Intervinienen: Vaquero Perianez, María Del Mar - Clavería Ibáñez, Alfonso - Luquin Cabello, Ana Patricia - Domínguez Bujeda, Ramiro - Herrero Herrero, María - Soria Sarnago, Leticia
La señora PRESIDENTA: Pues, en ese caso, pasamos al siguiente punto del orden del día: debate y votación de la proposición no de ley sobre la celebración del cuarenta aniversario de la Constitución española, presentada por el Grupo Parlamentario Popular, que tiene la palabra.
Proposición no de Ley núm. 316/17, sobre la celebración del cuarenta aniversario de la Constitución española.
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ: Presidenta. Señorías.
Empezábamos esta mañana hablando de la Constitución, del valor de la Constitución, y vamos a finalizar casi la tarde de hoy haciendo referencia, precisamente, a una iniciativa que presenta mi grupo parlamentario con motivo del próximo cumplimiento del cuarenta aniversario de la Constitución.
La Constitución española, fruto de un gran pacto constitucional, donde todas aquellas personas y fuerzas políticas que intervinieron hicieron gala de una amplia generosidad, ejemplaridad, espíritu de acuerdo y, sobre todo, responsabilidad. Responsabilidad para tratar de superar las legítimas aspiraciones políticas de todos aquellos partidos y fuerzas que intervinieron y, por encima, anteponer el bien común para lograr ese espacio de concordia donde concurrir todas estas fuerzas políticas y, sobre todo, un espacio colectivo de convivencia.
Esa Constitución ha hecho grandes los valores sobre los que se apoya nuestra democracia, valores como la libertad, la seguridad, la justicia y el pluralismo político. Una Constitución moderna y avanzada, lo decíamos esta mañana, de las más modernas y avanzadas del mundo, y una Constitución que, sobre todo, ha conseguido ser el texto constitucional y la norma de todos, la Constitución de todos.
Ha sido un referente para muchos otros países, sobre todo para aquellos en los que han concurrido también unas circunstancias muy parecidas a las que entonces vivía el pueblo español, países que transitan de un régimen autoritario a un régimen democrático y que, como el pueblo español, todos ellos quieren y han estado dispuestos a superar con determinación y este espíritu de concordia. Por lo tanto, referente para muchos países.
Refugio también ante momentos difíciles, y respuesta, como estamos viviendo en estos momentos, ante conflictos y desafíos.
En definitiva, un texto constitucional que ha sabido superar enfrentamientos, dificultades y conflictos y que nos ha convertido en una de las democracias más sólidas, más prósperas y más asentadas del mundo.
Nuestra Constitución es el garante de la democracia de nuestro Estado de derecho y también del Estado de las autonomías. Nuestra Constitución convierte a España en una nación, en una gran nación, que es la unión de todos los ciudadanos, y esa nación es la que ha avanzado unida, la que ha caminado unida, ha compartido unida y ha construido unida. Una nación cohesionada, donde los individuos se han sentido titulares de la soberanía nacional, titulares de derechos y libertades, y que se han regido por una España justa.
España como nación, pero también una España que ha sabido reconocer la autonomía de las nacionalidades y de las autonomías que la integran, y precisamente las ha protegido y las ha garantizado.
Es en estos días cuando hemos visto que la fuerza de la Constitución ha sido capaz de actuar con determinación y también con proporcionalidad ante la crisis política de Cataluña. Precisamente con la aplicación de ese artículo 155 que hemos apoyado todos los partidos constitucionalistas, se ha conseguido, precisamente con la ley, garantizar y proteger la ley; con la ley de la Constitución española, proteger y garantizar el Estatuto de Autonomía y el principio de legalidad, que es el que protege también los derechos, las libertades y las garantías de todos los ciudadanos.
Una democracia como la actual, que atraviesa por uno de los momentos más difíciles, ha vuelto a encontrar refugio y respuesta en nuestra Constitución. Ante el desafío del principio del imperio de la ley, la Constitución ha vuelto a dar respuesta. Ante el cuestionamiento de los ejes fundamentales de la democracia y de esos principios como la libertad o la seguridad, el pluralismo y la justicia, la Constitución ha vuelto a dar respuesta.
La Constitución ha convertido nuestro país en un marco de prosperidad, de bienestar, de oportunidades, de libertad y de seguridad, y recoge y garantiza las aspiraciones más legítimas de todos los ciudadanos.
La Constitución de 1978 ha brindado en España la época de mayor estabilidad democrática y ha prolongado el tiempo en nuestra historia reciente, con las cotas más altas de progreso y bienestar de toda Europa. Nada tenemos que envidiar a los países con las democracias y los sistemas democráticos más sólidos y más regulares y fuertes. Ha servido para consolidar un régimen democrático que ha garantizado a todos los ciudadanos una época de mayor estabilidad.
La Constitución española ha traído Europa y, con ello, políticas de cohesión; ha traído un espacio plenamente democrático y, con ello, de derechos; ha traído modernización en la economía y la expansión de muchas empresas que han garantizado el empleo, uno también de los derechos básicos; ha traído servicios sociales, para muchos países, inimaginables: la educación, la sanidad, un sistema de pensiones público y universal. En definitiva, nuestra Constitución ha traído la mayor descentralización política, la mayor estabilidad institucional y, como digo, ha sabido responder ante desafíos, ante dificultades y ante graves peligros que han querido atacar esta democracia.
En estos días es cuando más se habla de reforma, de reforma de la Constitución, pero, desde el Partido Popular, nunca hemos dicho «no» a una reforma siempre y cuando se haga, como mínimo, con el mismo grado de consenso con que se aprobó la Constitución española. Para una Constitución de todos, una reforma de todos. Aquí no valen minorías ruidosas ni mayorías transversales: una reforma de todos. No vale imponer las ideas de una mayoría ante una minoría que no se sienta representada.
Para nosotros, España es una nación que se tiene que regir por una Constitución de todos los ciudadanos que integran esa nación, y, por lo tanto, no vale que en esa reforma ni se diga qué es lo que hay que reformar ni para qué hay que reformarlo ni cuál debe ser el punto final de esta reforma. Es tarea de todos y, por lo tanto, debe dar cobijo a todos.
La iniciativa que hemos presentado desde nuestro grupo parlamentario de lo que trata es, precisamente, de sumarse a la celebración que desde otras instituciones, en este caso como el Congreso de los Diputados, se instado para celebrar, precisamente, el cuarenta aniversario de nuestra Constitución.
Creemos que es una ocasión oportuna para adherirnos y para mostrar lealtad a la norma fundamental que ha conseguido, precisamente, sustentar nuestra sociedad de bienestar y crear oportunidades a todos los españoles, haciéndoles legítimos y únicos dueños exclusivos de esa soberanía nacional y de ese conjunto de libertades y derechos públicos.
Es una ocasión para renovar ese espíritu de concordia, sobre todo, como decía anteriormente, en un momento difícil, en el que ha habido un intento, precisamente, de conculcar el principio de legalidad, de atacar derechos y libertades fundamentales y de desconocer y vulnerar, precisamente, ese espíritu de concordia y esos derechos que nos han unido a todos los españoles.
La Constitución española nos ha garantizado un país moderno y abierto, y a muchos de los que hoy, más de veinte millones de españoles, no conocieron ni votaron esa Constitución. Por lo tanto, creemos que es el momento de que se puedan llevar a cabo actos para difundirlos.
La Constitución no es algo anacrónico, es un texto actual que todos podemos contribuir a renovar con nuestro fortalecimiento y con nuestro apoyo, es un marco de convivencia que ha instalado un sólido sistema de protección de derechos sociales, y por eso también creemos que es el momento de recordarlo.
Los defectos de la Constitución, las ausencias, esos controvertidos artículos... [corte automático del sonido] ..., es el momento y no se debe reconocer que es propio de la Constitución, sino de aquellas personas que, en unas circunstancias determinadas, tuvieron que elaborar este texto.
Ha habido otras constituciones anteriores, la de 1812, 1876, 1931, que todas tuvieron valor en su momento. Pero si hay un mérito que hay que reconocer a esta Constitución es que es, vuelvo a decir, una Constitución de todos y que no fue nunca exclusividad de nadie.
Por eso solicitamos un homenaje a la Constitución y que el Gobierno de Aragón participe en todos aquellos actos que se hagan desde otras instituciones, impulse también alguno de estos actos y, en definitiva, se lleve a cabo la adhesión a cualquier acto que a reconozca nuestra norma fundamental como la madre de todos y cada uno de nuestros derechos.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor vicepresidente primero (GARCÍA MADRIGAL): Diputado Clavería Ibáñez, se dirige ya, de modo raudo y veloz, a la tribuna.
El señor diputado CLAVERÍA IBÁÑEZ: Gracias por la lírica, señor presidente.
El PP presenta otra iniciativa escaparate o «atrápalotodo» a esta Cámara.
Es verdad que esta es la semana en la que la fiscal jefe de la Audiencia Nacional ha presentado conclusiones sobre el caso Gürtel, por cierto, en términos bastante más duros de los que solemos emplear nosotros, para condenar la corrupción endémica de los campeones de las salas del Penal, ubicados en Génova, 13, sede cubierta por la bandera más grande de Madrid.
Quizá el partido proponente, con la excusa de este homenaje a la Constitución, lo que está buscando en el fondo es un homenaje a la liquidación de los dos grandes acuerdos constituyentes, el pacto social y el pacto territorial: pacto social finiquitado por las reformas laborales que han precarizado y saqueado las nóminas y pensiones de la mayoría social, pacto social finiquitado también por la reforma del artículo 135 de la Constitución, que supedita, aun ahora, la soberanía nacional y los derechos sociales a la deuda financiera, y el pacto territorial o encaje autonómico de nuestro complejo y plural país de países, que ya fue visto con aprensión por el PP en el año 1978 y parte de Alianza Popular votó en contra o se abstuvo a esta Constitución, y pacto ignorado desde hace unos años en el Tribunal Constitucional, y que ahora se pretende dinamitar con el 155, con grave riesgo para los consensos del Estado autonómico. Ya nos lo ha advertido ese fino estadista llamado Casado que el 155 es un aviso para todas las autonomías, y nadie le ha desautorizado todavía.
Así que, en plena temporada de manoseo de los símbolos patrios, de uso obsceno de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, para esconderse detrás de ellos para delinquir, ahora toca blandir nuestra Constitución común para repartir mandobles. [Rumores.] Y, ¡ojo!, con una estrategia de tensión y violencia que recuerda bastante a la Tangentópolis italiana, una crisis de Estado por la corrupción que puso en peligro la democracia y en la que se dieron parecidos ingredientes. A propósito, esta crisis se llevó por delante a la democracia cristiana y al Partido Socialista italiano. Todo fue poco para tapar delitos y combatir al adversario.
En términos clásicos, citaba Maquiavelo en La República que había dos grandes peligros para los estados, para la república en su caso: uno, el peligro de la desigualdad máxima y, el otro, el del sectarismo, la creencia de que al adversario no hay que integrarlo, sino arrasarlo.
Y las intenciones recentralizadoras son claras, no hay reforma constitucional en la agenda, esa tan anhelada por don Pedro Sánchez, «no es no», «bueno, ahora sí», «bueno, ahora también», es una reforma constitucional que el PP y su cara B convierten en papel mojado. Y, peor aún, si se aborda, será para negar derechos, para restringirla. ¿No me creen? Palabra de Casado.
Y también el espíritu reformista constitucional de esta mañana del señor presidente del Grupo Parlamentario del PP, con ese «váyanse a freír espárragos», muy esclarecedor, al 20% de esta Cámara.
Pero hablemos de las consecuencias de toda esta singladura para Aragón.
Pues bien, el Gobierno de España, al tiempo que amenaza con volar el Estado autonómico, ha decidido que el departamento dirigido por el señor Bermúdez de Castro deje en suspenso las negociaciones bilaterales con Aragón, y el dinero que tenía que venir a Aragón el 1 de enero del año 2018 está en el aire y sin fecha. Después de tanto aspaviento con la bilateralidad, y otra vez se ríen de Aragón en nuestra propia Cámara.
En cuanto pisan Madrid, sean del partido que sean, ya se sabe, solo hay truco o trato. Yo se lo he dicho de esta tribuna muchas veces [rumores], se lo he dicho en esta tribuna muchas veces: cuidado con el PP, que sale muy caro apoyarle, pues una vez le dieron su apoyo en la investidura en Madrid a cambio de nada, las consecuencias no paran de sucederse. Nos limitan el techo de gasto, obstruyen la viabilidad a la legislación aragonesa de protección de la ciudadanía más vulnerable, reducen en cien millones nuestros presupuestos, nos pasan la factura de los cuarenta millones de la estafa a las depuradoras y, en breve, ya veremos si no pasan también el trasvase que ahora planea más cerca.
Pedimos al [Rumores.] Señora presidenta, talante democrático... Señor presidente, el talante democrático de la bancada popular deja mucho que desear esta tarde. Pido un poco de respeto [Rumores.] [Aplausos.] Miren, nos han tenido aquí dos años y nos van a tener que aguantar muchos años más, así que vayan teniendo paciencia. [Rumores.] [Aplausos.]
Pedimos al PSOE...
El señor vicepresidente primero (GARCÍA MADRIGAL): Diputado Clavería, que tiene que finalizar, por el tiempo.
El señor diputado CLAVERÍA IBÁÑEZ: Pedimos al PSOE y al resto de grupos parlamentarios que sumen por Aragón y para Aragón y que se alejen de todo lo que hace el PP con la Constitución, o le pongan exigencias de defensa común de nuestra autonomía aragonesa.
Es por ello que hemos presentado esta enmienda de adición, en defensa de las Cortes de Aragón, en defensa del Estatuto de Aragón y de todos nuestros derechos.
Muchas gracias. [Aplausos.]
El señor vicepresidente primero (GARCÍA MADRIGAL): Grupo Parlamentario Mixto, doña Patricia, mientras que se dirige a la tribuna de oradores... [Rumores.] Señor Campoy, que está usted revuelto con el tiempo hoy... [rumores] , señor Campoy...
Ruego a los oradores que se ajusten al tiempo, porque nos acusarán de nocturnidad.
La señora diputada LUQUIN CABELLO: Gracias, presidente.
Pocas cosas que celebrar, nada que celebrar, sinceramente. Hoy, precisamente hoy, cuando vemos a un Gobierno encarcelado por un delito de sedición... [aplausos y rumores], directamente, pocas cosas que celebrar. Pocas cosas que celebrar porque si algo ha quedado hoy claro es que la política, con mayúsculas, ha fracasado, y si algo ha quedado claro hoy es que la Constitución española, de la que nos dotamos en 1978, no es capaz de dar soluciones a los problemas de la España plurinacional del año 2017 y 2018.
Se lo digo yo, que, efectivamente, no voté esta Constitución, pero que el Partido Comunista de España, heredero Izquierda Unida, no solo defendió, sino que pidió el voto «sí» a esa Constitución, y ustedes, con su partido heredero, fueron los que votaron «no» o se abstuvieron. [Aplausos.] Por lo tanto, ustedes llegan cuarenta años tarde a todos los sitios, cuarenta años.
Señora Vaquero, ¿sabe de dónde veníamos, que usted no lo ha dicho ni una vez? De una dictadura, de la dictadura franquista es de donde veníamos. ¿Y sabe lo que se aplicó en ese momento? La Ley de amnistía, porque, si no se hubiera aplicado la Ley de amnistía, todos aquellos franquistas hubieran estado en la cárcel. [Rumores.] Y hoy, ustedes, ante un conflicto político y territorial, ante un conflicto político y territorial, lo que hacen ustedes es meter en la cárcel a todo un Gobierno. [Rumores.]
Lamentablemente, lamentablemente, poco que celebrar, poco que celebrar, porque no hay un análisis más marxista que el saber en qué circunstancias se toman decisiones. Las que se tomaron en 1978, en un contexto histórico concreto, con unas necesidades concretas y con una necesidad de política concreta, y en el contexto en el año 2017, que se toma otro tipo de decisiones.
No hay nada más inestable que el inmovilismo, que es el que ejercen ustedes, el inmovilismo y no querer leer el país queremos convivir, todos y todas, también aquellas personas que viven en Cataluña, también aquellas personas que piensan completamente distinto de lo que ustedes votan. Y, por lo tanto, por lo tanto, se tienen que poner los instrumentos, las herramientas para garantizar que, efectivamente, en este país podemos caber todos y todas.
Yo no soy independentista, mi fuerza política no es independentista y quiere que Cataluña se quede en este país, porque es el gran reto que tiene la Constitución de 1978 en el 2017. Y está claro que, con las decisiones que se están adoptando, se quiere expulsar de forma consciente a una parte importante de este país que piensa de una manera diferente.
Como comprenderán, en estos momentos, señorías, como comprenderán, estamos en una de las crisis políticas más graves que tiene este país en estos últimos cuarenta años, más graves, y lo que se está utilizando son las resoluciones judiciales para intentar solventar un conflicto político que tiene unas enormes y gravísimas dimensiones políticas. Si alguien piensa en estos momentos que los problemas políticos de este país se pueden resolver metiendo en la cárcel a un Gobierno o intentar meter a media Cataluña en la cárcel, es no querer entender absolutamente nada. [Rumores.]
La Constitución española en 1978 y la gente que fue ponente de la misma leyó perfectamente el momento histórico en el que estaba, supo hasta dónde podía llegar y cómo podía llegar. Sí, ustedes, los que dijeron que no, ahora que se abanderan y cogen la Constitución y la abrazan, los que votaron que no y se abstuvieron con esa Constitución: mi gente supo leer el momento histórico, como está sabiendo leer el momento histórico en el que nos encontramos actualmente.
Es el momento de la democracia, el momento del diálogo, el momento de la negociación y el momento de consensuar, no el de la imposición, no el de aplicar políticas que quieren expulsar a una parte importante a población. [Rumores.] Ustedes ríanse, porque en estos momentos, posiblemente, la historia también les juzgará. ¿Y saben por qué les juzgará? Porque estamos en un problema político gravísimo en este país.
Ustedes están utilizando la Constitución española para su propio rédito electoral, es de una irresponsabilidad gravísima cuando de lo que estamos hablando es que el modelo territorial de este país salta por los aires, les guste a ustedes o no les guste. Y el que no quiera leer esa situación política tiene un grave problema de percepción y tiene un grave problema de democracia y de entender cuáles son los retos que tenemos como país en el siglo XX y en el siglo XXI.
Por lo tanto, señorías, como digo, poco que celebrar, ninguna sobreactuación.
Y, en estos momentos, lo que necesitaríamos sería la capacidad de haber tendido puentes para que los catalanes y las catalanas se quedaran aquí y no estar poniendo bombas, echando gasolina y dinamitando, de lo que, posiblemente, nos tengamos que arrepentir todos y todas.
A cada uno de nosotros nos juzgará la historia [rumores] sobre cómo actuamos y sobre cómo participamos... [corte automático del sonido]... momentos tenemos los políticos del 2018, y no nos podemos abrazar a la bandera de los políticos de 1978. [Aplausos.]
El señor vicepresidente primero (GARCÍA MADRIGAL): En el entretanto... [Rumores.] Un momento, diputado Domínguez, un momento..., un momento, diputado Domínguez.
Como la oradora tenía más que tablas, no hemos imposibilitado la libre expresión de la bancada del Partido Popular, pero tampoco se puede imposibilitar la voz de libre expresión de la diputada de Izquierda Unida.
Señor Domínguez.
El señor diputado DOMÍNGUEZ BUJEDA: Muchas gracias, señor presidente.
Pues la verdad es que... Déjenme decirles que se han precipitado con un año de antelación, pero bienvenido sea, bienvenido sea, con un año de antelación. Nosotros no solo apoyaremos los actos del 2018, sino que animaremos también a apoyar los del 2017, que van a ser dentro de cuatro días, así que lo haremos.
Dicho esto, me gustaría aprovechar para poner en valor a aquellas personas valientes que en 1978 llegaron a acuerdos con los que pensaban diferente y pusieron las bases de lo que han sido cuarenta años de convivencia y de libertad en nuestro país. Fueron hombres y mujeres que supieron escuchar a una sociedad que clamaba por el bienestar social, por la libertad, por la democracia y por el europeísmo.
Por tanto, efectivamente, hay muchas cosas que celebrar. El mismo señor Lambán esta mañana hablaba de la época de prosperidad que ha habido en España desde ese 1978. Parece que algunos recién llegados a la política se olvidan de que, antes de nosotros, otros, a los que otros debemos agradecerles, pusieron las bases de la democracia en la que hoy estamos viviendo.
Hablamos de un texto que reúne una serie de valores, principios que hoy están, si cabe, igual o más vigentes que entonces. Son valores como la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político, y principios cuestionados hoy en nuestro país, como el de la legalidad, porque Cataluña es también nuestro país, o el de la división de poderes, tal y como hemos visto recientemente con una serie de dirigentes que, envolviéndose en la bandera y escondiéndose en Bruselas, piden que a ellos no se les aplique la ley, y desgraciadamente también por parte de partidos que dicen hablar en nombre del pueblo, ese pueblo al que quieren robar el derecho que tiene reconocido en la Constitución sobre la soberanía nacional.
Resulta llamativo que a algunos se les llene la boca denunciando, en muchos casos con razón, los recortes del Partido Popular en materias como sanidad o educación y a los mismos no les importe que se le recorte el derecho a decidir sobre su propio país, que no es otro que España.
Nuestro apoyo a esa celebración no evita poner de manifiesto algunas sombras, como que, durante treinta años, el bipartidismo se ha apoyado en partidos nacionalistas a los que se ha ido cediendo, y ahora se han echado al monte.
Somos conscientes de que, además de la crisis económica, hay una crisis de legitimidad, de legitimidad de la clase política y de legitimidad de nuestras instituciones, y esa crisis de legitimidad se ve reflejada en una desafección de los ciudadanos hacia la clase política, desafección que, seguramente, tiene su base en dos factores fundamentales: por un lado, la corrupción, que ha sido un fenómeno mucho más generalizado de lo que nos gustaría, y, por otro lado, los abusos de poder de viejos partidos que han asfixiado a la sociedad civil, que han intentado controlar el poder judicial, que se han incrustado en el poder financiero y que han intentado controlar los medios de comunicación.
Por tanto, hay motivos para la celebración, pero también para la reflexión y para las reformas.
Ante esta crisis, no caben ni el inmovilismo ni el conformismo ni la ruptura de los que quieren demoler nuestro sistema de convivencia. Todas las voces son necesarias, pero no permitiremos que algunos vengan a demoler lo que con tanto esfuerzo hemos construido entre todos los españoles.
Ante esta situación, hace falta retomar la actitud valiente de aquellos hombres y mujeres de 1978 y rescatar los valores y principios que inspiraron y que inspiran nuestra Constitución. Hace falta actualizar, modernizar y reformar nuestro modelo de convivencia para que esos mismos valores y principios vuelvan a brillar.
Una reforma que no debe tener como objetivo encajar a nadie, porque todos los españoles formamos parte del mismo cuerpo, todos los españoles somos parte del mismo sujeto de derecho que debe decidir sobre el conjunto.
Nosotros apostamos por una reforma para todos los españoles, una reforma para adaptarnos a las nuevas necesidades y no a los derechos particulares de una pequeña élite política que cree situarse al margen de la ley.
Una reforma que debe de pasar por preservar la igualdad de derechos de todos los españoles, por suprimir aforamientos, reformar el Senado o cambiar la Ley electoral, y que debe tener como objetivo final el que todos los españoles se vean reflejados en esa hipotética reforma.
Por ir terminando, apoyaremos esta proposición no de ley, celebraremos el aniversario del 2018 tal y como hemos celebrado todos los anteriores.
Pongamos en valor un texto que integra a todos, que protege a diferentes culturas, tradiciones, lenguas, historias propias dentro de la historia común española, pero también debemos reflexionar sobre las lagunas o mejoras que este texto requiere, como decíamos, desde nuestro grupo esta mañana. Centrémonos en lo que nos une, porque, sin duda, es mucho más de lo que nos separa. Porque, señorías, hay tierras al este, pero también al oeste, al norte y al sur.
Muchas gracias.
El señor vicepresidente primero (GARCÍA MADRIGAL): Grupo Aragonés, doña María Herrero.
Ruego se acomoden al tiempo, si son ustedes gentiles.
La señora diputada HERRERO HERRERO: Gracias, presidente.
Señora Vaquero, ¡menudo rapapolvo! Yo de verdad que me había leído ayer la iniciativa, la he vuelto a sacar y me la he vuelto a leer y la he vuelto a subrayar porque digo: «a ver qué es lo que vamos a votar». Porque yo creo que, vamos, que quienes han intervenido estarán enfadados o indignados por otras cosas, pero no por lo que vamos a someter a votación. Porque, aquí, lo que vamos a votar es: «Instar al Gobierno de Aragón a impulsar medidas para celebrar el 6 de diciembre de 2018 por el aniversario de la Constitución, adherirse a los actos conmemorativos que están promoviendo, participar en los actos y realizar también, dentro de nuestras competencias, actos para conmemorar la Constitución», ni más, ni menos.
Todo lo demás, si quieren, hablamos de todo lo que haga falta y decimos cada uno nuestro punto de vista, nos exaltamos, lloramos, nos alegramos, cada uno según su punto de vista, pero lo que estamos votando es lo que estamos votando. Lo que pasa es que, claro, yo ya con el señor Clavería me he quedado sorprendidísima porque no esperaba para nada esa intervención, que además me parecía como sacada de otra época con la que yo, desde luego, no me identifico, que no la he vivido, y... [rumores], y, sinceramente, es que no sé cuál es su España. Desde luego, para nosotros, no es el referente Venezuela... [Risas.] Claro.
Es que la Constitución no es intocable y no es perfecta, no es ni perfecta ni intocable. Ahora bien, se llamó «la Constitución de la concordia». ¿Ustedes, señorías, de verdad creen que hoy sería de la concordia, o sería de la discordia? Porque lo estamos viendo aquí qué capacidad tenemos para llegar a acuerdos.
Decía la señora Luquin, literal: «la Constitución española no es capaz de dar soluciones a los problemas de hoy». Señora Luquin, la Constitución no tiene la culpa: los políticos de hoy no saben dar soluciones a los problemas de hoy [Aplausos.] ¡No, no!, es que no es la Constitución, son los políticos, porque aquí cada uno viene a vender su libro y con poca altura de miras y muy poca generosidad, y puedo hablar en primera persona por no excluirnos, ¿eh?, todos.
¿No creen ustedes que hoy no sería posible la Constitución española que se hizo en su momento con sus imperfecciones? Porque, claro, ¿cuál es su alternativa? Y yo lo que escucho es, de diferentes formaciones políticas, una constitución diferente. Sí, sí, ese es su punto de vista, pero el punto de encuentro, ¿cuál sería? Yo no lo veo por ningún lado. Ahora, si se trata de que cada uno digamos cómo sería la constitución que nos gustaría, pues vale. Pero ¿podemos llegar a un acuerdo o no podemos llegar a un acuerdo?
Miren, nosotros creemos en el Estado de las autonomías, que es el que se plasma en la Constitución, y ahora que está habiendo muchas banderas de España por ahí, también les digo que a mí me da cierta pena que, junto a la de España, en Aragón no esté también la de Aragón mucho más de lo que está. Porque España es lo que es, y es un Estado de las autonomías, donde se hizo un esfuerzo muy grande por parte de muchos, no sé si con más o con menos acierto, pero creo que con más aciertos que errores, para que pudiésemos sentirnos partícipes de un proyecto común todos, con las diferencias que cada uno teníamos. Y tiene mucho recorrido con unos políticos que sean capaces de saber interpretarla bien e, incluso, modificar y mejorar aquellos aspectos que puedan tenerse que modificar y mejorar realmente para dar respuesta a los problemas de hoy, pero no para generar otros problemas.
Y ahí cabe también Aragón, y, desde luego, Aragón estaría mucho mejor de lo está con esta misma Constitución si hubiese habido voluntad política de los responsables que ha habido en unos momentos u otros. Aragón tiene mucho recorrido, y no lo ha tenido porque no ha habido voluntad.
Ciertamente, Aragón es una nacionalidad histórica, y, es más, la propia Constitución española se refiere a esos territorios que tienen unos derechos históricos a actualizar y a desarrollar, y si no lo hemos hecho será por otras razones: será porque nosotros mismos no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo, porque no hemos tenido la fuerza suficiente, porque pintamos bien poco en España, desgraciadamente... Pues a lo mejor por todo eso, pero no por la Constitución, no culpemos a la Constitución de todos los males.
¿Conmemorar la efeméride de la Constitución? Bueno, pues es que, a ver, los valores de la Constitución, ¿realmente no los compartimos todos? A mí esto me preocupa, los valores de la Constitución. ¿No compartimos los valores constitucionalistas todos? A mí me preocupa, porque me parece que son el abecé, el abecé, el abecé.
Otra cosa es que, indudablemente, con los cuarenta años que tiene..., pero que yo llevo aquí catorce y ya se decía que había que cambiar la Constitución..., claro, tiene cuarenta, pero antes no tenía cuarenta y ya se decía que había que cambiar. Porque cada uno, desde su punto de vista, interpreta que la Transición se hizo más o menos correctamente e interpreta que la Constitución española tendría que decir una cosa u otra. Pero, vuelvo a reiterar, no creo que haya una... [corte automático del sonido]... posible desde el acuerdo y desde el consenso mejor que la que hay.
En cualquier caso, nosotros estaremos dispuestos, por supuesto que sí, y apostamos por poderla mejorar, pero ahí nos mediremos todos a ver la responsabilidad, la generosidad y la altura de miras y el compromiso común que tenemos por seguir siendo todos ciudadanos del mismo Estado...
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Herrero.
La señora diputada HERRERO HERRERO: ... del Estado de las autonomías que es España. [Aplausos.]
La señora PRESIDENTA: Gracias.
Grupo Parlamentario Socialista. Tiene la palabra.
La señora diputada SORIA SARNAGO: Gracias, señora presidenta.
Pues lo cierto es que, si todos los aniversarios, de alguna u otra manera, empujan a poder extraer algún tipo de lecciones que nos puedan servir para el presente y para el futuro, al llevar un balance a cabo de lo que ha sido y cómo hemos llegado a ese punto, lo es cierto es que el cuarenta aniversario de nuestra Carta Magna pues tiene una significación todavía mayor.
Cualquiera que conozca, cualquiera que sepa cuál ha sido nuestro constitucionalismo histórico, caracterizado, sobre todo, por esa historia pendular de una Constitución tras otra, una conservadora, una progresista, creo que fueron hasta siete constituciones sin contar los diferentes proyectos que no llegaron a ver la luz, pues sabe perfectamente la importancia que tiene el que cuatro décadas de régimen constitucional se hayan vivido en nuestro país de una manera continuada y con una vigencia real.
Por tanto, estamos, señorías, ante un acontecimiento verdaderamente importante, en tanto que cuarenta años de vida democrática, pacífica, regular y, en términos generales, próspera, significan cómo nuestra Constitución española ha sabido regir de una manera eficaz y de una manera real la vida del país, con independencia de ciertos problemas todavía irresueltos, y que nos ha permitido contar en nuestro país con una de las constituciones más avanzadas de nuestro entorno.
Estamos, además, ante una Constitución consensuada, una Constitución que supo adaptarse a los imperativos del Estado, que supo adaptarse a los imperativos de la segunda mitad del siglo XX, sobre ese gran pacto social y democrático, pero que ahora, señorías, nosotros entendemos que, bien entrado ya el siglo XXI, necesita adaptarse a los nuevos retos y también a los requerimientos que las transformaciones económicas, tecnológicas, sociales, políticas y culturales, en un mundo globalizado, están demandando.
Señorías, cuando se aprobó la Constitución, incorporamos a nuestra historia constitucional un texto modélico, un texto modélico no solamente desde el punto de vista del contenido, sino también desde el punto de vista formal, por cómo se supieron abordar cuáles iban a ser las líneas generales y fundamentales en un contexto en el que estábamos viviendo. Yo recuerdo, por lo que he leído estos días a raíz de prepararme esta intervención, palabras del señor Adolfo Suárez en donde hablaba de que cuatro eran los ejes prioritarios que había que abordar en ese momento, en ese año 1978, y que creo que deberíamos y podríamos extrapolar al contexto actual, como son: el dotar al país de una Constitución, la reconciliación nacional, superar la crisis económica y establecer un modelo autonómico. Cuatro ejes totalmente extrapolables a los momentos actuales.
Pero, pese a estos logros, los socialistas necesitamos y queremos afrontar, de la misma manera que ya lo hicimos en el año 1978 con esa decisión, cómo el paso del tiempo, pero, sobre todo, la crisis económica, social, política, institucional y territorial que estamos viviendo, exigen que nuestra Carta Magna sea reformada. Eso sí, necesitamos hacerlo bajo el paraguas del compromiso, bajo el paraguas del mismo consenso, del mismo pacto de convivencia, renovar ese pacto de convivencia con el que se hizo en el marco de 1978.
Es fundamental que se reconozcan los nuevos derechos, las nuevas libertades que, conforme se ha ido transformando la realidad, han ido apareciendo, que se blinde el Estado social, que se fortalezcan derechos como la sanidad, como los servicios sociales, que se fortalezca el Estado de bienestar, que se revitalice también el Estado de derecho, que se mejore la calidad en la representación política y las instituciones democráticas, o cómo también es fundamental la puesta al día del modelo de organización territorial, con un modelo que camine, señorías, hacia la España federal en una Europa federal, con un reforzamiento necesario de ese compromiso europeísta.
Desde el Partido Socialista, creemos que es tiempo ya de afrontar la reforma de la Constitución y, además, hacerlo sin miedo, con ilusión y con esperanza, pero, sobre todo, con voluntad de diálogo y acuerdo. Y, de hecho, esta disposición al diálogo ya en el Congreso el Partido Socialista la ha puesto de manifiesto con ese impulso a la creación de la Comisión no permanente para la evaluación y la modernización del Estado autonómico, que creemos que es fundamental que se ponga en marcha cuanto antes, pero que, además, esté integrada por todas y cada una de las diferentes fuerzas políticas.
Por todo lo expuesto, vamos a votar a favor esta iniciativa, una iniciativa que sí que he de decirle, señora Vaquero, que nos parece, ciertamente, insuficiente, porque entendemos que, a lo largo de todo el texto, debería haber hecho alguna mención a la reforma que tanto está demandando la realidad democrática y la realidad social en la que nos encontramos en estos momentos.
Los socialistas entendemos, frente a quienes, para no hacer nada, se justifican en que «en tiempos de zozobra, no hacer mudanza», los socialistas, sin embargo, pensamos que es precisamente en las situaciones de crisis donde esas crisis se convierten en oportunidades, y es donde tenemos las grandes posibilidades de establecer los grandes cambios para el país.
Muchas gracias. [Aplausos.]
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Soria.
Señora Vaquero, tiene usted la palabra para fijar posición con respecto a la enmienda presentada.
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ [desde el escaño]: Gracias, señora presidenta.
Y, desde luego, no vamos a aceptar la enmienda presentada por Podemos, por considerar que se refiere al Estatuto de Autonomía cuando esta iniciativa era muy clara y muy concreta, referida al cuarenta aniversario de la Constitución. Estaremos encantados, si ustedes presentan una iniciativa para poner en valor el Estatuto de Autonomía de Aragón, estaremos encantados en apoyarla.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vaquero.
Pues procedemos a la votación de la proposición no de ley presentada en sus términos, al no aceptarse la enmienda. Iniciamos la votación. Finalizada la votación, sesenta y dos votos emitidos, cuarenta y siete síes, quince abstenciones. Quedaría aprobada, por tanto, la proposición no de ley.
Para explicación de voto, ¿Grupo Parlamentario Mixto?
¿Grupo Parlamentario Ciudadanos?
¿Grupo Parlamentario Aragonés?
¿Grupo Parlamentario Podemos Aragón?
¿Grupo Parlamentario Socialista?
¿Grupo Parlamentario Popular?
La señora diputada VAQUERO PERIANEZ [desde el escaño]: Sí, señora presidenta.
Quisiera agradecer el apoyo que hemos recibido del resto de grupos que han hecho posible que prospere esta iniciativa para celebrar el cuarenta aniversario de la Constitución.
Y me van a permitir que, en relación con el Grupo de Izquierda Unida y Podemos, pues le diga al Partido Socialista que, en fin, no le arriendo las ganancias, porque menudos compañeros de viaje, sobre todo... [Rumores.] Menudos compañeros de viaje, sobre todo en una cuestión como la actual.
Decía el señor Clavería... [Rumores.]
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor. Señorías... [Rumores.] Señorías del Partido Socialista, por favor.
Señora Vaquero, continúe, y le recuerdo que es explicación de voto.
La señora diputada VAQUERO PERIÁNEZ [desde el escaño]: Decía el señor Clavería en su intervención que les íbamos a tener que aguantar durante muchos años. Pues, mire, les digo a ustedes lo mismo que le digo a la señora Luquin con su intervención: vienen bien este tipo de debates y son convenientes, porque, cuanto más hablan, más se retratan; cuanto más se retratan, más les conocemos, y, cuanto más se les conoce, menos les votan.
Muchas gracias. [Aplausos.]
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vaquero.