Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Preguntas
Pregunta núm. 255/93, relativa al convenio suscrito entre la Diputación General y el Insalud.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 072 de Plenos (III Legislatura)
Intervinienen: Burriel Borque, Adolfo - Gomez-Lus Lafita, Rafael
El señor Diputado BURRIEL BORQUE [desde el escaño]: Gracias, señor Presidente.
Señor Consejero, ¿qué razones son las que han llevado al Departamento de Sanidad y Consumo a incumplir el convenio suscrito entre la Diputación General de Aragón y el Insalud en lo referido a la puesta en marcha del servicio de urgencias en el hospital Royo Villanova de Zaragoza? ¿Cuándo se prevé cumplir el compromiso adoptado y qué medidas se van a adoptar por la Diputación General de Aragón para garantizar la total puesta en funcionamiento del citado hospital y en qué plazo?
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Respuesta del señor Consejero.
El señor Consejero de Sanidad y Consumo (GOMEZ-LUS LAFITA) [desde el escaño]: Señor Presidente, señorías.
En primer lugar, el agradecimiento por la pregunta para nuestro Departamento.
En segundo lugar, por la precisión y por el ritmo, que he podido seguir, es decir, por una velocidad ajustada para poder enterarme de su pregunta.
Además, por un detalle, y es que, cuando hace el planteamiento de la pregunta, dice: "en lo que es conocido". Yo suelo utilizar esa fórmula, y le llamo prudencia. Porque, efectivamente, "en lo que es conocido", pero por determinados medios de información, está lo del servicio de urgencias; pero nosotros tenemos que fiarnos por lo que está escrito, pactado y mantenido, y me estoy refiriendo concretamente al pacto de actividad.
El pacto de actividad de 30 de abril de 1993, firmado por el director del SAS -entonces Víctor Longás- y por el Insalud, leído y releído, demuestra de un modo inequívoco que no se habla de la instalación de las urgencias; más aún, se refiere al tipo de enfermos que están en el Royo Villanova, y se establecen unas características que son incompatibles, por definición, con lo que es un servicio de urgencia. Así pues, ésa es una información que ha aparecido, pero no está realmente en la documentación que nosotros tenemos que estudiar, y, por supuesto, respetar. Así pues, me alegro de ese "en lo que es conocido".
Sigo. En este pacto de actividad hay una serie de características importantes, y nosotros, desde el primer momento, tuvimos como filosofía respetar lo hecho, que representaba un gran esfuerzo del Gobierno de la Comunidad Autónoma, de los aragoneses, y fuimos a sacar el máximo rendimiento a lo que ya estaba. Fue nuestra primera visita, precisamente, al Royo Villanova, y por esa circunstancia pudimos comprobar que en las fases uno, dos y tres -ahora me estoy refiriendo al plan director, que es el que da paso a la posibilidad de utilizar las urgencias- se había hecho también un gran esfuerzo de seguimiento; pero, como datos, y conocidos, por supuesto, por el Departamento anterior: quince meses de retraso en la fase uno, casi tres meses en la fase dos, y la fase tres, pendiente; cosas normales, pero que hay que saber.
Y a nosotros nos cupo, indudablemente, una doble tarea: primero, reconocer que se había hecho un señalado esfuerzo -eso está ahí-; en segundo lugar, que había que decir lo que no se podía hacer. Y eso es difícil y lo hicimos; pensamos en que era preferible, desde el primer día, decir la realidad, mantener esa verdad, y, si no, desaparecer de la circulación. Así de claro.
De tal suerte que, cuando se filtraron algunas noticias, que no se ajustaban a la realidad, diciendo que yo había decidido una detención de la puesta en marcha de las urgencias, cuando, en primer lugar, no soy quién para decidir... Pertenezco a un Gobierno que considero muy homogéneo, y llevo muy pocos días en él, y me siento con amigos, y tengo una gran disciplina, la he tenido antes, en mi vida universitaria, la tengo hoy, y la volveré a tener cuando me reincorpore a mi lugar de origen; por tanto, sigo siendo del mismo modo. Me gusta la colaboración, soy miembro de un equipo: el hoy Director Gerente del SAS, el que lo fue antes, el director del hospital son las personas que, probablemente, si algo de mérito hay en lo que yo pueda decir, lo tienen, como lo han tenido los equipos anteriores.
En conclusión, ¿cuál es la actitud de este Gobierno, que me permito expresar a través del Departamento? Que va a cumplir los términos en los que está el pacto, que lo va a seguir rigurosamente; porque lo que sí hemos podido comprobar es que no se trata solamente de que nosotros no desaceleremos, por el contrario, lo que nosotros queremos es acelerar. Esa aceleración va en cosas tan claras, tan inequívocas, como en que es necesaria una evaluación por parte de los arquitectos para que se puedan utilizar los fondos, aunque sean limitados, que están para la tercera fase. Consecuentemente, no hay ni un solo punto en que nosotros no lo hayamos intentado con el máximo esfuerzo, y eso es, en consecuencia, lo que hoy venimos a decir.
Si a mí se me hubiera dado la opción de actuar un día en las Cortes, hubiese sido precisamente hoy, porque, en ocasiones, cuando la clase se iba despejando de alumnos, para consolarnos, decíamos: están los mejores... Hoy lo que ocurre es que el campo es muy diferente, porque yo estoy aprendiendo. Cuando por primera vez fui al Ministerio de Sanidad, me dijeron: parece que está usted nervioso, profesor -porque uno me reconoció, había estado en un tribunal-; y le dije: sí, me he dejado en Zaragoza el letrero "L", el que llevan los cochecitos cuando están aprendiendo. Digo esto, para terminar mi primera intervención, porque mi deseo es, con el máximo respeto, colaborar en el desarrollo de las funciones correspondientes a este Departamento; y, si en algo cometo un error, estoy seguro de que me lo sabrán disculpar.
Entusiasmo por mi parte no ha de faltar en absoluto.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gómez-Lus.
Para contribuir a esa tarea de aprendizaje, a la que usted tan generosamente se somete, le diré, para futuras intervenciones, que el tiempo global de tramitación de una pregunta no debe rebasar los cinco minutos; en la primera intervención le hemos respetado escrupulosamente, pero sepa, para posteriores actuaciones, que la globalidad no debe rebasar los cinco minutos.
Réplica del señor Burriel.
El señor Diputado BURRIEL BORQUE [desde el escaño]: Gracias, señor Presidente.
Dobles gracias, señor Consejero, por haber superado el tiempo en la intervención -con la benevolencia de la Presidencia- y también por la explicación.
Pero permítame que le diga varias cosas. La primera de ellas: yo creo, señor Consejero, y usted estará conmigo, que día llegará en el que tendremos que convertir, con la acción política, en hechos lo que resulta poco menos que necesario, es decir, en el que lo que hace falta, y casi de manera ineludible, y puede y debe hacerse, se hace. Y yo creo que ése es uno de los problemas con los que en ocasiones nos encontramos, desgraciadamente, con notable frecuencia. Porque hay una cosa cierta en Aragón, y bastante evidente: hay recursos, hablamos de recursos sanitarios, hay recursos sanitarios; existen también, yo creo, razones para que esos recursos se racionalicen, existen necesidades, y, sin embargo, hay un deficiente uso de esos recursos que tenemos, y ese deficiente uso acaba repercutiendo, no cabe duda, siempre en los últimos, que son los destinatarios.
Quiero señalarle que, en efecto, y por lo que usted ha señalado, en el acuerdo suscrito entre Insalud y la Diputación General parece ser que no se contemplaba más que el pacto de actividad (un pacto de actividad que -dicho sea de paso- no ha sido llevado a efecto, es decir, no se ha hecho) y que no existe, por tanto, un compromiso expreso en cuanto a esta primera fase necesaria de la puesta en marcha del servicio de urgencias del hospital Royo Villanova. Sin embargo, sí que es una demanda permanente, y es una demanda en que se está insistiendo. Y yo creo que es perfectamente razonable.
Como también creo que es razonable que no se lleven a cabo conciertos anuales para la puesta en funcionamiento de hospitales, y que sería mucho más serio el que un plan hospitalario permitiese un concierto singular que integrase el propio hospital en lo que son necesidades colectivas aragonesas. Creo que por ese camino habrá que ir.
Pero sí que quiero señalarle, señor Consejero... En efecto, en los presupuestos vigentes -en lo que yo sé- no hay una partida específica para el equipamiento de urgencias, ciertamente; pero sí que hay una partida no realizada, superior a los ciento ochenta millones de pesetas, tres partidas -si no me falla la memoria-, que son las correspondientes a la tercera fase del hospital Royo Villanova. Creo que podría, sin lugar a dudas, llevarse a cabo la correspondiente transferencia de partida y modificación presupuestaria -época esta es en la que hablamos de modificaciones presupuestarias con notable frecuencia-, de tal manera que el servicio de urgencias (integrándolo y empezando a preparar un plan global específico y a más largo plazo) fuese una medida a poner en funcionamiento en el año noventa y cuatro, que sí que es una iniciativa que ha sido planteada en numerosas ocasiones. Y, además, la otra parte -una podía servir para equipamiento-, la parte correspondiente a personal, sin duda alguna, podría -estoy seguro- adscribirse al personal de Insalud, con el propio conocimiento del Insalud, y mediante la correspondiente negociación.
Yo creo que esto sería una medida de gobierno indispensable, una medida de gobierno eficaz, que atendería necesidades urgentes y presentes, que daría salidas a algo que necesita encontrarlas de verdad, y que supondría un primer paso en un proceso de racionalización de la situación hospitalaria en Aragón, que, desgraciadamente, sigue teniendo bastantes problemas, como usted mejor que yo, sin duda alguna, conoce.
Muchas gracias, señor Consejero.
El señor PRESIDENTE: Señor Burriel, usted no es nuevo en la plaza y, sin embargo, también ha cogido el...
El señor Diputado BURRIEL BORQUE [desde el escaño]: Señor Presidente, el conocer la benevolencia de su señoría es lo que me permite en ocasiones -y le pido perdón- hacer estos excesos. [Risas.]
El señor PRESIDENTE: Bueno.
Dúplica del señor Consejero.
El señor Consejero de Sanidad y Consumo (GOMEZ-LUS LAFITA) [desde el escaño]: Pido mis disculpas por haberme extralimitado; otro día me ensayaré mejor.
Voy a ir punto por punto a las cosas más importantes, para no consumir más de lo que me corresponde.
En primer lugar, el tema de que no se ha cumplido el pacto. Yo no he dicho que no se cumplía el pacto, sería una falta de respeto a los que me antecedieron en el cargo. Lo que ocurre es que al pacto no se le ha podido sacar más de sí, porque estaba ahí, con unas características. Primero.
Segundo: que hay unas partidas y que son para nosotros emblemáticas; son esos ciento ochenta y ocho millones: ciento cincuenta y cinco para terminar la fase tercera y veintiséis de equipamiento. Un discreto comentario: los ciento cincuenta y cinco no se podrán liberar hasta que no pase la supervisión del proyecto de la tercera fase por parte de Arquitectura; pero estamos en ello, eso se mantiene. Y, por otra parte, los veintiséis millones, si se adscriben para equipamiento, hay que tener en cuenta que, de los cuatro quirófanos, se podría equipar prácticamente sólo uno. Así pues, eso y más.
Tercer aspecto que quería también glosar: las urgencias son un deseo de todos, especialmente cuando uno conoce la región y cuando ha hablado con los vecinos de la margen izquierda, entonces todavía se nota más; pero uno es el deseo y otra es la realidad, y no se pueden dar servicios incompletos. Se calcula que, si la fase tercera empezase el 1 de julio de 1994 y terminase el 31 de diciembre de 1995, entonces llegaría un momento en que el 80% de las necesidades de los que iban a ser asistidos en las urgencias podrían cumplirse. Ese es el instante crítico. Hasta entonces no es lícito, por una serie de consideraciones extrasanitarias (no sé si llamarles "políticas" -no me atrevo-), decir "adelante", cuando todavía las urgencias no cumplen con todo rigor lo que nosotros esperamos de ellas... en cualquier lugar de Zaragoza, pero tal vez, y por las circunstancias que convergen ahora en todo este problema, en la margen izquierda todavía más.
Así pues, esto es, básicamente, lo que quería comentar, y agradecer el tono constructivo de la intervención del parlamentario don Adolfo Burriel.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Consejero.
Espero que no sirva de precedente la tramitación de esta pregunta, porque estaríamos listos: hemos transformado la pregunta en una interpelación. Por una vez, y en aras a la recepción a un eminente profesor, señor Gómez-Lus, Consejero, y como una pequeña deferencia a su buen talante y a su buena calidad, hemos hecho esta excepción, que no se repetirá en el futuro.
Señores Diputados, agotado el debate del orden del día, se levanta la sesión. [A las catorce horas y veintiséis minutos.]