Intervinienen: Barrena Salces, Adolfo - Bernal Bernal, Chesús - Herrero Herrero, María - Alcalde Sánchez, Gustavo - Tomás Navarro, Carlos María
El señor PRESIDENTE: Debate y votación de la proposición no de ley 108/10, de solidaridad y apoyo al juez Baltasar Garzón, que presenta Izquierda Unida y va a defender el señor Barrena a continuación.
Proposición no de ley núm. 108/10, de solidaridad y apoyo al juez Baltasar Garzón.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Señorías, yo creo que todos y todas somos conscientes de que, en estos momentos, lo que acontece en torno al expediente abierto al juez Garzón está provocando una continua marea, si me permiten la expresión, en dos direcciones: unas, de apoyo, otras de apoyo a lo que se está pretendiendo hacer. Trasciende nuestra frontera, porque les puedo asegurar que, a nivel internacional, el tema es lo suficientemente comentado, y todo ello viene en relación con la actuación del Tribunal Supremo con motivo de las acusaciones por prevaricación contra el juez Baltasar Garzón.
Yo voy a dejar al margen las consideraciones y valoraciones que me merecen las actuaciones del juez en su dilatada trayectoria y en su dilatada experiencia, pero sí que me centro, y es el objetivo de esta iniciativa, en el cómo de la forma y en por qué se abre un expediente de suspensión en base, fundamentalmente, a dos cuestiones que son las que el Tribunal Supremo admite a trámite: una de ellas es una querella criminal interpuesta contra el señor Garzón por su actuación judicial para intentar investigar los crímenes imprescriptibles, porque son de lesa humanidad, del franquismo, y otra que está dirigida a intentar dejar sin valor las pruebas obtenidas en la investigación del caso Gürtel.
En el caso primero, en el de la querella criminal que interponen contra el juez dos organizaciones neofranquistas y, por lo tanto, herederas del franquismo, nos parece insólito que el Tribunal Supremo, ignorando las normas internacionales que declaran que estos delitos de atentado contra la humanidad, de persecuciones, de asesinatos, de torturas, de desapariciones, se apoye en una ley, la Ley de Amnistía, que, como muy bien saben sus señorías, es del año setenta y siete y, por lo tanto, es una ley preconstitucional. En ese sentido, se produce que, al final, los acusados sientan en el banquillo al acusador.
Y a partir de ahí, nosotros creemos que lo que se está produciendo es un ataque a las víctimas del franquismo, en primer lugar, pero también es un ataque a sus familias, también es un ataque a la memoria democrática de nuestro país, y nos parece que pretende tener un componente ejemplarizante para intimidar a otros jueces o a otras asociaciones que quieran sentar en el banquillo a quienes fueron responsables de miles y miles de asesinatos y desapariciones. Y lo que ya nos parece el colmo en este caso es que no se deje participar en el proceso a las asociaciones de víctimas del franquismo que han pedido participar. Y en ese contexto, la verdad es que creemos y pensamos que, a partir de ahí, lo que se está haciendo es una tremenda y profunda equivocación que creemos que se está todavía a punto y a tiempo de solucionar. Y en ese sentido va la iniciativa que estoy defendiendo en nombre de Izquierda Unida.
En el segundo caso, a nosotros nos parece que, habiendo, como son evidentes, unas pruebas, invocar la cuestión que se está invocando para, a partir de ahí, inhabilitar el procedimiento y, de paso, al juez, está excediendo, está sobrepasando una línea roja que nunca, en un Estado democrático, se debería de trasladar. Porque, además, creemos que todo esto forma parte de una campaña clara que están llevando a cabo sectores neofranquistas pero también sectores de la extrema derecha, y, por lo tanto, creemos que es inadmisible en democracia este tipo de comportamientos. A partir de ahí, considerando que al final es la Justicia la que tiene que intervenir, sí pensamos que se puede hacer una petición, que es lo que trasladamos a sus señorías, en tres direcciones.
La primera es expresar solidaridad y apoyo ante esta campaña a la que está siendo sometido el juez. Solicitar al Consejo General del Poder Judicial que actúe con absoluta imparcialidad, solicitar imparcialidad, y que, por lo tanto, no tome decisiones de suspensión de funciones porque conllevarían suspender resoluciones y actuaciones judiciales iniciadas.
Después, exigir, porque nos parece de derecho y de justicia, que las víctimas del franquismo, las asociaciones que instaron la iniciación del procedimiento judicial abierto por el juez Garzón, que al final es el que se utiliza para sentarle en el banquillo, puedan ser parte en el procedimiento judicial abierto puesto que, en definitiva, si el juez abre una actuación, es a instancia de estas asociaciones, que ahora no pueden participar, y también, señorías, en función de una cuestión que la ley de la memoria histórica deja sin resolver.
Y el tercer elemento es solicitar, como no puede ser de otra manera, las medidas necesarias para que los procedimientos investigados hasta el momento por el juez Garzón continúen y amplíen el ámbito de investigación, con objeto de esclarecer las responsabilidades penales a que hubiera lugar. En este caso, me estoy refiriendo a las actuaciones del juez Garzón con relación a la trama Gürtel.
Esos son los tres puntos de la iniciativa, que son los que he defendido en nombre de Izquierda Unida y que son los que someto a la consideración de sus señorías.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
Señor Bernal, intervendrá a continuación en nombre de su grupo, Chunta Aragonesista.
El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.
Señor Barrena, comenzaré por decirle que contará con el apoyo de Chunta Aragonesista por el fondo de la cuestión, y le diré por qué: porque, para nosotros… Quiero decir, podríamos haberle hecho enmiendas al título, a varias cosas de la proposición no de ley, pero al final preferimos que no y le digo por qué: porque mi grupo parlamentario se niega a hacer personalismo en relación con iniciativas parlamentarias de este cariz. Quiero decir que, en torno al juez Garzón, no vamos a entrar, ni en hacerle héroe ni en hacerle villano. Lo digo porque los hay en la vida pública española que unas veces lo han hecho héroe y, a la semana siguiente, lo han hecho villano, o que han comido con él y cenado y más cosas, y luego, al día siguiente o al mes siguiente, ya es un villano. Nosotros nos negamos a hacer del juez Garzón el centro del debate político sobre esta cuestión.
Dicho eso, ¿por qué nosotros vamos a apoyar esta iniciativa? Lo digo para dejarlo muy claro: porque, para nosotros, el fondo de la cuestión, desde luego, no es el juez Garzón, ni mucho menos; para nosotros, el fondo de esta cuestión son las víctimas del franquismo, sus familias y, más todavía –y en eso estamos totalmente de acuerdo con usted, señor Barrena–, la sociedad democrática española y la propia democracia española. Y por eso es por lo que nosotros vamos a apoyar esta iniciativa.
Nosotros, desde luego, estamos indignados, en Chunta Aragonesista estamos indignados y rechazamos los procedimientos que se están planteando en relación con una cuestión, pero no queremos que las ramas nos impidan ver el bosque. ¿Cuál es el fondo de la cuestión? El fondo de la cuestión es si se puede o no se puede investigar y juzgar los crímenes contra la humanidad protagonizados por el franquismo, esa es la cuestión, y eso es lo que promueve que Chunta Aragonesista se indigne ante lo que estamos conociendo.
Estamos ante unos crímenes, usted también lo ha dicho, de lesa humanidad, ejecutados, llevados a cabo durante la guerra y durante la dictadura franquista, y el impedir que se investiguen esos crímenes contra la humanidad afecta, desde luego, a la dignidad de las víctimas, a la dignidad de los familiares y, como he dicho antes, a la dignidad de la propia sociedad democrática española actual.
Desde luego, nosotros entendemos que se está atacando a las víctimas del franquismo, a las familias y a la memoria, a la memoria democrática española. Porque lo que se está pretendiendo es dejar un territorio, por así decir, ininvestigable, dejar un territorio imperseguible, decir «aquí no pueden entrar los mecanismos democráticos», y eso, desde luego, desde nuestro punto de vista, aparte de que hace un flaco favor a la propia configuración, a la propia estructura y a la propia esencia de una sociedad democrática que pueda ir con la cabeza bien alta, aparte de eso, es que lo consideramos incompatible con la proclamación de la Constitución de que España es un Estado social y democrático de Derecho. Si se atenta contra la memoria, intentar tapar u ocultar la memoria es otro tanto como atentar contra la propia esencia y la propia raíz de una sociedad democrática y del Estado que de ella deriva.
Por contra, nosotros somos partidarios precisamente de reparar la memoria, somos partidarios de dignificar a las víctimas y todo lo que ello ha conllevado. Nosotros creemos –y es la hora de recalcarlo y de resaltarlo en este Parlamento y en todas las tribunas y en todas las calles– que las normas internacionales de Derechos Humanos –y alguien tendrá que decirlo, y usted lo ha dicho y nosotros lo suscribimos también– establecen que el crimen de desaparición forzada no prescribe, no prescribe, usted lo ha dicho, es imprescriptible, y alguien está pretendiendo dar a entender que sí que prescriben, que los crímenes del franquismo ya han prescrito: pues no han prescrito.
Pero es que, además de que lo digamos nosotros, como digo, lo dicen las normas internacionales de derechos humanos, lo dicen y, además añaden que entorpecer la investigación de esos crímenes constituye de hecho un delito. Es decir, no está cometiendo delito quien investiga; el delito, de acuerdo con las normas internacionales, lo cometen quienes impiden la investigación. Bien claro dejan que las leyes de punto final están explícitamente prohibidas, según el Derecho internacional, y hemos conocido sobradamente ejemplos, no en el ámbito español, pero sí en el ámbito internacional, al respecto. Ahora vamos a ver lo que pasa con la cuestión.
Nosotros entendemos que, lejos de cometer un delito, lo que se está haciendo es ejercer un derecho, ejercer un derecho para las víctimas, ejercer un derecho para las familias, lo reitero otra vez, y ejercer un derecho para una sociedad sana y saludable desde el punto de vista democrático. Nosotros creemos que el reconocimiento judicial de esos crímenes es un derecho, y digo bien, digo «crímenes» y digo «crímenes contra la humanidad», como he dicho, porque así es como los califica, como he dicho, el Derecho internacional sobre derechos humanos. Nosotros defendimos cuando se tramitó la ley de memoria histórica una posición política muy clara: nosotros éramos partidarios, y seguimos siendo, de que se anularan todas las sentencias represivas dictadas por los tribunales –desde nuestro punto de vista, tribunales no democráticos– de aquel régimen y reparar los daños a las víctimas.
Vamos a apoyar su iniciativa, señor Barrena, porque, además, como demócratas, en estos momentos manifestamos nuestro temor y nuestra preocupación por el hecho de que todavía sean explícitas o implícitas, pero ahora ya, en esta cuestión, explícitas, las cargas pesadas que la democracia española parece que tiene que soportar, los lastres que desde el inicio de la transición se mantienen en relación con esta cuestión. Por eso, nosotros entendemos que, en realidad, estos acontecimientos y este proceso que estamos viviendo en las últimas semanas es un reflejo de determinados lastres que debieran desaparecer y que todavía soporta o bien la costumbre, o bien la inercia, o bien determinados procedimientos del sistema democrático español.
Frente a eso, nosotros queremos que, de forma explícita, se condenen cuantos crímenes perpetró y cuantos crímenes ejecutó y llevó a cabo el franquismo. Por eso, desde luego, más allá de que sea el juez Garzón, o el juez equis o hache o i quien lo lleve a cabo, nosotros, por coherencia con nuestra posición en relación con los crímenes del franquismo, por coherencia con las víctimas, por coherencia con sus familias, y por el carácter saludable y sano que queremos para la democracia española y para la sociedad moderna del siglo XXI, que ha heredado esos crímenes –que ha heredado esos crímenes, y lo digo bien–, creemos que es de justicia precisamente lavar ese capítulo y no borrar la historia y poder ir con la cabeza bien alta en las siguientes generaciones.
Por lo tanto, votaremos a favor.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Grupo Parlamentario Popular.
Perdón, Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, perdón. Señora Herrero –perdón, la costumbre de verla a la derecha en la Mesa–, tiene la palabra.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Señorías. Señor Barrena.
Más allá de opiniones o valoraciones personales o políticas que pudiéramos hacer al respecto, lo que no podemos como institución, como Cortes de Aragón, es afirmar lo que usted pretende afirmar en esta moción, me parece un total disparate de planteamiento. Primero, y como premisa, que quede clara nuestra postura, la postura del Partido Aragonés, proclive, por supuesto, a que los familiares de las víctimas de la guerra y del franquismo, tal como dice la legislación vigente, vean restituida su memoria y protegidos sus derechos, reconocidas sus víctimas y dignificadas.
Dicho esto, quiero poner también aquí encima de la mesa, en esta tribuna, que la transición en España se hizo bien; a nuestro juicio, la transición en España se hizo bien. Y no me gustaría que utilizáramos ahora la memoria de las víctimas para reabrir una fractura social y política irreconciliable, a modo de estas dos Españas que parece que nunca mueren y que algunos se encargan de alimentar. España es mucho más que esas dos Españas y somos muchas las personas que no entramos en ninguna de las dos.
Otra cuestión en cuanto al planteamiento que hace en los tres puntos, señor Barrena. Un ejemplo, esta mañana hemos estado aquí debatiendo de un caso como es el de La Muela. Más allá de las opiniones vertidas y de algunas afirmaciones que diría yo que rozan las acusaciones, a nadie, a ningún grupo se le ha ocurrido decirle nada al juez Lajusticia, a nadie, a nadie se le ha ocurrido ni decirle que agilice nada, ni que sea imparcial, ni que resuelva de modo alguno. Todo el mundo ha sido escrupulosamente cuidadoso con el respeto a los procedimientos judiciales. Siempre desde este grupo hemos tenido mucho cuidado en respetar al Poder Judicial y de no mezclar poderes. Nuestro sistema se basa en eso, en el respeto a la separación de poderes, y no hace falta más que leerse el título sexto de la Constitución, relativo al Poder Judicial.
¿Por qué en este caso sí?, que es lo que está haciendo, lo que pretende hacer, señor Barrena, con esta moción. ¿Por qué en este caso sí? ¿Por qué en esta ocasión pretende saltarse todas las normas y decir lo que dice? ¿Por qué? ¿En defensa de que es equis o i persona? ¿Por la razón por la que se inicia el procedimiento judicial? ¿O por quién se inicia? ¿Por lo mediático del asunto? ¿O por esas dos Españas que quieren alimentar? Porque las reglas del juego son las mismas reglas para todos, y seguimos con preocupación este tema.
No voy a decir lo que personal ni políticamente puedo pensar ni sobre Garzón, ni sobre las investigaciones que ha llevado a lo largo de su trayectoria, o sobre los casos que ha resuelto, ni a favor, ni en contra, son conocidos y su trayectoria es sobradamente sabida y reconocida. Y que conste que esperamos que el juez Garzón, como cualquier otro acusado, pueda defenderse y demostrar su inocencia.
Lo único que pretendo decir es que es un gran desatino este planteamiento: pretender que las Cortes hagan estas afirmaciones, pretender que el Gobierno de Aragón..., que el Gobierno central, perdón, por instancia del Gobierno de Aragón, y a través de las Cortes, solicite nada más y nada menos que al Consejo General del Poder Judicial que actúe con absoluta imparcialidad, ¡ahí es nada!, que exija que las víctimas puedan ser parte en el procedimiento judicial abierto y que solicite que los procedimientos investigados hasta el momento por el juez Garzón continúen y amplíen el ámbito de investigación: un total despropósito y desatino, con todos mis respetos, señor Barrena.
Respeto a las instituciones, al sistema democrático y a nuestro modelo de Estado, y al Poder Judicial. No se puede pedir al Gobierno ni a estas Cortes que desconozcan la autonomía del Poder Judicial, que es lo que se nos está pidiendo, no se nos puede pedir que hagamos un juicio paralelo de algo que está sub iúdice. No se puede cuestionar la separación de poderes y la independencia del Tribunal Supremo, no se puede cuestionar. Y no se puede, señorías, respetar a los tribunales solo cuando nos conviene, hay que respetarlos siempre. Había un eslogan de una campaña sobre los malos tratos y decía: «No me digas que me quieres: quiéreme». Pues en esto es algo parecido: no me digas que me respetas, y respétame. Y, por tanto, el respeto es una actitud y no es solamente una declaración de intenciones: respetemos el Poder Judicial.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.
Ahora sí, es el turno del Grupo Parlamentario Popular. El señor Alcalde tiene la palabra.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
Quiero, como primer comentario, decir al señor Barrena que no voy a participar, mi grupo no va a participar en lo que pretende él aquí hoy, que es convertir este hemiciclo, este Parlamento, en un circo, en un circo en el que se represente un auto de fe inquisitorial sobre algo que ocurrió hace setenta años. No lo va a conseguir, no vamos a entrar. Vamos a entrar en las formas de una iniciativa que, como ha dicho la persona que me ha antecedido en el uso de la palabra, por ser muy suave, por ser muy moderado, diré que es una iniciativa absolutamente kafkiana, fuera de lugar en este hemiciclo.
Mire, esta mañana –no lo he escuchado yo, pero me lo han dicho mis compañeros–, usted ha reiterado, ha hablado en distintas iniciativas suyas de la creación de empleo y de que esta Cámara tenía que estar hablando de la creación de empleo. Dígame cuántos puestos de trabajo va a crear esta iniciativa, señor Barrena, cuántos, por favor [rumores], cuántos puestos de trabajo va a crear. Decía el señor Suárez hace un momento de «con la que está cayendo»; pues, efectivamente, con la que está cayendo, con esta crisis acongojante que tenemos en nuestro país, usted viene aquí haciendo, y permítame la expresión, de abrelatas, de abrelatas del Gobierno de la nación. Lo que no se atreve a hacer el Gobierno de la nación, o sí que lo hacen algunos de sus diputados o sus cargos, dicen que a título personal, viene usted aquí a hacerles la labor institucional, a esta Cámara.
Mire, una cosa es opinar –yo respetaré, por supuesto, la libertad de expresión de cada uno– y otra, traer al legislativo, repito, traer al legislativo una iniciativa como esta, que atenta directamente contra la división de poderes, sí, esa que mató el señor Guerra cuando enterró a Montesquieu, pero que, de facto, perdón, de iure, está todavía viva en nuestra Constitución: la división de poderes. Señor Barrena, usted atenta directamente en esta iniciativa contra esa división de poderes. No conozco ningún antecedente parlamentario, ni en el Congreso de los Diputados, salvo alguno que han planteado en esta dirección ustedes, que atente tan directamente contra la división de poderes y se inmiscuya en lo que son las decisiones de los tribunales de justicia.
El hilo conductor de su proposición no de ley, señor Barrena, es la falta de respeto, se lo digo suavemente: la falta de respeto. La falta de respeto, en primer lugar, a la Constitución, esa que citaba usted antes hablando de la aconfesionalidad; la falta de respeto a las instituciones que emanan de esa Constitución: al Tribunal Supremo, máximo órgano jurisdiccional, al Consejo Orgánico del Poder Judicial, máximo órgano de Gobierno de los jueces, y también, implícitamente, a esta Cámara, al Parlamento aragonés, al que utiliza usted espúriamente para traer aquí un debate fuera de lugar, también demuestra usted falta de respeto a esta Cámara, señor Barrena. Cuestionan estas instituciones (el Tribunal Supremo, el Consejo Orgánico del Poder Judicial…), las cuestionan desde la primera hasta la última palabra de su iniciativa, y, además, las presionan, algo absolutamente ilegítimo e ilegal en la propia Constitución, puesto que ustedes están presionando a un tribunal para condicionar sus decisiones, para condicionar lo que tiene que hacer, que no es otra cosa que ajustarse a derecho, ajustarse a las leyes.
Usted falta al respeto en esta iniciativa a la independencia judicial, en la que no cree, usted no cree en la independencia judicial, para nada, solo cree cuando le interesa. Cuando le interesa, sí, pero no cree en la independencia judicial porque, si no, nunca hubiera planteado esta iniciativa.
Mire, la independencia judicial no es absoluta, la independencia judicial tiene siempre una dependencia, solo una: la dependencia a la ley. La independencia depende de la ley porque, si no, no hay independencia; si no, hay arbitrariedad. Y lo que plantean ustedes aquí es, desde luego, una falta de respeto a ese artículo decimocuarto de la Constitución, que dice que todos los españoles son iguales ante la ley. Porque usted plantea en esta iniciativa dos varas de medir, «vamos a medir a los ciudadanos, a cualquiera, incluso a los jueces, en función de nuestros intereses ideológicos» [aplausos], que es lo que usted está trayendo a esta Cámara, señor Barrena.
Aquí nadie tiene bula; en este país, nadie tiene bula, ni siquiera el presidente del Gobierno, ni los ministros, ni tampoco los jueces. No es el primero, no es el primero al que han juzgado y al que ha expulsado de la carrera judicial el Tribunal Supremo. Me acuerdo de un caso, el del juez Gómez de Liaño. Nadie tiene que alarmarse ni romperse las vestiduras porque en España se juzgue a un juez, porque, mire, un juez podrá tener todos los antecedentes buenos, benéficos y oportunos en su gestión y en su labor jurisdiccional, pero eso no le exime de que, cuando incumpla la ley, presuntamente, si es que lo deciden en su momento esos tribunales, ese juez tenga unas responsabilidades y tenga, como consecuencia de ello, que acatar unas decisiones.
Y usted ha traído aquí una iniciativa ad persónam porque le interesa el fondo de la cuestión y porque usted quiere que haya un tratamiento individualizado, particular y en la línea que a usted le da la gana, o a su partido le da la gana, a favor de una determinada persona.
Mire, esta iniciativa, siento decirlo, es lamentable, desde la exposición de motivos hasta su parte dispositiva. Voy a ir por puntos.
Primer punto, el punto primero pide directamente, le está pidiendo directamente al Consejo General del Poder Judicial que incumpla flagrantemente los artículos 383, 384 y 385 de la ley orgánica que lo rige, que le obligan a que, cuando le sea comunicado, desde el juez o el tribunal correspondiente, que a un juez se le ha abierto un procedimiento, tiene de manera inexorable que suspenderlo cautelarmente. Y usted le está diciendo al Consejo Orgánico del Poder Judicial, a sus veinte miembros, que no lo hagan, que prevariquen, usted les está pidiendo que prevariquen a los miembros del Consejo Orgánico del Poder Judicial. Esto es absolutamente increíble en un Estado de derecho, en un Estado democrático, ese Estado democrático con el que a usted se le llena la boca en unas cosas, pero no para cumplir algo tan elemental como son las leyes, que es la clave de un Estado democrático.
En segundo lugar, señor Barrena, usted dice, deformando la realidad… [Pausa.]
El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor, señor diputado.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Perdón, sí, sí, acabo, estaba mirando…
Usted dice que permita personarse –si no recuerdo mal, el punto tres– a las víctimas de la represión durante la guerra civil. Pero, mire, es que usted no es consciente de lo que ha dicho el propio ministro de Justicia, es que no es consciente, y usted… ¡claro que es consciente!, lo que pasa es que lo deforma. El propio ministro de Justicia, que no es dudoso de estar de mi lado, pero que, evidentemente, como ministro de Justicia, no puede decir otra cosa, dice: a Garzón no se le cuestiona por investigar crímenes del franquismo, sino por presunta prevaricación. Por presunta prevaricación. No puede usted dar parte a una «parte», entre comillas, que está ilegitimada para participar en esta cuestión, porque aquí no estamos hablando del fondo de la cuestión, estamos hablando de la forma. Aunque a usted le parezca imposible, señor Barrena, los jueces también tienen que cumplir la ley, los jueces también tienen que cumplirla.
Y mire, en el punto tercero, usted pretende que estas Cortes –lo ha dicho la persona que me ha antecedido en el uso de la palabra– digan al tribunal competente –que no es el de Garzón, por supuesto– que cumpla con su obligación. Supongo que una petición tan obvia esconde algo por ahí detrás. ¿Sabe usted lo que esconde eso? Pues le dice a ese tribunal que no deje a un lado cuestiones que se han podido obtener espúriamente, escuchas que se han podido obtener de una forma ilegal, y que las tenga en cuenta. Pero, ¡hombre, por Dios!, deje usted a los tribunales que actúen. ¿Por qué no deja usted a los tribunales que actúen en este caso como en cualquier otro caso? ¿Por qué no somos desde esta Cámara respetuosos con las decisiones de los tribunales? Luego las podremos compartir, nos podrán gustar o no nos podrán gustar, podremos hasta criticarlas, claro que sí –yo creo en la libertad de expresión–, pero respetemos la decisión de los tribunales, especialmente cuando es un tribunal tan significado, cualquiera, pero, particularmente, el Tribunal Supremo.
Ya acabo, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Debe concluir, por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Ya acabo, ya, señor presidente.
Mire, si quiere usted organizar circos, está en su derecho, estamos en una democracia, pero, por favor, no los organice en esta Cámara. Llame usted, invite a ese circo al señor Jiménez Villarejo, al sindicato de la ceja, al que crea usted oportuno, pero organícelos ahí afuera, no implique a este Parlamento en sus cuestiones personales.
Nada más y muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Tomás.
El señor diputado TOMÁS NAVARRO: Gracias, señor presidente.
Señor Barrena, más allá de los argumentos que ha expuesto, y con los que podemos estar más o menos de acuerdo, creo que debemos tener la serenidad suficiente para hacer un riguroso examen de la situación para adoptar la postura más coherente y, así, no caer en las provocaciones de algunos sectores ultraconservadores que, a nuestro juicio, tienen pocas posibilidades de éxito. ¿O es que las intenciones y los métodos de estos elementos ultraconservadores nos sorprenden? ¡Porque no sorprenden a nadie!, porque esta es la actitud propia de estos grupos que, a lo largo de la historia, han ido buscando la provocación y el enfrentamiento. Y frente a eso, no podemos fomentar el desquiciamiento de los partidos políticos ni por la derecha, ni por la izquierda, porque eso encierra indudable riesgos.
Para la ultraderecha, cuestionar hasta tal punto de interponer una querella criminal al trabajo y a las investigaciones del juez Garzón, que no tenían otro objetivo sino el de ayudar a paliar la inquietud de los familiares de las víctimas del franquismo, va más allá de la tentación, es una cuestión y es una ocasión para la venganza, y eso es algo que radica en la propia esencia antidemocrática de esos grupos ultraconservadores. Pero, sin embargo, ¿saben lo que importa, señorías? Que han tenido que utilizar todos los resortes que ha puesto a disposición el propio sistema, que no han tenido otro remedio que utilizar el sistema, en el que no creen, y eso es lo verdaderamente importante, que no pueden sustituir el sistema, eso es lo verdaderamente importante.
Yo entiendo que iniciativas como las que hoy estamos debatiendo en estas Cortes, junto a otras que ya se han debatido y se seguirán debatiendo en otros parlamentos o en otras instituciones, pueden servir para despertar la conciencia ciudadana, pero también nos preocupa que surtan el efecto contrario y que puedan provocar el temor y la desconfianza en nuestro sistema. Los grupos políticos no vivimos suspendidos en el vacío, tenemos sentido de la responsabilidad y sabemos también la fuerza que representa un sistema democrático como el que disfrutamos desde hace más de treinta años.
Actualmente, todo el mundo es consciente de que atravesamos un período constituyente que es el que consagra las libertades públicas y hace posible que los partidos políticos podamos coexistir, vuelvo a repetir, podamos coexistir. Y para evitar que cualquier sensación de vértigo se apodere de nuestra sociedad cuando ocurren hechos como el que nos ocupa, nos tenemos que comprometer, todos nos tenemos que comprometer a respetar las reglas del juego tal y como hemos estado practicando desde la transición. Hasta el momento, dejando bien claro cuáles van a ser las cosas intocables, y una de esas cuestiones que son intocables, una de esas cosas que son intocables, es la separación de poderes.
Y es por ello, señor Barrena, por lo que no podemos apoyar una iniciativa que, de la forma que usted nos pide, refleja dos características: la primera es la impotencia de quienes puede dar la impresión han agotado ya todos los recursos, y la segunda es una actitud de desconfianza hacia nuestro propio sistema judicial.
El deseo –no tengan ninguna duda de que nosotros lo tenemos– que nosotros tenemos de que se resuelvan favorablemente las acusaciones contra el juez Garzón no puede pesar más que el respeto y la confianza en nuestro sistema legal y judicial. Sería un desastre que los ciudadanos puedan tener la impresión de que el Poder Judicial ha cubierto las apariencias para terminar burlándose del espíritu de la ley, y el Tribunal Supremo no es algo neutro, sino que se mueve sólo en una dirección.
Somos conscientes de que algunos están mirando este proceso con rencor, otros lo están mirando con desconfianza, y otros, con temor, y de que las interpretaciones sobre el mismo revelan que, según desde donde se mire, las conclusiones son diferentes. Unos pueden pensar que, con la admisión a trámite de la querella contra el juez Garzón, el Tribunal Supremo acaba de colocar grilletes en la independencia del Poder Judicial, y otros seguimos creyendo que los filtros de la legalidad siguen estando limpios.
Señorías, nos encontramos en un escenario donde la legalidad ha sido lo suficientemente amplia desde la transición hasta nuestros días en nuestro país como para permitir la convivencia de puntos de vista antagónicos. Y en ese escenario, los partidos políticos debemos actuar como vasos comunicantes, siendo conscientes de que existen excepciones a esa permeabilidad y de que algunos no conciben sus actuaciones y objetivos más que en función de la victoria definitiva o de la derrota definitiva.
Nuestro planteamiento debe ir más allá que el de la convicción de que las leyes que mueven la historia son inevitables, fijas, y, en consecuencia, de que las situaciones no hacen más que repetirse. Porque la historia no tiene metas, la historia no tiene metas fijas pero sí tiene rumbo, y, aunque siempre hay fuerzas que actúan con la mentalidad de que la historia se puede detener y de que tratan de frenar los cambios, el tiempo, el propio tiempo ejerce una función corrosiva sobre el pasado y puede acabar truncando las aparentes victorias en posteriores frustraciones para aquellos que se han venido especializando sobre todo en ver siempre la paja en el ojo ajeno y jamás en el propio.
Los éxitos coyunturales no son piedras inamovibles y, por ello, por lo que respecta al futuro del juez Garzón y a su compromiso de lucha en favor de los derechos humanos y a la puesta en valor de sus actuaciones judiciales respecto a la instrucción de otros posibles delitos y de otros graves delitos, los diputados y las diputadas del Grupo Parlamentario Socialista no coincidimos con una visión fatalista del futuro, se lo digo con convicción, lo digo con convicción en nombre de nuestro grupo parlamentario, del mismo modo que no creo que ningún demócrata, que no creemos que ningún demócrata se alegre del procesamiento del juez Garzón solo por el hecho de hacer su trabajo investigando crímenes del franquismo o encausando a presuntos políticos corruptos.
No adelantemos, pues, suposiciones, no adelantemos pronósticos, dejemos que los jueces hagan adecuadamente su trabajo y confiemos una vez más en nuestro sistema.
Nada más. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Votamos la proposición no de ley 108/10. Comienza la votación. Finaliza la votación. [Rumores.] Cuatro votos a favor...
Un momento, por favor, señor diputado, un momento, estamos en votación.
¿Qué sucede, señorías? ¿Por qué ese abucheo? ¿Qué sucede? [Rumores.] Quizá estaba mirando el resultado y no me he enterado de las circunstancias, pero he oído un abucheo, no sé por qué. [Rumores.]
Voy a repetir el resultado de la votación: cuatro votos a favor, veintiocho en contra y veintinueve abstenciones. Queda, en consecuencia, rechazada la iniciativa.
¿Explicación de voto?
Señor Barrena, tiene la palabra.
El señor diputado BARRENA SALCES [desde el escaño]: Gracias, señor presidente.
Empezaré por agradecer el voto a favor de Chunta Aragonesista. Coincidimos claramente en que el tema era una cuestión de la democracia y aparece el nombre del juez Garzón porque, evidentemente, es en torno a él, pero, vamos, ya expliqué que independientemente de las actuaciones y de su experiencia profesional.
Han salido luego tres cuestiones que me llevan a explicar todavía más favorablemente el voto a favor que ha hecho Izquierda Unida porque, además de ser una iniciativa nuestra, evidentemente, era una iniciativa que compartimos con mucha gente, con juristas profesionales de reconocido prestigio de nivel nacional e internacional, que estoy seguro, señor Alcalde, que entienden y comprenden mucho mejor que usted y que yo cómo y por qué se han planteado estas cosas y entienden que se pueden plantear iniciativas de este tipo.
Ha pretendido usted darme lecciones de democracia. Bueno, el Partido Popular, a Izquierda Unida, ni una, ni una, señor Alcalde, ni una, ni una.
Usted ha pretendido decir algo como que no me gustaba una actuación judicial en el caso del señor Garzón. Mire cómo les han gustado a ustedes otras que han supuesto que salían a la calle algunas personas por motivos humanitarios cumpliendo la ley, mire a ver cómo les han sentado y lo que han dicho, lo que han opinado y lo que han hecho.
Claro, ¿por qué en este caso concreto traigo a esta Cámara una iniciativa de este tipo? Porque es la primera vez que se sienta en el banquillo, en treinta y dos años de democracia, a un perseguidor de los crímenes fascistas del franquismo, la primera. Y, claro, eso es muy grave porque cuestiona la democracia, y, cuestionando la democracia, se cuestionan hasta los puestos de trabajo, señor Alcalde, porque, evidentemente, trabajadores y trabajadoras tienen más posibilidades de desarrollo, de futuro, de derechos, de servicios públicos con la democracia. Y porque, además está ocurriendo aquí una cosa increíble desde nuestro punto de vista, evidentemente: que, más allá de que sea un abrelatas, un sacacorchos, o de que aquí haya leones, como si esto fuera un circo, tenemos derecho a opinar como consideremos, le guste al Partido Popular o no. Y porque es la primera vez que vemos un caso en el que, hasta ahora, nadie ha demostrado la culpabilidad del acusado, nadie, nadie.
Y, claro, lo que usted intencionadamente confunde en mi iniciativa, que dice que vulnero la independencia del Poder Judicial cuando, en el punto dos –que, por cierto, no ha encontrado usted para leer, ya se lo digo yo–, donde interviene mi iniciativa no es en el Poder Judicial, es en la Fiscalía General del Estado, que, como usted muy bien sabe, supongo, es el señor Conde Pumpido, que lo pone el Gobierno…
Y ¿por qué digo yo al Gobierno que permita que intervengan las asociaciones de víctimas del franquismo? Porque es un informe del señor Conde Pumpido, de la Fiscalía General del Estado, no del Poder Judicial, el que dice que no tienen nada que decir en este caso. Por lo tanto, claro que al Gobierno, legítimamente, le puedo exigir; a los demás, como respeto al Poder Judicial, les solicito, suave y educadamente, aunque usted no lo comprenda.
Y una última cuestión, señora Herrero.
El señor PRESIDENTE: Con brevedad, por favor. Debe concluir, señor Barrena.
El señor diputado BARRENA SALCES [desde el escaño]: Sí.
Las dos Españas que usted dice, desde luego, las agitan bastante más desde la ultraderecha que desde la izquierda, que lo único que busca es resolver de una vez por todas una transición que es verdad que se hizo, pero no se hizo bien, como usted dice: tiene una deuda pendiente y, cuando se resuelva, sí que se habrá hecho bien. Y eso es lo que, desde la izquierda, la gente que todavía tiene familiares, acusados de bandoleros, de vagos, de homosexuales, de ladrones…, que simplemente fueron demócratas, todavía tiene como deuda sin resolver. Y eso es lo que, por derecho, por convicción democrática, estamos intentando defender.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: ¿Más turnos de explicación de voto? ¿Hasta el Partido Popular no?
Señor Alcalde, ¿usted también tiene problemas de altura con el micro? ¿Sí?
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.
En primer lugar, quiero aclararle que los rumores que se han producido con la votación no iban en ningún caso destinados en contra de la Presidencia, sino que eran de sorpresa porque, para un día que parecía que habíamos entendido lo que quería explicar el señor Tomás, resulta que, con su abstención, nos ha dejado absolutamente… confusos, permítame que se lo diga, porque... [aplausos desde los escaños del G.P. Popular] no se deducía en ningún momento de su intervención que el Partido Socialista se iba a abstener. De ahí que viene a ratificar mi teoría o mi tesis del abrelatas que ha ejercido el señor Barrena.
Evidentemente, el Partido Socialista, en esta cuestión, pone una vela a Dios y otra al diablo, por un lado dice unas cosas pero, a título individual, y está en todo su derecho, actúan de una manera, los secretarios de Estado participan en auténticos contubernios contra el Tribunal Supremo, y, evidentemente, están en su derecho, pero luego no se sorprendan de que les digamos que su claridad, perdone, pasa la luz pero no pasa la vista, como el alabastro; les pasa a ustedes como al alabastro: pasa la luz pero no la vista.
Mire [el señor diputado Franco Sangil, desde su escaño y sin micrófono, pronuncia unas palabras que resultan ininteligibles], lecciones de democracia. Yo no les voy a dar a ustedes ninguna lección, no, no doy lecciones porque no soy maestro en casi nada, pero usted tampoco es quién para dar lecciones, sobre todo una persona que tiene detrás la ideología que usted tiene. Lecciones de democracia, ninguna, ninguna, señor Barrena, ni una sola.
Mire, a nosotros tampoco nos gustan algunas decisiones judiciales, pues claro que no, pero nunca se nos ha ocurrido traer aquí una iniciativa intentando presionar a los tribunales, jamás, ni aquí ni en ningún otro Parlamento. Por supuesto que nos puede gustar o no nos puede gustar, pero, mire, lo que ha hecho usted con su iniciativa de, directamente, agredir, presionar, coaccionar al Tribunal Supremo y al Consejo Orgánico del Poder Judicial, es que no tiene nombre.
Mire, yo le hablado aquí de leones. En los circos hay muchas variedades, hay leones, domadores, hay trapecistas, hay equilibristas, hay payasos, hay de todo, en los circos hay absolutamente de todo, puede usted montar el circo que crea oportuno.
Yo, respecto al punto dos, que usted dice que se refiere al fiscal pero que no aparece por ningún lado, le tengo que decir que, hoy, he oído al Gobierno de la nación reiterar y afirmar rotundamente que la Fiscalía General era independiente. Conque, ¿qué hace usted presionando a la Fiscalía General?, que, evidentemente, no tiene nada que ver a la hora de decidir quién se persona o no se persona en un juicio, que es el juez, nunca la Fiscalía General.
Y mire, le voy a decir una cuestión: ustedes han despreciado aquí una ley que yo creo que fue importantísima para este país, que fue la Ley de Amnistía. Una ley, según dicen –yo no estaba allí presente–, en cuya redacción colaboraron…, fue absolutamente consensuada con el Partido Socialista –desde la UCD, que era la que gobernaba–, incluso con su partido de origen, de base, que es el Partido Comunista, y el señor Santiago Carrillo como, entonces, su secretario general. Llegó a decir en algún mitin que había que hacer ya cruz y raya con la guerra civil, lo dijo el secretario general de su partido. [Rumores.] Ahora habrá evolucionado pero era el secretario general de su partido. Claro, le venía bien la Ley de Amnistía, le venía bien la Ley de Amnistía. Porque, claro, como ustedes empiecen a reabrir cuestiones con esto de la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, pues, ¡hombre!, igual hay gente que se refiere a Paracuellos del Jarama y se acuerdan del anterior secretario general de su partido, ¿verdad que sí? [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.] Si ahora resulta que ustedes vienen apelando a estas cosas, para empezar tendrán que cambiar la Constitución española porque habla en su artículo 9.3 de la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables. Y entonces se abre la fiesta, pero se abre la fiesta para todos.
Yo supongo...
El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde, ha duplicado su tiempo. Por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Yo supongo que usted tendrá que empezar –su partido seguro que lo hará, estoy convencido de que lo va a hacer, basándose en esa imprescriptibilidad– a plantear, y teniendo en cuenta que ustedes no tienen fronteras, para empezar, a poder traer aquí a un tal Iósif Visariónovich Dzhugashvili, más conocido como Stalin, el mayor criminal que ha dado la historia de la humanidad, y empezar a ponerle los grilletes a su ataúd, como han intentado con otros. [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.] Podrá traer a Napoleón, que hizo aquí estragos. Podrá seguir con algún vivo como don Fidel Castro. Podrán empezar, de verdad, a abrir una fiesta por todo lo alto.
El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde...
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Ya acabo, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Debe concluir inmediatamente, por favor.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ: Sí, sí, cuarenta años de dictadura y treinta años de democracia parece que no nos han servido para nada, para volver aquí a hablar de rencor, para volver a hablar de revancha; para volver a hablar de ajuste de cuentas... Señorías, yo creo que no hemos aprendido nada. De verdad, vamos a lo que nos importa, a lo que nos debería importar, que son los cinco millones de parados que tiene en estos momentos el Estado español.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor PRESIDENTE: Señor Tomás, puede explicar el voto.
El señor diputado TOMÁS NAVARRO [desde el escaño]: Sí, gracias, señor presidente.
Señor Alcalde, algunos son rigurosos en apreciar las normas que rigen la conducta de los demás pero se olvidan de hacer la misma operación cuando les atañe directamente, y con eso explico nuestra abstención.
En la mayoría de los casos, la historia contemporánea es la historia de las sorpresas, de lo imprevisto y, muchas veces, de lo no deseado. Nosotros, los diputados y las diputadas del Grupo Parlamentario Socialista, deseamos, tengan ustedes la seguridad de que deseamos que las acusaciones contra el juez Garzón no prosperen, pero, si las presiones de políticos, de ciudadanos, de ciudadanos de todo el mundo, para evitar el procesamiento del juez Garzón fracasan, ¿qué nos queda?
La historia no se puede sujetar en beneficio de una parte, pero tampoco cabe hacer predicciones, porque las predicciones solamente las pueden hacer los profetas.