Intervinienen: Alcalde Sánchez, Gustavo - Iglesias Ricou, Marcelino - Barrena Salces, Adolfo - Allué Sus, Javier - Fuster Santaliestra, Bizén - Franco Sangil, Jesús
El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión [a las diez horas y quince minutos].
Primer punto: lectura y aprobación del acta de la sesión celebrada los días 24 y 25 de febrero.
Lectura y aprobación del acta de la sesión celebrada los días 24 y 25 de febrero de 2005.
¿Algún diputado desea realizar objeciones? Se entiende aprobada al no existir ninguna intervención en contra.
Punto segundo del orden del día: comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón, a petición de los veintidós diputados del Grupo Parlamentario Popular, al objeto de informar sobre la situación de las comunicaciones transfronterizas con Francia.
El señor Alcalde, en representación de los diputados solicitantes, tiene la palabra.
Comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón al objeto de informar sobre la situación de las comunicaciones transfronterizas con Francia.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Mi grupo ha solicitado la comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón -que, por cierto, empezamos hoy bien: está presente- para que informe sobre el estado de las comunicaciones transfronterizas con Francia ante la situación acontecida este invierno, en que nuestra comunidad, señorías, ha quedado aislada por carretera con el país vecino en reiteradas ocasiones. Por ferrocarril, obvio recordarles que llevamos aislados con el país vecino más de treinta años.
Señorías, el puerto del Portalet y los túneles del Somport y Bielsa permanecen, generalmente, viables en parte española (hoy mismo aparecía una noticia de que el Somport volvía a estar cerrado por aludes), pero, reiteradamente, aparecen impracticables estos tres pasos, cerrados en la vertiente francesa, y sin visos de que se aporten soluciones a corto plazo.
Le recuerdo, señoría, señor Iglesias, que esto que estoy diciendo no es una crónica escrita en un periódico del siglo XIX, ni siquiera es la crónica de una gran nevada a mediados del siglo XX, en los años cincuenta, sino que esto es una realidad de hoy, del siglo XXI, a menos de tres meses de celebrada una cumbre hispano-francesa en la ciudad de Zaragoza, entre cuyos objetivos estaba, precisamente, permeabilizar los Pirineos, y, a la par, esta situación creada, a la par que el presidente del Gobierno de la nación, del Gobierno de España, se dirigía, en una jornada histórica, ante la Asamblea Nacional francesa, a rendirle, por cierto, vasallaje intelectual y político. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular y protestas desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.] Entre los pasajes memorables del discurso del señor Zapatero ante la Asamblea Nacional francesa, me van a permitir que me refiera a alguno de ellos.
Decía el presidente del Gobierno ante la Asamblea: «Con frecuencia, las ideas y los anhelos de libertad han llegado a España del otro lado de los Pirineos, y con gran frecuencia, por desgracia, los espíritus más libres [continuaba] de entre los españoles han tenido que atravesar los Pirineos para huir de la intolerancia». Señorías, hoy, afortunadamente, los españoles, los aragoneses, gozamos de libertad y no precisamos huir de la intolerancia. Pero, miren, si llegara a repetirse, desgraciadamente, la historia, los aragoneses tendríamos que salir a Francia en globo o cruzando a pie los Pirineos, como en la Edad Media. Esa es la realidad, señor Iglesias.
Señorías, ¿cuántos euros ha costado el túnel del Somport? Doscientos cincuenta y cuatro millones de euros. ¿Para qué?, me pregunto, ¿para qué han servido? ¿Por qué no se cumplen los acuerdos producidos desde 1991 en un convenio del mes de abril por el que se construía dicho túnel -que mire que ya ha llovido y ya ha nevado desde entonces-, acuerdos por los que el Gobierno francés se comprometía a acondicionar los ochenta y cinco kilómetros de la carretera nacional 134 francesa, entre Pau y la entrada del túnel?
Ahora, señorías, un simple socavón -nada que ver con el del Carmelo, señorías-, un simple socavón, como el que ocurre en decenas de ocasiones en las carreteras nacionales o regionales españolas, bloquea la nacional 134 al paso de camiones, como mínimo, señorías, como mínimo, hasta el verano, cuando cualquier técnico le dirá que en una o dos semanas puede estar arreglado ese socavón.
¿Cuántos euros, además de los ya gastados en el túnel, señor Iglesias, les va a seguir costando, por ejemplo, a los transportistas, a los empresarios del Alto Aragón, el dar la vuelta por el País Vasco o por Cataluña, para ir de tardes a Huesca? ¿Cuántas pérdidas económicas va a suponer también para el turismo del Alto Aragón la situación que está, reiteradamente, produciéndose durante este largo invierno?
Me he referido, señoría, al Somport, que había sido elegido para dotarnos de una vía de alta capacidad entre España y Francia, que incluso, hasta que han llegado ustedes, los socialistas, estaba previsto que fuera autovía hasta la entrada, hasta la boca del túnel. Si el Somport tiene estas perspectivas siendo una carretera nacional, imagínense cuáles van a ser las perspectivas del túnel de Bielsa o del Portalet. Pero, mientras tanto, señorías, Navarra avanza en su impulso a una vía de alta capacidad entre Pamplona y Pau. Esa es la diferencia, señor Iglesias.
Mire, no es de recibo, señorías, es impresentable que en el siglo XXI los tres pasos por carretera con Francia permanezcan, simultáneamente, cerrados, ocasionando graves perjuicios económicos a los empresarios del Alto Aragón.
En lo que al ferrocarril se refiere, señor Iglesias, pese a sus triunfalismos y a la extraordinaria maquinaria propagandística puesta en marcha por su Gobierno, la situación no es precisamente halagüeña. Nunca, nunca van a reconocer ustedes que la cumbre de Zaragoza pudo resultar y resultó un éxito en las formas, pero fue un rotundo fracaso en el fondo, señorías. ¿Cómo es posible que para usted, el presidente de la comunidad, horas antes, señor Iglesias, de la cumbre decía «convencer a Francia de la reapertura del Canfranc es un objetivo básico», y horas después de la cumbre, tan sólo unas horas después de la cumbre, intentaba convencernos a los aragoneses de que el Canfranc sólo podía reabrirse si se hacía la travesía central? ¿Qué ha variado de su postura horas antes a su postura horas después, señor Iglesias? Pues yo se lo voy a decir: el fracaso en los objetivos que usted se había marcado en esa cumbre.
La reapertura de la línea internacional de Canfranc-Olorón, que era punta de lanza del gran proyecto de travesía central de los Pirineos, ha caído, señorías, ha caído en esa cumbre antes de levantar el vuelo, y no ha muerto, no ha caído de muerte natural: al Canfranc, señoría, le practicaron ustedes en la cumbre la eutanasia activa; ustedes se han cargado el Canfranc en la cumbre de Zaragoza.
El Vignemale, por su parte, permanece en el mundo de la virtualidad. El Vignemale, señorías, si me permite la broma, es como aquellas afamadas artistas -o «artistos»- por los que nunca pasa el tiempo, nunca; siempre le quedan veinticinco años, siempre le quedan veinticinco años al Canfranc. ¡Mire usted qué casualidad!
La realidad, la verdad, y usted lo sabe, señor Iglesias, es que en el valle de Lourdes, por donde debería discurrir la opción aragonesa, hay una gran oposición social e institucional, y la actual Comisión Europea, además, no aprecia que este paso por los Pirineos centrales aragoneses sea una prioridad, no lo es para la Comisión.
A lo mejor es casualidad, señorías, que el actual comisario de Transportes de la Unión Europea sea francés, sea el señor Barrot. Yo no sé, señor Iglesias, si usted echa de menos a la señora Loyola de Palacio, pero yo le aseguro que Aragón echa de menos la postura, la posición de la anterior eurocomisaria de Transportes, de la señora De Palacio, que, desde luego, incluyó la travesía por los Pirineos centrales entre sus prioridades en el libro blanco y entre las prioridades de la Comisión Europea.
El propio monsieur Barrot, incluso, el mes pasado reconocía que su país no ha estado suficientemente interesado en unas mejores comunicaciones terrestres con España. ¿Y qué ha hecho para remediarlo? Pues, precisamente, nada, no incluir la travesía central en las prioridades de la Comisión.
¿Todavía van a seguir ustedes engañándonos, señor Iglesias? Porque, desde luego, su señoría es inasequible al desaliento en lo que a maquillar la realidad se refiere. Es usted un auténtico experto.
Mire, cuando comparecía usted ante este Pleno de las Cortes, dos meses después de su visita al señor Zapatero el 22 de julio, para explicar el contenido de la misma, ya le dijimos que los logros en esta materia habían sido muy pobres. Usted, sin embargo, presumía y decía textualmente que había tenido contactos con el anterior Gobierno francés, con el anterior ministro, con sus colegas de Aquitania y Midi-Pyrénées y que había avanzado mucho respecto a las conexiones y respecto al Canfranc, y que, después del cambio -seguía diciendo- del Gobierno de Francia, el Gobierno de Francia había bloqueado todo, y que con la llegada del señor Rodríguez Zapatero se había desbloqueado todo. Pues, mire, no es cierto, todo sigue igual o peor, señor Iglesias, porque el tiempo está corriendo en nuestra contra.
Tras la reciente cumbre hispano-francesa en Zaragoza, volvieron las declaraciones triunfalistas por su parte (había un clímax necesario, había una distinta actitud, una nueva etapa de colaboración...). Los resultados, no ya pobres, señor Iglesias, paupérrimos; no tiene más que leer a determinadas personas que son buenas conocedoras del mundo del ferrocarril en Aragón.
Dicen que ambos países van a incluir la travesía central en sus respectivos planes estratégicos, pero amplían estudios que ya estaban acordados en Carcasona en 2003 para hacerlos en 2004, los han retrasado, los han ampliado al año 2005. ¿No le parece que ya es suficiente estudio? A este paso, su señoría va a doctorarse en ilusionismo, si me lo permite, por estar continuamente trasladando esas ilusiones virtuales al conjunto de la ciudadanía.
Nos venden que Zaragoza va a ser el punto de partida de la línea, como si eso garantizara que la travesía fuera a ir por el territorio aragonés y no por donde siempre, y no por donde siempre.
Mire, ahora nos promete, nos anuncia una minicumbre en Zaragoza con el señor Barrot y el señor Almunia para, teóricamente, textualmente, reactivar el túnel de baja cota ahora que han cambiado las instituciones europeas. Pues, mire, no hay nada que reactivar, señor Iglesias, lo que hay que hacer es dejarlo como estaba, ¡dejarlo como estaba!, como lo dejó la anterior comisaria de Transportes europea: como un proyecto prioritario de la Unión, a expensas de que los gobiernos respectivos lo desbloquearan de una vez por todas, pero ya era prioritario. ¿Qué hay que desbloquear en ese sentido?
Hoy, sin duda, usted apelará a sus esfuerzos, a sus cartas al señor Chirac, a sus cartas o contactos con los presidentes de Aquitania y Midi-Pyrénées, para hacernos ver que se preocupa, que se mueve, que usted hace algo. Pero no siga engañándonos ni engañándose, que se lo dije en la anterior comparecencia.
En lo que usted no tiene competencias...
El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde, le ruego que concluya, por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Acabo ya, señor presidente.
Usted no tiene competencias en materia de política exterior. Lo que tiene que hacer usted es dirigirse al señor Zapatero y al señor Moratinos para que trabajen en ese sentido.
Y, mire, le voy a decir una cuestión: si París bien valía una misa para Enrique IV y si París bien ha valido que el señor Zapatero abandone su política exterior, también me parece que Aragón, para el señor Zapatero, debía haber valido un esfuerzo en su presencia en París en recientes fechas, porque el 1 de marzo tuvo una ocasión de oro, de oro, con su presencia ante la Asamblea Nacional francesa para hablar de Europa. ¿O acaso no se construye Europa, señoría, avanzando en las comunicaciones transfronterizas en lugar de bloqueándolas?
Mire, he leído con atención -y acabo ya, señor presidente- el discurso en español del señor Rodríguez Zapatero, y no hace ninguna mención a las comunicaciones entre España y Francia. ¿A qué fue?, ¿a qué fue a París? ¿A hacer de felpudo, simplemente, señor Iglesias? Porque, mire, el señor Zapatero, además de hacer en París una loa libre, un canto libre al tránsito de ideas entre Francia y España, podría haberse esforzado, aunque sólo hubiera sido un poco, en defender también el libre tránsito de personas y de mercancías, que también viene bien, hay que alimentar el cuerpo además de alimentar el espíritu.
Decía el señor Rodríguez Zapatero a los diputados franceses que «Francia y España componen un espacio geográfico de vecindad. Disfrutamos [seguía diciendo] de un presente de amistad, de respeto y de cooperación, y, por encima de todo [resaltaba], ansiamos seguir compartiendo un destino común». Pues claro que sí, señor Iglesias, los aragoneses también deseamos tener un destino común con Francia, pero sin tener que dar una vuelta de trescientos kilómetros por el País Vasco o por Cataluña para encontrar ese destino. Porque, mire, señoría, los vecinos comparten escalera y ascensor, no tienen que subir a las azoteas para llamar al piso de enfrente.
Mire, lo cierto es que, en los años de la transición política, se decía aquello de que Europa comenzaba en los Pirineos; ahora, sin embargo, muchos años después, estamos en Europa, y estamos en Europa, señoría, a pesar de los Pirineos, a pesar de Francia y a pesar de ustedes.
Señor Iglesias, el señor Zapatero planteaba ante la Asamblea Nacional francesa un compromiso de fraternidad con los franceses, fraternidad, que significa hermandad, que viene de frater, del latín frater. Y, mire, la fraternidad es un concepto que ha de ser siempre bidireccional, recíproco; no funciona nunca cuando uno se comporta (los españoles) como un hermano y el otro te ve o te trata como un primo.
Nada más, y muchas gracias.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
El señor presidente del Gobierno puede responder si así lo desea. Tiene la palabra... Quiero decir que es facultad suya intervenir directamente o través de un miembro del Gobierno. Por eso digo que si así lo desea.
Tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.
Con esas condiciones, subo a la tribuna, sabiendo que... [rumores] puedo subir a la tribuna o que puede contestar cualquier miembro del Gobierno. Pero, en muchas ocasiones, saben que contesto yo... [Rumores.] Porque es verdad que he sido el presidente que más he subido a esta tribuna de todos los que ha tenido la Comunidad Autónoma de Aragón. [Rumores.]
Señor Alcalde... [rumores], señor Alcalde, emplea usted un tono apocalíptico para una cuestión en la que estamos muy de acuerdo usted y yo: los pasos del Pirineo, los tres pasos que tenemos por el Pirineo y el paso de ferrocarril, están cerrados en la parte francesa, y eso nos incomoda, no lo entendemos, nos molesta y, sobre todo, crea unos perjuicios en nuestros sectores económicos y del transporte extraordinariamente importantes. Y no entendemos ni usted ni yo -por tanto, estamos de acuerdo- el que, a estas alturas, un país que es una gran potencia económica e industrial en el mundo, que es capaz de tener una gran industria aeronáutica, aeroespacial, etcétera, etcétera, sin embargo, vemos que tiene tantas dificultades para mantener abiertos tres pasos por carretera y un paso por ferrocarril por el Pirineo central.
Comparto todo lo que usted ha dicho en lo que hace referencia a la imposibilidad de entender por qué se producen estas situaciones. No lo entiendo, me produce una gran decepción que, año tras año, nos suceda lo mismo en los pasos por carretera por el Pirineo central, año tras año. Y, año tras año, se está produciendo esto a lo que usted hace referencia y que es incomprensible para nosotros: por qué en la vertiente española nosotros podemos mantener abiertas nuestras carreteras permanentemente, nunca cerramos nuestras carreteras, tanto la que es competencia del Ministerio de Fomento, que termina en el túnel del Somport, como las dos que son competencia autonómica (la carretera del puerto del Portalet y la del túnel de Bielsa), están abiertas todos los días y a todas las horas por parte aragonesa. No es así en el otro lado.
Y le aseguro que desde nuestro Gobierno hemos hecho todo lo posible para mejorar esa situación, y he de reconocer que no lo hemos conseguido, a día de hoy no lo hemos conseguido. Esa es la situación. Y me parece más sorprendente cuando el paso más importante que tenemos, por un socavón de no más allá de tres o cuatro metros cuadrados, como hemos visto en todas las fotografías, se cierra al paso de mercancías, al paso de camiones de más de 3,5 toneladas, y se nos advierte que no podrán abrir -un socavón de poco más de tres metros cuadrados- hasta el mes de julio. Para mí es tan incomprensible como para usted; por tanto, a ese respecto, no tengo nada que decir.
Mire, yo, cuando me he enterado de la situación, lo que he hecho es ponerme en contacto con las principales autoridades francesas, tanto a nivel nacional como a nivel local, para expresarles nuestra incomprensión, para expresarles nuestro estupor, para decirles que esta situación en la que estamos es indigna para un país como Francia, que, insisto, es una de las principales potencias económicas e industriales del mundo.
Yo creo que, por nuestra parte, estamos haciendo todo el esfuerzo que podemos. Los franceses son unos vecinos nuestros y, además, queremos que sean amigos nuestros -en eso, también estamos de acuerdo usted y yo-, no le preocupe que queramos reforzar nuestras alianzas, que queramos tratarnos como amigos, como colaboradores, como socios en la Unión Europea. Ahora bien, no podemos estar de acuerdo -y, en eso, compartimos, insisto, la posición- en que se produzca todos los años esta situación.
Mire usted, estoy, por tanto, totalmente de acuerdo con esa decepción que usted plantea, la comparto. Yo he tenido la oportunidad de hablar en dos ocasiones con dos ministros de transportes franceses para plantearles esta cuestión, con el presidente de la República, con el primer ministro, con los comisarios de Transportes... Y, como consecuencia de esta situación por la que estamos atravesando, ya he pedido una entrevista al comisario de Transportes, al señor Barrot, con el que me reuniré el día 12 próximo, y hablaremos de estos temas y le voy a significar nuestra preocupación, nuestra profunda preocupación porque estas cuestiones no avanzan.
Mire, se han hecho esfuerzos importantes en el túnel del Somport, se han hecho esfuerzos importantes por parte aragonesa, todas las carreteras aragonesas que acceden a la frontera francesa se han modernizado en los últimos años, todas ellas (el acceso al túnel del Portalet íntegramente, el acceso al túnel de Bielsa íntegramente y los accesos al túnel del Somport íntegramente), y no hemos tenido la misma correspondencia en la parte francesa.
Cuando se produce esta situación con un país vecino, socio nuestro en la Unión Europea, con el que tenemos las mejores relaciones, ¿cómo lo podemos resolver? Yo he intentado resolverlo hablando, yendo a París, a Bruselas, a Toulouse, a Burdeos..., incluso planteándole al presidente del Gobierno de España celebrar la primera cumbre hispano-francesa en Zaragoza, y así lo hemos hecho y ha venido una parte importante del Gobierno, el primer ministro, ha venido el presidente de la República, he tenido la oportunidad de explicarles este problema que teníamos y de explicarles al mismo tiempo algo que es bien conocido: somos el primer cliente de la economía francesa, nuestros intercambios con el otro lado del Pirineo crecen casi al 10% anual. Y, señor Alcalde, no hemos logrado grandes avances, porque no voy a subir aquí a decir lo que no es, intento no decir lo que no es, intento decir lo que es: estoy defraudado, decepcionado, sorprendido... ¿Qué más adjetivos quiere que ponga?
¿Qué vamos a hacer a partir de ahora? Mire, vamos a tener reuniones permanentemente para transmitirles que no es aceptable que tengan estas carreteras cerradas permanentemente, y que no es aceptable que en un eje europeo como es el europeo 07, de interés europeo, que pasa por el Somport, donde nos hemos gastado más de veinte mil millones de pesetas, donde la Unión Europea ha gastado más de trece mil millones de pesetas en financiar la obra, en el otro lado no ha habido una correspondencia a los compromisos adquiridos de hacer una calzada de diez metros, de hacer la variante en las poblaciones y de hacer tres carriles en las zonas de más pendiente. Pues eso no se ha hecho.
¿Qué es lo que vamos a hacer? Vamos a intensificar las reuniones para poner encima de la mesa este problema. En los próximos días habrá una reunión de responsables de la Comunidad Autónoma de Aragón, del Departamento de Obras Públicas, con el prefecto en Pau, e, inmediatamente, tendremos una reunión también con los responsables de las cámaras de comercio, los sectores económicos e industriales franceses, para que ellos también sean conscientes de las dificultades que ambas partes tenemos, porque también los sectores económicos franceses tienen que soportar estos cortes. Y, por tanto, activaremos todos los resortes que estén a nuestro alcance para intentar resolver este problema.
Hemos presentado la semana pasada una pregunta en el Parlamento Europeo por esta cuestión, para preguntar a la Comisión por qué está sucediendo esto el año 2005, y tendré una entrevista, como le he dicho, con el comisario el día 12 de abril. El 12 de abril nos reuniremos con el comisario y le plantearé una cuestión que es fundamental y que creo que contraviene los principios de la Unión Europea, que es entorpecer la libre circulación en una frontera de ciudadanos y de mercancías. Esto es lo que voy a hacer.
Al mismo tiempo, estamos en contacto permanentemente con el Ministerio de Fomento, que conoce muy bien el problema, porque el principal se produce en un eje europeo que es de su competencia, y, por tanto, estamos en contacto permanentemente con todos los actores que intervienen en esta cuestión.
Pero, en esencia, he de decirles que la preocupación que compartimos usted y yo la compartimos como consecuencia de la falta de decisión de un Gobierno vecino, de un país vecino, que nos sorprende, que nos incomoda, que nos crea muchos problemas y en donde, evidentemente, como usted bien dice, nosotros no tenemos competencia en política exterior.
Pero sí que usted nos puede ayudar algo y su partido nos puede ayudar algo, porque el Gobierno del país vecino es un Gobierno del Partido Popular europeo, en donde ustedes... [rumores desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular], en donde ustedes pueden también, a través de esa fraternidad... [Rumores desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
El señor PRESIDENTE: Silencio, por favor.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): ... que se produce entre los correligionarios del mismo partido, también ustedes... No se lo digo como una cuestión de ningún dribbling político, sino que ustedes, como miembros del mismo partido europeo, pues, sin duda, también pueden cooperar -también, digo-, también pueden cooperar a que haya una mayor sensibilización, una mayor sensibilidad por parte del Gobierno francés con esos pasos que tenemos con Aragón.
Estamos trabajando en eso, pero he de reconocer que los trabajos no han sido suficientes, porque este invierno no hemos conseguido los objetivos.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Puede replicar el señor Alcalde.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Señor presidente.
Señor Iglesias, lo veo muy fatalista. Seguro que es la primera vez que en estas Cortes, en esta cámara, le veo fatalista. Usted no es capaz de solucionar este problema, y, además, tratándose de un problema internacional, con sus magníficas relaciones con el otro lado de los Pirineos, con Aquitania, con Midi-Pyrénées, con el señor Chirac, con el mundo mundial... Fíjese si está usted fatalista que ha llegado a reclamar, a pedir la ayuda, el apoyo del Partido Popular para hablar con nuestros homólogos u homónimos franceses.
Mire usted, pero ¿no decía usted, hasta hace muy poquito tiempo, que esto lo arreglaba todo el señor Rodríguez Zapatero? [Rumores.] ¿Que, cuando entrara el señor Rodríguez Zapatero y cambiara la política exterior...? [Rumores.] Señor Iglesias, ¡vaya usted a la hemeroteca!, ¡vaya usted a sus comparecencias en esta cámara!: cuando entre el señor Rodríguez Zapatero y cambie la política exterior española, todo está solucionado. Pero ¿no era el señor Aznar, el malvado señor Aznar, el culpable de todos los males de España en nuestra relación con Francia? Pues, mire, el señor Aznar, el malvado señor Aznar, es el que acordó, en Perpignan y en Santander, que el Canfranc estaría reabierto en el año 2006, y, ¡hombre!, ahora son ustedes los que, en la primera curva, han dejado tirado al Canfranc. ¡Y lo llevaban incluido en su programa electoral!, en el programa electoral de las últimas elecciones generales del año 2004.
Mire, ahora habla usted de que comparte nuestra posición, de incomprensión, de estupor... Pues ustedes decían que tenían la llave para solucionar, precisamente, volviendo al corazón de Europa -que decía el otro día el señor Rodríguez Zapatero- y volviendo a ese eje franco-alemán, tenían la solución para todos los males de España, incluido, ¡cómo no!, el que nos preocupa especialmente en Aragón, que es el de las comunicaciones transfronterizas con Francia.
Mire, usted estará muy preocupado, pero yo prefiero que, en vez de estar preocupado, esté ocupado: ocupado en resolver este problema, ocupado con sus aliados, con sus amigos, con independencia del partido del que sean, con aquellos que estaban esperándolos con los brazos abiertos para solucionar todos los problemas. Porque usted dice que Francia la vemos -¡claro que la vemos!- como amigos y como colaboradores; pero, la verdad, le tengo que decir, señor Iglesias, que, con amigos como estos, no necesitamos enemigos, ¿eh?, no sé... En Aragón, con amigos como estos, no necesitamos enemigos.
Mire, no han conseguido ustedes ningún avance, ningún avance. Nos vendieron, con esa maquinaria mediática y publicitaria que tiene su señoría, nos vendieron como un gran éxito la cumbre de Zaragoza, que, le reitero, me encanta y fue un éxito el que se celebrara en Zaragoza, pero, el fondo, un auténtico fracaso, señor Iglesias. El Canfranc se les cayó, se les cayó, y ustedes fueron incapaces de evitar ese descarrilamiento, que se volviera a caer, que treinta y tantos años después ya no fuera un puente, el del l’Estanguet, sino que fuera aquí, precisamente en Zaragoza, donde se cayera ese sentimiento común de todos los aragoneses que era ver la reapertura de la línea internacional del Canfranc.
Y tenían ustedes una ocasión magnífica, la tuvo el otro día el señor Rodríguez Zapatero en París, ante la Asamblea Nacional francesa. ¿Y a qué se dedicó? ¿Mencionó siquiera las importantes comunicaciones entre España y Francia a través del Pirineo central? Ni mencionarlas. [Rumores.] Dedicó todas las loas del mundo al Estado francés, a la Revolución Francesa, le faltó solamente rendir un homenaje a Danton y Robespierre; pero, mire usted, las comunicaciones transfronterizas fueron absolutamente dejadas de mano. ¿Cuál es su influencia ante el señor Rodríguez Zapatero y cuál es la influencia del señor Rodríguez Zapatero ante su aliado, ante su amigo, el señor Chirac, para, por fin, desbloquear una situación, que lleva ya siendo histórica, con el Canfranc? El Partido Popular se niega a abandonarlo tirado en una cuneta. A pesar de su pesimismo al respecto y de su entreguismo al respecto, nosotros vamos a seguir luchando y defendiendo el Canfranc como primer paso de esa gran travesía internacional.
Y, además, le exijo a su señoría, le exijo al Gobierno de mi nación, de mi país, que es España, que luche directamente, que exija por la vía diplomática, que no sólo se tumbe como una alfombra delante del señor Chirac, sino que ponga el peso específico de España ante Francia y ante las instituciones europeas para conseguir que ese logro que fue para todos Europa sea una realidad, no solamente en el papel, no solamente en una Constitución, sino en algo tan vital para todos los seres humanos, algo tan vital para vecinos, para amigos, como deberíamos ser franceses y españoles, que se convierta en una realidad, que es tener unas infraestructuras de comunicaciones por carretera y por ferrocarril propias y dignas del siglo XXI.
Muchas gracias, señor presidente.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Su turno de dúplica, señor Iglesias. Tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.
Señor Alcalde.
En las partituras de música, cuando los directores interpretan, siempre una de las cuestiones más interesantes es cómo se utiliza la orquesta y la tensión que se produce, la armonía de los diferentes grupos de instrumentos y, sobre todo, la intensidad, la intensidad. Hay temas que requieren una gran intensidad y otros temas en los que hay que andar con mucho moderato.
Yo tengo la sensación de que el señor Alcalde utiliza siempre la misma intensidad, en temas en los que podemos estar de acuerdo y en temas en los que, legítimamente, discrepamos. Oiga, yo estoy de acuerdo con el señor Alcalde en tener esa incomprensión de por qué nosotros podemos mantener los tres pasos del Pirineo abiertos y los franceses no los pueden mantener y en trabajar en esa línea. Pero, en estos temas, ¡por qué utilizar esa intensidad? Si es un problema que puede afectar a su salud, señor Alcalde... [Risas.] Yo me preocupo por la salud de todos los aragoneses, también por la suya... [rumores], también.
En esto, podemos estar bastante de acuerdo e ir bastante de la mano, porque los pasos, este invierno, no han funcionado tal como esperábamos. Ahora, no podemos olvidarnos, señor Alcalde, de que el Gobierno de España ha cambiado su política. El Gobierno de España todavía no ha hecho un año, hace diez meses que gobierna el señor Zapatero, y ustedes estarán de acuerdo conmigo en que será más fácil resolver alguno de estos problemas estando en el corazón de Europa que estando en el corazón de Washington, digo yo... [Rumores.] Entonces, yo creo que es una política correcta que España esté en el corazón de Europa sin romper con nadie y que, con esa fórmula, resolveremos mejor estos problemas que se suscitan todo el invierno.
Pero, señorías, hay dos niveles: yo creo que uno es el nivel del medio plazo, que es en el que yo sigo defendiendo que hemos avanzado y hemos avanzado bien, cuando Loyola de Palacio era comisaria y también con el comisario actual, porque, si bien no hemos conseguido que la vialidad invernal de nuestros pasos funcione bien, y creo que eso es más responsabilidad de las autoridades regionales francesas, de los prefectos del sur, que de las autoridades de París, porque estamos hablando de limpiar la nieve y de arreglar un boquete de tres metros cuadrados, sin embargo, en los contactos que hemos mantenido con las autoridades francesas nacionales, yo sigo defendiendo que las cosas han avanzado bien, es decir, hemos creado un mejor clima que nos permite, en primer lugar, que hoy Francia esté estudiando el proyecto que nosotros hemos defendido, usted y yo, la comisaria Loyola de Palacio y nosotros. Por tanto, no quiero arrogarme en exclusiva ninguna ventaja sobre estos proyectos, estos proyectos o son de todos o no son de nadie.
Yo era de los que, hace veinte años, con otra mucha gente (la Cámara de Comercio de Huesca, el presidente de los empresarios, los sindicatos), iba a Pau a manifestarme para que hicieran el túnel del Somport, y había mucha gente que hacía un discurso como usted («esto no sirve de nada», «los franceses no les hacen caso»...). En el año 1991, el señor Borrell firmó con el ministro francés la puesta en marcha de la obra del túnel, y en el año 1993 se puso en marcha; gastamos veintidós mil millones de pesetas y hoy tenemos un magnífico túnel. Bien es verdad que en el otro lado no ha habido una correspondencia, estoy de acuerdo; pero, hace veinte años, cuando empezamos a ir Pau los aragoneses, cuando íbamos de la mano muchos aragoneses diciendo «necesitamos un gran túnel», había mucha gente escéptica y pesimista que consideraba que aquello no se haría nunca, y se hizo. Sucede lo mismo con el Vignemale.
Mire, yo le pido una cosa: usted haga de impulsor del Gobierno, de coordinador..., perdón, de vigilante del Gobierno, de controlador del Gobierno; pero, en estos grandes proyectos...
Mire, el túnel de baja cota tiene una cosa segura, y es que yo no voy a estar en la inauguración, eso es seguro; yo desearía que usted estuviera, y estoy seguro de que yo no estaré en la inauguración -estamos hablando de un túnel a medio plazo-. Pero si nosotros, en este momento, desactivamos el proyecto porque le damos mucha importancia a una comunidad de vecinos del valle de Lourdes que no está de acuerdo, que siempre la encontraremos, porque desactivamos nuestras energías comunes en proyectos de esta envergadura... Sí sé, señor Alcalde, que usted apoya ese proyecto, que se lo agradezco y, además, no podría ser de otra manera; es un proyecto que no es mío, hemos pactado ese proyecto, el señor Lanzuela habló ya de ese proyecto, hemos hablado todos de ese proyecto, es nuestro proyecto. A mí, lo que me apetece es que pudiera estar en la puesta de la primera piedra. Ya sé que los ritmos en la política... El señor Borrell no entró en la tierra prometida, en el túnel del Somport; puso la primera piedra y, sin embargo, fue el señor Cascos, y, como sucede en todas las grandes obras de infraestructura, fue uno el ministro que puso en marcha el tren de alta velocidad, la primera piedra, los proyectos, y fue otro el que llegó a Zaragoza hace un año con el tren de alta velocidad, y será otro el que llegue a Barcelona, ¡yo qué sé! En todos estos grandes proyectos, en esos grandes proyectos, debemos estar juntos.
Por tanto, yo le pido que no mezclemos las cosas. Una cosa es la vialidad invernal, que yo me he dirigido al señor Chirac, pero que él no es el que conduce la quitanieves del valle del Aspe, ya lo sé, ya lo sé. No lo podemos mezclar, el problema de la vialidad invernal de una carretera no lo debemos mezclar con el avance de los grandes proyectos que tenemos desplegados a medio plazo.
En el problema del Canfranc, nosotros siempre hemos defendido que el Canfranc es el primer escalón para el túnel de baja cota, y siempre he defendido, señor Alcalde, que no son proyectos contradictorios: que defendamos un túnel a baja cota no quiere decir que dejemos de defender el Canfranc. Hasta tal punto es así que Aragón paga todos los días para que el tren llegue a Canfranc; a veces no va nadie, pero pagamos todos los días porque consideramos que no vamos a renunciar a esa infraestructura.
Y teníamos un acuerdo con el Gobierno francés, teníamos un acuerdo para que, en el año 2005, este año, el Canfranc estuviera funcionando, y lo acordamos con el anterior ministro de Transportes, y hubo un cambio de Gobierno en Francia, y tenemos un problema. Todas esas cosas no tienen nada que ver con cómo limpiamos la nieve en las carreteras, no tiene nada que ver, son dimensiones distintas.
Por esto, yo le pido una cosa: primero, en los grandes proyectos estratégicos debemos ir de la mano, debemos ir de la mano, porque esos grandes proyectos estratégicos, si a usted le toca estar en este sillón, los tendrá que seguir defendiendo, y los proyectos coyunturales (lo que es la limpieza de las carreteras, lo que es el poner las cadenas o no poner las cadenas) son una cuestión táctica de todos los inviernos, y tenemos un problema con que nuestros vecinos pues no le prestan atención, la atención que nosotros le prestamos, a limpiar las carreteras, a hacer un mantenimiento y a taponar un boquete de tres metros cuadrados, que es absolutamente inexplicable para un país como Francia, y que nos digan que, hasta el mes de julio, no vamos a poder pasar por ahí.
Vamos a desplegar, ¡créame!, vamos a desplegar toda nuestra capacidad para que, por lo menos, en Francia también se conozca, para que se opine sobre si están de acuerdo o no están de acuerdo en tener una buena conexión con Zaragoza, es decir, con Aragón, con Huesca y con Zaragoza, sobre todo de cara al año 2008. Y lo vamos a plantear así: oiga, ustedes, de Aquitania, ustedes, de Midi-Pyrénées, ¿están de acuerdo con que llegamos a 2008, hacemos una gran exposición y seguimos andando por una carretera con boquetes de tres metros cuadrados que nos cuesta cuatro meses taponar?
Bueno, pues eso no lo podemos aceptar...
El señor PRESIDENTE: Le ruego que concluya, señor presidente del Gobierno.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): ... y eso no lo vamos a aceptar, y por eso desplegaremos toda nuestra capacidad.
No tenemos competencias en política exterior, ya lo sé, pero podemos ir a Burdeos -y es lo que vamos a hacer-, podemos ir a Pau -y es lo que vamos a hacer-, podemos ir a París -es lo que vamos a hacer- y podemos traer al comisario europeo a Zaragoza por esa carretera, para que vea que está impidiendo la libre circulación de mercancías y de ciudadanos, que es uno de los principios fundacionales de la Unión Europea. Todo eso vamos a hacer.
Y, en eso, yo estoy absolutamente convencido, necesidad de escenificaciones políticas aparte, de que usted comparte plenamente conmigo esa estrategia.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Señor Barrena, tiene la palabra.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Y muy buenos días a sus señorías.
Mire, nosotros querríamos hablar solamente de lo que es la petición de comparecencia, y no vamos a entrar en otras cosas. Sí que voy a hacer una reflexión sobre ellas.
Hay una evidencia, y es que, en estos momentos, Aragón está incomunicado con Francia, tanto por carretera como por ferrocarril. Hay más evidencias, ¿eh? Tendríamos que hablar, ya que hablamos de comunicaciones, del aeropuerto y de otras cuantas más, y tendríamos que hablar de la realidad de ahora y tendríamos que hablar de la concreción de los proyectos a medio o a largo plazo. Tendríamos que hablar de todo eso.
Yo no voy a negar, y sí que le exijo, que ponga en marcha todo lo que pueda poner el Gobierno de Aragón, usted, su partido, el presidente de la nación, para que hable con quien tenga que hablar en Francia para que esta cuestión tercermundista se solucione y se arregle cuanto antes.
Dicho eso, que es en lo que yo creo que deberíamos centrarnos hoy, tengo que hacer una reflexión, y es sobre cómo y por qué pasan las cosas que pasan. Y, hombre, yo no puedo abstraerme ahí de que el Partido Popular ha estado gobernando durante ocho años, porque algo tendrá que ver el Partido Popular, igual que tendrá que ver el Partido Socialista si lleva otros ocho años sin hacer absolutamente nada, y algo tendrá que ver con cómo está el Canfranc, algo tendrá que ver con cómo están las situaciones que han ocurrido y algo tendrá que ver con por qué, por ejemplo, el Canfranc, que iba a estar abierto en 2006, bueno, pues no lo está; algo tendrá que ver también con que estamos hablando de una conexión de Aragón con una parte del Estado francés, que es el sur de Francia (y que ya sabemos, en la concepción económica que comparten muchos partidos -no Izquierda Unida-, las connotaciones que tiene eso del norte y del sur), y algo tendrá que ver también la política exterior que hemos estado haciendo durante todos estos años. Digo yo que algo tendrá que ver también con todo eso.
Por lo tanto, nosotros reconocemos el problema, exigimos -y, en este sentido, con contundencia- soluciones al problema; pero, a partir de ahí, no metemos en debate más cosas.
Y creemos que en este tipo de problemas que tenemos (unos, de fácil solución, como es limpiar las carreteras si el otro Gobierno quiere, y, en ese sentido, bueno, no vamos a invadir Francia para esto, digo yo...), entonces, se supone que tendríamos que utilizar los elementos y las herramientas diplomáticas que en estas situaciones se viven.
Y, luego, lo otro son proyectos a más largo plazo. Y, hombre, yo creo que los proyectos a más largo plazo es muy peligroso utilizarlos como elemento de confrontación política, sobre todo porque estamos viendo que son proyectos que duran más de una legislatura, y, hombre, los partidos que tienen vocación de alternancia en el poder yo creo que deberían ser conscientes de lo que hacen cuando les toca ser una cosa y cuando les toca ser otra, porque, si empezamos a tirar de hemerotecas, de declaraciones, de promesas y de compromisos, seguramente, tendríamos para pedirle explicaciones a todo el mundo.
Y nos parece que lo que debería suscitar este tipo de proyectos sería responsabilidad, compromiso y asumir que son proyectos de toda la sociedad, no de un partido.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Turno ahora del Partido Aragonés. Señor Allué, tiene la palabra.
El señor diputado ALLUÉ SUS: Gracias, presidente.
Ya ve, señor Iglesias, lo que pasa cuando nieva, que esta comparecencia es porque ha nevado sobremanera, aunque nieva todos los años.
Efectivamente, los Pirineos son la última barrera física, la última frontera física que separa a los europeos, y las relaciones con Francia como región transfronteriza deben ser una de nuestras prioridades. Yo creo que lo ha sido siempre, por parte de todos, por parte del Gobierno de Aragón y de todos los partidos políticos en los últimos veinte o veinticinco años. ¡Qué duda cabe! ¿Cuántas iniciativas habremos debatido aquí, aprobadas por unanimidad, sobre comunicaciones transpirenaicas y, señaladamente, la reapertura de la línea internacional del Canfranc, la travesía central del Pirineo a través de un túnel ferroviario de baja cota y la comunicación del túnel del Somport, con el acondicionamiento o transformación en autovía de la nacional 134 francesa hasta Olorón?
Pero, ciertamente, treinta años vamos a cumplir -quizá, ahora, en marzo, creo que es- desde que el ferrocarril de Canfranc está paralizado en el valle de Aspe, en el puente de l'Estanguet, y las perspectivas, ciertamente, no son nada halagüeñas, para el caso de que pudiéramos hablar realmente de las perspectivas sobre la línea internacional.
Las dificultades para mantener la corresponsabilidad en las diferentes vías de comunicación por carretera que mantenemos abiertas con Francia (se han dicho ya: Somport, Portalet, Bielsa) son de sobra conocidas, hay cierta indiferencia por parte de la Administración francesa.
Y en relación con la travesía central del Pirineo, pues tenemos únicamente la voluntad política declarada -yo creo que esto es así-, la voluntad política declarada por parte del Gobierno de España, quizá más tímida por parte del Gobierno francés; recientemente, tenemos, además, el compromiso del comisario europeo Joaquín Almunia. Es decir, reconocimiento de voluntades políticas de impulsar un eje ferroviario con partida en Zaragoza que atraviese los Pirineos centrales, pero queda pendiente de definir por dónde, el cuándo y el cómo, ¡y ahí es nada! Queda todavía pendiente de definir por dónde, el cuándo y el cómo.
Santander, y se ha dicho anteriormente, Perpignan, Carcasona; hay encuentros, conferencias, protocolos internacionales anteriores... A veces -digo «a veces»-, parecen querer quedar en agua de borrajas, y eso es lo que tenemos, fundamentalmente, que evitar.
No sé qué tendremos que hacer: si hay que ir a Francia, se va; si es menester, nos subimos a la torre Eiffel y nos tiramos en puenting y que salga un cartel diciendo «permeabilización del Pirineo, ya», acudir a las movilizaciones si fuera menester..., lo que haga falta en ese sentido.
Queda mucho camino por recorrer para poder conseguir abrir un muro infranqueable que viene colocando históricamente a nuestra comunidad autónoma de espaldas a Europa. Y usted ha dicho acertadamente o dijo recientemente algo que nos parece muy importante: que la Unión Europea debe ser consciente de que hay una frontera real que no se ha superado todavía, que está en las mismas condiciones que hace cincuenta años y que no es aceptable que todos los inviernos tengamos dos meses los pasos cerrados como consecuencia de las nieves.
Por lo tanto, tenemos que analizar con preocupación el desinterés de la Administración francesa, ya no sólo por equiparar las carreteras de la zona norte del Somport con la española, sino, simplemente, para mantener y mejorar estas vías. El desinterés de Francia ha hecho que el puente de l'Estanguet siga como está desde hace treinta años, y no debería pasar lo mismo, al menos, también con la nacional 134, porque este tipo de situaciones, al final, a quienes benefician son a los pasos del País Vasco y Cataluña, sobre los que sí parece tener interés la Administración francesa.
Y las dificultades han existido siempre, esto es cierto, han existido siempre, y es una cuestión de todos, pero han existido siempre, en gobiernos del Partido Popular y en gobiernos del Partido Socialista. Miren, por curiosidad, repasando también hemerotecas de hace un año, de hace dos años, palabras de Jean Marie Lasalle, que era diputado nacional -no sé si lo sigue siendo- de la Asamblea francesa (esto es como si fuera un diputado de las Cortes Generales, pero de la Asamblea general francesa), que, tras las movilizaciones de los bearneses en marzo de 2003, llegaba a decir que «hemos tenido un Gobierno de derechas, otro de izquierdas, ahora nuevamente gobierna la derecha, y nadie ha hecho nada; nos han abandonado, se han puesto una banda en los ojos y no han buscado las soluciones adecuadas». Esto lo dice un francés con respecto al Gobierno francés, que reclama, obviamente, lo que estamos aquí reclamando: que Francia tenga interés también en la continuación, por ejemplo, del túnel del Somport o en la permeabilización del Pirineo por los macizos centrales.
Por lo tanto, es cierto, esto tiene que ser una cuestión de todos, como algunas veces ha manifestado también el señor Biel, esto tiene que ser una cuestión de Estado, y lo es, desde luego, para nosotros, y creo o creemos desde mi grupo parlamentario que es una cuestión de Estado para España y tiene que ser una cuestión de Estado para Francia y tiene que ser una cuestión absolutamente fundamental y estratégica para la Unión Europea.
Por lo tanto, señor Iglesias -concluyo-, sabe que mi grupo parlamentario y mi partido van a trabajar codo con codo con usted y su Gobierno para poner en marcha todos los mecanismos de reivindicación y de presión que estén al alcance de nuestra mano para conseguir estos objetivos.
Nada más, y gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Turno de Chunta Aragonesista. Señor Fuster, tiene la palabra.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente.
Señor Iglesias.
Señorías.
Es evidente que hay aquí una cuestión de fondo que compartimos todos y en la que creo que no debemos incidir más: creo que todos queremos que mejoren las comunicaciones, queremos que cada año no se produzcan estas limitaciones, reducciones o cierres de los pasos fronterizos, y, en consecuencia, debemos profundizar algo más en los objetivos para conseguirlo.
Lo primero que hay que reconocer es que esta situación no es nueva, señor Iglesias, esta situación no es nueva. Y, señor Alcalde, esto nos pasa todos los años; es nuevo o especialmente significativo este año el socavón concreto en la radial francesa, en la nacional 134, pero no es nuevo que todos los años haya restricciones al tráfico, que todos los años haya cierre de los pasos fronterizos, que todos los años el paso internacional de Bielsa haya que cerrarlo por las noches, que no se sepa muy bien cuáles son los horarios, que cualquier riesgo de alud sirva de excusa para cerrarlo... Todo eso no es nuevo, todo eso venimos padeciéndolo durante muchos años. Quizás, este año, la coincidencia en el tiempo, la concurrencia con las nevadas, la escenificación, digamos, que se ha evidenciado de una forma más palmaria, más evidente, hacen que estemos hablando aquí y ahora de este tema y no lo hayamos hecho en otras ocasiones.
Quiero decir con esto que los problemas de los ochenta y cinco kilómetros de la carretera nacional 134 francesa entre Pau y Canfranc estaban ahí y siguen estando, lo están con este socavón y lo seguirán estando después de que se arregle este socavón, aunque, lamentablemente, hagan falta cinco meses para arreglar un agujero, un bache en una carretera. Es evidente que no existe voluntad política, y, si la existiera, estaría arreglado ya desde el día en que se produjo el agujero, el socavón.
Pero es que el paso de Portalet, que afecta a nuestra carretera autonómica 136, año tras año, el año pasado tuvo más días de cierre que este mismo año, estuvo más días cerrado ese paso fronterizo de lo que está a la altura de este mismo año, de lo que estamos en este momento. Es, por tanto, una situación reiterada, prolongada en el tiempo y recurrente de cada año.
Seguramente, los tres pasos juntos no han coincidido nunca, como este año, en este momento, pero, reiteradamente y por separado y a veces coincidiendo con uno o con otro, esto se ha ido repitiendo durante todos los años.
Y también el paso de Bielsa, señor Iglesias. Quiero recordar el compromiso de hace dos años de su Gobierno ante unos problemas también de cierre por motivos similares y el compromiso de construcción de dos viseras frente a los aludes de la nieve, que no está hecho, por cierto; no digo que esta sea la razón, que, evidentemente, no la es, pero empecemos por cumplir y por hacer aquello a lo que nos hemos comprometido. Se hicieron viseras para aludes en Panticosa o en Cerler, pero aquí, que también hubo un compromiso, no están hechas. Hay, por tanto, también una parte pequeña de los deberes que corresponde al Gobierno de Aragón, que corresponde a la comunidad autónoma.
Nosotros, como todos, creo que hemos hecho lo que podíamos hacer y lo que nos corresponde hacer: hemos planteado esta iniciativa en el Parlamento Europeo, tanto la de los cierres y limitaciones de los pasos como la del futuro paso transfronterizo de ferrocarril; la hemos planteado también ante el Gobierno del Estado, en el Congreso de los Diputados, y también está planteada aquí, en esta cámara. Supongo que, cuando tenga que responder el señor Velasco, en una próxima comisión, tendrá noticias frescas, y espero que mejores noticias que las que hoy tiene que darnos el señor Iglesias, para resolver este problema.
Pero, con todo esto, yo quisiera trasladar una reflexión que sobrepasa y que supera el ámbito de este parlamento y del caso concreto que nos ocupa.
¿Cómo es posible que tengamos crédito? ¿Cómo es posible que nuestras propuestas encuentren eco en Europa y en Francia y en cualquier lugar, de reabrir un túnel de baja cota a través del Pirineo? ¿Cómo es posible que alguien crea que, realmente, estamos apostando en serio y con firmeza por abrir un túnel de estas características a veinte años vista cuando somos incapaces, todos, las instituciones en general y los gobiernos en general, somos incapaces de mantener abiertos unos pasos fronterizos que ya existen, que están allí, que es que no hay que construirlos, que es que existen, están allí, están las carreteras, y unas y otras conectan un lado y otro de la frontera? Perdemos el crédito ante la Exposición Internacional de 2008, ante el futuro, ante el debate de las redes transeuropeas de transporte; perdemos el crédito pidiendo cosas imposibles, montañas lejanas y difíciles, y siendo incapaces de sostener en pie aquello que ya está crecido, aquello que tenemos encima de la mesa. ¿Cómo vamos a reclamar una travesía central del Pirineo con crédito si no somos capaces de reabrir el ferrocarril que ya existe, que está allí, la línea que ya tenemos construida? ¿Cómo prometer lo imposible cuando somos incapaces de sacar adelante lo posible?
Creo que es una reflexión seria, no grata, pero que tendríamos que hacernos responsablemente, que tendríamos que hacerla desde este parlamento y que tendría que hacer, señor Iglesias, seriamente también, su Gobierno.
Hay que empezar por hacer lo que es posible, por aquello que es evidente, que los ciudadanos ven, que les afecta mañana y esta tarde y ayer; hay que solucionar esos problemas antes de trasladar la convicción y de trasladar una propuesta del calado, de la importancia, de la transcendencia, de las inversiones y de los esfuerzos políticos de sucesivos gobiernos que requerirá una transformación, una actuación de la magnitud, de la importancia económica, de la importancia constructiva como puede ser una travesía central del Pirineo -ya veremos por dónde, ese será otro debate que ahora no toca-. Pero ese debate está seriamente condicionado, seriamente afectado en su crédito, en la credibilidad de la propuesta, por cosas como las que están pasando este invierno.
Y, en este sentido, llévese la parte positiva de esta comparecencia, señor Iglesias, llévese el respaldo de todos los grupos parlamentarios en todas las gestiones, en todas las actuaciones que haya que hacer y que haya que emprender para resolver este problema; llévese esa parte positiva, pero no olvide tampoco la reflexión de fondo, la reflexión que está detrás de esto: si no somos capaces de resolver, y resolver ya, es decir, resolver pronto este problema, si al final resulta que para arreglar el socavón hay que esperar, efectivamente, hasta el 1 de julio para reabrir la carretera para los camiones, señor Iglesias, no pida después que la sociedad nos dé crédito, a usted especialmente, como principal impulsor, por su responsabilidad institucional, de esta iniciativa, que nos dé crédito en las demandas de comunicaciones transfronterizas.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Finalmente, el turno del PSOE. El señor Franco tiene la palabra.
El señor diputado FRANCO SANGIL: Gracias, señor presidente.
Señorías.
El Grupo Socialista comparte la preocupación por el tema que se está debatiendo hoy aquí e incluso la indignación que todos sentimos cuando vemos que hay cosas que se pueden solucionar y que no se solucionan con la premura y con la capacidad con que creemos que se puede resolver en estos momentos del siglo XXI.
También compartimos, pues, señor Alcalde, la valoración que usted tiene del presidente del Gobierno de Aragón, que, con un problema tan viejo, con un problema tan difícil, tan anquilosado, con distintos gobiernos en España, con distintos gobiernos en Aragón, pues que en este momento se le pida que lo resuelva urgentemente y de una manera fehaciente. Valoramos eso, valoramos también esa preocupación y esa valoración que usted tiene por el presidente del Gobierno de Aragón.
Señorías, esta es una necesidad vital para Aragón y para España; no es un problema ni del PP ni del PSOE, es un problema de Aragón y de España, y ahí lo tenemos que situar. Es un problema viejo y es un problema entre vecinos. ¿Y cómo se resuelven las cosas entre vecinos? ¡Si todos sabemos cómo tenemos que resolver nuestros problemas! No estamos igual que hace unos años: ha habido avances, hay espacios para poder hablar, hay espacios, además, en esta ciudad -ha habido y va a haber- donde se van a tratar estos temas, y, evidentemente, en este momento hay opiniones donde hace unos poquitos años ni siquiera hubiéramos podido pensar que se iban a dar. Por lo tanto, la situación en este momento no es igual a la de hace unos años, estamos mejor en esta situación; no está resuelto el tema, pero estamos mejor.
Y no nos olvidemos de Europa. No es un problema del PP, no es un problema del PSOE; es un problema de Aragón, es un problema de España, pero también de Europa, y, en este momento, la articulación de Europa, la necesidad de Europa de construir su espacio, va a facilitar también, no tengo ninguna duda, la resolución de este grave problema.
Si este fuera un problema en nuestra vertiente, en la vertiente del sur de los Pirineos, evidentemente, el tema estaría resuelto; pero tenemos necesidad de convencer a alguien, que no somos nosotros, los que estamos aquí, de que tiene que sentir el interés y la necesidad del tema que hoy estamos tratando aquí. ¿Y cómo? Todos sabemos cómo se resuelven estos problemas, lo sabemos todos, lo sabemos todos: intentando por la vía política, por la vía diplomática, por la vía de las conversaciones, por la vía de confrontar opiniones, pero también de buscar intereses comunes en los temas transfronterizos y en los temas políticos que conllevan la relación entre Francia y España. Se han resuelto así otros muchos problemas que teníamos con Francia, y esa ha sido la única manera de resolverlos, porque, entre vecinos, siempre en democracia, pero más entre vecinos, hay que buscar las fórmulas y el espacio para llegar a acuerdos y a entendimientos.
Yo sé que gobernar bien no es fácil, todos los sabemos, pero hacer oposición responsable tampoco es fácil. Y voy a decir una cosa y la voy a decir con todo el respeto, con todo el respeto, porque necesito creer en todos los que estamos aquí, en todos, necesito creerlo por convencimiento democrático y por necesidad social, porque nos necesitamos, y por eso voy a decir lo que voy a decir: cuando en una familia hay una problema, cuando hay un problema externo, toda la familia se une aunque luego riñamos en Navidades y cuando nos juntamos, pero toda la familia se une para resolver un problema que tenemos, que es de interés para todos.
Por lo tanto, en este momento, yo creo que lo importante es que una oposición responsable no puede utilizar un tema como el que tenemos aquí para algo que no es lo importante. La mayor es resolver los temas de conexión con Francia, de comunicación con Francia, ¡esa es la mayor! Y cuando Francia haya dado el paso, ya nos quedará espacio para reñir, para tener posturas distintas, por dónde, cuándo, cómo... Pero la mayor en este momento es que tenemos que toda la familia aragonesa, la familia aragonesa, no tiene ninguna fisura; los ciudadanos, todos quieren que se haga eso. Por lo tanto, nosotros tenemos que intentar resolver eso ¡unidos! ante la situación de un elemento que no podemos controlar, que es externo a nosotros. Luego ya reñiremos, que queda siempre tiempo, que entre las familias también se riñe y no pasa nada...
El señor PRESIDENTE: Señor diputado, le ruego que concluya, por favor.
El señor diputado FRANCO SANGIL: Acabo, señor presidente, muchas gracias.
Desde posiciones beligerantes, decía usted el otro día. ¿Esto se resuelve desde posiciones beligerantes? Pero ¿qué me está diciendo? ¿Cómo se puede resolver esto desde una posición beligerante?, ¿cómo? Y dígame qué hacemos para hacer... ¿Cómo materializamos la beligerancia? ¿Adónde vamos?
Yo, con todo el respeto, creo que, en este momento, ustedes están utilizando un tema, señores del Partido Popular, un tema que es de interés de Aragón y de España para unos fines que no quiero ni nombrar.
Y, simplemente, voy a decir una cosa. Usted ha hablado de vasallaje, usted ha hablado de vasallaje. Me cuesta mucho decir estas cosas, pero recuerdo el rancho de Bush, simplemente, para que usted entienda lo que es vasallaje y no utilice, porque a mí no me gusta utilizarlas, estas cosas.
Simplemente, le quiero decir que no tengo ninguna duda de que el problema de los pasos transfronterizos se solucionará, se solucionará con ustedes o sin ustedes. Elijan.
Gracias.
[Rumores.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Dígame, señor Alcalde.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Yo quería decirle, señor presidente, que el último portavoz se ha dirigido al Partido Popular... [Rumores desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Silencio, ¡silencio!
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: ... insinuando o haciendo ver que hacía una oposición irresponsable al decir que no hacíamos oposición responsable. Le pido treinta segundos para matizarle al señor Franco sus argumentaciones.
El señor PRESIDENTE: Eso no forma parte del debate, de la estructura del debate, ni tiene apoyo reglamentario, a juicio de esta Presidencia, señor Alcalde. No, por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Pues le expreso la queja de este grupo parlamentario por permitir que un grupo haga una imputación directa como la que acaba de hacer el señor Franco a mi grupo y no darme la palabra para poder contrarrestar esa opinión.
[Rumores.]
El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde, hacen ustedes difícil el arbitraje. No tiene la palabra para expresar eso, y le ruego que se siente, por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Si usted mira a otro sitio, seguro que será muy difícil el arbitraje, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Silencio, por favor, silencio.
El señor presidente del Gobierno puede contestar.
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: Señor presidente... [Rumores.] Señor presidente.
Al amparo del artículo 86 del Reglamento y en relación con el...
El señor PRESIDENTE: Conocido el artículo, no le concedo la palabra, señor portavoz.
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ... solicito la palabra... [Rumores.]
El señor PRESIDENTE: Señor portavoz, no tiene usted la palabra.
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ... solicito la palabra para el presidente del Grupo Parlamentario Popular. [Rumores.]
El señor PRESIDENTE: No tiene usted la palabra.
Acaba de hacer, además, ese tema, el presidente de su grupo. Si ustedes...
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: Sí, sí. Yo estoy solicitando...
El señor PRESIDENTE: Por favor, le ruego que se siente y que no...
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ... al amparo del Reglamento, señor presidente. Siga usted así, al servicio del presidente del Gobierno.
El señor PRESIDENTE: ¿No se da usted cuenta de cómo pretenden dirigir la sesión continuamente, y su criterio es el que vale y no el de la Presidencia? ¿No se dan cuenta? [Rumores.]
El Reglamento, señor Suárez, el Reglamento... Si usted entendiese el Reglamento y entendiese alguna otra cosa que, de momento, no le voy a mencionar, entendería que el Reglamento lo... [El diputado señor SUÁREZ ORIZ, del Grupo Parlamentario Popular, se manifiesta desde su escaño en términos que resultan ininteligibles.] ¡Silencio!
El Reglamento lo interpreta el presidente. Si ustedes quieren o persiguen otro tipo de objetivos...
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ¿Pero me dará usted ocasión de leer el Reglamento?
El señor PRESIDENTE: ¡No tiene usted la palabra! ¿Se da usted cuenta...?
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ¿Me dará usted ocasión de leer el Reglamento, presidente, o no?
El señor PRESIDENTE: ¿Se da usted cuenta...?
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ¿Lo leo? ¿Lo leo?
El señor PRESIDENTE: No tiene usted la palabra, ¡por favor! [Rumores.]
El señor diputado SUÁREZ ORIZ [desde el escaño]: ¿Ya?
El señor PRESIDENTE: He dicho que no tiene la palabra. [El diputado señor SUÁREZ ORIZ, del Grupo Parlamentario Popular, se manifiesta desde su escaño en términos que resultan ininteligibles.] ¡No tiene la palabra!
Ha expresado la opinión de su grupo el presidente de su grupo, nada menos. No tiene usted ninguna razón al invocar ese artículo reglamentario en este turno del debate. ¿Entiende? Esa es mi opinión. Y si usted es un demócrata, debe aceptar la decisión de la Presidencia, que ampara sobre todo a su grupo en su labor de oposición.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente.
Señor Alcalde.
Me comenta el portavoz de mi grupo que, si se ha considerado ofendido, que lo disculpe, que no era esa su intención. Por lo tanto, no cojamos el rábano por las hojas.
Vamos a ver, estábamos hablando del problema que tenemos en Aragón con los túneles y con las carreteras transpirenaicas, y ese problema lo seguimos teniendo después de este debate, y vamos a hacer todo lo posible para intentar resolverlo.
Yo tengo que darles las gracias a todos los portavoces. El señor Barrena ha reconocido, y creo que todos los demás lo han aceptado, que no había que hacer una invasión en Francia para solucionar el problema. Me parece que ese es un primer punto sobre el que nos podemos apoyar: no resolveremos este problema con una invasión. Yo hice la mili en un cuartel que se llamaba cuartel General Ricardos, que este señor invadió el Rosellón francés en tiempo de Napoleón, pero no solucionó el problema de la frontera.
Por tanto, yo creo que tenemos que seguir insistiendo en las fórmulas que hemos utilizado, y que en algunos temas no han sido suficientes, pero las hemos utilizado, seguimos creyendo en ellas y tendremos que perseverar. Es decir, hablar, hablar en todos los foros, estar presentes en todos los foros, presionar en todos los foros.
Y que el problema, sobre todo -desde mi punto de vista, creo que es fundamental, es donde vamos a incidir ahora-, que el problema sea también un problema de los sectores económicos franceses. Si no conseguimos que esto sea un problema también de los franceses, no terminaremos de resolver esto, y en esa línea nos vamos a mover.
Y, por eso, vamos a trabajar conjuntamente con las cámaras de comercio, con los empresarios. Las cámaras de comercio, como la Cámara de Comercio de Huesca, han tenido una tradición permanente, una preocupación permanente por estas conexiones internacionales con Francia, y que desde los años ochenta han estado en primera línea exigiendo, apoyando, impulsando con sus homólogos franceses la solución de estos conflictos.
El PAR, el portavoz del PAR también aceptaba que tampoco era solución tirarnos desde la Torre Eiffel. Pues no, tampoco nos vamos a tirar desde la torre Eiffel. Por tanto, yo creo que es fundamental que nosotros hagamos nuestro trabajo.
Le quiero decir a Bizén Fuster que nuestros pasos, los pasos aragoneses de competencia aragonesa, que son dos, y de competencia estatal, de competencia del Ministerio de Fomento, que es uno, están abiertos todos los días del invierno y todas las noches. O sea, nosotros llegamos a la frontera y hemos demostrado, con unos servicios, con una gran eficacia por parte de nuestra gente del Departamento de Obras Públicas, que somos capaces de mantener los pasos abiertos; algunos días, con cadenas, pero siempre abiertos hasta la frontera. Por tanto, si desde Aragón podemos mantener esta posición, lo que debemos hacer es conseguir que nuestros vecinos puedan hacer lo mismo. Yo sólo quiero eso.
Y, a partir de ahí, además, tenemos que conseguir que aceleren las obras para que, en un socavón de tres metros, no necesite el departamento de obras públicas francés cinco meses para resolverlo.
A mí, sinceramente, cuando hemos podido ver los papeles y la programación..., bueno, no quiero expresar aquí, para que conste en el Diario de Sesiones, lo que me ha parecido, pero no ha sido nada agradable ver que, para rellenar un socavón, necesitábamos cinco meses. Yo he pensado: nuestra sociedad no nos lo aceptaría, y haría bien; en Aragón, eso no sería aceptable, querido consejero de Obras Públicas, no nos lo aceptarían.
Vamos a ver si nuestros vecinos se sensibilizan con esta cuestión y, sobre todo, vamos a hacer un esfuerzo, se lo garantizo, tanto en Europa, con los que ya tenemos las entrevistas fijadas (precisamente, para el próximo día 12), como con las autoridades del sur, que creo que estas cuestiones de viabilidad invernal son más responsabilidad de ellos y podemos resolverlas más aquí que en París, para que podamos conseguir que un socavón no necesite cinco meses para repararse. Esta es una cuestión diferente.
Y que podamos mantener en la estrategia, en el medio plazo, algo que todos hemos planteado como una prioridad estratégica de Aragón, todos los gobiernos de Aragón y, además, todos los gobiernos de España, de diferentes signos: la necesidad de conseguir una conexión a baja cota por ferrocarril por el Pirineo central.
¿Por qué me detengo -sólo un segundo, señor presidente- en esta cuestión? Porque la sensibilidad que hay en los valles franceses -que es verdad- y en los valles pirenaicos -que es verdad- con el tema del transporte de mercancías por camión, cada vez nos complica más las cosas. Y, en el medio plazo, sabemos que esta no será la solución definitiva para el transporte entre España y Francia en el siglo XXI.
Y por eso, señor Fuster, no es incompatible hablar del túnel a baja cota y hablar del Canfranc. Si no somos capaces, en el medio plazo, de desplegar un proyecto de gran capacidad de transporte entre Zaragoza y Toulouse, entre Zaragoza y Burdeos, no resolveremos el problema, y nuestra estrategia de tener Aragón como un gran despliegue logístico cojeará en uno de sus vértices. Y, por eso, necesitamos resolver eso en el medio plazo y, en el corto plazo, los pasos actuales. Y con esa estrategia en el medio plazo y en el plazo inmediato, trabajaremos. ¿Para qué? Para que cerrar un socavón en Francia o limpiar la nieve de las carreteras no suponga tener varias semanas todos los inviernos los pasos cortados. En esa línea es en la que vamos a trabajar.