Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Interpelaciones

Debate conjunto de las Interpelaciones núms. 56/01 y 57/01, relativas al reciente acuerdo de estabilidad entre el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida, y al pacto tripartito de legislatura entre el Gobierno PSOE-PAR e IU y a su incidencia en el Gobierno y en la Administración de la comunidad autónoma.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 055 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Cristobal Montes, Angel - Bernal Bernal, Chesus - Biel Rivera, Jose Angel

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor presidente.

    Por razones de agenda y de alguna ausencia justificada, hay alguna alteración en el orden del día. Y, en primer lugar, ahora vamos a sustanciar el debate conjunto de dos interpelaciones. En primer lugar, la interpelación número 56/01, relativa al reciente acuerdo de estabilidad entre el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida, que ha sido formulada al consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales por el diputado del Grupo Parlamentario Popular señor Cristóbal Montes, que tiene la palabra.
            Interpelaciones núms. 56/01 y 57/01, relativas al reciente acuerdo de estabilidad entre el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida, y al pacto tripartito de legislatura entre el Gobierno PSOE-PAR e IU y a su incidencia en el Gobierno y en la Administración de la comunidad autónoma.

    El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Señor presidente. Señoras y señores diputados.
    Después de haber asistido a una pregunta en la que el Gobierno se pregunta a sí mismo y de ver cómo el señor Lacasa tendría que estar hartamente preocupado después de firmar un pacto de gobierno y para enterarse de los problemas del Gobierno tiene que preguntar públicamente en la cámara al Gobierno -no me parece que sea el trato adecuado-, entramos a interpelar al Gobierno sobre la materia que nos ocupa en esta interpelación, que es de nuevo, igual que en la pregunta que formuló hace un momento el presidente del Grupo Parlamentario Popular, el famoso acuerdo de legislatura o pacto de estabilidad.
    Miren ustedes, señores, vivimos en una democracia parlamentaria con un sistema electoral de representación proporcional. Igual que en muchos países, igual que a nivel estatal, en los sistemas de democracia parlamentaria con representación proporcional los gobiernos minoritarios son el pan nuestro de cada día y no pasa nada. ¡Claro que a cualquier gobierno y a cualquier partido le gustaría tener mayoría absoluta! Pero, si tiene minoría, si está en minoría, no pasa nada. En España mismo, los dos gobiernos, y usted lo sabe bien, señor Biel, del señor Suárez fueron gobiernos minoritarios (el del año setenta y siete y el del año setenta y nueve), el señor González gobernó en minoría en 1993 y el señor Aznar gobernó en minoría en 1996, y no ha pasado nada. Y aquí, en Aragón, pues tres cuartos de lo mismo: el señor Marraco no tuvo mayoría absoluta y gobernó; el señor Gómez de las Roces no tuvo mayoría absoluta, tenía treinta y dos diputados, y gobernó los cuatro años; ustedes mismos han estado gobernando durante dos años en minoría y no ha pasado nada.
    Hablar de un pacto de estabilidad cuando no había nada desestabilizado... A mí me hace mucha gracia que hace un momento decía el presidente del Gobierno que le va a permitir el pacto de estabilidad con Izquierda Unida sacar los presupuestos el día 1 de enero. Bueno, y los dos años anteriores, ¿qué ha pasado? Entraron en vigor el día 1 de enero y no tenían pacto de estabilidad. Porque, por mucho que haya avanzado la estabilidad con el pacto de gobierno con Izquierda Unida, pueden tener ustedes la completa seguridad de que no están más estables que antes, antes estaban igual de estables que ahora porque se les había entregado desde el primer momento, y, en consecuencia, han pagado algo que tenían de gratis, o le han reclamado un precio por algo que habían recibido a título gratuito.
    Pues bien, sin desconocer la legitimidad política de un pacto como el que nos ocupa aquí esta mañana, ese pacto, sin embargo, plantea serias interrogantes políticas. ¿Era necesario? ¿Dónde estaba la inestabilidad anterior? ¿Cuál es el precio? Yo creo desde el punto de vista político -no me voy a ocupar, por ahora al menos, desde el punto de vista económico- que el pacto de estabilidad con Izquierda Unida lleva al PSOE a tener que aceptar algunas proclamas de clara verborrea izquierdizante y a aceptar a nivel local a una Izquierda Unida que siempre ha rechazado a nivel estatal. Es curioso, es curioso. El PSOE ha huido como del diablo de Izquierda Unida siempre a nivel estatal, ni siquiera en 1993, cuando Felipe González no repite mayoría absoluta, se acerca a Izquierda Unida, y podría haber obtenido mayoría absoluta en un gobierno de coalición con Izquierda Unida, ni siquiera se lo plantea. Y aquí, curiosamente, un Gobierno de coalición del PSOE-PAR le abre las puertas a Izquierda Unida, y si no las puertas, las ventanas para que entre subrepticiamente en un gobierno. Les hace a ustedes, señores del PSOE, regresar al túnel del tiempo desde su actual postura, que es la correcta, de socialismo liberal.
    Lo del PAR es más grave, lo del PAR es más grave, señor Biel. Al PAR se le han tenido que fundir las meninges con este pacto con Izquierda Unida. Yo no sé qué puede pensar el elector medio del PAR pero es significativo que, cuando el PAR pacta con el PSOE en 1999 y casi se va de este mundo, y casi se va de este mundo -porque ustedes pactan con el PSOE en 1999 y pasan de ochenta y seis mil votos en 1999 a treinta y ocho mil votos al año siguiente, en 2000, ¡si casi se va de este mundo!-, yo no sé qué le puede ocurrir al PAR, que, después de haber pactado con el PSOE y haber recibido una severa advertencia de su electorado, insiste en lo mismo, incide y, además, pacta con Izquierda Unida. ¿Qué les puede pasar a ustedes, señor Biel? No hace falta ser Casandra para predecirlo.
    Sin embargo, curiosamente, señor Biel, no ha habido ninguna reacción de su electorado. ¿Será porque el electorado ya está perfectamente domesticado o porque no lo tienen o porque les ha abandonado o porque ya está en situación de desaparición? Es curioso, cuando ustedes pactan en 1999 hubo una reacción de muchos electores suyos, incluso militantes, en los medios de comunicación diciendo: esto es una barbaridad, esto es esto, esto es lo otro...; ahora, que pactan con Izquierda Unida, no se ha movido ni una sola persona, nadie ha dicho nada, es curioso y merecería un análisis.
    Pero vayamos al pacto de estabilidad en sí. Parece el 31 de octubre, de repente, como si el tiempo retrocediese, como si una enorme nube izquierdista se asentase sobre Aragón y volvieran por sus fueros políticas, proclamas, iniciativas, fórmulas y planteamientos que, creíamos, la historia había barrido para siempre. Ayer, cuando escuchaba al señor Bandrés, y eso que el señor Bandrés tiene un discurso moderado y es un catedrático de Economía, hablar de la mayoría progresista, del gobierno progresista, de presupuestos progresistas, cerraba los ojos y decía: ¿qué es esto del progresismo?, ¿cómo se puede hablar respecto al presupuesto del año 2002 de un planteamiento progresista cuando te están tratando de aplicar, cuando van a aplicar políticas keynesianas, políticas rebasadas, políticas intervencionistas y políticas de sustitución de la iniciativa privada por la iniciativa pública, el famoso sector público, que tanto le gusta al señor Lacasa, de crecimiento fuerte y sostenido?
    Lo cierto es que ustedes, con este pacto de legislatura y su primer reflejo (el proyecto de presupuesto que veíamos ayer), se han situado al final de la segunda guerra mundial. Al final de la segunda guerra mundial se creía que la solución a todos los problemas económicos era la nacionalización de las empresas, de las grandes empresas, el intervencionismo y la planificación. Todo eso se lo llevó el viento. La planificación desapareció, no sólo la rígida de los planes quinquenales soviéticos, sino también la indicativa de tipo francés porque era inoperante. Las empresas públicas se transformaron en una sangría que ningún Estado podía aguantar. Y todos los Estados occidentales han procedido a privatizar, empezando por ustedes cuando eran gobierno, todas las empresas públicas que han podido. Y, sin embargo, se siguen considerando esas políticas como políticas progresistas.
    Yo no sé, señor Lacasa, si a usted le suena el nombre de Manuel Azcárate, un destacado comunista de este país que escribió hace unos años un libro bonito, muy bonito, llamado La izquierda en Europa. Pues bien, el señor Azcárate, que era comunista pero que era un intelectual de categoría y con capacidad de pensamiento propio, tiene una frase en ese libro que yo la he recordado muchas veces y que siempre me lleva a reflexionar sobre ella, dice que la izquierda en Europa -y en eso ustedes no han avanzado un paso- siempre ha considerado -y lo critica- que, cuanto más Estado, más racionalidad en la economía y menos injusticia social. Los hechos han demostrado que es exactamente al revés.
    Fiel a su perenne doctrina de izquierdas de gastar cuanto más mejor, crecimiento constante de lo público y aumento indefinido de la burocracia, el pacto acuerda crear nada más y nada menos que lo siguiente: una dirección general de educación permanente y de enseñanza de régimen especial, un instituto aragonés de innovación y formación, una oficina de cooperación para el desarrollo, un instituto de salud laboral de Aragón, un instituto de la cultura y del patrimonio de Aragón, una agencia de seguridad y calidad alimentaria en Aragón, y un consorcio o empresa pública de transportes y de Aragón. Casi nada, de una tacada, todos estos entes, todos estos institutos y dependencias públicas.
    Parecería que el desiderátum de Izquierda Unida y de los llamados sectores progresistas izquierdizantes es que todos los españoles sean funcionarios -en Francia también lo intentaron hace unos años creando quinientos mil nuevos funcionarios para intentar resolver el problema del desempleo-, que lo público lo abarcase todo y, a la manera de un nuevo pulpo, se metiese en todos y cada uno de los resquicios e intersticios de la sociedad y sustituye la actividad privada por la actividad pública.
    Pero el ánimo se queda en suspenso. ¿De dónde vendrá todo este dinero? El presupuesto es lo que es y en el gobierno democrático siempre hay insuficiencia de medios. ¿De dónde vendrá todo este dinero? Pues no parece preocupar mucho a los firmantes del pacto porque vean ustedes las dos perlas siguientes que aparecen en ese pacto de estabilidad. Primero: «Los firmantes del acuerdo comparten la necesidad de intervenir activamente desde la Administración autonómica en la promoción y modernización de nuestro tejido industrial». Es decir, intervencionismo puro y duro. Esto no se leía ni en Aragón ni en España desde hace muchos años, esto del Gobierno interviniendo en la promoción y modernización de nuestro tejido industrial... ¡demonios!, esto es socialismo a la vieja usanza, esto es volver los ojos hacia treinta, cuarenta, cincuenta años atrás, porque esto ya no se oye en ningún sitio, y, curiosamente, en Aragón lo oímos aquí y ahora.
    Pero, por si fuera poco, añade: «a tal fin, incentivando la creación de sociedades mediante la participación con capital público». Y ayer lo decía descaradamente el señor Lacasa: el desiderátum es crear muchas sociedades con capital público. Ahora bien, ¿para qué están las sociedades privadas? ¿Para qué están las sociedades con capital privado? ¿Dónde está aquel viejo principio, viejo y eterno y permanente y cada día más actual, de que el Estado sólo debe intervenir allí donde no llegue la iniciativa privada y de que, cuando la iniciativa privada puede hacer algo igual o mejor que el Estado, el Estado debe abstenerse de intervenir. Esta lección parece que la han olvidado ustedes.
    Otra perla del acuerdo: compromiso de disponer de partidas presupuestarias que faciliten la adquisición de amplias bolsas de suelo en las principales ciudades y localidades de Aragón a fin de poder regular el precio de la vivienda. Esto sí que es el cuerno de la abundancia, firmar esto es realmente increíble. Pensar que en Aragón, o en cualquier región, o en España, el Estado, el Gobierno puede tener dinero suficiente para comprar bolsas de suelo adecuadas al objeto de poder regular el precio de la vivienda pertenece al reino de la fantasía, ni el rey Midas podría haber hecho esto, ni Creso podría hacer una cosa así. Imposible que ningún Estado, que ningún gobierno, que ninguna entidad pública pueda adquirir suelo suficiente para incidir en el precio de la vivienda y darle la vuelta al problema. Yo espero, señor Lacasa, que, igual que introducía esto, patente la fórmula porque, desde luego, es una fórmula destinada al éxito; la venderían en todas partes si esto funcionara y sólo con los royalties Aragón podría tener una vida económica muy resuelta y sin mayores incidencias.
    Termino, señor presidente, recordando algunas de las ingenuidades, tópicos y lugares comunes que reúne este pacto. Da la impresión de que este pacto es una especie de vademécum, una especie de evangelio laico que se ha propuesto salvar a Aragón, y, en consecuencia, toca todo, absolutamente todo. A mitad de legislatura, a año y medio de la terminación de este Gobierno, resulta que han encontrado una varita mágica para tocar, tratar y resolver cualquier problema que directa o indirectamente pudiese afectar a Aragón. Y me explico.
    Por ejemplo, se dice en este pacto que se comprometen los firmantes del pacto, es decir, el Gobierno e Izquierda Unida, a exigir a la Generalitat de Cataluña que retire la ley por la que se apropia del Archivo de la Corona de Aragón. ¡Demonios!, exigir a la Generalitat que retire el proyecto de ley, que ya no es proyecto de ley, que es ley, por la que se apropia del Archivo de la Corona de Aragón. Pero, bueno, eso sería la guerra, señor Lacasa. Y ¿si no nos hacen caso? Tendríamos que declararles la guerra, esto sería la guerra entre Jaén y Granada. Habría que declararles la guerra, ¿no?, porque pedirles que retiren un proyecto de ley y no nos hagan caso a una petición tan fundada... ¿Cómo se puede poner eso en un pacto? ¿Cómo no se sonrojan, cómo no se les cae la cara la vergüenza poniendo esas cosas en un pacto, que son auténticamente risibles, que son auténticamente inaceptables?
    Otras joyas. «Los firmantes del pacto se comprometen a un futuro de Aragón más justo, solidario y ecológicamente sostenible.» ¡Toma ya!, ¡casi nada! A través de este pacto de año y medio de vida se va a conseguir un Aragón más justo, solidario y ecológicamente sostenible. ¡Casi nada!, ¡casi nada!, en año y medio.
    Se comprometen a desarrollar un modelo de universidad de calidad y descentralizada. Gran compromiso, extraordinario compromiso. Venimos hablando de ello desde siempre y, además, no está en nuestras manos.
    Se potenciarán programas de apoyo a las mujeres maltratadas. ¡Magnífico! ¡Gran compromiso! ¡Gran novedad! Pero, claro, como este pacto es el pacto de todos los tiempos y de todos los problemas tiene que estar incluida la solución de todo.
    Se construirán carriles-bici. ¡Eso sí que va para el Premio Nobel! Se construirán carriles-bici, como gran punto del pacto entre Izquierda Unida y el Gobierno se van a construir carriles-bici. ¡Maravilloso! No nos dicen si nos regalarán una bicicleta pero, desde luego, maravilloso.
    Y finalmente, la última, señor Biel, esta sí que es una joya. Yo no he leído políticamente en mi vida, y es una larga vida, una joya como la que les voy a comentar: «Los firmantes del pacto -esto parece que lo hubiera redactado Fouché, o Beria o Lin Piao, o Chou En Lain, algunos de estos grandes dirigentes que tenían una visión tan particular del modo de actuar político-...»... Dice esta grandísima joya: «Los firmantes del pacto asumen el compromiso de no menoscabar directamente o a través de polémicas y debates públicos el marco fijado en este documento». Es decir, se autocensuran. Señores, ¡qué maravilla!, esta sí que es una cláusula democrática, es decir, los firmantes se comprometen a no hablar en público sobre el tema y, sobre todo, a no contrariarse en nada ni a debatir porque están de acuerdo por los siglos de los siglos porque se han identificado, han contraído matrimonio -¡por fin lo ha conseguido, señor Lacasa!-, han contraído matrimonio de tal forma que es uno e indisoluble y, además, plenamente compartido. Ni críticas, los matrimonios todavía critican y todavía riñen en las cocinas; ustedes ni en la cocina podrán reñir, no podrán reclamarse absolutamente nada.
    Me da la impresión -termino, señor presidente, porque me va a regañar en cualquier momento- de que esto no es un pacto político, señor Biel, esto no es un pacto político para año y medio de gobierno, sino el evangelio político capaz de salvar a Aragón para siempre. Y todo de la mano de Izquierda Unida, con su solo diputado, con su único diputado. Y ¿aún dicen ustedes, señores de la izquierda, que no creen en milagros? Ustedes tendrían que estar todo el día de rodillas porque esto sí que es un milagro, esto sí que es un auténtico milagro político.
    Claro que, para milagro, cuando un lee estos textos farragosos que nos remiten ustedes periódicamente -y este texto es particularmente farragoso-, y lee el texto de la intervención del presidente en su discurso de investidura, y lee el pacto por Aragón que celebraron ustedes con el PSOE, siempre me viene a la cabeza... Porque alguna vez tuve curiosidad y le pregunté a alguien que lo sabía y que me contestó rectamente: «¿quién redacta estas cosas?» Y me dijo: «un tal señor Guillén», que tantas veces he mencionado aquí. Resulta que el tal señor Guillén es Enrique Guillén, jefe de la Oficina del portavoz.
    Pues bien, el señor Guillén -así aparece en la relación de aumentos de sueldo, que el señor Enrique Guillén era uno de los que han subido el sueldo, yo lo leí en la prensa, no tengo constancia oficial; si lo desmiente usted, pues, indudablemente, lo retiro- ha publicado un libro que se titula Aragón, comunidad imaginada. Pues bien, en este libro hay, entre otras muchas cosas, una frase que es la joya, esta sí que es la joya de la corona, y entonces se explica que el autor de esta frase pueda redactar estas otras cosas que ustedes han suscrito, dice en la página treinta: «Como socialidad urbana -lo he pensado y no he llegado nunca a saber qué es eso de “socialidad urbana”, “sociedad” sí pero “socialidad”...-, Zaragoza está profundamente mestizada -¡vaya usted a saber qué es eso!- pero eso no le quita valor diferencial -otra interrogante- ni capacidad para vehicular identidad aragonesa». El día que alguien me pueda explicar lo que quiere decir esta frase automáticamente le pediré que me explique también los párrafos más farragosos y encontrados que ustedes han incluido en ese famoso pacto de estabilidad.
    Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]

    El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Ángel Cristóbal.
    Y ahora la interpelación 57/01, relativa al pacto tripartito de legislatura, la formula Chunta Aragonesista, y su portavoz, señor Bernal, tiene la palabra.

    El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.
    Señorías.
    Chunta Aragonesista considera que la búsqueda de la mayoría parlamentaria es un objetivo absolutamente legítimo por parte de cualquier gobierno. La búsqueda de estabilidad política por parte de cualquier gobierno nos parece un fin loable e incluso yo diría que recomendable. Lo único exigible en ese estado de cosas es que los medios utilizados para la consecución de ese fin sean honestos, sean justificables y sean defendibles, es decir, aquello de que el fin no justifica los medios. Siempre y cuando los medios utilizados sean suficientemente asumibles, nos parece que es un fin loable, un fin loable que hoy, en esta legislatura, en este momento está buscando un gobierno determinado y que en otras han podido buscar otros gobiernos de otro color, y que a lo mejor en futuras buscarán también gobiernos de otro color. Por lo tanto, quede claro que cuando nosotros realizamos este interpelación no cuestionamos en ningún momento ni el objetivo ni el fin ni... perdón, los medios... todavía no he hablado de los medios, ni la estabilidad que yo digo que es recomendable por parte de las instituciones. Eso quiero dejarlo claro.
    Por eso, mi grupo no tiene nada que objetar al hecho de que un acuerdo existente desde 1999, bipartito, se amplíe a un tripartito tratando de buscar esa estabilidad parlamentaria. ¿Cuál es única contraindicación que puede tener este acuerdo concreto PSOE-PAR-IU?, digo la única que cada cual deberá evaluar si es pequeña, mediana o grande. La única contraindicación que nosotros vemos está en las posibles, yo diría inevitables incoherencias que habrán de darse, que se han dado ya, que en estos últimos días ya hemos visto en algún caso concreto al llegar a formar mayorías parlamentarias de signo, de ideario político tan diverso. Esa es la única cuestión, que es interna, interna del tripartito, pero que puede tener repercusiones hacia el exterior. Ese es un riesgo, esa es una contraindicación si sumamos a las posibles ya existente derivadas del acuerdo bipartito de 1999. Yo quiero recordar que este acuerdo tripartito no nace ex nihilo, nace de un acuerdo previo ya que ya supuso determinadas incoherencias de dos fuerzas que hasta ese momento mantenían idearios políticos sobre determinadas cuestiones bastantes diversos diré, para no entrar de momento en detalles.
    Pues bien, a esas posibles incoherencias, a esas posibles renuncias se suman nuevas renuncias, porque Arquímedes no falla y el volumen que alguien ocupa desaloja actuaciones, desaloja perspectivas políticas, desaloja iniciativas o actuaciones, eso es inevitable. Esa es una cuestión en todo caso interna dentro del tripartito: el saber quién hará más renuncias a su ideario político, quién se llevará más el gato al agua en las actuaciones. Esas son cuestiones internas, como digo, asuntos internos que, desde luego, no competen a mi grupo a mi grupo más allá del nivel alcahuetil, en el que no vamos a entrar. En todo caso, no es una gran novedad, también lo quiero decir, con respecto al escenario fijado en julio de 1999 en el debate de investidura. Yo quiero recordar que ya en aquel momento el presidente Iglesias contó con treinta y cuatro votos a favor de su elección, y ese voto número treinta y cuatro... bueno, había treinta y dos, no se sabía si iba a haber treinta y tres o no, a lo largo de la sesión, casi al final, llegó el treinta y tres y finalmente el treinta y cuatro también fue depositado. Treinta y cuatro votos, por lo tanto, de investidura. Para Izquierda Unida, en la foto fija no representa gran cambio: ya había apoyado a un presidente del gobierno que se había presentado con un programa determinado.
    La única duda es por qué Izquierda Unida da ahora un paso que no dio en 1999. Porque en aquel momento ya había dado el apoyo, e Izquierda Unida ya venía apoyando las actuaciones del Gobierno, los presupuestos del Gobierno -yo diría que a ciegas- a cambio de tan sólo, que se supiera al menos, unas jefaturas de servicio en el Departamento de Educación y Ciencia y la presidencia de ese importantísimo órgano asesor que se llama el Consejo Asesor de Radio Televisión Española en Aragón. A cambio de esto, Izquierda unida venía manteniendo apoyos al Gobierno, fijos prácticamente, en todas las cuestiones. Quizá este acuerdo estaba ya no suscrito, no firmado, no escrito, pero estaba implícito, y, desde luego, las votaciones fijas a todas las posiciones del Gobierno en materia presupuestaria.
    ¿Cuál es la novedad ahora? No sé si -y de aquí viene la interpelación- tenemos toda la información, la información que nosotros tenemos es, en lo que se refiere a la Administración de la comunidad autónoma, que esa presencia de Izquierda Unida se va a ver ampliada por una dirección general de educación permanente, dos direcciones de oficinas y dos jefaturas de unidad nuevas, y la única novedad en la foto fija o en la escenificación es que ahora el pacto se hace por escrito y se difunde públicamente, no sé si hay partes ocultas pero entiendo que no tiene por qué haberlas.
    En todo caso, sí que hay una novedad, sólo una, una novedad respecto a las posiciones que se defendieron desde esta tribuna en julio de 1999. En aquel momento, el presidente Iglesias, el candidato Iglesias, el portavoz de su grupo, señor Pina, y el entonces portavoz del Grupo del Partido Aragonés, señor Biel, defendieron que este programa de Gobierno que el presidente había defendido era un acuerdo entre dos fuerzas políticas; la única novedad es que ahora se incorpora una tercera fuerza política. Y es legítimo también que nosotros preguntemos si el programa de gobierno que ustedes subscribieron (el señor Pina, el señor Biel, etcétera), y defendido por el presidente Iglesias, si el programa de gobierno que, además, ustedes difundieron públicamente sigue siendo el mismo. Y, cuando digo si sigue siendo el mismo, es en qué afecta entonces el acuerdo al programa de gobierno. ¿No afecta de ninguna manera? ¿De ninguna manera afecta? Si afecta, ¿en qué afecta? ¿Qué se suprime de aquel acuerdo PSOE-PAR? ¿Qué es lo que se suprime? O ¿qué que es lo que se modifica? O ¿qué es lo que se añade? ¿Qué enmienda de adición introduce Izquierda Unida? Respecto a aquel programa de gobierno, ¿cuáles son los cambios? Y, en consecuencia, ¿cuáles son los cambios de las actuaciones derivadas de aquel programa por parte del Gobierno bipartito? ¿Qué se añade a las actuaciones del Gobierno que no se venían haciendo? ¿Qué se modifica? ¿Qué se suprime de aquellas actuaciones?
    Lo voy a decir de otra forma: ¿en qué entienden desde el Gobierno que debería notarse la incorporación de Izquierda Unida al acuerdo PSOE-PAR? ¿En qué debería notarse? ¿En qué creen ustedes, señores del Gobierno, que va a notarse el cambio que supone pasar de un acuerdo bipartito a un acuerdo tripartito? Por ejemplo, la llegada de Izquierda Unida ¿va a aportar cambios en el modelo de gestión, tan polémico, del centro Walqa, que ha hecho levantarse indignadas a las empresas aragonesas de Internet? La incorporación de Izquierda Unida al acuerdo bipartito que deviene tripartito ¿va a aportar cambios en la política educativa?, que consiste en el momento presente en no poder afrontar por parte del Gobierno financiación de las nuevas titulaciones universitarias, no afrontar por parte del Gobierno complementos retributivos en la Universidad de Zaragoza, porque el argumento de ambas cosas es que la vaca no da más de sí, que los fondos financieros del Gobierno de Aragón no dan más de sí para poder colaborar más en la financiación de la Universidad, al mismo tiempo que se impulsa explícita o implícitamente la instalación de universidades privadas que pueden crear titulaciones que en la universidad pública de Aragón se están financiando con dinero público para que vayan a Huesca o para Teruel y permitir que esas universidades privadas implanten esas nuevas titulaciones en Zaragoza. ¿Va a haber algún cambio respecto a eso?, porque eso es lo que se venía haciendo en los últimos meses por parte del bipartito.
    La incorporación de Izquierda Unida ¿va a introducir algún cambio en esa política? ¿Va a introducir algún cambio en esa política educativa la incorporación de Izquierda Unida respecto a que con dinero público se estén financiando tramos no obligatorios de enseñanza?, esto es, con dinero público se conviene con entidades privadas, con empresas privadas en el segundo ciclo de Educación Infantil.
    ¿Va a aportar algún cambio en este sentido la incorporación de Izquierda Unida? ¿Va a suponer algún cambio la incorporación de Izquierda Unida, o el cambio del bipartito al tripartito, en la manera en que se formula la política respecto al Pacto del Agua en el programa de Gobierno? Porque quiero recordar que el año pasado se aprobó en esta cámara una iniciativa de Izquierda Unida que hablaba de la relectura del Pacto del Agua, y está en el Diario de Sesiones qué significaba relectura. Sin embargo, sin embargo, en el debate de política general del pasado mes de septiembre se aprobó una nueva iniciativa de Izquierda Unida que ya no decía lo mismo, cambiaba el verbo «releer» y el término «relectura» por el término «actualizar», por la «actualización». Evidentemente, no hay que ser un lince para saber que algún cambio tiene que suponer cambiar de «relectura» a «actualización». Pero, claro, ni siquiera los hermeneutas, se ponen de acuerdo en lo que significa «actualización». Ha habido dos hermeneutas fundamentales: uno, el señor Biel, que ha dicho que «actualización» significa, como no se han cumplido las fechas, actualizar las fechas y poner nuevas fechas a la realización de las obras hidráulicas; y otro hermeneuta ha sido Izquierda Unida, que ha dicho que «actualización» significa modificar el esquema de los principios fundamentales de la política hidráulica para introducir las nuevas tendencias de respeto medioambiental, de introducción de afecciones a los afectados, etcétera, etcétera, todo lo que sabemos y hemos debatido tantas veces en esta cámara. ¿En qué va a cambiar, pues, la incorporación de Izquierda Unida a la política respecto al Pacto del Agua? ¿Qué se va a hacer, lo que dice el hermeneuta A o el hermeneuta B?
    ¿En qué va a modificarse la política del Gobierno bipartito con la incorporación del tripartito respecto, por ejemplo, a la política medioambiental? Porque está el Diario de Sesiones con suficientes muestras por parte del portavoz de Izquierda Unida en esta cámara sin compartir determinadas políticas medioambientales del Gobierno bipartito en los dos años anteriores. A la hora de votar luego no, luego votaba, pero en la interpretación que se hacía desde esa tribuna se era crítico con determinadas actuaciones medioambientales. ¿Van a cambiar las actuaciones medioambientales con Izquierda Unida?
    En definitiva, ¿cuáles son las modificaciones que va a suponer el cambio de la naturaleza bipartida del acuerdo a la naturaleza tripartita del acuerdo? ¿En qué va a consistir? Alguien va a tener que explicar que el agua y el aceite no son posibles. Que, si la interpretación del acuerdo es que hay agua y, por otra parte, que hay aceite, y las dos cosas están en ese mismo recipiente, a la ciudadanía no se le podrá decir que sólo hay agua o que sólo hay aceite. Alguien, en esta explicación y en las explicaciones que va a haber en los próximos meses dentro de esta legislatura tanto por parte del Gobierno como en la composición de la Administración, tendrá que dejarse pelos en la gatera. Lo blanco y lo negro de determinadas interpretaciones no son posibles. ¿En qué va a cambiar, señor Biel, que supongo que va a ser usted quien responda en nombre del Gobierno, y en qué va a afectar al programa de gobierno y a la composición de la Administración este acuerdo tripartito?
    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
    Para responder conjuntamente a las dos interpelaciones en nombre del Gobierno, su vicepresidente, don José Ángel Biel, tiene la palabra.

    El señor vicepresidente y consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (BIEL RIVERA): Gracias, presidente.
    Señoras y señores diputados. Diputados interpelantes.
    Es para mí una enorme satisfacción tener la oportunidad esta mañana de contestar a un par de interpelantes en este caso, y que no suele ser habitual, en intervenciones de alto calado político como las que indudablemente han protagonizado tanto el señor Cristóbal Montes como don Chesús Bernal.
    En este sentido, empezaré diciendo algunas cosas que me parecen obvias. En estos tiempos del siglo XXI, cuando se ha avanzado tanto en todas las cuestiones de la vida moderna, yo diría de la sociedad de la información y de tantas cuestiones, que no nos parecemos ya en nada al siglo XIX, discutir la más mínima oportunidad, de alguna forma discutir la posibilidad de que dos partidos o tres o cuatro, los que haga falta en este caso -no me refiero en este caso puntual-, lleguen a acuerdos para hacer determinadas cosas yo creo que a nadie debe extrañarnos. Yo creo que cada vez más el centro está dejando de ser un punto para convertirse en una gran superficie donde yo creo que prácticamente todo el mundo quiere estar, todo el mundo se siente cómodo y, de alguna manera, todo el mundo cree que todo el electorado va precisamente por esas cuestiones.
    Ni la derecha clásica era lo que era ni la izquierda clásica era lo que era desde el año 1977 para acá, e incluso desde el año 1977 para acá la derecha clásica, gracias a Dios, ha cambiado mucho y la izquierda clásica, gracias a Dios ha cambiado mucho. Y ahora se habla de eficacia, ahora se habla de proyectos, ahora se habla de programas y ahora se habla de otra serie de cuestiones. Y, claro, retrotraernos ciento y pico años o cincuenta o sesenta años y decir que esto de la política hace inviables acuerdos entre partidos distintos, ¡hombre!, a mí me parece sinceramente un poco fuerte. Porque, sinceramente, a estas alturas... y mucho menos en unas comunidades autónomas donde las competencias son las que son, la gestión administrativa es la que es y no se puede uno permitir siquiera ciertos lujos ideológicos porque tenemos tan escasos los presupuestos y tan comprimido el encauzamiento que nos han hecho de lo que es el Estado de las autonomías que, desgraciadamente, no podemos permitirnos el lujo de ir de la a a la zeta según cambien los gobiernos.
    En consecuencia, partamos de la base de que es perfectamente posible todo tipo de coaliciones o todo tipo de acuerdos, partamos de esa base, porque ya aquí, en esto de la política, la madre naturaleza tiene muy poco que decir, hay otras cosas que me parecen importantes. Y, en definitiva, a lo largo y ancho de esta comunidad autónoma se dan acuerdos para todos los gustos, los representantes de los cinco grupos parlamentarios que estamos en esta cámara hacemos acuerdos en distintas instituciones a lo largo del territorio para todos los gustos. El señor Iglesias, el señor presidente, recordaba esta mañana que el Partido Popular en Andorra legítimamente está apoyando a un alcalde de Izquierda Unida, que es único, tienen un concejal, todos los demás son del Partido Popular y apoyan a un alcalde de Izquierda Unida. ¡Hombre!, nosotros al señor Lacasa no lo hemos hecho todavía presidente de esta comunidad autónoma, ustedes al alcalde de Andorra sí [rumores], al alcalde de Andorra sí, al alcalde de Andorra sí, que es el único que tienen de Izquierda Unida. Es decir, se dan todos los casos, se dan de a con be, de be con ce... Esto es como cuando yo estudiaba en Matemáticas combinaciones o variaciones de dos elementos o de siete elementos o de cinco tomados de dos en dos, y ahora me acuerdo de las Matemáticas, señor Alcalde, yo sí que las estudié, que tengo una edad similar.
    He de decirle en ese aspecto algunas cuestiones también previas para que no se me olviden. Ha hecho alguna mención en broma, como me gusta que las haga siempre, el señor Cristóbal Montes sobre el tema de los carriles-bici. Miren, yo creo que este tema es fundamental, y lo va a entender su señoría. Mire usted, en la legislatura pasada, la única enmienda que el Gobierno de coalición, entonces PP-PAR, aceptaba a la oposición era la de los carriles bici; fíjense si era importante, fíjese si era importante el tema de los carriles-bici: la única enmienda que aceptábamos entonces al grupo de la oposición era precisamente una enmienda, que, por cierto, presentaba siempre el señor Tejedor, y era el carril-bici, por el Actur creo que va el carril-bici, que yo no monto en bicicleta, que quede claro. Fíjese si es importante, que al final ya sabe su señoría que las obras de arte resultan de la suma de pequeños detalles.
    Yo creo que el señor Cristóbal Montes ha hecho una exageración, ha intentado ridiculizar el pacto, yo creo que ha tratado de decir que el pacto, el acuerdo tripartito, llámenle como quieran, tiene mucho de retórica. Mire usted, todos los programas políticos de los cinco grupos parlamentarios que estamos aquí tienen mucho de ingenuidad, mucho de retórica, mucho de teoría, etcétera. En todos los que nos presentamos a las elecciones, desgraciadamente, es una pauta que se lleva mucho el que hagamos programas grandilocuentes con exposiciones, exposiciones de motivos, etcétera, etcétera, yo creo que eso se cae por su propio peso. En ese aspecto, tiene que admitirme, señor Cristóbal, que la retórica...
    Que cada uno escriba como escriba es una cuestión de cada cual. Yo, señor Cristóbal Montes, le leo a usted y no quiero decir nada [risas], no quiero decir nada. Pero, con independencia de eso, un recordatorio más, y decía el señor Cristóbal Montes que a lo largo de la historia parlamentaria, desde el año setenta y siete hasta acá ha habido gobiernos de minorías, del señor Suárez, del señor González, del señor Aznar... Claro, claro, ya se preocupaban de conseguir los votos necesarios para gobernar, ya se preocupaban. Por cierto, que el señor Suárez casi llegaba a más acuerdos con el Partido Socialista que con la entonces Alianza Popular, curiosamente, lo digo porque es cierto, estaban las cosas como estaban.
    El señor González, cuando perdió la mayoría absoluta, se preocupó de pactar fundamentalmente con el Grupo Convergència i Unió para conseguir que le aprobaran los presupuestos, y los señores del Partido Popular, por cierto, se pasaban el día preguntando el precio, ¿eh?, los señores del Partido Popular se pasaban el día preguntando el precio que había tenido que pagar el Partido Socialista para tener la mayoría suficiente para poder gobernar y para poder aprobar los presupuestos; lo mismo, lo mismo, lo mismo, señor Gimeno, lo mismo que le preguntaría, por supuesto, el Partido Socialista, al señor Aznar: cuál era el precio que habría tenido que pagar el Partido Popular por gobernar con Convergència i Unió y con el PNV. Y eso es la política, y el que intente decirme que esto no se puede hacer... pues, evidentemente, eso no es.
    Las legislaturas duran lo que duran, y, en ese aspecto, cuatro años por delante, luego se cambia y cada uno que opine en consecuencia. Porque estas dos interpelaciones, una más que otra -y me va a perdonar en este caso el señor Bernal-, sólo se entienden en mi opinión, y muy respetuosamente, desde la perspectiva de dos grupos de la oposición que iniciaron esta legislatura frente a un gobierno en minoría y la van a acabar con un gobierno con mayoría. Por eso dije aquella frase de que este acuerdo es bueno para el Gobierno y malo para la oposición, eso es evidente. Y por primera vez en esta comunidad autónoma, lo que no suele ser habitual, en este caso ha sucedido exactamente lo contrario: hemos empezado con minoría y vamos a acabar la legislatura con mayoría absoluta. Porque ya saben sus señorías que todos los otoños son calientes y normalmente son tórridos los finales de la legislatura, menos en este caso, en este caso no, que hemos conseguido -y yo creo que eso es un acierto- un clima político suficiente y el voto necesario para tener la mayoría suficiente para poder gobernar con arreglo a los criterios que luego explicaré.
    Y, señor Cristóbal Montes, el voto treinta y cuatro es muy importante, pero no porque sea el de Izquierda Unida. Ya tuvimos un voto treinta y cuatro, sí, sí, fíjese si es importante tenerlo o no tenerlo, hay una diferencia como de la noche al día, ¿eh?, de la noche al día, señor Cristóbal Montes, hay una diferencia como de la noche al día en tener el voto treinta y cuatro o el voto treinta y tres. Si hubiéramos podido conseguir que ese voto treinta y cuatro hubiera seguido siendo el voto treinta y cuatro, pues, evidentemente,... No, no, ese es un problema, a aquellos no, a un señor en particular, es decir, que estaba donde estaba, ¿eh?, que estaba donde estaba. Pero, bueno, no es la cuestión, señor Cristóbal Montes, pero ahí está, el voto treinta y cuatro es muy importante.
    Yo creo sinceramente que, aunque no lo digan, de alguna manera, y es legítimo, ante este tripartito, entre comillas, ustedes manifiestan una cierta preocupación, porque, claro, cuando el Gobierno tiene la mayoría absoluta es evidente, como es lógico, que el valor de la oposición disminuye; cuando un gobierno no tiene la mayoría absoluta, el valor de la oposición aumenta, eso es indudable y esa es una realidad.
    ¿Qué se ha conseguido con este tripartito? Primero quiero decirle otra cuestión previa, que es importante, las cuestiones previas aquí son casi más importantes. Yo recuerdo a sus señorías, señor Cristóbal Montes y señor Chesús Bernal, que en 1999 -y, si quieren, hacemos un debate cuando lo deseen sobre la cuestión, ya lo hemos debatido aquí en otras ocasiones- se formó el único gobierno posible. Entonces, en el año 1999, en las circunstancias de 1999, con las condiciones del año 1999, se formó el único gobierno posible... -no, no, ese lo hicieron ustedes imposible-, se formó el único gobierno posible, porque podría haber otro, efectivamente, el que ha citado mediante gestos el señor Cristóbal Montes, y un gobierno de izquierdas, que podría haber sido formado por el Partido Socialista, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida y que no se formó, el del gesto es otra cuestión. Y se formó el único gobierno posible, al menos el que lo era en 1999. Yo creo, señorías, que, aun estando en la oposición, deberían reconocer que el único gobierno posible en esta comunidad autónoma intente tener la mayoría absoluta para acabar la legislatura con arreglo a unos criterios que luego explicaré es lógico. Ustedes nos hubieran interpelado más duramente en el supuesto que no hubiéramos conseguido para lo que queda de legislatura la mayoría suficiente para tener un gobierno estable.
    Porque, mire usted, es que se da la circunstancia de que esta comunidad autónoma ha estado llena de gobiernos inestables y de que hoy la estabilidad es un valor fundamental. Sólo por conseguir la estabilidad, lo que el señor Alcalde califica de «flotabilidad»... -que yo, sinceramente, creo que tener un gobierno hundido no le beneficia a nadie-, lo que ya el señor Alcalde llama «flotabilidad» y que es estabilidad, en esta comunidad autónoma hemos sufrido gobiernos inestables, hemos estado en gobiernos inestables, hemos tenido grandes crisis políticas en esta comunidad autónoma. Esta es una comunidad autónoma donde, es conocido de todos, se han producido acontecimientos que, desgraciadamente, han hecho muy difícil que la estabilidad fuera un valor, etcétera, etcétera. El hecho de que este Gobierno, que tiene treinta y tres diputados, amplíe su apoyo parlamentario, que no el Gobierno, que no el Gobierno, no confundan, el que quiera confundir que confunda... Tiene el señor diputado de Izquierda Unida con este Gobierno la misma relación que tenía el señor Pujol con el Gobierno del señor Aznar, la misma, ¿eh?, la misma, y la misma relación que tenía el señor Arzalluz con el Gobierno del señor Aznar, la misma, es decir, lo normal, un acuerdo parlamentario, llegar a acuerdo y punto. ¡Hombre!, yo creo que eso es un valor en sí mismo.
    Hemos conseguido la estabilidad, hemos conseguido la estabilidad, lo cual creo que no es malo. Yo creo que es bueno, y permite aprobar los presupuestos en tiempo y en forma, y permite aprobar unos presupuestos en los que yo creo que estamos fundamentalmente de acuerdo, y que, evidentemente -y lo agradezco en este tono-, el Grupo Chunta Aragonesista se abstiene en el debate de cada una de las secciones, etcétera. Y, además, esa fortaleza que da la estabilidad, porque se puede ser como se quiera pero lo que da la fortaleza a un gobierno, además de los programas y la eficacia, es la estabilidad, porque puede haber un gobierno muy eficaz, un gobierno con mucho presupuesto pero inestable, y yo creo que eso no es bueno, y sobre todo en esta comunidad autónoma. ¡Hombre!, que desde esa fortaleza que da la estabilidad se intenten hacer cosas, pues hay un camino que me parece fundamental, y el camino es lo que aquí, en el año noventa y nueve -les recuerdo a sus señorías- se llamaba «pacto por Aragón», que yo recuerdo que en el último debate sobre el estado de la comunidad en que tuve el honor de intervenir en representación en este caso de mi grupo parlamentario insistí especialmente en el pacto por Aragón. Y a mí me resulta mucho más fácil iniciar un camino de pacto por Aragón desde un gobierno con mayoría absoluta, desde un gobierno que, evidentemente, tenga el suficiente apoyo parlamentario para que, desde esa mayoría absoluta y con generosidad, que hubiéramos agradecido en cualquier caso en la historia de este país a gobiernos con mayoría absoluta, con generosidad, fuéramos capaces de iniciar un pacto por Aragón no en todo, porque, evidentemente, puede haber discrepancias, pero sí en aquellas cuestiones que yo creo sinceramente que son cuestiones fundamentales y que yo tuve el honor de manifestar aquí con motivo del debate sobre el estado de nuestra comunidad.
    Y hablábamos del agua y hablábamos de educación y hablábamos de la ley de lenguas y hablábamos de comarcalización y hablábamos de financiación y hablábamos del proceso de transferencias de competencias. Y a mí me parece que, respecto a un gobierno estable, un gobierno sólido, un gobierno que va a acabar la legislatura cuando corresponda sin traumas de ningún tipo y sin rifirrafes de ningún tipo, habría que agradecer que ese gobierno se abra al resto de los grupos e intente, lógicamente, participar en un acuerdo o pacto por Aragón al menos en cuestiones que yo sinceramente considero fundamentales.
    Por eso me quedo con una frase del presidente del Grupo Parlamentario Popular cuando ha dicho, hablando del coste de trescientos millones que creo que ha publicado algún medio de comunicación... Yo no sé de dónde salen estas cifras, yo lo he hablado con el consejero de Economía y no sé de dónde salen estas cifras, esto es fundamental. Vamos, «que la estabilidad le va a costar trescientos millones al Gobierno...», ¡qué barbaridad, la estabilidad! En esta comunidad autónoma, por tener esta estabilidad desde el año 1982... vamos, trescientos millones, señor Cristóbal, ¿eh? Si hubiéramos podido tener la seguridad, no a cambio de trueques ni ninguna historia de estas... Sinceramente, yo creo que es importante.
    Pero desde esa estabilidad tenemos que conseguir un pacto por Aragón en temas importantes. Tema del agua. Mire usted -y voy un poco respondiendo también al señor Bernal en el tema del agua-, lo que ha dicho su señoría, ¿qué es lo que se ha pactado? Que se constituya una comisión de seguimiento en este parlamento para analizar la actualización del Pacto del Agua, no para prejuzgar el resultado de la reunión, eso no lo dice el Pacto, no para prejuzgar el resultado. Y yo agradecería que el Grupo Parlamentario Popular participara en esa comisión de... vamos a llamarle como la quieran llamar, porque creo sinceramente que en el tema del agua deberíamos llegar a acuerdos la inmensa mayoría de los aragoneses y no sólo una parte. Y a mí me resulta un error, y se lo diré personalmente, que no participe el Partido Popular en una comisión que pretende hablar sobre el Pacto del Agua, que, evidentemente, el Partido Popular lo defiende. Pues, si lo defiende, vengan a defenderlo a la comisión correspondiente. Y me parece un error, pero, bueno, cada uno hace con sus ideas lo que le parece. Creo que es un error.
    ¡Hombre!, no será mayor error que el de la comisión del otro día, ¿verdad?, yo la doy por no celebrada. La Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua, en mi opinión, la doy por no celebrada. Vino el secretario de Estado, que, con todos mis respetos, más que el secretario de Estado del Agua, parecía el secretario de Estado de la gasolina, porque yo no sé si vino a prenderle fuego a la Comisión de Seguimiento, por las informaciones que yo tengo, o qué es lo que pasó aquí. Lo siento sinceramente porque yo creo en el diálogo entre instituciones y lo estoy demostrando y lo estamos demostrando siempre que podemos. Y se ha constituido la Comisión bilateral de cooperación con el Estado, y ahí hemos hablado del Archivo de la Corona de Aragón, en la Comisión bilateral de cooperación con el Estado que se constituyó en la ciudad de Zaragoza hace unos días. Y estamos colaborando con el Ayuntamiento de Zaragoza en la Comisión de coordinación con el Ayuntamiento de Zaragoza. Y creo en el diálogo institucional, me parece fundamental, por la misma razón que creo en el diálogo entre los partidos políticos. Y montar lo del otro día, sinceramente, creo que causa pena, y lo siento mucho, y no le quiero echar la culpa a nadie porque no estoy aquí para echar culpas.
    La educación. Creo que este es un asunto -y el señor Bernal me dará la razón- tan fundamental en esta comunidad autónoma... pero no sólo respecto al modelo educativo, que puede haber sus discrepancias, evidentemente, y ahí cada partido puede opinar. Pero aquí hay una cosa que se llama «financiación de la educación», y eso es precisamente lo que se ha pactado con Izquierda Unida: que aquí discutamos la ley de financiación de la educación. Pero, claro, aquí no vengamos los partidos diciendo «y yo más», «y yo más millones», no, no, aquí hay que saber de dónde sale el dinero, ¿eh? Y espero que las propuestas que se hagan en esa ley de financiación de la educación nos digan de donde va a salir el dinero para financiarla, y eso es definir el modelo educativo.
    Y digo lo mismo en materia de la ley de lenguas. Tuve la oportunidad en septiembre de decir desde esta tribuna que no seré yo el que se atreva a aprobar una ley de lenguas exclusivamente con treinta y cuatro votos, no seré yo quien se atreva, ¿eh?, no seré yo quien se atreva. Y eso requiere un gobierno de mayoría absoluta que sea capaz de pactar con la oposición esta cuestión. Si quieren hacer guerras locales o quieren hacer guerras parciales de temas tan importantes a pesar de la oferta que yo les hago, esa es otra cuestión. Si quieren hacer guerras locales o guerras parciales sobre un tema que me parece fundamental como es la ley de lenguas, que deberíamos ser capaces de negociarla y aprobarla para muchísimos años y no sólo para lo que dure una legislatura o dos legislaturas, esa es una cuestión. Si ustedes creen que merece la pena conseguir más, menos cuatro o cinco votos por una pequeña guerra sectorial, etcétera, eso cada uno con su pan se lo coma.
    Lo mismo le digo de la ley del Pirineo, es una opinión, lo mismo le digo de la ley del Pirineo. Lo mismo le digo de las transferencias del Insalud, porque creo que es una cosa tan importante que merece un pacto por Aragón impulsado desde un gobierno, y es más fácil impulsado desde un gobierno con mayoría absoluta que desde un gobierno con minoría. Les hablo incluso de la financiación de la comunidad autónoma, etcétera, etcétera.
    Yo creo sinceramente que esto merece la pena y esto es posible. ¿Esto es pragmatismo? Llámenle sus señorías como quieran: esto es una realidad. ¡Hombre!, el hecho de que tengamos treinta y cuatro diputados y de que intentemos abrir este pacto a otros grupos... no este pacto, no se preocupen, ya sé que no lo van a firmar, ¡por Dios!, ¡hombre!, ¡qué cosas tengo!, no se trata de eso, pero al menos en algunas cuestiones a mí me parece fundamental. Y hoy ratifico lo que dije con motivo del debate sobre el estado de la comunidad: que creo que este Gobierno tiene que ser capaz de pactar media docena de temas fundamentales con los grupos de la oposición.
    Pero, mire usted, yo estoy absolutamente convencido de que, si no se hubiera hecho este pacto y si Izquierda Unida no hubiera ejercido su dosis correspondiente de responsabilidad en este tipo pensando que, evidentemente, podía participar en una fórmula que permitiera dotar a este Gobierno de la fuerza política suficiente para desarrollar todo esto, pues ahora estaríamos a lo mejor planteando una cuestión de confianza. Y hay experiencias, ¿eh?, hay experiencias en la historia de esta comunidad autónoma.
    Es decir, imagínense que Izquierda Unida hubiera decidido exactamente lo contrario. ¿Se hubieran alegrado de que Izquierda Unida hubiera decidido exactamente lo contrario de lo que ha hecho? ¿Se hubieran alegrado de que nos hubieran devuelto los presupuestos? Ya pasó en el año ochenta y siete, si no recuerdo mal. Pero ahí el problema fue entre socios; el problema en el año ochenta y siete fue... no, no, en el ochenta y siete, señor Cristóbal Montes, en el ochenta y siete... no, en el ochenta y cuatro, 1983-1984 fue entre socios, no, en el ochenta y siete, señor Cristóbal Montes, lo recuerdo, sí, sí, no se nos olvida, se devolvieron los presupuestos, se devolvieron aquí los presupuestos y tuvimos que llegar deprisa y corriendo a un pacto que era no un pacto nuevo, que es que se había incumplido el anterior, que es peor, tuvimos que llegar a un pacto, ni siquiera con ese pacto conseguimos la mayoría absoluta y ese gobierno estuvo durante toda la legislatura dependiendo del CDS, si no recuerdo mal, etcétera. Esta es la realidad. Es que en esta comunidad autónoma tenemos muchas experiencias en esta cuestión.
    Imagínense que Izquierda Unida hubiera decidido lo contrario, que estaba en su derecho, un partido, que ustedes le dicen partido de izquierda, etcétera, etcétera, estaba en su derecho de decidir exactamente lo contrario. Nos hubieran devuelto el presupuesto, otra escandalera, «el Gobierno es incapaz de gobernar», «ya lo decíamos nosotros», etcétera, etcétera, interpelaciones, y al final el señor don Marcelino Iglesias hubiera tenido que presentar una cuestión de confianza para que todo el mundo se hubiera retratado aquí. Esa es la realidad, esa es la realidad. Cuando, en esta comunidad autónoma, si precisamente de algo hemos estado carentes en muchas etapas es de estabilidad, la estabilidad indudablemente es un valor que yo creo que tendríamos que reconocer.
    Yo creo sinceramente que el pacto tripartito es un pacto suficiente en el que nadie ha cedido nada en lo fundamental de sus planteamientos, en absoluto. Pero creo que se ha hecho un esfuerzo de negociación aplicando esa máxima a la que yo le tengo tanto respeto que es que el arte de la política es precisamente el arte de llegar a acuerdos. Y en estos tiempos son posibles los acuerdos entre todos y cada uno de los grupos de esta cámara, son posibles los acuerdos.
    Pero, además, hay una cuestión, y con esto ya termino. El señor don Ángel Cristóbal Montes siempre hace mención al PAR en este tipo de acuerdos, sólo nos deja pactar con unos. Somos fuerza auxiliar, sólo podemos pactar con el Partido Popular; nos disolvemos y resuelto el asunto, sólo podemos pactar con el Partido Popular. Pactamos con el Partido Socialista y se extrañan. Se dan cuenta de que no hay nada anormal, de que no hemos hecho ninguna revolución pendiente ni nada de eso, de que no hemos socializado nada, de que no olemos a azufre ni nada de eso, y ahora nos dicen que hemos pactado con Izquierda Unida, ya nos dicen que...
    Pues, mire, cada vez que me recuerdan que yo no pienso igual que Izquierda Unida me hacen un favor. El hecho de que insistan tanto en que nosotros no tenemos nada que ver con Izquierda Unida... Pues muy bien, sigan insistiendo porque yo creo que el electorado sabrá darse cuenta de que a quién tiene que votar... Mire usted, en estos tiempos que corren, señor Cristóbal, el electorado al final decidirá y lo que tendríamos que tener todos, todos, es la suficiente inteligencia para que las condiciones que se den en el año 2003 sean lo más naturales posible para que el electorado vote lo que le parezca. Deberíamos de ser todos lo suficientemente inteligentes.
    Y he de decirle -y termino- una cosa: creo que ni a esta comunidad autónoma ni a ninguno de los grupos de esta cámara le conviene que al PAR le vaya mal.
    Nada más y muchas gracias. [Aplausos.][Rumores.]

    El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Biel.
    Para réplica, don Ángel Cristóbal Montes.

    El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Señor presidente.
    Señoras y señores diputados.
    Seré suave [risas], seré suave. Primero porque, repito una vez más, da gusto debatir políticamente con el vicepresidente; segundo, porque no está el horno para bollos, yo no estoy en plenitud de forma ni remotamente; y tercero, porque tengo un temor escénico tremendo porque, a raíz de la última intervención que tuve aquí, me mandaron los besucones y las besuconas -observen el raro matiz progresista: los besucones y las besuconas- a visitarme y, además, el señor -hoy me ha tratado bien, se lo agradezco- Bernal me dijo que había hecho un discurso hortera, grosero y soez. Y como yo a mi maestro de estilo parlamentario lo respeto mucho, pues no quiero incurrir en lo mismo. [Risas.]
    Señor Biel, ha dicho usted muchas cosas y muy interesantes, y empezaré por la última: a nadie nos irá bien en esta comunidad si al PAR le va mal. Puede tener la completa seguridad, puede tener la completa seguridad, la completa seguridad. A nadie nos irá bien, salvo quizá a la CHA, si al PAR le va mal; le interesa al PSOE, le interesa al PP y le interesa a la gobernación de esta región. Porque nosotros hemos tenido con ustedes muchas diferencias, muchísimas, y lo sabe, pero muchos acuerdos, muchas cercanías y mucha comunidad de intereses. Y nos hemos entendido y desentendido, como tiene que ser la política: la democracia es poder optar entre el consenso y el disenso. Nos hemos entendido y desentendido pero no me negará usted, señor Biel, que, cuando hemos caminado juntos, ha merecido la pena, ha merecido la pena.
    Y le voy a recordar sólo dos o tres cositas. Usted dice: es que nosotros no somos una fuerza auxiliar del PP, es que el PP sólo se plantea que nosotros pactemos con él. Y ¿a la inversa, señor Biel? ¿Quién protagonizó, quién encabezó los primeros pactos PP-PAR? ¿El PP o el PAR? El PAR, y usted lo sabe. En el año ochenta y siete, para desplazar a sus socios de hoy, que habían sacado nada más y nada menos que treinta diputados, treinta diputados, pactamos ustedes y nosotros, y ustedes habían sacado diecinueve y nosotros trece, total treinta y dos; entre los dos, dos diputados más que el PSOE. Que el PSOE se rasgaba las vestiduras y decía: pero ¿cómo es posible que ganemos las elecciones y no gobernemos? Lo que decimos todos, lo que decimos todos llegado el momento [risas], lo mismo que estamos diciendo nosotros: ¿cómo es posible que no gobernemos? Porque la política es así, claro, porque la política es así, y la política parlamentaria es sobre todo aritmética parlamentaria.
    Pero recuerde, señor Biel, que ese año ochenta y siete ustedes... no digo ustedes, el señor Gómez de las Roces no nos dejó entrar en el gobierno, ni siquiera firmamos lo que han firmado ustedes con Izquierda Unida, ni siquiera firmamos un pacto parlamentario, ni siquiera un pacto de legislatura, sino simplemente dimos el «sí» a la investidura y nos quedamos a la espera a ver si nos echaba alguna limosna. Ahora, le advertimos, le advertimos: señor Gómez de las Roces, usted no nos deja entrar en el gobierno, no quiere un gobierno de coalición con el PP -porque quería un único gobierno regionalista, ahora sería nacionalista-. Pero le dijimos, y yo era portavoz del Grupo Popular: tiempo al tiempo. A lo mejor con Izquierda Unida no va a haber tiempo al tiempo porque queda menos, esto fue al comienzo del ochenta y siete. «Tiempo al tiempo», y ya sabe usted lo que fue «tiempo al tiempo»: que en el ochenta y siete no entramos en el gobierno, pero en el ochenta y nueve sí entramos en el gobierno. Y a trancas y barrancas, y el señor Mur estuvo en la reunión en Madrid donde se... [rumores], perdón, perdón [risas]... Como el señor Mur es medio invisible, no me doy cuenta cuando se marcha [risas]. ¡Qué lástima que esté acatarrado!
    En el ochenta y nueve entramos en el Gobierno, y, después, en el noventa y uno volvimos a pactar, pero no nosotros de protagonistas, ustedes, y entonces fue el señor Eiroa el presidente del nuevo gobierno de coalición y entonces sumamos mayoría absoluta: diecisiete y diecisiete, treinta y cuatro; y protagonismo, ustedes. O sea dos-una a su favor, dos veces ustedes de protagonistas y nosotros sólo una, en el noventa y cinco, en la que la presidencia nos correspondió a nosotros, el protagonismo, y ustedes entraron de socio menor, pero dos-una. O sea, que no nos diga usted, señor Biel, que ustedes de fuerza auxiliar, de no sé qué... No, no, no, han estado de generales. Que en un momento determinado estuvieran sólo de coronel, pero han estado dos veces de generales, y una vez de general incluso dejándonos a nosotros en el calabozo, cosa que nunca hicimos nosotros con ustedes.
    Y, como yo creía que estaba el señor Mur y no está, he cometido una tremenda equivocación: que me he dedicado a divagar porque el señor Mur me regala tiempo pero el señor Esteban no. [Risas.] Y, en consecuencia, voy a ver si puedo apurar un poco porque he cometido un error...

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Apure, apure, que en la anterior intervención el señor Mur ha sido muy generoso, quizá por la familiaridad a la que usted está aludiendo. [Risas.]

    El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Usted es un político pragmático, lo ha dicho, lo sabemos y yo lo he dicho por escrito muchas veces, usted es un político pragmático y el pragmatismo es una buena cosa en política. Los ingleses, que saben de esto un montón, dicen que, hoy día, la única ideología oficial es la del pragmatismo. Y es verdad, hay otras ideologías, pero la de verdad, la real, la operativa es lo que ellos llaman «la ideología oficial del pragmatismo».
    Pues bien, en aras de ese pragmatismo, señor Biel, en una reciente encuesta de Antena 3 sobre el tripartito, el 67% de los encuestados ha dicho que iba a ser un tripartito, no es gobierno de tres partes, pero, bueno, un gobierno bipartito con una ayuda colateral iba a ser perjudicial para Aragón. Y ¿por qué el electorado, el ciudadano aragonés responde de esa forma? Pues, mire, no creo que porque sea no pragmático, que el electorado nuestro es pragmático. Si nosotros tenemos políticos pragmáticos como usted, los podemos tener porque tenemos un electorado pragmático, y lo ha demostrado, lo ha demostrado desde el año ochenta y tres. No es un electorado que se asuste fácilmente, no le asustan los pactos, señor Biel, yo creo que no sé si ahí usted ha captado exactamente el tenor de lo que se le requería.
    Los pactos entre fuerzas políticas -y el señor Bernal se ha extendido y, además, muy bien, y lo que ha dicho es muy razonable, todo pacto en principio entre dos o tres o cuatro partidos es posible; ahí tienen el pentapartido de Italia, que funcionó estupendamente durante mucho tiempo hasta que se llevó el carro por delante, o el tetrapartido que tiene en Baleares el Partido Socialista-... Lo que pasa, señor Biel, y esto no me negará usted que tiene que considerarse así, es que, siendo posibles en principio todos los pactos entre cualesquiera fuerzas, ahí tiene que haber una cierta base y tiene que haber una cierta coincidencia, tiene que haber un cierto poso ideológico que permita dotar de coherencia a ese pacto, que permita a ese pacto gozar de credibilidad y, sobre todo, que permita apoyarse en él con una relativa seguridad y con una relativa fuerza, y el pacto tripartito de ustedes no tiene esa virtud.
    Usted ha hecho el canto perfecto de que la estabilidad, de que el voto treinta y cuatro, de que este Gobierno ahora puede actuar coherentemente sin ningún problema, incluso nos ha dicho cosas de política-ficción. Eso de la cuestión de confianza no creo que se lo crea usted, ¿eh? No, no, no, no, no, señor Biel, eso no se lo cree. Si el señor Iglesias hubiera tenido problemas, ¿iba a plantear aquí una cuestión de confianza? No, de ninguna manera, de ninguna manera, de ninguna manera, entre otras cosas porque hubiera sido imposible, porque sólo que hubiera levantado el dedo, sólo que hubiera amenazado, sólo que hubiera insinuado que iba a una cuestión de confianza, Izquierda Unida se hubiera puesta de rodillas y le hubiera dado lo mismo que le va a dar ahora sin pedir nada a cambio, y sabe usted perfectamente las razones...

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Cristóbal, vaya terminando.

    El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: ... de lo que le estoy diciendo.
    Creo que hemos coincidido en algo fundamental. Usted ha hecho un pequeño repaso histórico y ha dicho que, cuando CIU pactaba con el PP, el PSOE se preguntaba cuál es el precio, y a la inversa, cuando CIU pactaba con el PSOE, nosotros preguntábamos cuál es el precio. Pues esa es la pregunta que le hemos hecho aquí también: cuál es el precio, sin importarnos mucho el precio económico. A nosotros nos preocupa mucho más el precio de la coherencia, el precio de la armonía, el precio de la credibilidad ideológica, el precio de una coalición que, haga usted los esfuerzos que haga, señor Biel, y los ha hecho, y son esfuerzos importantes, haga los esfuerzos que haga, usted no podrá colocar nunca en su electorado -y sabe perfectamente cuál es su electorado, su electorado tiene una base rural y de clase media urbana- ese pacto con todas las bendiciones que quiera respecto a la gobernabilidad de Aragón, al tratamiento de los asuntos importantes, a la resolución de los problemas, no podrá nunca colocar ese pacto.
    Y le recuerdo lo mismo, y en eso coincidimos: lo veremos dentro de año y medio. Pero ustedes tienen un punto de referencia muy claro, y se lo vuelvo a repetir: en el año noventa y nueve, cuando se celebran las elecciones autonómicas, ustedes sacan ochenta y seis mil votos, en 1999, y un año después sacan tan sólo treinta y ocho mil, y en Zaragoza ciudad sacan doce mil votos, menos que Izquierda Unida, que sacó quince mil. ¿Qué quería decir eso? Le ajustaba las cuentas su electorado por el pacto con el PSOE. ¿Qué les puede pasar con el pacto con Izquierda Unida? Usted dice que nada. Pues ojalá, ojalá, porque repito lo que decía al principio, y con esto termino: a nadie le interesa que al PAR le vaya mal. Ojalá no les pase nada, y se lo digo de corazón, ojalá no les pase nada. Pero tiéntense las ropas, ¿eh?, tiéntense las ropas porque la advertencia fue muy clara y, desde luego, no fue en el sentido que está diciendo usted.
    Y termino, señor presidente. El voto treinta y cuatro, dice usted, es muy importante. Y ha recordado un suceso difícil. En otra ocasión también el voto treinta y cuatro fue importante, el voto del señor Gomáriz. El voto del señor Gomáriz nos costó, como usted sabe, la vida a un gobierno de coalición y una moción de censura patrocinada por el PSOE, que se llevó el gato al agua, con el voto de Izquierda Unida, porque la moción de censura triunfó porque la apoyó Izquierda Unida, que entonces tenía no sé si tres diputados, y después abandonó olímpicamente al PSOE. O sea que tampoco se quede usted con la seguridad de que, porque han pactado con Izquierda Unida, Izquierda Unida va a ser caldo para todos los cocidos. No, no, no, no, Izquierda Unida propició la moción de censura del señor Marco y después le abandonó, y, efectivamente, hubo que devolver unos presupuestos al poco tiempo porque no votó a favor de esos presupuestos del Partido Socialista. O sea que tiéntense ustedes las ropas y no den por seguro cuál va a ser el comportamiento futuro de Izquierda Unida. No le han hecho presidente pero ya verá usted que dentro de poco tiempo le piden algo más de lo que le han dado, dentro de muy poco tiempo le pedirán algo más. Y, posiblemente, cuando se ha acostumbrado en política a alguien a comer, acostumbrarle después al ayuno es de lo más difícil del mundo. Le han dado de comer a una fuerza que les va a pedir más y les va a plantear problemas muy serios.
    Y, repito, el tema del voto treinta y cuatro... Usted puede hablar de él tranquilamente, pero desde la tolda socialista no pueden hablar tranquilamente. Y este tema mejor no tocarlo, mejor no tocarlo porque hoy día se sabe con absoluta certeza cuánto se pagó, dónde se pagó y cómo se pagó, y eso va a misa.
    Muchas gracias, señor presidente.

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Cristóbal.
    Señor Bernal, tiene la palabra.

    El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.
    Señorías.
    Señor vicepresidente del Gobierno, quizá sea por aquello de que se han tramitado conjuntamente, como en otro caso, las dos interpelaciones por lo que, aunque usted tenía más tiempo para responder, entiendo que en la primera intervención le ha respondido al señor Cristóbal y supongo que ahora me responderá a mí.
    Previamente voy a tratar de aclarar algunas cosas, porque, como el que calla otorga, no quiero callar. Y, como hay algunos asuntos y algunas frases que se han reiterado desde esta tribuna en distintos momentos a lo largo de esta legislatura, voy a tratar de aclarar algunas cosas.
    La primera. Desde luego, señor Biel, yo no me doy por respondido en la intervención anterior, porque las cosas que ha dicho usted se las ha dicho al señor Cristóbal y prácticamente ha repetido en algunas las mismas que yo había dicho. Luego, si se supone que respondía a un supuesto mantenimiento de una posición contraria a la que usted decía en cuanto a la estabilidad, en cuanto a la búsqueda de la mayoría absoluta, yo no he dicho nada que me haya diferenciado de usted. He dicho justamente lo mismo. Pero usted ha vuelto a decir, creo que por tercera vez o cuarta desde esta tribuna en esta legislatura, que podrían haberse formado distintos gobiernos en esta comunidad autónoma y que uno de ellos era el PSOE-CHA-IU, otro tripartido distinto. ¡Hombre!, eso no se sostiene. Si usted dice que todo lo que se está haciendo es para que haya un Gobierno sólido y, al mismo tiempo, está diciendo que otro que se podía haber formado era uno PSOE-CHA-IU, evidentemente, eso suma veintinueve diputados, es decir, menos que treinta y tres. Luego, si con treinta y tres usted no está satisfecho, imagínese con veintinueve. Usted sabe que eso no era posible. Y, en ese sentido, sí que estoy de acuerdo cuando dice: el único Gobierno posible. Había dos gobiernos posibles: el PSOE-PAR, que es el que hemos tenido en estos dos años y medio, y el PP-PAR; ésos son los que daban mayoría absoluta, si de formar gobiernos con mayoría absoluta estamos hablando, ésos dos. O un tercero PP-PSOE, claro. También podría, si queremos en hipótesis, haberse formado un gobierno de éstos. Pero aritméticamente ésas eran las tres únicas posibilidades. La otra a la que usted hace referencia sabe que no era posible.
    Y esa mayoría absoluta ahora lo que se hace es escenificarla, pero usted dice: vamos a partir de que arrancamos la legislatura sin mayoría absoluta y ahora la vamos a tener. Bueno, justo en el inicio sí que la hubo. En el inicio, el inicio fue la elección del presidente. Y en la elección hubo mayoría absoluta, en la investidura del señor Iglesias, en primera votación, porque, si no, hubiéramos tenido que hacer una segunda votación. Hicimos sólo una votación, luego hubo mayoría absoluta en el arranque. Y hubo mayoría absoluta en la primera prueba política que un gobierno pasa, que son los presupuestos votados en el año noventa y nueve para el año 2000. Luego no me diga que hemos cambiado de la noche al día porque prácticamente la mayoría absoluta había existido en la Cámara. Quizá no había en la composición del Gobierno, pero ya le he dicho que en algunos ámbitos de la Administración y de consejos asesores también existía: Consejo Asesor de Radio Televisión Española y varias jefaturas de servicio en el Departamento de Educación y Ciencia.
    Nosotros estamos encantados con que se haya conformado este tripartito, encantados desde dos puntos de vista: encantados para que no haya turbulencias a lo largo del trayecto que queda hasta el final de la legislatura, encantados desde el punto de vista institucional, y también le voy a decir encantados de que, si PAR ha llegado a un acuerdo con Izquierda Unida e Izquierda Unida con PAR -quiero decir, formando parte ambos dos de este Gobierno-, ahora sí que se abre totalmente el panorama al cual usted ha hecho referencia y que yo comparto con usted, que realmente el panorama político e institucional de la comunidad autónoma ya es suficientemente abierto. Esto no ocurre en Andalucía o no ocurre en Extremadura o en Castilla-La Mancha, donde el panorama político es otro y el esquema de partidos es otro.
    En ese sentido, como dice el señor Cristóbal que prácticamente el que le vaya bien al PAR le va bien a todos, salvo a CHA, pues le voy a decir una cosa; no, no, le voy a decir una cosa: a nosotros, ni nos va ni nos viene; es más, puestos a elegir, señor Cristóbal, nosotros somos partidarios de que en el campo del centro-derecha haya una fuerza aragonesista. Y eso al señor Biel se lo he dicho muchas veces. Nosotros no tenemos ningún inconveniente. Es más, estoy convencido de que determinados proyectos de país saldrán o salen más fácilmente adelante si, aunque gobierne el PAR, está CHA en determinadas posiciones o, aunque gobierne CHA, está el PAR en determinadas posiciones.
    Por lo tanto, nosotros en ese sentido no tenemos ningún problema en que le vaya bien al PAR o regular, dentro de que los escaños son sesenta y siete y aquí sería difícil explicar en grandes teorías de tertulianos radiofónicos prácticamente si uno sube, el otro baja... Bueno, pues, a veces a lo mejor los votos van en direcciones muy distintas a las que nos podemos pensar simplemente con esos conjuntos a los que hacía referencia de la propiedad conmutativa, asociativa y todas aquéllas, y la intersección.
    Pero nosotros estamos encantados de que se haya hecho este acuerdo. La única cosa que yo le digo es que nosotros no cuestionamos, en absoluto -se lo he dicho-, la naturaleza; lo que cuestionamos o lo que queremos saber es qué consecuencias va a traer. Y eso es a lo que no me ha respondido. Y le puedo asegurar, señor Biel -que supongo que me va a responder en la segunda intervención-, eso es lo único que yo hoy estoy interpelándole: cuáles son las consecuencias que tiene, cuál es la incidencia que tiene en el pacto. Desde el principio, todo el preámbulo de mi intervención ha sido para decir que no tenemos nada en contra del pacto, que incluso lo vemos bien, que vemos loable el hecho de que cualquier gobierno y los grupos que apoyan a un gobierno busquen una estabilidad. Si lo he dicho por activa y por pasiva y lo ha dicho mi partido a lo largo de todo este proceso. Pero queremos saber, por ejemplo, cuando usted dice que ahora todos van hacia el centro, hay algo que casa mal, porque Izquierda Unida dijo que sólo aceptaría entrar al tripartito si lograba que el Gobierno hiciera un giro a la izquierda. E Izquierda Unida ha entrado a un acuerdo tripartito. Eso casa mal. ¿Izquierda Unida ha logrado el giro a la izquierda o no lo ha logrado? En teoría, si nos fiamos de Izquierda Unida, lo ha logrado, porque, si no, no habría entrado. Se puso muy serio el señor Laviña, allí presente. Si no hay giro a la izquierda, no entraremos. Y han entrado. Luego, ¿ha habido giro a la izquierda o no ha habido giro a la izquierda? Lo digo porque usted ha dicho que ahora todos van al centro. La pregunta sería: ¿IU ha logrado que el PAR y el PSOE giren a la izquierda, o el PAR ha logrado que IU vaya al centro? Las dos cosas no son posibles, salvo que encuentren un terreno de centro-izquierda, que, por cierto, era una de las definiciones que en el último congreso hizo el PAR en su ideario político.
    Por lo tanto, ése es un asunto de fondo. Otro asunto: actualización del Pacto del Agua. Mire, se aprobó una ley por amplísima mayoría, por mayoría de ésas amplias que a ustedes les gustan, que fue la Ley del Instituto Aragonés del Agua. Y a ese organismo -que, por cierto, la creación de ese organismo iba en los programas electorales del PAR, de Chunta Aragonesista y del PSOE, por separado, la creación de ese organismo con esas finalidades-, a ese instituto esa ley le otorga unas prerrogativas y unas funciones; entre ellas, la de interpretar y analizar y decidir la política hidráulica. Y mi pregunta es: apenas hace unos meses que hemos aprobado esa ley con amplísimo acuerdo; apenas se ha aprobado esa ley, se dice ahora que se va a crear una comisión especial para analizar esa política hidráulica e hidrológica que está definida en el Pacto del Agua. ¿En qué quedamos? ¿Esa comisión que va a estudiar eso es un caramelo que se le da a Izquierda Unida y se dice: venga, se creará la comisión, y si es niño, san Antón, y si no, la Purísima Concepción, o esa prerrogativa la sigue teniendo el Instituto Aragonés del Agua? Ésa es una cuestión que hay que saber, porque es una ley aprobada recientemente aquí.
    Y luego, claro, hay una cuestión de fondo: ¿se cambia la filosofía o no se cambia la filosofía del Pacto del Agua? Esto es como lo del centro y la izquierda que acabo de decir: o hay giro a la izquierda o hay giro al centro. O hay giro en cuanto a la reformulación y la filosofía y las bases del Pacto del Agua o no lo hay. Y el señor Laviña dice que eso significa lo que él dice, y usted dice que significa lo que usted dice: las dos cosas no van a ser posibles.
    Ley de lenguas. Pues, claro, Izquierda Unida defendió la ley de lenguas. Ustedes llevaban también en el programa de Gobierno la presentación de esa ley de lenguas. En el acuerdo de Gobierno lo que dicen ya no es lo que se decía en el programa de Gobierno PSOE-PAR. Allí se decía «presentación de un proyecto de ley de lenguas», y ahora se dice «presentación de un proyecto de ley de lenguas si hay acuerdo». Ése «si hay acuerdo» yo entiendo que es una cesión de Izquierda Unida y que, desde luego, no va a haber proyecto de ley de lenguas.
    Y, claro, yo estoy de acuerdo con usted en que es una cosa importante, pero ha habido cosas muy importantes en esta legislatura que se han aprobado por treinta y cuatro y cinco, treinta y nueve votos. Le voy a decir cosas tan importantes como la modificación de la Ley de ordenación del territorio de Aragón. Era una cosa muy importante.

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Bernal, le ruego vaya terminando.

    El señor diputado BERNAL BERNAL: Con tres cuartas partes de lo que le ha dejado al señor Cristóbal yo me daría por satisfecho, señor presidente.

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Bernal, le rogaría que no discutiera las recomendaciones de la Presidencia, que no corta rotundamente sus intervenciones, sino que le recuerda que lleva el doble de tiempo del que le correspondería.

    El señor diputado BERNAL BERNAL: Se lo agradezco.

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Pero, teniendo en cuenta precisamente los excesos anteriores, es por lo que ya le recuerdo a usted también, como he hecho con el señor Cristóbal, que su tiempo ha terminado.

    El señor diputado BERNAL BERNAL: Se lo agradezco. Voy a ir terminando.
    Se ha aprobado la Ley de ordenación del territorio con treinta y nueve votos. No sé si son suficientes o no son suficientes, pero es una cosa importante. Se ha aprobado presentar recurso de inconstitucionalidad al Plan hidrológico nacional por treinta y nueve votos. Yo no sé si ésa es una cosa poco importante. Yo las considero muy importantes. Y, sin embargo, usted dice que para la ley de lenguas se necesita prácticamente la unanimidad o una amplísima mayoría. Si en una actuación del Departamento de Cultura como ésa se necesita una mayoría tan importante, deduzco que, como en los presupuestos figura, entre las actuaciones y objetivos del Departamento de Cultura, la celebración del centenario de Josemaría Escrivá de Balaguer, para eso sí que hay amplísima mayoría; es decir, deduzco que hay mayoría del PSOE, del PAR, del PP y de Izquierda Unida, porque, desde luego, Chunta Aragonesista no ha sido consultada y está en desacuerdo. Dos actuaciones en ese mismo departamento: para una se necesita amplísima mayoría; para otra, por lo visto, no. ¡Hombre!, reconozca otras cosas y que no van a impulsar la ley de lenguas por otros motivos.
    Pero es que en política educativa es difícil también casar el programa educativo que presentaba el PAR y el que presentaba Izquierda Unida en las elecciones. ¿Va a haber o no va a haber subvenciones al segundo ciclo de educación infantil? Si las hay, eso significará que ustedes se llevan el gato al agua. Si no las hay, significará que se lo lleva Izquierda Unida. Y en medio, la reina madre, que es el PSOE, estará mirando para un lado y para el otro. Pero las dos cosas no serán posibles. El señor Lacasa no podrá decir que están haciendo una política educativa maravillosa si no reconoce al mismo tiempo que ha aceptado esas subvenciones de dinero público para entidades privadas. Al mismo tiempo que se dice que no hay más leche en la vaca. Eso no es posible.
    Mi pregunta final sería: cogeneración de purines. Ustedes defienden una posición; Izquierda Unida, otra, radicalmente contraria. ¿Qué se va a hacer con la cogeneración de purines: las posiciones que está defendiendo Izquierda Unida o las que ha defendido el PAR en esta cámara? Proyecto olímpico de Jaca. ¿Va a hacer el Gobierno lo que formula el PAR en su programa electoral o lo que formula Izquierda Unida? Etcétera, etcétera, etcétera.
    Me gustaría que me respondiera sólo a tres preguntas: ¿qué se suprime del acuerdo inicial PSOE-PAR, del acuerdo de Gobierno, qué se suprime? Segunda pregunta: ¿qué se modifica del acuerdo PSOE-PAR al pasar del bipartito al tripartito? Y tercera pregunta: ¿qué se añade al acuerdo PSOE-PAR al pasar del bipartito al tripartito? ¿Qué se suprime, qué se modifica y qué se añade?: ésas son las tres únicas preguntas.
    Y no cuestiono ni el pacto ni el que se busque la estabilidad ni nada de eso. Nosotros dijimos desde el principio y en la investidura que trataríamos de favorecer la estabilidad. Si se favorece de una u otra manera, eso, desde luego, es bueno, es sano y es recomendable para esta comunidad autónoma. Y sabe que pienso eso sinceramente. Pero me gustaría saber simplemente qué se suprime, qué se modifica y qué se añade. O, dicho de otra forma, qué cosas van a aparcar. Porque usted me puede decir: a lo mejor no se suprime ni se añade ni se modifica; simplemente, aquello en lo que no estemos de acuerdo se aparcará. Pues qué cosas son las que a fecha de hoy se van a aparcar, porque otras las iremos viendo en los próximos meses; ya se verá qué se aparca, ya se verá quién hace más renuncias, ya se verá quién se lleva más el gato al agua. Finalmente, yo sé que será bueno para la comunidad autónoma, a diferencia de lo que dice el señor Cristóbal y determinadas encuestas; yo creo que malo no será para la comunidad autónoma -lo voy a decir así-, malo no será, pero yo lo único que pretendo, y mi grupo pretende, es que a la ciudadanía se le diga qué cambios supone esto.
    Eso es todo. Muchas gracias.

    El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Gracias, señor Bernal.
    Señor vicepresidente, tiene la palabra.

    El señor vicepresidente y consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales (BIEL RIVERA): Gracias, presidente.
    Brevemente, porque yo creo que el debate lo está dando casi todo de sí y me da la impresión de que a lo largo de lo que queda de la legislatura, evidentemente, es donde vamos a ir viendo cómo se va desarrollando este acuerdo de legislatura que suscriben el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida. Quede claro que lo vamos a ver a lo largo de la legislatura.
    Yo tengo la impresión, efectivamente, de que, como decía el señor Bernal, se irá viendo. Yo me tengo que remitir fundamentalmente a los textos firmados. Nosotros tuvimos un acuerdo de coalición PSOE-PAR que se suscribió el año 1999 y que es público. Si no me equivoco, se hizo público, es público y notorio y sus señorías disponen de él. Y también disponen de un acuerdo de legislatura que suscriben el Gobierno de Aragón e Izquierda Unida de octubre de 2001. Disponen de ambos textos. Éste es el guión de lo que va a ser el llamado tripartito, como fue el guión desde el año 1999. En ese aspecto, lo que tienen que ver ustedes son las diferencias. ¡Hombre!, si yo le digo ya anticipadamente, y sería un error por mi parte... Me cita usted con mucha clase para que entre al trapo, y, evidentemente, voy a procurar no entrar al trapo, como puede imaginar el señor Bernal. Yo no puedo decirle: mire usted, no vamos a hacer esto. Ya lo irá viendo, pero es indudable que tenemos yo diría un pacto de buena fe. Y, además, creo que es un pacto útil, es un pacto que da estabilidad, es un pacto que permite el pacto por Aragón. Yo creo que en ese aspecto hay que reconocer el esfuerzo que las tres partes hemos hecho. Es un pacto, insisto, que, como reconocía el señor Bernal, será útil para esta comunidad autónoma. Es un pacto que no siempre será fácil de llevar a la práctica. En el pacto, evidentemente, se plantearán temas donde podemos coincidir y donde tendremos que hacer un esfuerzo suplementario para llegar a acuerdos, o tendremos que esperar a llegar a acuerdos a que pase el tiempo necesario para que los temas se enfríen, etcétera, etcétera. Es decir, esto de la política no es tan sencillo en el sentido de decir: esto es lo que hemos escrito y prácticamente esto va a misa. No, es decir, esto es lo que va a misa fundamentalmente, o lo vamos a intentar, y, lógicamente, vamos a sentarnos en una mesa.
    He puesto un ejemplo con el Pacto del Agua. Puede haber diversas... no interpretaciones, porque lo que se ha pactado es que se constituya una comisión en el seno del Parlamento para analizar la posible actualización del Pacto del Agua, reconociendo que el Pacto del Agua es un bien importante para esta comunidad autónoma. Pero esto no prejuzga nada; esto lo que prejuzga es que habrá que negociar, evidentemente, en esa comisión cuál es el acuerdo al que se llega o qué interpretaciones se hacen.
    Yo creo que en esto de la política no todo es blanco y no todo es negro, en esto de la política hay matices, y hay matices hacia un lado y hay matices hacia otro lado. Y para empezar hay una cuestión fundamental en los acuerdos, y es que lo que no está escrito no está pactado. Y, en consecuencia, evidentemente, habrá discrepancias que supongo que planteará Izquierda Unida, incluso en el Parlamento, en lo que no esté pactado, como tiene que haber discrepancias por parte del Gobierno con Izquierda Unida en lo que no esté pactado. Como puede haber discrepancias en el seno de un gobierno en lo que no está pactado. Un gobierno de dos partidos no es un gobierno monocolor: es un gobierno de dos partidos, y en este caso de ideologías distintas, donde, evidentemente, cuando nos encontramos con una cuestión que entendemos que no es posible resolver, tratamos de limarla, tratamos de acercar las posiciones, tratamos de enfriar el tema, tratamos de negociar. Y eso es la política.
    Pero eso hay que hacerlo todos los días, señor Bernal. Le he puesto ejemplos. El tema de la ley de lenguas no es como la modificación de un artículo de la Ley de ordenación del territorio, que se hizo para lo que se hizo: para procurar que el Gobierno de Madrid pasara por aquí, como ha pasado ya, para traer los proyectos que afectaban al territorio. No es lo mismo eso que una ley de lenguas que afecta a los sentimientos de mucha gente y a la manera de entender las cosas de mucha gente. ¡Hombre!, cuando hablamos de la ley..., es una de las pocas cosas que tiene la denominación de materna. Es decir, mi lengua materna. Fíjese si es importante una lengua materna como para que la regulemos de legislatura en legislatura. Yo creo que eso es una cosa muy seria que en mi opinión requiere mucho acuerdo, o, al menos, si no se llega a acuerdos, intentarlo, que yo creo que eso es bueno.
    Y pasa en todo. Pasa con la financiación de las comunidades autónomas, pasa con la educación. Y es indudable que nosotros, el PAR, en este caso, defiende una posición política evidente que yo no voy a renunciar a ella, como yo supongo que Izquierda Unida tampoco va a renunciar a lo que piensa en materia de educación. ¿Pero no hay un punto donde seamos capaces de encontrarnos para, de alguna manera, resolver aquellas cuestiones en las que estemos de acuerdo y aparcar las que no estemos de acuerdo? ¡Hombre!, si no le damos flexibilidad a los pactos -sobre todo, tiempo para el acuerdo-, será muy difícil entender en esta comunidad autónoma lo que es un pacto. Un pacto, evidentemente, no es ni un trágala para una parte ni un trágala para otra, ni yo puedo decir una cosa ni el señor coordinador de Izquierda Unida puede decir la contraria, sino que hemos establecido unas pautas que dan estabilidad a un gobierno y que permiten abrir un abanico de posibilidades, que, primero, entre los tres grupos que apoyan al Gobierno llegaremos a acuerdos e intentaremos que esos acuerdos se abran a otros grupos, como ya se han abierto algunos. Y el señor Bernal ha hecho alguna mención donde, efectivamente, creo que es importante. Y hay que hablar de muchos temas que no vienen al caso.
    Señor Bernal, siento que haya interpretado que no le he contestado. Lo que pasa es que tengo una fijación con el señor Cristóbal -fijación en el buen sentido de la palabra-. Me va a perdonar porque tenemos ya muchos años de relación en este tema y de interpelaciones. Y como tenemos mucha historia también en común y muchas discrepancias y muchos acuerdos -que de todo ha habido-, hombre, entenderá que quizá me he podido dirigir más a un caso que al otro. Que, por cierto, cuando decíamos que éramos fuerza auxiliar es que nosotros protagonizábamos los acuerdos porque teníamos entonces más votos que su señoría. Ésa era la cuestión, no porque nos cedieran, porque, cuando tuvieron la oportunidad, cuando se nos «colaron», entre comillas -me va a permitir la broma-, en el Gobierno, allí empezó todo, allí empezaron todos nuestros problemas. [Risas.] Cuando se nos colaron en el Gobierno, en aquel invierno del año... no sé si ochenta y siete u ochenta y ocho, ahí empezaron muchos de nuestros problemas. Es una opinión, pero, bueno. Y luego, efectivamente, tuvimos diecisiete, diecisiete, treinta y cuatro. Nos falló luego el voto treinta y cuatro, y ahí empezó otro tipo de problemas.
    Pero, a pesar de eso, hay algo que sí que me parece que en política es muy importante, y es que yo nunca he sido rencoroso ni en un sentido ni en otro. Y eso, cada vez que me recuerdan ciertas cosas unos u otros, a mí me parece un error histórico tremendo. Yo creo que esta comunidad autónoma, que somos tan poquitos, ¿verdad?, donde además tenemos que competir legítima y dignamente con otras comunidades autónomas y con otras cosas, ¿verdad?, tan fuertemente, yo creo que, si aquí tuviéramos que ser rencorosos todos por acuerdos, desacuerdos, encuentros y desencuentros, lo mejor es que nos fuéramos todos a casa porque no quedaría nadie aquí para poder hacer nada. Y en ese aspecto a mí nunca me encontrarán como un político rencoroso ni en un aspecto ni en otro. Y no me recuerden ciertas cosas que están en la historia, que yo creo que, como decía el otro día un ilustre psiquiatra de Nueva York, para ser feliz lo más importante es a veces no tener memoria. Yo creo que es mejor que se gobiernen los países por políticos felices que por políticos amargados. Y en ese aspecto creo que tenemos que dar todos un ejemplo en ese aspecto, como digo, en esta comunidad autónoma. Lo digo al margen ya.
    Y yo supongo que el señor Bernal, a lo largo de lo que queda de legislatura, nos irá haciendo interpelaciones marcando las diferencias, diferencias que, además, supongo que le interesará mucho especialmente marcarlas con Izquierda Unida para colocar a cada uno en su sitio según su leal saber y entender, y tendremos, evidentemente, las interpelaciones correspondientes y me recordarán ésta, me recordarán ésta y me dirán: ve cómo ya le decía yo... Bueno, se producirán desencuentros; esto es indudable, por supuesto. Mire usted, si esto fuera así de fácil, casi podríamos hacer unas votaciones mecánicas, no discutir nada y que funcione, que la Administración haga los papeles y se ha acabado. No, hay que estar todos los días, hay que dedicarle muchas horas a esto, y yo creo que sinceramente se ha hecho un buen pacto, creo que es un pacto que, en definitiva, puede dar resultado para esta comunidad autónoma. ¿Que dará o no resultado para algunos de los partidos que lo firmen? Pues, mire usted, en esto ya estaremos a lo que resulte del año 2003, estaremos a lo que resulte. Nosotros intentaremos hacerlo bien, intentaremos que la gente entienda lo que hemos hecho siempre en esta comunidad autónoma desde hace bastantes años. Hemos tenido unas dosis de responsabilidad por la situación política en la que estamos y, sobre todo, por la situación geométrica -si me permiten la expresión- que nos han dado una responsabilidad mayor que otros grupos, porque nosotros hemos tenido que decidir más difícilmente. Cuando uno está en una posición y no se mueve porque no tiene por qué moverse, la posición, las decisiones son fáciles. Cuando del voto de una partido dependen muchas cosas y uno no tiene más remedio que analizar el panorama, evidentemente, la dosis de responsabilidad es mayor. ¿Esto puede suponer un desgaste para un partido como el mío? Pues puede suponer un desgaste, yo no lo discuto, pero estamos para lo que estamos, haciendo cosas en coherencia y entendiendo que lo que hacemos lo hacemos de buena fe. Si al final la gente lo entiende, pues alabado sea Dios; si no lo entiende, pues habremos cumplido una misión que en ese aspecto espero que sea útil y que haya sido útil a esta comunidad autónoma. Y lo digo como lo digo, lo digo con el corazón en la mano, y muy especialmente al señor Cristóbal, que siempre me hace recuerdos de lo que es el electorado. Y esto no es ingenuidad: ésta es la realidad. Pero ¿qué otro partido en esta comunidad autónoma ha estado siempre en la posición en la que ha estado el nuestro, qué otro partido? Es decir, es que cada vez que hay unas elecciones, señores, saquen la mayoría absoluta, pero no nos pongan ustedes en unas situaciones -esto, que me lo tomen en broma, como es evidente-... Pero, hombre, es que no nos colocan ustedes en cada posición... Incluso cuando creen que la van a sacar, no se lo crean, que ése fue el error; cuando creen que la van a sacar, no se lo crean, que no sale nunca aquí. Ustedes, todas las mañanas, cuando se levanten a trabajar en política, piensen: aquí la mayoría absoluta es imposible, y actúen en consecuencia.
    Nada más, y muchas gracias.

CORTES DE ARAGÓN
Palacio de la Aljafería
50004 Zaragoza
T 976 289 528 / F 976 289 664