Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Comparecencias - De altos cargos y funcionarios de la DGA

Comparecencia del director general de Turismo para hablar sobre turismo verde y rural

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 099 de Serie B (IV Legislatura)
Intervinienen: Domingo Comenche, Salvador - Yuste Cabello, Chesus - Rodriguez Chesa, Manuel Eugenio - Ortiz De Landazuri Solans, Roberto - Sarvise Marquina, Joaquin

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Buenos días, señor Presidente, señores Diputados.
En primer lugar, mi agradecimiento por esta comparecencia para así tener la oportunidad de que conjuntamente podamos analizar ese fenómeno del turismo rural. Yo quizá me centraría en algo más que en turismo rural porque para nosotros sería todo nuestro turismo, ya que, por suerte o por desgracia, todo nuestro territorio habría que calificarlo como rural, exceptuando la ciudad de Zaragoza. Pero nos centraremos en turismo rural en un sentido muy estricto, que sería el que va ligado a las viviendas de turismo rural en sus diversas modalidades.
En este campo, yo creo que existe una cierta confusión bajo la apariencia de una cierta comprensión del fenómeno. Se utilizan muchas imprecisiones, se dicen a veces medias verdades, se habla de legalización, de fiscalidad, de microempresas, de turismo rural, de turismo verde, a veces se hacen hasta descalificaciones más o menos fundadas. Y a mí me gustaría exponer, desde el punto de vista del Gobierno de Aragón, lo que hemos entendido por turismo rural, repito, en el estricto apartado de vivienda de turismo rural, para intentar aclarar lo que es este fenómeno y lo que supone.
Quisiera hacer de entrada una aclaración, y es que en este mundo del turismo, como en otros muchos sectores de la economía, hay una gran parte de oferta que es -podríamos titular- como oferta subterránea o economía subterránea, que es una parte muy importante, mucha más que la del fenómeno que vamos a estudiar, que son las viviendas de turismo rural legalizadas, en donde podríamos hablar de economía conocida.
Es de todos sabido que existe una gran cantidad de oferta de casas en la totalidad de nuestros pueblos, de manera que, bajo la fórmula de arrendamientos urbanos o de forma totalmente subterránea a veces, hay una gran cantidad de oferta de alojamiento que está en juego pero que no aparece en ninguna parte. Hoy vamos a tocar no esa parte, que en principio es desconocida por ser subterránea y que en todas partes alcanza -repito- volúmenes importantes, sino que vamos a hablar de esa parte de la pequeña oferta de viviendas de turismo rural que es una oferta conocida, que está escrita, que está legalizada. He repartido unas guías de servicios turísticos donde verán que, junto a toda la oferta de servicios de Aragón, hay un apartado de viviendas de turismo rural y una separata -por el tema de ahorro de costes, para entregar a quien solamente quiera esta parte- del conjunto de viviendas de turismo rural que en estos momentos tenemos en Aragón, que -repito- es oferta conocida.
Me gustaría hablar un poco de historia y legalidad de este mundo de las viviendas de turismo rural, recordando que hace muchos años -este fenómeno no es nuevo-, en los años sesenta, se creó en España la figura de las casas de labranza, y hay que decir que no tuvo demasiado éxito; ahí está la fórmula pero languideció sin éxito. En el año 1986, se dictó el Decreto 113/1986, de 14 de noviembre, cuyo título era sobre ordenación y regulación de alojamientos turísticos denominados «viviendas de turismo rural», es decir, sobre ordenación y regulación, dentro de las competencias de aquel momento; hoy, en el campo turístico, son plenas por parte de la Comunidad Autónoma de Aragón.
Es decir, en aquel momento se ordenó y se reguló esta figura de alojamiento -evidentemente, es una regulación turística, son las competencias que tiene el Gobierno de Aragón-, entonces se ordenó, se dictaron unas normas, tengo que decir que unas normas de mínimos: se creó un registro, registro cuya guía responde a ese registro que tenemos en la dirección general y que perseguía una serie de objetivos: perseguía el objetivo de equilibrio territorial, lucha contra la despoblación, intentando lograrlo a través de unas nuevas vías que en nuestra sociedad se presentaban, que era la satisfacción de una nueva demanda de un turismo que quería tener un contacto más íntimo con el medio rural. Esta fórmula de alojamiento parecía que podía contribuir a ello. Es decir, que en el año 1986, en un decreto que creo que tienen todos ustedes, se reguló y ordenó esta actividad.
No voy a leer ni a entrar en ello, pero había unos puntos que quisiera referenciar. Uno de los requisitos que se exigía para ser inscrito en la modalidad de vivienda de turismo rural era que el propietario de la vivienda viviera en el medio rural y trabajara preferentemente en el sector agrícola o ganadero. Evidentemente, en muchas, en una gran mayoría, de las viviendas de turismo rural el titular ejerce estas actividades. Es obvio que, cuando se introdujo la palabra «preferentemente», se dejó una puerta abierta para que algunas otras actividades de las que el turismo rural complementa pudieran acogerse a esta figura.
Se puso otra condición, y fue que estas viviendas tuvieran una capacidad limitada entre dos topes, uno mínimo de dos habitaciones y un máximo de seis habitaciones, al objeto de crear un marco para estas -podríamos llamar- microempresas de alojamiento con un tratamiento muy especial y muy limitado. Es decir, que estuviera por debajo de lo que normalmente entendemos por oferta comercial, que son todas las otras figuras de alojamiento existentes en la reglamentación turística, y -quiero reseñarlas para tener una visión conjunta del marco turístico en el que nos movemos- que responden a la política turística del apartamento todos estos años.
Tenemos en primer lugar y en cabeza de la categoría de establecimientos turísticos los alojamientos hoteleros, los hoteles, que se subdividen en cinco categorías: de cinco, cuatro, tres, dos y una estrellas. Para tener esa calificación, se les exigen unos mínimos de dotaciones de infraestructura; concretamente, han de tener todos baño, han de estar en edificio independiente, con entrada independiente, con unas dimensiones de habitaciones, pasillos, escaleras y demás servicios.
Después volvió a crearse una figura que se abandonó durante unos años, que era la figura del hostal, que es la que vendría debajo de los hoteles. Además, se hizo a petición de la Asociación de empresarios turísticos, principalmente de Huesca, porque consideraron que era una figura de alojamiento que tenía un cierto atractivo entre los clientes: transmitía una cierta sensación de buen alojamiento turístico combinado con muy buen precio. La figura del hostal -que, como nombre comercial, yo creo que tiene valor- se recreó, porque estuvo creada, se anuló y se volvió a crear. En estos momentos, la categoría está por debajo de hoteles.
Y después se creó y se unificó todo el concepto de pensiones, como última categoría dentro de lo que ha sido alojamiento turístico clásico, y en las pensiones se incluye todo el resto de lo que había: casas de huéspedes, fondas y las propias pensiones que existían.
Posteriormente, e intentando responder a una demanda de la sociedad y a unas realizaciones que están ahí, se reglamentaron dos nuevas figuras de alojamiento turístico, que eran, por un lado, los albergues, albergues sin más adjetivos, albergues turísticos, y, finalmente, se reglamentaron otras figuras de alojamiento turístico que están ahí, en el mercado, y que se pueden adquirir a bajo precio, que eran los refugios de montaña.
Ese era todo el abanico de alojamiento turístico existente bajo techo. Y a eso se añadieron -en el año 1986, repito- las viviendas de turismo rural, con esta denominación que no hemos cambiado hasta la fecha. Habría que añadir dentro de la oferta de alojamiento el alojamiento turístico no bajo techo, sino al aire libre, que serían los cámpings y áreas de acampada.
Con esa reordenación de la oferta se pretende, se ha pretendido, recoger la realidad turística, abriendo los máximos cauces posibles para lograr el mayor desarrollo y, concretamente en el tema que nos ocupa, intentar inyectar un poco de vida económica, siempre por la vía de la complementación de rentas en todos esos pequeños municipios de Aragón que tan necesitados están de nuevas actividades económicas para posibilitar su subsistencia. Quiero recordar que tenemos del orden de ochocientos municipios, y, si hablamos de núcleos, estamos hablando de cifras muchísimo más altas. En esta sala hay alcaldes que conocen muy bien lo que es tener un municipio con veinte o con treinta núcleos habitados dentro del municipio. Intentar ayudar a la supervivencia de estos pequeños núcleos es una de las razones que ha estado al menos en mi ánimo para potenciar en todo lo posible esta figura de la vivienda de turismo rural.
En cuanto al desarrollo de este decreto, en febrero de 1987 se promulgó una orden de ayudas que, concretamente, eran ayudas de hasta quinientas mil pesetas por parte de la Comunidad Autónoma, compatible con unos créditos que para la mejora de la vivienda rural, no vivienda turística, sino para la vivienda rural, el Gobierno de Aragón tenía dentro de sus programas. Bien es verdad que siempre ha habido programas tanto en Agricultura como en Ordenación Territorial de ayuda a la vivienda rural, no turística, sino que cualquier agricultor ha tenido acceso a estos fondos, en un orden más o menos equivalente al que hemos aplicado en vivienda de turismo rural. Quiero decir que lo único que intentó este programa, dentro del mismo marco de ayudas que había para la vivienda rural, en apoyo de los núcleos rurales, fue abrir un nuevo sector económico, dedicándose a tiempo compartido a la actividad del turismo.
Repetiré muchas veces lo de tiempo compartido o actividad complementaria porque, evidentemente, un alojamiento con ese mínimo de dos y máximo de seis habitaciones no puede dar para la subsistencia de una familia pero sí puede ayudar a complementar rentas, de forma que esas trescientas, cuatrocientas, quinientas, seiscientas mil y quizá, en algunos casos, un millón de pesetas de cifra de negocio que puede alcanzar una de estas viviendas ayudan a que esa familia pueda complementar su renta, por un lado, y, por otro lado, hay un intercambio cultural importante para animar un poco la tranquila vida de esos núcleos rurales y con ello lograr el asentamiento de la población, que nadie se mueva, a ser posible, de esos núcleos.
Hay que decir que esa orden de ayuda de 1987 no funcionó demasiado. Y, para que tengan una idea de la evolución que había, en el año 1987 había dos viviendas de turismo rural registradas en Aragón; en el año 1988, diez. En aquellos años, cuando empecé a ser director general de Turismo, planteamos ver cómo se podía movilizar e incrementar la velocidad de crecimiento de ese sector -repito-, promovido esencialmente por sus aspectos sociales, sin modificar el decreto de regulación y ordenación de ese sector, el que había de 1986, y cuyas escasas prescripciones yo, en particular, propuse que se mantuvieran durante una serie de años, ya que el problema de relanzar este sector era un problema muy difícil, el problema de movilizar a la sociedad respecto a estos pequeños núcleos rurales era un problema, como todos ustedes saben, muy grande, debido al estaticismo de esa sociedad. Por ello, no era cuestión de poner grandes dificultades al desarrollo de este subsector, sino todo lo contrario, que las dificultades fueran las menores posibles porque -repito- el proceso no arrancaba, la velocidad de desarrollo que tenía era muy lenta.
En el año 1989, bajo el nombre, quizá rimbombante, de «Plan de turismo rural», decidimos sacar nuevas órdenes de ayudas pero que buscaban unos objetivos muy concretos. Por un lado, se hacía incidencia especial, aun manteniendo la estructura pasada, en centralizar, mejor dicho, en concentrar los esfuerzos de desarrollo en unas comarcas. En aquellos momentos no hablábamos de comarcas, sino de masas espaciales de referencia; las comarcas en aquel momento no estaban desarrolladas, hoy por hoy vamos a hablar de comarcas. Concretamente, se escogieron unas zonas de alta potencialidad: una en la provincia de Huesca, de Sobrarbe-Ribagorza, de potencialidad turística y muy necesitada de desarrollo, y, en Teruel, la zona de Maestrazgo-Gúdar-Javalambre.
Las ayudas, que crecían algo en volumen -las ayudas podían llegar a setecientas cincuenta mil pesetas por vivienda-, estaban condicionadas por una serie de factores porque intentábamos buscar la calidad, y, concretamente en aquellas ordenes, se primaba, por ejemplo, el establecimiento de más cuartos de baño, y parte de la subvención llegaba en función del número de cuartos de baño que se instalaran, en ese intento de que la oferta que se creara tuviera más capacidad de acogida por los clientes.
Otro de los elementos que en aquel momento pusimos -y esto no estaba en la orden pero se desarrolló para intentar lanzar el Plan y el proyecto a fin de que saliera adelante- fue intentar implicar a la sociedad rural en el proceso. Hasta entonces, se gestionaban las ayudas desde Zaragoza y no terminaban de funcionar. Yo creo que el éxito del Plan en aquel momento radicó en escoger estas zonas -concretamente, empezamos por Sobrarbe-Ribagorza-, creando o ayudando a crear desde la Administración una asociación de turismo rural, la Asociación pirenaica de turismo rural (Tural), con dos sedes, una en Aínsa y otra en Laspaúles, para que, desde allí y por personal de la zona, se transmitiera a los pequeños núcleos rurales el proyecto. Se le encargaron funciones de gestión de las ayudas y gestión de tramitación al objeto de facilitar que a esos agricultores y ganaderos, preferentemente, no se les hiciera un gran nudo la burocracia administrativa, de modo que estas personas, desde esa Asociación, les resolvieran el problema.
Con ese enfoque, yo creo que los resultados que se han producido han sido espectaculares, de forma que Aragón está hoy a la cabeza, empatado con Cataluña, más o menos vamos a la cabeza en este tipo de oferta de turismo rural. Concretamente, para que tengan una idea, ya el año 1990...
¡Ah!, el objetivo de aquella idea inicial que yo me planteé era alcanzar en ese Plan ciento cincuenta viviendas de turismo rural en un plazo de cuatro años. Tengo que decir que ahí los resultados superaron ampliamente los objetivos que nos habíamos marcado, y, concretamente, pasamos de dieciocho en 1989 a ciento veintiséis viviendas en 1990, doscientas catorce en 1991, doscientas sesenta y dos en 1992, trescientas treinta y una en 1993, trescientas ochenta y ocho en 1994, cuatrocientas noventa y cuatro en 1995 y quinientas sesenta y tres a finales de 1996. A fecha de 1996, esto supone, aproximadamente, del orden de cuatro mil plazas de alojamiento en este subsector.
En cuanto a reparto, la parte mayoritaria, del orden del 60%, se concentra en la provincia de Huesca, y más concretamente en la zona pirenaica o subpirenaica; creo que en Teruel estamos en ciento noventa y nueve, doscientas viviendas de turismo rural en la provincia de Teruel, lo cual es un gran éxito, y en la provincia de Zaragoza, por diversas razones que son fácilmente explicables, solamente una treintena de viviendas se han acogido a los programas.
Tengo que decir que a esas comarcas iniciales de 1989 se añadieron en 1991 unas nuevas comarcas, concretamente la mancomunidad de Gállego, las altas Cinco Villas, alta Zaragoza y prepirenaica; se quiso extender al norte de la provincia de Zaragoza el desarrollo del proyecto.
Junto a estas cifras de evolución del subsector, que creo que ha sido importante, tengo que decir que se dieron subvenciones a fondo perdido y préstamos subvencionados. Para que tengan idea del monto que el Gobierno de Aragón ha dedicado a este proceso y sepamos todos de qué hablamos, tengo que decir que son cantidades ínfimas las que hemos aplicado al proyecto. Concretamente, en subvenciones a fondo perdido se han otorgado ciento veintidós millones de pesetas en toda la historia de los planes de turismo rural, y en créditos subvencionados se han otorgado quinientos noventa y dos millones en la totalidad de estos casi diez años.
En cuanto a apoyos, evidentemente, han contado con apoyos de la Administración, pero el éxito del Plan no ha radicado tanto en las ayudas concedidas, sino en el sistema de gestión que en aquel momento se impuso, que fue el actuar a través de esos intermediarios, asociaciones de turismo rural (se comenzó con Tural), que han sido los verdaderos dinamizadores del proceso. Se encargaban -repito- de la gestión, de la formación, de las ayudas a la formación y comercialización y de resolver todos los pequeños problemas que le surgieran al pequeño agricultor, al ganadero. Una función, quizá más importante, eran las charlas previas para convencer a esa población tan esquiva a cualquier modificación en el status de vida de que se metieran en este asunto. Creo que ha sido donde ha radicado el éxito del Plan: en esos agentes dinamizadores que hemos utilizado, de hecho, en esa descentralización de la gestión del programa.
Tengo que decir que, como consecuencia de aquella gran Asociación de turismo rural, Tural, surgieron otras, unas por mimetismo y otras impulsadas. Impulsamos desde la dirección general que en Teruel se reprodujera el fenómeno asociacionista para hacer las mismas funciones que se hacían en Sobrarbe y Ribagorza. En estos momentos tenemos nueve asociaciones de turismo rural. Concretamente, aparte de Tural, tenemos: Maestur, en el Maestrazgo; Asociación de turismo rural de la comarca del Mezquín; la del Matarraña; la del alto Mijares; Casatur, a caballo entre Huesca y Zaragoza; Asociación de la sierra de Albarracín y Asociación para el desarrollo de turismo rural Jalgur, de Javalambre y Gúdar. Todas ellas se han asociado y han constituido una Federación aragonesa de asociaciones de alojamientos rurales (Aratur).
Todo ese proceso histórico que he relatado ha sido para tener conocimiento de lo que ha ocurrido en todos estos años, repito. Creo que el éxito de este fenómeno ha radicado, por un lado, en las ayudas que se concedieron, esencialmente en los momentos iniciales, y, sobre todo, en la forma de gestión que se utilizó. Como todos ustedes saben, la Dirección General de Turismo ha tenido siempre muy pocos recursos económicos, por un lado, y todavía menos recursos humanos, por otro, por lo que utilizamos quizá la imaginación para sustituir esa falta de estructuras propias, trasladando la gestión a los lugares concretos donde se tenía que desarrollar el proceso. Y ahí ha radicado, desde mi punto de vista, el éxito, de forma que ahora tenemos un subsector bastante estructurado. El futuro dirá por dónde irán las tendencias de consumo, pero ahí está.
Iba a leer una síntesis del Plan de turismo rural, pero son varias páginas y, por horario, va un poco mal. Voy a dejar de hacerlo en su integridad pero sí querría referir algunas de las ideas que en aquel momento teníamos en cuanto a lo que podía suponer el turismo rural. El turismo rural pretende ser una escuela de formación de futuros profesionales y empresarios del turismo forjados en la propia experiencia. Recordemos que una gran proporción de la hostelería familiar actual que puebla y constituye nuestra oferta turística procede del turismo rural de antaño, que con el tiempo ha ampliado sus instalaciones hasta llegar a configurar la oferta de hostelería hoy existente. Yo creo que esa idea se puede mantener. De hecho, alguna vivienda de turismo rural ha evolucionado a establecimientos turísticos de categoría superior, ya se han transformado en hostales, pensiones, algunos en hoteles. De forma que ese formarse aprendiendo, desarrollando la actividad, era uno de los grandes objetivos que yo planteé en aquellos años, y creo que puede jugar, ha jugado y jugará un gran papel.
Hoy se habla mucho de formación, se están invirtiendo grandes recursos en ella. No sé los frutos que nos da el tipo de formación que estamos haciendo pero lo que sí tengo que decir es que esta formación, apoyada por las asociaciones de que he hablado, más las propias experiencias del individuo desarrollando la actividad, sin duda están transformando la mentalidad y la capacitación de las personas que en esos núcleos rurales se están dedicando a esta actividad. Es uno de los caminos de dinamización social de estos núcleos de tan difícil evolución.
Tengo que decir que desde el año 1993 se han acabado las subvenciones a la vivienda de turismo rural, es decir, no se ha otorgado ninguna subvención a vivienda de turismo rural. Tengo que decir que desde el año 1994 no se ha otorgado ningún crédito subvencionado a viviendas de turismo rural. ¿Por qué es así? De la evolución de la cifra de vivienda de turismo rural que les he expuesto, se desprendía que aquel objetivo de aumentar la velocidad de crecimiento del subsector estaba logrado. Por lo tanto, a partir de cierto momento, el problema ya no era tanto de fomentar la cantidad de nueva vivienda de turismo rural, sino de apaciguar ya la velocidad de crecimiento, a pesar de lo cual ha seguido creciendo, e intentar buscar otros factores como la calidad o similares.
A las viviendas de turismo rural, en esas órdenes de ayuda que citaba, se les exigía que estuvieran abiertas un cierto período de tiempo al año, concretamente seis meses, y que mantuvieran la actividad durante cinco años; era una condición que se les ponía. Evidentemente, toda aquella que no recibía ayudas podría abrir o cerrar a su conveniencia como pequeña unidad empresarial. También tengo que decir, aunque creo que será de conocimiento de todos ustedes, y aunque está fuera ya de nuestro control, que los programas de turismo rural no están siendo hoy apoyados por el Gobierno de la Comunidad Autónoma pero sí indirectamente a través de los programas Leader. Es evidente que una parte de las ayudas o parte de la acción de dinamización del mundo rural a través de los programas Leader se invierte en la potenciación de vivienda de turismo rural o de hotelería rural. Es decir, aunque el Gobierno de Aragón hace años que dejó de apoyar presupuestariamente al subsector, hay actualmente otras vías de dinamización rural que se enmarcan en otros programas de mucha más alta enjundia que parcialmente se ocupan de esa cuestión.
Espero haber dado un marco general.
Me gustaría comentar un poco el tema del turismo verde. Igual que iniciamos el Plan de turismo rural, la Diputación de Huesca, con un pequeño retraso respecto al Gobierno de Aragón, y por razones en las que no voy a entrar -en su día también hubo sus dimes y diretes-, creó el Plan de turismo verde para determinadas comarcas de la provincia de Huesca. Por lo tanto, es un plan de turismo rural de ayudas impulsado y auspiciado por la Diputación Provincial de Huesca que tiene una diferencia respecto al Plan de vivienda de turismo rural del Gobierno de Aragón.
Creo que conviene que sea conocido. El Plan de turismo verde incluye la vivienda de turismo rural pero también incluye hoteles rurales e incluye albergues turísticos. El Plan de turismo verde era un poco más amplio que el Plan de turismo rural. Tengo que decir que, simultáneamente a estas ayudas para la vivienda de turismo rural por parte del Gobierno de Aragón, con cifras muchísimo más importantes que éstas, se apoyaba a la hotelería tradicional en el medio rural y también en el medio urbano mediante una serie de ayudas que se desarrollaron durante todos estos años, que hicieron crecer sustancialmente la oferta. Pero la Diputación de Huesca apoyó especialmente esta figura: vivienda de turismo rural, hoteles rurales y albergues. Vivienda de turismo rural con algunas especificaciones más duras, quiero decir que la vivienda de turismo rural acogida al turismo verde tenía una cota de calidad ligeramente más elevada.
Hoy podríamos decir que el turismo verde es una marca de turismo de calidad para ciertos alojamientos de la provincia de Huesca, marca de calidad en la que la Diputación está haciendo un esfuerzo notable a nivel económico. Es un pequeño esfuerzo, estamos hablando de cifras relativamente pequeñas, pero se está haciendo una promoción de esa marca: se ha creado una central de reservas para la comercialización de esas viviendas de turismo rural, con un buen tratamiento para los ofertantes de producto a través de ella. Hay que hacer un apoyo administrativo en la Diputación para intentar incrementar la cifra de ventas y que los grados de ocupación de esas viviendas alcancen los mínimos para hacerlas rentables, para hacerlas viables económicamente, condición sine qua non para que la actividad siga funcionando.
Para que esta cámara esté bien informada, diré que el año pasado suscribimos un acuerdo entre el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca. Quiero informar de que por esta Dirección General de Turismo se ha hecho un gran esfuerzo para romper el hielo existente en este campo concreto, limitando el campo de actividad turística entre la Diputación de Huesca y la Diputación General de Aragón, hielo que se ha fundido en gran parte, mantenemos ahora buenas relaciones.
El programa de turismo verde cumple las especificaciones de turismo rural y está bajo el paraguas general, y, como consecuencia de todo ello, hemos suscrito un convenio por el cual hemos dado un pequeño apoyo a esa central de reservas para que comercialice no sólo la marca turismo verde, sino, voluntariamente, toda aquella oferta de turismo rural de la provincia de Huesca que quiera comercializarse a través de esa central de reservas, repito, voluntariamente, de modo que pueda adscribirse a la misma.
Como había algunas diferencias de calidad, se han creado de facto dos clases de ofertas, que serán: una, la vivienda de turismo rural con baño en la habitación, para entendernos y simplificar, esencialmente así es, habitaciones con baño que figuraban con la marca «turismo verde», y, bajo la marca inespecífica de «turismo rural», aquellas viviendas de turismo rural con habitaciones sin baño. Espero que esto tenga también sus frutos y que la comercialización conjunta permita incrementar la promoción y, consecuentemente, las ventas, puesto que -repito- en este momento queda ya extendida la posibilidad para todas las viviendas de turismo rural de la provincia de Huesca. Si la experiencia funciona, nada impide que esa experiencia pueda trasladarse al ámbito provincial o al conjunto de Aragón, sería una cuestión a determinar en el futuro para mejorar esa comercialización.
Tengo que decir que, por esta dirección general y para mantener ese exquisito equilibrio que pretendemos mantener, se está en gestiones, que han sido dificultadas por -digamos- los pequeños rifirrafes que han ocurrido últimamente entre la Asociación de hostelería de Huesca y la Diputación Provincial de Huesca. El ánimo era extender o crear una unidad similar para la oferta comercial de la provincia de Huesca, de forma que toda la hostelería de Huesca que voluntariamente -por supuesto, es un programa voluntario- quisiera acogerse pudiera comercializarse a través de esa futura central de reservas. Respecto a esto, yo todavía tengo la esperanza de que podamos crearla con participación económica y apoyo de la Diputación Provincial de Huesca, y espero, en fin, que los pequeños problemas surgidos últimamente con este tema no dificulten su implantación.
Esto ha quedado enmarcado dentro del gran problema del turismo aragonés, que creo que sigue siendo la promoción y la comercialización. Tenemos muchos pero uno de los que creo que hoy tiene una importancia especial es el de la promoción y comercialización, y tenemos que abrir unas vías o atisbar unos canales que, con pocos recursos pero también con imaginación, nos permitan incrementar nuestra presencia en los mercados, presencia de ventas, es decir, canales de ventas, que son de los que estamos más necesitados.
Otro tema que querría aclarar o exponer y que subyace en el fondo de la cuestión es el de los aspectos fiscales y de Seguridad Social de este subsector de las viviendas de turismo rural. Me gustaría aclarar antes que, dentro de lo que es turismo verde, lo que son hoteles y lo que son albergues están sujetos a la reglamentación turística correspondiente y están inscritos como tales dentro de la relación, de los registros de alojamiento turístico, de forma que un hotelito, que son hoteles de tamaño pequeño de turismo verde, para nosotros, para la Diputación General de Aragón, es un hotel, sin perjuicio de que, como marca de calidad, pone lo de «turismo verde». Igual que tenemos en mente crear esas marcas de calidad pero que no tienen influencia en cuanto a la regulación administrativa, sino que son marchamos de calidad, desde el punto de vista de marketing comercial, para tener mejor posición en el mercado. Por ello, hay que separar muy bien lo que es la parte administrativa del asunto de lo que serían los temas de marketing, que están completamente al margen y que ya no están sujetos a reglamentación.
Dentro de los aspectos fiscales y de Seguridad Social, creo que no es obvio recordar que la Diputación General de Aragón carece de competencias en ese campo y ninguna de nuestras regulaciones turísticas contempla dichos aspectos, repito que porque no somos competentes. No es trabajo de la Dirección General de Turismo conocer si pagan o no pagan sus impuestos las viviendas de turismo rural ni tampoco los hoteles. Tengo que confesar mi más absoluto desconocimiento del cumplimiento de las obligaciones impositivas por parte de cualquier establecimiento turístico de esta Comunidad, creo que no es de mi competencia. Es un tema que afecta a la conciencia de cada uno, al cumplimiento de la Constitución y de todas las leyes fiscales e impositivas de nuestro país y cuyo control corresponde a los órganos correspondientes, tanto en el ámbito de la legislación como en el ámbito de cumplimiento y control del mismo.
No obstante, tengo que decir que, a nivel nacional, esto no es un problema de Aragón, es un problema general de todo el turismo nacional. Aquí tengo un pequeño estudio que se ha hecho sobre el tema a escala nacional, y, claro, existen del orden de treinta y siete nombres diferentes de turismo rural. Alguien ha hablado de cincuenta, tanto da cincuenta como treinta y siete. Es un fenómeno que cada comunidad autónoma, dentro de sus competencias turísticas, ha resuelto de la mejor manera posible: las llaman «casonas», las llaman «pazos»... Evidentemente, el que tiene pazos los ha puesto en marcha, les ha puesto nombre, y el que tiene casonas las ha puesto en marcha con este nombre. Nosotros, desgraciadamente, no hemos tenido ni esas construcciones ni esas figuras ni equivalentes y, por lo tanto, hemos tenido que optar por otros nombres, pero al final todo responde a un mismo objetivo, que es la dinamización del mundo rural. A escala nacional existe una gran problemática -no a escala turística, repito- en el aspecto impositivo y laboral sobre cómo se resuelve esa cuestión.
Otros países que han prestado al mundo rural una atención más amplia que España durante muchos años, como pueden ser Alemania o Francia, tienen reguladas las condiciones impositivas fiscales y laborales de este subsegmento de la oferta turística, dándole un tratamiento que hay que decir que es muy favorable en cuanto a opinión. No puede ser de otra manera. Entiendo que, aplicándole los criterios fiscales y laborales a este segmento tan diminuto de empresas -no me atrevo a calificarlas ni de microempresas porque estamos hablando de pequeñas unidades familiares a tiempo compartido y con ese pequeño tamaño-, hay una cosa obvia: o se le da un tratamiento fiscal favorable, reconociendo las dificultades inherentes al mantenimiento de esa vida rural, o unos criterios impositivos y laborales duros. Evidentemente, se acabaría con el proceso, de ahí quizá la explicación de por qué este director general de Turismo ni ha prestado ni ha dejado de prestar atención al tema fiscal y laboral: no es competencia de esta dirección general. Que cada cual se ocupe de sus temas.
Pero sí he de decir que, dado que es un tema que hay que resolver, yo he pedido a la Dirección General de Turismo en Madrid... Y espero que ahora, estando Turismo dentro del Departamento de Economía y Hacienda, exista más permeabilidad para que en Madrid presten atención a un microproblema a escala nacional como es el del turismo rural. Evidentemente, para Madrid, éste es un problema de tan escasa enjundia que difícilmente se le prestará atención a no ser que, desde Turismo, y dada la mayor proximidad actual, se pueda lograr. Y yo he hecho la petición, estoy luchando para que se analice y pueda salir ese artículo o dos artículos -que no haría falta más- de modificación, mejor dicho, de interpretación de la Ley de acompañamiento de presupuestos, para que se legisle específicamente y se contemple cuál es el tratamiento fiscal y cuál es el tratamiento laboral de ese fenómeno denominado «vivienda de turismo rural». Ahora, mientras eso no llegue, estaremos en una indefinición en ese campo. Es así y, por más vueltas que le demos, tampoco tiene ni más ni menos justificación. Esa es la realidad.
También para conocimiento de esta cámara, tengo que decir que, debido al volumen adquirido por ese Plan de turismo rural -repito que hace años ya que el Gobierno de Aragón no apoya directamente ni concede subvenciones para la creación de nueva oferta-, se produce ese efecto de arrastre, y hoy siguen creciendo quizá...

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Rogaría al señor director general que fuera concretando.

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Termino en unos minutos.
Estamos contemplando la modificación de ese marco legal del antiguo decreto de 1986 yendo a un nuevo decreto que tenga en cuenta o que busque ya no la cantidad, sino la calidad, lo cual nos va a permitir subir un poco el listón de exigencias que posibilite la comercialización, que recoja esas necesidades que hoy tenemos. Dentro del campo de turismo rural hay demasiada diversificación en cuanto a calidad de oferta, de ahí que se hable despectivamente de qué se ha hecho de las espigas o no espigas. Cuando alguien puso espigas lo hizo como un avance para su perfeccionamiento futuro, hasta que ya hiciéramos un logo diferenciador para esa faceta de turismo, que puede ser cualquier cosa; de hecho, cada comunidad autónoma ha hecho el logotipo de identificación como le ha parecido. Nosotros estamos todavía dándole vueltas a qué será, puedo asegurar que espigas no serán, al menos en lo que de mí dependa, será otra cosa, pero espigas no.
Estamos intentando limitar los problemas, problemas que han sido denunciados. Tampoco diría yo que no haya algo, pero, en fin, son las medias verdades, es la competencia desleal. El nuevo decreto va a incidir en todo lo posible para aunar dos cuestiones para salvar la terrible dificultad en que se encuentra este sector. Por un lado, creo que socialmente no tiene vuelta de hoja que hay que apoyar el turismo rural y dinamizar esos pequeños municipios. Si echan una ojeada a las poblaciones que aparecen en esas guías... No voy a decir que no haya una vivienda de turismo rural en algunos pueblos significativos turísticamente, como es el caso de Benasque, donde, por cierto, no hay problemas porque, debido a la calidad de producto, los hoteleros están muy contentos o, al menos, así se nos manifiesta, no voy a decir que en Aínsa y en dos o tres o media docena de poblaciones más no hay, pero el resto son núcleos en los que no hay oferta turística, en algunos hay una fonda que ha podido causar problemas, posiblemente se darán, de todo hay un poco en la viña del señor.
Vamos a intentar compaginar en lo posible ese apoyo al turismo rural, a la vivienda de turismo rural, limitando en lo posible lo que se denuncia de competencia desleal. Por un lado, repito, solicitando que se reglamenten los aspectos fiscales del turismo rural. Y quiero dejar muy sentado que los aspectos turísticos del turismo rural están reglamentados sin perjuicio de que la reglamentación no guste; guste o no guste, reglamentado está y regulado está. Otra cuestión es si el contenido de esa regulación es del agrado o no es del agrado de quien lo analiza. No están regulados los aspectos fiscales. Esta dirección general va a luchar para que, en el marco del conjunto de España, porque no puede ser de otra manera, el Gobierno central recoja y dedique dos artículos a regular esa cuestión, uno en el tema fiscal y otro en el tema laboral.
No digo que nuestro decreto turístico, el que estamos preparando, haya sido consensuado, porque puede ser que quien haya participado en las reuniones esté conforme o no con determinados aspectos, pero sí ha sido muy debatido y se han hecho todos los esfuerzos posibles para consensuar su contenido, no sólo con las asociaciones empresariales de hostelería que han estado, sino también con las asociaciones de turismo rural, es decir, con los afectados. Y, claro, esta dirección general intenta buscar el punto de equilibrio para mantener las dos cosas: limitar la competencia desleal en lo posible por quien así se interprete y, al mismo tiempo, mantener esa actividad económica complementaria que tan necesaria nos es en esos núcleos.
Concretamente, en los requisitos nuevos que estamos manejando, la vivienda quedará limitada, y así ha sido siempre, no a nuevas construcciones, sino a rehabilitación de viviendas antiguas, edificios tradicionales. Se mantiene el tamaño máximo, es decir, doce, y ahora se habla de doce plazas de alojamiento nominal, no de seis habitaciones, sino de doce plazas, un microtamaño. Estamos intentando limitar los núcleos urbanos de menos de mil habitantes. Hay que pensar que, a nivel español y a nivel europeo, en el tamaño rural se habla de diez mil habitantes para abajo. Claro, hablar de diez mil habitantes en Aragón carece de sentido, tenemos que modificar, en núcleos urbanos serían de mil habitantes para abajo, con una indicación de que, por orden del Consejero, se excluirán los que, no llegando a mil habitantes, sean eminentemente turísticos y tengan oferta de alojamiento clásico. Iba a decir el caso de Benasque pero Benasque ha superado esa barrera de los mil y ya quedaría excluido per se.
Hablamos de tipologías y de categorías, en las que no voy a entrar porque, si no, el Presidente me va a llamar la atención una segunda vez. Sí que hablamos de dos calidades, ya sea apartamento, casa compartida o casa individual no compartida, que son las tres tipologías que vamos a utilizar, dos categorías. En la vivienda compartida, esencialmente son habitaciones con cuarto de baño o sin cuarto de baño, que es lo que va a dar de alguna forma el elemento sustancial que hará pertenecer a una categoría o a otra. Es ese esfuerzo de comercialización de que hablaba: al cliente no se le puede engañar y le tiene que llegar una información precisa. Para este director general de Turismo, el elemento determinante en un alojamiento es si tiene baño o no tiene baño en la habitación, y, por lo tanto, vamos a hacer un esfuerzo para que eso quede perfectamente claro. El que quiera baño sabrá que habrá en una de las categorías, y, si no quiere baño (quiere baño compartido), tendrá que ir a la otra.
Por lo demás, es un perfeccionamiento del antiguo decreto. Sí tiene otro elemento esencial que pensamos modificar, y sería el relativo a los titulares de vivienda de turismo rural. Es evidente que en la reglamentación antigua se decía que, preferentemente, agricultor o ganadero. Evidentemente, quien escribió eso sabía que por la vía del «preferentemente», por la fisura, se iban a colar..., el propietario de un bar, la mujer del carpintero o el carnicero, que, además de la carnecería, tiene una vivienda de turismo rural... Evidentemente, hay casos de esos, no son mayoritarios pero hay. Hoy, está la cuestión de la dinamización de esos núcleos rurales, que seguimos teniendo el problema, como esta cámara sabe muy bien. Tenemos que abrirnos un poco más y la idea es que puedan ser titulares los habitantes de derecho de esos municipios con una antigüedad mínima de seis meses, y, además, rehabilitando casas antiguas, no con nuevas construcciones. Serían -digamos- los elementos esenciales.
Y yo, atendiendo la petición del Presidente, espero haber... Antes de terminar -perdón, señor Presidente-, me gustaría decir una cosa que no sé si he dicho sobre la política turística. Se acusa a este Departamento de no tener política turística. Sí tenemos política turística, y en este campo ha sido ésta, que puede ser del agrado o no de quien critique, pero se ha apoyado el Plan de turismo rural y ha funcionado. Este departamento está apoyando todos los frentes turísticos, todos, sin perjuicio de que hay unos elementos determinantes en los que se hace especial hincapié; en este momento, por ejemplo, en el tema de la nieve. Pero estamos avanzando en todos los frentes y todos tienen su política más o menos dotada presupuestariamente. Hace años que no damos ayudas, y, respecto a las ayudas que hemos dado, quiero volver a recordar que, en el promedio de estos diez últimos años, el turismo rural no habrá ido más allá de un 2% o 3% de los presupuestos totales manejados, quiero decir que es un problema menor dentro del conjunto.
La idea en la política turística es apoyar todos los subsectores turísticos, todos, incluso el turismo rural, salvando en lo posible esas disfunciones que aparecen en cuanto a los temas fiscales y laborales. Y vuelvo a repetir, no son de nuestra competencia pero vamos a intentar que, por la vía correspondiente, se resuelvan. Vamos a seguir apoyando el desarrollo de este subsector aunque ahora ya no buscando la calidad, sino buscando una mayor ocupación, una mayor actividad económica para sacar fruto a las inversiones que hemos hecho, y seguiremos apoyando sobre todo la comercialización. Pero, por supuesto, no sólo en el turismo rural, sino en todos los sectores turísticos y mucho más en los sectores del subsector del turismo rural.
Señor Presidente, muchas gracias.

El señor Vicepresidente (LASMARIAS LACUEVA): Muchas gracias, señor Domingo.
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Mixto señor Yuste.

El señor Diputado YUSTE CABELLO: Muchas gracias.
Voy a intentar ser breve.
Quiero recordar que, efectivamente, esta comparecencia suya hoy se produce precisamente a raíz de las dudas o de las denuncias graves que hizo la Asociación de empresarios de hostelería del Alto Aragón en esta misma Comisión el 26 de febrero, denuncias muy graves. Ellos denunciaban que había habido unos incumplimientos en la normativa, que titulares de vivienda de turismo rural lo eran sin ser agricultores ni ganaderos, que se instalaban estas viviendas de turismo rural en poblaciones donde ya existían los servicios de hostelería convencional, y que se daban casos de picaresca en que había determinadas personas que empleaban la subvención de la DGA para reformar su casa pero para mantener cerrado permanentemente el servicio de la vivienda de turismo rural.
Todas estas denuncias a la Dirección General de Turismo ¿le constan? ¿La Dirección General de Turismo tiene conocimiento de que se está incumpliendo? De alguna manera, los denunciantes hablaban de que había algunos casos y otras veces hablaban de la mayoría de los casos. Ciertamente, entraron en alguna contradicción en su intervención.
En su comparecencia, ellos hablaban, esta Asociación hablaba de que incluso habían encargado a detectives privados que hiciera una labor de estudio, de investigación de los casos, y, de alguna manera, aparecieron aquí con una serie de situaciones denunciables. No sé si las han denunciado o no ante la Dirección General de Turismo, si los inspectores de Turismo de la DGA tienen conocimiento de esto.
Sí me gustaría que pudiera confirmar, desmentir, plantear, en todo caso, qué hace el Gobierno de Aragón ante esa denuncia, que, aunque no le constara, a través de esta comparecencia se convirtió en una denuncia pública. Yo entiendo que el Gobierno de Aragón tiene que hacer cumplir la normativa, sobre todo porque nosotros entendemos que el turismo rural es un elemento importantísimo en la economía del medio rural en Aragón, un elemento clave, como usted mismo ha dicho, para complementar las rentas agrarias. Nosotros apoyamos que se siga profundizando en el turismo rural y, es más, pensamos que el turismo rural, tal como se concibió, no tiene por qué competir con las empresas de hostelería tradicionales, si bien podría darse el caso, aunque yo entiendo que no masivamente, pero quizá en algunos casos, de que haya habido algún incumplimiento de la normativa y de que ese incumplimiento sí que haya podido derivar en casos concretos, aislados -supongo yo-, de competencia desleal que sí pueden dar lugar a que los empresarios de hostelería puedan denunciar y quejarse. Yo espero que esos casos concretos se resuelvan para que el sector hostelero se tranquilice y, por lo tanto, podamos funcionar profundizando en el turismo rural sin más problemas.
Finalmente, querría hacerle una observación al hilo de que en el borrador del nuevo decreto que están manejando ustedes ya no se especifica que los titulares tienen que trabajar preferentemente en el sector agrícola o ganadero y eso lo valora usted como un acercamiento más a la realidad, puesto que ya con ese adverbio «preferentemente» se estaba abriendo una gatera por la cual toda persona que está viviendo en el medio rural, independientemente de si se ocupa en el sector primario, en el terciario, e incluso en el secundario, puede tener posibilidad de establecer estas casas de vivienda rural.
Sin embargo, yo quiero hacer una observación, si se me permite, y es que en la orden realmente existente, en el Decreto 113/86, sí que se dice que el propietario de la vivienda viva en el medio rural. Me parece muy bien que se concrete más, que se diga «habitante de derecho con antigüedad de seis meses», me parece muy interesante, y «trabaje preferentemente en el sector agrícola o ganadero».
Da la impresión de que se puede hacer una lectura que diga que trabajaran en el sector agrícola o ganadero la mayor parte del tiempo, que no fueran agricultores necesariamente a título principal pero sí que tuvieran una relación con el trabajo en el campo. Porque da la impresión de que la interpretación que le ha dado usted ahora es diferente. Una cosa es que «preferentemente» se trabaje en el sector agrícola y ganadero y otra cosa es que se trabaje «preferentemente». Yo entiendo que hay una distinción, que puede haberla; puedo entrar en una polémica lingüística, no quiero hacerlo. Sí que da la impresión de que la voluntad de ese decreto de 1986 planteaba que fuera destinado a gente que trabajara en el campo aunque no a título principal. Yo creo que eso es lo que se entendía, o eso es lo que nosotros entendemos de ese decreto del año 1986. Sin embargo, debido a una aplicación excesivamente flexible de ese decreto, hemos llegado a una situación en que puede ser que gente que no esté trabajando en el campo haya tenido esas casas.
Otro tema es valorar si después de estos diez años podemos ya decir que todo el mundo que viva en el medio rural tiene derecho a vivir en el medio rural y, por lo tanto, puede establecer una casa, una vivienda de turismo rural. Yo creo que podríamos hablar, quizá llegáramos a puntos de acuerdo, pero me da la impresión de que el origen es un cumplimiento de un decreto que nació con una voluntad y cuyo cumplimiento se ha tomado de alguna manera con bastante ligereza, lo que ha motivado que ahora se plantee una reforma de este decreto.
Simplemente quería hacerle esos comentarios.
Muchas gracias.

El señor Vicepresidente (LASMARIAS LACUEVA): Gracias, señor Yuste.
Vamos a suspender la sesión durante dos minutos para posibilitar el cambio de la cinta de grabación.

El señor Vicepresidente (LASMARIAS LACUEVA): Se reanuda la sesión.
Tiene la palabra el señor director general

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Señor Presidente, para no repetir respuestas, preferiría recoger las preguntas o sugerencias y contestarlas a la vez.

El señor Vicepresidente (LASMARIAS LACUEVA): Muchas gracias.
Tiene la palabra el portavoz del Grupo del Partido Aragonés señor Rodríguez Chesa.

El señor Diputado RODRIGUEZ CHESA: Muchas gracias, señor Presidente.
En primer lugar, querría agradecer la comparecencia del director general de Turismo, don Salvador Domingo, y agradecer también este cúmulo de datos que nos ha facilitado, que creo que eran imprescindibles. Incluso, como primera cuestión para comentar, diría que a lo mejor sería imprescindible también que fueran conocidos con esta pormenorización por los propios profesionales de esta área concreta de hostelería y turismo.
Digo esto porque me da un poco el pensamiento de que hay un cierto desconocimiento, no sé si queriendo o sin querer, de situaciones tan puntuales como las cifras que se nos han dado del número de viviendas rurales registradas, de la cantidad contante y sonante de dinero que en estos once años ha sido dedicada desde la Administración a estas actuaciones, y una serie de puntualizaciones. Yo diría que hasta incluso de diferenciación entre el turismo rural y el turismo verde, ya que creo que, a la hora de hacer algún tipo de comentario, se deja en el tintero y se ve desde otro ángulo que, en definitiva, no es positivo en absoluto.
Creo que este proceso histórico que nos ha relatado es importantísimo y demuestra de alguna forma que entra dentro de esa línea de progreso y de calidad que en todos los ambientes y en todos los estilos está intentando potenciar. Por supuesto, el que en los años sesenta ya aparecieran las casas de labranza, que en el decreto de 1986 se creara la vivienda de turismo rural y que en este momento haya un borrador de decreto que amplíe esto, que se esté con esas miras importantes de regularizar global e individualizadamente todas las áreas de turismo, desde los cámpings, los albergues, la hostelería propiamente dicha y este turismo rural, que, por supuesto, es diferenciador y distinto absolutamente, creo que es importante y -repito- nos marca esa pauta de la diferenciación en la calidad de vida que estamos intentando conseguir, hechos tan trascendentes o tan similares que servirán de ejemplo, diferenciándonos con esos años sesenta, con las casas de labranza, la aparición del seiscientos y la diferenciación en este momento en los medios de comunicación.
De alguna forma, esta diversidad turística nos lleva a plantearnos también que existe una diversidad total y absoluta de la clientela de ese turismo. Entiendo que no es lo mismo el turista de hace treinta años que el turista actual, ha habido una ampliación, va desde la gente mucho más joven que se mueve actualmente en cualquier tipo de turismo (de montaña, ecológico, naturalista, incluso religioso, ¿por qué no?), y no es el mismo que el de hace esos treinta años. Existe esa diversidad, desde los albergues juveniles y casi, casi infantiles hasta ese turismo propio de la tranquilidad del turismo rural o de los propios balnearios, que, lógicamente, atraen fundamentalmente a otro tipo de personas.
Creo que esa diversidad nos hace ver clarísimamente la importancia del turismo en Aragón, pero casi diría que, fundamentalmente, en Huesca, donde es uno de sus pilares económicos, lo que, de alguna forma, nos llevaría a esos criterios que han quedado aquí muy matizados y que convendría hacer llegar a estos profesionales directos de esta área.
Digo esto porque esta comparecencia a la que estamos asistiendo -de alguna forma, ya se acaba de decir- viene un poco propiciada por la previa comparecencia de la Asociación de hostelería y turismo de la provincia de Huesca, y creo que no con intencionalidad pero con un sesgo en la información, hasta el extremo de que los propios medios de comunicación recogen cosas tan graves y tan curiosas como que se criticó el turismo rural y verde porque tiene el artificio institucional y ayudas económicas notables, algo que no ocurre con su sector -estoy hablando de los hosteleros-; se reivindica un congreso en el que se definan las líneas que debe seguir el sector, por considerar que la DGA está actuando a salto de mata en esta área.
Yo entiendo que esto es muy grave. No dudo que exista la picaresca en más de un caso, yo no sé si es fruto del desconocimiento, de no entender una competencia leal y correcta, si es el fruto de unas guerras personales, a las que el señor director general ha hecho mención tratándolas de actos muy suaves, pero yo creo que han llegado a unos terrenos graves e importantes porque de alguna forma se pone en tela de juicio las propias instituciones, en este caso la Diputación Provincial de Huesca, y se genera una situación -yo diría- por lo menos contraproducente dentro del sector porque se puede llegar incluso a dar una visión de que todo el sector es extraño, es irregular y es defectuoso. Yo rechazo totalmente ese planteamiento, creo que es todo lo contrario, es un sector que está funcionando muy bien en todas sus áreas, lógicamente con las deficiencias que en cualquier área del mercado están existiendo.
Yo preguntaría si desde la Diputación General de Aragón, y, en este caso, desde esta dirección general, se controlan e inspeccionan de la misma forma y por el mismo personal técnico los alojamientos de turismo rural y los de hostelería tradicional. Pienso que serán los mismos equipos y los mismos criterios los que en esta situación están actuando.
Entiendo que la propia generación y el crecimiento importantísimo, como también se nos ha explicado, de este tipo de alojamientos ha llevado a generar esas asociaciones. Lo que procedería es que esas asociaciones de turismo rural estuvieran en una perfecta entente con las de hostelería, así como con cámpings y albergues. Y yo también preguntaría, aunque creo que ya ha debido hacerse, si desde la propia dirección general se ha intentado formal y fuertemente esa conexión de cara a esa posible entente que obligue («obligue» entre comillas) a eliminar ese tipo de rencillas o guerras internas y que, por otra parte, esté siendo motor generador de esas posibles actuaciones en positivo, que es a donde nos deben encaminar todo este tipo de actividades, para conseguir esa mejora. Son actividades de carácter positivo como la formación, que usted ha nombrado, la fijación de habitantes, por supuesto, y el equilibrio territorial, actividades en positivo que ya se están generando en más de una población: la potenciación gastronómica, la potenciación cultural y geográfica de cada entorno y, por qué no, llegar a esa celebración de salones de turismo, como el que ya se está celebrando en la Feria de Barbastro y va a celebrarse próximamente de nuevo.
Sería deseable que todas estas cosas nacieran de esa conjunción de criterios entre estas asociaciones. Repito nuevamente que creo que la dirección general tiene totales competencias y puede hacerlo, por capacidad y por ganas de hacerlo, y me consta que se está trabajando así pero le invito nuevamente a que insista en ello.
Por supuesto, creo que se podría dar incluso celeridad a esa definitiva implantación del nuevo decreto regulador, del que existe el borrador, para que canalizara definitivamente tanto el sector como los subsectores correspondientes en este caso.
Por lo tanto, nuestro planteamiento sería, por supuesto, el apoyo a todas estas actuaciones que tengan ese carácter positivo de aglutinamiento y de conocimiento real de las situaciones, apoyar lo que usted ya ha hecho a nivel nacional en cuanto a la creación de esa legislación conjunta para este tipo de turismo, y volver a insistir en esa posibilidad de hacer conocer a los profesionales del sector todos estos datos puntuales que creo que pueden ser muy clarificadores a la hora de hacer por lo menos comentarios, aunque no sean con intencionalidad. Agilidad en esa reglamentación y, definitivamente, intentar armonizar esa entente entre los distintos subsectores.
Muchas gracias.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias.
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Socialista.

El señor Diputado ORTIZ DE LANDAZURI SOLANS: Gracias, señor Presidente.
También desde el Grupo Socialista queremos darle la bienvenida al director general de Turismo, don Salvador Domingo.
En primer lugar, queremos decirle, como decíamos en la comparecencia anterior, que, efectivamente, ojalá siempre las comparecencias fueran tan rápidas. En esta ocasión, no a petición del Grupo, sino a petición del Presidente de la Comisión, que veía interesante, dado el debate que se generó hace unas semanas con motivo de la interferencia que se producía con el turismo rural y con el turismo verde dentro de lo que es el conjunto general del sector del turismo, y por las denuncias, como ya se ha indicado, que hacía el representante de la Asociación de hosteleros de Huesca, que viniera usted a clarificar cuál es la situación actual.
Yo creo que ha hecho una descripción muy detallada. Respecto a la mayoría de los planteamientos que usted ha traído a esta Comisión, en principio, creo que vamos a coincidir y que van a estar en la dirección que nosotros ya planteamos en una proposición no de ley que anunciamos en su día, la semana pasada, cuando vino el representante de la Asociación de hosteleros de Huesca. Una proposición que íbamos a presentar -ya tenemos el texto- y que va a recoger todas esas iniciativas que usted ha planteado y que van a significar esas modificaciones del decreto que regula el turismo rural.
Nos ha hecho una génesis exhaustiva de desarrollo, de cómo se inicia, de cómo se propicia este tipo de turismo. Desde el Grupo Socialista, también hemos sido impulsores desde el primer momento, cuando hemos estado gobernando en las instituciones. Es evidente que estos tipos de programas de turismo rural y de turismo verde están en auge actualmente y, por tanto, necesitan una nueva regulación, una adaptación, dado que yo creo que las sociedades industrializadas, las sociedades desarrolladas, cada vez demandan más este tipo de turismo que se aleje del turismo masificado, del turismo convencional, que era al que hasta hace poco normalmente nos dirigíamos los ciudadanos. Ahora hay una tendencia en sentido contrario, parece que buscamos otro tipo de lugares de ocio y, por tanto, este tipo de sectores está en auge y debemos reestudiarlo.
¿Cómo podríamos hacerlo? Modificando el decreto y estableciendo unos mecanismos de control del cumplimiento de las normas que ya existen, tanto para la apertura como para el funcionamiento de las casas que acogen este tipo de turismo. Esa sería una medida fundamental, una primera medida, y también complementar que este tipo de desarrollo que se ha alcanzado con el turismo rural, con el turismo verde, se adecue con nuevas normas, se adapten las relaciones que esta modalidad ha de mantener con los otros establecimientos que trabajan dentro del mismo sector hostelero.
Porque yo creo que también se ha manifestado a lo largo de las intervenciones de los otros portavoces que hay un problema ya no de economía sumergida, ya no de picaresca en algunas situaciones que se denunciaban, sino incluso de competencia, no sé si desleal, en cuanto a que los requisitos, las exigencias, que se exigen a unos u otros profesionales no son los mismos. Por tanto, yo creo que, siendo todos importantes -lo es el sector del turismo para esta Comunidad Autónoma-, como hemos manifestado, y yo lo recalco en todas mis intervenciones, dada la importancia de este sector, es perfectamente compatible la coexistencia del turismo tradicional, del turismo convencional, con el turismo rural y el turismo verde. Sólo hace falta que pongamos los medios para que no exista colisión o enfrentamiento entre cada uno de estos sectores.
Por mi parte, nada más. Muchas gracias.
Por supuesto, agradecerle nuevamente su presencia.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias.
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular.

El señor Diputado SARVISE MARQUINA: Gracias, señor Presidente.
Bienvenido, señor Domingo.
Después de la exhaustiva, pormenorizada y extensa exposición realizada por el director general de Turismo, que casi ha acabado con el tiempo que a él le corresponde y con el del resto de los comparecientes, voy a intentar ser muy breve.
No voy a ser yo quien ponga en tela de juicio el decreto turístico que regula el turismo rural ni muestre mi disconformidad con todo lo hecho al respecto -¡faltaría más!- pero sí quiero dejar patente que la Asociación de empresarios de hostelería de la provincia de Huesca nunca ha estado en contra del turismo rural, todo lo contrario: cuanta más oferta turística haya, mejor para el sector. Hoy mismo, una vez más y públicamente, así se han manifestado después de que ayer celebrasen su asamblea anual, como puede constatarse en el Diario del Alto Aragón de Huesca. Ellos, como digo, no están en contra, lo que piden es que se regule el turismo rural a fin de evitar la desleal competencia.
No cabe duda de que la picaresca ha existido y existe y de que muchas veces no se ha cumplido con la filosofía con que se hizo el decreto del turismo rural cuando se pretendía que fuese un complemento de ayuda para aquellas personas cuya ocupación fundamental era la agricultura y la ganadería. ¿Qué pinta en esta filosofía el carnicero, el carpintero, el propietario del café del pueblo? Quizás sea por mi condición de empresario por lo que esté muy sensibilizado con el tema de la competencia desleal, y le pido, señor Domingo, que luche contra esta competencia y la persiga sin tregua. Creo que se debe regular y quizás sea ahora el momento para modificar el decreto, dando entrada a toda la normativa existente a fin de evitar esa competencia desleal a que tanto alude la Asociación de hosteleros de Huesca.
No me ha dado tiempo de preparar más mi intervención pero creo, señor Domingo, que, si todos ponemos de nuestra parte un poco y, a la hora de modificar el decreto que están modificando o de hacer uno nuevo, se tiene en cuenta la opinión de todos los afectados por el sector, quizá podamos conseguir un decreto que sea más actual, más favorable para todo el mundo y que evite esa competencia que, como yo digo, por mi condición de empresario, veo que existe y contra la cual todos debemos luchar.
Nada más y muchas gracias.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias.

El señor Diputado SARVISE MARQUINA: ¡Ah!, otra cosa. Perdón, señor Presidente.
Quería hacerle dos preguntas al señor director general. Quisiera decirle que me aclare, por ejemplo, qué diferencia hay entre una casa rural de seis habitaciones y la pensión del pueblo equis, que a lo mejor no tiene más que cuatro, y las condiciones de una y de otra son bastante diferentes.
Y, en segundo lugar, si no sería posible la creación de un control de reservas que comercializase todo el producto turístico existente en Aragón. Ya ha hablado un poco del tema pero yo le preguntaría si sería posible que comprendiese toda la oferta turística, no sólo de la provincia de Huesca, sino de Aragón en general, y tanto del turismo rural como del turismo verde y de la hostelería tradicional.
Nada más.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias, señor Sarvisé.
Tiene la palabra don Salvador Domingo.

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Muchas gracias, señor Presidente.
Respecto al motivo de mi comparecencia, sin lugar a dudas, creo que he atendido gustosamente la citación que se me ha hecho, o la sugerencia y después citación inmediata de esta Comisión.
Les decía al principio que estoy encantado de debatir, de comunicar con alguien representativo estas cuestiones. A veces, uno se siente muy solo en la toma de decisiones sin poder compartir la bondad o disfunción de las mismas, y agradezco la invitación de la presidencia de esta Comisión para poder debatir y conocer opiniones, cuanto más concretas, tanto mejor, sobre todo cuando nos movemos en estos campos, que son -no voy a negarlo- de una cierta incoherencia. No resulta posible mantener siempre la racionalidad absoluta en el ejercicio de una labor de gestión, surgen situaciones que nos llevan quizá a toda la problemática del turismo rural, que yo diría que responde a un hecho, que comprendo, y se lo he manifestado infinidad de veces.
Yo he tenido con los empresarios estas discusiones montones de veces. Como ustedes comprenderán, no siempre hemos llegado a acuerdos porque las visiones no siempre son concordantes. Aquí, en esta cámara, en la intervención de la semana pasada, se utilizó la expresión «discriminación positiva»; se suele denominar así a un tratamiento ligeramente desigual para proteger al más desfavorecido. Posiblemente, este tratamiento se ha dado, porque, si no, algo hubiéramos regulado. En cuanto a regulación, la cosa no cambiaría demasiado porque, al final, la cuestión de fondo es los aspectos laborales y es los aspectos fiscales, y es lo que algunos miembros de las asociaciones empresariales denuncian como competencia desleal.
Voy a empezar, quizá al hilo de este punto, por la penúltima pregunta hecha: cuál es la diferencia entre una vivienda de turismo rural de seis habitaciones y una fonda de cuatro habitaciones. Evidentemente, si hay una fonda de cuatro habitaciones hoy en un pueblecito coexistiendo con una vivienda de turismo rural de seis, se produce un problema gordo, y es que, probablemente, la vivienda de turismo rural de seis es una oferta de más calidad y más actual que la fonda. Ante estos problemas que pueden darse -no voy a poner en duda que pueden darse-, también he manifestado una posible salida en el marco en que estamos.
Ahora tenemos un marco turístico que está clarísimo y un marco fiscal del que no hay referencia, no hay referencia porque no está reconocido como tal en la legislación nacional. Yo, ante ese caso concreto, recomendaría que la fonda de cuatro habitaciones se reconvierta en vivienda de turismo rural. La solución práctica es tremendamente sencilla. Claro, si la fonda no se actualiza, no mejora sus baños, no mejora la pintura o no mejora las camas, llamándose «fonda» o llamándose «vivienda de turismo rural», el cliente, posiblemente, se lo llevará quien dé mejor oferta. La relación calidad-precio marcará al final a donde va un cliente, dentro de las expectativas y preferencias de cada caso.
Vuelvo al principio, a las preguntas del Grupo Mixto. Se habla de incumplimientos. Por el hecho de que haya algunos no ganaderos o no agricultores, en absoluto admito yo que sea un incumplimiento de la norma. La norma decía «preferentemente», es decir, cuando se mete en una norma «preferentemente» a nivel legislativo, se tiene que saber qué significa eso: significa que hay excepciones, porque, si no, se hubiera puesto que fuera agricultor y ganadero, la palabra «preferentemente» se hubiera borrado. Porque en ese mundo rural hay tantas situaciones diferentes... Yo a veces pensaba: no sé, una abuelita que no tenga pensión y que tenga que complementar su renta... A veces, darle vueltas a cómo solventar la vida de esa persona lleva a lo mejor a que lo que estamos pensando de dinamización del mundo rural no lo pensemos sólo para agricultores y ganaderos.
Es decir, el mundo rural hoy es más rico. Quisiera que, si tienen tiempo, leyeran la guía y vieran los habitantes de algunos de los pueblos, estamos hablando de núcleos de siete habitantes, de diez, de quince, de cincuenta, de cien. En estos núcleos rurales hay que inyectar vida como sea y creo que éste es uno de los modos de hacerlo. El hecho de que -repito- haya algún no ganadero o no agricultor en absoluto lo admito como incumplimiento. No es incumplimiento: la norma lo permite y, por lo tanto, no es incumplimiento.
Respecto a la picaresca, yo no voy a decir que no se haya dado en algunas situaciones, en un número ya relativamente elevado de casos puede darse esa picaresca. No entiendo demasiado tampoco la argumentación que se ha hecho, porque, claro, habría que estar agradecido: si me fueran a hacer la competencia, estaría encantado de que, siendo vivienda de turismo rural, la tuviera cerrada, porque así los clientes me vendrían a mí. Ese razonamiento no lo entiendo, yo haría lo posible para que eso se repitiera con las seiscientas, con lo cual, se acabaría el problema.
No voy a decir que no se ha producido. Nosotros tenemos unos grupos de inspectores, les llamo «grupos» por decir algo, hay provincias en que tenemos un inspector de turismo. El inspector de turismo inspecciona la oferta, normalmente solo la legal, porque la ilegal es desconocida, e inspecciona los hoteles, inspecciona las viviendas de turismo rural. Espero que se haga bien. En ocasiones, esa picaresca a la que se alude puede ser de difícil control. Tengo que decir que es uno de los temas que más preocupa a este director general. Si ese mismo individuo hubiera ido al Departamento de Agricultura o al de Ordenación Territorial, hubiera conseguido quizás más para arreglar su casa rural, porque sabemos todos la cantidad ingente de ayudas que se vierten sobre el mundo rural sin necesidad de añadir la palabra «turismo». No voy a decir que esto es el chocolate del loro pero estamos hablando de cantidades ridículas, que he citado, comparando con las cifras que se mueven de ayudas al mundo rural. La PAC inyectará en un año del orden de cincuenta mil millones de pesetas, yo hablaba de ciento treinta y ocho millones de pesetas en ocho años. En fin, creo que hay una desproporción.
No voy a negar que se haya dado algún caso. Si lo hubiéramos detectado, hubiéramos actuado sobre él. Lo que parece moralmente exigible es que cada ciudadano, cada asociación, cuando tienen cierta información, la proporcione formalmente ante el órgano administrativo competente. Respecto a las manifestaciones en los medios, yo hablo eufemísticamente de «pequeños roces», no me atrevería a llamarle guerra o similar, prefiero llamarlo «pequeños roces» porque, en el fondo, no han pasado de ahí, sin perjuicio de que con otras instituciones la cosa haya llegado un poco más allá, desde mi punto de vista, un poco injustamente.
El pabellón de Huesca en Fitur era un pabellón dentro del turismo activo relativamente razonable, desde el punto de vista estético estaba bien, un stand que estaba bastante bien. Y, en la búsqueda de ese equilibrio entre todas las ofertas turísticas, no se me ha ocurrido nunca llevar una sola oferta, excepto en el sector de la nieve, que funciona aparte, en el que se hace una promoción estricta de la nieve a contrapie de la oferta turística de primavera-verano. En fin, creo que algunas de esas críticas también han sido relativamente injustas.
Tengo que decir, en relación con esos supuestos incumplimientos encontrados a través de esos procedimientos que ha dicho la Asociación de hostelería de Huesca, que no me han sido entregados, se me ha dicho que existen pero no me han sido entregados nunca hasta este momento. Por lo tanto, no sé lo que se contiene en ellos.
Evidentemente, respecto a las obligaciones del Gobierno de Aragón, y en todo ese marco de competencia desleal que se cita, y que yo no voy a negar en su totalidad... Pero no la llamaría competencia desleal, hay un ligero trato de favor para esas partes tremendamente más débiles pero es un trato de favor muy ligero y con muy pocos fondos. Porque, claro, se dice: es que no se ha apoyado al turismo clásico. Yo pondría sobre la mesa las acciones del Departamento de Turismo a lo largo de los años: creo que el campo de la nieve se ha comido la mayoría de los recursos; el campo del turismo cultural; las hospederías de Aragón; Escuela de hostelería; acuerdos anuales con las asociaciones de empresarios de hostelería, el año pasado bastante sustanciales ya para desarrollar diversos actos promocionales. En este sentido, ayer se publicó en Huesca la guía de la oferta turística de la provincia de Huesca, en la que el Gobierno de Aragón participa junto con la Diputación Provincial y junto con la Asociación.
Se ha invertido el 98% de los recursos en la potenciación del turismo, de todos los sectores: los náuticos, el deporte de aventura, la sierra de Guara, Albarracín... Es decir, cubriendo sectores y cubriendo territorios, incidiendo más, obviamente, en aquellos subsectores o en aquellas zonas en que, a juicio de este director general y a juicio del Gobierno, los frutos, la rentabilidad que para Aragón se iba a obtener iba a ser más alta.
Y -yo veo aquí a alcaldes del Bajo Aragón- en el Bajo Aragón se ha apoyado la ruta del tambor y el bombo. Pero, claro, esta dirección general no va a enterrar recursos de esta Comunidad Autónoma, siendo tan escasos y estando tan endeudados, para potenciar más o mucho más la ruta del tambor y el bombo, porque dura cuatro días. Yo puedo asegurar que, si la ruta del tambor y el bombo durara cuatro meses, estaría dispuesto a incrementar sustancialmente los recursos aplicados porque le veo unas posibilidades. Obviamente, yo no voy a incitar a ningún empresario para que construya un hotel para cuatro días porque sería la ruina de él y, al final, la ruina de Aragón también porque las inversiones no viables no hay que hacerlas.
Quiero decir que los fondos se reparten y lo que ha ido a parar a turismo rural ha sido muy escaso. El éxito del turismo rural ha sido más por el lado general, por el tratamiento de los medios, que eso también lo lográbamos en su momento. Los medios tratan muy bien al turismo rural, han hecho mucha publicidad del turismo rural, han cantado los encantos de turismo rural. Heraldo de Aragón dedica desde hace años dos páginas a trasladar viviendas reseñables de la arquitectura aragonesa, muchas de las cuales son viviendas de turismo rural. También El País, El Mundo, ABC... Se ha escrito, se ha glorificado por parte de toda la sociedad, por dos cosas: una, porque ciertos clientes -por desgracia, no en número suficiente, me gustaría que fueran más- quieren ir a ese mundo rural, y, por otro lado, porque a todo el mundo le ha parecido que es, no voy a decir una obra de caridad, aportar un granito de arena por ese mundo rural que se nos muere en Aragón y en toda España.
Y ahí radica un poco el éxito de ese turismo: han sido más apoyos externos y de la forma de gestión, llevando la gestión a los sitios, haciendo participar a la gente de los distintos lugares. Ello ha propiciado el éxito, no las ayudas económicas, que han sido muchísimo más altas.
Estos diez años nos han hecho aprender muchas cosas, en aquellos años todavía se pensaba un poco en agroturismo, era una visión muy poética. Hay que decir que en Aragón no podemos hacer agroturismo porque los agricultores y ganaderos viven en pueblos, en núcleos, nosotros no tenemos población dispersa. Quizá recomendaría un libro, una edición facsímil que se ha hecho, que presentó el Presidente Santiago Lanzuela hace unos meses, Reflexiones políticas y económicas sobre la población, agricultura, artes, fábricas y comercio del reino de Aragón. Aquí, en 1789, se preguntaba aquel jesuita, analizando la despoblación de Aragón, problema ya en aquellos momentos y que no hemos superado, por qué los agricultores vivían en pueblos y no vivían en el campo. En Aragón, a diferencia del País Vasco o a diferencia de Francia, las casas de los agricultores están en los pueblos, no están en la parcela cultivada, y esto nos lleva a que el concepto de agroturismo más poético no sea aplicable aquí. En eso quizá radicaba un poco el porqué de «preferentemente». Hoy utilizamos el turismo rural para dinamizar los núcleos, por lo que -y creo que aquí hay muchos alcaldes que lo comprenderán- hay que utilizar todos los resortes en los núcleos.
También tengo que decir que siempre que hemos concedido una vivienda de turismo rural hay un certificado previo del alcalde que certifica la serie de cosas que se exigen. Esto que quede también muy claro: siempre hay un certificado del señor alcalde que recomienda que se haga. Si el alcalde dijera que no, por las razones que fuera, no habría.
Por parte del PAR se ha citado, si las ayudas de viviendas de turismo rural y si los otros no tienen ayuda. Vuelvo a repetir que no, las ayudas a los otros sectores son infinitamente más grandes, es el grueso de la acción de política turística del Departamento. Por lo tanto, no a lugar, las ayudas son mínimas.
Respecto al congreso, mi ilusión es que se hiciera y se hiciera pronto. Y tengo que decir que he retado a la Asociación de hostelería para plantearles que se realice lo más pronto posible algún congreso también con el visto bueno de la dirección general, un congreso que sirva para algo, para debatir algo. Evidentemente, en un congreso no va a salir toda la política turística que puede desarrollar el departamento. No se puede confeccionar en un congreso ni en una asamblea la política turística, que requiere de mucho más tiempo, de muchos más medios, de mucha más reflexión, pero, sin duda, apoyamos la realización de esas Segundas jornadas del turismo en Aragón, igual que hemos hecho en las Primeras jornadas del turismo rural. La del turismo rural la hemos hecho con invitación expresa a todas las asociaciones de empresarios de hostelería para que en esas jornadas se manifestara todo lo que se quisiera, les hemos invitado a toda la discusión de ese nuevo decreto, han participado las tres asociaciones provinciales, no sólo la de Huesca, todas, y en unas cosas se está de acuerdo y en otras no.
No se puede hablar de que no haya colaboración, la colaboración está, el esfuerzo se hace; luego, quien tiene las responsabilidades de Gobierno tiene que asumir la toma de decisiones, con acierto o con error. Yo no rehuyo la toma de responsabilidades al decidir, lo haré en las propuestas que haga al Consejo de Gobierno, a mi mejor leal saber y entender, si no, tampoco sería director general de Turismo. Creo que en el cumplimiento de mi obligación está el analizar, el vislumbrar y decidirse por aquello que consideramos que puede ser mejor para el conjunto de Aragón. No se puede legislar desde el punto de vista de una de las partes que componen el sector turístico de Aragón, sí oyéndolo, sí teniéndolo en cuenta, sí valorándolo, pero al final decidiendo según eso tan difícil que se llama «intereses generales».
Intentaré transmitir al sector los datos. Sí hacemos control e inspección, quizá no en la medida suficiente, no tenemos potencia de inspección suficiente, pero se hace. Claro, si se inspecciona poco el sector de vivienda de turismo rural, también se inspecciona poco el sector del turismo clásico. Desde el punto de vista de este director general, los problemas de Aragón no creo que pasen por problemas de inspección ni por problemas de reglamentación, los problemas están en otro lugar y las soluciones también. De todas formas, en el decreto hemos intentado recoger ya lo máximo posible, intentamos buscar ese equilibro, que esa supuesta competencia desleal sea mínima, excluyendo municipios, limitando por tamaños, es decir, haciendo todo lo posible para minimizar esa competencia, y eso se va a hacer, y está ahora mismo, y está escrito.
Se han hecho algunas descalificaciones por parte de la Asociación de empresarios de la hostelería. Algunas de las manifestaciones son descalificaciones sin base, y eso también tiene que ser conocido, y habrá cosas ciertas y otras cosas inciertas. Muchas cosas de las que se dicen son inciertas, son medias verdades o son verdades deformadas. Yo lo entiendo y tampoco lo tomo demasiado a mal, cada cual defiende una visión de los asuntos y del equilibrio de las distintas visiones y llega a la posición correcta, y creo que la posición seria en el turismo rural, a pesar de esas visiones diferentes, ha sido bastante correcta. Incluso a nivel político ha habido una cierta concordancia por parte de todos para echar una mano a ese mundo rural, que -repito- se nos muere, y se intenta mantener y se intentará mantener ese equilibrio en todo lo posible.
Por parte del Grupo Socialista no se han hecho preguntas. Intentaremos en el nuevo decreto mantener los mecanismos de control en lo posible pero siempre habrá al final un caso que se nos escapará. Yo sí he transmitido y transmitiré que todo caso conocido de la irregularidad de que se trate sea denunciado.
Y, finalmente, respecto a evitar la competencia desleal, reitero que estamos intentando limitar la actuación del decreto para que en cierta localidad donde haya oferta turística clásica no se ponga nueva ninguna vivienda de turismo rural. Es decir, muchos pueblos donde hay oferta hostelera quedarán excluidos por tamaño; en los que no queden excluidos por tamaño, sino que haya una oferta reseñable, algo más que una fonda de cuatro plazas, la excluiríamos, aunque fuera un pueblo de quinientos habitantes, aunque no alcanzara los mil, pero, si tiene planta hotelera diversa para dar servicios, la excluiremos. En la orden se hará esa relación de municipios que quedarán excluidos, e intentaremos hacer todo lo posible.
Respecto al espíritu del incumplimiento, a que hay gente que no es agricultor o ganadero, ya he explicado el porqué: la norma no lo prohíbe, preferentemente agricultor o ganadero, pero no excluye que el propietario del bar tenga una vivienda de turismo rural. Y hay casos en que el propietario del bar tiene una vivienda de turismo rural. Es legal y es correcto, y, añadiendo ya a la parte de legal, diría que a lo mejor es hasta conveniente, sobre todo alguno que tengo en mente en estos momentos; porque, quizá, en un pueblecito perdido donde no hay nada, ese bar que medio funciona, si se complementa con una vivienda de turismo rural que medio funciona, a lo mejor con las dos medio funciona la familia se defiende, y, si fuera bien, hasta pasará -porque seguro que se pasará- además, a hostal con el paso de unos años.
Tenemos en cuenta la opinión de todos, la hemos tenido y la seguiremos teniendo. Tengo que decir que las asociaciones de empresarios de hostelería de Teruel y de Zaragoza también han intervenido, mantienen una posición menos fuerte, una posición más callada, y consideran que el problema no es tan gordo como aparentemente se quiere plantear, es un problema de mínimos.
Respecto a la central de reservas, decía que este director general ha hecho esfuerzos para fundir hielo entre instituciones. Si me caracterizo por algo, es por paciencia y por perseguir un objetivo con mucha paciencia. Pero, dado que esa búsqueda de interés general cuenta a veces con tragar con muchas cosas, yo he intentado calentar el hielo, intentar fundirlo, y sin perder de vista que la central de reservas de turismo verde ya está. Estamos intentando ampliarla y espero que llegue a más y que funcione; ahora, si no funciona, no proseguiremos, tampoco veo que tengamos que enterrar dinero para una cuestión en que el riesgo de fracaso es relativamente alto.
Yo he hablado mucho del tema de comercialización. Es un tema muy difícil pero tengo que confesar que cualquier actuación directa de la Administración en ese campo la veo muy problemática porque en el sector turístico se manejan papeles, los papeles, por un lado, y el dinero, por otro. Y a un sector de alta competencia, con una muerte y un nacimiento muy rápido de las agencias de viaje, que son las verdaderas intermediarias del comercio turístico, le veo unos riesgos de fracaso por parte de la Administración que me han hecho ser muy cauto en ese campo.
En esa oferta de colaboración, la Asociación de empresarios de hostelería de Huesca está por el tema. Tantas ayudas como se vierten en turismo verde se verterán en ese intento, repito, con riesgo, pero intento que hay que hacer para vertebrar y comercializar toda esa pequeña oferta turística -yo diría- residual, que está empezando a ser residual en la provincia de Huesca, para que, con la colaboración y la responsabilidad de las asociaciones de hostelería, y llevando ellos el timón, se pruebe a ver si podemos incrementar el grado de ocupación de todos esos pequeños establecimientos que compiten con el turismo rural para conseguir el mayor grado de negocio, mayor nivel de negocio, y que, por lo tanto, no haya lugar a esas quejas que en ocasiones pueden ser fundadas, como en el caso que ha presentado.
Vamos a intentar crear esa central de reservas, primero, a título experimental, en la provincia de Huesca, y espero que haya éxito. Le veo riesgos importantes en cuanto que no sea un éxito, pero hay que intentarlo porque, en estos momentos, gran parte de la oferta, de esa oferta que representa la Asociación de empresarios de hostelería, como sería el caso del valle de Benasque, del valle de Tena, ya empiezan a estar muy estructurada. Por ello, la comercialización, sobre todo basada en el sector de la nieve, se está haciendo ya bastante bien y ya hemos empezado a entrar en los circuitos comerciales, por lo que lo que pueda quedar para esa central de reservas, probablemente, será un poco lo residual, lo que no tiene vías de comercialización.
Yo estoy dispuesto a acometerlo, y espero que, con la colaboración y también con la comprensión de la Asociación de empresarios de hostelería y con la Diputación Provincial de Huesca, podamos llegar a ese acuerdo que permita montar esa central de reservas. Si funciona, adelante, y, si no funciona, replegaremos velas pero habremos andado un camino que creo que tiene que ser andado para incidir más en esas necesidades de comercialización que tenemos.
Muchas gracias, señor Presidente.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias, señor Domingo.
¿Hay algún Diputado que quiera hacer alguna pregunta concreta y puntual?
Tiene la palabra el señor Sarvisé.

El señor Diputado SARVISE MARQUINA: Deseo agradecerle a mi amigo Salvador Domingo todas las aclaraciones que me ha hecho.
Pero, en cuanto a la pregunta que le he hecho sobre la diferencia entre una casa rural de seis habitaciones o una pensión de cuatro o de seis, me da lo mismo, aparte de la calidad o de la reconversión, yo querría añadir algo más. La pensión paga impuesto de actividades económicas, paga Seguridad Social, paga IVA, está sujeta a Inspección del Instituto Nacional de Higiene, está sujeta a Inspección de Trabajo, y ésas son las verdaderas diferencias. Entonces, conseguimos abrir una casa rural de seis habitaciones y posiblemente cerremos un hostal o una pensión de cuatro o de seis habitaciones también. Esa, para mí, es la diferencia que existe entre una y otra.
Quisiera preguntarle para finalizar qué pasaría si todas las empresas de hostelería tradicionales que reúnan las condiciones que se fijan para el turismo rural se pasasen de la hostelería tradicional a la hostelería rural. ¿Qué pasaría, señor Domingo? Yo le daría una explicación: primero, que aumentaría el paro y que dejaríamos de coger impuestos: ésa es la explicación que a mí se me ocurre de momento. Quizá usted no la comparta.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Tiene la palabra el señor Domingo.

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Creo que es un planteamiento que no se puede producir. Sin perjuicio de que ciertas situaciones puedan darse de hecho pero no de derecho, lo de que las viviendas de turismo rural no pagan impuestos es una suposición que yo no sé si es cierta o incierta. Evidentemente, respecto a datos de los impuestos municipales, como podría ser el caso de impuesto de actividades económicas, que lo exigen los municipios, la Dirección General de Turismo no exige a los hoteles el impuesto de actividades económicas; sé que en algún momento se ha producido. También tengo que decir que envié una circular prohibiendo taxativamente que se pida por parte de los servicios provinciales de Industria, Comercio y Turismo ningún documento, ningún papel que no esté en los decretos reguladores; eso se debía a algún inspector, que a veces se pasan a labores burocráticas.
A los ayuntamientos corresponde exigir el impuesto de actividades económicas. En la reglamentación que hay no existe la figura de turismo rural, existen epígrafes más o menos parecidos que pudieran ser de aplicación. Entonces, será competencia de cada ayuntamiento el exigir o no exigir ese impuesto de actividades económicas, será función de los inspectores de Hacienda si se paga el IVA o no se paga el IVA. Es decir, nosotros no exigimos, desde Turismo no tenemos competencia. Se nos achaca como si en Turismo fuéramos responsables de quien paga el IVA o no paga el IVA o quien hace el impuesto de sociedades o quien no lo hace. En Turismo no entramos en eso, no es nuestra competencia ni podemos entrar, la labor de Turismo es de ordenación, promoción y fomento del turismo en los aspectos turísticos, y todos sabemos que la competencia en temas impositivos y en temas laborales no es nuestra.
Yo tampoco sé si las viviendas de turismo rural pagan o no pagan, si tienen Seguridad Social o no tienen Seguridad Social. Tengo que decir que, por diversas vías, últimamente se han producido algunas inspecciones, algunas por la Guardia Civil, quizá a lo mejor por denuncias, y de Inspección de Trabajo. Respecto a todas estas cuestiones, digamos que es donde radica quizá la principal queja de la Asociación de empresarios de hostelería.
Y también tengo que decir que hay suposiciones que se pueden hacer: si todo el sector se reconvirtiera en vivienda de turismo rural, bueno, las viviendas de turismo rural quedan limitadas a ser habitaciones, y, en el nuevo decreto, a doce plazas. Ese es el microtamaño de establecimiento hotelero. El que se quiera convertir... Es una suposición que yo creo que no se puede..., un hotel de cuarenta, cincuenta habitaciones, treinta o veinte...

El señor Diputado SARVISE MARQUINA: Las pensiones que hay en los pueblos se pueden reconvertir.

El señor director general de Turismo (DOMINGO COMENCHE): Lo que yo tengo claro es que, si alguien considera -y aquí estamos hablando de actividades empresariales- que, dentro de la legalidad turística vigente, que son las viviendas de turismo rural, le va mejor como vivienda de turismo rural que como fonda, yo recomendaría que se pasara a la reglamentación que le fuera más favorable. Esa es una cuestión de decisión empresarial y cada cual tiene que tomar la que estime más conveniente, Turismo no puede hacer más.
Lo que sí puedo decir es que no podemos entrar en temas impositivos, no podemos entrar en temas laborales, bastante tenemos con la promoción y con lograr que vengan más clientes a Aragón. Y tengo que decir que esas funciones tendrán que ser cumplidas por quienes les corresponda y en igualdad. El turismo rural es un sector más, sometido a las leyes del país en cuanto a impuestos, y, desde ese punto de vista, tiene que ser Hacienda la que revise el cumplimiento de las obligaciones fiscales que cada cual tiene como ciudadano, es decir, el propietario de una vivienda de turismo rural tiene obligaciones fiscales. No es obligación de Turismo controlar esos temas, nada más digo eso.
Muchas gracias.

El señor Presidente (SANCHEZ SANCHEZ): Muchas gracias, señor Domingo, por las extensas, muy extensas, explicaciones que nos ha dado. Le agradecemos las facilidades que se nos han dado para su comparecencia.

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