Intervinienen: Iglesias Ricou, Marcelino - Alcalde Sánchez, Gustavo - Fuster Santaliestra, Bizén - Barrena Salces, Adolfo - Allué Sus, Javier
El señor PRESIDENTE:Punto siguiente: la comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón, a petición de los veintidós diputados del Grupo Parlamentario Popular y, por acuerdo de la Junta de Portavoces, también a iniciativa del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, al objeto de informar sobre los resultados, en lo que respecta a Aragón, de la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona, y especialmente en relación con la travesía central por el Pirineo.
El señor presidente del Gobierno puede hacer uso de la palabra.
Comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón al objeto de informar sobre los resultados, en lo que respecta a Aragón, de la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona, y especialmente en relación con la travesía central por el Pirineo.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Muchas gracias, señor presidente.
Comparezco para trasmitirles la información sobre el encuentro hispano-francés de alto nivel que tuvo lugar el 17 de octubre del 2005, un encuentro como consecuencia de la participación que, desde hace ya un año, las comunidades autónomas tenemos esa posibilidad de participar no solo en los encuentros de alto nivel, sino también en las cumbres hispano-francesas. Es un paso adelante que creo que es muy importante, porque el año 1999, cuando asumí la responsabilidad de presidir la Comunidad Autónoma de Aragón, desde el punto de vista de las infraestructuras teníamos bloqueadas dos infraestructuras fundamentales a nuestro entender para Aragón: la primera era la autovía desde Zaragoza hasta Valencia a través de Teruel y la segunda cuestión eran los pasos a través del Pirineo central, tanto los pasos por carretera como el ferrocarril de Canfranc, que, como ustedes saben, está cerrado en la parte francesa desde los años setenta; quiero explicar -los diputados lo conocen muy bien- que, por parte española, el tren llega todos los días hasta la frontera.
Sin embargo, este era un problema clave en el que no solo intervenía el Gobierno de España, sino que intervenía de una manera decisiva el Gobierno francés, porque las actuaciones fundamentales y los problemas fundamentales los tenemos planteados en el lado francés del Pirineo. En el lado francés, evidentemente, no podemos actuar; ni puede actuar Aragón ni puede actuar el Gobierno español. Nosotros hemos pensado, este Gobierno piensa que, para resolver estos problemas, la única fórmula que tenemos es la de crear un clima tanto en España como en Francia que haga imprescindible abrir las conexiones que están cerradas y mejorar las conexiones que están funcionando, pero a un nivel de funcionamiento muy bajo y con problemas evidentes en la vialidad invernal.
Por tanto, nuestro planteamiento fue, desde el año 2000, ponernos en marcha para conseguir, primero, la complicidad de las regiones francesas del sur, y así lo hemos hecho. Por tanto, a ese respecto se han dado grandes pasos adelante porque todas las regiones francesas, tanto en la relación que mantenemos bilateral -que yo no conozco que existiera antes- como en la relación en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, han apoyado las solicitudes aragonesas para mejorar nuestras conexiones con Francia tanto en las carreteras como en el ferrocarril, que -insisto- está cerrado en la parte francesa desde hace más de treinta años. Por tanto, el primer objetivo era conseguir la complicidad de las regiones francesas vecinas, y lo hemos conseguido.
En segundo lugar, el objetivo fundamental era que el Gobierno de España -hablo del año 2000- estuviera de acuerdo en actuar ante el Gobierno francés para resolver estos problemas, no solo los problemas que teníamos planteados, sino por los estudios de los que inmediatamente pudimos disponer para desarrollar una gran conexión de alta capacidad por el Pirineo central. Tampoco nosotros directamente podíamos actuar, y teníamos que ir a este respecto de la mano del Gobierno español -en aquel momento, el Gobierno del Partido Popular-, y tuvimos el apoyo del Gobierno español.
Posteriormente, el objetivo siguiente era conseguir que estas conexiones estuvieran en la red transeuropea de transportes. Por tanto, el objetivo era Bruselas, y también conseguimos que Bruselas apoyara nuestras solicitudes, tanto desde el punto de vista de la exigencia de la reapertura del Canfranc como de la puesta en marcha de una gran conexión por el Pirineo central -lo que entonces denominábamos el túnel de baja cota del Vignemale y ahora denominamos la travesía por el Pirineo central con un túnel de baja cota-.
Quedaba el escollo más difícil, la dificultad mayor, que era convencer al Gobierno francés. Y en no menos de cuatro ocasiones nos hemos reunido con el Gobierno francés, con una colaboración extraordinaria del embajador español en París, para poderles explicar a los diferentes ministros tanto de transportes como de ordenación del territorio las dificultades en las que estábamos en el Pirineo, y no solo las dificultades para Aragón y para España, sino las dificultades para Francia, desde el punto de vista y bien entendido que el crecimiento del tráfico de mercancías entre la península ibérica y el resto de Europa está creciendo por encima del 7,6 anual en los últimos diez años y que es previsible con este crecimiento, manteniendo solamente el crecimiento actual, que, en el año 2020, las mercancías que se transportan a través del Pirineo se hayan duplicado, es decir, que lleguemos a alrededor de los doscientos millones de toneladas. En este momento tenemos atravesando el Pirineo diecisiete mil camiones, y el cálculo es que superemos los treinta mil alrededor del año 2020.
Con estas cifras, con el apoyo del Gobierno español, con el apoyo de las regiones francesas, con el apoyo de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, con el apoyo de Europa, de la Unión Europea, con cuyos responsables también he tenido la oportunidad de entrevistarme en múltiples ocasiones, desde el presidente de la Comisión, los dos presidentes de la Comisión que ha habido, hasta los responsables, los comisarios de Transportes o de Economía... Con todos ellos hemos hablado, con algunos de ellos en varias ocasiones, para mantener vivo este proyecto y también para explicar las dificultades de lo que ya hemos venido en denominar la última frontera real de la Unión Europea, que es el Pirineo; una frontera por la que circula hoy prácticamente el doble de mercancías que por la frontera de los Alpes entre Italia y el resto de la Unión Europea.
En las diferentes cumbres en las que hemos participado, desde mi punto de vista, hemos dado pasos adelante. No todos los pasos adelante que nos hubiera gustado, porque no estamos trabajando todavía hoy físicamente en el túnel, concretamente, o no hemos desbloqueado todavía en la parte francesa el Canfranc, pero sí que hemos conseguido que se cree un clima distinto entre Francia y España, que es exactamente donde tenemos los problemas.
Y en esta cumbre, cuando yo vine de esta cumbre, escuché las declaraciones de los portavoces, de algunos portavoces de los grupos, hablando de un fracaso estrepitoso de la cumbre. Yo pensé que, hablar con aquella rotundidad, evidentemente, sus señorías debían tener toda la información; ya en aquel momento, cuando yo subí al coche, debían tener toda la información. Al oírles hablar con tanta rotundidad, entendí que no era necesario que yo viniera a comparecer. [Rumores.] Sin embargo, vengo bien a gusto para explicarles que, a mi entender, la cumbre de Barcelona y la cumbre de Zaragoza no fueron un paso atrás.
En la cumbre de Zaragoza hubo el compromiso, al más alto nivel... Se celebró en Zaragoza, precisamente, porque nosotros insistimos en que era fundamental para poner encima de la mesa de los debates, también en Francia -en España ya estaba, pero también en Francia-, el problema de los pasos por el Pirineo central, y conseguimos que esa cumbre se celebrara en Zaragoza; por tanto, pudimos colocar los problemas, nuestros problemas, encima de la mesa. Eso fue un paso. En aquel momento conseguimos que Francia, en boca del presidente de la República, dijera que tendrían en cuenta estas cuestiones y que lo contemplarían en su programación estratégica. No había fechas.
En la cumbre de Barcelona conseguimos un paso más, seguramente no suficiente, pero conseguimos un paso más para un problema histórico como el de los pasos por el Pirineo; un paso más, desde mi punto de vista, importante. Un paso más en el que trabajamos codo con codo con el Ministerio de Fomento desde, por lo menos, un mes antes para que los cinco problemas que nosotros planteamos estuvieran presentes en esa declaración y, si es posible, con compromisos y con fechas, como así sucedió. Y después ustedes me dirán que son escépticos en el cumplimiento de Francia. Pues es posible, pero que Francia ha firmado este documento, al que ahora voy a hacer referencia, les aseguro que es verdad, como que yo estuve en esa reunión de alto nivel. Las dos cosas son verdad: que yo estuve en esa reunión de alto nivel y que Francia firmó este documento. Yo les vi a muchos portavoces tan informados que creí que esta información ya no era necesaria, pero han creído conveniente, y me parece muy bien, y la voy a explicar con más profundidad.
En primer lugar, la mesa de infraestructuras la presidían los dos ministros, la ministra española y la ministra francesa, y participaban en esta mesa las comunidades autónomas de Aragón, País Vasco, Cataluña, Comunidad Foral de Navarra y las regiones francesas de Aquitania, Midi-Pyrénées y Languedoc Roussillon. Es la primera vez que participaban las regiones francesas. En esa mesa se tuvo en cuenta, en primer lugar, según dice el documento que firmaron los ministros -no firmaron ni las regiones ni las comunidades autónomas; esto lo firman los primeros ministros y lo acuerdan los ministros respectivos de Fomento y de Transportes-, en el lado francés, teniendo en cuenta el Comité Interministerial de Ordenación y Desarrollo del Territorio, en su reunión del 18 de diciembre de 2003, y, del lado español, en el marco del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes, que, como ustedes saben, contempla algunas obras muy importantes para los pasos por el lado aragonés.
En primer lugar, el compromiso de llegar con la autovía hasta Jaca el año 2010. Y, señores diputados, esto no es un paso atrás. El compromiso de llegar en autovía a Jaca y la reforma de la carretera hasta el túnel del Somport el año 2010 -estamos en el 2005, les recuerdo-, esto, yo no lo consideré en esa cumbre un paso atrás. En segundo lugar, poner en marcha -ya están las obras funcionando- el primer tramo del Canfranc desde Huesca hacia el norte, lo que denominamos la variante ferroviaria de Huesca. Este es el primer tramo de acceso a la frontera, de modernización por parte española. Por tanto, desde mi punto de vista, un paso importante.
Concretamente, desde el punto de vista del transporte ferroviario, figuran los dos temas que a nosotros nos preocupaban: la conexión entre Zaragoza, Canfranc y Pau y la nueva travesía ferroviaria transpirenaica de gran capacidad de transporte. Y, por carretera, figuraban los dos proyectos que a nosotros nos interesan como Aragón: el primero es la conexión Zaragoza, Somport, Pau; el segundo es la conexión hacia Toulouse desde Lérida por el túnel de Viella, que, como ustedes saben, es una carretera de interés para Aragón, de interés muy importante para toda la zona oriental de Aragón, es decir, desde Caspe, Mequinenza, Fraga, Binéfar, Barbastro, Tamarite, Graus, Benabarre. Es decir, esta es una carretera de interés para nosotros muy importante, porque articula un eje oriental de nuestra comunidad autónoma.
Los ministros acuerdan -leo textualmente- movilizar conjuntamente los medios necesarios para mejorar el servicio de transportes por carretera y por ferrocarril. Para las conexiones por carretera, a través de los intercambios de información entre las autoridades competentes a ambos lados de la frontera, que garanticen a los usuarios una calidad de servicio óptima incluso en invierno -insisto: una calidad de servicio óptima incluso en invierno-. Estas medidas -firman los dos gobiernos- serán incluidas, en su caso, en el marco de planes internacionales de gestión de tráfico por carretera.
En el documento anexo, las obras que a nosotros nos interesan, en primer lugar, las conexiones ferroviarias, la línea ferroviaria Zaragoza-Canfranc-Pau. En el documento -habla de actuaciones conjuntas- se propone a las entidades territoriales correspondientes participar en la evaluación del proyecto... Insisto: participar en la evaluación del proyecto; he visto que algunos han interpretado mal o han leído mal o han explicado mal este acuerdo. Lo que se propone es participar en la evaluación del proyecto de reapertura de la línea, teniendo en cuenta el proyecto de la nueva travesía de los Pirineos y desde una perspectiva de cooperación interregional en el seno de un grupo de trabajo en el que participarán los dos ministerios a la vista de las políticas ferroviarias respectivas.
En segundo lugar, lo que dice el texto firmado del nuevo enlace ferroviario transpirenaico de gran capacidad... Actuaciones conjuntas: licitar antes de finalizar el año 2005 el estudio que tiene como objetivos la modelización del reparto modal de tráficos de mercancías y el análisis del encaje funcional del nuevo enlace ferroviario en las redes de ambos países, a fin de que los primeros resultados puedan obtenerse a lo largo del año 2006. Ambos países recuerdan que han incluido este proyecto, ambos países -insisto- acuerdan -lo firman los dos gobiernos-, acuerdan que han incluido, no que incluirán, sino que han incluido este proyecto dentro de sus respectivas planificaciones estratégicas, de acuerdo con el proyecto prioritario número 16 de las redes transeuropeas de transportes.
El enlace Zaragoza-Somport-Pau. Actuaciones conjuntas: apertura al tráfico de mercancías peligrosas del túnel del Somport a partir del año 2006. Actuaciones en la parte española: puesta en servicio del acondicionamiento del tramo Jaca-túnel del Somport el año 2010; puesta en servicio de la totalidad de la autovía entre Zaragoza y Jaca el año 2010, entre Zaragoza y Jaca. Actuaciones en Francia: puesta en servicio de la autopista entre Langon y Pau el año 2010; tramos Pau-Olorón, variante Olorón, aprobación de los estudios informativos el año 2006, con el objetivo de que el año 2007 se pueda hacer la declaración de utilidad pública.
Realizaciones a corto plazo, año 2006, de los estudios y trabajos en los tramos que necesiten para garantizar la seguridad del tráfico. Recuerden que, el año pasado, en estos tramos es donde estuvo tres meses la carretera cortada; por tanto, hay un compromiso a corto plazo de hacer los trabajos puntuales que se necesiten para garantizar este tráfico. Realización en 2006 de los estudios necesarios, los estudios informativos y las encuestas de utilidad pública para el conjunto de los tramos que se precisen entre Olorón y el túnel del Somport. Apertura en el 2005 -este año, antes de final de año- de la variante de Gan. Apertura el 2007 de la variante de Bedous. Ustedes conocen bien esa carretera y saben que son los dos grandes cuellos de botella.
Por tanto, todas estas cosas que les he explicado, que es el documento exacto que se firmó, que firmaron los dos Gobiernos, yo entendí que era un paso adelante, porque estamos hablando, en muchos casos, de obras atascadas desde hace treinta años y, en otros, de proyectos importantísimos... El túnel a baja cota es un proyecto de cuarenta y dos kilómetros, y no creo que ninguno de ustedes sea capaz de pensar que en un proyecto de este tipo, que hemos iniciado su estudio en Aragón y que teníamos que conseguir el apoyo de todas las instituciones francesas y europeas, se pueda empezar a trabajar el día que se nos ocurre la idea. Por tanto, en este momento están los planes estratégicos franceses. El año que viene tendremos estudios ya claros por parte de Francia. Nosotros hemos aportado los nuestros, y en el plan de infraestructuras español tenemos ya este año una cantidad, pequeña, pero es una cantidad para empezar.
Desde mi punto de vista, y lo dije cuando terminamos la reunión de la cumbre, no fue un paso atrás: fue un paso adelante en un problema atascado, complicado, complejo, difícil, en donde hay un apoyo total... Hubo un apoyo total -lo he dicho- del anterior Gobierno español y tenemos un apoyo total, con dinero en el presupuesto para este año, del Gobierno español, del Ministerio de Fomento.
A partir de ahí, si se cumplen los compromisos es otra cuestión, pero los compromisos están escritos, y, desde luego, nosotros estaremos al tanto para que esos compromisos con fechas, que -insisto- en la cumbre de Barcelona es la primera vez que se produce una firma con fechas, haremos el seguimiento -insisto- desde la comunidad autónoma para que esas fechas se tengan en cuenta y para que esos compromisos, que no solo son desde el punto de vista de las utopías, sino que son de mantener limpias las carreteras durante el invierno, como les he leído aquí mismo, insisto, mantendremos una vigilancia permanente para que esos compromisos se cumplan.
Muchas gracias. [Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Iglesias.
Intervención del Grupo Parlamentario Popular. El señor Alcalde tiene, en su nombre, la palabra.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
Señor Biel, por favor, sujete, sujete al presidente, porque me lo estoy viendo que, cuando se deshinche el globo, ese globo que nos ha contado, va a acabar en la tribuna, posiblemente según vaya escapándose el aire. Por favor, sujete al presidente.
Mire, empezar una intervención como ha empezado su señoría, diciendo que, cuando entró en 1999, se encontró bloqueada la autovía Somport-Sagunto... Mire, yo creía que los hermanos Grimm eran dos; parece ser que son tres y que usted se ha quedado aquí vivo para contarlo, señor Iglesias. Así ha empezado usted su intervención.
Mire, lo cierto es que su señoría comparece aquí, ante estas Cortes, de nuevo a remolque, a remolque de la oposición, empujado por la oposición, no por voluntad propia, que podía haberlo hecho el pasado Pleno, como lo ha hecho en otras ocasiones, como lo hizo tras la cumbre de Zaragoza. Porque, mire, cuando usted entiende que los hados le son propicios, entonces se acoge -y está en su derecho- al artículo 179 del Reglamento y comparece a voluntad propia a explicar, a recrearse en sus presuntos éxitos; sin embargo, cuando es consciente que las cosas han ido mal, entonces usted se agazapa, se esconde y no da la cara esperando a ver si escampa. Eso es lo cierto, señoría. Y en esta ocasión, con ocasión de la reunión hispano-francesa sobre cooperación transfronteriza celebrada el 17 de octubre en Barcelona, usted se ha vuelto a escaquear, señor Iglesias, a pesar de que vendió a los medios de comunicación que traía a Aragón un éxito sin precedentes, que traía un avance transcendental. Claro que ya estamos acostumbrados en esta cámara a que nos venda sus fracasos, sus enormes fracasos, como rutilantes éxitos, señor Iglesias.
Usted dice que no ha habido una sola cumbre en la que no se haya dado un paso. Sí, lo da usted; lo que pasa que le pasa como en la yenka: después, alguien da dos para atrás. Y lo cierto es que, lejos de avanzar, la situación de las comunicaciones transfronterizas vemos que retrocede, señor Iglesias, porque en política, cuando otros, los competidores, avanzan y uno se queda parado, como está nuestro proyecto, entonces, a la larga, eso supone retroceder.
Mire, se lo he dicho en alguna ocasión y se lo vuelvo a repetir: cuando el optimismo es exagerado, fuera de lugar, se hace indistinguible del ridículo más evidente. Y eso es lo que le ha ocurrido a usted, a su señoría, en esta ocasión, que, vendiendo ese gran éxito, hizo el ridículo, porque nadie, absolutamente nadie en esta comunidad, ha visto los resultados de esa cumbre o minicumbre de Barcelona como un éxito o como un avance significativo, nadie: ni el resto de partidos, ni siquiera sus socios de Gobierno, ni los agentes sociales, empresarios o sindicatos, ni medios de comunicación, ni asociaciones de cualquier tipo. ¡Nadie! Solo lo ha visto usted, señor Iglesias, solo lo ha visto usted.
Nos ha llegado a vender hace un momento como un paso adelante también el que la autovía norte-sur Somport-Sagunto llegara hasta Jaca. Pero es que... ¿Cómo nos pretende engañar, señor Iglesias? ¡Si eso es un retroceso! ¡Si la autovía ya llegaba no hasta Jaca: hasta el túnel, hasta la boca del Somport, en la planificación que dejó el Gobierno del Partido Popular! ¿Cómo vende ahora un éxito el que esa autovía retroceda veinticinco o treinta kilómetros, los kilómetros que hay entre Jaca y la boca del Somport? Revise el plan estratégico de transporte del Partido Popular y verá usted como eso es así.
Mire, usted, en esta ocasión, una vez más, siga, siga adelante, siga de fracaso en fracaso hacia la victoria final, señor Iglesias. A usted le pasa como a ese que va por la carretera y piensa que todos van en sentido contrario, y el que va en sentido contrario es él, señor Iglesias, porque todos, toda la sociedad aragonesa ha coincidido en que en Barcelona no se experimentó ningún avance importante o digno de reseñar.
Mire, lo cierto es que a usted le están madrugando en esta cuestión por el este y por el oeste, le están madrugando por tierra, por mar y por aire, y usted no se quiere enterar. Mire, avanzan otras opciones por carreteras, por ferrocarril o marítimas, como ha sido en este caso con las autopistas marítimas, y nuestra opción, nuestras importantes opciones (travesía central y Canfranc) permanecen paradas, quietas, durmiendo el sueño de los justos, señor Iglesias.
De nuevo se están anunciando, y usted nos vendía ahora los avances en la parte francesa del Somport... Mire, se están anunciando de nuevo restricciones para los próximos meses en la parte del Somport y amenazan con reeditar los problemas que ya tuvimos el pasado y largo invierno. Las adecuaciones de las carreteras al otro lado de Aragón, en el Somport, siguen un paso absolutamente cansino, un paso impropio de unos ejes transpirenaicos; son carreteras propias de la época del estraperlo, señor Iglesias, no del siglo XXI.
Mire, una vez más, como ha ocurrido con el plan específico para Teruel, como ha ocurrido con el PEIT, como ocurrió con los cuatrocientos millones de la deuda por las mermas tributarias, como ocurrió con el helicóptero Tigre, ha quedado en evidencia que su señoría pinta muy poco ante el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, señor Iglesias, pinta muy poco. Sin ir más lejos, mire, en el PEIT, la travesía central por el Pirineo figura como una apuesta a muy largo plazo, y en estos presupuestos han incluido unos ridículos cincuenta mil euros para empezar a hablar, mientras los corredores ferroviarios competidores avanzan decididamente en dicho documento, en el PEIT, y además tienen unos condicionamientos económicos, financieros y técnicos, como usted muy bien sabe, que complican el futuro de nuestro proyecto.
Se ha constatado, igualmente, y paralelamente a su escaso peso político, el escaso o nulo peso político del presidente Zapatero en el contexto internacional. Mire, señor Iglesias, ¿recuerda usted sus palabras tras el fiasco de la cumbre de Zaragoza? Decía usted: el cambio de actitud en las relaciones de España con Francia nos permitirá reencauzar lo que hasta ahora ha sido una situación bastante bloqueada. Seguía: hemos creado un clima que nos permite avanzar con el Gobierno de Francia. Y acababa: los problemas vienen como consecuencia de la guerra de Iraq. Pues, mire usted, ahora, señor Iglesias, ya sé que no le interesa, pero ya no estamos en Iraq. Mire, el Gobierno de España se ha pegado a los intereses de Francia y Alemania respecto de la cumbre de Niza, Zapatero ha rendido pleitesía ante la Asamblea Nacional Francesa, y, sin embargo, las comunicaciones, a pesar de todas esas bajadas de pantalones, las comunicaciones transfronterizas no solo no avanzan, sino que retroceden, señoría. [Murmullos.] Claro que, a lo mejor, si el señor Zapatero no estuviera tan ocupado en desencuadernar España, en poner patas arriba a España [murmullos] y dedicara su tiempo y su energía a alcanzar acuerdos con el país vecino, es posible que el gallo francés cantara de otra manera.
Por cierto, señor Iglesias, es sorprendente que, ahora -permítame este paréntesis-, el señor Zapatero encuentre la piedra filosofal del problema del modelo de Estado con ese concepto de identidad, identidad nacional. Supongo que habrá ido corriendo a patentarlo, pero igual se encuentra con que ya está patentado: documento nacional de identidad, el documento más español de todos los documentos [murmullos]. Una vez más, señoría, vuelven a hacer el ridículo.
Mire, yo no sé si usted no se entera o lo que pretende es engañarnos. ¿Cómo puede considerar un avance importante la realización de estudios en el 2008, cuando este proyecto ha sido más estudiado, señor Iglesias, que La Gioconda de Leonardo da Vinci? Más estudiado, sí. Lo estudió ya el Gobierno de Santiago Lanzuela, y llevó esos estudios a Europa. Lo ha estudiado su Gobierno, e intensamente: eran ocho, nueve, diez alternativas las que planteó su Gobierno. Mire, lo ha estudiado la Unión Europea y lo apoya. Figura en el Libro blanco del transporte europeo, gracias a que Loyola de Palacio, la eurocomisaria del Partido Popular, se empeñó en que ese proyecto no solo estuviera en ese Libro blanco, sino que fuera una de las obras prioritarias de la Comisión Europea. Es un proyecto no solo prioritario para la Comisión, sino que lo apoyan el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones, la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, como usted ha dicho. Se han constituido grupos de trabajo en todas y cada una de las cumbres que se han producido. Ya se anunciaron el año pasado estudios para este año, para el 2005, y ahora nos los alargan hasta el 2008. ¡Hombre!, por favor, no nos tomen el pelo, señor Iglesias, no nos tome el pelo vendiéndonos como un éxito esos estudios para el 2008.
Mire, sin travesía central, ¿en qué se va a quedar Plaza? Esa que era la llamada..., la que iba a ser gran plataforma logística del sudoeste europeo. Claro, no me extraña que, cuando ustedes ven en qué se va a quedar Plaza, ahora se preocupen o se dediquen a pretender hacer residencias de ancianos en Plaza. Ese es el objetivo que tienen ustedes [murmullos] para Plaza.
¿Nos toman acaso como necios cuando el señor Velasco, tras la cumbre de Barcelona, el otro día dice que van a estar ustedes muy vigilantes, pero que muy vigilantes, de los acuerdos que se han alcanzado en Barcelona para que se cumplan esos acuerdos? Pero ¿qué acuerdos? ¿Los que nos ha vendido usted? ¿Eso hay que vigilarlo? Pues, mire, la vigilia va a ser larga, señor Velasco, e infructuosa, porque no hay nada que vigilar; solo el humo, el humo de lo que nos ha vendido el señor Iglesias, y para eso hace falta un bombero, para vigilar el humo están los bomberos, señor Iglesias y señor Velasco.
Mire, usted era el vigilante, señor Iglesias, usted era el vigilante, el centinela que se ha quedado dormido durante esta guardia, durante ya la guardia de Zaragoza, y le han descarrilado el Canfranc y le están madrugando desde otras comunidades la travesía central del Pirineo, trabajando para que sus proyectos sean prioritarios, y usted parece no querer enterarse. ¿Tan difícil es explicarle al señor Rodríguez Zapatero que la travesía central es un proyecto estratégico para España? ¿O acaso la estrategia del presidente del todavía Gobierno español se dirige en dirección completamente distinta, opuesta a los intereses del conjunto de los españoles?
Mire, las comunicaciones transfronterizas -y ya acabo, señor presidente- son una cuestión de Estado, una cuestión de Estado para España y una cuestión vital para Aragón. Siempre -no lo dude, señor Iglesias-, siempre en esta cuestión va a tener al Partido Popular a su lado, pero nos va a tener a su lado no para aplaudir sus fantasías, no para reírle las gracias ni para caer plegados a sus dudosos -por otra parte- encantos: estaremos a su lado presionándole para que no caiga usted en estas..., usted tiene arrobos, como santa Teresa, de vez en cuando, y lo vemos que se sale del mundo terrenal; estaremos a su lado sujetándole para que su señoría no levite señor Iglesias, que es muy dado; estaremos también a su lado para darle cariñosamente -entiéndamelo-, como hoy, para darle incluso alguna colleja política, las que sean necesarias para que no se duerma en los laureles, como se está durmiendo en esta cuestión; pero, en definitiva, señor Iglesias, vamos a estar en esta cuestión hombro con hombro a su lado en defensa de una cuestión, como he dicho, vital para los intereses de los aragoneses.
Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Turno de Chunta Aragonesista. El señor Fuster tiene la palabra.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Señor presidente del Gobierno.
En política, las formas son muy importantes y yo creo que, a usted, hoy y estos días y con este asunto, las formas le delatan. Le delatan porque usted, señor Iglesias, ya nos tiene acostumbrados a intervenir en esta cámara cuando se produce cualquier tipo de avance, por pequeño que sea, en esta materia.
Usted compareció aquí a petición propia, y antes de que nadie lo pidiera, después de la cumbre, de la primera reunión de eurorregiones para la conformación de la eurorregión de los antiguos territorios de la Corona de Aragón, porque ahí también se habló de infraestructuras y usted pidió aquí comparecer días después. Poco tiempo después, apenas dos meses después, en diciembre del año pasado, hubo una cumbre hispano-francesa, y a usted le faltó tiempo para pedir aquí, motu proprio, intervenir y contarnos su versión de los hechos. Fíjese si estábamos informados todos de lo que había ocurrido en esa cumbre aquí, en Zaragoza, como que muchas de sus señorías estaban allí presentes y participaron en la cumbre de Zaragoza, y usted compareció.
Y en este caso nos dice usted que no comparece [el señor presidente del Gobierno de Aragón, desde su escaño y sin micrófono, pronuncia unas palabras que resultan ininteligibles] -sí, sí, lo tengo, lo tengo, gracias, señor presidente-, y usted nos dice en este caso que no comparece porque, a tenor de las declaraciones que ha oído de distintos responsables políticos, entre los que me encuentro, y muchos que aquí veo, en esta cámara, pero también agentes sociales, empresarios, prensa… Todo el mundo que opinó opinaba lo mismo, señor Iglesias, menos usted, y dice usted -fíjese qué argumento más sólido para no comparecer, para no pedir esa comparecencia voluntariamente- que, como todos dicen y vieron cosas distintas de las que yo, que estaba allí, vi, por eso no comparezco. ¡Qué gran oportunidad, señor Iglesias! Si todos nos equivocamos, si todos vimos lo que usted no vio, si ninguno nos enteramos de nada de lo que ocurrió en esa cumbre, ¡qué gran oportunidad la suya tres días después de comparecer aquí y explicarnos a todos qué es lo que ocurrió realmente en esa cumbre!
Mire, mi grupo parlamentario, señor Iglesias, enseguida pensó, lógicamente, en pedir la comparecencia, pero no lo hicimos dando por supuesto que usted iba a aprovechar -la cumbre fue el día 17, el Pleno fue el día 20- ese Pleno aquí para convencernos a todos de nuestro error y sacarnos a todos de la grave equivocación en la que estábamos sumidos. Y, sin embargo, usted no dijo ni palabra ese día, no solo aquí, a los parlamentarios y a estos humildes diputados que le hubiéramos escuchado, sino ni siquiera a los medios de comunicación, apenas hizo ninguna valoración al respecto después de lo que había dicho ya en Barcelona. Y, ese mismo día, Chunta Aragonesista pidió, a través de la Junta de Portavoces, su comparecencia, el mismo día 20, unos días después también el Partido Popular hizo esa petición que hoy estamos sustanciando aquí.
Y, señor Iglesias, ¿usted cree que nosotros podemos creernos que, si usted está convencido de verdad, como hoy nos ha reiterado aquí o como dijo a la salida de esa reunión, no hubiera venido usted a contárnoslo acaso aquí, como ha hecho el señor Velasco hoy, que le ha faltado tiempo, del Consejo de Gobierno de ayer, para venir a contarnos lo contento que estaba con el plan de la vivienda? ¡Claro que usted hubiera venido aquí, señor Iglesias! Usted hubiera sido el primero, el más interesado en comparecer aquí y explicar los éxitos de la cumbre, que, además, en este caso estaba especialmente justificado porque los demás estábamos, todos, empeñados en no querer ver, estábamos todos ciegos y sordos, no queríamos ni ver ni oír los grandes avances de la cumbre.
Mire, ayer, viendo el debate en el Congreso de los Diputados, vi a un dirigente, en este caso del Partido Popular, siguiendo su propio ejemplo, señor Iglesias, circulando en dirección contraria, convencido de que todos los demás eran los que iban en dirección contraria y, el, quien iba por la correcta. Y hoy, señor Iglesias, le estoy viendo a usted circular en esa misma dirección contraria, pensando que todos los demás vamos en dirección equivocada. Seguramente, todos, en nuestra vida, a lo largo de nuestra vida y trayectoria política, pasaremos por esa sensación. Pero voy a intentar decirle con argumentos, señor Iglesias, por qué va usted en dirección contraria y por qué los demás, la inmensa mayoría, van por las calzadas y los carriles que les corresponde.
Y fíjese bien, señor Iglesias, a diferencia de lo que le ha dicho el Partido Popular, Chunta Aragonesista no le acusa a usted del fracaso de la cumbre, no le acusamos. Seguramente, usted no tiene la culpa y, seguramente, usted fue con la mejor de las intenciones, y posiblemente hiciera hasta bien los deberes para esa cumbre, para que se pudiera avanzar. No le acusamos del fracaso, le acusamos de querer engañar a los aragoneses no reconociendo el fracaso de la cumbre, señor Iglesias, de querer contarles películas a los ciudadanos para que no sean conscientes de lo que realmente ha pasado. Si usted pide la implicación de los ciudadanos aragoneses en esa tarea, que es de todos, de conseguir mejorar las comunicaciones transfronterizas, sea sincero con ellos, cuénteles la verdad; seguramente, encontrará más comprensión que si intenta ocultarles la verdad y engañarles con acuerdos que no se han conseguido, desgraciadamente para nosotros también, señor Iglesias. Nosotros también lamentamos, aunque usted no puede hacerlo públicamente, que no se consiguieran los objetivos en esa cumbre. Y, seguramente, sé, y casi lo puedo ratificar y poner la mano en el fuego, que no es por culpa suya ni por culpa de su Gobierno, pero lo cierto es, desde nuestra perspectiva, que fue un fracaso la cumbre porque no conseguimos avanzar en ninguno de los proyectos y de los asuntos que aquí nos han ocupado tantas horas de discusión, no se consiguió avanzar, no se consiguieron compromisos.
Y, por eso, le digo que nosotros no acusamos al Gobierno de Aragón del fracaso de esa cumbre, a pesar de que somos conscientes de que el Gobierno de Aragón, y, con el Gobierno de Aragón, la sociedad aragonesa, ha hecho de la logística una apuesta estratégica de futuro para Aragón y, por tanto, es un asunto crucial y decisivo. Y, sin embargo, no le acusamos. Esto me recuerda a aquel famoso impeachment del señor Clinton, a quien no se le acusaba de sus relaciones con la becaria, sino que se le acusaba de haber mentido en sede parlamentaria y de no haber reconocido o de haber engañado a la ciudadanía. Pues esto, entre comillas y salvando las distancias [rumores], viene a ser lo mismo, señor Iglesias, viene a ser lo mismo. [Rumores.]
¿Por qué no compartimos su análisis, señor Iglesias, y por qué creemos que usted no es sincero con los aragoneses cuando dice: compromisos con fechas? Señor Iglesias, los únicos dos compromisos con fecha son: la apertura del tráfico de mercancías peligrosas a través del Somport en la carretera para enero de 2006. ¿Qué compromiso es este, señor Iglesias, si ya se firmó y se hizo público en la cumbre hispano-francesa de Zaragoza un año antes? ¡Si antes de esa cumbre ya existía ese compromiso en la comisión de trabajo! No me diga usted que eso es un avance: eso no es un avance. ¿Que la autovía Zaragoza-Jaca estará en funcionamiento en 2010? Para usted, señor Iglesias, ¿eso es un avance? No, no es un avance respecto a lo que teníamos porque, para avanzar, depende uno de donde está.
Mire, señor Iglesias, en el PIT (Plan de infraestructuras del transporte), del Partido Popular, ya estaban esas previsiones incluidas; por supuesto, en el PEIT (Plan estratégico de infraestructuras y transporte), de su Gobierno, del señor Zapatero, con carácter previo a esta cumbre, ya estaban esas fechas, incluso aceleradas; pero es que en los propios presupuestos generales del Estado, no de este año, del año pasado y del anterior, en los plurianuales ya estaban unas fechas incluso anteriores a las que estamos diciendo de 2010. No me diga usted, señor Iglesias, que es un gran avance que la autovía llegue a Jaca en 2010, cuando toda la planificación, toda la documentación que en estos momentos está en vigor, y que conocemos todos, en algunos casos prevé incluso fechas anteriores. Eso no puede ser un avance. Por supuesto que, cuando llegue, estaremos todos contentos y será un avance, pero el avance es respecto a qué; respecto a nada: no hay ningún documento anterior respecto al que eso suponga un avance, ese compromiso. Por tanto, las dos cosas que tenían compromiso concreto de ejecución, señor Iglesias, no son tal avance.
Y las otras dos. Travesía central del Pirineo. Me quedo con un titular que leí aquellos días: que Francia camufla su desinterés por la travesía central con una vaga promesa de estudios para 2008. Señor Iglesias, ¿dónde está el compromiso político francés? ¿Dónde se habla de fechas? ¿Dónde se habla de ejecución, de final de ejecución? Sí, que hay que hacer proyectos… Por supuesto. Su Gobierno -aquí los hemos debatido- ya hizo un estudio con casi una decena de alternativas… por cierto, eligiendo aquella que entendíamos que a Francia podía causar menos daño, para que no hubiera excusas, que luego tampoco sirve porque ya hemos visto que al otro lado precisamente hay también una clara oposición social e institucional del valle al que afecta, el valle de Lourdes.
¿Dónde está el avance, señor Iglesias? Todo lo demás que usted dice ya estaba, efectivamente: su inclusión en la red transeuropea ya estaba; la expresión de voluntad de que estaría bien esto ya estaba también. Pero ¿qué tipo de avance? ¿ Qué tipo de recorrido hicimos en esa cumbre que no se hubiera hecho en la anterior o en la anterior o en la anterior? Y ¿dónde está realmente el compromiso? ¿Que habrá algún estudio para 2008 por parte de Francia? ¿Usted cree que eso es un gran avance, señor Iglesias? Sinceramente, eso no es un gran avance. El propio Ministerio de Fomento tendrá que hacer estudios también, más, y tendrá que hacer estudio informativo y, en su día, proyectos, por supuesto, pero ¿dónde está esa voluntad política firme, decidida, de poner un horizonte, de poner una fecha, de buscar ir en esa dirección? Una declaración sin más.
Dice usted que si habíamos visto la documentación. Nosotros, entre otras, además, acudimos a la propia embajada francesa, que puede parece más objetiva que otros en este caso, para ver qué decía; y ya vimos lo que decía, cuando reproducía todas las propias declaraciones del señor primer ministro, donde dedicó un parrafito a las infraestructuras y, por supuesto, se acordó del AVE entre Perpinán y Figueras, desde luego para nada ni de la travesía central ni de ninguna de las actuaciones que a nosotros nos interesan.
También leímos la prensa francesa, por cierto, para ver si aquí estábamos peor informados a través de nuestra prensa y de las agencias, etcétera, y no conseguí leer en ninguna prensa francesa, señor Iglesias, ningún avance en las infraestructuras aragonesas, ni un solo avance en ningún periódico, ni en los más próximos ni en los más lejanos, ni en los que se editan en París ni en los que se editan al otro lado del Pirineo. ¿Solo existieron los avances para usted entonces? Porque, si, de todos los demás afectados, nadie los vio, nadie los percibió y todos los que los esperábamos tampoco los vimos…
El Canfranc, la reapertura del Canfranc. ¿Respecto a qué se supone que hay un avance allí? ¿Respecto a qué? El pasar la línea, el relegarla ya a un proyecto interregional, ¿eso es un avance? Pero lo sería para usted ese día porque, dos días después, el señor Velasco, que ahora le acompaña, dijo que no le parecía razonable eso. Y, ahora, usted nos lee hoy el texto, que ahí tengo, para decir que exactamente no dice eso de carácter interregional, hemos leído todos que dice eso el texto… sí lo ha leído usted mismo; entre otras, dice: en el marco de un carácter interregional… Si quiere, lo releemos luego en la réplica.
¿Dónde está el avance? ¿Respecto a la cumbre de Santander del año 2000, donde se avanzó de tal forma que incluso hubo consignaciones presupuestarias en el presupuesto general francés y se habló de un plan de trabajo con fechas y demás? ¿Respecto a eso hay un avance? Evidentemente que no. ¿Respecto a la cumbre de Zaragoza, donde no se habló y donde ya se apuntó lo de relegarlo a una línea interregional? ¿Cómo podemos aceptar que ha habido ningún avance en relación con el Canfranc? Los avances que hagamos en España no son avances de la cumbre, en todo caso. Es decir, si el Ministerio de Fomento cumple es que se abriera o no se abriese el Canfranc, el Ministerio de Fomento está obligado a remodelar esa línea y llegar hasta Canfranc, que es territorio español, y conectar al Pirineo, al menos tener una conexión directa con el Pirineo. Esos avances serán, en todo caso, avances del Gobierno español, del Estado español, pero no de las cumbres, no de la posición francesa, que es la que pretendemos desbloquear. No ha habido, señor Velasco, ningún avance. Baste también leer la prensa francesa para ver si aparece algo. Nada, absolutamente nada.
Y, por último, hay algunas referencias también a la carretera, la route nationale 134, del propio Somport a Olorón, respecto a algunas fechas de variantes, etcétera. Quizás la parte menos destacada y quizás la parte donde al menos aparecen algunas fechas de algunas de las variantes, que parece seguramente el avance más positivo de lo que pudo haber en la cumbre, al que, sin embargo, no se le ha dado mayor importancia.
Señor Iglesias, sinceramente, no encontramos -y mire que lo sentimos- ningún avance significativo en la cumbre. Ni en la autovía, ni en las mercancías peligrosas, que ya estaba anunciado, ni en la autovía entre Jaca y Zaragoza para 2010, ni en la travesía central del Pirineo, con esas vagas promesas de estudios para 2008, estudios que todos sabemos que seguiremos haciendo y que seguiremos estando aquí hablando de lo mismo sin compromiso político. Menos todavía lo del Canfranc, donde, evidentemente, ni siquiera se mantiene como una apuesta estratégica entre los dos Estados, y se pretende que desaparezca incluso de este tipo de cumbres, que desaparezca de las reuniones interestatales para que simplemente lo traten esto en las regiones.
Señor Iglesias, ¿qué capacidad tiene una región francesa, cualquiera, pero qué capacidad tiene la región de Aquitania, desde sus recursos propios o desde su capacidad política, para impulsar una reapertura de una línea internacional, en cualquier caso, que comunica dos Estados como España y Francia? Ninguna, señor Iglesias, usted sabe que ninguna. Por lo tanto, esa es una mala noticia, como el señor Velasco reconocía públicamente dos días después en una comparecencia pública.
En consecuencia, señor Iglesias, y reiterándole que nosotros no le hacemos culpable del fracaso de esta cumbre, sí lo lamentamos, y nos gustaría que usted, para darle la vuelta, para intentar avanzar, empezara por reconocer lo que allí ocurrió para, entre todos, con el apoyo de toda la cámara, estoy convencido -desde luego, el apoyo de Chunta Aragonesista no le va a faltar-, con el apoyo seguramente de toda la cámara, porque está llena y sembrada esta cámara de acuerdos unánimes en esta materia, poder avanzar y poder mejorar. Pero no avanzaremos, señor Iglesias, en esta dirección si pretendemos ocultar la falta de avance, los retrocesos incluso en algunos casos, disfrazado de declaraciones pomposas, de grandes éxitos, de grandes logros, que nadie se cree, por otra parte, porque nadie, señor Iglesias, salvo usted en este caso, está circulando por el carril contrario. Usted va en dirección contraria: míreselo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Turno de Izquierda Unida. Señor Barrena, tiene la palabra.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Señor Iglesias, mi valoración sobre la cumbre la hice pública, tuve oportunidad de comentarla con usted mismo y yo creo que ya sabe cuál es: profundamente diferente y distinta de la que usted hizo. A partir de ahí, entiendo lo que se está produciendo hoy, entiendo su posición, entiendo la posición del resto de los grupos. [Rumores.] Yo voy a intentar que usted entienda la mía, aunque no sé si esperar o seguir... Voy a seguir, entonces... No, lo digo porque, si no, el tiempo se me pasará.
Yo voy a intentar reflexionar en voz alta sobre el verdadero problema que tenemos, y, cuando le digo «problema», es porque pienso que tiene solución, tiene solución si lo entendemos, lo definimos y, a partir de ahí, empezamos a trabajar en la dirección de la resolución.
¿Cómo vemos nosotros la situación que tenemos? Estamos en un contexto económico en el que las comunicaciones son importante, y, como estamos en Europa, en una Europa que usted comparte bastante más que yo, no la idea de Europa pero sí el modelo económico y el modelo de desarrollo, en el que las comunicaciones marcan el desarrollo, marcan el futuro y marcan las oportunidades… Estamos en una comunidad del interior, rodeada por un lado y el otro de comunidades con más potencial económico que el nuestro, por determinadas circunstancias, en lo que no voy a entrar, con unos ejes de comunicación consolidados, tanto por Portbou como por Irún, con unos ejes y flujos de mercancías que van por el Levante y que van por la otra parte, y que el Estado francés considera que tiene bastante con ellos, entre otras cosas porque, desgraciadamente, este país está al sur de París; entonces, mientras que de París para aquí abajo hay un potencial económico de cuarenta millones de consumidores y consumidoras, hacia el otro lado hay muchos más. Y creo que eso nos lo ha demostrado el Gobierno francés en reiteradas ocasiones con unos y con otros, con unos y con otros aquí y con unos y con otros allí. Y, por lo tanto, seamos realistas.
¿Qué ocurre? Que se potencia -Izquierda Unida está de acuerdo, ¿eh?-, se potencian las autovías marítimas para hacer transporte de mercancías. Nos parece más seguro, más ecológico, alternativa viable... Por lo tanto, esa es una realidad en la que yo creo que estamos todo el mundo de acuerdo.
Sabemos que los ejes carreteros, incluso del ferrocarril de alta velocidad, por el lado de nuestro Levante, llegan incluso hasta Perpiñán -apuesta del Gobierno francés-, y, por lo tanto, a partir de ahí van a continuar los flujos. Esa es una realidad que tenemos.
Hemos conseguido, me permitirá que diga, no sé si porque algo tenían que permitir y algo tenían que hacer, que empiecen a hacer un estudio de flujos. Pero, mire, cuando los estudios de flujos empiecen a analizarse, van a estar en mayor rendimiento las comunicaciones por ambos lados y, si encima ponen en marcha las autopistas marítimas, evidentemente, lo que van a decir esos estudios es que cada vez va a hacer menos falta una comunicación por el Pirineo central. Porque, además, hay otra realidad, y es que las montañas tienen la costumbre de ser más altas por el centro, más difíciles de pasar, y ahí se tienen en cuenta otros factores económicos también. Como ven, me estoy situando en el puro terreno económico, que es lo que creo que, aunque yo no lo comparta, al final imponen todo este tipo de políticas.
En ese contexto, yo creo que tenemos un grave problema, y ese problema no lo podemos abordar ni desde el decir que no hay problema ni desde el buscar un responsable único de ese problema. Y se lo digo porque, claro, uno se encuentra a veces con dificultades para hacer comprender a su grupo parlamentario federal que hace falta dar prioridades para una determinada obra o para una determinada infraestructura, cuando dicen: ¡hombre, si no entendemos, si el Gobierno de tu comunidad autónoma ha venido tan contento!, ¿es que hace falta algo? Pues la verdad es que pensamos que sí que hace falta algo: pensamos que hace falta análisis real, tomar conciencia del problema, tomar conciencia de las dificultades que tenemos y, a partir de ahí, empezar a aportar soluciones.
Y, mire, creemos que la primera solución pasa por convencer necesariamente al Gobierno del problema que tenemos con la travesía central; no hablo de su Gobierno, sino que hablo en este caso del Gobierno estatal, del Gobierno central. Pero hay que convencer también a los grupos parlamentarios. Yo creo que todas las fuerzas políticas que estamos aquí tenemos relación con algunos grupos parlamentarios europeos, y, por lo tanto, yo creo que es otra vía clarísima en la que hay que hacer... Porque hay que someter a una presión tremenda al Gobierno francés y, por lo tanto, si hay que someter a una presión tremenda al Gobierno francés, no podemos quitarle presión diciendo que un compromiso vago, que es lo que ha hecho, es un salto cualitativo importante. Y se lo decimos desde la disposición, la voluntad que tenemos de trabajar por y para el desarrollo de esta tierra, por y para la ciudadanía de esta tierra y por y para las oportunidades de esta tierra. Pero queremos que nos deje hacerlo, y, claro, solo lo podemos hacer si es necesario trabajar; si todo es un camino de rosas, si todo es maravilloso y si todo está resuelto, a lo mejor las modestas fuerzas de este grupo parlamentario las vamos a tener que dedicar a otra cosa. Y la verdad que creemos que esto es tan importante como para tomárselo en serio y para sumar.
Y ese es el emplazamiento que Izquierda Unida le hace en estos momentos y en relación con este tema, desde nuestra valoración de que la cumbre hispano-francesa de Barcelona no fue ningún avance para Aragón, sino que fue una decepción más.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Turno ahora del Partido Aragonés. El señor Allué tiene la palabra.
El señor diputado ALLUÉ SUS: Gracias, presidente.
En primer lugar, reiterar aquí, en tribuna, las manifestaciones que hicimos desde este grupo parlamentario tras conocer las conclusiones de la cumbre de Barcelona. Hablamos de insatisfacción, aunque solo sea porque en estas cumbres esperas algo más de lo que realmente conseguimos. Y hablamos también de falta de peso específico que seguimos teniendo en el conjunto del Estado y en la Unión Europea. Y, obviamente, no es que la falta de este peso específico tenga que ser reprochable precisamente al presidente del Gobierno de Aragón, es un problema de esta comunidad autónoma la falta de peso específico que seguimos teniendo en el conjunto del Estado y en la Unión Europea.
La cumbre de Zaragoza de diciembre de 2004 dejó ya como principal bagaje para Aragón la confirmación de que ambos países apoyarían la construcción de un eje ferroviario con partida en Zaragoza, reflejándolo, además, en sus planes estratégicos. Y nosotros, mi grupo parlamentario, queríamos creer que, aun tratándose de una manifestación de voluntad, supusiera un claro avance para una de las reivindicaciones históricas de Aragón. Pero, desde la cumbre de Zaragoza, tras la voluntad expresada, quedaba pendiente de definir el dónde, el cuándo y el cómo, ¡y ahí es nada!, quedaba pendiente prácticamente de definir casi todo. Y ahora, once meses después y tras la última cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona, solo, desde nuestro punto de vista, hemos podido arrancar a la delegación gala unos estudios territoriales y medioambientales de los posibles trazados, cuya culminación se sitúa en el año 2008.
Por lo tanto, de acuerdo en que es la primera vez que conseguimos firmar un compromiso con plazos, y esto hay que reconocerlo así, y así lo hemos reconocido. Pero también entenderá, señor Iglesias, que desde mi grupo parlamentario seamos -porque, además, tenemos la obligación de serlo- poco conformistas con lo conseguido hasta ahora. Y peor aún sería la marcha de la reapertura del Canfranc, la línea internacional de Canfranc, el gran símbolo aragonés de anhelo, de progreso y comunicación con Europa, proyecto del que no se dijo nada en la cumbre de Zaragoza y tan apenas se cita en las conclusiones de Pedralbes, salvo -lo que se ha dicho hasta ahora- para insistir en que debe abordarse desde una perspectiva de cooperación interregional y para animar a Aragón y a Aquitania a que participen en la evaluación del proyecto. O sea, en principio, desde nuestro punto de vista, más de lo mismo.
En cambio, no sé por qué extraña razón -también se ha dicho anteriormente-, parece que otros territorios consiguen siempre algo más que nosotros en este tipo de cumbres. El propio ministro Villepin fue taxativo al hablar de prioridades en materia de comunicación y citó solo tres: la mejora de las carreteras, el AVE Figueras-Perpiñán-Montpellier y las autopistas desde el mar. Y espero y deseo que estas prioridades que son manifestadas por parte de Francia no sean alternativas a nuestras reivindicaciones, sino, en su caso, sean exclusivamente complementarias.
Señor Iglesias, nos consta que estamos haciendo nuestros deberes, lo que depende de nosotros en cuanto al impulso de estas infraestructuras de comunicación tan importantes para nuestro desarrollo, y lo ha dicho usted. Nos hemos entrevistado prácticamente con todos los responsables en esta materia y, desde el punto de vista institucional, yo creo y reconocemos que lo estamos haciendo bien. Pero tenemos un problema, y es cómo convencemos a Madrid de que el Pirineo aragonés sigue siendo un muro infranqueable que viene colocando históricamente a Aragón de espaldas a Europa y que, por lo tanto, esta situación es absolutamente inaceptable para Aragón, y convencer a Francia, a París, de que el eje ferroviario, de que las comunicaciones transpirenaicas en general son buenas para España y también para Francia.
Y es posible que ese clima al que usted hacía alusión en su primera intervención sea un camino de los que hay que seguir. Obviamente, si antes no existía ese clima de entendimiento, esperamos que ese clima de entendimiento sirva para conseguir los objetivos propuestos. Efectivamente, no pueden criticar los que nada consiguieron los escasos avances o los posibles avances que podemos tener en esta materia. No eran descabelladas las ideas o las conclusiones de las jornadas que organizó la CREA, que organizó recientemente, en cuanto a la mayor implicación por parte de la Unión Europea en las redes estratégicas de transporte, aunque tengamos también los muros infranqueables de la escasez de la financiación y otras conclusiones que ahí se vertieron.
Por lo tanto, y concluyo ya, tenemos que seguir vigilantes y reivindicativos: la travesía central, las comunicaciones con el Pirineo, las comunicaciones con Francia son tan importantes para el desarrollo estratégico de Aragón que deben ser un objetivo prioritario en la agenda política de este Gobierno, como lo es también de la agenda política de todos los grupos parlamentarios.
Yo no sé, supongo que no sería malo que la misma estrategia de empeño, de esfuerzo, de coraje que tuvo este Gobierno y los grupos que lo sustentan para conseguir proteger el Ebro, para conseguir paralizar el trasvase del Ebro, sea la que tenemos que seguir para conseguir que en el más breve plazo posible tengamos, y que sea una realidad, las comunicaciones, la travesía central con el Pirineo.
Nada más y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Grupo Socialista. Señor Franco, en su nombre, tiene la palabra.
El señor diputado FRANCO SANGIL: Señor presidente. Señorías.
¿A quién sirve este debate? Yo, cuando oigo algunas manifestaciones y discursos, me planteo a quién quiere servir este debate, para qué este debate o para qué debe servir este debate realmente; en vez de a quién, para qué debe servir.
Señorías, es difícil que un problema tan complicado, tan atascado, tan viejo se pueda resolver como algunos pretenden, de una manera fácil y sencilla. No es un problema de unos pocos, es un problema de España y de Aragón que tenemos que resolver desde Aragón y desde España todos, no unos cuantos, todos. Y, sobre todo, no se puede utilizar este tema para otras cosas que no sean la solución del problema, para otras cosas no merece la pena hablar, utilizarlo creo que no merece la pena.
Señorías, todos somos conscientes de la dificultad, de lo viejo del problema y de que no hay más que un único camino, un único camino, salvo otras cuestiones que no me puedo plantear ni ninguno de los que estamos aquí. No tenemos más que un camino: convencer, convencer y crear un clima adecuado que facilite el convencimiento. De esto es de lo que ha hablado hoy el presidente del Gobierno de Aragón: de convencer y de clima. Y nosotros, en los discursos, algunos hablamos de todo lo contrario: de no convencer y de no crear clima, porque nosotros somos los primeros que no estamos convencidos. Hablamos, algunas veces, ni siquiera algunos discursos han hablado de la cumbre, han hablado de todo menos de la cumbre. Pero, bueno, a lo mejor primero habremos de convencernos nosotros para luego crear ese clima.
Convencer no a nosotros mismos, pero vamos a empezar por nosotros mismos, pero el objetivo es convencer a Francia, convencer a Francia. Y se está intentando por los únicos caminos que hay: con el acercamiento hacia las regiones del sur de Francia, con el acercamiento y el discurso y el crear la necesidad a esas regiones, al Gobierno de España, a la Unión Europea, para que, en definitiva, eso se pueda solucionar. ¿Qué tendrían que hacer entonces los partidos o que tendríamos que hacer los partidos que conformamos esta cámara? Valorar positivamente cualquier avance, los avances hay que valorarlos positivamente para convencer a los que no están convencidos. Pero no, aquí, hoy, hemos derrochado pesimismo, fracaso, hemos hecho el ridículo, esto es un fiasco. Es decir, vendemos a los que tenemos que intentar convencer… porque esto hay que venderlo fuera, hay que decirle a la gente que queremos que se haga, que queremos y estamos dispuestos a que se haga, pero no, aquí hablamos de pesimismo y nos tomamos a broma y despreciamos las opiniones de los demás.
Porque claro, aquí también se manejan cuestiones de decir… El grupo mayoritario es este al que estoy representando yo en este momento, aquí hay veintisiete diputados y diputadas y representan a muchos aragoneses, a muchos, que a nadie se le olvide. A nadie de los que creen que son más sabios que los demás se les olvide lo que representa el Grupo Socialista en esta cámara, que a nadie se le olvide. [Rumores.]
Señor presidente, aunque la cumbre de Barcelona hubiera señalado una fecha concreta, no hubiera sido suficiente, para algunos no hubiera sido suficiente. Se señalan fechas concretas para empezar a trabajar pero, aunque se hubiera dicho ya «va a estar acabado para tal fecha», no hubiera sido suficiente, hubiera sido muy lejos.
Esta mañana hemos hablado aquí de un plan de viviendas, podemos tocar ya muchas de estas viviendas y, aun así, no nos las creemos. ¿Cómo vamos a creer entonces en cualquier avance que tiene que ver con un proceso muy enquistado y muy difícil? Debemos valorar los avances, señorías, venderlos y apoyarlos. Ese es un tema de Aragón, no de unos pocos de Aragón, de todos, creo, y debe ser así.
Señor presidente, el Grupo Socialista no somos pocos, representamos mucho, valoramos los avances que se están haciendo, valoramos el trabajo que se está haciendo. Y tenga en cuenta que estaremos detrás porque, en definitiva, veremos pronto las consecuencias positivas de ese trabajo, lo veremos pronto. Y, por quien no guste y por quien quiera utilizar este discurso de hoy para otras cosas, pues lo siento mucho. [Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
El señor Iglesias puede replicar a los grupos parlamentarios.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señorías.
Me han parecido muy respetables todas las intervenciones de los grupos, algunos me han reconocido que las declaraciones las hicieron sin haberse leído los papeles, y yo creo que la mayoría las hicieron sin haberse leído los papeles, yo creo que incluso hay alguien que no se los ha leído hoy.
En cualquier caso, es todo respetable porque estamos hablando de un asunto en el que, fundamentalmente, el atasco está en Francia, y ustedes saben que nuestro Gobierno, el Gobierno de Aragón, a partir de Canfranc tiene pocas responsabilidades. Ya sé que la fórmula para resolver los conflictos entre vecinos para muchos es utilizar fórmulas más expeditivas, alguien, en la última sesión de control, me planteaba que a puñetazos. Claro, cuando no estamos dispuestos a hacer una invasión, cuando no estamos dispuestos a crear una tensión en la frontera, cuando no estamos dispuestos a organizarnos animando a la gente a una cuestión fuera de lo normal, yo no sé cuales son las fórmulas -le doy vueltas-, cuáles son las otras fórmulas, de las que ha empleado el Gobierno. A mí me parece muy respetuoso todo lo que ustedes han dicho pero me parece que....
Claro, respecto a los grupos que han tenido responsabilidades de gobierno, cuando llegamos a este Gobierno, concretamente el grupo que ha tenido responsabilidades de gobierno, y sabemos por los papeles que hemos encontrado y por los responsables franceses tanto regionales como nacionales con los que hemos hablado, los contactos y las vías que se habían iniciado, es decir ninguna, a mí me parece lamentable que se mantenga una posición desacreditando completamente el esfuerzo que se hecho.
El Gobierno de Aragón no es responsable de una actitud que, evidentemente, pretendemos cambiar de los gobiernos que ha habido en Francia. El Gobierno de Aragón no va a asumir esa responsabilidad. La posibilidad que tiene el Gobierno de Aragón para resolver este problema es la que yo les he dicho, y, si tienen alguna otra, me encantaría que me la explicaran.
Primera, convencer al Gobierno de España, primera cuestión; que nuestros proyectos estén en los planes de infraestructuras de España, y lo están. Segundo, convencer a la Unión Europea. Que yo sepa, no se había iniciado ese camino, porque ni siquiera se había iniciado un estudio del proyecto, el proyecto se inició exactamente, el primer estudio que hizo Aragón, en el año 2000 y partir de ese proyecto, que es el único que hay, había un ingeniero francés, un tal Pomés, que venía a hablar a la DGA, venía a hablar conmigo a mi despacho de Huesca, y Aragón no había hecho nada más de este tema, pero no habíamos ido a ningún despacho a explicarlo ni habíamos conseguido el apoyo de Europa, ni habíamos conseguido el apoyo de Francia, ni habíamos conseguido absolutamente ningún apoyo de ninguna región porque no habíamos establecido ninguna relación bilateral.
Con las regiones hablaba Aragón en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, y punto, con todos mis colegas, cuando yo empecé este trabajo, cuando este Gobierno empezó a trabajar en la necesidad de crear ese clima, que es el único camino que yo entiendo. Y, señor Alcalde, si usted tiene otro camino, yo estoy dispuesto porque el objetivo… Lo que le agradezco de su intervención es que diga que estará apoyando estos proyectos, eso se lo agradezco. Pero ustedes han tenido responsabilidades de Gobierno, y, si queremos desatascar una cosa con Francia, hemos de hablar con Francia, ¿o no? Yo no le veo otra salida. Y de las relaciones bilaterales, sinceramente, señor Alcalde, yo no encontré ni un solo papel en cuanto a que se hubiera hablado con un ministro, a que se hubiera hablado con el Gobierno francés de esta cuestión que queríamos desatascar. Y, por eso, permítame que se lo diga sin ningún tipo de acritud, me parece su posición excesiva.
Yo no he dicho que hayamos empezado a hacer el túnel ni que hayamos desatascado nada, yo me he limitado a leer lo que creo sinceramente que, cuando se hicieron muchas declaraciones, se había leído muy pocas veces: la declaración que hicieron y que firmaron los dos gobiernos. Y, efectivamente, se la voy a hacer llegar, señor Alcalde, porque yo no sé siquiera si en este momento usted la conoce, pero, en cualquier caso, se la voy a hacer llegar porque creo que es muy positivo para todos que sepamos donde tenemos los problemas. Y, respecto al acuerdo que dicen los gobiernos, les he dicho aquí… yo creo no ser un estúpido total, pero les aseguro que lo que he leído es exactamente lo que aquí se ha dicho tanto en las fechas, que nos parecen lejanas o que no se van a cumplir, yo respeto perfectamente que ustedes, después de treinta años, de un país que tiene bloqueado el Canfranc, aquí, en este parlamento, consideren que tampoco ahora lo van a cumplir, eso es muy respetable. Ahora, yo les aseguro que es tan verdad que han firmado esto como que estuve allí, y en este documento firman movilizar conjuntamente los medios necesarios para mejorar los servicios de transporte por carretera y ferrocarril; para las conexiones por carretera, a través de los intercambios que nos permitan una mayor calidad, un servicio óptimo, incluso en invierno. Ese era un objetivo; esta frase la introducíamos nosotros, como es lógico, porque el invierno y la nieve, como ustedes comprenderán, les preocupan poco a los vascos.
Por cierto, los vascos manifestaron que no estaban de acuerdo, señor Alcalde. Por tanto, esa teórica permanente de que las cosas necesariamente tienen que ir mal en Aragón o a los aragoneses o a nuestro Gobierno, sea el que sea, y que hay una conspiración contra nosotros… bueno, pues, sinceramente, yo pienso que eso puede caer muy bien, puede ser muy sintomático, pero, mire, la gran preocupación de los vascos y de Aquitania es que no estuvieron de acuerdo con esta cumbre y lo manifestaron. Y los representantes de Languedoc-Roussillon, cuyo presidente estuvo en la cumbre, y su vicepresidente tienen el gran problema de que, en Francia, todo el tramo entre Montpellier y Niza no está contemplado en sus presupuestos para la alta velocidad, ni siquiera en los presupuestos franceses, y ahí hay un problema grave porque España llegará en 2007 a Barcelona y parece que, en 2009 o 2010, a la frontera francesa, y en la parte francesa les está sucediendo a ellos exactamente igual que a nosotros. Y los vascos hicieron manifestaciones en contra, no firmaron, no firmamos nadie esto, esto no lo firmamos nadie. Nosotros estamos allí, yo creo, porque, estando allí, nuestros problemas están más presentes. Por eso, me resulta sorprendente que quienes en otras épocas tuvieron responsabilidades hagan determinados discursos.
Mire, señor Fuster, en los años ochenta, yo era uno de los que iba a Francia, a Pau, a Toulouse, a Burdeos, acompañado de los empresarios, de las cámaras de comercio, porque aspirábamos a tener el túnel internacional del Somport. Muchas veces, cuando volvimos, las manifestaciones de algunos fueron exactamente igual que las que he oído ahora. Si nos hubiéramos desmoralizado, si no hubiéramos mantenido el ánimo, ese pequeño avance que supone un túnel muy importante desaprovechado en la parte francesa, con un acceso insuficiente, cuya mejora va muy lenta pero que por primera vez tenemos datos, tenemos fechas para esa mejora, y es una de las cosas que usted ha reconocido… ¡Hombre!, hacer las variantes de los pueblos no es un paso atrás; que se comprometan en fechas para llegar hasta Pau con la autovía no es un paso atrás; que se comprometan con fechas para llegar a Olorón no es un paso atrás. Yo no digo nada más. ¿Me parece lejano? Sí, pero yo no puedo asumir que sea un paso atrás para el atasco que hemos tenido permanentemente, entre otras cosas porque no quiero romper la vinculación o la puerta que hemos mantenido abierta, y que nos ha costado, con los gobiernos regionales, y sobre todo con el Gobierno de Francia; es más difícil hablar con un ministro francés que con el presidente la Comisión Europea, creo que ustedes lo conocen.
Por tanto, esas puertas, que las ha abierto este Gobierno por primera vez, y mantenemos una cierta relación, por lo menos para explicarles en qué situación estamos, ¿es un avance o es un retroceso? ¿Estaba más avanzado Aragón cuando ni siquiera hablaba con Francia o ahora, que hablamos con Francia? En esta época, ¿qué hemos hecho? Hemos hecho el túnel del Somport, hemos hecho el túnel del Somport aprovechando un momento de relaciones menos tensas entre Madrid y París, porque las relaciones se tensaron muchísimo en un momento determinado, se tensaron tanto que no había manera de hablar con ellos de estas historias, no había manera, ni siquiera de hablar. Porque hablar y poner fechas en un papel y firmar, desde mi punto de vista, lo digo humildemente, bajando el tono, con toda la humildad que pueda, hablar, firmar papeles, dar fechas, aunque no sean las que nos gustaría, no es un paso atrás, ni siquiera les he dicho que lanzo las campanas al vuelo, señor Alcalde, les digo que no es un paso atrás.
Mire, cuando no habíamos avanzado nada, avanzar un poquito no es un paso atrás. En los años ochenta, si ustedes recurren a las manifestaciones que hacía la gente que estaba en la oposición en aquel momento, exactamente decían lo mismo, y el año 1992, en un momento mejor de relaciones con Francia, de más entendimiento, pusimos en marcha el túnel del Somport y lo terminamos, e inauguró las obras un ministro e inauguró el túnel otro ministro como sucede en estas grandes obras. Si nos hubiéramos desmotivado, si nos hubiéramos desmoralizado, si hubiéramos bajado los brazos en los años ochenta desde Aragón, ese pequeño avance, que es el único que tenemos, tampoco lo tendríamos, tampoco lo tendríamos.
Por tanto, yo quiero decir a los portavoces que, en cualquier caso, nosotros, desde el Gobierno, vamos a seguir empujando, no vamos a desmoralizarnos. Y sabemos la actitud del Gobierno de Francia y la tibieza, y sabemos la actitud de los alcaldes franceses frente a los camiones que pasan por sus pueblos. Y sabemos la actitud de los grupos ecologistas. Y sabemos la actitud de los consejos generales, que algunos de ellos han bloqueado el que Francia, el que el Gobierno francés hasta ahora quisiera hablar, y por eso hemos dejado de hablar del Vignemale, porque al otro lado no quieren hablar, los alcaldes no quieren hablar, los movimientos conservacionistas no quieren hablar. Pero, mire usted, si nosotros nos recluyéramos, nos encerráramos en el discurso fácil de colocarnos frente a, como muchas veces nos plantean cuando hablamos de Cataluña, cuando hablamos de los vascos, cuando hablamos de los franceses, si nos colocáramos frente a, seguramente yo generaría mejores titulares, pero esté convencido de que los proyectos avanzarían mucho menos.
Muchas gracias. [Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iglesias.
Pueden duplicar los grupos.
Y, por tanto, el señor Alcalde, en primer lugar, tiene la palabra.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
Señor Iglesias, muchas gracias por ofrecerme esos acuerdos, que, por otra parte, dados sus hábitos, dada su habitual forma de comportarse y de tratar con la oposición, que es siempre no darle ni un solo papel, evidentemente, nos los procuramos por nuestros medios. Y siempre, como usted tiene esa rara afición a filtrar inmediatamente las cosas a los medios de comunicación, por supuesto, siempre hay algún medio de comunicación que nos hace llegar esos papeles.
Mire, decía el señor Fuster que usted no era culpable de la actitud de Francia, y, evidentemente, usted no es el responsable de que Francia mire hacia el otro lado de los Pirineos. Pero usted es culpable de algunas cosas, señor Iglesias, y me va a permitir que se las exprese, que se las exponga aquí.
Mire, usted es culpable, para empezar, de crear expectativas falsas, expectativas sin fundamento, y de que, una vez que se les desmontan, que se le caen al suelo como castillos de naipe esas expectativas que ha creado, entonces tiene que montar un sainete, un teatrillo para que no queden patentes sus, llámeles, engaños, sus fantasías o sus maneras tan curiosas que tiene de interpretar la realidad.
Yo le preguntaba el día 20 de mayo, en el turno de preguntas al presidente, qué avances había habido desde la cumbre hispano-francesa de Zaragoza, y usted me contestaba literalmente: el avance fundamental era «el compromiso -se había conseguido en esa cumbre- del Gobierno francés de incluir esta travesía ferroviaria en su […] planificación estratégica». Según todos los medios de comunicación, los planes estratégicos franceses no están incluyendo esta travesía central del Pirineo. Y usted, además, afirmaba a continuación: el Gobierno francés se compromete a tener un estudio previo antes de final de año, antes de 2005. ¿Dónde está? Esto lo decía usted en mayo, antes de finales de este año: ahí está, ahí está el acta, los diarios de sesiones, perdón, ahí lo tiene.
O usted no se entera o usted miente, señor Iglesias, elija usted la variante que quiera. Porque, mire, el otro día, el señor Velasco y usted también nos decían que era la primera vez que Francia asumía un compromiso con fechas, el de esta ocasión en Barcelona. ¡Pero si usted mismo -y ahí están los diarios de sesiones- nos garantizó y nos afirmó que en Zaragoza habían adquirido el compromiso de fechas de presentar ese estudio en 2005! ¿Cuándo nos engañaban: antes o ahora? ¿O las dos veces? ¿Cuándo?
Hace usted unas afirmaciones que, claro, se mete usted en callejones sin salida. Está diciendo que no había habido ningún avance, y las cumbres de Perpiñán y Santander ¿qué fueron, señor Iglesias? Las cumbres hispano-francesas de Perpiñán y Santander, ¿qué fueron esas cumbres? Un avance importantísimo. El Canfranc estaba para 2006. ¿Que después han cambiado las circunstancias, los gobiernos o las opiniones de Francia? Pero había habido unos avances importantes, había unos trabajos importantísimos impulsados desde un gobierno del Partido Popular. [El señor presidente del Gobierno de Aragón, desde el escaño y sin micrófono, se manifiesta en los siguientes términos: «¿Dónde avanzamos?»] Señor Iglesias… ¿Dónde? En los documentos de las cumbres, ahí están, ahí figuran, están en todos los medios de comunicación y usted los conoce perfectamente y sabe que estoy diciendo la verdad.
Señor Iglesias, lo cierto es que usted, cada vez que sale de Zaragoza, nos vende un avance en esta cuestión; cada vez que ha ido a París, que ha ido a Pau, que ha ido a Toulouse, que ha ido a Burdeos, que ha ido a cualquier sitio, a Madrid, a Barcelona, nos vende un avance. Cualquiera que leyera sus avances y no estuviera en Aragón y no conociera la realidad pensaría que está a punto de inaugurarse la travesía central, de tantos avances que nos ha vendido al respecto.
Mire, ¿sabe otra de las cuestiones que le achaco de la que le hago a usted responsable? ¿Sabe cuál es? Mire, echo en falta en su Gobierno, en su señoría, que ejerza mayor presión, un mayor nivel de exigencia hacia el Gobierno de Zapatero. No confunda usted un término coloquial de dar un puñetazo en la mesa con intentar acusar a mi grupo de agresividad o de violencia o de no sé qué. Usted no presiona, no exige al Gobierno de Zapatero, usted, acaso, acaricia con mimo, con arrobo, al Gobierno de Zapatero, pero no lo ha presionado en ningún momento.
Las instituciones europeas ya están convencidas desde hace tiempo de la importancia de la travesía central por el Pirineo, ahora depende de los Estados afectados, de España y Francia, lo sabemos todos, usted, yo y todos los que nos rodean. Y, en Francia, el interés, desde luego, es nulo para comunicarse con España a través del Pirineo central. Muy buenas palabras siempre pero ninguna acción.
Y esto tiene una solución. Usted me decía antes: fórmulas. Yo le voy a dar fórmulas: estas cosas se solucionan, señor Iglesias, negociando, se solucionan negociando, cambiando cromos, cambiando cromos si hace falta, ¿por qué no?, como en tantas ocasiones se ha hecho. ¿Me va a decir que Felipe González no cambiaba cromos en su época de presidente del Gobierno en cuestiones muy importantes, que ni me voy a referir, pero que están en la mente de todos? Y cambió cromos, trenes o lo que fuera, cambió cromos. Porque las relaciones internacionales y exteriores muchas veces son a base de cambiar cromos, señor Iglesias.
No nos salieron gratis determinadas colaboraciones francesas con el señor González, ¿verdad que no? Pues ahí tiene un camino para explorar el Gobierno el señor Zapatero. Y para sentarse a negociar hace falta, señor Iglesias, voluntad política, en primer lugar, voluntad política. Y eso le echo en falta al Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, como le digo, más preocupado en otras cuestiones, desde luego; que, si dedicara ese tiempo a nuestra... a este proyecto prioritario, le aseguro que avanzaría.
Mire, voluntad política significa demostrar a los franceses, para empezar, que vamos en serio. Esto no es ninguna amenaza. Vamos en serio, queremos esa travesía, Canfranc y travesía, ¿sí o no? Vamos en serio, vamos a por ello. Y, por el contrario, ustedes hacen concesiones al Gobierno francés. Por ejemplo, ¿qué concesión? Renunciando a que la autovía llegue hasta la boca del Somport, eso es una concesión, eso es evitarles o aliviarles la presión a los franceses en su lado de la carretera. Métales usted presión porque es la manera de que ellos mismos se vean abocados a arreglar sus carreteras al otro lado.
Voluntad política significa comenzar a andar. Usted, en sus trabajos, en sus proyectos o estudios que realizó su Gobierno, hablaba -y corríjame si me equivoco- del túnel de sierra Caballera, ¿sí o no, señor Iglesias?, que es previo a la travesía central del Pirineo. ¿Por qué no trabaja el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero ya definitivamente en ir metiendo esa presión que le digo yo en ir avanzando las vías hasta el mismo macizo para que Europa y Francia se vean agobiadas por la presión?, una presión pacífica. ¿Tenemos derecho a hacer obras en nuestro territorio? ¡Pues faltaría más! Esa es la voluntad política que echamos en falta.
Y eso es política, señor Iglesias, eso es política: llevar la iniciativa, presionar con los hechos y desde todos los ámbitos internacionales, buscar aliados, preguntarse qué puedo ofrecer a cambio de lo que yo quiero y, sobre todo, negociar. Lo que no es política es lo que hacen ustedes o lo que hace usted, señor Iglesias: sentarse a aplaudir al que está al otro lado de la mesa en estas cumbres. Eso es lo que están haciendo y eso no es política. Lo que no es política es eso: salir de la reunión de la cumbre de Zaragoza o de la cumbre de Barcelona lanzando cohetes, gritando ¡eureka!, ¡albricias!, ¡qué avance más importante!, como ha gritado usted. ¿Usted se ha parado a pensar en esto?
Usted, hace un momento, decía que el señor Ibarretxe salió quejándose. ¡Pues, claro, pues, claro! Es que de eso se trata cuando se sienta uno a negociar, de sentirse insatisfecho. Y usted se siente satisfechísimo cada vez que se sienta en una cumbre hispano-francesa. Mire, yo he llegado a pensar que los propios franceses se van a creer, al verle tan contento, que han hecho demasiadas concesiones, es que lo van a pensar. Sale usted de las cumbres: ¡un avance importantísimo! Los franceses, que esto tienen que estrujarlo como si fuera, yo qué sé, el último hueso de la nevera, pues, evidentemente van a pensar: nos estamos pasando en las concesiones.
Usted sabe lo que son las relaciones en el mundo sindical, en el mundo laboral, en todos los mundos: hay que presionar con hechos, con argumentos, con datos, cambiar cromos, le repito, y, desde luego, nunca salir tirando cohetes, porque al final consigues el efecto contrario, que se piensen que le han concedido a usted bastante más de lo concedido, cuando en realidad no ha conseguido usted absolutamente nada.
Nada más y muchas gracias, señor presidente. [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alcalde.
Señor Fuster, tiene usted la palabra.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Señor presidente del Gobierno, decía su portavoz, el señor Franco, que el Grupo Socialista -esta vez decía el Grupo Socialista, porque ni siquiera podía invocar al Gobierno de Aragón ni a los grupos que lo sustentan porque estaba solo en esta cuestión- son muchos y muchos miles de ciudadanos y respetabilísimos. Casi tanto los de otros grupos como los del suyo, también muchos miles de ciudadanos, aunque menos. ¿Eso significa que no podemos discrepar? ¿Que no podemos tener una posición distinta? ¿Que necesariamente, por tener más votos, tienen más razón? Porque la mayoría no siempre tiene razón, tiene la legitimidad pero no siempre tiene razón. Y, en este caso, señor Franco, ni tienen la mayoría ni tienen la razón, ni tienen la mayoría en esta cámara, si hubiera que votar respecto a los grandes avances conseguidos, ni tienen razón.
Y decía usted que para qué sirve este debate. Pues, mire, yo creo que este debate ha sido muy clarificador. El señor Iglesias salió de la cumbre… leo literalmente, según los teletipos: «El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha calificado hoy de gran paso adelante». Así salió de la cumbre, supongo que en caliente. Hoy, le he oído decir en su segunda intervención, por tres veces, literalmente «no es un paso atrás», con mucho énfasis. Bueno, si ha servido esto para aterrizar, para que el señor Iglesias haya reconocido implícita o más o menos explícitamente que, en efecto, no había para echar muchos cohetes y que, efectivamente, ahora ya dice que no es un paso atrás… Bueno, lo de «no es un paso atrás» también es relativo, señor Iglesias, porque, si uno está quieto y no da un paso atrás pero todos los demás avanzan, si el mundo avanza, todos los demás andan y uno está quieto, ¡hombre!, un paso atrás no ha dado pero, ¿sabe qué pasa? Que los demás han dado tantos hacia adelante que la distancia se ha incrementado. En realidad, ha retrocedido, aunque no haya dado un paso atrás. Desde luego, señor Iglesias, me quedo con sus palabras. En este caso, no sé si dimos un paso atrás pero, desde luego, no hemos avanzado y, por tanto, respecto a los demás y respecto al mundo, que sí sigue avanzando, hemos retrocedido.
Y dice usted: y ¿qué podemos hacer? Nos planteaba: ¿hay otra estrategia acaso? ¿Se puede hacer de otra manera? Yo he empezado por decirle que no le negaba el trabajo previo y, cuando me refería al trabajo previo, no me refería a la semana previa a la cumbre, sino a lo hecho durante los seis años de Gobierno, de este Gobierno, en relación con esta materia. Yo creo que usted ha tenido un especial interés en estos asuntos, se ha preocupado, los ha puesto en la agenda en el primer lugar de sus prioridades, y no se lo niego, no le niego ese esfuerzo y lo que ha estado haciendo. Pero dice usted que si se puede hacer de otra forma. Mire, yo creo que la mejor manera de hacerlo, desde luego, no es, si uno no está contento, si uno constata que, efectivamente, no ha conseguido gran cosa, la mejor manera no es decir que está contento, la mejor manera no es intentar trasladar, supongo que con el ánimo de no perjudicar la autoestima o de no desmoralizar a la ciudadanía aragonesa o algo así, no es la mejor manera… por una razón obvia.
Mire, usted lo ha citado. El señor Ibarretxe no suscribió o no respaldó en esa declaración el documento, documento que no había que firmar. Y lo hizo no porque no se incluyera algún proyecto estratégico para Euskadi que considerara fundamental, no, lo hizo porque no se ponían fechas concretas al compromiso, que sí se le aceptaba, del AVE Vitoria-Dax, en concreto en el tramo entre Vitoria e Irún. Y, es más, incluso afirmó que no lo asumimos pero que, si hay un acuerdo en el futuro o un compromiso, que Euskadi daría el sí, el sí ficticio, el sí virtual, según usted mismo nos explicaba aquí.
¿Usted qué cree que es más rentable en términos de consecución de objetivos políticos: que a uno no le den algo y decir «bueno, no me han dado pero qué bien estoy» o, si no le han dado, insistir en «qué dolido estoy, qué mal me encuentro, cuánto necesitamos avanzar para conseguir eso que no me han dado»? ¿Usted no cree que el señor Zapatero o la señora doña Magdalena Álvarez serían más sensibles con nuestras peticiones y con nuestras demandas si a usted le vieran realmente dolido, realmente preocupado por no haber conseguido unos objetivos? Dirían: a este, la próxima vez, habrá que darle algo porque, si no, se nos va a desmoralizar aquí, le va a dar algo. Seguro que es más objetivo, seguro que usted consigue más que si le ven tan contento, porque estas declaraciones... yo no sé si estaban presentes cuando usted las hizo, yo no sé si estaban presentes responsables del Gobierno central o de Francia, no lo sé, pero, si hubieran estado, hubieran dicho: bueno, tranquilos, que don Marcelino se nos queda contento con cualquier cosa; quietos, no os esforcéis mucho porque, si no le hemos dado nada y está tan contento… Si dice que es un gran paso adelante -citando sus palabras literales-, la próxima vez, señor Iglesias, no le van a dar ni esas migajas que usted intenta convertir, lo que son unas gotas de agua en un vaso está intentando usted convertirlo en un vaso medio lleno o medio vacío, que otros vemos vacío y que usted ve lleno. Señor Iglesias, es que no hay un medio vaso de agua, hay unas gotas de agua en un vaso. Y, de las gotas al vaso medio vacío o medio lleno, hay un gran trecho, un gran tramo, que usted sabe que no está.
Y nos pide opinión o consejo. Pues, mire, mi opinión y mi consejo y el de mi grupo parlamentario, señor Iglesias: no muestre usted satisfacción cuando no tenga motivos para ello, no muestre usted entusiasmo cuando no consiga especialmente nada. Será más sincero con los aragoneses, a los que no nos embarcará en ilusiones para las que luego tengamos que bajarnos de la peana donde nos hayan colocado. Es decir, ilusiónenos cuando tengamos elementos ilusionantes encima de la mesa, denos motivos para la alegría cuando realmente existan, que lo valoraremos. A mí no me incluya y a nuestro grupo no le incluya en ese grupo que pretendía usted de que, si hubiéramos conseguido tal, hubiéramos dicho que tal… No es cierto, ni con ustedes ni con el Partido Popular. En la cumbre de Santander, recuerdo mis propias declaraciones diciendo que era un día histórico y que era fabuloso para Aragón el compromiso que había con el Canfranc. ¿Por qué iba a decir otra cosa, señor Iglesias y señor Franco? Pues no, ojalá usted hubiera venido con algún tipo de compromiso de esta cumbre. Ya le digo que lo sentimos tanto como usted, como creo que lo sienten la inmensa mayoría de los aragoneses, aunque usted, de alguna forma, haya privado, intentado privar a los aragoneses de que tuvieran un conocimiento objetivo de lo que allí se dijo.
Mire, a diferencia de lo que suele pasar en otras ocasiones, los teletipos de prensa, los teletipos de agencias y lo que publicó la prensa del día siguiente, que no sé si disponía todo el mundo del documento en sus manos, no lo sé… pero, lamentablemente, cuando uno leyó el documento íntegro, los documentos, el documento que supuestamente era la declaración y el anexo con las propuestas de la reunión, que se incorporaba como tal anexo al documento, leyendo todo eso, leyendo lo de la embajada, leyendo toda la prensa francesa, que hablaba algo de la cumbre, y leyendo todas las informaciones disponibles, señor Iglesias, por una vez -y, no sé, ojalá sirva de mucho precedente- tenían todos razón, creo que tenían todos razón, señor Iglesias, menos usted en hacer esas declaraciones.
Me ha parecido, en todo caso, o quiero interpretar positivamente que su segunda intervención es una rectificación de alguna manera o un aterrizar, bajar a la realidad. Y le digo sinceramente, señor Iglesias: avanzaremos más si usted reconoce también que esta vez no se ha podido avanzar, avanzaremos más, nos tendrá seguramente a todos más de su lado reconociendo y sabiendo esa realidad que no si nos entretiene en juegos florales de intentar convencernos de lo inconvencible, intentar vendernos unas motos que usted sabe, señor Iglesias, que en esta ocasión, desde luego, usted no tenía.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Señor Barrena, ¿desea intervenir? Tiene la palabra.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Yo he notado en su réplica, señor Iglesias, por lo menos reconocer algunas de las cuestiones. Ha llegado usted a reconocer que, claro, cómo se presiona al Gobierno francés, que es en lo que habíamos intentado incidir al principio, al menos este grupo, y a partir de ahí es donde nosotros echamos en falta una estrategia, una estrategia que tiene que ser compartida por su Gobierno, por el Gobierno de Aragón, por el Gobierno central, por el Gobierno estatal, y tiene que ser compartida por los grupos parlamentarios.
Pero, mire, yo lo que echo en falta… y la verdad es que es un poco complicado después de la historia que hemos vivido el intentar abstraerse de cuestiones. ¡Hombre!, acababa de decir el señor Fuster -y es verdad, lo dijimos todos- que una cumbre histórica la de Santander. Bueno, el Canfranc sigue como está. Presionar y demostrar a Madrid. Yo, desde aquel «úsenos» hasta esta serie de cosas, fíjese si he visto cosas.
Y, claro, cuando llegamos a un problema de tal calado como es este, en el que necesariamente tenemos que intentar encontrar la forma de tirar para adelante porque de lo que estamos hablando es del futuro de esta tierra, que, además, no va separado del futuro de otras tierras, sobre todo de la España interior, tenemos que dejar de hacernos trampas.
Y, por lo tanto, yo no quiero que usted haga trampa diciendo que eso ha sido tan maravilloso, porque no lo ha sido, ni quiero que nadie haga trampa utilizando esto para marcar posiciones clarísimas de oposición, y lo que sí quiero es que todos hagamos el reconocimiento del verdadero problema que tenemos. ¡Hombre!, yo no sé si el señor Alcalde decía en serio eso de ir con las vías hasta el muro ese tan alto, no lo sé, yo creo que hay que poner encima de la mesa una serie de cuestiones, que son las que Izquierda Unida está intentando poner encima de la mesa, y es el reconocimiento del problema que tenemos: que con un Estado francés soberano, con un gobierno como lo tiene, las posibilidades que hay, desde luego, son las de la vía diplomática, y la vía diplomática tiene que ir con una única y exclusiva voz que salga desde este país para llegar a intentar presionar al Gobierno francés.
En eso es en lo que sí que discrepo de usted, y eso es lo que sí le reprocha Izquierda Unida: el venir con la convicción -que, seguramente, usted la tendría y, por lo tanto, no voy a presumir ningún juicio de valor-, usted estaba convencido de que eso era importante y de que eso era bueno y de que eso era satisfactorio. Reconozca que no ha sido así, reconozca que tenemos que trabajar, y en ese camino, insisto, nos va a encontrar. Pero desde ese reconocimiento de que hay un problema; si no, va a ser bastante difícil y, además, yo creo que, por lo menos, vamos a poner en riesgo la unidad que tiene toda la cámara para trabajar por esta tierra, que es lo que yo antes le decía.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Señor Iglesias, tiene usted la palabra porque creo que los grupos que soportan al Gobierno no van a intervenir.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente de las Cortes.
Señores portavoces.
Señor Barrena, estoy totalmente de acuerdo con usted, pero yo no sé, en el Diario de Sesiones es fácil encontrar lo que dijimos hace cinco años, hace tres años, es fácil encontrarlo. Yo he subido aquí a decir que teníamos un problema, les he dicho cuál era la estrategia que yo entendía más productiva y más eficaz para atacar ese problema. Vamos, ¡Dios me libre de venir aquí a decir que esto está solucionado! He dicho simplemente en esta tribuna que entiendo que no fue un paso atrás esa cumbre, todo lo demás lo han dicho otros. Yo no dije que aquella cumbre fuera un fracaso, lo dijeron otros. Muchos me han reconocido… claro, ahora no van a decir: oiga, es que no habíamos leído los papeles… Mire usted, si no se cumplen esos papeles, yo no seré responsable. Si se cumplen, evidentemente, habremos dado un paso adelante. ¿Es la solución de todos nuestros problemas esa cumbre? No, mire, si llevamos las cosas al extremo, es muy complicado. Por tanto, yo estoy de acuerdo con usted en que tenemos un problema y en que, para atacar ese problema, todos somos imprescindibles.
Mire, cuando el ministro de Transportes francés era un ministro de la izquierda plural y del partido comunista se comprometió con nosotros a abrir el Canfranc, era un hombre que venía del ferrocarril, un hombre con una sensibilidad extraordinaria. Cayó aquel gobierno, con aquel gobierno habíamos llegado al compromiso del Canfranc y habíamos abierto el túnel del Somport, fue una etapa en que avanzamos, no fuimos para atrás; la etapa en la que hubo gobiernos en sintonía entre París y Madrid no fuimos para atrás. Hacer el Somport no es ir para atrás, y no resolvimos todo pero eso no fue ir para atrás.
Llegar a un acuerdo con el ministro Gayssot para reabrir el Canfranc, fruto de lo cual vino la cumbre de Santander, no fue ir para atrás, y es verdad que en aquella cumbre, por parte española, estaba el señor Álvarez Cascos. ¡Si por parte española yo me he sentido apoyado cuando ha estado Cascos y cuando ha estado la ministra Álvarez, exactamente igual de apoyado a ese respecto! Pero, por parte francesa, la respuesta no fue igual. En aquella época, Francia dio un paso al frente y en el contrato-programa que tiene el Gobierno francés con las comunidades… perdón, con las regiones, con la región de Aquitania… y este ministro, Gayssot, firmaron un acuerdo para la reapertura del Canfranc. Y ¿qué pasó? Usted lo sabe bien: aquel Gobierno cayó y vino una etapa de extraordinaria frialdad en las relaciones entre Francia y España, de extraordinaria frialdad. Mire, no me gusta, no me gusta crispar los debates y que se me enfade el señor Alcalde, pero de extraordinaria frialdad. El señor Aznar insultaba en los periódicos al presidente de la República Francesa [rumores desde los escaños del G.P. Popular], en Le Monde, sí, sí, sí… mire, les voy a dejar… no eran… Perdón, retiro eso para que no se me enfade, señor Alcalde, lo retiro [rumores desde los escaños del G.P. Popular], lo retiro, lo retiro. Pero las entrevistas de Aznar en Le Monde las he leído, las entrevistas de Aznar no eran para hacer carreteras en el Pirineo, le aseguro que no era para hacer carreteras en el Pirineo, y se bloqueó todo de arriba abajo. Ahora estamos en otro momento distinto, estamos abriendo la puerta otra vez, que estaba cerrada. ¿Hemos resuelto los problemas? No. ¿Hemos dado un paso atrás? No. [Rumores.] Hemos creado un clima distinto.
Y al señor Alcalde, ¿qué es lo que le pido? Primero, que no radicalice tanto su posición con un tema del que yo sé lo que se hizo anteriormente; yo lo sé, no voy a explicar más, es decir, nada. [El señor diputado Bruned Laso, desde su escaño y sin micrófono, se manifiesta en los términos siguientes: «Mentira».] Otra cosa puede hacer el señor Alcalde. Hay un Gobierno de su… perdón, lo digo en positivo, hay un Gobierno de su mismo grupo europeo, del Partido Popular Europeo; pues, con ese Gobierno, usted tiene que tener más facilidades que yo. Cuando yo estaba en la oposición y gobernaba Jospin en Francia, a quien tenía posibilidad de acceso, podía hablar para explicarle: oiga, usted, que, además, es de Tolouse, entenderá perfectamente que yo me queje porque esto está así… Y podíamos hablar [el señor diputado Alcalde Sánchez, desde su escaño y sin micrófono, se manifiesta en los siguientes términos: «aún tendré la culpa yo»]… No, lo que le pido, señor Alcalde, lo que le digo, señor Alcalde [rumores desde los escaños del G.P. Popular]… señor Alcalde, lo que le digo es que un partido que ha gobernado ocho años en España, hasta hace poco más de un año en España, y que no consiguió avanzar gran cosa no puede hacer ese discurso aquí, porque, en todo caso, si lo nuestro, lo que empezamos a abrir ahora, no sale, estaríamos igual, y yo espero que ahora podamos avanzar.
La segunda cuestión que le digo es que usted, con la proximidad lógica de los partidos, está en muy buena posición para poder hablar con estos señores. Yo creo que está en una posición, por lo menos, igual que la mía, para, cuando pueda, para cuando tienen una cumbre de los partidos, explicarles a sus conmilitones franceses cuál es la situación en la que estamos hoy. Yo le pido que haga también ese esfuerzo.
Y le voy a decir más. Yo voy a seguir trabajando. Les he dicho antes que, en los años ochenta, si hubiéramos hecho caso de lo que decían los escépticos, saben ustedes, señor Fuster, que una tendencia clásica en Aragón que deberíamos superar es la del discurso negativo, la de la desmoralización, la de la depresión. Yo no digo que usted esté, señor portavoz, yo no digo que usted esté, yo digo que una tendencia clásica de Aragón ha sido aferrarnos a ese discurso, a esa sensación de que, si hay alguna cosa que sale bien, daríamos un gran disgusto. Yo pienso que esa es una actitud que deberíamos ser capaces entre todos de superar.
Mire, todos ustedes han reconocido que esta no era una responsabilidad de mi Gobierno. Les agradezco que hagan ese reconocimiento. Pero usted me dice que nos equivocamos en la estrategia porque las dos primeras veces que asistimos a una cumbre no salimos dando un portazo. Señor Fuster, yo creo que, cuando hemos reclamado tantas veces participar en esas cumbres para poder explicar nuestra posición, no sería correcto dar un portazo. Nuestro trabajo es preparar esas cumbres, preparar los documentos y conseguir que los gobiernos firmen los documentos que a nosotros nos interesan.
En cualquier caso, yo sigo diciendo lo mismo: la cumbre de Barcelona no resolvió los problemas pero no fue un paso atrás.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno.
Se suspende la sesión [a las catorce horas y treinta minutos], que se reanudará a las cuatro y media.