Intervinienen: Echenique Robba, Pablo Enrique - Lambán Montañés, Francisco Javier - Briz Sánchez, Gregorio Jesús - Gaspar Martinez, Susana - Herrero Herrero, María - Sada Beltrán, José Javier - Bermudez De Castro Mur, Roberto Pablo
El señor PRESIDENTE: Pasaríamos al siguiente punto del orden del día, que es comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón, a solicitud de los catorce diputados del Grupo Podemos Aragón, para informar sobre las políticas de progreso necesarias con las que el Gobierno debería buscar la gobernabilidad de Aragón.
Tiene la palabra el portavoz del Grupo Podemos Aragón.
Comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón para informar sobre las políticas de progreso necesarias con las que el Gobierno debería buscar la gobernabilidad de Aragón.
El señor diputado ECHENIQUE ROBBA: Señor presidente.
Diputados y diputadas.
Invitados, invitadas —creo que está la tribuna llena.
Periodistas.
Trabajadores de las Cortes.
Señor presidente del Gobierno, señor Javier Lambán.
Le hemos solicitado que comparezca desde el Grupo de Podemos Aragón —y le agradecemos que lo haya hecho— para que nos pueda dar su punto de vista y contestar algunas preguntas sobre la geometría de apoyos parlamentarios que usted espera tener de ahora en adelante en esta Cámara y en cómo concibe la relación entre esta geometría y las coincidencias políticas y de fondo que deberían sustentarla.
Es cierto que no ha habido elecciones autonómicas desde las últimas que tuvimos y que, por tanto, la distribución de escaños en estas Cortes no ha cambiado —ya sé que parece una frase del presidente del Gobierno en funciones—. Es también cierto que los principios de los programas de las diferentes fuerzas políticas, que son los que sustentan o deberían sustentar las posibles geometrías de apoyo parlamentario, tampoco han cambiado. Sin embargo, lo que sí parece haber cambiado en los últimos meses es algo en usted, señor Lambán. En estas últimas semanas lo hemos visto jugar un papel muy activo en el debate sobre la posibilidad de un acuerdo para el Gobierno de España. Esto es muy legítimo —yo mismo he opinado sobre ese tema—, pero es que a usted le hemos visto distinto, señor Lambán —déjeme que lo diga así—, distinto.
De un lado, aquí, en Aragón, usted se enorgullece de una mayoría de izquierdas cada vez que los diputados y diputadas que lo invistieron nos ponemos más o menos de acuerdo y votamos algo importante juntos. A lo mejor, yo no elegiría exactamente esas palabras, pero eso da igual porque no lo digo yo, señor Lambán, lo dice usted, y lo dice mucho: mayoría de izquierdas. Pero eso es aquí, en Aragón, porque, cuando llega usted a Atocha y se lanza al debate sobre el Gobierno de España, se olvida de la mayoría de izquierdas y dice: «Pactemos con las derechas». Y de nuevo no son palabras mías, señor Lambán: «las derechas» es como llamaba Pedro Sánchez a Ciudadanos hasta cinco minutos antes de que se publicase el escrutinio en las elecciones generales. Y la cosa no es lo que dijera Pedro Sánchez antes y después de los comicios. Fíjese que a lo mejor le compro lo de que fue en campaña, que las circunstancias han cambiado y que la responsabilidad se impone. Esa no es la cosa, señor Lambán. No quiero hacer hoy de maldita hemeroteca. Lo importante no es tanto lo que dijo: lo importante es que, allá por diciembre, su secretario general algo de razón tenía, porque lo importante, mucho más que lo que se dice, son los hechos, y, en este caso, los hechos son los principios y el programa, que es lo que define las políticas y lo que afecta a la vida de la gente.
Fíjese que yo me llevo bien con la gente de Ciudadanos. Los diputados y diputadas naranjas de esta Cámara bien lo saben. Son personas dialogantes y de trato amable, pero su programa... —sí, es verdad, es verdad—, pero su programa es el que es, señor Lambán, y eso no lo puede usted soslayar. No puede usted silbar, mirar hacia otro lado y pretender que no lo ha leído. No puede usted negar, señor Lambán, que el programa de la fuerza a la que tanto Pedro Sánchez como usted, como otros líderes del PSOE están cortejando desde el 20 de diciembre bebe de las fuentes de la Fundación FAES, del señor José María Aznar, a través de las opiniones y de la ideología del señor Garicano. Y, por cierto, no puede usted tampoco obviar que los diputados de Ciudadanos son quienes facilitan que una de las federaciones más corruptas del Partido Popular siga gobernando en Madrid, que se oponen sistemáticamente a todo lo que tiene que ver con memoria histórica o que no acaban de ver —por decirlo suavemente— la estructuralidad y la urgencia de la violencia machista.
Pero hoy quiero centrarme en lo económico, que, si no, no acabaría nunca. En la parte económica de su programa, las buenas gentes de Ciudadanos dibujan una ideología muy clara, una ideología que se llama a veces neoliberal y a veces liberal a secas, según si quien la nombra es detractor o adepto. Independientemente del nombre que se use, usted sabe muy bien, señor Lambán —de hecho, lo sabe todo el mundo—, que lo que se esconde tras él, tras el nombre, tiene que ver con bajarle los impuestos a los que más tienen a la vez que se reduce el tamaño del Estado por el lado de los servicios públicos y la privatización. El objetivo: abrir nuevos mercados a las grandes corporaciones, aunque eso suponga tener una economía más inestable y más ineficaz y aunque eso pase por convertir los derechos sociales en privilegios que solo algunos pueden pagar. En lo económico, el programa de Ciudadanos, como el del PP, al que, como digo, se parece mucho, es lo menos socialista que he visto en mi vida, señor Lambán, y eso que he leído a Hayek y también a nuestras variantes del liberalismo autóctonas, como Rallo o Lacalle. Vamos, que por candidatos no será. Uno puede estar de acuerdo con unos principios o con otros, pero las cosas como son: uno puede optar por el sálvese quien pueda liberal o preferir los cuidados y la solidaridad a la confrontación y el pisar o ser pisado de la ley del más fuerte. Pero convendremos en que estas dos posiciones antagónicas igual de socialistas no son, señor Lambán.
Por todo esto, y en vista de su posicionamiento en el ámbito estatal, y en la medida en que esto puede afectar a sus políticas como presidente de Aragón y a los apoyos parlamentarios que necesitará en esta Cámara para sacarlas adelante, me gustaría preguntarle: ¿es compatible con su proyecto para Aragón una política fiscal que siga aumentando la distancia entre la recaudación de España y de Aragón y de la media europea, que baje los impuestos a los que más tienen y que siga poniendo toda la presión fiscal sobre trabajadores autónomos y pequeñas empresas?; ¿es compatible con su proyecto para Aragón instaurar copagos sanitarios, que son en realidad repagos y que obligan a miles de pensionistas a tener que elegir entre pagar la calefacción o comprar las medicinas que necesitan?; ¿es compatible con su proyecto para Aragón un avance en la ya insostenible precarización de las condiciones laborales de los trabajadores mediante propuestas como la del contrato único, que es en realidad un despido único y, además, veintiún días más barato? Le pregunto además, señor Lambán, si estos posicionamientos le parecen secundarios o diría usted que apuntan a la línea de flotación de un proyecto de progreso como el que desde mi grupo parlamentario, con las diferencias que son conocidas y públicas, asumimos que usted proponía a la ciudadanía cuando solicitó a esta Cámara su investidura. Es más: le pregunto si considera que estos puntos son centrales o secundarios en un proyecto que pueda usted llamar con convicción socialista o de izquierdas.
Y le pregunto esto, señor Lambán, no por nada, sino por lo que le he comentado antes: se lo pregunto porque usted se ha erigido en el máximo defensor de un pacto de gobierno en España que incluye a una fuerza que legítimamente, legítimamente, defiende lo contrario que usted en estos importantes puntos que tienen que ver con su política en Aragón. Si usted no fuese presidente del Gobierno de Aragón, a lo mejor esto no tendría mayor relevancia, pero es que resulta que usted es presidente del Gobierno de Aragón, y de ahí esta comparecencia, esta comparecencia que le invito que vea como una oportunidad para explicar a la ciudadanía el porqué de la contradicción entre los principios que le han llevado a gobernar aquí y lo que usted vehementemente defiende allá.
Creo, señor Lambán, que muchos aragoneses necesitan esta explicación. De hecho, voy a aprovechar la ocasión para hacerle una última pregunta, que en realidad son dos y que estoy seguro de que la gente también tiene rondando por la cabeza. La primera es si tiene usted pensado empezar a buscar activamente el apoyo de Ciudadanos para las grandes leyes de la comunidad, como defiende en el ámbito estatal. Y, finalmente, y en la misma línea, es preguntarle si descarta usted, señor Lambán, una reforma de su Gobierno que dé entrada en el mismo Gobierno a esa fuerza que parece cada día más el aliado preferente de su partido en el ámbito estatal. No me negará, señor Lambán, que esto le permitiría al menos recuperar la coherencia perdida.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Señor presidente del Gobierno de Aragón, tiene la palabra. Tiene la palabra, señor presidente.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Señor presidente.
Señoras y señores diputados.
Señor Echenique, como el tiempo parlamentario es oro, voy a ir en corto y por derecho a cumplimentar el objeto de la comparecencia que usted me solicitaba, que era el de informar sobre las políticas de progreso necesarias con las que el Gobierno debería buscar la gobernabilidad en Aragón. Luego le respondo a sus preguntas.
Primero: yo busco la gobernabilidad en Aragón a partir de las políticas de progreso ya especificadas en el plan de gobierno recientemente publicado.
Segundo: busco la gobernabilidad sobre la base principal del acuerdo con ustedes y con el resto de las fuerzas políticas que hicieron posible mi investidura.
Tercero: afirmo rotundamente que los acuerdos que suscribimos entonces, tanto en la letra como en el espíritu, siguen siendo una hoja de ruta de largo recorrido; al menos, del recorrido que entre todos le queramos dar. Y, para ello, le hago de manera inmediata dos propuestas, aprovechando la oportunidad que me da con esta solicitud de comparecencia.
Primero: hemos de resolver las discrepancias que tenemos en cuanto al cumplimiento de los acuerdos suscritos, y para ello le solicito que volvamos a reunir al observatorio que se encargaba de medir ese cumplimiento.
En segundo lugar, señor Echenique, creo sinceramente —al menos, esa es mi opinión— que en los siete meses transcurridos hemos avanzado mucho y creo también que ustedes tienen mucho mérito en ello. El presupuesto recientemente aprobado, yendo más allá de los topos o de otras figuras geométricas, lo cierto es que es un presupuesto del que todos tendríamos motivos para sentirnos orgullosos porque, como acabamos de saber recientemente, según datos del Ministerio de Hacienda, Aragón es la comunidad que en el año 2016 más incrementa sus presupuestos en sanidad y en educación (el 12,6 en sanidad, frente al 3,8 de la media, o el 9,4 en educación, frente al 3,52 de la media). Creo que esto, señor Echenique, es muy significativo del avance que se ha producido en estos meses. Pero ahora —y esta es la segunda propuesta— deberíamos planificar las siguientes etapas de gobernabilidad en Aragón, las siguientes etapas de gestión, y para eso le sugiero que volvamos a mantener reuniones bilaterales entre las fuerzas políticas que hicieron posible mi investidura para relanzar la gobernabilidad, para relanzar la gestión a partir de una agenda de reformas, de leyes y de iniciativas que podemos plantear nosotros o que puede plantear usted o cualquiera de los grupos políticos del Grupo Mixto, de Chunta o de Izquierda Unida.
Y quinto, señor Echenique. Nos guía una convicción. Los ciudadanos piden soluciones eficaces más que la escenificación de desacuerdos. Los ciudadanos, señor Echenique, nos piden explorar las coincidencias al menos con el mismo entusiasmo que escenificamos las diferencias. Yo, señor Echenique, no pretendo que ustedes me ayuden a gobernar: pretendo que entre todos ayudemos a los aragoneses. Yo, señor Echenique, no quiero que me dé estabilidad, que se la dé a mi Gobierno: quiero que entre todos ofrezcamos estabilidad al conjunto de la sociedad aragonesa. Creo sinceramente que no nos votaron para que, más allá de los grandes acuerdos que hemos sido capaces de suscribir, nos enredemos a veces en discusiones que pueden inducir a equívocos entre la ciudadanía. Creo que nos votaron para que solucionemos problemas y para que lo hagamos juntos mediante acuerdos. Creo, por tanto, que la gobernabilidad es, evidentemente, en primer lugar, responsabilidad mía, pero, en segundo lugar, es responsabilidad de todas las fuerzas políticas de la izquierda a base de reconocernos mutuamente el papel que cada cual jugamos, a base de ser recíprocos en las cesiones necesarias para llegar a acuerdos y a base de que el empeño de la gobernabilidad, en definitiva, sea compartido.
Y, yendo directamente al núcleo de su intervención, que entiendo que es también el núcleo de su preocupación, que es mi pretendida y reciente inclinación hacia Ciudadanos, me parece que es bien sencilla de explicar.
Usted dice que, mientras me enorgullece la mayoría de izquierdas aquí existente, no traslado ese mismo orgullo al resto del país. Pero es que no lo traslado, señor Echenique, porque, por desgracia, el día 20 de diciembre las urnas no arrojaron una mayoría de izquierdas en el Parlamento de España, ¡y bien que lo siento!, porque el electorado socialista, o gran parte del mismo, lo que esperaba en toda España es que se reprodujera a nivel nacional una situación parecida a la que se produjo aquí, en Castilla-La Mancha, en Extremadura y en otras comunidades. Pero —repito—, por desgracia, esa mayoría de izquierdas no se produjo. Y, a partir de ese momento, pensar en un Gobierno de progreso tenía que incluir necesariamente a otras fuerzas políticas.
Nosotros —y yo he sido uno de los que con voz más alta lo he proclamado— hemos descartado la posibilidad de que Pedro Sánchez llegue a ser presidente de Gobierno mediante el voto a favor, la abstención o la ausencia de los partidos independentistas de Cataluña, a los que respeto, pero que no tienen como hoja de ruta más que lo que ellos llaman la desconexión de Cataluña respecto al resto de España. Cualquier cosa que ellos hagan en el Parlamento de España o en cualquier otra instancia política no tendrá otro objetivo que el de esa desconexión, y, por tanto, gobernar con el permiso de Esquerra o con el permiso de Democracia y Libertad es hacerlo para constituir un Gobierno débil, cuando, justamente, lo que España necesita en este momento es un Gobierno fuerte que dialogue con Cataluña, porque el problema con Cataluña hay que solucionarlo por la vía del diálogo, pero que lo haga con fuerza, y esa fuerza no se la puede dar, en modo alguno, un Gobierno que tenga una mayoría parlamentaria dada por Esquerra Republicana o por Democracia y Libertad.
A partir de ese momento hay dos posibilidades: que no haya Gobierno, porque parece que el Partido Popular no puede alcanzar votos suficientes para una investidura, o que, si lo hay, sea sobre el núcleo fundamental de acuerdo entre el Partido Socialista, Podemos e Izquierda Unida, más un acuerdo con Ciudadanos en base a aquello que nos puede unir con Ciudadanos, que es la agenda reformista de este partido en materia de regeneración democrática y en materia de algunas reformas de la Constitución. Y, si ese acuerdo no es posible, señor Echenique, sencillamente no es posible que exista una presidencia del Gobierno con un presidente del Gobierno de izquierdas. Y no porque a mí me guste más o menos la posibilidad del acuerdo con Ciudadanos, sino porque la aritmética parlamentaria, señor Echenique, por desgracia no da de sí para otro tipo de posibilidad.
Gobernar con acuerdos, cuando uno no tiene mayoría absoluta... E incluso cuando se tiene mayoría absoluta muchas veces hay que ceder respecto al programa con el que uno ha ido a las elecciones. Si no tiene mayoría absoluta, tiene que ser mediante acuerdos. Acordar significa ceder y buscar síntesis entre las posiciones de unos y otros, y, desde luego, le puedo asegurar, señor Echenique, que el Partido Socialista, si llega a acuerdos para gobernar, que necesariamente han de incluir a Podemos, queremos que incluya a Izquierda Unida y, desde luego, es fundamental que incluya a Ciudadanos, no será a costa de aceptar el contrato único, a costa de aceptar ningún tipo de veleidad en materia de política hidráulica ni a costa de aceptar ninguna de las cuestiones a las que usted se ha referido en su intervención.
¿Voy a buscar apoyos en Ciudadanos para garantizar la gobernabilidad en Aragón? Fuera del marco sustancial de estabilidad que yo trato de conseguir con la izquierda, sí que trataré de buscar acuerdos —y usted lo entenderá— con el Partido Popular, con el PAR y con Ciudadanos para grandes cuestiones de la comunidad, como la política territorial, como un pacto educativo o como otras materias. Pero la base sustancial de la gobernabilidad yo solo pretendo buscarla con los grupos de la izquierda. Y el día que no la tenga garantizada con los grupos de la izquierda me lo replantearé absolutamente todo. Y, cuando digo todo, digo todo.
Y, en segundo lugar, señor Echenique, le aseguro que no es propósito de este presidente del Gobierno hacer ningún tipo de remodelación del Gobierno para incluir a Ciudadanos. Ni ellos me lo han pedido ni yo, en caso de que lo hicieran, lo iba a aceptar.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.
Señor Echenique, tiene la palabra.
El señor diputado ECHENIQUE ROBBA: Muchas gracias, señor presidente, por sus respuestas tan claras, la verdad. La verdad es que la posición que usted mantiene aquí, en Aragón, desde el punto de vista discursivo y desde el punto de vista ideológico, tiene cierta solidez. Por eso sorprende la contradicción con lo que, como digo, usted mantiene en otros ámbitos.
Usted sigue diciendo que numéricamente es inevitable que Pedro Sánchez tienda una mano hacia la derecha y otra hacia la izquierda, como dice él, sin rubor, pero es que los números no dicen eso. Es verdad que los escaños de Podemos, Izquierda Unida y PSOE en el Parlamento de España no suman la mayoría absoluta, pero también es verdad que no se quedan lejos. También es verdad que no se quedan lejos. Otra cosa que es verdad es que tanto Ciudadanos como Podemos, ambos con muchos argumentos sustentando esa opinión, esa declaración, han dicho a Pedro Sánchez que no somos fuerzas de gobierno compatibles. En mi alocución primera le he explicado dónde están los mayores puntos de discrepancia, que además creo que deberían ser también puntos de discrepancia con ustedes, y eso creo que aumenta la estupefacción, la sorpresa.
Como digo, no solamente programáticamente un acuerdo sustentado entre las fuerzas Podemos, PSOE e Izquierda Unida sería coherente desde el punto de vista, como digo, programático, o podría ser coherente desde el punto de vista programático, sino que además es el que numéricamente es más viable. Suman ciento sesenta y tres votos; habría que buscar algunos más. El candidato mandatado por el rey para llevar a cabo esa búsqueda de apoyos se llama Pedro Sánchez, y me parece, cuando comparo con la situación en Aragón, en la que usted podía haber elegido buscar el apoyo de Ciudadanos en vez de buscar el apoyo de Chunta... Los compañeros de Chunta defienden legítimamente, y a nosotros nos parece bien, el derecho a decidir, y usted, en vez de elegir un apoyo más amplio con los cinco diputados de Ciudadanos, decidió —a mí me parece la opción acertada— apostar por un socio como Chunta Aragonesista, con lo cual, esta escenificación, este romperse la camisa mientras se habla de romper España y mientras no se habla de las vidas de las personas que se están rompiendo y que tienen que ver con el programa económico... ¿Qué quiere que le diga? Yo, cuando comparo con la situación en Aragón, me suena a táctica y me hace preguntarme si no se está buscando realmente otra cosa. Como digo, solamente le faltan cuatro escaños, si mis cuentas no me fallan, para que Pedro Sánchez pueda ser presidente del Gobierno sin tener que aceptar políticas que plantea la derecha.
Respecto del observatorio, podemos hablar a lo mejor de que se vuelva a abrir, pero antes tendrá que aceptar el PSOE el informe que hizo el observatorio en el cual hablaba claramente de incumplimiento. Y es al incumplimiento a lo que voy cuando usted nos invita a mantener reuniones bilaterales que puedan sustentar la gobernabilidad. Ustedes han acumulado una gran deuda de incumplimiento. Y no es que nosotros tengamos problemas en plantear planes de gobernabilidad, pero entendemos que sería sano y que sería bueno para la ciudadanía que esa deuda de incumplimientos se vaya pagando, porque es verdad que la ciudadanía nos ha votado para que lleguemos a acuerdos, pero también nos ha votado para que se hagan las cosas. Y hay un montón de cosas que ustedes han prometido hacer y no han hecho. Pensamos que esas deudas... [Corte automático del sonido.] ... y a lo mejor después se puede hablar de más cosas, pero no antes.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Echenique.
Señor presidente, tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Gracias, señor presidente.
Señor Echenique, pero si es que yo no estoy hablando aquí de preferencias ideológicas... Estoy hablando puramente de aritmética y estoy hablando de la posibilidad de que exista un Gobierno encabezado por Pedro Sánchez o de la imposibilidad de que exista un Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, que me temo que será tanto como ir inevitablemente hacia la repetición de las elecciones. No hay ninguna contradicción entre lo que yo defiendo a nivel nacional y lo que defendí en su día a nivel regional. A nivel regional no tuve ningún problema para manifestar mi opción en cuanto a cómo buscar una mayoría parlamentaria que permitiera mi investidura, toda vez que aquí la suma de la izquierda fue suficiente como para alcanzar ese pacto de investidura. Y, por desgracia, eso en España no ocurre en modo alguno. Y esto no lo digo solo yo: es un criterio bastante aceptado, incluso por organizaciones tan poco sospechosas de estar cerca de la FAES o de estar cerca de Ciudadanos como son las centrales sindicales. El otro día se reunían con Pedro Sánchez los secretarios generales de UGT y de Comisiones Obreras y, haciendo la misma deducción aritmética que yo hago, llegaban exactamente a la misma conclusión.
Me he tenido que emplear a fondo incluso a nivel nacional, e incluso en el Comité Federal de mi partido, para demostrar las diferencias notables existentes entre Chunta Aragonesista, entre Esquerra Republicana y Democracia y Libertad. Primero: Chunta Aragonesista no es un partido independentista; Chunta Aragonesista es un partido partidario de la autodeterminación —creo que exactamente como ustedes—. Pero, para mi investidura, Chunta Aragonesista no me pidió que tuviéramos que hacer un referéndum en Aragón para ver si Aragón declaraba la independencia; si eso hubiera sido condición indispensable para el pacto, le aseguro que nosotros no hubiéramos pactado con Chunta Aragonesista. [Aplausos.] Pero Chunta Aragonesista no lo planteó, ni me planteó tampoco que el objetivo fundamental del Gobierno que íbamos a constituir fuera el de iniciar una ruta de desconexión con el resto de España. Y por eso hicimos el acuerdo con Chunta Aragonesista, que es justamente lo contrario de lo que se está planteando en Cataluña por parte de Esquerra Republicana y por parte de Democracia y Libertad. Y no hay que buscarle más pies al gato que estos. Ustedes también son partidarios de la autodeterminación. Nosotros, no. Nosotros somos partidarios de la Constitución en sus términos actuales, aunque también somos partidarios de reformarla. Y tampoco en eso tuvimos ningún problema en llegar a acuerdo con ustedes porque tampoco en su decálogo, señor Echenique, nos planteó usted el ejercicio de la autodeterminación o el planteamiento de ninguna clase de referéndum para ver qué es lo que pensaban los aragoneses al respecto. Referéndum que, por cierto, me imagino que todos ustedes son capaces de pronosticar qué resultado arrojaría.
Por tanto, no son situaciones comparables, pero sí es comparable mi actitud en los dos casos, que es exactamente la misma. Mis apuestas siguen siendo exactamente las mismas, señor Echenique. Ojalá el 20 de diciembre, entre PSOE, Podemos e Izquierda Unida, hubieran salido ciento setenta y seis diputados, pero no salieron ciento setenta y seis diputados. Y una de dos: o pactamos con los independentistas, cosa que nosotros descartamos absolutamente, o pactamos con Ciudadanos, cosa que nosotros entendemos que es posible. ¿A base de renunciar a los elementos fundamentales de nuestro proyecto político? No. ¿A base de renunciar a nuestras señas de identidad como partido socialdemócrata de libro? En absoluto. Si es posible llegar a acuerdos, llegaremos y, si no es posible llegar a acuerdos, no llegaremos a acuerdos, y me temo que tendremos que ir inevitablemente a unas elecciones.
Me queda poco, pero luego tengo cinco minutos, creo, para hablar de cumplimientos e incumplimientos; pero estoy absolutamente convencido, señor Echenique, de que, en una reunión en la que prescindiéramos del cronómetro y analizáramos punto por punto los diez incluidos en el decálogo, llegaríamos a la conclusión de que predominan absolutamente de manera palmaria los cumplimientos respecto a los incumplimientos y que los incumplimientos, los pocos que hay, son perfectamente explicables. Y, desde luego, es absolutamente rotunda la disposición, la convicción y la obligación contraída por parte de mi Gobierno de cumplir absolutamente todo lo que dijimos que cumpliríamos.
A partir de esa base, señor Echenique, creo que no deberíamos tener reticencias, ni ustedes, ni nosotros, ni Chunta ni Izquierda Unida, para retomar la hoja de ruta de la gobernabilidad de Aragón desde la responsabilidad y desde una clave inequívocamente de izquierdas, que es con la que nació este Gobierno y que es con la que este Gobierno pretende llegar hasta el final de la legislatura.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.
Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Mixto.
El señor diputado BRIZ SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente.
Buenos días, señorías.
Es un debate que no sabía yo muy bien de qué íbamos a hablar hoy aquí. Me permitirán que empiece con una broma. Estaba buscando los disparos de Tejero, pero no los estaba viendo. Parece que estamos en el hemiciclo de la carrera de San Jerónimo.
Es un debate que... ¡Hombre!, vamos a ver, yo no sé si el señor Lambán tiene la propiedad hegeliana de tener la tesis, la síntesis y la antítesis todo junto, no lo sé, pero da la sensación de que se busca forzar un debate que yo creo que a Aragón no le interesa demasiado, no le interesa demasiado. Yo creo que a Aragón le interesa mucho más que haya un debate de qué está pasando en Aragón y qué cumplimiento hay de nuestros acuerdos en la investidura y en gobernabilidad. Y, por lo tanto, el señor Lambán nos deja tranquilos porque, en el Pignatelli, el Grupo Parlamentario de Chunta les está diciendo a los compañeros: «Empezad a preparar las maletas, que aquí no sé qué va a pasar». Entonces, evidentemente, parece ser que eso no es así porque hay una corresponsabilidad.
Y yo, señor Echenique, con todo el respeto del mundo... En las campañas electorales se dicen muchas cosas, muchas cosas, y lógicamente... Ustedes recuerdo que decían: «Ni derechas ni izquierdas». Sin embargo, ahora el señor Iglesias dice que las derechas, en un arrebato casi romántico de los años treinta. La CEDA, las derechas... Y, sin embargo, ustedes decían también que no iban a gobernar con el Partido Socialista, que si perdían las elecciones se irían. Se dicen muchas cosas en las campañas; sin embargo, luego la realidad es la que es.
Y, mire, yo creo que lo que pase en Madrid es importante, pero yo no me atrevería aquí, no me atrevería a hacer un alegato en defensa de unidad popular como —digamos— parangón a Aragón. Yo creo que Aragón es una realidad. El señor Lambán, en su comité federal, desde el punto de vista orgánico, habrá defendido lo que haya defendido.
Y a mí me gustaría aclarar alguna cosa porque a veces eres protagonista de un debate sin querer serlo. Vamos a ver. Chunta Aragonesista tiene muy claro en sus estatutos y en su ideario que defiende la autodeterminación, el derecho a decidir, sin duda, pero, lógicamente, apostamos por un Estado federal. Las cosas son así. Y, efectivamente, como ha dicho el señor Lambán —y yo no tengo que defender nada al señor Lambán—, en ese pacto de investidura no hablamos en ningún momento de estos planteamientos. Por lo tanto, la desavenencia, señor Echenique, está muy bien, pero a veces no tiene que ser categoría sublime en política para intentar buscar réditos políticos por parte de un partido. Ese es mi punto de vista.
Entonces, lógicamente, ustedes, nosotros, Izquierda Unida, el Partido Socialista hemos aprobado unos presupuestos que podrán ser mejorables, pero sí que defienden algo que hemos acordado, que sean unos presupuestos sociales. Luego, lo que no podemos hacer el resto de la legislatura o en este ejercicio es ir detrayendo partidas y cuestiones fundamentales por conseguir determinados —digamos— réditos políticos o titulares de prensa.
Yo creo que hay que apelar a la corresponsabilidad política. Y, para que en Aragón haya un gobierno de izquierdas, haya unas políticas de izquierdas más o menos consensuadas y que sean eficaces, tenemos que reunirnos, tenemos que hablar, tenemos que consensuar, tenemos que llegar a acuerdos la izquierda, señor Echenique, tenemos que llegar a acuerdos. Y ese acuerdo pasa por tener una capacidad de corresponsabilidad y no plantear determinadas propuestas que seguramente estemos dando munición a la derecha —fíjese lo que le digo—, munición a la derecha. Esta mañana ha ocurrido aquí, sin lugar a dudas. Seamos coherentes. ¿Qué leyes hay que presentar? ¿Qué planteamientos hay que hacer? Hagámoslos en común y conjuntamente. Yo creo que eso es lo que tiene que hacer la izquierda y esa es la responsabilidad de la izquierda.
Porque, mire, yo creo que nosotros tenemos también dudas y cosas que habría que mejorar: en educación, en sanidad, en comarcas, en política hidráulica... Claro que discrepamos y estamos en contra del señor Lambán en muchas cuestiones, y queremos que la corrupción sea cero y que no se vuelvan a repetir casos como los que han ocurrido. Claro que queremos eso. Pero, a pesar de que tenemos desavenencias y conflictos y problemas, como se verá hoy aquí en iniciativas que votaremos en contra del Partido Socialista o diferente al Partido Socialista, no deja de ser eso importante para que podamos tener consensos y acuerdos fundamentales para políticas de progreso.
Porque le quiero relatar. Nosotros aquí tenemos y dijimos que los derechos sociales y los servicios públicos se preserven en el presupuesto —se está haciendo eso—; que vayamos hacia una renta social básica —se está trabajando en eso—; que haya un decreto aragonés de la vivienda, aunque a algunos les parezca una cortina de humo —se está haciendo eso—; medidas para combatir la pobreza energética —se está haciendo eso—; los copagos sanitarios se están revisando; se están intentando aumentar las becas de comedor; se ha paralizado la LOMCE; los hospitales se están desarrollando; hay servicios públicos que, lógicamente, se están llevando adelante. Y más cosas: se han denunciado los convenios; se apela a la bilateral; se defiende a Aragón desde las instituciones aragonesas... Eso es lo que buscamos. Buscamos, lógicamente, desarrollar unas políticas de izquierdas, un sistema tributario justo, que es verdad que la ley que se ha aprobado no será suficiente, a lo mejor, pero hay que trabajar en esa línea.
Por lo tanto, señor Lambán, señor Echenique, desde Chunta Aragonesista —termino, señor presidente—, buscamos consensos políticos para que haya políticas de progreso y de izquierdas que mejoren la desigualdad y no apelen a políticas liberales.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
El Grupo Parlamentario Ciudadanos.
¿Sí, señora Díaz? Dígame.
La señora diputada DÍAZ CALVO [desde el escaño]: Según el artículo 85, pedimos por alusiones.
El señor PRESIDENTE: No creo que proceda en este momento.
El señor diputado ECHENIQUE ROBBA [desde el escaño]: Hombre, ha dicho mi apellido seis veces. [Risas.]
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Ciudadanos.
La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: ¡Ay, señor Echenique! Si por alusiones fuera...
Mire, yo le he llamado en esta Cámara diablo; hoy pensaba llamarle ángel. Pero, después de la actuación, no sé ya si llamarle aprendiz de estrella mediática o novio celoso. Realmente no sé qué llamarle, de verdad. Los cinco diputados del Grupo Parlamentario Ciudadanos tenemos mucho amor y somos capaces de repartir.
Vamos allá. No haga demagogia, señor Echenique. Cuando dice que apoyamos en Madrid un Gobierno plagado de corrupción, que usted replica el mismo ejemplo en Aragón, con condenados. Así que, por favor, no haga demagogia y, sobre todo, mantenga la coherencia. Porque, si en campaña electoral unos nos llamamos una cosa y otros otra... Permita que no le recuerde la carta que envió y lo que dijo para luego acabar pactando con aquellos a los que llamaba nido de ladrones y refugio de sinvergüenzas. Las campañas electorales son lo que son, y todos lo tenemos que tener claro, señor Echenique.
Vamos allá. Iba a decir que la petición de comparecencia que usted nos ha presentado aquí nos sorprende y nos resulta un poquito de guasa. Voy a leer para qué pedía la comparecencia: informar sobre políticas de progreso necesarias con las que el Gobierno debería buscar la gobernabilidad de Aragón. Respóndanos usted, señor Echenique, que usted, con sus trece diputados, es el que garantiza la gobernabilidad a golpe de suspensos y a golpe de pulsos al Gobierno de Aragón y ultimátums de última hora. Señor Echenique, ¿políticas de progreso? Las que ustedes, con su apoyo, aprobaron en la ley de medidas, en la ley de presupuestos y en la ley de impuestos, que tiene otro nombre, pero es que es una ley de impuestos. Así que esa es la política de progreso que ustedes han aprobado y sostenido, cuando decían: «Podemos apoyará el presupuesto si mejora de manera suficiente». Si lo aprobaron será porque mejoraría.
Ahora bien, este tipo de comparecencias, señor Lambán, acaban resultando un pimpampum a los de Podemos porque salen como salen, y a usted no le preguntamos nada. Pero yo, como bien ha dicho el señor Briz, quiero saber lo que pasa en Aragón, porque lo que pasa en Madrid..., ya hay equipos negociadores que están trabajando, y nos enteramos todos los días por medios de comunicación y por otros sistemas. Así que, aquí, vamos al tajo, a lo que pasa en Aragón.
Yo le voy a hacer una serie de preguntas sobre las políticas progresistas que van a llevar a cabo. Las tengo escritas porque son unas cuantas —si quiere, luego se las doy.
¿Qué va a pasar con la justicia gratuita, que tiene un recorte del 40%?
¿Cómo van a ayudar a vertebrar Aragón con una disminución de un 17,7% en el Departamento de Vertebración del Territorio?
Hoy hemos leído en prensa que quieren abanderar una reforma ambiciosa de la PAC desde su Gobierno, y, como bien explicó el señor Olona, al que no veo, querían eliminar el pago único y los derechos históricos. ¿Cómo van a hacerlo o cómo piensan hacerlo cuando tienen la oposición mayoritaria de los agricultores aragoneses? ¿Considera una política de progreso mantener la discriminación en el reparto de la PAC que genera en Aragón?
¿Son políticas de progreso los recortes que áreas como juventud, discapacidad, etcétera, han sufrido en su presupuesto?
¿Son políticas progresivas depender de los conciertos con clínicas privadas para solucionar los problemas estructurales de la sanidad aragonesa en vez de invertir en el sistema público de salud?
¿Considera progresista que la principal de las políticas sociales no sea la generación de empleo?
¿Considera progresista mantener el enfrentamiento entre escuela pública y escuela concertada en vez de centrarnos en las verdaderas necesidades y en cómo mejorar nuestro sistema público educativo aragonés? No se olvide que en el próximo curso (2016-2017) todavía habrá barracones en los patios del colegio.
Nosotros creemos que, cuando se solicita una comparecencia, es para preguntar qué políticas se quieren llevar a cabo y para conocer qué es lo que está haciendo el Gobierno. Por eso hemos dedicado parte de nuestra intervención al solicitante, como no podía ser de otra manera; pero parte también al solicitado, porque queremos conocer cuáles son sus políticas.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
El Grupo Parlamentario Aragonés tiene la palabra.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, señor presidente.
Señor Lambán, nosotros hemos venido aquí a hablar de Aragón, y pensaba que todos íbamos a hacer lo mismo, pero veo que no. Yo le sugeriría al Grupo de Podemos que la próxima vez, si tiene a bien, especifique un poco más de qué piden la comparecencia porque, claro, para hablar aquí de las hipotéticas negociaciones que hay en Madrid sobre el próximo Gobierno... A mí me parece también muy interesante; es más: podemos tener una tertulia en cualquier momento en un medio de comunicación o sin medio de comunicación y hablamos de lo que pensamos cada uno. Pero, claro, venir aquí a que escuchemos... Estoy totalmente de acuerdo con lo que le han dicho. A mí me ha parecido también que era como un romance. Es como si una pareja mal avenida reuniese a la familia extensa de nada más y nada menos que sesenta y cinco personas más para decirse algunas cosas que se tendrían que decir en la intimidad, digo yo. ¿Que ustedes no se reúnen? ¿Que no hablan? ¿No hablan? ¿No tienen reuniones? ¿No se coordinan? [Aplausos.] Y entonces estaría ahí la familia extensa escuchando, mientras uno le dice al otro: «Pues es que te veo algo distinto últimamente, es que parece... [risas] —lo ha dicho, lo ha dicho el señor Echenique—. Le veo algo distinto. En usted algo ha cambiado últimamente. A veces haces cosas que no me gustan mucho, y es que, además, estoy un poco celoso. Y resulta que pienso que yo no sé si no te vas a ir con otra. Y, además, esa otra es muy mala porque es de derechas, y entonces va a hacer esto, y lo otro, y aquello, y lo de más allá». Eso es. Y, entonces, la familia extensa, los otros sesenta y cinco, que están así como un poco alucinados, al final dicen: «Oye, apañaos vosotros». Porque, además, la conclusión después de todo eso es que se quieren mucho y que van a seguir juntos pase lo que pase.
Con lo cual, ¿qué hacemos todos los demás aquí? Si me permite, cariñosamente —que también somos cariñosos—, perdiendo el tiempo, porque nos parece que lo que tenemos que hacer y para lo que nos han elegido los aragoneses es para que vengamos aquí a hablar de los problemas que tiene la sociedad aragonesa, a resolver esos problemas, a poner encima de la mesa soluciones, propuestas... Y yo no he oído absolutamente ninguna. Es que no he oído sus propuestas cuáles son. Ninguna. No he oído. No he oído ninguna propuesta, sino solamente aquí, como si fuera una tertulia, hablar de lo que hablan o dejan de hablar en Madrid. Y claro que nos preocupa, porque también nosotros queremos tener un buen Gobierno. A lo mejor no tenemos el mismo concepto.
En cualquier caso me parece un atrevimiento por su parte, por el Grupo de Podemos, eso sí —es una gran virtud para muchas cosas en la vida—, que vengan aquí a hacer esta comparecencia, porque, si nos circunscribimos a Aragón y le preguntan al presidente cuáles van a ser las políticas de progreso para esta comunidad autónoma... Oiga, acabamos de aprobar de aprobar un presupuesto. Acaban de aprobar un presupuesto. Por tanto, sus políticas de progreso son las que han plasmado en el presupuesto. Y, para nosotros, lejos de ser de progreso, lo que son es de receso, que ustedes confunden el progreso con el receso.
Contésteme, señor Lambán, porque a mí me parece que sería interesante, qué considera usted que son políticas de progreso. ¿Considera que son políticas de progreso las que ustedes han aprobado en los presupuestos? Porque progresar nos parece que... Estaremos de acuerdo en el concepto, que es avanzar, que las personas tengan mayor bienestar, pero, claro, en el cómo igual no nos ponemos tanto de acuerdo. ¿Cómo logramos eso? Pues yo le voy a decir cómo no. Ni con un Gobierno inestable y débil, ni con un Gobierno que genere una fractura social y una ruptura social, ni con un Gobierno que haga una política que solo satisfaga a la mitad de la población, que es lo que ustedes pretenden en todo momento, y lo ha dejado aquí muy claro: «Yo aquí tengo un compromiso con los partidos que han apoyado mi investidura, y, por tanto, ese es mi objetivo y mi propósito: cumplir esos acuerdos y tal». Eso le va a satisfacer a la mitad de la población, a los que ustedes llaman de izquierdas. Pero ¿y el resto? Sea usted presidente de todos los aragoneses, que es lo que necesita esta comunidad autónoma. [Aplausos.] Hagan ustedes políticas de amplia base para toda la comunidad autónoma, no solo para que estén contentos los que parece ser que les han votado. Eso es lo que no son políticas de progreso.
Ni son políticas de progreso las políticas que estrangulan a los sectores productivos y estratégicos de esta comunidad autónoma, que es lo que han hecho con su presupuesto, apoyado también por ustedes, que, después de decir que ponían no sé cuántas condiciones —ya se lo han dicho, cero a la izquierda—, no sé cuántas condiciones, porque eran oposición y ya veríamos aquí lo que se negociaba o se dejaba de negociar, cero a la izquierda, y han aprobado los presupuestos, que todos sabíamos que, por otra parte, los iban a aprobar. Eso no es política de progreso.
Ni es política de progreso una política que hace una reforma fiscal que es pan para hoy y hambre para mañana. O pregunte usted... Bueno, lo verían en el acto que tuvieron de la empresa familiar, por ejemplo. Yo creo que el sentir de ese sector... Quedó muy claro lo que piensan. Es pan para hoy y hambre para mañana. Y dentro de muy poco tiempo, porque hoy están ustedes viviendo un estado de enajenación transitoria, como el enamoramiento... Porque todavía no están viendo la crudeza de los efectos de sus políticas, porque ya saben ustedes que, de las políticas, los efectos son a medio, largo plazo en muchas cosas.
¿Qué augura usted que va a pasar en esta comunidad autónoma dentro de unos años? ¿Van a crear empleo? Con las políticas de hoy, con estos presupuestos, ¿van a generar riqueza?; ¿van a crear empleo? [Corte automático de sonido.] Las que ustedes —pregúnteles a sus compañeros—, las que hacían cuando estaban con nosotros en el Gobierno. Esas eran políticas de progreso. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
El Grupo Parlamentario Socialista.
El señor diputado SADA BELTRÁN: Gracias, presidente.
Mire, yo, permítanme la broma, ni voy a hablar, después de oír hablar aquí..., lo que casi era convertir este Parlamento en una comuna hippy, dando amor como la señora de Ciudadanos, la portavoz de Ciudadanos, y tampoco de matrimoniadas, como nos estaba planteando doña María Herrero. Ninguna de las dos cuestiones. ¿Sabe de lo que quiero hablar? De los aragoneses y de sus problemas. Pero, ojo, no con la falsedad de todos los aragoneses. Nosotros optamos y elegimos. Y elegimos trabajar por aquellos aragoneses que peor lo están pasando, justamente lo contrario que con sus políticas hacían en el Gobierno anterior.
Y poco voy a hablar de la política nacional, pero sí que permítanme... Porque lo ha dejado muy claro el señor Lambán. Es que es una cuestión de matemáticas. Y, si no dan con la izquierda, habrá que buscar lo que es prioritario para también los españoles, esos españoles que, como algunos aragoneses, están pasándolo peor. Y eso requiere hacer un esfuerzo de responsabilidad y hacer un Gobierno, intentar un Gobierno reformista y de progreso. Y, eso, la única forma es hacerlo con Izquierda Unida, con Podemos y también con Ciudadanos, porque hay puntos de posible acuerdo. Porque lo contrario sería o darle el Gobierno al PP, y sabemos lo que eso significa, o bien ir a nuevas elecciones, que sería irresponsable, sobre todo sin haberlo intentado con todas las fuerzas.
Pero aquí, efectivamente, venimos a hablar de Aragón, no porque la política nacional no nos afecta, que nos afecta —lo que se decida en Madrid claro que afecta a Aragón y a los aragoneses—, pero en Aragón, si hay algo que define las políticas de progreso, si hay algo que define la mayoría progresista que apoyó al señor Lambán para la investidura es un simple detalle: es lo que ha publicado el Ministerio de Hacienda —y lo decía el señor Lambán—. Mire, el Ministerio de Hacienda, en el 2015, dijo que éramos la comunidad a la cola del crecimiento — o sea, no crecía nada—, era la única comunidad autónoma que no crecía nada ni en educación ni en sanidad; y un año después, después del cambio de Gobierno, somos a la cabeza. Lo que ha significado, señor Echenique, este Gobierno es de estar a la cola en las políticas sociales a estar en cabeza en el incremento de esas políticas sociales. [Aplausos.] Eso bastaría ya para justificar todo el esfuerzo, para justificar un Gobierno que fue, evidentemente, apoyado por ustedes.
Y evidentemente que hay diferencias. Usted pone el foco, y debe de ponerlo, sobre aquellas cuestiones que faltan de cumplir. Son minoría, y se lo digo con toda sinceridad. Pero, aun así, yo también pongo el foco y el Gobierno pone el foco —y debe de ponerlo— en aquellas cuestiones que faltan de cumplir —y yo creo que lo estamos haciendo así—, reconociendo que muchas se han cumplido; pero tenemos que poner el foco en aquellas cuestiones que faltan de cumplir, no porque sean fruto de un acuerdo o porque sean —como decían de un poco de broma—..., si nos llevamos mejor o peor: es simplemente porque los dos partidos, más Izquierda Unida, más Chunta, lo que firmamos lo firmamos pensando en los aragoneses, y eso es lo que obliga a ir apostando por cumplir cuanto antes con todos los acuerdos que se firmaron en ese momento.
Y claro que hay diferencias, y no pasa nada. Hay diferencias con Chunta Aragonesista, hay diferencias con Izquierda Unida, hay diferencias con ustedes, diferencias que no forman parte de este acuerdo. Porque hubo una cuestión fundamental que tenemos que saber preservar, que es que nos pusimos de acuerdo pensando solo y únicamente en la situación dramática que estaban pasando muchos aragoneses. Y en eso supimos ser capaces, fuimos capaces de dejar las diferencias en tema hidráulico y en otros temas que estamos en las antípodas —y así lo reconocemos—, y no votaremos probablemente nunca con ustedes. Espero —eso sí—, ir convenciéndolos, poder ir convenciéndolos, pero, si no, no pasa nada. Pero, desde luego, tenemos que preservar que lo prioritario, lo fundamental, en lo que pusimos el foco era en hacer justamente lo contrario que hicieron los Gobiernos anteriores, que es optar en estos momentos por los ciudadanos aragoneses —no por todos, sino elegir, y elegimos—, por la inmensa mayoría, que estaban pasándolo mal en esta crisis económica. A eso, desde luego... Muchas se han cumplido, faltan de cumplir, evidentemente, y, en eso, desde luego, el Gobierno —y nuestro grupo, desde luego— apostará y apuesta por cumplirlo cuanto antes, no por cumplir con ustedes, sino por cumplir, sobre todo, con los ciudadanos aragoneses.
Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor portavoz.
Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra.
El señor diputado BERMÚDEZ DE CASTRO MUR: Gracias, señor presidente.
Señorías, buenos días.
Yo llevo ya un tiempo en política, y la verdad que aún estoy alucinado con la primera parte de esta comparecencia que hemos sufrido esta mañana en estas Cortes. Lo que hemos visto esta mañana aquí no sé si definirlo como un ataque de celos —que los tiene—, como una búsqueda de titulares —que siempre los busca—, como una tertulia de café —que podemos tomar luego—, como una tertulia de La Sexta, como un ataque a Ciudadanos o como una auténtica vergüenza ante este Parlamento de lo que hemos sufrido esta mañana.
Oiga, una pregunta: ¿cuántas veces, en la primera parte de la intervención, se ha hablado o se ha pronunciado la palabra «Aragón»? ¡Ninguna! Aragón, ¡ninguna! ¿Cuántas veces se ha hablado de emergencia en la primera parte de la intervención? ¡Ninguna! ¿Cuántas veces se ha hablado de ciudadano —no de Ciudadanos—, de ciudadano? ¡Ninguna! Han hablado exclusivamente de sus sillones, de sus intereses y de buscar un pacto para preservar su fuerza como partido. [Aplausos.]
Miren, aquí, en este Parlamento, en el primer Pleno del mes de septiembre compareció este señor, señor Lambán, a petición propia a hablar de los bienes, y aquí subió un portavoz y dijo: «Nunca más voy a subir a esta tribuna a hablar de un tema que no importe a todos los aragoneses». ¿De verdad importa a todos los aragoneses si gobierna Sánchez o si gobierna equis? Lo que importa [rumores], lo que importa son las políticas, no quién gobierna, ¡las políticas!, y de eso no han hablado ni una palabra. Han hablado todo el rato de si gobierna Sánchez o quién gobierna, y eso, simplemente, es defender sillones y defender sitios. [Aplausos.] Y es verdad...
Mire, a mí me preocupa una cosa: lo que piensan ustedes de la reforma electoral. En su reforma electoral, Huesca y Teruel tienen un diputado, ¡un diputado! ¡Esa es su reforma electoral!, ¡esa es su defensa del territorio! Y no dicen nada, señorías, nada. Ninguno, ¿eh?, que en este Pleno hablaremos todos. Todos los grupos nos retrataremos..., si queremos un diputado en Huesca, dos diputados en Huesca o tres diputados como hasta ahora. Porque es muy fácil defender una reforma electoral en conseguir más diputados donde yo tengo más votos. ¡Ah, qué majo! Esa es la reforma electoral que piden algunos.
O, por ejemplo, el suprimir el carbón. A mí también me preocupa eso, y está en sus programas, y lo están debatiendo en Madrid. Y nadie opina nada ni nadie defiende el carbón.
O, por ejemplo, el Plan hidrológico del Ebro. ¿Quién dice...? ¡No, yo leo sus programas!, y nadie dice nada.
O el acuerdo con Compromís, señor Lambán, que, si es cierto lo de hoy que he leído en El Mundo, a mí me preocupa, porque dejaremos de ser una comunidad de ciudadanos libres e iguales. Porque, si se llega a un acuerdo de gobierno a cambio de dar más dinero a una comunidad con una deuda histórica, yo espero que usted también vaya a reclamar las mermas tributarias de trescientos y pico millones de euros que tiene Aragón. Porque, claro, yo a usted no le he oído defender eso, y espero que hoy lo diga.
Mire, señor Lambán, se lo dije el día de la investidura: usted eligió un camino y eligió unos compañeros de camino, y de esos barros estos lodos. Señor Lambán, usted hoy se ha demostrado aquí que no tiene estabilidad de Gobierno. Usted ha hablado de grandes pactos. Grandes pactos no: aquí han aprobado un presupuesto. Un presupuesto que veremos en la liquidación si hay más gasto social en la liquidación del 2016 que en la liquidación del 2015. Lo veremos, señor Lambán, lo veremos. Esperemos... O en la del 2014. Veremos dónde ha habido más gasto social, en el 2014, en el 2015 o en el 2016, en la liquidación de los presupuestos. Veremos si es un 12% o si es mucho menos de ese 12%.
Tengo poco tiempo más, y voy a decir dos cosas para terminar.
Primera: busquemos consensos donde los pueda haber. ¡Sí, sí!, el señor Beamonte, hace unos meses, dijo: «Vamos a hacer una reforma administrativa». Dejemos de darnos plazos y acometamos, de una vez por todas, una reforma administrativa, una reforma territorial. Busquemos un pacto educativo, de una vez por todas, entre todos. Entre todos. Pero busquémoslo, sentémonos. Es que no hemos empezado.
Y, luego, otro tema que me ha preocupado muchísimo, muchísimo: lo que ha dicho el señor Sada, que seguro que ha tenido un desliz porque no lo ha podido decir en serio, el decir que solo gobiernan para unos pocos. Perdonen: un Gobierno gobierna para todos. Ha dicho que ha elegido gobernar solamente para gente que lo pasa mal. Eso ha dicho, eso ha dicho. Ustedes, en su eslogan de campaña, decían que gobernaban para la mayoría. Tienen que gobernar para todos: para quien lo pasa mal, ayudándoles e integrándolos; para las mujeres; para los niños; para los emprendedores; para los empresarios... Para todos. Y eso es un buen Gobierno. También para los hombres, también para los hombres, señor Sada, también para los hombres —no se preocupe—, también para los hombres. Para todos. La mayoría no: es gobernar para todos. Y un buen presidente de Aragón es el que gobierna para todos, piensen como él o no piensen como él, lo esté pasando mal o lo esté pasando bien. Porque cada uno tiene sus problemas, sus inquietudes y sus necesidades. Y un emprendedor también tiene necesidades, porque, si hay un emprendedor... [Corte automático del sonido.] ... hay menos. No, señor Sada, usted sabe que no es así. No se puede ser tan demagogo ni siempre intentar defender la misma postura.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Tiene la palabra el presidente del Gobierno de Aragón.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Gracias, señor presidente.
Señor Bermúdez de Castro, efectivamente, el Partido Popular se ha caracterizado siempre por dejar de lado sus intereses como partido, por importarle lo más mínimo quién gobernara y por poner por encima de todo los intereses de España. Es lo que hizo, por ejemplo, el señor Montoro en el año 2010 cuando quería que se interviniera a España para ganar las elecciones, que ya vendrían ellos a arreglarlo, que es lo que han hecho ustedes. [Aplausos.] Usted, señor Bermúdez de Castro...
El señor PRESIDENTE: Por favor, señores diputados.
Siga, señor presidente.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (LAMBÁN MONTAÑÉS): Lo que ocurre es que usted forma parte de una nueva generación que bienvenida sea para regenerar al Partido Popular. Y el señor Montoro, seguramente, tendrá que pagar sus pecados de juventud, yéndose definitivamente a la oposición o a casa.
Lo de Compromís, lo de Compromís de El Mundo lo he leído y me ha preocupado, pero El Mundo no es precisamente el catecismo que uno sigue para saber exactamente qué es lo que pasa en este país. Esperemos saber qué tipo de compromiso se ha adquirido, y, desde luego, si pasara eso, yo sería el primero que levantaría la voz. Pero estoy seguro que eso no va a ocurrir en absoluto. Sería absolutamente intolerable para una comunidad autónoma como la de Aragón.
¿Consensos, señor Bermúdez de Castro? En mi intervención he hablado de que yo quiero garantizar la gobernabilidad de Aragón con los grupos que facilitaron mi investidura. Por cierto, yo fui a la investidura porque la señora Rudi renunció a ir a una investidura desde el primer momento después de las elecciones. [Aplausos.] Por tanto, yo la intenté con los grupos que, presumiblemente, iban a estar por la labor de que yo fuera presidente del Gobierno de Aragón. ¿Consensos? He dicho en mi intervención que hay una serie de grandes temas en Aragón, como es el asunto de la arquitectura institucional, un pacto por la educación, la modernización del modelo productivo, que debe trascender el ámbito de la izquierda y que les debe concernir a todos ustedes. Y, desde luego, el Gobierno va a hacer esfuerzos importantes por incorporar a todos los grupos parlamentarios de esta Cámara a grandes acuerdos en beneficio de Aragón.
Señora portavoz del PAR, ya entiendo que, a ustedes, la expresión pública de diferencias o los debates abiertos les molesten porque ustedes no forman parte de esa cultura. Ustedes han pactado siempre en secreto [rumores], y de esos pactos en secreto, de aquellos polvos vienen algunos lodos que estamos viendo, analizando la ejecución de los presupuestos de los años anteriores. Ustedes no sé lo que entienden por progreso. Ustedes participaron de un Gobierno que fue campeón de recortes, que fue campeón de infligir sufrimiento a los aragoneses, que fue productor de desempleo y que situó a Aragón en la cola en cuanto a la creación de riqueza. Y ustedes, además, señora Herrero, son, fundamentalmente, cínicos, y a veces hacen una exhibición del principio marxista de cambio de principios absolutamente exuberante. Ustedes fueron quienes crearon el impuesto de la nieve; ustedes fueron quienes aprobaron, con el Gobierno de Marcelino Iglesias, un impuesto de sucesiones; después, con el Gobierno del Partido Popular, lo anulan, y ahora están en la oposición de esos impuestos. Ustedes, por estar en el Gobierno, son capaces de vender su alma al diablo, y, cuando están en la oposición, se pronuncian de otra forma. Eso son ustedes, señora Herrero. [Aplausos.]
Señora Gaspar, en realidad le invito a que me solicite una comparecencia en el próximo Pleno porque lo que me ha planteado en definitiva es un enunciado de cuestiones, todas ellas francamente interesantes, pero para cuya respuesta no tengo tiempo ni era el objeto de la comparecencia que nos reúne esta mañana. [Risas y rumores.] En cualquier caso, señora Gaspar, por la justicia gratuita no se preocupe en absoluto. Por la PAC tampoco se preocupe. La que hay no es una PAC que hayamos aprobado nosotros. Estamos trabajando ya para que la futura PAC corrija bastantes de las deficiencias e injusticias que introduce esta. Y, desde luego, le aseguro que, sobre todas esas grandes cuestiones, como la de la PAC, usted, su grupo, el Partido Aragonés y el Partido Popular, al igual que los partidos de la izquierda, tendrán la oportunidad de pronunciarse porque ese es otro de los asuntos que es fundamental que seamos capaces de aprobar por consenso porque de esa forma iremos a Madrid con fuerza suficiente como para que nuestras propuestas salgan adelante.
Y, por último, señor Briz, comparto sustancialmente su intervención, y, en todo caso, esa intervención me da motivo para terminar esta última mía diciendo que, en mi opinión, el balance de siete meses de colaboración entre las fuerzas de la izquierda ha sido fundamentalmente positivo. Lo afirmo rotundamente, tengo esa convicción. Confío en la responsabilidad y en el compromiso de los grupos de la izquierda para que la gobernabilidad esté garantizada hasta el año 2019. Y he de decir algo que en privado se lo he dicho alguna vez al señor Echenique, pero que lo digo ahora en público: entiendo que mantener posiciones de responsabilidad es más meritorio cuando no se forma parte de un Gobierno que cuando se forma parte de ese Gobierno. Y ese reconocimiento público, señor Echenique, aprovecho esta oportunidad que me da la comparecencia para manifestárselo esta mañana.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.