Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Debates Generales - Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón

Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 033 de Plenos (VIII Legislatura)
Intervinienen: Lambán Montañés, Francisco Javier - Rudi Úbeda, Luisa Fernanda - Ibeas Vuelta, María Nieves - Barrena Salces, Adolfo - Boné Pueyo, Alfredo Valeriano - Torres Millera, Antonio

El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión [a las nueve horas y treinta minutos] y continúa el debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Corresponde, a continuación, la intervención de los diferentes grupos parlamentarios, con sus correspondientes réplicas y dúplicas.

Empieza, en este caso, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, su presidente, el señor Lambán, que tiene la palabra por tiempo de treinta minutos.

Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Aragón. Intervención de los grupos parlamentarios.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señor presidente.

Señoras y señores diputados:

Es para mí un honor subir a esta tribuna representando al Partido Socialista. Pero lo hago embargado por una doble preocupación. Como diputado aragonés, participo por primera vez en un debate de esta naturaleza muy consciente de que, en el trigésimo aniversario del Estatuto, el sistema autonómico está siendo más cuestionado que nunca por los herederos del viejo centralismo. Como socialista, voy a defender el ideario de mi partido en un momento en el que los ciudadanos aragoneses pasan por la situación económica y social más angustiosa de su vida, una situación especialmente grave para las clases medias y bajas y, singularmente, dramática para la mayoría de nuestros jóvenes.

Permítanme expresar en este punto mi recuerdo emocionado de la figura de don Santiago Carrillo, fallecido anteayer, un joven militante socialista que, con el paso del tiempo, como secretario general de Partido Comunista, derivaría en personaje clave para el éxito de la transición y para el arraigo de la democracia. Sintiéndome correligionario de sus principios y de sus valores, que la tierra le sea leve y que su testimonio ilumine siempre nuestro camino. [Aplausos.]

Señores diputados, el debate sobre el estado de la comunidad es propicio para esbozar una visión panorámica que los afanes del día a día no permiten. Es una especie de ejercicio cíclico, en el que se evalúa el cumplimiento de las expectativas y de los compromisos adquiridos el año anterior y se fijan nuevas expectativas y nuevos horizontes, justamente aquellos que se pretenden alcanzar a lo largo de los doce meses siguientes.

Y en ese sentido, señora Rudi, su intervención de ayer fue absolutamente decepcionante. Mientras la escuchábamos, pensábamos en la gran lejanía existente entre su visión de Aragón y lo que realmente está ocurriendo en las familias, en las empresas, en los medios de comunicación, en definitiva, en la calle de la comunidad. Lo distante que está usted de los ciudadanos y de los problemas que padecen.

Su discurso fue la demostración clara de que todas las expectativas que usted pudo generar se han frustrado y fue también la constatación evidente de que carece de capacidad para generar expectativas nuevas. En otras palabras, a su Gobierno se le ha terminado el combustible antes de llegar a la primera curva del circuito.

En la campaña electoral, advertimos que el PP tenía un programa oculto consistente en desmontar el Estado del bienestar. Dijimos entonces que iban a aprovechar la crisis como excusa para imponer su doctrina neoliberal y destruir progresivamente los sistemas públicos de educación y sanidad, ya que, según su ideología, la igualdad social resulta demasiado cara y no es económicamente rentable. Por desgracia, se ha cumplido nuestro pronóstico y el PP se propone enterrar el modelo social que construimos entre todos a partir de 1978 y que se identifica, por tanto, con la con la Constitución y con la democracia misma.

Sea como fuere, lo cierto es que ustedes, hace un año, recibieron el apoyo de la mayoría de los ciudadanos. Temían los recortes sociales, pero creyeron su promesa de que gestionarían mejor la economía y de que crearían rápidamente empleo sin subir los impuestos. La gente les votó por eso en mayo y volvió a hacerlo en noviembre. Pero todas aquellas expectativas que generaron han quedado defraudadas en apenas doce meses. Porque no solo han recortado derechos y servicios de manera indiscriminada, es que el paro ha seguido creciendo y han aumentado todos los impuestos.

No defenderé aquí al Gobierno de Zapatero, que cometió errores de bulto en el tratamiento de la crisis. Pero es que a los problemas heredados, ustedes han añadido otros y más graves. El retraso interesado del presupuesto de 2012, la gestión del problema de Bankia o la política europea de Rajoy han sido desastres de tal magnitud que explican por sí mismos que la desconfianza en España sea ahora mayor que nunca y que se vean obligados a pedir, seguramente, dos rescates, el de los bancos y el de la economía en su conjunto, lo cual no solo resulta históricamente humillante, sino que puede condenar a dos generaciones de españoles a vivir peor que sus padres y que sus abuelos.

No solo han recortado derechos y servicios. Es que han incumplido todas sus promesas electorales y se han escudado para ello en la herencia recibida. Pero faltan a la verdad cuando hablan de la herencia recibida, porque cuando prometían bajar impuestos y crear empleo de la noche a la mañana, sabían cuál iba a ser el déficit de 2011 lo habían creado en buena medida ustedes en las comunidades donde gobiernan— y sabían también cuál era el problema de la banca, pues, en gran medida lo habían creado ustedes a través de Bankia. No se pueden escudar en la herencia. Sabían lo que había y faltaron a la verdad.

Comparto su preocupación, señora Rudi, ante la desafección de los ciudadanos por la política. Pero analice las causas y verá que ello se debe en gran medida a la identificación de la práctica política con la mentira, en la que Rajoy es exponente máximo. Y verá también que los ciudadanos se desentienden de la política cuando perciben que los políticos se someten resignadamente a los poderes económicos y dejan de representar a sus electores, revelándose así como un instrumento inútil para solucionar sus problemas.

Y en esto, señora presidenta, tiene usted una especial responsabilidad al haber convertido el Gobierno autonómico en una simple prefectura del Gobierno de Madrid, sin pulso político propio; lo cual les convierte en cómplices activos de todas las políticas de Rajoy y en responsables directos de las mismas.

Ha renunciado a defender el interés de Aragón, señora Rudi, frente a las decisiones de Rajoy, y ha renunciado, además, a participar activamente en la conformación de la política nacional, en el debate de las grandes cuestiones que nos afectan, una función plenamente inscrita en el espíritu y en la letra del Estatuto. Esta renuncia sería grave en cualquier circunstancia, lo es más en este momento, cuando la reivindicación catalana de un Estado propio y el previsible resultado de las elecciones vascas amenazan con sacudir con fuerza la estructura de la España autonómica y es preciso estar más listos y avisados que nunca para que Aragón no resulte perjudicada por los posibles cambios que puedan sobrevenir.

He de decir, en este punto, que me produce perplejidad la actuación del PAR, de su socio de Gobierno, que ostenta el dudoso honor de ser el único partido político de España que acompaña al PP en la política de recortes sociales y que se muestra cómplice pasivo de unas políticas madrileñas que tienen un componente cada más recentralizador y menos respetuoso de la autonomía. ¿Es por mala conciencia por lo que los argumentarios del PAR dicen lo contrario de lo que hacen en este parlamento y en el Gobierno? ¿Es este un gobierno de coalición estable? Desde luego que no. El PAR no está coaligado sino sometido y, en el mejor de los casos, estamos hablando de un gobierno acomodaticio y circunstancial, lo cual no tiene nada que ver con un gobierno estable.

Por todas estas consideraciones, no podemos compartir en modo alguno el balance positivo que hacía usted ayer de la labor de su gobierno. Por desgracia, el transcurso de septiembre de 2011 a septiembre de 2012 solo cabe describirlo en términos de cuantificación de daños.

Presume usted de éxito en el cumplimiento del objetivo del déficit. Pero ello es a costa de hacer pagara a los ciudadanos lo que ahorra la Administración.

Quizá cumpla el déficit, pero a costa de arruinara a las comarcas y a los ayuntamientos, a los que no paga las subvenciones concedidas ni les firma los convenios para mantener los servicios sociales. Solo al Ayuntamiento de Zaragoza le debe cuarenta y siete millones de euros.

Quizá cumpla el objetivo de déficit a base de recortes continuos. Pero, para ello, ha hecho usted que Aragón sea hoy más pobre que hace un año, más desigual socialmente, con menos médicos y menos maestros, es decir, con peor calidad de vida y con menos capacidad de desarrollo material y moral.

Su obsesión por el déficit aumenta mes a mes las cifras del desempleo, un fenómeno terrorífico como estadística pero que alcanza tintes trágicos cuando se le pone cara y ojos a familias enteras sin trabajo, asoladas por las privaciones y, en algunos casos, próximas a la miseria.

Su obsesión por el déficit, señora Rudi, está aniquilando el presente de Aragón y está convirtiendo en pura quimera cualquier posibilidad de pensar en un futuro mejor. Los aragoneses viven peor desde que gobierna usted, y no hay ningún indicio de que el panorama vaya a mejorar en los próximos años.

En definitiva, señora Rudi, es posible que pase usted a la historia por haber sido la presidenta más cumplidora de las órdenes de Montoro. Pero, si sigue por ese camino, el suyo pasará también a la historia como el Gobierno más insolidario de los últimos treinta años, el más incompetente en la gestión de la economía y el más ineficaz en la defensa del interés general de los aragoneses. [Aplausos.]

Por lo demás, en los últimos meses, señoras y señores diputados, hemos denunciado repetidamente en estas Cortes todas estas carencias. Haré, no obstante, un repaso rápido por cada una de ellas, y empezaré señalando que su gobierno es con mucho el más insensiblemente socialmente que ha conocido esta tierra. Aunque a ustedes es lo que menos les importa, hablaré en primer lugar de esta cuestión, porque para nosotros es la más importante.

No dudo de que haya más grupos en esta cámara con legitimidad para reivindicar el Estado del bienestar, pero reconocerán que los socialistas tenemos además la legitimidad añadida de haber sido sus principales impulsores, bajo los gobiernos nacionales de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero, y también bajo el gobierno autonómico de Marcelino Iglesias.

Sí, señora Rudi. Cuando recuerden el comienzo del curso escolar de este año, muchas familias aragonesas lamentarán que les tocó sufrir la política de su gobierno; el que ha recortado ayudas en las escuelas infantiles, el que ha producido una reducción de hasta dos mil profesores, con especial repercusión en el medio rural; el que ha aumentado la ratio en las aulas y el precio del comedor escolar; el que ha suprimido el bilingüismo; el gobierno que ha eliminado la gratuidad de los libros de texto.

Sí, señora Rudi. El suyo es el gobierno que está asfixiando financieramente a la Universidad Pública, que para pagar las nóminas tiene que invertir los ingresos por proyectos, lo cual va en detrimento de la investigación; el suyo es el Gobierno que ha recortado el 41% de las becas Erasmus, disminuido las becas universitarias y ayudas a estudiantes en un 11,6% e incrementado las matrículas de los másters casi en un cien por cien.

Si hay algo que crea igualdad de oportunidades, permitiendo superar las desigualdades debidas al origen social, es la educación. Además, en el momento actual de incertidumbre, donde la globalización nos demuestra a diario la necesidad de apostar por la cualificación y preparación de los ciudadanos, la educación resulta trascendental para generar estructuras competitivas. Pero ustedes están poniendo en jaque estas dos aspiraciones. A ustedes, la educación, como derecho universal, les parece demasiado cara. Pero lo que realmente le resulta caro a un país, señora presidenta, es justamente la ignorancia. [Aplausos.]

Su ensañamiento con la sanidad pública no ha sido menor. El Sistema Nacional de Salud era reconocido por todas las instituciones y evaluadores internacionales como uno de los más eficientes y menos costosos. Consideraba la salud como un derecho universal con financiación pública a través de los impuestos. Pero el real decreto ley de abril del señor Rajoy ha derogado y modificado todos los principios del sistema anterior. Ha supuesto la quiebra del principio al que responde la sanidad pública de las sociedades más decentes, según el cual la sanidad la financian los ciudadanos según su renta y se benefician de ella según sus necesidades médicas.

Por eso, la medida del copago farmacéutico es profundamente insolidaria, es fiscalmente injusta y éticamente reprobable, pues grava la enfermedad, no la renta. Además, abre la puerta a que este mismo sistema, el copago, se extienda a otras prestaciones sanitarias, como, por desgracia, iremos viendo.

El deterioro del sistema es ya perceptible en muchos aspectos, en los refuerzos complementos de actividad de tarde en los hospitales, por ejemplo. La consecuencia está muy clara: ya se han multiplicado por cuatro algunas listas de espera quirúrgicas, se retrasa la lectura de biopsias y se va produciendo el cierre de especialidades en algunos centros. Muchos pacientes en lista de espera de la pública acabarán siendo atendidos en la privada. ¿Es ese su verdadero interés?

Por lo demás, dejar sin acceso a la sanidad pública a los inmigrantes sin papeles me parece un atropello que no dudo en calificar como un auténtico e inmoral apartheid sanitario.

Pero si a la sanidad y a la educación les ha ido mal, no les ha ido mejor a los otros dos pilares del bienestar, a las pensiones y a la dependencia.

Rajoy ha dicho que los pensionistas pueden estar tranquilos. Pero ya sabemos cuál es el valor de la palabra del Presidente. Con el aumento del IRPF, el IVA y el copago, los pensionistas han perdido poder adquisitivo y es fácil pronosticar que las próximas recomendaciones de Bruselas les resultarán particularmente perjudiciales, de manera que, por lo pronto, quizá pierdan los dos puntos de desviación del IPC de este año. Asunto inquietante en un momento en el que muchos pensionistas se han convertido en el sostén económico de sus hijos y de sus nietos, lo cual es un signo de la perversión a la que nos está conduciendo esta manera suya de afrontar la crisis.

En cuanto a la Ley de Dependencia, con el decreto de julio simplemente acabaron con ella por la vía del hecho. Una atención que es esencial para muchas familias, una ayuda destinada a familias que están en mucha necesidad de ayuda, que está en trance de desaparecer, sustituyendo como cuidadores a familiares por empresas privadas.

Aragón ha pasado de ser la cuarta comunidad en la prestación de la dependencia a la décima desde que gobierna usted. Tenemos miles de personas pendientes de ser valoradas, y de quienes ya lo han sido, hay unas nueve mil esperando a recibir la prestación o el servicio al que tienen derecho.

Pero no mucho mejor les va al resto de las políticas sociales. Las comarcas, las ONG y las entidades sociales han sido abandonadas a su suerte por su Gobierno, señora Rudi. Los convenios aún no se han firmado. Lo mismo le ocurre al Ayuntamiento de Zaragoza, pendiente de la firma de un convenio de políticas sociales de ocho millones de euros, lo que significa que ustedes han dejado solo al Ayuntamiento de Zaragoza ante la principal bolsa de pobreza y de problemas sociales que existen en la comunidad, que es la ciudad donde viven más de la mitad de los aragoneses.

Pero pocas medidas expresan mejor el ideario neoliberal de ustedes que la reforma laboral, defendida con pasión en esta tribuna por usted, señora presidenta. Volviendo a la noche de los tiempos, ustedes han dejado a los trabajadores españoles sin derechos de negociación, desamparados, sometidos al albur de la voluntad del empleador, condenados a empleos precarios y mal pagados. Y, además, la reforma ha creado más paro y, por desgracia, me temo que seguirá haciéndolo en los próximos años.

En resumen, señora Rudi, si en algo han demostrado ustedes una eficacia insuperable, desde Madrid y desde Zaragoza, ha sido en la demolición del Estado del bienestar y en la aniquilación de derechos sociales, económicos y civiles. En apenas un año, han destruido lo que ha costado treinta poner en pie y han dilapidado sin complejos el capital del Estado del bienestar, que era, sin ninguna duda, el principal legado de la democracia.

No obstante, esta demolición del Estado del bienestar —como ya hemos dicho— la temíamos todos, incluso muchos de los que les votaron. Lo que no esperaban sus electores es que su Gobierno contribuiría a la ruina de muchos emprendedores, de pymes y autónomos. El empleo y la economía eran su principal bandera. Por eso, era impensable que su Gobierno fuera a ser más perezoso e incompetente en materia económica que cualquiera de sus antecesores.

Han abandonado ustedes a los sectores productivos a su suerte, esperando que la evolución global de la economía resuelva por sí sola sus problemas. Pero su ideario neoliberal, también en esto se ha demostrado equivocado. Los datos son estremecedores.

Ustedes, que tenían como prioridad el empleo, han recortado en un 57% las políticas activas de empleo, suprimiendo incluso el programa de corporaciones locales para contratar trabajadores desempleados, a pesar de que los ayuntamientos habían presentado ya sus solicitudes.

Ustedes, que iban a bajar los impuestos, los han subido casi todos. La subida del IVA en trece puntos puede resultar letal para el sector cultural, que da empleo a doce mil quinientas personas en Aragón. Igual puede ocurrir a muchos sectores del pequeño comercio, amenazado además por la liberalización de los horarios comerciales decidida por Rajoy.

Ustedes, que se declaraban comprometidos con el medio rural, se han dedicado a destruir una por una todas las esperanzas de desarrollo que tenían los pueblos. Han eliminado los planes de desarrollo rural que ya estaban aprobados. El convenio para el Fondo de Inversiones de Teruel sigue sin firmarse, lo cual pone en riego proyectos industriales de varios cientos de empleos que ya tenían confirmado su interés por instalarse allí. Sectores como la industria del calzado de la comarca del Aranda, una de las más deprimidas de Aragón, han sido olvidados.

Ustedes, que presumían de estar más identificados que nadie con el sector primario, también lo han abandonado a su suerte, a los agricultores y a los ganaderos. Los afectados por la sequía, que suman daños superiores a trescientos cincuenta millones de euros, esperan desde hace un año el decreto de ayudas correspondiente. Por otra parte, en un territorio en el que las adversidades climáticas no dan tregua, disminuyeron ustedes en 2012 a tres millones la partida presupuestaria de los seguros y amenazan con seguir haciéndolo. En cuanto a los regadíos, Biscarrués está en el aire, temiendo los regantes del Alto Aragón que no se llegue a licitar la balsa de Almudévar. Además, se han estancado los programas de creación y modernización de regadíos. Y tampoco los ganaderos han recibido ningún apoyo frente a la subida de los precios del pienso ni ante la necesidad inmediata de cumplir con la Ley de Bienestar Animal, como veíamos el otro día en esta Cámara.

Pero la responsabilidad del PP en el deterioro de la economía, señoras y señores diputados, no acaba ahí.

Es comprensible que, en estas circunstancias, caiga la inversión pública, pero no tanto como para que Aragón solo haya mantenido el 6,7% de licitación en relación con el ejercicio anterior. Eso está suponiendo el cierre de muchas empresas y el consiguiente desempleo de muchas personas. En este caso, son además ustedes culpables de haber prescindido de un instrumento heredado del Gobierno anterior, que, además de mantener la actividad de las empresas que ahora cierran, hubiera ofrecido trece mil empleos. Me refiero al Plan Red, que ustedes suprimieron con un celo digno de mejor causa, a base de pagar indemnizaciones millonarias a los concesionarios.

De todos modos, señora Rudi, en cuanto a irresponsabilidad, nada es comparable a lo que han hecho ustedes con Plaza, un proyecto que, hasta la llegada de su Gobierno, nos había convertido en el referente logístico del sureste de Europa, que había atraído a más de doscientas cincuenta empresas y creado unos diez mil quinientos puestos de trabajo. Plaza no costó ni un euro a los ciudadanos, porque era una empresa pública que se autofinanciaba con la instalación de empresas y la venta de su patrimonio.

¿Me quiere decir, señora Rudi, cuántas empresas se han instalado en Plaza desde que usted gobierna? Se lo digo yo: ninguna. Por revanchismo político o por lo que sea, en vez de seguir impulsando el proyecto, ustedes se han dedicado a judicializarlo sin motivos, con lo cual lo han desprestigiado y han alejado a las empresas que tenían interés en instalarse allí. Esto es, sencillamente, gravísimo. Alguien debería asumir responsabilidades por ello, pues, si no, tendremos que señalarla a usted como la única responsable de semejante tropelía.

En fin, señora Rudi. Son muchos los empresarios con los que hemos hablado en los últimos meses y en todos ellos hemos encontrado decepción y desconcierto respecto a la actuación de su Gobierno. Se quejan de inacción, los exportadores lamentan la falta de ayudas a la internacionalización, que debería ser prioritaria en este momento para cualquier gobierno responsable. No faltan quienes echan de menos más compromiso de usted con la investigación aplicada a la innovación, algo imprescindible para aprovechar las oportunidades que nos depare la salida de la crisis. También lamentan la subida del IVA, que va a detraer el consumo y, por tanto, va a lastrar enormemente las posibilidades de recuperación.

Pero el tema que más les preocupa es la falta de financiación. No se trata solo de que se apliquen diferenciales elevados sobre el euríbor cuando los bancos prestan dinero, sino que, simple y llanamente, no hay financiación. Bancos y cajas andan metidos en resolver sus graves problemas internos, asfixiados y desorientados, además, por los vaivenes de la política financiera del Gobierno de la nación, con un cambio continuo de las reglas de juego, con lo cual, el resultado es que no hay crédito ni para empresas ni para familias. Y sin crédito es imposible crear empleo.

Reconozco, señora Rudi, que es complicada cualquier iniciativa en este terreno, ciertamente. Pero lo que cabe reprocharle a usted es que ni siquiera lo ha intentado, cuando lo cierto es que hay vías que merece la pena explorar para aumentar la participación del Gobierno de Aragón en el restablecimiento de los flujos de crédito a las pequeñas y medianas empresas y autónomos, como nosotros, por cierto, vamos a indicarle en las propuestas de resolución que debatiremos mañana, más allá de la que anunció usted en su Gobierno.

En resumen, señora Rudi, Aragón cuenta con un magnífico caudal de talento empresarial dispuesto a comprometerse en el impulso de un nuevo modelo económico, basado en una reprogramación de las grandes líneas de desarrollo estratégico de la comunidad. Aragón cuenta también con una universidad pública dispuesta a ser punta de lanza de ese empeño colectivo de modernización a partir de la investigación. Pero, por desgracia, Aragón no tiene un Gobierno a la altura de sus empresarios y de su universidad. ¿Qué cabe esperar de ustedes, señora Rudi, si para modernizar nuestra economía, solo se les ha ocurrido volver al modelo de la especulación y del ladrillo que causó la crisis, a través de una Ley de Urbanismo que recuerda al peor Aznar de los años noventa?

Así pues, el mito de su capacidad para generar empleo ya no existe. Pero en este año transcurrido, han sido más las expectativas que ustedes han defraudado. Además de impulsores eficaces de la economía, se presentaban ustedes como administradores rigurosos y como excelentes gestores de las instituciones públicas. Pero esa bandera también se les ha caído.

Por lo pronto, usted, señora Rudi, no puede presumir de tener un Gobierno estable. En tan solo seis meses, usted ya ha tenido dos consejeros de Hacienda, dos de Ciencia y tres de Agricultura. En cuando al apoyo parlamentario del PAR, parece más forzado que convencido, a la luz de los permanentes mensajes contradictorios que emiten. Usted preside, si acaso, un Gobierno sumiso e hipotenso, que no es lo mismo.

Además, su Gobierno es un Gobierno incompatible, los propios interesados lo han reconocido. El consejero de Obras Públicas no puede hablar del tranvía de Zaragoza, dado que fue consejero delegado de TUZSA, y el consejero de Economía, competente en turismo, no puede intervenir en los temas de la nieve porque fue presidente de Aramón en la anterior legislatura y no quiere hablar en sede parlamentaria sobre la fusión de las cajas de ahorro porque ostentó un alto cargo en Ibercaja. En estas circunstancias, señora Rudi, en vez de liderazgo, transmiten ustedes incapacidad y producen desconcierto.

El episodio de los presupuestos fue, sencillamente, apoteósico. Con una crisis económica sin precedentes, retrasaron su presentación por razones electorales y, después, por inexperiencia o por incompetencia, tuvieron que retirarlos y volverlos a presentar, aprobándolos casi dos meses después del comienzo del ejercicio contable del año.

Pero no ha sido ese el único despropósito. Por falta de acuerdo con el PAR, evidenciado en esta Cámara, la racionalización de la Administración aragonesa, la llamada «redefinición de la arquitectura institucional», más urgente que nunca, la tienen ustedes paralizada. Zaragoza espera una ley de capitalidad, pero lo único que obtiene de usted son impagos de cincuenta millones de euros. Las comarcas y los ayuntamientos esperan una nueva ley de gobierno local que aclare sus competencias y su financiación, pero lo único que reciben de usted son recortes en las ayudas destinadas a sufragar los servicios, eliminación de convenios y amenazas desde Madrid de eliminar concejales y vaciar de competencias los ayuntamientos para que acaben gestionando los servicios municipales las empresas privadas.

Al mundo educativo, además de los recortes, lo castiga con el error administrativo en la tramitación de becas de comedor y libros, causando más irritación en las familias.

Y en cuando a los observadores económicos, les dicen un día que estudian acudir al fondo de liquidez autonómico y luego rectifican, o aprueban una ley de estabilidad presupuestaria sabiendo que las Cortes Generales iban a aprobar una ley orgánica del mismo tenor que hacía absolutamente inútil la de ustedes.

En resumen, señora Rudi, perdió usted cuatro meses con una auditoría que demostró, fundamentalmente, la veracidad de las cuentas que le entregó su antecesor. Se dedicó después a anunciar las medidas de ahorro, más efectistas que efectivas. Presumió de la supresión de asesores. Pero lo cierto es que, por muchos asesores que suprima, a la luz de lo que hacen y de los resultados, este Gobierno de usted nos está resultando carísimo a los aragoneses.

Así pues, señora Rudi, rinde usted cuentas de un Gobierno que, a nuestro juicio, es insolidario, perezoso e incapaz a la hora de dinamizar la economía y muy mal gestor de la Administración autonómica. Pero hay, además, una coincidencia generalizada en la idea de que ha renunciado usted a utilizar el Gobierno para defender el interés de los aragoneses, en la idea de que ha convertido usted el Pignatelli en una simple delegación de la Moncloa. [Aplausos.]

Lo vimos en el caso de la minería, donde la defensa de los intereses de las cuencas turolenses fue solo retórica pues, a la hora de la verdad, sus diputados apoyaron en Madrid la supresión de las ayudas a las empresas del sector. Ante la soberbia y la torpeza del ministro del ramo, usted no ha reaccionado de ninguna manera. Por lo que, al final, si las minas cierran, usted habrá sido corresponsable de la pérdida de cientos de empleos y, lo que es peor, de la ruina colectiva de varios municipios de aquella provincia.

No fue mucho más airoso el papel que jugó usted en el caso de las cajas de ahorro aragonesas, obligadas a fusiones innecesarias por la política errática del ministro de Economía. Usted no dijo nada ayer al respecto, pero lo cierto es que el Gobierno de la nación vetó la fusión de Ibercaja y Caja 3 con Unnim, que favorecía enormemente la opción de mantener una entidad financiera arraigada en Aragón y vinculada estrechamente a la economía aragonesa, y usted no hizo nada por evitarlo. El Gobierno, prácticamente, empujó a nuestras cajas a fusionarse con Liberbank, una opción que no garantiza ni su arraigo en Aragón ni su vinculación con las estrategias de crecimiento de la comunidad, y usted no hizo nada por evitarlo. Nos consta que Ibercaja está intentando un último esfuerzo, pero, a estas alturas, tenemos pocas esperanzas de que usted se involucre activamente para conseguirlo.

Un instrumento creado para defender el interés de Aragón en sus relaciones con el Estado, la Comisión Bilateral, lo han convertido ustedes en una farsa, vulnerando el principio de separación de poderes y desvirtuando los fines para los que fue creada.

Pero lo más grave, señora Rudi, ha sido su sumisión ante el ministro Montoro en una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera en la que se perpetró la mayor agresión a la autonomía financiera de las comunidades conocida hasta ahora. Ustedes aguantaron sin rechistar que les negaran la participación en el incremento del IVA de este año, que de la flexibilización del objetivo de déficit para el conjunto de España no se beneficiara Aragón, y que el objetivo de déficit de Aragón para 2013 y 2014 no solo no se flexibilice, sino que se reduzca. Y usted aceptó un nivel máximo de endeudamiento que penaliza a las comunidades menos endeudadas como es el caso de Aragón, que fue lo que usted heredó, y que nos impide invertir en nuestro desarrollo lo que los demás gastaron antes con total impunidad.

¿Qué nos ofrecía usted, señora Rudi, cuando nos invitaba este verano a negociar los presupuestos de 2013? Nos ponía sobre la mesa unas cuentas fijadas y exprimidas previamente por Montoro, con menos margen que en 2012 y con posibilidades de empeorar aún más si al final Rajoy solicita el rescate y no se cumplen los objetivos de déficit de este año, algo muy probable. Nos ponía sobre la mesa, señora Rudi, un presupuesto prefijado de antemano por Montoro que va a generar inevitablemente más pobreza, más paro, más desigualdad y peor calidad de vida.

¿Qué podíamos hacer nosotros? Lo que hicimos, señora Rudi. Por honradez, no engañar a nadie, iniciando una negociación imposible, y, por responsabilidad, negarnos a ser cómplices de unos presupuestos que van a ser un desaguisado en toda regla, un fiasco aún mayor que los presupuestos de este año. [Aplausos.]

En resumen, señora Rudi, Aragón no aguanta más. El conflicto social va camino de convertirse en un elemento estructural de nuestra realidad. Por eso, vista la gravedad de la situación, ha llegado quizá el momento de dar cauce a una reacción democrática de la sociedad aragonesa, pero una reacción encabezada por la política desde este Parlamento y que le dé a usted la oportunidad de rectificar e intentar desde su Gobierno una política nueva. Ha llegado el momento de intentar trazar entre todos una hoja de ruta nueva y de generar así expectativas nuevas a los aragoneses, que es lo que, al comienzo de mi intervención, señalaba como una de nuestras obligaciones en este debate.

En nuestras propuestas de resolución adelantaremos algunas ideas al respecto. Por encima de todo, plantearemos un plan de empleo juvenil, que es lo más urgente; insistiremos en cuestiones ya planteadas antes, como un pacto necesario para racionalizar la Administración aragonesa; un acuerdo amplio para la reactivación económica, con medidas específicas de apoyo a las pymes y a los autónomos; un verdadero plan de infraestructuras debatido a fondo en este Parlamento, donde sea absolutamente prioritario el desdoblamiento de la nacional 232 y de la nacional II; adoptaremos una iniciativa de revisión de la fiscalidad aragonesa, dotándola de una mayor progresividad, elevando la presión sobre las rentas más altas en el IRPF, sucesiones y patrimonio, e incorporando deducciones fiscales para las rentas medias y bajas en relación con la compra de libros escolares y el copago farmacéutico; asimismo, propondremos recuperar los impuestos ambientales suprimidos; plantearemos una iniciativa dirigida a perfeccionar el actual IAI para que beneficie a todos los aragoneses en riesgo de exclusión social, sobre todo después de la modificación del Plan Prepara perpetrada por Rajoy; propondremos líneas de subvención para los sectores más afectados por la subida del IVA, como es la cultura o determinadas modalidades del pequeño comercio, pero sobre todo, señora Rudi, traeremos a esta Cámara iniciativas dirigidas, por una medida, a recuperar el prestigio social de la política, y, por otra, a cumplir nuestra obligación estatutaria de defender el interés de Aragón ante el Gobierno de Madrid y a ejercer nuestro derecho a participar activamente en la conformación de la política española.

En ese sentido, creemos necesario reforzar la dimensión de ejemplaridad que debe observar todo cargo electo, publicando en la página web de las Cortes la declaración de renta de los diputados y su patrimonio y estableciendo una rígida incompatibilidad de retribuciones, de manera que un diputado con dedicación perciba un solo sueldo, sin dietas ni otras percepciones de ninguna clase.

Por otra parte, el parlamento ha de ser el centro y el galvanizador de esa necesaria reacción democrática que propugnamos, junto con los agentes sociales y económicos; el centro de la democracia deliberativa a la que debemos tender. Aprovecharemos para ello la reforma del reglamento y, además de proponer una ampliación de los periodos de sesiones, plantearemos, por ejemplo, la creación de las audiencias legislativas, tal como se practican en el Bundestag o los Länder alemanes; esto es, cauces efectivos de participación ciudadana en el procedimiento legislativo, a partir de criterios de publicidad, transparencia y pluralidad.

Pero, además, esta revitalización del parlamento ha de servir también para cambiar los criterios respecto a la participación del Gobierno de Aragón en el Consejo de Política Fiscal y Financiera o en la Conferencia de Presidentes. Le propongo, señora Rudi, que, a partir de ahora, fije previamente en debate parlamentario su posición en esos órganos, lo cual va a tener la oportunidad de hacer de manera inmediata, dado que el próximo 2 de octubre se reúne la Conferencia de Presidentes.

Si tanto le preocupa la desafección, haga más participativa su política y, sobre todo, haga que los ciudadanos perciban la utilidad de las instituciones, empezando por el Parlamento y terminando por la Presidencia misma del Gobierno.

Hoy, señora Rudi, defender el interés de Aragón y de los aragoneses es contribuir a un cambio de la orientación de la política del Gobierno de España. La llamada austeridad, los ajustes, los recortes, no están provocando más que paro, desigualdad y sufrimiento. Grecia o Irlanda, que llevan ya tiempo sometidas al tratamiento de la austeridad —Portugal, sobre todo—, van cada día a peor, como les ha ocurrido a todos los países por donde ha pasado esa especie de jinete del apocalipsis que es el Fondo Monetario Internacional.

Es imprescindible, señora Rudi, cambiar esa política, y estoy seguro de que va a tener el apoyo de todos los grupos de este parlamento si lo intenta en la Conferencia del día 2 de octubre.

La receta neoliberal, las doctrinas de la Escuela de Chicago, se han demostrado nefastas. No le pido que se haga socialdemócrata. Piense simplemente en los democristianos alemanes o en los liberales ingleses que contribuyeron a crear el Estado del bienestar en 1945.

Señora Rudi, rectifique. Vaya a Madrid arropada por este parlamento, denuncie los daños que la política del Gobierno está causando a los aragoneses, deje claro que por este camino vamos hacia un país cada vez más pobre y más desigual, con ciudadanos que, en el mejor de los casos, podrán aspirar a empleos precarios y mal pagados; haga ese ejercicio de responsabilidad y de altura de miras, y habrá dado un paso de gigante para reconciliar a la sociedad aragonesa con sus gobernantes.

Señora Rudi, no se desentienda del sufrimiento de muchos miles de aragoneses que lo están pasando muy mal y tome el único camino que le queda para defender realmente el interés de Aragón y de los aragoneses.

No despilfarre el talento empresarial de Aragón ni las capacidades creativas de esta sociedad, que pueden constituir un caudal formidable de crecimiento si los políticos somos capaces de estar a su altura.

Señora presidenta, nosotros queremos sinceramente que su Gobierno acierte, y tendrá a su disposición todo el caudal de energía cívica e intelectual de nuestro partido para intentarlo. Pero la iniciativa le corresponde a usted y la principal responsabilidad, señora presidenta, también.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Para responder tiene la palabra la señora presidenta.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Señor presidente. Muchas gracias, señor presidente.

Señorías.

Señor Lambán, hay una —y se lo he dicho en alguna ocasión al portavoz de su grupo—, una ilustre escritora francesa que tiene acuñada una frase que a mi modo de ver es muy clarificadora, y dice que todas las exageraciones se convierten en increíbles. Y me temo, señor Lambán, que usted en esta mañana ha cumplido exactamente esa premisa. Porque un dibujo más catastrofista y con una descalificación más total que el que usted ha hecho aquí a lo largo de sus treinta y tantos o cuarenta minutos de intervención es difícil de encontrarla. Y, señor Lambán, el catastrofismo y la descalificación total es igual a demagogia. Es un camino, señor Lambán, en el que a mí no me va a encontrar nunca; ni me encontró ayer en el debate, en el discurso que yo pronuncié aquí, ni me van a encontrar en esta mañana.

Mire usted, señor Lambán, ha mezclado la situación nacional, la ha mezclado con la situación de Aragón. Yo voy a hablar de Aragón, pero no voy a rehuir el debate de la situación nacional. Y de la situación nacional hablemos del déficit y de la situación económica. Usted, señor Lambán, ha criticado profundamente las políticas económicas de control del déficit, porque seguramente es lo que cree que toca ahora. Pero, señor Lambán, cuando usted habla de las políticas del señor Rajoy, yo le puedo admitir, le voy a admitir —entre comillas; por supuesto no lo comparto— que el señor Rajoy lo ha hecho muy mal en nueve meses de gobierno que lleva. Fatal. Pero ¿el señor Rajoy es responsable, el gobierno del señor Rajoy es responsable de la situación económica, o son los siete años de desastre del gobierno del señor Rodríguez Zapatero, que no tomó las medidas?

[Aplausos.]

Señor Lambán, yo no quise hacer ayer un discurso descalificativo, ni tan siquiera hablé prácticamente de la herencia recibida. Pero yo le voy a decir una cosa: lo que usted está criticando tanto de las políticas neoliberales traen causa del Programa de Estabilidad España 2011-2014, que en abril del 2011 el señor Rodríguez Zapatero presentó ante la Unión Europea. Y le recordaré que el gobierno del señor Rodríguez Zapatero, en el año 2011, cuando lo presentó, se comprometió a que España tendría un déficit en este ejercicio del 3,3. Por tanto, señor Lambán, eso ha sido lo que ha habido que corregir. Es decir, si el señor Rodríguez Zapatero hubiera hecho las políticas que debía en su momento, y no hubiera tergiversado los resultados, no estaríamos ahora como estamos.

Pero, señor Lambán, no quiero hablar mucho del déficit, lo que pasa es que hay cuestiones que hay que recordarlas. Usted ha criticado la demolición —y luego entraré sobre ello— del Estado del bienestar. Es una frase que se la he leído y se la he escuchado a los medios de comunicación. Frente a eso yo luego le voy a poner datos comparativos solamente; no voy a entrar en juicios de valor, le voy a poner datos comparativos. Pero fíjese, en mayo de 2010, usted recordará que se aprobó un decreto donde el señor Rodríguez Zapatero dio un giro de ciento ochenta grados a su programa electoral. En aquel decreto se congelaron las pensiones, se limitaron las condiciones de la dependencia, y si quiere seguimos hablando. Pero no tengo intención. Solamente le voy a decir una cosa, señor Lambán: en aquellos momentos usted decía: «las medidas aprobadas son el único camino para salir de la crisis». Señor Lambán, son sus declaraciones de mayo del 2010, cuando el señor Rodríguez Zapatero acometió lo que entonces ustedes justificaban y ahora consideran que es demolición del Estado de bienestar.

Pero sigamos hablando de déficit, señor Lambán. Cuando usted me critica que soy una obsesa del déficit, yo simplemente le voy a decir lo que usted en su programa electoral, o ustedes, el Partido Socialista —usted no fue el candidato; perdón—, en su programa electoral de mayo del 2011 decían: «Tope de gasto y déficit. Con este mismo objetivo estamos convencidos de que es necesario, además, que las comunidades autónomas se comprometan a respetar el tope de gasto de gasto público que la actual legislación les permite. Las comunidades autónomas son Estado y la responsabilidad sobre el mantenimiento de unas finanzas públicas estables ha de ser compartida por todos los poderes públicos». ¿Qué ha cambiado de mayo del once a ahora, señor Lambán? ¿Qué ha cambiado de mayo del once de ahora? Que ustedes pensaban gobernar y están en la oposición, y se han subido al carro de la demagogia.

[Aplausos.]

Pero mire, señor Lambán, demolición del Estado de bienestar, que es de lo que usted me acusa como presidenta del Gobierno de Aragón, y en función de las medidas que hemos tomado. Ustedes han criticado la educación, han criticado, en fin, todo lo que les ha venido...

Yo le voy a decir. Mire, la ratio de alumnos, esto que ustedes han criticado tanto y que supone cargarnos la enseñanza pública, la ratio de alumnos en el curso 2010-2011, Gobierno del Partido Socialista, la media estaba entre el 20,95 en la Educación Infantil y el 22,29 en la Secundaria. Señor Lambán, en el curso 2012-2013, la ratio está en la Infantil en el 22,25, y el 24,56 en la Secundaria. Señor Lambán, si subir la ratio, la media de alumnos, algo más de un punto significa demoler la educación pública en Aragón, explíquemelo usted. Pero le digo más, señor Lambán, en la Ley Orgánica de Educación, que no es una ley del Partido Popular, es una ley de un gobierno socialista, que ustedes han recordado aquí, figura como tope máximo de ratio veinticinco en Infantil, veinticinco en Primaria, treinta en Secundaria y treinta y cinco en bachillerato.

Señor Lambán, ¿sabe cuáles van a ser las ratios en Aragón en este curso?, esas que usted dice que significan la destrucción de la escuela pública. Pues mire, en Secundaria, 24,56, frente a la ratio que un gobierno socialista fijó en la LOE de treinta; en bachillerato, 23,77, frente a la ratio de treinta y cinco que un gobierno socialista fijó en la LOE; en Formación Profesional de grado medio y grado superior, 16,13 y 17,54, frente a una ratio de treinta que un gobierno socialista fijó en la Ley Orgánica de Educación, señor Lambán. Esa es la demolición que mi Gobierno está haciendo del Estado de bienestar. [Aplausos.]

Pero, señor Lambán, podemos seguir hablando de educación, y lo vamos a decir. Porque, efectivamente, nosotros hemos pedido, como le estamos pidiendo al conjunto de la sociedad, siendo ejemplarizantes quienes estamos en política, y luego entraré en eso, porque creo en ello, porque creo que, cuando la sociedad está viviendo una situación tan complicada como la que estamos viviendo, cuando creo, como ayer recordaba en esta misma tribuna, que son inaceptables y dramáticas las cifras de paro, y las familias aragonesas lo están pasando muy mal, a partir de ese momento yo pido, he pedido y seguiré pidiendo que cada uno de nosotros aportemos lo que podamos. Y le puedo asegurar que, siempre, mi Gobierno y yo misma seremos los que más nos sacrifiquemos, y por eso hemos pedido a los profesores que, dentro de su jornada de treinta y siete horas y media, amplíen sus horas lectivas, señor Lambán.

Y le puedo decir que, en este momento, lo que hemos pedido es que en algunos institutos den una hora o dos horas más de clase dentro de su jornada de las treinta y siete y media, señor Lambán. Eso no es desmontar ni demoler la enseñanza pública, lo que significa eso es que cada uno aportemos, sin llegar a los máximos, ni muchísimo menos, cada uno de nosotros aportemos lo que podamos para el bien común. Y esa es la ayuda que se les ha pedido a los profesores, señor Lambán.

Pero le voy a decir más. Ustedes han dicho, y lo ha repetido ahora mismo, que son dos mil profesores menos los que va a haber en el sistema público de Aragón. Señor Lambán, no, no falsee la realidad, exactamente son cuatrocientos cuarenta y cinco, lo ha dicho la consejera hasta la saciedad y se lo sigo repitiendo, son ciento ochenta maestros y doscientos sesenta y cinco de Secundaria, Formación Profesional y régimen especial. Porque, señor Lambán, ustedes no están contando que los que se jubilan son plazas que se han cubierto, señor Lambán, y, por tanto, contando los que se jubilan, haciendo la cuenta, son exactamente cuatrocientos cuarenta y cinco. [Rumores.] No nieguen la evidencia, que ustedes saben... Mire, eso es muy claro, los números se conocen perfectamente. Le digo, señor Lambán, cuatrocientos cuarenta y cinco, y reitero, ciento ochenta maestros, doscientos sesenta y cinco de Secundaria. Y ¿sabe lo que supone eso sobre el total de profesores de la enseñanza pública en Aragón? El 3,53, señor Lambán, el 3,53. Si usted entiende que eso es demolición, pues, en fin, baje Dios y lo vea.

Pero, señor Lambán, podría seguir dándoles más datos. Usted no ha nombrado hoy la escuela rural, pero, como aquí se ha hablado de muchas cosas y también les he leído, y le he leído a usted, que estábamos desmontando la escuela rural, le voy a dar un dato. Mire, en Aragón, en este curso 2012, hay trescientas cuarenta y cuatro aulas rurales. Eso, lo que significa es que, de los setecientos treinta y un municipios que tiene Aragón, mantenemos en trescientos cuarenta y cuatro municipios las aulas rurales, porque somos muy conscientes de lo que eso significa en el arraigo y en el mantenimiento de la población en Aragón. Y de esas trescientas cuarenta y cuatro aulas que mantenemos en trescientos cuarenta y cuatro municipios de Aragón, hay cien aulas en cien municipios que tienen menos de diez alumnos, señor Lambán, y hay veintisiete que tienen menos de cinco alumnos. Señor Lambán, cuando ustedes han hecho demagogia diciendo que estábamos destruyendo la escuela rural, con datos en la mano, señor Lambán, que es como hay que argumentar, desmonto su demagogia total y absoluta en el tema de la educación. [Aplausos.]

Señor Lambán, vamos a hablar de libros y de becas también, y ya adelanto que, antes de que acabe este ejercicio, con remanentes presupuestarios que en algunas partidas podamos conseguir, completaremos los tres millones de euros que hacen falta para completar becas de comedor y becas de libros. Pero vamos a hablar de cuál era el modelo de becas de comedor que ustedes tenían y la transparencia de ese modelo y cuál es el modelo y la transparencia de nuestras becas de comedor.

Señor Lambán, durante sus gobiernos había una cantidad que se pagaba a todos los padres, a todos los niños que se quedaban a comer, eso sí, solo en la escuela pública; la concertada, aunque esté financiada con fondos públicos, esos no tenían derecho. Eso sí, respecto a los que iban a la escuela pública, ganasen seis mil euros o ganasen sesenta mil, todos tenían la misma aportación de, aproximadamente, entre veinticinco y treinta euros. Señor Lambán, a nosotros no nos ha parecido que eso sea ni equitativo ni solidario porque hemos entendido que, independientemente de que los niños vayan a la escuela pública, si sus padres tienen determinados ingresos, no tienen por qué tener subvención porque cada uno, si tiene capacidad económica, debe de pagarlo.

Y lo que hemos hecho ha sido cambiar el modelo y darle transparencia porque, con el modelo anterior, ustedes daban la ayuda lineal y luego, eso sí, para aquellas familias que, no se sabe cómo, decían que tenían poco, decidían en las direcciones provinciales a determinadas familias darles ayuda en función de determinados criterios. Y lo que hemos hecho nosotros, señor Lambán, es convocar con luz y taquígrafos las becas, convocar con luz y taquígrafos las becas, lo que ha permitido que muchas familias aragonesas, cientos, y me atrevo a decir miles de familias aragonesas, que antes no acudían a pedir becas porque no sabían de su existencia, porque no se hacían públicas, han acudido. [Rumores.] Y, efectivamente, y están los datos en la consejería de Educación, esa ha sido la situación, esa ha sido la cuestión, y por eso ha habido una mayor petición de becas que en otros momentos.

Pero, señor Lambán, mi Gobierno, en las políticas sociales, busca solidaridad y que sean equitativas, y vamos a seguir trabajando en esa línea y, cuando haya, como ha habido en este caso, y se lo reconozco, una imprevisión en la dotación de la partida presupuestaria, porque se hizo pensando lo que se daba en becas en años anteriores y, por supuesto, la incrementamos, lo vamos a complementar, señor Lambán. Porque, sigo insistiendo, mi política social está basada en la solidaridad y en la equidad, no en hacer demagogia.

Y podemos hablar de la universidad también, señor Lambán. Yo lo dije el lunes en la inauguración del curso. Indudablemente, nosotros hemos mantenido la transferencia básica a la universidad, pero le voy a decir, hemos mantenido la transferencia básica, que tiene la misma cantidad desde el año 2009. Eso sí, le voy a decir una cosa, que el peso específico de esa transferencia básica en lo que eran los presupuestos de su Gobierno y en los míos ha subido. Porque todo es relativo, señor Lambán, todo es relativo, es decir, si los presupuestos son menores porque los recursos de Aragón son menores, porque todos, en los siete últimos años, nos hemos empobrecido, toda la sociedad española, y la aragonesa también, indudablemente, las prioridades de un gobierno se fijan de manera relativa en porcentaje.

Y, señor Lambán, en porcentaje, mi Gobierno está dedicando a la Universidad de Zaragoza más que lo que dedicaron sus gobiernos en unas etapas de crecimiento económico. Porque le recordaré también, señor Lambán, que la reclamación de la universidad viene desde el año 2008, y, en el año 2008, en el año 2009 y en el año 2010 su Gobierno, el de sus predecesores, el de su partido, no cumplió, no atendió las exigencias de la universidad, eso sí, firmó un acuerdo en el año 2011 para decir que a la legislatura siguiente. Esa fue la forma de solucionar el problema de la universidad, desde luego, forma que nosotros no utilizamos, señor Lambán.

Pero tenía también..., porque las políticas, la suma de políticas sociales, señor Lambán. Le decía que, en mi opinión, las políticas sociales se miden, las prioridades que un gobierno da a sus políticas sociales, en función del peso en el presupuesto. Y le puedo decir una cosa, y se lo voy a recordar. Mire, en el año 2007, la sanidad aragonesa, en el presupuesto de Aragón, suponía el 31,74, el 31,14 en 2008, el 32,23 en 2009, el 33,12 en 2010, el 34,72 en 2011, y ¿sabe cuánto supone en 2012? El 36,46, señor Lambán. El Gobierno que, según usted, está desmontando la sanidad pública, dedica más porcentaje de sus presupuestos a atender la sanidad aragonesa que los suyos. [Aplausos.]

Señor Lambán, podemos seguir hablando de educación, y le hablo de ratios. Solamente le voy a dar dos: en el año 2010, el peso de la educación en el presupuesto de la comunidad autónoma era del 18,45%; en el año 2012, el 19,49%. Si hablamos de prestaciones asistenciales y servicios sociales, le puedo decir que en el año 2010, el peso de esta partida en el presupuesto era el 6,23%; en el 2011, el 6,38%, y el 2012, el 6,86%, señor Lambán.

Es decir, que la suma de Sanidad más Educación más prestaciones asistenciales y servicios sociales en el año 2007, al principio de la pasada legislatura, era del 54,76%; al final de su legislatura era el 60,10%, y en el primer presupuesto de este Gobierno ha sido el 62,81%, señor Lambán. Estas son las cifras que sí que desmontan una cosa: su demagogia, señor Lambán, no en absoluto el Estado del bienestar, como usted está asegurando. [Aplausos.]

La siguiente cuestión, señor Lambán. Mire, ha empezado a hablar de política nacional, y ha andado mezclando cuestiones nacionales, seguramente, porque además de la demagogia, tenía no muchas cosas para criticar de este año de gestión de este Gobierno. Me dice que se nos ha acabado el combustible, que hemos desmontado el Estado social... Creo que ya le he demostrado que no. Y luego ha dicho otra cosa, que estábamos incrementando los impuestos, y, además, se contradice después, porque me acusa de subir los impuestos cuando mi Gobierno no los ha subido, señor Lambán. Mi Gobierno, hasta ahora, no los ha subido y, sin embargo, usted dice que en sus propuestas de resolución van a plantear que recuperemos los impuestos medioambientales. ¿En qué quedamos, señor Lambán? ¿Hay que subir los impuestos o hay que bajar los impuestos? Yo soy clarísimamente... Yo se lo voy a decir, señor Lambán: nosotros no somos partidarios de subir los impuestos, y mientras podamos —estoy hablando de la gestión de mi Gobierno—, y mientras podamos, no los vamos a subir. Mientras sea posible mantener... Porque creemos una cosa, que la mejor ayuda que se le puede dar al sector económico es no subirle los impuestos y permitir —una de las mejores ayudas—, permitir que ese dinero quede en el bolsillo de los pequeños y medianos empresarios para que lo puedan invertir.

Usted me acusa, señor Lambán, en sucesivas ocasiones de ser la prefectura del Gobierno de Madrid —no es la primera vez que se dice aquí— y de no defender los intereses de Aragón. Señor Lambán, cuando se gobiernan muchos años, hay muchas cosas que se pueden utilizar, pero yo solamente le voy a decir dos cosas, cuando ha hablado de la minería y de lo que hicieron los diputados del Partido Popular.

Mire, usted me podrá presentar, como ha dicho, una propuesta de resolución mañana pidiendo, entre otras cosas, el desdoblamiento de la 232 y, por supuesto, nosotros la estamos reclamando también; en los presupuestos del 2012, alguna partida para poner en marcha ese asunto se contempla. Pero le recuerdo una cosa, señor Lambán, ¿qué pasa con los siete años del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero? ¿Qué ha pasado con las obras de Aragón que sus presupuestos no contemplaban y que en el año de los presupuestos de Zapatero del 2010 y del 2011, Aragón fue la comunidad autónoma que más perdió en peso específico en las inversiones de los presupuestos generales del Estado? ¿Le recuerdo que en el año 2011 con respecto al 2010 bajaron el 40%, y en el 2010 con respecto al 2009 bajaron una cifra semejante? Señor Lambán, no entre en ese camino, que su suelo es muy débil, señor Lambán.

Yo no voy a decir en absoluto que tengo la exclusiva de defender los intereses de Aragón ni que lo hemos hecho siempre mejor que nadie, pero tampoco, señor Lambán, le voy a admitir, con la historia que ustedes también llevan detrás, que me diga que ustedes lo han hecho.

Y también podríamos hablar de las obras del Pacto del Agua. Señor Lambán, si quiere hablar de defender los intereses de Aragón, y yo sé que usted es un firme partidario, porque además vive en una zona y yo lo soy también al no vivir en esa zona, de recrecimiento de Yesa, pero si hablamos de los más de siete años de Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, le puedo recordar incluso algunas declaraciones suyas en contra de la gestión de la ministra Narbona, señor Lambán. Por tanto, señor Lambán, el PSOE de Aragón y el Gobierno del señor Iglesias no habrán defendido muy bien los intereses de Aragón cuando se fue del Gobierno tras siete años del Gobierno del Rodríguez Zapatero sin haber avanzado un metro en las obras del Pacto del Agua, señor Lambán. [Aplausos.] A pesar de sus declaraciones, señor Lambán. Eso, por una parte.

Y por otra parte, señor Lambán, cuando usted me dice lo que votaron los diputados del Partido Popular en los presupuestos con respecto a los fondos a la minería, solamente le voy a recordar, señor Lambán —no era mi intención, yo no quería hacer este debate, pero su discurso ha dejado poco margen de maniobra—, le voy a recordar, señor Lambán, dos acontecimientos de cómo han votado los diputados aragoneses del Partido Socialista: uno, de la pasada legislatura, y otro, de hace escasos días. Mire, en el mes de mayo del 2008, cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero llevo al Congreso el trasvase a Cataluña, solo hubo una diputada aragonesa que no lo votó a favor, y está ocupando esta tribuna en esos momentos. Todos los diputados del PSOE votaron a favor. [Aplausos.]

Pero no nos vayamos tan lejos. Anteayer, el martes —ha salido en la prensa aragonesa—, proposición no de ley de Convergència i Unió pidiendo que se modifique la legislación para que solamente se acometan aquellas obras en el Estado que tengan interés económico y que su estudio económico las aconseje. Y usted sabe que detrás de eso, porque se ha dicho, estaba priorizar, obligar al Gobierno a priorizar el corredor mediterráneo frente al corredor central, incluida la travesía central del Pirineo.

Señor Lambán, usted sabe muy bien qué votaron sus diputados: a favor, con el conjunto de votos del Partido Socialista. Según dicen —yo no lo sé—, porque PSC obligó al Partido Socialista, no lo sé, señor Lambán, no voy a entrar en las composiciones internas de cada grupo parlamentario. Yo solo sé que una proposición de ley que era negativa para Aragón y que el Partido Popular, en bloque, con el Gobierno, votó en contra, y ustedes la votaron a favor, los diputados aragoneses del Partido Socialista. ¿Eso es defender los intereses de Aragón, señor Lambán? No entre en ese camino, no entre en ese camino que tienen algunas cosas por las cuales callar. [Aplausos.]

Y ya vamos a entrar a otras cuestiones y vamos de más lejos a más cerca.

Mire, usted me ha dicho que encargamos una auditoría, que yo la encargué a la propia intervención general de la comunidad, porque, además, soy de las convencidas de que tengo una gran fe en la Función Pública, y estas cosas, cuando son cuestiones públicas, se deben encargar a la propia Administración Pública y no se deben encargar fuera. Y la auditoría nos dio las cifras que yo di ayer, señor Lambán, y no eran las que nos habían entregado, señor Lambán. No nos habían dicho que había cuatrocientos sesenta y ocho millones de facturas en los cajones, más de setenta mil millones de las antiguas pesetas, que algunas de ellas, como ayer recordé yo en mi discurso, venían de tres años atrás. Y que, precisamente, una buena medida, una buena forma de ayudar a las empresas ha sido pagar todas esas facturas, señor Lambán, esas empresas que usted dice que están muy quejosas con mi Gobierno. Pues, le puedo traer declaraciones —las ha habido públicamente— de miles de autónomos aragoneses que han dicho «menos mal que nos han pagado, porque tenía que cerrar, y con el pago de la comunidad autónoma, a través del Plan de proveedores, voy a poder seguir trabajando». Pues, esa es una de las cosas, señor Lambán.

No lo hice con ánimo revanchista, en absoluto, pero ahí salió, como salió también, señor Lambán, que los presupuestos de Sanidad de los años 2010 y 2011 eran escasos. Porque era sencillo gastar en Sanidad metiendo facturas en los cajones. Ya vendrá otro que pagará. Y si las empresas no pueden vivir, oiga, ¡qué más da! Eso sí, yo digo que las listas de espera las bajo. Señor Lambán, esa demagogia, yo no la voy a hacer. Yo no la voy a hacer en absoluto, no me va a encontrar nunca en ese camino, porque quien trabaja para la Administración Pública tiene derecho a cobrar, porque detrás de esos que trabajan para las Administraciones Públicas hay muchos trabajadores de esos que usted dice de los cuales se preocupa mucho, pero que indudablemente, con esa forma de actuar, poco se habían preocupado.

Y otra cosa, cuando se critica la Comisión Bilateral, señor Lambán. Mire, la Comisión Bilateral, según el Estatuto del año 2007, dice que es relación Aragón-Estado. El estatuto no dice que sea relación Gobierno de Aragón-Gobierno de España, dice que es Comunidad de Aragón-Estado; y Comunidad de Aragón no es solo el Gobierno de Aragón. Luego, por tanto, señor Lambán, yo sé que ustedes lo han criticado, yo sé que ustedes no han entendido que esa Comisión Bilateral, la parte aragonesa la presida el presidente del Partido Aragonés, que no lo hace en su condición de presidente de las Cortes, sino que lo hace por designación del Gobierno de la comunidad autónoma, pero, señor Lambán, dicho esto, que me diga que no defendemos los intereses, pues, mire, tampoco su recorrido tiene mucha defensa, porque, claro, nosotros llegamos al Gobierno en el año 2011, pero es que la Comisión Bilateral llevaba sin reunirse desde mayo de 2009. Gobierno de Aragón, Partido Socialista, y Gobierno de España, Partido Socialista.

Y no solamente es que llevara sin reunirse desde el año 2009, sino que los acuerdos que en aquella sesión se tomaron, en mayo de 2011 no estaban ejecutados ninguno, señor Lambán. Ninguno. ¿Ese es el modelo de defensa de los intereses de Aragón?

Mire, yo no sé cuál va a ser el resultado de la Comisión Bilateral de octubre, pero sí le puedo decir una cosa: que, en nueve meses de Gobierno del señor Rajoy, la comisión se ha constituido, se constituyó en julio, y en octubre, como ayer anuncié en mi discurso, para ser más exactos el 22 de octubre, se tendrá la primera reunión, donde retomaremos los asuntos que llevan pendientes desde el año 2009, señor Lambán. Yo no sé si eso es defender los intereses de Aragón o es lo que hacían ustedes. Desde luego creo que nos hemos puesto en línea mucho mejor nosotros que ustedes.

Y cuando usted habla del Consejo de Política Fiscal y Financiera, señor Lambán, y que no levantamos la voz, y el límite de endeudamiento, yo le voy a decir dos cosas. Mire, en el Plan de Estabilidad que remitió el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero a Europa, en el año 2011 se preveía que a las comunidades autónomas nos autorizasen el 1,3% de déficit, y ha sido el actual Gobierno el que nos lo aumentó hasta el 1,5%, señor Lambán. Luego, por tanto, el tratamiento del Gobierno de Rajoy en el año 2011 es mejor que la propuesta que el Gobierno de Rodríguez Zapatero mandó a Bruselas en abril de 2011.

Y cuando usted habla del límite del endeudamiento, mire, no hay peor cosa que decir medias verdades. Vamos a ver, el límite del endeudamiento, ¿por qué viene impuesto? Por las cifras de déficit.

Es decir, si nosotros tenemos un déficit autorizado para el año 2013 del 0,7% y necesitamos pagar parte de deuda, ese es el límite de endeudamiento que tenemos. No es que vaya en proporción de lo endeudados que estamos o no.

Mire, los presupuestos se financian por ingresos propios más el déficit autorizado, y la diferencia entre los ingresos propios, el déficit autorizado y las amortizaciones de créditos que tenemos que hacer, eso es lo que fija el límite del endeudamiento, señor Lambán. El límite del endeudamiento no nos impide gastar; lo que tenemos es un techo de gasto que viene originado por el déficit, ese déficit que usted defendía cuando estaba en el Gobierno y que sin embargo ahora critica cuando está en la oposición.

Vamos a hablar también del abandono, dice usted, de los sectores productivos, en su opinión.

Mire, hablé ayer y lo voy a reiterar hoy: hemos puesto en marcha en este año, además de seguir utilizando todos los instrumentos que existían en la comunidad, hemos puesto en marcha la Estrategia de Economía y Competitividad de Aragón, señor Lambán. Y eso es lo que un gobierno tiene que hacer. Lo que un gobierno tiene que hacer es marcar, escuchando a los protagonistas de los sectores productivos, cuáles son aquellas líneas de mayor futuro y poner en marcha las medidas...

Que no son subvenciones, señor Lambán. Vivimos una política diferente; no son subvenciones. Lo que hay que hacer desde las administraciones públicas es facilitar la actividad de las empresas, impulsar la actividad de las empresas y no complicarles la vida a las empresas, señor Lambán. Y eso es lo que estamos haciendo desde mi Gobierno liderando los nuevos sectores de la economía aragonesa, aquellos que tienen futuro y que tienen capacidad de crecimiento.

Usted me ha dicho que no habíamos hecho nada o ha criticado, de manera global también, la política agraria, la actividad agrícola... Señor Lambán, lo que yo no voy a tener es un consejero de Agricultura, como le pasó al consejero del Gobierno del señor Iglesias, que cuando se aprobaron sus presupuestos dijo que eran una vergüenza.

Creo que fue en el año 2009 o 2010 cuando el entonces consejero de Agricultura compareció en esta cámara y dijo que era una vergüenza el recorte que se le había dado a la política agraria aragonesa. [Aplausos.] Señor Lambán, eso no creo (está en las hemerotecas) que el señor Lobón lo tenga que hacer, señor Lambán. Y no lo va a tener que hacer porque precisamente se está en permanente contacto con los sectores productivos. Porque precisamente, si usted relee los sucesivos discursos del debate del estado de la comunidad, desde esta misma tribuna, fácilmente podrá comprobar que he sido yo la que más tiempo ha dedicado a hablar de agricultura en esta tribuna y a explicar todo lo que se estaba haciendo y por dónde iban a ir.

Y precisamente porque nos preocupa la agricultura y porque estamos trabajando codo con codo con los sectores, se ha puesto en marcha la Estrategia de la Agroindustria en Aragón, en colaboración con todos los sectores. Y dentro de unos meses, como ayer dije, estará terminada. Y, a partir de ahí, un potencial importante de esta comunidad autónoma como es el sector agrícola, pero sobre todo para que el segundo paso, es decir, para que genere valor añadido, será instrumento básico la Estrategia de la Agroindustria.

Ha hablado también y ha dicho que a los agricultores los habíamos tratado mal con la cuestión de los seguros agrarios. Mire usted, señor Lambán, primero, no los hemos tratado mal, pero solamente le voy a decir una cosa: lo que no vamos a hacer es lo que también nos encontramos: los seguros agrarios sin pagar de tiempo atrás de su anterior Gobierno.

El Fite. Lo dije ayer, señor Lambán, el Fite se firmará en las próximas fechas, y sabe usted que está en los presupuestos de 2012 y estará en los presupuestos de 2013 y, por tanto, seguiremos apostando, como se ha hecho desde el año noventa y tantos, con gobiernos de muy distinto signo político, por compensar a Teruel de no estar incluida en el objetivo 1 cuando se negociaron los Fondos Europeos. Ahí estaremos.

Me ha hablado de las comarcas. Yo lo dije ayer y lo reitero hoy, señor Lambán, el Partido Popular y el Partido Aragonés (y no me oculto, siempre lo he dicho de partida), donde seguramente estábamos más distantes era en el modelo de Administración comarcal

Yo dije en esta tribuna en el mes de julio, creo que fue, en una interpelación que usted presentó, que el Partido Aragonés y el Partido Popular llegarían a un acuerdo, a unas líneas básicas, no a un acuerdo cerrado, por lo que ahora diré, y a partir de ahí pediríamos la constitución en esta cámara de una ponencia especial para que, entre todos, si es posible, por unanimidad, señor Lambán (nosotros querríamos, y creo que puedo hablar en nombre de los dos partidos que sustentan al Gobierno, que fuera por unanimidad) pero, si no es por unanimidad, desde luego sí queremos que sea por una amplia mayoría. Pues, bien, esas líneas básicas entre los dos partidos están fijadas, y mañana se presentará la propuesta de resolución para que se pueda trabajar aquí.

Y lo anticipé ayer y lo reitero hoy. Es decir, el principio general de una Administración, una competencia, bloques de competencias que ejerzan las comarcas, aquellas que son las que dan el servicio más cercano al ciudadano. Yo ponía como ejemplo ayer, que son, yo creo, el paradigmático, todas las de acción social (hay otras más), también con permanencia en las diputaciones provinciales de aquellas que han venido siendo tradicionales de diputaciones provinciales y que son las únicas que son más útiles a los municipios.

Y una tercera pata, si se me permite la expresión, de esta reforma... O dos patas más. Una, que aquellos municipios de menos de doscientos cincuenta habitantes o en el entorno de doscientos cincuenta habitantes, y tengan dificultades para ejercer por sí mismos las competencias propias, tengan la posibilidad de pedir, de conveniar, hacer una encomienda de gestión, o llamémosle como quiera, con su administración comarcar, para que sea la administración comarcal por encomienda quien las preste. Siempre, por supuesto, siguiendo las indicaciones, la voluntad y la economía sin que los municipios pierdan autonomía.

Y hay otra cuestión también que ya lo recogíamos en el pacto de gobernabilidad y que también se vuelve a recoger, y es la disminución al menos en un tercio del número de consejeros comarcales. Creemos que quizá cuando se diseñaron se pensó que era un número adecuado, pero la práctica nos ha demostrado que es excesivo y que, indudablemente, es posible, sin que se resienta el funcionamiento de la Administración comarcal, rebajar ese número de consejeros.

Mire, usted no ha hablado de la reforma financiera, ha hablado del crédito, de que no llega el crédito, y es cierto, no llega el crédito, y de las cajas aragonesas.

Yo le voy a recordar algo, también obligada por lo que usted dice. Mire, en el año 2009, el Gobierno de España, presidido por Rodríguez Zapatero, trajo a las Cortes Generales una reforma financiera, reforma financiera que el Partido Popular apoyó, reforma financiera que se quedó en embrión y que la entonces vicepresidenta económica, señora Salgado, no fue capaz de continuar.

En aquellos momentos, en el año 2009, señor Lambán, le voy a recordar —seguro que usted lo sabe porque está bien informado—, en Alemania, se dedicó un billón y medio de euros a sanear la banca, en el Reino Unido se dedicó una importante cantidad de dinero también a sanear su banca, por no hablar de Holanda, de Bélgica o de otros países. Eso, ¿qué es lo que ha supuesto? Que, como se atendió el problema cuando se generó, en estos momentos, la banca alemana y la banca británica están saneadas y pueden atender a su economía y pueden financiar los créditos.

Le recordaré también, señor Lambán, que, en aquellos momentos, el señor Rodríguez Zapatero repitió hasta la saciedad que el sistema financiero español era impecable y que no había ningún problema y que, por tanto, no había nada que hacer. Señor Lambán, si, en aquellos momentos, la reforma financiera y el saneamiento de la banca, como se hizo en los países europeos que están en estos momentos en mejores económicas que nosotros, se hubiera hecho, no se tendría que estar haciendo ahora y, por tanto, habría dinero, y la banca tendría dinero, y España no estaría en la situación que está y tendría dinero para poder financiar a los inversores.

Porque sí coincido con usted, señor Lambán, en algo con toda claridad: la economía no mejorará en tanto el crédito no fluya. Es así de dramático, pero es realista: en tanto las entidades financieras españolas no tengan crédito fuera de España y no estén consideradas como instituciones en una situación complicada y, por tanto, ellas puedan acudir a financiarse a los mercados exteriores y puedan financiar el mercado interior, será muy difícil que la economía despegue. Por eso, señor Lambán, es tan importante que esta reforma financiera se acometa y es tan importante que la línea de crédito de la Unión Europea de hasta cien mil millones, pero que parece ser que solo se van a utilizar sesenta mil, llegue a nuestros bancos, porque ese será el punto de inflexión de la economía española y de la economía aragonesa.

Y hablemos de cajas de ahorro. Mire, el Gobierno de España no vetó que Unnim se la quedara Ibercaja, solamente hubo un problema: que la oferta que presentó otra entidad bancaria fue mucho mejor. Y ese fue el problema [un diputado, desde su escaño y sin micrófono, pronuncia unas palabras que resultan ininteligibles] y, esa información, el gobernador del Banco de España, que era propuesto por su partido, se la puede contar [aplausos], porque, en aquellos momentos, el gobernador del Banco de España era el señor Fernández Ordóñez, y esa es la información, porque eso se hizo, lógicamente, en el Banco de España, que, cuando abren las ofertas, la otra oferta se alejaba muy mucho en condiciones ventajosas de la oferta de Ibercaja.

Y esa es la cuestión. ¿Que nos hubiera gustado que fuera para Unnim? Por supuesto. ¿Que hicimos gestiones? Por supuesto. Porque, mire, señor Lambán, que yo no diga las cosas en público no significa que no las haga, porque hay una cuestión clara, y es que, en política, la discreción, y sobre todo en según qué materias, es imprescindible. Y yo le puedo asegurar que no he contado ni voy a contar nunca ni las gestiones ni las entrevistas que yo hago porque, señor Lambán, en estos temas no se pueden contar, se hacen, pero no se pueden contar, señor Lambán, porque sería una irresponsabilidad contar las gestiones. Pero esa es la cuestión.

Y, además, le voy a decir una cosa, ya lo hablamos en su momento: de todo el mapa de cajas que hay en España, que había en España hace unos años, en este momento, con grupos propios, está el País Vasco, va a estar Cataluña, va a estar Andalucía y va a estar Aragón. Nada más, señor Lambán, nada más, ninguna otra comunidad autónoma va a tener grupo propio, ni la va a tener Galicia, ni la tiene Asturias, ni la tiene Cantabria, ni la tiene Extremadura, ni la tiene Castilla-La Mancha, y, en fin, no hablemos de la Caja de Castilla-La Mancha, como de otras.

Por tanto, señor Lambán, esa situación catastrófica que usted plantea no se da en Aragón porque con el diseño actual..., y vamos a esperar a ver qué sale de las auditorías porque, indudablemente, es un proceso el de la fusión que todavía no ha acabado, vamos a ver lo que sale de las auditorías de las entidades que han firmado los acuerdos de fusión y, a partir de ahí, lo que está previsto, con la situación que conocemos, es que toda la parte operativa del gran grupo bancario, del cual forma parte Ibercaja, sea aragonés, tenga su residencia en Aragón, de la misma manera que las entidades aragonesas mantienen la presidencia y las entidades aragonesas mantienen también la mayoría simple del capital. Y no es mérito mío, yo siempre lo he dicho, las cajas aragonesas, y de manera muy especial Ibercaja, están en una muy buena situación, y, por tanto, eso es mérito de quienes han sido sus gestores, y que no se han politizado, no me duelen prendas, lo he dicho por todas partes, no se han politizado en Aragón las cajas de ahorro. Lo he dicho cuando estaba en la oposición y lo digo ahora: no se han politizado y, desde luego, con mi Gobierno tampoco se van a politizar.

Mire, señor Lambán, ayer, hubo alguna cosa de la que no hablé, pero, si usted saca el tema, pues tendré que hablar, señor Lambán. Yo, de Plaza, solo hablé de sus deudas y de cuáles eran los plazos de pago de esas deudas, señor Lambán. Pero yo le voy a decir una cosa. Cuando usted me dice que van a pedir responsabilidades por el problema judicial de Plaza, léase el informe de la Cámara de Cuentas, señor Lambán, y ustedes tienen un miembro a propuesta suya en la Cámara de Cuentas. Léase ese informe y verá que, de la cruz a la raya, cuando habla de este incidente, respalda lo que ha hecho el Gobierno de Aragón, lo que el Gobierno de Aragón había hecho antes de conocer el informe, porque el informe es posterior. Porque, mire, el Gobierno de Aragón, ¿sabe lo que ha hecho única y exclusivamente? Guiado por los dictámenes jurídicos, defender el dinero público de los aragoneses. Porque tanto los informes jurídicos de Plaza como los informes jurídicos del servicio jurídico del Gobierno de Aragón lo que nos han dicho es que los intereses de los aragoneses han salido perjudicados porque se ha pagado más de lo que se debía por algunas de las obras de Plaza, señor Lambán.

Y esa postura transparente, basada en el dictamen jurídico tanto de Plaza como de los servicios jurídicos del Gobierno de Aragón..., han sido avalados por el informe de la Cámara de Cuentas, señor Lambán. Lo he dicho hasta la saciedad y lo voy a seguir diciendo: no me gusta judicializar la vida política, nunca he querido judicializarla, pero una cosa es no judicializar la vida política y otra cosa es renunciar a defender los intereses de los aragoneses cuando tengo en mi mano informes jurídicos, incluido el de la Cámara de Cuentas, que me dicen que debo hacerlo. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Señora presidenta, lleva consumidos cuarenta y cinco minutos, a efectos de información.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Creo que la parte más larga la tengo terminada.

Y solamente, con respecto a eso, señor Lambán, le voy a decir una cosa y unas fechas que yo tampoco he hecho públicas todavía y que no quería hacer públicas. Ustedes recordarán que las elecciones se celebraron el 22 de mayo de 2011 y ustedes recordarán que, ya a mediados de junio, se sabía que iba a haber un Gobierno, porque estábamos en negociaciones y las teníamos avanzadas, Partido Popular-Partido Aragonés. Pues fíjese, el 16 de junio, la anterior dirección de Plaza de 2011 hizo un reconocimiento de deuda de doscientos treinta y siete millones de euros, que en estos momentos está en revisión también por los informes técnicos. Le digo más, el 16 de junio, la dirección de Plaza decidió renovar el crédito de los ciento trece millones con unas condiciones imposibles de cumplir, el 16 de junio, pretendiendo que se amortizara en estos cuatro años de legislatura, cuando ya sabía que habían perdido las elecciones y que salían del Gobierno.

Pero le digo más. De ese crédito, señor Lambán, ¿sabe cuándo se firma la escritura pública? El 15 de julio de 2011, el mismo día que yo tomaba posesión como presidenta, señor Lambán, el 15 de julio de 2011, cuando yo estaba jurando como presidenta, el anterior responsable de Plaza —en aquellos momentos, como ya no era consejero, lo firmaba en función de ser presidente de la Fundación Plaza— estaba firmando un crédito, señor Lambán. Si usted cree que esto es hacer un traspaso de poderes responsable y transparente, baje Dios y lo vea.

Señor Lambán, hasta hoy no lo había contado, ni en público ni en privado, pero, hoy, usted me ha obligado: para que vea cómo han gestionado Plaza y cómo pretendieron cerrar indebidamente los asuntos que tenían de la manera más oscura posible. [Aplausos.]

Y ya, señor presidente, termino con dos cuestiones.

Ayuntamiento de Zaragoza, señor Lambán, Ayuntamiento de Zaragoza, al que, según usted ha dicho, le debemos no sé si cuarenta y siete o cincuenta millones. El señor alcalde Belloch, que está en la tribuna, sabe tan bien como yo que llevamos en conversaciones porque el Ayuntamiento dice que le debemos dinero y nosotros decimos que el Ayuntamiento nos debe dinero.

Y voy a partir de una premisa, señor Lambán, porque siempre ha sido mi estilo, y se lo dije al alcalde de Zaragoza cuando me visitó en mi despacho: yo no hago oposición política desde las instituciones. Yo entiendo y yo hago las conversaciones con quien gobierna, independientemente, independientemente del color del gobierno. Pero, dicho esto, hay dos comisiones que están trabajando y que además están despejando la maraña de datos que hay entre uno y otro. Porque hay muchas cosas cedidas por el Gobierno de Aragón que no han sido pagadas o compensadas por el Ayuntamiento, de la misma manera que el Gobierno de Aragón le debe cosas al Ayuntamiento de Zaragoza.

Pero le voy a decir algo, solamente un detalle. Mire, el Ayuntamiento de Zaragoza no había pasado al cobro IBI a la Diputación General de Aragón por lo menos durante diez años. Pero, mire usted, qué casualidad, que desde que yo soy presidenta los ha pasado todos en bloque. Y no solamente los pasa todos en bloque, sino que ha pretendido embargarnos cuentas bancarias. Esa es una actitud que yo no voy a hacer. En absoluto. Soy muy consciente, porque además he sido alcaldesa de Zaragoza, como todos ustedes recuerdan, que en Zaragoza vivimos la mitad de los aragoneses, y que, por tanto, es imprescindible que la relación entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza sea la más fluida posible. Pero también le voy a decir una cosa: de la misma manera que ayer el alcalde dijo que yo no había hablado del tranvía, ahora voy a hablar tranquilamente del tranvía. Tenemos hasta el 31 de diciembre de plazo para pagar los diez millones del convenio del tranvía. Pero también voy a decir una cosa: el Ayuntamiento de Zaragoza tiene que entrar en el canon de saneamiento, porque está firmado y porque está aprobado por ley; lo que no se puede pretender es que las cosas vayan en una dirección, y no en la contraria. [Rumores.]

Por tanto, las dos cuestiones son separadas. No estoy uniendo el canon al pago del tranvía, pero sí quiero decir aquí que cuando el Ayuntamiento de Zaragoza reclama el pago del tranvía, yo desde aquí le reclamo que cumpla la ley y que entre en el asunto del canon de saneamiento.

Y ya termino hablando, señor Lambán, de dos cuestiones. Vamos a ver. Primero, de la oferta de presupuestos que usted ha hablado. Mire, señor Lambán, yo se la hice con toda sinceridad —y lo dije ayer, señor Lambán—, con el marco presupuestario que tenemos, que es el del déficit público, que, como ya le he dicho, y ayer anuncié, no es que nos venga impuesto por caprichos del Gobierno de España, es que estaba prefijado ya por el Plan Económico Financiero. O sea, la senda de control de déficit estaba marcada por el Plan Económico Financiero que el señor Rodríguez Zapatero mandó a Bruselas y que el Gobierno del señor Rajoy ha tenido que actualizar. Luego, por tanto, señor Lambán, ese es el margen en el cual nos podíamos mover.

Y fue el único límite que yo le puse, señor Lambán. Yo no le ofrecí pactar enmiendas. Yo le ofrecí sentarnos y hablar de todo el presupuesto de esta comunidad autónoma. Y no se lo ofrecí yo, para que no hubiera dudas; se lo ofrecimos el presidente del Partido Aragonés y yo misma, juntos, en la misma reunión, para que no hubiese dudas, para que se viera que era una propuesta de los dos partidos políticos. Y al principal partido de la oposición le decíamos que podíamos sentarnos a pactar los presupuestos. No es normal, pero en una situación extrema como la que estamos viviendo seguramente los aragoneses lo hubieran entendido muy bien. Usted no quiso. Respeto la decisión, pero no se justifique diciendo que no tenía margen de maniobra, porque yo no le puse ningún límite, más que el del techo de gasto, que es el que nos viene dado y marcado, sigo insistiendo, por la senda que el señor Rodríguez Zapatero marcó en abril del año 2011.

Mire, cuando se hace análisis de la situación, indudablemente, usted me acusado a mí de estar alejada de la realidad. Yo creo que es justo lo contrario, señor Lambán. Yo creo que usted ha venido aquí a hacer un discurso que a lo mejor podía valer hace siete años o hace cinco años, cuando la economía aragonesa, como la española, crecía, y cuando no había que preocuparse por las cifras de gasto ni de inversión. Pero ese discurso... No hay peor situación, señor Lambán, que hacer un discurso que esté desacoplado a las circunstancias que se viven, y yo creo, señor Lambán, que esa ha sido su situación.

Y ya termino hablando del Estado autonómico, por lo que usted ha empezado. Yo ayer hice una pasada, una referencia relativamente breve a la exigente lealtad institucional y al modelo de la Constitución del setenta y ocho. Lo voy a reiterar una vez más aquí. Soy partidaria de la defensa y del compromiso con la España constitucional, la España de 1978. La Constitución de la concordia que todos nos dimos y que ha permitido avanzar a España lo que nunca había hecho en los últimos treinta años. Soy partidaria, señor Lambán, de que el Estado autonómico se mantenga como está, con los ajustes que haya que hacer de funcionamiento, pero con las columnas vertebrales como están. Y me preocupan mucho los tiempos convulsos a los que parece ser que España va a estar abocada. Y yo, en esos tiempos convulsos, quiero que Aragón, un vez más, como lo ha hecho a lo largo de muchos siglos de historia, aporte su cuota parte a la estabilidad de España.

Y yo quiero que, en estos tiempos convulsos que vamos a vivir, Aragón siga defendiendo su autonomía, la que nos da el Estatuto de 2007, que pactamos mayoritariamente, aunque ni usted ni yo estábamos en esta cámara, el Partido Popular y el Partido Socialista, y que nos permite ser dueños de nuestros actos en aquellas competencias que el Estatuto nos da.

Ese es el modelo y por ese vamos a seguir trabajando. Pero, de la misma manera que le digo eso, señor Lambán, también le quiero decir algo, y es que ese modelo del setenta y ocho, ese Estado autonómico debemos de defenderlo todos en la misma dirección. Y yo me alegraré muy mucho de escucharle al líder de su partido la claridad y la rotundidad en defensa de la Constitución española que le oí hacer ayer al líder del mío en el Congreso de los Diputados.

Muchas gracias.

[Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Para réplica, el señor Lambán puede intervenir por tiempo de diez minutos.

El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS: Señoras y señores diputados.

Señora Rudi.

Usted es, por definición, irresponsable. No lo digo en sentido de frivolidad; lo digo en sentido literal. Usted no es responsable absolutamente de nada de lo que ocurre: de todo tienen la culpa sus antecesores, de todo tienen la culpa instancias ajenas a su gobierno, de todo tienen la culpa los tribunales. En definitiva, usted ocupa el lugar de la Presidencia del Gobierno no se sabe muy bien para qué. Pero no es que no lo sepa yo, es que yo creo que no lo saben ninguno de los ciudadanos de esta comunidad autónoma. [Aplausos.]

Ayer nos dejó estupefactos con su declaración de adherirse o de liderar una rebelión social. Creo que fue eso lo que dijo. Como la rebelión social no sea esa declaración de irresponsabilidad, no sé muy bien a lo que se refiere, porque lo que en este momento hay es una rebelión social en esta comunidad autónoma contra sus políticas y, concretamente, contra la responsabilidad de sus políticos. [Aplausos.]

Le voy a puntualizar algunas cuestiones. La verdad es que no da mucho tiempo para responder a todas y cada una de las cuestiones que ha dicho.

Plaza. Los jueces han dicho justamente lo contrario de lo que ustedes están haciendo. Ustedes, por rencor, por venganza, o no sé por qué razones, han acabado con el proyecto estratégico más importante que había en el suroeste de Europa. Esa es la realidad, señora Rudi. [Aplausos.]

Ibercaja. Me consta que la gente de Ibercaja sigue luchando por evitar la fusión indeseada que el Gobierno de España les está tratando de imponer. No es una decisión económica; es una decisión política. Y usted, señora Rudi, se ha desentendido absolutamente de lo que pudiera ocurrir con las cajas de ahorro aragonesas.

Bankia. La gestión ha sido catastrófica. Todo el mundo —usted hablaba de gestión financiera—, todo el mundo sabe que con cuatro o cinco mil millones se solucionaba el problema de Bankia. Era lo que decía Rato. Ustedes le han dado al nuevo gestor veinticuatro o veinticinco mil, y esto es lo que los europeos están penalizando y lo que está originando una desconfianza absoluta de este Gobierno en el resto de Europa.

El Fondo de Teruel. El anuncio que hizo ayer es exactamente el mismo que hizo en el mes de marzo: que dentro de unos días traería a esta cámara y a este gobierno el Fite. [Aplausos.]

De trasvases, señora Rudi, no hable usted. Usted votó el Plan Hidrológico Nacional más desastroso para esta tierra en el año 2000.

Y respecto a Yesa, que es un asunto que yo he seguido con mucho detenimiento, como usted sabe, Yesa, cuando llegó Zapatero al Gobierno, era un obra paralizada y judicializada al máximo. Desde que llegó Zapatero al Gobierno, se han invertido cerca de cien millones de euros y, entre tanto, se ha desatascado el conflicto social y político que estaba generando esa obra. Esa es la herencia que ustedes han recibido, por cierto, ralentizando el plurianual para financiar la obra que les dejo el anterior Gobierno.

El presupuesto que usted me ofrecía pactar, pues, diga la verdad, señora Rudi, porque es un presupuesto marcado de la A a la Z por las imposiciones de Montoro. Ustedes no se atreven a presentar ese presupuesto solos y querían intentar meternos a nosotros por la gatera la presentación de su presupuesto para diluir sus responsabilidades, eso era exactamente lo que querían hacer. [Aplausos.]

Usted, señora Rudi, al parecer, no es responsable de nada. De todo es responsable el Gobierno anterior, que, por cierto, le dejo un margen de maniobra que usted esta dilapidando. El Gobierno anterior recortó el 10% del gasto, ajustó el gasto no financiero en un 10% sin recortar Sanidad ni Educación [aplausos], marcando que hay otras formas de gestionar la crisis, dejó niveles de deuda mejores que los de cualquier otra comunidad española, margen que usted también está dilapidando.

De herencias, podríamos hablar de muchas, de las que se encontraron en el Ayuntamiento de Zaragoza quienes accedieron a su Gobierno en el año 2004, por no hablar de quién había estado al frente del ayuntamiento en aquellos años, pero, en cualquier caso, señora Rudi, he de reconocer que, en cierto modo, me congratula la actitud tonante, decidida y determinante que, a veces, adquiere en esta tribuna. Lo que ocurre es que me gustaría que esa misma actitud determinante e intolerante la adoptara usted cuando va a Madrid a ver a Rajoy y a Montoro, porque allí lo que hace es humillarse y acatar todas las políticas erróneas que le impone aquel Gobierno. [Aplausos.]

Señora Rudi, la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, y yo le voy a decir exactamente cuál es la realidad en unas cuantas cifras, realidad, por cierto, compartida por los agentes políticos y sociales aragoneses, porque esa rebelión social que usted dice encabezar, no sé cómo se la explicará a los agentes sociales y económicos de la educación y de la sanidad, que están clamando contra sus políticas con las que al parecer no deben estar muy de acuerdo o con las cifras que usted ha dado aquí.

Unos cuantos datos descriptivos de la realidad: en Aragón, se ha reducido la obra pública en un 93%, cuando en la media española ha sido del 42%. Esta es una cifra absolutamente esclarecedora. La producción industrial, el índice de producción industrial ha caído en Aragón un 10,3% en el último año, siendo la comunidad donde más ha caído, y las exportaciones, un 12%. Estos son datos absolutamente incontrovertibles.

Subida de impuestos. A ustedes no les gusta subir impuestos, pero cada familia aragonesa, este año pagará entre cuatrocientos y seiscientos euros más por el IVA; por el aumento del IRPF, entre cuatrocientos y quinientos euros, y cada jubilado pagará entre noventa dos y doscientos dieciséis euros más, y eso que a ustedes no les gusta subir los impuestos.

Datos concretos de educación, sanidad y dependencia, que estoy seguro que compartirán los sectores afectados y que estarán muy alejados de la visión que usted ha dado en esta tribuna: en dependencia, mil trescientas personas menos con derecho a prestaciones, dos mil familias atendidas menos. En sanidad, traumatología, seiscientas cincuenta personas más de media al año en recibir los servicios; por cierto, usted encontró cuatrocientos millones de gasto sanitario no pagado, y nosotros, desde luego, preferimos encontrar cuatrocientos millones de gasto sanitario no pagado que encontrar en los cajones cuatro mil enfermos sin operar, que es lo que en estos momentos está ocurriendo. [Aplausos.] Oftalmología es la segunda especialidad con más atasco. Y en educación, señora Rudi, la cifra de los dos mil profesores será muy próxima al final a la realidad, y noventa mil familias tienen que desembolsar trescientos euros adicionales por compra de libros, cuatro o cinco alumnos más por aula, etcétera, etcétera.

Datos de paro y de pobreza. Según las cifras del Inaem, el paro ha crecido en el último año, desde que usted gobierna, un 12,5%, seis décimas más que en la media española. Esa es otra de las evidencias de la gestión de su Gobierno. En Aragón, señora Rudi —hablemos de ciudadanos, hablemos de familias—, usted no ha hecho ni una sola referencia a los ciudadanos ni una sola referencia a los problemas de las familias en su intervención. Hay treinta y tres mil hogares con todos sus miembros en paro, un 17% más que un año antes; doscientos mil aragoneses se encuentran en riesgo de pobreza y, de ellos, treinta mil sufren una privación material severa. Eso es un problema de Gobierno anterior, eso es un problema de Alemania o eso es un problema que en este momento tenemos los aragoneses, tienen las instituciones aragonesas o tiene, sobre todo, usted como presidenta del Gobierno y no le quiere hincar el diente, no lo quiere solucionar. [Aplausos.]

Pero es que, además, señora Rudi, la tendencia es a empeorar. Ayer, la CEOE, que no es precisamente la Liga Comunista Revolucionaria, daba unas indicaciones de lo que puede ser la evolución de la economía en el próximo año absolutamente pavorosa. Nos podemos ir a una disminución del PIB del 1,5%, triplicando la del Gobierno; nos podemos ir a cerca de seis millones de parados, y todo ello, señora Rudi, es consecuencia directa no de la herencia recibida, si no directamente de sus políticas. Deje de hablar de la herencia recibida, porque incluso conceptualmente es incorrecto.

Nosotros, los socialistas, asumimos la responsabilidad de nuestros errores en las elecciones de noviembre de 2012. Los ciudadanos penalizaron nuestras políticas, nos hicieron ver que estábamos equivocados y, en este momento, estamos en la oposición, y gracias a esa penalización, están ustedes en el Gobierno, sin haber contraído apenas méritos para ello. Por tanto, conceptualmente no se sitúe usted permanentemente con el retrovisor puesto en el pasado [aplausos], sino que asuma su responsabilidad entera y deje de ser, por definición, una gobernante irresponsable.

Señora Rudi, creo que a estas alturas, a todo el mundo le resulta absolutamente evidente que es necesaria una nueva política. Le voy a reconocer, y no a usted, sino a cualquiera que me quiera escuchar, que en este momento existe un consenso mayoritario, incluso entre los ciudadanos, de que es preciso afrontar ajustes, de que es preciso hacer sacrificios para corregir los desequilibrios acumulados en la época anterior, responsabilidad —no se lo oculto— del Gobierno de Partido Socialista y responsabilidad también de los anteriores gobiernos del Partido Popular.

Las diferencias están en cómo repartir los costes y, sobre todo, las diferencias están en optar solo por la austeridad u optar por políticas suaves de ajuste acompañadas por políticas de crecimiento. Y la apuesta, al menos la que nosotros hacemos, es la de salir juntos, la de salir cohesionados, la de salir de manera solidaria, intentando que paguen más los que más tienen y recibiendo más protección aquellos que más la necesitan.

Es injusto, por ejemplo, señora Rudi, que en España el 40% de los asalariados paguen más impuestos que sus jefes, y este es un dato absolutamente atroz. Es, por tanto, necesaria una gran reforma fiscal a nivel de España y es, por tanto, necesaria la adopción de medidas tendentes a crecer y es necesaria una hoja de ruta para salir de la crisis.

Señora Rudi, ¿hay otra política distinta de la de ustedes? La hay, pero le digo otra cosa: si no la hubiera, habría que inventarla, porque la de ustedes nos lleva de manera absolutamente inevitable al precipicio. Lo dice la CEOE, lo dice cualquier observador medianamente responsable de la realidad y, sobre todo, lo dicen los ciudadanos que están sufriendo esa situación. [Aplausos.] Y lo vemos, señora Rudi, en Grecia y en Portugal, que han probado ese jarabe y están próximos a la muerte por inanición.

Señora Rudi, es preciso actuar y es preciso hacerlo en los tres ámbitos donde se decide nuestro futuro: en Aragón, en España y en Europa. Es preciso actuar en los tres tableros y, de alguna forma, aunque usted solo sea presidenta del Gobierno de Aragón, estoy absolutamente convencido de que debe actuar el tablero aragonés y debe de alguna forma procurar representarnos a todos actuando en el tablero nacional y en el tablero europeo. Y estoy absolutamente convencido de que existen mecanismos para que usted haga ese ejercicio. Hágalo en la Conferencia de Presidentes, señora Rudi, vaya a la Conferencia de Presidentes, pero debata primero con esta Cámara, traiga propuestas a esta Cámara. Yo, desde luego, si estuviera en su lugar, buscaría el apoyo de este Parlamento e iría a decirle a Rajoy que dé marcha atrás en las medidas del último Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Señora Rudi, el no reparto de los beneficios por el incremento del IVA, que creo que el propio Partido Popular..., perdón, el Partido Aragonés —traición del subconsciente—, los beneficios derivados del IVA, si se repartieran y no se los quedará exclusivamente el Estado, nos reportarían simplemente eso, nos reportarían treinta y ocho millones adicionales de ingresos. Si la flexibilización del déficit que Europa autorizó a España se repartiera entre las comunidades autónomas, a nosotros nos corresponderían ciento diez y ciento sesenta millones de euros.

La eliminación de la obligación del déficit autonómico que usted dice que Rajoy favoreció no es cierto. En el último Consejo de Política Fiscal y Financiera se aumentó varias décimas, tanto para el año 2013 como para el año 2014. Eso nos proporcionaría también otro colchón importante. ¿Y qué conseguiríamos con eso? Seguramente disponer de margen para evitar los recortes sociales que usted indiscutiblemente está haciendo e incluso para financiar algunas políticas de reactivación económica y de empleo.

Pero vaya usted al Consejo de Presidentes, a la Conferencia de Presidentes, y diga que es necesaria una reforma fiscal profunda de este país para que los ciudadanos sepan que realmente su Gobierno se preocupa por ellos y que la crisis se está repartiendo de manera equitativa entre las gentes que pueden y las gentes que no pueden. Vaya a la Conferencia de Presidentes y pida que Rajoy, de una vez, sea eficaz ante sus colegas, ante sus homólogos de Europa, y les plantee una manera distinta de llegar al cumplimiento del pacto de estabilidad, porque nosotros creemos que hay que cumplir ese pacto de estabilidad, pero es evidente que no lo vamos a poder cumplir, que no lo estamos cumpliendo, que este año tampoco se va a cumplir, y es evidente que Europa le debe dar más margen a los países mediterráneos para su cumplimiento. Es imprescindible negociar una flexibilización del déficit, es imprescindible que nos compren deuda sin que sea necesario un rescate de la economía, es imprescindible la imposición de cargas a las transacciones financieras, pero sobre todo es absolutamente fundamental, señora Rudi —y lo demás es hacer oídos sordos a la realidad—, la imposición de un plan de crecimiento.

Y, sobre todo, señora Rudi, acepte, mirando de cara a la realidad, las dificultades que seguramente este país en el terreno político va a pasar en el próximo ejercicio como consecuencia de la pretensión de Cataluña de tener un pacto fiscal e, incluso, a medio plazo un Estado propio, contaminado por el previsible resultado de las elecciones vascas. Si yo fuera usted, si yo estuviera en su lugar —evidentemente, ni soy usted ni estoy en su lugar—, trataría de conseguir el apoyo de esta Cámara para que Aragón tenga una posición definida, una posición fuerte de defensa de sus intereses frente a lo que se pueda plantear desde Cataluña, desde el País Vasco o desde las autonomías fuertes ante autonomías de menor entidad demográfica como es la nuestra. Le sugiero, señora Rudi, que incluso ensaye fórmulas de cooperación horizontal con otras comunidades autónomas, que ensaye la fórmula, mediante acuerdo o convenio, de, junto con La Rioja y Navarra, trabajar en temas agroalimentarios —es una sugerencia que le hago, señor Lobón—; le sugiero que busque convenios o acuerdos con Castilla y León, que es una comunidad autónoma muy parecida demográficamente y territorialmente a la nuestra, y a través de esos acuerdos participe en la conformación de una política nacional futura que sea más interesante, que sea más positiva, que se acomode más a los intereses de Aragón. Y no me hable de si sus antecesores lo hicieron o lo dejaron de hacer, que es, al parecer, el único argumento al que usted es capaz de recurrir para esconder o para escapar de sus propias responsabilidades.

Y, por último, señora Rudi —y, si yo estuviera en su lugar, lo haría—, le sugiero que empecemos a trabajar seriamente en este Parlamento para buscar una salida solidaria a la crisis y para trabajar en un nuevo modelo productivo que ha de consistir, fundamentalmente, en reprogramar básicamente las prioridades y las líneas estratégicas del modelo anterior.

Y, sobre todo, señora Rudi, si yo fuera usted, trataría de que de este debate del estado de la comunidad saliera una señal luminosa hacia todos los aragoneses en forma de un plan de choque para favorecer el empleo juvenil, que es, seguramente, el problema más grave que tenemos. No declaraciones de intenciones, no modificaciones de los reglamentos sobre los decretos: un plan de choque realmente efectivo.

Yo, señora Rudi, he sido presidente de una diputación provincial; en este momento soy alcalde de un municipio, de la comunidad de Ejea de los Caballeros, y sé el compromiso, sé el grado de compromiso, sé el grado de voluntariedad hacia las cuestiones que preocupan a las gentes, sé hasta dónde puede llegar la participación de los alcaldes y los concejales de esta comunidad autónoma cuando se trata de trabajar en proyectos serios en beneficio de la comunidad. Lidere usted, señora Rudi, un gran acuerdo con las instituciones, con las comarcas, con los ayuntamientos, con las diputaciones, con los agentes sociales. Utilice todos los resortes y trate de mandar esa señal luminosa a familias enteras que no tienen un solo miembro trabajando, a jóvenes que están absolutamente descorazonados, a padres desmoralizados. Es así, señora Rudi, como se cura la desafección, dando respuestas a esa gente. La altanería y la soberbia no funcionan para solucionar los problemas: funciona la humildad, funciona la mano tendida, funciona el diálogo, funciona el compromiso.

Y, evidentemente, hay dos caminos para seguir la andadura de la comunidad en los próximos meses: el actual, el que usted está adoptando, que significa más paro y más pobreza, y el que yo le propongo recorrer juntos a partir de ahora. Si adopta este último, nos tendrá a su lado. Si adopta el que lleva doce meses recorriendo, nos tendrá a los socialistas absolutamente enfrente.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lambán.

Para dúplica, la señora presidenta tiene la palabra.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señor Lambán, me tacha de irresponsable. No lo soy. Si fuera irresponsable, si hubiera sido irresponsable, no hubiera aplicado las políticas de reforma que hemos aplicado en este año. Porque irresponsable, señor Lambán, en mi opinión, gobernante irresponsable, como usted me tacha a mí, en mi opinión, es decir en esta tribuna que no le importa dejar facturas sin pagar, que no le importa dejar setenta y cinco mil millones [aplausos] de las antiguas pesetas de facturas sin pagar precisamente por no atreverse a decirle la verdad a la sociedad, por no atreverse a decirle a la sociedad que el camino que llevaban era imposible, que no podían seguir gastando a ese ritmo, y entonces era mucho más cómodo meter la factura en el cajón, que ya vendrá otro; mientras, las empresas aragonesas que estaban financiando esos más de setenta mil millones, algunas de ellas estaban cerrando y otras..., sus trabajadores estaban engrosando las listas del paro.

Señor Lambán, entre su definición de irresponsabilidad y mi modelo de responsabilidad, le puedo asegurar que me quedo con el mío, que es el que las administraciones públicas cumplan, que es el decir la verdad a los ciudadanos y que es ajustar las políticas del momento a la realidad social que en cada momento se está viviendo, señor Lambán. Porque una cosa es, como suele decirse, predicar y otra cosa es dar trigo. Cuando se tiene mucho dinero en los cajones, cuando se gasta sin tasa y cuando, como usted ha dicho, no le importa dejar a deber, indudablemente, eso sí es una forma irresponsable de gobernar.

Señor Lambán, por pasos. De lo que usted ha dicho, que intuía lo que yo le iba a contestar, porque parte de su réplica la tenía escrita a máquina... Yo no, yo he ido tomando notas en función de cómo usted hablaba [risas], y a lo mejor —o a ordenador—, y a lo mejor... Yo soy de la etapa de... Manejo el ordenador ya, pero por mi edad aprendí en máquina y en papel de calco —los muy jóvenes eso no saben lo que es—. Pero, mire, lo que le decía, que a lo mejor hago una intervención más desordenada porque no la traía escrita de casa, sino que he ido tomando las notas en función de cómo usted iba hablando.

Mire, usted me habla de Plaza. Yo solo le voy a decir una cosa. En primer lugar, la sentencia judicial es en primera instancia, y después de eso está el informe de los servicios jurídicos de la DGA diciendo que hay que recurrir. Pero, sin seguir en esa cuestión, sí le voy a decir otra cosa, señor Lambán. El problema de Plaza es que ustedes... Bueno, es que me la encontré, me la encontré —no voy a decir ustedes—. El problema de Plaza es que cualquiera que sepa los más elementales conocimientos de contabilidad coge ese balance y se da cuenta de que esa sociedad estaba en peligro de quiebra. Esa es la situación, señor Lambán. Y, cuando te encuentras sociedades en esa situación, con unos desequilibrios económico-financieros brutales, previendo que se van a poder pagar los préstamos con lo que se va a vender y las empresas que iban a venir, cuando el mercado estaba bloqueado desde el año 2009, indudablemente, señor Lambán, es imprescindible acometer saneamiento, es imprescindible sentar las bases del crecimiento futuro. Y eso es lo que hemos hecho.

Mire, usted me habla de Bankia. Yo ya le he dicho antes —lo he nombrado de pasada—: no voy a hablar de Caja Castilla-La Mancha y de otras cajas. Mire, no quiero entrar en ese debate, señor Lambán. Solamente hay una cuestión clara: que, en el año 2009, los países que ahora funcionan acometieron una reforma financiera y una inyección de capital que les permitió sanearlo. En España no se hizo, y ahora, con aciertos y errores, lo estamos pagando.

Mire, usted sigue empeñándose en decir que yo he subido los impuestos, señor Lambán. Yo no he subido los impuestos. Si usted quiere, y me parece muy lógico, hablar del incremento de la presión fiscal, le aconsejo que cambie este escaño por el del Congreso de los Diputados. Punto. Porque, señor Lambán, yo sé que, como usted hubiera querido decir que aquí hemos subido los impuestos, tiene que argumentar lo que se ha hecho en el Gobierno central.

Mire, la responsabilidad del Gobierno central, que en muchas ocasiones yo las comparto, es del Gobierno central [rumores], y se debate en las Cortes Generales: en el Congreso y en el Senado.

Este gobierno no solo no ha subido la presión fiscal, en lo que somos competentes, sino que la hemos rebajado.

Mire, vamos a ver, cuando me dice que he hablado del pasado, yo ayer precisamente hui de hacer un discurso volviendo la vista atrás. Lo que pasa, señor Lambán, es que tras su intervención de esta mañana era imposible no hacer referencia a que la situación encontrada en julio del 2011 indudablemente condiciona todo lo demás que se puede hacer. ¿Que podía haber sido peor? También se lo digo, señor Lambán, podía haber sido peor. Había comunidades autónomas que en mayo del 2011 estaban peor que la aragonesa, lo he dicho en público, en privado y en los medios de comunicación. Pero datos por datos. Le reitero la cifra de interinos que se han dejado de contratar, que son los cuatrocientos cincuenta y algo que antes le decía.

Ahora usted me ha hablado, usted me hablaba de la deuda pública. Efectivamente, esta comunidad autónoma ha estado por debajo siempre de la media de deuda pública nacional; pero, mire, en este momento, en este año, esa diferencia la hemos incrementado. Fíjese, señor Lambán, con mi gobierno, en junio del 2011, el porcentaje de deuda aragonesa sobre el PIB era en Aragón el 9,8%, en nacional el 12,6%; es decir, estábamos 2,8% por debajo en porcentaje de PIB de la media de la deuda nacional. Un año justo después, en el segundo trimestre del 2012, estamos 3,1% por debajo de la media nacional. Señor Lambán, es un dato estadístico que ha mejorado en este año.

Y ¿sabe eso lo que significa, señor Lambán? Pues que todo el dinero que el gobierno no capta de las entidades financieras lo deja libre para que vaya a la economía productiva, señor Lambán, que esa es mi obsesión, porque ese es uno de los elementos de ayudar a la economía productiva de Aragón, porque todos aquellos recursos financieros que las administraciones públicas detraen del sistema financiero son recursos que estamos impidiendo que vayan a la economía productiva de Aragón, y en esa línea es en la que estamos trabajando.

Y también, hablando de deuda, señor Lambán, de que a usted no le importaba gastar y de la falta o el incremento del déficit público, le voy a decir una cosa: mire, es tan sencillo como la cuenta de una casa, tan simple como la cuenta de una casa, que seguro que quienes nos están viendo lo entienden con facilidad. Si una familia ingresa cien y gasta ciento veinte, indudablemente, tendrá que buscar quien le preste esos veinte, y cuando le presten esos veinte tendrá que pagar intereses por esos veinte. Intereses, cantidad que dedicará a intereses y que no podrá dedicar a otro tipo de gastos.

Mire, en la Comunidad Autónoma de Aragón, precisamente por el crecimiento desaforado de la deuda para la que aquí había desde el año 2008, lo que nos ocurre es que en el año 2011 hemos dedicado, se dedicaron a pagar intereses de la deuda por ciento veinticinco millones de euros. Que en el año 2012 hemos dedicado a pagar intereses de la deuda ciento setenta y un millones de euros, casi treinta mil millones de las antiguas pesetas. Pero es que en el año 2013 vamos a tener que dedicar a pagar intereses de la deuda doscientos noventa millones de euros; es decir, señor Lambán, vamos a estar casi en más de cuarenta y cinco mil millones de las antiguas pesetas gastadas en pagar los intereses de la deuda que los gobiernos anteriores generaron, y que no vamos a poder dedicar a políticas de dependencia, a políticas de sanidad o a políticas de ayuda a la tercera edad. [Aplausos.] Ese es el problema del déficit y de la deuda.

Y, hablando de dependencias, señor Lambán, que usted ha dado también algunos datos, solo le voy a recordar uno. Mire, el presupuesto del año 2012 de mi gobierno contempla para la dependencia ciento veinte millones de euros; el presupuesto del año 2011 contemplaba ochenta y cinco, señor Lambán. Eso son datos. Usted podrá decir que estamos atendiendo muy mal la dependencia, pero, frente a ochenta y cinco millones que se dedicaban en aquellos momentos, nosotros dedicamos ciento veinte.

Pero lo voy a decir otra cosa. Mire, recién llegados al gobierno... Esto sí que estaba en el traspaso de poderes. Fíjese, con fecha de treinta de junio —tampoco nos lo contaron, nos enteramos después—, había una carta del Ministerio de Sanidad, de Política Social e Igualdad en la cual se le reclamaba, se le decía al gobierno de la comunidad autónoma que se había realizado una importante mejora técnica relativa a los cruces de vivencia que se llevan a cabo con los datos sobre fallecimientos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. De esta manera le decía el Ministerio de Sanidad a la Comunidad Autónoma de Aragón se han identificado un importante número de personas que habían fallecido, pero que continuaban dados de alta en el sistema de información del sistema para la autonomía y la atención a la dependencia. En el caso de las personas fallecidas beneficiarias de las prestaciones del sistema, corresponde proceder a recuperar las cantidades que se han librado en concepto del nivel mínimo por las mismas. ¿Qué significa esto, señor Lambán? Pues que quien estaba gestionando la dependencia en el gobierno que me precedió cobraba el dinero que venía del ministerio de las personas que ya habían fallecido, y no las daba de baja [rumores]. Y este gobierno ha tenido que devolver catorce millones de euros cobrados indebidamente, señor Lambán [aplausos].

Con las cifras de paro, señor Lambán, la EPA es clara y rotunda, y lo dije ayer. Usted sabe que el paro se mide en la encuesta de población activa, que ese es el que está admitido por Eurostad, y ese es el modelo que se admite en Europa. Y con la encuesta en la EPA, señor Lambán, cuando nosotros llegamos al gobierno la diferencia del paro aragonés por la media nacional, como dije ayer, era de 3,4%, y en estos momentos está en 5,99%. No son unos datos para alegrarnos, en absoluto. Lo dije ayer y lo reitero hoy: el paro que hay en Aragón y en España es dramático; pero tampoco, señor Lambán, engañemos a los aragoneses diciendo que con un plan de choque de empleo se va a poder solucionar, porque usted sabe tan bien como yo que por desgracia con el plan de choque no se soluciona. Es decir, que el paro en España mejorará cuando crezca la economía, y para que desde esta comunidad autónoma... Señor Lambán, en las competencias que tenemos en política económica por supuesto que estamos haciendo cosas, señor Lambán, y si no hubiéramos hecho todo lo que estamos haciendo hasta ahora, en esta comunidad autónoma habría mucho más paro del que hay. Por supuesto que sí, señor Lambán. De la misma manera, señor Lambán, que en la pasada legislatura el paro en Aragón creció mucho más rápidamente que la media de España, y hemos conseguido reconducirlo. Algo habrán tenido que ver las políticas aplicadas por este gobierno, señor Lambán, que tenemos mejor situación que la media nacional.

Mire, me ha dicho que en el Fite dije lo mismo que dije en marzo cuando tenía que venir los presupuestos. Convenio de colaboración entre la administración general de Estado, el Ministerio de Hacienda y Administraciones y la Diputación General; o sea, en este momento estamos ya con los documentos cruzados para que la semana que viene o la otra, a más tardar, se pueda firmar.

Señor Lambán, usted me dice que hay que hacer otra política y que sobre todo que abandere una política europea, en el tablero europeo, una política diferente.

Mire, yo le voy a decir una cosa. Yo voy a ir a la conferencia del presidentes, defendiendo los intereses de Aragón, pero con el proyecto político de este gobierno de coalición. Usted lo entenderá, usted entenderá que, lógicamente, tenemos un programa que sale de un pacto de investidura y que, ¡hombre!, indudablemente podemos flexibilizarlo, pero no pretenderá que cambiemos nuestro proyecto político, el del gobierno de coalición del Partido Aragonés y del Partido Popular, por el que usted nos propone.

Pero, independientemente de eso, le voy a decir una cosa. Mire, usted está reiterando hasta la saciedad que lo que tiene que cambiar es la política europea; y que, por tanto, hay que ir a Europa para decirle que nos dé más tiempo para el cumplimiento del déficit, que indudablemente a todos nos gustaría, no le voy a engañar, por supuesto que sí, que sería mucho más cómodo que pudiéramos tener un aterrizaje más suave desde el 8,5% del déficit de España del año 2011, no del 6, el 8,5%, que nos piden, que, por cierto, ya nos lo han dado, porque el señor Rodríguez Zapatero se comprometió a que hubiera habido este año, mejor dicho, el 2012, el 4,3%, y nos han dado ya más puntos. Pero, bueno, señor Lambán, yo entiendo que usted me lo diga a mí, pero consejo por consejo: ¿por qué no se lo dice al comisario señor Almunia, que tiene mucha más cercanía usted que yo, seguro? Porque precisamente el comisario señor Almunia, ilustre militante, que yo sepa, del Partido Socialista, es el más firme defensor de las políticas de consolidación fiscal que se están defendiendo en Europa y que nos están pidiendo que cumplamos. Y lo podemos conseguir.

Por lo tanto, señor Lambán, mire, una cosa es decir lo que queda bien de cara a la galería y otra cosa es ser responsable, poner los pies en el suelo, conocer las circunstancias en las que estamos y, a partir de ese momento, tomar las políticas adecuadas. Por supuesto que sería más cómodo hacer otro tipo de políticas, pero sería, como decía hace un momento, bastante irresponsable no hacer aquellas políticas que nos vienen obligadas por la actual situación.

Me habla de Cataluña, y yo se lo he dicho... Terminaba mi intervención antes hablando de Cataluña. Mire, yo lo que voy a defender aquí y en cualquier otro escenario público y privado es que se cumpla la Constitución del año setenta y ocho. Yo lo que voy a pedir es que se cumpla el principio de solidaridad entre las comunidades autónomas y, por tanto, voy a exigir que ese principio de solidaridad se aplique también y sea beneficioso para Aragón. Y, si se abre un nuevo modelo de financiación autonómica, eso es lo que voy a exigir y lo que voy a pedir. Pero, señor Lambán, lo que no haré será callarme si, cuando se revise, si se revisa, este sistema de financiación, escucho, como ustedes, socialistas aragoneses, escucharon a los socialistas catalanes, decir que el anterior modelo de financiación se había hecho a su medida. Les recuerdo las declaraciones públicas de los miembros del Gobierno tripartito cuando se reformó este sistema de financiación, diciendo que se había adecuado el sistema a la cantidad que Cataluña tenía que recibir. Y no oí levantarse en esta Cámara ni en Aragón voces críticas de los aragoneses criticando ese modelo, señor Lambán. Le puedo asegurar que yo no haré eso. Eso sí es defender los derechos de Aragón, eso sí es defender la España constitucional, eso sí es defender la solidaridad.

Señor Lambán, me ofrece diálogo y me dice que es que no nos atrevíamos a presentar los presupuestos solos. Mire, señor Lambán, lo podrá ver en fechas próximas. Por supuesto que sí. De la misma manera que nos hemos atrevido a gobernar este año en una situación tremendamente complicada y tremendamente dura. Porque le voy a decir una cosa, señor Lambán: cuando se gobierna es muy fácil decir que sí y es muy fácil gastar, malgastar y no preocuparse del futuro de la sociedad, pero no es mi caso. Estamos gobernando en una situación tremendamente complicada, como siempre he dicho. Y precisamente por estar gobernando en esa situación tremendamente complicada es por lo que mi premisa de Gobierno es decirle la verdad a los aragoneses, es no rehuir mi responsabilidad, por incómoda que esta sea, que indudablemente en muchas ocasiones lo es, porque es muy doloroso no poder responder al cien por cien de las necesidades de muchas personas; es tremendamente doloroso, señor Lambán, y me quita muchas veces el sueño, se lo puedo asegurar.

Cerrar unos presupuestos cuando las demandas que querrías cubrir son superiores a los ingresos con los que cuentas le puedo asegurar que me quita muchas veces el sueño, como seguramente a usted se lo quita el presupuesto del Ayuntamiento de Ejea. No le voy a decir que más, pero tampoco menos que el que le puede quitar a usted, señor Lambán. Y precisamente por eso, porque creo que vivimos una época de hacer política de diferente manera, porque ya no valen los modelos de hacer política de hace ocho, doce, trece años ni hace siete, ni tan siquiera hace cuatro años, porque Europa ha cambiado, porque el mundo ha cambiado, porque España está en una situación que no se puede permitir según qué cosas, porque además los ojos de Europa están puestos en las comunidades autónomas y en que seamos capaces de corresponsabilizarnos de la situación de España en general, es por eso, señor Lambán, por lo que le pedía ayuda a usted, le pedía ayuda a su grupo para que pasara de las musas al teatro, como suele decirse, para que esa responsabilidad pudiera usted ejercerla a pesar de ser oposición, no porque tuviésemos miedo de presentar los presupuestos solos, señor Lambán, que somos muy conscientes de la responsabilidad que tenemos.

Mire, señor Lambán, yo ayer terminaba mi discurso con una frase que no es frase hecha, porque, además, los que llevamos ya mucho recorrido político ya se sabe lo que hemos hecho, para bien y para mal, indudablemente, para bien y para mal. Y terminaba diciendo que se puede hacer política de dos maneras: pensando en cómo ganar las siguientes elecciones o asumiendo la responsabilidad de la época que nos toca vivir y asumiendo la responsabilidad de sacar a la sociedad aragonesa de la crisis en la que se encuentra y de cooperar desde Aragón a que España se recupere cuanto antes y podamos empezar a crecer. Le dije que me quedaba con esa segunda parte. Yo le puedo asegurar y le reitero que me quedo con esa, y le invito a que usted coopere con ello. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora presidenta.

[El señor diputado LAMBÁN MONTAÑÉS, desde su escaño y si micrófono, solicita la palabra al señor presidente.]

No, señor Lambán. Ha tenido tiempo más que suficiente. No le he cortado el uso de la palabra en ningún momento ni le he anticipado que terminara. Yo creo que, si accedemos a su petición, empezamos una escalera que llega al infinito prácticamente. Le ruego... Señora Pérez, no ponga esa cara, que las cosas son como son.

Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista. Su portavoz, por tiempo de treinta minutos, puede intervenir.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Muchas gracias, señor president.

Buenos días. Bon dia, señora presidenta,

Ha pasado más de un año desde que se conformó su Gobierno. Nuestro grupo no votó entonces a favor de su investidura como presidenta de Aragón, y el tiempo y los hechos realmente nos han dado la razón, nos han demostrado que hacíamos bien en desconfiar tanto de lo que se nos anunciaba como de lo que ya podíamos intuir. Y, en este sentido, yo le he de decir que a mi grupo no nos ha decepcionado en absoluto, no nos decepcionó su discurso porque un año de control del Gobierno da más que suficiente para saber qué es lo que se puede esperar.

Ustedes tenían y tienen una estrategia clara, aunque obviamente no explícita, que es aprovechar la crisis como pretexto para acabar, por una parte, con el Estado del bienestar y, por otra, para recortar nuestro autogobierno.

Y el modelo que ustedes nos están presentando, el modelo económico, social, el modelo político que nos están imponiendo, por una parte, el Partido Popular desde Madrid y, aquí, ustedes con su socio, el Partido Aragonés, en esa franquicia que han montado, van a acabar destrozándonos como sociedad. Y esto, le guste o no lo guste oírlo, es lo que se ve en la calle, es lo que se escucha en la calle y es lo que se siente en muchos lugares. Por eso nos opusimos en su momento a su Gobierno y hoy nos volvemos a oponer a sus propuestas políticas. No estamos de acuerdo en absoluto. Es más: yo le tengo que decir que a usted, señora Rudi, yo ayer no la vi nada cómoda, nada cómoda en su papel, porque usted, cuando habló de Aragón y cuando habló de la ciudadanía aragonesa, es que no resultaba creíble —qué quiere que le diga—, en absoluto; es que estaba bien claro que ni usted se lo creía ni podía convencer a nadie. ¿Por qué? Pues por una sencilla razón: porque Aragón no está en el centro de su proyecto político. Y esa es la razón.

Claro, usted antes señalaba que usted iba a decir la verdad, que usted quiere decir la verdad... Usted no dijo ayer la verdad. Usted contó su realidad, que no coincide con la realidad que está viviendo muchísima gente en Aragón. Y eso es lo que ayer también tenía usted que haber contado y no haber pasado por encima como que no existiera. Por eso, y porque, sobre todo, su actitud ayer y sus palabras fueron absolutamente distantes y alejadas totalmente de esa realidad. Estuvo plagada de olvidos. Yo entiendo que no se puede hablar de todo, pero callar determinadas cuestiones de forma tan interesada no debería hacerse, seguramente, en un debate como el que estamos teniendo. Y, desde luego, esa actitud era más propia —y algunos de sus argumentos—, mucho más propia de la hoja de ruta de un partido político —en este caso del suyo, del Partido Popular— que del discurso de una presidenta de Gobierno, en este caso del Gobierno de Aragón.

No hubo realmente ni una palabra sobre cultura, pero es que tampoco hubo ni una palabra sobre igualdad de oportunidades ni entre hombres y mujeres, tampoco, ni de discriminación; usted no habló de exclusión social; no habló de inclusión/inserción; no habló de discapacidad; no habló, por supuesto, de memoria histórica; no habló de cooperación al desarrollo... No hablo de las personas, realmente. Como para hablar de patrimonio o para hablar de deporte, que eso ya, evidentemente, no existe...

Claro, es un balance de todo un año. Y al final lo que vemos es que lo que ustedes nos plantean es un modelo: es la ley del más fuerte, la ley del más fuerte en una sociedad en la que hay ganadores y en la que hay perdedores, y que coincide además que solamente pueden salvarse quienes pueden realmente pagarse los servicios que ustedes, en el ámbito público, ya han empezado a recortar. Ustedes plantean una sociedad en la que gana quien tiene el dinero: es decir, los de siempre, y el resto lo arreglan con beneficencia.

Por eso sus medidas no están en absoluto pensadas para mejorar la calidad de vida de la gente, porque no le interesa, pero tampoco para garantizar la igualdad de oportunidades. Es más, todo lo contrario, ustedes lo que están haciendo generar desigualdades, con sus medidas, desde el primer minuto de gobierno, ustedes están generando una desigualdad creciente, y, señora Rudi, la desigualdad genera división social, y la división social pone en peligro nuestra cohesión y nuestro futuro.

Yo lo que le planteo es que hablemos realmente de la gente, que hablemos de la ciudadanía, que hablemos de la calidad de los servicios, que hablemos de la calidad de vida de la gente, de lo que está viviendo en el día a día la gente, porque hay que decir que usted está impulsando una sociedad del malestar, usted está impulsando una sociedad muy preocupada, con personas angustiadas. Y eso no se lo digo yo, eso se escucha en cualquier rincón, es que es la conversación que tiene en estos momentos la ciudadanía aragonesa. Me da igual que esté en la cola del cine que se lo pueda pagar, que anda el precio que está teniendo ya, quien está esperando a los hijos en el colegio, quien está en el bar... No hay otra conversación que esa.

Querer olvidar eso es utilizar la estrategia del avestruz.

Y encima se atreven ustedes a decirle, a acusar a la gente de que está viviendo por encima de sus posibilidades. Y hoy ha vuelto a repetirlo: es que Aragón vive por encima de la media nacional, estatal. Pero ¡pregúntele a la gente qué significa eso! ¿Eso a usted la deja tranquila? ¿Para qué nos cuenta? Porque eso es un insulto a quien lo está pasando mal. A quien no lo está pasando mal, no. A usted la dejará muy tranquila.

Usted ayer llegó a decir incluso —lo va ya repitiendo varias veces— que es que, a partir de ahora, vamos a tener que pagar los servicios que nos pagaban otros. ¿Quiénes? Que sepamos, aquí hemos pagado siempre los servicios. Que sepamos, los contribuyentes aragoneses hemos puesto siempre el dinero encima de la mesa. ¿Cómo se han pagado las cosas? ¿Usted se cree que aquí hemos estado de prestado? En Aragón no nos han regalado nada, o por lo menos no nos han regalado nada más que a ninguna otra comunidad autónoma. ¡No diga eso! No diga que es que, a partir de ahora, vamos a tener que pagar.

Es más, nos dice que no nos gastemos lo que no tenemos. Pero ¿usted es consciente de la cantidad de personas que hace mucho tiempo que ingresan mucho menos dinero que el que necesitan para vivir? Pues alguien que nos esté escuchando dirá «Me están tomando el pelo». Eso sigue siendo un insulto, porque ustedes realmente no están pidiendo sacrificios, que es la palabra que a usted le gusta tanto decir últimamente. Eso es solidaridad. No, ustedes los imponen. Eso es lo que sucede. Y por eso hay tanta gente descontenta, y por eso hay tanta gente que está harta, señora Rudi. Todo tiene un límite. Ya lo hablamos una vez. Todo tiene un límite, incluido, por supuesto, el del aguante.

Ya me dirá también qué más sacrificios se le puede pedir a quien ha perdido su puesto de trabajo, o qué más se le puede pedir a quienes les han dejado un salario indecente, o unas condiciones de trabajo indecentes, que lo hay, y mucho. O qué le puede pedir a quien ha perdido su pequeño negocio, a los pequeños comerciantes, a quienes ahora están ahogando con la subida del IVA. A quien se las ve y se las desea para llegar a final de mes. ¿Qué más hay que pedirles? Porque hay mucha gente que no sabe si al final va a poderse pagar el tratamiento médico. Y estamos en esa. Hay mucha gente. Ustedes sabrán por qué. Porque tienen la culpa de que haya ese estado de ánimo tan negativo.

¿Qué más puede pedirles, que que renuncien a quienes, por ejemplo, tienen que ir a comedores sociales, o tienen que ir a rebuscar comida en los contenedores?, que esto parece que no existe, pero en Zaragoza, Huesca y Teruel, capitales, lo hay, y cada vez más, y eso existe.

A quien no tiene una vivienda digna... ¿Qué más sacrificios les puede pedir a los trabajadores y trabajadoras del sector público, si ustedes les han hecho perder hasta el mínimo reconocimiento social que tenían? Claro, y exigen solidaridad, exigen lealtad, exigen austeridad, solidaridad... Oiga, pero no con la gente, no con la ciudadanía. Usted está pidiendo solidaridad de los aragoneses con otras comunidades autónomas... Pero, ¡bueno!, ¿quién tiene solidaridad con nuestra gente? Usted, no, no la está teniendo con sus medidas, y su Gobierno, tampoco. Porque, claro, comprobamos que para unas cosas no hay dineros, pero para otras cosas sí que lo hay. Pues así, para completar el profesorado que tiene que haber en un centro para que las cosas funcionen bien, no hay. Para que haya, por ejemplo, pediatras en determinados centros de salud o atiendan determinadas zonas, no hay. Para eso no hay. Para proyectos culturales no hay. Tampoco. ¡Faltaría más! Ahora, para la escuela privada, sí, para eso sí. Para exhibiciones militares, también. Para compras de banderas de guerra, también. Para actos del Opus Dei, también. Para pagar la publicidad de Dorna y Moto GP, también. Y ese es mal camino, es mal camino, porque genera muchísimas enemistades entre la propia ciudadanía, porque están hartos.

Usted prometió muchas cosas, señora Rudi, y el balance de su primer año de gobierno es muy claro, pero usted no quiso entrar en él. Estamos relativamente mejor que otros, perdemos menos empleo que antes... No, no, mire: dos puntos y medio más en desempleo que antes de que usted estuviera aquí gobernando; una caíd en las cotizaciones de la Seguridad Social que, sobre todo, en las tres capitales de provincia, especialmente grave. Es que en dos años, entre 2011 y 2012, han cerrado 1800 empresas. Aumentan los expedientes de regulación de empleo en un 78%. Yo no le escuché ayer a usted hablar de todo esto. No le escuché tampoco de la caída del 10,3% en el índice de producción industrial, que estamos liderando esa caída. Fíjese. Y eso que están tomando la internacionalización como una gran apuesta.

Y si vamos a las familias, es que una de cada cuatro familias está teniendo problemas para escolarizar a sus hijos, y una de cada cinco personas en Aragón están en situación de riesgo de pobreza y de exclusión social, y un punto y medio más las mujeres, que, como siempre, acusan las primeras la crisis y de forma más grave.

Este es su balance, señora Rudi. Este también es su balance, del que usted ayer no quiso ni hablar, evidentemente. Porque es el balance de un fracaso durante un año.

Claro, usted dice: a mí me sería más cómodo hacer otro tipo de política. Pero ¡si está en su salsa! Si se la ve en su salsa. Absolutamente. ¿Qué querría hacer?

Ayer nos planteó un modelo centralista en el que Aragón no pinta nada, por ejemplo, nada. Un modelo, además, que está basado en un bipartidismo feroz, que le conviene, porque así pueden subsistir en alternancia unos y otros. Es decir, fuera el pluralismo político, fuera las diferencias, fuera los pueblos, fuera las minorías... Ustedes están buscando uniformizarnos a todos, marciales, obedientes y del mismo color. Y no. Mire, ustedes, actuando así forman parte de lo que aquel insigne teórico del nacionalismo, Calvo Alfaro, aragonés, evidentemente, definió como ese sector ciego de los españoles que niegan una realidad diferente a la suya, a su manera de pensar, y que acaban provocando graves enfrentamientos con las personas que se sienten diferentes. Eso es así.

Y ahora por eso mismo son tiempos de defender más que nunca Aragón, de defender nuestra identidad, de defender nuestros derechos, de defender nuestro país, que es así. Porque ustedes están utilizando la crisis como una coartada para perpetrar la mayor involución autonómica de la democracia española. Porque una cosa son sus palabras, que ya nos ha leído aquí alguna cuestión, lo que usted piensa sobre el Estado autonómico, y otra cosa son los hechos. Las palabras se las lleva el viento, señora presidenta. Son los hechos, y los hechos nos demuestran lo que yo le estoy poniendo de manifiesto, y es gravísimo. Porque es como si ustedes se avergonzaran de nuestra realidad. Es así: no la valoran, y se le nota a usted cuando habla, cuando habla de Aragón, cuando habla de lo aragonés. Supongo que es por eso por lo que quieren una ley de lenguas que ignore nuestra realidad trilingüe y que va a pisotear derechos lingüísticos de aragoneses y aragonesas que no hablan castellano, que no hablan como lengua materna el castellano, o que tienen como lengua materna otras dos lenguas que usted no quiere ni nombrar, el aragonés y el catalán que se habla aquí, en Aragón.

Usted está permitiendo que nos anulen, por lo tanto, porque está avergonzándose del patrimonio que tenemos aquí en Aragón. Y tenemos una historia, tenemos una identidad, repito, tenemos una singularidad que hay que defender, sobre todo para que los criterios económicos que en estos momentos se imponen en este mundo globalizado no sean la única ley de relaciones. Señora presidenta, hay muchas personas aquí en Aragón que queremos ser aquello que decía Gaspar Torrente: queremos ser lo que somos, queremos ser un pueblo digno, lo somos, y además queremos mostrarlo. Pero es que ustedes nos lo están impidiendo, porque, desde que están, es que Aragón cada vez tiene menos peso. Es así. Y eso nos perjudica a Aragón mucho. Luego, en un año, ustedes nos han generado este perjuicio.

E tamién una añada lis ha bastata ta debilitar encara más o nuestro autogubierno e nuestro paper en o conchunto de l'Estau. Que son aplaudidas midas que son un ataque frontal cuentra Aragón, cuentra o nuestro Estatuto d'Autonomía, cuentra o nuestro autogubierno e cuentra os nuestros dreitos coleutibos como pueblo. Midas que empachan o desarrollo, midas que lastran o nuestro futuro y midas que escabonan o nuestros dreitos á dezidir.

La relación bilateral con el Estado, que era uno de los pocos logros del Estatuto del año 2007, eso sí que es una quimera, eso no existe. Porque la reunión de la Comisión Bilateral del 17 de julio, señora presidenta, tras años de estar pidiéndola, tras años de estar esperándola, presentando aquí iniciativas con propuestas de los temas que deberían abordar, discutiendo sobre y este sí y este no, pues, mire, duró media hora. Eso es lo que duró. No sé si es que alguien pasaba por aquí de camino por Zaragoza o qué, pero duró eso, media hora, que es lo que nos dijeron. No trataron nada, porque en media hora no se puede tratar nada. Mire lo que nos cuesta estar abordando aquí un debate de revisión de todo un año de propuestas. Y fue una vez más un paripé, un paripé, y, perdone, pero aquí se prestaron todos los asistentes al paripé, desde el último al primero. Es así.

Yo le voy a recordar lo que usted decía, en el año... —usted no: su grupo parlamentario—, lo que le decía al anterior Gobierno anterior en el año 2010 —y se lo digo textual—. Le decía: «Los aragoneses están hartos de su servilismo». Y ustedes lo que hacían era reclamar reivindicación frente a ese servilismo. ¿Qué es lo suyo ahora? Tras un año de gobierno, señora presidenta, estamos hartos de la sumisión de su Gobierno, de este Gobierno franquicia Partido Popular-Partido Aragonés con Madrid. Y ese servilismo, además, se materializa con una inacción, con una inacción que es premeditada, que es muy consciente, que está programada, que está calculada, porque su no hacer es muy peligroso, es muy peligroso porque tiene un objetivo claro, que es machacar poco a poco, por ejemplo, los servicios públicos, dejar de trabajar para que funcionen cada vez mejor, de tal modo que dentro de poco ya nadie quiera saber nada ni de la sanidad pública ni de la educación pública, porque siempre quedará la privada, es así. Y de todas formas tenemos la otra versión. ¿Qué es lo que pretenden? Pues al final que nadie eche de menos las autonomías, que nadie eche de menos la autonomía política —no la administrativa: la política—, la que permite la toma de decisiones, señora presidenta, porque siempre quedará Madrid... Como hace cincuenta años, vaya.

En todo este tiempo, y con Comisión Bilateral de por medio, un año, y aún no han encontrado la manera de que el Gobierno central considere prioritarias determinadas necesidades históricas de Aragón. Ayer, usted volvía a decir: estamos intentando que entienda —el Gobierno, hablaba en este caso, el Gobierno central— las singularidades de la minería aragonesa. Un año intentando que entiendan... ¿Qué parte no comprende el ministro Soria? ¿O qué parte no le saben explicar ustedes bien? Un año para intentar convencer, ¿de qué? Mire, al final, no han conseguido que consideren prioritario el desdoblamiento, efectivamente, de la nacional II y de la nacional 232, pese a la cantidad de muertes que tiene acumuladas, pero es que tampoco han conseguido nada en relación con la liberalización de las autopistas, de la AP-2 y de la AP-68, nada, nada. De hecho, ayer ni lo nombró. Pero el Gobierno, el Gobierno de Rajoy, sí que le había respondido a mi compañero Chesús Yuste en Madrid, y tengo la respuesta escrita. Y la respuesta escrita, señora presidenta, que usted nos la tendría que haber trasladado ayer aquí, es que no tienen intención de rescatar ninguna autopista, no tienen la mínima intención. Luego díganlo claramente: liberalización de autopistas, nada, no va a haber. Porque sabe cuándo acaba la concesión de las autopistas: uno en el año 2021 y la otra en el año 2026. ¡Hombre!, es que hemos entonces de asumir que las muertes y los problemas los vamos a tener que seguir viviendo día a día.

Pero tampoco han conseguido resolver, como digo, nada en relación con el futuro de las comarcas mineras, nada en relación con el Canfranc; nada en relación con la A-40. Y encima se atreven a sacar pecho, eso sí, de lo que ha sido el menor nivel inversor del Estado en Aragón para el año, en este caso, 2012. No me cuente que es que, mire, porcentualmente... No, dinero. ¿Cuánto dinero? ¿Cuánto dinero llega? ¿Viene más dinero que el año pasado? Llega menos, ¿no? Llega menos; luego se puede hacer menos. Si los de antes no lo hacían bien, desde luego ustedes se están cubriendo de gloria. Y su Gobierno, ¿qué pelea? No pelea nada, no pelea nada en absoluto, señora Rudi, nada. Luego es un año perdido. ¿Que el año que viene cambian? No lo sé, pero de momento ha sido un año perdido, un año perdido.

Y, claro, si su planteamiento económico es malo, su complicidad en la invasión de competencias nos parece absolutamente intolerable. Porque a ver desde cuándo el Gobierno de Aragón y desde cuándo Aragón necesita el visto bueno del Gobierno central para poder ejercer sus competencias exclusivas en nuestra organización local, en la demarcación judicial, en comercio, en política hidráulica. Y ahora quieren hacer lo mismo con educación, con sanidad, con la dependencia... Están pulverizándolo todo y están pulverizando la autonomía financiera, porque saben perfectamente que sin autonomía financiera es imposible la autonomía política. Por eso lo hacen, y ustedes están poniendo además a los pies de los caballos.

¿Leyes de estabilidad presupuestaria? Mire, entre las leyes de estabilidad presupuestaria y su obsesión por el déficit cero es que ustedes están haciendo absolutamente imposible que se puedan prestar unos servicios públicos básicos, públicos, que son además los que dependen de la Administración pública. Públicos. Porque ayer usted de lo público no habló. Habló de sanidad, habló de educación, habló de servicios sociales, pero se cuidó muy mucho de hablar de lo público y de impulsar lo público, que ya nos conocemos.

Techo de gasto para el 2013. Lo aprueban en julio por orden de Madrid para cumplir el objetivo del 0,7 de déficit. Ya sabemos lo que va a suponer: más y más recortes. Luego, si este año nos ha ido mal, es que el año que viene va a ir peor, porque ya están diciendo que va a haber un recorte cercano al 10% respecto del presupuesto del año pasado. Y volverán a hacernos el encaje de bolillos en los presupuestos, en los debates, diciendo: no, es que sube el porcentaje. No: baja el dinero, baja el respaldo a los servicios públicos, baja, por lo tanto, la posibilidad de poder trabajar en la mejora de la calidad y de la accesibilidad de los servicios públicos. Lo empeorarán, seguirán. Es que es lógico, no hay otra fórmula. La magia no existe en estas cosas.

Y esto lo que le pedimos. Lo que le exigimos es que respete, respete y cumpla el Estatuto de Autonomía, respételo. Firme de una vez el acuerdo bilateral económico-financiero con el Estado. Si lo tiene ahí, lo tiene en el Estatuto... Si es que estaba aprobado, con los votos, evidentemente, de su partido, en el propio Estatuto del año ochenta y seis... Si el actual sistema de financiación autonómica es perjudicial para una comunidad autónoma es para Aragón. Luego firmen ese acuerdo. ¿Para qué queremos eso? A usted le respalda la comunidad autónoma, le respalda el Estatuto, pero no quiere. Claro, es que el juego es otro. Esto no le interesa. El Estatuto de Autonomía, ese, como digo, que votaron tan felizmente, aunque nos dejaba como una comunidad autónoma de segunda, ese sí.

Claro, su Gobierno no está cumpliendo ni con el Estatuto de Autonomía ni está cumpliendo tampoco con la ciudadanía aragonesa. Mire, a nosotros, a mi grupo, a mí misma nos importa muy poco que usted le cumpla a su socio de gobierno, como dijo él hace poco en un medio de comunicación, muy poco, muy poco. Eso les servirá a ustedes dos, en todo caso, pero a los aragoneses, ¿de qué les va a servir eso? Nada. Aquí lo que necesitamos es un Gobierno que lidere las reivindicaciones aragonesas y que no las meta en un cajón. Eso es lo que necesitamos.

Porque eso es un poco como su acuerdo de gobernabilidad, que es que no es más que un mero acuerdo entre dos partidos políticos para ocupar gobierno, nada más. Porque, según ustedes —usted lo ha repetido en varias ocasiones—, se garantiza así la estabilidad. Pero, bueno, usted ya sabe que esto de la estabilidad también lo repetía muchas veces su socio con el anterior Gobierno. Es que esto, año tras año, legislatura tras legislatura, con lo cambios de Gobierno, se repite exactamente igual. ¡Hombre!, ya vio lo que pasó, ya ve lo que está pasando. ¿Ya sabe cómo define el Diccionario de la Real Academia Española la estabilidad? Como cualidad de lo que es estable. Estable: aquello que permanece en un lugar durante mucho tiempo. Y pone un ejemplo: inquilino estable. Fíjese el ejemplo que pone. Ahora aplíqueselo, aplíquelo a su Gobierno, el último en una lista de Gobiernos, y ya verá que lo único que permanece en un lugar durante mucho tiempo es el Partido Aragonés. Es así. Luego no es el Partido Aragonés el que le da la estabilidad al Gobierno, señora presidenta, sino que es el Gobierno el que le da la estabilidad al Partido Aragonés. Así que ande con ojo.

Ayer además —cambiando un poco de tema— hubo muchas cosas que sonaron falsas, seguramente, como le decía antes, porque usted no se cree las cosas. Yo además dije: es que como si usted hubiera hablado de Aragón y de los aragoneses por encima del hombro, y eso no nos lo merecemos ni se lo merecen los aragoneses.

Y hubo cosas que sonaron falsas, como ese supuesto deseo de liderar una rebelión social contra la resignación y contra la crisis, señora presidenta. ¿Pero de qué rebelión habla usted? ¿De qué rebelión? Esto es hipocresía dialéctica e ideológica. No hay otra denominación. La solidaridad es otra cosa, y la rebelión social, señora presidenta, la tiene usted en la calle, la tiene ahí, y ustedes no pueden liderar evidentemente una rebelión contra sus propias políticas neoliberales que, desde luego, no solamente no son la solución, sino que son el auténtico problema que tenemos en esta tierra.

Pero habla también de transparencia, y no nos podemos fiar ni de los presupuestos. Si el mismo día que se aprobaron los presupuestos en esta Cámara, ustedes ya, los modificaron a golpe de decreto.

Hablan de responsabilidad y, fíjese, llevan más de un año de Gobierno agarrados a la herencia recibida, en la que parece que su socio no tuvo ninguna responsabilidad. Esto da gusto, aunque solo sea por el coste del Plan Red, que vamos a tener que pagar entre todos, porque ustedes no han hecho bien las cosas en su momento y porque le han querido salvar las espaldas al socio, algo así ha debido de haber.

Hablan de pactos y rechazan cualquier idea que no provenga de ustedes, cualquiera. Hacen bien en no contar de todas formas con mi grupo parlamentario para la foto de los recortes, y en esto, sí, hágasela con quien ha votado con usted esa fatalidad, esa trampa fatal que es la estabilidad presupuestaria.

Pero habla también de colaboración institucional, colaboración institucional, pero están dejando a los ayuntamientos, están dejando a las comarcas tiradas y hacen que asuman la responsabilidad de aquello que no está financiado, porque ustedes no les transfieren las cantidades necesarias y tampoco hay ningún viso de que esto pueda mejorar, porque no hay financiación suficiente, y se quitan de encima todo lo que pueden con la escusa de ahorrar. ¡Claro!, lo que ustedes ahorran, entre comillas, «como Administración» les cae a los ayuntamientos o les cae a las comarcas. Eso es así, y ya se ha hablado del Ayuntamiento de Zaragoza, pero no vamos a repetir ahora todo el debate que hemos tenido de presupuestos hace unos meses. Entonces, bajaron todas las partidas en mayores, en menores, en casas de acogida, en políticas de igualdad... ¿Qué quiere que le diga? Es que ese debate ya lo tenemos ahí, pero hay recordarlo, aunque solo sea para decir que esa disposición manifiesta de que hay que atender a todo el mundo, de que las cosas van a ser mejor, pues, no es posible, no es posible, porque las necesidades son cada día mayores. Es así, y es imposible lo que ustedes están planteando.

Hablan de diálogo y, sinceramente, lo suyo es puro monólogo: no escuchan a nadie. Lo del consenso lo entienden como un paseo militar sin discrepancias. Eso sí, eso va en su línea. Luego se preguntan cómo es posible que puedan tener tanta tensión social en la calle y en las casas, y me imagino que se lo preguntará, aunque solo por responsabilidad, pero tiene movilizaciones diarias, ¿eh?, señora presidenta. Hasta los mismos agentes con los que ustedes han firmado el Acuerdo Social para la Competitividad y Empleo en Aragón se están echando a la calle en contra de sus recortes. Esa es la realidad, esa es la realidad.

Y aquí no hay sector que se salve, porque hay mareas ya de todos los colores, mareas en la calle contra sus políticas, señora Rudi, aunque usted trate de ningunearlas o trate de desacreditarlas. Y no vemos que le afecte demasiado, usted está impasible.

Yo suelo decir que su Gobierno es un Gobierno indolente, que parece que no va nada con ustedes. Están siempre esperando informes, a ver que les viene de Madrid, ya responderé después, todavía no puedo... Amparados, ¿en qué? Claro, en una mayoría, que fue la mayoría que tuvieron, la mayoría electoral de hace un año. Pero por muy mal que lo esté pasando la gente, de verdad, da la impresión de que a ustedes no les afecta nada. Yo creo que es lo último que le puede pasar a un Gobierno. Eso, porque están muy lejos de la realidad.

Pero es que, además, están haciendo lo contrario de lo que decían que había que hacer en periodo de crisis. Decían que había que plantar inversiones productivas, obra pública, etcétera, no, pero es de anteayer. Decían que había que invertir, por supuesto, en investigación, desarrollo e innovación... Pues, recortan, y supongo que no será porque usted no se maneja bien con los ordenadores y le falta sensibilidad sobre ese tema, ¿eh? Recortan, y no se puede avanzar así.

Decíamos todos, pensando en ese nuevo modelo económico y social, que hay que apostar por la educación, hay que apostar por la formación, hay que apostar por los servicios públicos, y no es así.

Hablaba de políticas activas de empleo, hablábamos de aquello, y ustedes lo planteaban y se lo echaban en cara al Gobierno anterior. ¿Qué políticas de empleo están poniendo en marcha ustedes, si están tirando todo absolutamente lo que podía haber?

¿Qué novedades hay en la Estrategia Aragonesa de Competitividad y Crecimiento? ¿Qué ideas nuevas? ¿Qué propuestas originales? Ninguna, no hay ninguna, señora presidenta. Porque, además, los planes, esa estrategia de multiplanes, es que no tiene ni tan siquiera una programación económica de lo que puede haber, ni una previsión. Es así, más de lo mismo.

Ayer, usted habló, pero decía muchas cosas que ya lleva diciendo desde hace mucho tiempo, pero que se habían comprometido y no cumplen, y lo mezcla con otras cosas que se veía perfectamente que estaban poco hilvanadas, que las tienen poco trabajadas, y, bueno, eso es lo que explica qué es lo que ha pasado con el Plan de Vivienda Social, explica qué ha pasado con el Plan de Empleo Juvenil, que impulsó mi grupo. ¿Qué? Nada, nada en ese sentido. Tienen mucho papel mojado, muchísimo.

Porque, además, su única receta o la receta que a ustedes mejor les va, la receta económica, la receta financiera, pasa por la privatización y pasa por el abandono, como le digo, de todas esas inversiones públicas y pasan, por supuesto, por la añoranza del ladrillo y por la añoranza de la especulación. Y por ahí van, y eso tiene un nombre, y el nombre es liberalismo, además, liberalismo salvaje en el momento actual y en estado puro, porque lo acabamos de ver con la luz verde que han dado al pelotazo de Castanesa o la unión de estaciones de esquí, sentando las bases para volver al modelo que nos ha hundido. Ya están trabajando otra vez en reconstruir el viejo modelo que nos ha llevado a la situación tan nefasta que estamos viviendo en estos momentos.

¿Medio ambiente? Nada, nada, y yo no sé si les preocupa o no les preocupa, pero es que usted pasó por encima también en Aragón. Bueno, habló de cambios de planes... Mire, han fracasado con el Plan Gira, han fracasado con el desarrollo del Plan de depuración, ustedes continúan sin ver el medio ambiente como una oportunidad de desarrollo, y eso es así, y, de hecho, mire por qué tipos de propuestas están apostando ustedes, porque ustedes apuestan por todas las que son menos sostenibles: la fundición de plomo en Pina de Ebro, la línea de alta tensión Monzón-Isona. La de Pina la rechazó su propio ayuntamiento, y ahí están ustedes erre que erre.

Frente a esa manera que tienen de actuar ustedes, lo que nosotros le estamos pidiendo en muchas ocasiones a lo largo del año —se lo vuelvo a reclamar ahora también— son políticas de discriminación positiva para el medio rural, porque en un año no se les ha visto hacer absolutamente nada. Se siguen vaciando los pueblos, sigue envejecimiento nuestra población y ahora, pues, mire, a eso sume recortes, sume paro, sume la ausencia de una política agraria decidida para todo Aragón, sume la falta de expectativas, y ya verá que es lo que queda, porque, evidentemente, los problemas que tiene el medio rural no se resuelven haciendo desaparecer ayuntamientos del mapa, que no sé por qué camino van ustedes, pero no se soluciona de esa manera, pero tampoco se soluciona echando a la gente, como están haciendo.

Antes, ustedes solían decir que para ver cómo iban las cosas en Aragón había que comprobar cuántas personas venían a vivir aquí a Aragón. Bueno, a trabajar, porque si ponen en marcha una política xenófoba que llega incluso en este caso hasta el sistema sanitario, pues, ¿quién quiere usted que venga? Si no va a venir nadie y, evidentemente, están buscando que cuantos más se vayan..., sobre todo, de cierto tipo.

Pero pensemos en nuestra gente joven, porque también hay que hablar de ello. En un solo año se ha triplicado la cifra de jóvenes entre veinte y treinta y cinco años que se marchan, y se marchan o con pocas o nulas posibilidades de volver. Eso es lo grave. Se nos va el futuro de Aragón y, en buena parte, se nos va por culpa de sus políticas, por los obstáculos de su Gobierno. Es así, porque, al final, lo que están ofreciendo a la gente joven son escasas posibilidades de formación y muy pocas oportunidades en el actual mercado laboral.

Política industrial. ¿Cuál? Van dando bandazos. Y lo que le pedimos es que hagan algo, pero de verdad, hagan algo, apoyen sobre todo a la pequeña industria, apoyen a las personas autónomas, apoyen a los emprendedores..., oiga, y apoyen a los que ya están emprendidos, que, normalmente, tienen algún puesto de trabajo y que en estos momentos también se las están viendo y deseando para llegar o para mantener abierto su negocio.

Y, por supuesto, está claro que yo no me refiero a lo que han hecho con Casting Ros, que después de darles un millón de euros, ahora, ustedes están permitiendo, han permitido de hecho, que se despida a más de veinte trabajadores, por cierto, varias mujeres embarazadas.

Vemos sus medidas, vemos la manera de entender la economía que ustedes tienen, vemos los recortes, vemos cómo entienden hasta el dogma de fe del déficit; la justicia social en todo esto, señora presidenta, desde luego es lo último que les preocupa, y para una sociedad justa es imprescindible la igualdad de oportunidades, como le decía al inicio de mi intervención.

En un año, ustedes están creando y agudizando los problemas desde la base, y así es muy difícil que se puedan eliminar. Cada vez resulta mucho más complicado y más caro, por ejemplo, escolarizar a un peque de cero a tres años, cada vez, pero es que se está convirtiendo casi en un lujo, las escuelas infantiles se están convirtiendo en un artículo de lujo para muchas familias que no pueden encontrar plaza o que no pueden pagar el coste: pocas y caras, y así empiezan las desigualdades.

Pero su política educativa, de la que usted también aquí se ha sentido bastante satisfecha, perdone que le diga, pero está resultando mortal para la escuela pública. La privada, lo que quiera; para la pública, sí, ustedes se cargan el modelo. Si ustedes siguen, se lo cargan, es que es clarísimo. Qué me quiere decir, ¿qué toda la gente que está en la calle se equivoca? ¿Usted me quiere decir que todo el profesorado que sale a la calle es porque están absolutamente indignados porque se le hace trabajar una hora más? Es que no es así, es que no es así, es que tienen unas consecuencias gravísimas las decisiones que usted está tomando.

Porque no se mejora el sistema educativo con las medidas que usted está planteando, en absoluto, pero, si usted cree realmente que se mejora, si usted cree que se mejora, por ejemplo, la calidad educativa quitando profesorado, porque a lo mejor usted cree que sobraba, le doy la oportunidad en la réplica de que me lo explique, igual me convence, lo veo difícil, pero a ver. Si usted cree que va a haber una mayor competencia lingüística en lenguas extranjeras dejando que sean las familias las que se lo paguen —las que puedan, sí, las que no, no, porque han ido empeorando muchísimo las ayudas en el poco tiempo que llevan gobernando—, usted cree que así vamos a tener más alumnado preparado para trabajar y moverse por todos los lugares por donde se tengan que mover, pues me lo tendrá que explicar también.

¿Usted cree que se atiende mejor la diversidad y a los niños, en general, con necesidades educativas especiales con más saturación en el aula, con menos profesorado de respaldo, con menos personal de apoyo? ¡Que no, que no, que es que no es así, que las cosas no funcionan así! Es que ¿ponemos veinticinco en veinte-veintitrés, que es poco grave? No. Y, si quiere, le hago también una lista de cuántos centros educativos en estos momentos tienen cifras más altas en el aula de las que usted ha dicho, porque las hay. ¡Hombre, es que es así! Es así.

El fracaso escolar no lo resuelve con sus medidas. La pregunta es: ¿usted cree que con sus medidas resuelve el fracaso escolar? Ya está. ¿Usted cree que con sus medidas hace bien las cuentas? No. ¿Usted cree que con sus medidas resuelve el fracaso escolar? Que es que lo importante, con todos mis respetos, ni siquiera es el profesorado, ni siquiera es el personal que atiende: lo importante es el alumnado. ¿Van a estar mejor atendidos con sus medidas? ¿Van a tener más posibilidades con sus medidas? Señora presidenta, por favor, por favor. Yo creo que podemos hablar de muchas cosas, pero hay cosas que rozan un poco la tomadura de pelo.

Universidad. Ayer pasó muy de puntillas. Es el gobierno autonómico que peor trata a su universidad pública: ya está. No me cuente que, porcentualmente, este año hay un poco más que el año pasado, no, ¿hay más o menos dinero? ¿Hay más o menos necesidades? Y me habla de 2009. Pero ¿usted sabe los debates que ha habido aquí sobre el nuevo Espacio Europeo de la Educación Superior, alias Bolonia? Pero ¿dónde ha quedado todo aquel discurso? ¿Usted cree realmente que están dando las posibilidades y las condiciones a la universidad para que sea una universidad competitiva, para que pueda desarrollar todas las funciones que tienen encomendadas?

Es que estamos hablando de algo muy serio porque la Universidad de Zaragoza es responsable de forma directa o indirecta del 21% del crecimiento total medio de Aragón, 21%, es decir, que contribuye, y mucho, al crecimiento económico y al aumento de la renta per cápita de los aragoneses, de Aragón, es así. Claro, dice «porcentualmente»: no, no, ha habido más necesidades desde el año 2009, suficientes, número de titulaciones, adaptaciones, como digo, al Espacio Europeo, y ustedes vuelven hacia atrás como si no hubiera pasado nada. Ratios..., todo lo que usted quiera, da lo mismo.

Y ya del medio rural no vamos a hablar, porque la universidad en el rural no, pero la escuela sí, y, cuando le digo que se carga la escuela… No me diga es que las ratios..., es que no me interesan las ratios medias. A usted le viene muy bien que en el Alto Aragón, por ejemplo, haya pueblecitos con muy poca población, con muy poca gente, y que tengan las escuelas con pocos niños. Claro, si hacemos la media con las saturadas aulas que tenemos en Zaragoza o que hay, por ejemplo, en algún centro en Huesca o donde sea, claro, la media..., usted nos presenta aquí la media. No, es que, con que hubiera un aula en la que se estuviera superando esas ratios, que ya es exagerado, porque en el año 2000 teníamos un acuerdo, un pacto por la educación que tenía y nos garantizaba a los aragoneses una situación que ya hubieran querido para sí otras comunidades autónomas, pues...

El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señora Ibeas.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Sí, voy concluyendo.

Sanidad. Pues mire, en un año, el deterioro ha sido progresivo en el sistema público aragonés, es alarmante. ¿Aumentan o no aumentan los tiempos de demora en las listas de espera?, eso que le preocupaba tanto en la campaña electoral. ¿Merman o no merman las posibilidades de los centros sanitarios? ¿Frenan o no frenan proyectos comprometidos? Ustedes, además, están pateando el derecho a la salud universal que reconoce nuestro en el Estatuto, y con muy pocas explicaciones, con muchas excusas y cada vez, evidentemente, con más conflictos.

Porque ayer tampoco contó la realidad. Ayer habló, por ejemplo, de que, en el hospital de Jaca, la cartera de servicios aumentaba… ¿Por qué no cuenta también que están quitando personal de otros servicios? Eso no, eso nos lo callamos. Poco a poco, ustedes se están cargando el Estado del Bienestar, están obligando a la gente —y voy concluyendo— a que, para sobrevivir, muchas veces tenga que trampear, tenga que buscarse la vida y trampear. Usted, que quiere poner orden, está llevando las cosas de tal manera que, al final, la gente, para sobrevivir, tiene que trampear. Y la gente, no se equivoque, no está pidiendo lujos, la gente lo que pide es, insisto, un empleo decente, es un mínimo de dignidad, y con su actitud no vamos a ninguna parte.

Porque ustedes deberían de estar diseñando políticas centradas en Aragón y en la ciudadanía aragonesa. Y necesitamos políticas que construyan, señora presidenta, no que destruyan, que es lo que, sobre todo, están haciendo ustedes en este año. Las suyas destruyen, y mucho, y necesitamos instrumentos, además, adaptados a nuestra realidad aragonesa, a nuestra realidad territorial, a nuestra realidad poblacional. Porque las soluciones que valen para Madrid, para Murcia…

El señor PRESIDENTE: Señora Ibeas, acabe, por favor.

La señora diputada IBEAS VUELTA: … —concluyo— no nos sirven aquí. Necesitamos políticas centradas en las personas, necesitamos una economía con justicia social para Aragón y un Gobierno responsable que abandone esa obsesión que tienen de calmar los mercados financieros a costa del sector público, porque no lo van a saciar.

Hay alternativas, señora presidenta, hay alternativas al sufrimiento que están ocasionando a tanta gente. Opten por esa economía al servicio de las personas sobre la base de la igualdad de oportunidades, sea respetuosa con nuestro Estatuto y con nuestra dignidad como personas y como pueblo. Y, desde esta tribuna, yo le anunció que mi grupo parlamentario, evidentemente, presentará propuestas de resolución para demostrar que las cosas pueden ser y pueden hacerse de otra manera y que, como dijera Labordeta, es posible otro Aragón.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

Para turno de réplica, la señora presidenta puede intervenir.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señora Ibeas, permítame que empiece mi intervención con dos premisas: ni usted es más aragonesa que nadie ni yo soy más aragonesa que nadie, ni su partido es más aragonés que nadie ni estos diputados son menos aragoneses que ustedes, señora Ibeas. [Aplausos.]

El problema es que, señora Ibeas, usted nos acusa de no respetar el pluralismo político, pero de su intervención esta mañana en esta tribuna, como de otras muchas que ha venido haciendo, da la sensación de que, para usted, la única política posible es la suya, da la sensación de que todos los que no votan Chunta Aragonesista se equivocan y da la sensación de que los únicos que defienden a Aragón son ustedes, señora Ibeas, y eso no es así. Todos y cada uno de los diputados que estamos sentados en esta Cámara, como estoy segura de que todas y cada una de las personas que están en política en Aragón, desde el Ayuntamiento más pequeño hasta al más grande, defienden a Aragón, otra cosa es, señora Ibeas, que usted entienda como defensa de Aragón defender sus postulados.

El problema, señora Ibeas, es que usted confunde Aragón con su visión de Aragón, usted confunde Aragón con sus propuestas políticas y usted confunde Aragón con lo que usted querría hacer y hasta ahora los aragoneses no le han dejado, porque nunca le han dado la oportunidad de gobernar, señora Ibeas. Esa es la situación.

Mire, usted dice que yo me encontraba ayer incómoda en esta tribuna. Pues la verdad es que no. Creo que llevo en estas Cortes, como presidenta de este Gobierno de coalición Partido Popular-Partido Aragonés, y nunca he rehuido el debate —ayer recordaba las cifras de comparecencias que yo he hecho aquí—, ni lo voy a rehuir, señora Ibeas, en primer lugar quizá porque ya llevo muchos años a mi espalda de debates políticos, y le debo confesar que además me gustan, me gusta debatir, me gusta contraponer ideas. Hombre, me gusta menos debatir contra demagogias, pero, bueno, ahora lo comentaremos.

Incómoda no, a mí sí hay una cosa que me pone incómoda, señora Ibeas. Además de la demagogia, que luego volveré sobre ello, me pone incómoda el no poder dar solución, como hacía un momento, a tantos problemas de aragoneses como la buscan y no la encuentran, me pone incómoda que haya más de cien mil personas en paro en Aragón y que no les podamos garantizar que van a encontrar un empleo pasado mañana, me pone incómoda que haya muchas familias con todos sus miembros en paro y que no le podamos garantizar que lo van a encontrar, me pone incómoda, señora Ibeas, que haya familias que no pueden pagar su hipoteca y que están amenazados por desahucio, y por eso, señora Ibeas, hemos buscado solución a esos problemas.

Le puedo asegurar, señora Ibeas, que todos esos asuntos me ponen muy incómoda, tremendamente incómoda, pero tengo la responsabilidad suficiente como para mirar de frente a los aragoneses, decirles lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer, y pedirles ayuda para que aquellos que puedan aportar algo, y que no son precisamente los que menos tienen, como usted decía, señora Ibeas, lo aporten. Porque nosotros no le hemos pedido sacrificio al que está en paro, nosotros no le hemos pedido sacrificio al que tiene una pequeña empresa, al autónomo, sino que al revés: le hemos pagado y le estamos pagando lo más rápidamente que podemos.

Nosotros a quien le estamos pidiendo sacrificio y ayuda es a aquel que tiene garantizado su empleo, con más o menos sueldo, pero que tiene garantizado su empleo, y creo que no es ser insolidario social cuando, con más de cien mil parados en Aragón, a aquellas personas que tienen garantizado su empleo les pedimos que cooperen para sacar de esa situación a Aragón, señora Ibeas. Eso es lo que yo creo justicia social, eso es lo que yo llamo solidaridad real frente a la demagogia que usted utiliza desde esta tribuna. [Aplausos.]

Mire, señora Ibeas, usted ha salido, como era previsible, con que queremos acabar con el Estado del bienestar y con que queremos acabar con la enseñanza pública. Me dice que no le dé ratios. Señora Ibeas, usted sabe tan bien como yo que cualquier tabla comparativa de evolución va siempre en relativo, son valores relativos. Y así es como se puede medir, porque, si no, los elementos comparativos no son homogéneos, señora Ibeas. Así de claro. Usted me dice: no, no, sí, pero más dinero.

Mire, usted solamente tiene un problema, señora Ibeas, usted y su grupo, que la única política posible es hacerla con más dinero, y ahora le pregunto: y, cuando ese dinero no se genera, ¿qué hacemos? Porque ahí está el reto, señora Ibeas, ahí es donde hay que fijar prioridades. Cuando no se genera suficiente dinero, ¿qué hacemos? ¿Lo dedicamos a proyectos, como algunos en la ciudad de Zaragoza, que tardaremos muchos años en pagarlo los ciudadanos, o lo dedicamos a mejorar y a incrementar esa ratio de la cual a usted no le gusta hablar, el gasto sanitario o el gasto en educación, señora Ibeas?

Porque usted me dice, hablaba... no voy a repetir todos los datos que ya he dado esta mañana, porque no quiero cansar a sus señorías y ya están suficientemente explicitados, pero, mire, voy a repetir uno. Usted me ha acusado de que estamos desmontando la escuela rural. Mire, se lo he dicho esta mañana y se lo vuelvo a repetir: Aragón, usted lo sabe tan bien como yo, tiene setecientos treinta y un municipios; aulas rurales, en trescientos cuarenta y cuatro. Si eso es desmontar la escuela rural, permítame que le diga que baje Dios y lo vea, y de esos trescientos cuarenta y cuatro, le reitero, cien municipios, con aulas de menos de diez alumnos, cuando usted sabe, seguramente mejor que yo, porque usted es docente y yo no, que hay discusiones en las teorías sobre si con aulas tan pequeñas es conveniente mantener a los niños así o es mejor concentrarlos.

Y hemos mantenido esas aulas precisamente para mantener las zonas rurales de Aragón con gente, porque entendemos que que los niños puedan seguir en esas aulas rurales en su municipio arraiga a los padres en esos pequeños municipios, señora Ibeas. Luego mal se compadece lo que usted me decía de la escuela rural con la realidad de esa escuela rural.

Usted me decía que yo le doy medias. Por supuesto, porque son las comparativas, por supuesto, pero le voy a decir una cosa que no es media, y lo recordaba esta mañana. Esos decretos del Gobierno central, y luego hablaré de ello, que usted tanto rechaza, permiten que las ratios de alumnos, fueran incrementadas, la ratio que fija la LOE, veinticinco más el 20%. Señora Ibeas, en Aragón, veinticinco, sin aprovechar el 20% que podríamos haber utilizado. Y lo mismo le puedo decir en secundaria o en bachillerato, que no vamos a aprovechar el margen de maniobra que nos deja el decreto, porque precisamente creemos en la educación, señora Ibeas, pero seguramente creemos en una educación en libertad, cosa que usted no cree.

Mire, usted en uno de los datos que me ha dicho, que no sé cuántas familias habían tenido problemas para escolarizar a sus niños. Yo le di el dato ayer, el real: el 96% de las familias han escolarizado a sus niños en el primer colegio que eligieron, y el 99%, en uno de los que habían elegido. Si eso es tener problemas para escolarizar, señor Ibeas, yo no sé qué estadísticas maneja usted. Desde luego las que le convienen, pero que no son las ciertas.

Usted me ha habla de favorecer a la escuela privada. Mire, señora Ibeas, la escuela concertada, lo dije en el debate de investidura y lo sigo repitiendo, no la entiendo como escuela privada; la escuela concertada está financiada con fondos públicos, y, por tanto, tan pública es la que se gestiona directamente por el sector público como la concertada que está financiada por fondos públicos. Y, precisamente, para defender la libertad de elección de los padres en el colegio que quieran, es por lo que pretendemos que las dos tengan un tratamiento semejante, las dos, en calidad y en posibilidades, porque para usted, señora Ibeas, solo hay que proteger a aquel sector de la población que coincide con sus ideas. Ahora, aquellos padres que desean llevar a los hijos a una escuela concertada por ideario, por calidad, por cercanía a su casa o a su lugar de trabajo, por lo que sea, no, a esos no los protejamos porque yo no soy partidaria de la escuela concertada.

Señora Ibeas, yo soy partidaria de la libertad de los padres, para elegir aquella escuela que está financiada por fondos públicos, y lo vamos a seguir haciendo, pública al cien por cien, o concertada, señora Ibeas. Los colegios privados cien por cien siguen su camino y no tienen ayuda de este Gobierno. Ese es el planteamiento, señora Ibeas.

Usted me dice, me habla, me dice que yo estoy alejada de la realidad, me ha dicho que hacemos prácticas xenófobas y una serie de manifestaciones demagógicas de la cruz a la raya. Mire, señor Ibeas, yo le voy a recordar aquí alguna declaración que usted ha hecho y que se compadece mal con la realidad, porque ni se ha cumplido ni se va a cumplir.

Usted decía el 22 de agosto de este mismo año que, con las nuevas medidas sanitarias, quedan fuera los inmigrantes sin papeles, los menores de veintiséis sin papeles, los universitarios, las amas de casa, las empleadas de hogar y los discapacitados menores de sesenta y cinco años. Señora Ibeas, rotundamente falso, y lo peor es que usted lo sabe. Lo peor, señora Ibeas, es que su sectarismo político la lleva a falsear la realidad. Usted sabe, señora Ibeas, perfectamente, como yo sé, y ayer lo reiteré aquí, que una cosa es tener la tarjeta sanitaria, que la tienen todos los ciudadanos españoles, y otra cosa es que no vayan a tener asistencia sanitaria. Y aquí lo reiteré y están dadas las instrucciones: tarjeta sanitaria, asegurados los ciudadanos españoles. ¿Por qué? Porque, señora Ibeas, había un problema: inmigrantes que se empadronaban en España, que se les daba la tarjeta sanitaria, volvían a su país, les atendían en su país con la tarjeta sanitaria española o la europea, como consecuencia de la española, y ese costo de la sanidad de su país de origen lo pagábamos los españoles, señor Ibeas. Por eso es por lo que tarjeta sanitaria, los que tienen la nacionalidad española. Quienes no tienen la nacionalidad española, y no tienen ingresos, van a seguir siendo atendidos, y el médico no tiene que preocuparse de ese asunto, porque las consultas y las administraciones de admisión tienen las instrucciones claras. No va a haber nadie que se quede sin asistencia sanitaria; menores de veintiséis años que están con los padres, con tarjeta propia, señora Ibeas. Y así podríamos seguir. Mire, señora Ibeas, una cosa es ser responsable y otra cosa es ser demagogo e intentar crear alarma social, y ustedes, señora Ibeas, son expertos en la demagogia y en la alarma social. [Aplausos.]

Cuestiones económicas. Por una parte, usted me habla de la necesidad de apoyar la industria y la política industrial, y, a renglón seguido, critica una línea de alta tensión que es condición indispensable para que se puedan desarrollar las zonas de Aragón, ¡fíjese qué incongruencia, señora Ibeas! Yo, ayer, hablé del mapa tanto de gas como de lo que llamé «el mapa del amueblamiento energético de Aragón», señora Ibeas, y el amueblamiento energético de Aragón, al igual que hablé del concurso que vamos a sacar para cablear Aragón con banda ancha, son dos cuestiones imprescindibles para que el tejido industrial se pueda desarrollar. Mal se compadece pedir que se desarrolle el tejido industrial cuando resulta que ustedes, por otra parte, no son partidarios de que desde la Administración pública, que es nuestra responsabilidad, pongamos los instrumentos para que ese tejido industrial se pueda desarrollar.

Usted me habla de igualdad de oportunidades. Mire, señora Ibeas, se lo dije en el debate de investidura y se lo digo hoy: si se refiere a igualdad de oportunidades hombre-mujer, pues, en fin, no creo que yo tenga que recibir lecciones de casi nadie, no por mi recorrido personal, sino por cómo ha sido mi actitud en todos los puestos en que yo he estado en esta cuestión, buscando la igualdad real de oportunidades, es decir, que todos tengan la posibilidad de desarrollarse en las mismas condiciones.

Usted me hablaba de la universidad, y se lo voy a reiterar. Yo he puesto de referencia el año 2009 porque es de donde se parte con la transferencia básica, de la misma cantidad de la transferencia básica. Ya sé, señora Ibeas, que se ha puesto en marcha el Espacio Europeo, el conocido como «Bolonia», pero también sé que el número de alumnos del año 2009 aquí se mantiene prácticamente estable, mientras que, señora Ibeas, el número de profesores ha crecido. Ahí es donde la universidad tendrá que ordenar sus recursos, señora Ibeas. Y le dije, y lo dije en el discurso y usted estaba en el Paraninfo cuando se inició este curso, que nos preocupa y que le estamos buscando soluciones. Pero también es verdad, señora Ibeas, que en esos porcentajes y en esas ratios, de los cuales a usted no le gusta hablar porque le desmontan sus argumentos, este Gobierno ha dado más prioridad a la universidad de la que se venía dando.

Me dice que yo no hablé de cooperación al desarrollo. Efectivamente, como de otras cosas porque era difícil hablar de todo, y, aun así, estuve una hora y cuarto. En la cooperación al desarrollo hemos mantenido la partida, la hemos rebajado este año, y le voy a explicar el porqué: porque, en este momento, la cooperación al desarrollo la tenemos en la puerta de nuestra casa, señora Ibeas. No porque no crea que es necesaria la cooperación al desarrollo en los países del tercer mundo, que lo es, pero, cuando la necesidad te acucia en la puerta de tu casa tienes que priorizar, o, por lo menos, así lo entiende mi Gobierno, que debemos de priorizar con los que tenemos en la puerta de nuestra casa. Y debemos de dar parte de esos recursos a tantas cuantas instituciones en Aragón están ayudando a paliar las situaciones de crisis, a las que usted hacía referencia, de esas personas que necesitan acudir —lo que nunca pensamos que volviéramos a ver España—, que tienen que acudir a los comedores sociales, señora Ibeas.

Porque yo soy muy consciente, porque estoy en contacto con quienes llevan todo ese tipo de instituciones y soy muy consciente de cómo está la realidad social, y soy muy consciente de que hay familias que van al comedor social para poder ahorrar y pagar la hipoteca y que no les desahucien. Y, por eso, parte de la ayuda que dábamos al desarrollo, que, insisto, es muy lamentable que no la podamos dar a países del tercer mundo, la priorizamos para las necesidades que tenemos en la puerta de nuestra casa.

Y luego, señora Ibeas, ha hecho una cierta demagogia en su línea con actos militares y con banderas. Mire, se lo voy a explicar tranquilamente. Yo sé que usted no lo comparte, pero a lo mejor hay más número de aragoneses que van a compartir nuestra postura que la suya. Mire, este año se cumple el centenario de la entronización de la patrona de la Guardia Civil, y yo creo que son muchos miles de aragoneses los que les están muy agradecidos a la Guardia Civil, a una vieja institución española que presta un gran servicio social y a la que todos acudimos cuando tenemos necesidad. Y no hay más que recordar —aquí lo tenemos muy cerca— tantos rescates en el Pirineo como la Guardia Civil desarrolla, como tantas y tantas otras labores de servicio a la sociedad que la Guardia Civil hace. Y, por tanto, si, en ese centenario, el acto central de celebración de la patrona de la Guardia Civil se va a hacer en Zaragoza, como se va a hacer, yo me siento tremendamente orgullosa de reconocer la labor de la Guardia Civil entregándoles una bandera, señora Ibeas, esa que usted rechaza. [Aplausos.]

Me ha hablado de la caída del índice de producción industrial, y ayer hice referencia a él. Y lleva usted razón, tiene un origen claro, y es el momento transitorio por el cual está pasando la Opel, eso y la exportación, son los indicadores que, con el límite de producción que ha impuesto Opel, no solo ya por la caída del mercado español, sino porque en este momento está cayendo también el mercado europeo..., eso es lo que nos ha hecho bajar. Esperemos que se pueda recuperar relativamente pronto.

Usted me dice que, en la minería, que si tanto tardamos. Mi obligación es explicar al Gobierno central cuál es la situación de la minería en Aragón y pelear, como lo estamos haciendo, por que las reivindicaciones se atiendan, señora Ibeas. Y lo voy a seguir haciendo, no le aseguro que lo vaya a conseguir, porque no soy ministra de Industria, pero sí le puedo asegurar que lo voy a seguir haciendo y que, si no lo conseguimos, reconoceré que no lo he conseguido y me quejaré. Así de claro, señora Ibeas, esa es mi misión y eso es lo que voy a hacer. No es competencia de la comunidad autónoma, pero, sin embargo, sí es competencia de la comunidad autónoma llevar al ánimo del Ministerio de Industria la necesidad de que se incrementen las cuotas de producción, las toneladas de producción, y espero que esas toneladas de producción se incrementen. Vamos a esperar a ver qué es lo que sale, pero, si no se incrementan, reconoceré que no he tenido éxito en la gestión, pero no se me podrá achacar el no haberla acometido.

Y después, señora Ibeas, habla de lo poco que le gusta Castanesa y de que eso va en contra del medio ambiente. Mire, yo sé que ustedes, con las estaciones de esquí... Yo no soy esquiadora, por lo tanto, no soy usuaria de las estaciones de esquí, pero, por mucho que yo no sea esquiadora, sí reconozco que es una aportación importante al PIB aragonés, del turismo aragonés, y que, por tanto, todo lo que se pueda hacer desde la Administración pública para desarrollarlo son políticas que ayudan a crear empleo más que muchas de las que usted está planteando.

Pero, con respecto al medio ambiente en el Pirineo, yo le voy a decir una cosa. Hay quienes, desde Zaragoza, defienden muy bien el medio ambiente del Pirineo, pero le voy a contestar como me contestó a mí un pastor del Pirineo hace un par de años, y me dijo: mire, el cuidar el medio ambiente y cuidar a los animales está muy bien, pero vamos a ver si, por cuidar tanto a los animales y el medio ambiente, a quienes no nos dejan vivir en el Pirineo es a los hombres. Señora Ibeas, esa es la política que nosotros estamos haciendo, porque es muy cómodo desde Zaragoza decir que el Pirineo no se puede desarrollar, para ir los fines de semana, pero, ahora, los que tienen que vivir allí que soporten las incomodidades de vivir. Señora Ibeas, eso es insolidario y, a esa insolidaridad, yo no juego. [Aplausos.]

Mire, lo hemos debatido en otras ocasiones y respeto, ¡faltaría más!, a tantas cuantas personas quieren manifestarse, y lo van a seguir haciendo y tienen establecidos los canales de comunicación y de manifestación. Pero, señora Ibeas, tampoco olvidemos una cosa: en Aragón hay doce mil seiscientos profesores —es un número importante, es un número importante— y, seguramente, hay muchos de ellos que están en la mayoría silenciosa de la sociedad aragonesa que no está en la calle porque está dispuesta a ejercer la solidaridad real, señora Ibeas. El mismo respeto para los que se manifiestan que para los que conforman la mayoría silenciosa: eso es lo que le pido.

Y, señora Ibeas, vamos a las relaciones..., no sé cómo lo ha llamado usted, «de recorte de autogobierno», «esto... somos sucursales»..., en fin, todas estas cosas que a usted le gusta tanto repetir. España —no le voy a descubrir nada— tiene... la Constitución del setenta y ocho, nos dotamos de un modelo de estado plural y complejo, con unas normas de funcionamiento y de relaciones de comunicación entre unas administraciones y otras. Las comunidades autónomas somos parte del Estado, tenemos competencias exclusivas, el Estado tiene competencias exclusivas y tenemos competencias compartidas. Y el Estado tiene una potestad, el Gobierno central, el denostado gobierno central, que usted dice que nos recorta al autogobierno, tiene una potestad que se llama ley de bases, y que la Constitución y los estatutos, incluso en el de Aragón, como no podía ser de otra manera, ese que ustedes ahora se arrogan su representación pero que no quisieron votar, dice que el Estado puede legislar leyes de bases y que estamos obligados a cumplirlas las comunidades autónomas.

Señora Ibeas, eso no es recortar el autogobierno. Eso es que los mecanismos constitucionales funcionen, porque es imprescindible en un Estado tan complejo como el español que los mecanismos institucionales, como yo decía ayer, funcionen. De lealtad institucional, exigente lealtad institucional, lealtad institucional en doble dirección, bidireccional; pero es imprescindible que eso funcione.

Con respecto a la comisión bilateral que usted tanto menosprecia, ¡hombre!, decirle una cosa, lo que decía el señor Lambán, señora Ibeas: la reunión de julio fue simplemente de constitución, pero el veintidós de octubre va a haber su primera reunión y habrá un orden del día y, a partir de ahí, podremos hablar de cómo, qué, cuáles son los temas que se han acometido en esa comisión bilateral, señora Ibeas; por tanto, no adelante acontecimientos.

Mire, vuelvo un momento al medio ambiente, que usted me acusaba de no haber hecho nada. Pues mire, en lo que llevamos de año, se ha finalizado la depuradora de Fraga, se van a licitar antes de acabar el año la del Bajo Aragón, la del Maestrazgo, la de Caspe y la del Matarraña. Se están cerrando acuerdos con los municipios que faltan en las comarcas de la Ribagorza, el Somontano de Barbastro, el Cinca Medio y La Litera.

Señora Ibeas, cuando se descalifica de manera global una gestión se suelen cometer errores, y eso es lo que le ha pasado a usted, señora Ibeas. Pero permítame también que ahora hable de estabilidad política. Mire, la estabilidad política no es un bien en sí mismo, pero sí es necesaria, y cualquier que tenga un mínimo de experiencia del funcionamiento democrático sabe que la estabilidad política es una condición necesaria aunque no suficiente; y la estabilidad política de este gobierno la dan treinta y siete diputados: treinta del Partido Popular y siete del Partido Aragonés. Ni unos ni otros en solitario podríamos tener estabilidad política. En esa línea trabajamos y en esa línea vamos a seguir trabajando.

Yo sé —no voy a hablar en nombre del portavoz del PAR, que tiempo tendrá para ello— que a usted hay veces que le pone nerviosa que el PAR gobierne con el Partido Popular, pero, señora Ibeas, el resultado electora fue el que fue y las urnas nos dieron un mandato claro: treinta escaños del Partido Popular, había que conformar una mayoría, y se pudo conformar una mayoría de gobierno con un programa común con el Partido Aragonés y sus siete diputados. Esa es la situación, le guste a usted o no le guste.

Y, por tanto, en este año, no le voy a adelantar acontecimientos, pero creo que los podría adelantar, el pacto ha funcionado razonablemente bien. Se ha fortalecido y espero que en bien de la estabilidad, de esa condición necesaria, se siga fortaleciendo.

Señora Ibeas, usted me decía que yo he estado incómoda, que estaba ayer incómoda en la tribuna. Y se lo he contestado al principio de mi intervención. No, no estaba incómoda en la tribuna; y usted ha hablado, quizá haciéndose eco de algún titular de un medio de comunicación, de cómo había hablado yo ayer de la rebelión social.

Señora Ibeas, se lo vuelvo a repetir hoy: yo hablé ayer de la necesidad de que este gobierno, y lo va a hacer, encabezase la rebelión social contra la resignación a la crisis y contra los modelos de hacer política obsoletos que en estos momentos no valen, señora Ibeas. Porque la primera cuestión para hacer política es conocer la situación que hay. No valen aplicar recetas que pudieron ser en algún momento —aunque creo que las suyas ni tampoco entonces— válidas, en otras épocas, sino que en la situación del enfermo hay que aplicarle las medicinas que le pueden curar. Y, desde luego, señora Ibeas, con su planteamiento demagógico de incrementar o de sembrar alarma social y con su planteamiento demagógico de que la única fuerza representante de Aragón es la suya, señora Ibeas, mala cooperación puede hacer precisamente para hacer avanzar a nuestra comunidad autónoma y que sea una comunidad que esté en mejores condiciones que el resto o que la media de España. Señora Ibeas, esa es la situación.

Yo sé que usted no comparte muchas de mis políticas o todas mis políticas, lo entiendo, estamos su partido y el mío en las antípodas; pero de la misma manera que yo no me creo en poder de la verdad absoluta, me gustaría, señora Ibeas, que usted tampoco ejerciera esa postura. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidenta.

La portavoz del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, señora Ibeas, puede intervenir por tiempo de diez minutos.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Señorías. Señora Rudi, usted tiene un problema conmigo serio. [Risas.]

Muy serio, y eso lo va a tener que resolver, porque todavía nos queda mucho tiempo de debate, y usted está un poco fuera de sí. ¡Once veces me ha llamado demagoga! Aún ha dado un paso más allá, aún ha dicho que soy sectaria... Vamos a ver, yo no le voy a hacer ningún análisis de ningún tipo de su discurso, pero es como para sentarse, ¿eh?, y es como para pensárselo.

Vamos a ver, usted no es demagoga, no, hablando de rebelión social, no, eso le sale del pecho. No hay quien se lo crea. Usted no puede liberar nada de todo lo que está en la calle en contra de todo lo que está usted en estos momentos liderando, que son todos estos recortes y todo lo que hay detrás.

Si yo soy demagoga cada vez que le pongo encima de la mesa, mi grupo es demagogo cada vez que le pone encima de la mesa los problemas que tiene esta comunidad autónoma, son demagogas las entidades sociales y ciudadanas, son demagogas todas las asociaciones que están trabajando en estos momentos con personas inmigrantes, son demagogos todos los centros que están trabajando con personas con discapacidad, todos. Que no le he hablado ni tan siquiera de por dónde van a ir. Usted ha dicho: yo nunca he tenido una tacha —más o menos así— en mi currículum hablando de cuestión de igualdad de oportunidades. Sí, sí, las tiene. No se las voy a volver a sacar, repase el debate de investidura, que le recordé una, no se las voy a volver a sacar. Y el día que cambien —que ojalá no la cambian— la ley que permite en estos momentos a las mujeres decidir si queremos o no y cuándo tener hijos, aquí se la van a tragar ustedes porque ya nos la han avisado; entonces esto me dirá que es ir en la línea de la defensa de los derechos de las mujeres.

Mire, usted dice que hay cosas que le preocupan, que está incómoda: el proyecto, que es excluyente, el suyo, que es buenísimo. No, hay una diferencia, ¡claro que estamos en las antípodas!, claro, ya lo sabe usted bien. Nosotros representamos la izquierda y el aragonesismo, que es todo lo que usted, si pudiera, vamos, lo borraría del mapa. Ideológicamente y políticamente, no digo de pasar por las armas, digo políticamente.

¿Sabe cuál es la diferencia? Que mi proyecto tiene a Aragón en el centro, y el suyo, no. Esa es la diferencia, lógicamente. Claro que no podemos entendernos en este sentido, pero yo tengo la obligación de exigirle a usted que cumpla el artículo 46.2 del estatuto de autonomía, que es la presidenta de Aragón, no la presidenta española del Gobierno de Aragón. Que no es lo mismo. Ni murciana del Gobierno de Aragón. No. La presidenta del Gobierno de Aragón. Esto no tiene que ver con que usted haya nacido en Utebo o haya nacido en Helsinki. Da igual. Es en estos momentos la responsable de un cargo de una altísima responsabilidad.

Claro, a usted le ponen incómoda los problemas que tiene la gente. ¿Para qué les impone entonces más recortes?, ¿para qué les está pidiendo más sacrificios? Claro, ahora, ha dado un paso más. Ha dicho: no, le pido sacrificios a quienes tienen un puesto estable. Vaya, le pide sacrificios solo a los trabajadores del sector público. ¡Pues pueden estar contentos! Simplemente con lo que usted acaba de decir, lo ha dicho así, señora presidenta, a quien tiene un trabajo estable. Hoy día quien más estable lo tienen es quien trabaja en el sector público y sobre todo si es funcionario. Bueno, pues ya está, y a ver hasta dónde puede llegar arrastrando, porque se supone que las familias tienen unos compromisos, tienen unas planificaciones, etcétera. Pero nada.

Que falta dinero, que hay que hacer prioridades, que hay que priorizar... Claro, en eso no nos ponemos de acuerdo.

Usted sigue sacándome aquí el tema de la banderita a la Guardia Civil. Por una parte, yo le tendría que decir que, si se trata de un homenaje a la patrona de la Guardia Civil, ¡hombre!, la Iglesia igual era la que tenía que estar ahí financiando, ¿no?, no la comunidad autónoma, no el dinero público, eso para empezar. En segundo lugar, ¿usted sabe que fue la propia Guardia Civil la que protestó por ese coste? Bueno, espero que sigan todavía en sus puestos si se enteraron de quiénes eran, pero es así. Dicen que falta dinero, pero para eso hay y, para otros, no.

Oiga, mire, de verdad, tiene usted serios problemas a la hora de valorar lo que es público y lo que es privado. Yo entiendo que usted quiera meterlo todo en el mismo saco y, así, la gente se quedará muy contenta. No es lo mismo un negocio privado que una, en este caso, institución educativa que está propuesta, planteada, pensada y controlada desde el poder público, no es lo mismo, no es lo mismo. Porque la escuela pública no tiene ningún ánimo de lucro, la privada sí, es lógico, porque es una empresa, es un negocio, es lógico. Luego, no me venga diciendo que, como le doy dinero… Pues, ahora, si se ponen ustedes a dar dinero a los restaurantes, alguna subvención tendrán, también ahora van a ser públicos.

A ver, a ver, yo creo que las cosas hay que llevarlas al debate en el punto que tiene que ser. ¿Que ustedes defienden la escuela pública concertada? Vale, defiéndanlo, yo siempre le diré que, en los Estados modernos, el eje central de los servicios son los públicos. Y luego, si quieren apoyar lo que quieran apoyar, ya sabrán lo que tienen que hacer, pero, si no tenemos la mejor escuela en la escuela pública, estamos perdidos; si nuestra sanidad pública no es la mejor y sigue siendo la mejor, estamos perdidos. Pero, lógicamente, le quitamos un poco de aquí a la pública, a la sanidad pública, y, así, esta empresa privada puede tirar más. Y esa es la razón por la que, por ejemplo, en el hospital de Huesca sigue sin haber resonancia magnética, que es el único hospital capital de provincia que no tiene resonancia magnética, pero, claro, como hay empresas privadas que se encargan de ello en el Alto Aragón o aquí, en Zaragoza… Esa es la realidad, hacia dónde van ustedes con sus prioridades.

No voy a entrar en un juego de cifras con usted en educación. Habrá mucha discusión sobre si es bueno o malo que haya dos, tres, cuatro niños en las aulas, sobre todo en el medio rural. Se lo digo porque ustedes peleaban porque se mantuvieran abiertos colegios con un niño, anteaayer, señora Rudi. Ahora, han estado profundizando…, no sé. Donde no hay ninguna duda, donde no hay ningún debate es en si es bueno o es malo que en determinadas aulas haya treinta alumnos, en eso no hay: es malo. Punto. No hay más, no es porque lo diga Nieves Ibeas, no es porque lo diga Chunta Aragonesista: es que no se puede atender y tutorizar al alumnado adecuadamente con las proporciones que ustedes están planteando, es imposible, es imposible.

Y no me ha respondido, señora Rudi, a ver si, efectivamente, con las medidas de recortar profesorado, cargarles con más horas, amontonar a más niños en las aulas... ¿Esa es la receta para eliminar el fracaso escolar?, que yo creía que era el eje con el que tenemos que trabajar para combatir. ¿Es demagogia que yo le diga eso? ¿Es demagogia? Pues ¿qué entiende usted por demagogia? ¿Todo lo que no sea Luisa Fernanda Rudi y Partido Popular? Pues vamos mal, vamos mal porque Aragón es bastante más diverso de lo que usted está planteando. No me ha respondido. Claro, me ha respondido con el pastor, el pastor de la montaña, que me ha recordado a la niña de Rajoy, nada más, nada más.

No son ciertas cosas que ha dicho. La línea de alta tensión que está defendiendo, una línea de alta tensión como esta de la que hemos estado hablando, Monzón-Isona, es que solamente sirve en realidad para transportar tal cantidad de energía, es que solamente puede transportar, está pensada para transportar, por ejemplo, energía nuclear. No me venga a decir que eso va a favorecer proyectos, no es lo que usted está diciendo, ni muchísimo menos. Si no lo sabe…, pero, bueno…

Y, en cuanto a la cooperación al desarrollo, dice: vamos ahora a atender a los que tenemos delante. Es que es un poco una posición que, realmente, explica planteamientos relacionados con la beneficencia que está diciendo. Mire, una cuestión que yo le quería trasladar. Por ejemplo, ayer usted sacó pecho de triplicar la partida del IAI, del Ingreso Aragonés de Inserción. Claro, si ustedes invirtieran en políticas activas de empleo y si invirtieran en la inclusión, que ayer no la mencionó, en vez de estar hablando en clave de beneficencia, señora presidenta, pues no tendrían que triplicar el Ingreso Aragonés de Inserción. Porque, de esta forma, lo que usted está haciendo es confirmarnos que sus políticas sociales no son activas, que son políticas de beneficencia. Y así estamos dando vueltas y vamos al siglo XVIII, y, desde luego, no estamos de acuerdo.

Y, además, otra cosa: le recuerdo su compromiso público, que fue público, para estabilizar la relación entre la Administración y las entidades sociales porque se planteaba la necesidad de avanzar hacia proyectos de carácter plurianual. ¿Qué hay hasta ahora? Nada. ¿Un año? ¿En un año me quiere decir que esto, que es planificación, que es pensar en cómo dar la mejor atención social, no han sido capaces de hacerlo? ¡Hombre!, pero, sin embargo, está aquí comentando que apuesta total por las políticas sociales. O ¿están trabajando ustedes para que se puedan ir cerrando poco a poco todas las entidades ciudadanas, salvo alguna que a lo mejor le interesa que no cierre? ¿Por qué no habla de su compromiso con la discapacidad, señora Rudi? Porque en otras comunidades autónomas, en Navarra, por ejemplo, se están manteniendo las ayudas para la contratación de personas con discapacidad, ¿es demagogia que le diga eso? Tiene un concepto muy, muy curioso del lenguaje, es así.

Sanidad. Pero, vamos a ver, lanzan mensajes de tranquilidad y normalidad, entre comillas, como que todo va a seguir igual. Pero, vamos a ver, si todo va a seguir igual, ¿para qué están montando semejante revuelo? ¿Por qué se cree usted que están preocupadas las entidades que están trabajando con los colectivos de inmigrantes? ¿Por qué? Porque las cosas son realmente preocupantes según el real decreto que lo fue marcando y los decretos posteriores que lo están desarrollando. Pero que encima salga el consejero señalando cuándo igual convendría hacerse o no una mamografía, cuando convendría, tal vez, sí o no, que fuera atendida una persona en rehabilitación, porque unas veces más o menos… ¡Si hay casos en los que, cuando una persona por fin es atendida en rehabilitación, le tienen que rehabilitar la otra mitad del cuerpo que tenía bien! Es así.

Plan de recursos humanos, anunció ayer. Pero ¿usted sabe que nos votaron en contra de una propuesta para un plan de recursos humanos hace meses? No necesitaban nada y resulta que ahora, a fecha de hoy, un año después de estar gobernando, no tiene ni idea de cuál es la plantilla que en estos momentos tiene.

Por eso yo le digo que hay un deterioro progresivo, porque no están atendiendo lo esencial. Porque del hospital de Alcañiz y del hospital de Teruel, mejor ni hablar, mejor ni hablar, ¡porque cómo estaban ustedes en la oposición!, ¡cómo fueron a la campaña electoral del año 2011, cómo fueron! Y la realidad es que ahora, a fecha de hoy, nada. No me cuente que pasado mañana, que al otro…, no: un año perdido, que era lo que les interesaba, no invertir en este sentido.

Y los centros de salud, centros de especialidades en Zaragoza, la saturación que hay en algunos de los centros, ¿eso también es demagogia? Pues pásese y véalo.

Y en cualquier caso, volver a decir que no va a hablar, por ejemplo, de la universidad en el sentido que yo le estoy planteando, porque yo me niego a ratios… No. Es que que usted me diga que ha aumentado el profesorado, pero no ha aumentado el alumnado, eso sí que es demagogia, señora presidenta, o puro desconocimiento de la realidad, porque un aula hay que abrirla y hay que encender la luz exactamente igual si tiene veinticinco que si tiene treinta, pero el número de titulaciones se ha ampliado y luego se ha tenido que reducir. Los grupos había que desdoblarlos porque obligaba Bolonia: se han tenido que fundir. Había que ganar optatividad: se ha perdido porque, si no, no dan para más. Ese es el modelo de universidad que quiere usted, un modelo de universidad en el que en estos momentos no hay ayudas ni tan siquiera para poder viajar a las bibliotecas o lo que sea como no sea a coste personal de cada cual. Es un modelo elitista, es un modelo absolutamente elitista.

Concluyo.

Vuelvo a repetir que no ha hablado de la cultura, me parece muy grave, muy grave. La palabra «cultura» ha desaparecido prácticamente de todas sus intervenciones. Ayer dijo: queremos una sociedad cada vez más culta. ¿Qué es eso? ¿Cómo es eso? ¿Qué quiere decir? Si están tratando incluso como empresas culturales, como industrias, a personas que están dedicadas al teatro, a la música, a la danza, que no son capaces de reproducirse como si fueran compact disc o como si fueran libros, que, aunque tengan más repeticiones en sus actuaciones, no van a ahorrar dinero, van a mantener en todo caso gastos. Y les están dejando absolutamente en la estacada y en una situación muy complicada, y ahora, con la situación del IVA, más. Y eso, evidentemente, mañana lo debatiremos en las propuestas de resolución porque le va una en esta línea en relación con el IVA.

Pero, simplemente, le hago una pequeña mención. Usted, el primer día, dijo que se hacía personalmente responsable de intentar que los bienes llegaran cuanto antes y de buscar una solución para el Fleta. Yo casi le diría: oiga, no se haga cargo de nada más personalmente, delegue, delegue. Porque, si lo va a resolver así, no hay nada. Claro, no lo hablamos, no lo mencionamos, y ya está. Pero ese fue un compromiso, señora presidenta, suyo.

Y, por lo demás, dice que no hay de dónde sacar dinero. ¡Claro, claro que sí! Redistribuya adecuadamente el dinero, garantice previamente todos los servicios públicos, ¡claro que sí!, y luego ya veremos dónde puede llegar. Su obligación, la obligación de los poderes públicos, es garantizar los mejores servicios públicos, insisto, pero le presentamos también mañana una propuesta en relación con la política tributaria, porque hay otra forma, por supuesto, de hacer las cosas: actuando en los ingresos, y no solo en los gastos, recaudando más y recortando menos, que para eso tenemos el artículo 31 de la Constitución, que a lo mejor usted se lo sabe mejor que yo, seguro, pero hay mucho recorrido en Aragón para que ustedes, de verdad, puedan hacer que tributen las personas que más ganan, las que más tienen, las que más heredan, claro que sí. Eso es justicia.

No solo, y, sobre todo, no intentando restarle aún más salario al que tenía el derecho un trabajador. Eso es así. Así que sobre eso debatiremos mañana, ya veremos si tiene usted algún tipo de intención de hacer caso de algo de lo que le plantean, pero, concluyo, es normal que usted vea que estamos en las antípodas, entre otras cosas, porque su modelo de hacer política no tiene nada que ver con el que planteamos. Usted dice: «yo es que estuve de alcaldesa, yo no dejé deudas»..., pero, si no hizo nada, señora presidenta, salvo los maceteros, yo no sé si recuerdo algo más, y como yo muchas gente en Aragón, en Zaragoza.

Es así, luego si se quiere hacer cosas, es normal que los gobiernos se endeuden. Lo que no es normal es lo que ahora están planteando. Recortar sí, pero ¿en qué medida todo eso mejora la calidad de vida de la gente? Le he dicho que si usted es capaz de convencerme, fenomenal, porque yo asumiré que es así, que se mejora la calidad de vida de la gente.

Yo creo que no, mi grupo cree que no, y mi grupo cree que Aragón está perdiendo, no Chunta Aragonesista, Aragón está perdiendo con ustedes, porque como prefieren hablar, ya le digo, de cualquier otra cosa que no sea hablar de Aragón, ustedes de esta forma se han convertido, yo creo que por opción personal, por opción política, mejor dicho, en un gobierno de contables. No necesitamos un gobierno de contables, no lo necesitamos, no vale eso de que, si no, ustedes están ahí y no les votan... No, yo creo que eso no es propio de una persona que está sentada donde está usted está sentada.

Aunque reconozco que usted tiene un disfraz que le encaja bastante mal, es así, porque todo este discurso de la rebelión, de la solidaridad, es que no le encaja para nada.

Yo sí que le querría decir una cosa. Desde luego, en mi grupo parlamentario entendemos que las medidas que ustedes están planteando y desde su gobierno son para que paguemos desde aquí los platos rotos que no hemos roto, y para que mucha gente asuma todo lo que han cometido otros que están muy tranquilos y que en estos momentos no están cotizando como deberían. Y lo digo a todos los niveles, en el sentido simbólico y en el sentido literal.

Aragón, desde luego, está compuesto por ciudadanos y ciudadanas y, se lo vuelvo a repetir, no somos súbditos de nadie. Así que no espere tener ese sentimiento en la calle, para que encima le refrenden sus políticas y nos encamine por esa vía por la que usted va, porque creo que tampoco usted ni su partido, por mucha mayoría que tengan, o que tuvieran, mejor dicho, el año pasado, nos pueden dar lecciones a nadie, porque ustedes además han estado dando tumbos desde el minuto cero, y no quiero recordar tampoco la vergüenza estrepitosa del debate de presupuestos de este año.

Yo creo que cada vez que usted está acusándome a mí y a mi partido de demagogos, a mi grupo, usted está insultando a la gente, porque a mi grupo nos ha votado muchas personas, pero, además, estamos trasladando las preocupaciones, las angustias de muchas otras personas que conocemos, que las conocemos personalmente, que las conocemos en la calle o que llaman a nuestro grupo parlamentario, se ponen de acuerdo o se ponen en contacto con nuestro grupo, para trasladarnos todos esos problemas.

Lo mínimo yo creo que sería atender a lo que se le está diciendo, y no decir que yo aquí le estoy contando pues no sé el qué, porque yo entiendo que es una forma que tiene usted para evadirse y nada más, pero también es lógico, pensando que ustedes la participación ciudadana les importa bastante poco, y sí que debería preocuparle a usted, que tiene formación en este sentido, el entender que esa manera de trabajar con grupos de trabajo, esa manera de entender la participación con grupos políticos y con la ciudadanía en general, pasando por encima de nuestras propias leyes, realmente, las leyes que establecen nuestros órganos de participación, es contra derecho, absolutamente.

El señor PRESIDENTE: Vaya acabando, señora Ibeas.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Concluyo.

Lo único que puedo hacer para terminar es repetirle que desde Chunta Aragonesista, desde mi grupo parlamentario, le exigimos que actúe como presidenta de Aragón, como presidenta de Aragón, no presidenta delegada de nadie, porque, aunque usted sea miembro de un partido político, hoy por hoy, la primera responsabilidad que usted tiene es esa, no ser delegada de nadie.

Así que cambie de actitud y empiece a plantear de verdad la posibilidad de que tengamos un gobierno liderado por alguien que cree en esa tierra y que va a asumir las reivindicaciones que exigía a anteriores gobiernos.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

La señora presidenta puede intervenir.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señora Ibeas, no tengo ningún problema en lo personal con usted, faltaría más, ni muchísimo menos, como tampoco creo que usted lo tenga conmigo.

Pero, mire, cuando yo he reiterado el concepto, el calificativo de demagoga, lo he argumentado en unas declaraciones que usted hacía escasamente hace un mes, señora Ibeas. Y cuando alguien hace un mes dice que se van a quedar fuera de la asistencia sanitaria los inmigrantes sin papeles, los menores de veintiséis años, los universitarios, las amas de casa, las empleadas del hogar y los discapacitados menores, con una discapacidad menor del 65%, siendo eso rotundamente falso, eso es demagogia, señora Ibeas. Por eso se lo he dicho, señora Ibeas, eso es demagogia.

Sin embargo, señora Ibeas, usted no debe entender que es demagogo tacharme a mí de xenófoba. Pues no lo soy, señora Ibeas. Si usted en base a esto nos tachaba a nosotros de xenófobos, está rotundamente equivocada, y además usted sabe que es rotundamente falso. Y no hay peor cosa que una media verdad, es la peor mentira que se puede decir, una media verdad.

Y ustedes, desde los decretos de ajustes de Educación y de Sanidad están permanente utilizando la demagogia para arrimar el ascua a su sardina, señora Ibeas, eso es lo que le estoy diciendo [aplausos], y planteando ante los medios de comunicación cuestiones que ustedes saben que son rotundamente falsas, señora Ibeas.

Mire, sacrificio. Yo lo he dicho, efectivamente, y he puesto como ejemplo un sector de la población al cual le pedimos sacrificio. Le pedimos sacrificios a aquellos que más pueden aportar. Lo he dicho hasta la saciedad y lo vuelvo a repetir. La ejemplaridad, primero, los que estamos en política. La que más responsabilidad en Aragón, yo misma, porque, como usted ha recordado a menudo, soy la presidenta del Gobierno de Aragón porque así lo ha querido la mayoría de esta cámara, y antes un buen número de aragoneses.

Pero, además de la ejemplaridad, estamos pidiendo esfuerzo a aquellos sectores de la población que más pueden aportar, señora Ibeas. Porque queda muy sencillo, como decía antes, decir: «hace falta gastar más dinero». Y ahora entraré en el tema de los impuestos, ahora entraremos en eso.

Pero, si no hay más dinero, lo que se hace, argumentando que solo se pueden mejorar las cosas con más dinero, no con mejora de la gestión, también tiene ciertos tintes de demagogia.

Mire, para usted solamente se pueden mejorar las cosas gastando más, y tan mal gobierno es el que es ineficaz porque dilapida los recursos públicos como el que no atiende las necesidades de los ciudadanos, señora Ibeas.

Y yo tengo una cosa muy clara: no vamos a dilapidar los recursos públicos de Aragón, que son los recursos de todos los aragoneses, y, por tanto, tenemos que establecer las reformas necesarias, aunque nos cuesten manifestaciones, para permitir que con esos recursos se llegue al mayor número de población y a la mayor calidad de servicios públicos en Aragón, señora Ibeas. Eso es lo que estamos haciendo y eso es lo que vamos a seguir haciendo.

Mire, la discusión sobre la educación es una discusión ideológica, eso está clarísimo, y cada uno tenemos nuestras posiciones. Para usted solamente hay que invertir en educación pública, porque el padre que no tiene suficientes recursos para pagar un colegio privado pero quiere llevar a sus hijos a un colegio con un determinado ideario, no tiene derecho. Ese es su planteamiento, señora Ibeas, solamente..., y paga sus impuestos, porque este ciudadano está pagando sus impuestos lo mismo que el que lleva al colegio público a su niño. Ahora, como quiere buscar un colegio con un determinado ideario, y no puede pagar el privado, no puede ejercer su libertad de elección, señora Ibeas. Ese es su planteamiento. Pues, mire, ese no es el mío, ese no es el mío.

Creo que es mucho más social y mucho más equitativo que quien paga sus impuestos, tiene a su hijo y lo quiere llevar a un determinado colegio con un determinado ideario, y no puede permitirse el pagar un colegio privado, porque eso es una élite, en Aragón y en España son muy pocos quienes se la pueden pagar, pues yo, desde luego, no tengo hijos, no fui a un colegio privado, fui a un colegio en aquella época que ahora diríamos que es concertado, y estudié en la pública. Mire usted, ese planteamiento es el que exige una mayor equidad, que quien paga sus impuestos y no puede pagar un colegio privado tenga la posibilidad de que pueda llevar a su niño o a su niña a un concertado. Y ese es el planteamiento.

Mire, usted me dice que en aquellos países más avanzados solamente hay colegios públicos. Señora Ibeas, le aconsejo que se dé un paseo por Suecia o que estudie la reforma y la revolución social que en materia educativa hizo en la segunda parte de los años noventa Suecia, que es —y todos lo reconocemos— el paradigma del Estado social. Suecia tuvo una crisis económica brutal en la segunda parte de los años noventa y se dio cuenta de que no podía..., de que el Estado que tenía, el Estado del bienestar, el modelo de gestión del Estado del bienestar que tenía no funcionaba, no podía seguir atendiéndolo, y estableció una revolución en la educación, en Suecia, y lo siguen manteniendo los sucesivos gobiernos. Y lo que hacen en Suecia... Quien quiere construir un colegio lo construye; quien quiere abrir un colegio lo abre. Y el Estado —eso sí—, el Estado le obliga a cobrar una sola cantidad, una determinada cantidad que la fija el Estado, y a los padres se les da ese dinero, y, por tanto, cada padre lleva a su niño al colegio que quiere, y los colegios valen lo mismo y los padres reciben lo mismo. Pero no está limitada la construcción de escuelas públicas: quien quiere hacer colegio lo hace, sabiendo que, si es bueno, va a tener niños y va a tener ingresos y que, si es malo, no va a tener. Ese es el modelo de Suecia, señora Ibeas, no el atender solamente a través de la escuela pública.

Mire, las escuelas rurales, lo que decían mis compañeros de grupo cuando estaban aquí en la pasada legislatura y lo que hemos hecho nosotros. Pues, mire, hemos cerrado cinco escuelas rurales y mantenemos trescientas cuarenta y cuatro, como le decía antes. Bueno, aulas: tres en Teruel y dos en Huesca, y porque todas se han quedado por debajo de los cinco alumnos. Y mantenemos... Con bastante menos de cinco, porque además mantenemos veintisiete escuelas con menos de cinco alumnos, señora Ibeas. Luego, por tanto, los datos, que a usted tan poco le gustan, que le doy desmontan sus argumentos.

Mire, la línea de alta tensión. Yo sé que ustedes tienen grandes prejuicios contra la energía nuclear. No es de eso de lo que estamos hablando, señora Ibeas: de lo que estamos hablando es de que las empresas del polígono industrial de Monzón, que tiene un gran potencial de crecimiento, y el entorno de plataforma logística o de desarrollo logístico que queremos hacer tengan posibilidad de ejercer su trabajo y tengan posibilidad de desarrollarse. Para eso es la línea de alta tensión. Mal se compadece un desarrollo industrial si no tenemos líneas.

Mire, los hospitales de Teruel y Alcañiz. El hospital de Teruel se ha adjudicado, y, como ayer expliqué, la licencia para los accesos, la aprobación del proyecto de accesos estará en el mes de octubre, y en noviembre tendremos la licencia del ayuntamiento para empezar las obras del hospital. Los plazos administrativos son los que son, y el hospital de Alcañiz, que usted el otro día estuvo por allí y se rasgó las vestiduras por lo mal que lo hacía este Gobierno con ese hospital, pues, hombre, en el momento en que el jurado de expropiación forzosa nos permite, le permite al ayuntamiento ocupar los suelos, a partir de ahí será cuando podamos ponerlo en marcha, porque había una complicación administrativa, señora Ibeas, que se ha desatascado.

Me habla de la cultura. Mire, el problema señora Ibeas, es que hay quienes..., no digo que sea usted, pero hay quienes entienden como actividad cultural, para que haya una actividad cultural, que se subvencione la actividad cultural, y no estamos en época de mucha subvención, señora Ibeas. Ya sé que eso a usted no le gusta, pero no estamos en época de mucha subvención. Ahora, quien tiene creatividad, quien tiene capacidad de emprendimiento y quien tiene arrojo la empieza a desarrollar, señor Ibeas. Otra cosa es aquellos sectores que pudiese haber que desarrollaban sus actividades culturales porque recibían una determinada subvención pública. Ese modo de hacer política hoy por hoy se ha acabado, señorías, hoy por hoy se ha acabado, y yo creo que además por mucho tiempo, no solamente en España, sino en Europa y probablemente en otras regiones del mundo desarrollado.

Mire, usted me ha dicho que se podía empezar, que se podía actuar sobre los ingresos. Efectivamente, se puede actuar sobre los ingresos, y yo siempre he dicho, y lo sigo diciendo, que yo soy partidaria de actuar sobre el gasto, porque no soy partidaria, como recordaba esta mañana aquí, de subir los impuestos y porque creo que cada euro que se queda en el bolsillo de quien tiene capacidad de invertir o de ahorrar —y, con ese ahorro, financiar otras inversiones— origina más retornos a la sociedad que si no se lo dejamos.

Pero, mire, como con este tema, los impuestos de las grandes fortunas... No sé si mañana irá por ahí su propuesta de resolución, o sobre que recarguemos en el tramo..., creemos impuestos propios o recarguemos o incrementemos en el tramo autonómico de la renta. Le voy a adelantar: no lo vamos a hacer. Pero, mire, le voy a dar unas cifras que me he molestado en pedirlas para ver qué masa de contribuyentes ricos —entre comillas— teníamos en Aragón. Mire, le voy a decir: que declaren ingresos de menos de cien mil euros, ochocientos quince mil; entre cien mil euros y quinientos mil, en Aragón tenemos tres mil ochocientos cincuenta y un declarantes; entre quinientos mil y un millón, cuarenta declarantes, y que declaren más de un millón, que parece ser que es el tributo que iba a poner el presidente francés, el presidente Hollande, tenemos siete en Aragón, señora Ibeas. Si podemos reequilibrar el presupuesto de la comunidad autónoma con estos niveles de renta, señora Ibeas, me temo, me temo que no es ese el camino realista, señora Ibeas. Quedará muy bien de cara a titular de periódico, quedará muy bien de cara, a lo mejor, a su propio partido, pero le puedo asegurar que difícilmente nos solucionarían los problemas de los ingresos en Aragón el crear impuestos en este sentido o en gravar con el diferencial, con el tipo autonómico parte de esos impuestos.

Mire, los bienes del Aragón oriental y el Fleta. Los bienes del Aragón oriental, ha habido gestiones, he hecho gestiones, hay dictámenes jurídicos en este sentido y hemos cooperado con su legítimo propietario, que es el Obispado de la Diócesis de Barbastro, y vamos a seguir trabajando en esa dirección. Y le voy a decir una cosa: si hay un dictamen jurídico que le legitima como parte actuante a este Gobierno para reclamar esos bienes, lo vamos a hacer. El problema es que hasta ahora no hemos encontrado ningún dictamen jurídico de los servicios del Gobierno de Aragón que nos cubra ese procedimiento. Ese es el problema, señora Ibeas, pero aun así vamos a seguir trabajando en ello.

El Fleta. En el Fleta le doy la razón: no hemos hecho nada en el Fleta, porque tiene difícil solución, muy difícil solución, y hasta ahora no la hemos encontrado. Ahí hay un dinero, unos cuantos millones de euros invertidos, y al final lo que tenemos son los restos del Fleta que quedan. Y, por tanto, en este año ha habido asuntos más urgentes, aunque este lleve demasiado tiempo parado; pero en este año hemos tenido asuntos más urgentes que ese.

Mire, no mezcle mis palabras cuando yo he dicho..., o no tergiverse mis palabras, señora Ibeas, ni pretenda hablar de la beneficencia del siglo XVIII. Ni del XVIII, ni del XIX, ni del XX ni del XXI, señora Ibeas. Lo que yo le he puesto como ejemplo, cuando usted me ha hablado de las aportaciones del 0,7 al desarrollo, al desarrollo del tercer mundo, le he dicho que, con la escasez de recursos como la que tenemos y con necesidades muy importantes en la puerta de casa, es decir, en Aragón, es por lo que hemos priorizado dedicar esos recursos a atender a la gente de Aragón. Y, como ejemplo de las ONG que actúan en el tercer mundo y de las ONG, instituciones sociales, organismos sociales —llámeles como quiera— que actúan en Aragón, es lo que le he dicho, es que a esas instituciones son a las que les vamos a ayudar con el dinero que no les va a llegar a las ONG del tercer mundo. Y eso, señora Ibeas, no es hacer beneficencia del XVIII, sino que eso, señora Ibeas, es resolver problemas reales que están en la calle, en la puerta de esas instituciones.

Por otra parte, señora Ibeas, y aunque usted dice que no hemos hecho políticas inclusivas, sí hemos hecho políticas inclusivas y las seguimos haciendo, trabajando en colaboración con todas las organizaciones que tienen los centros especiales de empleo. Y en las últimas fechas se ha llegado a un acuerdo y se ha buscado una solución para que los centros especiales de empleo que han perdido parte de su subvención por parte del Gobierno central la hayan visto complementada con aportación del Gobierno de Aragón. Y se ha buscado una fórmula compleja, complicada, pero que nos ha permitido y que ha permitido que estas personas puedan seguir trabajando, como usted dice, trabajando por la inclusión social.

Y dejo para el final, señora Ibeas, dos cuestiones. Mire, la primera, con la deuda. Usted dice que, claro, hay que endeudarse. Mire, para endeudarse —que es su tesis: endeudémonos—, para poder seguir gastando, hay dos cuestiones: la primera es que hace falta que te lo presten, que encuentres quien te lo preste, y en estos momentos le puedo asegurar que no es fácil que las Administraciones públicas encontremos quien nos preste; pero, en segundo lugar, señora Ibeas, lo que estamos haciendo, lo que se hace cuando se incrementa la deuda es deslizar la responsabilidad de los gobernantes del momento a los gobernantes del futuro.

Y yo lo recordaba esta mañana, señora Ibeas: si en Aragón tuviésemos menos deuda, de los trescientos noventa millones o trescientos setenta millones que tenemos que dedicar a gasto financiero, por gastado de más en años pasados, lo podríamos dedicar a muchas de esas cuestiones que usted reclama en estos momentos y para las cuales no hay suficientes recursos.

Y permítame que le diga una anécdota. Usted ha hecho referencia a mi etapa de alcaldesa, que no deje deuda pero deje macetas. Mire, yo no sé lo que deje. Solo le voy a decir una cosa: yo me he presentado dos veces a elecciones en la alcaldía de Zaragoza. Yo me presente en el noventa y cinco, y gané, y después, como dice usted, de no poner más que macetas, revalidé mi mayoría exactamente: quince concejales en el noventa y cinco, quince en el noventa y nueve. Seguramente en aquellos momentos los ciudadanos de Zaragoza pensaron que había hecho más cosas que poner macetas. [Aplausos.]

Y ya, para terminar, señor presidente, señoras Ibeas, efectivamente Chunta es de izquierdas y aragonesistas, perfectamente. Nosotros no somos de izquierdas, luego esa faceta no la vamos a compartir nunca, porque me imagino que usted no va a cambiar y yo a estas alturas de mi vida creo que ya tampoco, en cuanto al espectro político en el cual llevo militando.

Pero mire, en cuanto a aragonesismo, le digo lo que le decía antes: no es usted más aragonesa ni más defensora del aragonesismo que cualquiera de los treinta diputados que estamos aquí sentados de mi partido. Ese es su problema, señora Ibeas, que usted se cree que solamente usted y solamente su partido defiende el aragonesismo, pero sabe ¿por qué? Porque su ámbito de visión termina en los límites de Aragón, y ustedes de lo que no son conscientes es que Aragón forma parte de una realidad que se llama España, y que España forma parte de una realidad superior que se llama Europa, de una comunidad, en la cual estamos inmersos y a la cual nos hemos querido adherir, la inmensa mayoría del pueblo español y aragonés, señora Ibeas. Seguramente ustedes no sé si querrían estar fuera del euro y fuera de la Unión Europea, no lo sé. Yo le puedo asegurar que nosotros no, y le puedo asegurar también que el estar dentro de la Unión Europea ha sido mayoritariamente la ilusión de los españoles, integrarnos en la Unión Europea y estar dentro de los países de la Unión Europea.

Y ese es su problema, señora Ibeas, que usted se cree que Aragón es una isla, que no tiene más que mirar dentro de Aragón y que no le afecta lo que ocurre fuera, y esa es la diferencia entre ustedes y nosotros. Creo que nosotros somos muchos más realistas y tenemos los pies mucho más puestos sobre el suelo y la realidad actual de España, de Europa y, por tanto, de Aragón.

Y, mire, ya para terminar, cuando hay leyes que se aprobaron en el Congreso, pues se aprueban en el Congreso, y diremos cada uno lo que pensamos. Y seguramente vamos a discrepar también en lo que usted entiende que es el derecho de la mujer, vamos a discrepar ideológicamente, seguramente, ya se lo avanzo, porque yo los derechos analizó los dos: el derecho de la mujer y el derecho que tiene a la vida el concebido y no nacido, pero no es lugar de debate en este momento, porque yo tengo una visión seguramente distinta de la usted, pero más amplia que la de usted, es decir, la mujer tiene capacidad para planificar su maternidad, faltaría más, pero en el momento en el que hay el derecho de otro ser en marcha habrá que analizar cuál debe sobreponerse el uno al otro.

Y ya para finalizar, ahora sí, señor presidente, de verdad. Mire, ustedes que hablan tanto de la participación, sin embargo, se ponen muy nerviosos cuando cualesquiera de los miembros de mi gobierno se reúnen y crean grupos de trabajo, porque usted dice que es que eso va contra la ley. No, en absoluto. La ley lo que dice es que los consejos escolares se tienen que reunir, los que representan a los sindicatos de sector sanitario se tienen que reunir, y todo eso se ha hecho, pero no es ir contra la ley, señora Ibeas, el formar grupos de trabajo para escuchar a todo el mundo.

Solamente ese problema lo tiene usted señora Ibeas, porque ustedes solamente quieren que hablemos con los que a ustedes les gustaría que habláramos, y ustedes querrían que este gobierno llevase fama de intransigente y de poco dialogante, y le puedo asegurar que hemos sido dialogantes este año, hemos sido transparentes en estas Cortes, dándole a ustedes información que llevaban años pidiendo y que no la tenían, y vamos a seguir siendo igual de dialogantes e igual de transparentes.

Muchas gracias. [Aplausos]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora presidenta.

Señorías vamos a suspender la sesión tres o cuatro minutos, y la reanudamos inmediatamente.

Se suspende la sesión.

El señor PRESIDENTE: Señorías, ocupen sus escaños, por favor.

Se reanuda la sesión.

A continuación, por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón, su portavoz, el señor Barrena, por tiempo de treinta minutos, puede intervenir.

El señor diputado BARRENA SALCES: Señorías. Señora presidenta.

Intervenimos en este debate de política general desde nuestra profunda discrepancia con la comunicación enviada por el Gobierno de Aragón, discrepancia absoluta con su intervención de ayer y discrepancia, si cabe, más preocupada por su intervención de hoy, porque la verdad es que usted hoy, sin ningún pudor, lo que ha hecho ha sido exhibir su cara más liberal. Ha defendido una sociedad dual, excluyente, en la que prima la excelencia y el individualismo, una sociedad para ricos y pobres, que ese es su modelo.

Por ello le anticipo que vamos a presentar una propuesta de rechazo global de la comunicación, así como una propuesta de rechazo global y de reprobación de la actuación del gobierno, porque pensamos que ni la ciudadanía aragonesa ni esta cámara se merecen unas intervenciones como las suyas de ayer y de hoy.

Señora Rudi, usted acabó ayer afirmando que tenía el mandato —ya nos dirá de quién— de liderar la rebelión social contra la crisis. Impactante, señor Rudi. Efectista donde la haya, pero que poco serio, señora presidenta. ¿Sabe usted qué es una rebelión social? ¿No le parece poca rebelión social la que tiene todos los días en la calle?

Señora Rudi, esa afirmación suya fue una auténtica burla para quienes día a día se rebelan democrática y pacíficamente contra las políticas que usted y el Partido Popular practican. ¿Cómo puede liderar el Gobierno que aplica las medidas que la ciudadanía combate en la calle una rebelión contra la crisis? ¿O es que pretende sacar a la calle a sus fieles para que respalden sus políticas? ¿O es que piensa convocar contramanifestaciones organizadas y reforzadas con el aparato gubernamental? Qué mal suena eso, señora Rudi, qué mal. Solo gobiernos con muy poca legitimidad social organizan actos de afirmación nacional. Otra vuelta al pasado, otra más.

¿Quiere liderar una rebelión social? Pero, mire usted, ¿ayer no habló para la mayoría social? Permítame que destaque que la hora y doce minutos que duró su intervención no mencionó ni una sola vez la palabra trabajador o trabajadora. Tampoco lo ha hecho hoy. Como ayer, ha vuelto a hablar de empresarios, de emprendedores, pero de trabajadores o trabajadoras, ni una vez. No sé si es que no están en su diccionario.

Fíjese, no citó tampoco al medio rural, salvo para hablar de lo caro que resulta mantenerlo. Usted vino a explicar lo que le habría gustado que pasara, pero no habló de lo que ha hecho.

Usted vino a hacer balance de la derrota de sus políticas, y también de sus mentiras. Y del fraude electoral que usted está cometiendo con premeditación calculada. Usted vino a justificar lo que ha hecho y a anunciar que va a seguir en esa misma dirección. Usted presentó una realidad distinta de la que conoce, la que siente, la que sufre y la que padece la mayoría de la gente que vive en Aragón. Porque, claro, usted no habló de la gran mayoría social de Aragón que es la clase trabajadora. Por eso no la conoce.

Y usted, aunque no quiera reconocerlo, lo cierto es que un año después de su investidura, no solamente no ha mejorado la herencia que dice usted que recibió, que la recibió, evidentemente, sino que ha acabado derrotándose a sí misma. Usted prometió en su programa y en su discurso de investidura que mejorarían las condiciones de vida de la gente, que se alcanzarían los más altos niveles de bienestar social; pero usted y su Gobierno han empeorado las condiciones de vida de la sociedad aragonesa.

Su versión política tiene estos logros: ha conseguido subir el paro, ha conseguido aumentar los índices de miseria y exclusión social, ha conseguido reducir el poder adquisitivo de las familias, ha conseguido bajar la protección al desempleo, ha recortado la sanidad y la educación públicas, ha introducido el copago en la sanidad y en los servicios de comedor escolar, ha reducido a la nada la atención a dependientes, se deja a la gente en la calle porque les echan de sus casas, y está permitiendo, sin rechistar, el ninguneo del señor Rajoy a nuestro Estatuto y a nuestra capacidad de autogobierno.

Usted, señora Rudi, sus políticas, ha llevado al 25% de las familias aragonesas a la pobreza, ha conseguido, como dice Cáritas, que la pobreza en Aragón sea más intensa y más extensa. Está usted permitiendo sin protestar que cierren las minas y que dejen sin futuro a comarcas enteras, y nada dice de lo que piensa hacer más allá de la recurrente alusión a esa entelequia que es la travesía central del Pirineo, de la nula inversión estatal en infraestructuras de obras hidráulicas o en los prometidos desdobles de carreteras.

Usted ayer no habló de trabajadores y trabajadoras. Hoy Izquierda Unida va a hablar de ellos. En primer lugar, de los mineros y mineras que están esta tarde en una nueva movilización de defensa de su futuro, y reclamando que usted sea exigente y les defienda e imponga ante Madrid lo que creemos que se merecen.

Usted ayer pasó de puntillas por las cifras de desempleo. Y, mire usted, dicen medias verdades, que es lo que dice ahora que es mentira, cuando niegan destrucción de empleo público, niegan que haya habido pérdida de empleo en el sector, pero los datos demuestran que hay —atenta— mil cien jornadas completas menos de profesores y profesora, que es su trampa: es que no les he despedido porque los contrato por horas. Sí, ¿quiere que le enseñe contratos? Unos cuantos tengo. Si quiere se los enseño, no vaya a ser que es que no se ha enterado. Porque igual le engañan, le dicen: no, no, mire, para dejar y poder acusar de demagogo al señor de Izquierda Unida, usted dice que es mentira, que solo se ha despedido a cuatrocientos cincuenta. Claro. Pero ¿verdad que cuando antes había dos a jornada completa, y ahora solo hay dos a media jornada, por el camino se pierde uno? De la escuela pública: fíjese qué bien suena.

Oiga, ayer mismo conocimos también que hay pérdida de empleo en los hospitales públicos. Lo decían los sindicatos. Sabemos que en la Administración general de la comunidad autónoma, por no hablar solo de educación y de sanidad, se van a perder más de otros mil empleos. Y sabemos que la fusión de Sirasa y Sodemasa va a producir más despidos, aunque ustedes lo negaron también. Otra media verdad.

Y sabemos que las jubilaciones no van a ser cubiertas, y sabemos que no va a haber oferta de empleo público, ni oposiciones, y tenemos mucha preocupación, igual que los sindicatos, de que esos concursos que tienen ustedes en marcha lo que hagan sea recortar cientos de empleos

Y miren el sector privado, no vaya a ser que me diga que solo me preocupo de lo público. Tras seis meses de aplicación de la reforma laboral que puso en marcha el Gobierno de Rajoy, no ha tenido ningún efecto positivo en Aragón, ninguno. La contratación ha caído un 4,97%, el paro ha aumentado en 3.000 personas (122.300 parados y paradas con datos de julio), los expedientes de regulación de empleo se han triplicado (un 77% más de expedientes de regulación de empleo) y la temporalidad, disparada. Los contratos indefinidos han bajado un 5,7% en la comunidad autónoma, y los temporales, también, un 4,9%. Y el paro registrado, aunque a usted le gusta decir que hay otras comunidades que lo tienen peor, aumentó durante el último año el 12,6%, el año de su gobierno. Además, ha disminuido la contratación, en el primer semestre de aplicación de la reforma se ha producido un empeoramiento de la estabilidad laboral, los contratos indefinidos pierden peso relativo entre los nuevos asalariados aragoneses y aragonesas, en favor de los temporales. Fíjese, en marzo, los indefinidos suponían el 11,27% de la contratación, y en agosto, milagro económico de sus medidas y de su gobierno, ya solo son el 5,92%. En cinco meses, cinco puntos menos. A este paso, señora Rudi, señores del Gobierno, buen porvenir tenemos en lo público y en lo privado.

Y, mire, la tendencia creciente se repite en los despidos colectivos. De eso usted tampoco habló ayer. En los siete primeros meses del año se han tramitado 1.060 expedientes de regulación de empleo, que han afectado a 20.356 trabajadores y trabajadoras. Son un récord. Ha batido otro récord más, la medalla de los recortes, la medalla de la destrucción de empleo.

En reiteradas ocasiones, usted ha dicho que el gasto social no sufriría por la crisis. Pues no hay más que ver los presupuestos para comprobar que ha sido reducido. Mire, otra de Matemáticas. No hable usted de peso específico sobre el porcentaje del presupuesto, porque la verdad es que hay menos dinero, aunque haya más porcentaje. La verdad es que hay menos dinero, y hay menos dinero en Educación, en Sanidad, en Servicios Sociales, en Dependencia en la comunidad autónoma. Hay menos dinero, pero usted maquilla las cifras y habla de porcentajes.

No hay más que leer los últimos decretazos sobre el recorte en Educación y Sanidad, la orden de paralización de la aplicación de la Ley de dependencia, los planes de equilibrio financiero, que es lo que se está llevando por delante. Es una evidencia: el gasto social ha sufrido un tijeretazo.

Y, mire, lo dicen organizaciones tan poco sospechosas de ser de Izquierda Unida como Cáritas. Lo dice también, porque es verdad.

Los servicios sociales adelgazan cuando más necesarios son. Y ¿qué están haciendo? Derivan las urgencias y necesidades hacia las ONG, que también han sufrido recortes, que ven cómo no se renuevan convenios. El Estado y las administraciones públicas olvidan que el tercer sector es complementario y que nunca debe suplir a las administraciones, que son quienes tienen la obligación de atender las necesidades.

Reducir el gasto social afecta gravemente a la ciudadanía, a esa que usted no nombra, de la que usted nunca se acuerda, porque convierte derechos en beneficencia. Eso puede que sea muy cristiano pero muy poco social. Agrava la dureza de la crisis para quienes, sin haberla causado, son víctimas de ella. Mire, ya se lo dije en otra ocasión, y usted hoy lo ha dicho, por lo tanto igual ha pensado en ello, pero piense para resolverlo. Cuando se deja a la gente sin otra alternativa que los comedores sociales, se está atentando contra su dignidad —pues no lo haga, señora Rudi, que puede evitarlo—, se destruye su autoestima, atenta contra la persona y la deja en claro y grave riesgo de exclusión social. Siempre, pero especialmente en situación de crisis, los derechos están por encima de la caridad, porque estamos hablando de derechos constitucionales, de esa Constitución que usted tanto nombra para lo que quiere.

Nos argumentan que el nuevo artículo 135 de la Constitución, ese que pactaron hace un año entre el Partido Popular y el Partido Socialista, obliga al ajuste y al recorte. Pero no quieren saber nada del artículo 10, que es el que declara inviolable el derecho a la dignidad de la persona, ni del 41, que garantiza la asistencia y prestaciones sociales, especialmente en caso de desempleo. Y también se les olvida que la misma Constitución, esa que modifican a la carta, recoge también el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda y, mire, la igualdad entre todas y todos los ciudadanos y ciudadanas. Que también su planteamiento sobre la mujer ha dejado bastante que desear, señora Rudi. Mira usted también al siglo XIX, hablando de la mujer.

Beneficencia y la caridad son propias de siglos pasados y claramente contrarias al estado de derecho democrático moderno. No puede ser que usted ayer afirmara que tendremos, lo dijo usted, los servicios públicos que podamos permitirnos. Ahí tiene usted otro modelo de liberalismo. ¿Quién se lo puede permitir?, ¿quién se lo puede pagar? ¿Para qué está el Estado? ¿No es el estado el que lo tiene que garantizar cumpliendo la Constitución?

Mire usted, los servicios públicos, la educación, la sanidad, los servicios sociales, la dependencia, son derechos constitucionales. Y no son mercancías sometidas a las leyes del mercado.

Ha perdido usted toda la credibilidad que algún un día pudo tener, porque su palabra carece ya de cualquier valor tras haber dicho medias verdades demasiadas veces a propios y extraños. Usted se presentó ante los aragoneses y aragonesas con un programa, pero está aplicando otro. Sí, sí, está aplicando otro. No tiene legitimidad para aplicar esas políticas. De ahí que usted quiere llamar a la rebelión social entonces. ¿En qué quedamos?

Está usted, al igual que el señor Rajoy, cometiendo un fraude electoral y está deslegitimada para imponer ajustes y recortes.

Además, vivimos esta situación, mientras se devalúa la democracia, se degrada lo público y se ataca el cuerpo de derechos civiles de la mayoría social. Nunca, en toda la historia de la democracia, ningún Gobierno había hecho tanto daño a tanta gente en tan poco tiempo.

Otra realidad, señora Rudi. Usted hizo ayer un ejercicio de imagen. Puso como ejemplo lo respetuoso que es su gobierno con esta cámara. Pues parece que le olvidan los decretos ley que vienen así aprobados incluso en consejo extraordinario un viernes por la tarde. Parece que se le olvidan las leyes de lectura única, parece que se le olvidan las decisiones que se presentan a la prensa antes que a los grupos parlamentarios. Y, mire, presume usted de las veces que ha comparecido. Pero si yo creo que tiene obligación de comparecer todas. ¿No es usted la presidenta? ¿No es este el poder legislativo que controla al ejecutivo? ¿Cómo pudo decir que ha comparecido más que...? No, no, si lo que tiene que hacer es comparecer, igual que aludió al número de preguntas que ha respondido su Gobierno.

Pues, mire, yo quiero más calidad que cantidad. Porque se dedica usted a respondernos cientos de preguntas por necesidad que tenemos que saber, porque por esa transparencia que usted dice no es para que nos despachen con preguntas que primero hay que interpretarlas, y luego, cuando se interpretan, se deben de creer que, bueno, no entendemos.

No me sirven tampoco las mociones o PNL que se aprueban en la cámara si luego no se cumplen, y tengo unas cuantas. Le voy a poner un ejemplo. Recuerdo que aquí se aprobó un plan de reindustrialización para Tarazona. ¿Dónde está ese plan? Si quiere le digo las veces que hemos aprobado lo de reabrir el Canfranc: ¿está reabierto? Y lo de defender las minas y las comarcas mineras...

Una vez más, señora Rudi, dijo usted lo que le gustaría que pasara, pero resulta que no sabe lo que pasa, o, si lo sabe, trata de engañar.

Ayer, tras oír su intervención, me quedó una duda. Pensé que usted vive en una burbuja y no se entera de lo que ocurre. Hoy, tras leer detenidamente su discurso, y oírla en sus intervenciones, veo que tiene muy claro lo que está haciendo: seguir la línea ideológica que marca el Partido Popular, faltaría más, es su partido, pero en definitiva, la que marca el capitalismo financiero, y está siguiendo la hoja de ruta reformista y liberal que busca esa sociedad de pobres y ricos, le vuelvo a decir, la que destruye las clases medias, el darwinismo social de la excelencia y el premio a los que valen, a los que son más fuertes, a las élites, como usted decía antes. ¿Cómo una liberal como usted no va a darle todo el derecho a quien quiere ir a un colegio privado y no puede pagarlo? Y ¿qué pasa con el que quiere tener una operación y tampoco puede pagarla? O ¿ahí no vale su política? ¿Tenemos que convertir los servicios públicos como la educación y la sanidad en negocio mercantil?

El modelo liberal, señora Rudi, produce una sociedad individualista que lo que hace es expulsar a los más débiles, a los más desfavorecidos, y esa sociedad crea pobreza, la está creando en Aragón, tal y como decimos aquellos a quienes nos preocupa la mayoría social y tal y como dicen organizaciones que trabajan con las familias pobres, con la gente que está excluida, con la gente que queda marginada, vuelvo a insistirle, como Cáritas, por ejemplo.

Pero, mire, usted lo ha dejado muy claro: usted lo que quiere es cambiar el Estado por la sociedad del bienestar. ¡Vaya juego de palabras, señora Rudi!, porque el Estado es el que garantiza los derechos universales, la sociedad del bienestar solo se los garantiza a quien puede pagarlos. Hay que hablar del Estado social, señora Rudi.

Y viene aquí, a esta Cámara, y defiende y justifica las políticas de ajuste y recortes ultraliberales que está aplicando obedientemente. Esas medidas que usted llama «necesarias» y para las que se atreve a pedir comprensión a la ciudadanía aragonesa son profunda e indecentemente injustas. Mire, hay razones más que sobradas que justifican las movilizaciones convocadas y las que seguramente se van a convocar, porque usted no va a cambiar. Izquierda Unida va a estar en ellas, como siempre ha hecho, con todas nuestras posibilidades y recursos, y lo vamos a hacer junto a la gente que expresa su rechazo total a estas políticas injustas e inútiles del Gobierno, y lo vamos a hacer sin miedo, sin complejos, sin temor a la represión policial que están utilizando también contra la gente que protesta. [Rumores.] Ya está bien, ya está bien de usar la crisis como una herramienta para aplicar, a golpe de decreto, lo que no es más que una imposición de su modelo liberal, y ya está bien de amedrentar a la ciudadanía con sus ajustes.

Presume usted de estar siendo alumna aventajada de cumplir la imposición del déficit. Pero ¿a costa de qué lo está cumpliendo, señora Rudi? Está dejando de pagar obligaciones. Está asfixiando a los ayuntamientos a los que debe importantes cantidades; sí que pagan a los bancos, eso es verdad, sí que pagan a los bancos, pero no pagan a los ayuntamientos que deben gestionar servicios para la ciudadanía. Bueno, lo de hoy (te cambio un tranvía por un canon), eso ha sido, en fin, siciliano puro y duro, señora [rumores] [varios diputados, desde sus escaños y sin micrófono, pronuncian unas palabras que resultan ininteligibles]… Sigo, sigo…, no, que tendrán tiempo después de contestar, que sigo, que no se preocupen.

No están aportando fondos para que los ayuntamientos desarrollen como hasta ahora políticas sociales, programas de escuelas infantiles, programas de servicios sociales. Está negando fondos a las entidades y a las ONG que atienden los programas de servicios sociales. Está recortando profesorado, personal sanitario. Está eliminando empleo público. Está negando fondos para la cooperación al desarrollo. Yo sé que le molesta mucho a usted lo de la xenofobia, pero, mire, decir eso de que hay que anteponer el de casa al de fuera, como ha dicho usted [un diputado, desde su escaño y sin micrófono, se manifiesta en los siguientes términos: «prioridades»]... Ya, ya, si dan prioridad, sí, oiga, es verdad, la xenofobia, ahora, se llama «prioridad», vale. Pues es usted muy prioritaria con los de casa y, desde luego, muy poco o nada prioritaria con los de fuera porque ya no los necesita, ya nos les hacen falta, claro.

Está recortando salarios a los trabajadores y las trabajadoras del sector público. Está aumentando ratios, aunque juegue con las estadísticas, que sabe usted que no es comparable el medio rural con el medio urbano. Está usted retrasando intencionadamente resolución de expedientes que dan derecho a prestaciones sociales, como el Ingreso Aragonés de Inserción o las de la ley de dependencia. Ayer, dijo otra media verdad al hablar del Ingreso Aragonés de Inserción: no dijo que sigue siendo insuficiente la partida y que deja a mucha gente sin nada. ¿Me puede explicar, señora Rudi —una pregunta muy directa— los motivos por los que no se ha resuelto ningún expediente de concesión de Ingreso Aragonés de Inserción desde febrero? Yo se lo digo: porque, mire, retrasando la resolución del expediente reducen la lista de espera de quienes tiene derecho a ello. Por cierto, le agradecería que pidiera disculpas a los perceptores del Ingreso Aragonés de Inserción; usted, ayer, sembró sobre ellos la duda cuando insinuó que hay gente que tiene el derecho a estar cobrando la percepción y no se merece o no tiene derecho a ella. Sí, sí, usted dijo, como en tantas otras ocasiones, que «nos vamos a asegurar de que le llegue a quien de verdad la necesita». Eso es también muy propio del Partido Popular y de la derecha: penalizar a los parados, penalizar a quien necesita las ayudas sociales para ocultar la insuficiencia de ellas.

Es lo mismo que con las becas de comedor: dicen cuántas han concedido, pero no dicen a cuántas familias, a pesar de tener derecho, se las han negado y dejado en lista de espera. Hoy, ha querido quedar bien y ha dicho que «ya pongo tres millones de euros más». ¿Son suficientes? ¿Van a llegar a todos y todas los que lo necesitan? ¿Eso es porque hay que incrementar también los de la gente que va a la privada? Porque, con su planteamiento, convendría aclararlo.

Su obsesión por cumplir con el déficit la sitúa contra la gran mayoría social, que, sin ser responsable de la crisis, la está pagando. Y esta crisis, estas agresiones a la mayoría de la sociedad tienen responsables, a los que usted no reclama nada. Fíjese que ha pedido solidaridad a quien tiene un salario, ¿por qué no se la pide a quien defrauda?, que es al que le pone la alfombra roja para que amnistíe, una amnistía fiscal. ¿Por qué no se lo pide a ellos?

El drama social y económico que vivimos es responsabilidad de las políticas que han ejecutado unas élites que, además, son especuladoras, amparadas por las políticas neoliberales de gobiernos como el suyo. Pero, además de responsables, mire, las crisis tienen rostros, tienen víctimas, a las que usted abandona. Su impostura le lleva, como hizo recientemente en Tarazona, a criminalizar a toda la sociedad crítica que se manifiesta, protesta y reclama más justicia y democracia, y llega usted a menospreciar a quienes se sitúan tras una pancarta, olvidando que es legítimo, democrático y constitucional salir a la calle y movilizarse, exactamente igual que hacer huelgas.

El colmo del despropósito es que usted, que nos acusa de «afición a la pancarta», acabe su intervención afirmando que tiene el mandato de liderar desde las instituciones la rebelión de los aragoneses contra la crisis económica, social y política. Oiga, eso hice yo cuando llamamos a la rebelión en las puertas del palacio de la Moncloa en el mes de julio. Pero me parece que no estamos hablando de la misma rebelión, ¿eh?, señora Rudi. [Rumores.] No, no, no, ya lo veo, ya. Pues, eso, conviene que lo aclare usted también porque mire el juego de palabras, mire el juego de palabras.

Pero ¿sabe lo grave de esto? Que una presidenta que infravalora y desprecia las reivindicaciones y protestas que la ciudadanía hace en la calle un día sí y otro también es una presidenta que no escucha, no escucha lo que le están diciendo diariamente. O qué ocurre, ¿que sólo representa a quienes obedecen, acatan y asumen sus políticas? ¿En qué quedamos? Usted pide comprensión a sus políticas, pero las impone, y afirma que quiere liderar una rebelión social contra la crisis. Díganos contra cuál. Se apoya en su mayoría absoluta para traer los decretos leyes o, como el caso de la Ley de medidas extraordinarias en el sector público, sin cumplir siquiera el preceptivo trámite informativo con las organizaciones sindicales. Ataca y destruye los derechos de los colectivos más vulnerables como son los inmigrantes y las mujeres, y, mire, deja muy patente sus intenciones reales. Según su punto de vista, en la sociedad que usted defiende, los inmigrantes deben de estar en su país porque ya no hacen falta y, las mujeres, en su casa al cuidado del hogar.

Usted, como el señor Rajoy, como quienes defienden el liberalismo a ultranza, habla siempre de reducir el gasto —lo ha vuelto a hacer hoy—, pero nunca de recaudar más. Se empeñan en ser sumisos ante el capital. Aquí, junto con el Partido Aragonés, se hacen corresponsables de las políticas que imponen desde Madrid y vuelven a decir medias verdades. Dicen que no hay más remedio que acatarlas, pero muchas son potestativas y hay otras alternativas, fíjese que, incluso en Estados Unidos —ya sé que usted, luego, me hablará de China o de Corea, pero no—, lo que están haciendo es incentivar la inversión pública para generar empleo y reactivar la economía.

Pero, bueno, usted ha elegido el déficit por encima de las personas y su obsesión por rebajarlo le coloca frente a la mayoría social, que, además de injusta, lo que hace es aplicar una política absolutamente negativa para recuperar la economía y el empleo. Están ustedes instalados en un grave error: dicen que es primero pagar la deuda para después crecer y, mire, es justamente al revés, justamente al revés. El sistema capitalista que ustedes defienden necesita crecer para poder pagar la deuda. ¿Todavía no lo han entendido?

Usted se empeña en seguir el camino equivocado. Claro, llegados a este punto, creo necesario pedirle que concrete, dígalo claramente, si va usted o no a recurrir al fondo de rescate que el Gobierno pone a disposición de las comunidades autónomas.

¿Va usted a aceptar el corsé que se quiere imponer a las comunidades autónomas y el chantaje que se está utilizando contra ellas? ¿Va o no va a pedir Aragón ser rescatada? Díganlo claramente. No, no esperen a lo del día 27, cuando se va a presentar, díganlo ahora, porque este es el momento de decirlo.

Una cosa es la ayuda financiera que el Gobierno central debe prestar a las comunidades autónomas, y yo creo que usted sabe, señora Rudi, que el Estado es la Administración central, también la autonómica y también la local, creo que lo sabe. Pues lo que deberíamos de asegurar es la liquidez en condiciones mejores que las del mercado para el Estado. Pues, no, con el fondo que ustedes —el señor Rajoy en este caso y señor Montoro— pactan sindicadamente con las entidades financieras, no es a mejores condiciones del mercado, es especulativo. ¿Cómo vamos a rebajar así la deuda, señora Rudi? Los rescates, en el fondo, lo que hacen es pagar las consecuencias de la crisis a los sectores populares y garantizan los beneficios del capital financiero, porque, en el fondo, lo que verdaderamente se rescata y lo que están rescatando son los bancos.

Mire, denunciamos que el Gobierno central se intente aprovechar de las dificultades económicas de las autonomías para imponer condiciones políticas y de gestión económicas que no se corresponden con los programas de Gobierno que presentaron y, además, invade el marco de las competencias de cada comunidad autónoma y ataca a lo que establece la Constitución y los estatutos de autonomía. Esto último corresponde a un objetivo político del Partido Popular y de la derecha, que es de la recentralización del Estado.

Mire, al hilo de algún comentario que ha salido, creo que también se está utilizando la crisis en este caso concreto para reforzar el centralismo involucionista, para alentar determinados discursos y para criminalizar situaciones en las que la ciudadanía vuelve a expresar libremente lo que considera.

Para que no tenga ninguna duda, señora Rudi, nosotros y nosotras, Izquierda Unida, no somos independentistas, en absoluto, somos federalistas, republicanos y republicanas y federalistas. Eso sí, defendemos el derecho de los pueblos a que decidan libremente lo que quieran ser, porque hay muchas formas de decidir. Pero, mire, por encima de todo, anteponemos el pacto social, no el pacto fiscal, porque este debate, nosotros siempre lo hacemos desde el concepto de clase y nunca desde el concepto de patria.

Aquí llega el momento de preguntarle al Partido Aragonés: señores y señoras del Partido Aragonés, ¿comparten ustedes el centralismo y la involución autonómica que pretende el Gobierno de la nación?

Mire, señora Rudi, tengo que ir centrando. No se preocupe que sé muy bien dónde estoy, no se preocupe. No, no, una forma de hablar, no, estoy en el ejercicio de mi intervención y estoy todavía en tiempo. Bueno, algunos se han pasado más, no se preocupe.

Su discurso de ayer fue lo mismo. Fue pedirle a la gente que acepte con sumisión lo que marcan el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional y los mercados. ¡Obedezcan a la troika!, vino usted a decir. Pero por eso, porque no tiene programa, porque no tiene propuesta, porque preside usted un Gobierno plano y sin ideas, no habló de la gente, no habló de quienes sufren la pobreza y la exclusión, y no habló de quienes esperan un empleo, no habló de los jóvenes, los cito así, de pasada. No habló de futuro. No, no hablo de futuro.

Queremos hablar de la ciudadanía aragonesa y de sus problemas, de las urgencias sociales a las que usted no da respuesta y, sobre todo, queremos hablar de alternativas a la crisis, de esas que no tienen ni usted ni su Gobierno. Ciertamente que para ello hay que adoptar algunas medidas que trascienden las competencias de Aragón, algunas que dependen de Europa, de esa Europa del capitalismo liberal... Por cierto, usted ha hablado de Suecia para hablar de educación. Mire a ver el salario mínimo interprofesional en Suecia a cómo está y en otros sitios, y cómo está el IVA en esos sitios también. Lo digo porque todos miramos hacia Europa, ¿vale?

Bueno, pues, esa Europa se la debemos a quienes defendieron el tratado de Lisboa. Claro, ¿y quienes lo defendieron? Pues, mire, lo defendieron ustedes, los liberales, los socialistas, los socialdemócratas europeos, que fueron los que implantaron ese modelo que al final ha convertido la Europa social en la que creíamos desde la izquierda, en la Europa del capital. Por eso, ustedes, aquí, de acuerdo también con ese modelo que les parece bien en Europa, cambiaron la Constitución para imponer las políticas de ajustes y recortes. Hoy han vuelto a coincidir alguna que otra vez, ¿eh? Usted, incluso, les ha echado algún que otro requiebro —permítame la palabra—.

Pero, claro, desde la legitimidad que nos da haber estado enfrente de Maastricht, de habernos opuesto al tratado de Lisboa, de haber reclamado un referéndum para que la ciudadanía opinara, desde la legitimidad que nos da ser la única fuerza política federal que no ha asumido la lógica liberal del capitalismo, le queremos hacer unas propuestas. Ya sabe que van a ser de izquierdas, ¡faltaría más!, pero queremos, señora Rudi, que fije posición sobre ellas, y para que la ciudadanía tenga elementos de juicio, si no las va a aceptar, dé las explicaciones de por qué hacerlo.

Mire, una primera: ¿piensa usted que es necesario incorporar a la Constitución española el principio de garantía del gasto social y, por consiguiente, derogar la Ley de Estabilidad Financiera? Es fundamental que responda usted a esta pregunta. Debe decir públicamente si sigue usted defendiendo la política de ajuste duro y recortes, la que establece la intervención de las autonomías y, en definitiva, la que nos ha llevado a profundizar en la crisis y en la recesión económica.

Nosotros creemos que hay que defender lo público para que la educación, la sanidad, el cuidado de la infancia, las prestaciones sociales, la dependencia y autonomía personal, la tercera edad, el transporte público, el deporte y la cultura sean considerados servicios públicos que dependen de la responsabilidad pública y tienen carácter universal y gratuito. Ya sabemos que una liberal reformista como usted no comparte esta idea. Pero, ¿va a seguir profundizando en la demolición de los servicios públicos y desmontando el Estado social?

Hablamos de deuda. Defendemos una auditoría de la deuda. Pero quiero hacer una consideración previa: Izquierda Unida no considera los servicios públicos como generadores de deuda, sino que creemos que son una inversión social. ¿Los considera usted así, o gasto que hay que recortar? Sobre todo cuando vemos que realmente solo el 16 % de la deuda es imputable a prestación de servicios públicos, solo el 16% de la deuda. Por ello, no deben computar como deuda, creemos que debe separarse de la demás. Nosotros, la otra deuda, la que no tiene que ver con las prestaciones sociales, la consideramos ilegítima. Y es verdad, hay que pagarla, pero, hombre, sepárenla de la que es social, negocien con los bancos... Sí, claro, negocien con los bancos, y, a partir de ahí, busquen más posibilidades de recursos.

Necesitamos un plan de empleo, señora Rudi. Usted no dijo nada de un plan de empleo ayer, nada. Solo se acordó de los emprendedores y de algún que otro empresario o empresaria. Nosotros creemos que hay que hacer un plan de empleo urgente, dotado suficientemente, que obligue a las empresas a tener, a procurar empleo digno y de calidad y que contemple medidas de reparto del trabajo y de conciliación de la vida laboral y familiar. ¿Tiene usted previsto ese plan? ¿Se lo ha guardado ahora para sorprendernos?

La situación socioeconómica y el drama del paro requieren medidas fiscales que permitan recaudar para obtener fondos con los que recuperar la inversión productiva. ¡Hombre!, antes, dice usted, según la declaración de Hacienda, ¿qué se creen ustedes que hay en Aragón? Pues, supongo que, como en todas parte, un 25% de defraudadores y evasores fiscales, a los que habrá que ir a buscar, digo yo, me parece. Y entonces, se trataría de actuar sobre ello, pero, al mismo tiempo, incrementar, con criterios de progresividad, todos los tramos autonómicos de los impuestos estatales y anular las desgravaciones efectuadas que han seguido ustedes haciendo sobre los impuestos de sucesiones, donaciones y transmisiones patrimoniales.

¿Cree usted que ha llegado el momento de recuperar otra vez la fiscalidad verde para internalizar los costes ambientales?

¿Tiene usted prevista la revisión de las tasas y precios públicos con criterios de progresividad y exenciones para trabajadores y trabajadoras en paro?

¿No vio usted como buena idea crear la agencia tributaria autonómica y potenciar la Inspección de Trabajo para perseguir y castigar el fraude fiscal y la economía sumergida?

Las reformas laborales, en el caso de la función pública, tienen un punto potestativo. ¿Va usted a aplicar las posibilidades de despido en la función pública aragonesa?.

En esa misma dirección, ¿su empresa..., su Gobierno, perdón —su Gobierno: ha sido un error—, su Gobierno va a penalizar duramente los despidos que realicen empresas con beneficios, como los de Casting Ros, por ejemplo, que hemos conocido antes de ayer?

Ustedes hablan mucho de las pequeñas y medianas empresas y de los autónomos. ¿Hablan también de las pequeñas explotaciones familiares agrarias?

El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Barrena.

El señor diputado BARRENA SALCES: ¿En qué se concretan las medidas de su Gobierno para apoyar?

Creemos necesario también introducir sistemas de control y racionalización del gasto público con participación de los trabajadores y de las trabajadoras y también de la ciudadanía que los utiliza. No como lo están haciendo ustedes, que están presuntamente racionalizando el gasto, aunque no nos dan cifras más que de las ciento ocho famosas medidas, pero vemos cómo se están incrementando las listas de espera en sanidad, cómo aumentan las ratios en la enseñanza, cómo hay más barracones en los centros públicos que hace un año, cómo hay menos prestaciones por dependencia y, al mismo tiempo... Bueno, yo es que las banderas nunca me han gustado mucho; menos las que se bordan con oro y se le regalan a la Guardia Civil, pero en fin... Es así. Pero, mire usted, resulta que siguen manteniendo contratos como los de Dorna Sports, siguen financiando etapas de la Vuelta ciclista, siguen patrocinando equipos deportivos, siguen cubriendo déficits de Aramón, de Plaza, de Motorland —ya, ya, claro—, a costa de los hospitales y colegios.

Mire, vamos a presentar una batería de propuestas de resolución. Son propuestas hechas desde el compromiso con la ciudadanía; desde luego, desde la discrepancia con sus políticas, pero desde la convicción de que es posible una salida más justa y social de la crisis. Vamos a hacer propuestas, porque usted no ha hecho ni una. Por lo tanto, al menos vamos a tener unas propuestas sobre las que votar en este debate, que son la de Izquierda unida. Y aquí vamos a ver cuál es su posición y cuál es la de su Gobierno.

Mire, somos radicales defensores de la universalidad y gratuidad de los servicios públicos, de la laicidad, del empleo estable, seguro y de calidad, y del desarrollo equilibrado y sostenible, y del Estado del bienestar y de la fiscalidad progresiva y de la participación democrática.

Usted volvió ayer a hablar de pactos. Si está dispuesta a dar contenido social a su propuesta y se decide a hacer políticas a favor de la mayoría social, ahí puede que nos encuentre, siempre desde la oposición —no tenga ninguna duda—, pero nos encontrará dispuestos y dispuestas a apoyar soluciones que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía, que construyan territorio y avancen en los derechos sociales. Yo espero y, por la gran mayoría de la población aragonesa, deseo que estudie nuestras propuestas y que justifique, si no las acepta, los motivos por los que no puede hacerlo.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Barrena.

La señora presidenta puede intervenir.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señor Barrena, la verdad es que podría haber contestado conjuntamente con Chunta Aragonesista porque los argumentos en algunos de sus aspectos coinciden bastante, pero, en fin, en cualquier caso he querido respetar la tradición de esta Cámara de hacer este debate contestando de manera individual a los grupos de la oposición. Pero entenderá que no ocupe demasiado tiempo, y estoy segura de que sus señorías me lo agradecerán, en reiterar cosas que ya he dicho aquí esta mañana.

Mire, señor Barrena, usted tiene una costumbre también —seguramente cada uno tenemos la nuestra— de hablar de una sociedad dual y excluyente, y para usted es sociedad dual y excluyente toda aquella que no se acopla a sus diseños de sociedad. Y, a partir de ahí, cualquier otra cosa que se haga es fomentar la sociedad dual y excluyente. Y no es ese el modelo mío, señor Barrena. Se lo he repetido hasta la saciedad y se lo voy a repetir una vez más. Y, además, lo dije ayer y lo voy a repetir hoy. Mire, una cosa es que el derecho a los servicios públicos sea garantizado por las administraciones públicas y otra cosa es, como usted defiende, que esos servicios públicos necesariamente tengan que ser prestados directamente por el sector público. Son dos posiciones diferentes, no nos vamos a encontrar nunca, pero usted lo que no puede decirme a mí es que yo pretendo que solamente tenga asistencia quien la pueda pagar, porque eso jamás me lo ha oído ni leído, jamás. Me habrá oído muchísimas veces lo que le acabo de decir: garantía de los servicios públicos, Administración pública; prestación de los servicios por directamente públicos o bien por colaboración público-privada. Y lo voy a seguir repitiendo, señor Barrena, que, por otra parte, son ejemplos que están en muchos países.

Y, al hilo de lo que me decía de Suecia, mire, solamente una cosa: el IVA —me lo ha chivado mi portavoz— es el 25% en Suecia. Pero también le voy a decir una cosa. Mire, lo que yo he explicado del modelo es que no tiene nada que ver con el salario mínimo interprofesional. El modelo lo que significa es que hay libertad para crear un colegio, que por cada plaza de colegio lo que se paga lo fija la Administración pública y que la Administración pública a cada padre de niño le da esa cantidad, y los padres eligen a qué colegio llevan a sus niños, esté gestionado por quien esté gestionado. Y hay muchísimos modelos de instituciones que tienen colegios, de particulares. Eso es lo que le he dicho. Eso no tiene nada que ver con el salario mínimo interprofesional, que tiene que ver con otra cosa, con la renta per cápita, con la riqueza, con otras muchas cosas. Bien. Primera cuestión.

Segunda cuestión. ¿Voy a estar a favor de derogar la Ley de estabilidad? No. Así se lo digo de rotundo. Y podría seguir contestándole a todas las demás. Mire, usted defiende un modelo que está en las antípodas del que yo defiendo. Yo defiendo el modelo del Tratado de Lisboa, yo defiendo el modelo de la Unión Europea, yo defiendo el modelo que ha dado crecimiento a Europa y que, mayoritariamente, las fuerzas políticas de Europa apoyan, sean socialdemócratas, sean populares, sean liberales, sean democratacristianas. Y luego están ustedes. No sé lo que hacen los comunistas de Francia, se lo debo confesar, no lo sé, no se lo puedo decir porque no sé si están a favor... Probablemente estarán en contra también, no lo sé, pero, en cualquier caso, creo que en el mapa político europeo somos muchas más las fuerzas políticas y representamos a un volumen de sociedad mucho más amplio que defendemos este modelo, con sus luces y sus sombras, sombras que hay que corregir, y en este momento está en debate el futuro de la Unión Europea, pero lo que no se está debatiendo ni se está discutiendo es la necesidad de avanzar en la consolidación fiscal, y avanzar en la consolidación fiscal supone tener la Ley de estabilidad presupuestaria que a usted tan poco le gusta.

Mire, segunda cuestión. Beneficencia y atender a los de aquí antes que a los de fuera. Mire, no es eso lo que yo he dicho, señor Barrena, no es eso lo que yo he dicho. Los que están aquí son todos de aquí, independientemente de cuál sea su lugar de origen. Lo que he dicho es que, en lugar de ir a atender al tercer mundo en su lugar donde están, en su país, en su continente, como tenemos escasez de recursos, esos recursos dedicados al 0,7 de la cooperación, parte de ello lo hemos dedicado y lo estamos dedicando a atender las necesidades de aquí. Pero le puedo asegurar..., y no tergiverse mis palabras, que es mucho más inteligente que todo eso, señor Barrena, o por lo menos yo lo considero, como para decir que yo estoy diciendo que aquí, en Aragón, en España o en Europa, tengan que tener distinto tratamiento unos que otros. No, eso no lo he dicho, y he explicado esta mañana muy claramente cuál era el modelo de atención sanitaria en Aragón.

Mire, ha dicho algo de fraude electoral que le ruego que me lo aclare porque no he conseguido entenderlo. Espero que no me haya acusado de cometer fraude electoral, espero. Imagino que con su buen hacer no va a ser eso.

Mire, jornadas, amortización de plazas, ERE y todo lo demás. Vamos a hablar algo de eso. Mire, usted decía, y no hablaba de jornadas... Espere, que me pongo las gafas, porque, si no, la fecha no la veo. 1 de agosto de 2012: Izquierda Unida cifra en dos mil cien los despidos de profesores. Cuatrocientos cincuenta y algo, señor Barrena. Despidos de profesores, cuatrocientos cincuenta y algo. [Aplausos.]

Y, señor Barrena, simplemente de pasada, ¡hombre!, hay algunas declaraciones, que en este caso no son de usted, pero son de alguien de su partido, que acusaron al Partido Popular de tratar a los inmigrantes como si fueran perros. No es la definición ni la terminología más acordes democráticamente hablando, porque además es falso; pero simplemente al hilo. Pero, mire, no dos mil cien, sino, despidos de profesores, cuatrocientos cincuenta y cinco, me parece que he dicho esta mañana. Y ahora vamos a lo de las jornadas incompletas. Mire, las jornadas incompletas no nos las hemos inventado en este curso. Jornadas incompletas, el pasado curso, el último curso del Gobierno anterior, eran el 24% de los contratos, y, en este momento, el 30%, señor Barrena. Veinticuatro de jornada incompleta frente al 30%. Y no dos mil cien personas despedidas —o interinos no contratados, que sería la terminología exacta—, sino cuatrocientos y pico.

Pero, mire, sigamos hablando de gasto social y de amortización de empleo público. Mire, ¿amortización de plazas públicas? Lo hicimos el año pasado y lo haremos este. Aquellas que llevan desocupadas más de dieciocho meses —se lo dije y lo sigo diciendo—, porque no hace falta tener plantillas sobredimensionadas, y se es eficiente gastando donde se debe gastar. No se va a echar, por supuesto, a nadie a la calle; ahora, plazas que en las plantillas del Gobierno de Aragón lleven desocupadas dieciocho meses, el año pasado se amortizaron del orden de trescientas y este año se amortizarán las que sean, que no lo sé todavía porque no me lo ha contado el consejero de Hacienda. A partir de ahora empezaremos a hablar de ese asunto: así de claro.

Empresas públicas. Mire, empresas públicas, los despidos que ha habido son aquellos que en las cúpulas de las empresas públicas duplicaban cargos directivos. También le voy a decir una cosa —sé lo siguiente que me va a preguntar—: SIRASA y Sodemasa, el día 1 se reúne ya la primera reunión del consejo de la nueva sociedad, y le voy a asegurar una cosa: los ajustes de plantilla que ahí pueda haber no van a ir por la parte de los agentes forestales, sino que tendrán que ir por la dirección que es donde hay duplicidad. Porque también le voy a recordar una cosa: este año hemos adelantado dos meses las plantillas necesarias para atender los incendios forestales, que eso sí que ha supuesto el que se adelantase el contrato de los fijos discontinuos, que son en los que están los agentes forestales para luchar contra el fuego.

Y, ¡hombre!, usted me ha hablado mucho de los ERE, me ha hablado mucho de todos los que se están..., de la reforma laboral, muy negativa, y, efectivamente, la reforma laboral, ustedes la critican mucho. Diario El Mundo de hoy: «Empleados de Comisiones Obreras, a la huelga contra el sindicato. La central aplicará a veinticuatro trabajadores la reforma laboral con despido de veinte días. El sindicato propone una indemnización de veinte días por año con un tope de doce mensualidades, una oferta que se ajusta a lo que marca la legislación tras la última reforma laboral». Señor Barrena, un poco de incongruencia, ¿no? Mientras ustedes se están manifestando en contra de la reforma laboral, resulta que, cuando tienen que ajustar plantilla sus sindicatos, la están aplicando. Señor Barrena, seamos un poco serios. [Aplausos.]

Pero, mire, de ejemplos de ajustes podemos hablar todos. Mire, creo que ustedes, su partido gobierna ahora en Andalucía, y han hecho un plan de ajuste en Andalucía. Pues mire, le puedo decir: aumento de la jornada lectiva y sustitución de profesores, lo han aplicado; universidades, incremento de los precios públicos de matrícula y de la dedicación del profesorado; disminución del gasto farmacéutico... Si quiere podemos seguir, y así... Paralización de obra pública... Y así podríamos seguir. Pero también le voy a decir otra cosa, señor Barrena, para que vea cómo se critica cuando se está en la oposición, pero, cuando te enfrentas a la dura realidad, que es lo que les está pasando a sus compañeros en Andalucía, han tenido que asumir las propuestas de ajuste que el Gobierno andaluz está haciendo después de las elecciones. Y ya esos porcentajes que le gustan tan poco. Mire, en los presupuestos del año 2012, Andalucía dedicó el 29,14 a sanidad; Aragón, el 36,46%. Y, si sumamos la sanidad y las prestaciones asistenciales y el empleo y relaciones laborales, Aragón dedica el 45,97 de su presupuestos; Andalucía, el 42,26. Dígame usted en su terminología quién es más progresista. [Aplausos.]

Mire, con mi discurso de ayer, cuando yo hablé de que el IAI le llegue a quien le tiene que llegar, no penalizamos a nadie ni levantamos velos de sospecha sobre nadie, pero usted entenderá que debemos comprobar desde la Administración pública que quien está cobrando el IAI sigue viviendo en Aragón, porque cuando decimos eso es porque de comprobaciones efectuadas se ha descubierto algún caso de personas que lo estaban cobrando y ya no vivían en Aragón. Y a eso es a lo que me refiero cuando yo ayer dije que teníamos que preocuparnos de que el IAI le llegue a quien le tiene que llegar.

Mire, hablar de capitalismo, de concepto de clase, ya... El problema, señor Barrena, es que para usted solo es trabajador el que usted coloca bajo el nombre de trabajador. Señor Barrena, yo me considero una trabajadora. Yo, al autónomo, le considero un trabajador. Yo, al director de una oficina bancaria, le considero un trabajador. Al agricultor le considero un trabajador. Al emprendedor le considero un trabajador. Eso es todo lo que yo hable ayer, señor Barrena. El único problema es que usted utiliza un concepto, una acepción restringida de la palabra «trabajador», y yo utilizo el concepto amplio: trabajador es todo aquel que desarrolla una labor, señor Barrena. Esa es otra diferencia también entre usted y yo.

Mire, me habla de decretos aprobados los viernes por la tarde. A esta Cámara pocos decretos hemos traído —alguno hemos traído—, y, desde luego, no de gran contenido; y el que ha tenido contenido se ha tramitado como proyecto de ley, señor Barrena.

Si ya quiere que entremos a analizar las preguntas contestadas una a una, seguramente no tendríamos tiempo en este debate. Pero hay una cuestión clara, señor Barrena, y usted lo sabe: en esta Cámara, la práctica de comparecencias del presidente por petición de la oposición era bastante más reducida que la que yo he ejercido durante este año, señor Barrena; por tanto, no dije nada que no fuera cierto cuando lo dije ayer.

Mire, respeto a quienes se manifiestan. ¡Faltaría más! El lunes estaba usted manifestándose en las escalinatas del Paraninfo cuando yo subí. ¡Faltaría más! Y yo pasé, lógicamente, entre los manifestantes. Eso es una forma de respetarlos. Porque yo quería entrar por donde tenía que entrar, por la puerta principal, y no hubo exceso de policía, como usted dice, ni hubo intervención policial, como usted ha dicho, que nos ha acusado, nos ha dicho que estábamos reprimiendo las manifestaciones con la policía. Ejemplo del lunes pasado, que usted tuvo la oportunidad de vivir en directo porque estaba allí con la manifestación. Bueno, la verdad es que hizo dualidad: estuvo fuera y luego dentro [risas], en su doble condición de manifestante y de portavoz, pero me parece muy bien, me parece perfecto. Y usted vio cómo tanto la consejera como yo misma subimos entre los manifestantes. Eso sí, nos oímos alguna palabra malsonante que no devolvimos ni devolveremos. Por tanto, respeto a las pancartas, todas en absoluto.

Señor Lambán, mire... [Rumores.] Perdón: señor Barrena. Perdón, perdón, perdón. Ha sido un lapsus. Mire, usted me dice que no utilice los porcentajes para hablar de cantidades. Mire, el problema es que la forma de ver las prioridades de un Gobierno es la distribución de su presupuesto que hace. Eso seguramente a usted no le vale, pero le puedo asegurar, como le decía antes a la señora Ibeas, que es el modelo de comparar, es la forma de comparar elementos homogéneos, porque, si no, estamos comparando elementos heterogéneos.

Mire, me dice que llevamos un camino equivocado, el del capitalismo —ya se lo he contestado—, y me dice que ustedes son republicanos y federalistas. Pues, mire, yo no soy ni lo uno ni lo otro, pero el mismo respeto para mí. No soy republicana. Yo creo que la monarquía, el modelo de monarquía parlamentaria que nos dimos los españoles en la Constitución ha sido un buen modelo, que ha ayudado al funcionamiento de España; y, además, en lo del federalismo entraríamos en un debate muy complicado, porque federalismo es lo que surge después de la unión de partes diferentes, y lo que surge en la España del setenta y ocho no es la unión de partes diferentes en un todo, que sería el federalismo, sino que, históricamente, España ha tenido otro modelo. Pero en cualquier caso es una discusión teórica que creo que en este momento tampoco nos ocupa.

Y permítame que termine, señor Barrena, con una cosa, con la rebelión, que usted ha dicho que yo no podía. Mire, exactamente —y tengo aquí el texto de mi discurso, que es el que yo dije y el que está colgado en la página web— dice: «Esta es la legislatura de la rebelión social contra la resignación y a favor de una nueva manera de hacer política. Ese es nuestro mandato: liderar desde las instituciones la rebelión de los aragoneses contra la crisis económica, social y política a la que nos han llevado demasiados años de irresponsabilidades políticas en el ámbito nacional». Frase que reitero esta mañana.

Simplemente le recuerdo alguna cosa más: el problema de ustedes, señor Barrena, es que solo creen que en el mundo existe una ideología, la suya, y yo creo en la pluralidad política. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Señor Barrena, puede intervenir por tiempo de diez minutos.

El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.

Señora Rudi, le agradezco la deferencia que ha tenido de, aunque parece que ya no tenía nada que decir, estar contestando a Izquierda Unida. Yo creo que sí que ha dicho alguna cosa, porque creo que lo merecía y creo que habíamos aportado algún elemento novedoso que no había salido todavía en el debate.

Usted ha jugado un poco con las palabras en el sentido de cómo las utilizo. Yo creo que es lo que usted ha hecho. Usted al final dice: «Usted solo habla de trabajador o trabajadora en el concepto que usted dice». ¿Qué se cree, que yo no la considero a usted una trabajadora, y a mí, y a todo el que trabaja? A un obispo, no, pero, mire, a los demás sí. [Risas.] Seguro que al arzobispo usted también lo considera un trabajador o trabajadora, pero yo ahí no voy a entrar. Yo ahí no voy a entrar. No voy a entrar, no voy a entrar en ese tema. O sea, que no se esfuercen, que no se esfuercen, que no voy a entrar, que no voy a entrar, que voy a seguir con mi discurso, que no se preocupen. Vamos a ver, entonces, usted antes definía como demagogia el no decir lo que usted dice, el no compartir sus políticas. Sí, hombre. Mire, voy a venir aquí con su discurso todos los días y se lo voy a leer. No me lo decía a mí, es verdad, pero usted lo decía así. Y luego resulta que, al final, lo que está haciendo usted es utilizar frases, palabras y tácticas para rehuir el debate. Oiga, de Andalucía, cuando quiera, hablamos, pero tomando un café, que aquí es el debate de la presidenta de Aragón y vamos a hablar de Aragón. De Aragón. Y vamos a hablar de las cosas que pasan en Aragón. Y, ya le digo, cuando quiera, hablamos de Andalucía y de donde haga falta.

Pero, mire, algunas de las cuestiones que usted ha dicho y que le quiero matizar. Claro que usted defiende una sociedad excluyente, totalmente. Mire usted las medidas que ha puesto en marcha y dígame hacia dónde van. ¿Van hacia la cohesión social? Dígame una sola que va para la cohesión social, una sola —o media, ya que estamos en lo de las medias verdades—, diga una o media que va para la cohesión social. Dígamela, a ver si es capaz de decírmela. Una sola, en un año.

Dice usted, jugando con lo de público y privado, que la Administración lo que tiene que hacer es garantizar la prestación del servicio y que no necesariamente tiene que ser todo público. En ese debate... Bueno, si nos conocemos... Pero ¿de verdad usted cree que, aunque sea a través de lo privado, están garantizando los derechos a la gente? Entonces, ¿por qué hay más de cuarenta mil ciudadanos y ciudadanas en Aragón que ya no tienen ni prestaciones ni subsidio ni demás? Eso, ¿quién se lo va resolver, el...? ¿Cómo se llama ahora, el Liberbank? ¿O cómo? ¿O ahí no entra lo público-privado? Digo, para no seguir haciendo juegos florales, señora Rudi. Tendrá usted que reconocer que la obligación de su Gobierno es garantizar los derechos sociales. Y ahora mismo le acabo de poner un ejemplo en el cual no los están garantizando, ni desde lo público... Y, bueno, ¡anda que en esto de lo privado van a entrar! Como es tanto negocio, ¿sabe usted? Seguro.

Pero ese es su problema. Pero yo defiendo... Y le cojo la palabra: garantice usted todos los derechos sociales a los ciudadanos y ciudadanas de Aragón que los necesitan, garantícelos. Incluso el ingreso aragonés de inserción, que le agradezco que hoy haya matizado que debe haber un caso puntual de no sé quién que ya no vive aquí y lo cobraba, lo agradezco, pero ayer habló usted generalizando. Y, por lo tanto, como uno está ya en ese sentido un poquito avisado, por eso dejemos las cosas claras. Por cierto, ¿cuántos defraudadores ha pillado usted? Porque, mire, ha pillado a uno del IAI que resulta que ya no tenía derecho a la prestación, pero ¿defraudadores? [El consejero de Presidencia y Justicia, Sr. BERMÚDEZ DE CASTRO, desde su escaño y sin micrófono, se expresa en términos ininteligibles.] ¿Sí? Pues hay todavía unos cuantos más, unos cuantos más. ¿Me lo está respondiendo la presidenta o el señor consejero? Está usted nervioso, está usted nervioso. Cálmese. [Rumores.] ¿Ve lo que pasa, señor presidente, por no dar de comer? Baja la glucosa y...

El señor PRESIDENTE: Siga, señor Barrena, siga.

El señor diputado BARRENA SALCES: Tranquilos.

A ver, lo de las cifras del paro y la reforma laboral. Oiga, es de traca que utilice usted como fuente de información una portada de un periódico porque una organización sindical, en este caso Comisiones Obreras, por la decisión de su Gobierno de atacar a las organizaciones sindicales y rebajarles absolutamente todos y cada uno de los programas y medios con los que tenían que gestionar, evidentemente, ese sindicato ha tenido que tomar esa dura decisión, que, fíjese... ¿Sabe usted cuántas veces han aplaudido dos veces los diputados y diputadas de su grupo? Oiga, es curioso: háganselo ver. Fíjese, han aplaudido cuando ha dicho usted que han despedido a cuatrocientos cincuenta interinos e interinas... ¡Plas!, aplauso. Sí, sí, que han aplaudido; que sí, hombre, que sí, que han aplaudido. Sí, sí. Y luego han vuelto a aplaudir cuando ha dicho usted que Comisiones ha despedido a veinte. O sea, los aplausos del Partido Popular van destinados a las veces que se habla de despedir trabajadores y trabajadoras. [Rumores.] ¡Que lo sepan todos y todas, que lo sepan, que lo sepan! ¡Que quede clarito! Aplauden hasta con las orejas cuando se despide a trabajadores y trabajadoras.

No, pero voy a ir a los datos, a los datos de los que usted hablaba con el profesorado. Mire, cuando coge usted esa declaración mía, que creo que era del 1 de agosto, lo que su Departamento de Educación presenta en la mesa sectorial a los sindicatos daba esas cifras de pérdida de empleos en la educación. Daban esas cifras. Otra cosa es que, debido a la presión, debido a la movilización, hayan querido ustedes maquillar las cifras. Y, hombre, otro, otro buen... En fin, a Izquierda Unida. Yo es que... No sé, de pronto se le olvida. Claro, me llama hasta Barreda. No me extraña que se le olvide. Ya sé que ha sido un error, señora presidenta. Pero, mire usted, ¿de qué sirve que el anterior Gobierno —por cierto, en el medio, el mismo socio de ahora—, de qué sirve que el anterior Gobierno, la temporalidad, solo aplicara el 24% y ustedes solo el 30? ¿No hay temporalidad entonces? ¿Quiere usted que le enseñe los contratos que hay de tres horas? Sí, sí, que lo ha dicho usted: del 24 al 30. Pues claro que tiene un 30% de temporalidad. Un 30% de temporalidad entre el profesorado, cuando resulta que es básico y fundamental para un buen proceso educativo la estabilidad, los equipos, el trabajo y demás. Que sí, que sí, señora Rudi, que sí. Ya sé que hay cosas que le pasan así de pronto la nota, pero eso es lo que ha dicho. Pero ciertamente estamos en un curso que acaba de empezar, y hay más alumnado y menos profesorado. Y además ha hecho usted otro ataque al medio rural, especialmente al profesorado del medio rural, que es cerrar los centros de profesores y recursos, que era uno de los elementos de la formación. Y, evidentemente, claro que han recurrido a la trampa de las jornadas incompletas para, jugando con las palabras, decir la media verdad de que no han despedido. Claro, ya lo sé: les ha bastado con no renovar contratos, les ha bastado con no cubrir bajas por enfermedad, les ha bastado con no cubrir jubilaciones, les ha bastado con retirar... Porque, fíjese, usted lo ha dicho también cuando ha hablado del empleo público; ha dicho: «Lo que no hace falta». Y, claro, ¿no hacen falta profesores y profesoras de apoyo en los centros?; ¿no hace falta atender a la diversidad?; ¿no hace falta atender a las necesidades educativas especiales?

Lo del fraude, que me ha preguntado. Se lo voy a explicar. Mire, un fraude, jurídicamente hablando, evidentemente es un delito; políticamente hablando, señora presidenta, yo creo que es un fraude cuando se concurre a las elecciones con un programa... Para Izquierda Unida, los programas electorales son contratos, y yo me creo que para todos los demás partidos también. Por eso, cuando se incumple un contrato, a mí me parece un fraude. Y yo creo que usted ha incumplido su contrato con la ciudadanía. ¿Usted llevaba en su programa las cosas que ha hecho? Sí, sí, sí, ¿control de gasto público sin subir el IVA? [Rumores.] Y lo de despedir [rumores]… ¡Ah!, claro, o sea, ahora es ella la que habla de Andalucía, ahora yo tal y ahora no, ahora hay que hablar de Aragón, lo digo para la réplica, ¿eh? Como me salte con Andalucía, le diré: ¡chist, chist!, Aragón, ¿eh?, Aragón.

Sigamos entonces, sigamos entonces. Ha tenido usted que tomar decisiones; claro, usted dice: me las imponen. Sí, claro, ¡sí lo ha dicho!, hay que acatarlas, claro, como usted es monárquica, acatar ya sé que le cuesta menos que a un republicano, pero, bueno, ya lo sé, ya lo sé. Pero no, mire, está así el tema.

Sobre lo de comparecer aquí, que usted me ha dicho, dice que ha comparecido más veces, vale. ¿Ha comparecido todas las que le ha pedido la oposición? No. ¿Entonces? ¿Entonces? Entonces, ¿qué? ¿Que ha comparecido más que el anterior? Vale, pero no puede decir que ha comparecido a petición de la oposición porque no lo ha hecho. En los casos que no le interesan, no viene; bueno, no viene porque en la Junta de Portavoces, como tienen mayoría, dicen que no venga, le sirven de paraguas, pero está bien... No, no, que sí, que sí, que es así, ¡hombre!, cuando se dicen las cosas, se dicen.

Sabe usted que en estos momentos van ciento cuarenta y cinco proposiciones no de ley aprobadas y cuarenta y dos mociones aprobadas en esta Cámara. ¿Quiere que le diga cuántas han cumplido? Bueno, trabajo para el Gobierno…, bueno, no, no, que ya hablaremos de esto. Simplemente, recuerde el dato: ciento cuarenta y cinco aprobadas y cuarenta y dos mociones. Luego, como tengo los datos, en otra ocasión les diré cuántas han cumplido.

Tengo que acabar, señora Rudi. De verdad, se están empeñando en ver una burbuja, se están empeñando en que las cosas van bien, y la verdad es que nos preocupa mucho la deriva que están llevando. Y fíjese, supongo que me lo dirá al final, que se lo ha guardado, porque me dirá eso de remar todos en la misma dirección, eso le ha faltado. Pues, mire usted, lo importante no es remar todos en la misma dirección, lo importante es saber en qué dirección se rema, y, claro, si la dirección a la que me invita remar es la del ajuste, la del recorte, la de empobrecer los servicios sociales, la de llevar a la ciudadanía a la marginalidad y a la exclusión, pues, mire usted, ahí no vamos a remar. Entonces, si quiere que subamos a un barco, mire, primero, marque el rumbo, después, diga qué papel nos deja, si el de galeote, el de grumete, el de capitán..., el de capitán es un exceso por mi parte. Pero, hablando en esos términos, de verdad, queremos poder aportar soluciones, porque la gente lo está pasando mal, señora Rudi, y eso lo sabe y usted sabe también que lo que están haciendo no resuelve ni aporta nada.

Por lo tanto, reflexione, busque soluciones y, al menos, escuche algunas de las que se le plantean, que, aunque sea desde posiciones ideológicas diferentes, lo que buscan clarísimamente es el bien del interés general y, sobre todo, resolver el grave problema de la mayoría social, que es a quien no se le está resolviendo nada.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Barrena.

Puede intervenir la señora presidenta.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señor Barrena, volviendo a la terminología de trabajador, se lo he explicado al hilo de sus declaraciones, tanto públicas, ayer, como, hoy, en esta tribuna, diciendo que yo no había dicho la palabra «trabajador», y he querido explicarle, creo que con suficiente claridad, y, si no, ruego que me perdone, si no lo he hecho con suficiente claridad, que, para mí, el término «trabajador» es un término amplio y que, cuando hablo de «emprendedores», cuando hablo de «agricultores», cuando hablo de «autónomos», hablo de «trabajadores». Eso es por lo que, seguramente, usted, en su terminología, no sé si del poscomunismo o del comunismo, solo entiende como «trabajador» a un sector de la sociedad, y no es ese mi caso.

Señor Barrena, los aplausos de mi grupo. Los aplausos de mi grupo no han sido eso, y usted lo sabe, los aplausos de mi grupo han sido cuando yo he blandido sus declaraciones diciendo que se iba a despedir a dos mil cien profesores y se ha dejado de contratar a cuatrocientos cincuenta interinos, y los aplausos de mi grupo han respondido a mi manifestación de ponerlo a usted o al sindicato que está próximo a Izquierda Unida ante la incongruencia que supone, por una parte, estar criticando hasta la saciedad y manifestándose permanentemente contra una reforma laboral aprobada y hacer uso de ella, señor Barrena. Esos son los dos casos que originan los aplausos de mi grupo. No, señor Barrena, no juguemos con las palabras, no se aplaude que se despida, que todos tenemos familiares en paro, usted y nosotros. [Aplausos.]

Cuando usted me dice que qué hemos hecho por mantener la cohesión social, mire, en la distribución —se lo reitero hasta la saciedad, aunque sé que no le gusta oírlo— del presupuesto, mantener y priorizar el gasto social, eso es lo que desde mi Gobierno hemos hecho y vamos a seguir haciendo, dejar de gastar en otras cosas que consideramos superfluas y dedicar esos ahorros al gasto social, y por eso, en los presupuestos del año pasado, los departamentos que subieron en porcentaje fueron dos departamentos: Educación y Sanidad y Servicios Sociales.

Me dice que, por uno que haya, que busquemos defraudadores. Lo dije ayer en mi discurso, no me debió de prestar mucho atención, le dije que, con el plan de inspección fiscal que habíamos puesto en marcha el año pasado para los temas en que tenemos competencia, que son los tributos que nosotros gestionamos, habíamos aflorado quince millones de deuda tributaria. No sé cuántos son los contribuyentes, ese dato no me lo han dado en Hacienda, pero quince millones. Con lo cual, señor Barrena, de la misma manera que comprobamos que quien recibe una prestación debe recibirla, cumple los requisitos que las normas fijan, de la misma manera no, antes, porque este plan de inspección fiscal lo pusimos en marcha a finales del año pasado. Con lo cual, en ese asunto, señor Barrena, muchas lecciones tampoco, tampoco. Usted y yo, los dos, rechazamos a quienes engañan al fisco, usted y yo, por lo menos en igualdad de condiciones.

Cuando hablamos de Comisiones, me dice que es una dura decisión de los sindicatos. Por supuesto, por supuesto, estoy segura de ello, como es una dura decisión para cualquier empresario despedir a trabajadores, exactamente la misma, y, sin embargo, hay unas que ustedes satanizan y hay otras para las que dicen «¡ah!, es que han estado obligados». Pues mire, el empresario que, por desgracia, tiene que despedir, lo hace porque le han caído las cifras de ventas, porque no puede mantener, porque no tiene ingresos, porque la actividad económica al final tiene que ser neutra (ingresos menos gastos), porque no puede mantener.

Pero, fíjese, me he olvidado de contestarle antes a su primera intervención que una de las cosas que querían proponer era obligar a las empresas a contratar y a repartir la jornada. Señor Barrena, ¿he entendido bien? Menos mal, porque, claro, esto es Unión Soviética y sabemos dónde acabó. Entonces, espero que en estos momentos no sea eso lo que usted está planteando porque, vamos a ver, las empresas contratarán cuando tengan necesidad de contratar [rumores] y, para que las empresas tengan necesidad de contratar, lo que se requiere es que tengan capacidad financiera para poder seguir invirtiendo. Eso en cuanto a obligación de contratar. Otra cosa es incentivar el empleo a través de incentivos fiscales, de los cuales ustedes no suelen ser muy partidarios. Si me habla de eso, le digo que sí, y ayer planteé yo aquí tres desgravaciones fiscales. Si me habla de eso, le digo que sí; ahora, obligar a las empresas a contratar no. Y también le voy a decir una cosa: no comparto el reparto de la jornada laboral... Por eso le he dicho que, si lo ha dicho…, si no lo ha dicho, vale. Y lo que sí ha dicho es repartir la jornada laboral. A eso le digo que no, que no soy partidaria de repartir jornadas laborales, y, cuando se ha hecho en otros países, tampoco el resultado ha sido demasiado positivo.

Usted también critica el que nosotros seamos… Porque usted habla de dos cosas, una cosa son derechos sociales y otra cosa es prestación de servicios públicos. Usted me habla de derechos sociales. Derechos sociales: los que están aprobados por ley se cumplen. Ahora, también usted reconocerá conmigo que el que todas las personas tengan, además del IAI, prestación social para aquellos que están fuera de los circuitos laborales indefinidamente... Explíqueme un país donde eso exista, señor Barrena.

Pero, mire, yo, cuando le he hablado de la diferente forma de gestionar los servicios públicos, le he hablado de educación, le he hablado de sanidad, puedo hablarle de servicios sociales, y he puesto hasta la saciedad el ejemplo de las residencias en otros debates y de otro tipo de servicios que se prestan por las administraciones públicas y que se gestionan de manera indirecta por colaboración público-privada. Y, en estos momentos, el Ayuntamiento de Zaragoza, creo que con el apoyo de su grupo, ha aprobado la privatización del ciclo del agua, señor Barrena. ¿Embudo? ¿La parte ancha para usted y la estrecha para mí? Mire, señor Barrena, no tergiversemos la realidad. Y vuelvo a insistir: garantía de la prestación de los servicios públicos por parte de las administraciones; otra cosa es —y yo no soy partidaria— que solo los presten las administraciones públicas.

Mire, acatar... Me dice: es que usted, como es monárquica... No, no, mire: acatar las leyes, señor Barrena, y esto nos afecta a los republicanos y a los monárquicos, exactamente igual. Acatar las leyes, señor Barrena.

Mire, comparecencias de mi Gobierno... Pues, mire, de las comparecencias que han pedido, si no las he sustanciado yo, que he sustanciado muchas de ellas, siempre, en la mayoría de los casos, me atrevo a decir que en un 80 o 90% de los casos, ha comparecido el Gobierno porque ha comparecido un consejero, que es lo que prevé el Reglamento de la Cámara. Porque, cuando son peticiones de comparecencia de temas generales, las suelo asumir yo directamente y, cuando son peticiones de comparecencia que me hacen a mí, pero que son de temas muy sectoriales, las sustancia el consejero correspondiente. Por tanto, señor Barrena, creo que ahí llevo yo más razón que usted.

Y programa electoral. Le digo lo que le decía esta mañana —ahora sí— al señor Lambán: mi Gobierno no ha subido los impuestos. En este año, en estos catorce meses no hemos subido los impuestos. Y, seguramente, sus representantes de Izquierda Unida o Izquierda Plural —me parece que es ahora el grupo parlamentario del Congreso— ya se lo recordarán al señor Rajoy, pero, hombre, me sorprende que, para una vez que el señor Rajoy hace algo que ustedes llevan años pidiendo, lo critiquen también, me sorprende. [Risas.] No sé a qué carta quedarme. Pero, mire, lo he dicho esta mañana: me quedo con mi programa electoral, con el cumplimiento de mi programa electoral. Y lo he cumplido, señor Barrena. Dije que iba a controlar el gasto, dije que iba a controlar el déficit, y lo he cumplido. Dije que iba a mantener el gasto social, y lo he cumplido, y algunas otras cosas más.

Y termino con lo de remar en la misma dirección, que usted decía. No se lo pensaba decir, pero ya que usted lo dice, voy a hacer referencia a ello. Mire, desde la distancia lógica, hay cosas en las que nos podremos encontrar, pero, vamos, ya usted me dejó muy clarito en una carta en el mes de julio que no estaba dispuesto a pactar nada; luego, por tanto, por eso, señor Barrena, no le pensaba hablar de ese asunto.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora presidenta.

Corresponde a continuación el turno al Grupo Parlamentario del Partido Aragonés. Su portavoz, el señor Boné, tiene la palabra por tiempo de treinta minutos.

El señor diputado BONÉ PUEYO: Buenos días.

Señor presidente. Señora presidenta. Señorías. Señoras y señores que nos acompañan en este debate.

Abordamos hoy un debate que supone un enorme reto: estar a la altura de la ciudadanía, estar a la altura de cuanto desean y esperan quienes nos otorgaron su confianza para representarles en estas Cortes de Aragón. No es un reto fácil, nada fácil. Hay miles de aragoneses y aragonesas que lo están pasando francamente mal.

La ciudadanía está desencantada con la llamada clase política, con nosotros, y creo que, a la vista del debate de hoy, no sé si vamos a empezar a resolver este desencanto. No les gusta lo que ven, señorías, y, lo que es peor, tampoco vislumbran alternativas. La ciudadanía y los dirigentes políticos sufrimos un divorcio sin precedentes en nuestra democracia, sin precedentes. Parecemos inmersos en esos laberintos de espejos de los parques de atracciones donde hay demasiados callejones y nadie sabe dónde está la salida ni cuándo la encontraremos.

Lo peor sería engañarnos a nosotros mismos y a los ciudadanos. Por el contrario, son necesarias amplias dosis de realismo y de sentido común. La gente necesita conocer la verdad y aferrarse a ella en momentos de dificultad, porque la incertidumbre solo viene a agravar la situación. Los aragoneses, señorías, necesitan confiar y tener certezas.

No saldremos de esta crisis sin el impulso político que la situación requiere, pero tampoco superaremos la crisis si los políticos nos enrocamos, nos sofisticamos, vamos a lo nuestro, levitamos sobre el bien y el mal, sin escuchar a la sociedad. Las soluciones vienen con la política —todos lo decimos, y es verdad—, no vienen con la tecnocracia. Las decisiones hay que tomarlas con la cabeza, pero en este caso también con el corazón.

No debemos bajar los brazos y sentirnos derrotados. En el Partido Aragonés estamos convencidos de que, si queremos, podemos. Si nos lo proponemos, hay muchas cosas que los aragoneses podemos hacer por nosotros mismos. Siempre hay margen de maniobra, por escaso que sea. Aragón puede estar enfermo, pero está vivo. Estamos débiles, pero nos recuperaremos, porque de peores situaciones hemos salido a lo largo de la historia.

Este debate, señorías, debemos tomarlo como un examen anual de los partidos políticos ante los aragoneses. Ante vosotros, ciudadanos aragoneses, estamos obligados a rendir cuentas. Ante nadie más. Esto lo tenemos muy claro los diputados del Partido Aragonés. Nuestros jefes no son Merkel, ni Dragui ni Hollande, ni tampoco ningún dirigente nacional de ningún partido. El Partido Aragonés se debe única y exclusivamente a los aragoneses. Y ante los aragoneses toca ahora retratarse y expresar qué hemos hecho cada uno de los grupos parlamentarios en beneficio de Aragón durante casi catorce meses de legislatura.

En primer lugar, y ante todo, el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés ha aportado estabilidad creemos que cuando más se necesitaba. Ahora parece ser que hasta la estabilidad es mala. Luego me referiré a ella con más extensión. Me gustaría recordar que la legislatura arrancaba con unos resultados electorales que sus señorías conocen perfectamente y que se pueden explicar de forma muy simple: treinta diputados a la derecha, treinta diputados a la izquierda y siete en el centro —o en medio, señor Barrena, como le gusta decir a usted—, siete en el centro, del Partido Aragonés. Con esa foto fija, tocaba conseguir la máxima estabilidad posible. Si a la coyuntura de extrema adversidad sumamos unas instituciones inestables, entonces lo que tendríamos sería el caos más absoluto.

Y, hablando de inestabilidad y de caos, quería responder al señor Lambán, que no está presente en estos momentos en el hemiciclo —pero supongo que sus compañeros se lo transmitirán—, cuando ha hecho referencia a que el PAR, más que un partido coaligado, parece un partido acomodaticio. Pues no sé si será acomodaticio, pero no más acomodaticio que el PSOE en 1999, cuando tropezaron con el sillón del Pignatelli y, gracias al PAR, lo ocuparon durante doce años. Igual de acomodaticio. Responsable, señor Lambán, responsable: eso es lo que es el PAR. Con el Partido Popular, con nuestros socios de ahora, que no los hemos elegido nosotros —los han elegido las circunstancias, como en su día no les elegimos a ustedes, también las circunstancias—, tenemos que soportar decisiones que no nos gustan, y digo «soportar». Hay decisiones que no nos gustan. Lo mismo que tuvimos que soportarlas con ustedes. Por cierto, le dicen al señor Lambán que ese lapsus que ha tenido señalándome a mí y hablando del Partido Popular, a eso Freud lo llama actos fallidos. Está en su obra La interpretación de los sueños —creo que en el segundo tomo—. Que lo lea. De todos modos, los socialistas le pueden dar a esta Cámara, al Gobierno de Aragón, la estabilidad que necesita. Dénsela —es otra forma de estabilidad, mucho más sólida—. Dénsela, y pónganle sus condiciones. Ya saben: el número mágico es treinta y cuatro. Bueno, o treinta y tres. Normalmente treinta y cuatro. Digamos que, en situaciones extraordinarias, treinta y tres. Hay muchas sumas que darían estabilidad a esta Cámara. La mayoría absoluta se consigue con varias fórmulas, como ustedes saben.

Hablaba la portavoz de Chunta Aragonesista, a la que respeto profundamente en su concepción aragonesista de la política, de que estabilidad... Nos ha definido una de las acepciones que el diccionario da a la palabra «estabilidad». Yo voy a completar su aportación y le voy a decir lo que el diccionario define como «inestabilidad». Mire, alteración constante del carácter, del humor y de la tranquilidad de la persona. No me sorprende, señora Ibeas, que los aragoneses lleven veinte años votando estabilidad, porque con esta definición de «inestabilidad» es para salir corriendo. Es decir, estabilidad yo creo que es un valor. La estabilidad, por mucho que se quiera ridiculizar, es una cosa muy importante a la que nosotros hemos contribuido durante muchos años.

El año pasado entendimos que el partido más apoyado en las urnas era el Partido Popular y que era también quien debía afrontar la mayor responsabilidad política en el Gobierno de Aragón. Eso sí: mediante el cumplimiento de un acuerdo para la gobernabilidad de Aragón que marca el camino a seguir. Y yo quiero agradecer a la presidenta que ayer, en este su primer debate sobre el estado de la comunidad, hiciese continuas referencias a ese pacto de gobernabilidad, que es el que nos marca el camino del Gobierno en estos momentos.

La estabilidad es una base fundamental, pero no es un fin en sí misma. Ya lo dijimos, señora presidenta, en la investidura, y lo repetimos ahora. Es un buen instrumento, fundamental, pero no es un fin en sí misma. Conseguida la estabilidad, iniciamos la legislatura abriendo algunas líneas de trabajo ilusionantes: negociamos con el Partido Popular un paquete de incentivos fiscales, especialmente para los emprendedores y para los jóvenes, y pactamos una serie de enmiendas a los presupuestos.

Una de ellas, para respaldar los servicios ciudadanos esenciales en el medio rural que prestan las comarcas, unas entidades locales que es preciso seguir potenciando —y agradezco la referencia clara que la presidenta ha hecho a este respecto—. ¿Por qué? Por su inestimable valor para vertebrar el territorio. Decía usted, señora presidenta, que este es un tema que siempre nos separa, la concepción sobre las comarcas. Pues mire, le voy a decir que en el año 2000, en el año 2001, en el año 2002 no nos separaba tanto. No nos separaba tanto porque aquí se votaron treinta y dos leyes digamos que por unanimidad, con alguna salvedad muy excepcional, y el Partido Popular, en aquel momento, votó estas treinta y dos leyes. Solamente ponía una pega, que se tradujo en una disposición, la disposición adicional quinta, que era que los planes de obras y servicios de las diputaciones provinciales los gestionasen las comarcas. Hace diez años. Era la única diferencia a priori que nos separaba, que luego resolvimos, incluyéndolo en una disposición adicional quinta. Por cierto, en las leyes de este año pasado hicimos un ensayo para ver si encontramos alguna diputación y alguna comarca que estén de acuerdo en iniciar esta asignatura pendiente que lleva en estos momentos doce años. Por lo tanto, creo que al final no nos separan tantas cosas. Tampoco en el tema de las comarcas, que es un tema, para nosotros, fundamental.

Otra enmienda permitía crear una línea de apoyo a emprendedores, también a través de las comarcas, que esperamos, señor consejero de Hacienda, esperamos que se ejecute lo antes posible. Y asimismo acordamos dotar de una partida complementaria a la Universidad de Zaragoza, para nosotros motor de generación de conocimiento y de empleo en Aragón. También esperamos que, en el año 2013, lo que conseguimos el año pasado entre todos, porque fue una enmienda que firmamos el Partido Popular y el Partido Aragonés, que es garantizar la financiación básica de la universidad y el contrato programa, lógicamente con las enmiendas que nosotros presentamos, esperamos que lo podamos mantener durante este año. Esta es la posición del Partido Aragonés, y estoy seguro de que lo podremos hacer.

Pero, en estos meses, la grave coyuntura económica que sufre toda España nos ha arrastrado a Aragón de manera demoledora, con la lacra del paro y todas las consecuencias sociales que sus señorías conocen.

Señorías, toca hoy valorar si se ha hecho lo suficiente ante esta situación y, lo que es más importante, si se ha hecho todo lo que se podría haber hecho. Cada cual tendrá su punto de vista. Nosotros creemos que en muchos casos se ha hecho lo correcto, en otros casos se ha hecho lo posible, pero que ni es suficiente ni mucho menos se ha hecho todo lo que se podría haber hecho. Gestionar la escasez es siempre complicado, y por ello requiere un enorme plus de imaginación, de capacidad de trabajo, de rasmia, incluso de rebeldía y de convicción en las posibilidades propias, en las posibilidades de Aragón.

Las circunstancias económicas, presupuestarias y financieras se han visto agravadas por las condiciones exigidas desde Europa. Se han traducido en medidas que el Gobierno central ha impuesto, a menudo, sin el suficiente consenso territorial, social ni político, desde nuestro punto de vista. El Partido Aragonés ha denunciado, una a una, cuantas decisiones afectan al interés general de Aragón y de los aragoneses y a su autogobierno, y lo seguiremos haciendo, pese a quien pese, y daremos la estabilidad mientras nos sea posible. Solamente nos basaremos en un criterio: cuál es el beneficio para Aragón y cuánto le cuesta a Aragón. En este año ha salido menos Aragón, desde nuestro punto de vista, del que entró. Hemos salido con menos herramientas para tomar decisiones por nosotros mismos. Esto supone, para el Partido Aragonés, un paso atrás, y lo hemos dicho, especialmente en una coyuntura de crisis. En una coyuntura de crisis, cuantas menos decisiones podamos tomar desde Aragón más nos tocará obedecer y acatar lo que nos venga desde fuera.

El autogobierno no es algo etéreo o algo intangible. El autogobierno, señorías, es poder hablar de tú a tú con el Gobierno central, de manera bilateral, para defender nuestros recursos y nuestro modelo territorial. Pero, ante todo, el autogobierno es una poderosa herramienta para crear empleo, para amortiguar en Aragón las consecuencias de la crisis, mediante todos los mecanismos públicos, mediante todas las fórmulas público-privadas y mediante todas las decisiones necesarias para una política de crecimiento. El autogobierno facilita soluciones a ese modelo del bienestar que la sociedad busca garantizar. Todo tiene un precio, evidentemente, pero debemos ser muy cuidadosos en no rebasar líneas rojas, aquellas que atenten contra la cohesión social y la igualdad de oportunidades. Señorías, habrá que profundizar en la progresividad social para que aporten más quienes más tienen, para consolidar unos servicios suficientes para todo aquel que viva en Aragón.

La crisis se está cebando más con aquellos que menos tienen. Asistimos con gran preocupación al deterioro social que se plasma en problemas presupuestarios en temas tan delicados como las becas de comedor escolar o de libros, y le agradezco, señora presidenta, que usted ha hecho a este tema, porque esta era una de las cuestiones que nosotros habríamos puesto sobre la mesa en la negociación de presupuestos; por lo tanto, valoro muy positivamente que el Gobierno ya haya decidido con cargo a remanentes solucionar este problema que afecta a tantas y tantas familias. También el ingreso aragonés de inserción, las políticas activas de empleo del Inaem o los centros especiales de empleo. Se encienden las alarmas en cuestiones de solidaridad básica que creíamos garantizadas y superadas desde hace tiempo.

Habrá que ser realistas, pero también ambiciosos. Nuestro primer objetivo ha de ser frenar el riesgo de desenganche social de los más desprotegidos. Todo aragonés debería tener la convicción de que, pase lo que pase, al menos, no le va a faltar lo básico y lo fundamental. Lo primero, por tanto, ha de ser tocar suelo, un suelo que debemos tocar todos a la vez, sin que se descuelgue nadie. Si todos tocamos suelo, será más fácil que todos, también, podamos volver a crecer con mayor equilibrio social.

Como dice el presidente de mi partido, la mejor política social, señorías, es crear empleo. En este año nos han asaltado noticias como que novecientos jóvenes autónomos han cerrado su negocio en el último año, o que setecientos cincuenta y cuatro aragoneses emigraron entre enero y junio. ¿Cuántos más emigrarán hasta que termine esta crisis? ¿De verdad hemos hecho todo lo posible para evitarlo? ¿De verdad pensamos que esto es inevitable, señorías? En el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés estamos convencidos de que no, y por ello siempre conviene recordar algunas premisas.

La primera de ellas, que, en el acuerdo de gobernabilidad, la prioridad absoluta era la generación de empleo. Lo dijimos en la investidura y lo subrayamos ahora. Esta prioridad significa recurrir a todas las modalidades posibles para inyectar ilusión a la economía.

La Administración, señorías, no es una mera oficina de trámites, de pagos y de cobros. La Administración, con mayúsculas, es la maquinaria que los aragoneses nos damos a nosotros mismos para abordar soluciones en todas las competencias que ejercemos, mediante una arquitectura institucional propiamente aragonesa, basada en municipios, comarcas, provincias y con el Gobierno de Aragón a la cabeza. En la Administración, señorías, trabajan empleados públicos comprometidos con esta tierra, que creen en su cometido, sea en la educación, en la sanidad, en la justicia, en los servicios sociales, la industria o el medio ambiente, y que sufren las consecuencias de esta crisis como nadie; desde mi punto de vista, injustamente. De forma complementaria, la Administración tiene a su alcance poderosos modelos de gestión público-privados, unos modelos, señorías, que fueron una clara apuesta del PAR en los últimos años y que nos preocupa que se vayan quedando desdibujados, por ejemplo mediante la cancelación del Plan RED, que el PAR, señorías, señora presidenta, no puede compartir.

Decía usted, señora presidenta, que al PP nunca le gustó el Plan Red, y es cierto. Mire, al PAR, le voy a decir que tampoco nos ha gustado la gestión que el consejero de Obras Públicas ha hecho de los acuerdos de esta Cámara, tampoco nos ha gustado.

Como tampoco nos ha gustado, ya que ha salido el tema, la gestión que se está haciendo de Plaza, donde yo, que soy consejero de Plaza, siempre he visto que se han defendido los intereses del dinero público de los aragoneses. Tampoco nos ha gustado. Y lo que tampoco nos ha gustado es que, probablemente, como consecuencia de la mala fama de Plaza, en estos momentos, creemos que es un proyecto bastante paralizado.

Veremos, señorías, veremos, señora presidenta, señor consejero, si nos gusta el nuevo plan de carreteras, porque no lo conocemos, y somos socios de este Gobierno, pero como esperamos que venga a estas Cortes, lo conoceremos, y entonces veremos si nos gusta, y si nos gusta, lo apoyaremos, y si no nos gusta, intentaremos cambiarlo.

La Administración aragonesa tiene a su alcance amplias posibilidades de desarrollo del autogobierno. Por ejemplo, mediante la ley de aguas y ríos de Aragón, que ha de permitir implementar todos los mecanismos precisos para poner en valor nuestro recurso más preciado, con la máxima celeridad, incluida la ejecución de las obras de regulación de interés general desde Aragón. Desde el Partido Aragonés, tenemos intención de presentar una proposición de ley que concierte el máximo apoyo político posible para que podamos tener en Aragón una ley de aguas y ríos que necesitamos.

El impulso a las obras de regulación es urgente ante las reiteradas sequías, que agravan la siempre precaria situación del campo aragonés.

Señorías, la Administración aragonesa, gracias al autogobierno, debe pelear por tener más dinero para poder destinarlo a financiar inversiones creadoras de empleo, aunque para ello tengamos que endeudarnos algo más o devolver un poco más tarde nuestra deuda. Por eso nos duele que se premie a los que peor lo han gestionado a nivel nacional.

La Administración aragonesa, gracias a nuestro autogobierno, puede y debe luchar para que no se pierda ni un euro de lo que Madrid nos debe, como, por ejemplo, los Programas de Desarrollo Rural Sostenible, a los que nuestro partido no piensa renunciar. El «dios déficit», señorías, idolatrado por media Europa, no debería nublarnos la vista, como si se tratase de un maná.

Comprendemos que al Partido Popular le resulte complicado rebelarse contra sus correligionarios de Madrid, como le resultaba o le resulta al Partido Socialista. Pues, bien, en nombre de mi grupo parlamentario, les ofrezco una solución: aquí tienen al PAR para ser reivindicativos. Tienen la coartada perfecta para ser beligerantes ante Madrid: ¡sus socios!, ¡nosotros! La oferta de diálogo y reivindicación es extensiva a los cinco grupos políticos, porque superar la crisis es un reto de todos. Aquí, señorías, no sobra nadie. Todos los partidos y todas las Administraciones tienen su responsabilidad, pero también sus oportunidades para avanzar, lo mismo que los empresarios, los sindicatos o las asociaciones. Cuanto más diálogo y más unión haya entre las instituciones y la sociedad, más ideas sumaremos, señorías, y mejor podremos adaptar a las peculiaridades de Aragón las medidas, a veces drásticas, que se adoptan desde Madrid. Cuanto más entendimiento haya, más unidos estemos y más convencidos estemos de nuestra propia potencialidad, más valoraremos que vale la pena defender lo nuestro, defender lo propio frente a cualquier intento de involución.

Son muchos los retos pendientes y son muchas, señorías, las soluciones que hay que alcanzar entre todos, cada uno en la medida de su responsabilidad. El Grupo Parlamentario del Partido Aragonés va a defender siempre aquello que consideremos que sea de justicia y de sentido común, y bueno para Aragón y los aragoneses, mediante la óptica de nuestro aragonesismo social. Un aragonesismo social, integrador, de futuro, revisado al alza, que quiere sumar, aglutinar y liderar todas las potencialidades de esta tierra. Los aragoneses, en general, y nuestros miles de votantes aragonesistas, en particular, no entenderían que hiciéramos otra cosa que no fuera defender lo nuestro.

Habrá que sortear dificultades y mantener complejos ejercicios de equilibrio. Seremos generosos, pero no «estaremos por estar», ni abandonaremos los dogmas del aragonesismo al albur de las urgencias y las precariedades. Al contrario, tenemos que ser más firmes y exigentes, si cabe, para que se haga aquello que la ciudadanía demanda. Por eso, el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés ha fijado posición propia, en este primer año de legislatura, en más de setenta ocasiones, mediante proposiciones no de ley y enmiendas a iniciativas de otros grupos parlamentarios.

Y si me lo permiten, señorías, quiero agradecer el esfuerzo, la entrega y la coherencia de mis compañeros de grupo parlamentario al servicio de los aragoneses, y así vamos a seguir, cuidando la estabilidad institucional, le pese a quien le pese, pero sin renunciar a nuestras señas de identidad, a nuestro aragonesismo, a nuestro centrismo, que suponen nuestro bagaje ideológico y por el que muchos aragoneses confiaron en nosotros.

Esperamos que nadie se sorprenda, a estas alturas, de que dos partidos distintos, como somos el Partido Popular y el Partido Aragonés, nos comportemos como dos partidos diferentes, esperemos que a nadie le sorprenda, con visiones diferentes, aunque confluyamos en acuerdos. Es este el principio de la democracia: la capacidad de alcanzar puntos de equilibrio, puntos de acuerdo por el interés general, máxime en esta coyuntura. Es cierto que hay cuestiones que tenemos que apoyar, aunque no nos gusten, por sentido de la responsabilidad y de la palabra dada, del acuerdo, pero, sobre todo, para evitar males mayores.

Hace poco, señorías, tuvimos que votar el techo de gasto en esta Cámara, y no nos gustó votar un techo de gasto que suponía una disminución importante en relación al del año pasado. Nos hubiese gustado votar un techo de gasto mucho más alto. Pero si lo hubiésemos votado en contra, ¿qué tendríamos ahora? Si el Partido Aragonés hubiera votado en contra del techo de gasto, ¿qué tendríamos ahora? ¿A qué nos exponíamos?, ¿a una moción de censura?, ¿una cuestión de confianza?, ¿unos presupuestos prorrogados?, ¿una inestabilidad, que es lo que no necesitan los aragoneses?, y, sobre todo, después de leer la definición que he leído de inestabilidad. ¿Eso es lo que quieren los emprendedores, las pymes, el comercio, los autónomos? Nos tememos que no, señorías.

Los aragoneses quieren estabilidad. Otra cosa es que siempre nos toque aportarla a los mismos. Nos resultaría más rentable, en términos electorales, casi seguro, «echarnos al monte». A veces da la sensación de que se premia la demagogia. Pero el PAR no va a caer en esa tentación. Esa sería una visión cortoplacista que, desde nuestro punto de vista, no conduce a ningún proyecto serio. Y, por supuesto, es mucho más fácil ejercer de oposición. Es muy sencillo, aunque legítimo, ¿eh?, pero es muy sencillo criticar todo cuanto se hace... y se deja de hacer. Es frecuente oír criticar una cosa y la contraria a la vez, sobre todo cuando quienes están aquí en la oposición hacen en otras instituciones, cuando gobiernan, justamente lo mismo que aquí reprochan.

En las actuales circunstancias, la ciudadanía nos exige a todos responsabilidad y, si se me permite la expresión, señorías, sería deseable que cuando el agua nos está llegando a todos al cuello, nadie se dedicase a hacer olas. Los aragoneses somos pocos, pero, como decía un ilustre aragonés, «que siempre hemos sido pocos, pero nunca hemos sido poco», y eso es cierto. Pero, por lo menos, aunque seamos pocos, resolvamos una de nuestras eternas asignaturas pendientes, intentemos estar avenidos en lo fundamental, en lo básico, yo diría que en lo vital. Aprendamos de nuestros vecinos la capacidad de unirse frente a la adversidad: salgamos todos a una cuando toque defender lo nuestro, igual que hacemos cada vez que nos amenazan con un trasvase. Muchas veces, todo el esfuerzo que empleamos en tirarnos los trastos a la cabeza —hoy, yo creo que hemos dado una buena muestra aquí, en este hemiciclo—, muchas veces, todo ese esfuerzo que empleamos, con las cabezas que hay aquí, si fuésemos capaces de canalizarlo en propuestas de futuro, en ideas que se puedan llevar a la práctica, Aragón, con toda seguridad, tendría un futuro muy diferente.

Hablemos, pues, de futuro, que a fin de cuentas es lo que más importa. Lamentablemente, todo indica que nos queda todavía por delante una dura y penosa travesía socioeconómica. Si eso va a ser así, conviene que se establezcan unas reglas del juego claras y precisas, que cada uno marque sus prioridades, si queremos que exista una mayoría parlamentaria que garantice la estabilidad que Aragón necesita. Desde el PAR las vamos a marcar, y este es el momento, el debate de política general de la comunidad autónoma. Vamos a marcar nuestras prioridades, nuestras apuestas.

Cuatro apuestas importantes, dos prioridades y dos mecanismos que nos parecen fundamentales, para nosotros, casi cuatro condiciones: la primera de ellas, crear empleo. Hay que recordar qué es lo que nos dicta el acuerdo para la gobernabilidad de Aragón. Y el empleo no se crea, señorías, solo mediante el mero cumplimiento de los objetivos de déficit, sino con verdaderas apuestas de crecimiento, mediante un plan de empleo especialmente enfocado a las comarcas más castigadas —Aranda, Cuencas Mineras, Jiloca, Alto Gállego, por poner unos ejemplos— y enfocado también a los sectores emergentes y estratégicos, en el apoyo a los jóvenes y a los autónomos, a los emprendedores, al comercio, a las empresas familiares o al sector primario, tan importante para esta comunidad autónoma.

Y coincido, señora presidenta, con usted en lo importante que es el sector primario para esta comunidad autónoma. Por eso, como me parece tan importante, yo espero, señor consejero de Hacienda, que no hayan contabilizado ustedes la PAC a la hora de hacer el recorte, porque, si han contabilizado ustedes la PAC —fui secretario general técnico del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente, perdóneme—, si han contabilizado ustedes la PAC, el resultante del recorte sobre los otros recursos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente no será del 10 ni del 15%, será de más del 30%. Yo supongo que usted no habrá cometido ese error, porque, si lo ha cometido, desde luego, estaríamos ante una situación de flagrante contradicción: la presidenta del Gobierno dice que es muy importante para Aragón, el socio que apoya al Gobierno dice que también es muy importante para Aragón, y resulta que los contables de la Administración cometen ahí un error, ¿no? Como decía el otro día, si me permite la expresión, dice «oye, los cuentistas esos», digo «¿cómo que “cuentistas”?», dice «los de las cuentas», digo «¡ah!», lo decía un profesor de universidad. Bueno, yo espero que este error no se haya cometido, simplemente quiero destacar que el sector primario es muy importante, muy importante para esta tierra y muy importante para este Gobierno, por lo que he visto, y para este partido.

Podría decirse, señorías, que Aragón en sí misma es una pyme, una pequeña empresa familiar. Las pequeñas y medianas empresas son las que mejor echan raíces en la tierra, hablando del sector primario, y las que nunca se deslocalizan. Los autónomos, los emprendedores, los innovadores son en buena medida quienes fijan la población en nuestro medio rural. Cada autónomo, cada joven, cada trabajador que decide apostar por seguir en su tierra, cada mujer que emprende un nuevo proyecto profesional son, señorías, un tesoro en sí mismo que hay que proteger y mimar.

Señorías, el gran proyecto de esta legislatura para el Partido Aragonés son y deben de ser las personas, y coincidimos ahí con Chunta Aragonesista, también lo ha dicho antes. Para nosotros, el gran proyecto deben ser, no de este año, de esta legislatura, las personas. Y los mayores esfuerzos en estos años han de ir a apoyar también a los autónomos, a los emprendedores y también a la liquidez de las empresas para luchar frente a la alta morosidad de las administraciones y salvaguardar aquellos sectores que vertebran y son estratégicos para el territorio, como, a modo de ejemplo, el sector minero, el agrario, el medioambiental o el turístico. Si no se crea empleo, si se siguen destruyendo puestos de trabajo, para nada habrán servido los esfuerzos y el acuerdo para la gobernabilidad que hemos firmado; es más, yo pienso que se convertirá poco a poco en papel mojado.

Segunda prioridad: el aragonesismo social. La segunda prioridad del Partido Aragonés es de especial importancia. Los ajustes presupuestarios, señorías, no deben traducirse en más recortes de las políticas sociales, esta es la posición de este partido. Consideramos que el presupuesto en sanidad, educación y servicios sociales no debería bajar el listón de 2012 en las partidas destinadas a prestación de los servicios esenciales. No podemos seguir recortando sobre lo recortado, y mucho menos de manera lineal, sino que, al contrario, es preciso articular medidas orientadas a evitar situaciones de exclusión social, que a este partido le preocupan mucho. Abogamos por un aragonesismo social que ponga a las personas en el primer plano de la política y de las acciones del Gobierno de Aragón y de todas las instituciones aragonesas, y que lo haga sumando esfuerzos, no confrontando supuestas ideologías hoy en día absolutamente trasnochadas. Aquí, ahora más que nunca, hay que sumar lo público y lo privado para tratar de evitar que de esta crisis, además de salir todos más pobres, que saldremos, salgamos más desiguales.

Hace falta, señorías, un gran pacto social en Aragón que evite las situaciones de exclusión a las que nos referíamos y que padecen ya muchos aragoneses. Un gran pacto social en el que participen todas las administraciones y todas las organizaciones que se ocupan de lo social. Un gran pacto social que amortigüe los efectos perniciosos y graves de la crisis en las personas que más lo necesitan. En definitiva, señorías, un gran pacto social que sitúe a las personas, a los aragoneses, en el centro de las políticas y de las decisiones y en el centro de las acciones del conjunto de la sociedad.

Todo esto, señorías, depende fundamentalmente de nosotros y de nuestro autogobierno y, sobre todo, de nuestra voluntad. El empleo y el aragonesismo social son hoy en día las principales apuestas del PAR y las prioridades, yo diría que las principales condiciones, que requieren de dos poderosos instrumentos para conseguir que se hagan realidad: el consenso y el autogobierno. Ambos instrumentos dependen exclusivamente de nosotros. La capacidad para ponernos de acuerdo, esta sí que no depende de Madrid ni de Europa, depende solamente de nosotros, y la defensa del autogobierno también depende de nosotros.

El consenso político y social y territorial nos parece especialmente importante en una coyuntura como la actual. Señorías, es un error pensar que, en la actual coyuntura, las mayorías son suficientes para gobernar, para legislar y para tomar decisiones. La sociedad exige cada vez mayor participación y, además, muchas de las decisiones que se están tomando requieren de un amplio apoyo político, social y territorial. Es inconcebible que en menos de seis meses se hayan promulgado más de veinte decretos leyes, en Madrid me refiero, por parte de la Administración general del Estado, pero, al parecer, desde el año 2008, desde que empezó la crisis, se han promulgado más de cien normas por el procedimiento de urgencia. Según expertos juristas, dicen que no hay antecedente en la historia jurídica que se pueda comparar a esta situación. No es posible, desde nuestro punto de vista, que todas las medidas y normas que se recogen en esta prolífica actividad legislativa tengan la misma urgencia. No es conveniente ni inteligente legislar como se está haciendo, sin las garantías de participación social que requiere una sociedad como la nuestra, y que se ha plasmado en innumerables instrumentos y convenios internacionales, sobre aspectos tan importantes como el acceso a la información o la participación pública en la toma de decisiones. Además, está comprobado que la participación de los sectores implicados mejora los instrumentos y, sobre todo, garantiza una mayor eficacia en su aplicación y cumplimiento.

En lo que respecta a Aragón, señorías, las normas promulgadas desde Madrid suponen, como hemos dicho, en algunos casos aceptar trágalas que afectan a nuestro autogobierno, por lo menos esta es la visión del Partido Aragonés. En consecuencia, no somos partidarios de hacer meras traslaciones de las órdenes de Madrid. Y quiero agradecer aquí el esfuerzo que en algunos aspectos se ha hecho por tratar de adaptar esas normas a las peculiaridades de Aragón en departamentos como el de Educación o Sanidad.

Señorías, señora presidenta, bien es cierto que dos no discuten si uno no quiere, pero también es cierto que dos no llegan a acuerdos si uno no quiere. Yo valoro muy positivamente la mano tendida que usted plantea para alcanzar acuerdos importantes en esta comunidad, pero me temo que, probablemente, fracasemos no por la oferta, sino en este caso porque, probablemente, de los que tienen que llegar a acuerdos, algunos no tienen interés en llegar a acuerdos. Esperemos que esto no sea así. De todos modos, creemos que hay que proponerse consensos sociales y abrir vías de encuentros con la sociedad. No podemos, señorías, continuar acumulando mareas sin riesgo de acabar todos ahogados.

Y por último, los consensos territoriales. A veces olvidamos que en el territorio vive gente que tiene derecho a ser escuchada, en aquellos temas, sobre todo, que les afectan directamente. Estamos demasiado acostumbrados a decidir desde Madrid o desde Zaragoza lo que afecta a territorios que muchas veces los legisladores o administradores desconocen. Hay que superar de una vez por todos los viejos hábitos del pasado y, si me lo permiten, los revivals del presente, que consideran que cualquier pasado fue mejor.

Y por último, para finalizar, el cuarto instrumento, la cuarta apuesta, que es la bilateralidad y las relaciones con las diferentes administraciones. Es decir, entendemos, desde el PAR creemos firmemente en el Estado de las autonomías, consideramos que ha supuesto un gran avance para Aragón, incluso no nos desagrada la idea de caminar con pausa y con prudencia en el sendero de la reflexión hacia un futuro federalismo. Y lo decimos así, con la cabeza bien alta, no nos asusta caminar, desde la reflexión, desde la prudencia, hacia un futuro federalismo. Ahora, eso sí, un federalismo integrador, consensuado, respetuoso con la unidad y la diversidad social y política que representa España desde hace muchos siglos. Pero, hoy en día, la realidad autonómica es la que es y, en este contexto, es fundamental una relación adecuada entre Aragón y la Administración general del Estado y entre esta y Aragón, una relación en igualdad, una relación desde el respeto recíproco, una relación constructiva, una relación que planifique el futuro de ambos y que nos permita ayudarnos mutuamente para amortiguar los efectos de la crisis y adelantar la salida, una relación, señorías, que resuelva los problemas de las personas, y una relación que nos permita reequilibrar las políticas de ajuste/recorte con las políticas de crecimiento.

Por eso es tan importante la bilateralidad y por eso queremos participar al máximo nivel, aun a pesar, señoría, del riesgo que implica. Hay que conseguir que el Gobierno central entienda la bilateralidad en una España sujeta a tensiones, y ahí tenemos mucha confianza en usted, señor presidenta, hay que conseguir que el Gobierno central entienda la bilateralidad con Aragón ya que Aragón ha servido de amortiguador a pretensiones de unos y de otros, donde Aragón ha podido jugar o ha tenido la doble virtud de una equidistancia política y geográfica. Y esperamos que eso sea así porque, si la bilateralidad fracasa, habremos perdido una oportunidad política de primer orden, una buena parte de los pactos de gobernabilidad que hemos firmado habrán resultado inútiles. Y ya saben ustedes, señorías, qué pasa cuando una cosa deviene en inútil.

Se avecinan citas importantes, como la Cumbre de Presidentes o la próxima Comisión Bilateral, donde será preciso que el Gobierno central, insisto, esté sensibilizado para alcanzar compromisos y, lo más importante, para cumplirlos, porque compromisos ya alcanzamos en 2009, pero no se cumplió ninguno.

Se han abierto a nivel nacional algunos debates políticos de especial trascendencia para Aragón, como es el modelo de financiación autonómico. Seamos valientes, defendamos todos a una nuestro modelo propio: un pacto fiscal, como dice nuestro Estatuto, tal como recoge el Estatuto. Nuestros derechos históricos y forales nos avalan, ojalá que estemos a la altura de la historia y, sobre todo, de los anhelos como pueblo. Pero, mientras llega el acuerdo fiscal, reivindiquemos lo que nos corresponde a Aragón, por ejemplo, por la mayor participación del IVA, eso nos corresponde a Aragón, y, por ejemplo, por la parte proporcional de la amnistía fiscal. Tenemos por delante los presupuestos de 2013 y tres meses de 2012, que esperamos que sepamos aprovechar al máximo.

Decía Izquierda Unida que me pronunciase claramente sobre si estábamos a favor de la involución autonómica. Pues yo creo que con mi discurso le he respondido perfectamente. Y si estamos a favor de la disminución del autogobierno. Pues tampoco. Pero, mire, señor Barrena, de lo que estamos a favor es de las propuestas realizables, de las propuestas coherentes también, y ahí nos encontraremos siempre que podamos. Mire usted, de todas esas iniciativas, ciento cuarenta y dos —me parece— y cuarenta y cinco, cuántas se han aprobado de Izquierda Unida y mire usted quién las votó, mire usted gracias a quién, fundamentalmente, se aprobaron.

En fin, desde el PAR confiamos en que todos seremos capaces de comprometernos con el empleo y con el aragonesismo social y en que utilizaremos todos capaces de utilizar los instrumentos de la participación y el consenso, y que, a la vez, aprovecharemos las posibilidades que nos da la bilateralidad para reforzar nuestro autogobierno como herramienta clave para amortiguar los efectos de la crisis y permitirnos una salida de la misma. Confiamos mucho en ello, señorías, porque, si desaprovechamos estos retos y estas potencialidades, quien fracasará será Aragón.

Queda mucho trabajo por delante, un trabajo que solo puede superarse con convicción en la fuerza y en el potencial de nuestros recursos propios. Tenemos que resolver lo urgente, pero sin olvidar lo importante. Hay que priorizar con claridad la creación de empleo y el gasto social, pero sin dejar de lado lo que fuimos y lo que somos. Resolvamos lo inmediato, pero descuidemos por el camino otros ámbitos que forman parte de nosotros mismos, como el medio ambiente, el patrimonio histórico y cultural o las expresiones artísticas y creativas.

El señor PRESIDENTE: Vaya terminando.

El señor diputado BONÉ PUEYO: Termino ya, señorías, diciéndoles que, por favor, creamos más en Aragón, que apostemos más por nosotros mismos, que Aragón es un país de primera que no puede renunciar a seguir en la primera línea de desarrollo de España y de Europa. Nuestra obligación es infundir optimismo e ilusión porque hemos de vivir, esperemos que más pronto que tarde, tiempos mejores en beneficio de las generaciones presentes y futuras de Aragón.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Boné.

Va a intervenir a continuación el portavoz del Grupo Parlamentario Popular. El señor Torres tiene la palabra por tiempo también de treinta minutos.

El señor diputado TORRES MILLERA: Gracias, señor presidente.

Señorías.

Asistimos a los últimos momentos de la sesión de hoy del primer debate del estado de la comunidad, del debate de política general de la comunidad autónoma en esta octava legislatura.

Yo creo que ha sido un debate muy esclarecedor, que ha puesto clarísimamente sobre la mesa, que ha puesto negro sobre blanco cuáles son las diferentes posturas de los diferentes grupos parlamentarios, cuáles son las posiciones políticas y, sobre todo, de acción política de los grupos que apoyan al Gobierno o de los grupos que están en la oposición.

Yo creo que ha habido una diferencia fundamental en este debate con respecto a todos los debates a los que este portavoz ha asistido. En primer lugar, ha sido un debate que ha manifestado la presencia de un Gobierno absolutamente responsable y de un Gobierno absolutamente realista, en el que la presidenta, a diferencia de todos los debates anteriores, ha contestado profusamente, ha contestado a todas y cada una de las cuestiones que se le han inquirido, ha contestado a todos y cada uno de los planteamientos de todos los grupos que han intervenido en esta Cámara. Esa es una gran novedad con respecto al anterior: la principal queja de todos los debates de política general de legislaturas anteriores era que el Gobierno no contestaba a lo que se le demandaba.

Y esto es porque hay un Gobierno que sí que cumple su programa, a diferencia de otros, que han hablado de contratos —no sé si lo de Mercadona estaba en el programa electoral de Izquierda Unida, no lo sé—, hay un Gobierno que sí que cumple su programa, que lleva ese programa a documentos que firma para constituir el Gobierno, al documento del pacto para la gobernabilidad, y que ese mismo pacto de gobernabilidad fue llevado al debate de investidura. Y de todos esos elementos, de todos esos textos se ha hablado, como digo, profusamente en este debate de política general de la comunidad autónoma. Sobre todo, de reformas y de búsqueda de acuerdos. Yo creo que son los dos elementos absolutamente fundamentales de este debate y que definen clara, manifiestamente y conocido por todos que esas son las líneas fundamentales de la acción política del Gobierno que preside Luisa Fernanda Rudi.

Frente a ello vemos una oposición que no hace una alternativa clara, que está nadando en la confusión, que dice lo mismo y lo contrario, que abomina del déficit, que dice que no hay que respetar el déficit y que es mejor gastar que pagar, pero que es la misma oposición que votó e impulsó una reforma constitucional o la misma oposición que impulsó y votó una ley de estabilidad presupuestaria en otros tiempos.

Yo creo que hace falta que sean otros los que se aclaren, porque creo que el Gobierno tiene la ruta muy clara, tiene la ruta muy marcada, tiene programa, tiene un pacto de Gobierno que, como se ha dicho, es estable, y hablamos de la estabilidad una vez más —lo hemos dicho los grupos y lo ha dicho el Gobierno— como un medio y no como un fin en sí mismo, que esa es una diferencia también importante con respecto al Gobierno anterior, la estabilidad es un medio, no un fin en sí mismo, y que, por tanto, va a avanzar en los problemas, en la solución a los problemas que tiene Aragón.

Y, además, para pasar precisamente a analizar ese avance, quiero recordar otra diferencia más con el Gobierno anterior, ya que celebramos el primer debate sobre el estado de la región: el pacto es público, el pacto es conocido, el pacto está explicitado y firmado, y el mismo día que se firmó se dio a todos los partidos políticos y a todos los aragoneses. Nadie puede decir que no conoce los términos del pacto que le da estabilidad al Gobierno de Aragón. Y, repito, como bien saben sus señorías, esa también es una diferencia importante con lo que teníamos antes.

Señorías, ese pacto tiene unos ejes absolutamente fundamentales, y no me voy a extender mucho en el particular porque, como ya he dicho, la presidenta, en su discurso de ayer y en el debate de hoy, ha contestado a todas las preguntas que se le han hecho, a todas y cada una de ellas. Ayer, habló perfectamente de qué se había hecho este año y de qué se quiere hacer en el año que viene, dijo cómo se ha hecho y cómo se va a hacer, y las dudas que hayan podido quedar han quedado perfectamente aclaradas en el debate de esta larguísima mañana. Pero quiero recordar al menos los objetivos de ese pacto porque es precisamente el esqueleto, la línea central de lo que ha sido este debate de política general.

En primer lugar el empleo y la crisis, absolutamente prioritario, las políticas para reactivar la economía, las políticas para generar riqueza, las políticas, en definitiva, para crear empleo.

Sin entrar en debates estériles sobre si hablamos de empresas, de emprendedores o trabajadores; evitar el debate estéril de una lucha de clases para pensar que creando riqueza nos beneficiamos todos, porque, como ya se ha dicho aquí, la mejor política social es la que crea empleo.

Y, por cierto, señorías, para que no quede ninguna duda absolutamente a nadie de los sesenta y siete diputados de esta cámara. La austeridad como forma de entender el gasto público y la lucha contra el déficit también forman parte del pacto de gobernabilidad, también están en ese acuerdo y por tanto forman parte de los objetivos que perseguimos los grupos que sustentamos al Gobierno, porque lo hemos firmado, la austeridad como forma, como convicción de cómo se deben administrar los fondos públicos, porque la austeridad, señorías, ya se lo he dicho alguna vez y se lo quiero recordar hoy, no atenta al gasto, sino que atenta contra el despilfarro [aplausos]. La austeridad, señorías, no va contra el gasto público sino contra el despilfarro.

Y no me voy a extender porque siendo la última intervención creo que sus señorías agradecerán que no consuma el tiempo ni mucho menos pida más tiempo todavía, sino que al revés, sea más bien breve.

Además, señorías, quiero recordarles a todos ustedes, para que no quede ninguna duda, que en ese objetivo del empleo y la crisis hay un gobierno completo trabajando dedicado a ello, pero hay dos departamentos que muy especialmente se dedican a ello y, por tanto, para que no quede ninguna duda que es un objetivo prioritario de ambos partidos y la coalición, están la consejería de Economía y la consejería de Industria trabajando muy especialmente en favor de la creación de empleo, con lo cual nadie puede dudar de que se trata de objetivos que persiguen los dos partidos, los dos grupos que apoyan al gobierno. Faltaría más.

También, señorías, objetivo prioritario es el pacto de gobernabilidad, y del que se ha explicado profusamente, están las reformas de las administraciones públicas; la mejora de las infraestructuras, infraestructuras que se puedan pagar e infraestructuras que sean ajustadas a derecho, faltaría más, señorías, faltaría más, infraestructuras que se puedan pagar e infraestructuras que sean ajustadas a derecho. También los servicios públicos de calidad, la defensa del agua y, faltaría más, una educación para la excelencia, una educación para la calidad.

Posiblemente, si tuviera que compartir una frase con el que esta mañana ha sido portavoz socialista en este debate, sería la que he empleado esta mañana diciendo que lo verdaderamente caro es la ignorancia. Sin ninguna duda la compartimos. De hecho lo hemos comprobado estos años y por eso nos hemos puesto a trabajar para solucionarlo. Faltaría más.

Señorías, como dijo la presidenta en su discurso de ayer y en el debate de hoy, ha explicado cómo se está llevando a la práctica —entiendo los comentarios—..., sí, sí, señorías, sí, porque ya les chocó a ustedes cuando la frase la he empleado esta mañana porque se han dado por aludidos, ya lo decía Alfonso X el Sabio: «El cántaro que más suena es el más hueco». Lo decía Alfonso X el Sabio si ningún... [Aplausos.]

Señorías, como digo, no voy a repasar todas y cada una de las medidas de este año ni de las que vienen de futuro, pero sí que quiero hacer algo de hincapié, precisamente porque estamos en el parlamento, en qué se ha traducido eso también en la vida política parlamentaria: mayor transparencia, no hay ninguna duda, ni en las Cortes ni en el Gobierno de Aragón, ninguna. La máxima de hacer el parlamento el centro de la vida política aragonesa es una realidad y, si no, ustedes pueden acceder a documentación otrora imposible de conocer simplemente con entrar en la web del Gobierno de Aragón.

Y lo mismo se está avanzando en el parlamento. La comparativa de las comparecencias, por mucho que algunos se empeñen, no tiene posibilidad de comparación; lo hemos dicho muchas veces: en el mismo periodo de sesiones, diez a uno en lo que se refiere a la presidencia del gobierno, y más de un 30% de diferencia en lo que se refiere al resto de miembros del gobierno.

Las respuestas por encima del 97% tanto las orales como las escritas, las orales depende de la oposición el plantearlas o no. Y, además, como gran diferencia, algo, que yo sepa, que no se ha había hecho nunca, el Gobierno ya ha presentado un documento en las Cortes en el que informa, da cuenta, del grado de ejecución de todos los acuerdos aprobados por estas Cortes departamento por departamento.

Y eso, señorías, es una novedad. Alguien ha pensado que el artículo 187 del reglamento era un filón y, efectivamente, ha sido un filón para el gobierno porque una vez más ha demostrado que la transparencia y la dación de cuentas forman parte de los valores democráticos del Gobierno presidido por Luisa Fernanda Rudi, faltaría más. [Aplausos del PP].

Y, señorías, yo creo que ha habido algunas cuestiones que me gustaría destacar del discurso de Luisa Fernanda Rudi, del discurso de la presidenta del Gobierno de Aragón.

En primer lugar, la apuesta decidida por la Unión Europea. Y la apuesta decidida por la Unión Europea no solamente es una cuestión de palabras, es una cuestión de hechos. Cumplir o incumplir, decir que se cumplan o decir que se incumplan las normativas de la Unión Europea o los acuerdos de sus órganos colegiados y de sus órganos legales, es querer o no querer miembro de un club al que se entra voluntariamente y el que, como se ha dicho, ha sido el anhelo durante décadas de los españoles, creo que de todos los españoles, pero hoy igual acabo pensando que es de casi todos los españoles.

Quien no quiera cumplir con la normativa de la Unión Europea tendrá que decidir si realmente lo dice por demagogia, por populismo o porque realmente quiere que salgamos de la Unión Europea.

Nosotros, el Grupo Popular y el gobierno al que apoyamos, lo tenemos clarísimo: el futuro de Aragón y el futuro de nuestra nación pasa por la verdadera convergencia por Europa y por el cumplimiento de las normas europeas.

Y ello, señorías, desde el respeto a la España de las autonomías, desde la profundización en la España de las autonomías —lo ha dicho muchas veces la presidenta y lo ha vuelto a decir en este debate—. Nosotros no creemos que el problema sea la legislación ni el título VIII; no creemos que el problema sea el Estado de las autonomías, al revés. Nuestro Aragón no sería el mismo sin el título VIII de la Constitución. Lo que ha habido es fallos en la forma de trabajar desde el título VIII de la Constitución. Y esos fallos son los que hay que corregir, esos elementos que dependen de la voluntad política de las personas que han gobernado estos años son los que hay que corregir. Pero la apuesta por la España constitucional, por la España cohesionada, por la España solidaria y por la España del Estado de las autonomías por parte de este Grupo Popular y del gobierno es inequívoca.

También, señorías, una clara voluntad de pactos y de acuerdos. No hay debate, no hay comparecencia, no hay discurso de la presidenta del gobierno en el que no lo haga con la mano tendida, en el que no proponga pactos, en el que no proponga acuerdos. Recojan algún guante, señorías, recojan algún guante, acepten esa voluntad de pactos, que es lo que nos demandan los ciudadanos, es lo que nos están pidiendo los aragoneses, que lleguemos a acuerdos pensando en el interés general, y no exclusivamente en los intereses de gobierno y oposición. Busquemos acuerdos a favor de Aragón. [Aplausos.]

También les digo una cosa, señorías. En el Grupo Popular pensamos que no vamos a estar esperando a nadie. Vamos a seguir lanzando acuerdo, vamos a seguir lanzando propuestas de acuerdos, pero el que no se quiera sumar será el que lo tenga que explicar. El gobierno tiene la obligación de trabajar todos los días, el gobierno tiene la obligación de gobernar todos los días, y eso es lo que va a seguir haciendo el gobierno que preside Luisa Fernanda Rudi.

Señora presidenta, señorías, señora presidenta, tiene todo nuestro apoyo, pero no solamente porque usted sea la presidenta del grupo parlamentario, que también, no, yo creo que es bueno que escuchen lo que voy a decir, porque aunque venga de un portavoz de un grupo que no es el suyo, todos aprendemos todos los días, incluso de los portavoces de otros grupos; yo lo hago todos los días: hoy he aprendido la frase del señor Lambán que ya les he recordado antes, la de que lo verdaderamente caro es la ignorancia, y difícilmente se me olvidará esa frase, señor Lambán.

Pues mire, ¿por qué digo que tiene todo nuestro apoyo, señora presidenta? Porque hoy hacen falta líderes responsables, hoy más que nunca, yo creo que en política siempre, pero hoy más que nunca hacen falta líderes que generen certidumbre, que generen certezas a los políticos y, sobre todo, a los ciudadanos, no tenga ninguna duda. Hoy más que nunca, señora presidenta, hacen falta líderes que desarrollen buenos diagnósticos y que sean capaces de aplicar el tratamiento correspondiente. Y que sean capaces de aplicar el tratamiento correspondiente sin pensar si el sí o el no es un motivo de ganar o perder votos. De eso ya hemos visto bastante. Lo importante es que lo hagan única y exclusivamente pensando en el interés general.

Hoy hacen falta líderes y estadistas que sepan dónde van y que sepan dónde tenemos que ir, y en eso el Grupo Parlamentario Popular le apoya decididamente porque confiamos plenamente en esa gestión.

Ayer dijo usted en el final de su discurso una frase que me encantó: «Estamos en los momentos de hacer una nueva forma de política, para trabajar por una nueva Administración que le cueste menos dinero a los ciudadanos, para garantizar la sostenibilidad del sistema y avanzar en la sociedad del bienestar». Sin ninguna duda son motivos de orgullo para el Grupo Popular todo lo que estoy diciendo, porque está consiguiendo —y lo digo desde la humildad, para que no se malinterpreten los aplausos de mi grupo, lo digo desde la absoluta humildad— que, sin ser buenos los datos generales, la comunidad autónoma está trabajando para estar en la mejor de las disposiciones para salir de la crisis y afrontar, cuando llegue ese momento, el futuro con mayor optimismo, con mayor ilusión.

Y estoy seguro de que incluso ustedes lo apoyarán, estoy convencidísimo, y lo celebrarán con nosotros y con todos los aragoneses. Y no tenga ninguna duda de que, desde esa humildad, señora presidenta, compartimos su llamada a la rebelión social contra la pasividad, contra los brazos cruzados, la rebelión contra la crisis, con acciones que lleven parejas la ilusión, la convicción y, sobre todo, trasladar a los ciudadanos, que es nuestra obligación, la esperanza.

No tenga ninguna duda de que el Grupo Popular le va a apoyar totalmente en su llamada a la rebelión social contra la resignación ante la crisis. No tenga ninguna duda.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Torres.

Para terminar el debate va a tener el uso de la palabra la señora presidenta.

La señora presidenta del Gobierno de Aragón (RUDI ÚBEDA): Muchas gracias, señor presidente.

Señorías, ya de manera creo que relativamente breve, dadas las horas en las cuales nos encontramos, y seguramente porque quedan pocas cosas nuevas que decir, pero algunas las intentaré decir más por cortesía hacia los portavoces del Partido Aragonés y del Partido Popular que han intervenido en el último lugar.

Creo que ayer yo hablaba de que esta crisis estaba siendo demasiado larga y que, por tanto, la sociedad aragonesa, igual que el resto de la española, era una sociedad desencantada, angustiada y preocupada. Luego, por tanto, señor Boné, no puedo más que estar de acuerdo con usted en que la sociedad lo está pasando mal, todos lo estamos pasando mal.

Una crisis económica en España nunca había durado cuatro años, nunca. Tenemos la experiencia, yo que ya tengo un largo recorrido profesional, conocí la primera crisis de los años setenta del petróleo, conocimos la crisis de los noventa, y todas se salvaron en un par de años. Esta crisis lleva entre nosotros desde el año 2008; se instaló a finales de 2007, pero llegó al bolsillo de los ciudadanos, que es cuando realmente notaron la crisis, en el año 2008, y se ha encadenado una recesión económica con otra, con las complicaciones que eso conlleva y, sobre todo, con el ánimo, con la falta de esperanza que puede anidar en determinados sectores de la sociedad. Y ahí es donde tenemos que trabajar; lo he dicho siempre y lo seguiremos diciendo.

Y lo seguiré diciendo y lo seguiré haciendo, con los pies muy en el suelo, sabiendo que los milagros no se producen, y, sobre todo, sabiendo que las competencias en política económica de las comunidades autónomas son de las que disponemos, es decir, la política económica, las grandes reformas estructurales no están en esta cámara, pero lo que sí es cierto es que todas las que tenemos a nuestra disposición las hemos utilizado y las seguiremos utilizando, porque todos tenemos el objeto común de crear empleo. Y lo decía ayer: el control del déficit no es suficiente, es necesario pero no es suficiente, y ahí seguiremos.

Seguramente no hemos hecho todo lo suficiente. Nunca se hace todo lo suficiente. Lo he dicho aquí esta mañana en muchas ocasiones: ya me gustaría a mí que tuviésemos recursos para poder hacer todo lo suficiente, pero, por desgracia, no se hace siempre lo suficiente. Sí creo que se ha hecho todo lo que se podía hacer, pero, en cualquier caso, seguiremos pensando y avanzando en medidas que nos permitan hacer algo más. Siempre toda obra humana es perfectible y, seguramente, podremos seguir trabajando en esa línea.

Al hablar de gasto social, nos vamos a encontrar —lo hemos dicho siempre— dentro, en ese reparto del presupuesto disponible, nos vamos a encontrar en priorizar el gasto social como se hizo en los presupuestos del ejercicio de 2012, porque, efectivamente, hay dos vectores, y yo lo decía ayer en mi discurso y lo he reiterado esta mañana en sucesivas ocasiones: hay dos vectores que deben de sostener la política de los gobiernos en estos momentos, y que han sostenido y aspiro a que sigan sosteniendo. Por una parte, reactivación en la actividad económica; por otra parte, protección a aquellos sectores que más dificultades tienen y que peor lo están pasando.

Decía el señor Boné y decía bien: «Somos un gobierno de coalición». Lo he dicho muchas veces, lo he dicho en público y lo he dicho en privado, y un gobierno de coalición somos dos partidos distintos, que hemos llegado a un pacto de coalición porque así lo han querido los aragoneses, como usted ha dicho, y porque así lo dijeron las urnas, y que, después de que lo dijeran los aragoneses en el ámbito autonómico, entendimos los dos partidos que mutuamente era beneficioso el que firmásemos una coalición para las siguientes elecciones generales, sin perder cada uno de nosotros la esencia y con las obligaciones o el respeto al pacto de coalición del que yo hablaba ayer, y que, por supuesto, mi prioridad es cumplirlo y seguirá siendo cumplirlo. Me precio —y lo hemos hablado en público y en privado— de cumplir aquello a lo que me comprometo, y lo tengo muy claro.

Y, por tanto, espero que, con las discrepancias que pueda haber, porque somos dos partidos diferentes, que sepamos dirimirlas donde hay que dirimirlas y que, como hemos hecho en este año, seamos capaces de llegar a acuerdos que usted sabe que llegaremos, porque conversaciones previas ha habido y yo creo que llegaremos, por no decir que estoy segura de ello. Nunca me gusta hablar de seguridades al cien por cien, pero dejémoslo ahí.

Y solamente comentar una cosa: no voy a entrar en temas de los que ya he hablado, tanto en mi discurso de ayer como esta mañana largo y tendido. Pero solo le voy a decir una cosa, señor Boné: cuando tenga alguna queja de algún miembro de mi Gobierno diríjase a mí, porque la responsable de mi Gobierno soy yo, de todos mis consejeros, de todos, de los que son de mi partido y de los que no lo son. Y cuando un consejero toma una decisión es porque tiene el respaldo de esta presidenta.

Y ya, para terminar, al Partido Popular muchas gracias, y nada más.

Mire, termino diciendo que creo que en este año —y lo uno con lo que le decía al señor Boné—, creo que hemos cumplido el pacto de coalición, hemos ido en la dirección de cumplirlo. Indudablemente, no hemos mejorado el empleo porque no depende solo de nosotros, depende de la situación económica, ya no solo de España sino de la Unión Europea, y con una recesión en algunos países europeos como existe, ya no solamente en los países del Mediterráneo, sino el Reino Unido, y con una falta de crecimiento en la que está empezando a entrar Alemania, es difícil. Pero, en cualquier caso, yo creo que la oferta electoral y la oferta del pacto de coalición del que trae causa mi discurso de investidura del año pasado se está cumpliendo.

El señor Boné ha utilizado una palabra que yo voy a repetir, porque me gusta mucho repetirla: la ejemplaridad. Efectivamente, cuando las sociedades lo pasan mal, y en este caso, como decía, lo están pasando, los ojos se vuelven a quienes somos sus representantes políticos, y es obligación nuestra que cada vez seamos más ejemplares, y que, cuando solicitamos sacrificios, como yo decía esta mañana a la sociedad, tengamos que ser nosotros los primeros. Y creo que eso el Gobierno lo hemos cumplido también y, por tanto, reitero lo dicho por usted, señor Boné, porque efectivamente, en situaciones complicadas, la ejemplaridad es tremendamente importante.

Cada uno somos como somos y, a lo largo de este año, señorías, he intentado tomar decisiones y planteamientos siempre alejada de la demagogia. La demagogia no se me da muy bien, las cosas como son; se me da menos mal tener los pies muy arraigados y asentados en el realismo de la sociedad y, por tanto, procuro siempre que se plantea alguna cosa que sea realista y que nadie me pueda acusar de ser vendedora de humo.

Recordaba el portavoz del Grupo Popular que yo decía ayer que la forma de hacer política ha cambiado. Yo creo que sí. Yo creo que sí, y, lo he reiterado también a lo largo de esta mañana, yo creo que ha cambiado no solamente en España, no solamente en Aragón, sino en el conjunto de Europa y de los países desarrollados y, seguramente, cuando Europa se enfrenta al gran reto, como recordaba yo también ayer, de falta de crecimiento y sobre todo de envejecimiento de su población y de poder dejar y de ya no ser líder en el contexto internacional, todos en nuestro ámbito de decisión tendremos que acostumbrarnos a hacer política de otra manera.

Pero, volviendo de Europa a Aragón, yo he repetido hasta la saciedad y lo sigo diciendo, que queríamos construir, y creo que eso todos lo queremos hacer, un Aragón líder, líder primero en España y, si es posible, que dentro de unos años este Aragón de todos nosotros, de todos quienes viven en Aragón, los que hayan nacido aquí, los que no y los que han venido, sea también una comunidad autónoma líder entre las regiones del sur de Europa.

Indudablemente, eso no se construye de la noche a la mañana y, sobre todo, se construye con más dificultad cuando las condiciones externas así nos lo plantean; pero en cualquier caso lo que sí yo quiero decir es que no renunciamos, por complicado que ha sido este año, por complicados que vayan a ser los presupuestos del año que viene, hasta que España salga de la recesión y entre en vías de crecimiento, que será, esperemos, que a no tardar mucho, en el horizonte del año 2013, como dicen los expertos económicos, mientras tanto, yo creo que tenemos, para conseguir ese objetivo del Aragón líder en España, debemos de seguir trabajando, como decía antes, con tres claras prioridades, que se concentran en una, mejorar la calidad de vida del conjunto de los aragoneses.

Para mejorar esa calidad de vida del conjunto de los aragoneses, es imprescindible hacer una gestión responsable de los recursos públicos. Es imprescindible el apoyo al Aragón productivo, a ese Aragón que puede cooperar y que está dispuesto a trabajar, a emprender, a arriesgar, porque quien produce es quien está dispuesto a arriesgar, quien no se queda de brazos cruzados, sino que se pone a trabajar en busca del bien común, hay que apoyar a ese Aragón productivo, como lo hemos venido apoyando y dentro de nuestro margen de maniobra. Y el tercer punto de apoyo de este proyecto para mejorar la calidad de vida de los aragoneses y llegar a tener, en un horizonte no muy lejano un Aragón líder, es la especial protección a los sectores más débiles. Lo decía ayer en mi discurso: quien pueda avanzar solo que avance, y quien no pueda avanzar solo lo ayudaremos entre todos. Ese es el compromiso del Gobierno que tengo el honor de presidir.

Y como sé que todos los que estamos en esta cámara, queremos trabajar por el bien del conjunto de los aragoneses, aunque nos separen en ocasiones planteamientos ideológicos o visiones de gestión, quiero también terminar como empezaba ayer. Creo que todavía hay posibilidades de pacto en algunas cuestiones, y creo que sería conveniente, para el conjunto de los aragoneses, que lo que es la arquitectura institucional de Aragón, que los modelos que acometeremos, reformas que acometeremos en un plazo no muy lejano, seamos entre todos capaces de sacarlos, sino por unanimidad, por una mayoría. Espero que ahí nos encontremos.

Muchísimas gracias a todos.

[Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora presidenta.

Señorías, informo a sus señorías que, desde el momento en que se proceda a la suspensión de la sesión, se abre un plazo de dos horas para la presentación de las propuestas de resolución.

Dicho lo cual, se suspende la sesión [a las dieciséis horas y diez minutos], que se reanudará mañana a las nueve y media.

CORTES DE ARAGÓN
Palacio de la Aljafería
50004 Zaragoza
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