Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón
Proposiciones no de ley
Proposición no de ley núm. 140/00, sobre el Plan nacional de regadíos.
Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 030 de Plenos (V Legislatura)
Intervinienen: Urbieta Gale, Jose - Gonzalez Barbod, Gonzalo - Uson Ezquerra, Miguel Angel - Alonso Lizondo, Eduardo Jose
El señor vicepresidente primero ESTEBAN IZQUIERDO: Gracias, señor Gimeno.
Debate y votación de la proposición no de ley número 140/00, sobre el Plan nacional de regadíos, presentada por el Grupo Parlamentario Popular.
Para la presentación y defensa de la proposición no de ley tiene la palabra el señor Urbieta.
Proposición no de ley núm. 140/00, sobre el Plan nacional de regadíos.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Gracias, señor presidente.
Vamos a seguir con el tema del agua, señorías. El agua sirve para refrigerar motores, refrescar el ambiente; sería bueno, a lo mejor, que sirviese también para refrescar pasiones... Pero, sobre todo, en Aragón el agua -y se ha dicho por activa y por pasiva en la anterior proposición no de ley- sirve para los regadíos de Aragón, y es el objetivo fundamental y prioritario que podemos tener en Aragón: consolidar los regadíos y, sobre todo, hacer todos los regadíos que están pendientes desde hace muchos años. No hay que olvidar que el 80% del agua, por lo menos, se utiliza para regadíos.
Señorías, no voy a utilizar el tiempo en argumentar sobre la importancia de los regadíos para nuestra tierra, porque lo doy por bien conocido, y repetidamente se ha manifestado ya aquí.
El propio consejero de Agricultura, los medios de información y otras informaciones que disponemos nos han planteado que el preacuerdo del Plan nacional de regadíos supone transformar cuarenta y siete mil trescientas sesenta hectáreas en el horizonte 2008, de las cuales, veintiséis mil trescientas noventa y tres hectáreas son de interés nacional y veinte mil novecientas sesenta y siete, de interés social.
El consejero ha expresado, en repetidas ocasiones, incluso en la Comisión Agraria, su satisfacción por este preacuerdo, salvo algún desencuentro, que no entendemos bien, sobre la financiación.
La cuestión es decir que por qué presentamos esta proposición no de ley.
Bueno; yo creo que con lo que se ha hablado antes, con lo que se ha hablado ya en la iniciativa anterior, bastaría y sobraría para justificar la presentación de esta proposición no de ley. Si queremos el agua, la queremos para algo, y, si la queremos para algo, es que la queremos para los regadíos, en primer lugar, porque es el sector que más consume, y es detrás de lo que estamos. Pero es que estos regadíos nuevos que se van a hacer serán contemplados en el Plan nacional de regadíos, en el cual -repito- hay un preacuerdo.
Pero desde el Partido Popular no compartimos la satisfacción que, en el acuerdo de hectáreas, al menos, tiene el consejero del Gobierno de Aragón. En las circunstancia actuales -y subrayo lo de las circunstancias-, debíamos realizar verdaderamente un plan de choque, atrevido, un plan de choque con garra, un plan de acción en la transformación de los regadíos que impulse con fuerza los mismos, que, hoy por hoy, están muy ralentizados. Y lo que hay que conseguir hay que hacerlo antes de que se cierre el Plan nacional de regadíos, como se estaba comentando, hay que hacerlo antes; no basta con dejarlo para cuando sea definitivo. Por eso presentamos hoy esta proposición no de ley.
Consideramos, por aportar algunas razones más, entre otras cuestiones, que nos preocupa que el Departamento de Agricultura, para regadíos, en el presupuesto del 2001, lleve tan sólo mil ciento setenta y cinco millones de pesetas presupuestados, que, a nuestro juicio, no va a cubrir con ese presupuesto ni las necesidades de recursos para transformación de las cinco mil doscientas veintidós hectáreas al año que plantea el preacuerdo del Plan nacional de regadíos, considerando nueve años, aunque van a quedar ocho, porque, a nuestro juicio, deberíamos comenzar el 2001. Imposible que se cubra con ese presupuesto. Y, además, creemos que en los momentos actuales debíamos aspirar, como mínimo, a transformar del orden de ocho mil quinientas hectáreas al año, en las situaciones actuales.
Hay que tener en cuenta que los embalses van adelante, se quiera o no se quiera. Hoy, la última noticia: mil cuatrocientos millones, mil millones más, para el recrecimiento de Yesa, mil millones más; Santa Liestra y Biscarrués están en licitación; La Loteta se está haciendo: tiene otra misión; otros embalses (Lechago) van adelante. Es que van a ir todos, y es que hay un compromiso de hacerlos antes del 2008; puede ser el 2010, pero lo cierto es que se van haciendo. Se va a embalsar agua, y la mayor parte de esa agua se va a tener que utilizar en regadíos. Y, si los regadíos no avanzan, si están en dique seco, pues difícilmente vamos a poder aprovechar la ocasión que se nos presenta.
Mire, en nuestros cálculos, el Gobierno de Aragón, tal como viene en el preacuerdo del Plan nacional de regadíos, si no nos equivocamos, debía llevar para esta función, para esta misión, dos mil setecientos ochenta y cuatro millones, considerando nueve años, o tres mil ciento treinta y uno, considerando ocho años. Eso, para las cinco mil doscientas veintidós hectáreas. Y nosotros creemos que debemos tratar de forzar la situación para llegar a las ocho mil quinientas.
Otras razones son que estas Cortes consideramos que debemos conocer y debatir dónde van a localizarse los regadíos sociales, ya que si, en el listado que viene, parte de ellos son de dudosa realización y no se define dónde van trece mil hectáreas, pues resulta que un 75% (casi un 75%) de los regadíos sociales no sabemos dónde se van a poner. ¿Es que no es un tema de interés de estas Cortes? Es una pregunta que dejo ahí. ¿No es un tema de interés de los grupos parlamentarios de estas Cortes dónde se van a poner los regadíos sociales? ¿No tienen nada que decir estas Cortes?
Y, de hecho, claro, nos apoyamos en que con respecto al consejero se dice el 5 de julio de 2000: «Arguilé se mostró muy satisfecho, al argumentar que antes era la administración central la que decidía las zonas de actuación de los regadíos sociales, mientras que ahora será el gobierno autónomo el que determine estas inversiones en regadío». Muy bien: el gobierno autónomo, pero, por la importancia que tiene, ¿estas Cortes no podemos decir nada?
Es también cierto que la tramitación administrativa necesaria para poder actuar en las transformaciones de regadío es complicada y costosa en el tiempo. Debemos conocer en qué situación real están los distintos sectores de interés nacional y los regadíos sociales, en qué situación administrativa, y tratar de adoptar las medidas necesarias para acelerarlas, en su caso. Hay que hacer estudio de impacto medioambiental, hay que hacer proyectos, en regadíos sociales hay que hacer exposiciones públicas, porque puede haber alegaciones en las concesiones del agua. Hay que hacer muchas cosas. No es tan fácil.
Y, claro, consideramos también que hay que negociar con el gobierno de la nación para conseguir el máximo de apoyo en esta línea.
Y, vuelvo a repetir, las circunstancias actuales son muy favorables, si se saben aprovechar. No sabremos aprovecharnos, a nuestro entender, como decía mi compañero Mesías Gimeno, con confrontación, con riñas, y decía muy bien que dos no riñen si uno no quiere. Y yo creo y pienso que a Aragón no le interesan las riñas por las riñas. Cierto que en algunos casos siempre existen auténticos sembradores de discordia, que son los verdaderos incendiarios, que lo que saben hacer es deshacer, pero nunca construir. Pero ya sabemos que en la sociedad tiene que haber de todo.
Vemos con gran preocupación los planteamientos que lleva el consejero de Agricultura, que de un departamento tradicionalmente inversor lo está transformando en un departamento de gestión de ayudas, exclusivamente. Y de eso podemos hablar mucho.
Por todo ello, entre otras razones, solicitamos que se presente por el Departamento de Agricultura una comunicación, para que los grupos parlamentarios podamos debatirla, con la esperanza siempre de poder reconducir la situación que se plantea, a través de las propuestas de resolución, antes de que el Plan nacional de regadíos sea algo definitivo y difícil o imposible de modificar.
Creo que antes se han dicho muchas cosas. Creo que la importancia que para nosotros tiene incentivar, mover la transformación en regadíos en nuestra comunidad autónoma, el interés que esto tiene para Aragón, bien se merece que se le preste la atención debida desde esta cámara. Y por eso hemos presentado esta proposición no de ley: porque creemos que el tema se lo merece y que todos debemos trabajar unidos para conseguir lo mejor en esta materia para el campo aragonés. Creo que deberíamos hacerlo.
Ahora bien: ustedes verán: en sus manos está si lo conseguimos hacer o lo votan en contra, y seguimos como estamos y a verlas venir.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Urbieta.
El representante del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista tiene la palabra.
Señor González.
El señor diputado GONZÁLEZ BARBOD: Gracias, señor presidente.
Ya anuncio que la postura de nuestro grupo parlamentario va a ser la abstención en esta iniciativa, porque, si bien encontramos en ella elementos positivos (como puede ser el traer a las Cortes este debate, que creemos que es importante), en su misma redacción encontramos elementos que creemos que ya vician este debate tal como se está planteando en el propio texto de la iniciativa.
Entre los elementos positivos -como digo-, creemos que es muy importante que estas Cortes se pronuncien sobre un tema fundamental, como es el Plan nacional de regadíos, un instrumento que va a decidir cuáles son las demandas que ha de cubrir el Plan hidrológico nacional. Por lo tanto, ese Plan hidrológico nacional que tantas páginas está llenando en el Diario de Sesiones va a venir en buena medida decidido por ese Plan nacional de regadíos, por cuáles son las demandas que ahí establecemos. Por tanto, parecería lógico que estas Cortes, esta cámara pudiese reflejar en esa decisión cuáles son las verdaderas necesidades de este territorio.
El Plan nacional de regadíos es, por tanto, un instrumento fundamental para la política agraria y es el instrumento por el cual, según cómo se enfoque, se podrá consolidar o no ese sector agroalimentario fundamental en la economía aragonesa. Por lo tanto, la importancia creo que queda evidente.
En todo caso, sí que resulta curioso que quien plantee esta iniciativa sea el Partido Popular. Y digo «curioso» -cuando no sorprendente- porque, cuando se plantea hacer una comunicación respecto a una propuesta, se supone que es porque hay cosas que añadir, cosas que corregir, cosas de las que se discrepa, cosas que suprimir; porque entiendo yo que una comunicación no se crea para decir «amén» o «sí, padre», porque para eso no tiene mucho sentido que perdamos el tiempo en discutir una cosa en la que se supone que estaríamos de acuerdo.
Por lo tanto, parece ser que hay alguna discrepancia, discrepancia del mismo partido que está haciendo esa propuesta en el gobierno central. Por lo tanto, si se trata de una pequeña disensión, si hay un espíritu de tener voz propia en estos temas aquí en Aragón, respecto a las propuestas que se hacen al gobierno, nos parecería positivo, y más positivo todavía si se trasladase a otros temas y a otros debates, sobre todo, los referidos al tema hidráulico. En todo caso, nos da la sensación de que no van por ahí los tiros.
Una vez superada esta valoración positiva, que sí que nos parece importante traerla aquí, a dejar esa puerta abierta a discutir sobre el Plan nacional de regadíos, sí que encontramos en el texto elementos que vician la discusión de partida. A lo que no estamos dispuestos es a volver a traer ese debate aquí, a traerlo con un planteamiento de hace cincuenta años. No podemos limitar el debate de regadíos a generar expectativas en las distintas comunidades de regantes, expectativas que se limitan a cartas a los Reyes Magos y que luego no se pueden cumplir, porque, realmente, lo que se tiene que afrontar es una política de regadíos realista. Y, en ese sentido, sí que Chunta Aragonesista va a mostrar todo su apoyo, pero con criterios realistas, no alimentando expectativas y generando ilusión, que luego no se va a poder cumplir, porque, además, los propios afectados son los interesados en que se no nos llene a los diputados, a los políticos, la boca de buenas palabras, de ofrecimientos que no van a ser cumplidos, sino que se hagan ofrecimientos reales.
Y, en ese sentido, vemos que el planteamiento de la iniciativa habla simplemente de situación administrativa de las explotaciones, previsión de financiación..., pero se ignoran elementos que, a estas alturas del siglo, deberían estar introducidos ya, de suyo, en este debate, como son las políticas de eficacia en el riego, de ahorro del agua, etcétera. Son elementos fundamentales para hacer una política de riegos del siglo XXI. Y en ese debate participaremos, pero sólo en ese debate. Para volver a repetir esas expectativas y no andar un paso más adelante, no nos van a encontrar.
En todo caso, como digo, nos parece que esa puerta debe estar abierta: a debatir el Plan nacional de regadíos aquí no podemos negarnos, y, en ese sentido, apoyamos el espíritu que alienta la iniciativa del Partido Popular, pero con otro sesgo y con otra intención.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor González.
En representación del Grupo Parlamentario Aragonés, tiene la palabra el señor Usón.
El señor diputado USÓN EZQUERRA: Señor presidente.
Señorías.
Le aseguro, señor Urbieta, que no salgo a la tribuna con el ánimo de generar ninguna situación -digamos- de crispación o algo similar. Yo soy de los convencidos, señor Urbieta, de que, vista su buena voluntad y su generosidad en las intervenciones, estará de acuerdo conmigo en que será necesario que usted intervenga directamente ante su gobierno central a la hora de posibilitar esos acuerdos para esta comunidad autónoma. En definitiva, yo soy de los convencidos de que usted mucho nos tiene que ayudar a esta comunidad autónoma para que seamos capaces de sacar adelante este Plan nacional de regadíos.
Con esa idea salgo a esta tribuna, señor Urbieta, con esa idea. Espero que en el futuro esa aspiración que tenemos desde el Partido Aragonés de que usted nos ayude a sacar adelante ese Plan nacional de regadíos no sea una frustración, no sea una ilusión de un día de un humilde diputado, en este caso, yo mismo.
Pero, a partir de ahí, señor Urbieta, hay cosas que hay que decirlas en la tribuna, porque la sociedad aragonesa se debe enterar, debe ser conocedora de cualquiera de las situaciones que se puedan plantear en el futuro respecto al Plan nacional de regadíos. Y hay algo que a mí me preocupa, y es lo que dice el borrador de ese Plan nacional de regadíos, de ese plan sobre el que usted dice que ya hay acuerdo, pero que no lo hay. En absoluto, señor Urbieta: no hay acuerdo en el Plan nacional de regadíos.
Seguramente, en cuanto a superficies, podríamos llegar a un acuerdo, con una previsión del 2008, porque, claro, cumpliendo esa aspiración del 2008, no cumplimos las expectativas que hay generadas en Aragón, aquello de no sé cuántos años -no lo reiteraré yo-. Nos quedan más de doscientas cincuenta mil más, a partir del 2008. ¿Que habrá que actualizarlas? Claro que sí, claro que sí; pero, partiendo de esa idea, lo que recoge el borrador de ese Plan nacional de regadíos, en su artículo primero, es: «El proyecto del Plan nacional de regadíos horizonte 2008 se procederá a tramitar por el MAPA (por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) como texto único de consenso básico, de manera inmediata y consecutiva al Plan hidrológico nacional». Y ahí es donde está la madre del cordero, ahí es donde está la madre del cordero.
Mi compañero el señor Eiroa decía anteriormente que sería lógico y normal que el Plan nacional de regadíos se aprobase con anterioridad al Plan hidrológico nacional. Sería lógico. Parece que había cierto asentimiento, ¿verdad? Yo miraba las caras y, efectivamente, veía que había cierto sentido común. Pero, curiosamente, no es eso lo que quiere el Partido Popular. Y no lo digo yo: me he limitado a leer el texto del borrador de ese Plan nacional de regadíos que usted dice que está aprobado, y que nosotros decimos que no estamos de acuerdo. Partiendo de esa idea, poco más podemos discutir en esta tribuna. Si usted quiere llegar a un acuerdo con su buena voluntad y con su buen hacer, pero resulta que en Madrid dicen todo lo contrario de lo que usted está diciendo, pues dígame usted adónde vamos. ¿A quiénes creemos?: ¿a los de aquí, o a los de allá? ¿Tendremos que juntarlos a unos y a otros para que se pongan de acuerdo?
En todo caso, yo espero que esas primeras palabras que le dedicaba, porque yo soy de los convencidos -y lo reitero una vez más- de que nos tendrán que echar una mano en Madrid para sacar adelante este plan, porque, si no -por lo que se detecta aquí-, no será posible, no será posible. Será posible en cuanto a hectáreas, pero, ¡ay!, la financiación: ése es el gran problema, ése es el gran problema que tenemos. Yo solamente le he escuchado alguna manifestación al consejero de Agricultura en alguna de las comisiones, de las últimas comisiones que hemos tenido, en la cual decía, bueno, que estaban hablando, que hacía quince días que le habían dicho una cosa, pero que la última reunión (no sé en qué ciudad de España) en esas conferencias sectoriales de lo que habían dicho anteriormente ya le fastidiaban (por decirlo en términos coloquiales) mil millones de pesetas. La multiplicación es sencilla: mil millones cada año; en siete años, si tenemos el horizonte del 2008, ocho mil millones de pesetas. Eso, de entrada.
Pero ya no hablemos de otras cosas, ya no hablemos de quién va a hacer la adecuación de los regadíos, de quién va a mejorar esos regadíos tradicionales... Porque parece ser que, con la empresa estatal que ustedes han creado, bueno, para poder participar, para poder trabajar en esta comunidad autónoma tendrán que volver a declarar de interés general la mejora de los regadíos tradicionales. Porque no se olvide, señor Urbieta, estamos hablando hasta ahora del Plan nacional de regadíos, que incluye, sobre todo, lo que es declaración de interés general. Y ¿sabe lo que representa declaración de interés general -desde mi punto de vista: en todo caso, igual estoy equivocado-, sabe qué representa? Que los dineritos tienen que venir de allí, de allí. «Declaración de interés general»: eso es lo que dice. Si no, ¿qué finalidad tiene? Dígame usted qué finalidad tiene la declaración de interés general. O, en todo caso, rectifique a la que en su momento era ministra de Agricultura. ¿Se acuerda de la señora Loyola de Palacio? ¿Se acuerda de lo que dijo cuando vino a Aragón? Que desconocía si había Plan nacional de regadíos del gobierno anterior, del gobierno socialista, que lo desconocía porque no se lo había encontrado. Yo le pregunto a usted ahora: en la fecha que estamos, cinco años atrás, ¿se ha avanzado en esa situación? Cinco años han pasado desde que la señora ministra apareció en Aragón. Un día magnífico, que todos compartimos en aquel día y que, efectivamente, a partir de aquella visita, muchas zonas de Aragón se han resentido. ¡Ya lo creo que sí! A partir de entonces es cuando aquí se ha generado la situación que tenemos: paralización prácticamente en las zonas de interés general. A partir de la visita de la señora Loyola.
En consecuencia, señor Urbieta, señores del Partido Popular, mi grupo va a votar en contra de esta proposición. Yo creo que han sido muchas las razones por las cuales nos vamos a oponer. Pero le adelanto que, por parte de mi grupo...
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Señor Usón, le rogaría fuera terminando ya.
El señor diputado USÓN EZQUERRA: Voy a terminar, señor presidente.
Le adelanto que no tendríamos inconveniente, en un próximo futuro, en generar un debate en esta comunidad autónoma sobre la problemática de los riegos en Aragón. No tendríamos ningún inconveniente. Pero, claro, queremos saber qué disponibilidad económica tenemos por parte del gobierno central, sobre todo -le reitero-, en lo que es competencia de ellos, lo que es competencia del gobierno de Madrid, en las zonas declaradas de interés general. No se preocupe, señor Urbieta, que los grupos parlamentarios y el gobierno dedicaremos especial atención a esas declaraciones de riegos de interés local y a esa declaración de riegos de interés social.
Si ustedes asumen lo que les corresponde, por aquello de estar declarado de interés general, yo creo que no habrá ningún inconveniente en llegar a acuerdos -¡faltaría más!-; pero no nos vengan a decir que lleguemos a acuerdos de algo que no es posible en estos momentos, porque no está ni medianamente arreglado.
En consecuencia, votaremos esta proposición no de ley en contra.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (ESTEBAN IZQUIERDO): Muchas gracias, señor Usón.
En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Alonso.
El señor diputado ALONSO LIZONDO: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Qué tiempo tan precioso hemos perdido en estos últimos años. La ministra Loyola de Palacio -efectivamente, la nombraban anteriormente- se encontró con un Plan nacional de regadíos redactado por el equipo del señor Atienza, y, a veces, en aquellos prontos que tenía esta ministra, pienso que con algunas irresponsabilidades, introdujo un retraso en lo que el plan de Atienza contemplaba en el horizonte del 2005, y nos encontramos ya con gobiernos PP que metían horizontes del 2008.
Para justificar que presentaba un plan propio introdujo cambios globalmente no muy grandes, pero que, modificando pequeñas superficies en los nuevos regadíos o en las áreas a modernizar, no hizo más que hacer de precursora en las artes narrativas de la presentadora Ana Rosa Quintana, plagiando y a veces empeorando un texto que trataba de copiar.
Era gracioso que, al mismo tiempo -pero al mismo tiempo también exasperante-, lo que nos pasaba en aquellas fechas, a los alcaldes y a los regantes de distintas zonas de regadíos (que vemos en el regadío las pocas esperanzas de futuro), es que viajábamos a Madrid, al paseo de la Castellana, al antiguo Iryda, para tener reuniones, para entrevistarnos con altos responsables del ministerio, que nos recibían muy amablemente, pero que justificaban la inoperancia del ministerio, o de su ministra, con el poco respaldo económico que recibían del gobierno, de los señores Aznar y Rato, y, sobre todo, siempre nos daban las mismas excusas: no hay que gastar dinero, hay que cumplir los objetivos de Maastricht (te decían en aquellas fechas), nos han dejado muy mal este ministerio los socialistas... Y, cuando los regantes o los alcaldes que íbamos por allí a lanzar nuestros planes de regadíos (o a relanzarlos) argumentábamos rebatiendo lo infundado de esas excusas, terminaban diciendo: «Es que la ministra de enfrente -refiriéndose a la señora Tocino- no hace embalses; por lo tanto, no hay agua para seguir haciendo nuevos regadíos». Eso es real como la vida misma.
Al mismo tiempo, para aprovechar el viaje, pasábamos al ministerio de enfrente, a los Nuevos Ministerios (al Ministerio de Medio Ambiente), y también nos recibían muy amablemente altos responsables del ministerio, y eran las mismas justificaciones, los mismos argumentos los que se empleaban en ese ministerio: ¡qué mal han dejado este ministerio los socialistas!, hay que contener el gasto, Maastricht... Nuestras réplicas volvían a dejar sin argumentos a estos altos responsables del ministerio, y decían al final: «Es que la ministra de enfrente -refiriéndose a la anteriormente visitada, la señora Loyola de Palacio- no aprueba el Plan nacional de regadíos; si no sabemos cuánto quiere regar esta ministra, ¿cómo podemos saber el agua que hay que embalsar?». Éstos son razonamientos reales -yo no estoy inventando nada ni estoy intentando contar cuentos- de lo que nos ha pasado a los sistemas de riegos de Aragón y Cataluña, de Monegros, de Bardenas..., cuando hemos visitado estos ministerios.
Yo pienso que a veces nos trataban -de forma educada siempre- de forma paternalista y, a veces, nos consideraban unos pobres pueblerinos. Hemos estado un tiempo analizándolo con un cierto cariño, como una pelota de ping-pong, viendo que no se hacía nada. Por eso decía al principio que hemos perdido un tiempo precioso, que también nos han exasperado un poco por intervenciones en este mismo parlamento aragonés, porque intervenciones de portavoces del Partido Popular hablaban de embalses promovidos por el ministerio que nunca hemos visto comenzar, embalses que iba a promover Acesa que nunca hemos visto comenzar ni iniciarse; ni tan siquiera los que no tienen contestación social: ni ésos han empezado.
Por lo tanto, en este contexto en el que nos movemos, la proposición no de ley que presenta el señor Urbieta (o el Partido Popular) vemos que no tiene sentido que nuestro grupo la apoye. Ha habido intervenciones en esta cámara en las que previamente se avisaba a algunos responsables de sistemas de riegos de planes nacionales, aquí venían a ver nuestras intervenciones, no sé si para que hicieran de clac o para que oyesen intervenciones, a veces vacías, que versaban sobre obras que había que hacer de regadíos, pero que nunca se hicieron y que, por tanto, en el 2000 están sin hacer. Me estoy refiriendo a mi corta experiencia en estos dos o tres últimos años.
Cuando volvían estos representantes de los regantes a Monegros, a Bardenas, a la Franja, se preguntaban (porque a mí me lo han dicho) que a qué habían bajado: si les habíamos tomado el pelo, o qué dirían en la próxima reunión del sindicato de lo que habían oído en esta cámara. Por eso decía -y termino- que qué tiempo tan precioso hemos perdido.
Yendo al contenido de la proposición no de ley, señor Urbieta, en estos momentos, cuando está todo Aragón rellenando o cumplimentando unas encuestas que nos ha mandado el Gobierno de Aragón para que manifestemos las necesidades de agua que en estos momentos tenemos para todos los usos, pero, por supuesto, también el agua necesaria para los regadíos en que queremos convertir los secanos actuales, todo Aragón sabe lo que hacen y quieren hacer el señor Matas y el señor Aznar con el agua que aquí se necesita. En el borrador del ministerio, que usted también conoce, se han presentado en el horizonte del 2008 (ya no del 2005, sino del 2008), veintiuna mil hectáreas entre Calanda-Alcañiz, Bardenas, Cinca, Cibán y Monegros, y unas ciento cuarenta y dos mil entre las que hay que mejorar.
Financieramente, las cuentas ya no empiezan a salir. Notamos que si entre los treinta y ocho mil y pico millones de pesetas que tiene que aportar el MAPA (o el Ministerio de Agricultura) y los treinta y ocho mil novecientos que tiene que aportar la DGA... Resumiendo, unos setenta mil millones de pesetas entre las dos administraciones, que, si lo divides para seis años que nos quedan, ya empiezan a un ritmo inversor de once mil millones de pesetas al año. Si notamos que los mil millones que ya el ministerio deja de aportar en ese horizonte, si además vemos que el Feoga-Garantía no garantiza esa financiación del cincuenta por ciento a la que estábamos acostumbrados, si además recordamos que en los horizontes o en los años en que usted era consejero (en el año noventa y tres) había una inversión global, con modernización incluida, de unos seis mil millones de pesetas, y en el año noventa y ocho ha ido rondando la cifra de novecientos millones de pesetas, las cuentas financieras no salen.
Usted conoce que sin una buena cofinanciación europea, una buena participación del ministerio, sin estas dos cosas, en una comunidad autónoma como la nuestra, no se pueden plantear unas grandes alegrías inversoras en ninguna cosa, y tampoco en regadíos.
Hay comunidades autónomas vecinas en que -como decía el señor Usón- las obras de interés general de los planes nacionales sí son financiadas al cien por cien por el Ministerio de Agricultura. No hay que irse muy lejos.
Por lo tanto, esa comunidad nuestra, que tiene las posibilidades que tiene y que está afectada por este sistema de financiación que el gobierno de la nación nos asigna, tiene la capacidad que tiene.
Por otra parte, usted convendrá conmigo -y estamos de acuerdo; lo sé- en que a los agricultores no se les puede ahorcar con subvenciones inferiores al cincuenta por ciento en lo que afecta a equipamientos. Por lo tanto, si vemos cómo han evolucionado al alza los costes de las explotaciones y cómo han evolucionado a la baja los precios de las producciones de los productos que producen, si además estamos... No es demagogia, señor Urbieta: todos sabemos lo que ha subido el gasoil, los abonos, etcétera, etcétera, y lo que ha bajado el precio del maíz, del trigo o de la cebada.
En este sentido, si las sociedades estatales las vemos como un instrumento que el Ministerio de Agricultura pone para colaborar en desarrollar y modernizar los regadíos, abaratando inversiones, pero sin comer de otros presupuestos que estaban destinados a crear nuevos regadíos, esperamos que esas sociedades estatales mejoren las actuaciones de las hermanas del ministerio de Medio Ambiente, porque, hasta ahora, convendrá conmigo en que las hermanas del Ministerio de Medio Ambiente no han hecho más que adelantar dinero a los regantes, ir al banco a pedir los préstamos, no tener las condiciones de intereses que tenían por la Ley de Aguas anterior, etcétera, etcétera. Y, como decía anteriormente, para más inri, ni tan siquiera las obras que no tienen contestación social se han empezado por parte de Acesa. Espero, por lo tanto, que esas sociedades estatales de agricultura no coman de presupuestos que están destinados ya a Agricultura, y sí que agilicen o aprendan de errores cometidos por las hermanas del Ministerio de Medio Ambiente.
Resumiendo: nuestro grupo desea y apoya que el Ministerio de Agricultura y la consejería lleguen a un acuerdo consensuado con el Plan nacional de regadíos; que cuadren los tiempos de ejecución tanto en la transformación de regadío (que tenemos siete años, estamos en el horizonte del 2008), y los tiempos también de las regulaciones necesarias contempladas en el plan hidrológico, que nos damos doce años. No vayamos a caer en la trampa de hacer regadíos hasta el 2008 y el montón de hectáreas que se nos van a quedar fuera -y usted lo sabe bien- no puedan regarse porque el Plan hidrológico nacional no contemple actuaciones posteriores al 2008.
Por último, también, nuestro grupo apoya que la cofinanciación europea sea del cincuenta por ciento (como ha sido siempre), como mínimo, y que el gobierno central no pretenda trasvasar agua a otros sistemas porque aquí la vamos a necesitar para otros regadíos que no están en la foto del 2008; que deseamos que el ministerio deje de disminuir -como usted sabe muy bien- aportaciones a las transformaciones en regadío que hasta ahora teníamos.
Creemos, por tanto, que la comunicación que usted solicita no tiene sentido apoyarla y que busca simplemente seguir jugando al frontón. Nuestro grupo y los regantes creo que preferimos que el ministerio colabore en hacer regadíos pronto y bien, con una buena financiación. Prefieren esto a no seguir jugando al frontón con los sectores expectantes de los regadíos de Monegros, de Bardenas, de la Franja de Aragón y Cataluña, de Cibán o de Alcañiz. No queremos seguir jugando con esos sectores expectantes al frontón en cada uno de nuestros sistemas de riego. Por eso, señor Urbieta, señores del Partido Popular, nuestro grupo no apoyará esta proposición no de ley.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alonso.
Concluido el debate, vamos a pasar a la votación.
Señoras y señores diputados, ¿votos a favor de la proposición no de ley? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Ha obtenido veintiocho votos a favor, treinta y tres en contra y cinco abstenciones.
Abrimos el turno de explicación de voto: señor Lacasa.
El señor diputado LACASA VIDAL [desde el escaño]: Muchas gracias, señor presidente.
Con extraordinaria brevedad, señorías, nuestra opinión es que con el Plan nacional de regadíos lo que hay que hacer es presentarlo y lo que hay que hacer es debatirlo conjuntamente con el Plan hidrológico nacional. No tiene sentido que hablemos de utilización del agua, y no hablemos de algo tan importante como es una de las principales utilizaciones del agua, que es la puesta en regadío. Luego dejemos de hablar de fantasmas y acudamos a la realidad. Presenten ustedes el Plan nacional de regadíos -es competencia del gobierno central-, discutámoslo, y entonces podremos hacer las alegaciones desde Aragón.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lacasa.
Chunta Aragonesista.
El señor diputado GONZÁLEZ BARBOD [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.
Nuestro grupo quiere que se valore en su justa medida nuestra abstención en la medida en que no cierra la puerta para que se debata este tema, que consideramos -como hemos dicho anteriormente- que creemos que sí que se debe producir.
En todo caso, en ese debate se tienen que introducir nuevos elementos. De la forma en que se ha planteado creemos que sería repetir debates estériles, que no llevarían a ningún sitio y que, desde luego, este nuevo debate no se debería plantear las coordenadas de generar necesidades ficticias, que creemos que es el principal lastre que está mermando cualquier avance en esta cuestión.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González.
Grupo del Partido Aragonés: señor Usón.
El señor diputado USÓN EZQUERRA [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.
Yo creo que han sido suficientes los razonamientos que hemos dado por los cuales hemos votado que no, pero hay algo que sí que me gustaría dejar clarito desde el punto de vista del Partido Aragonés. Nosotros estamos por la labor -se lo he dicho, señor Urbieta- de que sería necesario tener un debate en esta comunidad autónoma respecto al Plan nacional de regadíos. Pero sí nos gustaría que el Partido Popular asumiese el compromiso con anterioridad de que el Plan nacional de regadíos se debe de aprobar con anterioridad al Plan hidrológico nacional. Nos gustaría que ese compromiso político por parte del Partido Popular se pudiese valorar aquí. Y ésa es una de las exigencias que planteamos desde el punto de vista del Partido Aragonés.
En todo caso, se lo quiero dejar muy claro: si por una de las circunstancias no hubiese acuerdo, no se les olvide: en las zonas declaradas de interés general la financiación corresponde a ustedes, al gobierno central, al Partido Popular.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Usón.
Grupo Socialista: señor Alonso.
El señor diputado ALONSO LIZONDO [desde el escaño]: Simplemente, volver a ratificar y a agradecer a los grupos que han votado en el mismo sentido que el nuestro su apoyo a esta propuesta de dejar sobre la mesa, o no aprobar, la proposición no de ley del Partido Popular, y emplazarnos sobre todo en positivo, para sincronizar tiempos de desarrollo de regadíos, desarrollo de regulaciones, para que no creemos falsas expectativas en sectores que, efectivamente, no van a tener agua, si no adelantamos en otro sentido otras pautas de actuación.
Le repito, señor Urbieta: nuestro grupo intenta llegar a acuerdos en ese Plan nacional de regadíos, no cerrar puertas a sectores que ven un peligro por no tener regulaciones acompasadas con el desarrollo de los regadíos, y marca una mano tendida al gobierno central para que la cofinanciación, tanto europea como la aportación, sobre todo, en los planes nacionales de regadío, sea igual o superior a la que ha sido tradicionalmente en estos menesteres, dejando en los regadíos de interés local, en los regadíos de interés social, una puerta abierta a la aportación ya autonómica, diría.
En este sentido, nuestro grupo también apoya el que estas sociedades, si se crean para desarrollar nuevos regadíos, se hagan contando con el sentir del territorio, en primer lugar, con su representante legítimo, que es el Gobierno de Aragón. Por eso, las sociedades que desarrollen estos nuevos regadíos, o las modernizaciones consiguientes, que lo hagan no de espaldas e imponiendo criterios, sino que los lugares donde tienen que actuar sean consensuados.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alonso.
El Grupo Popular: el señor Urbieta.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Gracias, señor presidente.
Señorías.
Salgo a la tribuna, que no lo suelo hacer, porque creo que el tema merece la pena, porque es importante para nosotros.
Señores, señor Eiroa: lo siento mucho, de verdad. Mire usted cuál es la gran incongruencia de esta cámara. El agua es fundamental para Aragón, pero para lo que demanda más agua, que son los regadíos, ahí no nos ponemos de acuerdo. Ahí lo que me dicen -y desde luego no es una justificación- es que lo arreglemos el Partido Popular. Entonces, ¿aquí no puede haber unidad?, ¿aquí no podemos unir las fuerzas en defensa de los mayores intereses de Aragón, de lo más importante? Curioso, ¿verdad?
El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Urbieta.
Señorías, guarden silencio y ocupen sus escaños para que podamos oír al señor Urbieta.
Prosiga.
El señor diputado URBIETA GALÉ: Muchas gracias, señor presidente: se lo agradezco de verdad.
No están de acuerdo ahora con el Plan nacional de regadíos. Bueno, como ha salido en la prensa, y ya le traeré el Diario de Sesiones en que se dice que en las hectáreas está de acuerdo, pero que en lo que no estaba de acuerdo es en la financiación... Pues ya se lo diré. Hay un refrán que dice: a Dios rogando y con el mazo dando. Pues, si esto es prioritario en Aragón, ¿qué vamos a hacer?: ¿no podemos unirnos? ¿No podemos en esta cámara discutir los temas, hacer propuestas de resolución y unir los esfuerzos de todos para presionar y sacar el máximo posible del gobierno de la nación? Parece que no.
¿Que hay que pensar en modernización de regadíos? En el ochenta y nueve fuimos los primeros de todas las autonomías que pusimos en marcha las ayudas a los sindicatos de riego para modernizar regadíos; en eso no nos tienen que enseñar nada.
El Plan nacional de regadíos redactado por el señor Atienza... Señor Alonso, a usted no le han informado bien: lo sacó antes de las elecciones y sin haber recibido los informes técnicos que había encargado por orden de tres mil y pico millones de pesetas. Y lo reconocía en el mismo planteamiento. Y, además, señor Alonso, cosa en que ustedes ahora (el Partido Socialista) no participan: «Agricultura ve urgente los trasvases» (28 de octubre del noventa y cinco), y «plantea diez mil setecientas ochenta y tres nuevas hectáreas de regadío en Murcia». ¡En Murcia! Ahora, nada: cero hectáreas. Su gobierno, su partido. No sé qué me está diciendo.
Y luego se refiere a mis presupuestos, a los presupuestos de cuando yo era consejero. Mire: lo de modernización de regadíos iba en el capítulo VII. En el capítulo VI, en los presupuestos que llevaba el Gobierno de Aragón -señor Emilio Eiroa, presente y presidente en su momento; antes, don Hipólito Gómez de las Roces- para el capítulo de inversiones en todo, de todo, del Gobierno de Aragón, del 14% al diecisiete y pico por cien lo llevaba Agricultura para inversión en regadíos. ¿Saben lo que llevan ustedes? Mire: el año pasado, el 4,4%, y este año, el 4,2%, para regadíos y concentración parcelaria. [El señor diputado Alonso Lizondo y el señor consejero de Agricultura Arguilé Laguarta, desde sus escaños y sin micrófono, se manifiestan en los siguientes términos: «La PAC, la PAC».] (No; estoy hablando de capítulo VI, de inversiones, señor Larraz, ¡por favor! [risas]). Y de la dirección general de Estructuras Agrarias... La PAC es una ayuda más.
Ya he dicho antes que este departamento, que era inversor, ahora se dedica a gestionar ayudas, casi exclusivamente. Se ha transformado, se ha degradado, según mi forma de pensar.
Señores, una cosa es zona de interés general, que verdaderamente existe (y, si no, sectores XV y XVI, y sector XXXIV del Cinca), que la paga el gobierno de la nación por una enmienda a los presupuestos hecha por el señor Santiago Lanzuela a los presupuestos del año pasado... Y lo paga cuando lo tenía que pagar el Gobierno de Aragón. Pero ¿por qué los paga? Porque el Gobierno de Aragón, después de aprobada una proposición no de ley para esos sectores, aquí, en esta cámara, no lo respetó, y lo que hizo fue negar, votar en contra de las enmiendas para mandar recursos a esos sectores. Y tuvimos que recurrir al gobierno central, porque, claro, si ustedes no llevan dinero, ¿cómo van a transformar? Eso ya es hacer milagros.
Y no se me quejen, como se quejan normalmente, de la financiación, porque antes teníamos menos presupuesto y llevábamos más dinero para regadíos.
Muchas gracias, señor presidente. [Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Urbieta.
Se suspende la sesión [a las quince horas], que se reanudará a las cinco en punto de la tarde.