Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


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Debate de investidura del candidato a presidente del Gobierno de Aragón propuesto por la Presidencia de las Cortes de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios. Votación.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 003 de Plenos (X Legislatura)
Intervinienen: Beamonte Mesa, Luis María - Lambán Montañés, Francisco Javier - Pérez Calvo, Daniel - Morón Sanjuán, Santiago - Sanz Remón, Álvaro - Aliaga López, Arturo - Soro Domingo, José Luis - Díaz Calvo, María Eugenia - Guillén Izquierdo, Vicente

El señor PRESIDENTE: Antes de proseguir con la sesión plenaria y de iniciar los debates, nos ponemos de pie y vamos a guardar un minuto de silencio por María José, última víctima por un asesinato machista. [Las señoras y señores diputados, puestos en pie, guardan un minuto de silencio].

Muchas gracias. [Aplausos].

Se reanuda la sesión [a las nueve horas], voy a proceder a explicar la decisión de la Junta de Portavoces para el reparto de los tiempos y la ordenación del debate.

Como ya les anuncié ayer, el debate del turno en contra será de mayor a menor y, posteriormente, los que no están en contra serán de menor a mayor. Por lo tanto, el reparto de los tiempos será, en una primera intervención de los representantes de los grupos, de veinte minutos, como les dije ya también en la Junta de Portavoces, con generosidad, es decir, no habrá problema en que pase algún tiempo, sin ningún problema. Y posteriormente, también, una posibilidad de réplica de diez minutos, también con generosidad.

Por lo tanto, sin más, se irá calculando el tiempo y se procederá a lo largo de la mañana, desde luego, a anunciar la hora de votación. Sí que anunciarles que después de los dos primeros grupos haremos un pequeño receso de cinco o seis minutos y luego proseguiremos —creo y así lo espero— hasta la conclusión.

Para iniciar este debate, tiene la palabra el representante del Grupo Popular, don Luis María Beamonte.

Debate de investidura del candidato a presidente del Gobierno de Aragón propuesto por la Presidencia de las Cortes de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios. Votación.

El señor diputado BEAMONTE MESA: Muchas gracias, señor presidente.

Muy buenos días a todos.

Permítanme que mis primeras palabras, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, sean de saludo para el conjunto de los diputados que conformamos esta décima legislatura. A todos, desearles lo mejor en este nuevo tiempo.

Después de la intervención de ayer, señor Lamban, créame que no le puedo expresar más que preocupación y cierta decepción. Ayer volvió a prometer las mismas cosas, porque el discurso fue un mero trámite para usted ayer. Eso sí, tuvo que encajar más fichas de las habituales. Qué cuajo decir que ha cumplido el 91% de su programa, ¡qué cuajo!

Al discurso de ayer tenemos que unir también la situación en la que se suma lo ocurrido en el Congreso de los Diputados la pasada semana. Mire, señor Lambán, usted es Pedro Sánchez —no lo digo yo, lo ha dicho usted cuando le ha convenido. Y hoy —ayer— ha intentado parecer lo contrario, pero sabe que es lo mismo que su líder. Un proyecto vacío y viciado por los enfrentamientos entre sus hipotéticos socios, esos que, de facto, hacen imposible que salga adelante cualquier acuerdo de Gobierno.

Por eso, su discurso está vacío y está alejado cada vez de la realidad de los problemas, esos problemas que a usted tan poco le gustan, muy poco le gustan.

Ha intentado refugiarse en un escenario de moderación que ni ha tenido en el pasado ni va a tener en el presente.

Enumeró una serie de logros y datos positivos, sin autocrítica alguna —hasta el señor Sanz se lo recriminaba esta mañana—, porque jamás se equivoca y la culpa bien sabe usted que siempre es de los demás. Y ello le lleva a exigir a casi todos que lo aupemos siempre a lo más alto, que le saquemos de sus apuros, que le apoyemos a conveniencia, y todo ello siempre dividiendo entre buenos y malos. Nada especial lo que le estoy contando, señor Lambán.

Señor Lamban, y debería decir también señor Aliaga, Aragón es tierra de pactos, como no se cansan de repetir. La pluralidad ideológica de los aragoneses ha hecho que en los sucesivos gobiernos autonómicos, evidentemente, estuviesen sustentados por más de un partido político. Pero para presentar un programa de gobierno coherente es preciso que las propuestas iniciales de los partidos que sustentan el pacto tengan elementos en común.

¿Qué puntos en común tienen Partido Socialista, Podemos, Izquierda Unida, Chunta, y Partido Aragonés? Su único objetivo común es la ocupación del poder sin importar el qué. Su pacto es el del sillón. Esa es la auténtica realidad, sumada además a esa costumbre ya reglada de intentar demonizar a una parte de los aragoneses, porque es su especialidad.

Por eso nosotros, sin negarnos a que el acuerdo forme parte de lo que es la vida parlamentaria, que es lo normal y lógico, no vamos a aceptar sus pactos a conveniencia. Y tampoco vamos a consentir que nadie instrumentalice los intereses de nuestra comunidad autónoma a conveniencia, que nadie instrumentalice los intereses de esta comunidad autónoma a conveniencia, porque no hay más conveniencia que los intereses generales de Aragón. [Aplausos].

Mire, de sus supuestos logros hablaremos luego. No le voy a discutir los datos, ahí están. Pero quiero poner énfasis en una costumbre arraigada en usted, señor Lambán: es la costumbre de apropiarse siempre de los éxitos colectivos y de culpabilizar de los problemas a los demás, siempre a otros, en lugar de trabajar por buscar soluciones. A ver si alguna vez asume algo.

Fue el Partido Socialista, fueron ustedes los que llevaron a Aragón y a España a la ruina, no lo olviden. Usted hablaba ayer en su discurso de una comunidad autónoma en 2015 paralizada y desorientada, y tiene la desfachatez de hablar continuamente de recuperar derechos. ¿Qué derechos se perdieron, señor Lambán? ¿Usted me puede decir algún derecho que se perdiese, salvo la manera de repetir permanentemente lo mismo a modo de generar blanqueo, a modo de generar una costumbre arraigada de opinión pública? Mire, los derechos sociales son de todos, son de todos y para todos, y los defendemos todos, señor Lambán, también las gentes del Partido Popular. [Aplausos].

No, ¡si va a resultar que en este país con Zapatero no pasó nada, no pasó nada! La recuperación económica en Aragón y en el conjunto de España es resultado del esfuerzo colectivo de sucesivos gobiernos, de las medidas puestas en marcha por ejecutivos tanto en la comunidad autónoma como en el Gobierno central. Sin esos mimbres, poco, muy poco hubiese podido hacer usted, señor Lambán.

En los cuatro años anteriores, su Gobierno no ha aplicado ninguna medida de reactivación. La economía no les ha preocupado porque han ido caminando por el soplo positivo que venía de los vientos exteriores. El diálogo social no ha existido, por mucho que lo intenten disfrazar. Su política se ha basado en la presión fiscal, en la confiscación del ahorro —¿no, no es cierto, señor Lambán?, luego se lo recuerdo— y, ¿sabe en qué más?, en el extremismo, ese que intenta ahora disfrazar. El extremismo, la radicalidad, el sectarismo puesto de manifiesto en muchos escenarios a lo largo de estos cuatro años; en la educación, no se lo tengo que explicar, ¡pero si ha sido capaz de poner en evidencia a quienes han salido a reclamar hasta una sanidad digna. Y le podría decir que ese sectarismo y esa radicalidad y ese extremismo también se han puesto de manifiesto con leyes como la Ley de memoria democrática o la Ley de derechos históricos, en muchas otras acciones, señor presidente en funciones.

Por eso, su intervención de ayer no es creíble, ¿sabe por qué? Porque a lo largo de la pasada legislatura usted incumplió todas y cada una de las propuestas de acuerdo y resolución que hubo en esta Cámara. [Aplausos].

Nada sabemos del Pacto por el Empleo. Habló ayer de un acuerdo social y político en torno a la educación. ¡Pero si se ha dedicado a convertir la educación en un foco de conflicto permanentemente! Nada se ha sabido de la reorganización del entramado local. O de esa discriminación positiva en el medio rural, ayer habló algo.

Su voluntad de acuerdo, señor Lambán, terminó en el momento en que obtuvo los votos para salir por esa puerta. Y si en algún momento se avino a buscar consensos, fue por mera supervivencia política, señor Lambán, no por convencimiento. Esa, precisamente esa, es la principal diferencia entre ustedes y nosotros: nosotros no tenemos miedo en llegar a acuerdos en aras del interés general, en beneficio del conjunto, usted busca el acuerdo única y exclusivamente por mera supervivencia, señor Lambán, y los hechos así lo demuestran permanentemente, por mera supervivencia.

Por eso, señor Lambán, entenderá que, después de sus palabras de ayer y de los precedentes que tenemos, este grupo parlamentario desconfíe de sus palabras en la posibilidad de buscar acuerdos. Viene aquí hoy con unos pactos hechos con tiralíneas, todos los documentos firmados, refirmados, negociados, sin saber muy bien cómo ni dónde, le van a garantizar una cosa, el sillón del Pignatelli, pero usted sabe que no garantizan ni estabilidad ni soluciones a los problemas y las demandas del conjunto de la sociedad aragonesa, sencillamente porque se basan en un amalgama de partidos antagónicos entre sí, que han sido capaces de ponerse de acuerdo únicamente por intereses partidistas, no porque coincidan en su modelo para Aragón y para el conjunto de los aragoneses.

Antes hablaban de estabilidad inestable, ahora justifican con la centralidad transversal moderada, e incluso ayer el Gobierno heterogéneo, pero homogéneo. La cuestión es justificar y blanquear todo. Mire, cuando, la verdad, de lo que se habla es de sobrevivir muchos de ustedes que están al frente de sus formaciones al precio que sea [aplausos], de lo que se habla es de la falta de seriedad de principios y convicciones. Porque esto es sencillamente el Gobierno de todo por el sillón, este es el Gobierno, sin importar absolutamente nada más.

Miren, hemos vivido una situación, voy a describirla de una manera muy genérica. Saben ustedes que Podemos tiene al Partido Aragonés en la Fiscalía Anticorrupción por el tema del Plan de Depuración. [Un diputado, desde su escaño y sin micrófono, pronuncia unas palabras que resultan ininteligibles.] Sí, lo sabe, ¿verdad?, no hace falta que se lo recuerde. Bueno, pues el PSOE recurrió a la extrema izquierda tras no poder amarrar algunos partidos del centroderecha. Bien, las presiones no sirvieron para amarrar a esos partidos de centroderecha. El PAR se sorprendió de que esto no pudiese ser así. El señor Lambán tuvo entonces que echarse en manos de la extrema izquierda, la extrema izquierda pidió precio, ¡cómo no va a pedir precio tras el desprecio!, pidió precio, y el PSOE se resistió. El presidente del PAR marcó unas líneas rojas, el presidente del PAR amagó con buscar alternativas, que no se creía nadie, lo había mandado el Partido Socialista. El PSOE cedió a la extrema izquierda después de ver lo ocurrido en Madrid, y el presidente del PAR, sin ponerse colorado, se volvió rojo y se comió la línea roja. [Aplausos].

Bien. Y aquí estamos. Siendo generosamente gráficos en la descripción, siendo generosamente gráficos en la descripción. ¿Fue una posibilidad una alternativa a este descontrol? Fue posible. Y ¿por qué no cuajo? Sin quitarle, señor Lamban, mérito a usted —para una vez que le digo algo bueno, míreme, hombre—, sin quitarle ningún mérito ni a usted ni a compañía, no le quito ningún mérito, por Dios, pero no cuajó y la respuesta es evidente: porque una cosa era una alternativa para Aragón y los aragoneses y otra cosa era el pacto por los sillones, por eso no cuajó, no cuajó.

Señor Aliaga, entenderá que, si a lo largo de muchos años lo he tenido presente en mis oraciones, hoy no lo vaya a olvidar, lo entenderá. Simplemente recordarle alguna cosa. Por los radicales, por los populistas, por los anticapitalistas, por los antisistema, por los clientelistas, por los que un día lo llamaron «derecha rancia», hace ya de esto cinco años, y que van a formar parte del Gobierno, parece ser, con usted, usted puede ser vicepresidente, tener senador autonómico, cargos intermedios, consejerías, lo que entiendan oportuno, pero no van a tener capacidad de gobierno; pero, con todo el respeto le digo, tampoco van a tener ya credibilidad, no la van a tener. [Aplausos].

Aquí lo que se da es mucha fontanería política y poca transparencia. El señor Lambán se presenta aquí con toda la legitimidad, parece ser que con los votos ya garantizados. Y le digo «con toda la legitimidad», pero acepte que le diga que con toda la legitimidad del mundo también se pudo conformar un Gobierno a partir del 26 de mayo fruto de la decisión de los ciudadanos, que se hubiese podido conformar porque así lo decidieron con los partidos de centroderecha, con toda la legitimidad del mundo también, señor Lambán. [Aplausos].

Mire, señor candidato, que se merezca todo mi respeto, que sepa que se lo merece y que lo tiene —no sé si a veces hay doble dirección en esta cuestión, no lo sé—, no significa, señor Lambán, que tenga todo mi apoyo ni el de este grupo parlamentario. Por eso le digo que, a pesar de esa especie de moderación, de ese andar sin pisar muchos charcos que ayer usted expuso, por el que se circuló, le pido que no nos dé muchas lecciones y no eche mano otra vez de esa superioridad moral, que ayer hizo alguna referencia en dirección contraria. Le pido que ya vale de dividir. Mire, todos y cada uno de los diputados de esta Cámara estamos aquí porque así lo han querido los aragoneses con su voto; ¡todos, señor Lambán!, todos, todos sin exclusión.

Porque ya en la pasada legislatura firmaron con Podemos un sucio y repugnante especie de pacto del Tinell —sí, sí, señor Lambán—, este que tiene aquí de excluir al Partido Popular de cualquier acuerdo en modificaciones presupuestarias... ¿Y sabe cuándo lo firman? A los dos días de que, después de reiteradas llamadas suyas, sacamos adelante el techo de gasto para que aprueben el presupuesto, sí. Pero, mire, esa especie de repugnante y sucio pacto del Tinell, que es lo más rastrero que se puede llegar a plantear en política, sobre todo porque, en un escenario de cierta normalidad, ahora lo niegan, lo niegan, saben que este nuevo pacto esconde la misma voluntad: la de aislar a treinta y un diputados. Esta vez no se han atrevido a hacerlo público, pero ya le manifiesto claramente que Podemos lo ha manifestado, y ahí está la hemeroteca para verlo. ¡Si se repite otra vez la historia!: ustedes, rehenes de Podemos; ustedes, otra vez pendientes de sus guerras internas día a día.

Mire, yo siempre he respetado las decisiones de los partidos, y le aseguro que no será hoy cuando traspase esa línea. Pero eso no me impide hacer una reflexión esta mañana: ¿el PAR es Podemos? ¿Podemos es el PAR? Porque ustedes, señor Aliaga, le hacían asquitos a VOX, pero se han encamado sin vergüenza alguna con Podemos. Para no gustarle los extremos, se ha lucido, ¿eh?, señor Aliaga, se ha lucido. [Aplausos]. Bueno, ahora se llama «transversalidad enriquecedora», sí, bueno... [Rumores].

Ese centro necesario, como se presentaron a los aragoneses, ¿quería decir que puede abrazar a la izquierda radical sin pestañear?, ¿quería decir eso? Es evidente que lo que aquí hay es mucha táctica y poco pensar en los aragoneses.

Habló ayer, señor Lambán, de «situar a las personas en el centro de la política». A mí no me suena mal, pero la realidad que yo he vivido con usted es todo lo contrario: usted ayer, permítame que le diga, situó a cinco personas en el centro de la política, usted y cuatro lugartenientes más.

Usted puede hacerse el ofendido, puede acusarme de lo que quiera, pero esta es la realidad política de ese acuerdo que hoy nos presenta para alcanzar la Presidencia del Gobierno de la comunidad.

Pero yo quiero que hoy nos responda a otras cuestiones importantes para el futuro de la comunidad. Nosotros, como primer partido de la oposición, tenemos la obligación y tenemos la responsabilidad de exigir respuestas en temas fundamentales.

¿Hacia dónde va a encaminar la política fiscal en Aragón, señor presidente? Ayer nos habló de armonización. Cuando usted y su partido hablan de armonización están hablando de subir impuestos, porque ha quedado demostrado que usted y su partido son partidarios de cierta voracidad fiscal como forma de hacer política, ya ha quedado acreditado. Aquí no valen medias tintas: queremos saber si se va a aprobar una rebaja en el impuesto de la renta de las personas físicas, sobre todo en el tramo más bajo, que es donde más pagan los aragoneses en relación con el conjunto de los españoles; deben aclarar si se van a suprimir sucesiones y donaciones, lo deben aclarar; si están dispuestos a llevar a cabo una reforma que beneficie al medio rural (ayer lo llamaba «fiscalidad diferenciadora»). No le voy a hablar de la Cámara de Cuentas, señor Lambán, ni a usted tampoco, señor Gimeno, es del 2016 esa orden que prorroga, que es ilegal, que estamos esperando que nos den el informe, a ver si lo que han hecho está bien o mal. Ya sabe, ya me entiende...

En materia de educación, ¿cuál va a ser el modelo, señor Lambán?, ¿el de Podemos, Chunta, Izquierda Unida, PSOE, o, en teoría, el que ha defendido en los últimos años el Partido Aragonés, que a mí me gusta más, señor Aliaga, que a mí me gusta más?

Usted ha tensionado la educación a conveniencia. Usted habló ayer de «convivencia pacífica». ¿Es que tienen algún remordimiento, o qué, señor Lambán, que habló ayer de «convivencia pacífica»? ¿Había algún problema anteriormente, premeditada y deliberadamente ejecutado al respecto?

Han amenazado la libertad de los padres, han olvidado a los alumnos, han judicializado la educación, por cierto, perdiendo todos y cada uno de los casos que se han ido planteando.

Podemos hablar de la sanidad, señor Lambán, un pilar básico de nuestro Estado del bienestar, que le debo decir que ha sido el gran fracaso de la legislatura. No hacen referencia a ella apenas en los acuerdos milimétricos que han pactado.

Otra vez en verano y otra vez sufriendo la falta de especialistas y de médicos de atención primaria. Por fin, sí, se acabarán en esta legislatura, si Dios quiere, los hospitales de Alcañiz y de Teruel. Pero ¿tienen garantizados los profesionales para gestionar esos hospitales? No.

Podemos hablar de economía, y nos encontramos con lo mismo: hablan de apoyar sectores, pero la realidad es que el PSOE y sus socios empiezan a ser una amenaza, sobre todo porque olvidan un sector estratégico fundamental en nuestra comunidad autónoma, el sector primario. La agricultura y la ganadería son sectores estratégicos, señor Lambán, han pasado la legislatura sin poner los ojos en estos sectores. Y aquí, ¿quién se va a imponer?, ¿Chunta, Izquierda Unida y Podemos, con su banco de tierras libre, que debe de ser algo muy bonito, o el sentido común y la normalidad? Ustedes vuelven a no ofrecer nada, salvo más incertidumbre.

¿Y recuerda el Pacto del Agua, señor Lambán, Yesa, Mularroya, Biscarrués, Almudévar...? ¿Quién se va a imponer aquí? Izquierda Unida, Chunta y Podemos, o el PAR? Mire, ayer habló de un nuevo acuerdo sobre el agua. ¿Qué quiere decir, señor Lambán? Le pregunto una cosa: ¿renunciamos a algo acaso, señor Lambán, vamos a renunciar a algo acaso?

Lamentablemente, solo podemos pensar una cosa: cuatro años perdidos nuevamente, la táctica de no hacer nada, y así no hay problemas. Y los tiempos no lo van a permitir.

Y su política presupuestaria, señor Lambán, ¿cuál va a ser?, ¿cómo será? ¿Respetuosa con la Ley de estabilidad, el déficit y la deuda, o va a ser más bien expansiva, como le gusta a Podemos?

¿Y qué pasa con la ciudad de Zaragoza?, ¿va a seguir el acoso al que le han sometido estos cuatro años y que tan plácidamente han sonreído sus socios de Podemos? El actual alcalde ya le expresó con claridad en el debate de investidura que tuvo lugar en el Ayuntamiento de la capital que quiere recuperar la relación de normalidad y cooperación con la institución, al fin y al cabo son las dos instituciones ejecutivas más importantes de la comunidad autónoma, con todo el respeto para el resto. Pero ahora la cuestión es saber si usted está dispuesto a recoger ese guante o si, por el contrario, prefiere seguir gobernando dando la espalda a la mitad de los aragoneses, ejecutando una especie de venganza planificada por sus socios de Podemos.

Señor Lambán, ¿se acuerda de Huesca y Teruel? Se lo digo porque, habitualmente, y ayer también lo evidenció de manera bastante clara, se le olvida con frecuencia.

Otra cuestión importante, señor Lambán, una cuestión, además, de la que hemos hablado mucho usted y yo: el entramado de las entidades locales en la comunidad autónoma. ¿Lo va a sacar con sus socios seguro? ¿Seguro que lo va a sacar con sus socios? Yo lo dudo.

Hablan de despoblación y se remiten a una directriz. Le tengo que decir —se lo voy a decir al señor Lambán— que por alguno fue calificada como una de las directrices más «flojetas» de las que se habían analizado. [Rumores]. En cualquier caso, lo que necesitan nuestros pueblos son servicios, es bienestar, es empleo, es apoyo, señor Lambán, y fiscalidad positiva.

Ayer habló usted, como antes le decía, de «fiscalidad diferenciadora». Concrete qué significa esto, señor Lambán. ¿Significa que va a haber un modelo diferenciador, bajando IRPF, transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados, patrimonio? ¿O va a haber algún escenario muy concreto en algo que se lleva demandando muchos años, que es el relevo generacional?

Apoyo y compromiso es lo que hace falta en nuestro medio rural, como antes le decía, aunque le debo decir que ustedes liquidan en un párrafo sus acuerdos en este tema.

Son muchos los retos que tiene nuestra comunidad autónoma. Su acuerdo para alcanzar la Presidencia genera ciertas incertidumbres, y es normal —lo entenderá como lógico—, incluso a usted le puede generar incertidumbre la amalgama de sincronía que tiene que saber cohesionar. Es evidente que la situación del conjunto del país tampoco contribuye mucho.

Hable cuando quiera de lo que quiera, y habla cuando quiere blanquear su imagen sobre todo, pero calla cuando las acciones de su partido ponen en riesgo la estabilidad del país. Entonces, calla, señor Lambán. [Aplausos].

Mire, yo soy una persona moderada, al menos lo intento, y yo siempre he pensado que usted también, siempre he pensado que usted también. Que le digo que soy una persona... Es que como no me presta ninguna atención, después dice lo que le da la gana. Que le digo que soy una persona que intenta ser moderada, y creo que usted, pensaba yo que también, pero calla cuando se le da carta de naturaleza y de normalidad a Bildu, ¡calla!, ¡calla! Y calla cuando el peso del independentismo vuelve a ser determinante en el Gobierno de España, ¡calla! ¿Usted cree de verdad que con esta situación que tenemos es posible abordar un nuevo modelo de financiación autonómica en este país?

Señor Lambán, mi partido es un partido con vocación de Gobierno, es normal, y por eso, cuando concurrimos a las elecciones, pues, concurrimos con un programa y con un modelo claro. Y nuestro modelo está basado en parámetros que buscan las mejores oportunidades para el conjunto de la sociedad a la que representa, en este caso, de los aragoneses.

Y somos partidarios de una fiscalidad justa, que genere empleo, que alivie a las familias. Somos partidarios de alcanzar un pacto por la sanidad en Aragón, que creemos que es fundamental y necesario. Trabajar también en un gran pacto por las infraestructuras, alejado de las posiciones partidistas que implica el conjunto de administraciones y que, independientemente de quién gobierne, todos vayamos empujando en la misma dirección. Apostamos por una economía evidentemente productiva, pujante, que genere empleo, no de subsistencia, no de reparto de miseria. Evidentemente que creemos en la familia como un pilar básico y fundamental de nuestra organización como sociedad. Y creemos en la libertad y en la igualdad de oportunidades, y creemos en la libertad de las personas en todos los ámbitos de la vida, también en la educación que quieren para sus hijos.

Y estas y solo estas son líneas sobre las que vamos a trabajar, señor Lambán. Usted y su amalgama de socios han elegido un camino y serán ustedes, evidentemente, quienes tengan que recorrerlo.

Nosotros haremos la oposición que corresponde, seria, solvente, contundente y constructiva —no tenga duda—, pensando en Aragón, pensando en los aragoneses, intentando buscar acuerdos que tengan como base siempre el interés general. Un paisano mío me dijo en una ocasión que uno no renuncia a sus principios y convicciones para alcanzar acuerdos inteligentes que tengan como base el interés general, pero también me dijo que eso de la transversalidad era un cuento, también me dijo eso, que lo de la transversalidad era un cuento.

Usted, señor Lambán, sabe que somos el primer partido de la oposición si esto sale como va a salir y como tal actuaremos. Mire, con dignidad, la que se merecen los aragoneses y la que se merecen quienes nos votaron. No podemos perder el respeto a quienes nos votaron bajo ningún concepto [aplausos].

Yo le digo que inicia hoy un camino tortuoso, con un acuerdo de gobierno, como se está viendo, que solo va a servirle para asegurarse el Pignatelli. Este gobierno nace sin principios, sin el conjunto de valores, de creencias y de normas que lo haría un gobierno creíble y serio. El único objetivo es sobrevivir, colocarse y repartirse el botín, ese es el único objetivo, sobrevivir, colocarse y repartirse el botín. Da igual todo, da igual la coherencia, lo dicho en campaña, la confianza de los electores. ¡Qué más da! ¡Si eso da igual! ¡Qué más da lo que hayamos dicho en campaña! ¡Qué más da la confianza de quienes han depositado nuestro voto! ¡Qué más da si eso es coherente, no, si lo que importa es repartirse el botín, no es otra cosa!

En conclusión, va a nacer un gobierno imposible, donde se suma todo y donde todo es nada.

Por eso, señor Lambán, mi grupo parlamentario no puede apoyar su investidura. Será buena para usted y para su partido, y ojalá me equivoque —sabe que no le deseo nada malo—, pero seguramente será mala para Aragón y pésima también para el conjunto de los aragoneses.

Muchísimas gracias, señor Presidente. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Beamonte.

Tiene la palabra el candidato, señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente, señoras y señores diputados.

Respecto a las alusiones que ha hecho usted a la política nacional, señor Beamonte, solo le voy a responder rememorando un hecho concreto: hace tres años, el Partido Socialista, a costa de un desgarro interno muy importante, del que en cierto modo fue víctima, haciendo un ejercicio de responsabilidad importantísimo en aras a la gobernabilidad de España y a la estabilidad de las instituciones españolas, se abstuvo para que gobernara el señor Rajoy [aplausos]. Eso, ustedes serán incapaces siempre de hacerlo, es más, no están preparados genéticamente como partido para entender el interés de España de esa manera.

«Discurso vacío y alejado de la realidad». Esto lleva usted diciéndolo desde que se hizo cargo de la secretaria general de su partido de manera reiterada, de manera persistente. Pues, bien, ese discurso le ha llevado a perder sesenta y cinco mil votos y a que el Partido Socialista haya ganado sesenta y cinco mil votos. Fíjese la credibilidad que ha tenido su discurso catastrofista y alarmista en los últimos cuatro años entre la sociedad aragonesa.

Usted, señor Beamonte —y siento decirlo—, no ha cambiado en absoluto: es el Luis María Beamonte de 2015 a 2019, es una verdadera bendición para el Partido Socialista usted. Pero no es una bendición para Aragón, porque Aragón lo que necesita es un Partido Popular, una alternativa de Gobierno sería, fiable, propositiva y positiva, que piense en Aragón y no en intereses puramente espurios relacionados solo con el poder y relacionados solo con ser una franquicia, con ser una franquicia de Madrid en la ciudad de Zaragoza y en la comunidad autónoma. [Aplausos].

Habla usted, señor Beamonte, de que la recuperación económica no es atribuible a un gobierno ni a un partido. En eso estoy absolutamente de acuerdo, no puedo estar más de acuerdo. La recuperación económica se deberá siempre a los empresarios, a los pactos entre los trabajadores y los empresarios. Por cierto, me ha parecido fuera de la realidad y de lugar esa afirmación que ha hecho usted de que el diálogo social no ha funcionado en la comunidad en los últimos cuatro años. Creo que ha funcionado más que nunca en Aragón el diálogo social.

El mérito de la recuperación económica es atribuible fundamentalmente —insisto— a los empresarios, es atribuible o, en todo caso, es culpa de las autoridades europeas fundamentalmente, porque son las que marcan la política económica desde hace mucho tiempo, pero a la hora de distribuir responsabilidades positivas y negativas, a las comunidades autónomas siempre les cabe un pequeño porcentaje en las mismas, no en absoluto definitivo —insisto—, pero sí un pequeño porcentaje del mérito o del fracaso.

La comparación entre Aragón y España en la legislatura 2011-2015 es demoledora en contra de Aragón. La comparación entre Aragón y España en la legislatura 2015-2019 es rotundamente positiva a favor de Aragón. E insisto, eso se debe fundamentalmente a los empresarios aragoneses, al diálogo social, a los sindicatos, al talento y a la creatividad de nuestras gentes. Pero algo habrá tenido que ver el Gobierno de Aragón de la pasada legislatura para que, en esa legislatura, en Aragón haya sido donde más ha descendido el paro de entre todas las comunidades autónomas de España, y algo habrán tenido que ver las políticas del Gobierno de Aragón para que la economía crezca más en Aragón que en el resto de España.

Ustedes viven tan absortos en su propia realidad, ustedes viven tan alejados realmente de la realidad que, por desconocer, desconocen incluso las políticas que ha hecho este Gobierno. Y de manera sumaria les voy a recordar algunas.

En materia de automoción, por primera vez en la historia de Aragón, un Gobierno se ha implicado activamente con el sector para que el sector pueda hacer frente a la electrificación, para que el sector pueda hacer frente a la transición energética de manera solvente y competitiva. Eso lo hemos hecho a través de nuestra implicación activa en el diálogo entre empresarios y trabajadores cuando ha sido necesario, pero lo hemos hecho sobre todo, insisto, por primera vez, aportando doce millones de euros para intensificar el I+D+i, para intensificar la renovación tecnológica de Opel y de las empresas auxiliares y para ponernos a la cabeza del conjunto del país en la transición hacia el vehículo eléctrico, colaborando con Ibercaja en un proyecto formidable que es el de Mobility City. Eso son políticas concretas, señor Beamonte, que a ustedes ni se les hubieran pasado por la cabeza.

Cuando hablamos de agroalimentación, estamos hablando de un incremento sustancial de los fondos dedicados a la industria agroalimentaria, en torno a ciento treinta millones de euros, que han supuesto como mínimo la inversión de seiscientos. Eso ha traído la llegada de importantísimas industrias del sector y van a ver ustedes, no sé si con satisfacción o con preocupación, como en los próximos meses el número de anuncios en cuanto a implantaciones de industrias agroalimentarias, sobre todo en la provincia de Teruel, en esa que usted dice que no pensamos ,nos sorprende de manera muy positiva [aplausos], empezando por las Cuencas Mineras, donde ya hay anunciadas siete implantaciones nuevas y donde el Gobierno de Aragón ha puesto doce millones de euros para traer otras implantaciones. Eso tampoco se les hubiera pasado por la cabeza a ustedes.

En materia de renovables, y fíjese usted si hace cierzo en Aragón para no desdeñarlo como recurso de generación de empleo, heredamos una situación de marasmo, una situación caótica del anterior Gobierno, que durante cuatro años fue incapaz de desatascar los permisos, las autorizaciones y todo lo que tenía que ver con la implantación de parques fotovoltaicos o eólicos. Heredamos esa situación de paralización absoluta y, merced a gestiones del Gobierno de Aragón, merced a gestiones estrictas del Gobierno de Aragón, en este momento Aragón va camino de ser líder en la generación de energías renovables. Insisto, heredando una situación de marasmo, heredando una situación absolutamente catastrófica del anterior Gobierno.

Con la logística, ustedes se ocuparon fundamentalmente de arruinar Plaza, de tender sobre Plaza un manto de ignominia que luego se ha demostrado que era absolutamente injustificada. Este Gobierno recuperó para la logística aragonesa el prestigio. Este Gobierno empezó a gestionar de manera adecuada, y creyendo en ella, la logística, la magnífica situación estratégica que tiene nuestra comunidad. Empezamos a publicitar de manera positiva esa situación estratégica y empezamos a vender miles de metros cuadrados de suelo.

Empezamos a activar las relaciones ferroviarias con los puertos para constituir Zaragoza en el principal hub ferroviario de España, con el puerto de Barcelona, con el puerto de Algeciras, a través del proyecto de ferroutage, que en este momento puede convertir la conexión entre Zaragoza y la plataforma logística de Antequera en la principal conexión norte-sur de la península ibérica.

Y activamos el eje Cantábrico-Mediterráneo, que es lo que definitivamente pone a Aragón en el mapa de la España del futuro, que deja de ser una España radial y pasa a convertirse en una España reticular que permitirá que las energías económicas, culturales y políticas de todas las comunidades autónomas se desplieguen como jamás hubiéramos pensado que lo podían hacer, gracias a la aplicación de los instrumentos que nos concede, por cierto, el Estatuto de Autonomía, en el que ustedes creen a medias. Un corredor Cantábrico-Mediterráneo que ha sido incluido en la planificación europea gracias a un Gobierno socialista [aplausos], porque el Gobierno del Partido Popular anterior, el Gobierno del ministro De la Serna, lo dejo excluido del Mecanismo Conectar Europa 2021-2027.

Fíjense, en pocos minutos, el resumen que les he hecho de medidas concretas, de medidas positivas, de medidas potentes del Gobierno que he tenido el honor de presidir a lo largo de estos años.

Y eso se nota en un diferencial, no en que Aragón crezca, que toda España crece, no en que en Aragón se genere empleo, que en toda España se genera empleo; nuestras acciones han supuesto que en Aragón se genere más empleo y se crezca más que en el conjunto del país. [Aplausos].

En materia de sillones, que es una palabra que ustedes acostumbran a utilizar con mucha ligereza, como si a ustedes no les importara en absoluto la ocupación de responsabilidades, en materia de sillones, le voy a decir solo una cosa: es público y notorio que ustedes, al Partido Aragonés, para traerlo a su redil —porque lo que ustedes hacen normalmente en la política es crear rediles—, para traerlo a su redil, le ofrecieron medio Gobierno y lo que no está escrito. Y estoy seguro de que, si el señor Aliaga, dada la poca afición que tiene usted a encabezar un Gobierno, le hubiera pedido la presidencia del Gobierno, usted se la hubiera dado. Y estamos hablando, señor Beamonte, de sillones.

Habla usted de un pacto de tiralíneas y me parece una descripción magnifica del pacto que hemos hecho. Ustedes acostumbran a pactar a martillazos; nosotros, con fineza y con tiralíneas, efectivamente, y pensando que en los tiempos que corren es absolutamente miope pactar atendiendo exclusivamente a imperativos ideológicos.

Los ciudadanos, en Europa, en España y en todos los ámbitos, dada la gravedad de los retos y de los desafíos que tenemos por delante, nos están pidiendo a los políticos que seamos útiles, que trascendamos de nuestra corta mirada sobre el poder y que pensemos en el país y en la solución de esos grandes desafíos. Y eso, en Aragón, en España y en Europa nos emplaza a pactos transversales, que no sé su maestro de Tarazona lo que entendería por «transversalidad», pero, en todo el mundo habitado y civilizado, por «transversalidad» se entiende el acuerdo entre fuerzas de diferente signo ideológico.[Aplausos.]

De manera transversal se ha hecho la elección de la presidenta de la Comisión Europea, transversalidad hemos pedido muchos para la conformación de la gobernanza en España, y transversalidad es lo que yo pedí antes de las elecciones para la gestión del resultado poselectoral, y aquí ayer, en esta tribuna, cité dos momentos concretos en los que hice referencia expresa y explícita a esa circunstancia.

Aragón, lo decía usted, es tierra de pactos. En Aragón, los pactos transversales no son una novedad, porque se han dado con anterioridad y, además, han sido exitosos, protagonizados en el año 1999 por el Partido Socialista, por el Partido Aragonés y apoyados por Izquierda Unida, precedente de transversalidad que le da mucha fuerza como precedente a lo que nosotros queremos hacer en este momento en Aragón.

Ustedes hablan de que lo que nosotros traemos a esta Cámara es una amalgama informe, una amalgama sin otro cemento que las apetencias de ocupar sillones, de ocupar el poder, y lo cierto es que basta echar una mirada somera a las dos opciones que tenía esta Cámara para organizar el Gobierno de Aragón para ver qué es más amalgama y qué es menos amalgama. El Partido Socialista ha hecho un pacto de Gobierno con otras tres fuerzas políticas y ha sido apoyado o va a ser apoyado desde fuera por otra fuerza política, por Izquierda Unida. ¿Con qué cemento, con qué elemento de unión? Con el Estatuto de Autonomía de Aragón y con los acuerdos básicos de la política aragonesa de las últimas décadas.

¿Qué ventaja hemos tenido quienes hemos pactado este Gobierno respecto a ustedes? Que lo hemos hecho nosotros, que no somos meras franquicias de las direcciones de sus partidos en Madrid. El Gobierno de Aragón que ustedes querían hacer se pactaba en Madrid, y ustedes, señores del Partido Popular, aceptaban de manera resignada que ese Gobierno no lo presidieran ustedes, sino que lo presidiera el señor Daniel Pérez, y eso se ordenaba desde Madrid, y ustedes se resignaban y se resignan a ser meras franquicias de las direcciones de sus partidos en Madrid.

Ustedes, digan lo que digan, carecen de una visión propia de Aragón, y como carecen de una visión propia de Aragón y tienen que levantar todas las mañanas el teléfono para ver lo que les dicen desde Génova, son incapaces de hacer un pacto que se base en Aragón y que entienda Aragón como un proyecto común y específico dentro de la España constitucional. Y, sin embargo, quienes hemos pactado en Aragón lo hemos hecho de manera absolutamente autónoma y hemos podido prescindir de la obligación, hemos podido prescindir de lo que significan los límites de nuestras ideologías respectivas, porque hemos encontrado un inmenso campo de acuerdo —insisto— en el desarrollo del Estatuto, en las que una parte de los que ustedes querían pactar no creen, lo quieren abolir y que ustedes se lo creen a medias, hemos hecho un acuerdo amplio sobre el interés de Aragón, y cuando uno piensa en su tierra, cuando uno piensa el interés general de su tierra, es relativamente sencillo trascender la ideología. [Aplausos].

Y ustedes, ¿qué pacto pretendían? Ustedes pretendían un pacto que no tenía otra finalidad que hacer de la Diputación General de Aragón un instrumento, un ariete contra el Gobierno de España, desentendiéndose absolutamente del interés general de la comunidad. Cómo iba a ser estable ese Gobierno si en él se iban a alojar dos fuerzas políticas, el Partido Popular y Ciudadanos, que están compitiendo encarnizadamente entre sí para liderar la derecha en España y en Aragón. Cómo iba ser estable ese Gobierno si uno de los socios (Ciudadanos) abomina de otro socio (de VOX) y no se quiere ni siquiera hacer una foto con ellos porque los desprecian olímpicamente. Cómo iba a ser estable ese Gobierno con un partido como el PAR, al que tanto ustedes del Partido Popular como Ciudadanos llevan años intentando aniquilar, intentando eliminar del mapa de la política aragonesa. Cómo iba a ser estable ese Gobierno —insisto— hecho desde Madrid y no a la medida de las necesidades de Aragón, ni siquiera a la medida de la expresión de la voluntad de muchos representantes de esos partidos en Aragón que seguramente hubieran querido pactos distintos.

Por tanto, puestos a comparar la estabilidad, puestos a comparar la coherencia interna, puestos a comparar los cementos dignos que unieran a una coalición o a la otra, me parece que la que nosotros estamos intentando es mucho más solvente, mucho más sólida y mucho más coherente. [Aplausos].

Por último, señor Beamonte, le agradezco que me conceda la legitimidad de intentar formar un Gobierno, ¡faltaría más! El Partido Socialista ha sacado el 30% de los votos, diez puntos más que usted. Por tanto, me da la impresión de que legitimidad para intentar organizar un Gobierno en torno al Partido Socialista la teníamos absolutamente toda. Y reclama usted, a su vez, que yo le conceda la legitimidad que a usted le asistía para intentar formar un Gobierno, pero, en todo caso, señor Beamonte, ¿por qué no lo hizo?

Para gobernar, primero hay que intentar ganar las elecciones y, en todo caso, intentar formar una mayoría para hacerlo, porque usted, señor Beamonte, desde el primer día —llevaba dos meses y pico sin hablar—, dimitió de su responsabilidad de líder del segundo partido de la comunidad y dejó en manos del líder de Ciudadanos, del señor Daniel Pérez, que estuvo mucho más listo que usted…, dimitió de su responsabilidad y dejó en manos del señor Daniel Pérez la posibilidad de armar un Gobierno. Esa es una pregunta que se hace toda la sociedad aragonesa informada, y es una pregunta a la que usted alguna vez tendrá que responder, porque —y con esto termino mi primera intervención—, seguramente, la persona más beneficiada de Aragón porque yo sea elegido hoy presidente del Gobierno de Aragón es usted; en la otra coalición, usted pasaba a ser un personaje irrelevante. En esta coalición, usted tiene la oportunidad de recuperar su condición de líder de la oposición y estar a la altura de un partido, el Partido Popular, que es fundamental para organizar la gobernanza de este país y, desde luego, para organizar el buen funcionamiento de la democracia en Aragón y en España. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor candidato.

Tiene la palabra, para la réplica, el representante del Partido Popular, señor Beamonte, por un tiempo de diez minutos, como siempre, con la generosidad que además pactamos ya en la Junta de Portavoces.

El señor diputado BEAMONTE MESA: Muchas gracias, señor presidente.

La verdad es que la genética sobre los políticos, creíamos que había terminado en 1945, señor Lambán. [Aplausos].

Mire, aquí estamos para evaluar las posibilidades de que usted sea investido. A tenor de su intervención de hoy, parece que estamos en otra cosa. A mí ya no me sorprende, lo conozco, y ese tono de ayer no iba a ser el de hoy. A mí no me va a sorprender, pero tenga la seguridad que yo no voy a entrar en esa especie de juego descalificador en el que usted tan bien se siente, se mueve y es tan feliz, la verdad es que no.

Oiga, que igual estoy equivocado, señor Lambán, que es que igual usted nunca falta, igual nunca insulta, nunca tienen bravatas, que igual son juicios de valor simplemente. Igual estoy en un error, señor Lambán, no sé, es posible.

Mire, la transversalidad es la excusa para servirse a sí mismo, y no me venga con más cuentos: supervivencia, egoísmo y apego al sillón. Esa es la auténtica realidad.

Usted miro alrededor y dijo: voy a ver quién tiene muchas necesidades, y los encontró. Y esa es la realidad y no me puede decir lo contrario.

Mire, usted me habla de cuestiones de política nacional, pero es que se lo tengo que decir, señor Lambán, si usted ha estado callado estos días, hasta ayer, que dijo alguna cosita. Lo de Navarra con Bildu, ¿es mentira? Lo de su presidente, al que usted ya adora en estos momentos… Sé que le dijo que no era su secretario general y después vino aquí y se había acabado la «operación triunfo» del PSOE y que después vino aquí y dijo «todos somos Pedro Sánchez». Ese presidente es el que pacta con el independentismo.

Oiga, le voy a poner un ejemplo que es muy gráfico. Por el bien de España, el Partido Socialista se abstuvo, por el bien de instituciones que usted presidía, yo me abstuve durante cuatro veces consecutivas en la aprobación de los presupuestos de la diputación provincial que usted presidía. [Aplausos]. Aún le voy a decir más: y en la legislatura siguiente, otras cuatro. O sea, sume: cuatro y cuatro, ocho, señor Lambán. Por eso, no entienda que el «no» por el «no» es una consecuencia que nos acompañe.

Mire, usted ha hablado de cuestiones... Yo no me meto en la vida interna de su partido, como lo hace usted. «Perder las elecciones». Hombre, si yo le dijese que usted gobernó perdiendo las elecciones, sé lo que me iba a decir, no tengo ninguna duda, por eso no se lo voy a decir. Pero déjeme que le diga una cosa: el centroderecha ganó las elecciones en esta comunidad y lo que tiene usted es un pacto de trileros, que es algo totalmente diferente [aplausos], un pacto de trileros, que es diferente. [Rumores].

Mire, nosotros no aspirábamos a tener que presidir al precio que fuese, usted sí, usted sí. Nuestro objetivo no era coger un sillón, no, señor Lambán, era conformar un Gobierno de moderación, de centro, sí, de los de verdad [rumores], un gobierno moderado, de centro, que respete a todo el mundo, incluso al que piensa diferente y distinto, que no criminalice a nadie, porque, de la misma manera que se dio carta de naturaleza a Podemos cuando llegó a este Parlamento porque así lo decidieron los ciudadanos, de la misma manera tiene derecho a tener carta de naturaleza y reconocimiento y respeto el Grupo de VOX porque así lo decidieron los ciudadanos, por lo mismo.

Pero hay una gran diferencia entre usted y yo, señor Lambán: yo, si me tuviese que sacrificar por mis compañeros, lo haría, pero usted lo que haría sería sacrificar a sus compañeros. [Aplausos]. Y no haga que sea más explícito. Yo intento ser útil, usted intenta ser importante, por eso descalifica de la manera que descalifica. A usted, como mejor le puede..., es conmigo. Mire usted, yo cumplo con mi obligación, con mi obligación, e intento ser respetuoso con todo el mundo, usted utiliza la fórmula de la descalificación a modo de conquista de aplausos de su claque. Pero no creo que eso le dé felicidad. A mí lo que me importa es lo que usted gestione, no lo que diga, porque además ya tengo experiencia al respecto en cuanto a sus cuestiones.

Mire, hace muchas afirmaciones sobre economía. Le voy a decir una cosa: 2018, Aragón, en términos de contabilidad nacional, creció por debajo de la media de España. Sí, sí, señor Lambán [rumores], 2018, en términos de contabilidad nacional, una décima. [Rumores]. No, ni «déjalo», ni nada!, es así, sencillamente [rumores], ya sé que les gusta oír poco las cosas.

Pero no me hable de falta de responsabilidad en sectores estratégicos como la automoción en Aragón. Cuando la automoción en Aragón tenía un grave problema, sobre todo en la planta de General Motors, hace muy poco tiempo, y hubo que hacer algo, convalidar un real decreto, un real decreto que no salía adelante si no se posicionaba el Partido Popular, y que tenía que ver con el relevo generacional, y luchamos desde el Grupo Parlamentario Popular para que saliese después de hablar con General Motors. Y sin el posicionamiento del Partido Popular en el Congreso y la presión que hicimos desde Aragón no hubiese salido adelante porque ese real decreto llevaba aparejadas medidas en materia de eléctricas que iban en contra del espíritu de lo que era la propia filosofía. Pero fue el posicionamiento del Partido Popular lo que consiguió sacar ese decreto y que mil ochocientas personas no sufriesen el problema de poder ser despedidas en los años sucesivos por la falta de relevo generacional. Aquí nos mojamos todos, señor Lambán, todos, todos. [Aplausos].

Como le decía, aquí estamos para lo que estamos, para evaluar la posibilidad de que usted sea investido.

Y no intente convertir esta sesión en una especie de manchar a tres fuerzas políticas, que si Ciudadanos, que si el pacto, que si era mejor el suyo, que... Mire, yo hablo de mi partido, no voy a hablar de otros partidos [rumores], pero estoy convencido de que este acto de intentar manchar a tres fuerzas políticas que usted ha hecho es un sentimiento compartido por Ciudadanos y por VOX. Ha parecido que..., una especie de..., oiga, fuera de nosotros, lo que hay es un aquelarre, un juicio sumarísimo, apartarnos de la escena pública es su objetivo.

Comete el mismo error que hace cuatro años cuando intenta rechazar a los aragoneses que piensan diferente de usted, señor Lambán. Porque usted ha demostrado siempre una cosa, por mucho que quiera disfrazarlo ahora: usted ha demostrado siempre sentirse muy cómodo en la radicalidad, muy cómodo —he de echar mano de la genética, pero no me atrevo después de lo que he dicho—, desde sus orígenes, desde sus orígenes, sin ser consciente de una cosa, de que es esa radicalidad excluyente precisamente la que excluía a la mitad de los aragoneses.

Pero de esto se trata, señor Lambán, de tener altura y ser consciente de que la Presidencia de Aragón no es uno de sus cargos de partido. Porque, mire, que usted diga ciertas cosas cuando fue capaz de decir que, si no le solucionaban sus problemas para ser secretario general del Partido Socialista, disolvía este Parlamento, eso tiene cuajo, señor Lambán, eso tiene cuajo. [Aplausos].

En política nacional yo siempre he reconocido que el Partido Socialista fue absolutamente determinante en ese proceso de reconciliación y en el modelo de convivencia que nos dimos el conjunto de los españoles. Pero el Partido Popular también y otras fuerzas políticas también. Pero permítame que le diga que, si alguien cojea en estos momentos, es usted, su partido y muchos de sus socios, es la auténtica realidad.

Oiga, ¿y qué es eso de que —porque no ha dicho nada— todas aquellas fuerzas que no apoyen su investidura quedarán excluidas de acuerdo alguno en este Parlamento? No ha dicho nada. Mire, vetar al Partido Popular en este caso es sencillamente ignorar lo que es la que la arquitectura fundamental de este Parlamento, de lo que es el Estatuto, la soberanía, de lo que es el propio debate político, la propia relación institucional, y eso que se les llena la boca con tierra de pactos, es un sectarismo absoluto, todo por el poder.

Pero esa idea que quiere vendernos de transversalidad, de centralidad, de moderación, de que antes hablaba, ha quedado ya diluida en su comparecencia anterior. Sí, algunos ayer hablaron de lo que antes decía, ¿no?, «transversalidad enriquecedora». Me pongo a temblar, no sé qué quiere decir. Pero ya verá usted, señor Lambán, en cuanto vengan mal dadas, que es tanto como decir en cuanto coja la puerta de salida. [Rumores]. Ya verá como usted dice «yo quiero pactar con otros partidos porque yo soy un hombre de consensos, ya verá como lo dice. Pero todo falso, se lo digo yo, sus pactos solo son a conveniencia, señor Lambán, y es hábil, pero a conveniencia, a conveniencia. Usted no sale hoy aquí con un cheque en blanco, no, ¡si lo sabe!, usted sale aquí con una hipoteca, a usted solo le mueve el poder.

Mire, mi partido tiene principios y convicciones, y seguro que no pacta con cualquiera a cualquier precio para estar en una institución, con cualquiera y a cualquier precio, su partido sí lo hace, su partido sí lo hace. [Rumores].

Usted se ha presentado a esta investidura con un pacto in extremis, un pacto mal amarrado, con poco futuro, un tanto esquizofrénico. Sí, el pacto de la vergüenza, el pacto del sillón, señor Lambán, el pacto del sillón. Ya lo sufrimos en la última legislatura en un Gobierno en minoría y sin los apoyos suficientes, un Gobierno precario, que gestionó lo obvio, un Gobierno que sacaba los presupuestos tarde y mal, un Gobierno que desaprovechó muchas oportunidades, y lo sabe bien. Y en materia económica, muchas, muchas, señor Lambán. Tiempo tendremos de debatir.

Y ¿qué nos ofrece hoy? Pues más de lo mismo. ¡Pero si estamos sin presupuestos! Y estamos sin presupuestos porque ustedes no quisieron presentar ni siquiera un borrador de presupuestos. Estamos sin presupuestos por propia táctica política y estrategia política. Estamos sin presupuestos porque no querían enfrentarse a Podemos y estaban buscando en Ciudadanos el ramal donde agarrarse para conformar Gobierno. Estamos sin presupuestos por conveniencia personal suya, señor Lambán [aplausos], y lo sufren los aragoneses, porque ustedes debieron intentarlo al menos y no lo quisieron hacer. ¡Qué tomadura de pelo es esa!

Como tomadura de pelo es decir que han ejecutado el 91% del programa, como ayer decía. A ver, en los hospitales de Teruel y de Alcañiz, los centros del Perpetuo Socorro o del barrio de Jesús, las urgencias de Huesca, el plan de carreteras, la ley de renta social básica —señores de Podemos, eso que pactaron, que era lo estrictamente necesario, fundamental y urgente, y que duerme en sueño de los justos—, la ley de infancia y adolescencia, el plan de retorno joven..., y podría seguir con muchas otras cosas. ¿De verdad que eso solo representa el 9%, señor Lambán? ¿Solo el 9% representa? ¿Sabe que de 2018 tiene doscientos millones de euros de inejecución? ¿Sabe qué son esos doscientos millones de euros, doscientos veinte millones entre políticas sociales e inversiones? ¿Sabe que esos doscientos veinte millones son la equivalencia a dos años de subidas de impuestos, esas que a usted tanto le gustan y que tanto aplicó? ¿Y para qué suben los impuestos si después no los ejecutan en los presupuestos correspondientes?

Yo estoy seguro de que Aragón necesita consensos, sí, y pactos y acuerdos en diversas materias que no van a ser posibles en estos cuatro años. El Partido Aragonés se ha encargado de marcarle unos vetos, aunque luego se los salta, y Podemos, los suyos, así que el margen de actuación, pues, es el que es. Y necesitamos pactos, señor Lambán, en la educación, en la sanidad, en las infraestructuras y la despoblación, en modernizar nuestra economía, y no nos vamos a esconder, señor Lambán.

Si usted quiere seguir vetando, pues, siga vetando acuerdos por el bienestar social, que son imposibles de alcanzar sin el conjunto de la mayoría de lo que representa esta Cámara.

Usted va a depender de los caprichos de cinco grupos y será posible que alcance algún acuerdo transformador, de verdad que sí.

Podemos se ha encargado de que usted acepte el veto al Partido Popular, a Ciudadanos y a VOX, y no ha salido a desmentirlo. Si pedirlo ya era un ejercicio que rayaba el fascismo, qué decir de quien en un principio acepta la exclusión preventiva de treinta y un diputados de esta Cámara. Eso sí, antes de comenzar la sesión de investidura, usted salió y tuvo que decir en público que no habrá vetos a otros partidos que no apoyen esta investidura. Pero permítame que le diga que el mero hecho de que usted tenga que salir a negarlo cuando Podemos, uno de sus socios, dice abiertamente lo contrario, habla muy a las claras de la debilidad de un acuerdo de simple conveniencia, de simple supervivencia.

Por eso, le reto hoy, señor Lambán, a una cosa que creo que es importante en este debate de investidura: asegure a los aragoneses que si usted sale elegido presidente, va a ser libre para poder pactar con el conjunto de las fuerzas políticas del arco parlamentario en estas Cortes de Aragón. Repito, con todos los partidos, los asuntos de interés general. A eso le reto, señor Lambán, eso es lo importante que usted diga en estos momentos también. Tolerancia y respeto, señor Lambán.

Algún día, con la distancia y la información que hoy no tenemos, podremos analizar las consecuencias del «gobierno del sillón», pero el pronóstico no creo que sea muy halagüeño. Entonces, también conoceremos las motivaciones de algunas personas que han llevado a alguno a echarse en sus brazos, que se han echado en sus brazos antes que su propio nieto, señor Lambán, su nieta. Por eso ya, a partir de ahora, seguro que su hija ya le deja que la coja, porque ya va teniendo experiencia.

Este pacto representa la alianza más oscura y turbia que ha padecido esta tierra jamás, este pacto representa la alianza más oscura y turbia que ha tenido esta comunidad autónoma jamás, una alianza contra natura que imposibilita un proyecto serio para Aragón y votado por los aragoneses.

El poder de seducción que usted ha tenido, señor Lambán, es proporcional a la capacidad de arreglar algún desaguisado: todo por Podemos, pero con Podemos; o todo por Podemos, pero con el PAR, ¿verdad, señor Lambán? ¡Qué vergüenza! Menuda hipoteca nos ha caído en estos cuatro años.

Mire, da igual todo, da igual todo. Como le decía antes, señor Lambán, da igual la coherencia, da igual lo dicho en campaña, da igual el pronunciamiento de los votantes de los ciudadanos, la confianza que han ido depositando. Como se puede imaginar, es todo posible, pero todo es imposible. Pero mire, ni siquiera la memez de la transversalidad puede hacer que mi partido pueda votar a un partido o a un candidato del Partido Socialista —déjeme acabar— avalado por la extrema izquierda, una izquierda radical que quiere destrozar España, que no tiene ascos en decirlo. Y por el aragonesismo acomodaticio, representado en esta Cámara por Chunta y por el Partido Aragonés, que usted intenta cooptar arrebatándole a Chunta y PAR ese espacio, y el tiempo lo dirá.

Señor Lambán, como usted mismo dice en muchas ocasiones, que le sea leve.

Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Beamonte.

Tiene la palabra, para la dúplica, el candidato, señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor Beamonte, yo eso lo digo a los que se mueren. Imagino que no me está deseando usted, en cuanto a la brevedad, por aquello por lo que yo digo «que le sea leve».

Señor Beamonte, yo le quiero hacer una recomendación desde el afecto más absoluto: dado el inmenso respeto que en los últimos meses le han demostrado todos los representantes de los partidos políticos aragoneses, usted debería ser más respetuoso con ellos. Se lo digo simplemente como recomendación, e insisto, insisto en que usted, para el Partido Socialista, es una bendición de los dioses, pero para Aragón, desde el punto de vista de lo importante que es un Partido Popular serio, coherente y capaz de ser una alternativa, para Aragón, no es una buena noticia usted.

Dice que a dónde vamos a encaminar la política fiscal. Hacia donde, con toda claridad, se expresa en el acuerdo que hemos suscrito cuatro fuerzas políticas, hacia una fiscalidad progresiva, hacia una fiscalidad suficiente para sostener los servicios públicos y las políticas de empleo en Aragón, hacia una fiscalidad en la que quienes tienen más paguen más. Y a continuación, hemos dicho con toda claridad que pretendemos mantener la presión fiscal en Aragón por debajo de la española, y eso no lo digo como una aspiración, sino como la continuación de una realidad, y le enseño otra vez un esquema donde se demuestra con toda claridad que Aragón está por debajo en cuanto a presión fiscal de lo que es la media española.

Además, hemos dicho que en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, plantearemos la armonización de la presión fiscal aragonesa con las del resto del país, que —insisto— está por debajo de la del resto del país.

Y hemos dicho con toda claridad que plantearemos la supresión del impuesto de sucesiones en la medida en que seamos capaces de sustituir la pérdida de ingresos derivada de esa hipotética decisión por otro tipo de ingresos, porque el impuesto de sucesiones lo paga una parte mínima de los aragoneses, y de los servicios públicos se beneficia la totalidad, la inmensa mayoría de los aragoneses.

Con la Cámara de Cuentas, podríamos hacer un ejercicio comparativo que a ustedes les sonrojaría, simplemente comparando los informes de la Cámara de Cuentas de la legislatura anterior con los informes de la Cámara de Cuentas de las legislaturas en las que yo ejercí la Presidencia: de alteraciones de cifras, de utilizar un plan de empleo para pagar nóminas, de facturas en los cajones, de todas las irregularidades que usted quiera imaginar, pero no lo voy a hacer. Simplemente le voy a decir que en el año 2018, por primera vez en muchos años, Aragón cumplió el objetivo de déficit. Simplemente, le voy a decir que la deuda de la comunidad, con ser preocupante, está por debajo del resto de la deuda en el conjunto del país, y, evidentemente, le voy a decir que estamos muy por debajo de la media en cuanto al plazo del pago a proveedores, cosa que a ustedes les preocupaba mucho cuando gobernaban, pero que fueron incapaces de resolver. [Aplausos].

En el tema del respeto a la concertada, creo que hemos sido en la legislatura pasada más respetuosos nosotros que ustedes. Ustedes votaron en contra del pago a los profesores de la concertada en la Comisión de Hacienda de estas Cortes, y la convivencia final entre las dos modalidades por parte del Gobierno anterior fue absolutamente equilibrada. Para conseguir la convivencia pacífica entre pública y concertada, en esta legislatura vamos a tener que esforzarnos bastante poco, porque es un logro prácticamente alcanzado en la legislatura anterior.

Algunos de los problemas de la sanidad aragonesa derivan también, y no pretendía hoy hablar de comparaciones entre la legislatura de la señora Rudi y la mía, la señora Rudi me merece todos los respetos, la señora Rudi sí que era una alternativa de Gobierno antes y un Gobierno digno después [rumores], en aquella legislatura se originó el germen de algunos de los problemas que tiene la sanidad aragonesa: la jubilación de los médicos a los sesenta y cinco años hizo que, en un momento determinado, faltaran especialistas en la comunidad [aplausos]. Y fue una decisión tan perniciosa para el servicio, porque nos quedamos sin especialistas, y tan perniciosa para las arcas autonómicas (la decisión, absolutamente irresponsable, del consejero de Sanidad de la época le va a costar a las arcas del Gobierno de Aragón treinta y dos millones de euros), fue tan perniciosa por las dos razones para la sanidad que, seguramente, ustedes tendrían que estarse unos cuantos años mirando a la pared en señal de penitencia. [Aplausos].

Cuando habla del olvido al sector primario, los que se olvidan del sector primario son ustedes, que ni siquiera se enteran de lo que se hace por el sector primario. [Rumores]. Esta legislatura ha sido la de la reactivación de las políticas de desarrollo rural, la de las políticas de incorporación de jóvenes agricultores, la de las políticas de innovación en el sector agrario y la de las políticas de recuperación de regadíos, con veinticinco mil hectáreas de regadío nuevas. [Aplausos]. En la legislatura de ustedes no se hizo absolutamente nada; por tanto, en este caso ni siquiera cabe la comparación.

El acuerdo sobre el agua que se estipula en el acuerdo de Gobierno firmado es la pretensión de intentar ponernos de acuerdo otra vez, como hemos hecho siempre en Aragón desde el año 1992, sobre lo que tiene que ser el futuro de la política hidráulica en la comunidad. [Rumores]. Dicho lo cual, si hay políticas en las que a mí particularmente se me pueden dar pocas lecciones, se me pueden dar lecciones de muchas cosas: de política hidráulica, no. A usted, Yesa, Biscarrués, Mularroya, le suenan a topónimos celtas de una novela histórica; a mí, Yesa, Biscarrués y Mularroya me suenan a iniciativas de la política aragonesa pactadas en el año 2007, concertadas con el Estado, y que yo he defendido con uñas y dientes y sigo defendiendo con uñas y dientes. [Aplausos].

El olvido de Zaragoza. La legislatura pasada ha sido una legislatura, desde el punto de vista del Gobierno de Aragón, espléndida para Zaragoza.

En la legislatura de la señora Rudi, el Ayuntamiento recibió veintitrés millones de euros del Gobierno de Aragón; en la legislatura pasada recibió noventa y seis. En eso ha consistido el olvido por parte del Gobierno de Aragón de la ciudad de Zaragoza.

En la legislatura pasada se construyeron siete colegios públicos en el sur de la ciudad para acabar con el éxodo de estudiantes que se estaba produciendo hacia otros colegios de la ciudad. Con ustedes no se construyó ninguno.

Y ayer, en mi discurso de investidura, hice varias referencias a la ciudad de Zaragoza, emplacé al actual Ayuntamiento a varios acuerdos de mucho calado estratégico que, por cierto, el actual Ayuntamiento ha recogido con mucha expectación y de manera muy positiva, aunque sé que a usted le pasaron absolutamente desapercibidos.

En materia de despoblación, yo no sé si solo por nuestras políticas, pero algo habrá contribuido nuestra política a que, de todas las comunidades autónomas de la España vaciada, Aragón sea la única en la que en el año 2018 ha crecido la población, prácticamente, al mismo ritmo que lo ha hecho en el conjunto del país.

Políticas de empleo, políticas de servicios públicos, políticas, en definitiva, que son las más eficaces para combatir la despoblación, junto con una PAC adaptada a las necesidades del sector agrario, del medio rural, y junto con algo que es absolutamente indemorable, que es una nueva financiación autonómica, un nuevo sistema de financiación autonómica, que no está con este Gobierno, que empezó a trabajar en el año 2018, pero que tampoco estuvo con el Gobierno anterior, que es el principal responsable, porque en el año 2014 ya había que poner sobre la mesa un nuevo sistema de financiación autonómica. [Aplausos].

A mí no me gustan los pactos con Bildu. A ustedes, en alguna ocasión, concretamente en Álava, sí. [Rumores].

Usted se abstuvo en unos cuantos presupuestos de la Diputación Provincial de Zaragoza. Yo tenía mayoría absoluta; por tanto, la abstención, estrictamente necesaria, no era. [Risas]. Si quiere, le cuento por qué se abstenía usted en los presupuestos de la Diputación Provincial de Zaragoza. [Aplausos].

A mí, el partido de VOX, y lo digo sinceramente, me merece todos los respetos, son legítimos representantes de una parte de la sociedad aragonesa. Ahora, centro-derecha, señor Beamonte, centro-derecha exactamente no son. [Aplausos]. [Rumores].

En cuanto al crecimiento de nuestra economía, es verdad que en el año 2018 aparecimos por debajo del crecimiento español, pero se ha dicho hasta la saciedad que ello era debido a un fallo en las cuentas, toda vez que no se computaba la exportación de Opel. Una vez computada la exportación de Opel, en 2018 estamos por encima del crecimiento de la media española, y, en 2019, ayer mismo decía Ibercaja que la economía aragonesa crecerá un 2,4% y la economía española crecerá un 2,3%.

Señor Beamonte, está usted haciendo hoy, a falta de un proyecto de futuro, un espacio de debate del estado de la comunidad más propio de hace un año que de la fecha de hoy, en la que ya han pasado unas elecciones, en la que tenemos un Parlamento nuevo, en la que ustedes han sido los más claramente derrotados de todas las fuerzas políticas, demostrándose que ha fallado estrepitosamente no sé si el liderazgo, la estrategia, el programa o la labor de oposición realizada, que, dicho sea de paso, se ha limitado a decir «no» permanentemente a todo. Estamos en otro escenario.

A usted, a pesar de tener más diputados, hay alguien que le intenta robar la merienda, en el mejor sentido de la palabra, como líder de la oposición, y me da la impresión de que sus esfuerzos van bastante bien encaminados. Fíjese si tiene usted tareas pendientes en vez de volver a repetir el estado de la comunidad del año pasado.

El estado de la comunidad es que el Partido Socialista fue el claro vencedor de las elecciones y usted fue el claro perdedor de las elecciones.

Y le voy a precisar algo que a usted le preocupa mucho y que a mí no me preocupa en absoluto, porque tengo las ideas absolutamente claras. Yo les insto a ustedes a la centralidad y a la transversalidad, y, si no entienden lo que significa centralidad y transversalidad, podemos destinar una sesión monográfica de estas Cortes a explicarlo y tratar de rebatirle a su maestro de Tarazona en esa falta de confianza que ese maestro demostraba hacia la transversalidad, que es, por lo demás, un concepto ampliamente extendido y cada vez más practicado en las democracias más maduras del continente europeo.

Y se lo puedo explicar, incluso, de manera personal, señor Beamonte. Ya sé que usted es excesivamente rígido en cuanto a la ideología, pero los tiempos no son de rigideces ideológicas, señor Beamonte, los tiempos son de búsqueda de grandes acuerdos. Los desafíos, le insisto otra vez, son ingentes, enormes, en el plano internacional, en el plano nacional y en el plano regional, y un solo partido no los puede abordar, y, en este momento, los modelos ideológicos llevados hasta las últimas consecuencias, más que una ventaja, son un inconveniente para la adecuada gobernanza de los asuntos públicos.

Le insisto a trabajar desde la centralidad y le insisto a hacer una oposición propositiva.

Ustedes tienen dos opciones a la hora de encaminar la oposición: una opción, que me temo que es la que van a practicar, que es la de inundar todos los plenos de proposiciones no de ley a este Parlamento para tratar de conseguir contradicciones internas y conflictos entre quienes formamos el Gobierno. Sé que es lo que van a hacer [rumores], sé que su sentido de la política, su altura de miras no va más allá, pero me gustaría que no hicieran eso, señor Beamonte, me gustaría que hicieran una oposición propositiva, es decir, me gustaría que hicieran una oposición consistente en poner sobre la mesa políticas serias.

Si esperan del Gobierno que se va a constituir falta de solidaridad interna, falta de cohesión y falta de coherencia, pueden esperar sentados, no la va a haber, y, frente a los intentos de sabotaje desde fuera que ustedes tratarán de hacer todas las semanas, el Gobierno reaccionará con solidez y con coherencia. Pero si ustedes se plantean esa oposición propositiva y vienen a estas Cortes a hacer propuestas buenas para Aragón, vienen a estas Cortes con buena voluntad de acuerdos, el Gobierno, como no puede ser de otra forma, las considerará, las recibirá de mil amores, el Gobierno en su conjunto, y tratará de conseguir acuerdos [aplausos] porque nadie puede ser vetado en democracia [aplausos], insisto, absolutamente nadie.

He de decirle por lo demás que yo pasé cuatro años en la oposición enfrente a un Gobierno presidido por una presidenta del Partido Popular y lo que encontramos a cada una de nuestras propuestas fueron portazos continuos [rumores], y eso que éramos la primera fuerza de la oposición.

Por tanto, señor Beamonte, le emplazo a instalarse en la centralidad, le emplazo a pensar en Aragón, le emplazo a cortar los vínculos de la obediencia debida y absoluta a Génova, a sus jefes de Madrid, y le emplazo a que sea responsable como dirigente de un partido aragonés.

Es mucho el campo de juego para el acuerdo y para llegar a buenas avenencias en asuntos relacionados con las personas, en asuntos relacionados con lo digital, que a ustedes les hace gracia porque lo desconocen absolutamente, no saben de lo que estamos hablando. [Rumores]. Es tan amplio el campo de juego, señor Beamonte, que en ese campo de juego cabemos absolutamente todos.

Insisto, no intenten fracturar al Gobierno [rumores] con políticas parlamentarias de sabotaje permanente, intenten hacer una oposición propositiva y a lo mejor en las próximas elecciones, en vez de perder otros seis diputados, que es de momento hacia donde va encaminado usted, los gane y vuelva a ser una fuerza política en Aragón digna de la confianza de los aragoneses. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lambán.

Continuamos con el debate con la siguiente fuerza política. Tiene la palabra el representante del Grupo Parlamentario Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, don Daniel Pérez Calvo.

El señor diputado PÉREZ CALVO: Señor presidente, menos mal que no han pactado entre ustedes, el Gobierno me refiero, porque, vamos, después de lo que acabamos de ver aquí, es evidente que alguna razón tenemos en Ciudadanos cuando decimos que hay que poner ya punto final a tanto bipartidismo, digo visto un poco lo que ha sido este debate tan edificante.

Señor candidato, señor Lambán, yo quiero decirle ante todo que, aunque nos conocemos poco, poquito, usted como persona, como Javier Lambán Montañés, me merece y tiene toda mi confianza, lo cual facilita mucho las cosas en lo que quién sabe si, emulando el final de la película Casablanca, esto podría ser el inicio de una bonita amistad por encima de nuestras discrepancias y diferencias políticas e ideológicas. Eso de llevarse bien y del entendimiento creo que siempre ayuda y es positivo. Créame, se lo digo con toda sinceridad, porque no lo necesito, pero, si no, yo ahora mismo a usted le compraría un coche usado sin dudarlo, no tendría ningún problema. Lo que no le puedo comprar, no le compro, es ese barco con el que pretende llevarnos por el sendero de la luz, de la paz, de la armonía y de la felicidad a un Aragón parecido a la Arcadia griega, solo que más social, más verde y más digital, ¿eh?, que es con lo que nos quedamos ayer, entre otras cosas, aunque tampoco entró mucho al detalle, ni siquiera un plan de Gobierno para los cien primeros días, «sota, caballo, rey, por aquí vamos a ir y así vamos a hacerlo».

Puede que ese barco, señor Lambán, esté muy bien de chapa y aparentemente esté bien también de pintura, no le digo que no, pero tiene varios problemas. El principal problema es que ese barco no flota, no flota, pero tampoco está claro que la tripulación de la nave vaya a ser capaz de ponerse de acuerdo a la hora de decidir qué rumbo quiere tomar y ni siquiera hacia dónde hay que echar los remos. A ver si le va a ocurrir a usted como a aquel capitán Schettino, de la compañía Costa, que en una maniobra absurda, una maniobra poco calculada, chocó, encalló y hundió parcialmente su barco, que mire por donde se llamaba Concordia, como el suyo, ¡lo que son las cosas!

Usted se presenta a la investidura con un discurso vacío, tiene una buena carcasa, como le digo, aparentemente, pero por dentro no hay chicha, como se suele decir. Está lleno, eso sí, yo lo reconozco, de voluntarismo y de buenos deseos, lo cual a usted le honra. No dudo de que, al igual que el resto de los diputados que estamos aquí, las personas que nos acompañan en la tribuna, la gente que nos está viendo en casa desde la televisión, todos, absolutamente todos, y ahí estamos de acuerdo, queremos lo mejor para Aragón, pero el problema no está en el «qué», sino en el «cómo» y en el «con quién». Su discurso de ayer demuestra que ni siquiera usted sabe aún cómo demonios va a conciliar sensibilidades políticas tan dispares a la hora de poner de acuerdo a quienes, por no tener, ni siquiera tienen claro el modelo de Estado en el que vivimos.

Propone usted, y me parece muy bien, recuperar el contrato político de la transición, que tuvo como principal fruto nuestra Constitución, nuestra ley de leyes, pero es que resulta que quiere contar para ello con quienes aspiran precisamente a romper el candado del setenta y ocho. [Aplausos].

Yo leo en los medios, oigo en la radio y en la tele lo que será la futura composición de su Gobierno y los apoyos parlamentarios con los que va a contar, y me viene a la cabeza una secuencia memorable de aquella deliciosa película de Mel Brooks, El jovencito Frankenstein, y lo de Frankenstein lo digo sin segundas intenciones. Es aquella sucesión de escenas —no sé si ha visto la película— en la que los caballos se encabritan y relinchan cada vez que se pronuncia el nombre de Frau Blucher, la singular y siniestra ama de llaves del castillo. Pues bien, yo ayer me imaginaba también a esos mismos caballos dando un respingo y relinchando cada vez que usted, para hablar de su futuro Gobierno, y teniendo en cuenta quién le va a acompañar, hablaba de «centralidad» y «moderación».

Es evidente, y yo ya le he dicho, que su discurso de ayer, dulce como la mermelada, está lleno de buena voluntad y de mejores intenciones porque solo persigue —no es poca cosa y no le arriendo la ganancia— no contrariar a ninguno de los socios con los que usted ha pactado, en su legítima aspiración, totalmente comprensible por otra parte, de repetir como presidente de la comunidad. Ha olvidado sin embargo algo que resumió muy bien Woody Allen cuando dijo que la mejor manera de no satisfacer a nadie es tratar de satisfacer a todo el mundo. [Aplausos]. Le voy a poner algún ejemplo.

Usted viene aquí y habla de introducir mejoras sin más en las estaciones de esquí, mejoras, sic, tomado literalmente de su discurso. Claro, nos quedamos con la duda de saber si van a ampliar la cafetería en Formigal o se va a acometer con todo rigor y con toda la seriedad el plan de conexiones entre las estaciones del Pirineo, que es lo que además lleva usted en ese acuerdo programático con el Partido Aragonés.

Usted viene aquí y habla de un nuevo acuerdo del agua, como si de repente hubiera que mandar a escaparrar el pacto ya existente y con las obras a medio hacer. ¿Qué va a pasar con Biscarrués? Usted ha dicho que apoya Biscarrués, muy bien, pero ¿qué va a pasar? Díganos cómo lo van a poder hacer cuando hace apenas unos meses, dentro de la coherencia que siempre han tenido, Chunta Aragonesista —creo que era el mes de enero— Pepe Soro, volviese a insistir en que Biscarrués no y no.

Oiga, y con el recrecimiento de Yesa, ¿qué va a pasar? Yo creo que sería muy interesante ver debatir al respecto aquí al señor Aliaga y al señor Soro, porque no dude que vamos a traer ese debate a esta Cámara y otros muchos.

Y a ver qué dice el señor Escartín cuando surja la necesidad apremiante de —si me permiten usar el verbo— «dragar» algunos tramos del Ebro, plantando cara a Europa si es necesario para evitar las inundaciones de las riberas, eso que usted, de manera eufemística, supongo que para no herir sensibilidades, llama «limpiar los cauces», como si fuera quitar un poquico la broza y ya está.

Usted viene aquí y promete impulsar la pacífica convivencia entre enseñanza pública, la privada y la concertada. No hace falta, señor Lambán. De garantizar esa armonía ya se encarga nuestro Estado de derecho a través de los tribunales, tal y como usted pudo comprobar, en abril de 2017, cuando más de treinta mil familias aragonesas salieron a la calle ante el rejón que su Gobierno pretendía dar a los conciertos educativos. Pero, todos modos, le digo una cosa: obras son amores. Si de verdad usted quiere que le creamos en relación con esa pacífica convivencia, empiece por retirar, si es que no lo ha presentado, el recurso ante el Supremo contra la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que daba la razón una vez más a las familias del colegio Ánfora de Cuarte de Huerva en la reivindicación de ese concierto. [Aplausos]. Y ya, de paso, por quedarnos en Cuarte de Huerva, porque además les prometí en campaña que sería un objetivo prioritario entre otros muchos, ya que estamos en Cuarte de Huerva, a ver para cuándo el centro de salud.

A propósito de salud, ¿ya ha pensado usted cómo va a resolver...?, pero cómo, ¿eh? Nos dice: «sí, lo resolvemos, impulsaremos, haremos...». No, ¿cómo, de qué manera va a resolver la falta de especialistas médicos en los hospitales aragoneses, especialmente en Teruel?

Porque lo que es sanidad, dentro de ese discurso vacío, más de lo mismo: ni una mala palabra, pero tampoco se vislumbran buenas acciones más allá de las que solo el papel es capaz de sostener.

Usted viene aquí y habla de fiscalidad progresiva. Bueno, está muy bien, lo de siempre, es lógico, que paguen más los que más tienen, ahí estamos todos de acuerdo. Pero, de forma sorprendente, nos anuncia que «estudiará», solo estudiará, la bonificación del impuesto de sucesiones y la supresión del impuesto de contaminación de las aguas —señor Aliaga, adiós al ICA—, habilitando para ello nuevas figuras tributarias para compensar los ingresos que se dejarán de recaudar. Como diría José Mota: «las gallinas que entran, por las gallinas que salen». Así, cualquiera, menuda reforma tributaria es esa...

Yo creo que no se van a eliminar sucesiones, aunque nosotros lo vamos a exigir de inmediato, ya se lo adelanto, y no lo van a hacer hasta que no tengan un plan alternativo para crujirnos con otros impuestos cuyos principales paganos, una vez más, vamos a ser las familias aragonesas, las clases medias, los autónomos, los empresarios y quienes madrugan todos los días para levantar la persiana. [Aplausos].

Su Gobierno no va a bajar impuestos, señor Lambán, más bien al contrario. Tenga en cuenta que ahora son más a repartir y el gasto político se les va a disparar a la hora de dar cabida a todos los integrantes de esa unión temporal de partidos para la supervivencia. He leído por ahí que la UTE contempla una nueva consejería, con sus correspondientes direcciones generales, cargos de confianza, etcétera. Más gasto político cuando ustedes se proponen elevar o mantener o hacer que crezca el gasto social. Ya me dirán ustedes a ver cómo lo cuadran.

Por cierto, ¿me permite una sugerencia, hablando de este nuevo Gobierno, de la nueva consejería? Yo entiendo que las componendas son muchas, pero, lo reconocí durante la campaña electoral, el señor Soro ha hecho una muy buena gestión en Turismo. ¡Déjele ahí! ¿Por qué vamos a cambiar lo que funciona? Yo creo que lo que funciona no se toca. Y, en cualquier caso, que no sea eso fruto de los apaños y los acuerdos para tener que colocar a otros que van en el pack. Es una mera sugerencia, sin más.

Sigamos.

Usted viene aquí a hablar de medio ambiente, de agricultura y de grandes planes forestales (tres millones de árboles creo que vamos a plantar), y, sin embargo, evita cualquier referencia a la caza y la pesca como revulsivos contra la despoblación y una potente fuente de ingresos en el medio rural. Me imagino que, si no alude usted a la caza, es por no contrariar o disgustar a aquellos que piensan que hasta salir al monte a cazar es de fachas. [Aplausos].

Yo podría seguir desgranando, punto por punto, su discurso de ayer, recogiendo las incongruencias o dejando en evidencia la falta de contenidos y dotaciones presupuestarias. De hecho, por no haber, no hay ni presupuesto. Hoy vence el plazo de presentación del techo de gasto no financiero; me imagino que, una vez más, la casa, por barrer. Me faltaría mucho tiempo para poder ir paso a paso, pero tenemos toda la legislatura por delante, no va a haber problema.

Yo insisto, señor Lambán, confío en su buena fe, se lo digo de corazón, para intentar por todos los medios que ese Gobierno de retales que usted va a presidir no reviente por las costuras a la primera de cambio. El problema es que no estamos hablando de una cena de Noche Buena, donde toca aguantar un par o tres de horas sin hablar de fútbol o de política para que los cuñados no se tiren a la yugular. Esto no es para un ratito, esto es para cuatro años. De verdad, díganos cómo va a obrar el prodigio, más allá de poner cuanto esté en su mano o, incluso, encomendarse, que a lo mejor no estaría nada mal, a la Virgen de La Oliva, la patrona de Ejea de los Caballeros.

Díganos, por favor, queremos saber, necesitamos saber cuáles son las líneas rojas que en ningún caso ustedes no van a cruzar. Necesitamos saberlo.

Asegúrenos que, cuando se conozca la sentencia del Procés, dentro de poco, nadie en su Gobierno va a hablar de presos políticos.

Comprométase aquí y ahora a que ninguno de sus consejeros se va a sumar al carro de las peticiones de indulto para los independentistas en el caso de que haya condena, como, por cierto, ya han hecho destacados dirigentes de su partido, entre ellos la señora Batet, el señor Cruz o el señor Iceta. [Aplausos].

Yo sé, estoy plenamente convencido de que usted no está en esa línea, lo sé y lo creo, señor Lambán, pero no se imagina cuánto he echado en falta y sigo echando en falta un pronunciamiento claro y contundente, como en anteriores ocasiones, ante la barbaridad que su partido va a perpetrar aquí al lado, en la vecina Comunidad Foral de Navarra. [Aplausos]. Qué diferente, fíjese, qué diferente podría haber sido todo si usted hubiese cumplido con su palabra cuando decía que no había tenido graves desencuentros con Pedro Sánchez, pero que, si era por Aragón, los tendría. Creo que ha perdido una magnífica oportunidad desmarcándose una vez más, una oportunidad que seguramente habría redundado en beneficio de todos.

Pero, mire, si el lema de Madrid era «con Rivera, no», aquí, en Zaragoza, con nosotros, tampoco. [Rumores]. No vamos a blanquear al PSOE, no vamos a blanquear al PSOE.

Yo no soy de los que acostumbran a llorar sobre la leche derramada, no voy a lamentarme en ningún caso por lo que el cierzo se llevó o por lo que pudo haber sido y no fue. Me gusta más mirar al futuro y hacerlo con optimismo, con ilusión y con esperanza.

Nos vamos a la oposición, claro que sí, porque el PAR, buscando un problema para cada solución, pues así lo ha querido. Y bien sabe Arturo Aliaga que no le guardo ningún rencor. Es más, hasta me va a apenar cuando tenga que ver dentro de muy poco cómo en el pecado lleva la penitencia.

Por el bien de los aragoneses, ojalá me equivoque en mis negros presagios, ¡ojalá! Le doy mi palabra, y lo digo en sede parlamentaria —Diario de Sesiones—, de que, si en el primer debate del estado de la comunidad tengo que desdecirme de mis malos augurios, no tendré reparo en hacerlo. Pero no me da usted argumentos lo suficientemente sólidos para pensar lo contrario, más allá de ese discurso basado en ciento treinta y dos propuestas, meros enunciados vacíos que no llevan ni siquiera el manual de instrucciones de cómo se van a poner en marcha. Ciento treinta y dos, uno, tres dos, aunque más bien debería haber sido un, dos, tres, recordando aquel concurso de televisión en el que parece que se ha inspirado usted cuando empieza a leer la tarjeta y nos pone a todos arriba en expectación y de repente dice: «hasta aquí puedo leer». Pero, claro, eso del «hasta aquí puedo leer» lo decía Mayra Gómez Kemp o Jordi Estadella conociendo el final del texto; usted creo que es «hasta aquí puedo leer» porque es que no sabe cómo termina la tarjeta, porque eso está todavía por decidirse.

Le voy a decir una cosa, y voy a ir terminando. Yo no concibo la labor de la oposición como un «cuanto peor le va al que gobierna, mejor le va al que aspira a gobernar». Creo que todos debemos desear siempre lo mejor para que quienes nos pagan el sueldo, que son los contribuyentes. Somos empleados de los aragoneses y tenemos que conseguir —ya que usted rezuma optimismo por todos los poros, déjeme a mí que sea también un poco ingenuo—, tenemos que conseguir que la ciudadanía empiece a ver entre los políticos no un gasto, sino una inversión, y eso depende de nosotros. [Aplausos].

En este sentido, señor candidato, y aunque nuestro voto va a ser «no» a su investidura, por mera desconfianza en el proyecto que usted nos presentó ayer y en la posibilidad real y realista de llevarlo a cabo, quiero decirle que, para sacar adelante aquellas iniciativas que ustedes propongan y encajen con nuestros planteamientos políticos o podamos consensuar desde el diálogo y la negociación, desde mi grupo no le vamos a tender una mano, le vamos a tender las dos manos. Y no es cuestión de altruismo o de generosidad, es cuestión de responsabilidad política y sentido del deber por parte de un partido como el nuestro, que quiere y aspira a ser opción de Gobierno. [Aplausos].

Pero, de la misma manera, yo le pido a su grupo, al del Partido Aragonés y, ¿por qué no?, al resto de los que le acompañan en esta incierta aventura, más atravesada que transversal, que sean también valientes y no acepten vetos ni cordones sanitarios hacia nosotros y nuestras propuestas por quienes manejan un concepto un tanto sui géneris de lo que es la democracia parlamentaria. Zaragoza, afortunadamente, no es Caracas.

Usted, señor Lambán, a pesar de reivindicar ahora la centralidad, de reivindicar un Aragón como proyecto común y compartido, estableció durante la campaña, antes incluso, una perniciosa división de bloques, una vez más la derecha y la izquierda, los rojos y los azules, aunque claro, luego no tuvo reparos en echar la caña en el caladero azul cuando vio que, por la vertiente colorada, no le daba la suma.

Le esperan por delante tiempos difíciles, y, créame, yo no me alegro, porque, recogiendo precisamente la cita de Montaigne que usted utilizaba ayer, en este caso no son sus almas las que pueden quedar hipotecadas, sino el futuro inmediato de un millón trescientos mil aragoneses, entre ellos las próximas generaciones.

Espero y deseo, por el bien de todos, que esa especie de ejército de salvación contra la derecha con el que usted se ha pertrechado ante la necesidad de supervivencia política de una serie de personas y de partidos no acabe convirtiéndose en el ejército de Pancho Villa y se nos lleve a todos por delante.

Ciudadanos, insisto, va a ejercer una oposición libre, contundente y constructiva en todo momento, con la que usted podrá contar, siempre que no sea para sacarle las castañas del fuego sin ningún propósito de enmienda, nada más que para blanquear su imagen o la de su partido.

Le deseo suerte, de verdad, tiene por delante un gran reto. No sé si es consciente, supongo que sí, del jardín en el que se ha metido, pero, si consigue salir de ese jardín, si supera el reto, para que vea que mi tono es del todo amable, finalizo con una pequeña broma, diciéndole que, si lo consigue, yo seré el primero en proponer su candidatura a la Secretaría General de Naciones Unidas.

Muchas gracias. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez.

Tiene la palabra para responderle el candidato señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, presidente.

Señor Beamonte, yo me preocuparía con el señor Daniel Pérez, me preocuparía seriamente respecto al futuro suyo y de su partido.

Señor Pérez, le agradezco sinceramente el tono de su intervención. Tiene, inevitablemente, el tono del periodista que ha sido. Todos, cuando venimos a la política, traemos como bagaje, generalmente positivo, lo que hemos sido antes; por tanto, esto que le digo no se lo digo en tono peyorativo, sino en tono positivo. Trae a esta Cámara, al menos en la intervención de esta mañana, un mensaje de moderación, un mensaje propositivo, y, en eso, es continuador del espíritu que presidió el trabajo de sus compañeros en la legislatura pasada. Usted todavía no es un político excesivamente conocido en Aragón; hacerse conocido en Aragón, se lo digo por experiencia, cuesta mucho, cuesta muchos días, muchos meses y muchos años.

Creo sinceramente que el trabajo de su grupo parlamentario en la legislatura anterior fue lo que dio lugar al excelente resultado de las elecciones del pasado 26 de mayo. Tiene usted, por tanto, un excelente pilar sobre el que poner pie para la legislatura que viene, y, si el talante que va a presidir su trabajo en esta Cámara es el que acaba de exhibir aquí, le auguro al partido de Ciudadanos una presencia y una aportación digna a la política aragonesa.

Es obvio que no puedo estar de acuerdo con usted. Si pensara que este Gobierno no va a funcionar, si no confiara en todas las fuerzas políticas que lo forman, si creyera que no existe cemento suficiente para urdir un proyecto común, le aseguro a usted que no hubiera acometido la aventura, entre otras cosas porque, a los sesenta y dos años que voy a cumplir al mes que viene, uno, para muchas aventuras y para muchos inventos improbables, se lo digo sinceramente, ya llegará usted a ese momento de su vida, uno, para excesivas aventuras, ya no está.

¿Cemento para hacer este Gobierno? Es obvio que estamos treinta y tres diputados de izquierda y tres diputados que se han instalado siempre en la centralidad de la política aragonesa y que han pactado con el Partido Socialista y que han pactado con el Partido Popular, que es un tipo de fuerza política que se echa mucho de menos en España en este momento. Yo, de hecho, echo de menos que ustedes, que nacieron para jugar a eso justamente en la política española, desde hace un tiempo estén dejando de hacerlo. Todos los países de nuestro entorno tienen este tipo de partidos situados en la centralidad, partidos de un claro componente liberal, que dan indistintamente, y siempre en beneficio del país, mayorías a los socialdemócratas o mayorías a los conservadores. Y el PAR, si a eso de la centralidad le añadimos su componente absolutamente aragonesista, su ideología, que, por encima de todo, está vinculada a la defensa de los intereses de Aragón, explica perfectamente lo que ha hecho el Partido Aragonés, que entiendo que sería un ejemplo a reproducir en el conjunto de España y en el conjunto de las comunidades autónomas.

De hecho, le quiero recordar que el señor Aliaga lo primero que dijo públicamente después de las elecciones es que convenía a esta comunidad un Gobierno en el que estuviera el Partido de Ciudadanos. Fue lo que dijo el señor Aliaga, aunque, por lo visto, fue una invitación que cayó absolutamente en saco roto.

Lo de discurso vacío lo tomo a beneficio de inventario, porque jamás he oído por parte de un partido de la oposición ni una sola alabanza al discurso de quien pretende gobernar, y el adjetivo de «vacío» es tan recurrente que, dada la capacidad de imaginación que usted tiene para encontrar adjetivos, le emplazaría a suprimir por otro tipo de adjetivos. Lo de vacío, dicho por la oposición, es un adjetivo que a cualquier tipo de discurso se le supone.

Habla usted de las dudas que le suscita el partido de Podemos respecto a su compromiso con la Constitución y con España. Yo, al partido de Podemos, lo he tratado durante cuatro años. En el año 2015 dieron apoyo a mi investidura, la hicieron posible y, por voluntad propia, no quisieron estar en el Gobierno. Sin embargo, su comportamiento en la oposición fue absolutamente leal, decidieron estar en la oposición, pero, a la vez, intentaron un ejercicio, que reconozco que es muy difícil de llevar a cabo, que fue el de apoyar al Gobierno en algo tan importante como tres presupuestos a lo largo de la legislatura. No hay legislatura en la que se aprueben cuatro presupuestos o, al menos, es cada vez más improbable en los tiempos políticos que nos toca vivir. Por tanto, de Podemos, yo no tengo ninguna duda.

¿Que existen diferencias entre Podemos y el Partido Socialista? Sin duda, existen diferencias; si no, seríamos todos el mismo partido. Pero de que Podemos es un partido que ha puesto a prueba, al menos en Aragón, su compromiso, que ha puesto a prueba su lealtad con aquello a lo que se compromete, yo no tengo ninguna duda.

Y en el acuerdo que hemos firmado las cuatro fuerzas políticas decimos dos cosas tan contundentes como que apoyamos el autogobierno, como que apoyamos el Estado de las autonomías, no de manera resignada, sino de manera entusiasta y positiva, porque creemos que es una herramienta preciosa para orientar el desarrollo de la comunidad, y decimos también que defendemos con uñas y dientes el sistema constitucional vigente. Por tanto, me parece que no hace falta buscar muchos calificativos, no hace falta poner muchas sombras de duda a lo que este Gobierno, desde el punto de vista de lealtad a la Constitución y al Estatuto, va a dar de sí, y no ofrece muchas dudas respecto a que, en torno a esas cuestiones, este Gobierno no generará ningún tipo de alteración de la normalidad democrática.

Yo he hecho una interpretación de los resultados del día 26 de mayo que ya conocen ustedes: hubo treinta y tres diputados alineados con la izquierda, hubo treinta y cuatro diputados alineados ideológicamente en el centro-derecha o en la derecha. Pero, si buscamos otro parámetro para definir las afinidades de unos y otros, y para mí es fundamental el parámetro del autogobierno, del respeto al Estado de las autonomías y a las principales políticas que han conseguido los consensos de esta comunidad autónoma, como es el trasvase del Ebro y leyes como la LGTB, la igualdad de hombres y mujeres, la condena de la violencia de género, etcétera, es obvio que en la derecha no había mayoría y en la izquierda tampoco, y que, por tanto, era obligatoria la búsqueda de la transversalidad, porque ni daba lugar a un Gobierno de izquierdas ni daba lugar a un Gobierno de derechas, salvo que la derecha estuviera dispuesta a aceptar a un partido absolutamente legítimo, insisto, pero que en su programa electoral aboga por la supresión del Estado autonómico. Entiendo que aliarse para fortalecer el autogobierno con un partido que rechaza el autogobierno no es, precisamente, la mejor manera de empezar una legislatura. [Aplausos].

Acerca del agua, señor Pérez, no voy a insistir otra vez porque, insisto, yo llegué a la política por una serie de cuestiones que no voy a recordar de manera pormenorizada, y una de ellas fue por defender los regadíos y el recrecimiento de Yesa en la comarca en la que nací y en la que vivo, y particularmente en un pueblo, Ejea de los Caballeros, que vibra y que palpita de manera especial cuando se habla de agua y cuando se habla del recrecimiento de Yesa. Yo he estado comprometido en todas las luchas y en todos los movimientos que ha habido para regar, no por hacer embalses de manera caprichosa, sino embalses para regar.

En la pasada legislatura, ya tuvimos desacuerdos dentro del Gobierno entre Chunta y nosotros, desacuerdos que pactamos desde el principio, y, de hecho, a lo largo de la legislatura votamos distinto cuando se trataba de hablar de las obras del Pacto del Agua, y es algo que es perfectamente llevadero en una comunidad autónoma como la nuestra, toda vez que las competencias de agua no las tenemos, las competencias de agua son del Gobierno de Madrid, y con quien yo he luchado siempre para sacar adelante esas obras no ha sido con las fuerzas políticas de esta Cámara, sino con los gobiernos de Madrid, que unos u otros siempre nos dan sustos al respecto y siempre generan algún tipo de incertidumbre, los del PP y los del PSOE, aunque, sustancialmente, son dos gobiernos, los del PSOE y los del PP, que han impulsado las obras del Pacto del Agua y que, aunque con retraso, van cumpliendo con lo que dijeron que harían.

Otra cosa es que, en un asunto tan crucial para Aragón como es el agua, la voluntad de diálogo que ha existido siempre la mantengamos, y otra cosa es que ahora mismo, con la incorporación como actor importante de la política aragonesa de un partido como Podemos, que no estuvo en anteriores ediciones de pactos, se vuelva a reanudar esa dinámica, se vuelva a reanudar esa dialéctica, que se incorpore de manera activa Podemos y que tratemos de volver a orientar los consensos con la incorporación de este importante actor político, que, insisto, tanto en agua como en otras cuestiones, tiene mucho que decir.

La falta de especialistas, señor Pérez, es un problema que nos preocupa mucho, porque es bastante frustrante que, existiendo partidas presupuestarias para pagar a especialistas, no podamos encontrar especialistas. No es un problema sencillo de resolver, porque un especialista no se genera por generación espontánea, valga la redundancia, es un problema que lleva años resolverse, que depende de una planificación de la propia universidad, que depende de una planificación sanitaria. Pero vuelvo a insistir otra vez en que, sobre el problema de la falta de planificación de hace años, se ha añadido el problema que generó el Gobierno del Partido Popular obligando a jubilarse a los especialistas a los sesenta y cinco años y dejando desprovistos muchos puestos que estos especialistas cubrían, con el añadido de que, además, ahora les tenemos que pagar treinta y dos millones de euros. [Aplausos].

Del gasto político, señor Pérez, yo le recomendaría, con todo afecto, que hable cada vez menos. A usted le ocurre como le ocurre a cualquiera que llega a la política: que piensa que dentro del ámbito político se actúa con una discrecionalidad digna de mejor causa, se actúa de una manera frívola e irresponsable con los puestos, con el dinero, con los chiringuitos que algunos representantes de su partido dicen. Y le recomiendo que deje de insistir demasiado en ese discurso porque, cuando ustedes llegan a las instituciones, ni renuncian a los chiringuitos ni renuncian a las retribuciones que, antes de estar en el Gobierno, dijeron que eran prebendas. Y, de hecho, en este momento, en Aragón tenemos casos bastante explícitos de lo que significa Ciudadanos cuando decide apoyar a un Gobierno para entrar en él. [Aplausos]. Y miro al señor Beamonte porque su municipio es una muestra bastante clara de lo que estoy diciendo. [Rumores.]

De la caza y de la pesca, señor Pérez, se lo digo con toda tranquilidad, no se preocupen. Nuestro compromiso con estas dos actividades es tan rotundo que, cuando la actual ministra del ramo, hablando —decía ella— a título personal, decidió cuestionar la caza, el primer partido que reaccionó en Aragón fue, justamente, el Partido Socialista [aplausos] desde la Federación Socialista del Alto Aragón y desde el propio Grupo Parlamentario Socialista.

Lo del Gobierno de retales espero que lo diga sin ningún tipo de connotación peyorativa, entre otras cosas porque entiendo que cada uno de los suscriptores del acuerdo se merece cualquier consideración menos la de retal. Me parece que son actores muy importantes todos ellos de la política aragonesa y que no necesitan un sastre que permanentemente remiende los hipotéticos rotos que se van a producir.

Porque le aseguro a usted que, teniendo toda la legitimidad para dudar, le aseguro a usted que no para las Naciones Unidas, pero sí para otro tipo de condecoraciones a todos y cada uno de los conformantes de este pentapartito, que en el caso del Gobierno se resume en cuatripartito. Nos tendrán que reconocer que es posible hacer política, que es posible hacer un Gobierno y que es posible que ese Gobierno funcione superando las diferencias ideológicas, que, insisto, es un ejercicio que cada vez se va a tener que practicar más en España y cada vez se va a tener que practicar más en Europa, el de trascender los bloques ideológicos. Yo rechazo los frentes; históricamente, los frentes a España le dieron un resultado pésimo, sobre todo cuando se manifestaron en su más álgida expresión hace ahora ochenta años. Creo que los frentes hay que rechazarlos y creo que nos tendremos que acostumbrar cada día más a este tipo de ejercicios transversales, en los que cada cual vaya, sin renunciar a su ideología, que es un bien muy importante, pero sí dispuesto a que prevalezca el interés común, que en el caso de Aragón es fácil de fijar en torno al desarrollo del Estatuto de Autonomía, en torno a las políticas que han servido de acopio de consensos en los últimos años y en torno a una visión del presente y del futuro de la comunidad que pasa por hacer políticas para las personas, que pasa por hacer políticas para el territorio, políticas verdes, que a estos señores les producen sonrisas, seguramente porque no saben exactamente de lo que estoy hablando [rumores], y que pasa por políticas digitales, que también a estos señores les producen sorpresa porque tampoco saben exactamente de lo que estoy hablando. [Rumores.]

Señor Pérez, yo he dicho que, ante todo, si soy presidente de Aragón, ejerzo como presidente de Aragón y jamás como secretario general de mi partido. [Rumores.] Lo he dicho hasta la saciedad y lo vuelvo a repetir. Para mí, lo fundamental es la Presidencia del Gobierno, y jamás aceptaré ser el delegado del Gobierno de España en Aragón. [Aplausos]. Hay una delegada del Gobierno de España en Aragón que ejerce su función de manera absolutamente admirable, y yo soy el presidente de Aragón y me debo, sobre todo, a los aragoneses, y desde esa condición seré leal al Gobierno de España, pero al Gobierno de España le exigiré lealtad mutua. Y he dicho varias veces que, igual que estuve de acuerdo y en desacuerdo con el señor Rajoy siempre que se tratara de Aragón (le fui absolutamente leal en todas las políticas de Estado que impulsó, incluida la aplicación del artículo 155 en Cataluña), de esa misma forma, le seré leal a Pedro Sánchez en políticas de Estado, pero seré absolutamente exigente con él y discreparé con él cuando entienda que la labor del Gobierno no es la más adecuada para Aragón.

Y, de hecho, le puedo poner el ejemplo de lo ocurrido esta primavera con la gestión del cierre de la central térmica de Andorra y de las minas: hubo un decreto del Gobierno de España, un borrador de decreto, mejor dicho, sobre lo que iba a pasar exactamente con Enel, con Endesa, con la reasignación de los megavatios que tiene concedida la central, que es una cuestión crucial para encaminar el futuro de esa parte del territorio aragonés, y, por cierto, el Gobierno y el Partido Socialista fuimos los únicos que presentamos alegaciones a ese decreto. Y eso lo haré hasta la saciedad.

Lo que ocurre, señor Pérez, y lo tengo que decir con toda claridad, es que, en los ocho meses transcurridos del Gobierno de Pedro Sánchez, tanto en relación con el corredor Cantábrico-Mediterráneo como en el impulso de algunas de las infraestructuras pendientes, muchos motivos de queja no tenemos. De todas formas, todo se andará, tiempo tendremos para ser vigilantes respecto al Gobierno de España en su cumplimiento con las obligaciones de Aragón.

Y le puedo decir, atendiendo a su reclamación, que, si en algo no estamos de acuerdo, si en algo tenemos que ser exigentes, lo seremos. Es más, creo que uno demuestra más su compromiso con su tierra siendo absolutamente intransigente con un Gobierno de su signo ideológico que siendo intransigente con un Gobierno de un signo ideológico distinto.

Señor Pérez, «no» a los cordones sanitarios, «no» a ninguna clase de veto a la labor de la oposición, y creo que los señores de Podemos y nosotros estamos de acuerdo en eso. Los señores de Podemos y nosotros en lo que no estamos de acuerdo, lo que no vamos a permitir es que desde fuera se dinamite la acción que se desarrolle desde dentro.

Un Gobierno sólido, un Gobierno coherente, un Gobierno que actúe con lealtad a sus socios y que actúe con lealtad a los pactos que ha suscrito no puede en modo alguno establecer pactos aislados con la oposición, porque eso contradice el propio espíritu de un Gobierno. Otra cosa es —insisto— que una oposición propositiva que haga propuestas con buena intención, que haga propuestas en beneficio de Aragón, sea perfectamente atendida por el Gobierno porque todo enriquece al Gobierno y porque todas las fuerzas políticas representadas en una Cámara tienen la legitimidad para hacerlo, la obligación —diría yo— de hacerlo, y cualquier Gobierno tiene la obligación de eliminar cualquier tipo de cordón sanitario y valorar positivamente lo que de la oposición procede, salvo cuando lo que se observa desde la oposición —y estoy seguro de que esa va ser la tentación remanente de algunos de los grupos de esta Cámara—, cuando desde la oposición solo se entiende el sabotaje permanente de la acción del Gobierno. Y como sé que usted y su grupo jamás han tenido la tentación de ese tipo de práctica política, estoy seguro, señor Pérez, que con su grupo parlamentario no tendremos ningún problema al respecto. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lambán.

Vuelve a tener la palabra el señor Pérez.

El señor diputado PÉREZ CALVO: Gracias, señor presidente.

Yo, como periodista, efectivamente, tengo experiencia, pero usted, lo de hablar en público tampoco se le da nada mal, porque pone usted una detrás de otra y es que no me da tiempo ni a tomar notas. No voy a poder ir en la réplica cosa a cosa, pero sí quiero dejarle clara una cosa: yo soy muy de utilizar metáforas y, a veces, se me puede ir un poquito la imaginación, pero este caso, vamos a ver, es obvio que cuando yo hablo de un gobierno de retales estoy hablando, pues, de un gobierno de composición. En su partido, entre otras muchas cosas, recordamos con cariño al fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, porque fue quien acuñó la expresión del «gobierno Frankenstein». Yo creo que lo de retales es un poquito más modosito. No he hablado de una fiesta de pijamas o una guerra de almohadas, en fin, me he referido a lo que es la composición, y creo que se visualiza muy bien como cuando usted hablaba de cemento, pues, también hablaba yo, de esos jarrones chinos tan bonitos en la distancia, pero a medida que te acercas, te acercas, te acercas, ves que está todo pegado con cola allí un poco de cualquier manera.

Ha habido algún momento, señor Lambán, en el que parecía que el que se examinaba era yo. E igual que he querido dejar claro lo del gobierno de retales, también quiero dejar clara una cosa: vamos, yo, desde luego, lo tengo muy claro con el que ahora es mi partido, porque yo no estuve en la anterior legislatura, pero cuando usted ha dicho que entre nuestro objetivo estaba acabar con el Partido Aragonés, mire, yo poco sospechoso seré de querer acabar con el Partido Aragonés, cuando en mi primera decisión como director de Onda Cero, que fue mi último paso por la vida civil, fue contratar al señor Biel de tertuliano en nuestra programación de radio, con lo cual, en ese sentido, poco sospechoso puedo ser de querer acabar con el PAR.

Mire, yo le rogaría, más que nada para avanzar, para avanzar en muchas cuestiones, de verdad, que intentemos aparcar ya debates manidos en los que usted va decir una cosa y yo le voy a contestar lo mismo, vamos a entrar en bucle… Vamos a dejar ya de asumir desde la izquierda o van a dejar ustedes de asumir desde la izquierda esa especie de hegemonía en los grandes temas que crispan a la gente y en los que ustedes, siempre, siempre se van de rositas. Por ejemplo, en el del trasvase del Ebro. Oiga, que nos puedan acusar a nosotros de trasvasistas cuando no es tan antiguo el famoso Plan Borrell, que aquello sí que era un trasvase en condiciones como fue posteriormente el trasvase de Aznar, pues, me resulta poco creíble.

Mire, el tema del agua es un tema muy sensible, es un tema que yo creo que no puede utilizarse para enfrentar a los españoles ni tampoco a los aragoneses. [Aplausos]. Yo creo que hay que hay que intentar siempre recordar que hoy en día, a fecha de hoy, al Consejo de Ministros siguen yendo propuestas de trasvases inferiores a doscientos centímetros cúbicos que están en marcha en Cantabria, y hay como ocho o nueve transferencias o trasvases activos en el Ebro y no pasa absolutamente nada.

Cuando hablamos de trasvase, hablamos del «trasvasazo», que malo era el de Aznar, pero, oiga, el de Borrell, no se quedaba corto.

No me ha contestado a algunas preguntas. Yo quiero saber, porque lo vamos a traer como iniciativa a esta Cámara, qué van a hacer ustedes con el recurso del Ánfora. No tengo un interés especial, ¿eh?, porque mis hijas ya no van al colegio, pero sí quiero saberlo en relación a una declaración de intenciones en cuanto a la pacífica convivencia entre la privada, la pública y la concertada, y lo vamos a traer a esta Cámara porque entiendo que, en pura línea de coherencia, el señor Aliaga, el Partido Aragonés, apoyará cualquier reivindicación que nosotros hagamos en ese sentido ¿eh?, entiendo.

De nuevo vuelve a apelar a nosotros cuando habla de centralidad como si tuviéramos la obligación o hubiéramos nacido para ser un partido bisagra. Oiga, que no, que esto no es una ferretería. Nosotros somos un partido con aspiración a ser partido de gobierno, por supuesto, centrados; por supuesto, independientes. Pero estar centrado y ser independiente no significa ser neutral [aplausos], y cuando vemos amenazada la unidad de España, cuando vemos un presidente del Gobierno en funciones que no duda en aliarse con fuerzas como Bildu, con otros grupos independentistas y demás con tal de mantener sus reales en la Moncloa, nosotros ahí sacamos el colmillo, nos ponemos de uñas y nos enfrentamos a lo que sea. Insisto y no me canso de decirlo: usted no es Pedro Sánchez, es verdad que no es Pedro Sánchez, pero lamento mucho que durante todo este tiempo, estas últimas semanas, sí que se haya mantenido en esa posición de perfil, en muchos aspectos, sanchista. Pero yo no le voy a dejar, no le voy a dejar porque voy a volverle a preguntar.

Usted ha dicho aquí que no tiene dudas del compromiso de Podemos con el Estatuto de Autonomía y con la Constitución, sobre todo, con la Constitución, que no tiene dudas en ese sentido. Pues, dígaselo a Pedro Sánchez, porque no lo tiene nada claro, tendrá que explicárselo a él. [Aplausos].

Se supone, se supone que si su partido tuviera claro que Podemos respeta firmemente la Constitución sin ningún tipo de ambages ni de dudas, el vicepresidente del Gobierno hoy se llamaría Pablo Iglesias, se supone, y, sin embargo, no es así.

Ha tocado usted diferentes aspectos, otras cuestiones, pero sigue sin contestarme a preguntas que para mí tienen especial relevancia, puesto que se está sometiendo usted a la investidura y los aragoneses tienen todo el derecho del mundo a saber cómo va ser esta nueva iniciativa parlamentaria. Ustedes ya la conocen, pero es una nueva legislatura con un escenario diferente.

Mi pregunta es: ¿vamos a tener que escuchar a algún miembro de su Gobierno hablando de presos políticos cuando salga la sentencia, si es condenatoria, del procés?

Usted ha dicho, usted ha dicho que cuando hablaban del pacto por el otro lado, del pacto de centroderecha, que no había tal centroderecha, entonces, pone usted en duda cómo es posible gobernar con quienes están en contra del autogobierno, gente que está en contra del autogobierno, pero tiene claro que la ley está por delante del derecho a decidir y en ningún momento cuestionan la Constitución para conseguir sus objetivos, yo creo que no hay problema.

Yo le digo entonces a usted que una cosa es gobernar con quien está en contra del autogobierno, pero otra cosa es gobernar con quienes están a favor del derecho de autodeterminación, señor Lambán. [Aplausos]. Creo que esa diferencia hay que establecerla, y si no es así, díganoslo.

Ha hablado también de sanidad. Pues, efectivamente, yo creo que todos estamos de acuerdo. ¿Quién no va a querer que haya especialistas médicos en todos los hospitales de Aragón? ¿Quién no va a querer que tengamos los mejores centros de salud, los mejores consultorios?, sobre todo, en los pueblos, para que la gente no se nos vaya. Bueno, pues, a lo mejor, lo que hay que hacer aquí es planificar mejor los recursos, hacer una gestión sanitaria más eficiente buscando la eficacia, y ahí es donde yo echo en falta, señor Lambán, propuestas claras de cómo va usted a acometer esto. Porque, claro, usted viene aquí y dice: «impulsaremos las reformas sanitarias necesarias para que los hospitales…», pero ¿cómo? ¿Qué va a cambiar? Exactamente, ¿cuáles son los planes concretos que usted tiene para que eso sea así? ¿Qué conejo de la chistera tiene preparado? ¿O qué ha hablado ya con sus socios para que no haya problemas en la primera de cambio a la hora de tomar decisiones que pueden afectar a los calendarios laborales, a las horas extras, a la dotación de puestos de trabajo, etcétera, etcétera? Si yo solamente le pido eso, un poco más de concreción en cómo va a llevar adelante esos planes de los que usted nos habla.

Y miren, el tema este de la dependencia de Madrid, no dependencia de Madrid, bueno, cada uno está donde está y sabemos lo que hay. Yo estoy orgulloso de pertenecer a un partido que es un partido de implantación nacional y que dice lo mismo en todos los lugares de España. Probablemente, si yo hubiese ido por libre, pues, a lo mejor, dentro de cuatro días sería vicepresidente de su Gobierno, quién sabe. Pero nosotros tenemos muy clara cuál es nuestra línea de actuación. Por supuesto que tenemos sintonía con Madrid, claro que sí, es lo que tiene, mire, hay ventajas y hay inconvenientes en esto de ser un partido nacional, pero, hombre, no me diga usted que en ese sentido a ustedes eso no les afecta cuando le hicieron las listas electorales para esta Cámara, señor Lambán. [Aplausos]. Usted mandó una propuesta y le mandaron otra; ¡hombre!, no me diga que no. [Rumores.] Para esta Cámara no, ¿para el ayuntamiento entonces? Bueno, o sea, que reconocen que en algún caso sí que ha habido... ¿No ha habido cambios entonces en sus listas electorales, no? En el Congreso, perdón, es verdad , tiene usted razón, en el Congreso, aunque luego eso tuvo efectos colaterales. Quiero decir que al final iba todo en el en el mismo pack.

Pero es que pasa siempre lo mismo: ustedes, cuando la toman con un partido concretamente, le hacen el causante de todos los males y les impiden incluso posicionarse en cuestiones que tienen que ver con los derechos sociales, en cuestiones que tienen que ver con los derechos humanos, y ustedes siempre se plantean que tienen el monopolio en la gestión de la cultura, en la gestión de todo lo que tiene que ver con el feminismo, con LGTB, etcétera. Oiga, a nosotros tampoco nadie nos va a dar lecciones en ese sentido, tenemos muy clara cuál es nuestra posición y no vamos a permitir en ningún caso que nadie pretenda aleccionarnos en esa dirección. [Aplausos].

Creo que, insisto, aunque en algún momento parecía que el que me examinaba era yo, salvo este lapsus del Congreso, perfecto, siguen sin contestar algunas de las preguntas que yo le he hecho directamente en esta sesión de investidura y me gustaría que en ese turno que nos queda pudiera ser un poco más explícito, porque creo que es interesante y es importante que lo sepamos.

Más allá de cuestiones genéricas, dígame, ¿vamos a ver o no vamos a ver unidas las estaciones de esquí del Pirineo, o por lo menos vamos a iniciar los trámites y el proceso para que así sea? Dígame, le vuelvo a preguntar, qué va a pasar con Biscarrués, el recrecimiento de Yesa. Que yo no dudo de lo que usted piensa al respecto, pero tampoco dudo de lo que piensa el señor Soro y de lo que piensa la Chunta. Entonces, lo normal es que usted diga «efectivamente, no tenemos ahí forma de momento de tal, pero sí hemos dado ya un primer paso consistente en... que este tema, tal y como está, no se toca o, si se toca, se va a tocar en esta dirección...».

Yo creo que usted, insisto, va a empezar una legislatura con un Gobierno realmente inédito, lo cual..., a veces es el miedo a lo desconocido. Yo ya le digo, si al final las cosas salen bien, seré el primero en decirle «oiga, pues mire, lo ha conseguido usted», pero, ante esa incertidumbre, ese miedo que genera el desconocimiento, creo que este discurso de investidura era una oportunidad perfecta para despejar todo tipo de dudas y, sinceramente, creo que la está desaprovechando. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez.

Tiene la palabra el señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑES: Gracias, señor presidente.

Le agradezco mucho, señor Pérez, que haya traído a esta Cámara el recuerdo, la memoria, de Alfredo Pérez Rubalcaba, se lo agradezco sinceramente. Felipe González decía de él que era la mejor cabeza política de España. Yo, que los he tratado mucho a los dos, puedo tener dudas respecto a quién era la primera o cuál era la segunda, pero, desde luego, las aportaciones a la vida de este país, a la política y al Estado español de Alfredo Pérez Rubalcaba han sido absolutamente impagables. [Aplausos].

Y hubo una, señor Pérez, que debería estar en la hoja de ruta, en el principio fundamental de su acción política de cualquier socialista, y en eso Alfredo Pérez Rubalcaba seguía al venerabilísimo presidente del Partido Socialista Obrero Español Ramón Rubial. Rubial decía que, para un socialista, lo primero es España, en este caso, Aragón, lo segundo es el partido, y lo tercero, los dirigentes, que la alteración de esas prioridades alteraba lo que, en opinión de Rubial y de Alfredo Pérez Rubalcaba, debería ser un socialista. Y eso lo suscribo de la a a la zeta y por eso le agradezco que haya traído a colación a Rubalcaba.

Yo decía ayer, e insisto mucho en ello porque esos tiempos ya pasaron, que ninguna fuerza política tiene legitimidad para atribuirse ninguna clase de superioridad moral sobre las demás fuerzas políticas y ninguna fuerza política tiene ningún tipo de legitimidad para excluir de sus maneras de pensar y de sus convicciones, por buenas que sean, a otro tipo de fuerzas políticas que quieran llegar a las mismas conclusiones.

En el tema del trasvase tiene usted razón en lo de Borrell, tiene usted razón en lo de José María Aznar. De hecho, los primeros trasvases se concibieron en los tiempos de la Segunda República por parte un ministro de Obras Públicas que se llamaba Indalecio Prieto. Pero los tiempos, progresivamente, han ido dejando atrás la solución de los trasvases para solucionar problemas de suministro de agua en determinadas zonas por razones medioambientales, económicas, por aplicación de directivas europeas, esto es absolutamente irrealizable, y espero que al menos en Aragón eso lo llevemos hasta las últimas consecuencias.

Ahora bien, si usted me permite que le diga, quien de manera más actual ha defendido el gran trasvase del Ebro ha sido su compañero de partido Toni Cantó, que lo ha hecho una manera absolutamente estentórea en toda la campaña electoral a las elecciones valencianas. [Aplausos].

Un problema de gobierno preciso, señor Pérez, y sobre todo en unas circunstancias como las que tienen lugar en este momento en la política española, donde la elaboración de pactos consume bastantes más energías de lo que ocurría hace algunos años en este país, donde en la noche de las elecciones ya se sabía quién iba a gobernar y, por tanto, en la mañana del lunes se podía empezar a trabajar en el Gobierno y en el programa de Gobierno, es que, desde hace algún tiempo, en España, no sé si por suerte o por desgracia, las cosas no ocurren así. Y lo que se hace y lo que nosotros estamos haciendo es establecer primero unas bases programáticas, que son las que hemos acordado las cuatro fuerzas políticas que vamos a participar del Gobierno, que, por mucho que algunos las descalifiquen, son bastante precisas y marcan un contorno bastante claro de lo que va a ser la acción del Gobierno; después, y si el presidente resulta investido, tiene que nombrar al Gobierno y, una vez hecho el Gobierno y una vez hecha la Administración, se hace la elaboración precisa del programa de Gobierno, el cronograma correspondiente y se publica en el Portal de Transparencia del Gobierno, pero no porque yo quiera hacerlo así, sino porque del año quince data una ley de transparencia que establece que esto hay que hacerlo así. Por tanto, a buena parte de las preguntas que usted me está planteando encontrará la respuesta en esa elaboración precisa del programa de Gobierno y en su correspondiente publicación.

Lo de partido no bisagra, sino partido liberal con vocación de equilibrar las políticas, no es algo que se me haya ocurrido a mí, es lo que pensaban varios de los fundadores más ilustres del partido que, como consecuencia de la renovación de Ciudadanos de cara a superar al Partido Popular o a disputarle al Partido Popular la hegemonía de la derecha, han decidido abandonar el partido abandonado a aquella línea programática inicial, y algunos de los fundadores han abandonado al propio partido. Por tanto, no estoy hablando algo que se me ocurre a mí, sino que estoy hablando de algo que forma parte del espíritu fundacional de Ciudadanos.

Podemos, señor Pérez, no me ofrece ninguna duda respecto a su compromiso con la Constitución. Entre otras cosas, es algo a lo que Podemos se ha comprometido, al igual que las otras tres fuerzas políticas, en la suscripción de este acuerdo. Y yo no voy a perder ni un segundo en elucubrar, en especular sobre lo que vaya a ocurrir en el futuro.

Le puedo decir que mi partido, y en concreto el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando fue llamado por el presidente del Gobierno de España señor Rajoy para, en unas circunstancias gravísimas, aplicar el 155, ahí estuvo como secretario general del Partido Socialista desde la oposición para apoyar en aquella medida. [Aplausos]. Y le tengo que decir que hasta ahora, independientemente de decisiones, independientemente de acciones concretas, al Partido Socialista, y a Pedro Sánchez en particular, no se le podrá responsabilizar de una sola decisión clara, contundente y firme que ponga en duda el apego, que ponga en duda la lealtad del Partido Socialista Obrero Español a la Constitución española, entre otras cosas porque fue uno de los actores fundamentales para su aprobación. De hecho, creo que, de los partidos políticos que estuvieron en la aprobación de la Constitución como tales partidos, es decir, no refundados, ni reinventados, ni nada por el estilo, solo quedan en este momento aquí, en Aragón, el Partido Socialista y el Partido Aragonés.

Señor Pérez, en la España actual, decir que un partido dice lo mismo en todos los sitios no habla bien de la buena avenencia de ese partido con el espíritu del Estado de las autonomías. Es imposible que un partido que respete el Estado de las autonomías, es imposible que un partido que respete el autogobierno pueda decir exactamente lo mismo en todos los lugares, porque lo que establece el autogobierno y el Estado de las autonomías es una relación de cooperación con el Gobierno de España y con el resto de las comunidades de federalismo cooperativo, y una relación de bilateralidad con el Gobierno de España que da lugar a márgenes de acción particular de esa comunidad autónoma con el Gobierno de España, y que en el caso del Gobierno de Aragón, está plenamente establecido, por ejemplo, en el artículo 108 de nuestro Estatuto, que en manos de Cataluña, no quiero ni pensar lo que hubiera podido dar de sí desde el punto de vista de las finanzas de España y desde el punto de vista de las finanzas de Cataluña. Por tanto, no se puede decir lo mismo en todos los sitios.

Las perspectivas tienen que ser las mismas en cuanto a que hay un elenco de visiones, en cuanto a que hay un elenco de principios, que son fundamentalmente la Constitución, que tenemos que compartir, pero luego, la aceptación expresa del Estado autonómico significa aceptar y considerar un valor, que cada cual pueda tener una voz y que esa voz pueda ser discrepante no solo respecto al Gobierno de España cuando lo tiene que ser, sino respecto a otras comunidades autónomas.

Y por lo demás, Pedro Sánchez hizo las listas al Congreso y al Senado, y yo hice las listas a las Cortes de Aragón.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lambán.

Tal como habíamos dicho, vamos a hacer una pausa de diez minutos exactos.

Está entre el público un devoto de la puntualidad, el señor Biel, que incluso, a veces, iniciaba la sesión dos minutos antes. Yo no voy a llegar a tanto, pero empezaremos exactamente a las once y treinta y nueve.

Gracias.

[Se suspende la sesión].

El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Tiene la palabra, por el Partido VOX, el señor Morón.

El señor diputado MORÓN SANJUÁN: Señor presidente, miembros de la Mesa, señoras y señores diputados, señor candidato al Gobierno de Aragón.

El Grupo Parlamentario VOX se dirige a los aragoneses a través de sus representantes democráticamente elegidos por primera vez desde la tribuna de esta Cámara, y lo hacemos con orgullo por los muchos aragoneses que han confiado en nosotros y con un gran sentimiento de responsabilidad por la gravedad de la situación política actual y la necesidad de estar a la altura de las circunstancias.

Probablemente, desde la transición democrática no hayamos vivido un momento de tensiones territoriales y desafección política por parte de los ciudadanos como el actual. Señor Lambán, ¿también considera usted el concepto de «nación» discutido y discutible, como el que fuera presidente de su partido, el señor Rodríguez Zapatero? ¿O acaso está usted alineado con la idea absurda de esa España como nación de naciones que defiende el señor Pedro Sánchez? Y si lo tiene claro y no es así, ¿por qué mantiene una agenda expresamente favorable a los intereses de un pancatalanismo expansivo, como el que ya es una realidad en las Islas Baleares o en la Comunidad Valenciana? ¿Por qué esa obsesión por promocionar la enseñanza del catalán en Aragón? ¿Por qué crear una academia de las lenguas propias de Aragón, entre las que, por cierto, no se encuentra el español? ¿Por qué crear un instituto del catalán en Aragón?

Ya sé que usted no está de acuerdo con nosotros, pero en Aragón no se habla catalán, al igual que no se habla el aragonés; el aragonés, cuya normalización, es decir, creación como lengua, ha dejado en manos de unos cuantos filólogos que van a acabar con modalidades lingüísticas transmitidas de padres a hijos y habladas desde hace siglos en determinadas localidades de nuestro territorio. Todos estos chiringuitos lingüísticos no persiguen otra cosa que crear una red clientelar y, lo que es peor, un adoctrinamiento en las aulas con el fin de agradar al vecino independentismo catalán, cuando, por otro lado, en el discurso de ayer usted consideraba que el independentismo pone en quiebra el Estado autonómico y origina el más grave problema que tiene ahora mismo la democracia española.

Desde VOX creemos que, si nadie lo remedia, en unas décadas, los enemigos de España y, por lo tanto, de Aragón reclamarán esos territorios ya convenientemente fragmentados mediante la comarcalización de Aragón para anexionarlos a su delirante proyecto de países catalanes.

Señor Lambán, simplemente, no lo vamos a permitir y va a ser en esta décima legislatura de las Cortes de Aragón uno de nuestros principales objetivos: hacer frente al pancatalanismo depredador, al regionalismo desbocado, al adoctrinamiento en las aulas del llamado «Aragón oriental», a la fragmentación del territorio y a su política lingüística errónea y muy perjudicial para los intereses de Aragón. Posicionándonos en contra de ese aragonesismo, sobre el que ayer hizo tanto hincapié cuando reclamaba más autogobierno, más competencias autonómicas pendientes de transferir y más comarcalización. [Aplausos].

En segundo lugar, vamos a ser fieles a nuestro ideario y a defender aquellas cuestiones que, como en el resto de España, definen un programa único y común para todos los españoles. Para VOX no existen españoles de primera y españoles de segunda. Vamos a desenmascarar a aquellos que nos llaman «ultraderecha» por motivos electoralistas, porque carecen de programa propio o simplemente por costumbre.

En concreto, consideramos primordial mejorar la relación con las comunidades autónomas vecinas. No debemos ser rivales, sino hermanos. Nosotros no consideramos España como una nación de naciones. Muchos problemas son comunes, y es ridículo que el abordaje sea diferente en unas y en otras.

La falta de coordinación queda patente en una cuestión tan reiterativa como son las inundaciones y daños provocados por las riadas del Ebro. En relación con este tema, usted proponía la actuación, con carácter de urgencia, de acometer la limpieza de aquellos cauces que resultaran, precisamente, urgentes, medidas que consideramos del todo insuficientes. De sus palabras se deduce que debemos esperar una nueva tragedia para poner un parche u otro parche. Sigue sin proponer un plan para la prevención, tal y como reclaman desde hace años los pueblos ribereños.

Todo esto pone de relieve la incapacidad del sistema autonómico para abordar problemas que afectan a distintas comunidades autónomas, sin dar solución a los problemas de los ciudadanos.

Por otra parte, las diferentes normativas entre comunidades generan con frecuencia una menor competitividad en algunos sectores, como el agroganadero, fundamental en nuestra comunidad, además de una excesiva burocratización, trabas, dificultades, que dificultan la expansión de nuestras empresas fuera de Aragón, y que dificultan también la llegada de otras, la inversión y, lo que es lo mismo, la creación de puestos de trabajo.

Debemos trabajar por el bien común de todos los españoles, que es el nuestro. Le daré otro ejemplo: el corredor Cantábrico-Mediterráneo, al que hoy ha hecho más alusión, porque ayer lo nombró casi de refilón. El nefasto estado de las infraestructuras ferroviarias en la provincia de Teruel, tantas veces denunciado por distintas plataformas de ciudadanos, como Teruel Existe, no tendría visos de cambiar y no habría avanzado como hasta la fecha si no fuera por la presión que, desde otras comunidades autónomas, se ha realizado, entre otras, por la de los empresarios del Puerto de Valencia.

No se engañe, señor Lambán, ni quiera engañar a los aragoneses: el actual estado de las autonomías ha relegado a algunas regiones, y en concreto a algunas provincias, al ostracismo y al abandono. No sirve con decir que, sin el Estatuto, estaríamos peor.

Por cierto, ayer usted mismo apenas mencionó a Huesca y a Teruel y se centró sobremanera en Zaragoza, planteando la delirante idea de proponer la capitalidad compartida del Estado.

Abundando en la desigualdad que generan las comunidades autónomas, ¿cómo se puede justificar que las comunicaciones ferroviarias de alta capacidad con Francia pasen por el País Vasco y Cataluña e ignoren un nudo logístico de primer orden como es el valle del Ebro, si no fuera por las continuas cesiones que los gobiernos de la nación han otorgado al nacionalismo vasco y catalán y la actitud timorata de los gobiernos aragoneses de turno?

¿Y por qué no hablar del aprovechamiento del agua? Hablemos del agua, otro mantra del que bebe el regionalismo aragonés y, por miedo, el resto de formaciones de esta Cámara.

Nosotros apoyaremos todas aquellas obras de interés general para los aragoneses. Es intolerable que, en pleno siglo XXI, en Aragón existan poblaciones con problemas de abastecimiento de agua de boca y canalizaciones y obras de regadío de gran interés para nuestra comunidad pendientes de realización desde décadas. Entre tanto, el agricultor ve pasar el río que no riega sus tierras con el único consuelo que los partidos aragonesistas le ofrecen, y que es que esa agua no la aprovechará nadie, porque ahí estarán ellos para impedir el supuesto trasvase.

Hay que acabar con todas las interminables trabas administrativas que impiden la realización de las obras pendientes en Aragón, a través de una dotación presupuestaria suficiente en el marco de un Plan Hidrológico Nacional que, garantizando el caudal ecológico del río, su limpieza y el de las riberas de forma regular y las necesidades actuales y futuras de Aragón, contemplase el aprovechamiento, ¿por qué no?, de las aguas excedentarias por otros españoles, contribuyendo de este modo a fomentar una cultura del ahorro y aprovechamiento del agua, de la que Zaragoza, le recuerdo, hizo gala en 2008. [Aplausos].

VOX ha venido para dar voz a muchos aragoneses que creían ya perdidos algunos valores, valores pisoteados por el relativismo y el marxismo cultural, como el derecho a la vida y a una familia, pilar básico de la sociedad, que enseñe los principios morales a sus hijos frente al adoctrinamiento del Estado y que pueda elegir la educación que quiere para sus hijos.

Aragón se enfrenta a un problema demográfico de primer orden. Desde VOX, reclamamos un apoyo decidido a la natalidad, con ayudas, especialmente en el caso de familias numerosas, que fomenten la conciliación laboral y familiar.

En estos tiempos toca reconquistar la libertad individual para disentir del pensamiento único, y también garantizar la igualdad real entre hombres y mujeres sin discriminación de ninguna clase. Asimismo, el reconocimiento del mérito y del esfuerzo, del trabajo, del respeto y de la honradez en el desempeño de la función pública.

Por eso nos proponemos derogar todas aquellas leyes ideológicas que atenten contra la libertad de pensamiento y de opinión, como la Ley de memoria democrática y la Ley de identidad y expresión de género e igualdad social y no discriminación de la Comunidad Autónoma de Aragón.

En especial, consideramos un deber ineludible confirmar la acreditación y formación de aquellos profesionales que orienten a los aragoneses en materia sexual, en especial si son menores, para garantizar una asistencia de calidad, al igual que a un médico, como es mi caso, se le exige presentar la correspondiente titulación y formación para trabajar en los servicios públicos.

Especial preocupación nos supone también el actual estado de los servicios públicos en general y su futuro si, finalmente, como parece, señor Lambán, logra los apoyos de tan heterogéneos grupos políticos. Todavía resuenan los ecos de las recientes sentencias condenatorias por el cierre del colegio Ánfora de Cuarte, al que antes se ha referido otro interviniente, y por el asunto de las duplicidades en universidades privadas de estudios ya presentes en la universidad pública, que su anterior Gobierno, con Chunta Aragonesista, quiso impedir.

¿Qué nos deparará está nueva legislatura? ¿Hasta dónde llegará su intromisión en la libertad empresarial y de elección de enseñanza? ¿De verdad, como manifestó ayer, va a impulsar la convivencia pacífica entre una enseñanza pública de calidad y las enseñanzas concertada y privada?

Y en el ámbito sanitario, ¿cómo piensa controlar una lista de espera quirúrgica que no hace sino aumentar y corregir el déficit de medios técnicos y humanos en la sanidad pública aragonesa, cada vez más alarmantes? ¿Estamos realmente preparados para ofrecer una sanidad universal? Medidas concretas, no promesas.

Explíquenos también, si me lo permite, cómo piensa contener la fuga de profesionales de la sanidad a otras comunidades autónomas e, incluso, al extranjero o el déficit casi estructural de camas de hospitalización, etcétera, tantos ejemplos podríamos dar, ¿verdad?

Otro tema que nos preocupa sobremanera es la seguridad como servicio público, un asunto que afecta a muchos aragoneses del mundo rural por los escasos medios con que se cuenta en muchas localidades para evitar saqueos en explotaciones agrícolas y ganaderas y el temor por la propia seguridad personal.

Y ya en el ámbito más urbano, preocupa la presencia de menores extranjeros no acompañados, conocidos como «menas», relacionados con el incremento de la delincuencia al no disponer, al parecer, de los medios legales y de la voluntad política de atajar el problema. Extraña el desconocimiento de cómo se está arbitrando su llegada a Aragón, sobre la base de qué acuerdos y resoluciones se están incorporando a nuestra comunidad y por qué parecen gozar de esa impunidad. [Aplausos]. Me gustaría que nos ilustrara al respecto.

En relación con cuestiones de economía, consideramos fundamental rebajar la actual presión fiscal que sufren las empresas y familias, que son el auténtico motor económico de la sociedad aragonesa, mediante la supresión del impuesto sobre el patrimonio, de sucesiones y donaciones, el impuesto sobre actos jurídicos documentados, así como la supresión del ICA y la rebaja de, al menos, un 5% en el tramo autonómico del IRPF.

Tras escuchar la intervención del candidato, si algo nos quedó claro es que no va a suprimir impuestos: o los va a cambiar de nombre o los va a compensar con otras fórmulas impositivas, lo que, a efectos prácticos, significará seguir metiendo la mano en el bolsillo de los contribuyentes.

Por el contrario, en VOX creemos necesaria esa rebaja fiscal para revitalizar la clase media —y, de ese modo, aumentar su capacidad de consumo—, las pymes, los autónomos, los emprendedores y esa España que trabaja y que, con sus impuestos, sostienen los servicios públicos.

Por eso queremos promover un riguroso control del gasto reduciendo duplicidades entre administraciones y la reducción o, en su caso, eliminación de organismos y entes públicos innecesarios o que sirvan a fines puramente ideológicos.

Desde VOX, defendemos sin ambages el derecho a la propiedad privada, al ahorro y a la lícita creación de riqueza. En este sentido, no entendemos justificable ningún tipo de ocupación o usurpación de la propiedad privada, siendo, en todo caso, el Estado el que debería hacer frente a una hipotética necesidad habitacional.

No nos vamos a olvidar del medio rural y del grave problema de la despoblación. Para ello, es preciso mejorar las infraestructuras de comunicación; la implantación de banda ancha de internet; mejorar, por supuesto, los servicios públicos (educación, sanidad, seguridad, la que he mencionado anteriormente); fomentar y promover la adquisición de viviendas para jóvenes que se quieran establecer en el medio rural, así como para aquellos funcionarios que desempeñan su labor en tal medio; reducir cargas fiscales como el IBI y el gasóleo agrícola; atraer y facilitar la inversión, y crear nuevas industrias, así como nuevos proyectos para emprendedores.

VOX es firme defensor de las tradiciones y las costumbres que nos definen como pueblo. Son parte de nuestro acervo cultural y vertebran nuestra identidad nacional. Muchas de ellas son indispensables para el mantenimiento de la economía por su repercusión turística y la gran cantidad de puestos de trabajo e ingresos que generan, como la tauromaquia, la caza y la pesca. [Aplausos].

Señor Lambán, por todo lo expuesto y como es obvio pensar, el Grupo Parlamentario VOX en Aragón no va a apoyar su investidura al no compartir su proyecto para Aragón, sustentado por los dictados de la extrema izquierda, del regionalismo radical y la presencia, difícil de encajar, del PAR. Con esos treinta y tres diputados de izquierdas y los tres regionalistas conservadores, permítame que se lo diga con humor, se la juega a rojo y par.

No obstante, desde nuestra formación, nos ofrecemos, aun situándonos en una oposición firme, al debate, al razonamiento y a la sana confrontación de ideas. Vamos a acabar con los prejuicios que hay en torno a nuestra formación, con los clichés y juicios de valor no fundamentados, porque, como ya dijo don Santiago Ramón y Cajal, «razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! Sugestionar, ¡qué fácil, rápido y barato!».

Muchas gracias.

¡Viva Aragón y viva España! [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Morón.

Tiene la palabra el candidato, señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.

Señor Morón, en primer lugar, ratifico lo que he dicho en el debate con algunos de quienes le han antecedido en el uso de la palabra: yo tengo el máximo respeto a su fuerza política, a su formación, a la representación de una parte de los electores aragoneses que ostentan ustedes tres. Eso, como primera cuestión.

Y como segunda, y ya se lo dije en un debate de los de la campaña electoral, le agradezco sinceramente su sinceridad, le agradezco sinceramente la honradez intelectual que manifiestan diciendo en esta Cámara y diciendo en los debates, justamente, lo que piensan y, justamente, para qué han venido a la vida política. Se lo agradezco, en primer lugar, porque en el propio hecho de decir la verdad de lo que se piensa ya reside un motivo de agradecimiento, y se lo agradezco en segundo lugar porque ratificar lo que venimos diciendo nosotros desde hace semanas, y que he repetido hasta la saciedad en el día de ayer y en el día de hoy, que ejercer el autogobierno en Aragón basándose en un partido como ustedes, y lo digo con todo el respeto, es un ejercicio condenado al fracaso absoluto, porque ustedes, y lo acaba de decir usted, no creen en el autogobierno. [Aplausos]. Es más, usted dice algo que contradice, incluso, la historia reciente de esta comunidad: usted dice que la autonomía ha sido perjudicial para Aragón; nosotros defendemos, justamente, lo contrario, nosotros defendemos que la autonomía le ha sentado de maravilla a Aragón.

Durante siglos, la concentración monopolística del poder por parte del centralismo madrileño benefició a Madrid, benefició al País Vasco, benefició a Cataluña, y perjudicó de manera abrasiva a las comunidades autónomas del interior y, particularmente, a una comunidad autónoma como la de Aragón. Y ha sido justamente el Estatuto de Autonomía y ha sido justamente el autogobierno ejercido durante cuarenta años lo que le ha permitido a Aragón renacer, lo que le ha permitido a Aragón reconstruirse, lo que nos ha permitido hacernos como pueblo, hacernos como colectividad, a nuestra imagen y semejanza, desplegar nuestras energías, desplegar nuestras capacidades, hacernos oír, hacer que nuestra economía se despliegue en torno a nuestros recursos y al objetivo que tenemos en la utilización de esos recursos, en vez de estar sometida a estrategias económicas urdidas desde Madrid.

En definitiva, estamos en ese sentido, en las antípodas, señor Morón. Y lo peor que le podría ocurrir a nuestra comunidad autónoma es volver a etapas anteriores de recentralización, de supresión de competencias y de asunción, otra vez, de todo el poder político en Madrid.

Nosotros apostamos por la descentralización del poder, nosotros apostamos por Zaragoza como capitalidad compartida del Estado. Y no estamos hablando ni estamos disertando sobre el vacío, porque son cada vez más los países (México, por ejemplo, países escandinavos) que están entendiendo que, para legitimar al Estado de una manera más eficaz de lo que lo está ahora, es bueno descentralizar ministerios, agencias..., es bueno descentralizar el aparato del Estado, que, por sí mismo, genera oportunidades y genera economías. Y Zaragoza está en disposición de recibir ministerios, de recibir agencias, de recibir parte del poder de la Administración, no solo por lo que eso significaría para la ciudad y para Aragón, sino porque eso reforzaría enormemente la legitimidad del Estado, la aceptación del Estado en todos sus términos por parte de todos los habitantes del país, y, desde luego, sería un ejercicio que merecería mucho la pena y que tarde o temprano, ya lo verá usted, señor Morón, se impondrá. Insisto: cuando lo hagamos, no seremos ni muchísimo menos los primeros.

Por lo demás, usted ha expresado sus dudas, por no decir rechazo absoluto, a leyes que han obtenido la unanimidad de esta Cámara en las pasadas legislaturas; usted ha manifestado una predisposición diáfana hacia el trasvase, y le honra hacer eso, se lo digo sinceramente. Pero, evidentemente, conformar la gobernanza de la comunidad con un partido que es partidario de suprimir la autonomía, con un partido que es partidario de suprimir leyes de derechos que para nosotros son fundamentales, con un partido que se declara abiertamente trasvasista, gobernar una comunidad tan profundamente arraigada en sus propias convicciones aragonesistas como es Aragón, me parece que sería una aventura difícil de sostener desde el punto de vista de la coherencia.

Hablaba usted de pancatalanismo expansivo, y no le oculto que alguna preocupación tengo yo al respecto, pero, desde luego, en modo alguno referida a nuestra comunidad autónoma. Sería un error, lo ha sido en alguna ocasión, no reconocer, y para eso ni siquiera hay que acudir a filólogos especialmente expertos, no reconocer que, en Aragón, en determinadas zonas se habla el catalán, sería un error, y sería un error no reconocer que existe una lengua, que es el aragonés, que se merece todo el respeto del mundo, igual que sería un error, en mi opinión, iniciar siquiera el debate de la cooficialidad de las lenguas, porque Aragón es, ante todo, una comunidad castellanoparlante, y eso, para mí, es motivo de orgullo. Es más, es tan motivo de orgullo, señor Morón, que mi Gobierno reanudó la relaciones rotas con la Real Academia Española para colaborar con ella, haciendo gala del orgullo que sentimos por ser una comunidad, fundamentalmente, castellanoparlante. [Aplausos].

Es más, yo estoy por generar un debate —le hago una pequeña expansión intelectual a mi manera—, yo estoy por generar un debate sobre el verdadero origen del llamado castellano, que yo prefiero llamar español. En las glosas emilianenses del siglo X, glosas emilianenses escritas en La Rioja, es decir, en el castellano primigenio, en el castellano original, todos los lingüistas, todos los filólogos, reconocen una influencia clara del llamado «navarro-aragonés», es decir, que hasta nos podríamos disputar con otras comunidades autónomas el origen mismo del castellano.

Y yo voy a cultivar a fondo las relaciones con la Real Academia Española, que esta comunidad autónoma abandonó en el año 2011 y yo he recuperado. Hemos hecho colaboraciones con ellos afirmando nuestro orgullo por ser castellanoparlantes e, incluso, seguramente, por ser cofundadores de esta maravillosa lengua productora de la mejor literatura de la historia de la humanidad.

Es más, con el Instituto Cervantes, que propaga la cultura española y que propaga el español por todo el mundo, en esta legislatura hemos establecido relaciones muy fructíferas que nos han permitido llevar a Aragón, el nombre de España y, desde luego, del Instituto Cervantes a Sicilia, a China, a Estados Unidos y a muchos países del mundo, en un esfuerzo en el que creo que tenemos que perseverar, que es llevar la cultura aragonesa a todos los rincones del mundo y hacerlo de la mano de esta maravillosa institución que es el Instituto Cervantes. [Aplausos].

Habla usted de colaboración con comunidades autónomas vecinas. Ya le he dicho que yo creo en el federalismo cooperativo y que creo en una relación con el Estado basada en la lealtad institucional mutua y basada también en la bilateralidad, tal como establece la Constitución y tal como establece el propio Estatuto de Autonomía. Y hasta tal punto creo en ese federalismo cooperativo que en esta legislatura hemos trabajado codo a codo con el Gobierno de la Comunidad Valenciana para impulsar, por ejemplo, el corredor Cantábrico-Mediterráneo, que le puedo asegurar que, como reivindicación, nació del Gobierno de Aragón cuando resultamos excluidos del mecanismo Conecta 2021-2027 de la Unión Europea. Nos asociamos rápidamente al Gobierno de Valencia y nos asociamos a quien resulta fundamental para cualquier tipo de decisión europea, que es el Gobierno de España. Un Gobierno de España anterior nos excluyó y el Gobierno de España actual nos incluyó.

Y le puedo decir algo que no he tenido ocasión de señalar en este debate y que me propongo continuar en la siguiente legislatura, que es trabajar de la mano con comunidades autónomas que sufren problemas parecidos a los nuestros para solucionar esos problemas. En la legislatura pasada, hicimos una especie de lobby, en el mejor sentido de la palabra, con Galicia, con Asturias, con Castilla y León, con La Rioja y con Castilla-La Mancha, para trabajar por una solución al problema de la financiación autonómica, entendido como la otra cara de la moneda del problema de la despoblación. No es posible combatir la despoblación sin un nuevo sistema de financiación autonómica.

Y eso lo hemos hecho creyendo en el Estado de las autonomías, y se lo digo porque usted ha señalado lo conveniente de relacionarse con otras autonomías. Desde luego, ahí hay una contradicción en su planteamiento, señor Morón, porque, ¿cómo vamos a colaborar con las comunidades autónomas si se suprimen las comunidades autónomas?

Y en cuanto al Ebro, creo que somos el primer Gobierno que ha acometido la limpieza del Ebro, y lo hemos hecho en aquello que es competencia nuestra. El Gobierno tiene competencia para eliminar vegetación, que es uno de los principales problemas de las avenidas, en aquello que es terreno competencia de la comunidad autónoma; le estamos planteando al Gobierno de España que nos deje actuar en el terreno que no es de nuestra competencia, hablando siempre de eliminación de vegetación, y le estamos planteando insistentemente al Gobierno de España no el dragado del río, y les pido, por favor, que no utilicen esa palabra, porque esa palabra ahuyenta a cualquier persona respetuosa con el medio ambiente y a los que tratamos de convencer de que es buena la limpieza de los ríos. No utilicen el nombre «dragado del río», utilicemos el nombre de «limpieza del río», haciendo lo que en el río se ha hecho toda la vida, que es acometer limpiezas razonables [aplausos], limpiezas pausadas, que incluyen también gravas y que incluyen también materiales que las sucesivas avenidas arrastran.

Y, por cierto, un plan de prevención de las riadas lo expuse ayer: estamos hablando de adquirir zonas inundables, incorporarlas al patrimonio público; estamos hablando de la plantación de tres millones de árboles para sustituir la huella del carbono de la ciudad de Zaragoza; estamos hablando de convertir al río Ebro en el principal corredor verde de España.

Por lo demás, señor Morón, creo que, en algunas cuestiones de puro sentido común, estaremos de acuerdo con ustedes; en otras cuestiones, que son troncales para la definición de la política aragonesa, estamos radicalmente en contra. Otra cosa es que respetemos la legitimidad de su representación y que los respetemos a ustedes. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lambán.

Señor Morón, tiene su turno de réplica.

El señor diputado MORÓN SANJUAN: Bien, señor Lambán, habla usted de que la autonomía le ha sentado de maravilla a Aragón, que en estos últimos cuarenta años ha crecido, tenemos nuevas libertades, se ha desarrollado... Parece que, bueno, pues que no hay diferencias ya entre comunidades autónomas, porque parece que el crecimiento ha sido tan importante que, bueno, estamos a la par, digamos, con otras comunidades autónomas.

Usted sabe que no es cierto, usted sabe que no es cierto y que no es así. Usted sabe que las libertades no han llegado con las autonomías, las libertades llegaron con el sacrificio y con el esfuerzo de todos los españoles en la Transición. Y a veces hay que recordarlo, porque parece que se tiende a igualar el concepto de Estado de las autonomías y de Estado de las libertades; no tiene nada que ver, no tiene nada que ver. Hay países en Europa perfectamente democráticos que no tienen un sistema como el nuestro autonómico y son países democráticos, y en los que hay también unas libertades de pensamiento, de opinión, quizás, a lo mejor, más garantizadas que en el nuestro.

Por lo tanto, ahí ya rechazaría ese primer planteamiento que ha hecho respecto a la conveniencia o a lo que hemos avanzado con el Estatuto.

Si comparamos cómo estaba Aragón, como usted dice, hace doscientos años, pues hombre, evidentemente, Cataluña tampoco está ahora como estaba hace doscientos años, pero, sin embargo, las diferencias existen exactamente igual entre Aragón y Cataluña desde hace doscientos años al día de hoy, y diferencias que, como he comentado antes, se pueden plasmar en ejemplos que todo el mundo conoce, y esta mañana se ha hablado poco, pero, bueno, voy a insistir nuevamente.

La Travesía Central transpirenaica, el Canfranc..., es decir, todo lo que son las comunicaciones ferroviarias con Europa, prácticamente, están centradas exclusivamente a través del País Vasco y de Cataluña, y eso no es una cuestión aleatoria, es una cuestión que tiene que ver con el Estado de las autonomías precisamente, porque hace doscientos o trescientos años, evidentemente, no había trenes que tenían que pasar de España a Europa, pero ahora sí los hay, y esos trenes siguen pasando, y los trenes de alta capacidad ferroviaria siguen pasando por Cataluña y por el País Vasco. Y un nudo tan importante logístico, y que podría serlo más, y que, probablemente, podría ser uno de los mayores o el más importante de Europa, como es el valle del Ebro, pues al final se tiene que conformar con lo que se tiene conformar. Ahora estamos contentos porque por fin va a ser una realidad el corredor Cantábrico-Mediterráneo, pero todos los aragoneses aspiramos a mucho más, y tiene que ser consciente de ello porque quedan cuatro años por delante en los que tendríamos que hacer un esfuerzo todos los que estamos en esta Cámara por avanzar y por ir en esa dirección, y no conformarnos con lo que con la ayuda de otras comunidades se está consiguiendo.

Habla de centralización y de descentralización. A ver, nosotros no hemos hablado de una centralización administrativa, nuestro partido no defiende una centralización administrativa; nosotros, entre otras cosas, estamos por potenciar las entidades locales y por potenciar las diputaciones provinciales. Nosotros lo que queremos es que determinadas competencias estén en manos del Estado desde el punto de vista político, como son la educación, la sanidad y la seguridad.

Y voy a hilvanar esta cuestión, bueno, con la negativa que ha hecho usted respecto al tema ideológico, negando ese adoctrinamiento que podía haber en las aulas aquí, en Aragón. Ha dicho que le preocupa el posible advenimiento del pancatalanismo aquí, en Aragón, pero, de alguna manera, lo ha negado. Pues, mire, la plataforma aragonesa No Hablamos Catalán denunció en febrero de 2019 que en el colegio público de educación infantil y primaria Vicente Ferrer Ramos de Valderrobres (Teruel), había colgados unos carteles —aquí están; evidentemente, no los podrán visualizar las señoras y los señores diputados— en los que se ven pues unos animales, unos mamíferos, unas mariposas, unos reptiles..., bien, y estos carteles hacen referencia a los animales, a las mariposas, a los reptiles de los Países Catalanes, de los Países Catalanes. Estamos hablando de la provincia de Teruel, no estamos hablando de algo que llegará, sino que estamos hablando de algo que está ya aquí, estamos hablando de algo que está ya aquí. Estamos hablando de un pancatalanismo que está ya en Aragón, está en Aragón por más que usted lo quiera negar.

Y en cuanto al tema del trasvase, me resulta realmente curioso y lamentable que se hable con mucha soltura, que todos los partidos en esta Cámara hablen del Pacto del Agua y, sin embargo, eviten otras palabras, como Plan Hidrológico. Pacto, sí; Plan Hidrológico, no. Parece que hay unas connotaciones…, pero al final se trata de lo mismo, al final se trata del aprovechamiento del agua. Y se lo vuelvo a repetir: no se quede con que nosotros somos, como dicen por ahí algunos partidos regionalistas para justificar su existencia, trasvasistas. Nosotros lo que queremos es un aprovechamiento del agua —y lo vuelvo a repetir desde esta tribuna—, nosotros lo que queremos es un aprovechamiento del agua, que precisamente aquí, en el año 2008, hacíamos gala y presumíamos ante el mundo de que íbamos a enseñar a todo el mundo a aprovechar el agua. Pues, aprovechemos el agua, y aprovechar el agua significa empezar utilizándola correctamente en Aragón y cubrir nuestras necesidades y, posteriormente, buscar la mayor rentabilidad que pueda tener esa agua.

¿Qué sentido tiene que se pierdan los hectólitros que se pierden todos los años en el mar de agua dulce, con un precio incalculable, que no se estén aprovechando aquí y que no se estén aprovechando allá? Pues, vamos a buscar cuál debe ser, desde el Estatuto, desde un Plan Hidrológico Nacional, desde donde sea. Vamos a buscar una solución. Vamos a completar esas obras que están pendientes en Aragón, y no vamos a dejar esta cuestión dormida y que sea fruto de debates, que sea aquello que nos diferencia y que sea aquello que, en el caso de los partidos regionalistas, justifique su razón de ser y de existencia, porque, realmente, los partidos regionalistas en Aragón, aparte de defender el agua, pues, poco más.

En el tema de la limpieza del Ebro, pues, yo creo —su intervención no me ha convencido— y sigo insistiendo en que limpieza —lo dicen los mismo pueblos ribereños y los afectados por las crecidas— es insuficiente, se plantea en momentos en los que ya llega el agua, cuando ya viene la avenida y, en cualquier caso, no previenen esas pérdidas tan cuantiosas que han provocado, pues, prácticamente la devaluación del valor de esas tierras hasta una situación tan precaria como que esos agricultores temen que su modo de vida vaya a desaparecer. Realmente, yo creo que es una situación crítica, una situación muy grave, y veo que usted y su futuro Gobierno, pues, no le prestan demasiada atención.

Y luego, volviendo un poquito al tema del apoyo al español, me parece muy bien. Creo que ese es el camino que hay que seguir, pero insistiré, aparte del tema del catalán, que creo que ya lo he expuesto con bastante profundidad, en el tema del aragonés. La lengua aragonesa no existe, la lengua aragonesa como tal no existe. Se la quieran inventar, la quieren desarrollar ahora, quieren, a través de unos filólogos, montar unos chiringuitos para crear una nueva lengua, una lengua que acabará con todas las modalidades lingüísticas que se hablan en muchas localidades de nuestro territorio, porque llegará el niño a su casa y les dirá a sus papás: no se dice así, se dice de esta otra forma, que me lo han dicho en el colegio. Y en pocos años, esas lenguas desaparecerán, como han desaparecido otras lenguas minoritarias, modalidades lingüísticas, como el ibicenco en Baleares o en otras partes de nuestro territorio nacional.

Muchas gracias. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Morón.

Tiene la palabra… ¿No hay duplica? De acuerdo, pues, muchas gracias.

Pasamos la palabra a Izquierda Unida.

Señor Sanz, tiene la palabra.

El señor diputado SANZ REMÓN: Gracias, señor presidente.

Señorías, quisiera comenzar compartiendo una reflexión desde una formación política como la nuestra, una formación política como Izquierda Unida, que va a hacer hoy un ejercicio de responsabilidad, pero no amordazada, una responsabilidad no amordazada. Y esa reflexión pasa porque entendemos que las instituciones y las leyes que de ellas emanan son en sí mismas una poderosa herramienta que debe ajustarse necesariamente y exclusivamente a las necesidades del conjunto de la comunidad política de las que son expresión. De lo contrario, como sucede muy a menudo, cuando responden a otros intereses, lo único que están haciendo es perpetuar unas condiciones estructurales y materiales que impiden que la igualdad, la justicia, la solidaridad, la redistribución de la riqueza, la emancipación o la capacidad crítica sean una realidad.

Por eso no esperen condescendencias ni paños calientes de IU con este statu quo que perpetúa un orden político y social que, al final, favorece a unas minorías y carga sobre la inmensa mayoría de la población los esfuerzos para mantener un perverso sistema. No, señor Lamban, no es posible maridar el capitalismo con la equidad social, y la crisis es una buena prueba de ello.

Las instituciones no pueden ser árbitros ante la desigualdad, ante la injusticia, deben intervenir y deben de hacerlo siempre en favor de los más débiles, y hacerlo en favor de los más débiles supone también poner coto a los desmanes de los poderosos.

Igualmente, deben garantizar la formación de un espíritu crítico e informado de la ciudadanía que no puede ser considerada, no podemos seguir considerando a la ciudadanía una masa informe y acrítica sobre la que tan solo se ejerce manipulación con medias verdades o propaganda.

Izquierda Unida, desde la modestia y la humildad, va a defender estos principios, pero con la misma convicción y la misma determinación que durante tantas décadas, ese hilo rojo que representamos ha venido defendiendo una sociedad libre de tutelas y libre de explotación, y lo haremos con rigor y con alternativa, porque saben que siempre la ponemos sobre la mesa, porque siempre la hay.

Señorías, se ha hablado poco de política hoy. Hoy el mayor de los problemas de la política de este país no es ese independentismo que ha servido como excusa para reducir la política a una confrontación estéril basada en la negación del otro, no. Tampoco lo es, siendo grave este problema, el enfrentar pluralidad con estabilidad o el consolidar la idea falsa de que la eficacia en la gestión ha de estar por encima de las políticas de las que debe ser resultado, no.

El mayor, precisamente, de los problemas —y hoy lo estamos viendo aquí— se esconde en cómo cada uno de nosotros y de nosotras afrontamos el cómo la practicamos y cómo la entendemos. Y esos motivos, pues, radican efectivamente en el inmovilismo y en el miedo, como usted decía ayer, señor Lambán, pero no de la ciudadanía, en el miedo de determinados sectores a perder privilegios ante el estallido evidente de los consensos sobre los que se ha construido nuestra democracia y nuestras instituciones, toda vez que ha quedado clara su incapacidad para dar respuesta a los problemas reales de esta sociedad, que no son los problemas que se sitúan sobre esta mesa, son los problemas de las personas, de los aragoneses y de las aragonesas que la componen. Eso es Aragón, su gente.

Y, por lo tanto, no estoy hablando del modelo de Estado ahora, estoy hablando de la incapacidad de dar respuesta a cuestiones tan básicas como el derecho a la vivienda, el derecho a la educación, al trabajo, a la salud, a las pensiones, a la vejez, a la muerte digna, a esos derechos fundamentales. Ese es el primero de los problemas que tiene que afrontar la política.

Y el segundo que tiene que afrontar de la política es reconocer su incapacidad para impulsar las transformaciones éticas que como sociedad requerimos para superar esas históricas heridas estructurales que hacen que sigamos instalados e instaladas en la barbarie. Y me referiré a alguna de las que usted habló ayer, pero permítame que lo haga desde otra óptica.

La primera de estas heridas se llama patriarcado, que hinca sus raíces en los anales del tiempo, pero habita en todos y cada uno de nosotros. De su superación dependerá la salud de esta democracia. Hoy hemos hecho un minuto de silencio por una zaragozana asesinada; hace pocos días, un hombre degolló a su hijo para no entregarlo a su madre, un señor, un asesino que estaba acusado por violencia machista. Ningún agresor, señorías, puede ser buen padre. Y no caben condescendencias, ni morales ni judiciales, porque si la justicia no defiende a quien padece la violencia estructural, la justicia forma parte de esa violencia estructural.

La crisis climática, otra de las heridas que se situaron ayer sobre la mesa, pero vamos a abordarla desde una perspectiva estructural, porque es el resultado de un sistema criminal, un sistema que pone en jaque la vida del planeta. No tenemos un planeta «B», no tenemos un planeta «B», y por eso, permítanme, señorías del Partido Socialista y de los grupos que van a apoyarlo en su Gobierno, que cuestione proyectos absolutamente insostenibles como el de la unión de estaciones, que son antagónicos para con el desarrollo sostenible, otra herida a las inhumanas políticas irresponsables, pero asesinas también, que generan guerras y las hipócritas y también asesinas políticas que permiten que aquellos que huyen de esas guerras que generamos o permitimos no puedan entrar a vivir tranquilamente a buscar paz aquí.

La despoblación. Usted habló ayer de ella y yo quiero hablar de ella desde una perspectiva económica, evidentemente. La despoblación es el resultado de un sistema que explota, esquilma y, cuando algo no le es rentable, abandona.

Y, por último, otro de esos grandes problemas quiero situar encima la mesa, que es la concentración, la confrontación y la judicialización de la convivencia como el mayor de los errores que ha cometido una diligencia política en nuestro país. Todas y todos nos tenemos que incorporar, pero unos tienen más responsabilidad que otros y otras porque han sido incapaces de afrontar el reto de normalizar la convivencia desde el reconocimiento a la voluntad del otro, algo tan sencillo como es la política. Porque, señorías, la política que se sustenta en la lógica de vencedores y vencidos no es política, la política que pierde de vista que a lo que tiene que dar respuestas es a las necesidades de la mayoría social o aquella que utiliza la confrontación frente a la palabra tampoco es política.

Ayer usted reconocía que había una ruptura del contrato político que supuso la Constitución de 1978, pero quiero recordarle que fueron ustedes, el Partido Socialista y el Partido Popular, señor Beamonte, los que pusieron dinamita al reformar el artículo 135 de la Constitución y permitir que se pagara antes a los bancos que a los servicios públicos. A partir de ahí, evidentemente, los consensos saltan por los aires y la gente se da cuenta de que pinta poco, de qué pintan más los bancos, y en esas estamos.

Yo quiero hacer una llamada al señor Pérez y al señor Beamonte porque, hombre, la izquierda que representa Izquierda Unida no puede aceptar lecciones de democracia porque nos dejamos la piel para construirla. Y quiero recordar que hubo grupos políticos que, cuando se votó la Constitución, no la votaron a favor; el suyo no la votó a favor, la mitad de su grupo no la votó a favor, cinco votaron en contra y tres se abstuvieron. Por lo tanto, no nos den lecciones de democracia, señorías de la derecha.

Y ahí radican los problemas, en negar que necesitamos nuevos consensos fraguados en la política que den respuesta a derechos fundamentales. E Izquierda Unida sitúa esos nuevos consensos, ese nuevo marco, construyéndose por y para la gente, para la mayoría social, y no al contrario. Y somos muy conscientes de que se está librando una batalla importantísima precisamente para institucionalizar la miseria y la precariedad como algo consustancial con la vida, y eso no es aceptable y nos tenemos que rebelar, señor Lambán. Y yo por eso les exijo especialmente a ustedes, al Partido Socialista, que salgan cuanto antes de la ambigüedad, que no se escondan en la transversalidad, porque continuar en tierra de nadie al final facilitará que se cierre en falso esta crisis en favor de los que la han generado.

Por eso, Izquierda Unida —y voy a contestar también a algunas de las cuestiones que se han dicho— no está aquí para participar en políticas que no persigan este fin. No nos sirve cambiar todo para que nada cambie. Nos da igual en ese sentido, si va a ser ese el propósito del nuevo Gobierno, quién ocupe los sillones. Nosotros estamos aquí para hablar de políticas, de programas, que den reflejo a las reivindicaciones y a las necesidades de la sociedad, y de eso precisamente hemos estado hablando durante este mes y medio con el Partido Socialista, de eso exclusivamente, de eso que vamos a exigir que cumplan, de eso que esperamos que cumplan, y de eso queremos hablar hoy también aquí. Por cierto, cincuenta y dos medidas, que es el único compromiso político que asume Izquierda Unida, ninguno más, ninguno más.

Piensen lo que tenemos delante. Después de intervenir los diferentes portavoces de las derechas de este país y de Aragón, está claro desde dónde proponen, y está claro también para quién proponen, y está claro el modelo social que representan, un modelo social y económico que se basa en primar el beneficio de unos pocos impidiendo el reparto del salario por la vía de salarios dignos y el reparto de la riqueza por la vía salarios dignos, que es cuando se reparte la riqueza; la riqueza se reparte cuando se genera, así se reparte la riqueza, mediante de salarios dignos. Un modelo social fundamentado básicamente en la prestación de servicios por la vía de la privatización después de esclerotizar y desfiscalizar las instituciones [rumores], y desfiscalizar las instituciones para hacerlas incapaces de prestar esos servicios, y todo ello además rebozado en unos valores que atentan contra la diversidad, la memoria histórica, como se ha oído aquí, democrática, la igualdad real, y que blindan por lo tanto un modelo de España que consideramos caduco y que debemos dejar atrás.

Y piense en ello antes de justificar que la realidad aritmética de esta Cámara no permite el impulso de determinadas políticas, porque no defender determinadas banderas, señor Lambán, por miedo a perder nos hace más daño como sociedad que perder tras haberlas defendido. Además, usted y yo sabemos que los principales escollos que encontramos durante el proceso de negociación precisamente no radicaban en la participación o no participación de determinadas fuerzas políticas de su Gobierno, sino en una histórica falta de voluntad que nosotras y nosotros siempre le hemos exigido a la hora de asumir con valentía más protagonismo desde lo público para impulsar determinadas políticas y medidas, hoy más necesarias que nunca para no cerrar en balde la crisis: blindaje de los servicios públicos; defensa del medio ambiente; decididamente, intervención en sectores estratégicos; defensa del pequeño comercio frente a los intereses que esconden las grandes superficies; una fiscalidad justa redistributiva que cumpla su función social de ser un elemento de igualdad y de generar igualdad; un modelo productivo con protagonismo público que asiente población y riqueza y que genere un empleo digno sin precarios, sin falsos autónomos, sin brecha salarial en fin.

Y se lo recuerdo porque son ustedes los que no en pocas ocasiones, como les decía, cuando ha habido que dar un paso más allá, han decidido no darlo, o, cuando ha sido necesario liderar a nivel de Estado determinadas cuestiones, siempre se han escudado en cuestiones competenciales.

Así estamos como estamos hoy, Aragón es una de las comunidades del Estado español con más desigualdad, señor Lambán, a pesar de los esfuerzos compartidos, que seguiremos compartiendo en esas materias durante esta legislatura, en la anterior.

El PAR, por lo tanto, ha podido servirles de coartada con otros a la vista de los acuerdos firmados o no firmados para seguir de alguna manera escudándose y quedándose en esa ambigüedad, pero con nosotros no, con nosotros no, señor Lambán. Por eso esperamos que, al igual que hemos hecho para llegar aquí a debatir su investidura y a proponerle como presidente y hacerla posible, sigamos tejiendo alianzas. Queremos seguir consensuando con ustedes, pero sin perder de vista la gran mayoría social a la que tenemos ustedes y nosotros y nosotras que dar respuesta. Con Izquierda Unida sabe que siempre va a poder contar para ello.

Y quiero reconocer el hecho de que el PAR haya decidido no facilitar un Gobierno reaccionario pudiendo hacerlo, y eso es importante porque nos va a permitir confrontar desde las diferencias ideológicas, que no me cabe la menor duda que vamos a seguir escenificando en esta Cámara, pero siempre compartiendo determinados valores democráticos para conseguir consensos, consensos democráticos. Pero no se nos puede olvidar la raíz ideológica del Partido Aragonés. Por ello, le pido, señor Lambán, que no se escude de nuevo para acabar desarrollando por voluntad propia o firmando acuerdos con otras formaciones políticas que no son las del señor Aliaga alguna política que precisamente consideramos desde nuestra formación política, y con muchísima humildad, que es impropia de su condición ideológica. Le recuerdo que estamos aquí para evitar que haya un Gobierno de las derechas, pero también para evitar que haya un Gobierno que haga políticas de derechas. No podemos permitirnos acabar imponiéndolas desde un Gobierno con mayoría progresista, porque treinta y tres treinta, treinta y dos más bien, son más que tres.

Me referiré en este sentido, por ejemplo, al acuerdo que han alcanzado en materia educativa. Decir que van a trabajar por mantener la paz y la convivencia entre ambos sistemas, entre la concertada privada y la pública, a la vez que se quiere ampliar la red pública de centros..., sabe que eso es un brindis al sol. No va a haber paz si queremos desarrollar con plenitud la red pública de centros pendientes, no va a haber paz con la concertada porque eso va a hacer imposibles, inviables e innecesarios según qué conciertos y vamos a tener problemas. Pero yo le pido que se comprometa desde esta tribuna a decir que vamos a hacer una apuesta decidida por la pública. Como se ha comprometido con Izquierda Unida, y se lo agradezco, al acordar que la educación en el tramo no obligatorio cero-tres debe ser prestada desde lo público y con gestión directa, ese el camino. Del mismo modo que hemos acordado ese plan de choque para el apoyo a los centros en desventaja, que sufren unas carencias materiales, humanas, enormes para poder dar salida a todo ese peso de la integración y de la diversidad que soportan, y que además representan el exponente, uno de los exponentes más importantes del enorme trabajo que hacen nuestros profesionales del sistema educativo.

Es imprescindible hablar de compromisos presupuestarios, evidentemente, y quiero que usted me diga aquí si va o no va a comprometerse con Izquierda Unida, habida cuenta de que no pudimos concretar porcentualmente el incremento anual del peso de la educación en el grueso del presupuesto, que los presupuestos en educación van a ser expansivos. Se lo pido, que tiene la voluntad política de que van a ser expansivos, año tras año, a lo largo de toda la legislatura.

Igual que en educación encontrábamos diferencias en materia de política fiscal, hoy las hemos vuelto a reconocer en su discurso, en sus réplicas, en sus contrarréplicas, es verdad que un poquito más matizadas.

Sabe usted que Izquierda Unida ha acordado desarrollar y no desmantelar nuestra capacidad fiscal, impulsando nuevas medidas de corte ambiental, pero también hemos acordado que no habrá reformas injustas (y ahora ya sí que quiero citar, por ejemplo, el tramo que ha salido en el debate, el tramo autonómico del IRPF), para profundizar en rebajas fiscales que no nos van a llevar más que a generar más desigualdad y, sobre todo, más diferencia.

Y se lo digo porque esto ya pasó en la legislatura pasada con el impuesto de sucesiones, que usted, pudiendo pactar con la izquierda, pactó con la derecha. El problema decían entonces que era la ausencia de armonización de este impuesto cedido en el conjunto de las comunidades; sin embargo, bueno, pues con Izquierda Unida ha pactado defender en Madrid la recuperación de la función social de este impuesto, pero aquí está hablando de pedir la supresión. Aclárennos esa contradicción, porque existe una contradicción en ese sentido.

Del mismo modo que le hemos oído hablar de rebajas fiscales que nosotros consideramos una irresponsabilidad, así, alegremente. Decir que Aragón tiene que pagar menos que el resto del Estado cuando ya sucede, y usted lo ha reconocido, me parece una declaración absolutamente irresponsable.

Eso, sin contar, por ejemplo, con el anuncio que ha hecho sobre las rebajas fiscales en el ámbito rural, sin encomendarse a nada tampoco. Es decir, consideramos que es un riesgo, un riesgo muy peligroso, mantener los servicios públicos en el medio rural, esenciales para su subsistencia, en sitios, además, donde la capacidad fiscal ya reducida de por sí, si quitamos impuestos, ya sabe cómo va a acabar la cosa.

Señor Lambán, ¿cómo vamos a ir a Madrid a exigir más financiación si somos nosotros los que bajamos impuestos injusta y alegremente?

Vamos a encontrarnos en la senda de la coherencia, en la senda constitucional, esa que tanto defienden; vamos a garantizar una fiscalidad justa, redistributiva y progresiva que haga que pague más quien más tiene, porque, de momento, son las rentas del trabajo las que están soportando el peso de los ingresos del Estado, y las rentas del capital cada día pagan menos. En diez años, el impuesto de sociedades en este país paga la mitad de lo que pagaba hace diez años.

Uno de los debates más agudos en este proceso de negociación giró en torno a la reversión de las privatizaciones en el ámbito sanitario, a la necesidad de introducir cambios en la gestión del personal o al impulso de la atención primaria para avanzar en prevención y eficacia del sistema. Al final, hemos llegado a un acuerdo, un acuerdo que determina un camino que consideramos muy positivo, muy positivo, como es el camino de avanzar en la recuperación de los servicios que ahora están en manos privadas y garantizar también el acceso universal, gratuito, a la sanidad pública de todas las personas sin exclusión alguna y sin copagos ni exclusiones.

Esta es una medida importante, y hay otras que también lo son: el desarrollo del Plan de refuerzo de la salud laboral, centrado en prevención de riesgos laborales (dieciséis muertos en accidentes de trabajo este año en Aragón); el impulso decidido a las infraestructuras hospitalarias, que ya salido aquí, Izquierda Unida va a estar siempre para su garantía desde de lo público; un plan de choque contra las listas de espera que supere necesariamente la fórmula de las peonadas o los complementos, que nos cuestan trimestralmente, como supimos ayer, mucho dinero, pudiéndose desarrollar otras medidas como las que hemos acordado, que son la garantía de la dedicación exclusiva, el correcto funcionamiento y la reorganización del funcionamiento de los recursos sanitarios, y, sobre todo, una mejora profunda de la gestión de las listas de espera.

Son buenos puntos de partida y estamos satisfechos con ellos, como lo estamos de avanzar hacia un sistema menos medicalizado, con más atención primaria. Pero yo quiero que concrete cuál es el compromiso de su Gobierno para avanzar hacia ese 25% que tiene que tener la atención primaria en el peso total del departamento de salud. Lo están haciendo comunidades tan poco bolcheviques como Andalucía, o por lo menos han dicho que lo van a hacer, y lo decimos también en el Plan aragonés de salud cuando decimos que hay que caminar hacia el veinte y por encima del veinte por ciento del peso de atención primaria en la salud. Queremos ese compromiso, y quiero que hoy se comprometa con nosotros y con nosotras.

Gastamos más en farmacia hoy que en atención primaria. Por cierto, en farmacia, ayer, la exministra Carmen Montón fichó por una farmacéutica. Casi podíamos explorar también la posibilidad de desarrollar un polo farmacéutico público con I+D+i, con inversión suficiente que nos permita, además, generar esa riqueza que ya nos ha dicho la Cámara de Cuentas que no vamos a llegar.

En fin, avancemos, avancemos y pongamos a la I+D+i en el centro, como decía, y hablemos de investigación y desarrollo. Y tenemos que volver hablar de impuestos: ¿por qué no damos ayudas a aquellos que quieran invertir en I+D+i, pero no desgravaciones fiscales, sino a cambio de mejora de la calidad de las condiciones laborales de los investigadores y las investigadoras y la mejora de las infraestructuras en esa materia? Aragón tiene un déficit tremendo en ese sentido, y deberíamos liderarlo desde lo público.

Por eso, y porque necesitamos imperiosamente impulsar unos nuevos sectores productivos para cambiar el modelo productivo. El modelo productivo que tenemos hoy genera precariedad, genera brecha salarial y genera mucha pobreza, entre trabajadores también. Los sectores productivos los tiene encima de la mesa, y hemos acordado medidas para ellos: la rehabilitación, el sector forestal, el sector de la agricultura, la automoción, el sector energético, el sector de cuidados... Ahora han incorporado el farmacéutico, ese no está en los acuerdos, se lo reconozco.

¿Cómo lo hacemos? Desarrollando planes de empleo, con formación, invirtiendo en I+D+i, impulsando la economía social, que también es protagonista de varias de las medidas acordadas, defendiendo esa política agraria, y ahí coincidimos en que ponga en el centro a quienes trabajan y viven la tierra, pero, sobre todo, que evite la especulación y la conformación de precios y que también evite que los recursos vayan destinados a quien no trabaja, los agricultores de sofá o a los terratenientes.

Y, por supuesto, a través de la iniciativa pública. Tenemos que impulsar la actividad pública para generar riqueza y sostener debidamente esos servicios públicos que Aragón necesita más donde más dificultades fiscales hay, precisamente, para recaudar y mantener su sostén.

Esas medidas han de contar también con la participación de los trabajadores y las trabajadoras, y por eso les hemos pedido que los trabajadores y las trabajadoras se incorporen también a la elaboración y participen de la mano de las organizaciones sindicales en la elaboración de los pliegos de contratación pública, porque es mejor para todos, es mejor para el sistema.

Como hemos firmado también luchar contra esa lacra que es la desigualdad laboral y la precariedad, que tiene dos rostros evidente: la de los falsos autónomos y la de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Necesitamos legislar, lo hemos acordado, tenemos mucho trabajo por delante.

Y también incrementar el trabajo, en coordinación y colaboración con sindicatos e Inspección de Trabajo.

Porque, claro, hablábamos de cambio de modelo productivo, de lucha contra la despoblación, de crisis climática, de garantizar una transición justa..., y eso no va a venir de la mano de Motorland ni de la Unión de Estaciones de la TCP, señor Lambán.

Luchar contra la despoblación nos obliga a coordinar, lo primero de todo, todas las políticas que se están desarrollando en esa materia, a garantizar que los fondos estructurales y las inversiones se gestionan del mejor modo posible y con la mayor gobernanza posible, con transparencia, para superar prácticas históricas clientelares que han impedido, precisamente, el impacto positivo de esos fondos, como el Fite, que también hemos acordado modificarlo.

Luchar contra la crisis climática y en favor del medio ambiente nos obliga a poner protección sobre las montañas, y nos hemos comprometido a hacer una ley que así sea, y esto es complicado de compaginar con proyectos como el de la Unión de Estaciones. Pero, en cualquier caso, hablaremos de política, y seguro que somos capaces de proteger nuestras montañas.

Y es apostar por una movilidad distinta para esa logística a través del tren. Estamos de acuerdo en eso y ahí nos tendrá, pero no nos tendrá en el impulso de la TCP, ahí no nos tendrá.

Estamos hablando de cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible, dejando atrás este modelo que tenemos, que se olvida de cosas fundamentales, como la rehabilitación y la eficiencia energética.

Hemos acordado llegar al 3% de rehabilitación del parque inmobiliario de Aragón. Vamos a por ello.

Necesitamos un nuevo plan de depuración o, en cualquier caso, un plan de depuración que responda a lo que tiene que responder, y no a otras cuestiones.

Y ayer hablaba del ICA: a mí me gustaría que me dijese en qué sitio, en qué lugar quedan las aportaciones de la red de agua pública de Aragón.

Tenemos un compromiso tremendo para una transición justa con las comarcas mineras, pero va en dos direcciones: evidentemente, no abandonarlas, me consta que está desarrollando trabajo, ahí nos va a tener siempre, trabajando de forma leal, como siempre hemos hecho, precisamente, desde tantos años del Gobierno en Andorra, precisamente, pero lo que no podemos hacer es permitir que una multinacional que ha expoliado, que ha sacado todo el beneficio posible de Andorra y de las comarcas mineras, ahora ponga sobre la mesa como única alternativa su plan de negocio y, encima, quiera quedarse con toda la potencia renovable que puede instalarse en la zona. Habrá que decir algo y habrá que poner coto a esa cuestión.

Del mismo modo que debemos hablar del autoconsumo eléctrico. Hemos hablado, precisamente, de ello como primera medida para democratizar un sistema oligopólico que deja a mucha gente sin luz. Un problema ese también que genera pobreza energética... Bueno, la faceta energética de la pobreza más bien, que, junto con la vivienda, también son objeto de acuerdo entre el Partido Socialista e Izquierda Unida.

Porque, fíjense, es lacerante que no hayamos aprendido nada de esta crisis que vivimos y de sus motivos. Hoy, la burbuja del alquiler crece de forma preocupante en lugares donde más presión demográfica y donde más presión urbanística hay. No puede ser que siga habiendo casas sin gente y gente sin casa, y hay que legislar. Es un problema este que, sumado al de la precariedad, los bajos salarios y la inestabilidad laboral, hace que la gente no pueda garantizar un derecho tan básico como el derecho a techo. Porque, señorías, el resultado de no intervenir en una cuestión tan sensible como esta pues son los más de mil quinientos desahucios que las familias aragonesas vivieron durante año pasado, mil de ellos solo de desahucios por alquiler.

Por lo tanto, las medidas que hemos propuesto sobre la mesa: la elaboración de una ley que garantice el derecho a la vivienda, la mejora de nuestro parque de vivienda de alquiler social y el incremento del programa de ayudas para alquiler social ya en este Plan de vivienda 2018-2021.

Estas medidas son las contenidas en los cincuenta y dos puntos o propuestas que Izquierda Unida acordó con el Partido Socialista para un Aragón feminista, sostenible, productivo y con derechos, imprescindibles para esos primeros elementos que yo hablaba, que eran las cuestiones materiales. Pero hay otras cuestiones que nosotras y nosotros también hemos querido situar encima la mesa, como les decía, porque el papel de las instituciones debe ir más allá, no nos podemos conformar con eso. Ya hemos hablado de alguna de esas medidas, pero permítanme que vaya más allá: en materia de igualdad y de lucha contra la violencia machista, hemos acordado alguna cosa que creemos importante y queríamos decirlo aquí; legislar contra la brecha salarial; desarrollar los planes de igualdad en todas las instituciones y administraciones de Aragón; visibilizar y prevenir las enfermedades, ahora invisibilizadas, que afectan a las mujeres, incorporando y garantizando la atención adecuada, los derechos de atención de los derechos sexuales y reproductivos en el sistema público de salud; proteger de forma inequívoca a aquellas mujeres que sufren la violencia machista, reformulando el funcionamiento de los puntos de encuentro y mejorando también la red de casas de acogida, y debemos conjurarnos, en cualquier caso, para frenar esas posiciones patriarcales y homófobas que han llegado, incluso, a las instituciones, como hemos oído ya desde esta tribuna.

Yo creo que, frente a los discursos del odio, de la insolidaridad, hace falta más igualdad, más feminismo y, sobre todo, el desarrollo integral de las leyes aprobadas, es importante.

Y una cuestión fundamental: hay que ponerse enfrente y hay que señalar, precisamente, que estas conductas no son tolerables...

El señor PRESIDENTE : Señor Sanz, vaya concluyendo. Gracias.

El señor diputado SANZ REMÓN: Voy acabando.

Queremos también que Aragón sea un referente respecto a los derechos humanos. La solidaridad siempre es con quien sufre, pero, para ser solidaridad, para ser solidaria, también tiene que ser contra quien genera el sufrimiento, y, por lo tanto, nosotros consideramos que es importante comprometerse, comprometerse con los que llegan, pero también con los que en sus países de origen están luchando por una vida digna y están siendo amenazados de muerte. De ahí el programa de acogimiento y protección de líderes sociales con Colombia y El Sáhara que hemos acordado.

Decía Albert Camus que la tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre la falta de los demócratas. Y es oportuno decir esto aquí porque aquí hay gente que nos quiere robar hasta la historia a los demócratas [rumores], y por eso le exigimos ese desarrollo de la Ley de memoria democrática y de memoria histórica, porque, señorías de la derecha, ninguna sociedad puede fundamentarse sobre el dolor de las fosas comunes. No estamos hablando de abrir heridas, es que no se han cerrado nunca [rumores], nunca jamás se han cerrado. Aragón debe arrojar verdad, justicia y reparación por los cuatro costados, y eso significa que la historia sea como tal también en los libros de texto, reconocer el papel fundamental del movimiento memorialista y desarrollar los marcos jurídicos que hay para ello.

Y quiero ir finalizando desde el mismo lugar en que empecé. Tenemos obligación de facilitar esas condiciones para generar una sociedad crítica, informada y que, como siempre ha hecho esa sociedad aragonesa, nos demuestre que es capaz de sacar lo mejor incluso en las peores de las circunstancias. Es tarea también, por lo tanto, y para ello, fortalecer una cultura como derecho fundamental, y eso se lo pedimos y en eso estaremos siempre con usted, porque consideramos que es una herramienta poderosísima para generar condiciones efectivas de libertad.

Hoy damos un paso más eligiéndole presidente tras un largo debate político que ha exigido mucha política, mucha política. La gente de izquierdas sabíamos que no queríamos que esta comunidad cayese en manos de las derechas, pero también, como ya le dicho, que no queríamos políticas de derechas.

Esperemos que estos años que Izquierda Unida va a estar en la oposición desde la lealtad y la honestidad que le caracteriza, usted cumpla con esa confianza que le hemos otorgado. Pero estaremos también recordándoles esa frase de Galeano y exigiéndoles que no caigan en esa trampa que decía que el poder es como un violín, que se toma con la izquierda, pero se toca con la derecha.

Por favor, señor Lambán y resto de formaciones políticas que van a formar su Gobierno, por el bien de Aragón, no acaben por reducir lo posible a los intereses de unos pocos.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sanz.

Señor Lambán, tiene la palabra.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.

Señor Sanz, en primer lugar, muchas gracias a usted y a su organización por dar, con su voto, la oportunidad a este Gobierno instalado en la centralidad y transversal que vamos a dar a conocer en los próximos días a la sociedad aragonesa.

Y mucho respeto a su posición, señor Sanz, lo hemos comentado en muchas ocasiones, porque sé que es una posición crítica, porque sé que va a ser una oposición vigilante, pero iniciamos el recorrido de esta legislatura con el firme compromiso de cumplir todos los que hemos adquirido entre nosotros, entre las cuatro fuerzas que vamos a formar el Gobierno, y el compromiso que nosotros hemos adquirido con usted.

No me pida precisiones más allá de las que están contenidas en los documentos que usted ya conoce, porque, como ya he tenido ocasión de decir a otros grupos políticos, los pasos que se van dando son los únicos que en las actuales circunstancias se pueden dar, y, además, ordenados de esa manera: bases programáticas, investidura, formación de Gobierno, elaboración del programa concreto del Gobierno, establecimiento de cronograma, publicación del mismo y puesta en funcionamiento de ese programa y de todas y cada una de sus medidas. Y espero sinceramente que lo entienda.

Ustedes y nosotros, y no hablo exactamente de usted, porque la Izquierda Unida actual solo en una parte tiene que ver con lo que voy a decir, arrastramos una larga tradición histórica, una larga relación de encuentros y de desencuentros. Es verdad que a ustedes jamás se les podrá reprochar que, cuando ha estado en su mano la constitución, la formación de gobiernos de sesgo progresista, por poco progresistas que a ustedes les parecieran, ustedes han estado siempre a la altura de las circunstancias y los han posibilitado. Así ocurrió en el año 1999. Pero lo cierto es que, desde 1921, cuando dos socialistas, Fernando de los Ríos y Anguiano, fueron a Moscú a ver a Lenin para ver si se quedaban en la Segunda Internacional o se iban a la Tercera, después de oír a Lenin lo que aquel señor pensaba sobre la libertad, Fernando de los Ríos volvió a Madrid y dijo que no quería saber nada de la Tercera Internacional de Lenin, y, sin embargo, Anguiano fundó el Partido Comunista de España.

Desde entonces, nuestras relaciones han sido relaciones de encuentros y de desencuentros, de encuentros a veces francamente fructíferos, en las elecciones municipales de 1979, por ejemplo, que supusieron un vuelco en la historia política de España, y de desencuentros muy notables. Yo espero sinceramente, señor Sanz, que esta etapa que ahora comienza, con un Gobierno con el que usted, seguramente, estará en desacuerdo en muchos de sus puntos, forme parte de nuestra historia de encuentros y no de la historia de los desencuentros.

Es obvio que nuestra visión respecto a lo que, históricamente, ha significado el patriarcado, no en la historia de España, sino en la historia del mundo, es muy similar, por no decir idéntica. Yo hablo en muchas ocasiones de un cambio civilizatorio al que estamos asistiendo como testigos privilegiados, un cambio civilizatorio equiparable en su contenido y en su calado al que se produjo en el Neolítico, hace siete mil años, producido, fundamentalmente, por el feminismo, por la irrupción imparable de las mujeres en todos los ámbitos y en todos los espacios de la vida pública y de los derechos individuales; un segundo elemento, el cambio climático, y un tercer elemento, la revolución tecnológica.

Este es un cambio que nos va a someter a tensiones, que está rompiendo estructuras, que está rompiendo moldes, pero que en cada uno de sus tres elementos tiene distintos contenidos: en el caso del cambio climático, vamos a vernos obligados a cambiar radicalmente nuestro modo de vida, nuestro modo de relacionarnos con el planeta, nuestro modo de relacionarnos con los recursos, nuestro modo de alimentación, absolutamente todo; en la revolución tecnológica, debemos evitar sus efectos perniciosos y tratar de convertirla en una oportunidad. Pero estoy absolutamente convencido de que esos dos retos, el del cambio climático y el de la revolución tecnológica, la humanidad está en mejores condiciones de afrontarlos de manera positiva si culmina definitivamente la revolución producida por las mujeres, la revolución feminista, la erradicación definitiva del patriarcado. Por tanto, en esas políticas, que nosotros ya no estamos en disposición de parar, sino, simplemente, de agilizar y de estimular para que se culmine lo antes posible, en ese aspecto estaremos absolutamente de acuerdo. [Aplausos].

Y no estamos de acuerdo y no podemos estar de acuerdo, pero no por una cuestión ideológica ni de opinión, sino por una simple constatación histórica, en algo que usted ha dicho, y es que el capitalismo y la equidad son incompatibles. Y le voy a decir por qué.

Durante décadas, ustedes y nosotros, bajo la misma bandera o desde banderas distintas, apostamos por la superación del capitalismo, estuvimos en posiciones francamente anticapitalistas y apostamos por la superación del capitalismo. Pero hemos de reconocer que ni a ustedes ni a nosotros nos fueron excesivamente bien las cosas en esa lucha. Y desde 1945, bajo el impacto que ocasionó en las sociedades occidentales la Segunda Guerra Mundial y todo lo que en esa guerra ocurrió, se puso en funcionamiento un sistema social y económico que ha sido de éxito absoluto en Europa y que ha sido también de éxito absoluto en España. Se juntaron los sindicatos y los empresarios, se juntaron los socialdemócratas y los demócratacristianos y otras formaciones de centro y liberales, y todos ellos establecieron ese gran contrato, al que yo me refiero en tantas ocasiones, que es el contrato que dio origen al Estado de bienestar, un bien político de suprema importancia, que tiene exactamente el origen que le acabo de decir, y que asumió desde el principio que había de ser necesariamente compatible con una versión del capitalismo llamado «economía social de mercado», creo que en un concepto bastante ajustado a la realidad. Y así hemos ido transitando por la historia en los últimos años, en las últimas décadas, sin ser capaces de encontrar a eso una alternativa.

Yo, que, por deformación profesional, leo las cosas que se escriben sobre estas cuestiones, leo con mucha atención a un economista norteamericano que habla de que el capitalismo, en el año 2050, seguramente habrá desaparecido, pero no como consecuencia de los ataques ideológicos y políticos que se le puedan hacer desde la izquierda, sino porque, seguramente, morirá de éxito, su propio éxito conducirá a su desaparición y a su sustitución por otras fórmulas que, a lo mejor, se vendrán mejor con la equidad, pero, en este momento, señor Sanz, lo que tenemos que buscar es la convivencia de la equidad con ese capitalismo o con esa economía social de mercado, por ser absolutamente pragmáticos.

Y la equidad, la igualdad, se ha demostrado que en este momento es absolutamente recomendable por tres razones. Primero, por una razón ética, por una razón de justicia social: yo entiendo que una persona bien nacida, en el sentido amplio de la palabra, no puede admitir la desigualdad entre sus semejantes. Segundo, por razones políticas: una democracia donde existan desigualdades importantes entre sus hombres, sus mujeres y entre ellos entre sí, es una democracia que acabará fracasando, que acabará corroída y que acabará amortizada. Y, en tercer lugar, incluso por razones de eficiencia económica: son cada vez más los economistas, superando la vieja escuela neoliberal de Chicago y otros excesos absolutamente insoportables que se han producido desde esas filas ideológicas, son cada vez más los economistas que entienden que, a falta de soluciones económicas futuras, en este momento es perfectamente compatible la equidad con la eficiencia económica, y, de hecho, son cada vez más los empresarios, los opinantes, quienes sientan cátedra desde el ámbito de la economía, los que dicen que las políticas igualitarias, incluso, convienen al buen funcionamiento de la economía, al buen funcionamiento de la productividad, que son casi, en sí mismas, un factor de productividad.

Yo creo que, trascendiendo lo utópico o lo que en este momento aparece como irrealizable a corto plazo, y me voy bastante a su terreno, señor Sanz, en lo que hay que pensar es en fórmulas prácticas, en fórmulas que, en el corto y en el medio plazo, sean realizables. Y, desde luego, esas fórmulas pasan por recuperar el contrato social y político de la Segunda Guerra Mundial, ese contrato social y político al que dio origen la Segunda Guerra Mundial y que creo que le ha sentado a Europa fantásticamente bien, y que en España, por razones históricas obvias, se empezó a construir a partir de 1977, a partir de las primeras elecciones democráticas y a partir de la Constitución de 1978.

Y creo que de esa forma enmarcamos con bastante precisión el tiempo político e histórico que nos ha tocado vivir y el terreno de juego en el que podemos avanzar en las ideas que han sido tradicionalmente propias de la izquierda, que son, fundamentalmente, y, desde luego, en el caso del Partido Socialista, ideas apoyadas sobre dos pilares: igualdad y, en el mismo plano, la libertad, porque desde el ámbito socialdemócrata jamás he entendido la libertad si no estaba asociada con la igualdad y al revés.

Ese es el ámbito en el que creo que se desenvuelve la política europea en estos momentos, que no es privativo de la socialdemocracia, como no es el Estado de bienestar un invento de la socialdemocracia; a veces cometemos exceso los socialistas y nos atribuimos el Estado del bienestar, no es verdad: el Estado de bienestar fue, fundamentalmente, invento de un liberal inglés, que fue el que lo puso en primer lugar en marcha, y luego lo compartimos los socialdemócratas y los liberales.

Creo que ese es el terreno de juego, insisto, en el que nos tenemos que desenvolver, pero es un terreno de juego lo suficientemente amplio, señor Sanz, para que sus visiones, que son distintas de las nuestras, se puedan desarrollar y puedan tener éxito, no éxito político para nosotros, sino éxito para el bienestar de las personas a las que tenemos la obligación de servir. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lambán.

Para la réplica, tiene la palabra el señor Sanz.

El señor diputado SANZ REMÓN: [Por razones técnicas, las primeras palabras de la intervención no se han grabado.] ... mucho más tiempo del que habíamos acordado.

Mire, señor Lambán, lo que yo le pido desde esta tribuna es voluntad política de cumplir acuerdos, voluntad; no le estoy pidiendo concreciones porcentuales, voluntad.

Y le agradezco que incorpore a su programa de Gobierno también las medidas pactadas con Izquierda Unida y lo haga valer, lo haga valer también para con sus socios, que me consta que ha habido un trabajo intenso, precisamente, para intentar ver cómo, ver cómo.

No vamos a entrar en disquisiciones en estos momentos sobre las bondades del capitalismo porque a la vista están. Un sistema que se fundamenta en la acumulación, en la plusvalía, mientras otros la generan por salarios precarios y que intenta maximizar beneficios siempre a costa de los que producen, no es un sistema sano.

Y a mí me gustaría recordarle que no estamos aquí hablando tampoco de los koljós o los sovjós, ¿eh?, no estamos hablando de determinas cuestiones, estamos hablando de intervenir en la economía. Nada más socialdemócrata que abordar y asumir desde lo público el protagonismo necesario en momentos tan críticos y tan complicados como estos para dar respuesta a la gente que está esperando ahí fuera. Porque lo que genera miedo es la pobreza, la falta de vivienda, esas sesenta y cinco mil personas mayores de sesenta y cinco que hay solas en casa, esos más de sesenta y cinco mil parados y paradas que pasan ya casi a ser considerados y podemos considerar como estructurales, esa gente mayor que no llega a final de mes porque no tiene pensión, esa brecha salarial entre hombres y mujeres que sitúa a Aragón en una de las comunidades con más diferencias, ese 17% de trabajadores que están por debajo del umbral de la miseria, de la pobreza... Eso es lo que genera este sistema. Y eso solo se puede solucionar con políticas públicas, más aún en un territorio profundamente despoblado, en el que no se hará negocio en aquellos sitios en los que no sea rentable. Y lo hemos vivido, lo estamos viviendo ahora en las comarcas mineras.

Por lo tanto, lo único que le pido y lo único que le pedimos y le vamos a seguir pidiendo desde esta formación política es que este Parlamento y su Gobierno no perdamos de vista nunca hacia quién dirigimos nuestra acción. Porque colaboraciones público-privadas sabemos lo que suponen, y eso es hacer negocio de derechos muchas veces, o es desaprovechar oportunidades de negocio público.

Vamos a colaborar de igual a igual, pero no vamos a someternos, no podemos someternos al imperio, y construir además normas que lo faciliten, de un poder que es desigual, es desigual el poder ante unas pequeñas oligarquías y el poder de la inmensa mayoría, y eso es desigual, y tenemos que tener eso siempre en el frontispicio de nuestro pensamiento cuando nos aproximemos al ejercicio legislativo o de gobierno.

Y eso es lo que le pide esta formación política. Por supuesto que desde la lealtad siempre de llegar al encuentro posible, como hemos hecho posible ahora, llegar a este encuentro. No me cabe la menor duda de que seguiremos haciéndolo.

Y me voy a ir de esta tribuna recordando por eso, porque conformarse no es político tampoco, y usted citaba ayer una cita en esa dimensión, una cita de Ángela Davis, que decía que «no estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar».

De este Parlamento y de su vocación dependerá ese crédito que necesita la gente, esa confianza que necesita la gente en sus instituciones para, realmente, superar esta crisis institucional, además de esa crisis económica, esa crisis social y esa crisis que tiene muchas más facetas, desde la planetaria hasta la de la violencia patriarcal y estructural que aqueja nuestra sociedad.

Le agradezco la contestación y las palabras y le pido, simplemente, compromiso y voluntad, nada más. Yo espero que incorpore nuestras medidas en ese acuerdo de Gobierno. Y, en cualquier caso, tenemos mecanismos de seguimiento que nos van a permitir llevarlas a cabo y que, además, nos van a permitir, estoy completamente seguro, poder acordar más políticas.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sanz.

Su turno de dúplica, señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor Sanz, con absoluta brevedad.

Yo, en mi intervención, he tratado de acotar el terreno en el que nos vamos a desenvolver como Gobierno en los próximos años. Yo no he hablado de que sea un partidario furibundo del capitalismo, ni mucho menos. Yo he dicho que, en el momento presente, las acciones políticas y los programas políticos tienen las limitaciones que tienen. Hay que instalarse en el tiempo histórico y en el tiempo político que vivimos de manera realista, de manera pragmática, y eso es justamente lo que está haciendo el mundo en su conjunto. Eso, por una parte.

En segundo lugar, el Gobierno que estamos tratando de generar, el Gobierno que estamos tratando de crear, es un Gobierno, insisto, instalado en la centralidad, que no tiene como referencia primera lo ideológico, que no tiene como referencia primera ni la izquierda ni la derecha, sino que trata, justamente, de trascender la ideología y situarse en el terreno de la defensa del Estatuto, en el terreno de la defensa de Aragón y en el terreno de la defensa de un proyecto del presente y del futuro de la comunidad que puede ser perfectamente compartido por fuerzas de la izquierda y por fuerzas de la derecha.

He invocado antecedentes de acuerdos como los que estamos haciendo aquí, que coinciden justamente en eso: coinciden en grandes acuerdos políticos, en acuerdos de transversalidad, siempre acompañados de acuerdos de empresarios y sindicatos, y que le han producido rendimientos espléndidos a los países y al continente europeo en su conjunto.

Las experiencias frentistas, desde el punto de vista ideológico, han sido letales para España y para todos los países en los que se han puesto en funcionamiento. No estamos en ese momento de nuestra historia, y, desde luego, estamos en el momento de esa centralidad que le he dicho, absolutamente compatible con el cumplimiento de los compromisos que hemos adquirido con usted, que hemos cuidado mucho, como con el resto de las fuerzas políticas, de que fueran compatibles con el acuerdo establecido con el PAR, con Podemos y con Chunta. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lambán.

Por el Partido Aragonés, señor Aliaga, tiene la palabra.

El señor diputado ALIAGA LÓPEZ: Muchas gracias, señor presidente.

Como no agotaré el turno de réplica, si me excedo, pues discúlpeme. Gracias.

Buenos días, señorías. Señoras y señores diputados. Señor candidato.

La pasada legislatura arrojó una aritmética electoral muy distinta a la que se nos presenta ahora. Entonces, en una España que apenas empezaba a superar los peores efectos de la mayor crisis económica que los aragoneses y los españoles acababan de padecer, hizo que el electorado aragonés se pronunciase claramente a favor de un Gobierno netamente de izquierdas. Las fuerzas de izquierda en Aragón habían obtenido un 60% de los votos, y, pese a que el Partido Aragonés había alcanzado unos resultados mejores que en la actualidad, entendimos que debíamos situarnos en la oposición constructiva, nunca en el frentismo.

Pese a ello, estas Cortes consiguieron alumbrar grandes acuerdos con todas las fuerzas políticas, todas: el Pacto por la ciencia, el esbozo de un posible Pacto por la educación, el Pacto por la infancia, una nueva Ley de derechos y garantías de las personas con discapacidad en Aragón, el posicionamiento unánime contra la violencia machista, la deuda histórica... Es decir, esos son un claro ejemplo de la capacidad que esta Cámara tiene para encontrar espacios comunes cuando se legisla desde el sentido común y la moderación, sobreponiéndose a las meras imposiciones ideológicas.

Nos presentamos a las elecciones el Partido Aragonés como el centro necesario, y el centro necesario va a ejercer su responsabilidad como centro necesario.

Las elecciones del 26 de mayo nos sitúan ante una realidad diferente: los aragoneses no han dado preeminencia clara, superioridad clara, a un bloque o a otro. Tradicionalmente, se ha considerado un bloque de lo que es más derechas, que en este caso tiene un 48,38% de los votos (está aquí, a este lado), y las fuerzas de izquierda, que tienen el 48,15%, y en medio está el Partido Aragonés, en medio, en el centro está el Partido Aragonés, ¡en el centro! [Aplausos].

Y además, además —no se rían, señorías, no se rían—, además, hay otra lectura trascendental: la fuerza más votada en Aragón ha sido, con diez puntos de diferencia, el Partido Socialista, con lo cual parece lógico que el encargado de formar Gobierno sea la fuerza más votada, que ha sido el Partido Socialista [aplausos], el que lidere este proyecto, el que lidere este proyecto. Otras fórmulas se han explorado, pero no podían cuajar por incompatibilidad manifiesta e incapacidad manifiesta de los componentes. [Aplausos]. [Rumores]. No he interrumpido a su portavoz mientras ha estado hablando. [Rumores]. Respect, respect, respect.

Pero mirar solo a Aragón [rumores]... —tendremos tiempo a lo largo de la legislatura—, pero mirar solo a Aragón prescindiendo de lo que ocurre en el escenario nacional, al margen de constituir una imprudencia, significaría prescindir de condicionantes importantes del futuro de Aragón, dándole la espalda a la realidad. La política nacional vive momentos de incertidumbre, pues es evidente que la composición de una mayoría estable en España es una tarea harto compleja, pero urgente. No podemos asistir a una continua parálisis política, pues los retos son inmensos y la urgencia, acuciante. La financiación autonómica, la despoblación, la conversión del Senado en una Cámara de representación territorial y cerrar las tensiones existentes entre quienes propugnan un modelo territorial nuevo o quienes entendemos que la arquitectura territorial de la Constitución de 1978 sigue siendo un modelo muy válido, en el que, preservando la unidad de la nación y manteniendo la soberanía en el pueblo español como única fuente de poderes del Estado, son los pilares de cualquier futuro colectivo. Cuando se plantee algo al margen de esta realidad, nos condena al enfrentamiento y, por tanto, al más rotundo fracaso como sociedad.

Hemos de ser conscientes de la necesidad de mantener unas relaciones fluidas y estables con el Gobierno de Madrid, no unas relaciones de tensión, de enfrentamiento y de ser el pilar de lucha contra una realidad que no es la que interesa a Aragón.

Las infraestructuras que Aragón necesita, imprescindibles para comunicar Aragón con el resto del país y Europa, única forma de generar oportunidades reales en el territorio, no dependen solo del Gobierno de nuestra comunidad, sino que, dado su carácter inabordable en solitario, es preciso contar con el soporte de las políticas de movilidad impulsadas por el Estado, abordando todas las infraestructuras pendientes: ferroviarias, carreteras, aeroportuarias (tenemos tres aeropuertos) y las infraestructuras modernas para ese Aragón digital, que son las infraestructuras de telecomunicaciones.

También el sistema de financiación autonómico, para incorporar en ese nuevo modelo el coste de la prestación de los servicios básicos en el territorio y las variables que han de incluirse, como la dispersión, la escasa densidad de población, el envejecimiento o la extensión territorial, son temas claves para unas magníficas, buenas, necesarias relaciones con el Gobierno de Madrid, cumpliendo nuestro Estatuto de Autonomía.

Durante la campaña electoral, he venido reclamando la necesidad de conformar acuerdos de base social amplia que permitan implementar grandes proyectos o aquellas políticas que han hecho crecer a Aragón y que, a día de hoy, la sitúan como la comunidad autónoma con más crecimiento del PIB, por encima, incluso, de comunidades que tienen más riqueza, más recursos, y, sin embargo, tienen menos capacidad de acuerdo para prosperar. Y eso está en la esencia del acuerdo suscrito por las cuatro fuerzas políticas (Partido Socialista, Podemos, Chunta Aragonesista y PAR), eso está en la esencia del pacto para desarrollar un proyecto sólido y ambicioso, el proyecto que necesitan los aragoneses. Y en este empeño nos vamos a emplear —espero que todos los que hemos suscrito este acuerdo—, con entusiasmo. Aragón necesita entusiasmo, lealtad entre las fuerzas políticas y dedicación. No podemos ir al Gobierno a tocar el violín, tenemos que ir al Gobierno a trabajar por el futuro de los acuerdos y a desarrollar ese magnífico acuerdo que hemos suscrito. [Aplausos].

Señorías, si una palabra se ha pronunciado con más frecuencia que nunca en el transcurso de esta campaña autonómica es, sin duda, la palabra «pactos». Todos éramos conscientes de la necesidad de ser flexibles, ceder en nuestras posiciones ideológicas si queremos construir un proyecto de futuro para Aragón. Y a esa tarea nos pusimos el 27 de mayo, cada uno a su modo, cada uno de su forma, cada uno buscando las alianzas que intentaba buscar; pero, digo, nos pusimos.

Pactar o el pactismo forma parte de la idiosincrasia de los aragoneses, hasta el punto de haber defendido y defender con orgullo conmemoraciones emblemáticas de nuestra historia, como la Concordia de Alcañiz o el Compromiso de Caspe recientemente. Estos son, sí, sin duda, los más populares, pero la historia del reino de Aragón y su corona está llena de acuerdos, pactos y tratados, y también está la historia, para los que han venido nuevos a la política, de los últimos años del Estatuto de Autonomía de Aragón. Una tierra de pactos también durante todo el desarrollo del proceso y del proyecto autonómico aragonés.

Tengo la fortuna de presidir una formación con una amplia trayectoria de pactos. Tras una primera legislatura en solitario del Partido Socialista, en Aragón han sido necesarios los acuerdos para poder presidir la Diputación General de Aragón, y hoy más que nunca (Now more than ever) son necesarios los acuerdos.

De las nueve legislaturas que han transcurrido, tomen nota los que vienen nuevos a la política, nueve han requerido de pactos de Gobierno, y esta es la décima y se vuelve a repetir, no es ningún mantra, se vuelve a repetir lo que ha sucedido en Aragón. Cuatro se han suscrito, curiosamente, del Partido Popular con el Partido Aragonés, algunos con funesto resultado —a buen entendedor, pocas palabras bastan—, y tres, en este caso, con el Gobierno socialista con el Partido Aragonés, y ahora, en la décima legislatura, pues volveríamos a establecer el empate.

Y además, tengo la suerte, señorías, de que he estado en los tres últimos acuerdos que suscribieron en los gobiernos del señor Iglesias, que se citó ayer, y el señor Biel, he estado en esos gobiernos, y tengo el currículum de cómo se funciona en los pactos con el Partido Socialista.

En la última legislatura, las fuerzas de izquierda forjaron un acuerdo en solitario, en este caso alumbrando un Gobierno Partido Socialista y Chunta Aragonesista, que nos ha traído hasta mayo de este año.

Por tanto, tener memoria de pez, olvidar, no leer, no estudiar lo que ha sucedido en Aragón, con esa pluralidad de acuerdos políticos enriquecedores que han hecho avanzar esta tierra y lo que han aportado al know how político aragonés, es no estar en la realidad de Aragón. Hay que tener memoria histórica para ver que el pacto ha sido la esencia.

Por tanto, no debe sorprender a nadie que se formen acuerdos políticos con fuerzas que parecen tan dispares, pero que en el fondo aspiran a un objetivo común: la defensa del interés general de Aragón y de los aragoneses.

Pactar no significa renunciar a la propia identidad, sino encontrar puntos de encuentro, manteniendo la misma identidad y descubriendo espacios de colaboración, de cooperación, que, teniendo en cuenta el interés general, no dejen atrás a ningún ciudadano con vecindad aragonesa ni a nadie de cuantos aquí residen.

Si sus señorías analizan las cosas con cierta frialdad, asépticamente, en la medida que fuera posible, coincidirán conmigo en que este es un acuerdo no solo novedoso, sino, ciertamente, atrevido, aunque algunos lo tachen de imprudente. Pero es posible que haya llegado la hora de que Aragón necesite más de atrevimiento que de prudencia.

Ahora comprendo por qué algunos, habituados a otros pactos, que yo respeto, se hayan sorprendido por el acuerdo. Les recuerdo, simplemente, la frase de que «sorprenderse es empezar a entender»: estas palabras son de José Ángel Biel, aquí presente [rumores], cuando, contra todo pronóstico, el Partido Aragonés decidió por primera vez avanzar con el Partido Socialista hacia un Aragón diferente, con la colaboración, obviamente, de Izquierda Unida en el año 1999. Dicha iniciativa, señorías —repasen las hemerotecas—, dio a la comunidad doce años de prosperidad, truncados, lógicamente, por la crisis económica que sucedió a la Expo. También se inició sin una mayoría absoluta, pero ambas formaciones supimos encontrar los acuerdos necesarios para garantizar el progreso y el desarrollo de esta comunidad autónoma y desarrollar proyectos emblemáticos e iniciativas, curiosamente —se citan por aquí todas—, que han contribuido al dinamismo esencial de algunas partes de territorio que hoy tendrían otras tasas, incluso a la ciudad de Zaragoza, con proyectos como el lanzamiento de la grandísima Plataforma Logística, y que han impulsado una proyección internacional de Aragón antes desconocida e inexistente, y que han atraído inversiones estratégicas a Aragón, esos proyectos que se impulsaron en la legislatura del atrevimiento.

El candidato señor Lambán se ha presentado a esta investidura con un acuerdo de gobernabilidad y de investidura para un futuro Gobierno de Aragón que gravita sobre tres pilares, básicos para mí, para nosotros —yo añadiré un cuarto pilar—, y que buscan en esta Cámara afianzar el cuarto pilar.

El primero, la moderación. Si en la investidura de 2015 señalábamos que esta debe ser una de las constantes de cualquier acuerdo de Gobierno, ahora se presenta como una necesidad imperiosa. La composición de este Parlamento, su fragmentación, nos obliga a todos a un ejercicio de generosidad permanente y de contención ideológica, generosidad permanente y contención ideológica. Son tiempos para el pragmatismo y la eficacia, que es lo que los ciudadanos demandan, gobiernos para gobernar, gobiernos activos y dinámicos, gobiernos comprometidos, sin que ello implique que cada uno renuncie a su propia identidad.

Segundo pilar, la centralidad. Este pilar ha sido básico en la acción de gobierno en esta comunidad. El centro político no es un punto; el centro político no es lo que dice el CIS; el centro político no es, donde se sitúa la oferta política, unas décimas hacia la derecha o hacia la izquierda: el centro político, tal como lo concebimos nosotros, es un espacio, es un espacio en el que los posicionamientos, a veces dispares, de las distintas fuerzas políticas, hemos de buscar un entendimiento en favor de los destinatarios de nuestras políticas, y no otras cosas, y también sin excluir a nadie, sin que nadie se excluya, aunque esos electores o esos ciudadanos hayan preferido otorgar la confianza a otros partidos; un lugar de encuentro y conciliación, no de mera concesión o imposición.

Todas sus señorías saben de mi vinculación con los aragoneses por vocación de servicio público, unas veces desde la Administración y otras desde la gestión y la acción política. Desde hace más de una década, sabemos que todas las actividades humanas han de atender al reto de una nueva forma de hacer, esa nueva forma de hacer se llama digitalización. Pues, bien, en política, tal y como se está comportando la sociedad con esa fragmentación del voto, la fórmula mágica es la transversalidad.

Hago otra vez mías esas palabras: «sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender», y a buen seguro que, en algunos grupos de esta Cámara, la misma cita de esta cualidad de la política, desde un partido de centro aragonesista con cuarenta y dos años de historia, puede haber causado estupor, pero la historia y los movimientos sociales son una realidad que no debemos ignorar, y hemos de extraer de ellos las lecciones necesarias y lo mejor que puedan aportar a la sociedad.

Hace ya veinte años, en 1999, el Consejo de Europa aconsejaba introducir en las políticas de los países miembros la transversalidad de género —¡qué curioso!—, que definía como «la reorganización, la mejora, el desarrollo, la evaluación de los procesos políticos, de modo que la perspectiva de la igualdad de género se incorpore en todas las políticas, en todos los niveles y en todas las etapas, por los actores involucrados en la adopción de medidas políticas». Ese concepto ha ido evolucionando, y hoy el transversalismo constituye una corriente que propone trascender la división entre derecha e izquierda, apostando por una nueva forma de entender la política que no se vincula con pautas ideológicas preconcebidas. Esa transversalidad se va extendiendo y puede llevarse a otros ámbitos, como la lucha contra la despoblación, por la igualdad y otras acciones políticas que son susceptibles de ampararse en este concepto.

Desde el Partido Aragonés, añadimos a estos tres pilares un cuarto pilar: la gobernabilidad. Si queremos ser eficaces en el abordaje de los problemas y retos que se le están presentando y se le presentarán a Aragón, debemos aspirar a conformar una mayoría estable, y es por esto que este es un acuerdo en el que cualquiera de los partidos que están en la Cámara —la excepción confirma la regla— podría sentirse total o parcialmente, en un gran porcentaje, identificado.

En este Parlamento solo estamos los diputados que los aragoneses, de forma libre y legítima, han decidido que estemos y en la proporción en la que así se han expresado. Nadie sobra, y todos los que lo conformamos, y hemos dado muestras de ello, seguro que podemos aportar al futuro común.

Desde el Partido Aragonés, asumimos la responsabilidad y la posición de garantizar la estabilidad, con medidas y políticas hechas desde y para Aragón, pues nadie conoce mejor que los aragoneses las necesidades que verdaderamente nos preocupan.

Estamos, desde nuestro punto de vista, ante un programa o un acuerdo cuya nervatura se ha construido sobre el primer documento suscrito entre el Partido Socialista y el Partido Aragonés, y que se ha visto enriquecido, sobre esa nervatura, con las acertadísimas aportaciones de Chunta Aragonesista, Podemos y también Izquierda Unida. Como dijo en esta misma tribuna, en el transcurso de su investidura, Hipólito Gómez de las Roces, «la última palabra nunca la consideramos dicha, porque nunca nos hemos considerado tampoco ni poseedores de toda la verdad ni dueños de todas las posibilidades».

La mejor herramienta con la que ha contado Aragón para su desarrollo ha sido y será el autogobierno. La defensa del Estatuto de 2007 (mejorado sustancialmente de los estatutos y su modificación original desde los ochenta), su pleno desarrollo, el no retorno de competencia alguna, así como la reclamación de aquellas que están pendientes, son para nuestro partido medidas y aspiraciones irrenunciables. Es por ello que nuestro acuerdo nacido con el Partido Socialista estableció en primer término dichos compromisos y han quedado nítidamente reflejados en este pacto.

No faltan voces en otros partidos que pretenden revisar el proceso autonómico e, incluso, revertirlo. No es la primera vez que ocurre en nuestra historia reciente, pero, tomando prestadas las palabras de Emilio Eiroa pronunciadas en esta misma Cámara en el año 1994, «sería trágico para Aragón que el camino del consenso quedase cortado en este aspecto, y que una concepción centralista, una concepción jacobina del Estado, arrincone la apuesta aragonesa por el Estatuto de Autonomía recogido en la Constitución».

El Estatuto de Autonomía actual, con todas las facultades en él reconocidas, como la bilateralidad o el desarrollo del artículo 108, son elementos que desde el Partido Aragonés no estamos dispuestos a revisar, porque siempre hemos creído que Aragón no debe ser más que otros territorios, pero tampoco menos que ningún territorio.

Señorías, permítanme que haga a partir de este momento una serie de consideraciones sobre las principales necesidades de Aragón y sobre las medidas que el documento contiene, suscrito por las cuatro fuerzas políticas.

El problema de la despoblación. Se han dicho muchas cosas en la Cámara a partir, como marca el proyecto, de las directrices contra la despoblación. Nos tendremos que emplear a fondo en defender ante el Gobierno de Madrid y en la Unión Europea financiación suficiente para que podamos trabajar para paliar los efectos que está teniendo en el territorio.

La vertebración y la eficacia de las administraciones, especialmente las que comparten competencias. El municipio es el núcleo básico, pero, desde luego, figura en el acuerdo una financiación estable. Pero municipios, comarcas y diputaciones provinciales son administraciones esenciales y hay que garantizar la coordinación y la cooperación entre ellas.

Desde el año 2012 Aragón viene perdiendo población y se mueve en tasas negativas, se ha dicho; algún atisbo de mejora se apuntó el año pasado. Pero el número de defunciones año tras año es superior al número de nacimientos. Factores que hay que corregir como el empleo, la conciliación de la vida laboral, ayudas a la maternidad, la vivienda en el medio rural o la prestación de los servicios dignos inciden de forma negativa en este problema y deben ser parte también de la política demográfica de nuestra comunidad.

Por otro lado, nos encontramos con una población envejecida. El 21,6% de la población de Aragón en 2018 era mayor de 65 años. Ello y el incremento de la esperanza de vida de la población en general nos indican que cada vez será mayor la demanda de ayudas a la dependencia y la asistencia social de los mayores. A estos factores hay que añadir los costes sanitarios incrementados día a día que previsiblemente se irán produciendo. El reto que tenemos como administraciones frente a estos factores es que debemos ser cuidadosos a la hora de tomar determinadas medidas económicas.

El acuerdo también contiene un compromiso de mantener la presión fiscal en Aragón por debajo de la media del resto de las comunidades autónomas. Es conocido que desde el Partido Aragonés sostenemos que la carga impositiva debe tender a ser la mínima imprescindible para mantener los servicios y la estructura de las administraciones, pero también existe el compromiso de mantener un nivel de atención sociosanitaria y de la dependencia en el que nadie debe quedar atrás y que ha de llegar por igual a todos los aragoneses vivan donde vivan. Ningún residente en Aragón puede quedar fuera del amparo de la comunidad autónoma. Para ello necesitamos estabilizar la financiación de las comarcas para prestación de servicios sociales. Es preciso que la lista de espera en dependencia desaparezca, así como dotar de nuevas residencias las comarcas que tienen estas carencias, mediante un plan de infraestructuras de servicios sociales. Por ello, debemos ser prudentes en materia fiscal y no aventurarnos en la adopción de medidas que impidan atender estos compromisos, si bien hemos de reforzar políticas que estimulen el crecimiento económico y la creación de empleo ya que estas políticas son la que proporcionan ingresos para atender esas necesidades vitales de los aragoneses.

Tampoco debemos descuidar —y esto va ligado a las anteriores manifestaciones en materia fiscal— el esfuerzo que requiere el desarrollo del acuerdo por el que se establecen las bases para un pacto por la educación, acuerdo que suscribimos todas las fuerzas entonces presentes en estas Cortes. La extensión de la gratuidad en la enseñanza, así como la convivencia pacífica entre la enseñanza pública de calidad y las enseñanzas concertada y privada encuentran en este acuerdo sus líneas fundamentales de futuro y debemos impulsarlas y respetarlas. Una educación que debe mantener su tendencia a la excelencia y que debe contar, con unas instalaciones adecuadas para su desarrollo, por lo que debemos continuar con la tarea en torno al Plan de Infraestructuras Educativas, dotándolas de los centros que son necesarios.

Aragón está demostrando la necesidad y la eficacia de colaborar con el mundo empresarial y universitario público y privado a la hora de desarrollar los programas formativos en la educación profesional. Vivimos una auténtica revolución en el mercado laboral y en el desarrollo científico. ¡Qué mejores colaboradores de la Administración que las organizaciones empresariales y sindicales y otras organizaciones económicas, profesionales y sociales, que son aquellas que conocen la demanda real laboral de las empresas o aquellos que vislumbran por dónde va avanzar el futuro para formar a nuestros jóvenes profesionales!

Más que nunca está justificada con ese Pacto por la Ciencia la cooperación con las universidades, la pública y la privada, y sus investigadores que permita no solo mejorar la calidad de la enseñanza, sino tender a la excelencia. Estos objetivos encuentran un magnifico instrumento en el Pacto por la Ciencia suscrito por todas fuerzas políticas de esta Cámara.

Tenemos una tasa de desempleo inferior a la media española, pero debemos aspirar al pleno empleo potenciando la actividad empresarial y tomando medidas para incentivar e incrementar su tamaño. Nos comprometemos en este acuerdo a apoyar el emprendimiento y no nos olvidamos de los más de cien mil autónomos que componen el rico tejido económico de la comunidad. Debemos favorecer políticas de apoyo a la iniciativa empresarial que eludan trabas administrativas.

Uno de los motores de nuestra economía se encuentra en la logística. Seguir trabajando por potenciar las plataformas logísticas y desarrollar la intermodalidad integral de las plataformas de Huesca, Teruel, Fraga y Zaragoza son objetivos prioritarios para la acción económica del Gobierno.

Hemos de seguir impulsando el turismo porque es uno de los activos que tenemos para puesta en valor de nuestro territorio. A partir de ahí, el trabajo para mejoras estratégicas en las estaciones de esquí, Dinópolis, Motorland, los Reales Sitios y otros formatos en torno a la naturaleza, la cultura y patrimonio, han de ser nuestra prioridad.

Las políticas de transición energética son un hecho, pero las afecciones que están generando en los aragoneses de forma directa no deben mermar sus condiciones de vida y el empleo. Es por ello que hay que incidir en los planes para ofrecer alternativas de empleo e incentivar el desarrollo de iniciativas empresariales. No nos podemos olvidar de los efectos que se pueden producir en la comarca Andorra-Sierra de Arcos y ha de ser para el Gobierno una prioridad.

Aragón debe seguir liderando la apuesta por las energías renovables, debiendo continuar con los planes ya impulsados. Pero tenemos otra tarea: garantizar la capacidad de evacuación para dar salida al potencial de energías renovables que tiene nuestra comunidad autónoma.

Aragón —voy terminando, señoría— cuenta con una historia propia y unas instituciones que forman parte de su identidad. Su defensa, la recuperación los bienes, la protección de las lenguas propias y la difusión de su historia evitando tergiversaciones son un objetivo prioritario en materia cultural junto con la actualización de las bases a la ayuda a la cultura, un sector trascendental para la economía aragonesa.

Tenemos que potenciar y proteger nuestra agricultura y la ganadería, impulsando una revisión de la PAC para adaptarla a la realidad aragonesa. Consolidar el sistema de financiación de nuevos regadíos, poniendo para ello veinticinco mil nuevas hectáreas en las zonas de interés nacional, el Plan Estratégico del Bajo Ebro Aragonés y otros regadíos de carácter social. Incrementar la aportación financiera a los programas de desarrollo rural. Impulsar el sector agroindustrial fomentando la agricultura y su componente empresarial. Planes especializados. I+D. Recursos humanos. Formación. Promoción comercial de sus productos, así como una mejora de la cooperación, con mención especial a las cooperativas agrarias aragonesas.

Debemos garantizar asimismo la permanencia de las personas mayores en el entorno natural para fomentar la dignidad y la autonomía, y especialmente atención a la soledad, la pobreza y el maltrato. Y potenciar los planes de choque contra la violencia de género para luchar contra esta lacra.

Para luchar contra la despoblación, para poder ofrecer a las empresas que se instalen en el territorio, es preciso dotarlas de unas infraestructuras que permitan el movimiento de personas y mercancías de una forma rápida. Es por ello que insistimos e insistiremos en el Canfranc, el eje Cantábrico-Mediterráneo, el estudio de la travesía central del Pirineo, insistir ante la Administración en el desdoblamiento de la 232, la A-68, liberación del peaje de la A-2, etcétera, y, por supuesto, la conservación de nuestras carreteras que son de competencia autonómica, haciendo de ellas vías seguras.

Debemos fomentar la internacionalización de las empresas aragonesas para hacer nuestra economía menos vulnerable, siendo necesario para ello potenciar la capacidad de mover nuestros productos con unas infraestructuras propias del siglo XXI.

Pero en una toma de posición del PAR ante el discurso del candidato a la investidura ha de ocupar un papel central la defensa de la unidad de cuenca y de la reserva hídrica del Ebro. En Aragón no se toleran los trasvases ni las tibiezas a la hora de defender la integridad de la cuenca. El río Ebro es una fuerza natural y es preciso prever la acción devastadora cuando se producen las crecidas, causando problemas para los habitantes de la ribera; es por ello que apoyamos plenamente el Plan Ebro 2030, anunciado con anterioridad.

Señorías, cuando no estábamos ninguno de los parlamentarios aquí presentes el fundador del Partido Aragonés, vuelvo a citarlo, Hipólito, decía: construyamos Aragón sin destruir España. Este ha sido y seguirá siendo uno de los principios básicos del partido que me honro en presidir y que forma parte de nuestro ADN; somos el Partido Aragonés, por historia, y los aragoneses también, por derecho y por convicción, aragoneses en España y españoles en Aragón, porque fuimos un pilar fundamental en la construcción de España y, por tanto, mantenemos el compromiso y la lealtad hacia la Constitución y sus instituciones, y así lo demostramos en los recientes apoyos con nuestra presencia en el Senado a la aplicación del artículo 155.

Señor Lambán, los órganos del Partido Aragonés por unanimidad me han encomendado que le otorgue el apoyo a su candidatura a la Presidencia del Gobierno de Aragón.

Usted y yo sabemos de la capacidad que nuestros partidos han tenido y tienen de llegar a acuerdos para impulsar Aragón hacia las zonas de prosperidad y progreso.

Quiero hacer un agradecimiento muy especial a los integrantes de los equipos negociadores que han hecho que este acuerdo vea la luz.

Todos han antepuesto el interés general de Aragón sobre los intereses del partido, tal y como usted y yo nos comprometimos al inicio de este proceso.

También mi agradecimiento especial a los señores Escartín, Soro y también al señor Sanz.

Un medio de comunicación le calificaba a usted acertadamente de maestro de la costura. Yo, que he tenido el privilegio de compartir estos sesenta y cinco días en el desarrollo de estos procesos con usted, y dado que estamos en la era digital, y aunque en el registro de patentes e invenciones no figuran inscritos los procedimientos políticos, le sugiero que patente el software que usted con mi colaboración ha desarrollado y aplicado, perfectamente exportable, y ese software ya ha dado su fruto con los acuerdos que se han producido en el territorio, porque así la acción de los gobiernos será más reconocida y conseguiremos mejorar la deteriorada imagen que la sociedad tiene de los que nos dedicamos a esta noble profesión.

Es por eso que el Partido Aragonés le otorgará nuestro apoyo a la investidura a presidente del Gobierno de Aragón.

[Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Aliaga.

Como ya me había advertido que no iba a hacer el uso de la réplica, por eso le he permitido más tiempo. Gracias.

Señor Lambán, tiene la palabra para contestar

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente, que, en el caso de los cuatro partidos que apoyan mi investidura, mi intervención de réplica va a ser brevísima, porque realmente está prácticamente todo dicho y lo que queda por decir por mi parte es una palabra de reconocimiento y gratitud a todos y cada uno de ellos, al Partido Aragonés, a Podemos, a Chunta y al Partido Socialista.

El señor Aliaga ha sido autor de una decisión absolutamente fundamental y trascendental para el futuro de Aragón y que ha orientado desde el primer día la constitución de esta mayoría de gobierno, de este Gobierno basado en la transversalidad, porque no podía ser de otra manera, instalado en la centralidad, obligatoriamente moderado, pero he de decirlo, citándolo a él y al señor Biel, en un tiempo en que la moderación y la prudencia, paradójicamente, son adversarias del atrevimiento, en un tiempo que seguramente, estoy totalmente de acuerdo, es más necesario el atrevimiento que la prudencia.

Desde luego, he de decir, defendiendo la opción del señor Aliaga, que no fue por interés personal por el que él adoptó esta opción; me consta que tenía otra opción distinta, en la que las dádivas, en la que de las compensaciones en forma de poder y de cargos era mucho mayor, y, sin embargo, el señor Aliaga declinó esa opción, y tomó esta otra, que desde el punto de vista personal no es el mejor, pero sí lo es desde el punto de vista de Aragón, desde el punto de vista de la comunidad.

Con el Partido Aragonés, el Partido Socialista tiene una larga tradición de colaboración; la tuvo durante doce años en el Gobierno de Aragón, desde el noventa y nueve al 2011, con la presencia del señor Aliaga, de una u otra forma en todos y cada uno de aquellos gobiernos. Yo compartí Gobierno con el Partido Aragonés y con Chunta en la Diputación Provincial, también durante once años, y recuerdo con mucha gratitud, desde mi condición de alcalde de Ejea, la colaboración que siempre tuve del consejero Aliaga para aquello que por encima de todo le preocupa a un alcalde, que es la llegada de inversiones, la llegada de industrias a su municipio.

Por tanto, si en todos los socios que establecemos este Gobierno tengo razones para la confianza, las del señor Aliaga se fundan y se centran en no solo afecto personal, sino en un largo recorrido de colaboración política, de colaboración institucional y de colaboración técnica en proyectos concretos que en cada momento le agradecí.

Además, señor Aliaga, permítame que le diga una cosa, citando a un amigo común, que tiene mucho ingenio, que se caracteriza por el ingenio y por otras muchas habilidades intelectuales y políticas, el Partido Aragonés, cuando ha pactado con la derecha, ha sido un cero a la izquierda, y cuando ha pactado con la izquierda, ha sido un cero a la derecha. Por tanto, estoy absolutamente convencido, señor Aliaga, de que no se arrepentirá de este acuerdo que acaba de suscribir

[Aplausos.]

Le agradezco que haya reconocido la posición del Partido Socialista como clarísimo vencedor de las elecciones y, por tanto, el derecho que le asistía a intentar formar un gobierno, y valoro mucho la posición de responsabilidad que demuestra cuando entiende que una buena avenencia con el Gobierno de España es fundamental, ostente ese gobierno quien lo ostente, porque en materia de inversiones, sean hidráulicas, sean de carreteras, sean ferroviarias, en materia de inversiones en general, es absolutamente fundamental la buena avenencia con el Gobierno de España.

Lo es también en materia de la prestación de servicios como la dependencia… Perdón, por cierto, le quiero decir que si se sigue a este ritmo de incorporación de dependientes al sistema, en un año habremos terminado con los dependientes que la ley obliga a atender por parte de las administraciones.

[Aplausos.]

Es obvio que Aragón es tierra de pactos, es obvio que eso forma parte, si me permite la expresión, de nuestro ADN como territorio.

Aquí nos hemos practicado hasta la saciedad, no me consta muchos antecedentes de pactos transversales. Los ha habido en el País Vasco entre Partido Socialista y el Partido Nacionalista Vasco, que en algún momento podría ser equiparable por su vocación territorial con el Partido Aragonés, pero con la frecuencia y con el éxito que se ha hecho en Aragón no se ha hecho en ningún otro lugar, y, desde luego, si Aragón necesita en este momento más atrevimiento que prudencia, estoy totalmente de acuerdo en eso, aunque resulte aparentemente paradójico contraponer atrevimiento y prudencia, lo cierto es que España también necesita en este momento atrevimiento más que prudencia, porque o nos atrevemos a afrontar los retos que tiene el país, uniéndonos por encima de diferencias ideológicas, o España como país estará en riesgo, tal y como la concebimos aquellos que la queremos, que somos todos los aquí presentes.

Y Europa lo necesita también. Fue el gran sueño de varias generaciones de españoles, era el horizonte del progreso, era el horizonte de las libertades, era el horizonte de los derechos. Era la manera de que pequeños países frente a colosos como Estados Unidos o China tuvieran presencia, voz e influencia en el mundo, y eso en este momento está en crisis; por tanto, también en Europa sería recomendable que, frente a la prudencia, frente a la inercia de fórmulas de colaboración seguramente caducas y trasnochadas en el seno de la Unión, prevaleciera el atrevimiento y fuéramos capaces de exportar desde aquí, desde Aragón, esta fórmula que estamos haciendo aquí.

No es la primera vez en la historia que hacemos aportaciones sustanciales a la historia de España, a la gobernanza en España, y por qué no podemos estar asistiendo en este momento a una aportación absolutamente relevante que necesita nuestro país y que necesita Europa.

[Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

Antes de que intervenga el señor Soro, dado como vamos de tiempo, vamos a hacerlo de tirón, vamos ya a no hacer el segundo parón, porque entiendo que podríamos estar votando sobre las tres de la tarde o un poquito más.

Señor Soro, tiene la palabra

El señor diputado SORO DOMINGO: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señorías. Buenos días, señor candidato.

Hace dos días, otra mujer fue asesinada, víctima de la violencia machista. Otra más. Una menos. Solo por eso, por dejar fuera de cualquier responsabilidad de gobierno a partidos que frivolizan, que banalizan incluso, que niegan la grave lacra de la violencia machista, debemos estar muy satisfechos con el Gobierno que estamos a punto de conformar, con un Gobierno feminista.

Señorías, es para mí un honor inmenso volver a intervenir en este Pleno como portavoz del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, tras la anterior Legislatura, en la que mis compañeros, Gregorio Briz y Carmen Martínez (cuya brillante labor quiero agradecer públicamente), estuvieron integrados, como saben, en el Grupo Mixto. [Aplausos.]

En las elecciones autonómicas del pasado mayo, Chunta Aragonesista obtuvo un gran resultado, sin duda porque se valoró positivamente nuestra acción en el Gobierno de Aragón. La ciudadanía la percibió como útil y en línea con la defensa de sus intereses. Tuvimos la oportunidad de demostrar que CHA cumple, que somos de fiar.

Incrementamos los votos un 37%, llegando casi a cuarenta y dos mil. Dieron su confianza a CHA 41.879 personas, a las que no vamos a defraudar: 41.879 motivos para seguir trabajando muy duro para construir en Aragón el mejor lugar del mundo para vivir, como me gusta decir muchas veces.

Ese aumento de votos nos permitió recuperar el diputado por el Alto Aragón, algo muy importante; nos permitió recuperar, como digo, el Grupo Parlamentario perdido en la anterior Legislatura. Y, además, convertirnos en el quinto partido en un parlamento integrado por ocho fuerzas políticas.

Señorías, convendrán conmigo, y ha quedado claro a lo largo de este debate, que las elecciones dejaron un escenario político muy complicado de gestionar. Desde el día siguiente, en Chunta Aragonesista nos propusimos dos objetivos, complementarios y coherentes con lo que habíamos expresado durante la campaña electoral: en primer lugar, evitar un gobierno apoyado por Partido Popular, Ciudadanos y especialmente VOX. Qué pereza da saber que nos quedan cuatro años de oír las mismas matracas sectarias y retrógradas una y otra vez. Y el segundo de los objetivos, señorías, era evitar una nueva convocatoria electoral, que habría sido un fracaso de todos los partidos, un fracaso incomprensible e inaceptable para la ciudadanía.

A la vista del fiasco político escenificado en el Congreso de los Diputados la semana pasada, ambos objetivos no podrían ser más actuales y necesarios, más imperiosos. Y, desde Chunta Aragonesista, les aseguro, señorías, que vemos con satisfacción que, a pesar de las dificultades, las cosas finalmente se han desarrollado como planteamos nosotros desde el principio.

Permítanme, en un día tan especial como hoy, agradecer a la militancia de Chunta Aragonesista, al partido en el que llevo militando media vida, la madurez política y la responsabilidad que ha tenido al tomar la decisión de facilitar la gobernabilidad, como siempre, pensando en Aragón. Cada día me siento más orgulloso de ser militante de Chunta Aragonesista y hace muchos años que no hablo como CHA sino en nombre del Gobierno. Quería aprovechar esta oportunidad.

Y también quiero agradecer la decisión valiente, la decisión determinante del Partido Aragonés de distanciarse del bloque de la derecha. Una decisión que nuevamente vuelvo a agradecer públicamente al señor Aliaga, una decisión que abrió una ventana de oportunidad.

Esa decisión supuso la posibilidad de explorar un gobierno alternativo, un gobierno con vocación de desarrollar políticas aragonesistas y de progreso. Era una oportunidad de oro que no podíamos permitirnos desaprovechar.

Hacerlo realidad, por supuesto, no era fácil. Pero con voluntad y buena fe no hay retos imposibles. Requería de altas dosis de altura de miras, de generosidad por parte de los cinco partidos llamados a construir esa alternativa: el Partido Socialista, Podemos, Chunta Aragonesista, el Partido Aragonés e Izquierda Unida.

De los cinco, porque esto no es aritmética, esto es política, y todos los votos son importantes. No es una cuestión cuantitativa, sino, especialmente, una cuestión cualitativa.

En política, señorías, es esencial saber interpretar la realidad y entender qué es lo importante, lo prioritario, y qué es lo accesorio, lo renunciable. Solo así pueden tomarse las decisiones correctas.

Y, tras dos largos e intensos meses, hoy estamos a punto de culminar el proceso con la investidura del candidato del partido que ganó las elecciones, del señor Lambán, que tendrá la oportunidad de conformar ese Gobierno progresista y aragonesista del que hablaba. Un Gobierno capaz de situar a Aragón en una situación ventajosa para afrontar con éxito nuestros retos colectivos de futuro.

Porque esto es lo que Aragón necesita en este momento; eso es lo que la gran mayoría de los aragoneses y aragonesas nos reclaman, nos exigen a quienes estamos en política: que seamos capaces de sumar, de colaborar, de dejar a un lado nuestras discrepancias (que las hay, por supuesto, y eso es muy bueno) y poner en valor lo que nos une (que también es mucho).

La ciudadanía no quiere ir a votar en unos meses, no se lo merece. La ciudadanía ya ha cumplido con su parte. Es obvio que, ahora, debemos ser nosotros, los políticos, los que cumplamos también con nuestra parte. Y eso pasa por conformar ya un Gobierno.

Les aseguro que, desde Chunta Aragonesista, a lo largo de estas semanas hemos puesto todo el empeño y la mejor energía para conseguirlo. Y nos hemos centrado en hablar de proyecto político, de medidas programáticas, en definitiva, como siempre en nuestra historia, de cómo podíamos ser útiles para mejorar el día a día de la gente. Entendíamos y sigo entendiendo que no era el momento de hablar de cargos y puestos. Porque, haciendo eso, solo se consigue bloquear las negociaciones y generar frustración; solo se ahonda la brecha entre los representantes públicos y el electorado, y eso es letal para la democracia.

Cuando se hace eso, la nueva política huele a vieja. Nuestra apuesta es por la buena política, esa que piensa en la gente, que genera confianza y nos reconcilia como sociedad.

Porque por mucho que algunos digan, votar una investidura en base a un acuerdo programático no es regalar el gobierno, en absoluto. La contraprestación por votar una investidura no se mide en sillones en consejos de gobierno, sino en mejoras en la calidad de vida de la gente. [Aplausos.] Se trata de que salga ganando la ciudadanía, no un partido determinado. Y en Aragón estamos a punto de conseguirlo.

Tenemos cultura de pactos, somos el País del Pacto. Lo ha explicado antes el señor Aliaga, lo ha detallado. En ocho de las nueve legislaturas anteriores se conformaron gobiernos de coalición. En Aragón no tenemos tradición de mayorías absolutas ni de gobiernos monocolores.

Y eso, insisto, no es un problema, todo lo contrario: es algo muy positivo, muy fructífero, porque desde la colaboración de partidos distintos se desarrollan las políticas públicas más beneficiosas para la ciudadanía. El Gobierno de coalición entre el Partido Socialista y Chunta Aragonesista de la pasada legislatura ha sido un gran ejemplo de ello.

En el futuro, los gobiernos serán plurales y transversales. Más vale que nos vayamos acostumbrando a esa realidad. Las urnas han roto —y creo que definitivamente— la política de bloques que habíamos conocido hasta ahora.

Y, en ese contexto, el parlamentarismo, el parlamento en su sentido más etimológico va a ser clave para el entendimiento y la gobernabilidad.

Como dijo Chesús Bernal, el mejor parlamentario que ha habido en Aragón, mi amigo del alma, mi maestro, en su última intervención ante este Pleno, cuidemos el parlamento, mimemos el parlamento. Y es que el pueblo es diverso, no es monolítico, y eso le enriquece, eso le hace mejor.

El primer diputado aragonesista en la Cortes Generales, Emilio Gastón, justo en su primera intervención en el pleno del Congreso de los Diputados, el 14 de julio del año 1977, hace cuarenta y dos años, se refirió precisamente a ese pluralismo. La primera vez que un aragonesista hablaba en el Congreso, habló de esto, del pluralismo. Dijo Emilio Gastón: «Sabemos que existe un pluralismo ideológico de gama muy amplia, tanto en función de las ideologías humanas como de las bases geográficas o territoriales». Ideología y bases territoriales, explicaba Emilio Gastón, los dos parámetros principales en los que se mueven esas diferencias ideológicas que existen entre el eje derecha e izquierda, plenamente vigente, cada vez más con una izquierda que a sus propuestas tradicionales en materia económica o social ha ido incorporando valores fundamentales como el feminismo, el ecologismo, el laicismo o el memorialismo.

En segundo lugar, además de esas diferencias ideológicas, la visión territorial, la concepción sobre la estructura del Estado, la tensión entre posiciones centralistas y homogeneizadoras, por un lado, y por el otro quienes defendemos el derecho colectivo al autogobierno, entendido no solo como resultado de la historia, sino fundamentalmente, sobre todo, como garantía de los derechos sociales del Estado del bienestar. El autogobierno, entendido como instrumento para construir un futuro de solidaridad y justicia social.

Pues bien, la votación que tendrá lugar en menos de una hora refleja ese pluralismo entendido en positivo como una oportunidad y como un valor a preservar y no como un problema. Hay que saber tratarse en la diferencia. Hay que saber defender tus posiciones, por supuesto, y ceder si en llegar, por supuesto, a renunciar a tu ideología. Porque si se quiere siempre es posible llegar a un acuerdo. Supongo que eso es la transversalidad de la que tanto hablamos en estos días.

Señorías, que cinco partidos diferentes, con discrepancias notables en cuestiones relevantes, que nunca jamás antes habíamos sumado nuestros votos en una decisión de tanta trascendencia estemos a punto de votar al mismo candidato es para que los aragoneses, todos los aragoneses, nos sintamos muy orgullosos.

Desde Aragón estamos dando un gran ejemplo de esa buena política de la que hablaba antes. De política entendida como trabajo de cooperación en beneficio del interés general. Hoy, señorías, inauguramos la vía aragonesa de gobernanza en nuestra mejor trayectoria pactista desde hace siglos. Como hemos visto esta mañana, solo desde el sectarismo, solo desde el fundamentalismo, solo desde el resentimiento de algunos, puede criticarse este esfuerzo por atenuar las discrepancias y acentuar los puntos de encuentro, con ese objetivo común, insisto, de mejorar la vida de las aragonesas y los aragoneses.

Precisamente sobre la base del respeto mutuo a nuestras diferencias, hace cuatro años, el Partido Socialista y Chunta Aragonesista firmamos un primer acuerdo de investidura, que fue el germen de un Gobierno que ha sido muy positivo para la ciudadanía. Hoy Aragón está mucho mejor que hace cuatro años. Y el pasado 19 de julio los mismos partidos reeditamos y actualizamos ese acuerdo de investidura plasmado en cincuenta prioridades para que el futuro Gobierno de Aragón desarrolle políticas aragonesistas y de progreso.

Un acuerdo de investidura de los dos partidos, que es un acuerdo de custodia, de custodia del autogobierno y de custodia del Estado del bienestar en un momento de grave amenaza de involución, tanto en lo territorial como en lo social, y me atrevería a decir que también en lo humano, porque hay partidos que pretenden retrotraernos a tiempos que parecían ya olvidados, partidos que cuestionan elementos básicos de convivencia y tolerancia que considerábamos ya a estas alturas pacíficos en el avance de la sociedad.

El medio centenar de medidas de ese acuerdo de investidura giran en torno a tres grandes objetivos comunes: desarrollar el autogobierno y la calidad democrática de Aragón, situar a Aragón en la vanguardia de los derechos sociales, no queremos estar en la media, queremos estar en la cabeza, y avanzar hacia un modelo económico en el que primen la justicia social, por un lado, y la transición ecológica. Solo así el crecimiento económico será beneficioso para todas las personas y respetuoso con el planeta.

Pues bien, prácticamente todas las medidas que pactamos entre PSOE y CHA en ese acuerdo de investidura previo, se han incorporado en el acuerdo de gobernabilidad a cuatro, acordado, además, por Podemos y el Partido Aragonés. El papel de Chunta Aragonesista, por tanto, a través de ese acuerdo de investidura previo, ha sido aportar al acuerdo de gobernabilidad de los cuatro partidos nuestra visión aragonesista y progresista, y quiero dar también la enhorabuena por su trabajo a los equipos negociadores de los cuatro partidos, de los cuatro, por haber hecho posible un hito histórico para Aragón.

En cuanto al contenido del acuerdo de investidura, insisto, trasladado en su mayor parte al acuerdo gobernabilidad, seré breve, pero creo que este es el momento de dejar constancia, como digo, de su contenido.

En primer lugar, y eso es básico para nosotros, para Chunta Aragonesista, eso sí que está en nuestro ADN, queremos que Aragón tenga el peso y la importancia, la influencia que le corresponde, que le debe corresponder en el conjunto del Estado. Y para eso, señorías, necesitamos un Gobierno que se crea Aragón, un Gobierno que asuma el liderazgo. No queremos para Aragón un Gobierno dócil. Queremos un Gobierno que defienda con firmeza nuestros intereses ante el Gobierno central. Para eso es necesario que funcionen de forma fluida los mecanismos, los instrumentos de relación bilateral entre Aragón y el Estado previstos en el Estatuto, y también es vital que el futuro sistema de financiación autonómica incorpore las variables previstas en nuestro Estatuto. Pero que las incorpore de verdad, de forma determinante. Porque, señorías, sin recursos suficientes y sin autonomía financiera, no hay verdadero autogobierno político, y eso solo lo conseguiremos con la firma, por fin, del acuerdo bilateral económico financiero con el Estado, que está previsto en el Estatuto Autonomía de Aragón hace tres décadas, y todavía no lo hemos visto hecho realidad.

El acuerdo de investidura contiene más medidas incorporadas al acuerdo de gobernabilidad a cuatro, por ejemplo, el desarrollo de la ley de actualización de los derechos históricos de Aragón. Algo que compartimos los cinco partidos que hoy vamos a votar al mismo candidato es que apoyamos la Ley derechos históricos de Aragón y, ahora, por cierto, el Tribunal Constitucional ha acordado mantener en vigor, salvo una cuestión muy concreta. También la defensa de nuestras lenguas, fomentando su protección, recuperación, enseñanza, promoción y difusión.

Creo que es evidente que el nacionalismo españolista se cura viajando, y creo evidente que algunos deberían ir a Fonz, a Benás, a Chistau, a Echo, o ir a Maella, a Fabara, a Fraga o a Valderrobres con las orejas puestas y abiertas y con las orejeras quitadas. Algunos creo que se sorprenderían.

También el acuerdo de investidura contempla el retorno de los bienes expoliados, en un aspecto para nosotros clave para mejorar la calidad democrática de Aragón hemos pactado suprimir el aforamiento de los miembros de esta Cámara y también del Gobierno. Recuerdo que fuimos pioneros mi grupo parlamentario hace cinco o seis años en renunciar, al menos de forma testimonial, al aforamiento ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, y también de reforzar dos instituciones esenciales para la calidad democrática de Aragón, como son el Justicia de Aragón y la Cámara de Cuentas. También pactamos con el Partido Socialista garantizar en los actos públicos en las dependencias del Gobierno de Aragón el principio de aconfesionalidad y desarrollar las previsiones de la Ley de memoria democrática de Aragón.

Es prioritaria la lucha contra la despoblación. Lo hemos dicho, creo, todos que hemos intervenido hoy. Un problema que genera desigualdad, que lastra nuestro futuro. Por eso hemos pactado ejecutar todas las medidas previstas en la directriz aprobada la pasada legislatura, pero también algo clave: exigir financiación suficiente a España y a Europa, porque para eso nació la Unión Europea, precisamente para construir una Europa de las personas y de los pueblos equilibrada y solidaria. En materia social hemos acordado garantizar a todas las personas un mínimo vital digno y el acceso a los servicios públicos de salud en condiciones de igualdad, universalidad y calidad. Culminar los hospitales de Teruel, Alcañiz y el resto de infraestructuras. Reducir las listas de espera sanitarias, y esto es clave para nosotros, a través de soluciones estructurales. Reducir las listas de espera de la dependencia, exigiendo al Gobierno central que cumpla con sus obligaciones de financiación de la dependencia. Desarrollar la Ley de derechos y garantías de las personas con discapacidad, o impulsar, clave también para nosotros, una visión global de solidaridad, las políticas de cooperación al desarrollo.

En materia de educación, para nosotros es muy claro, la clave es desarrollar, alcanzar un pacto, un pacto plasmado en una ley aragonesa educación, sobre las bases pactadas por todas las fuerzas políticas en la pasada legislatura. Fuimos pioneros, tenemos un buen punto de partida, esta es la legislatura en la que debemos alcanzar ese pacto por la educación.

También desarrollar el pacto por la ciencia, del que tan orgullosos debemos sentirnos, y seguir apoyando, por supuesto, a la universidad y consolidar también una financiación pública de la cultura suficiente.

Las políticas de vivienda seguirán siendo una prioridad. Debemos seguir garantizando una alternativa habitacional digna a cualquier persona que se vea privada de su hogar, y debemos también, algo que no conseguimos por cuestión de tiempo en la pasada legislatura, aprobar una ley que garantice de forma efectiva el derecho a una vivienda digna y adecuada. Para alcanzar ese modelo económico en el que prime la justicia social y la transición ecológica del que hablaba antes, el acuerdo contiene numerosas medidas: impulsar los proyectos sostenibles desde los puntos de vista social, medioambiental y económico; desarrollar soluciones para las cuencas mineras, esto es clave; implementar la Estrategia aragonesa contra el cambio climático; formular las directrices territoriales de las comarcas de montaña; reformar la PAC, también se dio un gran paso en la pasada legislatura ya con un consenso sobre la forma de orientarlo, o garantizar el diálogo y la participación institucional de los agentes sociales.

En materia fiscal planteamos algo que es de sentido común y que está en la Constitución. Señorías, impulsar un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad. Planteamos también establecer una fiscalía diferenciada en las zonas afectadas por la despoblación, potenciar de verdad la lucha contra el fraude fiscal. No se trata de pagar más. Se trata de que paguemos todos, esto es la clave. Y también sustituir el ICA por otra figura tributaria.

El acuerdo contiene medidas encaminadas a apoyar a las pequeñas y medianas empresas y a los emprendedores y autónomos, también para crear empleo para las y los jóvenes y, por supuesto, para acabar con la brecha salarial y el techo de cristal que sufren las mujeres en Aragón. Lo decía al principio: es un acuerdo feminista. Compartimos como objeto prioritario la lucha sin cuartel contra la violencia machista y nos comprometemos a combatirla a través de las medidas previstas en el dictamen de la comisión especial que se aprobó en estas Cortes.

También nos comprometemos en ese acuerdo a desarrollar la Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y dos leyes de las que me siento muy satisfecho y muy orgulloso como aragonés, como son la Ley LGTBI y la Ley trans. No basta, señorías, con que estas leyes estén publicadas en el BOA. No basta con eso. Tenemos que cumplirlas íntegramente para que avancemos de verdad hacia la igualdad real.

En el acuerdo rechazamos taxativamente cualquier trasvase del Ebro. Debemos actuar con contundencia ante la más mínima agresión al principio de unidad de cuenca.

Es un principio, es un acuerdo profundamente municipalista, firmado por los partidos profundamente municipalistas. Contempla la necesidad de impulsar una ley estatal de financiación municipal estable y objetiva, pero también, por nuestro lado, aprobar una ley aragonesa de participación de los municipios en los ingresos de la comunidad autónoma.

Y termino este breve repaso con las infraestructuras. Nos comprometemos a seguir impulsando la reapertura de la línea internacional de Canfranc, que nunca había estado tan cerca, señorías, por supuesto, y en la misma visión logística aragonesa, el corredor Cantábrico-Mediterráneo, por Teruel, un corredor de altas prestaciones. No podemos renunciar a lo que se comprometió el ministerio en el 2009. A exigir los de los desdoblamientos de la nacional II y de la 232, la liberación de peajes y, por último, un plan de conservación y renovación de la red autonómica de carreteras.

Este, señorías, es un resumen de las medidas incluidas en ese acuerdo entre Chunta Aragonesista y el Partido Socialista, que, por supuesto, en el acuerdo final, acuerdo de gobernabilidad entre los otros dos partidos, con Podemos y el Partido Aragonés, se ha enriquecido, se ha completado, ha salido muchísimo mejor gracias a las aportaciones del resto de los partidos. Ese acuerdo de gobernabilidad que refleja un mínimo común en beneficio de los aragoneses y las aragonesas, un mínimo común multiplicador. Porque ahora, señorías, toca pensar en Aragón. Toca pensar en Aragón, pero con visión de Estado y con vocación europeísta.

Hace dos meses, este Gobierno parecía una utopía, pero hemos sabido empujar reunión tras reunión hasta conseguir la mejor opción posible de gobierno tras los resultados del 26 de mayo. Es el momento de la sociedad. Por nuestra parte tenemos que escuchar a la calle y hacer política, señorías, hacer política en el mejor sentido de la palabra. No es momento de obsesionarse con intereses partidistas ni con futuros réditos electorales, sino de trabajar juntos para construir —con lo bien que se habían portado hasta ahora [aplausos]—, sino de trabajar. Es un momento, como intentaba decir, de trabajar juntos para construir un Aragón mejor. Ese es sin duda el objetivo del futuro Gobierno.

Sabe, señor candidato, que cuenta no solo con nuestro voto, que cuenta con toda la lealtad, con toda la responsabilidad, con todo el amor por Aragón de Chunta Aragonesista.

Y quiero terminar si me dejan mi intervención con un texto de Emilio Gastón, al que citaba al principio, Emilio Gastón, Justicia de Aragón, diputado constituyente, abogado, poeta, pero sobre todo librepensador, Emilio Gastón, uno de los aragoneses más grandes. En 1995 publicó este libro titulado Manifiestos, y el primero de estos manifiestos se titula «Aragón, Estado». Con este manifiesto, con las palabras de Emilio Gastón, termino mi intervención en nombre del Grupo Parlamentario de Chunta Aragonesista.

«Aragón, padrazo desastrado, desmemoriado, pobre, sometido y sumiso. Te queremos duro y abandonado. Carente de importancia, dado de baja de conciencia por la política española, permaneces conforme. No cuentas, no molestas, no computas, pero tienes un dejo universal, un sueño grande por encima de sectas y obediencias. Una genial historia que aflorará pujante cualquier día manifestando tu derecho, tu razón natural, tu desidentidad maravillosa. Eres una entelequia, un sentimiento utópico, un despropósito durmiente. Sin mucho fundamento tenemos la esperanza de que un día despiertes y levantes tu voz tan acallada. Levantes nuestras manos unidas y rebeldes contra ese trato inicuo, felipesecundario que recibes. Tiene una naturaleza imprevisible, exuberante de matices, cambiante a cada paso geográfico, heterodoxa, bella, promisoria. Pero esa criatura que sentimos no eres tú, Aragón, hay que buscarte en otro sitio, en otra esencia diferente, por otras ideas, por otros proyectos, un Aragón Estado con pensamiento propio, consorte de una España federal, creador de derecho, defensor de justicia, partícipe fraterno de un mundo solidario, libre como tu viento.»

Muchas gracias, señorías.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Soro.

Tiene la palabra el señor Lambán para responder.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: También con brevedad para reiterar mi gratitud y mi reconocimiento al secretario general de Chunta Aragonesista y a todo su grupo, a su partido y particularmente al equipo negociador. No me he referido a ninguno de los equipos negociadores, pero lo cierto es que han hecho un trabajo espléndido, digno de ser exportado, dadas las circunstancias por las que atraviesa el mundo.

Con Chunta Aragonesista también he tenido personalmente una relación, aparte de personal, institucional importante. Durante doce años yo tuve un primer vicepresidente de Chunta Aragonesista en la diputación provincial y durante cuatro años hemos compartido el Gobierno de Aragón, entiendo que de una manera provechosa y fructífera, primero para Aragón y, segundo, para los partidos que conformábamos esa coalición. He de decirles, por lo demás, que la cercanía crea afinidades. Creo que después de cuatro años el señor Soro acabó siendo más socialdemócrata y nosotros acabamos siendo más aragonesistas. Creo que eso es lo que producen las cercanías y las afinidades, que espero que en la próxima legislatura se enriquezca todavía más con la aportación de otras tradiciones y de otras culturas políticas.

En todo caso, permítanme que me refiera al anterior Gobierno para ponerlo en evidencia, por lo que en mi opinión, ha sido una buena práctica de la coalición. A veces, de una coalición se espera una superposición de partidos de una manera desordenada y heterogénea, instalado cada cual en un compartimento estanco y ajeno a todos los demás, y eso no es bueno para el Gobierno ni es bueno para la acción del Gobierno sobre la sociedad a la que tiene que servir. Lo que hemos intentado siempre en Chunta Aragonesista, y nosotros en el Gobierno, ha sido entender que la acción del ejecutivo era una acción conjunta, era una acción común, que lo que hacía un consejero merecía el apoyo del resto de los consejeros, y que las políticas que le importaban a un partido concreto le importaban también al otro partido, porque así se había pactado y asumido desde el principio. Y se ha demostrado que eso, además de ser bueno para la propia dinámica del Gobierno, además de ser bueno para Aragón, resulta positivo para los partidos que forman la coalición, porque los dos, el Partido Socialista y Chunta Aragonesista, hemos crecido en votos y hemos crecido en representación parlamentaria. Incluso la discrepancia ha existido, pero pactada y bien organizada, sabíamos que era difícil ponernos de acuerdo en algunas cuestiones, que afortunadamente nos transcienden como comunidad porque son políticas estatales, lo asumimos desde el principio, pactamos las discrepancias y hasta eso entiendo que funcionó a la perfección y fue perfectamente entendido por la sociedad aragonesa.

En todo caso, termino haciendo referencia a uno de los elementos que ha introducido en su intervención el señor Soro, el de la financiación autonómica, que es el único agarradero que tenemos para pensar en un futuro de una financiación suficiente de los servicios públicos aragoneses y del resto de las políticas públicas de la comunidad.

Podemos pasarnos horas discutiendo sobre nuestra propia capacidad fiscal, pero nuestra propia capacidad fiscal es tan absolutamente reducida, nuestras decisiones fiscales propias tienen al final tan poco impacto sobre la financiación de la políticas públicas, que o encontramos soluciones generales para todo el país y para la comunidad autónoma en particular, desde una reforma a fondo del sistema de financiación autonómica, o las deficiencias que tenemos para financiar la sanidad, la educación, los servicios sociales, las carreteras o las políticas públicas de empleo serán imposibles de subsanar.

Por tanto, pongamos en el frontispicio de la actuación del gobierno próximo, apoyado por el resto de los grupos parlamentarios, la mejora de la financiación. Y hagámoslo además como lo hicimos en la pasada legislatura, es decir, asociándonos con las comunidades autónomas que comparten con nosotros problema demográfico y problema de financiación. Porque, no lo olvidemos, son dos caras de la misma moneda. Atender al problema de la despoblación o se hace con una financiación autonómica distinta a la actual, o es simple, lisa y llanamente imposible de atender.

Insisto, señor Soro, muchas gracias a usted y a su partido.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lambán.

Antes de que intervenga la señora Díaz, vamos a hacer una parada que vamos a denominar técnica de dos minutos estrictamente, ¿de acuerdo? Preferiría que casi nadie saliera de la sala.

[Pausa.]

Vayan tomando asiento, al menos los que estén, para comenzar de forma inmediata. En nombre de Podemos-Equo tiene la palabra la señora Díaz.

La señora diputada DÍAZ CALVO: Gracias, presidente.

Buenos días, o casi tardes, señorías. Buenas tardes a toda la gente que estoicamente nos acompañan desde la tribuna en esta larga sesión de investidura; buenos días, señor Lambán.

Quizá, una de las decisiones más importantes que tiene que afrontar un parlamento es precisamente investir a un presidente. Es en momentos como estos en los que se demuestra que el parlamento, bueno, pues emana de verdad esa voluntad popular que cristaliza finalmente, si hay un buen debate y un buen acuerdo, en el nombramiento de un presidente. Solo por eso hoy sería un día importante para Aragón. Solo por el mero hecho de que fuéramos capaces de investir a un presidente, pero creo que hoy va a ser algo más que un día importante más.

Hace veinticinco siglos, un filósofo llamado Aristóteles nos enseñó que la política era el arte de llegar a acuerdos. Y nos dijo que de nada servía para la ciudad ni para el estado las posiciones maximalistas si no eran capaces de ponerse a prueba con otras para conseguir en la cesión y en el acuerdo hacer prevalecer el interés general por encima de cualquier posición de partida. Supongo que si Aristóteles nos viera por algún agujerito de la historia, se sentiría bastante orgulloso de lo que va a pasar aquí, y más en medio del caos en el que está sumido nuestro país en los últimos meses y en esa incapacidad de llegar a acuerdos. Creo que nos tenemos que sentir todos y todas especialmente orgullosos de que vamos a demostrar que, cuando se prioriza el interés general, somos capaces de darnos cuenta de que nos une mucho más de lo que a priori nos separa.

Lo que va a suceder aquí hoy, y ya lo han dicho algunos de los portavoces que me han precedido, es un ejercicio de absoluta responsabilidad. Primero, para con nuestro tiempo, y segundo, para con nuestra tierra. El 26 de mayo, los aragoneses votaron un parlamento plural y diverso, y eso es una obviedad, que, además, trascendía los bloques tradicionales de izquierda y derecha, y que nos exigía a todos una audacia sin lugar a dudas para generar mayorías.

Tras la decisión del Partido Aragonés, se abrió un escenario nuevo. Y un escenario que unía sorpresivamente a cinco fuerzas políticas. Esta mañana ha preguntado el portavoz del Partido Popular que qué nos unía. Bueno, pues nos unían algunas cosas. La primera el rechazo de un gobierno en el que el tiempo lo marcara la ultraderecha. Nos unía también la negativa a dar pasos atrás en todos los derechos conquistados con tanto esfuerzo por todos los aragoneses y aragonesas. Nos unía el amor a Aragón, que también implica el amor a su autonomía, el amor a su Estatuto, el reconocimiento a nuestra nacionalidad histórica y a nuestra historia. Nos unía hacer lo posible para que Aragón no se viera subsumido en el retroceso, en el blanco y negro, o peor todavía, en el miedo y en el odio. Nos unía por tanto la firme voluntad de entendernos, por Aragón y por los aragoneses más allá de cualquier diferencia.

Sé que algunos pensaron, y lo han dicho hoy, que este punto de partida no era suficiente. Y que entre tantos no iba a salir bien. Bueno, pues desde Podemos-Equo apostamos desde el principio porque este fuera un buen punto de partida. Y empezáramos a construir desde ahí el anclaje de un buen acuerdo progresista de investidura y de gobierno. Porque sabíamos que no era el punto de partida ideal, y no les engañaré a nadie, no es el que habíamos diseñado o pensado desde Podemos-Equo, pero es que la política va de esto, señorías, va de hacer y de asumir la realidad y de hacer de lo que nos dan los mimbres pues algo digno y algo valioso. Desde Podemos-Equo sabíamos que era el momento de ser capaces de intervenir para cambiar las cosas, de gestionar contradicciones, cómo no, ya hemos aprendido de eso, y también de mejorar la vida de la gente, aunque fuera de a poquito, porque sabemos que justo en las situaciones difíciles es donde los acuerdos políticos son tan valiosos y son tan necesarios, porque, señorías, ahí fuera hay gente que no llega a fin de mes. Hay gente, hay mujeres en este caso que viven con miedo a ser violadas o a ser asesinadas, como hemos visto el último caso, hace menos de cuarenta y ocho horas. Hay abuelos y abuelas que quieren saber si van a poder vivir tranquilamente con su vejez. Hay parejas que necesitan certezas para poder afrontar la maternidad y la y la paternidad. Ahí fuera hay jóvenes que nos recuerdan que no tenemos un planeta B, y muchos de ellos nos lo recuerdan desde fuera de Aragón, porque recuerden que no han podido volver todavía.

Ahí afuera hay autónomos y comerciantes que quieren vivir dignamente de sus trabajos. Hay agricultores y ganaderas que quieren cobrar un precio justo por sus productos; raiders que saben que no son emprendedores y, sin embargo, emprendedores que tienen una idea brillante y que necesitan ayuda para poder desarrollar su negocio; allí fuera hay miles de personas que confían en que nosotros seamos la solución a sus desvelos y que seamos quienes traigan soluciones y remedios, y no quien genere problemas.

Así que dejamos nuestras diferencias atrás, anteponemos la política y pensamos en la mayoría social, que es lo que nos toca. Esta investidura y el acuerdo que hoy materializamos es un buen reflejo de ello, de que sabemos todos, y en especial el grupo parlamentario que represento, Podemos-Equo, sabemos para qué se nos votó y cuál es nuestro trabajo.

Cuatro fuerzas y cuatro años por delante, señor Lambán, todo un reto, un reto genuino y no por ello menos apasionante. Hay un Aragón que nos está esperando y que estoy convencida de que cree que tenemos que ser útiles ya. Y ahí vamos a estar desde Podemos-Equo, apostando por los colores que nos definen, ese color morado y ese color verde, en ese Gobierno plural, complejo y espero que fuerte y estable, si todos somos capaces de cumplir los acuerdos acordados, sostenido en esas ciento treinta y dos propuestas que han dicho aquí y que si apartan a la oposición o no, de esas ciento treinta y dos, ustedes podrán apoyar las que quieran y saldrán por unanimidad y habrá acuerdos buenos en esta Cámara; podrán apoyar las que quieran. [Aplausos.]

Como decía, vienen bien en cuatro años por delante apasionantes; atrás quedó la coyuntura del 2015, donde lo urgente era una emergencia social sangrante. Atrás quedaron gran parte de los recortes en educación, el cierre de escuelas rurales. Atrás quedó incluso la limitación del acceso a la sanidad a unos pocos. Atrás quedaron los años más duros de la crisis estafa que pagamos los de abajo y que se ensañó en esta tierra.

Yo pensaba que al cambiar de legislatura vendrían más tranquilas, pero hay cosas que no cambian, que no cambian, pero bueno... [Aplausos.]

Dicho lo cual no podemos bajar la guardia. Todavía queda mucho por recuperar y sobre todo todavía queda mucho por hacer.

Además de todas las propuestas enumeradas que ya se hablaron aquí, que se han hablado a lo largo de esta larga mañana y que se hablaron ayer, desde Podemos-Equo queremos hacer hincapié y quiero hacer hincapié en tres retos, que consideramos que van a ser fundamentales enfatizar, aunque hayan salido, para que seamos capaces de llevar a Aragón de verdad ese siglo XXI.

El primero de ellos es, sin duda, el reto de la igualdad. El futuro será feminista o no será, señorías, y esto no va de que hablemos de la igualdad entre hombres y mujeres solamente; esto no va de que hablemos del reconocimiento y respeto a todas las formas de amar, de desear, de querernos o de vivir, que ya sería muchísimo. Esto va de que nos estamos jugando la sostenibilidad de la vida, y la vida en sí misma. Nuestro sistema patriarcal históricamente enraizado en todas las tradiciones y en todas las culturas nos ha colocado a las mujeres en una situación de desigualdad y de inferioridad. Pero es que, además, estos sistemas olvidan que las vidas no se sostienen solas, que somos seres interdependientes, que somos seres imperfectos y, sobre todo, que somos seres que vamos a cuidar y que probablemente necesitaremos ser cuidados. Va de eso el feminismo. El grito feminista en las calles de estos últimos años nos impulsa, ya se ha dicho aquí, a afrontar un cambio de paradigma sin igual, un cambio de paradigma global que impregne todos los valores y todas las políticas que vayamos a afrontar, que llegue a cada rincón de la sociedad. Hay que ponerse las gafas moradas para mirar el mundo porque es el mundo lo que nos estamos jugando, es la sostenibilidad de ese mundo lo que está en juego.

Tenemos el reto de acabar de una vez con las violencias machistas, de educar para dejar de producir maltratadores en serie y violadores en manada, de reformar la justicia para acabar con la doble victimización y para permitir que por fin se nos crea.

Tenemos el reto de romper de una vez los techos de cristal, de acabar con los suelos pegajosos, de acabar con la brecha salarial, ojalá, y de hacer de una vez compartidos y, sobre todo, reconocidos laboralmente los cuidados, y, sobre todo y sobre todo, señorías, desde Podemos-Equo tenemos claro que el mayor reto que tenemos en esta legislatura es impedir que se dé ni un paso atrás en los derechos conquistados con tanto esfuerzo por nuestras madres y nuestras abuelas, porque ahí ha habido en estos últimos meses un frente y un auge de una extrema derecha que niega la diversidad y que impone el machismo, que impone política racistas, que impone la homofobia, y que nos ataca el derecho a vivir en libertad, igualdad todos y todas. Frente a ellos estaremos nosotras defendiendo aquí, en las calles y donde haga falta, que un mundo mejor y más igualitario también es posible.

Pero la igualdad no es solo un grito de género, que ya sería también mucho, las desigualdades se mueven en todos los ámbitos, nos atraviesan a todos y, sobre todo, rompen la cohesión social. Debemos afrontar de manera global la igualdad en toda nuestra tierra en Aragón, asegurando que, vivamos donde vivamos, seamos como seamos, estemos donde estemos, tengamos las mismas oportunidades y el mismo acceso a los derechos públicos, como pueden ser la sanidad, la educación, los derechos sociales, la movilidad, la cultura, el desarrollo personal y colectivo.

De entre todas las desigualdades, y también ha salido en el debate, la territorial aparece como urgente, y es urgente porque es un reto profundo para este Aragón que tenemos vaciado, despoblado, disperso y tristemente envejecido. Nos metieran en el vagón de cola del proceso autonómico; incumplieron nuestros derechos; retrasaron hasta el hastío las partidas que tenían que llegar, que habían sido defendidas, aprobadas y siempre retrasadas e inejecutadas. El éxodo rural vació nuestros pueblos y llenó las grandes ciudades y ahora tenemos el reto de convertir y revertir todo esto, exigiendo, como ya se ha dicho, y cómo no, una mejor financiación a Madrid, pero también aplicando todo nuestro ingenio para detener la despoblación.

Y debemos también frenar otra desigualdad que no ha salido en el debate, pero que es fundamental, que es la desigualdad generacional. Joaquín Estefanía, en su libro que recomiendo, Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?, nos dice: «La primera brecha que ha creado la crisis económica es la generacional. Los jóvenes son con mucho los que más han sufrido durante estos años los estragos de la crisis, el paro, la precarización, la emigración para sobrevivir o, en el menos malo de los casos, para poder aplicar el conocimiento adquirido la mayor parte de las veces con dinero público. El menosprecio por la juventud ha tenido como consecuencia una distribución desproporcionada en su contra de los costes de la crisis».

Creo que este también es un reto en materia de igualdad. Tenemos que restaurar ese contrato social entre generaciones, igualar a las generaciones aragonesas con la gente más mayor, asegurar que una sociedad cuya generación más formada de la historia es una generación perdida no es una sociedad que tenga un futuro del que pueda pensar. No podemos permitir esto, y esto también es un reto que debemos afrontar. ¿Cómo? Pues intentando revertir la precariedad laboral, mejorando los contratos, favoreciendo la estabilización del empleo, apostando por esa renta que hemos pactado de emancipación que permita que los jóvenes puedan formar su propia vida, asegurando la gratuidad de cero a tres años para favorecer la natalidad y la conciliación que nos hace falta, y también apostando por políticas activas de vivienda para garantizar que el acceso a la vivienda sea un derecho.

En definitiva, necesitamos devolverle al futuro su capacidad movilizadora de progreso y de bienestar que perdió en los años más duros de la crisis.

Este era el primer reto, el reto de la igualdad.

El segundo reto que nos está esperando al otro lado y que creo que tenemos que afrontar en esta legislatura, y que ya ha salido en el discurso y está pactado en las ciento treinta y dos propuestas, es el reto climático. Jóvenes de todo el mundo nos están recordando que no tenemos planeta B, que lo que mal empleemos hoy no lo tendrán las generaciones venideras, que los recursos generadores de vida que la tierra pone a nuestra disposición se nos están agotando y, sobre todo, que ayer ya empezamos a vivir a crédito del planeta y nuestro deber es intentar paliarlo.

Necesitamos buscar nuevas formas de generar trabajo y futuro que nos aporten bienestar, claro está, pero que no sean a la vez un desastre medioambiental, un derroche o que sean depredadoras con esa tierra que tanto amamos que es Aragón.

Sabemos nosotros, y aquí lo reflejamos en la Ley de cambio climático y transición energética, que presentamos la legislatura pasada y que finalmente no salió aprobada, que el reto ambiental y que la agenda verde son una urgencia. Pero planteamos desde Podemos-Equo que también puede ser una oportunidad, en una tierra como la nuestra, fértil, con ríos caudalosos como el río Aragón, que para eso nos da nombre, con una tierra de viento y sol abundantes, de biodiversidad a raudales, las posibilidades de Aragón son enormes, y tenemos la posibilidad de sacarle provecho, de saber aprovechar todo esto.

Además, tenemos talento aragonés para poder hacerlo. Alguno ha sido exportado, y tenemos que obligarnos y autoenmendarnos para retornarlo y que puedan ser capaces de mejorar aquí el modelo productivo, de darle valor añadido, de volver a nuestra tierra.

Este es nuestro momento, y necesitamos saber poner en valor todas las potencialidades de nuestro territorio. Tenemos la oportunidad, la capacidad, y probablemente, a los mejores para poderlo llevar adelante.

Porque es verdad que, en esto de la lucha contra el cambio climático y la lucha verde, vamos con un poco de retraso, pero no pasa nada. Si la dicha es buena, sigamos, pongámonos en serio, demos ejemplo desde las instituciones, colaboremos con las empresas, con las familias, con los sindicatos, para conseguir que, haciendo leyes, se garantice un equilibrio entre la manera en la que pisamos el mundo y la sostenibilidad y el futuro de nuestro querido Aragón.

En estos cuatro años, tenemos retos tan fundamentales como esforzarnos en una gestión forestal sostenible, en un nuevo acuerdo social del agua que mejore la salud y convivencia de nuestras masas de agua, en una gestión pública de nuestros recursos hídricos, en el fomento de mejores prácticas agrarias y ganaderas, en la gestión responsable de nuestros residuos y en la reducción de la contaminación. Aragón puede ser vanguardia de la adaptación y mitigación del cambio climático, del autoconsumo y las renovables, de un sistema energético distribuido y democrático, de la movilidad sostenible, de la alimentación de proximidad y calidad, de la innovación en los mejores adelantos para el ahorro y de la eficiencia energética. Tenemos todo este reto por delante, y ese reto verde también es fundamental.

Y por último, pero no menos importante, nos queda el reto que usted llamó «el reto de la digitalización» y que, probablemente, por deformación profesional, a mí me sale más llamar «el reto de la economía del conocimiento». Somos conscientes de que nuestro mundo avanza a una velocidad vertiginosa y que la revolución tecnológica está generando un envejecimiento prematuro del mundo laboral tal y como lo conocíamos, y, además, que está dando a luz a un nuevo orden económico en el que el conocimiento y la información son los verdaderos generadores de valor. Mientras que en la economía agrícola era la tierra la que generaba valor, el principal recurso era la tierra, y en la economía industrial era el capital físico, actualmente estamos ante una revolución que pone el conocimiento como el recurso estratégico por excelencia, y esto lo va a cambiar todo.

Desde las grandes compañías que todos conocen que compran nuestros datos a Facebook para hacer las campañas electorales hasta cualquier aplicación de móvil que lleven ustedes y que utiliza big data para adaptarse mejor a las necesidades del usuario, toda nuestra economía está demostrando que el conocimiento en esta nueva era va a ser la clave de la ventaja competitiva.

El reto para Aragón radica no solo en no quedarnos atrás en esta era de la digitalización y de la economía del conocimiento, sino, sobre todo, en saber sacar el mejor partido a la innovación y a la investigación para ponerla no solo al servicio de la economía aragonesa, sobre todo al servicio del interés general.

Como se ha demostrado en los años más duros de la crisis, los países que invirtieron en ciencia e investigación, y tenemos muchos ejemplos en Europa en esos momentos difíciles, aquellos que invirtieron y tiraron de la ciencia se ha demostrado que han generado economías más estables, con mercados más consolidados, y esto se lo reconoce el índice de competitividad de las regiones. Hay mucho por hacer en investigación e innovación.

Debemos anticiparnos al futuro en esto, implicándonos de lleno en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como adaptando nuestro sistema educativo a esas profesiones que todavía no están ni inventadas, pero que, probablemente, serán las profesiones del futuro. Necesitamos hacer que Aragón, con ello, retenga talento y, además, produzca talento.

Debemos acercar, ¿cómo no?, a Aragón a la media de inversión en I+D+i europea, y una inversión, además, pública, sostenida y estable, porque eso es lo que garantizará de verdad que la inversión privada venga y que se genere el caldo de cultivo para tirar de la investigación.

Además, tenemos centros punteros y especialistas sobresalientes que, con una estabilización y reconocimiento de lo que hacen, estoy segura de que serán capaces de hacerlo muy bien.

Y además, debemos empezar a mirar fuera de España y fuera de Aragón, porque tenemos referentes como Estonia, que es un país que tiene la misma dimensión y casi la misma población que Aragón y ha conseguido en los últimos años tener una Administración cien por cien digitalizada y todo su territorio conectado a internet. Ese tiene que ser también nuestro reto.

Podemos hacer de la innovación tecnológica una aliada para prestar mejores servicios a todos los ciudadanos y, sobre todo, prestarlos igual en todo el territorio aragonés, y además también puede ser una aliada a la hora de democratizar las administraciones y favorecer el Gobierno abierto.

Podemos hacer, por lo tanto, de la ciencia y la innovación nuestra mejor aliada; del talento emigrado, el capital para retornar, y, sobre todo, de Aragón, el sitio donde el futuro, quizás, pueda ser ya nuestro presente.

Termino ya, señor Lambán, porque llevamos mucho rato y tendremos mucho rato para discutir en los cuatro años que nos vengan y para debatir.

Termino ya volviendo donde empecé. Nos separan muchas cosas, ¿cómo no?, somos fuerzas políticas distintas que se presentaron a las elecciones de manera independiente, con sus programas..., es una obviedad. Nos separan muchas cosas, pero lo que nos ha traído hasta aquí es la fuerte convicción de que queremos nuestra tierra y queremos lo mejor para los aragoneses y las aragonesas, que tenemos ideas de futuro, que tenemos ideas de progreso, que hemos sido capaces de pactar ciento treinta y dos propuestas que sean el corazón de un Gobierno estable y fuerte en los próximos cuatro años.

Tenemos buena gente en Aragón, tenemos paisaje, recursos naturales, talento, historia, conocimiento, ganas... ¿Qué más se le puede pedir? Quizá, que empecemos cuanto antes.

Lo que estamos haciendo hoy, señorías, es un ejercicio de absoluta responsabilidad y, además, de una altura de miras histórica, y, ¿por qué no?, también de algo que ya se ha dicho, de un poquito de innovación política, porque la primera vez que Picasso hizo un collage, también le dijeron que eso no era más que un trabajo entre retales, y mirad adónde llegó. [Aplausos].

Nadie dijo que fuera a ser fácil, señor Lambán, pero estoy convencida de que, por Aragón, merecerá la pena que lo intentemos.

Muchas gracias. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Díaz.

Tiene la palabra, para responder, el señor Lambán.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Gracias, señor presidente.

Señora Díaz, cuando estos días se me ha preguntado, al hablar, evidentemente, del Gobierno futuro, si yo confiaba en que la entrada de Podemos en el Gobierno le daría a Podemos el sentido de la responsabilidad y del compromiso suficiente con Aragón, el compromiso suficiente con el Estatuto y con las instituciones, yo he dicho que Podemos no tenía pendiente entrar en el Gobierno de Aragón para demostrar su sentido de la responsabilidad y su compromiso. Lo he experimentado durante cuatro años en los que ustedes votaron mi investidura, en los que ustedes decidieron quedarse fuera del Gobierno y en los que ustedes se enfrentaron a la dificultad que entrañaba mantener una posición de oposición en el Parlamento y, a la vez, mantener una posición de compromiso con el Gobierno para cumplir con los pactos de investidura y para, por ejemplo, aprobar los presupuestos. Y, cuando entonces a mí se me preguntaba si Podemos había interferido en mi acción de Gobierno, he dicho siempre (no es nuevo, pueden ir ustedes a las hemerotecas) que Podemos en modo alguno había interferido la acción de Gobierno, que había apoyado la acción del Gobierno, que había hecho posible el Gobierno, que yo solo había tenido una interferencia en mi acción de Gobierno, que era la falta de los recursos suficientes para hacer lo que yo creía que había que hacer, una interferencia que me temo que en los próximos años también estará operativa y que tendremos que ir salvando como podamos.

Señora Díaz, el aterrizaje institucional de Podemos, por tanto, no se produce ahora, el aterrizaje institucional de Podemos se produjo hace cuatro años en estas Cortes; en otras administraciones fue un aterrizaje menos específico, menos propio, menos identificado con lo que, estrictamente, significa Podemos. Ustedes se comprometieron con sostener un Gobierno, ustedes ostentaron la Presidencia de las Cortes de Aragón, lo cual no es un empeño institucional menor; ahora siguen formando parte de la Mesa de las Cortes de Aragón, y a partir de la próxima semana formarán parte del Gobierno de Aragón.

Ustedes, en el acceso al Gobierno, tienen un inconveniente y una ventaja: tienen el inconveniente de que no han estado nunca en un Gobierno; por tanto, es un inconveniente que se cura con la entrada en el Gobierno y con el poco tiempo necesario para conocer los mecanismos de funcionamiento del mismo. Y tienen una ventaja: que están en disposición de aportar la savia nueva, de aportar la frescura, de aportar una tradición política y una manera de entender la política de la que en este momento, por razones obvias, el Gobierno carece, porque ustedes no han estado ese Gobierno.

Yo no tengo ninguna duda de que la experiencia resultará positiva para Aragón. Ha sido, desde mi punto de vista, encomiable, ejemplar y digno de ser imitado fuera de aquí el proceso de negociación para la elaboración de las ciento treinta y dos medidas, por parte del PAR, por parte de Podemos, por parte de Chunta, por parte del Partido Socialista (habló el señor Sanz de las fuerzas conformantes del próximo Gobierno), y estoy convencido de que va a ser ejemplar también la trayectoria de este Gobierno.

Usted acaba de explicar mejor que yo lo que yo ayer quise explicar en más tiempo que usted. Yo hablé de un contrato aragonesista, social, verde y digital, y usted ha hablado de igualdad, ha hablado de cambio climático y ha hablado de... [pausa], de la economía del conocimiento [rumores] —perdón, es que me he dejado la nota en el escaño—, y creo sinceramente que lo ha contado usted mejor que yo.

Evidentemente, a un socialista, hablarle de igualdad es hablarle del principio fundacional de su partido. Nosotros vinimos como partido a la historia de España a desarrollar políticas de igualdad siempre desde el parámetro de la libertad, y, cuando se habla de políticas de igualdad, efectivamente, no se habla solo de las políticas de igualdad sociales, económicas, que era el concepto tradicional de la igualdad, sino que se habla también, y en estos tiempos de manera muy preponderante, de igualdad entre mujeres y hombres.

Dice usted que el futuro será feminista o no será. Yo, en eso, sí que no estoy de acuerdo: creo que el futuro va a ser feminista seguro. El problema es si es definitivamente feminista ya, dentro de tres años o dentro de veinte. Por tanto, la función de los poderes públicos no es hacer que el futuro sea feminista, sino hacer que el futuro sea feminista lo antes posible, primero, por razones de justicia y, segundo, por razones de eficacia, porque, para afrontar los retos del cambio climático y de la revolución tecnológica, y eso yo lo he repetido hasta la saciedad, el concurso, a todos los efectos, de la población femenina va a ser absolutamente fundamental. [Aplausos].

Y estoy totalmente de acuerdo, estoy totalmente de acuerdo en que otra brecha, otro hecho de desigualdad que no nos puede pasar desapercibido es la desigualdad entre generaciones. No sé si era ayer u hoy cuando yo insistía en algo en lo que están de acuerdo todos los observadores, todos quienes han analizado la realidad de los últimos años: hay dos sectores paganos de la crisis por encima de todo, los jóvenes y los niños; dos lacras: el desempleo juvenil, la falta de oportunidades de los jóvenes para emanciparse, y la pobreza infantil, que es un fenómeno que hemos de erradicar por decencia y por razón de justicia. [Aplausos].

Pues bien, en materia de lucha contra la precariedad en la que están instalados los jóvenes, desaprovechando un raudal de talento que este país no se puede permitir, hemos de implementar medidas que todos sabemos cuáles son: vivienda, políticas de empleo y becas, porque la universidad, los estudios superiores, todo aquello que da excelencia, todo aquello que da oportunidades en la vida, la FP digital que queremos implementar, es algo que los poderes públicos debemos impulsar sin ningún tipo de reticencia presupuestaria ni de ninguna otra índole.

He dicho que sería breve con todos los partidos, aquí paro mi intervención.

E insisto otra vez en mi gratitud, mi reconocimiento, que, en el caso de ustedes, no solo hay que dar a los órganos de dirección del partido, sino a sus bases, que cada vez que las consultan, y ya esto nos ha ocurrido en la legislatura anterior, nos tienen ustedes con el alma en vilo durante unas cuantas horas, aunque hay que reconocer que todas las políticas que ustedes proponen las bases de Podemos las acaban aprobando. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lambán.

La votación será, aproximadamente, entre quince y veinte minutos.

Y para concluir el debate, tiene la palabra el portavoz del Partido Socialista, señor Guillén.

El señor diputado GUILLÉN IZQUIERDO: Señoras y señores diputados. Señor candidato.

Quiero empezar mi intervención agradeciendo la confianza que depositaron en el Partido Socialista Obrero Español los doscientos seis mil cuatrocientos aragoneses y aragonesas que el pasado día 26 de mayo posibilitaron que usted, señor Lambán, esté hoy pidiendo su investidura para ser el próximo presidente del Gobierno de Aragón.

Los socialistas somos el partido político más antiguo de Aragón. Fue en el año 1891 cuando se constituyó la primera agrupación socialista en Zaragoza, muy cerca de aquí, en la calle Boggiero, y, desde entonces, nuestra trayectoria ha tenido como objetivo la defensa de los derechos de los aragoneses más humildes, la lucha por la democracia y por la libertad, el avance en los derechos sociales y de ciudadanía y, en definitiva, la lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades, sin discriminación alguna por razón de raza, de credo, de lugar de nacimiento o de residencia.

Un partido político que, gracias al apoyo ciudadano, constituye la fuerza con mayor implantación territorial en Aragón, con más de mil ochocientos concejales, gobernando en veintisiete de las treinta y una comarcas y al frente de las tres Diputaciones Provinciales de Zaragoza, Huesca y Teruel. Un partido con veinticuatro diputados en las Cortes de Aragón, que constituye la primera fuerza parlamentaria.

Y sin embargo, y pese al éxito electoral, como siempre ha ocurrido en esta tierra, los resultados de las elecciones autonómicas han dejado un arco parlamentario de gran fragmentación política, tal y como ya vimos en la anterior legislatura, y que pudimos gestionar con esfuerzo, con talante y con inteligencia. En definitiva, un arco parlamentario con ocho fuerzas políticas y sin mayorías suficientes para formar gobiernos en solitario.

Por eso, el mensaje recibido de los aragoneses ha sido nítido: pónganse ustedes de acuerdo para lograr gobiernos estables. Y ese ha sido nuestro sino histórico. Desde el Compromiso de Caspe o la Concordia de Alcañiz a la que aludía antes el señor Aliaga, por poner dos de los ejemplos más conocidos, Aragón siempre se ha distinguido por ser una tierra de pactos. Y para conseguir acuerdos, señorías, se necesita generosidad, abandono de posiciones maximalistas, es decir, cesiones de cada uno de nosotros de aquello que consideramos nuestro; lograr mínimos comunes denominadores y objetivos claros, con la búsqueda siempre de la estabilidad como elemento fundamental para el desarrollo social y económico de nuestra tierra, porque estabilidad y prosperidad, señorías, son conceptos indivisibles.

En la consecución de estos objetivos, hemos pasado el tiempo desde la celebración de las elecciones. Por cierto, mientras unos pasaron algunas semanas en el país de las maravillas o, como se dice en nuestra tierra, tocando el violón, forzando acuerdos etéreos y queriendo llevar al Partido Aragonés de convidado de piedra al terreno de la derecha y de la ultraderecha, usted, señor Lambán, ha querido, ha sabido y ha podido forjar acuerdos posibles que le llevaran a la Presidencia del Gobierno de Aragón. [Aplausos].

Y estos acuerdos los ha hecho para liderar un Gobierno centrado, moderado, transversal y aragonesista, que luche por solucionar los problemas de los aragoneses y de las aragonesas y que permita unos crecimientos económicos sostenibles para, a través de ellos, producir el reparto equitativo de la riqueza.

Por cierto, esta mañana alguno de los intervinientes acusaba a algún grupo de los que apoya al Gobierno de ser de extrema izquierda o de izquierda radical, o, dicho de otra forma, le acusaban a usted de lograr acuerdos para su investidura con partidos de extrema izquierda y de izquierda radical. Y yo he tenido la curiosidad de saber, ese partido o esos partidos de izquierda radical, lo que hicieron la anterior legislatura en esta Cámara, y, cuál es mi sorpresa cuando me doy cuenta de que el voto coincidente entre el Partido Popular y Podemos en la anterior legislatura, en el año 2016, supuso votar ciento cuarenta y cinco iniciativas sobre doscientos cincuenta y ocho (es decir, el 56,20%), o las veces que coincidieron Ciudadanos con el grupo Podemos en la anterior legislatura fueron ciento sesenta y tres veces de doscientas cincuenta y ocho (es decir, el 63,18%). [Aplausos]. Por lo tanto, o ese partido al que llaman radical de izquierdas no es tan radical o ustedes andan bastante despistados.

Señorías, les decía que este ha sido nuestro hito histórico, el del acuerdo. Este Gobierno que usted pretende dirigir, señor Lambán, va a ser posible por el compromiso del Partido Socialista, de Chunta, de Podemos-Equo y de Izquierda Unida, que son las fuerzas necesarias para llevar a buen fin el objetivo previsto y a los que quiero agradecer su inteligencia política y su buen hacer, pero, sobre todo, por la valentía, la fineza política y el apego al interés general mostrado por el Partido Aragonés, que se ha convertido en la fuerza imprescindible para que su investidura tenga éxito. Por eso quiero, desde esta tribuna, reconocer en su presidente, don Arturo Aliaga, la decidida voluntad para que Aragón avance por la senda de la moderación, por la defensa de la autonomía y por el desarrollo de las políticas sociales durante esta nueva etapa.

Los socialistas somos conscientes de que tenemos por delante un gran reto, nadie nos dijo que esto iba a ser fácil, pero tenemos la convicción de que, lejos de los que piensan que este será un Gobierno inestable, la responsabilidad, el compromiso y la voluntad de las fuerzas que van a apoyar su investidura, señor Lambán, son la garantía de un camino laborioso, sí, pero que, inevitablemente, nos conducirá a logros importantes para mejorar la vida de nuestros conciudadanos, que, en el fondo, es lo único que nos importa.

Hace ahora cuatro años, usted, señor Lambán, solicitó la confianza a esta Cámara para hacer un Gobierno estable, advirtiendo que podía haber estabilidad política, pero, sin que hubiese estabilidad social, la sociedad no sería receptora de la acción de cualquier Gobierno. En definitiva, que la estabilidad social es fundamental para conseguir un desarrollo armónico de nuestra economía y una redistribución justa de la riqueza. Por eso, sería deseable que la estabilidad política fuese acompañada de una estabilidad social, para mejorar el nivel de vida de los que no tienen nada y reducir el nivel de vida egoísta de tanta gente que tiene más de lo que necesita. A eso se le llama justicia social.

Señor presidente, señoras y señores diputados, señor Lambán, hoy asistimos a su segunda investidura, y la afrontamos los socialistas con el orgullo y la convicción del trabajo bien hecho durante los últimos años. Como consecuencia de este trabajo, hoy podemos decir que los aragoneses viven mucho mejor que en el 2015: hoy tenemos cuarenta y cinco mil setecientos parados menos que en el año 2015, hemos reducido en trece mil ochocientos los hogares con todos sus activos en paro, somos la quinta comunidad con menor tasa de paro (menos del 10% y cuatro puntos menos o por debajo de la media española), hoy tenemos unas cuentas públicas ordenadas, habiendo cumplido con los compromisos de déficit de deuda y de regla de gasto, hoy nuestro producto interior bruto crece por encima de la media nacional, hoy existe más confianza empresarial que en 2015 y hay varias inversiones importantes a la espera de poder anunciar su implantación en Aragón; hay setenta y seis parques eólicos y treinta y dos plantas fotovoltaicas declaradas de interés autonómico, que suponen una inversión de seis mil cuatrocientos millones y la creación, en fase de construcción, de veinticinco mil puestos de trabajo [aplausos], y se han vendido más de ochocientos mil metros cuadrados en las plataformas logísticas aragonesas.

Pero también estamos orgullosos del avance en materia social, con la oferta de doce mil plazas para docentes y personal sanitario; hemos invertido más de mil millones nuevos en sanidad, educación y servicios sociales; mil cuatrocientos jóvenes se han incorporado al sector agrario, con más de 127,5 millones de euros de ayudas a la industria agroalimentaria y ciento cuatro millones para la creación y modernización de nuevos regadíos; ha habido cuatrocientos doce millones más para sanidad, frente al recorte de doscientos sesenta y cuatro millones en la legislatura del anterior Gobierno de la derecha, y ha habido doscientos millones de euros más para educación. Aragón ha liderado el crecimiento en educación, y eso ha contribuido a salvar más de cien escuelas rurales, y eso, señor Lambán, es lo que los aragoneses le han reconocido en las urnas.

Es el camino exitoso recorrido el que nos lleva a reclamar estabilidad política y estabilidad social, algo que, por cierto, incumbe también a los partidos de la oposición, para continuar con las reformas que necesita nuestra economía, para continuar con ese contrato progresista, social, verde y digital que usted nos anunció ayer, para seguir avanzando en políticas sociales que mejoren la vida de los aragoneses, para atraer nuevas inversiones y seguir generando empleo, para poner a Aragón en los primeros peldaños en la escala de las comunidades autónomas y para, en definitiva, cumplir con las medidas acordadas con el Partido Aragonés, con Chunta, con Podemos-Equo y con Izquierda Unida. En definitiva, señoras y señores diputados, para que Aragón avance.

Decía ayer el señor Lambán que quería formar un Gobierno transversal, y así va a ser. Si un partido socialdemócrata y reformista, como es el Partido Socialista, ha sido capaz de sumar a los regionalistas, a la izquierda aragonesista y a la izquierda alternativa a su proyecto, es evidente que la transversalidad es inevitable.

Hay quienes han tachado estos días pasados a este Gobierno como un Gobierno Frankenstein, pero quienes así lo han hecho se han apropiado de la definición que en su día acuñó nuestro admirado y siempre querido Alfredo Pérez Rubalcaba cuando afirmaba que no puede ser ir de la mano de aquellos que quieren romper aquello que ellos quieren gobernar, para referirse a un Gobierno con participación de partidos independentistas para gobernar España. Fíjense ustedes, señorías de la derecha, en esto que decía Alfredo Pérez Rubalcaba, para que les haga pensar cuál es la alternativa de Gobierno que ustedes ofrecían a Aragón.

Por cierto, el señor Pérez Calvo ha cambiado la acepción y hoy nos ha dicho que este era un Gobierno hecho de retales, un Gobierno patchwork, en otro alarde, el que ha hecho el señor Pérez Calvo, de hacerse con el copyright que no le pertenece, porque este le pertenece a un periodista que anteayer lo dijo en uno de los periódicos más importantes de Aragón.

Pero nada más lejos de lo que representa este Gobierno que usted, señoría, pretende liderar, un Gobierno que va ser cohesionado, compacto, con un programa nítido que desgranó usted ayer; un Gobierno, como les gusta decir a los amigos de Podemos, de cuatro para cuatro años; un Gobierno que viene a construir y no a destruir; un Gobierno centrado y moderado, con la vista puesta en el interés general de los aragoneses.

Pero, ¿cuál era la alternativa que nos proponía la derecha a este Gobierno centrado, moderado, aragonesista, del que usted ha venido hablando? Pues la alternativa era una coalición de cuatro fuerzas dominadas por la derecha y la ultraderecha, a la que pretendían unir al Partido Aragonés. Por cierto, una ultraderecha que esta sí actúa como caballo de Troya de la autonomía a la que quiere destruir, con la que quiere acabar desde dentro, y a la que ustedes, señores Pérez Calvo y Beamonte, blanquean sin rubor. [Aplausos].

Es verdad que, seguramente, para ustedes, este no hubiera sido un Gobierno Frankenstein, pero este sí hubiera sido un Gobierno Franconstein [risas], una alternativa forjada en alianzas con un partido heredero del más oscuro credo reaccionario.

Allí donde VOX ha tenido la oportunidad de influir en el poder político, no ha hecho sino proponer medidas que implican un retroceso, en algunos casos dramático, de derechos adquiridos por los españoles con esfuerzo y tesón durante los cuarenta años de democracia. Los colectivos LGTBI, los inmigrantes, los herederos de los represaliados por el franquismo o las potenciales víctimas de la violencia de género tienen y tendrían en Aragón razones por las que preocuparse, pero también los arquitectos de la Constitución de 1978, cuya estructura, prácticamente federal, diseñada en el Estado de las autonomías está condenada a la destrucción si siguen las orientaciones de quienes, sin lugar a dudas, añoran los perfiles de la España predemocrática.

Este acuerdo, felizmente frustrado, sí que hubiese sido, señor Beamonte, no el pacto del sillón, hubiese sido el pacto de la ignominia, al que han intentado todos ustedes condenar a los aragoneses y a las aragonesas.

Así que, señor Aliaga, no haga usted caso a la rabieta pueril de la novia despechada que se lamenta cuando se queda plantada y sin novio. En el fondo, ¿qué le une a un partido de centro regionalista con VOX, con un partido que aboga por la desaparición de las comunidades autónomas, que aboga claramente por el trasvase del Ebro, por la recentralización de la educación, de la sanidad, de la justicia o de la seguridad, por la supresión de los derechos de los colectivos LGTBI? No le une nada.

Le une poco también a usted con un partido como Ciudadanos, que también, por cierto, ha firmado en Murcia un acuerdo de trasvase junto con VOX y el Partido Popular, con el que no coincide para nada en el desarrollo de las comarcas, por ejemplo.

¿O qué le une a usted, señor representante del Partido Aragonés, señor Aliaga, qué le une a usted con el señor Beamonte, cuando se han pasado la campaña electoral intentando robarle concejales a lo largo de la geografía aragonesa? Nada. ¿Cómo puede esperar que el señor Aliaga apoye su proyecto, señor Beamonte, si, para ustedes, el Partido Aragonés solo les sirve cuando le sirve [rumores], cuando lo convierten en un partido subalterno, cuando, emulando de nuevo a Alfredo Pérez Rubalcaba y su axioma químico de «semejante disuelve a semejante», querían acabar con el Partido Aragonés por disolución? [Aplausos].

Por eso, como ya se demostró en la legislatura del año 1999 hasta el año 2011, en aquel Gobierno de coalición entre el señor Iglesias y el señor Biel, las coaliciones entre semejantes son tan complicadas, y a veces son mejores las coaliciones entre complementarios, aunque no, debo decirles, entre antagónicos.

Aquel Gobierno es el ejemplo en el que nos vamos a mirar, y por eso esta experiencia, señor Lambán, novedosa en España, va a ser una experiencia de éxito, por más que les pese a quienes desean su fracaso antes de empezar, porque les interesa menos que Aragón funcione, que Aragón progrese, y les interesa mucho más el «cuanto peor, mejor».

Señor, presidente, señoras y señores diputados, Aragón ni puede ni debe pararse por el mero hecho de que este Parlamento sea fruto de la fragmentación política, y la garantía de que Aragón está en marcha es usted, señor Lambán, el Gobierno que va formar si su investidura tiene los apoyos necesarios.

Al contrario, la pluralidad representada en este Parlamento tiene como argamasa la confianza entre quienes suscribimos estos acuerdos, y al aragonesismo como el eje fundamental en esta legislatura. Un aragonesismo moderno, moderado, que pretende poner a Aragón entre las comunidades punteras de España, que aproveche el talento de tantos aragoneses, no solo para mejorar la vida de los nuestros, sino para coadyuvar a mejorar la vida de los demás; un aragonesismo culto, que haga de los libros, del arte, de la cultura aragonesa una seña de identidad exportable a España y a Europa; un aragonesismo solidario con los más débiles.

Y el santo y seña de este aragonesismo no puede ser otro que la defensa de nuestro Estatuto de Autonomía y su pleno desarrollo.

Por eso, señor Lambán, tenemos plena coincidencia con usted en el compromiso por la defensa de los intereses de Aragón ante el Gobierno de la nación en todos los ámbitos de la actividad política, económica, social y cultural, exigiendo respeto a los derechos individuales y colectivos de la ciudadanía aragonesa y velando para que Aragón tenga, en el conjunto del Estado, el peso y la influencia que, en justicia, le corresponden gobierne quien gobierne, sea Pedro Sánchez u otro, sin prepotencia, pero sin complejos, con espíritu reivindicativo, sin servilismos, dejando atrás otras épocas pasadas en las que se ponían los intereses partidarios por encima de los intereses de Aragón.

Porque nosotros somos, hemos sido siempre y somos constitucionalistas, defensores inequívocos de la unidad de España, pero por eso, y también por eso, somos defensores de nuestra autonomía y de nuestro Estatuto, del que vamos a reclamar su cumplimiento íntegro, incluyendo las veintidós competencias pendientes de transferir y exigiendo la correspondiente dotación presupuestaria para su asunción y desarrollo.

Y no nos cansaremos de exigir una relación con el Estado que se rija por los principios de autonomía y bilateralidad, así como por la lealtad institucional mutua, garantizando el funcionamiento de todos los instrumentos y mecanismos de relación bilateral entre Aragón y el Estado que prevé nuestro Estatuto de Autonomía, como el artículo 108, porque el que se establece el acuerdo bilateral económico-financiero.

Señorías, nuestro ilustre aragonés Joaquín Costa decía que «la libertad sin garbanzos no es libertad». Pues bien, no hay autonomía que se precie sin un buen sistema de financiación autonómica, y Aragón necesita esta reforma tan urgente, donde se incorpore el coste de la prestación de los servicios públicos básicos en el territorio y las variables relacionadas con la dispersión geográfica, la densidad de población, el envejecimiento, la extensión territorial, tal y como recoge nuestro Estatuto y con arreglo a las conclusiones y propuestas del dictamen elaborado por la Comisión Especial de Estudio sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, aprobado por las Cortes de Aragón.

Y, en el mismo sentido, resulta imprescindible trabajar de la mano del Gobierno de España en Europa para atajar los problemas demográficos, de forma que la despoblación, la dispersión y el envejecimiento sean tenidos en cuenta a la hora de aprobar el nuevo marco financiero plurianual 2021-2027.

Señor presidente, señoras y señores diputados, señor Lambán, Aragón es una tierra de fronteras, compartimos espacio con vecinos que hablan otro idioma, que se rigen por otras leyes, pero con los que mantenemos una estrecha relación en el ámbito político, cultural, económico y de comunicaciones. En definitiva, el ámbito transfronterizo es un elemento identificativo de nuestra tierra.

A través de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, compartimos con Aquitania y Occitania, con Andorra, además de con Cataluña y el País Vasco, vastas relaciones que es necesario mantener e impulsar. Porque lo que nos une con estas regiones y con el país vecino es algo más que los tres pasos fronterizos del Somport, Portalet y el túnel de Bielsa, son una serie de valores compartidos de libertad, de pluralismo, de solidaridad y de justicia social, que en el siglo XXI encarna mejor que nadie la Unión Europea. Porque, señorías, Europa representa, antes que todo, la democracia, la defensa de los valores de la Ilustración.

Por eso, hoy, que cabalgan de nuevo fantasmas del pasado en forma de populismos, por eso, hoy, que, como escribe Todorov en Los enemigos íntimos de la democracia, cabalgan de nuevo el mesianismo, el ultraliberalismo, el populismo y la xenofobia, queremos seguir apostando por un proyecto común de defensa de las libertades, de justicia social, de desarrollo sostenible y de defensa del medio ambiente frente al cambio climático.

Un proyecto de una Europa vertebrada, que apuesta por la conexión de los territorios y el libre tránsito de personas y mercancías, por el corredor Cantábrico-Mediterráneo como una línea de ferrocarril de doble vía electrificada que una el País Vasco con la Comunidad Valenciana través de Zaragoza y Teruel y, por supuesto, con la reapertura del Canfranc atravesando la provincia de Huesca y el estudio de la Travesía Central pirenaica, y por hacer de Zaragoza el principal hub logístico ferroviario del sur de Europa.

Un proyecto que apueste por nuevas instalaciones productoras de energías limpias, para que Aragón sea vanguardia continental en esta materia.

Un proyecto que mire a Europa para no dejar nunca que las comarcas mineras queden relegadas en el olvido, antes bien, puedan participar de los fondos europeos para su reindustrialización.

Un proyecto que abra las puertas a los jóvenes aragoneses que tuvieron que marchar al extranjero durante la crisis, para que vengan nuevos migrantes a nuestra tierra, a trabajar aquí, enriqueciéndonos y rejuveneciendo nuestro territorio, porque Aragón ha sido y es una tierra abierta y de acogida.

Termino con un alegato en defensa de la política y de lo que va representar esta nueva etapa que se abre en Aragón, y lo haré aludiendo al libro reciente de José Andrés Torres Mora que se titula La izquierda es libertad. Dice Torres Mora: «Hace unos años, en vísperas de unas elecciones, tomé un taxi y entablé conversación con un taxista. Este me dijo: "A mí me da igual quien gane, porque todos ustedes son iguales. Después de las elecciones, yo tendré que seguir trabajando todos los días"». Y, en parte, el hombre no estaba equivocado, de modo que le respondió: «Pues sí, tiene razón. Que yo sepa, ninguno de los partidos lleva en su programa que usted vaya a dejar de trabajar. Aunque hay algunas diferencias que debería tener en cuenta, por ejemplo: unos piensan que la sanidad pública es insostenible y que hay que privatizarla, y otros pensamos que debemos sostenerla entre todos para que siga siendo universal, gratuita y de calidad. Ahora puede que usted no encuentre diferencias, pero si ganan quienes pretenden privatizarla y, dentro de quince años, su hijo tiene una grave enfermedad, quizás usted deberá vender el taxi para pagar sus tratamientos"».

Y de eso va la política, señorías: de tomar decisiones entre distintas opciones para mejorar la vida de la gente.

Y como pensamos, señor Lambán, que usted es la mejor opción para la mayoría de la gente corriente y para los que más nos necesitan, con ilusión, con convicción, con la confianza que tenemos en usted y en su proyecto, quiero anunciar que el Partido Socialista, los veinticuatro diputados del Partido Socialista, votarán que sí a la investidura de nuestro presidente.

Muchas gracias. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Guillén.

Para contestar y concluir el debate, tiene la palabra el señor Lambán.

El diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente. Señoras y señores diputados.

El filósofo alemán Wittgenstein decía al final de un libro suyo en el que encadenaba varios silogismos, extrayendo conclusiones del anterior al posterior, terminaba diciendo que «de lo que no se puede hablar, mejor es callarse». Y usted ha hablado tanto y tan bien de lo que yo tendría que decir en esta tribuna, haciéndolo mejor que yo, que, simplemente, no voy a comentar su intervención, sino, simplemente, la voy a aplaudir con convicción y con ilusión.

Por lo demás, permítanme que tenga una palabra de gratitud hacia el grupo parlamentario del que procedo, hacia el grupo parlamentario al que pertenezco y hacia el partido del que en este momento soy el secretario general. Hace treinta y seis años que milito en el Partido Socialista Obrero Español, viniendo de militancias anteriores que, como casi todos los jóvenes de mi época, estaban instaladas en posiciones algo más radicales que las puramente socialdemócratas, ¿para que se lo voy a ocultar a ustedes? Pero me he sentido tan identificado con el Partido Socialista y con lo que representa que he militado activamente en él durante treinta y seis años, impregnándome cada vez más de nuestros antepasados, en los liderazgos, con algunos más que con otros, y haciéndome cada día, como decía Indalecio Prieto, más socialista, y he de decirlo como lo decía él, a fuer de liberal, en el mejor sentido de la palabra «liberal», que los últimos años ha sido un tanto pervertida por quienes, modificando su contenido, han hecho, de un adjetivo proveniente de las Cortes de Cádiz, una ideología que ha justificado la explotación, que ha justificado políticas injustas, una ideología que, evidentemente, está en las antípodas de lo que yo pienso.

Muchas gracias, compañeras y compañeros, por vuestro apoyo.

Yo he sido alcalde de mi pueblo, he sido presidente de la Diputación Provincial, he sido parlamentario aquí, en el Gobierno y en la oposición, pero todo, absolutamente todo, se lo debo a mi partido. De entrada, os lo debo a vosotros, aunque, evidentemente, para ser presidente de la Diputación o para ser presidente del Gobierno de Aragón, es necesaria la concurrencia de otro tipo de fuerzas políticas, que, en este caso concreto, se ha producido de una manera virtuosa, de una manera absolutamente ejemplar.

Lo tenía claro antes de empezar la sesión de esta mañana, pero, después de escuchar al señor Aliaga, a la señora Díaz, al señor Soro, al señor Sanz y al señor Guillén, tengo absolutamente claro que lo que hemos hecho es lo que había que hacer, y me atrevo a hacer un pronóstico de éxito para la andadura que hoy empieza nuestra comunidad autónoma a partir de esta sesión de investidura.

Muchas gracias a todos y también muchas gracias al resto de los grupos de la oposición. Yo he sido oposición y sé hasta qué punto uno se relaciona con la institución y con el poder de otra forma distinta, de manera absolutamente inevitable, pero les animo a que, una vez pasados los furores veraniegos, nos instalemos todos en la calma, nos instalemos en la centralidad, que bienvenida sea, y seamos todos propositivos en favor de Aragón y en favor del bienestar y la libertad de los aragoneses. [Aplausos].

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lambán.

Antes de concluir y pasar a la votación, les quiero agradecer a todos ustedes tanto el nivel del debate como también el talante y las formas de las que han hecho gala en este debate. Ha sido muy fácil dirigir mi primera vez aquí, en este en este Parlamento, en la Presidencia de este Parlamento.

Y, una vez concluido el debate, y entenderán que tengo que leerlo para que quede reflejado en el Diario de Sesiones, aunque todos ustedes saben cómo se va a proceder a la votación, una vez concluido el debate de investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón, va a tener lugar la votación, que, de conformidad con lo establecido en los artículos 135 y 216 del Reglamento de la Cámara, va a ser pública y por llamamiento.

La señora secretaria primera nombrará a las señoras y los señores diputados y estos responderán desde su escaño «sí», «no» o «abstención», según apoyen o no la investidura del candidato o se abstengan.

El llamamiento se realizará por orden alfabético, comenzando por el señor o la señora diputada cuyo primer apellido sea sacado a suerte. A este efecto, los miembros de la Mesa disponen de una relación alfabética de los señores y las señoras diputadas con el número de orden que les corresponde. Asimismo, se han introducido en la bolsa sesenta y dos bolas, quedando excluidas las correspondientes a los cinco miembros de la Mesa, que, de acuerdo con el citado Reglamento, votarán al final.

El candidato, para ser investido presidente del Gobierno de Aragón, deberá obtener en esta primera votación el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara. Si no se consiguiera dicha mayoría, le recuerdo que deberá celebrarse una nueva votación mañana, día 1 de agosto, a las trece horas, y la confianza se entenderá entonces otorgada si en ella se obtuviera la mayoría simple.

Así pues, la señora secretaria primera va a proceder al sorteo y determinar el señor o la señora diputada por el que comenzará el llamamiento.

La señora secretaria primera (CABRERA GIL): Gracias, señor presidente.

El número ha sido el veintiuno. Por lo tanto, procederemos a hacer el llamamiento de los diputados por la señora Silvia Inés Gimeno Gascón.

Así que procedemos, por lo tanto, a este llamamiento y, como bien ha explicado el presidente, continuaremos con los siguientes diputados y diputadas. Por lo tanto,

Silvia Inés Gimeno Gascón. (Sí).

Juan Carlos Gracia Suso. (No).

Jesús Guerrero de la Fuente. (Sí).

Vicente Guillén Izquierdo. (Sí).

Joaquín Juste Sanz. (No).

José Antonio Lagüens Martín. (No).

Francisco Javier Lambán. (Sí).

Isabel Lasobras Pina. (Sí).

Ana Marín Pérez. (No).

José Javier Martínez Romero. (No).

Olvido Moratinos Gracia. (Sí).

Santiago Morón San Juan. (No).

María Ángeles Orós Lorente. (No).

Carlos Ortas Martín. (No).

Sergio Ortiz Gutiérrez. (Sí).

Joaquín Antonio Palacín Eltoro. (Sí).

Esther Peirat Meseguer. (Sí).

Ángel Peralta Romero. (Sí).

Carlos Pérez Anadón. (Sí).

Daniel Pérez Calvo. (No).

María Teresa Pérez Esteban. (Sí).

María Pilar Prades Alquézar. (Sí).

Enrique Pueyo García. (Sí).

Antonio Ignacio Romero Santolaria. (No).

Fernando Sabés Turmo. (Sí).

Elisa Sacacia Larrayad. (No).

María del Carmen Sahún Obis. (Sí).

Ana Cristina Sainz Martínez. (No).

Beatriz Sánchez Garcés. (Sí).

Alfredo Sancho Guardia. (Sí).

Erika Sanz Méliz. (Sí).

Beatriz Acín Franco. (No).

Arturo Aliaga López. (Sí).

Ana María Arellano Badía. (Sí).

David Arranz Ballesteros. (No).

Luis María Beamonte Mesa. (No).

[Pausa.] [Rumores.]

La señora secretaria primera (CABRERA GIL): Tranquilidad, señorías, que proseguimos con la votación.

Jara Bernués Oliván. (No).

María Loreto Camañes Edo. (No).

Javier Campoy Monreal. (No).

Lorena Canales Miralles. (Sí).

Ramón Celma Escuin. (No).

Sebastián Contín Trillo-Figueroa. (No).

Pilar Cortés Bureta. (No).

María Eugenia Díaz Calvo. (Sí).

Ignacio Miguel Escartín Lasierra. (Sí).

Marta Fernández Martín. (No).

Óscar Galeano Gracia. (Sí).

Beatriz García González. (No).

Susana Gaspar Martínez. (No).

Marta Gastón Menal. (Sí).

María Pilar Gayán Sanz. (No).

Mari Carmen Susín Gabarre había sido, sin ningún tipo de intención, saltada. ¿Alguno de sus señorías...? ¿Hemos tenido algún fallo en la ese?

Álvaro Sanz Méliz... [El diputado señor SANZ REMÓN, de la Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón (Grupo Parlamentario Mixto), señala desde su escaño el error en los apellidos].

Erika Sanz Méliz... [Rumores.]

Álvaro Sanz Méliz... Álvaro Sanz Remón... Disculpen, señorías, han saltado la ese.

[Rumores.] [Pausa.]

Seguimos, señorías.

Álvaro Sanz Remón. (Sí).

José Luis Saz Casado. (No).

María del Carmen Soler Monfort. (Sí).

Leticia Soria Sarnago. (Sí).

José Luis Soro Domingo. (Sí).

Carmen María Susín Gabarre —ahora sí—. (No).

Carlos Trullén Calvo. (No).

Ignacio Urquizu Sancho. (Sí).

María del Mar Vaquero Perianez. (No).

Darío Villagrasa Villagrasa. (Sí).

Pilar Marimar Zamora Mora. (Sí).

Ahora sí, señores diputados, procedemos, por lo tanto, los miembros de la Mesa.

Jesús Fuertes Jarque. (No).

Itxaso Cabrera Gil. (Sí).

Ramiro Domínguez Bujeda. (No).

María del Mar Rodrigo Pla. (Sí).

José Javier Sada Beltrán. (Sí).

Disculparán el lío de hojas. Por lo tanto, si no queda ninguno de sus señorías sin haber votado, ya queda todo el recuento realizado.

El señor PRESIDENTE: Por lo tanto, el resultado de la votación ha sido: treinta y seis votos, sí; treinta y un votos, no; ninguna abstención. [Aplausos continuos].

Al haber obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara, y de conformidad con lo establecido en los artículos 48 del Estatuto de Autonomía de Aragón y 216 del Reglamento de esta Cámara, queda investido presidente del Gobierno de Aragón don Francisco Javier Lambán Montañés. [Aplausos continuos].

La Presidencia de estas Cortes procederá inmediatamente a comunicar al jefe del Estado la elección de don Francisco Javier Lambán Montañés como presidente de Aragón, para su correspondiente nombramiento.

Enhorabuena, y muchas gracias a todos. Se levanta la sesión [a las quince horas y treinta y siete minutos].

CORTES DE ARAGÓN
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