Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Comparecencias - De Consejeros del Gobierno de Aragón - Ante la Comisión de Industria, Comercio y Desarrollo
Comparecencia del consejero de Industria, Comercio y Desarrollo al objeto de informar sobre las gestiones realizadas por su departamento a fin de evitar las pérdidas de empleo en empresas aragonesas fabricantes de cableado de automóviles
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 035 de Serie A (V Legislatura)
Intervinienen: Atares Martinez, Vicente - Porta Monedero, Jose - Yuste Cabello, Chesus - Pamplona Abad, Miguel - Alastuey Lizaldez, Daniel
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El señor presidente (ALLUÉ SUS): Buenas tardes a todos.
Vamos a dar comienzo [a las diecisiete horas y veinticinco minutos] a la Comisión de Industria, Comercio y Desarrollo, en su sesión del día 16 de febrero del año 2000.
El primer punto del orden del día, «Lectura y aprobación, si procede, del acta de la sesión anterior», lo dejaremos, como es costumbre, para el final, para que puedan sus señorías estudiar el acta y hacer alguna alegación al final si procede.
El segundo punto del orden del día es la comparecencia del consejero de Industria, a quien damos, como es costumbre, la bienvenida a esta Comisión. Comparece, a petición de siete diputados del Grupo Parlamentario Popular, al objeto de informar sobre las gestiones realizadas por el Departamento de Industria a fin de evitar las pérdidas de empleo en empresas aragonesas fabricantes de cableado de automóviles.
Como establece nuestro reglamento, en primer lugar tiene que hacer su exposición el representante del Grupo Popular, por espacio de quince minutos; a continuación contestará el consejero durante un espacio de quince minutos; después habrá un turno de réplica y dúplica, también cinco minutos para el representante del Grupo Popular y cinco minutos para el consejero, y, posteriormente, el resto de los grupos, también cinco minutos cada uno.
Me gustaría insistir en una cuestión. Teniendo en cuenta las épocas en las que estamos, para que no haya digresiones ni comentarios fuera de lo que es el tema, esta Presidencia va a ser extremadamente rigurosa al objeto de seguir el artículo 115 de nuestro reglamento, y, por lo tanto, habrá llamadas a la cuestión en la medida en que nos vayamos a un tema distinto al objeto del debate de hoy, tanto en la comparecencia como en la proposición no de ley que a continuación veremos.
Por lo tanto, sin más, tiene la palabra el representante del Grupo Parlamentario Popular, señor Atarés.
Comparecencia del consejero de Industria, Comercio y Desarrollo al objeto de informar sobre las gestiones realizadas por su departamento a fin de evitar las pérdidas de empleo en empresas aragonesas fabricantes de cableado de automóviles.
El señor diputado ATARÉS MARTÍNEZ: Gracias, presidente.
Buenas tardes, señor consejero.
Desde el día en que se solicitó la comparecencia del señor consejero de Industria, Comercio y Desarrollo han pasado dieciséis días, y en ellos han cambiado notablemente las circunstancias de algunos trabajadores del sector del cableado del automóvil de Aragón, de lo cual se alegra nuestro grupo, como supongo que lo harán todas sus señorías.
Queremos dejar claro desde el principio el respeto y el respaldo del Grupo Popular a los acuerdos a que puedan llegar los trabajadores y la propia empresa Delphi-Packard.
El motivo para solicitar la comparecencia fue la falta de previsión y reacción del Gobierno de Aragón ante un problema que ponía en peligro los puestos de trabajo de miles de trabajadores.
Aparecían los primeros síntomas de destrucción de empleo masivo en Aragón después de una etapa que ha estado caracterizada por un importante incremento de puestos de trabajo y, por tanto, una bajada generalizada del paro. Ayer mismo se informaba en un medio de comunicación aragonés de que el número de parados bajó en Aragón en catorce mil personas durante 1999, lo que situaba la tasa de paro en el 8,10% según los datos de la encuesta de población activa. Esto significaba que el paro bajó en 1999 un 26,19% en nuestra comunidad autónoma, la tercera donde más disminuyó el desempleo.
La preocupación del Grupo Popular surgió tras conocer los planes de la multinacional Delphi-Packard, que podría recortar su plantilla en novecientos trabajadores de sus plantas de Belchite y Tarazona, cifra que se situaría en torno a los dos mil según las estimaciones de los sindicatos, atendiendo a la repercusión que se provocará en mano de obra indirecta, que, según nuestras informaciones, se extiende a veintiséis municipios de Aragón y alrededor de mil cuatrocientos trabajadores.
Todos estamos de acuerdo en la importancia que tiene el descentralizar la industria aragonesa, y es precisamente en un sector que había comenzado a expandirse por nuestras comarcas donde aparece la crisis.
Si importante es defender todo puesto de trabajo, mucho más lo es aquel que permite una vertebración del territorio, fijando población en los núcleos rurales y subiendo el nivel de vida de sus ciudadanos.
Uno de los objetivos más importantes en la lucha contra el paro debe ser el empleo femenino. Según la encuesta de población activa, en el cuarto trimestre de 1999 el paro femenino estaba en nuestra comunidad autónoma en el 13,5%, frente al 5,02% masculino. Curiosamente, en el sector del cableado del automóvil trabajan mayoritariamente mujeres, y, por tanto, el empleo femenino de Aragón es el que va a pagar fundamentalmente la crisis.
Todo gobierno debe velar por el bienestar de todos los ciudadanos, pero, de una forma especial, por los más débiles, los más necesitados. Y el tipo de trabajo que se desarrolla en el sector del cableado del automóvil suele ser de baja cualificación y, por ello, de difícil ubicación en otro tipo de trabajos. Por ello, deben defenderse estos puestos con un interés especial.
Todos estos motivos nos movieron a solicitar la comparecencia del señor consejero ante la falta de reacción de su departamento o de cualquier otro de su Gobierno ante esta situación. En nuestra opinión, y si me permite un símil, el Gobierno de Aragón se ha comportado en esta ocasión como aquellos bomberos que, primero, no son capaces de detectar dónde existe riesgo de incendio; segundo, cuando aparece el incendio, se enteran tarde y, encima, no se ponen de acuerdo en quién debe dirigir la operación, y tercero, cuando llegan a apagar el fuego, se encuentran con que los trabajadores y la empresa ya lo tienen medio controlado. Y si el símil puede resultar hasta gracioso, la realidad es que puede ser trágico para muchos trabajadores aragoneses.
Muchas gracias.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, señor Atarés, por su brevedad.
A continuación, tiene la palabra el señor consejero.
El señor consejero de Industria, Comercio y Desarrollo (PORTA MONEDERO): Muchas gracias, señor presidente.
Como ya queda reflejado, vengo aquí a cumplir con mi obligación legal de comparecer ante las Cortes, a petición, como se ha señalado, de siete diputados del Grupo Parlamentario Popular.
Quiero poner de manifiesto, en primer lugar, que estamos en un momento especialmente delicado, ya que mañana se somete a votación de los trabajadores de la compañía Delphi-Packard, en sus diferentes factorías, la ratificación del acuerdo suscrito por sus representantes. De manera que viene obligado hacer esta referencia y señalar muy brevemente cuáles son los antecedentes de la situación en la que en estos momentos nos encontramos.
Como ustedes conocen, Delphi-Packard es una compañía que tiene su sede social en Pamplona y que, en su día, absorbió las firmas Delphi-Cisa, en Belchite, y Delphi-Cetasa, en Tarazona. También, como ustedes saben, tiene otras factorías situadas en Ólvega y en Sant Boi. Su capital social está en manos de Delphi Automotive Systems, que en su día fue una sociedad participada por General Motors España.
El Gobierno de Aragón, en su momento, dio ayudas a estas empresas: concretamente, a la establecida en Belchite, Delphi-Cisa, se le dieron cuarenta millones de pesetas de subvención en el año ochenta y nueve y cuarenta y cinco y medio, aproximadamente, en el año noventa y cuatro; y a la factoría de Tarazona, Delphi-Cetasa, se le permitió que ocupara unas naves, de propiedad conjunta del ayuntamiento y del IAF, como contraprestación del pago de una módica renta.
También es realidad que algunas empresas subcontratistas de Delphi han recibido ayudas del Gobierno en el pasado, concretamente del Instituto Aragonés de Fomento, por importe de unos treinta y un millones de pesetas.
El pasado día 24, la dirección de Delphi comunica a los sindicatos en Madrid -conviene señalar esto- la intención de poner en marcha un plan de recorte de su plantilla que afectaría a las cinco factorías situadas en España, y especialmente afectaría a dos de ellas, que son las de Belchite y Tarazona, que están en nuestra comunidad.
Ese plan de ajuste, que se anunció el 24 de enero, suponía la supresión de unos dos mil puestos de trabajo aproximadamente, computando no solamente la mano de obra directa de las propias factorías, sino de las empresas auxiliares.
La compañía puso de manifiesto la pérdida de rentabilidad de sus factorías y su interés en ir desviando la producción a otras factorías recién abiertas en Marruecos y en Rumanía.
Cuatro días más tarde, el día 28, se celebró una reunión con los representantes de los trabajadores, y en la misma se entró en una pormenorizada relación de cuál sería el contenido de este plan de ajuste.
La causa del plan venía, desde el punto de vista de la empresa, justificada por una pérdida de competitividad de la compañía, que había hecho reducir la rentabilidad de la misma a unas tasas próximas al 5%.
El objetivo que se planteaba la empresa era, al menos, tratar de mantener la rentabilidad obtenida en el año 1999, y a tal efecto introducía una serie de medidas de ajuste, como podían ser: en primer lugar, transferir aquellas partes del negocio no rentables; en segundo lugar, reforzar la presencia de la compañía en algunos sectores no ligados a las grandes series de producción, y tratar de reforzar la posición de la compañía a la proximidad geográfica de sus clientes.
Todo esto tenía una serie de consecuencias, entre otras, una pérdida de fuerza laboral interna, la consolidación de las factorías de Tarazona y Ólvega en una sola planta y el centrarse en dos aspectos que querían reforzar su capacidad competitiva: trabajando pequeñas series y reforzando el aspecto logístico de la misma.
A través de unos cuadros que presentaron a los representantes de los trabajadores, se hacía una previsión de reducción de plantilla, tanto de trabajadores internos como externos, de empresas subcontratadas, en unos escenarios que abarcan los años 2000 y 2001, para llegar a unas reducciones que, inicialmente, se estimaron por encima de los dos mil cien puestos de trabajo.
Hasta aquí, el plan que presentó la compañía el día 28 de enero.
Los trabajadores y sus representantes reaccionaron, como no podía ser de otra manera, con rapidez y anunciaron movilizaciones. Es necesario también poner de manifiesto aquí el comportamiento que han tenido otras administraciones públicas, especialmente los ayuntamientos afectados, en la materia.
El Gobierno de Aragón, desde el mismo momento en que tuvo conocimiento de la situación, decidió constituir un grupo de trabajo bajo la dirección del consejero de Economía, Hacienda y Función Pública, en el que nos hemos integrado los consejeros de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo y quien les habla. Desde el primer momento, repito, bajo la dirección del consejero de Economía y Hacienda, se ha efectuado un seguimiento de los acontecimientos y se ha tratado de propiciar un clima que favoreciera el encuentro y el entendimiento.
En ningún momento, el Gobierno de Aragón ha ocultado su criterio o la valoración que hacía sobre el plan presentado el 28 de enero por la empresa. Desde el primer momento, se calificó de grave la situación y se consideró desproporcionada la solución a la situación en la que se entendía que se encontraba la empresa.
Dentro de este clima, que entre todas las fuerzas se ha conseguido propiciar, de entendimiento, se produjo, como ustedes conocen, una reunión el pasado lunes en Madrid, en la cual se ha llegado a un acuerdo entre los representantes de los trabajadores, las centrales sindicales y los representantes de la empresa, que supone un avance bastante importante y al que me quiero referir en estos momentos.
En primer lugar, se retira, por parte de la empresa, el plan al que antes he hecho referencia, que se presentó sucesivamente los días 24 y 28 de enero.
En segundo lugar, aquellos contratos temporales con una antigüedad igual o superior a dos años a la fecha de firma de este acuerdo se transformarán en contratos fijos.
En tercer lugar, la compañía Delphi preparará un plan de viabilidad que tendrá una vigencia de siete años. Durante la vigencia de dicho plan, las indemnizaciones por bajas voluntarias incentivadas serán de ochenta y cinco días por año de servicio.
Quedan excluidos de este acuerdo y quedarán sometidos a negociación individual o colectiva aquellos colectivos correspondientes a los grupos siete y ocho, que ya adelanto que son los titulados de grado medio.
La firma de este acuerdo tiene también como consecuencia la desconvocatoria de la huelga que se había convocado para la semana en la que estamos, del 14 al 18 de febrero.
Ésta es la situación al día de hoy. Mañana, los trabajadores de la empresa votarán libremente si respaldan los acuerdos adoptados por sus representantes.
En este punto, conviene señalar tres ideas: en primer lugar, que el Gobierno valora positivamente el esfuerzo de las partes y los términos del acuerdo alcanzado; en segundo lugar, que el Gobierno de Aragón confía en que los trabajadores, mañana, respaldarán con su voto lo acordado por sus representantes, y, en tercer lugar, que el Gobierno de Aragón seguirá muy de cerca la elaboración del plan de viabilidad y su cumplimiento.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, consejero.
Tiene la palabra el representante del Grupo Popular, señor Atarés.
El señor diputado ATARÉS MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente. Señor consejero.
Ha hecho una buena radiografía del interior de la crisis, nos la ha descrito muy bien. Pero, por otra parte, yo creo que se toma demasiado en serio el eslogan aquel que, al principio, lo traía como uno de los programas estrella suyo: era el de no estorbar. Yo creo que hay casos, como éste, en los que lo importante no es no estorbar, sino que hay que hacer cosas, hay que participar y colaborar para que se resuelvan los problemas.
Comprendemos que tanto los trabajadores como la empresa hayan intentado solucionar su problema. Lo han conseguido en buena medida, y están en el buen camino para el acuerdo final. No vamos a entrar ni a interferir en lo que se está negociando por ambas partes; lo respetamos y deseamos que se logre la mejor solución.
No podemos decir lo mismo de la actuación del Gobierno de Aragón. Entendemos que el enfoque dado para la solución del conflicto no ha tenido la suficiente visión de conjunto. Cuando reaccionaron, lo hicieron para resolver los problemas de las plantas de Tarazona y Belchite, pero se olvidaron del sector; no tuvieron en cuenta que existen muchos centros externos (pequeñas empresas, cooperativas, sociedades anónimas laborales, sociedades civiles, centros especiales de empleo) que dependen en buena parte de los contratos con Delphi.
Como ya ha dicho el señor consejero, no debemos olvidar que muchas de estas empresas han nacido con el apoyo de ayuntamientos, diputaciones, ayudas públicas, descuentos fiscales, etcétera. Y, si hemos realizado un esfuerzo para crearlas, ahora debemos hacerlo para mantenerlas.
Quiero incidir en el tema ya mencionado de la falta de coordinación y definición de competencias que ha surgido en el Gobierno de Aragón a raíz de esta crisis.
No podemos pedir a un equipo que detecte dónde pueden aparecer problemas laborales si no está bien definido a qué departamento corresponde la competencia. Cuando aparecieron los primeros síntomas del problema, ningún departamento del Gobierno de Aragón dijo nada del asunto. Con la crisis ya abierta, se les ocurre crear un gabinete de crisis, formado por el Departamento de Industria (que, desde nuestro punto de vista, es el competente en esta materia), el de Economía y Hacienda y el de Sanidad y Trabajo. De las grandes sequías pasamos a las grandes riadas.
Y esto, ¿para qué sirve? Pues para crear más despiste. Mientras el titular de Economía manifestaba que la Diputación General de Aragón era consciente de la situación de Delphi, en el mismo artículo de un periódico de la comunidad el consejero de Industria reconocía que el plan de reajuste de personal presentado por Delphi-Packard había cogido por sorpresa al Gobierno.
Señor consejero, creemos que no se debe llegar a situaciones como la presente, y, para ello, es imprescindible que, desde su departamento, se tenga la sensibilidad necesaria para detectar dónde pueden aparecer problemas y actuar con más presteza para que el tamaño del problema no supere nuestra capacidad de solución.
Si en todo el territorio aragonés es importante la diversificación empresarial e industrial, lo es más para aquellos núcleos donde el tipo de empresas de las que dependen tienen más difícil su continuidad en el tiempo.
Pedimos al Gobierno de Aragón que se esfuerce especialmente en buscar alternativas de empleo para todas las empresas que puedan salir perjudicadas de esta crisis, tanto en las plantas de Tarazona y Belchite como en todos aquellos centros externos repartidos por muchas poblaciones de Aragón.
Aprovechando que estamos haciendo un análisis de cómo se deben hacer mejor las cosas para evitar el desempleo en nuestra comunidad, y existiendo otras empresas que podrían tener dificultades de empleo a corto o medio plazo, pedimos al Gobierno de Aragón que esté especialmente atento en detectar los problemas iniciales de estas empresas, para no llegar a situaciones como la de Delphi-Packard.
Especial interés se debe poner en ayudar a la empresa CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), para que consiga los contratos del metro de Madrid siguiendo la misma línea en la que trabajó el anterior presidente Santiago Lanzuela y que tan buenos resultados dio.
Uno de los programas estrella que usted presentó a estas Cortes en su primera comparecencia era el de poner a Aragón en el mapamundi, y otro, el de vender Aragón por el mundo. Los dos objetivos los valoramos, desde nuestro grupo, como positivos, y en esa línea ya trabajó el anterior Gobierno PP-PAR.
Pero, señor consejero, consideramos muy peligroso para estos proyectos lo que está sucediendo con las empresas de cableado del automóvil en nuestra comunidad autónoma. Si empiezan a cerrar plantas y a trasladarlas a otros países, y, como consecuencia, crece la inestabilidad laboral, va a resultar que empiezan a nacer argumentos contrarios a los que se necesitan para convencer a las empresas de que les interesa implantarse en nuestras tierras. Que identifiquen a Aragón con una región de donde se marchan empresas no es bueno para el desarrollo industrial y económico que todos deseamos para nuestra tierra.
Nada más. Muchas gracias.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, diputado.
Su turno de dúplica, consejero.
El señor consejero de Industria, Comercio y Desarrollo (PORTA MONEDERO): Muchas gracias, señor presidente.
Señor Atarés, usted ha señalado en su intervención que el Gobierno ha actuado con falta de previsión y falta de reacción.
Estamos en una economía libre de mercado. La previsión, siendo tantos los operadores de mercado y los que toman decisiones, es prácticamente imposible en una economía libre.
La reacción sí la ha habido, pero, como usted sabe, para que haya una reacción tiene que estar precedida de una acción.
Por un lado, es una realidad que ha sido una sorpresa para el Gobierno la presentación del plan. No ha sido ninguna sorpresa el saber que podía haber alguna dificultad con la empresa. Son dos cosas totalmente diferentes, desde mi punto de vista.
No estamos en condiciones... A lo mejor, el gobierno anterior estaba en condiciones de promover que la Comunidad de Madrid construyera metro para poder colocar los vagones de metro allí... No, no alcanzamos a esto, y va a ser difícil que este Gobierno pueda promover que, en determinadas ciudades, se construya metro.
Quería señalarle una cuestión relacionada con las empresas del cableado en general.
Las empresas del cableado, como su señoría conoce, son empresas intensivas en el empleo de mano de obra. Por fortuna para España y para Aragón -repito: por fortuna-, los costes de la mano de obra ya no son lo que eran aquí: son más elevados. Las empresas tienen dos maneras de reaccionar: coger sus maletas e irse a otro país donde la mano de obra es ahora más barata, esperar a que suba y, en el momento en que suba, tener que marchar a un tercer país, o adaptarse a través de la innovación, añadiendo formación. Añadiendo formación a los empleados y, sobre todo, tecnificando los procesos, se consigue que la distribución de coste de la mano de obra por unidad producida sea muchísimo menos relevante. Es decir, que hay oportunidades, a través de la innovación, de mejorar la situación competitiva de las empresas a medio y a largo plazo.
Evidentemente que hay que hacer cosas, pero lo primero que hay que hacer, aprovechando el símil que usted mencionaba anteriormente, es no pisar la manguera a los bomberos. Eso, como primera medida.
El Gobierno de Aragón ha tratado de actuar, como no podía ser de otra manera, coordinadamente, y ha tratado de desarrollar su tarea sin poner ni un ápice de dificultades a los verdaderos protagonistas, que son las partes en el conflicto, poniéndose a su disposición y tratando de generar, como ya le he dicho, un clima que permitiera propiciar un acuerdo.
Evidentemente, la situación, incluso con este acuerdo, no es como la que se estila, por desgracia, actualmente. Pero el acuerdo es el mejor de los acuerdos posibles al que podían llegar las partes el pasado lunes.
Quiero hacer referencia especialmente a un dato: se compromete la empresa a elaborar un plan de viabilidad de siete años de duración. La gravedad de la crisis venía dada porque se concentraban en el tiempo y en espacio, en dos términos municipales, un ajuste de plantilla fortísimo. Las posibilidades de que este plan de viabilidad tenga un umbral temporal de siete años permiten diluir en el tiempo y poder aplicar una serie de medidas complementarias.
Muchas gracias.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, consejero.
Tiene la palabra el representante de Chunta Aragonesista, señor Yuste.
El señor diputado YUSTE CABELLO: Muchas gracias, señor presidente.
Señor consejero, buenas tardes.
Chunta Aragonesista ha asistido con una enorme preocupación a esta crisis, que ha supuesto una amenaza real a mil doscientos empleos directos y a otros tantos empleos indirectos, especialmente en el medio rural, con las connotaciones que eso tiene en comarcas castigadas por la desindustrialización, como el Somontano del Moncayo, o por la despoblación y el envejecimiento, como la tierra de Belchite, con unas importantes repercusiones negativas para pequeños talleres, para cooperativas, que son las que están fijando la población en ese territorio, y con un especial impacto negativo sobre la mano de obra femenina.
Nos hemos encontrado con una situación grave, que requería, en nuestra opinión, la intervención inmediata de los poderes públicos. Una situación cinco veces más grave -si podemos cuantificarlo así- que aquella coincidencia de crisis que se dio en febrero del noventa y ocho y que motivó unos encendidos debates parlamentarios en esta casa, cuando coincidió la crisis de Heinz en Ejea, de Walthon Weir Pacific, de Almacenes Gay, de Textil Tarazona otra vez. Situaciones graves que motivaban una pérdida de empleo, una amenaza para el empleo cinco veces menor que en el caso que debatimos hoy.
Por eso, Chunta Aragonesista, desde el primer día, reclamó la intervención directamente del presidente del Gobierno de Aragón. ¿Y por qué dijimos eso? Pues emplazamos directamente al presidente porque la primera respuesta que salió del Gobierno no nos gustó nada; la primera respuesta del Gobierno de Aragón fue titubeante, en leguaje coloquial; yo diría que fue como para echarse a temblar. Yo soy trabajador de Delphi, leo esas declaraciones que salieron en los medios de comunicación y, desde luego, es para echarse a temblar.
No sé si esas declaraciones salieron de usted, pero aparecían apuntadas a un portavoz oficial de su departamento, el Departamento de Industria, Comercio y Desarrollo, que dijo que no iba a decir nada, que no iba a haber declaraciones del departamento para evitar entorpecer la negociación entre la empresa y los sindicatos.
Y yo tengo la obligación de preguntarle hoy: pero ¿qué es eso de entorpecer? ¿Es que la preocupación, el interés, la iniciativa política de un gobierno democrático puede entorpecer? ¡Por favor!
Yo creo que hemos de tener claro a estas alturas que, si no contrapesamos la ley del mercado, la ley del mercado en sus vertientes más crudas o más salvajes, más desregularizadas -por decirlo así-, si ahora no contrapesamos con la autoridad de un gobierno democrático, con la autoridad moral -si se quiere emplear esa palabra, como fue empleada también por otro miembro del Gobierno-, la autoridad moral de un gobierno democrático, entonces, realmente, estamos en un mundo loco. Porque, evidentemente, al poder económico, en este mundo globalizado, le importa un bledo que haya más o menos parados y le importa un bledo que haya comarcas despobladas u olvidadas en un pequeño país del sur de Europa, que ni siquiera saben ubicar en Michigan y que, en este caso, se llama Aragón.
Por eso, alguien -y, en ese caso, esa competencia le compete al poder político, al gobierno democrático- tiene que hacerse oír, tiene que actuar, tiene que intervenir. Dejemos esa palabra, aunque pueda tener otras connotaciones, libre de connotaciones: intervenir, intervenir políticamente. Por eso me pareció absolutamente reprobable, y así se lo digo, el primer mensaje que salió de su departamento.
Menos mal que, al cabo de los días, ese primer mensaje se cambió por un mensaje algo más activo. Y, en eso, yo tengo que decir, y lo declaro públicamente, que la intervención pública del consejero de Economía, Hacienda y Función Pública, creo que fue al acabar una reunión del Consejo de Gobierno de la DGA, sí que estuvo a la altura de las circunstancias, y yo, por eso, lo quiero reconocer así.
Yo no sé si ese desfase supone una demostración de las dos almas que tiene el Gobierno, una más social y otra más liberal, no sé si es eso; aunque hoy, después de oír al portavoz del Grupo Popular, que se nos ha pasado ya al intervencionismo, desde luego, mucho más, infinitamente alejado de lo que fue la práctica del gobierno Lanzuela, ciertamente, creo que habría que replantearlo.
Pero, en todo caso, me da la impresión de que usted, señor Porta, en esa primera intervención, con esa tibieza, estuvo mucho más cerca de lo que ha sido la filosofía liberal de la resignación propia del gobierno anterior, del gobierno PP-PAR.
Yo no sé, por lo tanto, si es un problema de debilidad o es un problema de falta de liderazgo en su departamento o es un problema de falta de agilidad; pero, ciertamente, en un momento dado, usted reconoció que la noticia le había pillado por sorpresa y, sin embargo, el otro consejero, el consejero de Economía, declaraba que el Gobierno estaba puntualmente informado de todo el proceso. Por lo tanto, ahí hubo una contradicción difícil de comprender desde nuestro punto de vista.
Es cierto que los gobiernos tienen poco margen cuando tienen que actuar ante las grandes multinacionales, que actúan siguiendo intereses muy particulares y que, muchas veces, actúan como auténticos vampiros, como dijo Julio Cortázar. Pero yo creo que tenemos que tener claro que su Gobierno representa la dignidad del pueblo aragonés. Y, en representación y defensa de esa dignidad, ustedes tenían que haber actuado de otra forma; desde luego, no conformándose con aceptar sin más el statu quo, sino que tenían que haber tomado la iniciativa política en su momento. Y de eso es de lo que estamos hablando hoy.
Estamos hablando de grandes empresas, que presentan ingentes beneficios en el año noventa y nueve en todo el mundo. Delphi obtuvo unos beneficios de ciento ochenta y cuatro mil millones de pesetas. Creo que esas cifras son bastante llamativas. Hubo un 22% más que en el año anterior de beneficios, es decir, que no es una empresa en crisis ni muchísimo menos. Precisamente, cuando salimos de un año que ha sido especialmente positivo para el mercado español del automóvil; el noventa y nueve ha sido un año especialmente positivo.
Por lo tanto, nos encontramos con unas empresas que han recibido facilidades por parte de las autoridades para implantarse en Aragón (usted ha hecho mención de algunas de esas facilidades); empresas que, por lo tanto, entiendo que tienen que aceptar con deportividad la responsabilidad social que han contraído ante el pueblo aragonés, que han contraído ante nuestra sociedad y, desde luego ante las instituciones democráticas que representamos a esta sociedad. Por lo tanto, esa autoridad, aunque fuera moral, existe y debe hacerse valer.
Evidentemente, mañana, jueves, los trabajadores de Cetasa y de Cisa van a definirse sobre el reciente acuerdo empresa-sindicatos. Yo entiendo que los trabajadores son mayores de edad para discernir cuál es la opción más conveniente, y, desde luego, no me compete a mí juzgar el acuerdo en estos momentos, y no voy a hacerlo.
Sin duda es positivo que se hayan sentado a negociar la empresa con los sindicatos, es positivo que los alcaldes de las comarcas implicadas y que el Gobierno de Aragón, en su momento, hayan tomado iniciativa de mediación, etcétera. Yo entiendo que son positivas todas esas medidas; creo que, con ese acuerdo, se ha abierto una puerta que quizá sea una puerta a la solución.
Esperemos a oír el resultado del referéndum de mañana, pero a nadie se le escapa que, a corto o medio plazo, ese monocultivo automovilístico del valle del Ebro, que es una de nuestras virtudes y uno de nuestros pecados, nos está dejando, antes o después, a la economía aragonesa (y, por lo tanto, yo creo que a todos los aragoneses), en una situación de indefensión, al albur de decisiones como ésta o como otras que se puedan tomar en el futuro.
Por lo tanto, no basta con si se resuelve hoy -o mañana- ese problema concreto. Da la impresión de que, simplemente, se está retrasando en el tiempo una crisis bastante grave en todo el sector automovilístico, en el conjunto, y que va a tener un especial efecto negativo sobre el conjunto de Aragón. Por lo tanto, entiendo que ya no hay que hablar de lo que pasa mañana, sino que hay que empezar ya a trabajar con una previsión de años, posiblemente, para que este Gobierno y el siguiente y el siguiente puedan tener las cosas mejor ante situaciones como ésta.
En todo caso, casi a modo de conclusión, yo tendría que preguntarle: pero ¿qué han hecho ustedes?, porque, de sus dos intervenciones, no me ha quedado claro. Quiero decir: la actitud, la postura, la acción, la intervención del Gobierno de Aragón, ¿ha sido, exclusivamente, las declaraciones públicas del consejero de Economía y las reuniones que éste ha mantenido con las diversas partes implicadas?, ¿ésa ha sido la única acción que ha desarrollado el Gobierno de Aragón al respecto?
En cuanto al desarrollo futuro de ese plan de viabilidad en los siete años, si sale respaldado mañana en las urnas en las empresas, ¿ha asumido el Gobierno de Aragón algún tipo de compromiso, con la empresa o con los sindicatos, de dar algunas facilidades o dar algunas medidas de apoyo, participar de alguna manera en el desarrollo y la viabilidad de ese plan?
Voy concluyendo con esto. Me gustaría que respondiera a esas preguntas.
Yo no le voy a preguntar por CAF, porque no toca. No es cableado; entonces, no toca. Y además entiendo que es una responsabilidad del Gobierno del PP de la Comunidad Autónoma de Madrid. Por lo tanto, salvo dar argumentos al enemigo, no veo la virtualidad de meter CAF en este debate. En todo caso, es una decisión bastante irregular, que espero que se debata en profundidad en la Comunidad de Madrid, en la Asamblea de Madrid. Y, en todo caso, nosotros, en otra ocasión, quizá tengamos oportunidad de hacerlo.
Pero, como sí que hablamos de cable hoy, sí que toca cable, yo quería plantear otro tema brevemente, relacionado con...
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Señor diputado, muy brevemente, por favor.
El señor diputado YUSTE CABELLO: Sí, muy brevemente.
Como la comparecencia no era sólo para hablar de Delphi, sino del sector del cable, en el sector de cable hay una pequeña empresita, una pequeña empresa, Manufacturas Caspolinas, una cooperativa de Caspe -obviamente-, que acaba de cerrar recientemente, que acaba de dejar a cincuenta trabajadores en la calle después de haber estado trabajando durante tres años para la Volkswagen-Seat. Efectivamente, es un caso muy similar: economía globalizada, decisiones globales, la producción se traslada a países del Este y a África buscando mano de obra barata, y, entonces, aquí se genera esta situación de cierre.
¿El Gobierno de Aragón ha tomado alguna iniciativa al respecto, o eso es un tema posterior o secundario que ha quedado oculto detrás del gran volumen, del gran impacto de la crisis de Delphi?
En todo caso -concluyo ya con esto-, sobre el tema de soluciones, me gustaría que pudiéramos empezar ya a hablar algo de soluciones, aunque sea brevemente o de forma más simple. Aparte de que sería bueno que en Aragón subvencionáramos el movimiento sindical que se pueda desarrollar en países como Marruecos o Rumanía, creo que sería bastante positivo para la economía aragonesa.
Creo que hay que empezar a trabajar en clave de futuro, y me gustaría que el Gobierno de Aragón estuviera ya trabajando en esa dirección, buscando la diversificación del tejido industrial y de la economía aragonesa para evitar esa sumisión al monocultivo del automóvil y buscando apoyo, medidas de apoyo estable para esos proyectos endógenos que tienen que ir surgiendo en el territorio, sobre todo en las comarcas afectadas por estas crisis industriales.
Simplemente, me gustaría que pudiera hacer alguna reflexión sobre esto.
Muchas gracias.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, señor diputado.
Tiene la palabra, señor Pamplona.
El señor diputado PAMPLONA ABAD: Gracias, presidente.
Buenas tardes, señor consejero.
En la comparecencia, tengo que apuntar que, por parte del señor Atarés, ha habido una serie de preguntas con contestaciones, con lo cual yo venía un poco en el sentido de que el consejero nos dijera la realidad de la situación que se estaba planteando con este programa, que creo que afecta no sólo a unas localidades concretas, sino toda la incidencia. Pero, vamos, casi ha habido ya contestaciones.
Creo que el problema es de tal magnitud, en el sentido de una serie de cuestiones que se están deliberando, que ponen en entredicho este volumen de puestos de trabajo que se generan con una inversión relativamente mínima, que creo que el Gobierno, como nos ha explicado el consejero, va a tener que estar muy atento a todos los movimientos que puedan originarse en este tipo de empresas, porque su inversión, en concreto, se realiza muy fácilmente. Muy fácilmente puesto que se incluyen los ayuntamientos, que aportan no sólo subvenciones del Gobierno de Aragón, sino inmuebles, aportan todas las facilidades que pueden dentro de la autonomía municipal. Y, en conclusión, se está dirigiendo a un trabajo de mano de obra muy barata y con muy poca especialización.
Entonces, cuando llegamos a estos niveles de puestos de trabajo, mil cuatrocientos puestos de trabajo, creo que es una situación en la que, como ha explicado el propio consejero, se debe tener la suficiente prudencia en cuanto a actuaciones; pero no por eso no estar vigilantes en la situación de estos movimientos de empresas, como es la multinacional Delphi, a la que en estos momentos nos estamos refiriendo, para ver a qué acuerdos se llega por parte de los trabajadores y por parte de la empresa para esa viabilidad a medio o corto plazo.
Creo que el Gobierno de Aragón tiene que estar actuando dentro de la garantía que pueda originarse en esa fijación de puestos de trabajo, pero hay que esperar, hay que esperar. Creo que hay ciertos casos en los cuales es necesario el diálogo y, por supuesto, que al final se concluya en una situación lo más positiva posible. Y, en una situación muy delicada, a veces los comentarios pueden desfavorecer las negociaciones.
Creo que se trata de que, tanto los trabajadores con la empresa, lleguen a un buen acuerdo, y, por supuesto, como he dicho, que el Gobierno esté detrás para intentar paliar en lo máximo posible los daños que se puedan originar, sobre todo en estas zonas como Belchite, que tienen un área de influencia importante, en cuanto a que estamos en zonas con niveles muy preocupantes de mano de obra y de población.
Por eso, el Partido Aragonés, por supuesto, apoya la gestión que está realizando el Gobierno de Aragón y le anima a que ponga -como se suele decir- todas las cartas encima de la mesa, para intentar que esta reducción, en caso de que sea una realidad, pues sea lo más suave posible y con capacidad, en su momento, de poder reconvertir.
Como ha dicho quien me ha precedido en el uso de la palabra, son multinacionales que en un momento determinado generan muchísimo dinero y, en este caso, bastantes beneficios, y, de alguna manera, tenemos que ser consecuentes en cuanto a que esta mano de obra no especializada puede estar en una situación flotante de buscar nuevos mercados, y es muy difícil la posible actuación.
Pero yo creo que el Gobierno de Aragón, en este sentido, va a actuar como creo que ha dicho el consejero, y ahí tienen nuestro apoyo para que apliquen cuantas medidas sean necesarias para paliar al máximo el problema que estamos comentando en las empresas de cable.
Gracias.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, señor diputado.
Tiene la palabra el señor Alastuey.
El señor diputado ALASTUEY LIZÁLDEZ: Gracias, señor presidente.
La verdad es que el inicio de la intervención del portavoz del grupo que ha pedido la comparecencia ha sido casi una contestación a la recomendación que ha hecho el presidente de la Comisión, respecto a no intentar utilizar esta comparecencia, estos debates, en estas fechas, para lanzar mensajes electorales.
Yo, la verdad es que le estaba escuchando y me estaba acordando, porque suelo verlos todas las noches, de los muñecos del Guiñol: de pronto, hay una crisis, una crisis bastante grave en Aragón, en dos comarcas determinadas, y el señor portavoz del Partido Popular nos dice que, una vez que el PP ha abandonado el gobierno, una vez que hay un gobierno, en este caso, no social-comunista, sino que será social-parista, social-aragonesista, pues rápidamente se empieza a destruir empleo, llega el paro, llega el retroceso, llegan las tinieblas.
Mire usted, se pueden detectar las crisis, se puede tener una cierta previsión de cuáles son los sectores que en un momento determinado pueden entrar en crisis, pero las decisiones de las empresas son las decisiones de las empresas.
Y a esta decisión de una multinacional en un momento determinado, después de haber sangrado un poquito lo que ha sido el tejido productivo aragonés o el empleo aragonés, que, obteniendo buenos beneficios, decide que tiene una rentabilidad mayor yéndose a otros territorios, creo que ha habido una reacción positiva, tanto por parte del Gobierno como, sobre todo, por parte tanto de los trabajadores como de las comarcas y de los representantes sindicales de esos trabajadores.
Y no acabo de entender muy bien qué es lo que pretendía el Partido Popular pidiendo esta comparecencia, al margen de la sana intención de que el Gobierno diera cuenta a estas Cortes, que tienen que entender todos los problemas que se plantean en Aragón, de las gestiones que ha realizado.
El consejero lo ha hecho: ha dado cuenta de esas gestiones, ha dicho lo que ha hecho el Gobierno. Por tanto, a partir de ahí, yo creo que otro tipo de juicios, como los que se han hecho desde el Partido Popular, lo único que hacen es entorpecer y enturbiar el posible clima de negociación o el posible clima de solución que pueda haber.
Decir que no se ha detectado el problema de CAF, francamente, es echarle morro desde el Partido Popular. Yo creo que ustedes, como nosotros, habrán recibido al comité de empresa de CAF, y les habrán contado lo mismo que a nosotros: les habrán contado que lo que quieren es que el Gobierno de Madrid, del Partido Popular, explique por qué un criterio que se ha seguido siempre en la industria de construcción ferroviaria en España a la hora de adjudicar contratos, que es favorecer las empresas españolas, esta vez no se ha seguido. Y supongo que las mismas sospechas que nos han expresado a nosotros, se las habrán expresado a ustedes. Por tanto, supongo también que ustedes cogerían el teléfono inmediatamente, llamarían al consejero correspondiente o al señor Ruiz Gallardón y le pedirían, por favor, que el contrato del metro de Madrid fuera a parar al consorcio de empresas españolas en las que se integra CAF.
Es decir, venir aquí a hacer electoralismo, con un problema tan dramático como el que se ha planteado por parte de Delphi-Packard, me parece un poco irresponsable.
Porque, ¿qué ha ocurrido con el problema de Delphi-Packard? Pues que, hace una semana, nos encontramos todos, todos, de sopetón -y ustedes tienen un alcalde en una de las dos ciudades afectadas, que es de su partido y que supongo que tampoco había detectado la crisis, tampoco la había detectado y se entera de la crisis al mismo tiempo que el Gobierno de Aragón y que todos nosotros-, nos encontramos con una empresa que decide hacer una regulación de empleo salvaje (salvaje desde el momento en que está hablando de reducir dos mil empleos en muy poco tiempo), lo cual supone para dos comarcas aragonesas muy determinadas, para el Somontano del Moncayo y para la comarca de Belchite, supone el apagón total, desde el momento en que no existen alternativas a esas empresas para que se genere empleo. Y, cuando todos estamos tan preocupados por la crisis demográfica de Aragón y, por tanto, por el mantenimiento de la población, resulta que esas empresas están dando empleo, precisamente, a aquellos trabajadores, trabajadoras sobre todo, que son capaces de fijar la población.
Y una semana después nos encontramos con una solución, o con un atisbo de solución, que es un acuerdo firmado entre la empresa y la representación sindical, que lo que hace es dos cosas fundamentales...
El señor diputado ATARÉS MARTÍNEZ: Presidente, perdón, yo entiendo que aquí dice...
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Señor diputado, no tiene usted la palabra, no tiene usted la palabra. Permita que termine su intervención el diputado que tiene el uso de la palabra, por favor.
El señor diputado ALASTUEY LIZÁLDEZ: Gracias, señor presidente.
Lo que estaba diciendo, incluso con desviaciones, que son inevitables cuando uno interviene en función de lo que se ha dicho previamente, y no en función de un discurso preparado de antemano y que no se cambia porque es a piñón fijo, digo que, con lo que nos encontramos ahora es con un acuerdo entre la empresa y los sindicatos, en el cual lo que se asegura es, primero, el empleo, y segundo, un horizonte de siete años en el cual va haber margen de maniobra seguramente para que este plan industrial asegure en el futuro ese empleo u otros empleos.
Y eso, ¿cómo ha sido posible?, ¿por qué ha habido este cambio radical de la situación? Pues, en primer lugar, porque ha habido una movilización de los trabajadores, una movilización de la población de esas comarcas y una movilización -yo creo-de toda la opinión pública aragonesa en contra de esa medida que planteaba la empresa. Movilización que, por cierto, ustedes no trasladaron al vicepresidente del Gobierno cuando visitó Aragón hace poco: viene el vicepresidente del Gobierno y ustedes son incapaces de informarle de que el principal problema de empleo que tiene en este momento la región aragonesa es el problema de Delphi-Packard; y cuando le preguntan al vicepresidente del Gobierno -que algo debería saber, porque éste no es un problema que afecte sólo a Aragón, sino a varias comunidades autónomas-, cuando la prensa le pregunta qué piensa de este problema, dice: «Lo siento, no estoy informado».
La intervención del Gobierno de la nación en esta cuestión ha sido ejemplar, por no hablar de un Departamento de Industria o de un Ministerio de Industria que tampoco ha intervenido para nada, a pesar de que -repito- es un problema que afecta a tres comunidades autónomas y es un problema que no en balde ha sido resuelto en la comisión de mediación de Madrid. Es decir, no era un problema exclusivo del Gobierno de Aragón, sino que era un problema en el que el Gobierno de la nación, el Gobierno del Partido Popular, algo podría haber dicho.
Repito que ahí ha habido una reacción positiva tanto de los trabajadores como de los representantes sindicales y de la población...
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Señor diputado, vaya concluyendo.
El señor diputado ALASTUEY LIZÁLDEZ: ... y ha habido una reacción positiva por parte del Gobierno de Aragón, que creo que ha actuado como se puede actuar en estos casos: manteniéndose constantemente informado y generando, tanto en los trabajadores como en la empresa, la confianza de que existiera un poder público informado y dispuesto a mediar en cualquier momento para que hubiera soluciones.
¿Qué es lo que creo que el Gobierno de Aragón debería hacer a partir de ahora y, estoy seguro por las palabras del consejero, va a hacer? Pues yo creo que lo que se ha abierto es la perspectiva de siete años en los cuales, una vez que se negocie el plan industrial, el Gobierno de Aragón se tiene que plantear que en esas dos comarcas existe un problema que no es solamente el problema de Delphi-Packard: es un problema de mantenimiento de la población y de mantenimiento del empleo.
Donde antes no había horizonte temporal, ahora existen siete años en los cuales el Gobierno de Aragón va a poder realizar políticas que permitan, no ya a través de las empresas de cableado sino a través de todo tipo de iniciativas, fijar la población al territorio. Es decir, desde el punto de vista del Grupo Parlamentario Socialista, el Gobierno ha actuado con absoluta celeridad y ejerciendo las competencias que tiene en este conflicto.
El Gobierno todavía tiene un papel muy importante que jugar en el futuro, y, desde luego, desde nuestro grupo se juzga el acuerdo alcanzado entre la empresa y los sindicatos de una manera muy positiva, y se confía en que los trabajadores, mañana, en los referendos que se van a celebrar en las plantas aragonesas, ratifiquen ese acuerdo y permitan que ese futuro y esa esperanza para las comarcas se abra.
Gracias, señor presidente.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, diputado.
Señor consejero, tiene la palabra para responder a las contestaciones de los comparecientes.
El señor consejero de Industria, Comercio y Desarrollo (PORTA MONEDERO): Muchas gracias, señor presidente.
Se ha señalado aquí, se ha exigido del Gobierno, en esta materia, una intervención política.
El Gobierno ha huido en todo momento de hacer política de esta materia. Es más: el Gobierno ha tratado, y especialmente en esta comparecencia, de no comprometer ni influir en algo tan importante como es lo que mañana los trabajadores van a votar libremente.
El señor Yuste señalaba que el Gobierno actuaba con dos almas. Tengo que rectificarle: el Gobierno actúa con diez almas, somos diez los miembros del Gobierno, no hay ningún desalmado en el Gobierno. Lo que sí es una realidad es que trabaja a una mano y trabaja coordinadamente. Y, cuando se constituye un grupo de trabajo bajo la dirección de un consejero del Gobierno, estamos todos a una y todos bajo la dirección de este consejero.
Tengo que darle la razón al señor Pamplona cuando dice que los fenómenos de la subcontratación traen determinadas consecuencias. Efectivamente, la especialización a través de la subcontratación, al tratarse de grandes pedidos, trae como consecuencia incrementos muy fuertes en los volúmenes de producción, por los grandes pedidos que se efectúan, y, con la misma violencia que vienen, pueden marcharse si uno no está en condiciones competitivas de hacerle frente. Pero son circunstancias derivadas de la estructura industrial que las empresas han elegido para el aprovisionamiento.
Agradezco el apoyo que efectúa al Gobierno, al igual que se lo agradezco al señor Alastuey.
Y es obligado mencionar aquí el papel que han desarrollado las comarcas en esta materia. Las comarcas, los ciudadanos, los ayuntamientos, junto con los trabajadores, se han movilizado provocando y propiciando un clima en el que se ha podido plantear este acuerdo.
En ningún momento el Gobierno ha ocultado la gravedad de la situación. Bien al contrario, la ha puesto de manifiesto desde el primer momento.
Quiero señalar aquí, como señalaba el señor Alastuey, que en estos momentos, si es que el acuerdo es ratificado mañana por los trabajadores, se plantea un umbral de siete años. En este umbral de siete años, el Gobierno tiene voluntad decidida de tomar un protagonismo en la consecución de este plan de viabilidad. Es muy importante que se haya conseguido un umbral temporal de siete años, en los cuales se podrá establecer una serie de políticas que permitan a estas comarcas, especialmente castigadas por el problema, poderse dotar de infraestructuras empresariales suficientes como para poder absorber la mano de obra que quede excedente como consecuencia de esta regulación.
El Gobierno está comprometido y el Gobierno dedicará todos sus esfuerzos, con ayuda de todos, a que este problema se palie y pueda tener una buena solución.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor presidente (ALLUÉ SUS): Gracias, consejero.
Antes de pasar al punto tres, si me permiten, suspendemos la sesión por dos o tres minutos para, por cortesía, despedir al consejero.