Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Interpelaciones

Interpelación núm. 4/16, relativa a la jornada escolar en Aragón.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 015 de Plenos (IX Legislatura)
Intervinienen: Ferrando Lafuente, María José - Pérez Esteban, María Teresa

El señor PRESIDENTE: Pasaríamos al siguiente punto del orden del día que sería interpelación número 4/16, relativa a la jornada escolar en Aragón, formulada a la consejera de Educación, Cultura y Deporte por el Grupo Parlamentario Popular, quien tiene la palabra para su exposición.

Interpelación núm. 4/16, relativa a la jornada escolar en Aragón.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señorías.

Y señora Pérez, no tiene ni a Podemos satisfecho, en cualquier momento a la señora Sanz se le vuelve a poner la camiseta verde y creo que no la va a poder contener.

Y una cuestión antes de empezar con el tema que nos traía esta interpelación porque ha dicho usted que Fapar representa a todas las familias, ¿está segura de que Fapar representa a todas las familias? Lo ha dicho literalmente.

Fapar representa a una parte de las familias porque le recuerdo que la adscripción a una AMPA es algo absolutamente voluntario, lo que quiere decir que fuera de Fapar y fuera de muchas AMPA hay también muchas familias.

La verdad es que así, señora Pérez, yo no sé, con esa trayectoria política, de verdad que va a pasar a la historia de esta comunidad autónoma como la responsable de Educación que, desde luego, por sectarismo, por revanchismo, por impaciencia, y yo de verdad que quiero pensar que no por desconocimiento, se ha metido en más barrizales, señora Pérez.

La verdad es que está ciega de impaciencia por acabar con todo lo que huela a Partido Popular y en esa ceguera está pisando un charco tras otro sin medir consecuencias ni darse cuenta de a quién salpica.

Mire, empezó ya a principio de su legislatura a la brava derrapando en un charco a la puerta del Ánfora, y al final la que se ha embarrado, y el proceso no ha terminado todavía, ha sido usted y se ha embarrado hasta las cejas. De momento, señora Pérez, usted, a pagar, a pagar costas, y ya veremos qué pasa después con el Ánfora. Bueno sí, usted a pagar no, pagamos todos, efectivamente, pagamos todos sus, voy a decir, ocurrencias no, por no llamarlo de otra manera.

A partir de allí usted va una detrás de otra y siempre, siempre, de la mano de ese dechado de virtudes que es su director general y que, por cierto, usted sigue manteniendo sentado a su mesa de camilla.

Bien, a partir de ahí, ya le he dicho, una detrás de otra, y en poco más de seis meses ha convertido su departamento en un obrador de sectarismo, en el que se cuecen hornadas de decretos, órdenes, resoluciones, instrucciones, que, desde luego, todas rezuman lo mismo: rezuman revanchismo, imprudencia y precipitación.

Si las primeras hornadas, me refiero a las que acompañaron al Ánfora, fueron ya de libro, la última es de antología del disparate, señora Pérez. ¿La causa? Pues, evidentemente, usted hablaba aquí de planificación, ¿pero cómo va a hablar de planificación si no tiene planificación?

Su agenda política en estos momentos viene marcada por los asuntos que usted entiende que fueron más o menos polémicos en la legislatura pasada, por cierto, en muchas ocasiones, la polémica, y lo ha dicho bien claro, vino alimentada por usted.

Y, sin pensárselo dos veces, usted se pone manos a la obra. ¿Qué toca?, ¿decreto de interinos?, pues decreto de interinos; ¿qué toca?, ¿escolarización?, pues escolarización; ¿qué toca?, ¿horarios escolares?, pues horarios escolares. Todo de golpe, todo de golpe, sin pararse a pensar, el tiempo que tarda usted en enchufar el horno y desde luego remangarse.

Y hoy queremos saber más acerca de la génesis de esta orden, por cierto que vaya título le han puesto: «sobre —leo— proyectos educativos de organización de tiempos escolares en centros de infantil, primaria y educación especial…», nada más y nada menos, por dios, ¿tan difícil es poner…, poner, que es una orden sobre la lección de jornada en los centros aragoneses? ¿O es que quieren que parezca otra cosa? Porque lo que quieren es que parezca otra cosa.

En resumen, queremos conocer por qué tanta premura para que los centros escolares elijan si quieren jornada partida, si quieren jornada continua o, quién sabe, si incluso mixta. Bien, y me va a disculpar el término, pero es que es un poco kamikaze, consejera, abrir ese melón con plazos tan ajustados y, desde luego, coincidiendo, y lo hemos visto ahora, con un proceso de escolarización que también viene con sorpresa. La primera me la he llevado yo. Ni siquiera contenta a Podemos.

Yo le rogaría un poco de seriedad, consejera; ¿a quién están haciendo guiños ahora?, ¿a la plataforma en defensa de la jornada continua, a las familias, al personal docente?, ¿a quién, señora Pérez? Porque nosotros lo tenemos muy claro y, creo, y no me equivoco, que usted también.

¿Qué ocurre, consejera? ¿Se aburre sin mareas y quiere provocar ahora un tsunami? Porque de momento, hasta el momento le están saliendo plataformas como champiñones. Ahora una a favor de la jornada partida. Y cómo es imposible quedar bien con todos, que es lo que a usted le mola, pues ha decidido que cada centro haga lo que le venga en gana, y, en vísperas de carnaval, lo ha disfrazado usted de innovación educativa y autonomía de centros. ¡Vaya irresponsabilidad! De libro.

Mire, yo le voy a leer algo. «Debe quedar bien claro que la reivindicación de jornada matinal nada tiene que ver con la innovación educativa. Aparece a partir de otros elementos contingentes». No lo digo yo, lo dice un doctor en sociología. No sé si lo conoce, señor Alonso, de la Universidad Complutense.

Pero también dicen otras: «el argumento de la autonomía de centros en relación con la elección de jornada es engañoso, porque aquí lo que hay que pedir son responsabilidades más que autonomía». Y continúa diciendo: «hay que tener autonomía para identificar el trabajo, para organizar más apoyos, para introducir innovaciones en la escuela, pero no para irse». Catedrático de la Universidad de Valencia, Gimeno Sacristán. No sé si lo conoce.

El otro argumento que plantea su borrador, pero que lo plantea de puntillas, es el tema del rendimiento escolar. Teoría que, por cierto, desmontan la mayor parte de los expertos. No hay ninguna relación entre el tiempo y el rendimiento escolar, y, si la hay, favorece de manera significativa y constante a la jornada partida. Es del mismo catedrático de la Universidad de Valencia.

Si por otra parte lo que quieren es justificar la tendencia a la jornada continua a través de una homologación con Europa, solo hay que recurrir a los datos de Eurídice, que muestran que hay tantas modalidades como países e, incluso, como ocurrió en España, en el mismo país varias modalidades. Y que, entre otros, la jornada escolar debe considerar también factores climáticos, sociales, históricos, culturales, etcétera.

En definitiva, consejera, este Grupo Parlamentario, que le quede bien claro esto: que no está favor ni en contra de una u otra jornada, que no está ni a favor ni en contra de una u otra jornada —entre otras cosas porque los expertos, que, al fin y al cabo, son quienes deben tener la última palabra, no se ponen de acuerdo—, este Grupo le pide que reflexione antes de firmar esa orden. Porque yo quiero suponer, consejera, que, como responsable de educación que es, se habrá tomado la molestia de informarse. Y entiendo también que habrá comprobado que la mayor parte de esos expertos, en lo que toca a niños entre 3 y 11 años, se decantan por jornada partida. Luego, habrá que ir con pies de plomo.

¿Se ha planteado en algún momento por qué el anterior gobierno esperó para abordar un asunto tan complejo como el de las jornadas escolares? Ni se lo ha planteado.

Mire, tiene por delante más de tres años, más de tres años para gestionar este tema. Pero para gestionarlo bien, señora Pérez, para gestionarlo bien. No se precipite. En la mayor parte de las decisiones que conciernen al ámbito educativo, la prudencia es la mejor consejera.

En jornadas escolares, además, y en particular, esa prudencia, desde luego, debe ir acompañada de reflexión, de serenidad, de un profundo estudio de los análisis elaborados por expertos, y de un debate y de un trabajo serio de toda la comunidad educativa. Y digo «de toda la comunidad educativa». No de unos cuantos.

Si le sirve de algo, yo le diré que está muy bien atender las reivindicaciones laborales de un sector de esa comunidad, ¿por qué no? Pero sin perder de vista ni por un momento que su principal responsabilidad, porque al fin y al cabo son ellos quienes deben ser el centro del sistema educativo, y a usted se le ha olvidado, su prioridad, señora consejera, son los alumnos. Yo le ruego que no lo olvide.

Muchas gracias. [Aplausos.]

La señora vicepresidenta primera (BORDERÍAS BARBA): Muchas gracias, señora diputada.

Tiene la palabra para dar respuesta la señora consejera.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Gracias, presidenta.

Decía Baltasar Gracián: «La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida». [Rumores.]

Señora Ferrando, señora Ferrando, esas afirmaciones a la única que le desmerecen es a usted. Y hay un refrán, que eso es cultura popular, que dice: «el ladrón se cree que todos son de su condición», y a veces les traiciona en sus intervenciones.

Pero, vamos, le agradezco la oportunidad, aunque está en exposición pública todavía, no es definitiva, la oportunidad que me da de aclarar y de exponer cuál es la voluntad, cuál es el objetivo político de este proyecto, de este nuevo proyecto.

Es verdad, señora Ferrando, que nos podríamos haber estado sentados en el despacho, como estuvo el gobierno anterior, definiendo muy bien sus prioridades, pero sin desde luego atender las necesidades y la demanda real que había en la educación. Y nosotros, es verdad, nos hemos remangado desde el primer día a trabajar y a poner solución a tanto problema, a tanto recorte que ha angustiado y que ha dejado a la educación pública aragonesa al pie de los caballos.

Por tanto, el modelo educativo que queremos para Aragón sitúa a la innovación en el corazón del mismo.

Entendemos que la innovación debe favorecer el cambio metodológico necesario para construir el conocimiento que precisa el alumnado de nuestros centros, adquiriendo las competencias necesarias para su desarrollo como ciudadanos del siglo XXI. Un cambio metodológico que debe alcanzar al nivel más profundo de los centros educativos y que puede significar cambios en la concepción del currículo y permitir o exigir la flexibilización de tiempos, espacios en la escuela y en los centros y, en definitiva, favorecer que la organización, fíjese, la organización de la escuela se ponga al servicio del aprendizaje. Algo que no se ha hecho hasta el momento.

A lo largo de los años, el modelo de organización de centros educativos no ha evolucionado en la medida que sí lo hacían la metodología, las tecnologías vinculadas a la sociedad de la información y la comunicación, y, en definitiva, los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Señora Ferrando, usted me lleva unos años, pero seguro que, cuando estudiaba usted, cuando estudiaba el señor Suárez, el señor Sada, cuando estudiaba yo, y cuando estudia mi hijo, que tiene siete años, o la hija de la señora Orós, tenía la misma organización de la escuela. Los mismos horarios de la escuela. Seguro.

Hombre, quizá debamos de plantearnos, y fundamentalmente quien tiene la responsabilidad de diseñar el modelo en la administración educativa, si eso, realmente está funcionando.

Porque cambiamos de leyes, cambiamos de leyes, que decimos que parece que es lo más importante, y los datos de fracaso escolar siguen estando con unas y con otras.

Cambiamos de políticas concretas o programas concretos, y siguen estando. Por lo tanto, quizá hay que meterle —yo entiendo que es lo difícil, ¿eh?—, hay que meterle el diente a la organización, a la metodología de las escuelas. Y eso es lo que estamos intentando.

Y, además, es una de las propuestas y de las aportaciones que nos está haciendo el foro de la innovación, en el que participan más de cien docentes de todo pelaje, señora Ferrando, que lo quieren es mejorar, mejorar el sistema educativo. Lo digo por esa acusación reiterada de sectarismo que usted hace a este gobierno y que nada —y ahí sí que le vuelvo a repetir: el ladrón se cree que todos son de su condición—, nada tiene que ver con la realidad.

Por lo tanto, la rigidez de horarios y la distribución de los tiempos escolares puede poner en riesgo, si no frenar, la necesaria evolución metodológica en la innovación educativa.

Y, en estos momentos, conviene dotar a los centros educativos de un mayor nivel de autonomía, de un mayor nivel de autonomía que le permita flexibilizar su organización para implantar proyectos innovadores y para favorecer una mayor atención educativa al alumnado. Proyectos que, en definitiva, tendrán como objetivo, como único objetivo, mejorar el aprendizaje del alumno y una mejor adaptación al contexto sociocultural del entorno del centro escolar.

A su vez, esta mayor autonomía organizativa, debe reforzar y garantizar los derechos de los alumnos y de sus familias, el de la educación y el de los servicios complementarios derivados. Y, a la vez, reforzar el papel del profesorado y de su trabajo diario, así como el del resto de profesionales que forman parte de la comunidad educativa.

Una nueva visión, lo reconozco, señora Ferrando. Para ustedes es difícil. Una nueva visión de la actividad educativa, del papel del profesorado, del alumnado y de sus familias, liderada por los equipos directivos, debe además incidir en el refuerzo y en la atención educativa para mejorar la equidad y la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje y de la convivencia.

Y, por ello, el máximo desarrollo de las capacidades de los alumnos debe ser uno de los objetivos del nuevo modelo de organización.

El proyecto de centro debe ser la base, debe ser el instrumento del necesario cambio metodológico y de un nuevo modelo de organización que permite desarrollar acciones innovadoras, que ponga énfasis en el refuerzo y en los apoyos educativos y que procure el desarrollo del aprendizaje y de las diferentes tareas del alumno en el ámbito del centro educativo.

En definitiva, considerando que puedan coexistir modelos organizativos diferentes, usted decía que hay muchos modelos en Europa, pero dentro de los países europeos, y dentro de cada país, hay distintos modelos —seguro que usted defenderá la autonomía de los centros—, bueno, pudiendo coexistir modelos organizativos diferentes que favorezcan la adecuación de recursos de los centros educativos para esa mejora en camino a la equidad y la calidad, el objetivo debe ser dotar a los centros de la autonomía necesaria para adaptar los tiempos escolares al proyecto educativo de centro.

Un proyecto de organización de tiempos escolares que se enmarca en una estrategia mucho más amplia. Que se enmarca dentro de una estrategia de innovación —y le digo que está en marcha el foro de la innovación, que ya nos ha emitido un informe que estamos valorando de dónde, hacia dónde tiene que ir nuestra política—; del desarrollo de herramientas que den visibilidad a los centros y a sus procesos de innovación y que sirvan como ejemplo a otros centros —el mapa de la innovación que presentaremos en fechas próximas—; en la recuperación de la formación y de los recursos para la innovación del profesorado en el ámbito rural, que permita dotar de las herramientas necesarias a los profesores, que son muchos que demandan formarse e incorporar la innovación y que el Partido Popular eliminó; en la dotación de maestros, de recursos, con horarios suficiente, creando y apostando por la coordinación de la formación de los centros de primaria en innovación y también potenciando el departamento de formación e innovación en secundaria; y en nuevos espacios de formación, con metodologías de innovación más novedosas, como son, y conocerá, los sábados metodológicos.

La flexibilización de la organización de los tiempos escolares es una oportunidad, así lo vemos desde el gobierno, para mejorar nuestras escuelas y parte desde el más amplio consenso, desde la participación y desde el debate, pero también desde la responsabilidad de una administración que lidera el cambio.

Usted no sé si conocerá un documento del 25 de noviembre del 2013, en el que el conjunto de organizaciones sindicales y la Fapar, la Federación de asociaciones de padres y alumnos, firmaron un documento, fruto de un profundo proceso de dialogo, de dialogo con el conjunto de la comunidad educativa, en el que reflejaba unos acuerdos y, de alguna manera, marcaba unas líneas rojas que nosotros hemos respetado a la perfección. Y que no solo hemos respetado sino que hemos ido más allá.

Desde luego, no es un planteamiento, señora Ferrando, se lo aseguro, de jornada partida, jornada continua. Es un proyecto de innovación. Esa es la trampa. Esa es la trampa de quienes quieren confundir a la ciudadanía y a la sociedad.

Seguramente a ustedes les es difícil ser claros en esto porque su concepto es ese, o de jornada continua o de jornada partida.

Ustedes fueron los únicos, el único gobierno, que ha puesto de verdad un proyecto de jornada continua con el centro de Monzón, y que iba a hacer extensivo al resto de los centros de Zaragoza y que, cuando vieron el aluvión que tenían de demanda, se asustaron y lo paralizaron. Seguramente porque no tienen el modelo, porque no tienen una opinión formada al respecto y, desde luego, lo que hizo la consejera es dejarlo, generar la expectativa, generar una falsa expectativa y frenar de repente.

Nosotros no. Nosotros hemos abordado, pero desde la raíz, desde la necesidad de un cambio metodológico, y hemos dotado de las herramientas necesarias, en esto momento aún en exposición pública, que, desde luego, recogeremos las alegaciones que se consideren; por cierto, ninguna de su formación política [corte automático del sonido]… incorporaremos, sin ninguna duda, para mejorar el modelo final.

No obstante, en la segunda parte seguro que podremos aclarar muchos más porque usted seguro que me planteara más preguntas y más dudas para mejorar, estoy convencida, no solo para criticar, el propio proceso.

Gracias [Aplausos.]

La señora vicepresidenta primera (BARBA BORDERÍAS): Gracias, señora consejera.

Tiene la palabra la señora diputada.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Señora Pérez, si yo todo se lo digo para mejorar, por Dios.

En fin, bueno, antes de seguir con la orden, varias cosillas.

En primer lugar, yo todavía no he llegado a la edad del señor Sada. Tengo más años que usted, pero no a la edad del señor Sada, y a mí no me hace mucha falta irme o retrotraerme a la infancia porque ahí hay una cosa que nos diferencia, señora Pérez, y es que yo soy docente y usted no, para empezar. Luego, algo, algo más sabré.

Y cuando hable del ladrón, tenga algo de cuidadito, porque yo no sé si lo del ladrón lo dice por los compañeros que en este momento tienen imputados en Plaza. Desde luego, yo no me doy por aludida con este asunto.

Y no me ha contestado absolutamente… ¡A ver!

Le rogaré, en su momento, que retire lo que acaba de decir [la diputada en uso de la palabra dialoga con el consejero de Presidencia, Sr. Guillén Izquierdo]. Vale.

Me ha dicho: «A ver lo que tienes tu».

Primero, a mí de usted. ¡A mí, de usted! Y, en segundo lugar, cuidadito con estas cosas porque cuesta muy poco. ¡Vaya formas tiene usted, caballero!, ¡vaya formas!, ¡es lamentable! [Aplausos.] ¡A mí, señoría, me trata usted de señoría o de usted, o de señora Ferrando, pero de tú, nada, que no tenemos ningún tipo de confianza!

Bien, continúo con la señora Pérez.

Bien, usted no ha dicho absolutamente nada, señora Pérez, para variar. No ha contestado a nada de lo que me dice, pero sí que le voy a hablar de Monzón, porque Monzón, para empezar a hablar, era un colegio absolutamente innecesario. Es decir, ustedes lo construyeron por amiguismo, ¡por amiguismo! ¡Había plazas suficientes!

Era un colegio que estaba fuera del casco urbano —¡vaya, la señora Broto se ha sentido aludida!—, estaba fuera del casco urbano, que necesitaba transporte, y había que darle un atractivo. Y entonces se propuso, a instancias de los padres, un pilotaje de jornada continua. Un pilotaje de jornada continua que no ha sido todavía evaluada, porque es que las cosas se evalúan, señora Pérez.

Ustedes no tienen costumbre, ¿eh?, pero hay una cosa que nos diferencia. Nosotros somos partidarios de la evaluación, ustedes no. Ustedes, incluso, yéndome de tema, incluso han llegado, han llegado, de alguna manera, a dejar caer a cierto sindicato que no van a evaluar ni al profesorado. ¡Ojito con estas cosas, señora Pérez!, que, como se corrobore, va a tener otra más de lo que responder.

Bien. Y decía que el colegio de Monzón no tiene nada que ver con esto. ¡Algo había que hacer con un colegio en una población donde sobraban plazas escolares!

¿Ha ido bien? Pues el tiempo lo dirá y se evaluarán los resultados.

Y, en cuanto a su orden, pues, como todo, señora Pérez. Está elaborada deprisa y corriendo. Hay que pensar que fue publicado el borrador el 12 de enero, es decir, anteayer, está llena de curiosidades, por no decir de atrocidades.

Yo la verdad es que hay veces que me planteo si se lo ha redactado, ese impresionante documento, el señor Almalé, porque el preámbulo es de risa.

Relacionan ustedes la autonomía de centros con experimentaciones. ¡Es que usted no está para hacer experimentos, señora Pérez! ¡Que está para algo más serio!

Y luego, en la misma página, se les ve el plumero y hablan de «cambios en la jornada escolar en función del mejor aprovechamiento de las actividades docentes». ¿Qué pasa, que los niños no tienen que aprovechar la jornada? Porque hablan de aprovechamiento de la jornada docente.

Y siguen, y dicen: «El modelo de organización de los centros educativos provoca desajustes y disfunciones a la hora de desarrollar la función docente». ¡Si me lo acaba de repetir cuando ha hecho alusión a mis años! ¿Y qué pasa, que el desarrollo de los niños no cuenta, señora Pérez? ¡Es que es de libro!

En la página dos tiene la osadía de relacionar innovación pedagógica con no sé qué. ¿Pero, ustedes de quien pretenden reírse, consejera? Que se están riendo de las familias.

Y lo mejor es el articulado. El artículo 4 deja en el aire el transporte, el 5 el servicio complementario de comedor. Por cierto, ahora lo llama complementario, y en la legislatura pasada decía que era un servicio esencial. Ahora, que gobierna, es complementario.

En el 6 habla de actividades extraescolares. Pero, bueno, ¿las van a pagar los padres o no?

En el 10 habla del proceso que tiene que seguir ese proyecto para ser aprobado. Es que el proyecto pasa por todas partes y en última instancia llega a las familias. En este momento hay centros que tienen aprobado el proyecto cuando la orden está en el horno. Si es que está en información pública, señora Pérez. ¡Y hay padres y AMPA que han votado! ¿Y que va a hacer con eso? [Corte automático del sonido.] Haga las cosas bien, y, como usted le decía a la señora Serrat, a lo mejor rectificando acierta.

Muchas gracias.

[Aplausos.]

La señora vicepresidenta primera (BARBA BORDERÍAS): Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la señora consejera.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): [La señora consejera comienza su intervención con el micrófono apagado.]… jornada continua, que agilizó claramente el Partido Popular, y es el ejemplo de Monzón III, en el que ni se hacía seguimiento ni se garantizaban los servicios complementarios, servicios educativos complementarios —siempre lo he llamado así—, de comedor, de transporte o de actividades extraescolares, en el que ni se apostaba por la innovación ni planteaba la evaluación…, que me diga usted la evaluación de sus políticas, señora Ferrando. ¡Lo que nos hemos encontrado! Por favor, por favor, por favor.

Ni el proceso de reversión, en su caso, ni resultados obtenidos; es decir, una idea que, entiendo, bueno, exploraron, y como hacen en otras comunidades autónomas, como hacen en Madrid y han hecho. Si el modelo de Madrid era el modelo que se estaba introduciendo en Aragón, pero calcado, en el bilingüismo. El modelo de la baja calidad en la educación era el que ustedes estaban implantando.

Nuestro modelo es hacer cosas distintas en nuestras escuelas y que nuestros centros se abran a la innovación. Necesitamos que la Administración educativa, y así nos lo traslada el profesorado, no encorsete ni a la autonomía de los centros, para diseñar su organización escolar, ni la imaginación ni las ganas de nuestros docentes, que son muchas, y que en momentos de dificultad, como han pasado durante estos cuatro años, no se ha reconocido, y yo aprovecho para hacerlo, las ganas, la imaginación, la iniciativa y, absolutamente, el valor profesional de la mayoría de ellos por abrir nuestras aulas a la sociedad del siglo XXI, bueno, pues donde el avance de las nuevas tecnologías de aprendizaje y de comunicación debe ser compatible con la atención a la diversidad, con la equidad y con el derecho a la igualdad de oportunidades y la educación emocional. Recomendaciones, insisto, todas del Foro de la Innovación. Eso es lo que está moviendo claramente este objetivo.

Abren la puerta y facilitan cambios metodológicos de agrupamientos tanto de áreas de conocimiento como de alumnado, según intereses, motivación, necesidades. Un proyecto que permite y obliga a una mayor implicación del docente y de toda la comunidad educativa, y aquí me parece importante, porque va a participar en la elaboración del centro el conjunto de la comunidad educativa. Construir un modelo distinto y adaptado a cada centro, que, lógicamente, será acompañado con el seguimiento y el apoyo que cada centro necesite y con una evaluación seria y rigurosa; garantizar la innovación, el cambio educativo y el mantenimiento garantista de los servicios requiere de un marco normativo, que, fruto de un constructivo debate que llevamos ya seis meses con las comunidades educativas de cada centro, con el objetivo común de hacer de nuestra escuela un punto de encuentro entre profesorado, alumnado, familias, y barrio y localidad, es el único objetivo.

Señorías, en el proceso de participación y transparencia —acaba su exposición pública el 11 de febrero y acabamos de recibir el informe del Consejo Escolar—, ya les adelanto que vamos a incorporar, entre otras, las siguientes consideraciones: el censo para la votación lo compondrán el padre y la madre o el tutor legal del alumno —los dos—, el recreo se mantendrá en treinta minutos —con la flexibilidad necesaria para el alumnado de infantil—, las votaciones en los órganos colegiados podrán ser secretas —en Consejo Escolar y en Claustro—, si un proyecto no fuese aprobado en algunas de las votaciones deberá haber una cadencia de dos años para que el centro vuelva a presentarse con un nuevo proyecto, la comisión de elaboración del proyecto estará integrada por todos los sectores del centro —con especificación nominativa de los representantes de los mismos— y los proyectos deben estar basados en las necesidades del alumnado y deben favorecer una mejor atención del mismo, así como la implantación de metodologías que mejoren el desarrollo de aprendizaje y promuevan que las diferentes tareas del alumnado se desarrollen en el ámbito del centro.

En definitiva, y resumo, ha sido un proyecto fruto del debate. Hemos mantenido más de diez reuniones con las mesas de participación de familias, estudiantes y de la mesa sectorial. Son proyectos en los que la innovación se convierte en el eje vertebrador. No son proyectos para cambiar la jornada, sino para cambiar y asentar metodologías. Son proyectos que responden a tiempos y realidades sociales nuevas y cambiantes, y la escuela debe dar respuesta a esas nuevas necesidades; deben ser elaborados por el conjunto de la comunidad educativa (familias, docentes, monitoras de comedor, auxiliares de infantil y personal no docente); serán validados por la administración antes de que los órganos colegiados del centro y las familias den su aprobación.

Son proyectos donde se garantizan los servicios, los horarios y las actividades y antepone los intereses del alumno ante cualquier otra consideración. Ofrecen la posibilidad real de cada centro de que vea y analice su realidad y sus necesidades y se organice en función de ese diagnóstico, y conlleva una evaluación en la que participe toda la comunidad educativa y el propio Departamento a través de la inspección educativa.

Señora Ferrando, decía Einstein: «la mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original». Usted, como siempre, amenaza; yo, con humildad, señora Ferrando, simplemente recomiendo.

Muchas gracias.

[Aplausos.]

La señora vicepresidenta primera (BARBA BORDERÍAS): Gracias, señora consejera.

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