Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Mociones

Moción núm. 33/10, dimanante de la interpelación núm. 40/10, relativa a la política general en relación con las acciones del Gobierno de la Nación.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 066 de Plenos (VII Legislatura)
Intervinienen: Suárez Oriz, Antonio - Barrena Salces, Adolfo - Bernal Bernal, Chesús - Allué Sus, Javier - Tomás Tomás, Angel Daniel

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Pasamos al punto siguiente: debate y votación de la moción 33/10, dimanante de la interpelación relativa a la política general en relación con las acciones del Gobierno de la Nación, presentada por el Grupo Popular.

El señor Suárez Oriz tiene la palabra.

Moción núm. 33/10, dimanante de la interpelación núm. 40/10, relativa a la política general en relación con las acciones del Gobierno de la Nación.

El señor diputado SUÁREZ ORIZ: Señor presidente. Señorías.

Esta mañana hemos tenido un debate con ocasión de la comparecencia del consejero de Economía del Gobierno de Aragón, en nombre del presidente del Gobierno, que por supuesto, y una vez más, no ha tenido a bien comparecer y dar la cara en el asunto de las medidas tomadas por el Gobierno de España, con ocasión de la necesidad de reducir el gasto público y el déficit público. Y se han dicho algunas cosas por algunos intervinientes. Yo recuerdo al señor Barrena, portavoz de Izquierda Unida, que decía que, bueno, que a ver si ya, después de debatir, de teorizar, se empezaban a tomar medidas realmente en la dirección de reducir en lo improductivo, decía él, el gasto público. El propio señor Piazuelo decía también esta mañana que por parte de los grupos políticos esperaba propuestas concretas. Esperaba no solamente las críticas, sino que desde la oposición (yo creo que sus señorías se acuerdan de las palabras del señor Piazuelo), que desde la oposición hay también que dar alternativas, hay también que ayudar a resolver la crisis, con propuestas concretas. Las palabras —insisto— de don Antonio Piazuelo.

Pues bien, señorías, esta moción plantea una propuesta concreta: nada más y nada menos, y digo lo de «nada más y nada menos» porque se trata de modificar el organigrama del Gobierno de Aragón y, por tanto, de reducir gasto público para coadyuvar a reducir el déficit público.

Efectivamente, estamos planteando desde el Grupo Parlamentario Popular la necesidad de suprimir la oficina que tiene el Gobierno de Aragón en Madrid. Señorías, esta iniciativa parlamentaria la fundamentamos en tres aspectos. En primer lugar, como decía, en la necesidad de recortar el gasto público. Yo creo que es muy importante que nos situemos en el marco en el que estamos. El marco en el que estamos, señorías, es que nada más y nada menos que para reducir el gasto público, y el déficit público, en consecuencia, para ello, nada más y nada menos que se congelan las pensiones. Por tanto, se va a reducir el poder adquisitivo de los pensionistas. Nada y más y nada menos, por primera vez en la historia de España, se baja el sueldo de los empleados públicos, medida inaudita, pero en la que estamos. Se reducen también los derechos de los dependientes, etcétera. Por tanto, el marco en el que estamos es que se toman una serie de medidas, realmente importantes, realmente innovadoras, desde ese punto de vista.

En segundo lugar, fundamentamos nuestra propuesta en la necesidad de recortar, con el marco que acabo de describir, en lo no prioritario. La oficina del Gobierno de Aragón en Madrid no está funcionando en aspectos que se puedan considerar prioritarios para los intereses de Aragón, para los intereses de los aragoneses. Son, en palabras del consejero Velasco, un instrumento, un cierto soporte, decía Velasco, literalmente, del Gobierno de Aragón. ¡Por tanto, no hacen funciones prioritarias! Digamos que serían funciones no productivas —entre comillas—, aprovechando el lenguaje de alguna de sus señorías.

Y, en tercer lugar, lo fundamentamos en la necesidad de recortar aquello que no cumple la función para la que ese órgano fue creado. Tengo que recordar que el Decreto 224/2007, que establece la estructura orgánica del Departamento de Presidencia, en relación con la Ley de Presidencia del Gobierno de Aragón de 2009, establece unas funciones que deberían ser realmente importantes para esta oficina, como son las tareas de seguimiento e información y asesoramiento al Gobierno de Aragón, nada más y nada menos que en política de Estado y en las actuaciones y acciones del Estado con trascendencia para Aragón.

Es evidente que estas funciones no se cumplen en absoluto, no se están cumpliendo las funciones que establece la normativa por parte de la oficina del Gobierno de Aragón en Madrid. Pero es que además de la comparecencia del director de la oficina, señor Nadal, en la Comisión Institucional, y de la propia comparecencia del señor Velasco en la interpelación que le hizo este grupo parlamentario, se llega a la conclusión de que en tiempos de recortes salvajes por parte del actual Gobierno de España, que se afecta a los pensionistas, a los funcionarios y a los dependientes, hay un organismo que realiza funciones que no son esenciales, y que, por tanto, y además, no desarrolla las funciones por las que ese órgano o para las que ese órgano fue creado.

Señorías, nosotros creemos que los fracasos del Gobierno de Aragón en relación con las actuaciones del Gobierno de España en nuestra Comunidad Autónoma de Aragón solamente se pueden achacar al Gobierno de Aragón. No son achacables a ningún otro órgano. Los fracasos en materia de infraestructuras hidráulicas, por poner un ejemplo, o (y lo voy a citar, porque hoy parece ser que está de moda, por las resoluciones y también en los medios de comunicación), o en materia de recuperación de los bienes de las parroquias del Aragón Oriental, donde sus señorías recordarán que hace tiempo, hace bastante tiempo, hace años, hace dos y tres años, le decíamos al presidente Iglesias... Alguno de los miembros del Partido Socialista se sonreía cuando le decíamos: «Señorías, el Gobierno de Aragón y el señor Iglesias, lo que tenía es que coger de la mano al obispo, de la mano al obispo de Barbastro-Monzón, y solicitar del Gobierno de España la ejecución de las resoluciones eclesiásticas». Y ustedes, evidentemente, sonreían, y el Gobierno de Aragón daba, una vez más, la callada por respuesta. ¡Esto lo decíamos entonces! Y parece ser que teníamos razón. Estos fracasos solamente son aplicables, desde luego, al Gobierno de Aragón. Pero, señorías, la oficina que tiene el Gobierno de Aragón en Madrid debe cumplir una función de apoyo, de seguimiento de las cuestiones, efectivamente, de asesoramiento de las cuestiones fundamentales, de las cuestiones que interesan a los aragoneses, y en definitiva a la comunidad autónoma. ¡Y esto, señorías, no se está haciendo!

No decimos que los señores que trabajan en la oficina en Madrid no hagan nada. No. Lo que decimos es que las funciones que están desarrollando no son esenciales, y, desde luego, no se ajustan a las importantísimas funciones que tendrían establecidas.

Señorías, no se pueden crear organismos públicos que cuestan dinero a los aragoneses. No se pueden crear estructuras, y mantenerlas por defender intereses creados, intereses partidistas, y menos todavía, menos todavía por colocar a los amigos.

Señorías, estamos en ocasión, en este comienzo de la sesión de tarde (luego vamos a tener otras iniciativas de los distintos grupos políticos), estamos en ocasión de manifestarnos por primera vez sobre una propuesta concreta, sobre una propuesta concreta de un órgano que creemos en estos momentos, en el marco de recortes tan salvaje que se está produciendo, creemos que es un órgano improductivo, y creemos que los recortes tienen que empezar, precisamente, por ese tipo de órganos, que no cumplen, que no prestan las funciones esenciales que, en definitiva, son las que tiene que haber: las que tenemos que defender. ¡Las esenciales, para defender los intereses de la comunidad de los aragoneses! No aquellas, como esta oficina, que en estos momentos cumple unas funciones absolutamente de segundo o de tercer nivel, y que puede suponer un ahorro a los aragoneses; en definitiva, un ahorro del gasto público, y ayudar a la reducción del déficit público, que en definitiva es a lo que responden esas medidas del real decreto ley convalidado por el Congreso, que aprobó el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Intervención de Izquierda Unida. Señor Barrena, usted tiene la palabra.

El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.

Evidentemente, señor Suárez, ahora sí que vamos a debatir y, por lo tanto, fijar posición sobre una propuesta concreta. El problema es ese: que es una propuesta concreta, en una situación tan general que tenemos, ¿no?

Porque, además, lo que aparece aquí en la moción, que no es lo que usted ha dicho, es sobre lo que yo quiero discutir, sobre lo que Izquierda Unida quiere discutir. Porque estamos de acuerdo en lo de los recortes salvajes, estamos de acuerdo en a quién afectan los recortes. Estamos de acuerdo en que es una crisis que nos obliga a modificar y a tomar decisiones, pero ya no estamos de acuerdo en adónde tienen que ir las decisiones que se toman. Ya no.

Porque, claro, usted me habla de estructuras improductivas... Pues yo le digo unas cuantas. Pero no nos pondremos de acuerdo. Empezaré por la Casa Real, por poner un ejemplo. Seguiré por el Ejército. La FAES, si quiere. [Rumores.] ¡No! Si quiere... ¡Si quiere, seguimos así! Pero ya sé que ese es su debate. Ya sé que ese es su debate: seguir así, el y tú más, y el y tú más. No. Medidas concretas. ¡Ahorro de gasto en cosas improductivas! Vale. ¿Sabe usted que el Ejército nos cuesta...? El Ejército, no: la aventurita de Afganistán... Aventurita: la invasión de Afganistán, más lo del Líbano, más lo de los piratas del Índico, nada más que dos millones de euros diarios. Solo. ¡Por ponerle un ejemplo!

¿Sabe usted lo que nos va a costar jugar al fútbol en Sudáfrica? Vayan mirándolo. Vayan mirándolo también.

Pero seguimos. ¡Claro! Usted aquí dice: «a la necesidad urgente de reducir el gasto público», dice su moción. Aunque usted ha dicho «déficit». ¡Yo creo que hay que reducir el déficit! Lo creo. ¡Porque nos va mal así! Porque, además, mientras haya déficit, quienes se forran son los bancos otra vez. ¡Y ya están bastante forrados!, ¿eh? ¡Sí, sí! ¡Que ya están bastante forrados! Mire, el último que han jubilado, la CAI; una caja, la respeto mucho, pero modesta, solo con cuatro millones y pico de euros. Es el último que hemos conocido, ¿eh? [Un diputado sin identificar se manifiesta en los siguientes términos: «¡Es un préstamo!».] ¡Sí, claro, ya! ¡Si es que esos son los préstamos! ¡Ese es el negocio de la banca, sí! ¡Si son, fíjese, desde tiempos inmemoriales!

Por lo tanto, yo estoy de acuerdo en que hay que reducir el déficit. Pero, claro, ustedes lo quieren reducir solo actuando sobre el gasto público. ¡Sí! ¡Eso es lo que dice aquí! ¡Y además es lo que se les ha oído! ¡Y es lo que tendremos oportunidad de ver durante toda la tarde! Y nosotros decimos: hay que racionalizar el gasto público. De acuerdo. Pero hay que incrementar ingresos. Porque, si no, solo viene de una parte.

Y en ese marco global nosotros discutimos de todo: de estructuras improductivas, de dimensión del servicio público, de garantía del servicio público, de presión fiscal, de qué pagan las rentas altas, de qué pasa con el impuesto de patrimonio... ¡Y con el de sucesiones! ¡Sí, mire, mire! ¡Mire cómo van ya! ¡Mire cómo van ya! Las rentas altas: ya están subidas. Ya están subidas. Bien. Sigamos, si quieren, por ahí, por ese camino.

Y al final el último debate, el último debate: yo les invito a entrar en si de verdad quieren buscar una solución, sobre el planteamiento global de qué es lo prioritario, qué es lo urgente y qué es lo que hay que salvar. Pero, si no, así, a golpecito de una, otra, otra, otra y otra, difícil va a ser.

Por lo tanto, señor Suárez, desde ese planteamiento, nosotros no vamos a apoyar esta moción.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Vamos con el turno de Chunta Aragonesista. Señor Bernal, tiene la palabra a continuación.

El señor diputado BERNAL BERNAL: Gracias, señor presidente.

Señorías.

La verdad, señor Suárez, es que quizá se le ha quedado un poco corto el enunciado de la moción, en relación con el pomposo nombre de la interpelación, sobre política general en relación con las acciones del Gobierno de la nación. Porque aquí hemos debatido en más de una ocasión en relación con el Gobierno español, sus actuaciones en Aragón, las actuaciones pendientes en Aragón. Y hemos debatido en muchas ocasiones sobre la comisión bilateral. Y solo con la comisión bilateral presenté una propuesta de resolución en el último debate de política general, y me dijo el señor Allué que a ver si era posible, en lugar de poner todo lo de la comisión bilateral, remitir simplemente al número de la moción, para no tener que poner tanto.

Y, claro, hay tantas cosas pendientes de actuación del Gobierno español, en Aragón, desde traspasos de funciones y servicios, la unidad de Policía Nacional adscrita, la participación en los procesos de designación de los miembros de las instituciones, organismos y empresas públicas del Estado... Y podríamos seguir hasta todas las infraestructuras de comunicaciones, de transporte, hidráulicas, carreteras, ferroviarias, aeropuertos... ¡Tantas y tantas! Por no entrar en temas como el Archivo de la Corona de Aragón, los bienes famosos del exequátur, y tal... El Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca. ¡Hay tantas y tantas cosas! Y al final usted circunscribe todo a la oficina de Aragón en Madrid.

Y, claro, al final, si todo se circunscribe a la oficina de Aragón en Madrid, yo no puedo por menos de entender que quizá usted lo que quería es hacer una metáfora, o una sinécdoque, o tomar el todo por la parte, y que se refiere a una parte para referirse al todo. Pero, claro, si al final la parte que coge es la de la oficina de Aragón en Madrid, pues, claro, no es la posición de Chunta Aragonesista.

Chunta Aragonesista, precisamente, y usted me ha oído en muchas ocasiones en comparecencias del señor Biel, muchas... Pues eso: ¡la posición nuestra es, precisamente, la contraria! O sea, nosotros hemos querido siempre un papel más protagonista del que tiene el Gobierno de Aragón, en general, en la acción exterior y en la cooperación institucional. Es decir, nos ha parecido siempre un poco pacatico el Gobierno de Aragón en lo que es acción exterior y en lo que es cooperación institucional, un poco de ir por casa, de andar por casa. ¡Y encima le cerramos la oficina! Nosotros, el papel que hemos dicho siempre que queremos para las oficinas de Aragón en Madrid y en Bruselas es que esas dos oficinas son la condición sine qua non, el «a-e-i-o-u» —lo he dicho muchas veces— para poder llevar a cabo actuaciones más ambiciosas. ¡Tampoco se trata de ir haciendo de quijote por la vida! Pero entre ir de quijote e ir simplemente con la media (¡con la media, para no salirnos de la media!) de lo que hacen las comunidades autónomas en acción exterior, en Madrid y en Bruselas, solo con la media, se quedan muy cortas las dos oficinas, tanto la de Madrid como la de Bruselas. Y nuestras intervenciones siempre han ido dirigidas en estas Cortes a decirle al Gobierno de Aragón: «¡Eche usted un poco más de garbo, eche un poco más de nervio, échele un poco más de ambición, levante el vuelo!». Y desde ese punto de vista nosotros siempre hemos entendido que tienen que tener un papel más activo. ¡Una función más política, de hecho! ¡Más política y menos de solo representación! Y nosotros dijimos que luego, cuando compareció la última directora de la oficina en Madrid del Gobierno de Aragón, cuando compareció aquí, llegó a decir la palabra, y yo me puse todo contento, porque llevábamos tantos años diciendo esa palabra en nuestras intervenciones, de que tenían que ser auténticas embajadas —entre comillas (entre comillas digo yo siempre, para que nadie se altere)—, embajadas —entre comillas— de Aragón. Y para eso deberían tener una estructura, una dimensión acorde con ese objetivo, que nosotros entendemos que tiene que ser de una mayor presencia, de una mayor proyección, de un cauce, de un apoyo de verdad para los intereses de Aragón.

Y desde ese punto de vista entendemos que tienen que tener una labor de discreción. ¡Lo hemos dicho siempre! Pero el problema es que tanta discreción y tan discretas son las oficinas, y en concreto, la de Madrid, tanta discreción lleva, ¡que no levanta la voz para nada! Entre vaticanismo, por un lado (digo «vaticanismo» en lo que se refiere, señorías, a diplomacia, me refería)..., entre ese vaticanismo y esa diplomacia vaticana, y tratar de ir sacando adelante determinadas iniciativas determinados contactos, que yo entiendo que tienen que ser discretos, nosotros, precisamente, creemos que el balance es pobre. ¡Y es pobre porque además tampoco se ha apostado nunca de manera clara por esas oficinas y por que jueguen ese papel! Con lo cual, nosotros estamos descontentos, como veo que está usted, con lo que hacen esas oficinas, pero al revés. Es decir, a usted le parece que sobran, y a nosotros nos parece que les falta empaque. A usted le parece que mejor cerrarlas, y a nosotros nos parece que ese instrumento es como lo de los denarios: si enterramos o cerramos la oficina de Aragón en Madrid, y la oficina de Aragón en Bruselas, pues luego cuando vengan a ver qué hemos hecho con los denarios resulta que están enterrados. Si no utilizamos esas dos oficinas, precisamente para dar un salto cualitativo y cuantitativo en la cooperación institucional, y en la acción exterior, apaga y vámonos. O dicho de otra forma, como ya he dicho en otras ocasiones, que dice un señor mayor de mi pueblo: que esto sería otro tanto como cortar el dedo meñique por la cintura.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

El Grupo Parlamentario del Partido Aragonés puede intervenir. Lo hará a través de su portavoz, señor Allué.

Tiene la palabra.

El señor diputado ALLUÉ SUS: Gracias, presidente.

Bueno, ahora, en esto del recorte y de reducir el gasto público, ya parece que no está todo el mundo tan de acuerdo. Porque en un principio parece que algunas formaciones políticas estaban demasiado de acuerdo en unas medidas, pero en cuanto empiezan las concretas, señor Suárez, ¡ja!, empiezan a descolgarse. Ya no estamos tan de acuerdo. Bueno, nosotros tampoco en esta medida. También lo entenderá, ¿verdad? También lo entenderá. No vamos a votar a favor de suprimir la oficina de Aragón en Madrid.

A ver, lo de siempre, con mucha brevedad. No lo de siempre por nada, ¿eh? Tuvimos la interpelación y la oportunidad de escuchar la interpelación hace quince días, al consejero Velasco. Y la verdad es que es una interpelación muy interesante. Yo creo que la interpelación fue más interesante, bastante más interesante que lo que ha concluido la moción. Y eso no es para nada intentar desdeñar su trabajo, en ningún caso. ¡No se me ocurriría, señor Suárez! Pero, claro, al final, después de leída, los que tenemos costumbre de leernos las interpelaciones que acaban en una moción, pues, hombre, usted va mucho más allá. En la interpelación que le hace al señor Velasco, va mucho más allá de lo que, efectivamente, acaba pidiendo aquí. Otra cosa es que... ¡Hasta por el título! A ver, sobre las acciones del Gobierno de la nación no parece que nadie, ningún parlamentario, ningún diputado aquí realmente piense en la oficina de Madrid, la oficina delegada de Aragón en Madrid con respecto a las acciones que usted espera de la oficina delegada de Aragón en Madrid. ¡En ningún caso!

Y esto no es novedoso. Porque hace tiempo que venimos hablando de esto, en determinadas comparecencias, que quizá haya solicitado tanto el Partido Popular, y no sé si en alguna ocasión Chunta Aragonesista; en cualquier caso, sí el Partido Popular, tanto la oficina delegada del Gobierno de Aragón en Madrid como al director o directora de la oficina delegada de Aragón en Bruselas. Y en eso puedo coincidir un poco también con los argumentos establecidos por el señor Bernal, es decir, una cosa es decir: suprímase, porque como estamos en tiempos de crisis, y ahora es buen momento para hacer una apuesta por la reducción del déficit público, y decir: pues se suprime; o seguir manteniendo el discurso de decir: bueno, vamos a ver cómo se puede mejorar la acción de determinado instrumento que pueda tener el Gobierno de Aragón, donde sea, en este caso, en Madrid.

Y ya sé que a usted, en lo que decía, y en función de la normativa establecida en la comunidad autónoma, se le dice: a la oficina del Gobierno de Aragón se le atribuye el seguimiento, información y asesoramiento al Gobierno de la política de Estado, y de las acciones de este con trascendencia para la Comunidad Autónoma de Aragón. Y sobre la base de este mandato, de lo que se le atribuye a la oficina de Madrid, pues parece que puedan ser (digo «parece», en función de las intervenciones que hemos escuchado), que esta es la oficina prácticamente encargada de todos los asuntos que Aragón tiene pendientes con Madrid. Y eso usted sabe que no es así. Incluso yo estoy dispuesto a reconocerle que muchas comparecencias que hemos solicitado, o algunas de las comparecencias que hemos solicitado, tanto a la de Madrid como a la de Bruselas, pues se han quedado un poco pobres, porque no se ha dado respuesta a todo lo que ha dicho el interpelante, sobre todo cuando llamamos al director de la oficina, o directora. Ahora hay director, pero cuando estaba la directora, que también usted la interpeló, por cierto, yo creo que no hizo mala intervención: la mejor de todos los directores que han pasado... Pero, claro, venir a preguntarles qué opinan sobre el modelo financiero, o sobre la travesía central pirenaica, o sobre los bienes, o sobre tantas cosas, pues, efectivamente, no es a eso a lo que se dedican. Independientemente de lo que diga este texto de la normativa aragonesa, de que se le atribuye el seguimiento político de la política de Estado.

Yo creo, como ya se dijo en alguna ocasión, que la oficina del Gobierno de Aragón en Madrid tiene cierto carácter instrumental, que hacen labores de coordinación, de seguimiento de la política del Gobierno. Algunas se tienen que hacer, además, con cierta discreción. Y en cualquier caso la discreción se acaba en la medida en que usted, o cualquier parlamentario, reclame la comparecencia de un responsable, en este caso, del director o directora de la oficina del Gobierno de Aragón en Madrid.

Por esos argumentos que usted entenderá, yo creo que supongo que sabrá valorar que, en este caso, el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés no apoye esta iniciativa y que vote en contra.

Nada más, y muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Allué.

Grupo Parlamentario Socialista.

El señor Tomás tomará la palabra.

El señor diputado TOMÁS TOMÁS: Gracias, presidente.

Señorías.

Trataré con mi intervención de fijar la posición de mi grupo, el Grupo Socialista, sobre la petición exacta en la moción del grupo proponente, que habla de la supresión de la oficina que en Madrid tiene instalada el Gobierno de Aragón de manera permanente. Es decir, en la utilidad o no de esta oficina, no en otros aspectos a los que el señor Suárez nos tiene acostumbrados a hablar, cuando se trata de este tema.

En primer lugar, debo decir que el Grupo Socialista no comparte en absoluto ninguna de las razones que se invocan en la moción para suprimir de un plumazo la oficina de la que dispone el Gobierno de Aragón en Madrid, cuyas funciones están perfectamente reguladas en el artículo 30 del Decreto 224/2007, invocado tantas veces en los últimos días.

La oficina del Gobierno de Aragón en Madrid, señorías, desde nuestro punto de vista, ha desarrollado, está desarrollando y va a desarrollar en el futuro las funciones que le asigna el artículo 30 del citado real decreto. Exactamente, esas funciones.

Y, además, para nosotros lo está haciendo con eficacia en todas aquellas relaciones que se le encomiendan con el Gobierno del Estado, con el Gobierno de la nación, y también en las relaciones con los colectivos y aragoneses que así se lo demandan.

Pero, por otra parte, también viene regulada esta oficina en la Ley 2/2009, del Presidente y del Gobierno de Aragón, que prevé la existencia de una delegación (ya lo eleva a la categoría de delegación) del Gobierno en Madrid, a través de una oficina permanente, que tendrá por objeto la representación institucional (cosa que ahora no tiene), institucional —digo—, del Gobierno de Aragón en la capital del Estado. Y ejercerá las funciones que el Gobierno le encomiende.

Sin duda, este artículo de la Ley 2/2009 le dota tal vez de más contenido a esta delegación u oficina en Madrid. Entendemos que tanto esta oficina en Madrid como la de Bruselas deben potenciarse, como ya han dicho aquí otros grupos parlamentarios que me han precedido, debe potenciarse, y así creemos que está recogido en la Ley del Presidente y del Gobierno de Aragón.

Por tanto, a nuestro entender, se trata de dos órganos distintos en estos momentos: la oficina, pero sin que la Ley 2/2009 la convierta en delegación, en tanto no se dicten las normas legales pertinentes, creando formalmente dicho órgano, con la asignación de las funciones concretas que haya que asignar de representación institucional —repito—, e incluso la relación de puestos de trabajo, con los que se desarrollarían las funciones a prestar por esta delegación. Y este órgano que recoge la Ley del Presidente, a nuestro entender, no está todavía creado. El Partido Popular lo confunde en la moción, y le atribuye, o pretende atribuir a la oficina, funciones que por ley en estos momentos, en estos momentos, no le corresponden, hasta en tanto en cuanto no se desarrolle la Ley 2/2009.

Últimamente ha habido varios debates sobre este asunto, que se han producido en estos dos últimos años, con las comparecencias en la Comisión Institucional de los directores de la citada oficina. Y se ha señalado con bastante insistencia que la oficina desarrolla, a nuestro entender, perfectamente, la función de instrumentalidad, de herramienta que sirve de apoyo al Gobierno de Aragón en sus relaciones con el Gobierno de España, en sus relaciones con otras comunidades autónomas, e incluso en sus relaciones exteriores con países extranjeros, dando estabilidad a los contactos y estableciendo contactos nuevos, que sirven bastante a los intereses de Aragón. Miren, en definitiva, para asesorar, apoyar y representar, que no suplantar, al Gobierno de Aragón.

En Madrid todos sabemos que todos los días se toman decisiones importantes, y se transmiten informaciones que afectan o que pueden suponer oportunidades para nuestra comunidad autónoma. Y las oficinas en Madrid y en Bruselas participan en muchos de estos ámbitos. Si la oficina no existiera, Aragón no podría estar representado en estos círculos, círculos políticos, económicos, financieros, empresariales, etcétera, importantísimos en estos momentos para nuestra comunidad autónoma.

Pero, además, los objetivos y las funciones que desarrolla la oficina en Madrid y que no hace mucho tiempo detalló el director en la Comisión Institucional, son los mismos o parecidos a lo que ya expuso en la misma comisión el día 23 de noviembre de 1993 el entonces, según consta en el Diario de Sesiones, quien era entonces el delegado de la Diputación de Aragón en Madrid.

No voy a enumerarlos todos, por supuesto, por falta de tiempo, porque bajo la denominación de delegación en Madrid se creó una oficina en 1991, con el arrendamiento de un local en la calle Antonio Maura, 8, destinado a los servicios de la comunidad autónoma. Así está recogido en la orden de la consejería de Hacienda.

No entendemos que diecinueve años más tarde el grupo político al que pertenecía dicho consejero presente ahora una moción instando a su supresión, que después de tantos años se haya llegado a la conclusión de que se habían equivocado en su propia decisión. Y, por otra parte, siendo los objetivos actuales muy parecidos a los que motivó su creación, solo son válidos para el PP en función de quien los expone.

Y ya, para terminar, en cuanto a las valoraciones económicas del gasto, que tanto preocupa últimamente, a nosotros también nos preocupa mucho la reducción del gasto público, pero que el Partido Popular nos está presentando, con elevados tintes demagógicos, por supuesto; decir que somos la oficina, tanto la de Aragón como la de Madrid, que más ajustado tiene el gasto público, tanto en personal como en medios materiales; que la relación económica con la labor que desarrollan está perfectamente ajustada y justificada, y que desde la creación de la oficina, como he dicho, en 1991-1992, había tres personas en aquellos momentos, y hay tres personas en estos momentos, de una plantilla máxima de cuatro. No hay más: son el mismo número de puestos de trabajo que al PP le parecían correctos en aquellas fechas y adecuados hace dieciocho años, y ahora parece que no.

La sede estaba en Antonio Maura, número 8. Ahora, en 2010, está en Antonio Maura, número 7. ¿Qué cambia entonces? Pues, para nosotros, deja claro que, si en su momento la elección estaba bien hecha por el Gobierno PP-PAR, el actual Gobierno PSOE-PAR, que la recuperó, ha sabido reconocer que estuvo bien y ha decidido mantenerlo, cosa que el Grupo Parlamentario Popular nunca reconoce ni aun sus propias decisiones que están bien.

Para nosotros, señorías, y termino ya, suprimir o cerrar la oficina de Madrid sería en estos momentos irreparable. El ahorro económico mínimo no es comparable con el valor que se perdería en la representación que en estos momentos tenemos en la capital del Estado y en la capital de la Comunidad Económica Europea.

Nada más, y muchas gracias.

[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

Vamos a proceder a la votación de la moción 33/10 en sus términos. Comienza la votación. Finaliza la votación. Veintitrés votos a favor y cuarenta y uno en contra. Queda rechazada.

¿Explicación de voto?

Un momento, señor Suárez, que no me he fijado. ¿Hay alguien antes de...? ¿No?

Señor Suárez, tiene usted la palabra.

El señor diputado SUÁREZ ORIZ: Bien.

Señorías. Señor presidente.

Yo creo que hemos perdido una ocasión, la primera ocasión, de votar de forma concreta un asunto que reduce el gasto público y que, efectivamente, es tendente a reducir el déficit. El Grupo Popular ha sido coherente en esta ocasión, y lo va a seguir siendo con el resto de las iniciativas que vamos a debatir en el día de hoy y en días sucesivos.

Yo tengo que decirle, señor Barrena, que nosotros, afortunadamente, representamos a bastantes más pensionistas y a bastantes más empleados públicos que usted. Lo digo por la afirmación de esta mañana de, claro, que a ver si el Partido Popular iba a ser el partido que representara a los trabajadores y a los pensionistas. Pues, señor Barrena, bastantes más que usted, es decir, tenemos esa virtualidad.

La verdad, señor Bernal, yo siento, y además se lo digo con toda..., porque, efectivamente, usted lleva años hablando de la necesidad de potenciar, pero, fíjese, ¡es que no lo han potenciado nunca! Es que lleva usted siete años, que yo le haya escuchado, queriendo potenciar la Oficina del Gobierno de Aragón en Madrid, y no ha servido, usted lo sabe exactamente igual que yo, más que para lo que ha servido: para un trasiego allí de funcionarios que en un momento determinado iban allí y venían, y poco más. Porque las comparecencias del señor Velasco han dejado claro que las relaciones las lleva quien las lleva, los departamentos correspondientes con los ministerios, y que esas oficinas, en este caso la oficina en Madrid, pues tiene un valor —decía— absolutamente instrumental, de apoyo.

Entonces, yo le digo, señor Bernal: hombre, es que hoy estamos viviendo unos momentos excepcionales, ¡que es que han rebajado el sueldo a los funcionarios!, a los empleados públicos en general, ¡que es que se han congelado las pensiones, señor Bernal! Pues, si no se potencia esa oficina para los fines que debían potenciarse y a lo que se debía dedicar, ¡vamos a suprimirla! ¡Que es que estamos en un cuadro que es el que tenemos! Si yo estoy de acuerdo con usted en que esa oficina, de existir, tendría que cumplir esas funciones, ¡pero es que no las cumple, señor Bernal! Lleva usted, que yo le haya escuchado, siete años diciendo lo mismo —yo también—. Pues bien, llega este momento y, con estos ajustes tan salvajes, habrá que reducir gasto público. ¡Pues vamos a reducir aquello que no funciona, señor Bernal!

Yo creo que se equivoca usted, creo que se equivoca usted, porque, además, esta es la primera iniciativa en materia de reducción del gasto, y siento que en esta primera iniciativa, que van a venir otras, no hayamos coincidido.

Claro, señor Allué, dice usted que la moción le defrauda un poco en relación con la interpelación. Es que la interpelación tiene un desarrollo que es esta moción y tiene otras iniciativas más, porque esa interpelación hablaba, efectivamente, de un marco general, como no puede ser de otra forma en una interpelación, y va a tener varias proposiciones no de ley de desarrollo y, por supuesto, también esta moción. No debiera extrañarle, porque usted es portavoz de un grupo y conoce perfectamente lo que es una interpelación y lo que son luego las medidas de desarrollo.

Y acabo.

Mire, señor portavoz del PSOE, la Oficina del Gobierno de Aragón en Madrid fue creada por el señor Iglesias. Repito: la Oficina del Gobierno de Aragón en Madrid fue creada por el señor Iglesias en 1999. Lo que los gobiernos anteriores habían creado era otra figura, que era la delegación o el delegado del Gobierno en Madrid, que tenía un corte, unos «honorarios» —por decirlo así, entre comillas— distintos, etcétera. Es decir, las oficinas, como tales, las crea el señor Iglesias, y se crean con esas funciones que se han dicho.

Yo creo que ustedes, una vez más, señores socialistas, no están siendo ni coherentes ni respetuosos con lo que está sucediendo, ni en España ni en Aragón. Ustedes siguen repartiendo gratificaciones extraordinarias al personal que ustedes quieren, pero por otro lado les rebajan el sueldo a los empleados públicos. Ustedes siguen dilapidando. Decía el señor Larraz esta mañana: «hemos sido, la comunidad autónoma, una de las que más nos hemos esforzado». ¡Claro!, es que era, quizá, la que más colchón tenía, porque el nivel de gasto improductivo en el presupuesto anterior y en el presupuesto de este año de esta comunidad autónoma, evidentemente, da para muchas reducciones.

Siguen ustedes con una falta absoluta de coherencia. Este era un momento para empezar a aproximarnos. En lo concreto: hay una oficina que no sirve —de lo de la discreción, acuérdense ustedes de los fondos reservados, para qué sirven las discreciones en algunas cosas, ¿eh, señorías?—, esta es una oficina que no cumple en estos momentos ninguna función esencial para la comunidad, y, por tanto, en los tiempos de crisis que vivimos y de recortes tan fuertes, creo que había que suprimirla. Ustedes no lo han hecho.

Vamos a ir viendo cómo se van produciendo, desgraciadamente, iniciativas en lo concreto, iniciativas que tienden a recortar lo que no es productivo, lo que en estos momentos no es fundamental para los aragoneses, y vamos a ir viendo cómo, una a una, a ustedes, señores del Gobierno (unos, el PSOE, por convicción, y otros, señor Allué, por afinidad), no les queda más remedio que ir suprimiendo las iniciativas, no los recortes, sí las iniciativas que presente el Partido Popular.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.

¿No hay más turno de explicación? ¿Sí?

Señor Tomás, tiene la palabra.

El señor diputado TOMÁS TOMÁS [desde el escaño]: Con brevedad, señor presidente.

Yo, señor portavoz del Grupo Popular, simplemente, le voy a rebatir algunas de las cuestiones que usted ha dicho.

Yo no he dicho que hubiese una oficina en Madrid en 1991, he dicho que se nombró..., hubo, había un delegado de la Diputación General de Aragón en Madrid, para lo cual se arrendó un piso, que me parece loable, y se dotó con tres personas, igual que las que hay ahora. Evidentemente, el paso del tiempo y la creación de la oficina como tal, en 1999 no ha hecho —me parece, nos parece, además, perfecto— sino recoger aquella herencia, que, por otro lado, creemos que era positiva.

Y por otra parte, pues, bueno, esto es siempre el debate de que, para ustedes, no cumple los fines que tiene encomendados. Para nosotros, sí que los cumple; para nosotros, los cumple.

Y como ha quedado demostrado en estos momentos lo que es el arco parlamentario de estas Cortes de Aragón, pues, bueno, sus propuestas de reducción de gasto público y de reducción de déficit creemos que van por otros caminos, por otros caminos, pero no por los que ustedes nos indican, y así creo que queda demostrado por la mayoría de Aragón.

Muchas gracias, presidente.

[Aplausos desde los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.]

El señor PRESIDENTE: Gracias.

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