Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Comparecencias - Del Presidente de la Diputación General Aragón (DGA)
Comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón al objeto de informar sobre los mecanismos de prevención de emergencias y gestión forestal en la Comunidad Autónoma de Aragón.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 082 de Plenos (X Legislatura)
Intervinienen: Lambán Montañés, Francisco Javier - Sanz Remón, Álvaro - Guerrero De La Fuente, Jesús - Morón Sanjuán, Santiago - Palacín Eltoro, Joaquín Antonio - De Santos Loriente, Marta - Pérez Calvo, Daniel - Vaquero Periánez, María Del Mar - Guillén Izquierdo, Vicente
Pues continuamos con el orden del día, con la comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón, a petición propia, al objeto de informar sobre los mecanismos de prevención de emergencias y gestión forestal en la Comunidad Autónoma de Aragón, para lo cual, señor presidente, tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Señor presidente.
Señoras y señores diputados.
En el debate de la comunidad del pasado 3 de noviembre, hablé de la necesidad de dotarnos de una estrategia aragonesa de prevención y extinción de incendios, un problema de primera magnitud, con tendencia a agravarse, y anuncié una jornada en enero con representantes de otras comunidades para compartir opiniones.
Pues bien, durante los pasados días 23 y 26 de enero, hicimos esa jornada en colaboración con la Fundación Felipe González, donde técnicos de la materia y representantes de seis comunidades autónomas llegaron a conclusiones muy interesantes que refrendan y enriquecen nuestra percepción previa.
Por hablar de algo que nos toca muy de cerca, existe ya el riesgo de que todo el Pirineo, de este a oeste, pueda arder en un megaincendio incontrolable, y mayor probabilidad se le asigna, incluso, a un megaincendio catastrófico, de consecuencias incalculables, que podría calcinar todo el Sistema Ibérico.
No hace falta insistir en que las consecuencias son devastadoras en todo orden de cosas: lo son en términos medioambientales y lo son en términos de riesgo para las personas. En los últimos trece años, en Europa ha habido más pérdidas de vidas humanas a causa de los incendios que a causa del terrorismo.
La causa —también estuvieron de acuerdo todos los presentes—, una es el cambio climático, pero no es la causa directa, aunque actúa como catalizador de estos incendios incontrolables. La causa principal, sin duda, es la ingente acumulación de biomasa, consecuencia, a su vez, de la pérdida de las actividades tradicionales del medio rural y consecuencia también de las limitaciones y prohibiciones derivadas de los programas de conservación y de la aversión generalizada al aprovechamiento productivo del monte.
Por lo demás, es ingenuo pensar que la eliminación de biomasa pueda hacerse exclusivamente con recursos públicos. En ocho años, hemos triplicado en Aragón el presupuesto forestal, y ello tan solo nos ha permitido pasar, de actuar sobre dos mil hectáreas, a poco más de cuatro mil, una extensión insignificante si se tiene en cuenta que la superficie forestal aragonesa supera los dos millones de hectáreas.
A la vista de estos datos, Aragón, al igual que el resto de las comunidades autónomas (y había consejeros de Castilla y León, de Navarra y de Valencia) que han sufrido con nosotros incendios atroces el pasado verano, Aragón necesita una estrategia de prevención y extinción de incendios forestales a la altura de los nuevos desafíos, y que hemos de ir definiendo cuanto antes. Y me atrevo a decirles que en este momento Aragón está a la vanguardia en la búsqueda de soluciones drásticas, eficaces y, sobre todo, compartidas por todo el país, porque el problema es de todo el país.
De entrada, hay que decir que España cuenta con uno de los mejores sistemas del mundo en lo que a política forestal se refiere, al que Aragón ha contribuido de manera destacada durante las últimas décadas con unos operativos de los que nos sentimos muy orgullosos. Es un buen punto de partida, pero no es suficiente. Si no se toman las decisiones adecuadas ni se activan las medidas necesarias, los desastres, ahora excepcionales, se convertirán en habituales e irremediables.
Las soluciones, señoras y señores diputados, no cabe buscarlas en el romanticismo rural que apuesta por la vuelta al pasado, al que, en realidad, nadie quiere volver de verdad. Tampoco cabe seguir en la espiral de acumulación de más y más medios de extinción. Hay, como en todo, que escuchar a los que saben, tanto en el ámbito de la ciencia formal como de la informal, de los que están, en definitiva, en el monte desde hace muchas generaciones. Hay que proteger al paisaje y también al paisanaje, y nadie mejor que ellos, los paisanos, para saber cómo hacer frente a este tipo de catástrofes, porque llevan haciéndolo con éxito desde hace muchos siglos.
Necesitamos, en primer lugar, saber de qué fuerzas disponemos, en qué situación estamos, y, a partir de ahí, darle un fuerte impulso político capaz de revertir los paradigmas vigentes en esta materia.
Yendo al terreno de las medidas específicas, necesitamos, en segundo lugar, un perfeccionamiento de la protección civil, que incluya la cultura de la autoprotección a través de la información y la sensibilización ciudadana, sobre todo en el terreno de la educación.
Hay que reconocer la excelente labor desarrollada desde el Cecopi, que aún mejorará más con la nueva Ley de protección civil y gestión de emergencias. Y quizá, señoras y señores diputados, haya que pensar en que nuestros operativos de limpieza se dediquen prioritariamente a las inmediaciones de los cascos urbanos, pues la vida de las gentes es lo primero que hay que proteger.
En tercer lugar, hemos de considerar la gestión de quemas controladas por parte de la Administración. También en esto podría enseñarnos mucho el paisanaje.
Y en cuarto lugar, y quizá como reto principal, hemos de impulsar la selvicultura productiva en el marco de una activa colaboración público-privada. Es, sin duda, lo más relevante, urgente y efectivo para hacer frente de verdad al fenómeno de estos incendios que no pueden apagarse, la única manera de extraer de manera efectiva la biomasa, que ni de lejos podemos hacer solo con medios públicos. De paso, obtendríamos materia prima para diversos usos, incluida la generación de energía, pudiendo obtenerse a partir de la biomasa, aproximadamente, el equivalente al 25% de las importaciones de petróleo que realiza España. Es decir, generación de economía y empleo en las zonas socioeconómicamente más desfavorecidas de España.
¿Permite nuestro marco jurídico y estratégico apostar por la selvicultura productiva por la que abogamos? Por supuesto que sí, gracias a que hemos venido trabajando para que así sea: primero, tenemos una Ley de montes que podemos desarrollar sin excluir posibles ajustes puntuales de la misma; en segundo lugar, disponemos de un Plan forestal de Aragón promovido en 2016, y que, tras ser aprobado en el Consejo de Gobierno a finales octubre del 2022, ya ha pasado por estas Cortes, y en tercer lugar, desde 2016 hemos impulsado la ordenación de montes y la certificación forestal, que son instrumentos básicos para esa selvicultura productiva, y puedo decirles, en ese sentido, que ya hemos alcanzado las trescientas mil hectáreas, siendo la comunidad autónoma que en este momento lidera España en este tipo de actuaciones.
Pero lo cierto, señoras y señores diputados, es que queda mucho por hacer. En este sentido, hemos de impulsar acciones potentes en dos direcciones: en primer lugar, acciones orientadas a favorecer la disponibilidad de biomasa como recurso y, en segundo lugar, acciones orientadas a cambios normativos que favorezcan el desarrollo de las centrales de biomasa, sin las cuales es absolutamente imposible, en mi opinión, solucionar el problema de los incendios de sexta generación, el problema de los incendios que no se pueden apagar, como ya vienen denominándose en los últimos tiempos. A ello, a desgranar en estas medidas, señoras y señores diputados, me referiré en la réplica.
Pero esta cuestión, quiero insistir en ello, es crucial, y nos obliga a dialogar con el Gobierno de España para introducir cambios normativos muy importantes, para impulsar políticas radicalmente nuevas si realmente queremos, en primer lugar, dar con soluciones eficaces frente a esta clase de incendios; si queremos, en segundo lugar, preservar el medio ambiente; si queremos, en tercer lugar, generar riqueza en el medio rural, y si queremos, por último, y esto quizá es lo más importante de todo, reforzar la seguridad existencial de las gentes que viven en los pueblos, porque cada vez los incendios se apagan más, pero los que quedan incendian más, y cada vez existe más riesgo para las poblaciones.
Excuso decirles, señoras y señores diputados, que la jornada tuvo el interés de que a las opiniones de los técnicos se sumaron, con un altísimo grado de coincidencia, los puntos de vista de seis consejeros muy habituados a luchar contra los incendios forestales y, por tanto, bastante bien pertrechados de conocimientos y de ideas para hacerles frente. Insisto, estaba el consejero de Aragón además del navarro, del castellano-leonés y del valenciano, que algo pueden decir, en concreto, de lo ocurrido el pasado verano en sus respectivas comunidades autónomas, y la coincidencia fue absoluta, no solo en la necesidad de reforzar la cooperación, que, ya sin protocolos fijos y establecidos, funciona de manera bastante satisfactoria, sino también de hacerlo con el Gobierno de España, que, en definitiva, y en el caso de los grandes incendios, ha de liderar necesariamente las actuaciones en las que participen las comunidades.
Creo sinceramente que es un problema muy serio, lo venimos sufriendo de manera creciente en los últimos años, y, si no hacemos nada, en los próximos esto puede llevarse por delante, en primer lugar, muchas hectáreas de monte; en segundo lugar, nos va a privar de la creación de riqueza de manera bastante fehaciente, y en tercer lugar, y esto, insisto otra vez, por tercera, es lo más importante, pone en riesgo cada vez más a la gente, a la seguridad de las personas. Hasta ahora, en términos de fallecidos en Aragón, creo que no tenemos que lamentar absolutamente ninguna víctima, pero ya he dicho antes que en Europa ha pasado a ser una causa de muerte más perjudicial que el propio terrorismo.
Muchas gracias. [Aplausos].
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.
Turno para los grupos parlamentarios.
Izquierda Unida. Señor Sanz.
El señor diputado SANZ REMÓN: Gracias, presidente.
Buenos días, señor Lambán.
Volvemos a hablar en esta cámara de dos cuestiones que han marcado, quizá, el debate en esta legislatura: no solo los incendios forestales, sino también las emergencias.
Fíjense, estamos apenas a unas semanas de acabar la legislatura y abordamos este debate, y yo creo, señor Lambán, que lo serio y lo riguroso es hacer un balance. Usted ha citado alguna cuestión e Izquierda Unida va a preguntarle por alguna de esas cuestiones, un balance de dos años intensos en esta cuestión que tenemos que analizar.
En primer lugar, hay un proyecto de ley de emergencias y de protección civil que, previsiblemente —ustedes saben bien—, no va a ser debatido y convalidado su debate de final de ponencia por esta cámara porque no va a dar tiempo. Esa es la primera de las cuestiones que creo que, bueno, pues invalida en buena medida la nómina en esta cuestión en materia legislativa por parte del Gobierno, porque llegó tarde.
En segundo lugar, hemos debatido mucho, sobradamente, sobre la necesidad de intensificar las labores del servicio de prevención y extinción de incendios durante todo el año, incluso lo hemos firmado en un acuerdo, en esa Estrategia Aragonesa de Recuperación Social y Económica, el impulso de ese nuevo modelo, de ese nuevo plan y de esas mejoras que usted dice que nos están costando mucho, pero ahora mismo tenemos al Comité Intercentros de la empresa pública Sarga denunciando incumplimientos, denunciando que aquello que se prometió no se está cumpliendo, denunciando, incluso, graves incumplimientos de los juzgados en materia de prevención laboral. Y quizá usted debería empezar por allí, qué va a hacer con esa empresa, qué va a hacer con estos trabajadores y cómo va a garantizar el cumplimiento de lo acordado con ellos, y no desviar esos fondos que iban, precisamente, a la mejora del dispositivo de prevención, a lo que usted ha venido a defender hoy aquí, que es la colaboración público-privada, el desvío a entidades privadas, a empresas privadas.
En tercer lugar, recientemente, entramos en esta cámara y hemos debatido ya, señor Lambán, el Plan forestal, un documento arduo (hoy mismo registrábamos las propuestas de resolución para su incorporación en el texto), en el que hablaba de cuestiones fundamentales como afrontar la realidad de los grandes incendios, el problema que supone también para la seguridad pública y la protección civil, y contenía buena parte de las soluciones, que esta formación política comparte clarísimamente, pero de las que usted no ha hablado.
Y hay una cuestión clara: el cambio climático avanza y genera condiciones para los incendios forestales; el abandono de la actividad productiva, de la que hablaré después, también. Pero los incendios los provoca la chispa, señor Lambán, y, en ese sentido, ese plan dice y contradice lo que ya debatíamos con el señor Olona, eso de «prohibido prohibir». No hablamos de prohibir, hablamos de restringir y de regular las actividades en situaciones de riesgo. Usted tampoco quiere ni oír hablar de esa cuestión.
En cuarto lugar, hablamos de algo que usted firmó conmigo, como es, por ejemplo, el impulso y el desarrollo de la ley del fuego. Tampoco se ha hecho nada en toda la legislatura, y hemos aprobado iniciativas en materia de emergencia exterior, por ejemplo, para las localidades que tienen empresas sometidas a la normativa Seveso: catorce ahora mismo —«solo tres, solo cuatro», decía la prensa el otro día en Aragón— cumplen con los rigores de seguridad exigibles para evitar problemas mayores.
Por lo tanto, yo escuchaba en su intervención e intentaba encontrar alguna de estas cuestiones resueltas, y engrana difícilmente con acuerdos, con iniciativas, con pactos, con todos estos debates que le he planteado a su intervención.
Usted viene aquí a presentarnos las conclusiones, que es una conclusión, de una jornada que reunió al lobby de las empresas de los servicios de gestión forestal en torno al experto en incendios forestales que es Felipe González, y, como comprenderá, a Izquierda Unida esto no le parece serio para hablar de una cuestión tan importante en Aragón como es esta, teniendo en cuenta nuestra masa forestal.
Hemos intentado hacer siempre de este debate, y el consejero Olona lo sabe bien, un debate desde la responsabilidad, para evitar situaciones fáciles, porque no es fácil este debate, es un debate difícil; pero no nos lo pone fácil, señor Lambán.
Y después del incendio de Ateca (catorce mil hectáreas), provocado por una de esas empresas de colaboración público-privada, quizá deberíamos haber hecho algún aprendizaje.
No solo no se han hecho los deberes en torno a lo que le he dicho, sino que, además, hay una cuestión que a nosotros nos preocupa, que es la necesidad de abordar lo que dice el Plan de gestión forestal: regular, trabajar. Nosotros estamos de acuerdo para impulsar la bioeconomía, por supuesto que sí, y para impulsar el aprovechamiento forestal en materia productiva, por supuesto que sí, pero el debate es mayor. El debate que usted propone hoy aquí es que cambiemos de paradigma de gestión incorporando la gestión privada en lo que serían nuestros montes, y eso Izquierda Unida no lo comparte, porque la propia empresa pública puede ser tractora de esa bioeconomía (hoy hemos registrado una iniciativa para ese menester), estamos de acuerdo en eso.
Señor Lambán, no creo que sea serio este debate apenas a dos meses de unas elecciones.
Y todos coincidimos en que el abandono de la actividad, por ejemplo, tradicional en el campo ha generado una condición de [corte automático del sonido]..., de acumulación de combustible que hay que retirar. Lo compartimos, pero quizá deberíamos replantearnos, y hemos debatido ahora mismo una ley de agricultura social y familiar, que hay que garantizar una agricultura con agricultores y una ganadería extensiva frente a ese modelo que a usted tanto le gusta de la agroindustria, y eso facilitaría también mucho la tarea.
También hemos hablado mucho del cambio climático, pero, como le decía, es la chispa muchas veces, y es lo que hay que evitar siempre, lo que genera el fuego.
Y mire, en torno a eso, este verano, el incendio de Ateca —y acabo ya, presidente—, catorce mil hectáreas, provocado por una empresa que se dedica a servicios forestales para el mercadeo de las emisiones de CO2. Esto ya es la paradoja total.
Nosotros decíamos: hay que regular, como se ha hecho en otras comunidades autónomas, la actividad en situaciones de riesgo, como pone el Plan forestal...
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.
El señor diputado SANZ REMÓN:... —acabo—, hay que regular, y ustedes decían «prohibido prohibir». Al final, y yo quiero hablar de eso, miles de hectáreas de explotaciones agrarias, una central frutícola quemada y pueblos desalojados. Y hoy, el Juzgado de Calatayud nos está diciendo que, ojo, que quizá tengan responsabilidades, señorías del Gobierno, subsidiarias, y eso es peligroso...
El señor PRESIDENTE: Gracias.
El señor diputado SANZ REMÓN: Acabo ya, presidente.
En definitiva, yo lo que le pregunto es qué va a hacer, y, para tener claro en este debate algo, qué va a hacer con esos vecinos que están pidiendo, por ejemplo, que se les retire el amianto quemado. Si me contesta eso, me daré por satisfecho. [Aplausos].
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sanz.
Grupo Aragonés. [Rumores]. Por favor...
Grupo Aragonés. Señor Guerrero, su turno.
El señor diputado GUERRERO DE LA FUENTE: Sí, muchísimas gracias.
Bueno, yo creo que, además del cambio climático y cualquier tipo de acción que puede, de alguna manera, afectar a todo lo que estamos hablando, yo creo que lo que hay que seguir es implementando medidas que realmente sirvan para proteger a las personas que están en el territorio y a cualquier tipo de acción que venga por parte de los expertos.
Agradecer la presencia de las personas que están hoy aquí con nosotros.
Yo tengo la grandísima suerte de que vivo en el medio rural, y, si de algo tenemos conocimiento las personas ya no solo que vivimos en el medio rural, y coincido con lo que ha dicho el presidente, sino los que allí vivimos y los que vamos a ver diferentes zonas y poblaciones donde hay seis habitantes, siete habitantes, veinte habitantes, cincuenta habitantes, esas personas que, de alguna manera, viven en aquel casi 35% o 40% de espacios protegidos de Aragón, que somos el 10% de España y solo un 2,8% de la población, y que, además, sabemos que hay una especie de problemas que ya resolvían de una manera parcial, y digo parcial, personas que vivían en el territorio, vuelvo a decir, que son los primeros que quieren que sus bosques estén bien, que sus caminos estén bien, que sus explotaciones estén bien, conjuntamente con los expertos y las personas que están en primera línea en esos mecanismos de prevención, emergencias y, además, gestión forestal, pues al final, dentro de una sensación y una posición de sentido común, aquello tiene que sumar a lo que había y a lo que hay.
Por otro lado, es verdad que también desde el Gobierno de Aragón, y lo ha dicho el presidente, y coincidimos, es necesario realizar e implementar una estrategia de prevención de cualquier tipo de mecanismo, a la hora de extinción de incendios forestales, a la altura de lo que es Aragón. Les he vuelto a decir: hay comarcas donde, prácticamente, la densidad poblacional es de tres habitantes por kilómetro cuadrado, tres habitantes por kilómetro cuadrado, y no están solo en Teruel o están en Zaragoza, también están en Huesca, y que tienen ciento veinte kilómetros de largo.
Pero, al lado de esas comarcas (les puedo citar una: Sobrarbe), hay otras que tienen 4,5 habitantes por kilómetro cuadrados (Ribagorza), que tienen ciento cincuenta kilómetros de largo, pero, además, no son planos. Es que, además de que no son planos, son con montañas, de un valle a otro, y hay personas que viven en esos núcleos que tienen el mismo derecho para vivir como el que vive en el paseo Independencia de Zaragoza, tienen el mismo derecho. Si bajamos más hacia abajo, hacia el llano, ya no digo comarcas con montañas, como puede ser Monegros, pues hay entre siete y ocho habitantes por kilómetro cuadrado.
Naturalmente, es necesario implementar estrategias que aborden esos mecanismos de prevención, de extinción de incendios y de gestión forestal, y eso se consigue de dos maneras: una, destinando recursos humanos y, dos, implementando y fortaleciendo, como decíamos, con recursos materiales.
Y además, luego podemos hacer otro tipo de actuaciones, utilizando, hoy en día, que contamos ya con tecnología cada vez más puntera en ese sentido, pero, sin ir más a lo lejano, sí que podemos hacerlo con lo cercano. Y dicho de otra manera: que luego también podemos disponer de esa biomasa para intentar buscar soluciones, perfecto; en ese sentido, lo compartimos y, además, es necesario y, además, son retos que nos aborda el cambio climático, y son retos, dentro de la economía circular de todos los procesos, que hay que realizar.
Pero nosotros creemos que cualquier acción que sirva para fortalecer especialmente los recursos humanos, desde la primera línea de esa persona que está en el territorio abordando la extinción de un incendio o la gestión forestal hasta la última capa, en ese sentido, bien sea a nivel de recursos humanos o de recursos materiales, nosotros estaremos a favor.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Guerrero.
Grupo Parlamentario Vox. Señor Morón.
El señor diputado MORÓN SANJUÁN: Gracias, señor presidente.
Señor Lambán, las encuestas les deben de ir muy mal cuando, aparentemente y poco a poco, se van desvinculando de las políticas ecorradicales de Podemos, y tanto su consejero como usted mismo empiezan a hablar en voz alta de la utilización y aprovechamiento de los recursos que ofrecen los bosques y de su importancia en la prevención o en la preextinción de los grandes incendios forestales.
Mire, señor Lambán, en verano solo hablaban del cambio climático y de la necesidad de perseverar en la lucha contra el cambio climático para hacer frente a los grandes incendios, frente a lo que defendía Vox y las gentes del medio rural conocen bien, que es que la ineficiente gestión forestal, y podríamos decir también la inexistente gestión forestal, y no el cambio climático, es la razón fundamental de la magnitud que alcanzaron los incendios en verano.
Una vez más, su partido utilizaba el cambio climático de excusa, esta vez para eludir cualquier responsabilidad por el estado de abandono de nuestra masa forestal. De hecho, su propio partido y el resto de los grupos que apoyan su Gobierno rechazaron una iniciativa de Vox que proponía recuperar aquellas actividades tradicionales que, con un coste muy inferior a las labores de prevención que se realizan a través de la empresa Sarga, contribuirían a mantener cuidados nuestros montes. No queremos decir, evidentemente, que hay que prescindir de estas labores, pero sí se pueden complementar. En especial hablábamos del aprovechamiento de la madera, del acondicionamiento de las vías pecuarias y del uso de la ganadería extensiva con estos fines, actividades que, si bien resultan de escasa rentabilidad en la mayor parte de los casos, quedaron prácticamente proscritas con la aprobación de los planes de gestión de los espacios naturales de la Red Natura que su Gobierno impulsó a principios de legislatura. Paradójicamente, ahora sí que están dispuestos a la entrada de maquinaria para el aprovechamiento de la biomasa.
Ahora ya solo falta que organice unas nuevas jornadas con otro personaje ilustre y aborde la necesidad de cuidar el cauce del Ebro y sus afluentes, y no solo la limpieza de los tramos urbanos o la redacción de proyectos para estar más preparados o resilientes a las periódicas inundaciones.
Desde Vox le animamos a ser valiente, dejar de escudarse en directivas europeas y abrir un debate a nivel nacional sobre la necesidad de disponer de una política propia en materia de agua.
Señor Lambán, no se puede ir derribando embalses y frenando las obras del Pacto del Agua de Aragón y, a la vez, querer vender un cambio de paradigma. Simplemente, desde Vox no le creemos.
Muy al contrario que usted, en Vox llevamos defendiendo lo mismo desde el principio de legislatura, la necesidad de promover la protección del medio natural con el ser humano como principal protagonista, frente al ecologismo radical de las agendas impuestas por las élites que prescinden de las personas; la conservación de los espacios naturales y protegidos no puede realizarse perjudicando a las comunidades locales y los modos de producción tradicionales.
En ese sentido, recientemente, y hoy mismo también ha hecho referencia a ese romanticismo rural, que solo añora un pasado que no volverá —literalmente, vino a decir—, pero que no aborda las soluciones reales que requiere la situación actual y que, con determinados planteamientos, como mucho, da para un romance octosílabo.
Decía que la gente ya no va a recoger leña para calentarse. No hay cabras ni ovejas que pasten y limpien los montes, pero sí puede haber empresas de biomasa que hagan ese trabajo y, además, generen puestos de trabajo. Esto es literalmente lo que usted dijo.
Para usted, que renuncia a ese romanticismo, ¿cuál es su modelo para el medio rural? ¿Convertir todo Aragón en un gigantesco parque temático de energías renovables, que renuncie a la ganadería extensiva, a las ovejas y cabras pastando en el monte? ¿Qué será lo siguiente? ¿Prescindir gradualmente también de la agricultura y externalizar la producción de alimentos a terceros países, para, con la excusa de no contaminar o no afectar nuestras masas de agua, enriquecer a multinacionales que se hacen de oro en países regados por la Unión Europea de millones que proceden de nuestros impuestos, como es el caso de Marruecos?
Señor Lambán, no es creíble y, lo que es peor, no tiene un proyecto de futuro para el medio rural aragonés y, si lo tiene, se lo calla.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Morón.
Grupo Parlamentario de Chunta, señor Palacín.
El señor diputado PALACÍN ELTORO: Gracias, presidente.
Señorías, señor presidente, los grandes incendios forestales son uno de los más graves problemas que tenemos en los últimos años, y tienen que ver con la gestión de los montes, la despoblación, el abandono de la actividad ganadera de pastos, forestal, por dejar de transitar los caminos y montes, en definitiva, por el cambio de vida en el medio rural. Es un problema que en Aragón conocemos bien, pero que hace más de unos diez años tuvo un punto de inflexión muy importante, que fue el incendio de Castanesa. Donde tenía que haber nieve en ese momento, hubo un incendio que nos hizo reflexionar, un hecho que nos tiene que seguir haciendo pensar. Este año pasado 2022 hemos vivido un año muy complicado con los incendios forestales, el número de incendios y la superficie afectada ha estado muy por encima de la media de los últimos años. Incendios que nos han dejado imágenes impactantes.
Pero hay que tener en cuenta todo esto por qué está sucediendo, y está sucediendo por el cambio climático, un cambio climático al que nos tenemos que enfrentar. Un ejemplo ha sido Castanesa. El año pasado, con las altas temperaturas, las bajas precipitaciones, en algunas zonas ninguna precipitación, por lo que las condiciones para propagarse los incendios han sido muy favorables.
Como decía, hay que tener en cuenta el cambio climático. Cada vez se nota más, está más presente, por lo que va a ser una variable que vamos a tener que analizar para adaptarnos a los nuevos tipos de incendios a la hora de llevar adelante nuestra vida cotidiana. Por eso es importante el cuidado de nuestros montes, por la seguridad que generan en el territorio, por el empleo que genera en el mundo rural, donde no siempre es fácil crear puestos de trabajo.
Sin duda coincidimos en una cosa, y es que es una oportunidad para el territorio. Si somos capaces de hacerlo de una forma correcta, evitaremos riesgos y generaremos empleo. Yo creo que tenemos que poner en valor la empresa pública Sarga y el trabajo que desarrolla, pero tenemos que hacer también una reflexión. Si hablamos de lo que se ha hecho desde el año 2015, se han mejorado de una forma importante los recursos que se han destinado, se ha mejorado en acciones, en presupuesto, como decía, se han mejorado infraestructuras, se han realizado planes de defensa frente a incendios forestales en zonas de alto valor con alto riesgo de incendio, se han mejorado equipos, vehículos, aplicaciones informáticas y otras acciones. Pero hay que seguir, hay que cambiar, el operativo no puede ser noticia en muchas ocasiones por los conflictos laborales. El operativo tiene que tener una mayor calidad en el empleo, una mayor seguridad, una mayor garantía para el personal, que se enfrenta a situaciones muy complejas, a situaciones muy difíciles. Por lo tanto, como decía, hay que seguir avanzando en la línea de mejorar la situación del operativo a la hora de enfrentarnos a los incendios o trabajar fuera de la época de riesgo que, como decía anteriormente, cada vez es mayor.
Está claro que hay que avanzar. Se abre una oportunidad con el empleo verde. Los recursos forestales, como usted ha dicho, son una gran oportunidad, en la que Aragón puede tener una posibilidad de desarrollo en todo el territorio, además. Tenemos el plan forestal, un plan forestal que va a permitir avanzar hacia una gestión sostenible del patrimonio natural que suponen los montes aragoneses. Tenemos una gran cantidad de hectáreas que no se estaban explotando, que no se estaban manteniendo, que no se estaban trabajando, y ahí tenemos una gran oportunidad de trabajo, de generar ese empleo, de mejorar esa seguridad de la que hablaba anteriormente, y, además, de vertebrar el territorio y, por supuesto, el poder asentar población, el desarrollar esta gestión de nuestros recursos forestales nos va a ayudar seguro a que se asiente población y a que podamos vertebrar el territorio.
Por lo tanto, señor presidente, estamos ante un problema muy importante para Aragón, un problema que vamos a tener que adaptarnos a él por la situación de cambio climático, pero esperamos ver en ello también una oportunidad, pero para ello lo tenemos que hacer bien, adaptarnos a esa situación de la mejor forma posible, buscando un modelo eficaz, buscando un modelo eficiente para evitar riesgos, pero también, como decía, para poder generar empleo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Palacín.
Grupo Parlamentario de Podemos, señora De Santos.
La señora diputada DE SANTOS LORIENTE: Gracias, presidente.
Solo por matizar, es importante que tengamos todos claro que los grandes avances que se han hecho en esta legislatura en gestión forestal e incendios no han caído del cielo. Estos avances históricos tienen nombre y apellidos, se llaman Podemos y Diego Bayona. [Aplausos].
No ahora, llevamos desde que nacimos teniendo superclaro el tema y teniendo que aguantar muchas tonterías en esta cámara. Tenemos expertos aragoneses que nadie de fuera nos ha tenido que decir nada, que teníamos aquí ya el conocimiento y la experiencia. Bienvenidos. Y seguiremos remontando, porque queda mucho por hacer.
Me gustaría ser capaz de aclarar tres conceptos: la diferencia entre política forestal y la prevención y extinción de incendios, que todavía hay error de bulto en algunos de sus mensajes; los avances históricos de esta legislatura en ambas asignaturas, y lo mucho que nos falta todavía por avanzar.
Avances históricos en política forestal. Sí, Ley de Montes, primer plan forestal, ordenación de montes y otras políticas como la certificación forestal, que hacen posible por fin pasar del discurso a lo real, que es lo que está haciendo Podemos. Ahora, también con una inversión histórica, por primera vez. Nunca antes un Gobierno de Aragón había apostado tanto por los montes aragoneses y por la gente que los cuida. Desde Podemos creemos que los montes son fuente de riqueza y, como digo, hemos pasado a la realidad.
En estas Cortes se han escuchado muchas barbaridades. No sabemos si porque no se enteran o porque oyen cantos de sirenas de algunas de las empresas privadas que quieren sacar provecho de esta situación. Por eso no voy a volver a recordar que la gestión y el aprovechamiento forestal es una oportunidad económica para nuestros municipios, los aragoneses, que ya está bien de que la colaboración público-privada sea que lo público pone el monte y el beneficio se lo lleva la privada. Hay un modelo factible, bueno, que revierte en el territorio, y ese es el que vamos a defender.
Va a venir, además, mucho dinero de Europa, a lo mejor por eso tanto interés de golpe. Por favor, que se beneficien nuestros ayuntamientos, nuestros trabajadores públicos y nuestros montes.
El primer plan de gestión forestal de Aragón, como bien hemos dicho, no es papel mojado, sino que además va dotado del mayor presupuesto de la historia, con más de sesenta y cinco millones de euros, que hará real el aprovechamiento no solo de la madera —léanselo—, sino también de otros productos muy importantes para el desarrollo de nuestros pueblos. Para la planificación y ordenación de montes, que es otro concepto muy importante, en el cual también hemos remontado, hemos invertido más de 6,3 millones de euros, lo que está permitiendo ya por fin actuar a nuestros ayuntamientos y propietarios de montes en esa colaboración público-privada, para tener esos beneficios que pueden obtener del monte.
Aragón por fin es una de las comunidades autónomas, como bien ha dicho el presidente, en certificación forestal, que, como digo, es revalorizar lo que tenemos en esos montes, no solo la madera, y que está permitiendo por fin actuar y sacar beneficio a los ayuntamientos.
Se han realizado unas importantes inversiones también, por ejemplo, en zonas de incendios anteriores a que llegásemos, y ahora que los ha habido también. Avances históricos en incendios, que, como digo, es otro concepto. Partíamos de una situación terrible que nos dejó el Partido Popular, donde también aplicó importantes recortes, en once millones nos lo dejaron, trabajando apenas tres, cuatro o cinco meses según el año.
La profesionalización y dignificación del operativo de prevención y extinción de incendios forestales, actualmente el INFOAR, no ha sido ni al azar ni fácil, nos lo han puesto muy difícil y, no obstante, el aumento de presupuesto, más de treinta y siete millones en la actualidad, no ha sido fruto de la casualidad, y seguiremos en ello.
¿Para qué ese dinero? Para avanzar en profesionalización de un servicio esencial para Aragón. Por fin trabajamos todo el año, por fin la contratación es de doce meses y por fin podemos planificar, formar y hacer todas aquellas cosas que son esenciales para un buen servicio. Cuando digo «profesionalización», hablo de saber retener el talento. Este trabajo, el de bombero forestal, es uno de los más duros que existen en la Administración pública, y no puede hacerse solo con base en la vocación. Estos profesionales que pueblan nuestro mundo rural, tanto que ustedes hablan, esta gente de bien, esta sí que es gente de bien, ha estado entrando a incendios sin formación, sin medios y sin tener reconocido su trabajo.
Todo esto está cambiando, pero falta mucho por hacer. Por ejemplo, estamos reorganizando y mejorando turnos de trabajo, también el calendario. Insisto, la formación. Hemos creado dentro de la dirección general ese servicio por fin de formación, pero la empresa pública debe apostar realmente para que el dinero llegue donde tiene que llegar.
Hoy los repartirán a todas las reivindicaciones que hoy en día no se han cumplido teniendo ese dinero, entre otras cosas, el Gobierno de España, y debemos también trabajar por el reconocimiento de la categoría profesional.
Es muy importante también la apuesta por los medios materiales, las comunicaciones, los vehículos, las autobombas, un montón de cosas que hemos hablado, y no me da tiempo, presidente. Sabe que hemos sido muy pesados con lo de los incendios, todo el mundo lo sabe, seguiremos. Bienvenidos, de verdad, y seguiremos ofreciendo nuestro conocimiento, el de aquí, de Aragón, que no hacía falta traer a nadie, porque los técnicos aragoneses sabían ya todo esto que están diciendo ahora, que seguiremos insistiendo en que también el operativo de incendios puede hacer mucho más en otros trabajos, por ejemplo, en emergencias durante todo el año, que cuidemos a los que nos cuidan, que cuidemos a los técnicos y trabajadores de todos estos temas.
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.
La señora diputada DE SANTOS LORIENTE: Que desde Podemos seguiremos aportando soluciones para nuestros montes y para nuestra gente.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora De Santos.
Grupo Parlamentario de Ciudadanos, señor Pérez.
El señor diputado PÉREZ CALVO: Gracias, presidente.
Mire, señor Lambán, yo creo que lo primero, lo más importante sería saber exactamente de qué estamos hablando, acotar ese término, esa forma de gestión forestal. ¿A qué nos referimos exactamente? Según la FAO, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la gestión forestal es un proceso de planificación y ejecución de prácticas para la administración y uso de los bosques y otros terrenos arbolados, orientado a cumplir con objetivos concretos tanto ambientales como económicos, sociales y culturales.
La verdad es que eso abre un debate muy amplio, cabe mucha subjetividad, hay muchas maneras de orientar o entender esa planificación y, seguramente, como en todo, habrá opiniones para todos los gustos. Por eso creo que, una vez más, el gran reto, lo importante es elaborar un plan de gestión forestal que permita armonizar y conciliar esos beneficios económicos, ambientales y sociales de nuestros bosques, evitando que un exceso de celo o un concepto perverso sobre la conservación del medio natural nos acabe llevando paradójicamente a su devastación, a su destrucción, a ese apocalipsis al que usted hacía referencia. Por eso, yo creo que sería muy bueno tener claro que no cabe un modelo eficiente y eficaz de gestión forestal si no somos capaces de encontrar ese equilibrio, ese punto medio entre lo ambiental y lo económico, de tal forma que la gestión forestal, sin más, pase a ser gestión forestal sos-te-ni-ble.
El problema es que, siempre que sale a la palestra la sostenibilidad, nos acabamos dando de bruces con las ideologías, que todo lo condicionan, en lugar de enarbolar las banderas de las ideas, de la sensatez, de las propuestas, del sentido común, que deben hacernos ver que la gestión forestal sostenible no es de derechas ni es de izquierdas.
Una vez más, parece que somos incapaces de adaptarnos a las nuevas realidades del siglo XXI. Como cantaba Mercedes Sosa: cambia, todo cambia, y de la misma manera que la tierra nunca será el paraíso patria de la humanidad, los bosques no pueden seguir siendo intocables, por mucho, me temo, que podamos acabar ardiendo con ellos si no tomamos decisiones valientes e inmediatas.
Eso que ahora llaman silvicultura productiva. ¿Silvicultura productiva? Pues mire, en tiempos de mi abuelo se llamaba limpiar los montes y explorar los recursos naturales, explotarlos. Seguramente se debía haber hecho de otra manera, con otro tipo de control, pero es evidente que, en eso, la regulación se nos ha acabado yendo de las manos, hasta el punto de que, donde teníamos una solución, hemos acabado generando un problema.
Hay que extraer biomasa y madera de nuestros bosques de manera controlada. Lo explicó muy bien el consejero Olona hace unos días en esta cámara: lo que no arda en la estufa, acabará ardiendo en el monte. Así de claro. Hay que apostar sin prejuicios por la colaboración público-privada en ese plan de sostenibilidad.
Pero ¿sabía usted, señor Lambán, que hay empresas aragonesas que se dedican a la prevención de incendios forestales, y se las está contratando en otras comunidades autónomas en lugar de prestar sus servicios en Aragón? ¿Se ha preguntado cuántas empresas podrían estar interesadas en limpiar de broza nuestros montes a cambio de extraer madera, es decir, a cambio de llevarse el combustible?
A mediados del pasado siglo se acometió una ingente repoblación forestal en España, también en Aragón, que coincidió con la no menos ingente despoblación en el medio rural. Se fueron a la ciudad los mejores guardabosques, que eran, sin duda, los vecinos de esos pueblos, y muy especialmente los pastores.
Es importante, claro que sí, velar por los paisajes, por supuesto, pero es más importante, si cabe, velar también por el paisanaje, devolver la vida a nuestros pueblos para potenciar la ganadería extensiva y derogar esas leyes y directivas contra natura, totalmente, nunca mejor dicho, como la que hizo que, por ejemplo, a mi amigo y compañero Arturo Villalba, concejal en Vera de Moncayo, le crujieran con una buena multa y la amenaza de perder ayudas de la PAC por labrar un pequeño trozo de ribazo y hacer un cortafuegos. De haber tenido unos cuantos Arturo Villalba en el territorio, actuando desde la sensatez y el conocimiento que tienen quienes viven realmente en ese medio rural, sin la presión de leyes concebidas en despachos urbanitas con más ecologetas que ecologistas, es posible que hubiéramos evitado una catástrofe como la que tuvimos este verano en el Moncayo o en Moros, o en otros enclaves muy cercanos a Ateca, el pueblo del señor Sada.
Parece, señor Lambán, da la impresión, por lo menos, parece que su Gobierno, o usted al menos, es consciente del problema. Falta por ver si es capaz de activar la solución, pero mucho me temo que, con socios de Gobierno como a los que representa la señora De Santos, va a ser bastante difícil, por no decir imposible, si mantienen su puesto a personas como el señor Diego Bayona, su director general de Gestión Forestal.
Hay una cursilería tremenda que dice que los incendios del verano se apagan en invierno; está esto ya muy manido, y voy a acabar con otra cursilería, si quiere, pero me gusta, y es que tendríamos que apagar desde la sensatez la llama de los lamentos, antes de que sea demasiado tarde.
Gracias. [Aplausos].
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez.
Grupo Parlamentario Popular, señora Vaquero.
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ: Gracias, señor presidente.
Señor Lambán, nuevamente volvemos a ver esa triada a la que usted ya nos tiene acostumbrados en esta legislatura, y es ver cómo, ocho años después de los que usted lleva gobernando, cuando está constatado un fracaso, usted organiza un foro y luego viene a las Cortes a contarnos una estrategia que no es más que propaganda.
Mire, señor Lambán, usted nos ha venido a contar hoy exactamente aquí todo lo que usted no ha hecho en estos ocho años. Ocho años sin planificación [aplausos], ocho años sin prevención, ocho años sin regulación y ocho años sin gestión forestal. Eso es a lo que usted se ha dedicado durante ocho años.
Empezaba usted augurando la posibilidad de un gran incendio en el Pirineo, que eso sí que sería dramático, ¿verdad?, como el que hemos tenido este verano, con cifras históricas, arrasando más de veinte mil hectáreas, un incendio en el Pirineo que fuera incontrolable.
Yo no sé si usted hace mucho tiempo que no pasa por el Pirineo. Estas fotos se las vamos a enviar a todos los medios, porque son solamente de hace unos días, de un paisano, por el paisanaje, en Ribagorza, por Las Paúles, y para que usted mire, señor Lambán, me gustaría que viera estas fotos, si no, se las dejaré aquí, cómo están en estos momentos nuestros montes.
Unos montes con la gestión forestal que usted ha hecho en estos últimos ocho años y que ha dejado en los últimos cuatro en manos del ilustre señor director general de Medio Natural y Gestión Forestal, Diego Bayona. Que, por cierto, ¿fue a ese foro que montó usted con un referente internacional en materia de gestión de incendios?, señor Lambán. Bueno, pues así están en estos momentos nuestros montes. Una auténtica pira, desde luego, hace tan solo unos días, y este verano puede ser un gran problema, con cientos y cientos, incluso miles de árboles, que no se han retirado. Ello, unido a la falta de podas, a la falta de clareos y a la falta de gestión, señor Lambán.
Yo no le voy a decir que el origen y la culpa de los incendios, el más reciente, el que hemos tenido este año, con más de veinte mil hectáreas arrasadas, sea culpa suya, señor Lambán, porque usted está claro que no ha ido con una chispa a encender ese incendio, aunque, tal y como ha dicho el señor Sanz, en estos momentos haya un auto del juzgado de instrucción que diga que el Gobierno de Aragón tiene una posible responsabilidad subsidiaria porque no tomó medidas efectivas y suficientes, a pesar de haber una grave amenaza y un alto riesgo de que se produjera ese incendio. Pero lo que sí que hay es una responsabilidad en la gestión pública, y usted tiene una responsabilidad en la gestión pública de lo que ha pasado con la no gestión forestal, porque ha hecho una dejación de funciones, señor Lambán, porque ha abandonado a los hombres y mujeres que viven en el territorio, esas personas que viven en nuestros pueblos, a un ecologismo de sillón.
Porque usted, una vez más, ha priorizado sus intereses, los del cuadripartito, en lugar de preocuparse del territorio, y hoy nos viene a hablar aquí de precisamente las medidas, las iniciativas y las propuestas que durante ocho años le ha estado proponiendo el Partido Popular, con llevar a cabo la necesidad de ese tratamiento de nuestros bosques, de esa gestión forestal activa y productiva, de esos trabajos en nuestros montes, que incluso pueden llevar a cabo, con la gestión de los recursos forestales, para, en el entorno de las energías renovables, crear empleo y proteger a nuestros montes, señor Lambán, y usted no ha hecho nada.
Efectivamente, nuestra comunidad autónoma es la quinta en superficie forestal. Más del 54% de la superficie total de Aragón es forestal. ¿Sabe cuál es el porcentaje de ordenación? El 10%. El 90% de nuestra superficie forestal no tiene ninguna ordenación. Eso es su responsabilidad, señor Lambán. A eso me refiero con la responsabilidad pública que usted ha tenido en esta materia.
De toda esa superficie, señor Lambán, le voy a decir qué es lo que usted ha destinado en prevención. Porque ustedes han llevado una política para invertir cada vez menos en prevención, y tener que gastar cada vez más en extinción, señor Lambán.
Somos la quinta comunidad autónoma en superficie forestal. Mire lo que gastamos, señor Lambán. Usted no quiere mirar nada de esto, pero lo va a ver, ya se lo digo yo. Mire, aquí estamos, la quinta comunidad autónoma en superficie forestal y la penúltima que destina recursos a la prevención de incendios y a la gestión en incendios.
Usted ha venido hoy aquí, una vez más, señor Lambán, tal y como viene, después de ese fracaso constatado, de montar esos foros y venir luego aquí a hacer propaganda, como un auténtico vendedor de humo, señor Lambán, como un vendedor, en este caso, de detergente del Teletienda para querer blanquear sus fracasos, y lo que ha demostrado una vez más es que usted cada vez aviva más los incendios con los que ha arrasado su gestión, señor Lambán, porque no ha protegido al medio rural, lo ha supeditado a sus intereses del cuadripartito.
La despoblación, ese fenómeno —y voy acabando, señor presidente— del medio rural, no es solamente porque cada vez haya más aragoneses de esos miles de aragoneses que tienen problemas por vivir en el medio rural, porque no tienen o tienen el miedo de que no haya una ambulancia que les llegue a tiempo cuando se pongan enfermos; de esos miles de aragoneses que tienen que circular por las peores carreteras de todo Aragón; de esos miles de aragoneses que se ven con un consultorio cerrado; de esos miles de aragoneses —señor Lambán, míreme— que tienen miedo de que les comuniquen, con una operación concertada, dos horas antes que se tienen que ir a su casa porque hay falta de camas.
La despoblación también es el miedo a no poder contar con la seguridad que usted está obligado a suministrar a todos los aragoneses, porque usted ha dejado que la seguridad de los aragoneses esté en manos de que sus bosques, sus montes, estén más o menos limpios, y estar al albur…
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ: … de las temperaturas que pueda haber ese verano.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ: Gracias, señor presidente [aplausos].
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Vaquero.
Señor Guillén, en el nombre del Grupo Parlamento Socialista.
El señor diputado GUILLÉN IZQUIERDO: Gracias, señor presidente.
Señor presidente del Gobierno, la primera constatación que desde nuestro grupo queremos hacer en este debate es que el Partido Popular ha venido, ciertamente, a rastras a hablar de los incendios o de los megaincendios, porque ellos son expertos en incendiar a los grupos políticos de centroderecha [aplausos], y a intentar incendiar también al propio Gobierno, buscándole contradicciones, pero en cuatro años, desde luego, mucho éxito no han tenido.
La segunda constatación que yo quiero hacer es bien interesante, porque hace unos pocos años nos hablaba el señor Rajoy de aquello que le decía su primo, de que el cambio climático no existía, y ahora parece ser que hasta el Partido Popular ya cree que el primo de Mariano Rajoy había fracasado. Por lo tanto, es una constatación clara [aplausos]. Es verdad que ahora al primo de Rajoy solo lo defiende Vox, y no sé si también la gente de bien, que tanto le preocupa al señor Feijóo [aplausos].
Pero, en todo caso, y dicho esto, señor presidente, tengo que decirle que el acierto que ha tenido usted en traer esa jornada al Pignatelli, con la Fundación Felipe González, es bien evidente, y lo es por dos cosas.
La primera, porque el éxito de esa fundación hace que sea posible que hablemos de asuntos de trascendencia ya en estos momentos, pero en el futuro, en el medio plazo también, como son, no los incendios forestales, sino los megaincendios que se producen a partir de ahora como consecuencia del calentamiento global y del aumento de las temperaturas en nuestros montes.
En segundo lugar, traer una figura como Felipe González, de la que estos señores de la derecha, cuando les conviene, dicen que es el magnífico presidente y, cuando no, lo vituperan, traerlo para un tema tan importante como es el de los incendios hace de altavoz, porque, les guste a ellos más o les guste menos, Felipe González es una figura de talla política, de talla mundial, y precisamente cualquier asunto que se toque en el que participe Felipe González, sin ninguna duda, va a ser [aplausos] tenido en cuenta en cualquier institución de ámbito europeo o de ámbito mundial.
Señor presidente, usted hablaba de un cierto cambio de paradigma. Evidentemente, ha habido, durante muchos años políticas proteccionistas hacia nuestros montes, y la conclusión a la que usted ha llegado, y llegamos los que estuvimos allí, es que había que invertir seguramente más en prevención y menos en extinción. Decía uno de los técnicos: «No me manden ya más aviones, porque los aviones ya son incapaces de apagar los grandes fuegos». Hemos hecho muchas figuras de protección, hemos hecho parques nacionales, hemos hecho LIC, porque nos parecía que con ellas protegíamos el medio ambiente, pero los expertos lo que dicen es que ni esas zonas tan protegidas se salvan de los megaincendios.
Hemos creído, y se ha hablado también aquí, en esta cámara, en un debate que tuvo el señor Romero con el consejero, que lo importante era la silvicultura, decía el señor Romero, la silvicultura sostenible. Después ya vi que no, que se pasaba, que lo importante era la silvicultura productiva [rumores]. No, que lo estoy diciendo… [Rumores]. Señor Romero…
El señor PRESIDENTE: Por favor…
El señor diputado GUILLÉN IZQUIERDO: Estoy diciendo que usted hablaba de la silvicultura sostenible, y pasó después a hablar de la silvicultura productiva, aquella que es capaz de mantener limpios los montes y de quitar la ingente energía que tienen en forma de biomasa.
Por cierto, tengo que decirles también algo, porque hoy tenemos aquí a los trabajadores de extinción de incendios de Aragón, de los que tenemos que sentirnos todos muy orgullosos. Ellos saben que no todo lo que reivindican lo han conseguido, pero también saben que en esta materia ustedes tenían once millones de euros, más tres escondidos por ahí, y ahora hay veinticinco millones y, por lo tanto, sus condiciones de trabajo son bastante mejores hoy que las que tenían cuando gobernaban ustedes.
Pero, miren, en esta materia no nos tenemos que engañar. Si lo decía el otro día el señor Olona. Señora Vaquero, ni ustedes ni nosotros ni nadie ha hecho políticas de ordenación en los montes en los últimos años. Pero ustedes tampoco. ¿Qué políticas hicieron ustedes de ordenación? Ninguna. Hubo que modificar precisamente la legislación aragonesa para que nos permitiese eso, poder hacer, a partir de ahora, políticas de ordenación, que tampoco nos lo permiten las políticas europeas o hasta incluso la legislación española.
Por lo tanto, señorías, de este debate yo quiero sacar una conclusión que tiene que ser política, y una más técnica. La política es: ¿cuál es la posición que tiene el Partido Popular para salvar a nuestros montes de los graves incendios que nos pueden afectar? [Aplausos]. Porque les voy a decir una cosa: ustedes no son de fiar, ni en esto ni en otras muchas cuestiones.
Miren, les voy a decir lo que el otro día decía la representante del Partido Popular en la sierra de Albarracín, donde este Gobierno está haciendo un plan de ordenación de los montes, y decía lo siguiente: «Este monte, que lleva sin atención y sin trabajos de limpieza durante décadas —durante décadas, es decir, ustedes no invirtieron nada, porque es durante décadas, lo dice ella—, es decir, ahora, cuando deciden trabajar en él, se hace de manera alejada de lo propio y admisible». En fin, lo dice la ingeniera de montes, que es la representante del Partido Popular, lo que es propio y admisible. «A cada edad del monte lo que le corresponde, pero no así. Mesura, porque no todo vale». Es decir, lo mismo que con las renovables. Renovables sí, dice el Partido Popular, pero no así. Limpieza de montes sí, pero no así.
Pero es que eso mismo es lo que hacen ustedes con la nieve. Cuando hablan de la unión de estaciones, al final, ustedes dicen aquí, en esta cámara, una cosa, se van a Jaca, dicen la contraria, y se van a Sabiñánigo, y ya no saben ni lo que dicen [aplausos]. Ese es el problema de ustedes.
Por eso ustedes no son un partido de fiar, y, si no son un partido de fiar, ni tan siquiera en un tema tan extraordinario como es los megaincendios que se están produciendo en muchas partes del mundo y que se pueden producir en Aragón, ya me dirán en qué puede confiar el pueblo aragonés en ustedes.
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.
El señor diputado GUILLÉN IZQUIERDO: En definitiva, señor presidente, y con esto termino, si queremos prepararnos para luchar contra este fenómeno, primero tenemos que encontrar un consenso que hoy no existe entre los expertos, señor presidente.
Segundo, hay que convencer a Europa para que la nueva estrategia que están haciendo en favor de los bosques para el 2030, una estrategia que va en sentido contrario a lo que las gentes que viven en los montes están diciendo, que se adapte precisamente a ese paisanaje del que usted hablaba.
Tercero, solo con la ayuda de la Unión Europea, que tiene que hacer un esfuerzo económico importantísimo, podremos invertir las cantidades que se necesitan para limpiar los bosques.
Cuarto. Hay que proporcionar educación y formación a las industrias que trabajan en las industrias forestales.
Termino, señor presidente.
Quinto. Cada vez más incendios forestales se convierten en un problema de protección civil, porque cada vez hay que evacuar más pueblos, los incendios afectan a la gente, y en eso tenemos que seguir trabajando.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Guillén. [Aplausos].
Para responder a los grupos, señor presidente, su turno.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Señor presidente, hubo un incendio muy importante en esta comunidad autónoma, desolador, el incendio de Luna, en el que estuvimos trabajando juntos, codo con codo, los señores Antonio Suárez y Roberto Bermúdez, del Partido Popular, el señor Vicente Guillén y yo mismo. Esto pasaba cuando en Aragón había un Partido Popular decente. Ahora lo que hay es un Partido Popular que va a los incendios deseando que se extiendan todo lo más posible, e incendiando ellos a los vecinos de los pueblos para desgastar al Gobierno [aplausos], porque todo les sirve para desgastar al Gobierno.
Señor Sanz, respetando absolutamente su intervención, he de decirle que, en mi opinión, ni una sola de las ideas que usted apunta, insisto, absolutamente respetables, dan en la diana del verdadero problema que en este momento tenemos para hacer frente a los incendios, que realmente asolan, que son el 1% de los incendios, el 99% los apagan a la perfección nuestros magníficos servicios. Pero ese 1% amenaza con que algún día se pudiera quemar el Pirineo entero si no hacemos lo que tenemos que hacer, que es extraer de manera sistemática la biomasa.
Por lo demás, y respecto a las críticas, que también respeto, respecto a los operativos del Gobierno de Aragón, he de decirle que, en mi opinión, en esta legislatura, y también la anterior, los operativos del Gobierno de Aragón, desde el Departamento de Agricultura, la Dirección General de Medio Ambiente, han trabajado de una manera razonablemente eficaz y, desde luego, muy reconocida por todos los consejeros que estuvieron aquí el pasado mes de enero.
Señor Morón, ustedes van a piñón fijo, como la escena del camarote de los hermanos Marx. De colaboración público-privada vengo hablando, no esta legislatura, también la anterior. Lo que ocurre es que, para que realmente sea rentable y pueda existir colaboración público-privada, para que realmente sea rentable la extracción de biomasa, hacen falta cambios normativos muy importantes. El Gobierno de Aragón creo que ha avanzado bastante, facilitando el terreno para esa colaboración público-privada, pero sin cambios sustanciales en la normativa estatal, a los que luego me referiré, es absolutamente imposible que la empresa privada se involucre a fondo en estas tareas.
Señor Pérez, planificación forestal la va habiendo poco a poco. Yo creo que no andamos a la zaga de nadie en cuanto a planificación y en cuanto a la habilitación de medidas y de recursos. Pero, evidentemente, para avanzar realmente hacia esos logros a los que todos aspiramos son necesarios cambios de normativa importantes, y también cambios de mentalidades y de percepción de la realidad. Porque en esa jornada se dijo, por ejemplo, que una de las zonas donde más se ceban los incendios es justamente en las áreas protegidas. Por tanto, algo nos tendremos que hacer mirar.
Entrando directamente en lo que usted se planteaba y en la necesaria concreción que tiene que tener todo este tipo de políticas para que realmente los incendios dejen de ser una preocupación obsesiva para cualquier responsable político serio, le diré de la manera más resumida posible que, bueno, yo he remitido un escrito, he remitido una carta al Gobierno de España, a la vicepresidenta del ramo, a la señora Ribera, hablándole de que es necesario cambiar radicalmente determinadas normas, es necesario cambiar radicalmente las prioridades, es necesario cambiar radicalmente los enfoques, si queremos que dentro de unos años no nos pasemos el verano entero y verdadero asistiendo a verdaderos dramas medioambientales, a verdaderos dramas psicológicos y a melodramas económicos y humanos.
En primer lugar, le he trasladado a la vicepresidenta del Gobierno que, para favorecer el desarrollo de las centrales de biomasa, sin centrales de biomasa no hay manera de que sea rentable la extracción de biomasa de los bosques, es cuestión de acometer una priorización directa de las centrales de biomasa en los futuros concursos de capacidad de acceso a la red eléctrica, por delante incluso de las renovables, sean fotovoltaicas y eólicas. En este momento, este tipo de centrales, la biomasa, debe incluso prevalecer en prioridad a la consecución de las otras dos energías.
En segundo lugar, es importante el incremento del volumen de las subastas previstas del régimen económico de energías renovables, dirigiéndolas específicamente a las centrales de biomasa para favorecer su rentabilidad económica, porque ahora no son rentables y no animan a ningún inversor a acometerlas.
En tercer lugar, es cuestión de reconocer los costes reales de explotación de las centrales de biomasa acogidas en el régimen retributivo específico, a fin de evitar que se reduzca el funcionamiento de las que se encuentran acogidas al régimen anterior.
Por último, y esto ya incumbe al Gobierno de Aragón, las centrales de biomasa han de ser consideradas inversiones de interés autonómico, han de ser consideradas inversiones del máximo nivel, desde el punto de vista de interés general, que nosotros les podamos dar.
Además, hay otra serie de acciones, hay otra serie de iniciativas, a las que también deberíamos dedicar muchas energías. Deberíamos empezar a articular, utilizando los propios instrumentos de los que disponemos en la comunidad autónoma, convocatorias de subastas para la gestión de las masas forestales de zonas territorialmente amplias, que, por tanto, sea rentable su gestión, y por un plazo de tiempo suficientemente largo.
Hemos de articular iniciativas público-privadas enfocadas a la conservación de los cauces de los ríos. Los cauces de los ríos inundables, primero, habría que convertirlos en propiedades públicas, independientemente de que fueran explotadas por sus tradicionales propietarios. Pero, en segundo lugar, hay que habilitar algún tipo de sistema de limpieza de estos, que, entre otras cosas, contribuirían a aliviar el problema de las avenidas.
Todo este tipo de cuestiones son las que, en mi opinión, deben configurar una estrategia de prevención de los incendios forestales, pero, insisto, trascendiendo mucho lo que ha sido la política tradicional, porque, por muy buenos que sean nuestros operativos, y, desde luego, lo son, es imposible que, con medios públicos, se pueda limpiar el bosque en invierno. O recurrimos a la colaboración privada y la convertimos, por tanto, en rentable, generándole muchos beneficios además al propio territorio, o, si no, todo lo que queramos hacer está absolutamente destinado al fracaso.
Hay que hacer una comunicación social y política orientada a facilitar ese cambio de paradigma. En las jornadas a las que me refería al principio de mi intervención, se habló de ello. Hay que empezar a hacerles ver a las gentes que en este momento no tenemos un problema de deforestación, sino todo lo contrario, que la mayor parte de nuestros bosques son fruto de la repoblación forestal, que el riesgo de espolio y sobreexplotación contra el que la Administración forestal tuvo que luchar hace ciento cincuenta o cien años es un riesgo que ya no existe, que el problema actual es la infrautilización del monte, o que el aprovechamiento económico del monte no está reñido con su conservación, sino todo lo contrario.
De todo este tipo de cuestiones habría que hablar. Habría que hablar de un conservacionismo que antepone la ideología a la razón y que, al final, acaba siendo absolutamente destructivo para los montes, y habría que mirar con reverencia y con devoción a aquella teocracia forestal heredera del Regeneracionismo del siglo XIX, que impulsó la repoblación y protegió los montes de problemas y abusos que entonces eran flagrantes, y que en este momento ya no existen.
Insisto, el problema es de la suficiente magnitud para que nos ocupemos de él, no solo en los meses de verano, sino a lo largo de todo el año, y para que entendamos que o empezamos a tomar medidas drásticas con cambios normativos brutales, con cambios culturales muy intensos, o, si no, vamos a ser absolutamente ineficaces.
He de decir, por otra parte, que nunca es tarde si la dicha es buena. En todo caso, lo que sí tengo absolutamente claro es que, en la primera comunidad autónoma donde se están planteando las cosas con claridad, es justamente la Comunidad Autónoma de Aragón, y así lo reconocieron los consejeros que estuvieron el pasado mes de enero en Zaragoza, y que, por cierto, eran de diversas ideologías.
Por lo demás, muchas gracias a los miembros que forman parte del Gobierno.
Compartimos, señor Guerrero, la visión rural que un Gobierno de Aragón no puede perder a la hora de enfocar cualquier tipo de problema.
Señor Palacín, mi preocupación es que los trabajadores de la comunidad autónoma tengan las mejores condiciones laborales, las mejores condiciones salariales, desde luego, los de Sarga, e incluso me preocupan, y ojalá mejoren su situación salarial, los peones camineros.
Señora De Santos, el señor Bayona es un hombre muy importante en las políticas de combate contra los incendios en los últimos años, pero también lo es, por ejemplo, Ángel Clavero, el del 112, o Carmen Sánchez, que en el verano del año pasado y en el anterior ha desarrollado una magnífica labor.
Pero insisto, y me parece muy importante que de aquí sacáramos esa conclusión: con todos nuestros mejores operativos, que los tenemos, no podemos limpiar más que cuatro mil hectáreas al año, y tenemos nada más y nada menos que dos millones de hectáreas.
Señor Guillén, hablaba usted de Rajoy. Lo cierto es que Rajoy, en comparación con estos señores, es una mezcla virtuosa de Roosevelt y Churchill al mismo tiempo, con lo cual, yo lo recuerdo con mucha admiración en comparación con lo aquí presente.
Señor Guillén, no intente hacerles razonar. Ellos dirán siempre lo que les diga Feijóo, porque, como dijo hace poco el presidente regional del Partido Popular, ellos valen para un roto y para un descosido [aplausos].
Creo, señoras y señores diputados, que es fundamental que busquemos [rumores] grandes consensos. Es fundamental que le demos al problema la dimensión que realmente tiene. Es fundamental que la legislación europea se adapte a estas nuevas circunstancias, que lo haga el Gobierno de España, que tiene muchas cuestiones que revisar el Gobierno de España para ser realmente eficaz en estas políticas, y es fundamental que lleguemos a grandes consensos aquí, en Aragón.
Que lleguemos los aquí presentes a consensos lo veo muy fácil; que es imposible llegar a consensos con esta bancada también lo tengo absolutamente claro. [Aplausos].
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.