Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Preguntas

Interpelación núm. 18/14, relativa a la política del Gobierno de Aragón con relación al uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 097 de Plenos (VIII Legislatura)
Intervinienen: Soro Domingo, José Luis - Serrat More, Dolores

El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día, que es la interpelación número 18, formulada a la consejera de Educación por el portavoz de Chunta Aragonesista, señor Soro, que tiene la palabra por tiempo de diez minutos.

Interpelación núm. 18/14, relativa a la política del Gobierno de Aragón con relación al uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón.

El señor diputado SORO DOMINGO: Gracias, señor presidente.

Señora consejera, mi grupo decidió dedicar la última interpelación, esta, la última interpelación del último Pleno de la legislatura, a hablar de algo que nos importa muchísimo en Chunta Aragonesista, como es la política lingüística.

Es una interpelación de la que no dimanará ninguna moción, evidentemente, porque ya le adelanto que no queríamos instarle a nada —la dejamos por imposible—. Lo que queríamos era, al menos, hoy poner de manifiesto que, a lo largo de cuatro años, lo único que han hecho desde su Gobierno en materia de lenguas ha sido destruir en vez de construir, ha sido retroceder en vez de avanzar, ha sido vulnerar y negar derechos en lugar de reconocerlos y ampararlos, que eso es lo que debería —se supone— hacer un Gobierno.

Mire, en mayo de 2013, su Gobierno en las Cortes...

El señor PRESIDENTE: Continúe, señor Soro, que estas cosas suelen suceder.

El señor diputado SORO DOMINGO: Ya, pero se podían poner aquí a hablar, casi.

Sigo, señora consejera. Perdone. Digo que en mayo de 2013 se aprobó la ley, la ley de no lenguas —ya sabe, la ley de las innombrables, las perifrásticas, esas lenguas que no se pueden nombrar por su nombre porque debe de ser pecado mortal—, y esa ley solo tenía un objetivo; yo creo que después ya del tiempo que ha transcurrido es claro que la ley solo tenía un objetivo, la ley del 2013, que era derogar la ley del 2009. La aprobaron sin la más mínima intención de desarrollarla. La ley del 2013 creo que la podríamos definir como una gran disposición derogatoria. El único efecto jurídico que ha producido la ley del 2013 fue precisamente derogar la ley anterior porque, de hecho, para eso la aprobaron.

Mire, hay dos piezas clave en la ley, en su ley del 2013, dos piezas clave para que se pudieran desplegar los efectos jurídicos, sociales, que perseguía la ley, ambas leyes. En primer lugar, la declaración de zonas y, en segundo lugar, la creación de la academia.

Empezamos por las zonas, algo que ya está previsto en el Estatuto de Autonomía del año 2007 —hace ocho años ya el Estatuto habla de que habrá que hacer la declaración de zonas—. En la ley, en su ley, el artículo 6 dice que el Gobierno de Aragón, la DGA —DGA es Diputación General de Aragón; creo que lo sabe, DGA—, el Gobierno de Aragón, oídos los ayuntamientos afectados, declarará las zonas y municipios a que se refiere el artículo 5, es decir, esas dos zonas: la zona de utilización histórica predominante del LAPAPYP y la zona de utilización histórica predominante del LAPAO. Utilizo Lapapyp y LAPO como acrónimos, igual que acabo de utilizar DGA. Ya sé que ni LAPAO ni LAPAPYP aparecen así, en mayúsculas, en la Ley de lenguas, pero, señora consejera, es que DGA tampoco aparece en ninguna ley así, y se lo digo y me entiende; o le digo BOA y me entiende, y tampoco aparece en ningún sitio; o DPH, o DPT, o DPZ, y no estoy faltando al respeto a nadie. Así que seguiré hablando en acrónimos porque ustedes así lo quieren; estaría más cómodo hablando de aragonés y de catalán, pero hablaré de LAPAO y de LAPAPYP.

Esa ley, como digo, entró en vigor en junio de 2013, hace ya casi dos años, y todavía no han declarado las zonas, esas zonas de uso histórico predominante. ¿Por qué? ¿Porque no se atreven, señora consejera, porque se les saltan las costuras con alguna asociación? ¿Por qué no las han declarado? ¿O realmente lo que pretenden es, al no declararlas, privar de derechos a la gente, derechos que les reconoce la ley? Porque sabe muy bien que el derecho a la enseñanza se reconoce en las zonas de uso predominante de lenguas propias; que el derecho a relacionarse con las administraciones públicas también se reconoce en las zonas de uso histórico predominante; que la toponimia también está prevista para las zonas de uso histórico predominante, o que, por ejemplo, las entidades locales también es ahí, en las zonas de uso histórico predominante, donde se reconocen derechos a los ciudadanos. Mire, aquí hay un buen ejemplo —o un mal ejemplo— de la estrategia del Partido Popular: no declaran las zonas y así no se pueden ejercer los derechos. El artículo 20 de la ley dice que, en las zonas de uso predominante, en los ayuntamientos, en las entidades locales, los debates podrán ser en la lengua propia; las actas de acuerdos y otros documentos oficiales podrán expedirse en la lengua propia... Claro, si ustedes no declaran las zonas, ningún concejal de Aragón tiene derecho a utilizar ninguna de las lenguas propias, ¿verdad? Esta es la estrategia.

Pero no me lo estoy inventando: es que está documentado, señora consejera. Supongo que conoce perfectamente que, cuando mi compañero concejal de Huesca Francho Nagore pretende hablar —y habla— en aragonés en el Ayuntamiento de Huesca, que, sin duda, estará incluido en la zona de uso histórico predominante, se pide un informe por el secretario del ayuntamiento, y se emite un informe —no sé por qué motivo— por el jefe —es el jefe, pero se llama Victoria— de servicio de Régimen Jurídico Local del Departamento de Política Territorial, y ahí, de ese departamento, le dicen que hasta estos momentos no se ha producido la declaración por parte del Gobierno de Aragón de ninguna zona de utilización histórica predominante, por lo que no es aplicable lo dispuesto en la ley aragonesa. Supongo que le está diciendo el señor Bermúdez que sí que habla en aragonés y se lo confirmo. Sí que habla en aragonés, pero le estoy hablando de este informe. Señor Bermúdez, gracias por el apunte. Los concejales y concejalas de Huesca tienen el honor de oír a Francho Nagore hablar en aragonés, efectivamente. Hablo, señor Bermúdez, señora Serrat, de este informe. Y este informe dice que, como no han desarrollado ustedes las zonas, no es aplicable lo dispuesto en la ley. Pero esto, ¿qué es, una república bananera? ¿Cómo es posible? Y aún dice algo más. Dice que la intervención en debates —nos dice el Departamento de Política Territorial— y las actas deberán realizarse en la lengua oficial porque lo dice un real decreto, el Real Decreto 2568 de 1986. Esto, señora consejera, es absolutamente impresentable. No puede ser que el ejercicio de derechos reconocidos en la ley se niegue por el no cumplimiento del Gobierno de sus obligaciones, porque la ley les imponía esta obligación. Ya le digo que es un planteamiento, desde luego, absolutamente antidemocrático.

El otro de los instrumentos del que hablaba, la Academia Aragonesa de la Lengua. No voy a perder tiempo en explicar la importancia; es esencial normativizar para después normalizar. Es un instrumento esencial. Ustedes tuvieron la desfachatez incluso de en la ley darse un plazo, un plazo de once meses en total —no voy a entrar—, para crear la academia. Desde la entrada en vigor, ocho para los estatutos, tres para la constitución. Tenía que haber estado creada en abril de 2014, hace un año, y seguimos sin academia. Cuando yo, en una interpelación en junio del año 2014, le pregunté sobre esto, me dijo usted que estaban trabajando en ello. Usó el «aznarí», el «aznarí» de Texas del sur. Me dijo: «Estamos trabajando en ello...». Pues, fíjese: después de un año de que me dijera aquello, no sé cuánto habrán trabajado, porque el caso es que seguimos sin academia. Ya entiendo que es una barbaridad conceptual una sola academia para dos lenguas, ya sé que es una barbaridad conceptual y que es imposible, pero es lo que ustedes dijeron en su ley.

Y esto produce problemas. Produce problemas, por ejemplo, en el ámbito de la enseñanza. Por ejemplo, cuando ustedes aprueban el currículo de Primaria en junio de 2014, y en el artículo 19 dicen que, evidentemente —no me resisto a leerlo; fíjese, la perífrasis, la innombrable—, «la lengua aragonesa de la zona de utilización histórica predominante de la lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica de la comunidad autónoma»... Es que es tan ridículo... Bueno, esa lengua, el aragonés, dicen que se usará la norma de la academia, lógicamente, y, mientras tanto, se utilizará una determinada por una asociación privada. Yo no voy a preguntar por qué optan por esa porque, mire, nos lo dejó clarísimo también en esa comparecencia a la que hacía referencia el portavoz en ese momento del Partido Popular, el señor Navarro Félez, que supongo que está... —no, no está detrás de mí—. En ese momento —pero hablaré de él igual, que debería estar ahí detrás—, en ese momento, el señor Navarro nos dijo muy claro: «Esa utilización de esa grafía —leo literalmente porque es para nota— viene a suponer un torpedo —lo dice en «chiquitistaní» en esta ocasión— en la línea de flotación de la política utilizada por Chunta Aragonesista de mimar al Consello d’a Fabla Aragonesa». Perfecto. Nos reconocieron públicamente que optar por uno u otro era para perjudicar a Chunta Aragonesista. Perfecto. Ya digo que no voy a seguir por ahí. Ya sabe, de hecho, que está suspendida cautelarmente la aplicación del apartado cuatro del artículo 19 porque era tal chapuza que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón lo suspendió. Solo el apartado cuatro; no el 19 entero. Porque hay algunas voces que dicen: «Les ha impedido que se enseñe aragonés». No, mentira. Si solo se ha suspendido —y lo sabe bien usted porque tendrá el auto, supongo—, solo se ha suspendido la parte concreta de la grafía... El resto está en vigor y, desde luego, se podría utilizar.

Ayer mismo se publicaron los currículos de Bachiller y de ESO. Una primera pregunta: ¿por qué en Bachiller no hay nada? Le pregunto porque cojo la Ley de lenguas, la suya, y habla de las zonas de utilización histórica predominante de las lenguas tal, tal, tal...; se establezca en todos los niveles y etapas. ¿Por qué el Bachillerato no es un nivel o etapa? No lo entendemos. Al menos sí que, para la ESO, en el artículo 22 han aprendido. Ya no hablan, ya no optan por una grafía concreta; dicen que será, lógicamente, la de la Academia Aragonesa de la Lengua, que es lo que defendería cualquier persona. Aunque luego sí que le tengo que decir que, en los cuadros, en los anexos, se les ve la patita con la grafía, pero, bueno, al menos han aprendido y han quitado algo que era un error tremendo.

Hay más cuestiones de las que le querría hablar. Según lo que me diga usted, seguiré en mi réplica, pero, mire, sí que acabo con una reflexión. Hemos conocido los datos del censo del Instituto Nacional de Estadística del año 2012 —usted lo conocerá como yo, igual de bien—, y quiero destacar, en primer lugar, la importancia del aragonés —cincuenta y cuatro mil cuatrocientos ochenta y un hablantes, que tienen derechos—, pero, sobre todo, quiero destacar que el 44% de estos hablantes son de Zaragoza. Yo creo, señora Rudi, que esto debería llevarles a reflexionar. Si por supuesto que hay que defender las modalidades lingüísticas... También lo hemos dicho desde Chunta Aragonesista. Pero el aragonés común, sin duda, señora Serrat, entenderá que, con estos datos tan relevantes de casi la mitad de los fablans viviendo en la ciudad de Zaragoza, sería muy necesario también el impulso. Y no puede ser que por impulsar solo las modalidades nos carguemos también la lengua común.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Soro.

El turno de la señora consejera por tiempo de diez minutos.

La señora consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (SERRAT MORÉ): Muchas gracias, señor presidente.

Señores diputados.

Señores de la tribuna.

Señor Soro, me parece magnífico acabar esta legislatura hablando de algo que es importante para Aragón y que es también importante para nosotros, como es el tema de las lenguas en Aragón. Pero es cierto que partimos de una posición muy distinta. Es bien conocido que Chunta Aragonesista apuesta por la definición de una nueva lengua —o una neolengua— que es la fabla y que, en los territorios, lo que hacen fundamentalmente es defender las modalidades lingüísticas.

Lo primero que le tengo que decir es que la modificación de la Ley de lenguas era una propuesta que tanto el Partido Aragonés como el Partido Popular llevábamos en el programa electoral, y, por lo tanto, lo que hicimos con la modificación de la Ley de lenguas es dar cumplimiento a esa propuesta que llevábamos en el programa electoral.

Pero hay una cosa de las que ha dicho con la que no estoy en absoluto de acuerdo, porque lo que define precisamente la Ley de Lenguas es que en Aragón, en todo caso, la lengua es el aragonés, el aragonés y sus modalidades lingüísticas. Y nuestra política lingüística se ha encaminado precisamente a los tres objetivos que marca la ley: la protección, la difusión y el impulso.

La protección en la defensa de lo que son la lengua y las modalidades lingüísticas que se hablan en Aragón, evitando precisamente la incorporación de elementos estándar —de lo que usted habla, de lengua común— porque está precisamente rechazado en el territorio. Y, por lo tanto, lo que hemos hecho es pegarnos al territorio y a las demandas sociales para la defensa de las variedades lingüísticas de Aragón.

En segundo lugar, lo que hemos hecho es impulsar la difusión. Y esto lo hemos hecho salvaguardando la tradición oral, porque no debemos olvidar que el aragonés tuvo un amplio desarrollo en la Edad Media, pero que después fue desapareciendo, y que es una lengua fundamentalmente de tradición oral. Y lo que se ha hecho precisamente es catalogar todos los registros que teníamos desde el año 1991 hasta el 1994 para preservar esa tradición oral y recuperar los cuentos, las tradiciones, las leyendas, los mitos y los refranes, que nos ilustran mucho de cómo viven o cómo vivían los aragoneses la cuestión de su lengua. Y, que por lo tanto, constituye un precioso archivo a transmitir a las generaciones venideras. Pero no nos hemos quedado en esto. Hemos facilitado el acceso al repertorio léxico más importante que hay en aragonés recogiendo todo lo que está en los distintos diccionarios. Y esto lo pueden ver, lo pueden ver en el registro del SIPCA, que se gestiona desde la Diputación Provincial de Huesca, para que no tengan dudas de que lo manipulamos desde el departamento, y en esta base de datos hay más ya de ciento sesenta y seis mil términos procedentes de todos esos diccionarios.

Y el tercero de los objetivos tenía que ver con el impulso, Y, evidentemente, en el tema del impulso estaba la enseñanza del aragonés. Y ahí también tendríamos que hacer historia, porque los hechos se marcan o se ven con las acciones, y le tengo que recordar que el aragonés se empieza a impartir como extraescolar en Aragón en el curso 97-98, precisamente bajo un Gobierno del Partido Popular y el Partido Aragonés, y aumenta la enseñanza del aragonés y sus modalidades lingüísticas precisamente en esta legislatura, bajo el mandato, bajo el Gobierno del Partido Aragonés y del Partido Popular. Y le voy a decir más: ha sido en esta legislatura y ha sido el departamento que tengo el honor de dirigir el único que se ha atrevido a hacer un desarrollo curricular del aragonés. Podrá estar en acuerdo o en desacuerdo, pero no puede decir que hemos querido destruir, retroceder y quitar derechos, porque ahí los datos le quitan la razón, señor Soro. En estos momentos hay diez centros de Educación Infantil y Primaria que imparten aragonés en el territorio, adaptado a lo que son las solicitudes y las peticiones de los hablantes en las distintas modalidades lingüísticas. Pero no solo en centros de Infantil y Primaria: también en centros de secundaria —en un instituto y en un CRA que imparte secundaria—. Pero, si no tiene bastante con los centros, es bueno que vea los números. En el año 2010-2011 había doscientos noventa alumnos estudiando aragonés. En el curso actual, 2014-2015, hay quinientos noventa y cinco alumnos estudiando aragonés en sus distintas modalidades lingüísticas, que es lo que reclamaban los territorios hablantes.

Que no puede decir que no hemos promocionado y difundido el aragonés. Y le puedo dar otro ejemplo, no solo en lo educativo. El Programa Luzía Dueso, de promoción, difusión y dignificación de las modalidades lingüísticas aragonesas. Ha pasado, en esta legislatura, de veintidós actividades en el año 2011-2012 a cincuenta y cinco en el momento actual; y de treinta y nueve solicitantes a sesenta y siete solicitantes.

Por lo tanto, podremos discrepar porque tenemos una visión distinta de cuál es la función de la Ley de lenguas; para nosotros, una ley que busca sobre todo proteger, promover y dar a conocer para dejar en el futuro la herencia de nuestra cultura y de nuestro pasado. Yo sé que, para ustedes, la lengua —sobre todo la fabla, que es lo que ustedes defienden— es un elemento político, de interés, que les da una marca de identidad, y eso es absolutamente respetable. Y nosotros no rechazamos la fabla, de ninguna de las maneras, pero lo que hacemos es defender y proteger lo que quiere el territorio.

Me hablaba de la LAPAO y la LAPAPYP. No se los admito ni como acrónimos, porque la Ley de lenguas lo único que hace es definir que las lenguas que se hablan en Aragón son el aragonés, y lo que usted habla, LAPAO y LAPAPYP, es la definición de los territorios predominantes de las hablas aragonesas; nada que ver con la denominación de la lengua. Algo que sirvió para que en el resto de España ridiculizaran las lenguas de Aragón, y esto no se lo deben a la Ley de lenguas ni al Partido Popular, sino que se lo deben a aquellos que hicieron un mal uso de lo que era lo previsto en la ley. [Aplausos.]

En materia de definición ortográfica, mire, utilizamos aquello que parecía que era lo que mayor consenso se había conseguido alcanzar, que era lo previsto en el segundo Congreso impulsado por Chuntos por l’Aragonés, una agrupación de personas que reunía al principal o a todo —yo diría—, prácticamente a todo el mundo vinculado al aragonés, incluidos ustedes, aunque sí es cierto que las conclusiones de este congreso me da la impresión de que los representantes de Chunta, las personas vinculadas más a Chunta Aragonesista, no estuvieron de acuerdo. Sabemos que el futuro depende por lo que pueda definir la Academia de la Lengua Aragonesa, pero parecía que ese estudio filológico del aragonés ponía sobre la mesa una ortografía razonable y explicable, mucho mejor que la que se ha generado a partir de la neolengua, que se basa básicamente en suprimir las haches, cambiar las ces por zetas o quitar las uves. Pero, en cualquier caso, tiene usted razón en una cosa, señor Soro: en que, evidentemente, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, cautelarmente, ha suspendido la aplicación de la ortografía, recomendando que cada hablante de cada variedad lingüística utilice la ortografía que le parezca más adecuada. De todas formas, en mi próximo turno de intervención le daré los datos de un estudio presentado en las segundas jornadas de estudios sociológicos del aragonés, que utilizan nuevas tecnologías, y verán cuál es la grafía utilizada mayoritariamente en Aragón.

En cualquier caso, es verdad que queda tarea por hacer en el futuro, pero yo lo que sí le garantizo es que ni destruimos, ni quitamos derechos ni retrocedemos, sino todo lo contrario: que hemos avanzado en lo que es la defensa de lo que es una... [Corte automático del sonido.] ... de Aragón, con muchas variedades, pero pegados al territorio y a lo que son sus reclamaciones sociales.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

Señor Soro, su turno por cinco minutos.

El señor diputado SORO DOMINGO: Señora consejera, tengo un gran concepto personal y político de usted; por eso le voy a pedir un favor: no haga la maniobra, que me parece absolutamente impropia de alguien como usted, de dar en su segunda intervención unos datos de los que ya no dispone para que yo no los pueda rebatir o, al menos, comentar. Me parece que eso en democracia no se hace. Se lo pido como favor. Porque, mire, cuando hablamos en mi grupo, yo estaba encantado de que mi última interpelación fuera con usted, con la que he debatido solo en otra ocasión, también sobre lenguas. Y yo creo que lo que pensaba hacer usted no se hace. Eso es, simplemente, un consejo.

Mire, lo tengo muy difícil hablar con usted porque, claro, en su cerebro —y, además, creo que lo piensa; si lo dice, conociéndola, creo que lo pensará—, en su cerebro solo hay una lengua, que es el aragonés, y, por lo tanto, lo que se habla en el Pirineo y en las comarcas orientales es la misma lengua. ¿De verdad —míreme a los ojos así de lejos—, de verdad piensa que el catalán que usted habla es la misma lengua que el cheso o el chistavín? ¿De verdad piensa eso? Es que, claro, si piensa eso, tenemos un problema de partida. Ha dicho: «El aragonés fue retrocediendo...». Sí, sí, sí; si me sé la historia muy bien, con los Trastámara, que es un tema que me interesa y sobre el que he estudiado. Pero que es que el desarrollo es: una lengua de arriba para abajo y otra que no viene de Cataluña, que es que nace a la vez, que es el problema de ser tan acomplejado. Que el catalán es tan aragonés como de los catalanes o de los valencianos, que, por cierto, sí que la reciben, no se crea allí. Entiéndame, que, ahora mismo, estar hablando en castellano —le llamo castellano—... No me siento atacado por los pancastellanistas; simplemente utilizo una denominación científica. Eso me parece una cuestión básica.

Y, luego, escúcheme, lo que usted y yo estamos hablando en este momento también es una neolengua normalizada, porque todo lo que no es latín, señora Serrat, es neolengua normalizada. Ha habido una evolución y, al final, ha habido una convención. Y, al final, esa convención de la evolución de la matriz, de lo único que no sería lengua normalizada, sería el latín... Pero, bueno, que ni usted ni yo... Yo, al menos, no lo soy; no soy filólogo, soy político, y, por lo tanto, no creo que tenga que entrar en estas cosas.

Decía usted: «El punto de partida ustedes...». No, no, el punto de partida debe ser la ley. Y no me ha contestado, y le vuelvo a preguntar, por qué se ha incumplido la ley, por qué no se han nombrado las zonas y por qué no se ha creado la academia, porque entiéndame que esto es básico.

Habla usted del Programa Luzía Dueso, pero no habla, por ejemplo, del premio, de los premios Arnal Cavero y Guillem Nicolau, que, cuando los fusionaron, consiguieron que desaparecieran. La nada más absoluta. En el 2012 se declara desierto y en el 2013 se archivó el expediente porque no se había presentado ninguna obra. Esto es también consecuencia, sin duda, de sus no políticas de no lenguas, que es lo que están ustedes haciendo.

Y termino con una cuestión. LAPAO y Lapapyp: son territorios. ¡No! LAPAO, Lapapyp: esa ele es de «lengua», no es de «territorio»; si no, sería «TAPAO» y «Tapapyp», si fuera un territorio. Es una lengua: LAPAO, Lapapyp; si no, sería «TAPAO» y «Tapapyp». Y repito: he usado antes otros acrónimos, y usted no se ha enfadado.

Y, mire, voy a terminar porque mis últimas palabras en esta legislatura quiero que sean en aragonés. Y no van a ser mías; van a ser de Francho Nagore, ese concejal que, efectivamente, en Huesca habla en aragonés, de su libro Purnas en a zenisa, un libro muy antiguo, una poesía preciosa, Agora: «Agora / qu’encara ye calién / a zenisa, / chuflemos fuerte / y faigamos una airera. / Pretará fuego lo calibo / y se tornará una xera, / una tieda, / una foguera, / de flamas royas / como largas luengas. / Y as luengas / fablarán a fabla / que chazeba amagada / en as zenisas. / Y os chilos puyarán ent’alto / fendo-sen bandera / calién y roya. / Y as luengas, flamas, xeras, / alumbrarán bella cosa / ista pobra tierra».

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Soro.

El turno de la señora consejera por tiempo de cinco minutos.

La señora consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (SERRAT MORÉ): Señor Soro, le agradezco el tono. Y, además, decirle que le voy a hacer caso y no le voy a dar los datos; se los daré luego en privado por si le interesa conocerlos, pero que, evidentemente, también son significativos.

Mire usted, en la Corona de Aragón... Y, si usted coge los documentos antiguos, verá que están escritos en aragonés y en catalán. Y, evidentemente, en la Corona de Aragón hay unos territorios que hablan catalán y unos territorios que hablamos aragonés, y en el Aragón oriental hay modalidades lingüísticas parecidas al catalán, pero que son modalidades lingüísticas de Aragón. E insisto: si usted se lee bien la ley, y estoy segura de que lo ha hecho, habla de las lenguas que predominantemente se hablan en el Aragón pirenaico y prepirenaico o de las lenguas aragonesas que se hablan en el Aragón oriental. Y, en esta ley, lo que intentamos es no excluir a nadie, dar respuesta a todos.

Evidentemente, yo hablo catalán. Yo no hablo aragonés, pero sí hablo catalán, y, por lo tanto, al catalán le tengo el máximo respeto porque es mi lengua materna. Pero eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando en estos momentos. Estamos hablando de que en Aragón estamos impulsando el mantenimiento, la protección, difusión y conocimiento de las lenguas y modalidades lingüísticas que se hablan en Aragón, igual que en Cataluña mantienen, defienden el aranés, que se parece mucho más a las variedades lingüísticas del Aragón oriental que al propio catalán. No tiene que ver nada lo uno con lo otro.

Y a nivel de educación no se ha impedido a nadie del Aragón oriental que quiera estudiar catalán como catalán —pero no como lengua propia de Aragón— estudiar catalán, porque entendemos que la vecindad lo propicia.

Por lo tanto, yo le diría que lo que hemos hecho es dar respuesta a una demanda del territorio e intentar proteger lo que nos identifica.

Yo creo que quedará tiempo en el futuro para seguir desarrollando la ley. Y si de algo estoy satisfecha es precisamente de que, con dificultades, con problemas, con muchas cosas que quedan por hacer y muchos acuerdos que quedan por tomar... No se ha constituido la academia de la lengua precisamente porque lo que querríamos es crear una academia de la lengua en que todos nos viéramos identificados en torno al aragonés, porque posiblemente ahí encontraremos la clave del futuro.

Y, por favor, no utilicemos el aragonés para dividir, sino para unir, porque, al final, todos los que estamos aquí queremos y defendemos a Aragón.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

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