Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Comparecencias - De Consejeros de la DGA - Ante el Pleno

Comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte para informar sobre el programa de la flexibilización de los tiempos escolares en los centros educativos aragoneses.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 021 de Plenos (IX Legislatura)
Intervinienen: Pérez Esteban, María Teresa - Gaspar Martinez, Susana - Briz Sánchez, Gregorio Jesús - Herrero Herrero, María - Gamarra Ezquerra, Carlos - Peris Millán, Eduardo - Ferrando Lafuente, María José

El señor PRESIDENTE: El siguiente punto del orden del día: comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte, por acuerdo de la Junta de Portavoces, a propuesta del Grupo Parlamentario Ciudadanos, para informar sobre el programa de la flexibilización de los tiempos escolares en los centros educativos.

Comparecencia de la consejera de Educación, Cultura y Deporte para informar sobre el programa de la flexibilización de los tiempos escolares en los centros educativos aragoneses.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Señor presidente, con su permiso.

Buenos días, señorías.

En primer lugar, antes de entrar en el debate de fondo, me gustaría decir que me siento plenamente orgullosa de cómo ha discurrido todo el proceso, me siento orgullosa de la comunidad educativa aragonesa, que ha mostrado responsabilidad, que ha mostrado su músculo y, desde luego, su implicación en aquellos asuntos que realmente le importan, y es la implicación y la mejora de la educación de sus hijos y de sus hijas; por lo tanto, quiero hacer un reconocimiento expreso hoy aquí. Y, en segundo lugar, orgullosa del departamento, de la Dirección General de Innovación, Equidad y Participación, que nos acompaña su director general, y de todo su personal, que desde luego han demostrado el compromiso, la generosidad y la audacia para llevar a cabo un proceso que, si bien ha estado limitado en el tiempo, porque creíamos que era importante, aunque eso supusiera un esfuerzo añadido y, desde luego, horas extras en muchos de los funcionarios que nos han acompañado en todo el diseño, yo creo que ha sido muy importante para ver un resultado que vamos a ir evaluando a lo largo de esta legislatura.

Por lo tanto, en primer lugar, orgullosa del comportamiento de una sociedad que, en un ejercicio cívico, absolutamente democrático y responsable, ha hecho un ejercicio que yo creo que mejora y que da un paso más en el sistema educativo aragonés.

Y, en segundo lugar, me siento también orgullosa de ser capaz de ir cumpliendo al pie de la letra nuestro compromiso político, nuestro proyecto político, que presentamos cuando tuvimos el honor de asumir la responsabilidad del gobierno y en este caso el mío como consejera de Educación, de cumplir la palabra, dijimos que íbamos a abrir este debate, que lo íbamos a abordar en este curso, y en segundo lugar de seguir precisamente el proyecto político impregnado de tres características que cuando presenté el proyecto dije que iban a ser las líneas definitorias y distintivas de nuestra acción política, que era la transparencia, la participación y el liderazgo político, componentes claves y determinantes en nuestra política educativa y que también han sido características en este proceso.

Participación. Me voy a remontar a los orígenes. En el año 2013 se firmó un documento con diez líneas rojas entre organizaciones sindicales y la Fapar, la federación más numerosa que agrupa a familias de la escuela pública, en la que establecían un modelo, una posibilidad precisamente de tiempos escolares flexibles, garantizando un mínimo de diez elementos que eran absolutamente vitales y que hemos seguido al pie de la letra.

Cuando entramos al gobierno recogimos no solo lo que habíamos trabajado durante la oposición y los cuatro años anteriores, sino que recogimos las demandas más habituales, las demandas, las preocupaciones que eran más imperantes en la comunidad educativa, previo a un mes constante, en el mes de julio, de reuniones constantes, y creamos las mesas de familias y de alumnos donde se abordaron asuntos comunes.

Y, en tercer lugar, las mesas sectoriales que es donde hay una interlocución directa con el profesorado y en cuyas mesas, que por cierto llevamos ya más de doce en lo que llevamos de legislatura, en nueve meses de gobierno, también se abordaron los temas que realmente ocupaban a ese sector.

Eso lo digo en cuanto al origen, la participación de origen.

Y en cuanto al proceso, desde luego, hemos hecho un proyecto compartido, un proyecto coparticipado, que desde luego nos sitúa como la única comunidad autónoma que exige un proyecto de estas características, con unas garantías mayores que en otras comunidades autónomas y que precisamente esto que nos está haciendo diferentes está sirviendo de referente en otras comunidades autónomas que todavía no han emprendido el proyecto.

Desde el minuto cero, insisto, decidimos abordar el debate; llevaba muchos años latente y, desde luego, como digo, es un objeto de debate porque ha habido posiciones muy polarizadas, que nosotros hemos intentado diluir en el tiempo y que todos, yo creo, tenemos responsabilidad de hacerlo, y más adelante lo iré desgranando, y que ha provocado discusión, como no puede ser de otra manera, en el seno de la comunidad educativa.

Pero permítanme que les diga que, para una demócrata convencida, como lo soy y desde luego como lo es el equipo que dirijo, no puedo asumir, no podemos asumir como conflictivo un proceso en el que se le da voz a la sociedad, en el que se le da voz a la participación, a las familias, al profesorado, al personal que trabaja en los centros educativos. Entiendo precisamente que la vía para fortalecer las decisiones es la participación.

La tensión: el diccionario dice que es una acción de fuerzas opuestas. Pues tenemos la oportunidad precisamente de aprovechar esas fuerzas, esa acción, que significa movimiento, y esas fuerzas que significan potencialidad, compromiso, para convertirlo en una mejora de nuestro sistema.

Participación, transparencia. Fruto de la participación, un proceso cuando es participativo es mucho más transparente. Cada paso que hemos dado ha sido conocido, se ha estado en contacto con todos los interesados, profesores, familias, en todo momento, constantemente; se habilitó un correo electrónico que permitiera la gestión del proceso, así como el contacto directo con todos los sectores de la comunidad educativa. En ese correo se han atendido más de seiscientas dos consultas y más de cien consultas telefónicas. Se elaboraron documentos guías tanto sobre la redacción del proyecto como sobre las preguntas frecuentes, que incluso en el seno de la dirección general y del departamento surgían. Se estableció, se creó un operativo de técnicos, reuniones con los directores provinciales, y se pusieron al servicio de los centros educativos y de las familias las unidades de programas de los servicios provinciales y los técnicos de la dirección general y se hicieron reuniones en las tres provincias y, desde luego, se puso el foro de la innovación a disposición de los centros.

Más de treinta y cinco técnicos del departamento han participado en el proceso de validación, así como miembros del foro de la innovación, e, insisto, fines de semana incluidos, que vuelvo a reconocer y a agradecer.

Por tanto, un contacto permanente y un seguimiento y un acompañamiento, diría yo, a todo el proceso.

Como saben, el proceso tenía tres fases, que estaba regulado en una orden, por cierto en una orden que incorpora muchas de las propuestas y de las mejoras que plantea el Consejo Escolar de Aragón.

Una primera fase, que era iniciar el procedimiento con dos tercios de aprobación del claustro del consejo escolar; una segunda fase, que era realización del proyecto de centro y validación por parte de la administración, y una tercera fase, que era la votación de las familias, del 55% en este caso del censo total, o sea, de madres y padres del centro educativo.

Esta orden marcaba las reglas del juego, previas precisamente al inicio del proceso, por tanto, como les decía, como demócrata no puedo entender que un proceso de participación pueda ser una fuente de conflicto, tenemos que transformarlo, como demócrata digo también que, igual que el debate es inherente, la participación es inherente al debate, asumir los resultados también lo es; entiendo, por lo tanto, yo creo que eso no huelga decirlo hoy aquí, desde luego, es una obviedad tener que destacarlo.

Y, en tercer lugar, el liderazgo, liderazgo en la decisión, en tomar la decisión de llevarlo adelante y en el diseño del modelo.

Al abordar el debate se produjo una coincidencia, había un clima favorable que lo han dado los datos, tanto de familias como del profesorado, pero también había una reflexión claramente comprometida por parte del Departamento de Educación que dirijo hacia dónde vamos, hacia qué modelo de escuela queremos, hacia un cambio en la organización de los tiempos.

E, insisto, ya lo dije en la interpelación de la señora Ferrando cuando lo hizo, estamos dando las clases igual que en el siglo XIX; creo que es el momento de abordar con serenidad una reflexión, si realmente es necesario un cambio metodológico, y eso implica un cambio de la organización de nuestras aulas.

Y, por tanto, fruto de ese liderazgo, de tomar la decisión, un liderazgo en el modelo que queríamos; teníamos un modelo, un modelo de jornada continua que impuso el Partido Popular, el Monzón 3, sin mantenimiento de transporte escolar, sin garantizar el servicio de comedor escolar, sin ningún tipo de proyecto que justifique una adaptación o un cambio de los horarios a ese proyecto y, por supuesto, sin consultar a familias y personal del centro.

No era nuestro modelo; nuestro modelo tiene elementos distintivos: que es, en primer lugar, garantista, tanto en la forma como en el fondo, en la forma con una mayoría cualificada, suficiente, que avale un cambio determinante en el centro y seguramente que puede haber debate, y tendremos ocasión en la segunda parte, una decisión tomada después, por cierto, en cuanto a las mayorías cualificadas de dos tercios y del 55%, después de escuchar a todas las partes, es decir, después de escuchar a sectores que nos exigían bajar el porcentaje porque era mucho y era inalcanzable, y sectores que nos decían que era un porcentaje muy bajo y lo teníamos que subir; es decir, hemos tomado una decisión que entiendo que es neutral, equilibrada, y que seguro que es objeto de debate y de mejora, incluso, en la propia y a lo que les invito, pero, desde luego, lo hemos hecho después de escuchar a todas las partes.

Garantista en la forma, le decía, y garantista en el fondo, con asegurar los servicios del centro y de todos los servicios, no solo de transporte, de comedor, sino de apertura para que eso no realmente provocara un problema en la conciliación laboral y familiar de muchas familias.

Un proyecto innovador, un proyecto equitativo, y que por los datos responde a la realidad.

Me he quedado sin tiempo, señora Gaspar, que creo que es la siguiente en intervenir. En mi última intervención continuaré con los datos porque también creo que son ilustrativos.

Gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

Señora Gaspar, tiene la palabra.

La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: Gracias, señor presidente.

Señora consejera, hemos culminado el proceso de aplicación del decreto de tiempos escolares y ha llegado el momento de analizar, como usted bien ha hecho, tanto el proceso de aplicación como resultados y las consecuencias de la aplicación de los mismos.

Si analizamos un poco las fechas del proceso, bueno, la orden fue aprobada el 16 de febrero, publicada en el BOA el 19 de febrero, y el plazo para presentación de los proyectos de innovación finalizaba el 3 de marzo del 2016. Tuvieron apenas dos semanas para convocar el consejo escolar, aprobar el inicio del proceso, redactar y preparar el proyecto de innovación, que volverá a ser aprobado por el consejo escolar y presentarlo ante la consejería.

Ha habido buenos proyectos de innovación, y prueba de ello es que ciento veinte de los proyectos que se presentaron fueron aprobados. Hubo un periodo de información y la fase de votación finalizaba el 8 de abril. Si bien es verdad que algunos centros adelantaron la votación a los días previos a semana santa, en torno al 20 y 22 de marzo. En muchos de estos centros que adelantaron el periodo de votación, hubo falta de tiempo para informar. Finalmente han sido validados y aprobados el 12 de abril.

Ahora me va a permitir que hable un poquito de los datos estadísticos y de la aplicación. De trescientos noventa centros públicos en Aragón, ciento cincuenta y ocho presentaron proyectos de innovación. De esos ciento cincuenta y ocho, ciento veinte cumplían con los requisitos y setenta y nueve han aprobado el cambio de jornada. En cuarenta y uno no se obtuvo el respaldo de las familias.

En definitiva, al curso que viene un 20% de los colegios tendrá jornada continua. De los cuales, unos cuarenta colegios son del entorno urbano y el resto del entorno rural.

Y, bueno, estos son los datos objetivos.

Me van a permitir ahora que analice datos objetivos, y no voy a entrar a valorar si la jornada continua o la jornada partida es la válida porque creo que ese no es el debate.

Para nosotros, este proceso se ha realizado de una manera bastante precipitada, de hecho, bueno, dos semanas para preparar un proyecto de innovación nos parece un tiempo escaso, con la importancia que tiene que tener, efectivamente, la innovación en los centros y el cambio del modelo educativo y para garantizar la calidad de la educación.

La información que se ha ofrecido en muchas ocasiones ha sido sesgada y algunas ocasiones ha sido plagada —y no lo digo por la consejería, lo digo por los propios centros. No me ponga esa cara, que no le estoy hablando de la consejería, estoy hablando de la información que se daba en los propios centros—... En muchas ocasiones ha estado plagada de «creemos, suponemos, puede que…», y se quedaban muchas dudas pendientes de resolver.

Ahora vamos a la siguiente parte. Proyectos de innovación. Ya lo he dicho, ha habido proyectos de innovación muy buenos y positivos. Pero esos proyectos de innovación han ido asociados a un cambio de jornada.

Mi pregunta es, señora consejera, si ponemos a los alumnos a la calidad y a la innovación en el centro de nuestra política educativa, que es como tendría que ser, ¿esos proyectos de innovación no pueden implantarse en los colegios si no van asociados a un cambio de jornada?, ¿por qué muchos centros en los que no se ha aprobado el cambio de jornada no van a llevar a la práctica los proyectos de innovación?

Sinceramente, creo que porque muchos de los colegios que presentaron el proyecto de innovación buscaban un cambio de jornada. Y, por eso, una vez que ese cambio de jornada no ha sido aprobado por el 55% del censo, no van a llevar a la práctica el proyecto de innovación.

¿Es eso poner en el centro y anteponer los intereses del alumnado a otro tipo de intereses? Creo que si los proyectos de innovación son positivos, si permiten mejorar la calidad y la organización de la escuela y si permiten mejorar la formación del alumno, debemos llevar a cabo esos proyectos de innovación con independencia de que la jornada se cambie o no.

Ahora bien, voy a comentarle, aunque creo que a través de los medios de comunicación y de otros sistemas ya lo conoce, la situación que en estos momentos dentro de las comunidades educativas se ha generado. Y no hablo de la comunidad educativa a nivel global. Hablo de la comunidad educativa de los diferentes centros escolares.

Hemos tenido centros escolares en los que el proyecto de innovación no se pudo presentar porque la abstención de alguna persona del consejo escolar lo ha impedido. Y tenemos en pie de guerra a las familias porque piden votar.

En otros centros escolares se ha llevado a cabo el proceso de participación, y no se ha llegado al 55% del censo, que es lo que se pedía.

En esos colegios le voy a contar la situación. Ha habido colegios que han presentado solicitud de firmar a través de change.org para declarar el proceso no democrático. Acaba usted de referirse al mismo como que ha sido un proceso absolutamente participativo y democrático. Estoy de acuerdo con usted, lo ha sido.

Además, han quedado plataformas de padres al margen, paralelas y no apoyadas ni ayudadas por el Ampa, que tienen los siguientes objetivos y se los leo literalmente: «Primero. Garantizar que en próximas ocasiones salga adelante de la votación. Segundo. Quintar la penalización de no poder volver a presentar el proyecto en dos años alegando que este proyecto no ha sido democrático».

Y esto es literal. Literal de las plataformas paralelas que se están creando en algunos centros.

Y, finalmente, mejorar el proyecto educativo. Cuando creo que ese debería ser el primer punto. El alumno en el centro y la mejora de los proyectos educativos y la innovación en primer lugar, y no alegar que los procesos no han sido participativos, no han sido democráticos.

Sinceramente, creo que esto no ayuda a la paz social. En estos momentos, los padres de las propias clases —y no hablo de la comunidad educativa— están enfrentados, porque unos están a favor de la jornada continua y otras están a favor de la jornada partida.

El señor Briz el otro en la Comisión de Educación dijo que parece que algunos entienden que la democracia es solo democracia cuando salen lo que ellos quieren. Efectivamente, señor Briz, así está ocurriendo. Hay gente que no está de acuerdo con el resultado de las votaciones, y no estoy hablando si ha salido a favor o ha salido en contra, simplemente no están de acuerdo, y se están movilizando alegando que el proceso no ha sido democrático.

Señora consejera, ¿considera que el proceso y la orden son válidos? ¿Considera que son necesarias modificaciones? ¿Que hay que modificar el porcentaje de voto? ¿Que hay que modificar que el porcentaje de voto sea sobre el censo sobre el voto? Esa es una de las cuestiones que se está proponiendo. ¿Considera que Fapar representa a la mayoría de la comunidad educativa? ¿Por lo menos a la mayoría de los padres de la comunidad educativa? Porque en estos momentos se está poniendo también en cuestión que Fapar represente a la mayoría de la comunidad educativa.

Señora consejera, le vuelvo a preguntar: ¿son válidos los proyectos de innovación?, ¿se pueden llevar a la práctica sin necesidad de que haya un cambio de jornada educativa?, ¿permiten mejorar la calidad de la educación?, ¿permiten poner al alumno en el centro?, que creo que al final la consejería de Educación y la sociedad es eso lo que tenemos que hacer, poner al alumno en el centro.

Señora consejera, si bien entiendo que este es un debate que se tenía que abrir, si bien entiendo que se ha hecho de una manera participativa, creo que ha habido gente que ha puesto en duda la democracia, que ha puesto en duda el proceso democrático, y, señor Briz, creo que ha sido porque, como usted bien dijo, hay personas que, cuando no sale lo que ellos quieren, consideran que no ha habido democracia.

Señora consejera, para llevar a cabo esta medida, escuchó a las mareas y a las camisetas, y se olvidó de que la mayoría de los miembros de la comunidad educativa ni se ponen camisetas ni salen en mareas.

Usted es la consejera de todos los aragoneses y debe gobernar y legislar para todos los aragoneses.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

La señora diputada GASPAR MARTÍNEZ: Por favor, ponga paz en las comunidades educativas porque, en estos momentos, esa paz ha saltado por los aires.

El señor PRESIDENTE: Gracias.

Tiene la palabra el Grupo Parlamentario Mixto.

El señor diputado BRIZ SÁNCHEZ: Gracias, presidente. Señora consejera.

Nosotros ya lo hemos dicho muchas veces: estamos absolutamente de acuerdo con este procedimiento. Era algo que demandaba la sociedad, la comunidad educativa, los centros, las familias, etcétera.

Bien es verdad que había una prevención en todo esto, que, bueno, sabíamos usted, nosotros, todo el mundo que estaba en la plataforma para la defensa de la enseñanza pública sabía que esto tenía sus problemas, pero no cabe duda de que había que hacer la revisión del modelo.

Lo que pasa es que, señora Gaspar, digamos, por el planteamiento que ha hecho y me ha citado, yo creo que este es el problema fundamental. Pero, claro, si las familias estudian llevar a los tribunales la elección de jornada, por ese camino no vamos a ninguna parte. Porque, claro, tanto el que haya ganado y, bueno, pues los otros no están de acuerdo, tanto al revés, es que el procedimiento no acaba nunca. Pero yo creo que ese no es el planteamiento democrático que debe hacerse, porque entonces estamos dando un mal ejemplo, seguramente, en la propia escuela y a nuestros hijos: imponer mis intereses a la educación de mis hijos. Es que estamos hablando de cosas muy distintas: la conciliación, etcétera. Que todo el mundo sea respetuoso para que defienda lo que tiene que defender. Pero no cabe duda de que el padre tiene que entender también que el modelo debe revisarse porque los tiempos así lo requieren y las circunstancias así lo requieren. Y la democracia se hace votando.

Fíjese, señora Gaspar, el 55% —y esto ya lo he dicho en alguna otra intervención que he tenido en la tribuna— nos parecía que era un poco corto desde el punto de vista de Chunta Aragonesista. Sí, sí, sí, porque como lo tenemos escrito y la señora... No, no, la señora Pérez, no. La señora Herrero, quería decir, que me recuerda constantemente que tenemos el 70% del censo en nuestro programa electoral, porque pensábamos que era muy importante el planteamiento garantista. Creíamos que era así y así lo manifestamos por escrito, y no me tengo que esconder. Pero luego, pensando esto y hablando con otros profesionales, incluso con directores generales y personas del departamento, me dieron a entender que es verdad, que es muy difícil conseguir un 55% de síes, no de participación, de síes. Por lo tanto, nos parecía que era una cifra adecuada. Porque, claro, poner un 51%, eso casi, casi es arriesgar la convivencia, en definitiva, porque eso sí que ya es una cosa más complicada. Por lo tanto, yo creo que ese número es un número aceptable. Nosotros decíamos el 70%.

Pero yo lo que creo es que la revisión del modelo es lo importante y sobre todo y fundamentalmente. Las palabras que usted ha dicho, señora Gaspar, da la sensación de que usted, en el fondo, no está de acuerdo con el cambio de jornada. Da esa sensación. Porque, claro, hace el subterfugio siguiente: «Hombre, si es tan buena la innovación y los proyectos están ahí, modifíquense los proyectos educativos de centro, aunque no se cambie la jornada». ¡Ojo con esto!, y no voy a dar clases de nada. Cualquier profesional de la educación sabe que muchas veces el cambio de proyecto tiene que ver con la flexibilización de horarios. Estamos en esto. Esto es importante. Porque, claro, no se puede hacer en un aulario a cinco horas, mañana y tarde, de una forma rígida determinados planteamientos.

Por lo tanto, ese es un debate más largo que lo podríamos hacer. Pero, claro, yo lo que creo que hay que hacer es aportar en positivo qué medidas se pueden hacer para mejorar esto. Porque, claro, penalizar —ha hablado de penalización, dos años—, pues, yo creo que ese no es el lenguaje que hay que utilizar.

Yo creo que si el proyecto de innovación es adecuado y, evidentemente, así parece que lo demuestra cuando el departamento da el visto bueno, pues, lo que tiene que hacer la comunidad educativa es interiorizar eso, ponerse de acuerdo y democratizar el planteamiento, que es lo que se quiere en esa comunidad educativa. Porque lo que no se puede hacer es crear un conflicto —muchas veces, yo creo que hasta motivado por unos y por otros— para que tus intereses prevalezcan al resto de intereses de la propia comunidad o de los propios alumnos y alumnas.

Por lo tanto, yo creo que estamos en un tema interesante. A mí me parece que es fundamental la innovación, y si eso, además, va unido a un cambio de modelo y a un cambio de jornada, que ¡ojo!, yo quiero decir algo muy importante, y es que nosotros hemos defendido —y yo creo que el modelo también lo dice— que no pierdan los centros el atractivo social. Porque ahora se anuncia: «Es que van a cambiar los padres de centro si hay jornada continua o no la hay». Incluso, decíamos: «Que pueda ser un proceso revisable y que no se pierdan los servicios complementarios». Yo es que creo que se está subvirtiendo todo y se está pervirtiendo el discurso.

Que haya un cambio de jornada no significa que haya que plegar a las dos de la tarde. Es que no es eso lo que se están diciendo. Yo así lo entiendo. Y los servicios complementarios se preservan, se preserva que haya una continuidad hasta las cinco y media y que la conciliación de las familias sea adecuada, porque, si no, las familias con menos recursos van a ser las más perjudicadas en este planteamiento.

Por lo tanto, yo creo que es un tema que hay que intentar llevar a la práctica de la mejor manera posible, intentar ser [corte automático del sonido] ..., por supuesto, y no pierda calidad la enseñanza y los centros públicos.

Porque aquí, el segundo debate es qué ocurre con la concertada.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

El señor diputado BRIZ SÁNCHEZ: Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Grupo Parlamentario Aragonés, tiene la palabra.

La señora diputada HERRERO HERRERO: Muchas gracias, señor presidente.

Señor Briz, no deja usted de asombrarme. En el último momento, como quien no quiere la cosa, tiene que nombrar la concertada, aunque no venga a cuento y aunque nadie la haya nombrado. Pero bueno, ahí queda.

Miren, en el debate sobre la jornada escolar de los colegios, nuestra posición quedó muy clara en la intervención que tuvimos en la moción hace dos Plenos y en otras intervenciones que hemos tenido.

Para nosotros, lo primero y que tenemos que priorizar a la hora de tomar este tipo de decisiones son los niños, los alumnos, lo primero. Primero, los alumnos; segundo, las familias, y tercero, los docentes. Esta es nuestra escala de prioridades. Cada cual, cada formación política, indudablemente, podrá tener la suya, y todas son respetables. No significa que no nos importe ninguno de los colectivos. No, ¡nos importan todos!, pero en ese orden. Primero, los niños; segundo, las familias, y tercero, los docentes.

Yo —y lo dejo aquí, encima de la mesa— tengo alguna duda de que, realmente, en todo esto, siempre se haya pensado en primer lugar en los alumnos, porque vemos que los debates no se han suscitado por esos derroteros, porque ni aquí ni tampoco en otros sitios hemos visto que, realmente, el meollo y la discusión haya sido un intercambio de opiniones y de ideas de «¿Tú qué crees que es mejor para los niños? Yo creo que esto, por esto, por lo otro y/o creo que aquello otro por estas otras razones». De eso, yo creo que se ha hablado muchísimo —no digo que no se haya hablado—, pero muchísimo menos de lo que debería hablarse, muchísimo menos de lo que debería hablarse.

Y, sinceramente, yo creo que cambiar el horario escolar, el que hay, que recordemos que a lo largo de los años hay centros que lo han cambiado muchas veces; otra cosa es que haya seguido siendo una jornada partida, pero que han cambiado el horario, pues, sí se ha cambiado. No creo que nadie esté en contra de que se cambie el horario, cuando por lo único que pueden estar en contra es desde un punto de vista pedagógico o pensando en que pueda ser bueno o malo para los niños que tengan un descanso de dos horas para irse a comer a su casa o quedarse a comer allí, o no. Y en eso, pues, habría puntos de vista diferentes y, de hecho, los expertos y, técnicamente, tampoco tienen una posición muy clara. O sea, no hay una posición unánime y unívoca de que sea bueno o malo, puesto que todo es relativo. Pero si no es por eso, que pueda estar en contra por esa razón, nadie va a estar en contra de un cambio de jornada, siempre y cuando se garanticen determinadas cuestiones, y, desde luego, lo que a las familias fundamentalmente les importa es el momento, la hora de finalización de salida de sus hijos, porque los padres y las madres, en general, trabajan y tienen que conciliar sus vidas. Y esto es así.

Entonces, nosotros, lo dijimos también en su momento. Tienen que tener en cuenta que los horarios laborales de España, aunque nos gustaría que fuesen de otra manera, son como son mayoritariamente y, por tanto, no podemos generar con estas decisiones una incomodidad o una complicación a la vida de las familias.

Si usted garantiza que los niños van a seguir saliendo a la misma hora, que ya sé que eso lo tienen previsto, pero ¿cómo?, pregunto yo, ¿cómo?, ¿simplemente porque van a estar dentro del recinto del centro escolar y ya está? ¿O no? ¿O se van a prever otro tipo de actividades? Porque, a la hora de la verdad, no tengo yo muy claro que se haya previsto, porque conocemos perfectamente centros que han aprobado la jornada continua y que, simplemente, los niños van a estar en las instalaciones escolares hasta que antes hubiesen estado en clase, pero no hay ninguna previsión.

Porque, además, decían ustedes que no tenía que suponer ninguna inversión mayor al departamento tampoco. Pues, a lo mejor, ustedes sí que podían prever unas actividades extraescolares para aquellos centros que aprueben la jornada continua para que puedan estar no simplemente y libremente jugando en las instalaciones del centro, sino haciendo otras cosas. Y, desde ese punto de vista, seguro que encontraran, pues, bueno, una buena acogida por parte de las familias.

Lo que yo no tengo muy claro —y ha salido aquí de alguna manera, encima de la mesa y le pregunto— es qué tiene que ver el horario escolar con la innovación. Puede tener mucho que ver, pero de los proyectos que yo conozco y por lo que podemos intuir, los proyectos de innovación no justifican per se un cambio de horario, ¡no! Simplemente, ustedes han dicho que para no hablar solo de esto, vamos a envolverlo con el tema de la innovación y así parece que no simplemente es que abramos la puerta a cambiar el horario, sino que vamos a innovar.

¡Oiga!, si ustedes —que es su obligación y que ahí contaran con nosotros— quieren incitar y promover la innovación en los centros educativos, ¡de todos, de los de jornada partida y de los de jornada continua! ¡Claro que es importante reforzar, promover e incentivar la innovación! Nos parece fundamental, pero con independencia de su horario. ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Puede haber centros muy innovadores que tengan una jornada partida, y centros nada innovadores y al revés. O sea, eso no tiene nada que ver, no lo justifica, porque los proyectos de innovación que, desde luego, en dos semanas no se hacen...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada. Muchas gracias, señora diputada.

La señora diputada HERRERO HERRERO: ... está bien que han premiado de alguna manera los centros innovadores, pero desde luego en dos semanas, no se hacen, y no justifican el cambio de horario. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: El Grupo Parlamentario Podemos Aragón tiene la palabra.

El señor diputado GAMARRA EZQUERRA: Gracias, presidente.

Buenos días a todas y a todos.

Señora Gaspar, en primer lugar, me voy a referir a usted. Señora portavoz de Ciudadanos, la verdad es que no entiendo muy bien a qué ha venido poner en duda o criticar a colectivos como Marea Verde o Fapar. La verdad es que no lo entiendo. Ya sabemos que a ustedes no les gustan «las mareas», pero sí que le gustan las gaviotas o los charranes, ¿no?, creo que son. En cualquier caso, señora Gaspar, creo que con este tipo de críticas se ha desviado del tema y creo que se ha columpiado un poquito.

Señora consejera, nosotros, desde Podemos, nos alegramos de que por fin en Aragón se haya abierto el debate de la organización horaria, un debate que ya se había abierto en prácticamente todas las comunidades autónomas. Así, atendiendo en primer lugar a las necesidades y al aprendizaje de los alumnos, es lógico que, en base a la autonomía organizativa y pedagógica de los centros y siempre con la decisión de una mayoría importante de los padres, que son los que tienen que decidir, finalmente, se haya establecido una nueva fórmula para poder flexibilizar estos tiempos escolares.

En cualquier caso, señora consejera, nosotros tenemos serias dudas de que se hayan adoptado todas las garantías necesarias para que el proceso se llevara a cabo de manera impoluta. Un proceso que ha sido precipitado y donde entendemos que ha habido cierta confusión y falta de información a los centros y a las familias.

Me gustaría, señora consejera, que me respondiera qué se tenía que considerar para que un proyecto fuera aprobado, si por ejemplo consideraron de qué manera podía influir el hecho de que un centro tuviera dos turnos de comedor. También me gustaría que respondiera si han evaluado correctamente los proyectos de innovación educativa y cuáles han sido los criterios para rechazarlos o aprobarlos.

Por cierto, ¿qué sucede en los colegios que no han planteado un cambio de jornada o en los que no ha fructificado respecto a la innovación educativa? Porque, claro, parece que se ha planteado esto como un acicate a la innovación, y la innovación se tiene que dar en todo tipo de colegios.

Por otro lado, una cuestión que nos preocupa especialmente es la de los comedores escolares. Es imprescindible que este servicio se mantenga y que, además, se adopten medidas para paliar un descenso de los alumnos que hacen uso del mismo, porque hay puestos de trabajo en juego y porque es un servicio fundamental. En este sentido, le hacemos una sugerencia, que es que baje la ratio de alumnos respecto al monitor/a del comedor; también que baje el precio del comedor a través de subvenciones directas del departamento, como se hacía antes de la anterior y fatídica legislatura, y también que se implante la gestión directa de los comedores con cocinado in situ. Medidas que sin duda darían una mayor calidad y mayores posibilidades de que el servicio fuera más utilizado.

Otra cuestión que no nos gusta es la pérdida de profesorado en los centros donde vaya a haber jornada continua. Sí, señora consejera, pérdida porque es verdad que va a haber un profesorado de apoyo, de refuerzo, durante el tiempo de comedor escolar, pero es que ese profesorado va a perder las horas que tiene durante el periodo lectivo. Ustedes, en ese sentido, no han articulado ninguna medida. Entonces, si esas horas, que no nos parece mal que se dediquen a refuerzo educativo, se van a perder para desdobles o para apoyos durante la jornada escolar, es un asunto que tienen que mirar, porque desde luego sería un agravio y una desventaja.

Y, bueno, luego llegamos al tema de los votos, que ha sido sin duda uno de los mayores focos de problemas. Nosotros entendemos que las normas son las que son y las normas hay que aceptarlas como son, y, desde luego, no nos vamos a sumar a montar polémicas de ningún tipo. Sí que entendemos que el sistema de votación tendría que haber sido de otra manera. Es decir, con la votación sobre censo nunca sabremos cuántas personas realmente han decidido votar «no» y cuántas personas han decidido abstenerse realmente, porque la abstención es «no», el voto en blanco es «no» y el voto negativo, evidentemente, es «no». No lo sabemos.

Por eso, lo que sí que le proponemos es que se haga un cómputo de voto respecto al voto efectuado. Es decir, que se haga una estimación de voto amplia, es decir, que sea una mayoría muy importante la que se tenga que poner encima de la mesa, pero que luego sea respecto al voto, no sea respecto... [corte automático del sonido]..., porque de esta manera, en muchos colegios no han entendido que con un 80% de los votos a favor no se haya podido cambiar la jornada. Y eso es muy difícil de explicárselo a la gente, señora consejera.

Entonces, nuestra sugerencia...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.

El señor diputado GAMARRA EZQUERRA: ... es que sea una mayoría importante respecto al voto y no respecto al censo, señora consejera.

Muchas gracias. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputada.

El Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra.

La señora diputada PÉRIZ PERALTA: Gracias, señor presidente.

Buenos días, señorías.

Pues sí, a mí sí que me gustaría empezar con una premisa, premisa que habla de educación. Entendemos que las necesidades educativas del siglo XXI exigen un modelo educativo distinto o, por lo menos, contextualizado en los centros escolares. Convendrán conmigo por tanto que es necesario dotar a los centros educativos de un mayor nivel de autonomía que les permita flexibilizar su organización para implantar proyectos de innovación, flexibilizar su organización y para una mayor atención educativa a su alumnado. Y es así de sencillo o es así de complicado. Repito, así de sencillo o de complicado. Pero es lo que subyace y el motivo que justifica esta orden de tiempos escolares de la que hoy hablamos.

Se ha acusado a la consejera en múltiples ocasiones de que legisla y actúa a golpe de ocurrencias que rezuman imprudencia, precipitación e improvisación. Desde el Grupo Socialista sabemos que hay argumentos suficientes para decir que esto no es cierto.

Pero recordemos la historia reciente. ¿Cuándo aparece por primera vez la jornada continua en Aragón? La jornada continua, no el debate. Sí, en la legislatura pasada, en el Colegio Monzón III. Por cierto, no tiene nada nada que ver esta jornada continua con la orden de tiempos escolares de la que estamos hablando, porque eso sería hacer una reducción simplista del concepto. Pero siguiendo con los hechos ocurridos, en ese momento hay una incipiente idea de generalizar este tipo de jornada. ¿Sin contar con nadie? Afortunadamente, no se llevó a cabo.

Por cierto, en esta Cámara y con motivo de una interpelación sobre tiempos escolares, se habló en dos ocasiones —la portavoz del Partido Popular— de Gimeno Sacristán, el catedrático, como valedor de jornada partida, y añadió que varios expertos se decantaban por lo mismo. Supongo que no se acordarían de ellos cuando decidieron implantar en el centro mencionado, en Monzón III, porque si lo hicieron inconscientemente, flaco favor.

¿Y qué ocurre entonces? ¿Quién comienza el debate de jornada continua en esta comunidad educativa? La comunidad educativa en ese momento entiende y teme por la generalización de esa jornada sin debate y sin reflexión y sin que se cuente con ella. ¿Y qué ocurre entonces? Que, como ha contado la consejera, la comunidad educativa se reúne en noviembre y elabora un documento.

Lo que estoy relatando, señorías, son hechos, hechos objetivos. Y son hechos objetivos también —y continúo— que hay un cambio de Gobierno, que hay un cambio de Departamento de Educación y que hay un cambio de modelo educativo para esta comunidad autónoma. Y el Grupo Socialista sabe, señorías, que el departamento planifica ese modelo —repito, planifica—, planifica ese modelo y todas y cada una de las acciones van integradas y van entrelazadas, es decir, planifica y legisla. Y he dicho que las acciones se entrelazan y se integran, y así hay un modelo de tiempos escolares unido a innovación. De ahí, el nombre, no es ocurrencia. Se presenta el mapa de la innovación como referente, por ejemplo, hay disminución de ratios, hay aumento de becas de comedor, unido a tiempos escolares. Hay participación veraz y activa de toda la comunidad educativa, unido a tiempos escolares. Hay autonomía de centro, capacidad de gestión y confianza en los equipos docentes, unido a tiempos escolares. Hay mesa de participación de las familias, unido a tiempos escolares. Y también un largo etcétera. Y para planificar todo ello, hacen falta decretos e instrucciones. ¿Entienden, verdad?

Y esta orden permite autonomía de los centros, explica a la comunidad educativa que la educación del siglo XXI es innovación, y es una orden que pide a la comunidad educativa participación, una orden que permite autonomía, una orden que explica y una orden que pide. Pero este grupo parlamentario sabe que hay y hubo otro modelo educativo distinto, un modelo muy bien estudiado, un modelo donde los recortes eran el motivo; órdenes e instrucciones que, efectivamente, no eran ocurrencias ni improvisaciones ni precipitaciones. El Grupo Socialista no va a acusar de eso, pero es un modelo muy bien estudiado, un modelo de la no participación y un modelo de los recortes. No señorías, no es lo mismo.

Gracias, presidente. [Aplausos.]

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

El Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra.

La señora diputada FERRANDO LAFUENTE: Gracias, presidente.

Bien, buenos días, señorías.

Señora consejera, voy a obviar la intervención de su portavoz, porque empaña un poco el debate, pero se dará usted cuenta de que es necesario sentarse a hablar. Han ido pasando los portavoces y, desde luego, nos han mostrado sus inquietudes, sus preocupaciones respecto a este que es solamente uno de los ejemplos de lo que hay que hablar, sin prejuicios, sin apriorismos, aunque tengamos delante un folio en blanco, consejera.

Yo le decía ayer, en la presentación de nuestro pacto por los alumnos —le he entregado esta mañana el documento y se lo vuelvo a decir ahora—, que hay que sentarse a hablar para hacer todo lo que podamos por y para los alumnos.

Bien, la verdad es que usted misma ha recordado el debate que mantuvimos aquel 5 de febrero durante su interpelación, cuando todavía esta orden que regula los tiempos escolares era un borrador. En aquella interpelación, si recuerda bien, yo le avisé acerca de varios asuntos que están relacionados con este tema. Le dije que este grupo parlamentario no estaba ni a favor ni en contra de una u otra jornada, se lo dije claro, alto, que entendíamos que son los expertos en la materia los que debían, de alguna manera, guiar un poco estos procesos, aunque la mayor parte de ellos —usted también lo sabe— dicen que a edades tempranas, en infantil y los primeros cursos de primaria, se cuestionan que sea oportuno. Bueno, en cualquier caso, nosotros no estamos a favor ni en contra.

Le comenté también que ligar la elección de jornada a los proyectos de innovación de los centros nos parecía un error, que había que llamar a las cosas por su nombre, que no pasaba nada, que no había que disfrazar absolutamente nada. De hecho, yo le pregunto, ¿se ha hablado mucho en la puerta de los colegios acerca de proyectos de innovación? No, señora consejera. En la puerta de los colegios, se ha hablado de quién prefiere continua, de quién prefiere partida, e incluso algunos padres hasta la han llamado —me lo comentaban el otro día— «jornada comprimida». Bueno, pues, se han mostrado diferentes opiniones, pero lo cierto es que en la calle, la opinión crítica no ha dicho nada de proyectos de innovación.

Le avisé de la precipitación del proceso cuando todavía quedaban tres años de legislatura, que había que sentarse a hablar, porque en este caso coincidía además con el proceso de escolarización de alumnos y que, de alguna manera, la elección de una u otra jornada, pues, podía poner en riesgo ese proceso de escolarización, fundamentalmente en la ciudad de Zaragoza, porque entiendo yo que la Administración habrá previsto tener en la misma zona un colegio con jornada continua y un colegio con jornada partida, y digo que lo entiendo precisamente para favorecer la libre elección de centros.

Precipitación. De hecho, hasta sus propios directores generales lo han reconocido, señora Pérez. El señor Almalé reconoció en una mesa sectorial que, efectivamente, el proceso era precipitado; el señor Garcés también lo ha reconocido, y lo estaba yo leyendo no sé qué día en prensa. Pues, sí, se habrían precipitado.

Fapar también ha dicho que, bueno, pues, que el proceso se había hecho con precipitación, que les parecía que otras cosas se habían hecho bien, pero que esta no.

Yo le aconsejé prudencia, reflexión —se lo ha recordado la señora Périz—, serenidad, un análisis profundo de las teorías expertas y, sobre todo, un debate y un trabajo serio en el que se implicara toda la comunidad educativa.

Usted tomó aquello en lugar de como avisos, como consejos, pues, como amenazas, y de todos esos consejos, insisto en ello, yo le dije que su máxima responsabilidad era trabajar, velar por los alumnos, porque ellos eran el principio y el fin último de la educación. E insisto —ayer lo dije en varios momentos—, los alumnos deben ser el centro del sistema. ¿Que hay determinados sectores de la educación que tienen una serie de reivindicaciones históricas, como era el tema de las jornadas? Que sí, que de acuerdo, que son todas legítimas, pero que usted tiene que trabajar precisamente por y para los alumnos y no ser rehén de ningún sector, y lo está siendo, consejera.

Por eso, yo la invito exactamente a lo mismo. Se ha deteriorado la convivencia en muchos centros. ¿Qué va a hacer usted al respecto? Hay padres que quieren demandar, otros denuncian presiones, denuncian amenazas.

Señora consejera —y termino como he empezado—, si nos hubiéramos sentado todos a hablar antes de iniciar este proceso, posiblemente, el resultado no sería el mismo.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora diputada.

Señora consejera, tiene la palabra.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Gracias, presidente.

Bien, por acabar un poquito la intervención que tenía y respondo así a todos los grupos parlamentarios.

Decía que nuestro modelo, al contrario del modelo que había impuesto aquí ya en Aragón en un solo centro, era garantista, era innovador, y, efectivamente, creo que hemos conseguido entre todos —aquí, hoy, también lo estamos haciendo, en este debate— situar la innovación en el corazón de la educación.

Yo discrepo, señora Ferrando, porque no es la experiencia que yo he tenido ni la que me han trasladado fundamentalmente en el lugar donde vivo, en el que profesores y familias, solo por el hecho de tener que realizar, tener que diseñar un proyecto, un proyecto para sus hijos y para sus hijas, a mí, francamente, me emocionaba —le voy a ser sincera— que madres y padres me hablaran de proyectos de innovación, de proyectos concretos que se iban a llevar a cabo en los colegios de sus hijos si ese proyecto se aprobaba. Eso ha existido, por lo menos, desde luego, en Teruel, que es donde yo resido, se ha hecho. Hay proyectos —insisto— maravillosos —y lo decía la señora Gaspar— que suponen un esfuerzo enorme y un compromiso profesional digno de reconocer aquí y que, desde luego, vamos a hacerle, como no puede ser de otra manera, el seguimiento y la evaluación pertinente y muy de cerca, ¿no?

Pero creo que se ha conseguido, se ha conseguido colocar en el aula el cambio metodológico, la necesidad de un cambio metodológico real y que vamos a seguir muy de cerca.

Por tanto, bueno, innovación garantista, y claro, decían: «No pueden ir vinculados los cambios de jornada a la innovación», y es verdad, yo no he dicho eso, es verdad que no es así. Pero sí que es cierto que si recogemos precisamente las sugerencias que nos hacen los expertos, las sugerencias que nos está haciendo el Foro de la Innovación, compuesto por personas que están siendo referentes precisamente en el cambio metodológico y en los buenos resultados en sus centros, nos están diciendo que es absolutamente imprescindible un cambio metodológico, un cambio de organización, que coartaba en muchísimos casos, en la mayoría de los casos, la posibilidad de tener cierta autonomía para llevar a cabo su proyecto educativo.

Hemos pasado, señorías, de la mera asunción de contenidos, de objetivos, a la asunción de competencias, de destrezas, de habilidades, y, por tanto, eso implica un cambio metodológico, porque no solo estamos hablando de currículo, de los contenidos, sino cómo llevar a cabo y cómo sacarle el mayor partido a los alumnos y a las alumnas que tenemos en las aulas.

Por lo tanto, claro que no va vinculado, claro que hay centros educativos que tienen una jornada y que no han presentado un proyecto a esta convocatoria, que es una más, y tienen proyectos de innovación y, de hecho, nosotros hemos presentado una estrategia —y, además, lo dije, lo he mantenido y me lo han podido escuchar aquí y en los medios de comunicación y en los propios centros—, que el compromiso claro del Gobierno de Aragón es con la innovación, con la igualdad de oportunidades y con la calidad. Y la innovación creo que es clave y hay muchos centros que están siendo ejemplo claro, que hay que destacar, de innovación, independientemente de su jornada. Pero es verdad que lo que nos están requiriendo la mayoría de esos centros, que, por cierto, han presentado proyectos y se han aprobado, que llevan ya unos años de experiencia, necesitaban flexibilidad en su propia organización. Por lo tanto, creo que estamos ante una oportunidad formidable para poder hacerlo.

Y decía un proyecto, un diseño, un modelo equitativo, porque decía que la educación ha ido evolucionando, y de poner énfasis en los contenidos y en los objetivos, ha pasado a hacerlo en las competencias, en las destrezas y los resultados. Y, de igual forma, la respuesta que desde los centros se da era que las necesidades de aprendizaje de los alumnos requieren modelos de organización flexibles y diferentes. Y aquí estamos hablando de profundizar en comunicación oral, en inteligencia emocional, en proyectos cooperativos, en inteligencias múltiples. Eso es el foco, ese es el corazón de esta convocatoria. Y, desde luego, lo que late en ese corazón es el interés de los alumnos, señora María, señora Herrero, como no puede ser de otra manera.

Les ha entrado de repente una fiebre increíble en favor de los alumnos. Ayer le oí a la señora Ferrando y, desde luego, es que es algo inherente a cualquier proceso. El fin último de cualquier medida que esta consejera pone en marcha y el equipo que está en el departamento es conseguir el objetivo y el bien de los alumnos. Eso no tiene ninguna duda, pero, desde luego, no lo hemos estado viendo durante estos últimos cuatro años.

Hemos puesto un programa de refuerzo propio: el PROA aragonés. Y señor Gamarra, no estamos hablando de eliminar refuerzos, estamos hablando de reorganizar esos refuerzos. Se lo aseguro, y no tengo ningún problema en explicárselo detalladamente, como hago en otras cuestiones.

Y, además, vamos a abordar... Señora Herrero, y ya le digo que no sé si desconoce o a lo mejor conoce algún proyecto que no ha podido intuir eso que usted misma aquí estaba de alguna manera diciendo. El objetivo o la condición sine qua non para aprobar un proyecto, para validar la dirección general un proyecto, era precisamente que ese proyecto educativo no mantuviera un horario, es decir, no tuviera abierto el colegio y tener a los niños allí, sino que estuvieran ocupados con actividades. Ese es el proyecto, son los setenta y nueve proyectos educativos. Igual usted ha visto parte de los que no han sido validados. Fueron ciento cincuenta y ocho presentados y ciento veinte validados. Pero esa es una condición sine qua non.

Y además de los proyectos concretos, hay una parte interesante, que yo creo que también es otro debate que podemos abrir, que es el debate de las tareas, de las tareas en casa. Y, por tanto, en estos proyectos, también hay una parte que va a ocuparse de hacer, de ayudar a realizar las tareas de los chavales, de los alumnos y de las alumnas que se queden en las aulas. Y eso es importante, y eso también es un avance que yo creo que permite la equidad del propio sistema, porque las tareas, los trabajos producen desigualdades muchas veces porque las familias no son iguales cada una de ellas. Las familias no tienen las mismas condiciones para ayudar a sus hijos en estas tareas. Por lo tanto, yo creo que damos un paso más.

Y, por último, yo creo que es un proceso que, desde luego, margen de mejora, todo, y, además, yo me presto a incorporar cualquier cosa que mejore el proceso, pero que se ajuste a la realidad por los datos, ¿no? El 41,25% de los centros en Aragón presentaron, tenían la inquietud de cambiar algo es sus centros. El 65% de los que presentaron proyectos han conseguido ese cambio metodológico a través de un nuevo proyecto, que distribuye de una manera distinta su horario. Y yo creo que el valorar que ha habido un 74,56% de la comunidad educativa que se ha movido, que se ha movido para participar, es de por sí este dato muy positivo. Treinta y seis mil ciento setenta y dos padres y madres, y de ellos, un 82% de los centros que lo han logrado, con más de un 70% de voto afirmativo.

En definitiva, el objetivo —insisto— no es cuándo, sino cómo cambiar, sino cómo hacer la educación.

Decía la señora Gaspar que hemos finalizado este proceso. Bueno, lo hemos finalizado para este curso, porque eso es clave, y yo lo dije. Precisamente, la orden decía: tranquilidad, serenidad, porque esto no acaba ahora.

Ustedes —he oído—, señora Herrero, señora Gaspar y señora Ferrando, hubiesen preferido que lo hubiésemos hecho al año que viene. Bueno, nosotros teníamos una demanda clara, teníamos..., el problema no lo hubiésemos..., hubiésemos retrasado el debate. Señora Gaspar, se lo digo con sinceridad, pero entiendo que con tiempos ajustados, no precipitados, ajustados. Sí porque, precisamente, decíamos que aquellos centros que llevan mucho tiempo —este no es un debate que haya surgido ahora ni que haya surgido del departamento—, que llevaban ya mucho tiempo y que llevaban muchos proyectos realizados, de hecho, se ha visto claramente en la presentación de sus proyectos que estaban en condiciones de producir ese cambio, y otros, no, y lo podrán ir logrando a lo largo de la legislatura porque, desde luego, el compromiso sigue vigente.

La estrategia de innovación que decía, señora Gaspar, ya le he explicado. Es decir, no está vinculado, pero sí es cierto que para hacer innovación es necesaria una flexibilización en la organización de las jornadas.

«Dispuestos a mejorar», decía usted... ¡Ah!, me pregunta si era válido el proceso o la orden. Por supuesto, validísimo. ¿Dispuestos a mejorar? Sí. De hecho, fíjese, el día 25 de abril, tengo una reunión ya con el Justicia de Aragón para abordar qué cuestiones han sido trasladadas y, desde luego, recojo las que ustedes han dicho hoy aquí.

Señor Gamarra, decía usted que cómo se han elegido los proyectos. Bien, en el proceso de validación participaron treinta y cinco técnicos del Departamento de Educación y el Foro de la Innovación. Y es un equipo de técnicos formado por conocimientos en la etapa de Primaria de las tres provincias aragonesas para que, realmente, ese proyecto se adaptara a la realidad del centro y de sus características.

Termino, señor presidente.

Agradezco sus intervenciones. Agradezco, señora Ferrando, su cambio de tono. Ese flower power en el que nos vamos a poner todos y que recojo el guante. Pero, les insisto, yo creo que hay que huir del dogmatismo jornada continua o jornada partida...

El señor PRESIDENTE: Gracias, señora consejera.

La señora consejera de Educación, Cultura y Deporte (PÉREZ ESTEBAN): Yo, a eso, sí que, por favor, les invito y les pido que nos ayuden en esa consecución.

Gracias. [Aplausos.]

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