Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Comparecencias - De Consejeros de la DGA - Ante el Pleno

Comparecencia del consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia para explicar el modelo de colaboración público-privada que quiere implantar en el hospital de Alcañiz y en futuros centros sanitarios y sociales.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 023 de Plenos (VIII Legislatura)
Intervinienen: Alonso Lizondo, Eduardo José - Oliván Bellosta, Ricardo Francisco - Luquin Cabello, Ana Patricia - Ibeas Vuelta, María Nieves - Blasco Nogués, Manuel Lorenzo - Susín Gabarre, María Del Carmen

El señor PRESIDENTE: Bien, antes de pasar al siguiente punto del orden del día, recordar a sus señorías que nos quedan once puntos de debate, que tenemos previsto por la Mesa poder ver cuatro antes del mediodía, y nos quedarían siete proposiciones no de ley. Digo esto, señorías, porque, terminado el debate, ruego encarecidamente a todos los intervinientes que tengan en cuenta los tiempos establecidos en la ordenación del debate.

Y ahora pasamos ya a la comparecencia del consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, a petición de veintidós diputados del Grupo Parlamentario Socialista, para explicar el modelo de colaboración público-privada que quiere implantar en el hospital de Alcañiz y en futuros centros sanitarios y sociales.

El señor Alonso, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra por tiempo de diez minutos.

Comparecencia del consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia para explicar el modelo de colaboración público-privada que quiere implantar en el hospital de Alcañiz y en futuros centros sanitarios y sociales.

El señor diputado ALONSO LIZONDO: Gracias, señor presidente.

El señor consejero de Sanidad, a finales de diciembre, cuando los presupuestos, y también la presidenta del Gobierno, tanto en sede parlamentaria como en los medios de comunicación, incluso en el debate anterior, acaba de anunciarnos la redacción de los pliegos de condiciones para las futuras privatizaciones de la sanidad; el 8 de marzo de este año, incluso, hubo una reunión con la empresa DKV Seguros por parte del Gobierno de Aragón. Son tres pinceladas de que, efectivamente, lo que anunciaba el Partido Popular en su campaña electoral se corresponde en parte con lo que está haciendo en estos momentos; por lo menos, está empezando a pensar, a decir lo que va a hacer y a mover pieza sobre lo que puede ser la gestión o el involucrar a lo privado en la gestión de la sanidad pública.

Naturalmente, de esta última reunión con DKV Seguros, ambas partes dan versiones diferentes: el Gobierno dice que está trabajando en la financiación privada que contribuya a la construcción de nuevos hospitales, el Gobierno de Aragón también dice que quiere que la empresa privada se haga cargo de la gestión no asistencial (cocina, limpieza, jardinería, quiosco de prensa, mantenimiento, etcétera), también dice el Gobierno de Aragón que la externalización no afectaría a la gestión hospitalaria, que haría la DGA, y el consejero también asegura que sigue estudiando más vías de financiación porque nada está decidido —textualmente, dice eso, refleja la prensa de la reunión aquella—; sin embargo, el punto de vista de la empresa DKV en esa reunión es totalmente distinto al que plantea el Gobierno de Aragón, la empresa no se mostró muy dispuesta a asumir la gestión no asistencial de un futuro hospital, la parte de gestión asistencial ni se nombra y el consejero delegado de DKV se limita a ofrecer la colaboración de una fundación que ellos tienen, DKV Integralia, que trabaja en la integración social y laboral de personas con discapacidad. Por tanto, no entiendo el papelón que los directivos de DKV hicieron en aquel día respecto al tema que nos ocupa de la participación privada en la gestión pública de la sanidad.

El Gobierno dice que ha hablado de Alcañiz, la empresa dice que habló de la fundación de integración social... Ustedes están creando un tótum revolútum que tiene desconcertados a todos los aragoneses, y en particular a los cercanos a las futuras inversiones de Teruel y Alcañiz.

Con DKV, yo pienso que no se habla para gestionar ni jardinerías ni mantenimientos ni instalaciones ni gestionar quioscos ni servicios de cocina. Hay empresas mucho más especializadas que DKV para estos menesteres.

Lo que sí que es una realidad incuestionable es que en España hay tres empresas con recorrido en las comunidades autónomas privatizadoras, como Valencia y Madrid, que tienen experiencia, tienen recorrido en la gestión sanitaria: Ribera Salud, el grupo Capio y el grupo Quirón. Si no han hablado con ellas, desde luego, tendrán que hablar si es verdad lo que dice la presidenta de que van adelantando los pliegos de condiciones.

También creo importante reseñar el hecho de que Ribera Salud gestiona, junto con DKV (Ribera Salud es la que empezó con el milagro este de los panes y los peces en Alzira), junto con DKV, Ribera Salud gestiona el hospital de Denia. Es aquí donde aparece la primera referencia a gestión directa, no en la rama de seguros, sino en la rama de prestación sanitaria de DKV.

Mirando por el retrovisor, vemos que aquellos debates de hace dos años que teníamos Partido Socialista y Partido Popular sobre el hospital de Verín, sobre la Fundación Alcorcón, sobre la Fundación Calahorra, han quedado superados por la realidad económica y la voracidad privatizadora del Partido Popular. Eran, que ahora lo vemos con dos años de distancia, discusiones de recreo, eran discusiones inocentes cuestionar la labor que hacían estas fundaciones en Alcorcón, en Verín, en Calahorra.

En los criterios de involucrar a lo privado, la primera duda que yo querría plantearle al consejero es, hablando con la terminología que hablan los que escriben sobre estos temas, por cuál de los tres modelos están optando a la hora de elaborar los pliegos de condiciones: por lo que llaman el modelo PFI (que trata de la iniciativa de la financiación privada), por el modelo que llaman PPP (o sea, el partenariado público privado) o por el tercer modelo futuro en el que la gestión es privada totalmente, tanto en la provisión como en el aseguramiento. Es una cuestión que a nosotros nos gustaría saber, por cuál de los tres modelos apuestan.

¿Quién construirá? ¿Quién financiará? ¿Quién pagará? En ese modelo que ustedes tienen, estas tres preguntas, nos gustaría que aclararan estas posturas.

Porque, claro, el mundo de las concesiones también ha evolucionado en estos dos últimos años: hace dos años, el grupo Capio y el grupo Ribera Salud pugnaban por quedarse el hospital madrileño de Villalba; sin embargo, hoy están en camino de fusionarse ambos grupos, el grupo Capio (controlado por un fondo de inversión) quiere comprar el grupo Ribera Salud, con lo cual se puede producir una postura de fuerza, una postura de oligopolio sanitario con gran capacidad de presión sobre las administraciones que ya gestionan, en Valencia y en Madrid, y que también aquí nos podría afectar a la hora de modificar contratos a su favor o fijar precios.

También, por otra parte, hay otra cuestión que afecta a la realidad española en esta globalización que tenemos económica y de gestión de estos grupos: el segundo flash que nos gustaría tener en cuenta y que creemos que ustedes deben tener en cuenta son las maniobras que el grupo Doughty Hanson está haciendo al adquirir el grupo USP y que acaba de fusionarse con el grupo Quirón. Aquí aparece el otro conocido aragonés cercano al sector sanitario, como es el grupo Quirón, que, por cierto, ayer, fueron noticia positiva en la prensa, dado que habían celebrado con éxito una intervención de aneurisma cerebral por parte de dos médicos de dicho hospital. Mandamos nuestra felicitación al grupo Quirón, aunque yo creo, después de preguntar a gente que conoce este sector, yo pregunté por estos magníficos profesionales y resulta que son profesionales magníficos del hospital Servet, del hospital Clínico, que, legalmente, compatibilizan la gestión sanitaria en el grupo Quirón y que tuvieron este éxito del que la prensa se hacía reflejo ayer. Por lo tanto, a cada uno, lo suyo: además de nuestra felicitación del Grupo Socialista al grupo Quirón, también, en primer lugar, a los magníficos profesionales; en segundo lugar, al Clínico y al Servet, que aquí es donde trabajan y han «hecho manos» estos profesionales, y a la Quirón. Pero por ese orden: primero, lo público y, después, lo privado.

Otras comunidades autónomas (Madrid, Valencia y Castilla-La Mancha incluso) son las que han movido pieza. Nosotros les hemos oído hablar, les hemos oído planificar, y la presidenta nos acaba de anunciar que están redactando pliegos. En esos grupos que han movido pieza, en esas autonomías que han movido pieza, hay inquietud y preocupación en torno a determinadas iniciativas en materia de organización y gestión de centros sanitarios, eso es real como la vida misma, en Madrid sobre todo, y en Valencia, también.

Se detecta una necesidad, en segundo lugar, de dar respuesta a esa creciente preocupación que está salpicando a toda la ciudadanía acerca del posible deterioro de la sanidad pública como consecuencia de esa proliferación de nuevas fórmulas de gestión de corte privado y empresarial.

Y en tercer lugar, aflora la opinión de una posible incompatibilidad entre, por un lado, la generalización de la figura de la concesión a empresas privadas de hospitales, de centros de salud y de centros de especialidades, esa incompatibilidad a la otra parte, a la obligación que tenemos los servidores públicos de mantener la sanidad como servicio público.

Ustedes, como decía anteriormente, llevan un año casi hablando, redactando los pliegos, y creo que harían bien en pensárselo dos veces y pulsar la opinión del resto de los grupos de esta Cámara antes de meterse en un terreno que —creemos— no conviene a los aragoneses en general ni a los habitantes del Bajo Aragón y del sector de Teruel en particular.

Es evidente que las privatizaciones son pan para hoy y hambre para mañana: no ahorran gastos al sistema público, y el incremento de costes que suponen va en detrimento de los presupuestos de los centros públicos, lo que se traslada, fundamentalmente, en primer lugar, a los profesionales (hay disminuciones de plantilla, hay aumentos de horarios, hay no cobertura de suplencias...), y los otros sectores más «débiles» —entre comillas débiles— (salud mental, atención primaria, salud crónica) ven detraídas sus partidas presupuestarias porque hay que empezar a pagar las anualidades de las inversiones hechas por la iniciativa privada.

Los parlamentarios valencianos y madrileños estamos leyendo que están asustados al ver cómo la carga económica se está haciendo enorme. En el Reino Unido, según la Universidad de Manchester, el coste fue de sesenta millones de libras más cada año por haber construido doce hospitales por la fórmula PFI y no haberlo hecho por la fórmula convencional, sesenta millones de libras más cada año. El Gobierno de Cameron, recientemente, tuvimos que ver cómo tuvo que aprobar un fondo de mil quinientos millones de libras para suplir este agujero sanitario. Si hablo del Reino Unido y de las comunidades autónomas de Madrid y Valencia, señor Oliván, no es por criticarlas, es, simplemente, para ver qué es lo que han hecho, qué errores, posiblemente, han cometido y qué podemos aprender.

En Móstoles, treinta años, hospital de Móstoles, la primera anualidad, la suave, setenta y seis millones de euros a Capio, que es la que gestiona, la primera anualidad, la suave. En Torrejón, hospital nuevo de Torrejón, quinientos setenta y un euros por ciento treinta y tres mil habitantes hacen otros setenta y seis millones de euros al año pagados a Ribera Salud, que es quien gestiona, más una propina exigida, la gestión del centro de especialidades de Torrejón. Si multiplicamos los ocho hospitales, las ocho fotos de la señora Aguirre por setenta y seis millones de anualidad por año, nos salen alrededor de unos seiscientos millones de euros al año durante treinta años: esa es la argolla, la esclavitud que lleva consigo esta apuesta por esta gestión. ¿De dónde se quitarán esos seiscientos millones al año en la Comunidad de Madrid? Caras van a salirles esas fotos, porque no es de extrañar que quiera devolver la competencia sanitaria al ministerio (o sea, a todos los españoles) para que todos los españoles paguemos esos seiscientos millones, si la competencia fuera devuelta al ministerio, de sus caprichos ideológicos o sus fotos.

Por lo tanto, son temas que, repito, no es por criticar, pero sí queremos dejar constancia encima de la mesa, en esta tribuna, de lo que nos puede venir encima.

Por lo tanto, le haré unas reflexiones a futuro sobre cómo piensan pagar los gestores, si va a ser por persona atendida, por paciente... [Corte automático del sonido.]

El señor PRESIDENTE: Termine ya, señor Alonso

El señor diputado ALONSO LIZONDO: ... de la gestión privada de Alcañiz cuando sean atendidos en esos hospitales, etcétera.

Por tanto, he puesto de manifiesto estas realidades para que usted se posicione sobre lo que la presidenta nos ha anunciado de cómo van a ir esos pliegos y cuál es su modelo de privatización.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alonso.

El consejero de Sanidad puede intervenir por tiempo de diez minutos.

El señor consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia (OLIVÁN BELLOSTA): Gracias, presidente.

Antes de exponer lo que tenía previsto, señor Alonso, quiero que se quede tranquilo con la reunión con DKV, una reunión meramente protocolaria, solicitada por la propia empresa, en la que ya adelanto que no se alcanzó ningún acuerdo porque no estaba previsto ni siquiera plantear ninguna propuesta a la empresa, fundamentalmente por una cuestión: porque la fórmula que vamos a implantar en Alcañiz, que ahora explicaré, no concuerda con los intereses de esta empresa.

Como usted bien sabe, y ha hecho alusión a ello, ya desde hace unos años, prácticamente desde la década de los ochenta, todos los países desarrollados han intentado la búsqueda de nuevas formas de gestión para mejorar la eficiencia de los servicios públicos.

Hoy en día nos encontramos con un contexto macroeconómico que es el que es, con una grave crisis económica que todos conocemos, con una disminución del gasto al que nos vemos obligadas las comunidades autónomas intentando que no afecte a los servicios, con una limitación del endeudamiento y del déficit público y con una disminución evidente de las posibilidades de inversión con fondos públicos. Y esto puede implicar —de hecho, está implicando— la búsqueda de financiación en medios privados para la prestación de servicios públicos.

Por otra parte, le quiero decir, señor Alonso, que nunca hay que despreciar, de entrada, la incorporación al ámbito público de financiación y fórmulas de gestión características del sector privado.

En todo caso, cuando hablamos de esta cuestión de la colaboración público-privada, hay un reto, que es buscar el equilibrio entre dos cuestiones, que son las siguientes: primero, cómo podemos beneficiarnos de las posibles ventajas en coste, precio y calidad del sector privado sin perder las garantías del servicio público, y, en segundo lugar, la segunda cuestión que hay que equilibrar con la primera es cómo se pueden prever servicios públicos de calidad con criterios de universalidad, dejando un espacio a la obtención de beneficios privados.

Como usted bien sabe, el contrato de colaboración público-privado se regula por el Real Decreto Ley 3/2011, el texto refundido de la Ley de contratos del sector público, y tiene cuatro aspectos básicos que voy a comentar brevemente: primero, conlleva la participación privada, fundamentalmente, en materia de financiación; segundo, hay una participación privada en la gestión de la infraestructura y/o en la gestión de alguna parte del servicio que se presta; en tercer lugar, hay una transferencia de riesgos al sector privado (es decir, se comparten riesgos), y, en cuarto lugar, hay un objetivo fundamental, que es mejorar la eficiencia en el gasto asignando tareas al sector privado en las que su mayor capacidad de gestión, innovación y organización redunda en una mejora de la prestación del servicio.

Hay dos..., usted ha comentado tres, nosotros nos centramos en analizar dos formas de financiación de colaboración público-privada en materia de sanidad, que son los modelos de concesión para la generación de la infraestructura sin incluir la actividad asistencial y, el segundo modelo, modelos de concesión para generación de infraestructura sanitaria incluyendo la gestión de la asistencia sanitaria.

Estas dos fórmulas, estos dos modelos, se desarrollan, a su vez en cinco tipologías de concesiones administrativas de sanidad, que voy a enumerar también brevemente: la primera incluye construcción, equipamiento y mantenimiento; la segunda, además de lo anterior, servicios sanitarios; la tercera, además de lo anterior, alta tecnología; la cuarta añade a lo anterior atención especializada, y la quinta completa todo lo anterior con anterior primaria.

Ejemplos, pues, hay de todo tipo: respecto al primer modelo, al que no incluye asistencia sanitaria privada, sino que queda en manos del sector público, tenemos los casos de Burgos, Salamanca, en Madrid con siete hospitales, Son Dureta en Baleares y Bajo Llobregat en Cataluña, por ejemplo; en el segundo modelo, el que sí que incluye asistencia en manos privadas, están Valdemoro y los cinco hospitales de Valencia.

Un tema que creo que es importante recalcar son las ventajas que tienen para la Administración este tipo de concesiones administrativas sanitarias: en primer lugar, como he comentado antes, transfiere el riesgo al sector privado; en segundo lugar, si está bien diseñada, y esa es la clave, cumple con los requisitos de Eurostat respecto al cómputo como deuda pública (en materia contable, evidentemente, cumpliría esos requisitos siempre que estuviera bien diseñada la fórmula de concesión); en tercer lugar, la Administración Pública puede dedicar, si los tiene, esos recursos a otros fines; en cuarto lugar, acelera la puesta en marcha de infraestructuras más rápidamente que se hicieran con recursos públicos, permite planificar la inversión a largo plazo y, por último, produce, al contrario de lo que usted ha dicho, ahorro directo, con un coste estimado en términos generales —hablo de media— de un 20% respecto a si se hubiera hecho la inversión con recursos exclusivamente públicos. Y hay ejemplos de todo tipo para demostrar esto.

Para el usuario, una ventaja evidente: dispone, con mucha más rapidez que si se hiciera con fondos públicos, de una nueva infraestructura sanitaria, de la que, evidentemente, se beneficia.

Una cuestión que también quiero comentar, que es importante, es la referente al control. Esta colaboración público-privada no debe implicar en ningún momento que se abandonen las responsabilidades de la Administración Pública de cara a controlar el desarrollo de las tareas que se encomienden, en su caso, a la empresa privada concesionaria.

Por todo lo dicho, la colaboración público-privada en sanidad es posible, y necesaria en algunos casos, para hacer más eficaz la prestación de servicios, adecuando mejor los recursos a las necesidades de población, fundamentalmente en la actual situación de crisis económica. Todo ello —y lo comento porque hacen alusión a este tema en su texto que recoge la comparecencia— es extrapolable al sector de servicios sociales, y así se deduce analizando lo que han hecho los gobiernos de todo tipo, de todo signo político, desde la creación del IASS en el año noventa y seis, ya que, desde esa fecha, todos los centros (residencias) del Gobierno de Aragón se han gestionado a través de un modelo indirecto. Recientemente, los dos últimos que se han inaugurado en 2009, Elías Martínez y Delicias, también se rigen por el mismo modelo de gestión.

Ya centrándonos en Alcañiz, actualmente el Ayuntamiento de Alcañiz está en la fase de tramitación de expropiación de los terrenos, tanto para el hospital como para el viario, mediante un procedimiento expropiatorio de tasación conjunta. Una vez que el Ayuntamiento de Alcañiz sea propietario de estos terrenos, se podrá producir la cesión de dichos terrenos para que se proceda a la construcción del hospital. Y el modelo a aplicar en Alcañiz, como ha comentado la presidenta, será colaboración público-privada con gestión pública de la asistencia sanitaria. Con esta premisa, vamos a determinar, y es en lo que estamos trabajando, cuál de los diferentes modelos colaborativos que antes he comentado es el idóneo para el caso concreto de Alcañiz, con todas sus circunstancias, y, en todo caso, garantizando un servicio de calidad universal y gratuito a los ciudadanos del Bajo Aragón.

En todo caso —y ya, con esto, termino—, debemos garantizar un servicio sanitario de calidad, pero esto no debe implicar nunca eludir nuestras responsabilidades y compromiso, como gestores, con el control de gasto público que antes he comentado —me da igual que sea en manos privadas que en manos públicas—, y por eso debemos tomar medidas para garantizar, a su vez, la sostenibilidad del sistema sanitario, sin renunciar a lo público en ningún caso, pero colaborando con la empresa privada cuando sea necesario.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

Señor Alonso, puede replicar por tiempo de cinco minutos.

El señor diputado ALONSO LIZONDO: Gracias, señor presidente.

Señor Oliván, todos somos principales, todos somos importantes, no quiero hacer distingos entre unos y otros, pero no es comparable la Fundación Rey Ardid, que gestiona la residencia Delicias, recientemente inaugurada, porque allí no hay ánimo de lucro, con el grupo Ribera Salud o con el grupo Capio. Punto primero.

No es comparable el consorcio que ustedes tienen aquí o tenemos con la MAZ, en Aragón, o los consorcios andaluces, que gestionan directamente algunos hospitales andaluces, con la superprivatización madrileña que usted no ha descalificado, más bien al contrario, ha valorado las posibilidades que dan las construcciones rápidas por un presunto ahorro, por unas bajas que, en lo público, no íbamos a tener en la construcción de estos hospitales.

Por lo tanto, yo le voy a plantear, por la escasez de tiempo, una serie de preguntas.

¿Cómo pagarán a las empresas que adjudiquen el hospital de Alcañiz la prestación de los servicios, por pacientes o a tanto fijo?

¿Se les restarán los casos de los pacientes que sean atendidos fuera de ese sector sanitario?

¿Se es consciente de que las empresas sanitarias tipo Ribera Salud, Capio o las que puedan concursar a ese tipo de pliego de condiciones, su negocio no está en la sanidad privada, sino en la pública a través, principalmente, de las concesiones administrativas? Es que es distinto. Nosotros no tenemos nada que objetar a que dos grupos privados colaboren en la gestión de sus instalaciones privadas, nada que objetar: si con su dinero dan un servicio, si lo hacen bien, podemos incluso hasta llegar a concertar si son punteros, pero no tenemos nada que decir ahí ni pagarles a ellos. Pero ¿se es consciente también de que se empieza con la concesión administrativa de un hospital de referencia, de un sector sanitario, se sigue con el fraccionamiento del sector, esos sectores que todavía no está muy claro si son dos o son uno o son dos gestionados por uno, y se termina perdiendo el control de los centros de especialidades, después de los centros de atención primaria, de los centros de análisis y de los centros de diagnóstico? Digan lo que piensan sobre estos modelos.

Porque podríamos estar de acuerdo en parte de lo que dice el informe Price Waterhouse del 2012 sobre la sanidad, podemos estar de acuerdo en la colaboración público-privada, siempre lo hemos hecho, hemos concertado para hacer frente a planes de choque de listas de espera, etcétera. ¿Por qué? Porque esos conciertos, a la sanidad pública nos vienen bien para consolidar los valores importantes y fundamentales, como son la equidad, la accesibilidad, la reducción de listas de espera, el cumplimiento de esos tiempos de garantía. O podemos, incluso, estar de acuerdo, como dice este informe, en colaborar con los mutualistas, con las mutuas, el modelo que permite siempre una cartera de servicios del sistema nacional de salud con un gasto per cápita más inferior. Pero, desde luego, no coincidimos en nada de lo que, tímidamente, usted ha expuesto aquí de que apuesta por esa gestión superprivatizada de Madrid o Valencia o que si ya se empieza a planificar en Castilla-La Mancha. Que, por cierto, salen unos titulares recientemente en los que la señora Cospedal, secretaria general de su partido, viene a decir que comparte o que va a poner en marcha el copago farmacéutico y no descarta el sanitario. Son ya para ponerse a temblar. Por tanto no compartimos, de ese informe, la gestión de estas superprivatizadas instalaciones.

En el noventa y nueve —corríjale a la señora Rudi, creo que ha sido un error involuntario, no con mala fe—, en el noventa y nueve ni había transferencias en Aragón, como para decir que ya empezábamos a prometer el hospital de Teruel o el hospital de Alcañiz —no sé a cuál se refería—. En 2006 es cuando se inicia tímidamente un proceso de participación en el Bajo Aragón, tanto en Teruel como en Caspe, para el plan funcional, en el año 2006, y en 2007 es cuando Marcelino Iglesias se compromete a modernizar esas dos instalaciones (que, por cierto, ustedes no las han retirado, las han ralentizado, pero no las han retirado; por tanto, no iría mal el anterior presidente).

Por lo tanto, no piensen que las diferentes empresas competirán en las adjudicaciones del hospital de Teruel, del hospital de Alcañiz..., en parte del hospital de Teruel, porque ahí quedan las instalaciones, los mantenimientos, etcétera. No competirán tampoco en la gestión de centros de atención primaria que la crisis obligó a reprogramar y que ustedes sospecho que también se estarán planteando en ese estado de esos centros de salud de atención primaria, que la crisis, repito, obligó a reprogramar. Competirán si se valora muy al alza los precios de la concesiones y si se comprometen a avalar la gestión cuando vengan crudas, porque, si un fondo de inversión apuesta por un sector sanitario, fondos de inversión que están copando la mayoría de los accionariados del grupo Ribera Salud y del grupo Capio y del grupo Quirón, por lo tanto esos fondos vienen a ganar dinero, no vienen a hacer aquí caridad, ¿eh?, vienen a conseguir mayores cuantías de lo que conseguirían en otros sectores en cuanto a la rentabilidad.

¿Quién pagará el cambio de modelo de gestión en esos programas con los recortes que se preconizan ya y a los que sus afanes privatizadores nos van a llevar? Porque me estoy refiriendo a programas que ya estaban mal dotados en los presupuestos con menos presupuesto que el año anterior: me estoy refiriendo a programas de vigilancia epidemiológica, violencia de género, programas de salud y mujer, programas de violencia de género, plan integral de la lucha de la explotación sexual, programas de formación de profesionales, sobre todo en atención primaria, proyectos presentados por la comunidad autónoma que cofinanciaba o financiaba directamente el ministerio y que se han caído de los presupuestos generales... Estos son los afanes privatizadores... [corte automático de sonido] de otros programas, los planes de coordinación inter-sanitaria...

El señor PRESIDENTE: Termine, señor Alonso

El señor diputado ALONSO LIZONDO: ... las atenciones en los centros de referencia a nivel nacional para las enfermedades graves... Estos recortes, que los sufriremos.

Yo terminaría, por respetar, faltaría más, los tiempos que me marca el señor presidente, diciendo que usted se encuentra una sanidad pública con las mejores ratios de mortalidad, perinatal, cáncer de mama, cardiopatía isquémica, cáncer de pulmón..., una serie de variables en las que somos punteros, ustedes se encuentran este tipo de sanidad.

Y, por último, querría que usted, en su contestación, nos contestara si se compromete a que el recorte nacional de los siete mil millones no va a obligar a modificar los presupuestos del departamento y no va a suponer recortes en prestaciones y en calidad, tal como usted asegura en la prensa que ha salido hoy, porque sería muy gratificante oírle que, estos recortes, lo que usted dice se va a cumplir.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alonso.

A continuación, el señor consejero, en dúplica, tiene tiempo de cinco minutos. Cuando quiera, puede intervenir.

El señor consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia (OLIVÁN BELLOSTA): Gracias, presidente.

Señor Alonso, creo que he sido claro en mi primera intervención.

No he entendido la primera parte de la suya. Usted hacía referencia a modelos de colaboración público-privada que no he dicho en ningún caso que sean los que se vayan a aplicar en Alcañiz, al contrario: yo he dicho que, en Alcañiz, el modelo que se iba aplicar era colaboración público-privada, siempre con la gestión sanitaria en manos del sector público. Todo lo que ha comentado respecto a las empresas que gestionan la sanidad y los cobros per cápita, etcétera, hacen referencia a modelos en los que también la gestión sanitaria está en manos del sector privado.

Le quiero comentar, señor Alonso, que no se puede condenar por sistema la colaboración público-privada, como parece que ustedes hacen habitualmente, porque todo depende de cómo se diseñe y, sobre todo, de cómo funcione. Existen diferentes modelos —los he comentado— y también diferentes ámbitos de colaboración público-privada que no se limitan exclusivamente a la construcción y gestión de hospitales, y que se aplican en todas las comunidades autónomas y que se han aplicado desde hace tiempo en todas las comunidades autónomas de todo signo político.

No descartamos, porque lo he dejado claro, sino al contrario, que se pueda construir Alcañiz por colaboración público-privada, con servicio sanitario, como he dicho antes, en manos públicas, pero con un objetivo: garantizar y mejorar la calidad asistencial de los ciudadanos del Bajo Aragón y utilizar todo el potencial público-privado sanitario que converja en ese proyecto.

¿Por qué digo también que no hay que demonizar la colaboración público-privada? Pues, sencillamente, señor Alonso, voy a dar unos breves datos: en 2009, cuando ustedes gobernaban, dedicaron siete millones a la concertación con clínicas privadas para limitar la lista de espera; en 2010 fueron nueve millones, por cierto, no presupuestados; en el último presupuesto que hicieron, que fue en 2011, en la Dirección General de Planificación y Aseguramiento constaban 33,8 millones de convenios, conciertos..., en definitiva, externalizaciones con entidades privadas de todo tipo, incluyendo diferentes cuestiones de salud mental, interrupción voluntaria del embarazo, que se hace también en clínicas privadas, etcétera; en el Salud, en ese mismo ejercicio constaban noventa millones de euros en externalizaciones, también, evidentemente, en colaboración con empresas privadas, aproximadamente un 20% del capítulo II del departamento se dedicaba a aspectos que se desarrollaban posteriormente con empresas o con entidades privadas. ¿Acaso estas externalizaciones son malas? Estas externalizaciones, ¿hay que demonizarlas en todo caso? Yo creo que no. Se han producido, además, cuando ustedes gobernaban y la situación económica era diferente a la de ahora, y, por cierto, en muchos casos, todas estas externalizaciones las dejaron sin pagar.

Entonces, cuando ustedes lo pusieron en marcha, no tuvieron reparos, porque entendían que era la mejor forma de hacer llegar al ciudadano determinadas cuestiones que la Administración Pública no puede acometer directamente, y es una actitud que contrasta con lo que ustedes, actualmente, están defendiendo.

Otro dato que le quiero dar: ¿usted sabe que en las tres provincias hay centros de salud y consultorios ubicados en locales de propiedad privada en régimen de alquiler? ¿Se diferencia esto del modelo que nosotros proponemos para Alcañiz? ¿Eso es privatizar la sanidad? Pues que sepa usted que hay varios centros de salud y consultorios de las tres provincias que se encuentran en locales alquilados a personas privadas.

Respecto a plazos de construcción del hospital de Alcañiz, que, por lo visto, les urge y tienen muchas prisas, le recuerdo algunas cuestiones que, por cierto, usted también ha comentado: dentro de los cien compromisos que hizo públicos el presidente Marcelino Iglesias en el discurso de investidura de 2007 incluía Teruel y Alcañiz, y entonces no había crisis económica.

Le recuerdo también que la anterior consejera, en 2007, anunció —cuando hablaba de que anunciaba—, anunció —aquí está el recorte— que en 2008 se iniciaría la construcción del hospital de Alcañiz y finalizaría en 2011.

Le recuerdo también, para más INRI, que, a pesar del compromiso que asumieron el señor Iglesias y la consejera, el PP enmendó los presupuestos de 2009 habida cuenta de que ustedes no habían consignado ni un euro para el hospital de Alcañiz, con un millón de euros, y ustedes, en un alarde democrático sorprendente, rechazaron esa enmienda y aceptaron una igual de Izquierda Unida.

Y por último, le recuerdo que en el último presupuesto, de 2011, el PP enmendó otra vez el presupuesto para incluir un millón de euros para el hospital de Alcañiz ya que no había nada y el PSOE lo transaccionó dejándolo en quinientos mil euros.

Nada más, muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

A continuación, el resto de los grupos parlamentarios, empezando por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida de Aragón. La diputada señora Luquin tiene la palabra por tiempo de cinco minutos.

La señora diputada LUQUIN CABELLO: Gracias, señor presidente.

Señor consejero, de lo que estamos hablando hoy aquí es algo mucho más profundo y más serio; estamos hablando del modelo sanitario y de la apuesta del modelo sanitario que tiene su Gobierno, que tiene el Gobierno en Aragón, y del modelo sanitario que se tiene a nivel estatal. De eso estamos hablando.

Y el hospital de Alcañiz será una de las primeras pruebas que demuestre claramente que ustedes están apostando por un modelo de sanidad que va apostando por la privatización de la misma. Y lo hacen desde el primer momento en que ustedes empiezan hablar de la insostenibilidad del sistema público de salud, cuando ustedes saben que eso es absolutamente falso, es demagógico, y les sirve a ustedes para poder aplicar las políticas que siempre han defendido, que, en este caso, es hablar de la privatización de la sanidad. Modelo que ya hace muchos años ustedes, en comunidades autónomas, como es el caso de Madrid o el de Valencia, ya están aplicando.

Y además, saben las consecuencias de las mismas: son modelos que han fracasado. Usted dice que la clave está en el diseño, en el pliego de condiciones, la clave está en el diseño, y venga a insistir en el diseño, porque ustedes no han dado con el diseño. Esos modelos que ustedes ya han puesto en funcionamiento —tiene que preguntar a sus consejeros y consejeras de sanidad en la comunidad de Madrid y la valenciana—, que ya los pusieron en marcha antes de la crisis, no han funcionado, están costando miles de millones de euros a las arcas públicas, y esa es la realidad. Simplemente, tienen ustedes que constatar y mirar los números.

La que es insostenible es la sanidad privada, es la que nos cuesta millones de euros a los ciudadanos y ciudadanas de este Estado y en esta comunidad autónoma. Y usted está abriendo la puerta, con la colaboración público-privada para la construcción del hospital de Alcañiz, a desmantelar el sistema sanitario público en esta comunidad autónoma y empezar a apostar por la privatización.

Modelo Alzira, modelo Reino Unido..., ¿cuál es el modelo? Es que no existe un modelo que no haya fracasado, no existe. El que funcionaba, y funcionaba bien hasta ahora, es el sistema sanitario público, en el Estado y en esta comunidad autónoma, reconocido a nivel mundial. Lo que ustedes necesitan es una vía de financiación, de tener su financiación suficiente, y eso se puede hacer a través de la vía impositiva. El problema es que las medidas que adoptan ustedes son, por ejemplo, la de la amnistía fiscal y no meter mano donde tienen que meter para tener recursos suficientes para garantizar servicios públicos esenciales y básicos, como es el caso de la sanidad pública.

Ese es el debate, y, en estos momentos, a ustedes la crisis les está sirviendo como excusa para aplicar políticas que siempre han defendido, y esa es la realidad.

Por lo tanto, señor consejero, ni diseño ni que esto va a ser más eficiente ni más eficaz, porque yo ahora a usted le empiezo a entender cuando hablan de la palabra «eficiente», cuando hablan de la palabra «eficaz» y cuando hablan de la palabra «optimizar»: cuando habla de eficiencia, que dice usted hacer más con menos, de lo que está hablando usted es de recortes, de eso hablan ustedes, porque, generalmente, cada vez que se habla de eficiencia, lo que lleva acompañada la medida es un recorte; cuando habla usted de optimización, resulta que de lo que estamos hablando es de desmantelamiento; cuando habla de optimizar, la siguiente medida concreta que vemos es optimizar, y, cuando ustedes hablan de eficacia, de lo que están hablando es exactamente de privatizar. Y yo creo que a la ciudadanía tenían que hablarle de eso, de los ajustes que ustedes están haciendo, de la privatización que ustedes están desarrollando y del desmantelamiento del sistema sanitario público, que es absolutamente grave y es una línea roja, porque en estos momentos estamos poniendo en cuestión el Estado del bienestar.

¿Las consecuencias de la privatización? Le voy a leer palabras textuales de una de esas aseguradoras, porque, claro, quien hace negocio con esto suelen ser empresas, porque han nombrado una aseguradora, pero hay otras empresas que en otra época terminada se forraron con el ladrillo y, como ya no hay negocio, ahora han decidido que su nicho de inversión es la sanidad, y esa es la realidad, palabras textuales de una aseguradora que considera que «apostar por la sanidad es un negocio seguro, un negocio seguro porque, hace años, cuando este modelo privado de gestión fracasó en Alzira [no sé si le suena], finalmente fue la Administración Pública quien lo recuperó para volver a privatizarlo después». ¿Le suena? Esa es la realidad.

La salud no es un negocio, es un derecho, y la sanidad ustedes la van a convertir en un negocio si abren la puerta a la privatización.

En estos momentos, las consecuencias de la privatización de la sanidad son tres: laborales, con unas condiciones laborales de la gente que está trabajando allí pésimas, congelaciones de plantillas; médicas, porque hay una devaluación de la misma y reducción de atención, sobre todo con pacientes enfermos crónicos, con personas mayores, que se desvían, y, por último, económicas, porque la única realidad y la única verdad que usted ha dicho con esta ventaja es que el gasto realizado bajo este concepto puede quedarse fuera del balance público a efecto de déficit y de deuda.

Y esa es la única realidad, porque lo demás... [corte automático del sonido] una colaboración público-privada en el caso privado, lo único que prima es la rentabilidad económica. ¿Usted me dice a la cara seriamente que, realmente, este tipo de empresas tienen como objetivo prioritario al paciente, que tienen como objetivo prioritario la prestación y la calidad del servicio, que tienen como objetivo...

El señor PRESIDENTE: Termine ya.

La señora diputada LUQUIN CABELLO: ... —termino ya— que tienen como objetivo prioritario, realmente, las condiciones en las que se da la prestación? No es verdad. Su objetivo prioritario, que no son ningún tipo de ONG, es la rentabilidad económica, y, como digo, la sanidad no puede ser un negocio, porque es un derecho.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Luquin.

Por Chunta Aragonesista, su portavoz, la señora Ibeas, tiene la palabra por tiempo de cinco minutos.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Gracias, señor presidente.

Señor consejero, yo creo que tienen ustedes que empezar a hablar ya con claridad, porque vale ya de estar aquí mareando la perdiz con palabras, «colaboración público-privada», «eficacia»... Pero ¿usted está seguro de que estamos hablando de colaboración público-privada? ¿O no estamos hablando de concesión de obra pública? Porque yo me leo el texto refundido de la Ley de contratos del sector público, me leo el artículo 7 y me leo el artículo 11, y yo no tengo muy claro qué está planteando usted, no lo tengo claro en absoluto.

Pero, vamos a ver, estamos hablando de concesión de obra pública a una empresa privada para la explotación de unos servicios... Vamos a ver, ¿qué problema hay para que esto no se pueda seguir manteniendo en la línea de la ejecución de las obras, etcétera, desde la vía pública?, ¿qué problema hay? ¿Hay algún problema que lo impide para que ustedes tengan que ir a esas fórmulas de colaboración entre sectores públicos y privados? Que yo sepa, no. ¿O qué pasa?, ¿que a partir de ahora ya ningún centro sanitario aragonés se va a construir a cargo de presupuestos públicos, gestión pública a todos los efectos? ¿Eso se va a extender, esto que ustedes plantean, para todos los servicios, educativos y en todos los niveles?

Bueno, vamos a ver, está claro que lo que ustedes están planteando es una privatización clarísima de la sanidad. Ya está, no le den más vueltas. Y aquí empiezan: «no, va a ser más eficaz...». Pero, eficaz, ¿el qué? Le oigo hablar a la anterior portavoz y dice: «bueno, la prioridad de la empresa, ¿cuál es?». Evidentemente, una empresa privada lo que pretende es que sea rentable su negocio, y es lícito. Pero ¿y su prioridad, señor consejero? ¿La prioridad de este Gobierno es dar negocio a las empresas privadas?, ¿esa es la prioridad que tiene? La suya, ¿es esa, o es garantizar unos servicios públicos, gestionados públicamente y que puedan ser, además, controlados desde las instituciones públicas y, concretamente, desde estas Cortes? Claro, si su prioridad es la de un empresario, yo creo que usted no está bien colocado donde se ha colocado, como consejero en un Gobierno.

Vamos a ver, hay un factor, además, singular: en estos momentos no estamos hablando de un edificio cualquiera, de una infraestructura cualquiera, estamos hablando de que existe en estos momentos ya, existe, y viejo, el pobre, un edificio, una infraestructura, que es el hospital de Alcañiz, que hace años ya que necesita un cambio. Luego ustedes no generan nada nuevo, no, es que van a transformar, van a privatizar una infraestructura, un servicio, un centro sanitario público del servicio aragonés de salud.

Vamos a ver, explíquennos hacia dónde caminan ustedes. ¿Ustedes tienen en la cabeza privatizar el Salud? ¿Ustedes tienen en la cabeza ir, poco a poco, con todos los centros sanitarios con la excusa de la crisis? Eso es desmantelar la sanidad pública, porque no se puede contraponer el negocio lícito, legítimo, de cualquier empresario —evidentemente, si no tiene nada que ver con la sanidad, tendríamos para hablar mucho, mucho, de qué hace usted valorando este tipo de cuestiones— con el derecho universal que es la sanidad, la atención a la sanidad, el cuidado de la salud y la responsabilidad que tienen las administraciones públicas y usted, como consejero de Sanidad, para que se pueda garantizar en las mejores condiciones para toda la ciudadanía y, además, con la mayor accesibilidad.

Expliquen realmente hacia dónde caminan, porque fíjese usted si ha pasado tiempo y usted viene y dice: «pues, mire, no tenemos nada». Oiga, ¿qué están haciendo? Lo que pasa es que ustedes no quieren cantar, eso es lo que pasa. Pero en algún momento lo tendremos, ya lo sabremos cuando ya esté todo hecho.

Entonces, preguntas muy concretas, se las he formulado, se las ha formulado mi grupo parlamentario para que usted nos responda.

Queremos saber con cuántas empresas públicas, privadas, interesadas en la construcción y gestión del nuevo hospital, se han reunido ustedes, con cuántas y con cuáles.

Bajo qué tipo de contratos, que están regulados, precisamente, en el texto refundido de la Ley de contratos del sector público, tienen ustedes previsto que se desarrollen las obras de construcción. Eso lo tienen que saber.

Cómo van a ejecutar las obras, ¿mediante un contrato de concesión de obra pública con una empresa privada y con posterior explotación del hospital o de una parte de las instalaciones?

¿Ya tienen el estudio de viabilidad? Dígamelo, ¿tienen ya el estudio de viabilidad, que es obligatorio, tal y como lo prevé el artículo 128 del texto refundido de la ley?

Hablan de gestión mixta. ¿Qué quieren decir?, ¿gestión y explotación con contraprestación de obras? ¿Qué servicios gestionaría la empresa, qué explotaría? ¿Qué pasa realmente con la dirección médica? ¿Cómo va a intervenir la empresa?, porque no me diga que aquí nada tiene que ver, algo tendrá que ver. ¿Qué va a pasar con el régimen laboral del personal sanitario y no sanitario?, ¿qué va a pasar? ¿Y qué consecuencias tiene reales para la población?

Esto es convertir el Salud en otra cosa, es Salud convertido en otro proyecto empresarial, que, desde luego, no es para lo que nació y, desde luego, no lo va a respaldar jamás mi grupo parlamentario, por mucho que ustedes digan luego que a la gente le da igual, que lo que quiere es que le atiendan, y gratis. Es que la gente, muchas veces, no sabe lo que, quizá, no tiene por qué saber, y es que aquí, en estas Cortes, realizamos un control de los servicios públicos y que los gobiernos tienen la obligación de gestionar esos servicios públicos básicos con ética, y, a mí, esto me parece bastante poco ético tal y como ustedes lo están planteando.

Pero me interesan, sobre todo, su prioridades, las de la empresa me las puedo imaginar, porque garantizar la calidad fuera del servicio sanitario es reconocer que usted no cree en el sistema de salud público aragonés, y eso yo creo que le deslegitima como consejero.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

Por el Grupo Parlamentario del Partido Aragonés, su diputado señor Blasco tiene la palabra por tiempo de cinco minutos.

El señor diputado BLASCO NOGUÉS: Muchas gracias, señor presidente.

Buenos días.

Quisiera empezar mi intervención leyendo el párrafo que se incluye en el pacto de gobernabilidad suscrito por el Partido Popular y el Partido Aragonés en relación con el objetivo 5, «Garantizar unos servicios de calidad en todo el territorio», y que, textualmente, dice: «Los partidos políticos firmantes de este acuerdo coinciden en garantizar el Estado de bienestar y su viabilidad, están de acuerdo en que se ha de asegurar la prestación de los servicios públicos esenciales a todos los aragoneses en condiciones de máxima calidad y de igualdad en el acceso a todo el territorio, todo ello a pesar del descenso en los ingresos públicos, lo cual exige acudir a fórmulas de gestión y financiación adecuadas para conseguir una mayor eficacia y eficiencia en su prestación». Yo creo que aquí está recogido bastante concisamente cuáles son las intenciones del Partido Popular y del Partido Aragonés en relación con la sanidad: estamos hablando de garantizar la prestación, de garantizar el Estado de bienestar y su viabilidad, y estamos hablando de poner a disposición de todos los aragoneses cuantos medios sean precisos.

No será, a lo largo del día, la última vez que hable de este párrafo del pacto de gobernabilidad, pero sí que quiero incidir en la importancia que le damos a ese mantenimiento, a ese sostenimiento del Estado de bienestar. Pero, a partir de ahí, es verdad que ese compromiso incluye también la necesidad de acudir a las fórmulas de financiación y de gestión adecuadas.

Nos parece estupendamente que se tomen medidas, ¿cómo no?, de racionalización del gasto, de eficacia en la gestión, de control de los recursos..., pero es evidente que tenemos que intentar también mantener un nivel de inversión que pueda dar soluciones a las demandas de los ciudadanos, como, en este caso, sería el hospital de Alcañiz. Y, en esas fórmulas, el Partido Aragonés siempre ha sido claro: creemos en la suma de lo público y lo privado como factor de dinamización de la economía y como recurso ante la falta de inversión pública que se produce en algunos momentos de crisis, como el de ahora. Pero siempre hemos añadido que eso no quiere decir que las administraciones públicas se tengan que desentender de la gestión y del control, sino más bien todo lo contrario: lo tienen que ejercer con mayor eficacia y con mayor eficiencia, para asegurar un servicio público de calidad. Y, en este caso, no solo el control y la tutela, sino, como ha dicho el señor consejero, también la gestión. Yo creo que ha quedado suficientemente claro, aunque, evidentemente, estamos hablando de dos modelos diametralmente distintos, en uno de los cuales no cabe para nada —aunque luego veremos que en algunos casos sí que cabe— la iniciativa privada.

Con el Partido Socialista, señor Alonso, hemos trabajado durante doce años, y hemos trabajado bien y hemos hecho muchas cosas a través de la colaboración público-privada. Y, en esa colaboración entre el Partido Socialista y el Partido Aragonés, creo que no ha habido duda de cuál era el respeto que el Partido Aragonés ha tenido siempre a los ámbitos del Estado de bienestar, y nuestra sensibilidad no ha cambiado. Y, como no ha cambiado, creemos que el Partido Aragonés sigue siendo una garantía de que ese Estado de bienestar va a ser uno de los pilares básicos sobre los que se va a seguir trabajando en esta comunidad, porque, al final, de esto se trata: de cumplir los mandatos constitucionales y los mandatos estatutarios en el sentido de los derechos a la salud y el deber de las administraciones de prestar un servicio de calidad en la sanidad.

Pero los recursos no son infinitos ni inagotables, y menos para las administraciones públicas, que deben estar siempre atentas a la demanda de los ciudadanos, y, además, estas demandas se incrementan más, si cabe, en los momentos de crisis, como en los que estamos en estos momentos.

El ciudadano tiene también muy superado ese mensaje de que solo desde lo público se le pueden dar atenciones, lo tiene muy superado, y vemos cómo muchos de los servicios públicos, posiblemente no tan esenciales como la sanidad, como son la limpieza o el transporte, por ejemplo, son realizados por empresas de carácter privado, pero, evidentemente, no le preocupa, porque el servicio existe, existe con control público.

Un buen ejemplo de esta colaboración público-privada la tenemos en el tranvía de Zaragoza, el tranvía de Zaragoza se está realizando mediante ese sistema. No solo eso: la empresa concesionaria hará también la gestión. Pero parece que, ahí, el Gobierno de izquierdas del Ayuntamiento de Zaragoza en estos momentos lo ve muy bien. Podemos estar de acuerdo en el tranvía, pero chapó para el sistema con el que lo están trabajando.

Señorías, desde el Partido Aragonés, ante la escasez de recursos, ante la siempre inevitable limitación de los mismos, sobre todo, como he dicho anteriormente, en las administraciones públicas, creemos que se debe echar mano de todas las posibilidades que tengamos en estos momentos. Y para ello, desde nuestro punto de vista, con el control público adecuado, nada mejor que la suma de lo público y lo privado para que los ciudadanos sigan manteniendo y sigamos respetando los derechos que hasta ahora tienen, como es, por ejemplo, ese tan prometido, tan añorado y tan nunca llegado hospital de Alcañiz.

Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Blasco.

Por el Grupo Parlamentario Popular, la diputada señora Susín tiene la palabra por tiempo de cinco minutos.

La señora diputada SUSÍN GABARRE: Gracias, presidente.

Bien, la comparecencia que en estos momentos estamos tramitando versa en el fondo sobre un tema que va a ser recurrente en esta legislatura. Se ha debatido ya en varias comparecencias, incluso en el debate de investidura, y, reiterada y sucesivamente, tanto la presidenta del Gobierno de Aragón como el consejero de Sanidad y Bienestar Social han repetido que este Gobierno iba a utilizar todo el potencial que hubiera en esta comunidad autónoma y que el objetivo era la mejor asistencia sanitaria y social para los aragoneses.

Se ha dicho reiteradamente también por parte de ustedes, señor Alonso, que la colaboración público-privada, ni es mala en sí ni es buena en sí: depende de cómo funcione, y modelos hay, como se ha visto hoy aquí, para todos los gustos. Por lo tanto, ni la rechazamos ni la defendemos a capa y espada, depende de cómo funcione.

Y le voy a decir más: hay muchos modelos de colaboración público-privada y muchos modelos de gestión sanitaria y social, lo ha expuesto el consejero. Usted ha vuelto a hablar hoy del modelo valenciano y del modelo madrileño; a ustedes les gusta mucho hablar de eso, aunque no recuerdan el catalán, que, cuando han estado ustedes gobernando en Cataluña, con el mismo modelo, donde hay prestación de servicios en el modelo más amplio de colaboración público-privada. De todas formas, el Partido Popular, señor Alonso, buscará siempre la colaboración en todo aquello que sea bueno para los ciudadanos.

Lo dijo la presidenta en esta misma tribuna: vamos a seguir ampliando la externalización de servicios no asistenciales, vamos a seguir ampliando la colaboración con los centros privados para aquellas pruebas que tengan retraso en la sanidad pública, y, en ese avance de la colaboración público-privada —lo ha dicho la presidenta esta misma mañana en esta tribuna— se están preparando ya los pliegos para licitar las obras, efectivamente, por colaboración público-privada, y así lo ha reafirmado el consejero, del hospital de Alcañiz, pero manteniendo la atención sanitaria con carácter público, gratuito y universal. Hospital que, por cierto, según las distintas promesas y compromisos que se hicieron en esta tribuna, ya debía estar inaugurado y en funcionamiento. Por cierto, el noventa y nueve fue el año en el que el Ayuntamiento de Alcañiz acordó solicitar la construcción de un nuevo hospital, y en 2005 fue cuando Marcelino Iglesias, en esta tribuna, ya en el año 2005, se comprometió a inaugurar el hospital de Alcañiz, a construirlo, y todavía está sin inaugurar, como he dicho antes.

Este es el modelo, señor Alonso, es el modelo que buscaremos siempre con un claro objetivo: mejorar la calidad asistencial para todos los aragoneses y, sobre todo, utilizar todo el potencial público, privado, sanitario y social que tenemos en esa comunidad autónoma.

No hace falta —bueno, pueden hacerlo, por supuesto— que reiteren peticiones de comparecencia como esta para conocer cuál es la opinión de nuestro partido respecto a estos modelos. Es tan sencillo como acudir al documento Estrategia Aragón 2025, donde está perfectamente definido, acudir a nuestro programa electoral, donde esta perfectamente definido, o acudir al acuerdo de gobernabilidad al que ya ha hecho referencia el señor Blasco, donde está especial y claramente definido el máximo aprovechamiento de los recursos públicos y privados en la sanidad para mejorar la calidad del servicio sanitario a los ciudadanos, que es de lo que se trata en definitiva.

En el discurso de investidura, la presidenta Rudi también fue muy clara en este concepto, en la comparecencia del propio consejero de Sanidad con las líneas generales de su departamento..., siempre lo mismo, señor Alonso, señora Luquin y señora Ibeas, siempre lo mismo, con coherencia y en la búsqueda del consenso, siempre el mismo modelo, todas las declaraciones que ha habido oficiales y fuera de estas Cortes han ido en la misma línea: hemos repetido hasta la saciedad que la atención sanitaria en Aragón va a seguir siendo pública, universal y gratuita. Así que, por favor, dejen de sembrar inquietud, dejen de ser agoreros y dejen de confundir la participación del sector privado en la prestación de determinados servicios, e incluso en la construcción de un hospital, con que eso requiera un coste para el enfermo. Es allí donde ustedes están planteando la inquietud.

Nada más, y muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Susín.

Para terminar el debate, el señor consejero, por tiempo de cinco minutos, puede intervenir.

El señor consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia (OLIVÁN BELLOSTA): Gracias, presidente.

Señora Luquin, me preocupa, la verdad es que mucho, una afirmación que ha hecho, y es que, para usted, el problema de la sostenibilidad de la sanidad es un problema falso. Creo que no es consciente de la situación en la que estamos en esta comunidad autónoma y en el conjunto del país, y, precisamente, todas las medidas que se están adoptando a nivel autonómico y a nivel nacional tienen por objetivo que dentro de unos años podamos decir que nuestros ciudadanos, que nosotros mismos, como pacientes potenciales que somos, podamos seguir recibiendo el mismo servicio, por lo menos, que recibimos hoy en día.

Respecto a los modelos de los que ha hablado, yo creo..., vamos a ver, le vuelvo a decir, creo que he dejado claro que el modelo que se va a aplicar en Alcañiz es un modelo que pasa por que el servicio público asistencial se va a garantizar. Las personas que van a dedicarse al servicio sanitario van a seguir perteneciendo al Salud, igual que hasta ahora. La única diferencia es que el edificio donde se realice esa actividad se va a financiar de una manera, como he comentado antes, colaborativa entre el sector público y el sector privado, y que una parte de los servicios no asistenciales que se realizan en el hospital, como, por cierto, se está haciendo habitualmente en hospitales de Aragón y el resto de España, va a poder ser gestionada por empresas privadas (estoy hablando de mantenimiento, estoy hablando de limpieza, estoy hablando de cocina o seguridad, por ejemplo).

Ha demonizado, como me esperaba, la sanidad privada. Yo creo que hay que tener un cierto respeto a lo que está haciendo la sanidad privada, por lo menos en Aragón, me consta que lo está haciendo, y lo ha comentado el señor Alonso, con unos altos niveles de calidad y, en todo caso, complementando la labor de la sanidad pública. Ahí donde no llegamos, y, eso sí, tenemos que ser capaces de llegar todavía más allá, ahí donde no llegamos tiene que llegar la sanidad privada.

En cuanto a la polémica ante recortes y ajustes, y respondo a la señora Ibeas y también, de paso, al señor Alonso, porque también utiliza habitualmente esta dicotomía, vamos a ver, yo entiendo por recorte todo lo que afecte a la calidad o a la cantidad del servicio. Todas las medidas que vayan dirigidas a mejorar la gestión, a tocar teclas dentro de lo que es la gestión de los hospitales en términos de compras, en términos de organización, en términos de eficiencia, de personal incluso, de horario, etcétera (hemos hablado aquí también de absentismo), son medidas que no redundan en perjuicio del paciente, sino al contrario. Y esas medidas son de ajuste y ahorran, y ese ahorro no supone, ni mucho menos, un recorte. En ese camino es en el que estamos trabajando.

Hablan habitualmente los partidos de la oposición del desmantelamiento del sistema público sanitario. Es que me gustaría que me dijeran qué se ha desmantelado, qué se ha desmantelado —parece que dan por hecho que se va a desmantelar—, qué se ha desmantelado y qué creen ustedes que se va a desmantelar. Porque yo creo, vamos, y yo estoy en los foros donde se habla de estas cuestiones, que todo lo que ha trascendido y todo lo que se ha hablado, que es lo que trasciende, y lo tengo que decir así, no va, ni mucho menos, en contra de lo que es el sistema sanitario que todos conocemos. Eso sí, organizado de otra manera, organizado de una manera más adecuada.

Ha hablado o hablan habitualmente de privatización generalizando. ¿Privatizar es que la ropa de un hospital se lave en una lavandería privada?, ¿eso es privatizar la sanidad? ¿Privatizar es que la seguridad del hospital equis la lleve una empresa privada?, ¿eso es privatizar sanidad? ¿Privatizar es que la comida del hospital la elabore una empresa privada?, ¿eso es privatizar la sanidad? Eso se está haciendo en esta comunidad autónoma, se ha hecho habitualmente en esta comunidad autónoma. Y, por cierto, en estos momentos, en algunos de estos aspectos estamos recorriendo el camino contrario, como, por ejemplo, en el tema de las lavanderías.

Señora Ibeas, le voy a dejar tranquila: tengo una única prioridad, y es que Alcañiz tenga un hospital. Y aún le digo más: hoy por hoy, la única posibilidad de que Alcañiz tenga un hospital es con la fórmula que vamos a poner en práctica.

Y ya aprovecho para hacer tres preguntas a todos los que han comparecido con motivo de esta comparecencia, tres preguntas muy sencillas.

Primero, ¿estamos todos de acuerdo en que Alcañiz necesita urgentemente un hospital? Me lo responden cada uno de ustedes.

En segundo lugar, ¿creen que este año y los próximos años tendremos recursos económicos suficientes para financiar el hospital de Alcañiz con recursos públicos?

Y en tercer lugar, ¿creen que a los pacientes, que a los ciudadanos del Bajo Aragón, que serán atendidos con personal público, con servicios públicos, que a estos ciudadanos les va a preocupar cómo se ha financiado el hospital o, incluso, su titularidad?

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor consejero.

La señora diputada IBEAS VUELTA: Señor presidente.

El señor PRESIDENTE: ¿Sí, señora Ibeas? ¿En concepto de...?

La señora diputada IBEAS VUELTA: Pues porque nos ha hecho una pregunta, tres preguntas el señor consejero.

El señor PRESIDENTE: No, pero no está en el orden del día.

La señora diputada IBEAS VUELTA: No es habitual.

El señor PRESIDENTE: Señora Ibeas, no está en el orden del día. No aproveche la coyuntura para contestar.

La señora diputada IBEAS VUELTA: ¡Ah! Pues, entonces, igual se lo tendría que explicar alguien al señor consejero.

El señor PRESIDENTE: Le puede contestar luego, en particular, si le parece.

La señora diputada IBEAS VUELTA: ¡Ah, no, no! En particular, nada. Estamos aquí, en las Cortes, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ibeas.

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