Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Proposiciones no de ley
Proposición no de ley núm. 180/00, sobre el rechazo a las declaraciones del señor Aznar sobre el Plan Hidrológico Nacional.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 036 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Blasco Nogues, Blanca - Lacasa Vidal, Jesus - Bernal Bernal, Chesus - Piazuelo Plou, Antonio Joaquin - Alcalde Sanchez, Gustavo
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Cobos.
El punto siguiente del orden del día es el debate y votación de la proposición no de ley número 180, sobre el rechazo a las declaraciones del señor Aznar, que ha sido presentada por el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés.
Su portavoz, señora Blasco, tiene la palabra.
Proposición no de ley núm. 180/00, sobre el rechazo a las declaraciones del señor Aznar sobre el Plan Hidrológico Nacional.
La señora diputada BLASCO NOGUÉS: Gracias, presidente.
Decir que, en principio, esta iniciativa que presentó en su día, exactamente el 5 de diciembre del 2000, la presentó el Partido Aragonés.
Y si ustedes han leído el texto, realmente es una iniciativa, una proposición no de ley, que, en el primer punto, en el primer párrafo, no insta a nadie. Simplemente, estamos diciendo que estas Cortes rechacen lo que, en días anteriores a esta iniciativa, el señor Aznar decía de los cuatrocientos mil aragoneses, calificando también al Plan Hidrológico Nacional, defendiéndolo con convicción, como decía él, «porque afecta a elementos vertebrantes del Estado y refuerza las necesidades, la solidaridad y la cohesión del país». Al igual que también hablaba de que los cuatrocientos mil aragoneses y todos los que han estado y están en contra de este Plan Hidrológico Nacional quieren anteponer su interés particular al interés de España.
Desde el Partido Aragonés, vimos que eran muy graves estas acusaciones, que ya esta mañana lo hablábamos y lo comentábamos, porque hay que recordar que este Pleno lo hemos iniciado con el agua y terminaremos con dos temas importantes para esta comunidad autónoma, como es el agua y, posteriormente, el tema de la inmigración. Pero esta iniciativa surgió como un acto parlamentario, una manifestación política que estas Cortes debían hacer ante semejantes manifestaciones.
Han llegado noticias, hemos estado leyendo continuamente en la hemeroteca, cosas, reacciones... Y, claro, realmente nos chocan estas declaraciones de equilibrio, de solidaridad y cohesión del país cuando ayer, precisamente, el portavoz del Partido Popular en el Senado, en esa iniciativa que se llevó a cabo para que se acelere más todavía este Plan hidrológico, que estamos hablando de un Plan hidrológico presentado en septiembre y que se va a aprobar en seis meses, que va a batir realmente un récord y que será precisamente, como bien se dijo, un desfile militar -también lo hemos comentado esta mañana-, bueno, pues ayer, en el Senado, el portavoz del Partido Popular decía lo siguiente: «¿Quién puede negar el agua a quien pasa sed? [estamos hablando del Plan Hidrológico Nacional, ¿eh?], ¿quién puede negar el agua a quien pasa sed? Ni Barcelona [atención] ni Castellón ni Valencia ni Alicante ni Murcia ni Almería ni nadie debería pasar sed por el hecho de que algunos crean que es mejor que esa agua se pierda en el mar»... Atención a la frasecita, ¿eh?, que es que se las trae.
Realmente, si se analiza esta frase y la que posteriormente dijo -o anteriormente, perdón, el 2 de enero- el presidente de Murcia, que decía «Murcia es la región con más mercedes», no se entiende que una región que pasa sed tenga más mercedes que ninguna comunidad autónoma. No se entiende, señorías.
Por ello, cuando nos acusaban esta mañana de demagogia, de que este Plan hidrológico se está utilizando por parte de algunos, realmente hay que leer lo que se está diciendo desde el Gobierno central, desde el presidente del Partido Popular a nivel estatal, del presidente de nuestro Gobierno central, puesto que es verdad que el presidente Aznar es el presidente de España.
Por ello, nosotros presentamos esta iniciativa, porque creemos que estas Cortes debemos decir algo ante todas estas cosas que están diciendo. Y, precisamente, decimos que las Cortes de Aragón rechazan las declaraciones del señor Aznar cuando muestra su voluntad de presentar el anteproyecto de ley a principios del 2001, a tan sólo tres días de la presentación de miles de alegaciones. Ésta es la primera parte de nuestra iniciativa, porque esto se está cumpliendo: todos sabemos que ya ha pasado por el Consejo Nacional, que en tres días se estudiaron ochenta mil alegaciones y que, realmente, nos han tomado el pelo a los que llegamos incluso a presentar alegaciones. Pero, bueno, éste es el primer punto.
Y en el segundo punto solicitamos, con una -diría yo- especial sensibilidad, para no herir, porque algunas veces en estas Cortes también el Grupo del Partido Aragonés hemos instado a nuestros senadores autonómicos a pedir el estado de las comunidades en el Senado. Y, si se acuerdan ustedes, el anterior presidente del Partido Popular pidió un informe a los letrados, un informe por el que debo felicitar, porque los letrados han hecho una gran labor, y, bueno, ante ese informe, pues hemos dado mucha vaselina a este texto. [Risas.]
Entonces, para que nadie se sienta influenciado y que en el Senado, en fin, vulneremos su voluntad y todas esas cosas que se suelen decir, pues hemos escrito este texto, en el que decimos: «Las Cortes de Aragón solicitan a los senadores autonómicos aragoneses que, en la votación de dicho Plan, contemplen con sensibilidad la voluntad de miles de aragoneses y aragonesas que se manifestaron el 8 de octubre». O sea, ni les instamos, solamente decimos «que contemplen».
Bueno, yo creo que este punto, para nosotros, es importante.
Como he dicho, el Partido Aragonés presentó ya en su momento una enmienda a un texto sobre el debate de la comunidad autónoma allí, en el Senado precisamente, porque creemos que los senadores autonómicos son figuras muy importantes. Se eligen aquí, en esta cámara, y en aquel momento se decía que se vulneraba la función que deben tener en el Senado.
Nosotros pensamos que, hace poco, cuando vino la presidenta del Senado y dio una conferencia en el Museo Provincial de Zaragoza, pues allí se explicó muy bien. Solamente aplaudía un sector, porque el otro, desde luego, se quedó muy desilusionado escuchando cómo la presidenta del Senado decía que no iba a haber el valor suficiente para reformar el Senado, que se supone que es la cámara de las autonomías. No iba a haber valor, porque los nacionalismos iban a intentar meter no sé qué, los federalismos no sé cuántos... Entonces, vamos a tener unos senadores autonómicos que, siendo que son una figura imprescindible y fundamental para que Aragón esté representado en la cámara, no sirven de nada, porque, según el informe de los letrados... [Rumores.] No, que trabajan, trabajan mucho. Pero, según el informe del letrado, en cuanto un senador autonómico entra en el Senado, se disuelve y se convierte en un senador, o sea, ya no es autonómico. Ustedes son ya generalistas.
Entonces, siendo -y vuelvo a recordar- que es una figura tan importante, nosotros queremos e instamos, y siempre hemos dicho que lo apoyaremos, que se reforme realmente el Senado, cosa que está claro que, con el miedo que le da al Gobierno del señor Aznar, no solamente que no cree en las autonomías, como bien sabemos... El otro día también se podía escuchar a la ex alcaldesa de Zaragoza decir en el Siglo XXI que las autonomías pueden quitarle competencias a los ayuntamientos, como enfrentándonos, siendo que tiene que ser al contrario, que tenemos que caminar conjuntamente. O bien aquel portavoz que hubo, ¿se acuerdan ustedes?, que se cesó, Miguel Ángel Rodríguez, escribiendo que el gasto y la financiación del Estado se debe a que las autonomías gastan mucho, que ahora la culpa las tenemos las autonomías...
Le quiero decir con ello que no nos extraña que se parapeten en eso de que tienen miedo a los nacionalismos, no sé qué y tal, para no reformar el Senado, donde creemos que Aragón debe estar también representado.
Por ello, el segundo punto creemos que lo hemos hecho con una sensibilidad especial, para que nadie se sienta afectado, para que podamos alcanzar en cierta manera esa unanimidad, que creo que en este tema del agua es importante.
Y, simplemente, esperar que salga por unanimidad en esta cámara, aunque creo que va a ser un poco difícil, el rechazo a estas declaraciones del señor Aznar, que creo que fueron inoportunas.
Y también solicitar que nuestros senadores, en la votación y en las sucesivas votaciones que haya sobre el Plan hidrológico, contemplen o se acuerden de esos cuatrocientos mil aragoneses que, de unos y otros colores, como decíamos esta mañana, estuvimos en esa manifestación.
Nada más, y gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Blasco.
Como no hay enmiendas, es el turno de los grupos parlamentarios.
Izquierda Unida.
Señor Lacasa.
El señor diputado LACASA VIDAL: Gracias, señor presidente.
Con brevedad, porque este tema, de una manera u otra, ha sido muy debatido a lo largo de la jornada.
Nosotros pensamos que desde el primer momento en que se planteó el anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional se estaba haciendo muy flaco servicio a la consolidación de un Estado de corte federalizante, como decimos nosotros, a pesar de que algún ilustre diputado de la cámara insiste en que no es así. No decimos «Estado federal» porque si dijéramos «Estado federal» mentiríamos; pero «Estado federalizante», sí, porque creemos que el Estado de las autonomías lleva implícito un proceso de desarrollo que acaba confiriendo tales competencias y tales capacidades de decisión a las comunidades autónomas que está en ese ámbito.
Y yo creo que iniciar un anteproyecto de ley de Plan Hidrológico Nacional, que es algo verdaderamente estructural del Estado, que es algo muy importante, hacerlo desde una posición política cerrada y sin la participación en el origen y sin el consenso previo de las comunidades autónomas, ha sido el lastre que luego ha llevado este Plan Hidrológico Nacional en toda su tramitación.
Y a mí me ha preocupado grandísimamente, me preocupó inmediatamente una cosa, y es que, en cuanto salió el anuncio, el señor Aznar -recuerdo perfectamente sus declaraciones- comenzó a hablar sistemáticamente de la solidaridad y empezó a decir que, ante este Plan hidrológico que nos planteaba, había dos posibilidades: o estar con los solidarios y, por lo tanto, con quienes entendíamos que el reparto del agua a través del trasvase que se nos planteaba de mil cincuenta hectómetros cúbicos era la solución para acabar con los problemas de todas esas comunidades autónomas que tenían sed, que tenían la necesidad de recibir hectómetros cúbicos de trasvase, o se era partidario de esa solidaridad o se era una especie de ser autárquico, encerrado en su tierra, nostálgico de no se sabe qué tradiciones y poco menos que identificando a los aragoneses como unos seres aferrados a ese botijo, con esa vieja estampa tan añeja que todos hemos podido, alguna u otra vez, ver como insulto o como indignidad hacia nuestra tierra.
Pues bien, señorías, creo que esa tónica se ha mantenido, y no hay más que recordar las declaraciones de ayer mismo del presidente Aznar en el Congreso de los Diputados, en respuesta a una pregunta de una diputada de su mismo grupo parlamentario, cuando volvía a insistir en la materia, volvía a reprochar a Aragón. Decía: «Aragón debe negociar, pero debe negociar sobre bases razonables, sobre bases reales, y no sobre lo que está planteando», que son auténticamente quimeras, parece ser.
Pues bien, señorías, Aragón está defendiendo, Aragón está planteando lo que los aragoneses y aragonesas han querido el 8 de octubre, que es que cuatrocientas mil personas han dicho lo que querían con claridad: «no» a este Plan Hidrológico Nacional, que es lo que vamos a decir con claridad el 25 de febrero, en Barcelona, y el 11 de marzo, en Madrid. «No» a este Plan Hidrológico Nacional y, por lo tanto, «no» al trasvase del Ebro, con esta claridad meridiana.
Y no se puede tachar de insolidaridad y no se puede jugar a una cuestión muy preocupante, que sería intentar enfrentar a varias comunidades autónomas con la Comunidad Autónoma de Aragón. Ese juego dará unos resultados peligrosísimos para la estabilidad y la cohesión interna de un Estado compuesto, de un Estado federalizante, como es el nuestro, y un Estado inacabado porque está en un proceso todavía histórico, en el cual conviene asentar varias cosas. Y eso, desde luego, no va a hacer ningún beneficio a la vertebración de ese Estado.
Por eso, señorías, vamos a apoyar el texto que nos plantea el Partido Aragonés, vamos a recomendar a nuestros senadores autonómicos que tengan esa sensibilidad. Seguramente la van a tener, son muy sensibles, sobre todo por una cosa: por la cuenta que les trae. No por lo que diga esta cámara hoy, porque don Francisco Catalá Pardo y don Manuel Giménez Abad ya pueden ser sensibles, porque no se la juegan ni con este diputado ni con la proponente de la proposición ni con los sesenta y siete diputados; el problema que tienen los dos senadores autonómicos, como tenemos el resto de los representantes políticos, es que tenemos que dar cuentas ante una ciudadanía que nos ha votado, ante una ciudadanía que está expectante, ante una ciudadanía que ha dicho lo que quiere.
Y cuando los ciudadanos se pronuncian, y hay muchas formas de pronunciarse (por supuesto, cada cuatro años en las urnas), todos sabemos que cuando un pueblo se moviliza y se pone en la calle con un lema muy claro, que luego también se ha intentado tergiversar (recuerden que luego se ha dicho: ¡no, no!, que no se iba contra el Plan Hidrológico Nacional; ¡no!, que no se decía nada del trasvase; ¡no...!), no, no. Cuando la ciudadanía se ha pronunciado es: «no» a este Plan hidrológico, «no» al trasvase del Ebro.
A ver, en ese sentido, qué sensibilidad no van a tener los senadores autonómicos, porque, lógicamente, van a tener que responder ante su ciudadanía, y nosotros esperamos -quizá yo sea demasiado ufano al presumir esto- que estén a la altura de las circunstancias y estén a la altura que el resto que los ciudadanos aragoneses nos ha fijado, y el listón nos lo han fijado a las instituciones.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Lacasa.
Por el Grupo Chunta Aragonesista, el señor Bernal tiene la palabra.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.
Señorías.
En los últimos meses, en la cámara y en las actuaciones de las fuerzas políticas, podría deducirse que hay una serie de fuerzas políticas que consideran que todo es agua, que todo es líquido elemento y que todo es Plan Hidrológico Nacional, y otra fuerza política que ve cualquier cosa menos el agua, que se tira hacia cualquier cosa menos hacia el agua, aunque hoy el señor Urbieta, no obstante, ha vuelto otra vez la burra al trigo con el agua (en este caso, con Biscarrués).
Pero, habitualmente, entre estas dos posiciones, la posición de Chunta Aragonesista trata de decir que hay más cosas en Aragón que el Plan Hidrológico Nacional, que hay más... [Rumores desde los escaños del G.P. Popular.] Sí, pero el Partido Popular parece ve cualquier cosa menos el Plan hidrológico. Déjenme acabar, que todavía estoy sólo en la primera parte de la oración.
La posición de Chunta Aragonesista es que hay más cosas en Aragón, más asuntos que gestionar, más competencias y más responsabilidades políticas que el Plan Hidrológico Nacional y que la política hidráulica y la política hidrológica. Hay más cosas.
Por eso, en el debate sobre el estado de la comunidad autónoma fijamos nuestra posición diciendo que respaldábamos plenamente la posición del Gobierno, contraria al Plan hidrológico, pero que en un debate sobre el estado de la comunidad autónoma había que hablar de más cosas: había que hablar de sanidad, que había que hablar de política social, había que hablar de carreteras (tanto las de ámbito estatal, como las de la red autonómica), que había que hablar de tantas y tantas cosas.
Con ocasión del viaje del presidente Iglesias a Bruselas, esta mañana el diputado Fuster ha explicado también nuestra posición contraria al Plan hidrológico, favoreciendo ese viaje, pero, al mismo tiempo, diciendo: pero de la directiva del agua y de la directiva de hábitat salen más conclusiones que las referidas sólo al trasvase; fundamentalmente al trasvase, pero también a los grandes embalses.
Y recientemente, hace media hora o una hora, hemos tenido ocasión de decir que, claro, que hay que tratar de la salud de la ciudadanía que pueda verse afectada por las antenas de telefonía móvil, que había que analizarlo desde un ámbito general, pero que en ese asunto también tenemos las competencias en ordenación territorial, de la misma forma que hemos defendido eso esta mañana con ocasión del proyecto de ley de modificación de la Ley de ordenación territorial.
Digo esto, señorías, porque nosotros queremos que esta cámara hable de más cosas que el Plan hidrológico, queremos que hable de más cosas que el trasvase. Ahora bien, sí que ponemos el dedo en la llaga indicando que esa cuestión es crucial, que el Plan hidrológico es crucial, que el trasvase y la amenaza de trasvase es crucial. Por lo tanto, vemos con agrado la presentación de esta iniciativa: no porque volvamos otra vez al líquido elemento, sino porque ésta sí que nos parece una cuestión crucial, que no ha de tapar otros asuntos de gestión del ejecutivo aragonés.
Y, desde ese punto de vista, nosotros creemos que, ciertamente, no es la primera vez que tengo que salir a esta tribuna para hablar del señor Aznar: recuerden, señorías, que el anterior rechazo a la actuación del señor Aznar fue con ocasión de su visita a Teruel, hace ya un año. Yo creo que, igual entonces que ahora, el señor Aznar demuestra una vez más que, un año después, no ha aprendido todavía -o, si lo ha aprendido, voy a decirlo de otra forma, no lo practica- el respeto institucional, el respeto a la ordenación institucional, el respeto constitucional a una realidad, que es la de las comunidades autónomas. Tuve ocasión de hablar de esto cuando salí para defender una iniciativa de lo que el llamaba «las chapitas» y que nosotros llamamos la identificación en los vehículos de una realidad territorial.
Falta de respeto respecto a esa realidad y falta de respeto hacia los representados por esa realidad, porque, efectivamente, como ha dicho la señora Blasco, a Chunta Aragonesista no le parece de recibo que, justamente tres días después de que un pueblo se movilice, no ya sólo para ir a una manifestación, no ya sólo -como se ha dicho- para manifestar sentimentalmente -sentimental e identificadoramente- una realidad, que se molesta en suscribir unas reivindicaciones, unas alegaciones -entrando ya en una dinámica administrativa, por cierto- ante un anteproyecto de plan político, casi casi casi cien mil, decenas de miles de aragoneses y aragonesas plantean unas iniciativas, unas alegaciones. Y, ante eso, el señor presidente de gobierno, de un gobierno democrático, no tiene empacho en decir a los tres días, en una falta de delicadeza, de respeto, de sensibilidad al propio proceso administrativo, que, bueno, que no hay ningún problema, que va a enviar el proyecto (por lo tanto, ya se sabe a dónde van a ir directamente las alegaciones).
¿Qué significa esto? Nosotros sí que creemos que todo estaba previsto, todo estaba planificado, todo estaba preconcebido. Y ahí está la sinceridad torera, campechana y castiza del señor Arias Cañete, ahí está la sinceridad, ahí está, y sin tener que ir a echarse en un diván; tranquilamente, en una conversación castiza y campechana, a las que él está acostumbrado dentro del mundo taurino.
Lo más grave de esta situación, señorías, de esta actuación, son estos tics de la vieja escuela, esos tics de autoritarismo, esos tics de no entender todavía la ordenación constitucional del Estado español.
Todavía jugando a las venganzas, al «hay que castigar, no hay que castigar», más o menos explícitamente. No voy a referirme hoy, que próximamente tendremos ocasión de hacerlo, al asunto de la convocatoria -para que vean que no hablo sólo de agua- para ayudas y subvenciones para proyectos de investigación, de los que la Universidad de Zaragoza ha quedado excluida, y tengo el fax de cuando ha llegado a las universidades, a determinadas universidades, esa convocatoria.
Ésos son argumentos de la vieja escuela, el argumento de «como hemos perdido Aragón...». Ese argumento tiene que ser desterrado de la vida democrática e institucional, y mientras ése sea el sustrato que guíe las actuaciones y las posiciones ideológicas, poco habremos avanzado en estos casi veinticinco años.
Señorías, cuando se utilizan argumentos textuales reproducidos por los medios de comunicación, que suelen tener más cuidado cuando reproducen cosas del señor Aznar que cuando reproducen cosas de humildes diputados, como los que estamos aquí, hay tres referencias que me parecen graves: la de que hay que aceptar el Plan hidrológico porque hace referencia a elementos vertebradores del Estado, porque hace referencia a una solidaridad entre el Estado y porque hace referencia a la cohesión del Estado. Hay que responder, y enseguida, señores. Aquí, todavía no tenemos ninguna ETA, y queremos que no exista nunca.
Cuando se utilizan determinados argumentos de cohesión, de falta de vertebración, en Aragón, ¿desde cuándo, en tantos siglos, se ha planteado alguna historia que pueda amenazar con la vertebración, con la cohesión del Estado? ¿Cuándo? ¿Por parte de quién? Es absolutamente irresponsable que, refiriéndose a cualquier realidad aragonesa, se plantee esto, porque cuando se habla...
El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor diputado.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Sí, señor presidente, voy concluyendo.
Cuando se habla, refiriéndose a Aragón, de estas cosas, hay que tener o bien un supino desconocimiento o una falta de información por parte de quienes le pueden informar de la realidad política y social aragonesa. Porque amenazar y decir que, cuando Aragón planta cara legítimamente a una actuación como la que se está planteando por parte de la Administración general del Estado, eso es herir la sensibilidad o eso es herir la solidaridad, nosotros, señorías, es como si dijéramos que cualquier país del Tercer Mundo tiene que ser solidario con los Estados Unidos de América.
Eso no es solidaridad, eso es expolio. ¡Se está amenazando con el expolio de uno de nuestros bienes fundamentales para diseñar un futuro distinto de esta tierra! Ésa es la cuestión, no es una cuestión de solidaridad.
Y afecta también a la Constitución, y eso hay que recordárselo al señor Aznar, porque afecta al modelo de Estado, porque apostar por un modelo de Estado que se desarrolle derivado de lo que se contempla en el Plan hidrológico es apostar por un Estado deforme, contrario, desde luego, al principio constitucional de equilibrio. Eso es desequilibrio y eso es expolio.
Por lo tanto, nosotros, desde luego, vamos a votar a favor de esta iniciativa, porque creemos que hay que sacar la dignidad de rechazar contundentemente actuaciones y declaraciones como ésta y como otras que ha habido posteriormente, que no están contempladas todavía en la exposición de motivos.
Y en cuanto a lo de los senadores autonómicos, desde luego, nosotros ya he dicho muchas veces, y está en el Diario de Sesiones, que el Senado, ¿qué quieren que les diga?, nos deja fríos, o sea, no nos dice nada. El Senado no nos dice nada porque los senadores autonómicos y los no autonómicos son algo que, mientras esté planteado el papel del Senado como el que hay ahora, pues nos deja ni fu ni fa. Ni fu ni fa, pero, mientras existan, sí que creemos que los senadores autonómicos son elegidos por esta cámara, representan y están allí en representación de la comunidad autónoma, directamente elegidos por esta cámara, y qué menos que pedirles esa sensibilidad.
Yo tenía el texto anterior todavía, me gustaba más el texto anterior, en el que se decía directamente que votaran que no a dicho plan. Pero si eso va a suponer alargar más el Pleno y que alguien se levante aquí y diga que no se puede instar a los senadores y no sé qué, pues, bueno, acepto lo que ha planteado el Grupo del PAR, que, dicho de una manera más suave, es que tengan una sensibilidad importante, extrema, con lo que ocurrió en las calles de Zaragoza y con lo que va a seguir ocurriendo el 25 de febrero en Barcelona y el 12 de marzo en Madrid. Y esto ya afectará no sólo a la representación que tienen con respecto a la comunidad autónoma, sino incluso a la fidelidad que le deben al Estado español.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Por el Grupo del Partido Socialista, el señor Piazuelo tiene la palabra.
El señor diputado PIAZUELO PLOU: Gracias, señor presidente.
Señoras y señores diputados.
En nombre del Grupo Socialista, para intervenir en la proposición no de ley presentada por el Grupo del Partido Aragonés Regionalista.
En principio, decir que vamos a votar a favor.
Se divide en dos cuestiones: la primera, que instan a los senadores a adoptar una determinada postura.
Yo no tengo capacidad jurídica ni técnica ni intelectual para reconocer, saber o discernir cuál va a ser el futuro de la segunda cámara, hay aquí otros cualificadísimos representantes en estas Cortes que tienen más conocimientos que yo, pero sí sé lo que en aquellos años setenta y siete, setenta y ocho y setenta y nueve nos explicaba gente como el señor Herrero de Miñón, Gregorio Peces-Barba, Solé Tura, el señor Fraga, y yo sé que en estos momentos los senadores no están sujetos a ningún tipo de mandato imperativo, que no existe ningún tipo de democracia representativa y que allí son los senadores de las Cortes del reino de España.
Por lo tanto, yo sé que contra el vicio de pedir está la virtud de no dar. Pero, sin embargo, vamos a votar a favor porque significa, desde nuestro punto de vista, una simple, llana y clara declaración de una voluntad política. Pero, entendiendo esto que les he dicho como un análisis simple desde mi modesta postura, un juicio político, entenderemos perfectamente cuál va a ser la postura de los senadores que estos momentos hay en Aragón. Pero la vamos a votar a favor por esto que he dicho.
Entrando en el debate del rechazo a las declaraciones del señor Aznar, yo quiero empezar a decir aquí que, en nombre propio y en nombre del Grupo Socialista, el señor Aznar, como militante del Grupo Popular, nos merece todos los respetos; como cualificado dirigente del Partido Popular, más, y como presidente del Gobierno de mi país, muchísimo más. Todos los respetos personales. Y no tiene que ver absolutamente nada de esto que les acabo de decir con el juicio político que me merece el señor Aznar.
Evidentemente, al ser un juicio político, es subjetivo, absolutamente subjetivo, y entiendo perfectamente que pueda ser sujeto a opinión contraria, también lo entiendo.
El juicio político que me merece el señor Aznar viene avalado por su gran aportación a la teoría política, comparable, por algún militante del Partido Popular, a El Príncipe de Maquiavelo o a La República de Platón, titulada y recogida, titulada y acabada, en su famosa frase: «Váyase, señor González». También tenemos conocimiento de otra gran aportación a la historia de la economía española, a la filosofía mundial, titulada, y acabada también, «España va bien». Éstas son las grandes aportaciones de un señor que, políticamente -políticamente-, a nuestro juicio es un mediocre, y no hay que pedirle más peras al olmo: es, políticamente, un mediocre. Por lo tanto, sus declaraciones son mediocres. Y éste es el juicio político que nos merece, con todo el respeto personal al político y al presidente del Gobierno.
Quiero decir que no se tienen que sentir agraviados, porque no me duelen prendas al reconocer que, dentro de ese equipo de gobierno, hay quien nos parece de muchísima más talla política que él. También hay otros, si me lo permiten, u otras que están haciendo buenos a los peores ministros de los equipos socialistas, que los están haciendo buenos..., perdón, no buenos: candidatos al premio Nobel de ministros. [Risas.]
Porque, si me permiten, no me preocupan mucho las declaraciones del señor presidente del Gobierno; sé lo que puedo esperar de él, sé lo que representa para mí cuando lo veo en televisión, sé el mensaje que me está dando. Lo que me preocupa, y mucho, son sus actuaciones, el reflejo diario de sus actuaciones. Y, como político de Aragón, lo que me preocupa es lo que viene detrás de esas declaraciones.
Y quiero decir que no me dolerán prendas al reconocer públicamente que estoy absolutamente equivocado. Pero como las actuaciones del Gobierno del señor Aznar, de su Gobierno, del Partido Popular, sigan adelante, a Aragón la van a dejar -permítanme la expresión exagerada- como a Egipto después de las catorce o quince plagas. Eso es lo que de verdad me preocupa, no otra cosa.
[El diputado señor Gimeno Fuster, desde su escaño, se manifiesta en los siguientes términos: «Fueron diez, señor Piazuelo».]
Usted, veinte o treinta. [Risas.] Por eso, más que Egipto, porque ustedes, veinte o treinta plagas: después de las abejas y de no sé qué, el señor Aznar, el señor Rato, la ministra de tal, la otra ministra...
Permítanme que acabe diciéndoles, simplemente, una frase, si ustedes quieren, curiosa. Yo entiendo perfectamente que en estos momentos hay un problema político serio en Aragón, más en Aragón que en España, pero en Aragón muy fuerte, porque hay un antagonismo ideológico sobre lo que queremos.
Yo creo, si ustedes me lo permiten, que la discusión es una discusión absolutamente bizantina. Ustedes están renunciando en un futuro en Aragón a tener problemas, porque, con el futuro que ustedes nos están diseñando, es posible que, en Aragón, las seiscientas o setecientas mil personas que quedemos vivamos mucho mejor. Pero ése no es el futuro que queremos los demás para esta tierra: queremos tener problemas, queremos tener problemas de falta de centros de salud en los Monegros, en Monegrillo, consecuencia de unos regadíos, consecuencia de una población; queremos tener problemas, queremos seguir teniendo problemas de tener dos millones de habitantes en Aragón, en vez de un millón trescientos. Y yo creo que ustedes están renunciando a esos problemas.
Que sí es posible -las cuentas también me salen a mí- que un campo de golf, con la misma agua que para regar veinte o treinta hectáreas, produzca más plusvalías, más economías de escala. Con lo que no estoy de acuerdo es que, para ir de caddies o de recogepelotas, se vayan desde Monegrillo, con eso es con lo que no estoy de acuerdo. Y ésa es la discusión que estamos teniendo, ése es el fondo de la cuestión. Y es posible, y se lo reconozco, que ojalá me equivoque.
Por último, quiero acabar, si ustedes me lo permiten, con una pequeña broma. El otro día, un ganadero de Tauste (de Tauste y, además, votante del Partido Popular) me decía: «Si es que tenemos una ministra que no sabe de qué va la cosa: ve un toro con un bolso en una mano y lo confunde con una vaca loca».
Muchas gracias. [Risas.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Piazuelo.
Por el Grupo Parlamentario Popular, el señor Alcalde tiene la palabra.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
Yo creo que lo primero que tengo que hacer, como portavoz del Partido Popular en esta proposición no de ley del Partido Aragonés, es agradecer la iniciativa que ha tenido esta mañana el presidente del Gobierno de Aragón, puesto que, gracias a su comparecencia sorpresa, hoy mi compañero ha tenido la desgracia de sufrir las vehementes intervenciones de la portavoz del Partido Aragonés y yo, afortunadamente, he tenido la suerte de tener aquí a la portavoz del Partido Aragonés más tranquila, más relajada, con la adrenalina y todas las hormonas femeninas y de todo... [rumores], sí, sí, sí, ya liberadas en su intervención matinal.
Yo quiero felicitarle, quiero felicitarles a usted y al grupo del Partido Aragonés por esta intervención que nos traen hoy aquí, puesto que yo creo que es la única forma que tienen de intentar rentabilizar la situación del agua y, especialmente, la del trasvase. Y es más: yo le aconsejaría que, por cada una de las frases, y fíjese que hay frases rondando por ahí, por el aire y por el éter, que, por cada una de esas frases, presentara una iniciativa. Yo creo que necesitan ustedes rentabilizar a toda costa el problema del agua en Aragón, y lo necesitan porque se tienen que espabilar, se tienen que espabilar.
El presidente del Gobierno de Aragón hace poco hablaba de que quería afianzar la coalición ante los recelos de su socio, por lo cual iba a dejar de rentabilizar la polémica del trasvase para cedérsela a ustedes. Ustedes también decían que el PAR quería frenar el Plan Hidrológico Nacional en Bruselas. Y por eso le pido que se espabilen, porque yo creo que la voluntad de ceder ese protagonismo sobre materia hídrica al Partido Aragonés se ha quedado el otro día colgado en Flandes, si usted me lo permite.
Y quiero, porque les tengo aprecio y les tengo cariño, porque hemos sido socios de Gobierno -¿y quién sabe?, ¿y quién sabe?, ¿eh?...-, quiero que se sujeten al escaño, quiero que se sujeten al escaño y que se preparen, porque me parece que van a tener pocas opciones para vender nada. Fíjese en el detalle que ha habido hoy, tan feo, de que venía el vicepresidente primero (primero y único) del Gobierno a presentarnos su ley de modificación de la ley de ordenación territorial, su proyecto de ley, y, bueno, con ese efecto sorpresa del presidente de la comunidad autónoma, se ha quedado reducido a la mínima expresión y no ha podido lucirse, como así debería haber sido en un gobierno de coalición que se precie y donde se dé cancha a ambos partidos.
La intervención que nos trae hoy aquí es por unas declaraciones que hizo el señor Aznar el día 3 de diciembre. Por cierto, deme muchos «mediocres» -entre comillas- como el señor Aznar y no tantos «listos» -entre comillas también- como el señor González, porque, después de las plagas del señor González, después de los «roldanes», «barrionuevos», «veras» y demás, se acabó el insecticida en este país, se acabó el insecticida en este país, señor Piazuelo [rumores], se acabó el insecticida en este país.
Volviendo a la cuestión que nos ocupa, volviendo a la cuestión que... [Rumores.] Igual usted prefiere las golferías a la sensatez y a que en este país se cree empleo en lugar de que se cree paro, pero será su problema, no el mío. [Rumores.]
Las declaraciones que hacía el señor Aznar el día 3 de diciembre eran cuatro, si no he contado mal: la primera, que quería remitir el Plan Hidrológico Nacional al Congreso a principios de año; la segunda, que este proyecto supone un beneficio para muchos y un perjuicio para pocos; la tercera, que los únicos que ven en él un perjuicio son quienes piensan más en un interés particular que en el de toda España, y la cuarta, instó a defender el proyecto porque afecta a elementos vertebrantes del Estado y refuerza las necesidades de la solidaridad y la cohesión del país.
Yo no sé si a ustedes les parece algo anormal o insultante, tal vez sea insultante... También es posible que consideren que es ilegítimo que el presidente de la nación anuncie sus intenciones de presentar un proyecto de ley siguiendo un calendario previo anteriormente, un calendario legislativo. Me parece que eso es uno de los peores insultos que ha recibido Aragón, como comunidad autónoma, desde la instauración de la democracia.
La segunda de sus declaraciones es que este proyecto supone un beneficio para muchos y un perjuicio para nadie, y lo suscribo totalmente. Lo suscribo totalmente porque, a pesar de lo que algunos de ustedes crean..., yo creo que no lo creen, yo creo que lo disimulan y lo transmiten, pero yo creo que en el fondo no lo creen.
Este proyecto nos beneficia, y nos beneficia mucho. Nos beneficia mucho porque, en primer lugar, es el que va a conseguir que las obras del Pacto del Agua sean una realidad en esta tierra, cosa que hasta ahora no había estado nada claro.
Y perjuicio, no nos causa ninguno. Este trasvase se va a realizar, si es que se realiza, con aguas excedentes, con aguas excedentes fuera del territorio aragonés y cuando antes estén plenamente satisfechas todas nuestras necesidades.
Si un día, por un hipotético cambio climático de estos que están hablando los expertos, no hubiera excedentes, pues mire usted, nos pasaría como a los coderos de Albalatillo, en la provincia de Huesca, que tienen que regar con sobrantes. Y cuando no hay agua, ¿qué pasa?: pues que no riegan. El día que no haya agua, ¿qué pasará?: pues que no habrá trasvase. Así de sencillo. ¡Si es que es que es tan fácil como eso! Otra cosa es que ustedes no lo quieran entender.
Claro, la tercera declaración era -y me parece que ésa es la que más les ha molestado- que los únicos que ven en el Plan Hidrológico Nacional un perjuicio son quienes piensan más en un interés particular que en el de toda España ¿Cuál es el interés particular?, ¿cuál es? El de los partidos, evidentemente, que sustentan al Gobierno, que tienen un evidente interés partidista en esta cuestión.
En el cuarto punto pidió defender con convicción el Plan Hidrológico Nacional porque afecta a elementos vertebrantes y refuerza la solidaridad, la vertebración y la cohesión del país. Pues naturalmente que va a permitir vertebrar: para empezar, Aragón. Vertebrarla a través del Pacto del Agua, vertebrarla hídricamente para que pueda ser aprovechado algo que llevamos reclamando desde hace..., pues desde principios de siglo si no me falla la memoria: que se utilice un agua aquí, un agua que pasa por Aragón y que, de alguna manera, produce Aragón, y que aquella que sobre, pues mire usted, antes de que se pierda en el mar, una vez utilizada con anterioridad, que la aprovechen en otros territorios.
Pero parece ser que esto es todo un insulto; es, como decía algún portavoz, muy poco respeto institucional el que un presidente diga estas cosas, como decía también un portavoz nacionalista que me ha antecedido en el uso de la palabra, que es muleta habitual del Gobierno, pues es poco respeto institucional.
Mire, parece ser que al presidente de la nación se puede estar todo el día diciéndole «perro moro» desde cualquier instancia; todo el día, «perro moro». El señor presidente de la nación sale un día, dice cuatro puntos como éstos -insultantes, por supuesto, no me cabe ninguna duda-, y entonces se ha caído con todo el equipo y hay que masacrarlo. ¡Olé por el sentido democrático que están teniendo todos ustedes!
La otra parte fundamental de la iniciativa de la proposición no de ley es la posición respecto a los senadores autonómicos.
Yo quiero recordar que usted ha hecho un comentario muy somero sobre el texto que había inicialmente y que, gracias al letrado mayor de las Cortes, se había corregido ese texto. Hombre, mire, se ha corregido ese texto porque el letrado no ha hecho más que hacerle un favor, hacerle que sacara usted la patita de donde la había metido, porque, mire usted, hay algo que se llama mandato imperativo, y eso lo dice la Constitución.
Yo sé que ustedes, eso de la Constitución, cuando les interesa, al cajón. Les da lo mismo lo de la Constitución... [Risas.] ¡No, no!, ¿pero qué más da? Se reforma el Senado, naturalmente, usted plantea reforma del Senado para que los senadores hagan lo que a usted o al gobierno de turno le dé la gana, y, si no, se les cesa, como al señor Urbieta. ¡Pero si no hay ningún problema!, de eso se trata. Ése es el sentido democrático que tienen algunos.
Yo quiero, no obstante, tranquilizar a sus señorías, sobre todo por la postura del senador de mi grupo parlamentario, del senador del Partido Popular y presidente de mi grupo parlamentario, Manuel Giménez Abad, y también, ¿cómo no?, del resto de parlamentarios del Partido Popular, ya sean nacionales o regionales. El señor Giménez Abad va a votar, sin lugar a dudas, en conciencia, lo que considere mejor para los intereses de Aragón, no les quepa ninguna duda. Pero es que los intereses de Aragón se defienden desde muchos prismas; los intereses de Aragón que va a defender el señor Giménez Abad no tienen por qué coincidir con los intereses -entre comillas- «presuntos» de Aragón que defienden los partidos que sustentan al Gobierno, al Gobierno de Aragón.
Ustedes se creen en posesión de la verdad, ustedes creen que el patrimonio de la defensa de los intereses de Aragón es algo inherente a ustedes. El patrimonio de la defensa de los intereses de Aragón no lo tiene nadie, lo tenemos absolutamente todos los aragoneses y, ¿cómo no?, todos los representantes legítimos de los aragoneses. Ustedes se creen, como decía, en posesión de la verdad, y, en política, mire usted, la verdad absoluta no existe, no existe la verdad absoluta en política. La verdad, en realidad, lo que tiene es muchas facetas.
Ustedes tienen una verdad, la están plasmando todos los días ante los medios de comunicación y ante la sociedad. Su verdad es que nos quitan el agua, que nos secan el río, que no vamos a tener ni para ducharnos... Ésa es la demagógica verdad que están utilizando ustedes ante la sociedad aragonesa. Nosotros tenemos otra verdad, tan legítima, al menos, como la suya. Por cierto, contrasta mucho la verdad actual de algunos grupos con la que tenían en 1993, cuando defendían de forma entusiasta un Plan Hidrológico Nacional con el doble de hectómetros cúbicos del Ebro.
Voy concluyendo, señor presidente.
Nuestra verdad es que el Plan Hidrológico Nacional no sólo no perjudica a Aragón sino que lo beneficia, porque nos va a permitir, en ocho años, tener esas obras que estamos demandando.
Estamos en un momento histórico que ustedes no saben o no quieren aprovechar para obtener lo mejor para nuestra comunidad autónoma. Otros sí que han sabido -y lo decíamos antes, a lo largo de toda la mañana- aprovechar esta coyuntura, esta situación: ahí están los casos de los señores Bono e Ibarra. Ustedes no han sabido, no han sabido, ¿y qué le vamos a hacer?, es una desgracia que tenemos en esta tierra. Bono e Ibarra han demostrado ser dos políticos con mayúsculas, con mayúsculas, mientras que otros políticos, en este caso, el presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón, ¡vaya diferencia!, se comportan no como políticos de altura, sino que se comportan como la suma de dos alcaldes como el de Zalamea y el de Móstoles: esgrimiendo únicamente pasiones (pasiones partidistas, por supuesto, no de otro tipo), más esgrimiendo pasiones que razones y que cerebro.
Miren ustedes, el mismo día que aparecían las declaraciones de Aznar que han motivado esta proposición no de ley aparecía en el diario de mayor tirada de Aragón una editorial con un título muy significativo: «La hora de la política». El mismo día, señora Blasco. Le aconsejo su relectura, porque dice cosas muy claritas, tanto explícita como implícitamente. ¡Qué gran titular!: «La hora de la política», y qué mensaje implícito lleva consigo. La desgracia es que o no quieren o no saben o no tienen ningún interés en leer estos mensajes, que claramente debían ser mensajes de mesilla para todos nosotros.
Y ya acabando, señor presidente, hay algunas otras cuestiones, a las que no puedo evitar aludir, que se citan en la exposición de motivos. Una exposición de motivos en la que hace referencias muy peligrosas, diciendo incluso que el Plan hidrológico se ha llevado a Europa por los impactos medioambientales que conlleva.
Yo no sé si se dan cuenta ustedes, si son conscientes del riesgo que está implicando el que ustedes vayan con esa alegría, con esa ligereza, a llevar a Europa estas cuestiones, poniendo en riesgo, poniendo en peligro no el Plan Hidrológico Nacional, sino todo lo que el Plan hidrológico conlleva, que son todas las obras del Pacto del Agua. Si ustedes zancadillean -y lo están intentando, bien sabe Dios- este plan, están poniendo en riesgo ese Pacto del Agua.
Y ya acabo, señor presidente.
Señorías, ustedes se han empeñado en convertir esta cámara en un Congreso bis, quizá porque algunos no tienen representación parlamentaria en el Congreso y pretenden traer aquí unos debates de política nacional. Lo que me preocupa no es que sean un Congreso bis, preocupándome; me preocupa más que la están convirtiendo en un circo, la están convirtiendo en un circo en el que todos los días sólo hay una representación, la de un esperpento: «agua va».
Muchas gracias, señor presidente.
[Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.]
El señor PRESIDENTE: Señorías, sometemos a votación la proposición no de ley número 180, que acaba de ser debatida.
¿Votos a favor de la misma? ¿Votos en contra? Gracias. ¿Abstenciones? Ha obtenido treinta y cinco votos a favor, veintiocho en contra y ninguna abstención.
Turno de explicación de voto si quieren hacer uso.
La portavoz del Par...
¿Chunta Aragonesista también? Tiene la palabra.
El señor diputado BERNAL BERNAL [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.
Chunta Aragonesista, como no podía ser menos, ha votado a favor de esta iniciativa, y no desde una posición de verdad absoluta, en absoluto, no creemos tener la verdad absoluta, pero sí que creemos tener la sinceridad absoluta de la defensa de esta tierra, la sinceridad absoluta. No creemos que la defensa que nosotros hacemos de Aragón sea la única manera de hacerlo, no lo creemos, señor Alcalde, pero sí que creemos que somos absolutamente sinceros en nuestro compromiso con esta tierra.
Y, desde luego, esta cuestión es, para nosotros, una cuestión crucial. Luego me dirá usted que si los del «no», los del «sí» o los del no sé qué... Sí, en esta cuestión tenemos que decir «no», porque decir cualquier otra cosa o ser tibios es permitir que se nos arrasen las posibilidades de futuro, como ha dicho antes el señor Piazuelo.
Por cierto, que ya que cito al señor Piazuelo, él ha hecho referencia en distintas ocasiones al cambio en la dirección del Grupo Popular y del Partido Popular, pero hay algo que permanece, señor Piazuelo, hay algo que permanece en el cambio de dirección del Partido Popular, y es el secretario general: sigue siendo el mismo. Y ahí sí que hay un sinsentido, una contradicción, porque él recomendaba no leer los periódicos en lo que se refiere al Plan hidrológico y, sin embargo, el nuevo portavoz del PP nos recomienda leer los editoriales de algunos periódicos referidos al Plan hidrológico.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Señora Blasco.
La señora diputada BLASCO NOGUÉS [desde el escaño]: Gracias, presidente.
Simplemente, decir que el Partido Aragonés ha votado que sí a esta iniciativa, primero, porque, como todos sabemos, la hemos presentado nosotros, la presentamos nosotros en su momento, y porque seguimos defendiéndola y la defenderemos en cualquier sitio.
La verdad es muy difícil de hallar realmente. Incluso Gustavo Adolfo Bécquer, cuando estuvo en Veruela, escribió aquellos versos que decían: «¿Tu verdad? No, la verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela». Pero es que el problema está cuando nos volvemos y no encontramos a nadie para ir a buscar la verdad, señor Gustavo Adol..., señor Alcalde [risas], ése es el problema.
Porque aquí se habla de la verdad, y, para el Partido Aragonés, la única verdad es la del pueblo. Antes decía el portavoz de Izquierda Unida la importancia que tiene, la importancia que tiene no solamente la manifestación, sino que también tenemos que seguir trabajando para mantener vivo, precisamente, aquel espíritu que nos mantiene todavía unidos aquí ,en Aragón. Y lo hablaba esta mañana: no solamente somos distintas fuerzas de signo político diferente, sino que el sector de la sociedad también está y estuvo en esa manifestación. Por ello, creemos que no debemos de estar tan equivocados, que fuimos cuatrocientos mil los que estamos y los que seguiremos trabajando, precisamente, por esto.
También le quisiera decir que el Partido Aragonés no intenta rentabilizar el tema del agua, sino que trabaja, precisamente, por el tema del agua y por el tema de los intereses de Aragón. Lo hicimos con ustedes y lo estamos haciendo ahora mismo con el Partido Socialista, y lo he dicho también esta mañana: nuestra base son los intereses de Aragón. Así de claro se lo digo.
Y también le voy a decir algo: nosotros, desde el PAR y desde todos los partidos que hemos votado esta iniciativa, por lo menos estamos haciendo algo; pero es que ustedes, como grupo, lamentablemente, no están haciendo nada más que callar, callar y defender algo que es totalmente indefendible. De verdad se lo digo: indefendible totalmente.
Y, desde luego, nosotros pensamos que seguiremos en esta lucha que antes se decía, y muchas veces se ha dicho que esto va a ser largo, va a ser largo. Nosotros seguiremos intentando que el Plan hidrológico, este Plan hidrológico, se retire, como bien se decía antes, por el futuro de nuestra tierra y por el futuro de nuestras gentes.
Nada más, y gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Blasco.
Señor Piazuelo.
El señor diputado PIAZUELO PLOU [desde el escaño]: Señor presidente.
Brevísimamente. En nombre del Grupo Socialista, no hemos querido emplear el pasado en el debate, no he querido emplear el pasado en el debate. Fíjense ustedes si yo hubiera dicho lo que dijo el señor Aznar en el año noventa y tres en la plaza de toros de Zaragoza. Cuando ustedes nos han recomendado que leamos los periódicos, querría que lean lo que dijo el señor Aznar en la plaza de toros de Zaragoza en las elecciones de 1993: se comprometió públicamente a que siempre estaría en contra de los trasvases. 1993, plaza de toros de Zaragoza. Fíjense ustedes si nosotros intentáramos emplear este argumento. No lo queremos emplear: queremos hablar de futuro. Y, como queremos hablar de futuro desde una visión socialista, yo les quiero emplazar a lo siguiente.
El modesto militante del Partido Socialista Obrero Español y modestísimo diputado del Partido Socialista ojalá pudiera tener los argumentos para defender dentro de mi partido la posibilidad de hablar de otra forma con el tema del trasvase del Ebro si ustedes nos propusieran encima de la mesa lo mismo que le han propuesto al señor...: quitar el trasvase y pasar el AVE. Nos quitan el trasvase, pasan el AVE por Teruel, y verá usted cómo hablamos de otra manera, por favor, que ése es el fondo de la cuestión.
Tercera cuestión importante. Vamos a intentar no justificar lo que se hace mal diciendo lo que hicieron mal los otros. Oiga, sí, lo hicimos mal, y por eso perdimos las elecciones, pero es lo mismo que les va a pasar a ustedes si hacen lo mismo que hicimos nosotros. Por favor, no lo empleen más.
No hemos sacado para nada un argumento clave que es importante. ¿Sabe usted lo que nos cuesta la oferta de 1987 del señor Lanzuela de ciento cincuenta mil millones de pesetas para Aragón? La pregunta que se me ocurre es: ¿por qué tienen que tener más credibilidad ustedes ahora? Díganme ustedes un motivo para que yo tenga más credibilidad, y estoy deseando tenerla, porque se demostraría que el discurso que yo he hecho antes iba a ser cambiado y me alegraría tener -perdonen la expresión- que «envainármela». Pero, mientras tanto no me lo demuestren, por favor..., ¡si ustedes son exactamente lo mismo! Están exactamente en la misma situación: muy preocupante, políticamente mala, y, desde luego, desde el punto de vista de la credibilidad para esta tierra, para este Aragón, yo estaría muy preocupado, no porque no les crea yo, sino porque no les creen ni sus propios votantes, que eso sí que es de preocupar.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Piazuelo.
Señor Alcalde.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Muchas gracias, señor presidente.
No se preocupe por nuestros votantes. Ésa es una preocupación, en todo caso, que tendremos que tener nosotros. Usted debería estar contento de que nos vayan las cosas tan mal como dicen. [Rumores.] Bueno..., bueno..., no, sí, sí. No, tranquilo.
Señora Blasco, de verdad, de verdad, siguiendo los versos que decía de mi tocayo, yo no quiero que se guarde usted su verdad. Yo lo único que quiero es que usted me permita, democráticamente, que yo exprese la mía, si usted me lo permite, simplemente, si usted y toda esta cámara me lo permiten.
Usted decía que estábamos defendiendo algo indefendible. Yo creo que lo indefendible, lo realmente indefendible, es la postura que están manteniendo el Gobierno de Aragón y los partidos que sustentan al Gobierno de Aragón (el Partido Socialista y el Partido Aragonés) de llevar a nuestra comunidad, a Aragón... Porque vamos a aprovechar para distinguir. Ustedes siempre dicen: es que se insulta a Aragón, es que se ha dicho de Aragón... No, no, no. Aquí no hay insultos a Aragón ni a los aragoneses ni a nadie. Los comentarios no son referidos a Aragón ni a los aragoneses. En todo caso son a las personas que dirigen la política aragonesa en este momento. Váyase dicho eso por delante. Ustedes están logrando que Aragón quede aislado. Hay trece comunidades en estos momentos que han apoyado el Plan Hidrológico Nacional; dos de ellas están negociando (Andalucía y Cataluña) con el Gobierno central; otras que se han opuesto (Asturias y Baleares), mire usted lo que les va en juego en el asunto. No dejen, no permitan que Aragón quede aislado, aprovechen la postura de fuerza que les da. [Suena el teléfono portátil del señor diputado Contín Pellicer con los acordes del himno nacional español.] ¡Hombre!, perdón, es el himno nacional, no es nada del otro mundo. [Risas.] A nadie debería ofender. No permitan que se quede Aragón solo. Aprovechen la situación, aprovechen ese impulso que les dieron cuatrocientos mil aragoneses para ponerlo encima de la mesa, dialogar como han hecho otras comunidades sin impulsos de cientos de miles de ciudadanos, sin grandes sentimientos en sus comunidades en materia hídrica. Aprovéchenlo, pónganlo encima de la mesa y obtengan lo mejor, los mayores beneficios de ese plan hidrológico para esta tierra. En eso nos van a tener en cualquier momento.
Mire usted, la credibilidad, desde luego -se ha ido el señor Piazuelo, nos ha abandonado-, nos la dan los ciudadanos. Yo no voy a hablar aquí, no voy a hacer un discurso sobre las grandes diferencias que había entre el Plan Hidrológico Nacional de 1993 y el actual. Al de 1993 se oponía el señor Aznar, claro que se opuso. En primer lugar, y ése era nuestro principal argumento, porque no había unos planes hidrológicos de cuenca; ahora sí. Pero es que, entonces, las expropiaciones las pagaba Aragón; ahora no. Entonces no había planes de restituciones; ahora sí. Y no quiero alargarme en un montón de diferencias enormes que hacen que lo que entonces era una postura ahora haya variado. Pero no voy a entrar en esa cuestión. Simplemente les voy a decir una cosa: ustedes no han querido entender, ninguno de ustedes -es preferible aferrarse fuertemente a buscar un electoralismo de estas cuestiones-, ustedes no han querido entender que este Plan Hidrológico Nacional se va a aprobar. No lo han querido entender y no han querido aprovechar las circunstancias. Y se va a aprobar, señor Pina: primero, porque lo manda la Ley de aguas; en segundo lugar, porque es un compromiso electoral de mi partido, el Partido Popular; en tercer lugar, porque ese Gobierno tiene legítimamente los votos que le han dado una mayoría de españoles, y una mayoría cualificada -ahí está la legitimidad de este partido, que están ustedes planteando-; y, en cuarto lugar, y es el que más me preocupa a mí, ¿sabe por qué se va a aprobar?: porque, desde luego, en este grupo consideramos que ese plan no sólo no perjudica, sino que beneficia a esta tierra, porque, si no fuera así, los primeros en estar en la cabeza de la manifestación seríamos los veintiocho diputados que estamos aquí.
Nada más, y muchas gracias.