mismas, no tanto porque existan irregularidades, sino porque hemos detectado un funcionamiento tan disperso y tan heterogéneo del sistema comarcal que entendemos que en este momento pueden estar originando, incluso, desigualdades y desequilibrios en la prestación de servicios en el territorio». Y dice, continúa: «Yo creo que el modelo ha fracasado [«el modelo» ha fracasado]. Lo han salvado, en cierta medida, el buen sentido y el buen hacer de los alcaldes y de los concejales que las gobiernan, pero creo que fue un método, creo que fue un modelo que nació viciado, porque los ayuntamientos jamás lo solicitaron. Los ayuntamientos funcionaban bien con mancomunidades, y fue una decisión exclusiva y unilateral de estas Cortes».

Y quiero decirles algo, por alguna intervención que ha habido aquí. A mí me tocó ser alcalde de un pueblecito pequeño cuando se hicieron las comarcas, y les puedo decir que lo que a mí, como alcalde, se me dijo en aquel momento fue: «o entras en la comarca Comunidad de Teruel o no recibes subvenciones del Gobierno de Aragón». Esa es la realidad: ni tan siquiera se nos dio la opción de decir a qué comarca queríamos pertenecer, «o lo coges o lo dejas». Y, por lo tanto, lo dice alguien que estuvo presente en aquel proceso, y, por lo tanto, conozco muy bien cómo surgieron las comarcas.

Y a eso es a lo que se refería el presidente: a la legitimidad con la que empiezan las comarcas, a la falta que hubo de contar con los ayuntamientos y de que las comarcas partiesen de abajo arriba y no fuesen impuestas de arriba abajo. Que quede meridianamente claro.

Voy a intentar contestar rápidamente a las señoras y los señores diputados.

La señora diputada de Chunta Aragonesista ha reconocido que existe una discrepancia en lo que es la arquitectura institucional con el Partido Socialista, legítima, que no tiene por qué impedir el que el Gobierno funcione, y funcione bien, en la inmensa mayoría de las medidas que estamos tomando. Y, por lo tanto, le agradezco su sinceridad, porque creo que eso es algo conocido por esta Cámara y que no impide para nada, reitero, la armonía y el buen hacer del propio Gobierno.

Bueno, el señor Domínguez, sabemos cuál es su posición. Hemos firmado un pacto, un pacto que, en fin, una mínima de ese pacto era lo que se decía sobre las diputaciones. A mí, de ese pacto me interesan muchísimo el resto de las cosas que hemos firmado, muchísimo, la inmensa mayoría de la cosas que hemos firmado. Ahora, el que se quiera agarrar a un clavo ardiendo, se agarra y se acabó. Para mí, la virtualidad del pacto no está en las diputaciones, está en la globalidad, y, por lo tanto, con eso me quedo.

La señora Herrero me decía que me disculpara. Yo no me voy a disculpar de nada, en absoluto. Y creo que usted ha utilizado una expresión torticera, porque, mire, le voy a decir yo lo que dice el diccionario de la palabra «humilde». De la palabra «humilde», ¿sabe lo que dice el diccionario, señoría?: «que no hace ostentación de sus virtudes». Y creo que esta Cámara no hace ostentación de sus virtudes, por lo tanto... [rumores]... por lo tanto, no voy a rectificar absolutamente nada.

Yo creo que la que tenía que rectificar es usted cuando compara esta Cámara con las del siglo XVII. Aquello era otra cosa, esta es una Cámara democrática. Si usted añora lo que había en el siglo XVII, ese es un problema que tienen usted y su partido. Yo no añoro las del XVII, yo me quedo con esta Cámara, que es una Cámara democrática, plural, inserta en un Estado democrático, moderno y plural. Usted seguramente se acuerda mucho más del pasado que del presente; yo me quedo con el presente, y seguramente que con el futuro.

Y al señor Bermúdez de Castro le agradezco muchísimo su intervención. Yo creo que en esta cuestión nos pondremos de acuerdo. Yo creo que coincidimos, básicamente, en la arquitectura institucional. Es verdad que pasaron en la anterior legislatura algunas cosas que impidieron que pudiéramos llegar a un acuerdo; espero que esta vez lleguemos a un acuerdo. Hacen falta las aportaciones que va hacer su partido, estoy convencido también de que hacen falta las aportaciones que hará el resto de las fuerzas políticas. En todo caso, creo que este es un elemento donde tenemos que sumar, y tenemos que sumar, a ser posible, todos, porque todos tenemos cosas que decir y casi todas las cosas que tenemos que decir tienen alguna razón.

Y con esto termino, señorías: yo creo que ha quedado bastante claro cuál es el modelo de arquitectura institucional que quiere el Partido Socialista, que quiere el Gobierno, y espero que a él se sumen sus señorías; cuantos más, mejor.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

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