Intervinienen: Lacasa Vidal, Jesus - Yuste Cabello, Chesus - Bandrés Moline, Eduardo
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor consejero.
Los puntos número cinco y número seis del orden del día son dos preguntas que se van a tramitar conjuntamente, son la 335/02 y la 337/02.
En primer lugar, la pregunta número 335/02, relativa a la situación por la que atraviesa la empresa Lear, de Épila, formulaba al consejero de Economía, Hacienda y Empleo por el diputado de la Agrupación Parlamentaria Izquierda Unida de Aragón señor Lacasa Vidal. Seguidamente será la pregunta número 337/02, relativa a la planta Lear Asientos, de Épila formulada al consejero de Economía, Hacienda y Empleo por el diputado del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista señor Yuste Cabello.
En primer lugar, tiene la palabra el señor Lacasa para la formulación escueta de su pregunta.
Preguntas núms. 335/02 y 337/02, relativas a la situación por la que atraviesa la empresa Lear, de Épila, y a la planta Lear Asientos, en Épila, respectivamente.
El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.
¿Qué medidas tiene pensado adoptar el Gobierno de Aragón a fin de facilitar el mantenimiento de los puestos de trabajo de la empresa Lear, en Épila?
Muchas gracias.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor Lacasa.
El señor Yuste puede formular su pregunta.
El señor diputado YUSTE CABELLO: Gracias.
¿Cuál es la opinión del Gobierno de Aragón sobre la situación que están viviendo los trabajadores y las trabajadoras de la factoría de Lear Asientos, en Épila, ante el ajuste de plantilla y de producción anunciado y qué actuaciones va a emprender para evitar que esta crisis afecte al desarrollo de la comarca?
Gracias.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor Yuste.
El señor consejero podrá responder a ambos portavoces.
El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Gracias, señor presidente.
Indudablemente, cualquier situación de pérdida de empleos en una empresa en Aragón nos preocupa, obviamente, y estamos en condiciones también de facilitar y de propiciar una solución negociada entre la empresa y los trabajadores o entre las empresas o entre todos los agentes que tienen participación en este problema. Por lo tanto, nosotros hemos tenido a través de diferentes organismos de la Administración de diferentes departamentos, de direcciones generales, etcétera, contactos con unos y con otros, con las empresas, con los proveedores, con el cliente de ambas empresas, que es Opel. Y, por consiguiente, estamos tratando de buscar una salida que, dentro de lo inevitable, parece, de algunas decisiones adoptadas por la empresa…
Como ustedes saben, todo esto deriva de que la introducción de un nuevo modelo, de un nuevo vehículo en Opel, que es Monocab, reduce la producción de Corsas y, por consiguiente, reduce la necesidad de asientos para el Corsa, que es lo que suministra Lear desde Épila, en cambio aumenta la necesidad de asientos para el Monocab, que es un contrato que no consiguió Lear y que consiguió Johnson Controls hace dos años ya, cuando todavía no se sabía dónde iba a instalarse la fabricación del Monocab. Dentro de lo irreversible, parece, de esa decisión de Opel y de esa decisión de Lear y de Johnson Controls, nosotros vamos a tratar de suavizar en la medida de lo posible los ajustes que en su caso se tengan que llevar a cabo allí.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor consejero.
En turno de réplica, tiene la palabra en primer lugar el señor Lacasa.
El señor diputado LACASA VIDAL: Muchas gracias, señor presidente.
En primer lugar, quiero saludar a don Paulino Martínez, secretario general de la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras, y a doña Pilar Royo, presidenta del Comité de Empresa de Lear, acompañada por don Juan Margalé, quienes amablemente nos invitaron a todos los portavoces de estas Cortes de Aragón a una asamblea recientemente en la que pudimos contactar precisamente con su realidad y con su problemática, y nos comprometimos, lógicamente, a hacer todo lo posible por el buen futuro de esta empresa.
En primer lugar, yo creo que aquí se está hablando de luchar por el empleo, creo que esa es la cuestión fundamental, el empleo. Y, aunque es verdad que abordamos un fenómeno de deslocalización algo diferente de otros fenómenos que hemos podido vivir con cierta preocupación en otras ocasiones, cuando se trataba de fenómenos de deslocalización entre comunidades autónomas diferentes o entre países incluso distintos, aquí abordamos un fenómeno de deslocalización de inversiones en el ámbito de la propia Comunidad Autónoma de Aragón, incluso en una proximidad de veinte kilómetros.
Pero esto no deja de ser una consideración, desde nuestro punto de vista, importante, porque aquí no se trata solo de que una parte de trabajadores dejan de ser imprescindibles en una fábrica para serlo en otra, sino que aquí estamos viendo como el problema de la dependencia del monocultivo y de la dependencia del único cliente plantea problemas indiscutiblemente, y decisiones que se adoptan en centros alejados, por supuesto, de este país trastocan muchos esquemas personales.
Porque aquí, cuando estamos hablando de que puede haber –no lo ha dicho usted pero en los medios está– una solución parcial porque la nueva empresa de Pedrola no estaría dispuesta a aceptar a todos los trabajadores supuestamente sobrantes en la factoría de Épila, esta operación se saldaría en primer lugar con una pérdida clara de derechos adquiridos, puesto que las condiciones laborales de Johnson son inferiores a las que ha conseguido Lear a lo largo de su dilatada trayectoria, y, además sabemos que, entre otras cosas, por ejemplo, no se aceptarían mujeres, otro dato bastante importante desde el punto de vista del desempleo femenino, o que los trabajadores eventuales no tendrían ninguna opción de recolocación. Por lo tanto, el problema social es un problema arduo y es un problema que a nosotros nos preocupa.
Pero es que nosotros vamos a la mayor, nosotros creemos que, después del esfuerzo que se ha hecho por parte de las administraciones (local, autonómica, otras administraciones) y después de muchos años de acreditada buena trayectoria en una empresa, como Lear, en la fabricación de asientos de automóvil, es un desperdicio de ese capital humano y de esas inversiones el considerar ahora como un dato irreversible el hecho de que tenga que prescindir en estos momentos de una parte importante de su plantilla (doscientos veinte trabajadores) para quizás en el futuro saber si no serían prescindibles algunos más.
Por lo tanto, nosotros creemos que hay que luchar ahora, y es lo que le pedimos al Gobierno de Aragón y al consejero de Economía, Hacienda y Empleo, se trata de luchar ahora por una opción de empleo para la fábrica Lear, en Épila, creemos que esa es la prioridad máxima, no dar por hecho nada. Y, desde luego, si hay una disminución debido a la fabricación del Monocab y a su concesión a otra empresa, nosotros creemos que el Departamento de Economía y en general el Gobierno de Aragón tienen mucho que hacer para ayudar a buscar alternativas de empleo viables para seguir desarrollando actividad en esa factoría de Épila. Porque creemos que sería muy positiva incluso la no dependencia de un único cliente en exclusiva, sino buscar otras posibilidades de fabricación puesto que en el mundo hay muchos fabricantes y, por lo tanto, es posible tener en cuenta la posibilidad de acceder a otro tipo de contratos. Yo creo que en esas vías de internacionalización debería de ser posible que el Gobierno de Aragón también apoyase y buscase una solución que garantizara el empleo a un largo plazo, al mayor plazo posible.
Por lo tanto, nosotros le encarecemos a que no sea una parte pasiva y espectadora, sino a que sea una parte directamente activa, que esté en contacto, por supuesto, con la empresa pero también con los trabajadores, y que la prioridad máxima sea centrarse en mantener el empleo existente en Épila, y por lo tanto esa debe de ser la actuación fundamental del Gobierno de Aragón.
Y nos gustaría saber, aunque le hemos hecho una pregunta escrita pero ya que está usted aquí, si el Gobierno de Aragón ha planteado ayudas a la empresa Johnson Controls, porque eso supondría de alguna manera una competencia desleal en el sentido de las ayudas de un gobierno de una comunidad autónoma porque estaríamos duplicando, digamos, el tipo de subvenciones a cambio de provocar fenómenos de migración laboral con condiciones laborales a la baja, como he citado antes, y eso sería un dato negativo desde el punto de vista de lo que las administraciones públicas deben de hacer con el dinero público, que nunca debe de ser jugar a la baja en las condiciones de los trabajadores.
Muchas gracias.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor Lacasa.
A continuación, puede replicar el señor Yuste.
El señor diputado YUSTE CABELLO: Muchas gracias.
Efectivamente, esta mañana nos acompañan los representantes del comité de empresa de Lear Asientos, de Épila, para trasladarnos la inquietud que se está viviendo en esa empresa, la inquietud que se está viviendo también en la comarca, y que nosotros pudimos constatar en la asamblea informativa que tuvo lugar la semana pasada, vienen a trasladarnos la amenaza que están sufriendo, que pesa en estos momentos sobre quinientas cincuenta familias en cuanto al recorte de doscientos veinte empleos que se puede producir en su planta, en Épila, vienen a trasladarnos todo eso que se ha creado a partir de las decisiones de empresas multinacionales, decisiones que se toman muy lejos de aquí y que afectan a la vida de miles de personas y que afectan al territorio.
Y, ante esa realidad, los poderes públicos no podemos permanecer impasibles, no podemos acostumbrarnos a estar siempre a la defensiva ante este tipo de decisiones que se toman en Chicago o en Nueva York o donde sea. Y lo digo porque no es la primera vez que hablamos de deslocalización ni es la primera vez que hablamos de recortes de plantillas en empresas multinacionales que han venido aquí recibiendo subvenciones y que luego piden también nuevas subvenciones para irse a otro lado. Tampoco es la primera vez que hablamos aquí de los riesgos del monocultivo del automóvil en el valle del Ebro, y especialmente en Aragón. Y, en ese sentido, entendemos que el Gobierno de Aragón debe permanecer activo, en contacto con la dirección de la empresa implicada o de las empresas implicadas y, desde luego, en contacto con el comité de empresa.
Hay pendientes de respuesta dos preguntas que hemos formulado desde Chunta Aragonesista sobre las ayudas que se han concedido a lo largo de los doce años a la empresa Lear, de Épila, y a sus antecesoras (Asientos IFG y Delphi), y también otra pregunta sobre las ayudas que haya podido solicitar Johnson Controls para instalarse en Pedrola. Esa información nos debe de permitir ver exactamente en qué márgenes puede moverse una respuesta pública.
Nosotros entendemos que debe darse una respuesta pública ante la decisión de Lear, uno de los sentidos puede ser, desde luego, el de buscar alternativas de producción que permitan el mantenimiento del empleo en Épila, pero también creo que debemos trabajar de cara al futuro, en el sentido de ir ya empezando a plantear un cambio en las reglas del juego, un cambio en las reglas del juego en la relación entre las administraciones públicas y las multinacionales para evitar que siempre tengamos que estar sujetos, sometidos a ese chantaje del que hablaba anteriormente.
Las subvenciones que se ofrecen de las administraciones públicas, sean Gobierno de Aragón, diputaciones, corporaciones locales, ayuntamientos, etcétera, a estas empresas para que se instalen deberían de alguna manera estar vinculadas al mantenimiento del empleo y deberían recuperarse si se produjera destrucción de empleo o deslocalización de esas inversiones. Es una posibilidad, supongo, que tiene enormes complejidades jurídicas y legales, no lo niego, pero, evidentemente, creo que es una posibilidad que hay que estudiar y hay que intentar apurar al máximo.
Creo que el Gobierno de Aragón no debería entender que se produce simplemente una destrucción de empleo en una comarca, en una localidad, y un aumento de empleo en otra, no debería ver esto como ese principio de desnudar un santo para vestir otro. Creo que la destrucción de empleo en Épila es grave, independientemente de que desde el punto de vista de otro municipio, en este caso Pedrola, la creación del empleo y la inversión de Johnson Controls es importante, por eso creo que no hay que entrar en ese juego de una empresa contra otra. El juego es precisamente intentar que se mantenga ese empleo amenazado en estos momentos en la localidad el Épila. Están en juego, ya se ha dicho, los derechos laborales de los trabajadores de Lear, que se han logrado después de once años de lucha sindical y que, desde luego, podrían perder esos derechos los que se vieran recolocados en Johnson Controls en Pedrola, evidentemente también los perderían los que se vieran en la calle.
Y están en juego en ese sentido –y concluyo con esto– las expectativas laborales y de desarrollo de las comarcas implicadas. Y, por lo tanto, nosotros sí que pediríamos al Gobierno de Aragón que estuviera activo, que no se limitara a poner parches a la situación y a esperar de dónde nos viene el golpe al mes que viene, desde Chicago o desde Nueva York, sino que buscara alternativas ya, en este momento alternativas ya para el empleo en Épila y, desde luego, de cara al futuro para que, cuando en los próximos meses nos vuelvan otras multinacionales con otras propuestas semejantes, desde los poderes públicos aragoneses hayamos arbitrado medidas para que las reglas del juego vayan a nuestro favor y no en contra de nosotros.
Muchas gracias.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor Yuste.
El señor consejero tiene la palabra en su turno de dúplica.
El señor consejero de Economía, Hacienda y Empleo (BANDRÉS MOLINÉ): Gracias, señor presidente.
Yo también quiero saludar la presencia del responsable de la Federación del Metal de Comisiones Obreras y de los responsables del comité de empresa de Lear.
Miren, señorías, a mí tampoco me gustan muchas cosas de la globalización, muchas, no me gustan, a mí me gustaría que las decisiones económicas que afectan a los ciudadanos aragoneses las pudiéramos tomar todas aquí, todas, en el último nivel ya me gustaría que las tomásemos en este parlamento. Pero la economía de mercado no es así, las cosas son como son a veces y las empresas toman las decisiones donde tienen instaladas sus sedes y con criterios que no comparto en muchas ocasiones.
Pero ¿qué hacemos? ¿Me subo al carro de la crítica a la globalización, a las empresas multinacionales, a Chicago y a todo…? Esto es muy fácil pero, cuando uno se sienta aquí y no allí, tiene que hacer otras cosas, tiene que hacer otras cosas, y yo lo que tengo que plantear es que seguiré buscando inversiones de multinacionales para Aragón tomen sus decisiones en Chicago o en Tokio, me da exactamente igual, y, si puedo traer inversiones de multinacionales con las que sé que me la estoy jugando, las traeré a Aragón, aunque sepa que están inmersas en un proceso de producción global, con una serie de cosas que se deciden fuera de aquí. Lo seguiremos haciendo porque estaremos creando empleo y riqueza para Aragón.
Dicen ustedes de implicarnos. Mire, esta empresa –y lo saben muy bien los trabajadores y quienes están aquí– es de las empresas donde más me he implicado en mi vida, y me impliqué cuando se estaba negociando un convenio. En mi despacho se negoció con los responsables de Comisiones Obreras y con los responsables de la empresa, venidos algunos de fuera de España, estuvimos negociando cómo hacíamos para dar una respuesta satisfactoria a las reivindicaciones de los trabajadores y salvar un problema de una huelga en aquel convenio colectivo que podría tener unas consecuencias gravísimas para todo el sector del automóvil en Aragón. Y estuvimos implicados hasta las tantas de la noche, como no me suelo implicar, porque, afortunadamente, los mecanismos de mediación del SAMA, de la Dirección General de Trabajo y de otros organismos públicos del Gobierno de Aragón permiten llegar a acuerdos para facilitar las negociaciones entre sindicatos y empresa. Pero en este caso no había manera, porque es verdad que la posición de la empresa era durísima en aquel punto con relación a los trabajadores, y tuvimos que buscar una solución que yo creo que fue –bueno, cada uno lo juzgará como quiera– una buena solución en aquel momento.
Por tanto, estamos implicados. ¿Qué es lo que ha sucedido aquí? Porque aquí lo que no se puede hacer es valorar las cosas como no son, y reconozco que han tenido la responsabilidad de decir: bueno, ¿dónde está el problema?, de verdad, ¿dónde está el problema?
Dicen: no estamos hablando de un fenómeno de deslocalización similar al que se ha producido en otros sitios. Y lo digo también por los medios de comunicación. Este no es el problema de Aguilar de Campoo ni es el problema de Cervera ni es el problema de otros fenómenos de deslocalización y cierre de empresas. Este es un problema distinto y es un problema que no surge ahora, que los trabajadores lo saben desde hace muchos meses y nosotros también, porque hace meses que se viene negociando entre Johnson Controls y Lear, negociando, aunque sin ningún éxito, y meses en los cuales hemos hablado con unos y con otros, hemos presionado a Opel para que a su vez presionara a los proveedores y buscase una solución, porque lo que ha sucedido es tan paradójico como eso: que, cuando todavía no se sabía donde iba a producirse el Monocab, Opel otorga, asigna el contrato en el concurso de desarrollo y fabricación y diseño y después también en la producción efectiva por una cuestión de precios a Johnson Controls, el de los asientos, y no a Lear. Y esa circunstancia se produjo hace ya dos años, que después, afortunadamente, como aquí vamos a hacer el Monocab, estos asientos se van a hacer en Aragón y, por lo tanto, al menos hemos garantizado que ese empleo no se nos vaya de Aragón.
Pero, repito, no hay paralelismo con otras crisis. El proyecto del Monocab, se diga lo que se diga, al final lo tenemos que valorar positivamente, son ventajas importantes cualitativas y cuantitativas, cerca de quinientos millones de euros de inversión en Opel, en Figueruelas, y una creación de seiscientos cincuenta puestos de trabajo netos, a los que habrá que añadir otros trescientos cincuenta provenientes de prejubilaciones negociadas en el seno de Opel.
¿Qué es lo que ha ocurrido? Pues que esto ocasiona un desajuste, un desajuste gravísimo, y yo lo entiendo desde el punto de vista de los trabajadores, porque al final cada uno vive la globalización en sus carnes, y es verdad que a ellos no les puede servir una explicación en la que yo les diga: miren, en Aragón no se va a perder empleo, es más, se va a crear en términos netos empleo. Dicen: a mí no me sirve porque es mi empleo, mi puesto de trabajo el que voy a perder aquí y por lo que voy a tener que cambiar mis condiciones laborales. Lo entiendo, lo entiendo perfectamente.
Pero hagamos correctamente el diagnóstico del problema: no hay una pérdida de empleo y tampoco hay una comarca en dificultades, señorías. Si ustedes entienden de verdad que Épila es una comarca en dificultades, les invito a que se paseen por los polígonos industriales, por el polígono industrial, y a que vean las naves que se están haciendo allí, porque yo me he informado y he visto lo que se está haciendo, las inversiones que están previstas de empresas que están ocupando terrenos, levantando naves, otras que han comprado otras naves y que se va a seguir creando empleo. No es lo mismo que Belchite, francamente, cuando hablamos de una crisis localizada en el espacio.
¿Dónde está, por lo tanto, el diagnóstico? El hecho de que la disminución de plantilla de Lear afecta a unos trabajadores con unos derechos muy legítimos que han conseguido en una negociación difícil y dura en su momento y que ahora estos trabajadores se ven en la tesitura o bien de ser transferidos a otra empresa con unas condiciones salariales inferiores o bien de quedarse en la calle. Y ese es el problema social que tenemos que abordar. Y yo creo que aquí hay que buscar mecanismos de solución. Ahora, yo no tengo mecanismos para obligarle a Lear a quedarse con doscientos veinte trabajadores en la empresa, no tengo, ni tengo mecanismos para decirle a Lear que fabrique otras cosas allí, porque la fabricación que haga la empresa la tendrá que decidir en función de si la puede vender, de si tiene unos contratos con unos clientes o de si lo puede asumir. No tengo esa capacidad. ¡Claro que me gustaría poder suavizar el impacto social de cualquier medida de una multinacional!, estaría encantado de poder hacerlo, y me gustaría porque tengo preocupación por la situación de esos trabajadores de esa empresa, pero lo que tengo que hacer es tratar de buscar soluciones o de facilitar encuentros o soluciones negociadas.
Yo creo que lo que hay que hacer aquí es que la empresa negocie en su caso, si no hay otra salida, unas condiciones de transición de una empresa a otra o de indemnizaciones que compensen, entre comillas, al menos parcialmente, el efecto negativo que puede tener para muchos trabajadores tener que dejar la empresa.
De verdad, que a mí me gustaría poder hacer otras cosas y poder hacer más, pero ya no es un problema de un gobierno regional o de un gobierno autonómico, es que es lo mismo que le pasa a cualquier gobierno de un país, a un gobierno de un Estado en relación con estas decisiones. Nosotros entendemos que la superación de estas dificultades sociales, graves, insisto, que existen se tienen que encontrar en el proceso de negociación, y nosotros nos brindamos y nos implicamos, como nos hemos implicado otras veces, para facilitar esos encuentros y esos acuerdos y, desde luego, para buscar esas soluciones y presionar. Ahora, les puedo asegurar que, cuando uno se sienta con un alemán o con un norteamericano enfrente, que, para empezar, no hablan español, y está uno negociando sobre estos temas, se ve muy distinto de cuando ustedes están ahí y plantean las cosas que plantean.
Desde luego que lo tenemos que hacer con absoluta firmeza y lo tenemos que hacer tratando de defender las condiciones sociales de nuestros trabajadores, pero el margen es aquel del que disponemos. Yo, francamente, recomendaría de verdad que no se saquen las cosas de quicio, lo recomendaría francamente, creo que la situación no es la situación de otros episodios de crisis industrial en Aragón habidos anteriormente ni tampoco la situación de episodios de crisis industrial de Lear habidos en otras partes de España o de otras empresas, fijemos correctamente el diagnóstico y, en consecuencia, abordemos las soluciones. Porque me parece que siempre es legítimo tomar una muestra de un caso concreto para abordar un debate global sobre la deslocalización de empresas, sobre los movimientos de capitales, sobre la falta de respeto de los derechos sociales, es muy legítimo, pero me parece que eso no ahonda en lo que puede ser la solución del problema.
Nada más.
El señor presidente (ATARÉS MARTÍNEZ): Muchas gracias, señor consejero.
Le agradecemos su comparecencia y ahora suspendemos durante dos minutos la sesión.