Intervinienen: Alvarez Andujar, Carlos Javier - Bernal Bernal, Chesús - Navarro Félez, Miguel - Barrena Salces, Adolfo - Herrero Herrero, María
El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión [a las dieciséis horas y diez minutos].
Debate y votación del dictamen de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte sobre la proposición de ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón.
Para presentar el dictamen, tiene la palabra el coordinador de la ponencia.
Dictamen de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte sobre la proposición de ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón.
El señor diputado ÁLVAREZ ANDÚJAR: Gracias, presidente.
Tengo el honor de presentar el dictamen de la Comisión de Educación y Cultura sobre la proposición de ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón. Una proposición que el Grupo Parlamentario Socialista registró en estas Cortes en el mes de julio y que el Pleno tomó en consideración el pasado 8 de octubre.
Tras el proceso de presentación de enmiendas, doscientas cincuenta y ocho fueron calificadas por la Mesa de la comisión. Posteriormente, se constituyó la ponencia, que se ha reunido en seis sesiones para analizar y debatir todas y cada una de ellas.
De las ciento once enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, se aprobaron cuarenta y una en su redacción original; de las sesenta enmiendas presentadas por el Grupo Parlamentario Popular, cinco se aprobaron en su redacción original; de las cuarenta y ocho presentadas por el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, trece se aprobaron en su redacción original, y de las treinta y nueve que presentó el Grupo Parlamentario Mixto (Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón), ocho fueron aprobadas.
Con otras cincuenta y cinco enmiendas, se elaboraron treinta y cuatro textos transaccionales, dieciséis fueron retiradas y se han introducido doce correcciones técnicas a propuesta del letrado, que se aprobaron por unanimidad.
Como consecuencia de estos procesos, se han incorporado diez nuevos artículos a la proposición y se ha suprimido uno.
La Comisión de Educación y Cultura del pasado lunes 14 aprobó el dictamen de la ponencia, con la excepción de la disposición derogatoria, y hoy se somete a consideración y votación de esta cámara el dictamen de esta comisión sobre la proposición de ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón.
Quiero agradecer la participación activa y la predisposición a alcanzar acuerdos de los distintos grupos parlamentarios y, en particular, al señor Navarro, en representación del Grupo Parlamentario Popular; a la señora Herrero, en representación del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés; al señor Bernal, en representación del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, y al señor Barrena, de la Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón. Y, por supuesto, el apoyo legal y técnico del letrado señor Tudela.
Nada más, y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Se abre un turno de defensa conjunta de los votos particulares formulados y de las enmiendas mantenidas para su debate en esta sesión plenaria.
En primer lugar, Chunta Aragonesista tiene la palabra para la defensa de sus enmiendas.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Quiero comenzar, señorías, mis palabras con las últimas que pronuncié en la toma en consideración el pasado 8 de octubre. Decía algo así: «Señor Iglesias, señor Franco, entiendan este voto de Chunta Aragonesista —dije— como una mano tendida para que el Aragón plural, el Aragón diverso, el Aragón polifónico sea reconocido en esta cámara y para que las Cortes de Aragón den entrada a ese Aragón, y el Gobierno de Aragón que deba desarrollar esa ley también le dé cabida». Pues, bien, señorías, con esa mano tendida es con la que nosotros creo que hemos afrontado este debate.
Quiero recordar que pese al incumplimiento del Gobierno de Aragón —tengo que recordárselo, señor Iglesias— al respecto, las Cortes de Aragón van a aprobar hoy, con décadas de retraso, una ley de lenguas. Dejaremos de esta manera de ser la única comunidad autónoma con lenguas propias que todavía no las había regulado. Si alguien lo considera un honor, mi grupo parlamentario estará encantado de perder este honor hoy. Y eso —quiero recordarlo—, a pesar de qué una decena de leyes aragonesas (que ya les cité en la toma en consideración), de esas que se aprueban por unanimidad y que son tramitadas por gobiernos de distinto signo: desde el capitaneado por el señor Lanzuela hasta el capitaneado por el señor Iglesias, pero en ambos con participación del partido del señor Biel. Ya les cité algunas de ellas, pero si es necesario refrescaré la memoria con posterioridad. Desde la señalización de carreteras hasta pactos sucesorios, testamentos, capitulaciones matrimoniales, informaciones al consumidor de productos, bienes y servicios, etcétera.
Pues, bien, señorías, la verdad es que el Gobierno, por razones que el Gobierno mantendrá en su..., o que lavará los trapos por dentro, no ha traído esa ley. Finalmente, fue una iniciativa parlamentaria del Grupo Socialista, también capitaneado por el señor Iglesias y por el señor Franco, quien trajo esta proposición de ley.
Y yo creo que la escenificación ha sido la correcta. Me explicaré. Durante tiempos hemos debatido en esta cámara, alguien ha dicho cosas, otro ha dicho otras... Finalmente, cada grupo parlamentario se ha retratado. El Grupo Parlamentario Socialista presentó su texto de ley, y los demás grupos parlamentarios, a través de nuestras enmiendas, hemos fijado qué es lo que queríamos legislar, de qué manera queríamos legislar (los que queríamos legislar) y hemos dado un paso adelante fijando cuáles eran nuestras posiciones.
Pues, bien, señorías, Chunta Aragonesista presentó ciento once enmiendas, de las cuales quedan para este debate veinte, que tienen que ser debatidas todavía y votadas hoy, pero, de entrada, es un número importante el que ha quedado incorporado a través de distintos mecanismos al texto de la ley. ¿Por qué digo esto? Porque esta no es la ley de Chunta Aragonesista. Si hubiera sido la ley de Chunta Aragonesista, habríamos dado algunos pasos más que no se dan en este texto. Pero sin ser la ley de Chunta Aragonesista, señorías, la verdad es que se nos planteaban dos opciones..., bueno, se nos presentaban dos opciones por la composición de la cámara, que es representación de la voluntad de la ciudadanía aragonesa, dos opciones: o bien impedíamos la aprobación de esta ley por insuficiente (opción primera) o bien trabajábamos, como hicimos, para mejorar el texto, como hemos hecho, y para propiciar que saliera adelante, como vamos a hacer; esta es la segunda opción, por la que el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, actuando una vez más con la responsabilidad que le caracteriza, ha optado.
¿Qué es lo que hemos hecho posible? Lo que hemos hecho posible en ponencia, en comisión y espero que vamos a hacer posible en este Pleno, porque tampoco sería, señor presidente, el primer proyecto de ley, proposición de ley o iniciativa parlamentaria en la que hay que parar, a pesar de lo que dice el Reglamento, la votación. Pues, vamos a hacer posible que se reconozca la pluralidad lingüística de Aragón —ya sé que todos lo hemos dicho durante años, unos más de boquilla y otros más de verdad—, que se declare que el aragonés y el catalán son lenguas propias de Aragón y son las otras dos lenguas de Aragón. Vamos a aprobar una ley que garantiza la conservación, la recuperación, el uso normal, la promoción, la enseñanza y la difusión de nuestras lenguas.
No han sido aprobadas las enmiendas de Chunta Aragonesista en las que reclamábamos la declaración expresa, expresa, de la oficialidad. Pero más allá o no de la utilización de ese término, que he comprobado en ponencia que al Grupo Parlamentario Socialista le salía sarpullido por ese término, más allá, yo también tengo que decir, en nombre de mi grupo, que aunque nos hubiera gustado que esta ley tuviera el pedigrí del reconocimiento expreso de la oficialidad, también he de decir que en quienes trabajamos con estos asuntos desde hace años, hay una característica fundamental que define la oficialidad, aquí y en Copenhague y en Pernambuco, que es que un ciudadano o ciudadana pueda dirigirse a una Administración Pública en una lengua y esa Administración se la reconozca y le conteste en la misma lengua. Dicho esto, ¿qué quiero decir? Que queda garantizado ese derecho, que es la seña fundamental, la característica fundamental de una lengua oficial.
De hecho, de hecho, el Justicia de Aragón, estas Cortes de Aragón y en las zonas de utilización histórica predominante (que es un sintagma encontrado primero en la proposición de ley y luego en la ponencia para decir lo que todos queremos decir —reitero—: «zona de utilización histórica predominante»), en esas, los ciudadanos y ciudadanas podrán dirigirse a las Administraciones Públicas (autonómica, municipal o comarcal) ubicadas allí, así como a los organismos y entidades dependientes de las mismas y ser contestados en su lengua.
Gracias a las propuestas de Chunta Aragonesista, el aragonés y el catalán podrán ser usados en los debates y documentos oficiales de las entidades locales de estas zonas, y todas las Administraciones deberán facilitar formularios y textos administrativos en nuestras lenguas. También, gracias al trabajo de nuestro grupo parlamentario, las Administraciones de las zonas o localidades que son receptoras de ciudadanos aragoneses con lengua propia distinta del castellano deberán cumplir, según dice la ley, lo establecido en la ley para las zonas de utilización histórica predominante.
Señorías, la ley garantiza en esas zonas y en aquellas zonas que disponen de centros educativos de referencia para alumnado procedente de estas zonas el derecho a la enseñanza del aragonés y del catalán como materias integrantes del currículo y en todos los niveles y etapas, incluida la universidad.
Además, quiero aclarar que hemos conseguido a través de una enmienda que el profesorado de lenguas propias tenga el mismo régimen jurídico que el de las restantes materias del currículo. Dicho de otra forma, por si alguien se confunde: que no serán como los profesores de religión.
Chunta Aragonesista, señorías, ha conseguido también a través de sus enmiendas que el Gobierno deba fomentar cursos de enseñanza para adultos y asegurar la enseñanza en todo el territorio aragonés de la historia y la cultura de la que son expresión nuestras dos lenguas minoritarias.
Se ha incorporado además un artículo, que luego especificaré, redactado por el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, en el que se proclaman los derechos lingüísticos de los aragoneses y aragonesas y se impone a los poderes públicos la obligación de garantizarlos y de impedir la discriminación por razón de la lengua, pudiendo dirigirse los particulares a los tribunales para ser amparados en sus derechos. Además, los poderes públicos deberán —también por una propuesta de Chunta Aragonesista— arbitrar medidas de información, de dignificación y de difusión sobre nuestras lenguas para que no ocurra lo que está ocurriendo, para que la ciudadanía aragonesa, hasta la más desinformada, pueda enterarse de cuál es la realidad lingüística de Aragón y sea más complicado venderle determinadas burras.
Señorías, también ha sido aportación de Chunta Aragonesista la creación de dos instituciones académicas científicas oficiales aragonesas: la Academia de la Lengua Aragonesa y la Academia Aragonesa del Catalán, que serán las encargadas de establecer las normas referidas al uso correcto de la correspondiente lengua. Se crea, además, como ya venía incluido en la proposición de ley, el Consejo Superior de las Lenguas de Aragón, órgano consultivo del Gobierno que impone a este la obligación de dotarse de un órgano administrativo que deberá poner en funcionamiento, en el plazo de seis meses, para desarrollar la ley. Y deberá contar con personal técnico especializado, con dominio en las lenguas propias de Aragón.
También la ley tendrá efectos visibles en la toponimia, señorías, que, de acuerdo con el texto que venía del Grupo Socialista, será única: la tradicionalmente usada en el territorio. Y corresponderá al Gobierno de Aragón, oído el Consejo Superior y oídas las academias, determinar los nombres oficiales de los territorios, de los núcleos de población y de las vías interurbanas.
También en la ley se contempla, señorías, algo que me parece un acto de justicia, a través de una enmienda de Chunta Aragonesista: que se reconozca el trabajo que durante décadas han venido desarrollando las asociaciones dedicadas a la investigación, difusión, enseñanza y dignificación de las lenguas propias de Aragón. Gracias a nuestras aportaciones, las Administraciones Públicas deberán apoyar a esas asociaciones, por ley, y fomentar la suscripción con las mismas de convenios de colaboración estables...
El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, le ruego que concluya, por favor.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Voy terminando, señor presidente.
... así como tenerlas en cuenta en el planteamiento de la política lingüística.
También hemos incluido, como anuncié en la toma en consideración con nuestras enmiendas, determinadas cuestiones fundamentales previstas en la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias suscrita por el Gobierno del señor Aznar en febrero del año 2001. Se garantiza de esa forma también la normalización del uso del aragonés y del catalán en la vida económica y social, tanto en la normativa como en los documentos de las empresas, en los instrumentos notariales (aspecto importante) y, muy especialmente, en los medios de comunicación: la radio y las televisiones públicas deberán emitir de manera regular programas en aragonés y catalán y fomentar artículos de prensa, producciones audiovisuales de esas lenguas o apoyar la formación de los periodistas.
También —y acabo con las propuestas de Chunta Aragonesista— se han incluido..., se ha mejorado la regulación que establecía la proposición de ley en relación con la antroponimia (nombres y apellidos), con la conservación del patrimonio lingüístico aragonés o con la promoción cultural.
Finalmente, en lo que se refiere a la aplicación práctica, con nuestras enmiendas hemos logrado que se reduzca el plazo, los plazos de entrada en vigor de la ley (de tres meses, según la proposición de ley, a un mes), que se rebaje de cuatro a tres años el plazo máximo para que las Administraciones Públicas cumplan las obligaciones previstas en la ley, o para que la enseñanza de nuestras lenguas inicie su implantación no como se preveía en el texto, en el plazo de cuatro años, sino al comienzo del curso 2011-2012.
Señorías, ¿qué es lo que no hemos conseguido y por lo que mantenemos todavía veinte enmiendas? No hemos conseguido, como he adelantado, que se declare la oficialidad. No hemos conseguido que se fijaran mejor y se especificaran las zonas de transición. No hemos conseguido que las asociaciones y entidades formen parte del Consejo Superior de las Lenguas de Aragón. Y no hemos conseguido que en el uso curricular se especifique de una manera más clara la enseñanza, el uso curricular y la enseñanza del profesorado en estas lenguas. Además, han quedado fuera de la aprobación hasta el presente momento de nuestros planteamientos en relación con la Administración de Justicia, con los registros públicos y con algunos aspectos de la toponimia.
El señor PRESIDENTE: Debe concluir, señor diputado.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Acabo ya, acabo, señor presidente.
Señorías, el texto de la ley ha mejorado decisivamente, muy decisivamente. La ley de lenguas que hoy debatimos, ya he dicho que no es la que Chunta Aragonesista hubiera redactado, sino la de las ciento once enmiendas, pero no me cabe ninguna duda —y a mi grupo parlamentario no le cabe ninguna duda— de que supone un punto de partida imprescindible, imprescindible hacia la normalización, hacia la tolerancia y el reconocimiento de gentes de Aragón que tienen lenguas maternas distintas del castellano, y, desde luego, es un paso decisivo hacia el futuro, hacia la oficialidad del aragonés y del catalán.
Chunta Aragonesista va a hacer posible hoy, señorías, que dispongamos de una ley que no representa nuestro objetivo final, pero que supone un antes, un antes de varias décadas, y un después de la puerta que se abre a partir de hoy de reconocimiento hacia las comunidades lingüísticas del aragonés y el catalán, y, sobre todo, señorías, un acto de justicia de este parlamento para el conjunto de ciudadanas y ciudadanos aragoneses que hablan aragonés y catalán, cuyos derechos lingüísticos comienzan hoy a reconocerse y a garantizarse de verdad.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
El señor Navarro defenderá, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, los votos particulares y enmiendas que ha mantenido para el debate de esta sesión plenaria.
Tiene la palabra, señor Navarro.
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Gracias, señor presidente.
Me parece, señor Bernal, que yo no voy a presentar una visión tan idílica de este proyecto de ley que hoy sometemos a votación.
Sí que, ante una grada tan nutrida, quiero aprovechar, pues, para saludar a la numerosa representación de alcaldes de las zonas de uso de distintas modalidades lingüísticas habladas en Aragón.
Bien, con la aprobación de la ley de uso, de protección y promoción de las lenguas propias de Aragón, más conocida como «ley de lenguas», presentada por el Grupo Parlamentario Socialista en estas Cortes y que ya debatimos su toma en consideración el pasado día 8 de octubre con el voto en contra del Partido Popular, me gustaría puntualizar distintos aspectos de la misma.
Quería destacar lo siguiente: en primer lugar, su celeridad en la tramitación. Con esta ley, han pretendido que se tramite sigilosamente —casi podría decir a hurtadillas—, haciendo que pase desapercibido el contenido de esta ley por parte del pueblo aragonés como también su aprobación. De forma irracional se le negó una segunda prórroga a mi grupo parlamentario en la presentación de enmiendas, como también la sustanciación de dichas enmiendas en ponencia se ha querido zanjar en tiempo récord. De hecho, el calendario que se ha impulsado para la tramitación ha roto toda la lógica parlamentaria de debate, consenso y mesura que requiere una ley tan trascendente como esta y que, por pura lógica, ha podido dar lugar a algún que otro error.
Señorías, la mayoría de aragoneses pueden pensar que esta ley no les afecta para nada y que solo tiene aplicación en aquellos territorios que hablan distintas modalidades lingüísticas. Nada más lejos de la realidad, porque esta ley no solo afecta a los que tendrían que ser los verdaderos destinatarios de esta normativa, sino que afecta a todo el conjunto de Aragón, donde, de forma encubierta, plantea por un lado y por otro que, paso a paso, se extienda entre la población como una mancha de aceite el uso del catalán en Aragón. [Rumores.]
Un ejemplo evidente de esto se recoge... [Aplausos.] Un ejemplo de esto se reconoce en las zonas de transición-recepción, así como en la consideración de zona hablante cuando así se solicite. Por ello, es una ley que no nos tiene que dejar indiferentes a nadie: ni a los castellanohablantes como tampoco a los aragoneses de los territorios implicados (Alto Aragón y Aragón Oriental), porque atenta flagrantemente a lo que es su verdadero patrimonio lingüístico, que no es otra cosa que las verdaderas modalidades lingüísticas que se vienen utilizando de forma cotidiana.
Desde el Partido Popular de Aragón se ha considerado que, ante el despropósito del texto presentado y las repercusiones futuras que pueda representar al conjunto de Aragón su aprobación, tenemos la obligación de darle la máxima divulgación para que la mayor parte de los aragoneses conozcan en qué les puede afectar su aprobación. Y les puedo garantizar que a medida que la opinión pública ha ido conociendo el contenido de la misma, más rechazo está produciendo entre el pueblo aragonés, cuestión de la que ustedes han privado al pueblo aragonés y que les debería hacer recapacitar.
Podrán presumir de haber creado una Dirección General de Participación Ciudadana. Y mi pregunta sería: ¿para qué sirve esta dirección general si la tramitación de esta ley la estamos haciendo a espaldas de los aragoneses? [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] Por ello, con la campaña impulsada por el Partido Popular y que iniciamos hace unos días, entre otros aspectos, pretendemos que los aragoneses conozcan de primera mano la realidad y las múltiples trampas que esconde este proyecto de ley.
Como dije en mi intervención en la toma en consideración de este proyecto de ley, parece ser, señor Iglesias, que le corre prisa dejar su visión particular de este proyecto de ley de lenguas antes de despedirse como presidente del Gobierno de Aragón.
Señor Iglesias, nos da una lección, esta mañana nos ha dado una lección de consenso en la Confederación de Presidentes —aplíquese el cuento—. Toda la fuerza de diálogo que usted hace, señor Iglesias, con el señor Montilla, por ejemplo, para difundir y respetar el catalán en Aragón la podía hacer también para que se respetase el castellano, por ejemplo, en Cataluña. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] Como también todo el empeño particular que ha impulsado en defender el catalán como lengua propia de Aragón lo podía hacer en defensa de los bienes aragoneses usurpados por Cataluña, la dignidad del Archivo de la Corona de Aragón [aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular], la tergiversación de la historia que Cataluña está haciendo de la historia de Aragón y, por qué no decirlo, de la travesía central del Pirineo y tantas y tantas otras cuestiones que afectan a la dignidad del pueblo aragonés.
Tanto en la elaboración del proyecto de ley como en la forma de tramitarlo, así como en la fase de ponencia, ha habido falta de consenso. En la fase, por ejemplo, de redacción del proyecto de ley, intentó un acuerdo con su socio de gobierno, pero no lo pudo alcanzar, y ello les impulsó a tramitarlo en solitario como proposición de ley. Como también me podrán decir que en la fase de ponencia, en los primeros instantes, intentaron llegar a acuerdos con el PAR, pero les resultó imposible. Pronto se olvidaron de sus socios de gobierno, con lo que ello conlleva, y ante la imperiosa necesidad de sacar el proyecto de ley al precio que fuese, se entregaron en cuerpo y alma en brazos de Chunta Aragonesista.
Un proyecto de ley, señor Iglesias, que no contenta a casi nadie: ni a su socio de gobierno, ni a parte o a una gran parte de la oposición. Y más grave aún: ni a una gran parte de los municipios o de los habitantes de los municipios aragoneses a los que supuestamente va dirigida esta ley.
Podrán estar satisfechos, podrán hasta brindar, al haber conseguido aprobar esta ley de lenguas, como así se ratificará al final de la votación. Pero no deja de ser un fracaso de ustedes, del Partido Socialista, que una ley tan trascendental como esta sea aprobada por un margen de votos tan exiguo. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] Y esa falta de consenso, aplicable a cualquier ley, puede suponer que su recorrido sea muy corto en el tiempo y, quizás, le auguro dieciocho meses. [Rumores y aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
Decir que mi grupo presentó sesenta enmiendas a este proyecto de ley, de las cuales ocho han sido aprobadas en trámite de ponencia y comisión, cuarenta y nueve fueron rechazadas y tres fueron retiradas.
En cuanto a los votos particulares que mi grupo tratará de defender, decir que resulta paradójico, más bien curioso, que un grupo parlamentario que está en contra de la mayoría del articulado del proyecto de ley tenga que defender, según el artículo 126 de nuestro Reglamento, el texto final de este proyecto de ley. Pero, lógicamente, ante la impronta que Chunta ha liderado con este proyecto de ley, pues, es justo que desde aquí intentemos defender ese texto original.
Con respecto al artículo 2, decir que quizás sea uno de los artículos más polémicos de esta ley, donde nos dice que «el aragonés y el catalán son lenguas propias, originales e históricas de nuestra comunidad autónoma». Afirmar esto, señor Iglesias, supone eliminar las que realmente son las lenguas propias de Aragón, que no son otras más que las distintas modalidades habladas en los distintos municipios de nuestro territorio. Es más, esta elección de definición de lenguas propias entra en competencia con el propio Estatuto, cuyo artículo 7 nos habla de «lenguas y modalidades lingüísticas propias».
Al definir como lenguas y modalidades propias el catalán y el aragonés, considero que estamos traspasando la línea roja de lo permitido por el propio Estatuto. De hecho, si esa hubiera sido la intención de los ponentes del propio Estatuto, ya hubieran venido definidas como tales, como aragonés y catalán, en el propio Estatuto de Autonomía. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] Y le recuerdo, señor Bernal, una vez más, que ustedes mismos, su grupo, no aceptó precisamente el Estatuto al no contener la oficialidad del catalán y del aragonés. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
Por ello, mi grupo mantiene las enmiendas 12, 18 y 21, y en este caso, sí que quiero hacer referencia a la enmienda número 18, donde el Partido Popular definía como lenguas propias, como lenguas propias, las modalidades lingüísticas locales habladas en el Aragón Oriental y en el Alto Aragón, es decir, todas aquellas lenguas habladas en Aragón.
Con respecto a los artículos 2 bis y 2 ter, que nos hablan de los derechos lingüísticos y la dignificación de las lenguas propias, cuando estamos hablando como lenguas propias del aragonés y del catalán, difícilmente podemos hablar de la dignificación del catalán cuando, como todas sus señorías saben, el catalán está suficientemente dignificado por el impulso y la promoción que se está haciendo desde la Generalitat de Cataluña.
Con respecto al artículo 5, artículo del que se quejaba el señor Bernal porque para él quedaba insuficiente, a mi grupo le resulta altamente preocupante, y nos resulta preocupante el invento de las zonas denominadas «de recepción-transición», es decir, municipios castellanohablantes que por el hecho de ser receptores de ciudadanos aragoneses con una lengua propia distinta al castellano tendrán los mismos derechos y las mismas obligaciones que si estuviéramos hablando de las zonas de utilización de las lenguas propias. Y mi pregunta sería —que es lo que decía el señor Bernal que habrá que regular—: ¿dónde se establece el límite de la declaración de las zonas de recepción-transición? ¿Zaragoza, en Alcañiz, en Caspe o en Tauste?
Como también resulta muy preocupante, muy preocupante, el artículo 5 bis.1, donde dice: «Se entiende por zonas de utilización histórica predominante aquellas en las que son o han sido usados sistemas lingüísticos». ¿Qué hacemos, nos remontamos a la historia y lo que se hablaba hace trescientos años lo vamos a recuperar como territorio o zona histórica predominante? Porque así ya podemos incluir todo Aragón.
Por esa razón, aquí...
El señor PRESIDENTE: Señor..., señor diputado. Señor diputado, concluya, por favor. [Rumores.]
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Otro artículo preocupante, que es el artículo 6, que habla de las zonas de utilización de las lenguas propias, que también puede suponer una afección importante, puesto que va a ser el Consejo Superior de las Lenguas de Aragón el que determine qué municipios son los que están incluidos dentro de esa zona histórica predominante, incluso a espaldas de los propios ayuntamientos.
Con respecto a los artículos 12 y 12 bis, que nos hablan de las academias de las lenguas aragonesas y de las normas lingüísticas de las lenguas propias de Aragón, decir que resultará absurdo totalmente que planteemos una academia de la lengua, por ejemplo, catalana, cuando todos ustedes saben que el catalán está suficientemente normalizado. Es más, considero que incluso la propia Generalitat de Cataluña tampoco acepte que haya normalizaciones perversas por parte de nadie.
Con respecto al artículo 20... [Rumores.]
El señor PRESIDENTE: Señor Navarro, por favor, le ruego que concluya.
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Acabo enseguida.
Con respecto al artículo 20, del profesorado, nos preocupa realmente...
El señor PRESIDENTE: Espero, señorías, que no me obliguen a llamarle la atención particularizadamente a ningún diputado que está empezando a transgredir determinados límites, y estoy siendo muy paciente.
Continúe, por favor.
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Bueno, como veo que mi tiempo se agota, voy a hacer referencia a tres artículos que creo que son preocupantes para mi grupo, que entiende mi grupo que son preocupantes. Uno de ellos se refiere al tema del profesorado, donde entendemos que, tal y como está redactada la ley, se pueden valorar como concurso de méritos los conocimientos tanto de catalán como aragonés, y que, lógicamente, habrá que reconocer esos méritos, y esos méritos solo vendrán, pues, importando personal de comunidades autónomas vecinas.
Con respecto al artículo 21, de relaciones de las Administraciones con los ciudadanos, todos sabemos la repercusión económica que puede tener. Se está reconociendo aquí una cooficialidad encubierta, además de que se incluyen las zonas de recepción-transición.
Y ya con el artículo 25, de la toponimia —aquí tenemos la representación de muchos alcaldes—, algunos podrán estar a favor, pero otros podrán estar en contra, porque el artículo 25, donde nos dice que «la toponimia será única», quiere decir que será el Consejo Superior de las Lenguas de Aragón el que proponga al Gobierno de Aragón cómo se van a llamar a partir de ahora estos municipios. Aquí, por ejemplo, está el alcalde de Valderrobres y, posiblemente, puede perder su toponimia para definirse como «Valderoures». Y, lógicamente, me imagino, me imagino, que muchos habitantes de esa población, pues, no estarán de acuerdo con la pérdida de su denominación original. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
Señor presidente del Gobierno de Aragón, el Partido Popular dejó ayer expresamente en el Registro del Gobierno de Aragón más de cuarenta y tres mil seiscientas firmas, recogidas en tan solo quince días, que han manifestado que no están de acuerdo con esta ley de lenguas, ¿vale? Son cuarenta y tres mil aragoneses que han expresado —ya digo— su rechazo a esta ley. Como presidente de los aragoneses debería usted ser más sensible a lo que dicen los ciudadanos, a lo que dicen los ciudadanos aragoneses, porque son muchos los que en su día confiaron en usted y que con esta ley se han visto traicionados.
Como muestra de ese rechazo, permita que mi secretaria general, la secretaria general del Partido Popular de Aragón, le haga entrega de un documento que simboliza la entrega en el registro de estos cuarenta y tres mil aragoneses. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular, mientras la diputada señora Plantagenet-Whyte-Pérez hace entrega al señor presidente del Gobierno del documento mencionado.]
El señor PRESIDENTE: Es el turno ahora de la Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón (Grupo Parlamentario Mixto).
Señor Barrena, tiene usted la palabra
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Yo también saludo a quienes nos acompañan en esta sesión.
Señorías, voy a defender las enmiendas y votos particulares que mi grupo mantiene a esta ley que vamos a votar luego, enmiendas y votos particulares que buscan, única y exclusivamente, recuperar el nivel de acuerdo y coherencia necesario para conseguir que las lenguas propias de Aragón dejen de estar en el limbo —el limbo, que es donde están hasta ahora—. ¿Para qué? Para que Aragón cumpla su Estatuto de Autonomía, por una parte, y para que la ciudadanía aragonesa que habla aragonés y catalán tenga reconocidos sus derechos. Derechos que recoge la Constitución, que establece nuestro Estatuto y que no están siendo reconocidos y que tampoco, con esta ley que vamos a votar, si es que al final acaba así, van a tener.
Pretenden recuperar también —se lo recuerdo, señorías, porque les pediré que me expliquen por qué han cambiado de posición— lo que acordamos en el año 1997, en un dictamen, en esta cámara, que costó más de dos años, que reunió a muchas personalidades y que nos sirvieron para acordar un dictamen que se incorporó a partir del noventa y ocho a leyes que salían de esta cámara, aunque entonces había un gobierno PP-PAR, y que como gobernaba, tenía mayoría en esta cámara. Y les estoy hablando de la Ley del Patrimonio Cultural, les estoy hablando de la Ley de Carreteras, les estoy hablando de las directrices generales de ordenación del territorio... Eran respetuosas estas normas con el dictamen que en esta Cámara salió apoyado por cuatro grupos parlamentarios y que, incluso, el grupo que expresó un voto particular y, por lo tanto, su desacuerdo, acató. Esta ley que vamos a votar, si acaba así, no respeta aquello.
Estamos en el parlamento, señorías, sede del poder legislativo —creo que lo saben muy bien—, y aquí tenemos que legislar. Y legislar, creo que entre sus competencias tiene, sus obligaciones —yo, al menos, así lo defiendo y me lo creo—, es para garantizar derechos y libertades, derechos y libertades. Y entiendo que una ley que se llama «de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón», esta ley, como todas las que salgan de esta cámara, tiene que ser la mejor ley. No pido la perfección, no llego ahí, pero tiene que ser la mejor ley, y como mínimo, debe garantizar derechos de ciudadanos y ciudadanas, y en este caso estamos hablando de ciudadanos y ciudadanas de Aragón que hablan el aragonés y el catalán, con sus diferentes modalidades. Si no cambia nada —por eso estoy defendiendo enmiendas y votos particulares, intentándolo hasta el final—, no saldrá una buena ley. Porque un derecho —y estamos hablando de derechos— no puede ser nunca objeto de voluntariedad, señorías, ¡nunca! Y, lamentablemente, esta ley, si acaba así, deja demasiadas cosas al albur de la voluntariedad, o del ciudadano o ciudadana, o de la Administración, o del ayuntamiento, o del Gobierno. Demasiadas cosas van a quedar para que alguien las interprete. No es una buena ley, señorías, como acabe así.
Claro, es el resultado de los avatares que vivimos. ¿Se acuerda nuestro Gobierno —el suyo, que preside, señor Iglesias— de que la medida número ochenta y nueve, de las cien con las que iban a gobernar Aragón, hablaba de traer una ley de lenguas? No la han traído. Claro, tiene que venir de la mano de uno de los grupos que apoyan al Gobierno, pero no viene del Gobierno.
Una vez aquí, se toma en consideración, saben ustedes que con el voto de la izquierda. La derecha no la quiere, y es verdad que el PAR se abstiene, pero la derecha dice claramente que no la quiere; vota en contra, incluso, de la toma en consideración.
Luego. se inician los trabajos en la ponencia... Bueno, y aquí hemos llegado. Izquierda Unida entra en esa ponencia —lo dije aquí, en esta tribuna— para apostar por una ley de derechos, no por una ley timorata, no por una ley cobarde, no por una ley acomodaticia. Pues, fíjense, entramos en la ponencia con treinta y nueve enmiendas, treinta y nueve desacuerdos con el texto que había presentado el Partido Socialista, y en este momento, tenemos cuarenta y un votos particulares y veintiuna enmiendas. Fíjense lo que han conseguido de las aportaciones de Izquierda Unida en el trabajo de la ponencia.
Si ya era la ley justita, excuso decirles lo que desde nuestro punto de vista es ahora. No es una ley de derechos, señorías, por mucho que se empeñen. El dictamen del noventa y siete optaba por, primero, derecho de aprendizaje «de» y «en» las lenguas propias, «de» y «en» las lenguas propias —recuerden que siempre hablo en las zonas donde se hablan—. Pero, al final, si esto se aprueba así, fíjense lo que pasará, fíjense: será voluntario el aprendizaje de las lenguas propias de Aragón en los centros educativos a los que llegue lo que el Gobierno que toque considere oferta adecuada. Excuso decirles como gobiernen al final quienes reniegan del catalán cuál va a ser la oferta adecuada. Bueno.
¿Se dan cuenta, por otra parte, de que si la ley acaba así lo que va a pasar es que en las zonas de Aragón en las que históricamente se habla aragonés o catalán será voluntario el aprendizaje de las lenguas maternas, mientras que otras lenguas, como el inglés o el francés, que estoy totalmente de acuerdo en que se apruebe, se estudien? Pero miren, ¿esas serán obligatorias? Y el aragonés y el catalán, no, voluntarias. ¡Como la religión, señor Bernal, que no hablaba del profesorado! Hablaba del aprendizaje de las lenguas del aragonés y del catalán, que queda exactamente igual que el de la religión: voluntario, el que quiera va y el que no, no.
La cooficialidad de la que hablaba el dictamen, señorías, la cooficialidad de la que hablaba el dictamen, se convierte en que a partir de ahora la ciudadanía podrá dirigirse a las Administraciones Públicas en su lengua materna, ¡pero siempre deberá hacerlo como marca la ley! Y esta ley, si acaba así, solo declara oficial el castellano, solo. Y el «podrán», bueno, pues, ya saben ustedes, ya veremos, ¡ya veremos!
Antes hablaba de que si el alcalde de Valderrobres podrá encontrarse con que su topónimo cambia. Y si luego cambia el ayuntamiento, otra vez más cambiará, porque como la ley dice que se lo podrá plantear cada ayuntamiento... Mejor todavía.
Por cierto, hablando de topónimos. La Ley de Carreteras, en función del dictamen, establece que será una señalización bilingüe. Bueno, con esta ley ya no es bilingüe: solo hay una, la oficial, la que se decida. ¿Quién? Ya veremos. Otro retroceso con relación a lo que ya teníamos.
Primera pregunta que les hago: cooficialidad y enseñanza obligatoria en los territorios de habla de las lenguas propias. ¿Qué ha pasado para que cambien de posición? ¡Yo creo que eso es lo que tienen que explicar! Nosotros no hemos cambiado, ¿eh? Estábamos allí, seguimos aquí, lo dijimos el día de la toma en consideración y eso es lo que hemos estado manteniendo hasta ahora.
¿Se tiene o no se tiene cooficialidad, señorías? Antes hablaban de un artículo. Yo he leído hoy en un artículo que «se tiene la cooficialidad de facto«. Bueno, «facto» es una locución latina, quiere decir «de hecho», pero sin reconocimiento jurídico. Es lo opuesto a «de iure», que sí que quiere decir con valor jurídico y reconocimiento. Por lo tanto, digamos lo que de verdad tiene esta ley: no tiene la cooficialidad.
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor, señor diputado.
El señor diputado BARRENA SALCES: Sí, señor presidente. Ya acabo.
Tampoco puede decirse, como hacen esas pegatinas que llevan ustedes, que está imponiéndose al pueblo aragonés nada. ¡Ni aunque saliera la cooficialidad, señorías! ¡Ni aunque saliera la cooficialidad! Que no va a salir. Me parece bien. A mí no me gustan cosas de ustedes y tampoco digo nada.
A partir de ahí, no podemos estar intentando hacerle creer a la gente que la «mancha de aceite», señor Navarro, llega hasta la plaza del Pilar. ¡Que no se llamará la Moreneta, nunca, que no se preocupe! ¡Que se llamará plaza del Pilar, siempre! ¡No se preocupe, que no vamos a llegar a ese nivel!
Y, además, ¿saben lo que están haciendo? Hacerles el juego... [Rumores.] Sí, sí, claro, dicen ustedes que es una ley tan radical que se lo están creyendo. Le están diciendo a la gente: ¡fíjense si es buena que no le gusta al Partido Popular! Bueno, pues, tampoco le gusta a Izquierda Unida, aunque por motivos total y absolutamente distintos.
Me queda una última cuestión, señor presidente.
No sé qué va a pasar con el voto particular del Partido Socialista a la disposición derogatoria que elimina otra de las cosas que ya teníamos conseguidas: la cooficialidad del aragonés y el catalán. Pero hay una enmienda de Izquierda Unida a esa disposición derogatoria que, si acaso saliera aprobado ese voto particular, mi enmienda volvería a tener que ser defendida. Como sé que no puede cortarse una votación, pues, la defiendo ya. Por si acaso sale aprobada...
El señor PRESIDENTE: Pero sea consciente de que le he llamado a finalizar su intervención, por favor. Termine rápidamente.
El señor diputado BARRENA SALCES: Ya acabo, señor presidente.
Lo digo porque si eso pasa, es que alguien cambiará de voto. Y una de dos: o el Partido Popular o el Partido Aragonés cambiará de voto. Pues, ¡también tendrán que explicar por qué hace una semana era una cosa y ahora es otra! Pero por si acaso cambian de voto y les hacen otra vez la faena, para que se quede fuera también la cooficialidad, yo vuelvo a defender mi enmienda, que pide que respeten lo que ya estaba aprobado en la Ley de Patrimonio Cultural, que es dejar la puerta abierta a la cooficialidad. Al menos, no cierren esa también, por favor, señorías.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Turno ahora del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés. La señora Herrero defenderá sus votos particulares y enmiendas. Tiene la palabra.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.
Voy a empezar leyendo unas palabras que Pedro IV escribió en 1372 por carta real. Le pasaré la transcripción, señor presidente, para que conste en las actas. Decía: «Que ha de entregar al seu procurador el llibre Suma de las Historias traduit al aragonés, que fará també treslladar les croniques dels Reys d’Aragó predecessors seus y que li enviará la copia, para qu’l faci continuar en la gran crónica d’Espanya y per ultim que li envie el llibre que li va a deixar el Rey de Franca para ferlo aixi mateix traduit a l’aragonés».
¿Saben, señorías, a qué lengua se refiere Pedro IV, rey de la Corona de Aragón, cuando dice «el aragonés»? A lo que ustedes llaman en esta ley «catalán». Como ya dijo a principios del siglo XIX Jerónimo Borao, la lengua de la cancillería del Reino y la Corona de Aragón fue el aragonés, procedente del lemosí, la lengua de los trovadores provenzales, que ustedes, siguiendo la estela de la renaixença y de todo el catalanismo posterior llaman «catalán», pero que nosotros, como Antonio Beltrán, en su libro Aragón y los aragoneses, escrito en 1995, llamamos «aragonés».
Como en los valles del Pirineo se mantiene viva desde hace siglos otra lengua propia, nuestra, que conocemos como «aragonés», para nosotros, para el Partido Aragonés, la lengua a la que se refería Pedro IV es el aragonés oriental, dado que, en sus distintas modalidades, se habla en la zona este de nuestra comunidad.
Yo les preguntaría: ¿se sienten orgullosos, señorías? ¿Se sienten satisfechos de sacar adelante una ley de lenguas que no refleja la realidad ni el sentir del pueblo aragonés? Miren el Atlas lingüístico y etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja de 1991 y verán que de todos los hablantes de la zona oriental encuestados, ni uno solo dice que hable catalán. Y algo muy similar se recoge en el estudio sociolingüístico que realizó la Universidad de Zaragoza en 1995 por encargo del Gobierno de Aragón.
Supongo que son conscientes —y, si no, ya se lo digo yo— de que muchos, de que gran parte de los aragoneses no se van a identificar con esta ley, pese a que puede cambiarles su vida diaria más de lo que se imaginan. Por eso mismo, nos parece extremadamente grave que se apruebe esta ley con estas Cortes divididas en dos mitades, porque eso asegura que, muy probablemente, la sociedad también se va a fracturar.
Todos sabemos que esta ley desarrolla el artículo 7 del Estatuto de Autonomía —o debería—; esa debe ser la referencia básica, porque es «la constitución» de los aragoneses y una Ley Orgánica aprobada en 2007. Sin embargo, este texto que van a votar va mucho más lejos de lo que dicta el Estatuto de Autonomía. Les diré por qué.
Dice en el punto uno que «las lenguas y sus modalidades son un valor de respeto, convivencia y entendimiento». Con esta ley están consiguiendo que sea todo lo contrario. En su punto 2, circunscriben las políticas, las posibles políticas de apoyo y desarrollo de las lenguas minoritarias a las zonas de uso predominante que se establecerán en el futuro —dice el Estatuto—. Señorías, la ley que hoy pretenden aprobar no respeta este principio. No repitan, por activa y por pasiva, que esta ley se basa en el principio de territorialidad, porque esa afirmación es, en el mejor de los casos, una verdad a medias, y no la pura verdad. Y si quieren, les leo uno por uno los artículos en los que esto queda patente.
Para empezar, y como mero ejemplo y clarificador, el apartado primero del artículo 5 bis, que ya han leído y que repito: «Zonas de utilización histórica predominante» —dice—, y las define: «a los efectos de la presente ley, se entiende... —una enmienda de Chunta Aragonesista—, por zonas de utilización histórica predominante aquellas en las que son o han sido usados sistemas lingüísticos de alcance local o comarcal con rasgos o características de carácter predominantemente del aragonés o del catalán». ¿En qué punto colocamos la historia? ¿Que han sido o son? En el pasado, según donde la coloquemos, y en el presente, es decir... Si entonces, en Zaragoza, llega a haber cuatrocientas personas que consideren que hablan la lengua que sea, por tanto, Zaragoza es zona de utilización histórica predominante, según este artículo (el punto 1 del 5 bis).
El artículo 7 del Estatuto de Autonomía se refiere a las lenguas propias de Aragón como las lenguas minoritarias. En ningún caso cita como lengua propia al castellano. Ustedes han usado el castellano en esta ley de la forma que les interesaba, pero obviando el Estatuto. Eso sí, con llamativas incoherencias posteriores.
Más que desarrollar el artículo 7 del Estatuto, este texto parece derivar del dictamen de 1997 o de la Ley de Patrimonio de 1999. ¿Por qué es así? Porque los cuatro votos que van a hacer posible su aprobación han exigido eso. El absurdo, evidentemente, era creer que se podía desarrollar el Estatuto de Autonomía sin sobrepasarlo haciendo pivotar esta ley sobre las tesis de un partido que no apoyó el Estatuto y que, fundamentalmente, no lo apoyó por ese artículo 7, porque le resultó poco ambicioso.
Es necesario dejar claro que de nuestras cuarenta y ocho enmiendas se han aceptado diecinueve. Hemos retirado cuatro. Básicamente, y por aclarar las cosas, las que se han admitido —por si a alguien le parece no sé si muchas o pocas— han sido algunas relativas a la introducción de los términos «modalidades lingüísticas» a lo largo del articulado. El artículo 2 bis, el artículo 2 bis, que es nuestro, sobre la posibilidad de que los ayuntamientos propongan la denominación de su modalidad y la inclusión en la enseñanza de la referencia a las modalidades, así como el impulso de la edición de materiales didácticos desde Aragón. Nada más, ni más ni menos.
Por tanto, parece evidente que este texto tiene poco que ver con nosotros. De hecho, la forma en que se ha tramitado esta proposición de ley nos da total libertad para dejar claro que esta no es, ni de lejos, nuestra ley.
A partir de ahí, defiendo someramente las veinticinco enmiendas que mantenemos vivas y los veintiséis votos particulares, sin entrar en pormenores, dada la limitación temporal, y que ya he dejado entrever cuál es nuestra posición sobre la proposición.
En cuanto a la denominación, piedra angular de esta ley, mantenemos nuestras enmiendas con el objetivo de que la lengua de la zona oriental se denomine «aragonés oriental» o, alternativamente, que no se denominen las lenguas y que hablemos de forma genérica de «lenguas y modalidades propias aragonesas». Lejos de aceptarse nuestras enmiendas ni ofrecernos transacción alguna, si antes aparecía tres veces el término «catalán», ahora aparece una «decena», por si había alguna duda.
Siguen vivas nuestras enmiendas destinadas a crear una academia de las lenguas aragonesas, una academia que podría organizarse en dos secciones, por ejemplo, y que sería la autoridad lingüística encargada de elaborar las reglas de uso de nuestras lenguas, las de Aragón, con y en sus diversas modalidades.
Las enmiendas de mi grupo respecto de las Administraciones e instituciones tratan de dar cumplimiento al Estatuto, estableciendo, sin lugar a dudas, cómo y dónde podrían utilizarse las lenguas propias. El primitivo texto era, a nuestro juicio, ambiguo y dejaba las puertas abiertas a interpretaciones mucho más ambiciosas de lo que plantea el Estatuto de Autonomía —por algo lo han apoyado; han apoyado, quiero decir, este texto—. La actual redacción complica todavía más las cosas, supera los planteamientos iniciales con creces y multiplica los gastos de aplicación.
Mantenemos nuestros votos particulares a todas las modificaciones relativas a los plazos de aprobación, desarrollo y puesta en marcha de la ley y sus consecuencias. No compartimos esta ley; por tanto, difícilmente podemos querer que se acelere su implementación.
En cuanto a la disposición derogatoria, a la que se mantiene un voto particular del Partido Socialista para evitar su desaparición, y con el interrogante de no saber si prosperará o no, mantenemos una enmienda (la 217) que resurgiría en función del resultado y que pretende derogar el artículo 4 de la Ley de Patrimonio, además de la disposición adicional.
¡Atención, señorías! El Partido Aragonés, consecuentemente con su enmienda presentada y viva a la hora de votar el dictamen en la pasada comisión, votó en contra de la disposición derogatoria, porque tenemos una enmienda y el grupo proponente no nos la había aceptado. Le invito de nuevo al grupo proponente, ya que su coyuntural socio lingüístico le falló en esto —es que hay socios y socios—, a que admita nuestra enmienda, y cuenta para ello con nuestro apoyo para que prospere su voto particular.
Ahora bien, señorías, cierta incongruencia tienen: ¿cómo proponen derogar la disposición adicional de la Ley de Patrimonio y, al mismo tiempo —otra de tantas concesiones a su nuevo y coyuntural socio lingüístico—, aceptan una enmienda para incluir en la exposición de motivos tal disposición que habla de que se regulará la cooficialidad?
Quisiera albergar la esperanza de que contásemos con los apoyos suficientes para sacar adelante nuestras enmiendas, pero soy consciente de las pocas posibilidades de éxito de tal ilusión.
Del texto que propuso el Partido Socialista al que hoy van a votar sus señorías hay enormes diferencias, que empeoran notablemente la proposición de ley. El ochenta por cien de las enmiendas presentadas por Chunta Aragonesista —78%— han sido admitidas. Solamente con escuchar la intervención de Chunta Aragonesista, en este punto podría decir que nuestra satisfacción es inversamente proporcional a la de Chunta Aragonesista. Y cabe decir que tres cuartas partes de la ley recogen las posiciones de Chunta, bastante diferentes a las nuestras.
Es más, Chunta ha renunciado a la cooficialidad explícita, pero varios de los artículos incluidos a iniciativa suya parecen más bien propios de políticas de cooficialidad y, en cualquier caso, la rozan. Y ha quedado claro en la intervención del señor Bernal.
Les recuerdo que en la toma en consideración de esta proposición, el PAR se abstuvo por no compartir la literalidad del texto, y les tendimos una mano para conseguir, a través de nuestras constructivas enmiendas, una ley mejor, una ley de todos, una ley moderada, una ley de consenso. Como no ha sido así, como este texto ha salido de la ponencia y aprobado en la comisión y se aleja del artículo 7 del Estatuto, nuestra posición es claramente contraria a lo que va a ser esta ley.
Para nosotros, no es una ley de protección y promoción en las zonas de uso predominante, sino también de expansión a medio plazo de las lenguas minoritarias de Aragón (artículo 2 ter, que reconoce los derechos lingüísticos a los ciudadanos y ciudadanas de Aragón, no a los de las zonas; el 5 bis, que ya he dicho que habla de la definición de las zonas de utilización predominante; el 16 bis, de la vida económica y social, o el 19 bis, como meros ejemplos, en el que habla de la educación de adultos y permanente, en la que, principalmente, que no solo —«principalmente», que no solo—, se hará en las zonas de utilización histórica predominante.
Segunda conclusión: no es tanto una ley de derechos de los hablantes como de normas (artículos 12, 21, 23, 24, 24 bis). Ese carácter reglamentista perjudica a las modalidades lingüísticas, además de crear obligaciones para las administraciones y los propios hablantes.
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor, señora diputada.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Concluyo, señor presidente.
Claro que es posible que el coyuntural socio lingüístico no se haya fiado de que, una vez aprobada en estas Cortes, la ley se vaya a desarrollar según sus pretensiones.
Pero a su vez, esta ley, a pesar de su carácter reglamentista, deja muchas cuestiones al albur del intérprete de turno. ¿Para qué, señorías? ¿Para que según quien esté en el Gobierno se entiendan de una forma o de otra? Esto es lo último que debe hacer una ley de este tipo.
Esta ley complicará mucho los procedimientos administrativos y va a generar un importante gasto económico, en un contexto, además, de crisis profunda y de caída de los ingresos públicos. A partir de ahora, señorías de Chunta Aragonesista, ya no van a ser creíbles cuando pidan memorias económicas para una ley u otra.
Y señorías, por último, esta ley fractura la sociedad. De hecho, ya ha creado tensiones, y estas van a aumentar con el tiempo. Y nunca, nunca, nunca debería ver la luz una ley de lenguas que partiera en dos bloques a los aragoneses. Nosotros lo avisamos en su momento y siempre hemos dicho que una ley de lenguas que divida y enfrente a los aragoneses es un fracaso antes de nacer.
Voy a terminar citando a Antonio Beltrán y haciendo mías sus palabras desde esta tribuna y en esta especial ocasión: «Yo agradecería a los amigos catalanes que hayan conservado y continúen hablando el aragonés de los tiempos medios, y a los entrañables aragoneses de la Franja el que sean los que permanecen en sus trece sin reblar hablando aragonés».
Muchas gracias.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
Turno del Grupo Parlamentario Socialista. El señor Álvarez hablará en su nombre. Tiene la palabra.
El señor diputado ÁLVAREZ ANDÚJAR: Gracias, presidente.
El pasado 8 de octubre, cuando se tomó en consideración esta proposición del Grupo Parlamentario Socialista, nuestro portavoz, el señor Franco, decía que era un texto moderado, que pretendía responder a la realidad que llevamos manteniendo desde hace veinticinco años. Decía que el objetivo era que el texto sirviera de punto de partida para poder llegar a acuerdos, el mismo grado de acuerdo y entendimiento que ha permitido que desde hace veinticinco años se estén enseñando nuestras lenguas propias en los colegios y en los institutos sin que haya generado el más mínimo conflicto.
La proposición que el Pleno tomó en consideración se fundamentaba en los principios de territorialidad, voluntariedad y reconocimiento de las modalidades existentes, con el máximo respeto a la Constitución y con la coherencia que nuestro Estatuto marca. La iniciativa pretendía abordar, con argumentos sociolingüísticos e históricos, el reconocimiento del derecho de una minoría de aragoneses a usar una de las lenguas propias de Aragón que se han conservado durante siglos gracias a la convicción de quienes lo hacían creyéndose y sintiéndose aragoneses. Era, por tanto, una propuesta moderada y abierta, cuyo único límite era la confrontación. «No queremos confrontación —decía nuestro portavoz—, dejemos que esos aragoneses puedan desarrollar sus derechos sin que nadie los vea como amenazas.»
El trámite de presentación de enmiendas se saldó con doscientas cincuenta y ocho, como he dicho en mi primera intervención, de las cuales, la ponencia ha absorbido ciento cuarenta y cinco, señorías, el cincuenta y seis y pico por ciento. Llegan ciento trece (el 43%, por tanto), una cifra que yo creo que habla por sí sola del importante esfuerzo que se ha hecho para alcanzar acuerdos. Una cifra que habla por sí sola de la participación activa de los grupos, con la excepción o, mejor dicho, con la menor participación del Grupo Parlamentario Popular, que ha optado por hacer una campaña política («de apagafuegos», dicen algunos; ¡qué guasa!) en paralelo al debate lingüístico que estábamos llevando en la comisión.
Hoy debatimos una proposición que sigue siendo moderada, pero que ha sido enriquecida por el alto porcentaje de enmiendas aceptadas o transaccionadas (sesenta y seis y cincuenta y cinco, respectivamente). Una proposición de ley, eso sí, cuyas señas de identidad siguen siendo la voluntariedad, la territorialidad y la no cooficialidad. Una proposición que tiene por objeto reconocer la pluralidad lingüística de Aragón y garantizar a los aragoneses el uso de sus lenguas y modalidades lingüísticas propias como un legado cultural e histórico que debe ser conservado, recuperado, promocionado y difundido.
Conforme establece la legislación vigente (la Ley de Patrimonio, aprobada en el noventa y nueve, con un Gobierno de coalición en el que el presidente era del Partido Popular), conforme a esa legislación vigente, continúa identificando el aragonés y el catalán como las lenguas propias de Aragón, garantizando su enseñanza y el derecho de los hablantes a su uso en las zonas de utilización histórica predominante. La proposición reconoce una serie de derechos lingüísticos sometidos a tutela administrativa y judicial.
El voto particular que mantiene el Partido Socialista es el relativo a la disposición derogatoria, una disposición derogatoria que plantea la derogación expresa de la disposición adicional de esa Ley de Patrimonio, es decir, plantea la derogación de la cooficialidad. Todos los grupos votaron en contra del Partido Socialista en la comisión. Vamos a volver... [aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista], vamos a volver a dar otra oportunidad, a ver si alguno se lo ha pensado bien, se lo ha pensado bien y quiere apoyarnos en la derogación de la cooficialidad.
De las enmiendas presentadas, más de la mitad se han quedado, como decíamos, en el trámite de la ponencia. De las vivas, el mayor número corresponde al Partido Popular. El PAR mantiene veinticuatro (la mitad de las que presentó), y CHA e Izquierda Unida han defendido hoy veintiuna cada grupo. No solo es similar el número de enmiendas que defienden Izquierda Unida y CHA, sino también su contenido. Las hemos rechazado todas, porque atentan contra esos principios fundamentales que les decíamos que nos inspiraban a la hora de presentarla. Es decir, o plantean la cooficialidad o atentan contra el principio de voluntariedad en la enseñanza.
El PAR. Con nuestro socio de Gobierno mantenemos una discrepancia fundamental. Es cierto que es una discrepancia que planea sobre toda la proposición y que incide, como es lógico, en algunos artículos: la denominación de la lengua que se habla en el este de nuestra comunidad. Los filólogos, los filólogos de más prestigio de esta comunidad, dicen que está científicamente demostrado que es catalán. A mí, más que el planteamiento de denominarle «aragonés oriental», me sorprendió que no propusieran llamarle a la lengua que se habla en el norte «altoaragonés». Siguiendo así esa línea, ¡reservábamos el genérico de «aragonés» para llamarle a lo que hablamos la inmensa mayoría! Señorías, ¡por qué no rebautizar el castellano si rebautizamos el catalán en el siglo XXI! [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
Nosotros somos aragoneses, ¡no somos catalanes, pero tampoco somos castellanos! Silogismo evidente: lo que hablamos es aragonés. Afortunadamente, esta ocurrencia nunca la han tenido ni los argentinos, ni los bolivianos, ni los mejicanos, ni los cubanos, ni los hondureños, etcétera, etcétera. Sí que es cierto que existen academias, como la boliviana, la argentina, la peruana, de la lengua castellana o de la lengua española. Por cierto, lo mismo, lo mismo que va a haber en esta comunidad: va a haber una academia de la lengua aragonesa y va a haber también una academia aragonesa de la lengua catalana. Una sola academia que integre las dos lenguas, es decir, exactamente lo mismo para no nombrar la palabra maldita. Pero sería, además, la única en el mundo o, al menos, la única que nosotros conozcamos.
El Partido Popular resuelve este dilema por simplificación: «esto que hablan los del norte o los del este no son lenguas, son modalidades lingüísticas, o variedades dialectales». No se sabe de qué lengua matriz, quizá del castellano, si me apuran o me fuerzan a contestar. Pero no se sabe. Sus señorías, en cualquier caso, pensarán: «¡qué contradicción con ese argumento que enarbola el Partido Popular, que dice que la ley va a costar mucho dinero desarrollarla!». ¡Una ley que pivota sobre dos lenguas! Ellos plantean que pivote sobre el ansotano, el cheso, el chaqués, el tensino, el panticuto, el belsetano, el chistabino, el benasqués, el fobano, el campés, el grausino, el foncense, el ribagorzano, el literano, el fragatino, el torrentí, el favarol, el maellano, el mequinenzano, el caleceitano, el beceitano, el valderrobrino... [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista y rumores desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.] ¿Cuántos traductores se necesitarían, señorías, cuántos profesores? Ahí los escuchan: ¡ninguno! Y lleva razón, efectivamente. ¡Porque tiene trampa, señorías! ¡Tiene trampa!
Les voy a demostrar lo equivocados que están sus señorías. ¡No sería cara, no! Cojan la proposición del 8 de octubre y hagan el siguiente ejercicio: admitan todas y cada una de las enmiendas del Partido Popular, de nadie más, exclusivamente del Partido Popular. Y en ese hipotético caso, yo les digo —es muy fácil, ¿eh?, y muy rápido—, yo les digo lo que quieran. Suprimen parte del artículo 5, suprimen el artículo 6; el capítulo tercero, entero; el capítulo cuarto también; el quinto, déjenlo, que suena bien, eso de «patrimonio lingüístico aragonés», pero eso sí, eso sí, hagan un pequeño retoque, hagan un pequeño retoque en el artículo 16, en lo de la promoción. Y como escurre el bulto la Administración, pues, fomentan las iniciativas por ahí y apoyan la creación de entidades, y tal y cual. Quédense con esto, que es importante.
En el capítulo sexto: enseñanza. Ahí metemos un poquito la tijera, pero discretamente, porque esto se lleva haciendo veinticinco años, tampoco..., y bajo gobiernos, claro, de nuestro color.
Vamos al capítulo séptimo, que aquí está la madre del cordero: «Uso de las lenguas y modalidades por las Administraciones aragonesas». Artículo 21, y ahí dice: «Todos los ciudadanos tienen derecho a usar el castellano como las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón de acuerdo con lo previsto en esta Ley». Quédense con esto. Dice: «A tal efecto, los poderes públicos aragoneses adoptarán las medidas oportunas y arbitrarán los medios necesarios para garantizar de forma progresiva el ejercicio de este derecho». Cuatro, ¡que este es muy importante!: «Las antedichas Administraciones Públicas procurarán los medios necesarios para facilitar las comunicaciones orales», ¡las comunicaciones orales!, ojo al dato.
Siguen ustedes metiendo la tijera un poquito en el 23, lo de las Cortes suprimido; el Justicia, suprimido, ¡y se ha acabado la ley! Claro, dicen: «¿qué derechos se garantizan?». ¡Ninguno! El coste es cero, evidentemente.
En conclusión, resumen, ¿qué ley propone el PP? Artículo 1: que sigan hablando esas cosas raras que hablan. Y artículo 2: fomentemos la creación de asociaciones, una subvención, que estén ahí tranquilicos los que más preocupados están con esto, y se ha acabado, ¡y se ha acabado!
Señorías del PP, ¿esto es lo que entienden por cumplir el Estatuto de Autonomía? Elijan: o cumplen el Estatuto de Autonomía o su ley multiplica por quince el coste de la nuestra —por quince como mínimo—.
Señorías, ya saben que mientras estábamos haciendo un debate lingüístico en la ponencia, el PP se echaba a la calle para orquestar una campaña demagógica con dos objetivos fundamentales: como las aguas del PAR vienen revueltas, vamos a ver si pescamos algo y, de paso, y de paso, y en base a unas cuantas patrañas, acusamos al Partido Socialista Obrero Español, al Partido Socialista de Aragón, de pancatalanista, que eso vende mucho.
Señorías, mientras el Partido Popular llevaba a cabo esta doble estrategia —y ya concluyo—, el Grupo Parlamentario Socialista ha trabajado con seriedad en la ponencia. Ha hecho un debate lingüístico, ha hecho un debate riguroso, incorporando todas aquellas enmiendas que, viniendo de donde vinieran, de quien quisiera participar, entendíamos que enriquecían nuestra proposición sin salirse de esos tres principios que no me cansaré de repetir: territorialidad, voluntariedad y no cooficialidad. Eso es lo que ahora vamos a pasar a votación, para dar cumplimiento al Estatuto de Autonomía de Aragón.
Nada más, y muchas gracias. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Vamos a pasar a la votación, una votación que nos va a llevar mucho tiempo. Les ruego, por tanto, un esfuerzo de disciplina, para poder hacerlo rápidamente y sin errores.
¡Silencio, por favor!
Votación de los votos particulares formulados y de las enmiendas mantenidas a los artículos y disposiciones de la proposición de ley, y de todos los artículos y disposiciones.
Artículo 1. Voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 6, del Grupo Parlamentario Popular. Comienza la votación. Finaliza la votación. Un voto a favor y sesenta y cuatro en contra. Queda rechazado.
Voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 10, del Partido Aragonés. Votamos. Finaliza la votación. Un voto a favor y sesenta y cuatro en contra. Queda rechazado.
Al artículo 1, también se ha mantenido la enmienda número 2, de Chunta Aragonesista. La votamos. Finaliza la votación. Cinco votos a favor y sesenta en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda número 3, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintitrés votos a favor, treinta y cinco en contra y siete abstenciones. Queda rechazada.
Enmienda número 5, de Izquierda Unida. Votamos. Finaliza la votación. Cinco votos a favor y sesenta en contra. Queda rechazada.
Y corresponde votar el artículo 1. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 2, se han mantenido los siguientes votos particulares y enmiendas: en primer lugar, votamos el voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 14, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Un voto a favor y sesenta y tres en contra. Queda rechazado.
Votamos los votos particulares de los Grupos Popular y del Partido Aragonés frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 17, de Izquierda Unida. Votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos a continuación las enmiendas 11 y 15, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Quedan rechazadas.
Enmiendas 12, 18 y 21, del Grupo Popular. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Quedan rechazadas.
Votamos la enmienda número 13, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, sesenta en contra. Queda rechazada.
Votamos a continuación la enmienda 16, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor, treinta y cinco en contra, veintidós abstenciones. Queda rechazada.
Corresponde votar la enmienda número 20, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
A continuación, votamos el artículo 2. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 2.
Al artículo 2 bis, se ha mantenido un voto particular de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 22, del Partido Aragonés. Votamos el voto particular de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, treinta y ocho en contra, veintiséis abstenciones. Queda rechazado.
Votamos el artículo 2 bis. Finaliza la votación. [Una diputada solicita la repetición de la votación.]
Vamos a repetir la votación al artículo 2 bis, a petición de la señora diputada. Comenzamos. Finaliza la votación. Treinta y siete votos a favor, veinticuatro en contra y cuatro abstenciones. Queda aprobado el artículo 2 bis.
Artículo 2 ter. A él se han mantenido los votos particulares del Grupo Popular y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 23, de Chunta Aragonesista. Votamos los votos particulares que acabo de mencionar. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos el artículo 2 ter. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 3 bis, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular y del Partido Aragonés frente a la enmienda 31, de Chunta Aragonesista. Votamos los referidos votos particulares. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cuatro en contra, una abstención. Quedan rechazados.
Y procede votar el artículo 3 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta en contra. Queda aprobado.
Al artículo 4, se han mantenido, entre otras, las enmiendas 32 y 34, del Grupo Parlamentario Popular. Las votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Quedan rechazadas.
Votamos a continuación la enmienda 33, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Y procede votar el artículo... Gracias. He olvidado mencionar ocho abstenciones en la votación de la enmienda 33, del Grupo Popular.
Votación del artículo 4. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintitrés en contra, ocho abstenciones. Queda aprobado.
Votamos la rúbrica del capítulo I. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobada.
Votamos a continuación los votos particulares y las enmiendas mantenidas al artículo 5. Empezamos por el voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 42, del Partido Aragonés. Comienza la votación. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta y cuatro en contra. Queda rechazado.
Ahora, votamos los votos particulares del Grupo Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 54, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos el voto particular del Grupo Popular frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 55, del Partido Aragonés. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y dos en contra, una abstención. Queda rechazado.
Votamos a continuación las enmiendas 37, 40, 43 y 50, del Grupo Parlamentario Popular. Finaliza la votación. Veintiún votos a favor, treinta y seis en contra, ocho abstenciones. Quedan rechazadas las enmiendas mencionadas.
Votamos la enmienda número 38, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor, treinta y cinco en contra, veintidós abstenciones. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 39, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta en contra y una abstención. Queda rechazada.
A continuación, votamos la enmienda 44, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Nueve votos a favor, cincuenta y seis en contra. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 46, del Grupo Parlamentario Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Enmienda 51, de Chunta Aragonesista. La votamos. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta y uno en contra. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 53, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, sesenta en contra. Queda rechazada.
Y procede ahora votar el artículo 5. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 5.
Al artículo 5 bis, se han mantenido votos particulares y enmiendas que comenzamos a votar. Lo hacemos por los votos particulares del Grupo Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 9, 19, 27, 56, 94, 121, 147, 151 y 174, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados los votos particulares.
Votamos el artículo 5 bis. Finaliza la votación. Treinta y cinco votos a favor, veintinueve en contra. Queda aprobado.
El señor diputado BARRENA SALCES [desde el escaño]: ¿Señor presidente? ¿Podemos repetir la votación?
El señor PRESIDENTE: De acuerdo. De acuerdo con la costumbre, cualquier error es posible subsanarlo. Así que repetimos la votación del artículo 5 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 6, se han mantenido, entre otras, la enmienda 57, del Grupo Popular, que votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Enmienda 58, del Partido Aragonés. Votamos. Finaliza la votación. Ocho votos a favor, treinta y cinco en contra, veintidós abstenciones. Queda rechazada.
Enmienda 59, de Izquierda Unida. Votamos. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta en contra, cuatro abstenciones. Queda rechazada.
Y procede la votación del artículo 6. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, treinta y dos en contra. Queda aprobado.
Votamos la enmienda 36, que se ha mantenido a la rúbrica del capítulo II. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada la enmienda 36, del Grupo Popular.
Votamos la rúbrica del capítulo II. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
Capítulo III. Se ha mantenido la enmienda 61, del Grupo Popular. La votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Votamos el artículo 7, al que no se han mantenido ni votos particulares ni enmiendas. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintitrés en contra, ocho abstenciones. Queda aprobado el artículo 7.
Enmiendas 65 y 66, de Izquierda Unida, mantenidas al artículo 8. Votamos las enmiendas. Finaliza la votación. Un voto a favor, cincuenta y nueve en contra, cuatro abstenciones. Quedan rechazadas.
Votamos la enmienda 67, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor, cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Y procede la votación del artículo 8. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 9, se ha mantenido un voto particular del Grupo Popular frente a la enmienda 69, del Partido Aragonés. Votamos el voto particular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y dos en contra y una abstención. Queda rechazado.
Votamos, en consecuencia, el artículo 9. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintitrés en contra, ocho abstenciones. Queda aprobado el artículo 9.
Al artículo 10, se han mantenido votos particulares y enmiendas. Comenzamos por la votación del voto particular del Grupo Popular frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 71, de Izquierda Unida; 74 y 75, de Chunta Aragonesista, y 76, del Partido Aragonés. Votamos el voto particular. Finaliza la votación. Veintiún votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazado.
Votamos la enmienda 72, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, cincuenta y ocho en contra, cuatro abstenciones. Queda rechazada.
Votamos las enmiendas 73, 78 y 80, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta y uno en contra. Quedan rechazadas.
Votamos a continuación las enmiendas 77 y 79, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Dos votos a favor, sesenta y tres en contra. Quedan rechazadas.
Votamos el artículo 10. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 11, se ha mantenido la enmienda 81, de Chunta Aragonesista. La votamos. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta y uno en contra. Queda rechazada.
Y votamos el artículo 11. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintitrés en contra, ocho abstenciones. Queda aprobado el artículo 11.
Votamos la rúbrica del capítulo III. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Saben ustedes que el Reglamento dice que no se pueden interrumpir las votaciones, pero hay una causa de fuerza mayor, supongo. [Pausa.]
Vamos a continuar.
Estamos en el artículo 12, al que se han mantenido votos particulares del Grupo Parlamentario Popular, del Grupo del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 88, 89 y 91.
El señor diputado SUÁREZ LAMATA [desde el escaño]: Señor presidente, le iba a pedir que suspendiera la votación para que entrara el señor Piazuelo, que nos parece lo más lógico y normal.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Bueno, de cualquier manera, agradezco la iniciativa, porque tendremos que prever en las votaciones muy largas este tipo de situaciones. Lo que pasa es que no sabía el tiempo que iba a ser necesario ni la casuística exacta del problema. [Risas.]
Bueno, estamos en el artículo 12, y a él se han mantenido votos particulares del Grupo Popular, del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 88, 89 y 91, de Chunta Aragonesista. Votamos los votos particulares. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos el artículo 12. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 12.
Votamos la enmienda 90, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Al artículo 12 bis, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente a la enmienda 87, de Chunta Aragonesista. Los votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 83, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 84, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Procede votar a continuación el artículo 12 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y veintinueve en contra. Queda aprobado.
Votamos la rúbrica del capítulo IV. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
Al artículo 13, se ha mantenido la enmienda 93, del Grupo Popular. La votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada.
Procede votar el artículo 13. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta en contra. Queda aprobado.
Votamos el artículo 14. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, uno en contra y treinta abstenciones. Queda aprobado el artículo 14.
Votamos el artículo 15. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, uno en contra, treinta abstenciones. Queda aprobado el artículo 15.
Se han mantenido votos particulares al artículo 16. En concreto, el del Partido Popular frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 99, de Chunta Aragonesista. Votamos el voto particular del Partido Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cuatro en contra, nueve abstenciones. Queda rechazado.
Ahora votamos el voto particular de Izquierda Unida, frente a la enmienda 112, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Diez votos a favor, treinta y cuatro en contra, veintiuna abstenciones. Queda rechazado.
Voto particular del Grupo Popular frente a la enmienda 114, de Izquierda Unida. Votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor y treinta y cinco en contra. Queda rechazado.
Enmiendas 101 y 104, del Grupo Popular. Las votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Quedan rechazadas.
Votamos la enmienda 111, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Cinco votos a favor y sesenta en contra. Queda rechazada.
Procede votar el artículo 16. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, treinta en contra. Queda aprobado el artículo 16.
Al artículo 16 bis, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 116, de Chunta Aragonesista. Votamos los votos particulares. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Y votamos el artículo 16 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 16 bis.
Votamos la rúbrica del capítulo V. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
Al artículo 17, se han mantenido un voto particular y enmiendas. Comenzamos con la votación del voto particular de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 120, del Grupo Popular, y 123, del Grupo del Partido Aragonés. Votamos. Finaliza la votación. Un voto a favor y sesenta y cuatro en contra. Queda rechazado el voto particular.
Votamos las enmiendas 118 y 119, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, cincuenta y nueve en contra. Quedan rechazadas.
Votamos la enmienda 122, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, cincuenta y cinco en contra. Queda rechazada.
A continuación, votamos la enmienda 124, del Grupo Popular. Finaliza la votación. [Rumores.]
El señor diputado SUÁREZ LAMATA [desde el escaño]: Señor presidente, rogaría que se repitiera la votación.
El señor PRESIDENTE: Bien, no correré tanto, pues, en lo sucesivo, si a sus señorías no les doy tiempo.
Votamos la enmienda 124, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Y procede la votación del artículo 17. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta en contra. Queda aprobado el artículo 17.
Al artículo 18, se han mantenido los votos particulares del Grupo del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 127, del Grupo Popular. Votamos los votos particulares. Finaliza la votación. Nueve votos a favor, cincuenta y dos en contra, cuatro abstenciones. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 128, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, sesenta en contra. Queda rechazada.
Y a continuación, votación del artículo 18. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta en contra. Queda aprobado.
Al artículo 19, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular y del Partido Aragonés frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 131, de Izquierda Unida. Los votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cinco en contra. Quedan rechazados.
Votamos a continuación la enmienda 132, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada.
Votamos el artículo 19. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 19.
Al artículo 19 bis, se ha mantenido un voto particular del Grupo Popular frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 133, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y tres en contra, una abstención. Queda rechazado el voto particular.
Votamos el artículo 19 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta uno en contra. Queda aprobado el artículo 19 bis.
Al artículo 20, se ha mantenido un voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 138, del Partido Aragonés. Votamos. Finaliza la votación. Un voto a favor, cuarenta y dos en contra, veintiuna abstenciones. Queda rechazado el voto particular.
Ahora, votamos el voto particular del Grupo Popular frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 139, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Veintiún votos a favor, treinta y cuatro en contra, nueve abstenciones. Queda rechazado.
Enmienda 134, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada.
A continuación, votamos la enmienda 136, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, sesenta en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 137, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, cincuenta y nueve en contra, una abstención. Queda rechazada.
Y ahora, procede votar el artículo 20. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta en contra. Queda aprobado el artículo 20.
A la rúbrica del capítulo VI, se ha mantenido la enmienda 117, del Partido Aragonés. La votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Votamos la rúbrica del capítulo VI. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra y ninguna abstención. Queda aprobada la rúbrica del capítulo VI.
Al artículo 21, se ha mantenido, entre otros, el voto particular del Grupo Popular frente a la enmienda 149, de Chunta Aragonesista. Votamos el voto particular. Finaliza la votación. Veintinueve votos a favor, treinta y cinco en contra y una abstención. Queda rechazado.
Votos particulares de los grupos Popular y del Partido Aragonés frente a la enmienda 152, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cuatro en contra, una abstención. Quedan rechazados.
Ahora votamos la enmienda 144, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 146, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 148, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra y ocho abstenciones. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 150, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Cinco votos a favor y sesenta en contra. Queda rechazada.
Y procede votar el artículo 21. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta uno en contra. Queda aprobado el artículo 21.
Votamos la enmienda 153, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta en contra, una abstención. Queda rechazada.
Al artículo 22, se ha mantenido un voto particular del Grupo Popular frente a la enmienda 156, de Chunta Aragonesista. Votamos el voto particular. Finaliza la votación. Veintiocho votos a favor, treinta y cinco en contra, una abstención. Queda rechazado.
También al artículo 22 se ha mantenido la enmienda 155, del Grupo Popular, que votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cuatro en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada.
Corresponde votar el artículo 22. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta en contra. Queda aprobado el artículo 22.
Al artículo 23, se mantienen los votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 158, 161 y 162, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 159, del Grupo Popular, también al artículo 23. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada la enmienda 159.
Votamos la enmienda 160, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Procede votar el artículo 23. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Al artículo 24, se ha mantenido un voto particular del Grupo Popular frente a la enmienda 164, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y dos en contra, una abstención. Queda rechazado.
Votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 166 y 167, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 163, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
Enmienda 165, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Y llegamos a la votación del artículo 24. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado.
El artículo 24 bis, tiene mantenidos votos particulares del Grupo Popular y del Partido Aragonés frente a la enmienda 168, de Chunta Aragonesista. Votamos los votos particulares. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cuatro en contra, una abstención. Quedan rechazados.
Y votamos a continuación el artículo 24 bis. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 24 bis.
Al artículo 24 ter, hay votos particulares del Grupo Popular, Partido Aragonés e Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 169, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados los votos particulares.
Y votamos el artículo 24 ter. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobado.
Votamos la enmienda 170, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor y sesenta y uno en contra. Queda rechazada.
Al artículo 25, se han mantenido votos particulares del Grupo Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente a la enmienda 178, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados los votos particulares.
Votamos las enmiendas 171 y 177, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Quedan rechazadas.
A continuación, votamos las enmiendas 172 y 173, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazadas.
A continuación, votamos las enmiendas 175 y 182, del Grupo Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta en contra y una abstención. Quedan rechazadas.
Votamos la enmienda número 176, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor y sesenta y cuatro en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 179, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 181, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, treinta y cuatro en contra, treinta abstenciones. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 183, del Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta y cuatro en contra. Queda rechazada.
Votamos el artículo 25. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta en contra. Queda aprobado el artículo 25.
Al artículo 26, se ha mantenido un voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 188, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Veintiún votos a favor, cuarenta y uno en contra, una abstención. Queda rechazado el voto particular.
Votamos las enmiendas 185 y 187, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Quedan rechazadas.
Y llegamos a la votación del artículo 26. Finaliza la votación. Treinta y cinco...
El señor diputado SUÁREZ LAMATA [desde el escaño]: Señor presidente, solicitaría la repetición de la votación.
El señor PRESIDENTE: De acuerdo.
Votamos nuevamente el artículo 26. Finaliza la votación. [Risas.] Repetimos.
Repetimos la votación del artículo 26. Comienza la votación. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintitrés en contra y ocho abstenciones. Queda aprobado el artículo 26.
Al artículo 27 se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 189, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
También al artículo 27 se ha mantenido la enmienda 190, del Grupo Popular. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Queda rechazada la enmienda 190.
Enmienda 191, de Izquierda Unida. Votamos. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta en contra, cuatro abstenciones. Queda rechazada.
Y procede la votación del artículo 27. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobado el artículo 27.
Al artículo 28 nuevo, hay un voto particular de Izquierda Unida frente a la enmienda 193, de Chunta Aragonesista. Votamos el voto particular. Finaliza la votación. Nueve votos a favor, treinta y cuatro en contra y veintidós abstenciones. Queda rechazado.
Votamos el artículo 28. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta en contra. Queda aprobado el artículo 28.
A la rúbrica del capítulo VII, se ha mantenido la enmienda 142, del Grupo Popular. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
También a la rúbrica del capítulo VII se ha mantenido la enmienda 143, de Chunta Aragonesista. La votamos. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor y sesenta y uno en contra. Queda rechazada.
Y procede votar la rúbrica del capítulo VII. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, treinta y dos en contra. Queda aprobada.
Votamos la enmienda 194, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Treinta votos a favor y treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Y procede votar la disposición adicional primera. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobada.
A la disposición adicional segunda, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente a la transacción elaborada con las enmiendas 197 y 198, de Chunta Aragonesista. Votamos estos votos particulares. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 196, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Queda rechazada la enmienda 196.
Votamos la enmienda 199, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor, cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Y procede votar la disposición adicional segunda. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
A la disposición adicional tercera, se han mantenido los votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 203, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos los votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 206, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Y votamos a continuación las enmiendas 201 y 204, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta y cuatro en contra. Quedan rechazadas.
Votamos las enmiendas 202 y 205, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintinueve votos a favor y treinta y cinco en contra. Quedan rechazadas.
Votamos, a continuación, la disposición adicional tercera. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
Votamos la disposición adicional cuarta. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
A la disposición adicional quinta, se han mantenido votos particulares y una enmienda, que votamos. En primer lugar, los votos particulares de los Grupos Popular y del Partido Aragonés frente a la enmienda 209, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Veintinueve votos a favor, treinta y cuatro en contra y una abstención. Quedan rechazados los votos particulares.
Vamos a votar el voto particular del Grupo Popular frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 140 y 210, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cuatro en contra y nueve abstenciones. Queda rechazado.
Votamos los votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 211, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor y treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 207, del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Treinta votos a favor y treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Votamos a continuación la disposición adicional quinta. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada la disposición adicional quinta.
A la disposición adicional primera, se ha mantenido... Perdón. A la disposición transitoria primera, se ha mantenido la enmienda 212, del Grupo Popular, que votamos. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, cuarenta y tres en contra. Queda rechazada.
También a esta disposición transitoria primera se ha mantenido la enmienda 213, de Chunta Aragonesista. La votamos. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta en contra y una abstención. Queda rechazada.
Y votamos la disposición transitoria primera. Finaliza la votación. Treinta y tres votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobada.
A la disposición transitoria primera bis, se han mantenido votos particulares de los Grupos Popular, del Partido Aragonés y de Izquierda Unida frente al texto transaccional elaborado con las enmiendas 88, 89 y 91, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta y un votos a favor, treinta y cuatro en contra. Quedan rechazados.
Votamos la disposición transitoria primera bis. Finaliza la votación. Treinta y cinco votos a favor y treinta en contra. Queda aprobada.
Votamos la enmienda 214, del Grupo Popular. Finaliza la votación. [Pausa.] Repetimos la votación de la enmienda 214, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintiún votos a favor, treinta y seis en contra y siete abstenciones. Queda rechazada.
Vamos a votar el voto particular del Grupo Parlamentario Socialista frente al acuerdo de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de supresión de la disposición derogatoria única. Finaliza la votación. Cincuenta y dos votos a favor, cinco en contra y ocho abstenciones.
Significa, señorías, que renacen las enmiendas 215, 216 y 217. Procede, pues, su votación.
Votamos en primer lugar la enmienda 215. Finaliza la votación. Cinco votos a favor y sesenta en contra. Queda rechazada.
Votamos la enmienda 216. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor y sesenta y uno en contra. Queda rechazada.
Y votamos la enmienda 217. Finaliza la votación. Treinta votos a favor y treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Y procede, en consecuencia, votar la disposición derogatoria única. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, cinco en contra y treinta abstenciones. Queda aprobada.
Votamos a continuación la enmienda 219, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cuatro votos a favor, sesenta en contra y una abstención. Queda rechazada.
Votamos la disposición final primera. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta y uno en contra. Queda aprobada.
A la disposición final segunda, se han mantenido los votos particulares del Grupo Popular y del Partido Aragonés frente al texto transaccional elaborado con la enmienda 220, de Chunta Aragonesista. Votamos los votos particulares. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cuatro en contra y una abstención. Quedan rechazados.
Votamos la enmienda 218, de Izquierda Unida. Finaliza la votación. Un voto a favor, sesenta y cuatro en contra. Queda rechazada.
Votamos la disposición final segunda. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, treinta y uno en contra. Queda aprobada la disposición final segunda.
Exposición de motivos. Se han mantenido votos particulares del Grupo Popular y del Partido Aragonés frente a las enmiendas 241 y 244, de Chunta Aragonesista. Votamos. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta tres en contra, una abstención. Quedan rechazados.
Votamos las enmiendas 223 y 242, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y cinco en contra, ocho abstenciones. Quedan rechazadas.
Votamos las enmiendas 225, 233, 239, 245 y 248, del Grupo del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Veintinueve votos a favor y treinta y cinco en contra. Quedan rechazadas.
Votamos las enmiendas 226, 243, 251 y 253, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor y cuarenta y tres en contra. Quedan rechazadas.
Votamos a continuación las enmiendas 234 y 249, del Grupo del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Siete votos a favor, treinta y cinco en contra, veintidós abstenciones. Quedan rechazadas.
Enmienda 238, del Grupo Popular. Finaliza la votación. Treinta votos a favor, treinta y cinco en contra. Queda rechazada.
Enmienda 246, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Veintidós votos a favor, treinta y ocho en contra, una abstención. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 250, de Chunta Aragonesista. Finaliza la votación. Cinco votos a favor, sesenta en contra. Queda rechazada.
Votación de la enmienda 254, del Grupo del Partido Aragonés. Finaliza la votación. Ocho votos a favor y cincuenta y siete en contra. Queda rechazada.
Procede votar la exposición de motivos. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor y treinta en contra. Queda aprobada.
Y, finalmente, votación del título de la proposición de ley. Finaliza la votación. Treinta y cuatro votos a favor, veintinueve en contra y una abstención. Queda aprobado el título de la proposición de ley.
Pues, hemos concluido las votaciones de la proposición de ley, que ya es Ley. [Aplausos.]
¡Silencio, por favor! Silencio, por favor.
No están permitidas las manifestaciones desde la Tribuna. Les ruego que, a pesar de que lo vean hacer aquí abajo, ustedes no lo imiten. [Risas.]
Explicación de voto.
¡Silencio, por favor!
Señor Barrena, puede explicar el voto.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Mi voto se explica muy fácil.
He votado en contra absolutamente de toda la ley (artículos, disposiciones, rúbricas), menos al título, que me he abstenido, pero en todo lo demás he votado en contra. Creo que así ha quedado muy clara cuál es la posición de Izquierda Unida con esta ley, por lo que les he explicado.
Y ahora sí que les rogaría, sí que les rogaría, por respeto a la ciudadanía, que explicaran algunas cosas. Primero, no han explicado por qué han cambiado de posición dos partidos con relación al dictamen de 1997, no lo han explicado.
A mí me gustaría que el Partido Popular explicara también por qué ayuda al Partido Socialista a recuperar la disposición derogatoria, para derogar la cooficialidad, y una vez que le ha ayudado a recuperar el texto, luego no lo apoya y se abstiene. ¡Un pringue! Bueno, es igual. Sí, ya saben ustedes... Ya saben ustedes que el castellano es muy socorrido. Por lo tanto, bueno, se puede llamar... ¡Yo considero que es un pringue! O sea, le salvan... ¡Le salvan al Partido Socialista! ¡Sí! ¡Le han salvado! ¡Hombre! ¡Fíjense! Sí... Si habían conseguido... Habíamos conseguido salvar, al menos, la puerta abierta de la cooficialidad en la Ley de Patrimonio Cultural, ¡la habíamos conseguido salvar! Pues, hombre, ¡entonces se han equivocado! O en el otro sitio o aquí, pero es que hoy... Si al final no quieren... Ya sé con quién voy a acabar discutiendo hoy, ya lo veo, ya lo veo. No sé qué pasa, pero siempre acabamos discutiendo..., derecha e izquierda, normal, normal, está claro. Bueno, lo intento, lo intento.
¡Si a mí me parece bien que ustedes no quieran que sea cooficial el aragonés y el catalán! ¡Que me parece bien! Pero lo que no tiene sentido es que, primero, digan que no quieren que sea, y por eso votan a favor de que se derogue; ahora votan para que vuelva a estar sin derogar, y cuando ya tienen que votar al final, se abstienen. ¡Para volver a salvarles!, ¿eh? ¡Para volver a salvarles! Porque, si no, habría vuelto a caer. ¡Bueno, pues nada!
De todas formas, señores del PSOE, bueno, cómo bailan la yenka ustedes, de verdad, la yenka. ¿Se acuerdan, no? Aquel baile de los setenta, izquierda, derecha, adelante, para atrás. Miren, en el centro de la pista, cuando le faltaba un poquito, un poquito, llega el PAR y les salva, el artículo 2. ¡Bien! Cuando no querían la cooficialidad, llega el PP y les salva otra vez (esos son los pasitos por la derecha). ¡Pasitos por la derecha! Ustedes en el centro, ¡en el centro! Y luego llegan por la izquierda y dan algún que otro pasazo: las noventa enmiendas esas o no sé cuántas cosas, ¿no?
Claro, dicen un pasito adelante porque esta es la Ley de lenguas, pero yo veo el paso atrás. Primero, pónganse de acuerdo, ¿eh? El señor Bernal dice que esto es casi cooficial, y el señor Álvarez presume y dice que no y, además, se lo han cargado con la ayuda del Partido Popular. Digan de verdad qué es esto. ¡Dígannos qué es esto!
¡Yo lo he entendido perfectamente! Por eso he votado en contra de todo. Pero ahora no puede ser que a los ciudadanos y ciudadanas les sigamos mandando mensajes contradictorios. ¡Digan de verdad qué es esta ley!
Porque, fíjese, casualmente, una de las cosas que desde esta tribuna se han puesto como, digamos, bien, es que las Administraciones deberían de atender a los ciudadanos y ciudadanas en su lengua. ¡Pues ese es el artículo que sale con el PAR!, porque Chunta se abstiene. ¡Bueno! Pues... Bien.
Pero, insisto, me da mucha pena por las lenguas de Aragón, porque creo que seguimos sin tener un reconocimiento de la realidad trilingüe. Creemos que no se respetan los derechos de quienes las hablan, pero, señores del PSOE, pueden estar tranquilos que al final, desde el centro, han conseguido salvar la ley, que ni es cooficial, ni garantiza la enseñanza «en» y «de» las leguas propias y que, desde luego, no significa poner a la altura de otras comunidades autónomas las lenguas propias de Aragón. Eso es lo que han hecho.
Desde luego, Izquierda Unida seguirá peleando porque eso pueda cambiar algún día.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Señor Bernal, explicará el voto de Chunta Aragonesista a continuación. Tiene la palabra.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Grazias, senyor president.
La aprebación d’esta lley ye un trango important en tadebant. [Rumores.] ¿Asperamos un poquet?
El señor PRESIDENTE: Sí, señor diputado. Esperamos un poco, sí. ¡Por favor, silencio!
El señor diputado BERNAL BERNAL: Güé sí que ye un diya gran. Dimpués de masiatas añadas, dimpués de muitas añadas, ista lei ye estata emologata, reconoxe por o suyo nombre as nuestras luengas e, a la fin, guaranzia os dreitros lingüísticos d’ixa parti d’a ziudadanía que charra e qu’emplega l’aragonés u o catalán. Ya caleba dende fa masiatas añadas.
L’aprobació d’esta llei es un pas endavant. Avui sí qu’és un día gran. Desprès de mols anys, aquesta llei ha estat aprovada, reconèix les nostres llengües p’el seu nom i, finalment, suposa garantir els drets lingüístics d’aquesta part de la ciutadanía que parla i que emplee l’aragonés o el català. Ja calia.
Decía, señor presidente, que... [Rumores.] Sí, hombre, ¡para que estéis tranquilos! [Risas.] Decía que la aprobación de esta ley es un paso importante hacia adelante, que hoy sí que es un día grande para todo Aragón, porque esos aragoneses y esas aragonesas hacen que con la defensa que hoy estamos haciendo en este lugar, donde reside la voluntad aragonesa, todo Aragón queda reconocido con ellos, después de muchos años, esta ley ha sido aprobada, reconoce por su nombre nuestras lenguas y, finalmente, garantiza los derechos lingüísticos de esa parte de la ciudadanía que habla y que emplea el aragonés y el catalán. Ya era hora.
¿Y por qué digo, señorías, lo de los derechos lingüísticos? Porque aquí, unos hablan, dicen... Señor presidente, permítame que lea el artículo 2 ter, derechos lingüísticos, que dice: «Se reconocen a los ciudadanos y ciudadanas de Aragón los siguientes derechos lingüísticos en los supuestos establecidos por la presente Ley: a) Conocer las lenguas propias de Aragón. b) Usar oralmente y por escrito las lenguas propias de Aragón tanto en las relaciones privadas como en las relaciones con las Administraciones Públicas. c) Recibir la enseñanza de las lenguas propias de Aragón. d) Recibir, en las lenguas propias de Aragón, publicaciones y programaciones de radio, televisión y otros medios de comunicación social. e) Usar las lenguas propias en la vida económica y social. 2. Nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua. 3. Los poderes públicos aragoneses garantizarán el ejercicio de estos derechos, a fin de que sean efectivos y reales».
Señorías, por eso, Chunta Aragonesista, que tenía ganas de que en este Parlamento se dijeran estas cosas con tantas décadas de retraso, ha votado a favor de todos y cada uno de los artículos, de las disposiciones y de las rúbricas de esta ley, salvo el artículo 2 bis, en el que nos hemos abstenido. Y nos hemos abstenido porque, a pesar de no tener nada en contra de él, tampoco vemos que fuera necesario que figurara en la ley. Y me explicaré. Dice el 2 bis: «Denominación de modalidades lingüísticas. Los ayuntamientos de las zonas de utilización histórica predominante de las lenguas propias de Aragón podrán, mediante acuerdo adoptado con el voto favorable de la mayoría absoluta del Pleno, proponer al Consejo Superior de las Lenguas de Aragón la denominación de su modalidad lingüística, fundamentada en razones históricas, filológicas y sociolingüísticas». ¡Y sin que estuvieran aquí también podrían hacerlo! La Ley de Administración Local les da soporte para ello, sobre esto, sobre la paz universal y sobre lo que se le quiera decir, para proponer al señor Zapatero que apañe el asunto de Aminatou Haidar o lo que quiera.
El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, por favor, concluya.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Sí, señor presidente.
Pero veo que no era necesario que figurara. Por eso nos hemos abstenido.
Señor presidente, también hemos votado en contra de la disposición derogatoria. Hemos votado en contra de la disposición derogatoria porque esa disposición derogatoria deroga la disposición final segunda de la Ley de Patrimonio Cultural aragonés, que abría la puerta a una ley que regulara, como ya hace esta, las lenguas, pero desde la perspectiva de la cooficialidad y de la enseñanza «de» y «en» lengua.
No obstante, he de decir que a pesar de que yo les avisé en la toma en consideración de que había más leyes, aparte de esa disposición final segunda y de la Ley de Patrimonio Cultural, he visto que ni el Partido Popular ni el Partido Aragonés han hecho enmiendas para derogar esas otras leyes también.
Y tranquilo, señor Barrena, porque todavía sigue vigente la Ley de directrices generales de ordenación del territorio. ¡Sigue vigente! Ustedes no la han derogado. Y dice en su estrategia decimocuarta para el modelo territorial: «El reconocimiento legal del aragonés y del catalán como lenguas propias de Aragón debe constituir un punto de partida en una política lingüística que conserve y potencie estas como patrimonio a conservar». Y dice también, en el apartado 6.56: «Son, asimismo, una manifestación de la diversidad de patrimonio cultural las diferentes lenguas [...], que deben ser objeto de cooficialidad y ayudas para su enseñanza y divulgación». ¡Y no me han derogado esto!
El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, por favor, le ruego que termine rápidamente.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Acabo ya, señor presidente.
Señora Herrero, ¿de quién era usted socio lingüístico cuando se aprobó esto? ¿De quiénes eran...? Usted no estaba. El PAR, ¿de quién era socio lingüístico? ¿Eran socios del PP entonces? ¡Sí! ¡En el Gobierno, sí! Aprobaron esto con el PP y con el PSOE. ¿Eran socios entonces del PSOE? ¿Preveían un futuro? ¿Eran socios de Chunta Aragonesista, que aprobó esto? ¿Eran socios de Izquierda Unida, que aprobó esto?
Mire, yo, citando... —no está ahora el vicepresidente—, pero ya que habla de lo de socio lingüístico y tal, me dijo una vez, y no se me ha olvidado: «Donde se está a gusto, buen rato». [Risas.]
Señora...
El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, por favor...
El señor diputado BERNAL BERNAL: Sí, voy acabando.
El señor PRESIDENTE: No me ponga en la disyuntiva de retirarle la palabra. ¡Concluya!
El señor diputado BERNAL BERNAL: Voy a acabar. Solo era porque me gusta citar a las autoridades, señor presidente. Y ya que no tenemos diccionario de autoridades, pero pronto tendremos diccionarios trilingües, pues, hay una autoridad, que es que se ha ido, que yo quiero decirle, señora Herrero: el 14 de septiembre del año 2005, el presidente de su partido le avisaba al Partido Popular desde esta tribuna lo siguiente —y yo se lo tengo que repetir hoy—: «por cierto —decía el señor Biel—, espero que no politicemos el próximo debate lingüístico —le decía al Partido Popular—, porque el próximo debate lingüístico es lingüístico, no es político. Lo digo porque se ha anunciado la posibilidad de que envíe la ley...». Lo dijo el señor Biel, le avisaba al Partido Popular de que no se pusiera hecho unos zorros y que no politizara el debate. ¿Quién está politizándolo ahora? ¿Solo el Partido Popular? ¿O usted también, señora Herrero, y no hace caso a su jefe de filas, que decía que no había que politizarlo?
Acabo ya, señor presidente, con una única referencia. Dice el Partido Popular, dice el Partido Popular que esto va a llevar gasto, ¡y todas las enmiendas que hacen ustedes!, ¡y todas las iniciativas! ¡Y las que hacemos todos! Pero entonces no entiendo que ustedes presentaran esta enmienda al artículo 4, que dice: «Con la finalidad de dar cumplimiento al mandamiento del Estatuto de Autonomía de Aragón, y para garantizar la enseñanza... —«la enseñanza», dice el Partido Popular; «para garantizar la enseñanza», señor Álvarez—, el derecho de uso, la protección y el fomento de las lenguas y modalidades lingüísticas, se dotará de medios humanos y materiales a la Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón». ¡Es la enmienda número 35 a esta proposición de ley! Fue aprobada por unanimidad.
El señor PRESIDENTE: Señor Bernal, ¿es consciente de que trasciende la estricta explicación de voto? Por favor, concluya.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Esta proposición de ley, señor presidente, como usted bien sabe —y se lo digo a la señora Herrero—, no traía memoria económica, claro que no. ¡Como ninguna proposición de ley! Las que traen memorias económicas son los proyectos de ley que remite el Gobierno. Las que hacemos los grupos parlamentarios, en este caso, el Grupo Socialista, no tienen que traer memoria económica.
Y acabo ya, señor presidente. [Rumores.] Acabo ya, señor presidente.
Solo les voy a decir una cosa: en el Estatuto de Autonomía de Andalucía dicen que «hay que preservar —cito textualmente— su modalidad lingüística andaluza en sus diferentes hablas». Con el apoyo de ustedes, de Izquierda Unida, los castellanoleoneses —también con el apoyo del Partido Popular— reconocen en el Estatuto de Castilla y León el leonés y el gallego, hablados en el norte de su comunidad. ¿Por qué en Aragón no? ¿Y por qué, señor Barrena, estas lágrimas de cocodrilo, si usted no quiso que se incluyera en el Estatuto de Autonomía, con su nombre, el aragonés y el catalán? ¡Bienvenido a la lucha!
Muchas gracias.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Turno de explicación de voto del Grupo Parlamentario del Partido Aragonés.
La señora Herrero tiene la palabra.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.
¡Qué error, señorías! ¡Qué gran error esta Ley de lenguas! Una terrible equivocación, legitimada, eso sí, por treinta y cuatro diputados de estas Cortes, de sesenta y siete. ¡Ojo!, treinta y cuatro de sesenta y siete. Un enorme desacierto que no se haya aprobado una ley centrada, moderada, para todos y de todos los aragoneses.
En cuanto a las votaciones emitidas por este grupo parlamentario, yo creo que en mi primera intervención ha quedado meridianamente clara nuestra postura, pero por si hay alguna duda, la resumiré diciendo que hemos votado a favor de un artículo, del 2 bis, el que habla de los ayuntamientos, una enmienda íntegra y literal nuestra para que los ayuntamientos puedan proponer la denominación de su modalidad lingüística local. La oportunidad, la única oportunidad que tienen los municipios de poder denominar a su lengua como siempre lo han hecho.
Y nos hemos abstenido en ocho ocasiones, en cuestiones relativas a la tutela administrativa y judicial, al Consejo Superior de Lenguas (a algunas cuestiones, que no a todas), a un par de artículos también relativos al patrimonio y en la disposición derogatoria. Señor Álvarez, ¡otra vez le han fallado! Se lo he dicho en mi primera intervención: «Le vamos a dar la oportunidad de recuperar esa derogatoria, para que usted, después, grupo proponente, nos acepte nuestra enmienda, que sigue viva». Nosotros hemos cumplido nuestra parte del trato. Cierto es que usted nunca ha ofrecido la otra parte.
Y Chunta Aragonesista vuelve a reiterar su voto en contra. ¡Bueno!, a pesar del 80% de las enmiendas de Chunta que han sido admitidas por el grupo proponente (el 80% de las enmiendas han sido admitidas), a pesar de eso, Chunta no se abstiene en esa disposición derogatoria. Se tendría que llamar la «ley de la contradicción», porque hay contradicciones que yo no entiendo muy bien. Aquí, cada uno interpreta la ley... ¡Pero una gran contradicción es que esté esa disposición adicional, de patrimonio, en la exposición de motivos, y que después se derogue! Pero bueno. Yo me alegro de que se haya derogado.
Nosotros, señorías, señorías socialistas, como grupo proponente, nosotros hemos hecho unas enmiendas constructivas a esta Ley. Creo que no pueden decir lo contrario. Unas enmiendas coherentes, con lógica, y que desde luego no venían a destrozar la ley, sino a hacer una ley para todos.
Y miren, las cosas se podrían hacer de otra manera. ¡No es que no hubiese otra solución! Las cosas se podían hacer de varias maneras. En cuanto a las políticas lingüísticas relativas a las lenguas minoritarias, hay tres posibilidades de hacer política para las lenguas minoritarias: una, que es un camino, que es el que viene a considerar las lenguas y modalidades como parte del patrimonio cultural, que podríamos llamar «de conservación» y que acaban siendo de retracción.
La otra, en el otro extremo, que es una política lingüística expansiva. Una política que no solo se normaliza la lengua en las zonas de uso predominante, sino que promueve su uso y se crea esa demanda social en el conjunto del territorio... [Rumores.] Señor presidente, le pido que me ampare.
Entre los dos extremos...
El señor PRESIDENTE: Un momento, un momento, señora diputada. Sí, espere un momento a que se haga más silencio.
Ya, ya puede continuar.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Como decía, hay tres maneras de poner en marcha estas políticas lingüísticas: una que sería de retracción y conservación, que lo consideran como patrimonio cultural; otra expansiva, que es la que se ha utilizado en este caso, y otra, una segunda, que es la del Estatuto de Autonomía, y es por la que nosotros apostamos, que trata de fortalecer las lenguas y de normalizar socialmente las lenguas en las zonas de uso predominante y para los hablantes de esas zonas.
Pero ustedes han querido seguir esa tercera vía. Y el texto que se plantea hoy en las Cortes y que se ha votado se enmarcaría en las teorías de políticas expansivas.
Si miran los artículos que más rompen el límite de esas zonas de uso, todos proceden de enmiendas de Chunta Aragonesista. Veamos la gran perla de los medios de comunicación social, en el artículo 27; o la educación permanente para adultos, que principalmente será en las zonas de utilización, pero no solo; o los textos notariales, el artículo 24 ter, que en ningún momento circunscribe esto a las zonas de uso predominante; o el artículo 2 ter, que bien ha leído el señor Bernal, de los derechos lingüísticos. Desde luego, el propio concepto de uso, de zona de uso predominante, en el artículo 5 bis. Y es más: en correcciones técnicas, hasta se eliminó del artículo 1 la mención a las zonas de utilización predominante.
¡Señor presidente, le pido que me ampare!
El señor PRESIDENTE: Yo creo que el desamparo no es grave. Continúe, por favor.
La señora diputada HERRERO HERRERO: A su juicio. Al mío, sí.
El señor PRESIDENTE: ¡Claro! Es que es el mío el que tiene que valer aquí.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Por no hablar...
El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, por favor, señorías! ¡Dejen que se exprese con normalidad la señora diputada!
La señora diputada HERRERO HERRERO: Señor presidente, no me importa. Se lo mandaré después por escrito, que constará en la transcripción para que lo lean.
Por no hablar de otras perlas, de otros artículos, como el punto cinco del artículo 21, el artículo 24, de las entidades locales, «las actas y documentos oficiales se tendrán que hacer de forma bilingüe»... Bueno, pues, eso son obligaciones. Sin duda, señorías, en Cataluña estarían encantados con esta ley, Esquerra Republicana incluida, los amigos de Chunta.
Les pondré el ejemplo a la inversa: ¿creen que esto habría sido posible en el Parlamento catalán? Imagínense que en la zona occidental de Cataluña se hablase una lengua aragonesa oficial en todo Aragón. ¿Piensan que en Cataluña la habrían llamado «aragonés»? [Rumores.] Si alguno, ingenuamente, mantiene dudas al respecto, le invito a repasar temas polémicos y conflictivos, nunca generados por esta parte, como los bienes, como el archivo, como el Trivial con el castillo de Valderrobres, o como el Aneto, o las últimas apropiaciones sobre Pere II el Gran, según ellos, y la corona catalanoaragonesa, que jamás existieron.
El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, por favor! Y le ruego que vaya concluyendo, señora diputada. ¡Silencio! Continúe, por favor.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.
Y no, señorías. ¡No sitúen mi posición en el anticatalanismo! Solo soy aragonesista.
Nebrija ya dijo que la lengua siempre ha sido compañera del imperio. Hofmann, que, por cierto, nada sospechoso de estar cercano a otras tesis que no sean las de los partidos que han apoyado esta iniciativa, hablaba de la lengua como una cuestión de poder. Y, ciertamente, hay mucho de eso en este asunto de las lenguas en Aragón. De hecho, más que una cuestión lingüística es un tema profundamente político.
Les recuerdo el texto de Pedro IV, reencontrado por Guillermo Fatás: «¿por qué aquel aragonés, al que se refería nuestro Rey, ha devenido en catalán, o ha devenido en llamarse catalán? Sin duda, hay que mirar la historia para entender por qué el catalán se ha formulado como lengua lemosina y ha considerado dialectos o variedades suyas que, como el catalán, proceden del mismo tronco lemosí: la lengua nacida en el siglo X, de la mezcla del latín vulgar y el borgoñés».
El señor PRESIDENTE: Señora diputada, le ruego que concluya.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Termino, señor presidente. Espero que sea tan benévolo conmigo como con los demás diputados en esta intervención.
El señor PRESIDENTE: Le aseguro que va ganando en benevolencia, se lo aseguro. De eso, ¡no tenga ninguna duda!
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.
Quiero decirles solo que sobre este asunto hay teorías lingüísticas diversas y, en ocasiones, contradictorias. Basta con que miren lo que sucede en la comunidad valenciana... —por cierto, les recuerdo que también el Partido Socialista, allí considera que la lengua es el valenciano—, o en Mallorca. Porque, señorías, como suele ser una cuestión de poder, en las políticas lingüísticas, es difícil tener la verdad. Y señorías, yo lo reconozco: es difícil tener la verdad. No sé si ustedes están dispuestos a hacer lo mismo.
Porque, señorías, Pompeu Fabra y el euskera batúa no son la verdad, aunque algunos lo tomen por modelo. Mal que les pese a los filólogos, la cuestión lingüística es mucho más que filología. Ya dije en su día, y lo reitero hoy: además de los criterios filológicos (y todos, no solo algunos), hay que tener en cuenta los históricos, los políticos, los sociológicos... ¿O les parecen menos científicos, o menos veraces? ¿O simplemente no les gustan? ¿No les importa lo que piensa y siente la gente? ¿No les interesa lo que explica la historia? ¿Están acaso tan seguros que no cabe generarles ni la más mínima duda de que lo que consideran su verdad no es la verdad? ¿Y están tan seguros de que su verdad es la que más conviene a Aragón y a los aragoneses?
CHA, Chunta Aragonesista, señor Bernal —usted recuerda—, tiene una memoria selectiva: recuerda lo que le interesa. También el presidente de mi partido dijo aquí, en un debate, que no íbamos a apoyar la ley del catalán.
El Partido Socialista dice una y otra vez que la proposición ha mejorado y que se ha promovido el consenso. Señor Álvarez, no cuente con nosotros para incluirnos en ese consenso, no nos sentimos representados, por mucho que nos haya aceptado las enmiendas que ya he dicho, esas diecinueve enmiendas.
Habla de que se han mantenido los principios de territorialidad, voluntariedad y no cooficialidad, ¡cuestionables! Yo respeto que usted lo considere. Yo no lo considero.
Chunta Aragonesista aparece primero en unas informaciones satisfecha y, posteriormente, en otras, insatisfecha y decepcionada. Veo que hoy están satisfechos. ¿Les gusta o no les gusta la Ley? ¡Si no les gustase, no la habrían apoyado! Y si la apoyan, es suya. ¡No renieguen! Es suya. Y si es suya, señorías socialistas, entonces, ¿es la suya? Dicen que no han pactado...
El señor PRESIDENTE: Señora Herrero, por favor.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Sí, Termino.
Dicen que no han pactado...
El señor PRESIDENTE: ... debe concluir.
La señora diputada HERRERO HERRERO: ¡Bueno, pues será el azar o la casualidad! En cualquier caso, bueno. También ciertas transacciones, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, son bastante llamativas, pero no voy a entrar a relatarlas.
Nosotros, en el PAR, no nos negamos a una Ley de lenguas, ni mucho menos —es un mandato del Estatuto de Autonomía—, pero no queremos que las lenguas se conviertan en un factor de discordia y enfrentamiento social, que no queremos que se cree un problema donde no lo había, y más en un momento de coyuntura económica y social como este.
No logro comprender —y termino, presidente—, no logro comprender el interés y la razón por los que se ha querido aprobar esta Ley, la ley del catalán, la ley que roza la cooficialidad, que no se circunscribe a las zonas de utilización y que deja muchos flecos al albur del intérprete de turno. Una ley que fractura, una ley que no representa el sentir del pueblo aragonés.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
El señor Navarro explicará a continuación el voto del Grupo Popular. Tiene la palabra.
¡Señorías, un poco de paciencia! Bajen el tono de la voz y, si es posible, cállense.
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Gracias, presidente.
En fin, vamos a ver, vamos a ver.
La verdad es que, señores socialistas..., ojalá me equivoque para ustedes, pero es una ley de la cual pronto se van a arrepentir.
Vamos a ver, señor Álvarez, usted nos estaba dando una visión muy particular de las enmiendas que el Partido Popular ha presentado. Y, de paso, también le rogaría que no hiciese, como así lo ha hecho, que no hiciese burlas con los nombres de algunos municipios.
Señor Barrena, vamos a ver, ¡no es que no queramos nosotros la cooficialidad, el Partido Popular! Se lo voy a explicar, que usted no es tonto, y lo sabe. [Rumores.] Y me imagino que usted, en más de una ocasión, en más de una ocasión, se ha leído el informe de la Coja que hace referencia al Estatuto de Autonomía de Aragón. Y, si no, se lo vuelvo a repetir. Y dice: «Si solamente el Estatuto de Autonomía puede declarar cooficial una lengua, y hemos afirmado que el Estatuto de Autonomía de Aragón, aun después de la reforma [...], no lo hace, es evidente que tampoco podrá hacerlo una ley ordinaria», refiriéndose a la Ley de Patrimonio de Aragón de 1999. ¿Estamos de acuerdo, señor Barrena? ¡No lo dice el Partido Popular! Lo dice el informe de la Comisión Jurídica Asesora, que en su día solicitó el Gobierno de Aragón, a raíz de cuando iban a presentar un proyecto de ley, el Gobierno de Aragón del señor Iglesias y del señor Biel. ¿Estamos de acuerdo? Informe de la Coja.
Como también todas sus señorías saben, ¡todas!, que tanto el artículo 4, que nos habla de que el aragonés y el catalán, lenguas minoritarias de Aragón —el artículo 4, me refiero de la Ley de Patrimonio de 1999—, como la disposición adicional segunda, esa que nos hace referencia a la cooficialidad («una ley de lenguas de Aragón proporcionará el marco jurídico para garantizar la cooficialidad...»)... Bueno, dos enmiendas de Chunta Aragonesista —y el señor Bernal lo saben perfectamente—, dos enmiendas que se introdujeron a la Ley de Patrimonio de Aragón. ¡Y lo explicaré por enésima vez! Enmiendas que fueron aceptadas, que fueron aceptadas por todos los grupos parlamentarios que estaban en ese momento representados en 1999, es decir, Izquierda Unida, Partido Aragonés, PSOE, con el voto en contra del Partido Popular, que estaba en ese momento gobernando en coalición con el Partido Aragonés, en el Gobierno de Santiago Lanzuela.
Sí que es cierto que fue una ley aprobada en el Gobierno de Santiago Lanzuela, pero habrá que aclarar, y no engañar al personal, que esos dos artículos, tanto el artículo 4 como la disposición adicional..., perdón, la disposición final segunda, fueron aprobados con treinta y ocho votos a favor (Izquierda Unida, Chunta, PAR, PSOE) y veintiséis votos en contra (del Partido Popular). Luego, a nosotros, nadie nos puede negar que estemos en contra de la disposición adicional segunda. Punto primero.
En segundo lugar, y se lo explico a todos, para que lo entiendan, con respecto a la disposición final..., perdón, a la disposición derogatoria que planteaba el Partido Socialista en su proposición de ley. Todas sus señorías saben que se presentó una enmienda —creo que es la doscientos noventa y..., la doscientos cincuenta..., perdón, es igual; la 217, me parece que es—, todas sus señorías saben que el Partido Aragonés presentó una enmienda donde además de la disposición derogatoria..., o sea, perdón, de la eliminación de la disposición final segunda, se anulara también el artículo 4 de la Ley de Patrimonio, enmienda que el Partido Popular apoyó. Y votó en contra, votó en contra de la enmienda o del artículo de la disposición derogatoria por la sencilla razón de que le parecía poco ambiciosa esa ley.
Yo no sé, señorías, si les ha quedado claro, cuál ha sido el sentir del Partido Popular con respecto a la disposición segunda, o sea, a la disposición derogatoria del Partido Socialista.
Por contra, ustedes, que también tienen una doble cara, se quieren pegar, pues, el lujazo de decir: «No, nosotros llevamos en la ley la disposición derogatoria», pero dan todo tipo de concesiones (en este caso, Chunta Aragonesista), para que, a través de dos enmiendas, introduzca de forma reiterada y constante en la exposición de motivos la cooficialidad del aragonés y del catalán. Luego, sean un poco sensatos y sean un poco coherentes.
Mire, señor Bernal, me parece mentira que no conozca el Reglamento. Y me estoy refiriendo, en este caso, al artículo 139 del Reglamento, que viene a decir que si algún proyecto de ley o si alguna proposición de ley, aunque sea presentada por un grupo parlamentario, implica aumento de gasto, como así lo implica —y usted lo conoce perfectamente—, como así lo implica la puesta en funcionamiento de la..., tal y como hemos aprobado esta tarde la Ley, cuando se ponga en funcionamiento o sea efectiva esta Ley, implicará, por supuesto, ya gastos, y, por tanto, el Gobierno de Aragón tenía que haber hecho los deberes y tenía que haber traído aquí el informe económico de los gastos que pueda representar para el ejercicio que viene la aplicación de esta Ley. [Rumores.] ¡He dicho «el Gobierno», no usted! [Rumores.]
Señorías, en definitiva, para nuestro grupo —y, además, lo tenemos meridianamente claro—, esta ley, además de imponer la lengua catalana y la fabla aragonesa como lenguas propias de la comunidad autónoma, es un desprecio al patrimonio cultural aragonés. Por tanto, nos resulta preocupante también el invento de la zona denominada «de transición/recepción», que ya veremos las consecuencias que pueda tener.
En tercer lugar, porque se entiende por «zonas de utilización histórica predominante» también aquellas en las que fueron usados sistemas lingüísticos distintos del aragonés y del catalán, aunque en la actualidad ya ni se utilicen. No sé hasta dónde querremos llegar.
En cuarto lugar, porque se podrán declarar como zonas de utilización de las lenguas propias municipios que no estén de acuerdo con su inclusión.
El señor PRESIDENTE: Señor Navarro, también a usted debo pedirle que vaya concluyendo.
El señor diputado NAVARRO FÉLEZ: Enseguida concluyo.
Por la creación de una Academia de la Lengua Catalana cuyo fin ha de ser normalizar lo ya normalizado. Porque al final, la enseñanza de las lenguas propias, y lo veremos con los sucesivos decretos que vaya sacando el Departamento de Educación, la enseñanza no será del catalán: será en catalán. Y, poco a poco, veremos la problemática que existirá en escuelas unitarias, con pocos alumnos, que para nada se pondrán profesores de apoyo, ya, incluso, para dar el castellano.
¡Porque existirá discriminación con la selección de funcionarios públicos!, puesto que se premiará a aquellos funcionarios o a aquellos opositores que tengan conocimiento de, en este caso, el catalán y del aragonés. Que, además, como tampoco sabemos qué criterios se van a exigir, pues, imagino que tendremos que contratarlos, pues, en Cataluña, y ya no sé dónde para el aragonés.
Segundo, porque esto plantea una cooficialidad encubierta, y se lo vuelvo a repetir: la cooficialidad encubierta viene dada por el simple hecho de que cada ciudadano se pueda dirigir a las Administraciones y que estas le contesten en su misma lengua. Porque va a suponer un problema la toponimia única que vamos a exigirle a todos los municipios. Y, en definitiva, y al margen de otras muchas consideraciones que podrían hacerse, la regulación y la imposición del catalán y la fabla aragonesa constituye una irresponsabilidad política del PSOE, que no será aceptada sin conflictos en el conjunto de la sociedad aragonesa.
Ya, para finalizar, esta mañana..., no soy muy amigo de las citas, pero me han pasado una cita de un economista, de John Kenneth, que decía lo siguiente: «Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular». Y esto va por usted, señor Iglesias.
[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Señor Álvarez, puede explicar el voto del Grupo Socialista. Tiene la palabra.
El señor diputado ÁLVAREZ ANDÚJAR: Gracias, presidente.
Voy a ser más breve que los que me han precedido, porque yo, fundamentalmente, en este turno, lo que quiero es agradecer y celebrar. Pero voy a hacer un par de puntualizaciones antes, sobre todo, para los que no tienen costumbre de asistir a los plenos.
Explicación de voto: dícese del arte de argumentar el por qué se ha votado en contra de lo que ha propuesto uno mismo. ¡Eso es curioso! Fíjense. Voy a poner un ejemplo solo, un ejemplo solo. No quiero meter mucho el dedo en la llaga. «Artículo 18: Uso curricular. 1. En las zonas de utilización histórica predominante de las lenguas propias, se garantizará que su enseñanza, junto al castellano, se establezca en todos los niveles y etapas como materia integrante del currículum». Transacción con el Partido Popular, a raíz de una enmienda de ellos, aprobada también con el voto del PAR.
«Los contenidos de la materia de lengua propia tendrán en cuenta las modalidades y variedades locales«: enmienda del Partido Aragonés aceptada íntegramente.
Vamos al 2, que este es muy curioso. Siento que no esté el señor Suárez (no Eloy, sino don Antonio), porque este le gustaría: «El Gobierno de Aragón impulsará la edición de materiales didácticos para ser utilizados en las asignaturas de lenguas propias en los centros educativos de Aragón». Esto fue una proposición no de ley que aprobó este Pleno, a instancias del Partido Popular, por unanimidad. Se le olvidó al Partido Popular, pero ahí estaba la señora Herrero, que tiene mucha mejor memoria, y lo introdujo. ¡Pues bien! Este artículo, señorías, lo han votado en contra. Como este, podría citarles..., ¡media ley, por lo menos, si no es más!
El voto particular que hemos mantenido para el Pleno, agradecer al Partido Popular que se aclare y que esté de acuerdo con derogar la cooficialidad.
Voy a explicar también... [Rumores.]
El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Álvarez. Un momento. Un momento.
Yo creo que hay que tener un poco de ecuanimidad y de generosidad en el tratamiento de las intervenciones de los demás, y a veces recordar lo que uno mismo dice en esa tribuna. Yo, que no tengo más obligación ni más cometido que escuchar atentamente, creo que tengo el juicio más equilibrado. ¡Y siento un profundo desequilibrio, según quién es el actor en cada momento! Les ruego, por favor, un poco de equilibrio y equidistancia de las cosas.
Continúe, señor Álvarez.
El señor diputado ÁLVAREZ ANDÚJAR: Es decir, ¿ha sido una votación de política lingüística o ha sido solo una votación política?
Otra definición: las patrañas. Dice el diccionario (en castellano): «Dícese mentira o noticia totalmente inventada que se hace pasar por verdadera». Evidentemente, estoy haciendo alusión al folletito este del Partido Popular, que dice: «Nuestras modalidades lingüísticas propias desaparecerán». Señor Suárez, ¿sabe cuántas veces cita la Ley las modalidades lingüísticas? Yo se lo voy a decir: ¡treinta! Le voy a leer... [Rumores.] Le voy a leer... ¡No, no! ¡Yo le digo lo que ha salido en la Ley! ¡Si yo le digo que la Ley tiene todos los colores, señor Navarro! Se lo he dicho todos estos días. Le hemos aceptado enmiendas. «El objeto de la presente ley es reconocer la pluralidad lingüística de Aragón y garantizar a los aragoneses el uso de sus lenguas y modalidades lingüísticas propias.» El artículo 2 bis, el título: «Modalidades lingüísticas».
El señor PRESIDENTE: Señor Álvarez, también le ruego que vaya concluyendo.
El señor diputado ÁLVAREZ ANDÚJAR: Bien. Acabo con esto.
Bueno, en cualquier caso, otra cosa que me ha llamado mucho la atención: «Se impondrá una discriminación en el acceso a la Función Pública». Yo... No lo sé. Esto, ¿dónde lo pone, señor Navarro? ¡Tiene usted más imaginación que Julio Verne! Aquí no lo pone. [Risas.] ¡No hay un artículo que haga siquiera referencia al acceso a la Función Pública! ¡Ni siquiera! Otra cosa es que usted entienda..., ¡claro!, que para dar clase de catalán hay que saber catalán. Me imagino que en inglés también hay que saber inglés para dar clase de inglés.
Dice: «No solo se impondrá el catalán en las zonas del Aragón oriental, sino que además se contempla su expansión a todo el territorio aragonés. ¡Nos van a imponer el catalán!». Miren, señorías, esta es una Ley que no genera ni una sola obligación a ningún ciudadano aragonés, ¡a ninguno! Genera obligaciones para las Administraciones, por supuesto. Las Administraciones hace mucho que tienen obligaciones, por ejemplo, pagar a los profesores de catalán y de aragonés, que llevan pagando los distintos gobiernos, porque los gobiernos que ustedes han presidido también han pagado a los profesores de catalán. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]
Por tanto, como digo, es una ley que genera obligaciones para las Administraciones y derechos para los ciudadanos.
En cualquier caso, y por concluir, yo quiero agradecer a Chunta Aragonesista y, en especial, al señor Bernal, la flexibilidad y la responsabilidad que ha tenido. Quiero agradecer al PAR, en concreto, a la señora Herrero, porque la Ley, mal que le pese, lleva su sello. A Izquierda Unida y al Partido Popular, porque, en mucha o en menor medida, también han apoyado. Al letrado, señor Tudela, por su saber y por aportar también su experiencia, que era necesaria, en una Ley que ha admitido sesenta y seis enmiendas y cincuenta y cinco transacciones. A todos los que han participado, antes y durante, pero no en primera línea. A todos los que han opinado a través de los medios de comunicación durante estos días, porque también hemos enriquecido nuestra posición con ellos. Y, fundamentalmente, a todos los que han luchado, de los que hoy hay muchos en la tribuna, por la conservación de las lenguas propias, con su uso, incluso en tiempos muy difíciles.
Y quiero celebrar el cumplimiento de cuatro objetivos: uno, una promesa electoral del PSOE; dos, el pacto de gobierno; tres, y más importante, el Estatuto de Autonomía, y cuatro, y por encima de todo, que los derechos de los aragoneses que hablan una lengua distinta a la mayoría tienen por fin cobertura legal.
Nada más, y muchas gracias.
[Aplausos.]