Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón


Proyectos de Ley

Tramitación en lectura única del proyecto de ley sobre concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito, por importe de 1.217.714.053 pesetas, para hacer frente a gastos extraordinarios inaplazables en materia de ayuda de emergencia de carácter humanitario, ejecución de sentencias, sanidad animal y menores.

Diario de Sesiones de las Cortes de Aragón n°: 098 de Plenos (IV Legislatura)
Intervinienen: Yuste Cabello, Chesus - Lacasa Vidal, Jesus - Calvo Lasierra, Antonio - Rodriguez Jorda, Jose Maria - Muzas Rota, Angel Maria

El señor Secretario Primero MUZAS ROTA: «La Mesa y la Junta de Portavoces de las Cortes de Aragón, a la vista de la naturaleza del proyecto de ley sobre concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito, por importe de mil doscientos diecisiete millones setecientas catorce mil cincuenta y tres pesetas, para hacer frente a gastos extraordinarios inaplazables en materia de ayuda de emergencia de carácter humanitario, ejecución de sentencias, sanidad animal y menores, ha acordado, a solicitud del Gobierno de Aragón, en sesión celebrada el día 11 de diciembre de 1998, la tramitación de este proyecto de ley por el procedimiento de lectura única, establecido en el artículo 153 del Reglamento de la cámara. Zaragoza, 11 de diciembre de 1998.»
El señor Vicepresidente Primero (PALAZON ESPAÑOL): Muchas gracias, señor Secretario Primero.
Para presentar el proyecto de ley, tiene la palabra un miembro de la Diputación General de Aragón, por un tiempo de diez minutos, en este caso el Consejero de Economía, Hacienda y Fomento, señor Rodríguez Jordá.

El señor Consejero de Economía, Hacienda y Fomento (RODRIGUEZ JORDA): Gracias, señor Presidente. Señorías.
El Gobierno trae a esta cámara, por el trámite de urgencia y en lectura única, el proyecto de ley sobre concesión de seis créditos extraordinarios y dos suplementos de crédito, por un importe global de mil doscientos diecisiete millones setecientas catorce mil cincuenta y tres pesetas, para atender a diversas finalidades que seguidamente señalaré.
Es cierto que las propias leyes que regulan todos los aspectos presupuestarios de la Comunidad Autónoma de Aragón, fundamentalmente la Ley de Hacienda y la Ley de presupuestos de cada ejercicio económico, contienen distintas normas para efectuar modificaciones presupuestarias, que en este caso no pueden ser aplicadas, y, ante la ausencia de dotación adecuada y suficiente para afrontar esta serie de gastos, el Gobierno plantea esta ley de crédito extraordinario y de suplemento de crédito.
Y esto responde a una serie de motivaciones que la propia ley recoge, tal como la necesidad de hacer frente a los gastos derivados con motivo de paliar los daños ocasionados por el huracán en los países centroamericanos, ya que el Gobierno tomó la decisión de aprobar una ayuda humanitaria de emergencia de cien millones de pesetas, y, dado que al final de ejercicio ya esta la convocatoria de ayudas de cooperación al desarrollo totalmente finalizada y no existía posibilidad de incrementarla, estos cien millones vienen como un crédito extraordinario para dedicarlo a esa ayuda de emergencia, única y exclusivamente.
Asimismo, ha surgido durante el presente ejercicio la existencia de un foco de peste porcina, que originó la necesidad de que la Diputación General concediera al Departamento de Agricultura, en aplicación del artículo 88 de la Ley de Hacienda, unos anticipos de tesorería para hacer frente a los gastos derivados de la existencia de ese foco de peste porcina. Al final, una vez cuantificados y finalizado ese foco, los gastos derivados del mismo han dado lugar a la existencia de cuatro créditos extraordinarios, por un importe global de setecientos veintidós millones de pesetas, y un suplemento de crédito de setenta millones de pesetas.
Asimismo, como consecuencia de las obras de rehabilitación del Pignatelli, actual sede del Gobierno de Aragón, el Gobierno de Aragón recurrió en su momento la solicitud de indemnización por parte de una empresa constructora que había participado en la ejecución de las obras, en la realización de las mismas, condenando en su momento (en el año noventa y dos) a la Diputación General de Aragón a pagar la cuantía de ciento cincuenta y ocho millones de pesetas en concepto de indemnización, a pesar de que la cuantía solicitada era bastante superior.
Como consecuencia del recurso de casación interpuesto por la Diputación General de Aragón, la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia, recientemente, ha decidido condenar a la Diputación General de Aragón en esta cuantía y en los intereses de demora correspondientes. Por tanto, habrá que abonar una cifra en torno a los doscientos treinta y cinco millones de pesetas, que también se recogen como crédito extraordinario en este proyecto de ley.
Y, por último, dentro del área de acción social, han existido determinados gastos, determinadas insuficiencias presupuestarias para atender a los proveedores de los centros de menores, por un importe de noventa millones de pesetas, que se recogen en el presente proyecto de ley como suplemento de crédito.
La financiación del global se consigue, fundamentalmente, con créditos del capítulo I, con créditos de vacantes y con créditos sobrantes de la sección 20, en las cuales se recogen fondos globales para atender todas aquellas cuestiones presupuestarias que surjan a lo largo del ejercicio. Por tanto, los mil doscientos diecisiete millones setecientas catorce mil cincuenta y tres pesetas para hacer frente a los gastos extraordinarios inaplazables en materia de ayuda de emergencia de carácter humanitario, ejecución de sentencias, sanidad animal y menores, se obtienen minorando el gasto corriente de la Comunidad, excepto en una pequeña cuantía, que se obtiene de créditos del capítulo VII del propio Departamento de Agricultura. Y, en consecuencia, no es necesario, para financiarlo, apelar al endeudamiento, cuestión que ha sido uno de los objetivos de este Gobierno.
Creemos que con el presente proyecto de ley se pueden afrontar todos estos gastos inaplazables en estas materias, que quedan suficientemente explicadas, y entendemos que es el procedimiento, tanto en tiempo como en forma, idóneo para conseguir las dotaciones oportunas para la realización de este tipo de gastos.
Nada más. Muchas gracias.

El señor Vicepresidente Primero (PALAZON ESPAÑOL): Muchas gracias, señor Consejero.
A continuación tenemos el turno de intervención de los grupos parlamentarios para fijar su posición.
Inicia este turno el Grupo Parlamentario Mixto y la palabra de su portavoz, señor Yuste.

El señor Diputado YUSTE CABELLO: Señor Presidente. Señorías.
Debatimos hoy, en lectura única y por trámite de urgencia, un proyecto de ley de concesión de créditos extraordinarios y de suplemento de crédito por importe de más de mil doscientos millones de pesetas. Y se pretende, así, que pasemos de puntillas sobre un incremento de crédito importante.
Este proyecto de ley que se nos presenta hoy es un tutti-frutti, una complicada macedonia de frutas, dulces algunas, amarga alguna otra, de difícil encaje en su conjunto, y probablemente vamos a ver cómo no terminan de ligar los sabores en este postre que se nos presenta hoy.
Hay aspectos, desde luego, difíciles de debatir o difíciles de que sean objeto de debate. Si, en 1992, el Tribunal Supremo condenó al Gobierno de Aragón a indemnizar con ciento cincuenta y ocho millones a la empresa encargada de la rehabilitación del antiguo Hogar Pignatelli, bueno, pues no hay más que hablar: se paga y punto. Podríamos juzgar qué errores se cometieron entonces por los Gobiernos anteriores, pero difícilmente podríamos cuestionar que se pague lo que se debe.
Hay otras cuestiones que sí que quiero reconocer públicamente que me han sorprendido. Por ejemplo, que el Gobierno de Aragón, demostrando yo creo que una sensibilidad social y humanitaria a la que, desde luego, no nos tenía acostumbrados este Gobierno, ... pues se hayan destinado cien millones como ayuda humanitaria y urgente para que las ONG aragonesas que trabajan en Centroamérica puedan hacer llegar la solidaridad del pueblo aragonés en favor de los damnificados por los efectos devastadores del huracán Mitch. Sinceramente, nos ha sorprendido ese gesto, nos parece una iniciativa positiva, que, ciertamente, no han sido capaces de adoptar otras comunidades autónomas con mayores recursos que la nuestra. Ojalá, desde luego, se siga por ese camino y que no volvamos a tener que debatir sobre cómo el Gobierno de Aragón racanea, como ha venido sucediendo cada vez que tratamos del 0,7% para ayuda al desarrollo, para cooperación al desarrollo de los países empobrecidos, cada vez que nos toca debatirlo en el debate anual de presupuestos. Ojalá este gesto de hoy sea un cambio de tendencia y, por lo tanto, debamos felicitarnos por ello.
Sin embargo, en esta ley multifruta hay alguna pieza que no nos resulta tan sabrosa, hay alguna cuestión que no merece ni el aplauso ni el asentimiento sin más: se trata, en concreto, de una partida de noventa millones enmarcados dentro de eso que se llama «acción social».
Nos llama la atención que en el preámbulo del proyecto de ley se den diversas explicaciones sobre los créditos extraordinarios y sobre los suplementos de crédito, excepto en el caso de esos noventa millones para proveedores de centros de menores. Y debemos preguntarnos: ¿por qué el Gobierno se ventila en cuatro líneas esta cuestión? ¿Cuáles son esas insuficiencias que han sido detectadas en los centros de menores?, ¿se trata de gastos extraordinarios que era imposible prever hace sólo ocho meses, cuando se aprobó el proyecto de presupuestos?, ¿se trata de gastos imprevistos que han surgido durante el ejercicio, o lo que tenemos entre manos es un caso de imprevisión, un caso de negligencia quizá, por parte de los responsables del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo o, más en concreto, por parte de los responsables de la Dirección General de Bienestar Social?
La premura en la tramitación de esta ley urgente nos ha impedido recabar del departamento correspondiente del Gobierno de Aragón, con el tiempo suficiente, la información necesaria para poder fijar nuestra posición con claridad.
Sin embargo, no hemos querido que esta ley pasara de puntillas, no hemos querido que pasara sin pena ni gloria, y, por ello, esta misma mañana hemos presentado en el Registro de las Cortes una pregunta parlamentaria, que esperamos que pueda ser respondida en las próximas semanas, con un contenido suficientemente claro y que esperemos que pueda resultar esclarecedor: ¿cuáles han sido exactamente y de forma pormenorizada las deficiencias detectadas en el área de Acción Social que han tenido que cubrirse con el suplemento de crédito por importe de noventa millones de pesetas, destinados a atender compromisos con proveedores de centros de menores, tal y como figura en el artículo 2.2 del proyecto de ley sobre concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito, por importe de mil doscientos diecisiete millones setecientas catorce mil, cincuenta y tres pesetas..., etcétera?
El objetivo de esta pregunta parlamentaria es conocer qué es lo que ha ocurrido exactamente. ¿Se ha tratado de un imponderable?, ¿es un ejemplo de imprevisión, por el cual tendremos que solicitar responsabilidades a los responsables políticos?, ¿es un desaguisado que no tiene excesiva importancia y por el que no vale la pena ni siquiera que perdamos tiempo?
Sin duda, es preciso contar con esa información antes de poder adoptar una postura rigurosa al respecto, es precisa esa información. Pero, ante la falta de información, ante la premeditada falta de información que entendemos que se ha producido en el preámbulo del proyecto de ley, y ante otros ejemplos de mala gestión, de descoordinación o de imprevisión, que se han producido en otras anteriores oportunidades en la Dirección General de Bienestar Social y, en concreto, en la política relativa al Servicio de Menores, desde Chunta Aragonesista sólo podemos responder con desconfianza.
Finalmente, quiero hacer una reflexión sobre lo que supone esta ley. Probablemente se trata de la última gran modificación presupuestaria de este ejercicio, que va a dejar, al 31 de diciembre, una ejecución presupuestaria muy diferente al proyecto presupuestario que aprobamos hace apenas ocho meses.
Los expedientes de modificación presupuestaria suelen introducir cambios de destino en un porcentaje importante, y este proyecto de ley, desde luego, profundiza en esa tendencia. Por ejemplo, de los mil doscientos millones, setecientos cincuenta y seis (más de la mitad) corresponden a gastos de personal que no se han ejecutado y que no se van a ejecutar en el noventa y ocho. Es decir, la plantilla de la DGA que aparece en los presupuestos no es la que existe realmente, no es la que funciona realmente. Ese capítulo I se ha convertido, pues, en una bolsa inflada, que se recorta al final del ejercicio para que cuadren las cuentas. Y debemos preguntarnos: ¿por qué no se cubren esas plazas? Si son necesarias, ¿por qué no se cubren? Y si no lo son, si no hacen falta, bueno, ¿por qué se mantienen? Desde luego, ésta sería la primera reflexión.
La segunda reflexión se va a centrar en esa segunda gran bolsa que se recorta para sustentar estos créditos extraordinarios, que es el regadío. Doscientos cincuenta y seis millones se detraen de la partida destinada originalmente para la creación de regadíos o para la modernización de regadíos, y sorprende que este Gobierno, que se llena la boca hablando de agua y hablando de regadíos y hablando de embalses, y cuanto más grandes mejor, año tras año vaya recortando las partidas destinadas a regadíos en los proyectos presupuestarios, y que, luego, al final del ejercicio, ni siquiera se ejecuten esas inversiones previstas.

El señor Vicepresidente Primero (PALAZON ESPAÑOL): Señor Yuste, por favor, le ruego que vaya concluyendo.

El señor Diputado YUSTE CABELLO: Sí, concluyo con esto.
Sin duda, los tiempos cambian en materia agraria y en materia hidráulica, pero el Gobierno de Aragón parece que sólo se entera cuando no se atreve a gastar lo que ha presupuestado, y no cuando programa inversiones para el año siguiente. Desde luego, creemos que así le va y creemos que, de esa forma, no se lanza desde el Pignatelli un mensaje claro al campo aragonés.
El resto de recortes supone ajuste en otras cuestiones: gastos corrientes, transferencias del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, medidas agroambientales o la partida destinada a la comunidad de trabajo de los Pirineos.
En total son mil doscientos millones, que van en favor de nuevos créditos, que unos nos parecen bien —ya lo he dicho—, otros nos parecen mal y otros no nos parecen ni bien ni mal. Por lo tanto, Chunta Aragonesista, que ya se opuso al proyecto presupuestario para 1998, no va a apoyar este proyecto de ley de créditos extraordinarios y suplementos de crédito. Sin embargo, tampoco vamos a votar en contra, dado el carácter de algunos de esos créditos que se incluyen, que nos parecen justificados o, por lo menos, aceptables. Por lo tanto, vamos a abstenernos en la votación.
Muchas gracias.

El señor Vicepresidente Primero (PALAZON ESPAÑOL): Muchas gracias, señor Yuste.
A continuación tiene la palabra el Portavoz del Grupo Parlamentario Izquierda Unida de Aragón, señor Lacasa.

El señor Diputado LACASA VIDAL: Gracias, señor Presidente.
Ya sabemos todos y todas en esta cámara que, cuando se aprueba un presupuesto, cuando este mismo presupuesto se ve a la hora de la liquidación, se parece en muy poco a lo que inicialmente se aprobó, porque el cúmulo de expedientes de modificación de crédito que se presentan y pasan por delante de la Comisión de Economía son tan abundantes que, en buena medida, se han desnaturalizado algunos de los principales elementos que contenían los presupuestos. Eso es tónica habitual a lo largo de la Comisión de Economía, y en estos últimos años hemos ido viendo cómo desfilaban estos expedientes de modificación.
Hoy hay un proyecto de ley que, de alguna forma, digamos que intensifica, concentra una serie de modificaciones de crédito, puestas de manifiesto a través de créditos extraordinarios o suplementos de crédito.
Y podemos considerarlo desde la parte activa, es decir, ver qué nos plantea el Gobierno poner hoy encima de la mesa; pero podemos verlo desde el otro lado, desde la parte pasiva, es decir, hoy, aquí, lo que se está aprobando son cincuenta modificaciones (porque se tocan cuarenta y nueve, para ser exactos), cuarenta y nueve partidas en las cuales se produce una serie de bajas en las aplicaciones presupuestarias. Luego es un macroexpediente que afecta a cincuenta de las líneas de actuación del Gobierno de Aragón expresadas en el presupuesto de la comunidad autónoma para 1998.
La primera reflexión es bien clara, es decir, ha habido, por lo menos, esas cincuenta partidas en las que el Gobierno de Aragón no ha ejecutado, ni en su integridad ni siquiera en un importe suficiente, los créditos inicialmente consignados. Luego hay un déficit de gestión, porque se suponía que esas partidas presupuestarias estaban ajustadas a las necesidades de la comunidad autónoma. Ese es un primer elemento que hemos de tener en cuenta a la hora de plantearnos este proyecto de ley de crédito extraordinario o suplementos de crédito.
Si analizamos las cuestiones de fondo, si analizamos lo que nos plantea el Gobierno de Aragón, hay distintas consideraciones que realizar.
La primera de ellas es la que afecta al crédito para los daños del huracán Mitch, esos cien millones de pesetas que pueden demostrar la sensibilidad del Gobierno, la solidaridad en un momento determinado. Nosotros nos complacemos en ello y creemos que es una cuestión, efectivamente, oportuna y necesaria, pero eso choca y se compadece muy mal en esta cámara con la posición que hemos votado recientemente en el proyecto de ley de presupuestos para el año noventa y nueve o la que votamos en el año noventa y ocho, pero más todavía la del año noventa y nueve, porque parece ser que, en el año noventa y nueve, se quiere descontar el exceso de generosidad que se ha tenido en el año noventa y ocho con el huracán Mitch, porque lo que sucede es que, al haber quitado de los créditos, no sólo los finalistas, sino también los créditos asociados, en el año noventa y nueve, lo que estamos haciendo es restar ese exceso de solidaridad del año noventa y ocho. Es decir, al descontar las partidas, no sólo las que vienen de los fondos europeos o los fondos del Estado, y también al restar los fondos que cofinancia la comunidad autónoma, de esa forma estamos haciendo una resta en la solidaridad.
Yo creo que eso, al tramitar este proyecto, debe quedar claro; debe quedar claro que el Gobierno de Aragón con una mano da solidaridad pero con la otra la quita. Y, desde luego, desde Izquierda Unida no vamos a dejar pasar la ocasión de criticar este aspecto. Creo que tiene que quedar claro en esta tramitación parlamentaria.
En segundo lugar, efectivamente, la comunidad autónoma ha sido condenada y tiene que pagar. Sobre eso no hay demasiada discusión. Ha habido una tramitación larga desde esa sentencia del Tribunal Superior de Justicia del año noventa y dos hasta el año noventa y siete, en el cual hay una sentencia del Tribunal Supremo, y entiendo que ahora lo que toca es la ejecución de la sentencia. Por lo tanto, hay que pagar esas obras de rehabilitación que fíjense ustedes si han dado lugar a debates y qué lejos nos han llevado en el tiempo. Pero es una cuestión que ahí está, y, efectivamente, hay que pagarlo.
El tercer aspecto es el de la peste porcina clásica. Desde luego, en cuanto al fondo de esta cuestión, poco hay que decir, puesto que es evidente que hay que salir al paso de una situación desgraciada en nuestra comunidad autónoma. Lo lamentable es que, si ustedes cogen el Boletín Oficial de las Cortes de Aragón en el que se publica este proyecto de ley, ven en la página derecha este proyecto de ley, y en la página de la izquierda verán «aprobación de la proposición no de ley 157/98 sobre el sector porcino en Aragón». Es decir, ya se ha quedado desfasado esto.
Esto que estamos hoy atacando, que es la peste porcina clásica, realmente, queda desvirtuado a la hora de tener en cuenta las necesidades del sector porcino, que vienen determinadas por esa proposición no de ley 157/98, puesto que sobre el sector se ha abatido, después de la peste porcina clásica, todo el desplome genérico del sector porcino, debido a varios elementos de coyuntura internacional y de política económica, que han hecho que en estos momentos esté en una situación de casi desplome y, por lo tanto, haya que tomar medidas, que ahí se especifican, en esa proposición no de ley, y que sería bueno ya que hubiera partidas presupuestarias no sólo para compensar lo que ya pasó, sino lo que está pasando en estos momentos.
Por lo tanto, eso también tendría que quedar claro a la hora de fijar la posición en torno al sector porcino en Aragón, no sólo lo que aquí viene, sino lo que sea necesario y, que yo sepa, no está dotado presupuestariamente para hacer frente en la cuantía necesaria a esa nueva situación del sector porcino en Aragón.
Y, por último —ya se ha dicho, pero yo tampoco puedo dejar de comentarlo—, una partida absolutamente injustificada, porque si las anteriores es verdad que eran imprevisibles (el huracán no era posible preverlo, la ejecución de la sentencia habrá venido determinada en su momento por los tribunales y los focos de peste porcina clásica, efectivamente, tampoco nadie puede tener la varita mágica para adivinar cuándo pueden venir), sin embargo, la partida del área de acción social es absolutamente injustificada. Es decir, que unos centros existentes, que funcionan habitualmente a lo largo de los ejercicios presupuestarios, sobre los cuales hay un control y un conocimiento de sus necesidades, tengan que acudir por este expediente a una ley, camuflados junto con otros elementos que sí que eran imprevisibles, nos parece muy poco serio y dice muy poco de la buena gestión del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo. Yo creo que esa gestión queda muy denunciada en esta ley, puesto que creo sinceramente que esos noventa millones de pesetas no deberían aparecer aquí bajo ningún concepto, porque yo creo que reflejan una mala gestión por parte del titular del departamento.
Por lo tanto, la ley contiene elementos que, en el fondo, algunos de ellos son inobjetables, pero contiene también dos elementos claros: uno, que hay una aplicación de política presupuestaria del Gobierno, en la medida en que hay cincuenta partidas que se dan de baja, y, en segundo lugar, una partida concreta, que es la de los noventa millones de acción social, con la cual no estamos de acuerdo.
Por lo tanto, desde Izquierda Unida de Aragón no vamos a apoyar tampoco esta ley de créditos extraordinarios y suplementos de crédito, por entender que corresponde a la mera gestión presupuestaria de Gobierno. Su responsabilidad es gestionar esos presupuestos; la de los grupos de la oposición es estar atentos y criticar las desviaciones que sobre los mismos se producen.
No obstante, como alguno de los elementos son positivos, nuestro grupo mantendrá una posición de prudente abstención en estos momentos.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias.
Grupo Parlamentario Socialista.
Diputado Calvo, tiene la palabra.

El señor Diputado CALVO LASIERRA: Gracias, señor Presidente. Señorías.
Esta es una ley para analizar —yo creo— más desde la diferenciación del fondo y la forma que otras, porque hay asuntos que van a esta ley de crédito extraordinario que la justifican y otras que, posiblemente, solamente vienen a descubrir la falta de capacidad de gestión o la falta de improvisación a la hora de presupuestar.
En todo caso, vamos a hacer un repaso muy rápido, teniendo en cuenta que es una ley necesaria.
En el punto relativo a las ayudas humanitarias, no hay mucho que decir. En todo caso decir, sobre la procedencia, que ochenta millones de los cien proceden de la sección 20, de ese cajón de sastre, como solemos decir cada vez que se aprueba el presupuesto, donde se dejan partidas importantes sin destino concreto y que pueden ser utilizadas en momentos de necesidad.
En cuanto a las obras del Pignatelli, en cuanto a la sentencia de los tribunales, decir que alguien tuvo en su momento que tomar una decisión para que este asunto llegase hasta donde ha llegado, y que eso nos ha costado setenta y siete millones. Posiblemente, la decisión, en su momento, se consideró adecuada, pero nos ha costado setenta y siete millones de intereses, y no sé si en el momento en que se tomó la decisión era mejor atrasar el pago y esperar a ver qué decían los tribunales, con el riesgo de el intereses, o haber pagado en su momento.
En cuanto al asunto de la peste porcina, es la cifra más importante, setecientos noventa y dos millones. Alguien podría decir que es una cuestión de mala suerte; yo creo que no es una cuestión de mala suerte. Hay razones también por las que se produce o no se produce una situación como ésta, pero, en todo caso, en este momento no hay más remedio que hacer frente a esa cantidad, a esas necesidades.
Y lo que sí querríamos es analizar dos asuntos: uno es que, al final, fuera de este crédito, al final se va a pagar solamente a los integradores y no se paga nada a los integrados, es decir, a los verdaderos ganaderos a los que hacen el trabajo, el esfuerzo de criar los cerdos, que se van a quedar sin una peseta, y solamente con el 10% de lo que se les va a dar a los propietarios de los cerdos, que son los que no van a perder nada, posiblemente este problema se hubiese resuelto satisfactoriamente de cara a los ganaderos, se hubiese resuelto de forma satisfactoria.
Otro asunto a decir: de los setecientos noventa y dos millones que se destinan a resolver los problemas de la peste porcina, se saca una cantidad importante de los regadíos, del presupuesto del noventa y ocho para inversiones en regadíos, una cantidad de doscientos cincuenta y siete millones que, en inversiones en regadíos, hubieran supuesto alrededor de seiscientos cincuenta millones de pesetas.
Se crea una contradicción: estamos quejándonos permanentemente de que hay poco dinero para regadíos y, al final del ejercicio, sobra una cantidad importante que muchos agricultores hubieran utilizado —seguro— este año noventa y ocho para poder mejorar sus explotaciones, sus instalaciones de riego.
En cuanto al último asunto, al asunto del tema de centros de menores, no le veo ninguna justificación que esté en este crédito extraordinario, ninguna justificación. En todo caso, me podrán decir que ha habido una falta de previsión presupuestaria, me podrán decir lo que quieran; pero, desde luego, una desviación de noventa millones en el presupuesto de atención de los centros de menores me parece una barbaridad.
Y si es un problema que se viene arrastrando sistemáticamente, año tras año, porque el capítulo II es el capítulo de mayores dificultades, creo que se tenía que haber buscado una solución presupuestaria, o bien en el propio presupuesto del noventa y ocho o de cara al presupuesto del noventa y nueve, que ya está aprobado por esta cámara. Por lo tanto, es el caso menos claro de este crédito extraordinario.
En todo caso, el Grupo Socialista no va a decir que no a la ley, porque, como se ha hecho aquí una mezcla de asuntos urgentes, de asuntos imprescindibles y de asuntos voluntarios, el Grupo Socialista no se va a oponer.
Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Gracias.
¿Grupo Parlamentario Popular?
Finalizado el debate, llámese a votación.
Vamos a proceder a la votación, en tramitación de lectura única, del proyecto de ley sobre concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito.
Iniciamos la votación.
¿Votos a favor? ¿Votos en contra? ¿Abstenciones? Por treinta y siete votos a favor, ninguno en contra y veinticuatro abstenciones, queda aprobado el proyecto de ley sobre concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito por importe de mil doscientos diecisiete millones setecientas catorce mil cincuenta y tres pesetas.
¿Estiman los señores portavoces necesario el turno de explicación de voto?
Pasamos al punto siguiente.
Punto cuarto, debate y votación de la moción número 14/98, dimanante de la interpelación 29/98, relativa a la política de financiación de la implantación definitiva de la LOGSE en Aragón, formulada por el Grupo Parlamentario Izquierda Unida.
Diputado Rubio, tiene la palabra para la presentación y defensa de la moción.

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