Intervinienen: Cristóbal Montes, Angel - Iglesias Ricou, Marcelino - Barrena Salces, Adolfo - Allué Sus, Javier - Fuster Santaliestra, Bizén - Franco Sangil, Jesús
Comparecencia del presidente del Gobierno de Aragón al objeto de informar sobre los grandes proyectos que tiene previsto impulsar nuestra comunidad autónoma hasta la finalización de la presente legislatura.
Comparecencia del presidente del Gobierno, a petición de los veintidós diputados del Grupo Popular, al objeto de informar sobre los grandes proyectos que tiene previsto impulsar nuestra comunidad autónoma hasta la finalización de la presente legislatura.
Intervención de un representante de los diputados del Grupo Popular para justificar la solicitud de comparecencia. Señor Cristóbal, adelante, tiene la palabra.
El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Señor presidente. Señoras y señores diputados.
Señor Iglesias, hoy estará contento: le traemos -aunque al final quizá no acabe saliendo- a la palestra un tema de su predilección: los grandes proyectos, las grandes realizaciones, las grandes iniciativas, los grandes objetivos que su segundo Gobierno tiene planteados en continuación de los no menos grandes del primer Gobierno de la legislatura anterior. Supongo que estará contento.
Me conteste o no me conteste, que tampoco tiene ninguna trascendencia, sí le hago un señalamiento previo: tenga usted en cuenta que la comparecencia que hacen veintidós diputados pidiendo su presencia aquí, en esta cámara, es para que hable de grandes proyectos, no de grandes obras -y me huelo que nos van a volver a hablar, señor Velasco, de grandes obras-, y grandes proyectos no es lo mismo que grandes obras. Si no quiere hablar usted, que hable el vicepresidente, porque es obvio que solo una autoridad horizontal, en el buen sentido de la palabra, del Gobierno puede salir aquí a hablar de todos los grandes proyectos, porque hay proyectos que son obras y hay proyectos que no son obras, que son iniciativas mentales, que son propósitos intelectuales, y eso no son obras materiales, a no ser que pasáramos de nuevo a aquel bendito, entre comillas, «Estado de las obras» de Fernández de la Mora.
Mire usted, señor Iglesias, usted fue fiel discípulo, lugarteniente y abanderado de un dirigente socialista en esta tierra que llegó a ser presidente por la puerta falsa, por la gatera, el señor José Marco. Ya sabe usted que, cuando el señor José Marco accedió a la presidencia, nos llenó la cabeza de grandes realizaciones: unas internas, dentro del Gobierno, poniendo patas arriba la estructura gubernamental, y otras externas, con proclamas -y solo mencionaré una pero podría mencionar diez- tan interesantes como que pretendía convertir la provincia de Teruel en el Kuwait de Europa. No lo debió conseguir porque en Teruel siguen revueltos pero, vamos, el pretendía hacer de Teruel el Kuwait de Europa.
Usted no se ha andado menos corto, en cuanto fiel discípulo del señor Marco, en señalamientos, en propósitos, en objetivos. Usted, por ejemplo, durante buena parte de la legislatura anterior y parte de esta, nos asaetaba cada día en esta cámara diciéndonos que iba a ser, que pretendía ser, que ya lo era en algunos casos, el abanderado de la España interior, expresión que nos dejaba un tanto perplejos porque, claro, los que hemos estudiado un poco de Historia, recordamos aquello de la Hispania citerior y de la España ulterior pero, claro, lo de la España interior pues... habría que proponer la España exterior, y la España exterior ha sido siempre la emigración. No creo que pretendiese usted confrontar la España interior con la España de la emigración.
Pretendía ponerse al frente de veinte o veintidós provincias de la que usted llamaba eufemísticamente «España interior» para oponerse a determinados proyectos e iniciativas -en concreto pero no únicamente, el Plan hidrológico nacional del Gobierno nacional- y librar una batalla en ese frente -recuerde que alguna vez le llamamos «la segunda batalla del Ebro»- respecto al Plan hidrológico nacional. Después, cuando ha pasado lo que ha pasado, usted se ha olvidado de comandar esa España interior, si alguna vez llegó a comandarla, y, desde luego, no nos ha vuelto a hablar de esa regiduría, de ese protagonismo que usted pretendía tener en la dirección de la España interior.
Usted nos habló también, nos ha hablado en muchas ocasiones, de otro de sus grandes proyectos: el proyecto, por ejemplo, de hacer que Aragón deje de ser una región con crisis de angustia, deprimida, poco valorativa de sí misma, con problemas psicológicos colectivos. Usted, muchas veces, se ha erigido en psiquiatra o en psicólogo colectivo y ha dicho que no, que el problema número uno de Aragón es que esta es una región que no ha tenido ilusiones, que no ha tenido ambiciones, que se ha hundido en el pesimismo, en la nostalgia, en la tristeza, y que eso hay que levantarlo.
Parece que usted viene empeñado en eso, no sé si lo ha conseguido o no lo ha conseguido pero los datos están ahí: en el último barómetro de opinión que hace, por cierto, la DGA, en invierno del año pasado resultaba que un sesenta y tantos por ciento de la población aragonesa encuestada consideraba regular o malo este Gobierno pero, cuando se le preguntaba qué pensaba ese encuestado de cómo sería la situación política de Aragón en el año siguiente, es decir, en el año de gracia de 2005, el 70% decía que peor. O sea, que no parece que esa terapia colectiva suya de hacer que los aragoneses pierdan el pesimismo, dejen de deprimirse, esté produciendo muchos resultados.
Pero usted erre que erre. Últimamente nos ha sorprendido con una nueva perla, con una nueva joya: nos decía hace pocos días que su propósito, en este cuerno de la abundancia que se va a cernir sobre Aragón y en el que van a caer todos los recursos posibles y algunos más, es que Zaragoza pasase a ser una de las ciudades más desarrolladas y modernas de Europa, cosa que nos llena a los zaragozanos de gozo, ¡cómo no! Pero eso es más difícil de lo que parece, señor Iglesias, eso de que una ciudad como esta, ciudad provinciana donde las haya y durante mucho tiempo, pase de repente a convertirse en una de las ciudades más desarrolladas y modernas de Europa es para nota. Ojalá lo consigan, ojalá lo consigan, que supongo que en esto irá al alimón con su compañero Belloch.
Y como un eco de lo que usted decía, el consejero delegado de la sociedad anónima Zaragoza Alta Velocidad señor Cuartero -supongo que le suena el apellido- nos decía recientemente que, si se cumplen los plazos y se cumplen los proyectos, a Zaragoza no la va a conocer ni su madre. A mí, esta expresión me dejó un poco perplejo (que a Zaragoza no la va a conocer ni su madre) porque, cuando una madre no conoce a su hijo, una de dos: o el hijo ha cambiado una barbaridad o la madre es una desnaturalizada. Me dejó un poco perplejo, pero me dejó perplejo también políticamente, no solo biológicamente, porque me vino a la cabeza inmediatamente -y los que somos viejos tenemos la cabeza para recordar, fundamentalmente- una frase en tiempos, hace años, de un ínclito socialista a nivel nacional, del señor Alfonso Guerra, que en algún momento dijo que, cuando los socialistas dejaran de gobernaran España -y el pensaba que no dejarían de gobernar nunca-, a España no la iba a reconocer ni la madre -era un poco más gráfico que el señor Cuartero- que la parió, dijo textualmente. Y, en efecto, al final del mandato socialista, a España no la conocía ni la madre que la parió, de eso pueden tener la completa seguridad, pero no por lo que se pensaba, sino por otras cosas.
No sé si me hablará de estos u otros grandes proyectos o me vendrá con las obras que ya conocemos: que si Plaza, que si el convenio del AVE, que si la Expo... Pues muy bien, son grandes obras en las que cualquier gobierno puede y debe ponerse la medalla, siempre que reconozca el itinerario. De esas tres obras que le acabo de mencionar, todas nacieron en etapas en que ustedes no gobernaban, o no gobernaban en Madrid o no gobernaban aquí, y han sido continuadores, dignos continuadores, y eso está muy bien. ¿Qué más puede hacer un gobierno que continuar las obras -buenas- que comenzó otro gobierno? Eso está perfecto, ahí no hay absolutamente ningún problema.
Pero, en cualquier caso, señor Iglesias, lo que yo, lo que mi grupo realmente quería preguntarle esta mañana no es tanto -y usted es libre de contestar lo que quiera- que nos dé contestación cumplida a estos u otros interrogantes respecto a determinados proyectos, sino a una cuestión filosófico-política que nos lacera, a una cuestión filosófico-política que nos tiene en ascuas, y es la siguiente, señor Iglesias, y a usted, que es avezado en el debate escolástico y que le gusta hacer sus pinitos, no solo geográficos, sino históricos y también filosóficos, probablemente esto le guste porque entra en su campo, en su campo de la especulación, en su campo de, en el buen sentido de la palabra, la dialéctica, de la divagación, del pensamiento.
Usted ha venido repitiendo en esta cámara y en entrevistas sucesivas durante mucho tiempo que los grandes debates políticos que están planteados hoy en Aragón no le preocupan en absoluto porque esos grandes debates políticos responden a que hay grandes proyectos. Es decir, es casi una relación de causa-efecto: como hay grandes proyectos en Aragón -y los hay, ciertamente-, pues lo natural, lo lógico y lo obligado es que haya también grandes debates. Muy bien, el debate siempre es bueno, señor Iglesias, a todos los niveles…
El señor PRESIDENTE: Señor diputado, le ruego que concluya, por favor.
El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Termino enseguida, señor presidente.
Pero, claro, si usted se hubiera quedado ahí, pues nada, no hubiera pasado nada y no le hubiéramos preguntado nada porque ¡qué más quiere la oposición que grandes debates! ¡Si, además, al Gobierno le satisfacen los grandes debates, pues miel sobre hojuelas! Pero es que últimamente ha hecho una pequeña inflexión, ha hecho una pequeña variante, y ha venido a decir, y lo ha dicho por escrito, que los grandes proyectos no deberían ser objeto de debate. ¿En qué quedamos, señor Iglesias? O hay grandes debates porque hay grandes proyectos o, cuando hay grandes proyectos, no debería haber debates, vendiendo la vieja idea, que tiene muy poca finura democrática, de que, cuando estamos ante un gran proyecto, lo que hay que hacer es unir fuerzas, es juntar hombros, es empujar en la misma dirección, es olvidarnos de particularismos y egoísmos y trabajar por la causa común. Que a lo mejor es cierto en ciertos aspectos pero el pez grande no debe comerse al chico en democracia y el pez chico en democracia es que el debate es lo primero. Por muy grande que sea el proyecto, por muy común que sea el proyecto, por muy interesante que sea el proyecto, por mucho que concierna el proyecto a todos y cada uno de los habitantes de un territorio, en este caso Aragón, el debate nunca debe ser excluido y nunca se puede intentar tapar o marginar el debate diciendo que estamos en presencia de un gran debate.
Y termino, señor presidente, haciendo un pequeño escarceo en el escaño del señor Sada, que es el portavoz del Partido Socialista en Ordenación Territorial. Usted dijo aquí el otro día -y yo lo tenía en la cabeza y no quería olvidarme para darle oportunidad también de que entre cuando quiera- que, en materia de política urbanística, al que hacen referencia normalmente las grandes obras, el PP, mejor que se callara o mejor que no participara o que no adelantara ideas o que no hiciera propuestas porque sería lo mismo que poner a la zorra, o al zorro, no sé, a cuidar las gallinas. [Rumores.] Pues, mire, señor Sada: o usted, hace diez o doce años estaba en edad infantil -supongo que no porque, por sus años, da la impresión de que ya debería tener algunos años- o usted no vivía en Aragón o no era aragonés o no conoció lo que pasaba en Aragón. Porque, si hubiera conocido lo que pasó en Aragón, donde se creó la mayor oficina de corrupción urbanística de Aragón, que después se expandió a España de la mano de ese gran profesor que fue el señor Luis Roldán, obviamente, usted no podría decir esas cosas. En esas cosas, mejor...
El señor PRESIDENTE: Señor Cristóbal, por favor, termine.
El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: … -termino- es permanecer callado. Decía el gran filósofo alemán Wittgenstein que, de las cosas que no se debe hablar, mejor es permanecer callado. Y usted hubiera estado mucho más guapo callado.
Muchas gracias [Aplausos desde los escaños del G.P. Popular.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
Puede responder el presidente del Gobierno. Tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señor diputado.
En primer lugar, yo le agradezco que haga un seguimiento tan pormenorizado de todas mis intervenciones. Sin duda, crea que para mí es una gran satisfacción. Pero tengo un poco la sensación de que se me interpreta como cuando hablaba la vieja sibila de Cumas: se interpreta, se buscan interpretaciones, yo sé que esto es así, a veces es inevitable, pero las interpretaciones muchas veces son interpretaciones.
Cuando he hablado de los grandes proyectos y de los grandes debates, ¡cómo no se van a producir grandes debates cuando se producen grandes proyectos! Estamos en un momento de grandes proyectos y a ese respecto hay grandes debates en la sociedad. Eso no nos debe preocupar, eso es precisamente algo inherente a un momento de cambio, a un momento de transformación, a un momento de ebullición, que es el momento por el que está pasando, afortunadamente, la sociedad aragonesa. Y sin duda ese era uno de nuestros grandes proyectos para esta legislatura.
Fíjese, nosotros fuimos a unas elecciones -estamos en mitad de la legislatura, ahora hace dos años, cumpliremos dos años dentro de unas semanas- reclamando a los aragoneses que nos dieran un periodo de estabilidad política para poder desarrollar estos grandes proyectos, que en este momento ya se están desarrollando. Y espero que esta comparecencia… he tenido la oportunidad de hablar con el portavoz, con el presidente del Grupo Popular, y ya me había dicho que él tenía que ausentarse por una cuestión de un funeral, por tanto, lo entiendo perfectamente, como todos ustedes entenderán que en muchas ocasiones el presidente de la comunidad no puede contestar a estas interpelaciones. Habitualmente lo hago, creo que soy el presidente de comunidad que más subo a la tribuna, y no tengo ningún problema para subir siempre que otras ocupaciones me lo permitan. Por tanto, siempre que puedo, subo, me haga la pregunta el presidente del Grupo Popular o me la haga un diputado tan importante como don Ángel Cristóbal Montes.
Por tanto, estando en mitad de la legislatura, nuestro proyecto fundamental para esta era, precisamente, conseguir una etapa de estabilidad que nos dieron los aragoneses. Y en esa etapa de estabilidad está también una de las claves de la actual coalición de gobierno: la coalición de gobierno está en la misma línea que tuvo el anterior Gobierno, que, desde mi punto de vista, fue muy eficaz y muy positivo para nuestra comunidad. En esa misma línea, buscando la estabilidad, hemos planteado la actual legislatura.
El reto fundamental que teníamos en esta legislatura, y creo que lo estamos desenvolviendo y desarrollando de una manera satisfactoria, el fundamental, era resolver el problema del trasvase del Ebro. Era, según esos análisis de opinión a los que usted ha hecho referencia, lo que más preocupaba a los aragoneses, eso nos decían cada vez que les preguntábamos en el análisis de opinión de cómo está la sociedad que hacemos cada trimestre. Y ese, que era el tema que más preocupaba, es un tema que, afortunadamente, hemos podido resolver, y hemos podido resolver, yo creo, muy positivamente para todos, y, además, lo hemos podido resolver sin subir a esta tribuna todos los días, lo cual creo que es muy positivo, a señalar con el dedo a nadie como culpable de aquel proyecto.
Y creo que eso es positivo, el que no vayamos volviendo todos los días a viejos episodios que, sin duda, la nuestra, como cualquier comunidad autónoma, que ya tiene más de veinte años, puede poner encima de la mesa. No me parece que nuestro objetivo en esta cámara sea estar mirando para atrás, a mí me apetece mucho más mirar para adelante, también en este tema, también en el tema del trasvase, que es un tema incómodo para ustedes, yo soy partidario de que miremos para adelante. Pero lo hemos resuelto, afortunadamente.
El propósito de esta legislatura era crecer más y crecer mejor; en principio, crecer más y también crecer mejor. Y los proyectos que hemos desplegado han dado resultado, de tal suerte que Aragón, en 2004, ha sido la comunidad autónoma que más ha crecido. Y ahora queremos crecer mejor y consolidar ese crecimiento, y les aseguro que tenemos proyectos suficientes, que ustedes conocen bien, para crecer más y para consolidar ese crecimiento. Una comunidad autónoma que crece por encima de la zona euro es una buena noticia para todos, también espero que lo sea para todos ustedes, una comunidad autónoma que ha crecido por encima del resto de las comunidades es una buena noticia para todos, para quien gobierna pero también para la oposición, para los ciudadanos, para la gente que quiere más trabajo, que quiere más desarrollo y que quiere que la Comunidad de Aragón se despegue de un pelotón en el que ha estado, yo creo que como consecuencia de que las transferencias han llegado tarde a nosotros y a otras comunidades. Pero ustedes coincidirán conmigo en que, cuando Aragón ha tenido las mismas herramientas que los demás, Aragón ha demostrado, hemos demostrado, todos hemos demostrado, primero, que podíamos gobernarnos, lo cual es muy importante; segundo, que, teniendo esas herramientas, podíamos crecer, y, cuando hemos tenido esas herramientas, la comunidad, nuestra economía y también nuestra demografía han respondido de una manera razonable y hemos podido superar al resto en crecimiento.
Son los datos que tenemos, y son los datos que queremos consolidar y que queremos no exhibir para dormirnos en los laureles, sino consolidar para que nuestra sociedad... Que, sin duda, uno de los temas que usted apuntaba era un problema para nosotros, que era la desmoralización, la tendencia al pesimismo, era una de las cuestiones que teníamos que superar. Pues bien, estos nuevos proyectos que hoy tenemos encima de la mesa nos permiten, señorías, que nuestra gente, en los estudios de opinión que hacemos, haya cambiado de actitud y esté más confiada en el futuro, tenga más confianza en el futuro.
En Aragón, ese es un proyecto, desde mi punto de vista, fundamental, porque Aragón ha pasado no por una etapa pequeña, por una etapa muy larga de dificultades para crecer. Y, además, de las dificultades para crecer, Aragón ha visto cómo sus vecinos crecían, lo cual ha producido, sin duda, una cierta decepción y una cierta frustración. Porque nosotros no estamos al lado de cualquiera, nosotros vivimos al lado de los navarros, de los vascos, de los franceses, de los catalanes, de los valencianos, y, por tanto, estamos en la España que más ha crecido en el último siglo, y, en esa España que más ha crecido en el último siglo, Aragón era una pieza que estaba, que estuvo bloqueada. Y yo creo que en este momento estamos en condiciones todos (Gobierno, oposición), estamos en condiciones el conjunto de la sociedad de poder dar un gran salto, y ese salto lo queremos dar no en torno a ideas románticas o a utopías, sino creciendo más y creciendo mejor.
Hemos conseguido, por tanto, un objetivo fundamental, que era crecer más en torno a proyectos como el desarrollo de la logística. La logística es muy importante para nuestro crecimiento. Desarrollamos cuatro proyectos en logística.
Uno ya plenamente maduro, en el que ya hay en este momento comprometidas alrededor de cien empresas que nos permitirán crear tantos puestos de trabajo como actualmente trabajan directamente en la automoción y que, no estando concentrados en una sola empresa, nos darán más seguridad. Yo nunca me quejo de tener una industria tan importante como la automoción en Aragón pero creo que tenemos que resolver el problema del monocultivo que esa industria tan importante produce en nuestra tierra, la inseguridad que esa industria produce si hubiera una crisis, que no deseamos, por supuesto. Por tanto, este es un proyecto del desarrollo de la logística fundamental para nuestro Gobierno y para nuestro país.
Pero, como queremos crecer en el territorio, hemos desarrollado un proyecto, entre todos también, que es el de la comarcalización, la nueva estructura comarcal, apoyado por todos, y esta es la legislatura de su consolidación. No hemos incrementado esta legislatura, ni tenemos intención de hacerlo, las competencias comarcales, queremos asentar ese nuevo modelo de organización política de nuestra comunidad, y estamos convencidos de que nos permitirá activar muchas energías latentes en nuestro territorio.
Estamos desarrollando proyectos, precisamente, para que el crecimiento sea en el conjunto del territorio, como la modernización de nuestras estaciones de esquí; el desarrollo de Dinópolis, proyectos como Dinópolis; la Ciudad del Motor en Alcañiz; proyectos como los regadíos, con el objetivo de conseguir las cuarenta y siete mil hectáreas en el horizonte del año 2008, o la modernización de todo nuestro sistema hospitalario, en este momento tenemos ocho hospitales en renovación en la red hospitalaria aragonesa.
Ustedes saben que Aragón ha sido una de las primeras comunidades autónomas que está en un proyecto de libros gratis para todos nuestros escolares. También saben que hemos puesto en marcha con el presupuesto de este año el proyecto para la salud bucodental de nuestros jóvenes y de nuestros niños.
Y, finalmente, les voy a decir una cuestión, les voy a comentar una cuestión que también ustedes conocen, porque esto lo he explicado en las diferentes comparecencias sobre el Estado de la comunidad y también en mi discurso de investidura. Ustedes conocen que tenemos y estamos consiguiendo activar el núcleo fundamental de desarrollo de nuestra comunidad, que es la ciudad de Zaragoza. La ciudad de Zaragoza es la que tiene más capacidad de crecimiento, y ahí estamos desarrollando grandes proyectos, entre otros, la logística, pero no solo; también ahí, fundamentalmente, desarrollamos los proyectos de vivienda, con el compromiso de terminar la legislatura con doce mil viviendas calificadas, mantenemos ese compromiso, y creo a estas alturas que lo vamos a poder cumplir. Por tanto, la ciudad de Zaragoza, como gran motor de Aragón, es un elemento fundamental que queremos activar para que sirva, para que actúe de locomotora en el conjunto del territorio.
Esos...
El señor PRESIDENTE: Le ruego que concluya, señor Iglesias, por favor.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): … son algunos de los proyectos que considero más importantes -termino ya, presidente-, para que ustedes tengan la tranquilidad de que a mitad de esta legislatura estamos en condiciones de transmitir a la cámara que creemos hoy que estos grandes proyectos podremos desarrollarlos.
Y dejo para el final un proyecto más espectacular, que es el de la Expo de Zaragoza 2008. No es un proyecto exclusivamente de este Gobierno pero es un proyecto de Aragón en el que este Gobierno y la comunidad autónoma participan plenamente y que nos permitirá que todo el mundo, durante unos meses del año 2008, esté pendiente de Aragón y que Aragón pueda estar en el concierto nacional, se pueda observar nuestra realidad, que en ese momento será una realidad que habrá emergido ya definitivamente, será una realidad pujante, será una economía que habrá crecido y que seguirá creciendo y una demografía que habrá crecido y seguirá creciendo con un objetivo que hemos fijado de que, alrededor del año veinte, Aragón pueda tener dos millones de habitantes, que es nuestro objetivo fundamental.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente del Gobierno.
Señor Cristóbal, tiene la palabra para el turno de réplica.
El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Señor presidente. Señoras y señores diputados.
Que usted, señor Iglesias, nos diga que a mitad de la legislatura nos narra los aconteceres que nos ha narrado para que estemos tranquilos, pues, bueno, es una muestra de preocupación que nosotros agradecemos en lo que vale. Ha terminado usted diciendo que, aunque no es obra exclusiva, ni mucho menos, del Gobierno de Aragón -ni, cronológicamente, el Gobierno de Aragón la inició ni el Ayuntamiento de Zaragoza con los actuales regidores puso en marcha la iniciativa, sino que fueron otros colores y otras personas-… Pues es bueno, es bueno que se comprometa usted con esa Expo 2008, en la que, obviamente, cualquier aragonés y cualquier zaragozano se tiene que sentir copartícipe.
Pero me venía a la cabeza cuando le oía, señor Iglesias, algo que leía esta misma mañana. Esta misma mañana, en una columna de un periodista de un periódico zaragozano, estaba haciendo una referencia a la Expo 2008, precisamente, y decía que no acaba de ver el dinamismo adecuado, que no acaba de ver la velocidad precisa, que no acaba de ver el entusiasmo, que no acaba de ver... no sé cuántas cosas, y empezaba a buscar responsables y responsabilidades e iba mencionando a una serie de personas. Y a usted no le mencionaba… bueno, le menciona pero le menciona de una forma sui géneris, dice: al presidente Iglesias no le voy a considerar culpable ni responsable, porque no sé si es un presidente virtual o real, o real o virtual. No lo invento yo, lo dice una columna de un periódico zaragozano: no sé si es un presidente real o virtual.
Y eso me ha pasado a mí esta vez esta mañana una vez más con usted, señor presidente: que yo, cuando usted sale a esta tribuna y empieza a contarnos estos cuentos de la abuelita, de que todo va bien, de que todos somos buenos, de que todos nos queremos, de que todos nos abrazamos, de que el futuro no puede ser mejor, de que todo va sobre ruedas, de que todo está bien encarrilado, no sé si me está hablando de un Aragón real o de un Aragón virtual, y no sé si me está hablando un presidente real o un presidente virtual.
Porque, claro, señor Iglesias, usted decía al comienzo de su intervención que usted no ha aprovechado -y eso sí que me ha dejado preocupado- esta tribuna para sacarnos los colores -no ha sido exactamente la expresión pero eso quería decir- a la oposición -y, concretamente, al Partido Popular- por el desastre que hicimos en materia del Plan hidrológico nacional y del trasvase. Bueno, pues, si usted no ha aprovechado eso, lo disimula bien porque usted, cada una de las veces que sale a esta tribuna, recuerda la batalla del trasvase, el triunfo, la derogación del trasvase, y, obviamente, se está refiriendo a nosotros… a lo mejor para tutelarnos (nosotros, los pobres, que apoyamos eso y que hemos quedado derrotados…)… Pues, para que vean ustedes la magnanimidad del presidente, el presidente no se ensaña.
Señor Iglesias, no es que usted se ensañe: se ha ensañado a plenitud durante tres años y se ha seguido ensañando actualmente. Y, si alguien no tenía que ensañarse en este tema era usted precisamente porque sabe -y lo hemos dicho dos mil veces y no volveremos a esa materia- que usted tiene en esa materia el tejado de vidrio, y, si había alguien que no debía ensañarse en esa materia era precisamente usted, que fue adalid de la posición que hoy nos atribuye a nosotros, y que nos trata con conmiseración diciendo: pobres hombres y mujeres del PP, que se embarcaron en esa aventura… En una aventura en la que usted estuvo, y tan gozosamente, hasta que cambiaron las circunstancias y encontró con el señor Biel el filón electoral, político-electoral, que podía suponer el oponerse al trasvase.
Mire, señor Iglesias, yo le preguntaba concretamente sobre ese planteamiento filosófico-político, al que no me ha respondido, de que en qué nos quedamos en Aragón concretamente: ¿en grandes debates, porque tenemos grandes proyectos -y usted ha anunciado unos cuantos-, o en grandes proyectos sin debate? Y eso es lo que yo quiero saber. Lo que yo quiero saber, cuando salga aquí a esta tribuna, es si estoy legitimado o no estoy legitimado para debatir, para polemizar, para contender sin que me saquen los colores de decir: oiga usted, no debata sobre esto porque esto es un tema que concierne… no diré al interés estatal porque no somos Estado ni al interés nacional porque no somos nación, con permiso de la CHA, sino al interés de nuestro territorio, no debata sobre esto porque está poniendo en peligro un interés común. Eso es lo que yo querría saber, señor Iglesias: si aquí se puede hablar de grandes proyectos, debatir sobre grandes proyectos, o no se debe hablar sobre grandes proyectos porque entonces ponemos en peligro las esencias, los intereses, la conveniencia, los objetivos de la región aragonesa.
Y sabe usted que eso no puede ser, señor Iglesias, que no debe ser porque, si algo caracteriza al régimen de libertades, al régimen de gobierno libre, es el debate. La democracia ha sido definida como el gobierno mediante la discusión. Sin discusión, se haga lo que se haga -y los regímenes dictatoriales se han encargado de hacer todas las obras faraónicas del mundo-, no vale nada. Sin discusión, sin contraste, sin tomar en cuenta el punto de vista del otro, sin polemizar, sin debatir, lo que se haga, sea lo que sea, no vale absolutamente nada, porque la quintaesencia de la democracia es el debate, es el contraste, es, en definitiva, el compromiso, ni siquiera la imposición de la mayoría, ni siquiera la decisión de la mayoría, sino el compromiso, el concierto entre un gobierno que envía proyectos y una oposición que los combate, que se opone, que debate sobre ellos pero que llega a algún tipo de compromiso.
Señor Iglesias, le quedan dos años de legislatura, esperemos por el bien de Aragón que sean dos años fructíferos, pero yo le quiero decir una cosa. Soy viejo observador de la cosa política, algo he visto y, desde luego, no me huele bien. No me huele bien porque usted decía al comienzo de su intervención: es que usted se está especializando en hacerme el seguimiento. Yo no, ¿cómo me voy a especializar en hacerle el seguimiento a usted? Yo soy un miembro modesto de la oposición y mi deber fundamental es contemplar lo que usted hace, usted y su Gobierno, y marcar lo que yo considere que deben ser críticas, lo que deben ser señalamientos, lo que deben ser puntualizaciones. Entre otras cosas, señor Iglesias, porque para hacerle a usted el seguimiento habría que ser un Baquedano bastante particular porque usted es sinuoso, hace grandes meandros, ahora que está de moda el meandro de Ranillas, y en algunos momentos incluso desaparece. Entonces, hacer el seguimiento a un presidente del Gobierno que hace grandes quiebros en su marcha y que en determinados momentos se esfuma, desaparece y no se vuelve a saber de el es más difícil de lo que parece.
Porque, señor Iglesias, un presidente real y no meramente virtual es el que no evade los debates, el que entra a las cuestiones, el que dilucida los temas con la profundidad que sea preciso y, sobre todo, el que no se esconde en determinados momentos. Y nosotros, en esta cámara, a pesar de que usted dice que es el presidente que más sale, estamos acostumbrados a que se esconda con demasiada frecuencia y a que no presente batalla a los temas que se le plantean.
Hoy hemos tenido el ejemplo de que usted nos ha vuelto a contar el cuento de la abuelita, el cuento de la logística, esa famosa logística… que yo, cuando lo oigo, la verdad es que no sé a qué carta quedarme, señor Iglesias, porque la logística es como la estrategia en las operaciones militares: ningún gran ejército ha podido subsistir sin un Estado Mayor, y el Estado Mayor es el que planifica las operaciones y el que diseña la estrategia. Pero todos los grandes fracasos de los grandes ejércitos han sido siempre por exceso de estrategia, porque había excesivas cabezas, excesivos pensantes, excesivos von Clausewitz, excesivos clásicos de la estrategia que diseñaron tantas estrategias que la perdieron en la táctica, lo perdieron en el campo de batalla.
El señor PRESIDENTE: Por favor, señor Cristóbal, le ruego que concluya.
El señor diputado CRISTÓBAL MONTES: Termino.
Cuando le oigo hablar de logística, me da la impresión de la misma: un presidente ejecutivo, un presidente al pie de los problemas, un presidente que se enfrente a las realidades y que trate de solucionar necesidades concretas, escudarse en la logística, como usted hace una vez sí y otra también cada día, me suena un poco a esos viejos estrategas, a esos viejos generales de los estados mayores que se llenaban la cabeza, que llenaban las reuniones de grandes estrategias que después se quedaban en humo de pajas en la realidad, en el campo de batalla. Y un presidente, guardadas las distancias, donde tiene que demostrar su valía, donde tiene que demostrar su coraje, donde tiene que demostrar su rasmia y donde tiene que demostrar su valor no es en los gabinetes de estrategia, no es en los gabinetes de logística, es en la política real, en la política del día a día, en los pequeños problemas, en los problemas reales y no en las grandes elucubraciones de la logística. La logística da para todo y no da para nada.
Le recuerdo -y con esto termino, señor presidente- que hubo un gran presidente francés que se llamaba Clemenceau, es autor de pensamientos y, además, era general, le llamaban «el tigre Clemenceau», el tigre Clemenceau dijo en una ocasión que los generales sabían mucho -y el era general-, que los generales eran unos grandes estrategas, que los generales eran capaces de plasmar sobre el papel todos los planes y todas las líneas de defensa -recuerden la famosa línea Maginot en Francia- pero que la guerra era una cosa suficientemente seria e importante como para no dejarla en manos de los generales.
Pues a veces usted me da la impresión de que la política de Aragón es algo lo suficientemente serio como para no dejarla en manos de la logística, en cuyas manos usted parece que quiere exclusivamente dejarla.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
El señor Iglesias puede utilizar el turno de dúplica. Tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señor Cristóbal.
No sé si lo decía Clemenceau pero, en cualquier caso, en lo que no puedo estar de acuerdo es en que el exceso de estrategia haga perder las batallas. Puedo estar de acuerdo en el exceso de estrategas pero yo no creo que el exceso de estrategia sea malo no para ganar las batallas en el sentido figurado de lo nuestro, que es para solucionar, para resolver nuestros problemas.
Mire, a su preocupación fundamental, que es si los grandes proyectos requieren grandes debates, yo le digo que sí, estoy de acuerdo con usted, los grandes proyectos y los pequeños. Es decir, un régimen de libertades -también en esto coincido con usted- es un régimen de debate. Por tanto, no nos debe asustar... yo no sé dónde lo he dicho pero, si lo he dicho así literalmente, es una soberbia barbaridad, por tanto, me contradigo a mí mismo, que no recuerdo haberlo dicho, yo no recuerdo haber dicho que determinados proyectos, por importantes que sean o por lo importantes que son, no requieren debates.
Y creo que el ejemplo de este último año en Aragón, cuando han emergido los grandes proyectos de la Expo, o cuando han emergido los grandes proyectos de desarrollo de la distribución y la logística, o cuando han emergido los grandes proyectos de la nieve, o cuando han emergido los grandes proyectos de la reforma de nuestros hospitales... Yo leo los periódicos todos los días y veo que son debates que están en las primeras páginas de los periódicos, sobre los que opinamos los políticos, sobre los que explicamos quienes estamos en la mayoría y en el Gobierno y sobre los que opina la oposición.
También estoy con usted en que la misión de la oposición es hacer un seguimiento del Gobierno. Mire, yo estoy en el Partido Socialista pero antes soy demócrata, por tanto, estoy absolutamente convencido de que un gobierno que no tuviera un seguimiento de precisión de la oposición sería un gobierno que terminaría siendo un fiasco. Por tanto, estoy totalmente de acuerdo. Cuando usted habla de mis cualidades de aparición y desaparición, como si fuera la virgen de Lourdes... Bueno, ahí no llego, señor Cristóbal, yo ahí no llego, yo no soy virtual, le aseguro que no soy virtual. Tendré todos mis defectos, que, sin duda, son muchos -no los voy a explicitar aquí pero sin duda son muchos-, pero entre mis virtudes no está la de aparecer y desaparecer. Por tanto, yo estoy ahí, hago el trabajo, intento dedicarme al cien por cien a mi trabajo, intento que los proyectos salgan adelante, intento animarlos cuando los tenemos decididos, y no tengo ningún inconveniente en debatir sobre ellos, debatir sobre los grandes proyectos, que no es solo la logística. La logística posiblemente sea el más maduro, el más avanzado, el que nos permitirá una gran transformación de nuestro tejido industrial, con una nueva manera de actuar en la economía, que es nueva, que solamente la entendían hasta ahora los militares, la gente consideraba que la logística era una especialidad exclusiva de los militares y, sin embargo, hoy es una responsabilidad y es una cuestión que afecta al conjunto de la economía. Y yo creo, con muchos expertos, que es una de las llaves, que es uno de los estrangulamientos de la nueva economía.
Pero no nos hemos dedicado solo a la logística, la logística es una parte pequeña de nuestro proyecto, nuestro proyecto va más allá, yo he hablado aquí de lo importante y lo trascendente que es para la Comunidad Autónoma de Aragón que saquemos partido a la nueva organización política de nuestra comunidad. La nueva organización política que supone desde las comarcas, desde el reconocimiento de que la gente de nuestros pueblos y de nuestras ciudades cabecera de comarca pueden tener iniciativas, y, si los estimulamos, pueden apoyar de una manera evidente uno de los objetivos fundamentales de Aragón, que es mantener vivo y mantener activo nuestro territorio, de tal suerte que el crecimiento que ya tenemos no se produzca solo en la ciudad de Zaragoza, sino que seamos capaces con nuestros proyectos de hacerlo atractivo también para nuestras comarcas.
La distribución comarcal, afortunadamente, es un proyecto, señor Cristóbal, que hemos apoyado todos y les pido que sigamos apoyándolo todos. Y he hecho referencia a lo que es el momento de Aragón, que para todos debe ser muy importante, un momento en el que Aragón puede salir, podemos salir, insisto, todos, no este Gobierno y esta mayoría: podemos salir de ser una comunidad anodina y prescindible y ser una comunidad emergente, conformarnos en una comunidad emergente, una comunidad que cuenta, una comunidad que crece, una comunidad que se tiene en cuenta en el concurso nacional.
Y, por eso, también hemos tenido que hacer la reflexión de cuál era el papel de Aragón, que, dentro de la línea que usted orientaba (hacer política no es solo hacer puentes y hacer plataformas logísticas), totalmente de acuerdo también: hacer política es saber dónde estamos, saber qué papel juega esta pieza del conjunto de España y del conjunto de Europa que es Aragón. Y creo que hemos hecho un análisis correcto: nosotros tenemos que convencer al conjunto de España de la importancia -y en eso estamos trabajando, es otra línea estratégica fundamental de nuestro Gobierno- de la importancia decisiva del crecimiento de Aragón como pieza de seguridad en el norte de este país.
He dicho quiénes son nuestros vecinos, y precisamente porque sé muy bien quiénes son nuestros vecinos y cuáles son las tendencias en algunos de nuestros vecinos, Aragón es cada vez una pieza de más valor, pero hemos de ser capaces, señor Cristóbal, no solo de reconocerlo nosotros aquí, en este parlamento, en donde todos estamos de acuerdo -en esto, creo yo-, sino de que nos lo reconozcan. Y ahí estará uno de los éxitos de nuestra política o de esta etapa de la política que nos ha tocado gestionar a nosotros: en que el conjunto de España, el Estado español, reconozca la importancia, la trascendencia definitiva de Aragón como pieza de seguridad en el norte.
Por lo tanto, la apuesta por el crecimiento y la apuesta por que aquí pasen las infraestructuras fundamentales. Sin ese convencimiento, si no somos capaces de profundizar en ese convencimiento, primero, nuestro, pero, después, del reconocimiento de los demás, de nuestra posición, será muy difícil, sería muy difícil que nosotros pudiéramos conseguir que Aragón fuera la comunidad emergente que pretendemos.
Claro, la contraposición... Cuando hemos hablado de Zaragoza como gran locomotora, claro que hemos dicho que aspiramos a que la capital de Aragón pase de ser esa imagen que tuvo en los años setenta, cuando se hablaba de Zaragoza contra Aragón, a ser la gran locomotora, la gran pieza, la gran apuesta de una comunidad autónoma que, por otra parte, no quiere ser solo una ciudad rodeada de desiertos, sino que quiere ser una gran ciudad rodeada de un espacio vivo, de un espacio dinámico, de un espacio habitado.
Muchas gracias. [Aplausos desde los escaños del G.P. Socialista.]
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente del Gobierno.
Vamos a iniciar el turno de los restantes grupos parlamentarios, que pueden formular preguntas, observaciones, etcétera.
Tiene la palabra, en primer lugar, el señor Barrena.
El señor diputado BARRENA SALCES: Gracias, señor presidente.
Señor Iglesias, yo no voy a elucubrar ni me voy a perder en batallas. Y voy a intentar aprovechar el tiempo, que es para lo creo que estamos aquí. Por lo tanto, después de alguna que otra digresión que hemos visto ya esta mañana, yo preferiría centrarme en lo que ha sido el objeto de la comparecencia, que yo creía que era para de verdad desgranar un poco lo que vamos a querer hacer o lo que vamos a plantearnos.
Yo me sitúo en el análisis de que estamos a mitad de legislatura, por lo tanto, recuerdo sus compromisos del discurso de investidura, recuerdo el debate del estado de la comunidad y trato de situarme en el momento actual. Usted ha empleado otra vez la fórmula de que lo que estamos haciendo es crecer más y de que lo que ahora tenemos que hacer es crecer mejor. Yo estoy de acuerdo con usted. Entonces, le sitúo en lo que son problemas que, desde nuestro punto de vista, comparte Izquierda Unida con muchos ciudadanos y ciudadanas de Aragón. Y nos vamos al último barómetro, y, mire usted, sale entre las primeras preocupaciones la del empleo, no la del paro, que sabemos que las cifras de paro en esta comunidad autónoma están por encima de la media, pero sí que se preocupan por el empleo. Tienen empleo pero están preocupados y preocupadas por el: por la calidad, por la temporalidad, por el salario, por los expedientes de regulación de empleo, por las deslocalizaciones. Tienen preocupación por el empleo, nosotros también, lo hemos dicho ya más de una vez. Queremos que ese crecimiento que está consiguiendo Aragón repercuta en una mayor garantía de la calidad y de la estabilidad en el empleo. Y para eso no sabemos muy bien qué medida hay, porque estamos viendo la evolución del mercado laboral.
Servicios. Mire usted, el otro día salía con preocupación como los ciudadanos y ciudadanas se quejan de falta de servicios en el entorno de Zaragoza y su área metropolitana: no llega el transporte, los centros de salud tienen problemas, las plazas escolares tienen problemas. Particularmente desde Izquierda Unida, pensamos que ese crecimiento tan exagerado del desarrollo urbanístico que se está produciendo en Zaragoza y su entorno no va acompañado de un diseño, de un dimensionamiento y de una planificación de lo que son los servicios públicos que la ciudadanía va a tener, tiene derecho a pedir y que, por lo tanto, quiere exigir.
Por lo tanto, a nosotros nos gustaría saber también cómo se casa ese crecimiento que está teniendo Aragón con esa mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas y cómo en estos lugares, donde empiezan a aflorar toda esta serie de problemas, los vamos a resolver. Sobre todo porque usted sabe -y tenemos todavía pendiente alguna explicación en este sentido- como, tras resolverse la huelga que estaba amenazando a la sanidad con relación a los servicios, en relación con la sostenibilidad del servicio público, nos habrá oído decir aquí qué otras repercusiones va a tener eso y como, cuando estamos viendo que la ciudadanía empieza a ver este tipo de problemas en donde más se concentra la población -y ya no le voy a hablar del medio rural-, pues, entonces, ahí nos gustaría también saber cómo se va a abordar.
Esto entronca clarísimamente con el problema de las comunicaciones, que, bueno, después hablaremos del PEIT, hablaremos de otra serie de cosas, pero nos parece que sería otra cuestión. ¿Por qué? Porque, con relación a las comunicaciones, habíamos cifrado, Izquierda Unida también, muchas expectativas con lo que nos iba a deparar la Expo, sobre todo porque, gracias a la Expo -y recordará que siempre lo hemos dicho también desde esta tribuna-, creíamos que iba a ser el pretexto para que infraestructuras de comunicación y transportes largamente prometidas y comprometidas con Aragón se iban a empezar a resolver y se iban a empezar a solucionar. Pues estamos a dos años de la Expo y la verdad es que vemos que en ese tema se ha avanzado todavía muy poco. Y sí que oímos y sabemos y se nos dice que no nos preocupemos, que todo estará a tiempo y en su momento. Pero todavía no hemos visto los proyectos, e incluso -y usted lo sabe porque ha sido una pregunta de este diputado- nos preocupa en qué va a parar incluso el desarrollo del convenio del AVE, porque es que todavía no sabemos en qué va a parar, y ni siquiera sabemos cómo y de qué manera se van a cuajar la cantidad de cosas que había colgadas de el.
Por lo tanto, a nosotros nos gustaría bajar, dejar de irnos fuera y decir clara y concretamente, en la mitad de legislatura, en estos temas, que son importantes, básicos y fundamentales para los ciudadanos y ciudadanas de Aragón y para el desarrollo de Aragón, cómo y de qué manera están a mitad de legislatura y cómo vamos a llegar a final de legislatura con ello.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor diputado.
El representante del Grupo Parlamentario Aragonés. Su portavoz, el señor Allué, tiene la palabra.
El señor diputado ALLUÉ SUS: Gracias, presidente.
(Perdón, que lleva uno un catarro...)
A ver por dónde empiezo. En principio llevaba idea de hacer unas reflexiones. Obviamente, las voy a cambiar, gracias a las reflexiones del señor Cristóbal. Aunque, aprovechando que aquí salía el presidente del gobierno... Han perdido la oportunidad los señores del Partido Popular. Cuando quieran hacer la interpelación a la solicitud de comparecencia el señor Alcalde o el señor Suárez, luego no saldrá el señor presidente, y la liaremos.
Señor Cristóbal: con todos los respetos, yo siempre he pensado que, desde que soy parlamentario, una de las cosas que más he admirado en usted es salir a esta tribuna siempre sin papeles. Hay algunos buenos y excelentes parlamentarios en esta cámara que salen sin papeles. Usted es uno de ellos, pero hoy he tenido la sensación de que usted tenía que haber salido con algún papel aquí, un guión, porque creo que al final usted se ha perdido. Luego le ha puesto difícil la respuesta al presidente, porque yo no creo que supiera muy bien hacia dónde debía de contestar, y nos ha hecho perdernos un poco a todos, como siempre, con respecto a lo que dice la solicitud de comparecencia, o cualquier interpelación, que cierto es que usted nos tiene acostumbrados a que, cuando usted interpela sobre algo, luego habla de lo que le da la gana. Y, bueno, en cierto modo, también saldremos aquí a decir lo que creamos oportuno, pero algo me daba, desde luego a mí, en la nariz de que no íbamos a hablar realmente de la filosofía de los grandes proyectos que el Gobierno de Aragón pueda tener hasta el final de la legislatura. Grandes proyectos que, en cierto modo, vienen reflejados, desde luego, en el discurso de investidura del señor Iglesias, y también en el último debate sobre el estado de la comunidad, en septiembre de 2004, donde hizo además el señor Iglesias una propuesta de casi cuarenta compromisos. Y de esos cuarenta compromisos yo creo que se pueden extraer también buena parte de proyectos que van a continuar hasta el final de la legislatura.
Un debate donde se habló de cuestiones importantes; que yo creo que, si usted se lee ese debate, podría, en cierto modo, tener también cierta contestación con respecto a lo que usted hoy demandaba aquí; que, insisto, no hemos tenido -yo, al menos-..., este portavoz no ha tenido muy claro hacia dónde quería conducirnos: si hacia el debate con proyecto, proyecto sin debate, terminando incluso hablando del ejército...
Yo solo haré tres puntualizaciones sobre cuestiones importantes. Desde nuestro grupo parlamentario, nuestro partido, yo creo que, cuando se hace un debate de estas características, podemos traer el debate sobre el peso específico que tiene esta comunidad autónoma en el conjunto del Estado. Nosotros a eso le damos un valor sustancial, fundamental: ¿qué peso específico tenemos? Porque, desde luego, no creemos que tengamos el peso, la influencia, que desearíamos para esta comunidad autónoma, y el peso específico que Aragón debería de tener en cuanto a su situación geoestratégica en el norte, en el noroeste, y como región transfronteriza, que nos damos cuenta de que no tenemos el peso específico que deseamos. Porque esas cuestiones, que son tan fundamentales e importantes para esta comunidad autónoma, no son tratadas como cuestiones de estado, para que puedan, de una vez por todas, hacerse una realidad.
Yo creo que eso es fundamental, y en la situación, y en lo que es el debate del peso específico que esta comunidad autónoma pueda tener en el conjunto del estado, pues entrarían grandes debates y grandes proyectos necesarios para conseguirlo.
Me viene al pelo lo que ayer ocurrió en Aragón: en Ejea y después en Zaragoza. Tuvimos la visita de la ministra. Ayer hubo un compromiso serio por parte del gobierno central con respecto a una obra emblemática: Yesa. Y hubo plazos y compromisos. Eso nunca lo habíamos tenido esta comunidad autónoma. Yo creo que es un buen momento también para hacer referencia a eso. Sobre todo porque ha sido no por una labor exclusiva del gobierno; pero el gobierno ha propiciado un acuerdo, ha propiciado un acuerdo, ha habido una Comisión del Agua donde han hecho un esfuerzo todos, pero ha habido alguien que ha propiciado ese acuerdo. Yo creo que debe resaltarse aquí. Como en esta tribuna estamos para hacer política, pues, obviamente, bueno será decir que ha sido el gobierno y el Departamento de Medio Ambiente, con su consejero a la cabeza, quienes al final han propiciado la posibilidad de que todos hayamos hecho un esfuerzo, en menor o mayor medida, para conseguir que esto vaya adelante.
Y, con respecto al tema del trasvase, usted le imputaba, señor Cristóbal, al señor Iglesias que en muchas ocasiones sigue citando el tema del trasvase, y me temo mucho que lo vamos a tener que seguir haciendo, lo vamos a tener que seguir haciendo, y, desde luego, mientras el PAR, el Partido Aragonés, tenga responsabilidades de gobierno, o, si no las tuviese sería lo mismo, obviamente, tendremos que tener mecanismos de alerta frente a cualquier amenaza del trasvase. Recientemente, el señor Rajoy, el presidente de su partido, en las fallas del Valencia, junto con el señor Camps y la señora Rita Barberá, hacía referencia a que, bueno, el trasvase no solo era un error, sino que era un acto absolutamente desleal y desproporcionado contra el arco mediterráneo, y dijo textualmente que, «si yo llego a ser presidente del gobierno, instauraré de nuevo el trasvase del Ebro».
Ante las declaraciones del principal partido de la oposición, ante las declaraciones del presidente (o del secretario general) del principal partido de la oposición, que un día puede gobernar España, ante este tipo de declaraciones, obviamente, el Gobierno de Aragón y su presidente tendrán que tener siempre mecanismos de alerta necesarios para poder atajar cualquier amenaza que pueda venir del trasvase, venga de donde venga. Y, si viene, desde luego, del señor Rajoy, pues, lógicamente, con más razón.
Nada más, y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Ahora es el turno de Chunta Aragonesista.
El señor Fuster, en su nombre, tiene la palabra.
El señor diputado FUSTER SANTALIESTRA: Gracias, señorías. Gracias, señor presidente.
Yo me quedaré de todo este debate con una última frase, que, seguramente, es la única que en profundidad comparto: se ha dicho que la política de Aragón es una cosa muy seria, es una cosa seria. Lo digo porque, a veces, en esta misma cámara y por los mismos actores, se ha dicho lo contrario, o se ha dado a entender que aquí se hablaba de cosas poco serias. Aunque ciertamente hoy no ha sido el mejor ejemplo de hacer las cosas bien, salvo esta afirmación.
Curiosamente, se le acusa al presidente de irse por las ramas o de hacer grandes elucubraciones, de hablar a humo de pajas, y resulta que hoy ha sido justo al contrario: yo he visto grandes elucubraciones, hablar a humo de pajas, y a un presidente haciendo un esfuerzo por intentar hablar de grandes proyectos.
Pero, claro, ¿cuál era el debate entonces? Yo, ante las dudas que la iniciativa me generaba, miré qué dice el Reglamento, el artículo 177, y dice que esta comparecencia ante el Pleno será para informar sobre un asunto determinado. Ya llevo aquí más de una hora intentando determinar cuál era realmente el asunto, y no acabo de hacerlo -ya perdonarán sus señorías (y con todos los respetos) que a uno no le llegue para tanto-. ¿Cuál es el asunto determinado?: ¿ver si se puede debatir de los grandes proyectos y hacer grandes debates, o, por ser grandes proyectos, ya no puede haber grandes debates, porque tenemos que arrimar todos el hombro, y no puede haberlos? ¿Ese era el objeto de la iniciativa?
Bien, pues, por si fuera ese, si ese fuera el objeto de la comparecencia, yo diré que los grandes debates y los grandes proyectos van unidos; que los grandes proyectos requieren grandes debates, y eso no es óbice ni obstáculo para que podamos ponernos de acuerdo y avancemos todos en una misma dirección. Sobre todo cuando estamos de acuerdo, señorías, porque si estamos de acuerdo en algo podemos hacer grandes debates, pero no para discrepar. Si estamos de acuerdo, será para avanzar, para recalcar o resaltar la importancia del proyecto, y no para hacer, precisamente, las grandes elucubraciones o para no hablar a humo de pajas.
Pero yo entiendo que no debería ser ese, realmente, el fondo del debate. Yo, de hecho, pensaba que íbamos a hablar de esos grandes proyectos: no solo de asfalto y de hormigón, sino de grandes proyectos para el conjunto de la comunidad, y por eso quería fijar la posición de mi grupo al respecto, diciendo cuáles son realmente esos grandes proyectos para la comunidad. Pues, lo primero que deberíamos hacer es, una vez salvado (provisionalmente, como bien ha dicho el portavoz anterior) el asunto del trasvase, determinar cuál era el asunto fundamental, al menos para esta legislatura.
Pues, precisamente, el asunto fundamental son las grandes infraestructuras, las inversiones en equipamientos y en mejorar las condiciones para el desarrollo y para la calidad de vida de los ciudadanos. Ese es el reto que está planteado encima de la mesa; ese es el reto del que estamos hablando, creo que en distintas ocasiones (sin ir más lejos, dentro de dos o tres puntos del orden del día hablaremos de las grandes infraestructuras estatales en Aragón), porque realmente sí que es esa una cuestión crucial y fundamental para Aragón, más allá de los propios proyectos del Gobierno de Aragón. Que yo entiendo que no era hoy el día que tocaba hablar especialmente de ellos, porque cada mes de septiembre, si las fechas no nos fallan, tenemos un debate sobre política general (llamado por otros «sobre el estado de la comunidad» o «de la región»), que permite precisamente evaluar el nivel de cumplimiento de esos compromisos, cómo van las cosas, cómo están las cosas en el país, y si se están cumpliendo o no los anuncios, los compromisos del propio presidente del gobierno, desde su investidura y desde el debate anterior. Por tanto, eso creo que lo haremos en el mes de septiembre.
Si hemos de hablar de proyectos, yo diría que más allá de los propios proyectos del Gobierno de Aragón, de Plaza, de Platea, de Walqa, de Dinópolis, de las viviendas, de todos esos compromisos, que se están llevando adelante con consenso y con apoyo de todos los grupos parlamentarios (y, por tanto, proyectos que no solo son del gobierno, sino que son del conjunto de las instituciones aragonesas), más allá de esos, si algún asunto hay pendiente y hay que resolver y afrontar especialmente, es precisamente el de las grandes infraestructuras de comunicación, de transporte, estatales, pero en Aragón: de competencia estatal en su ejecución, pero sobre las que en Aragón hay mucho que decir.
Y a eso es a lo que, precisamente, vamos a dedicar uno de los puntos del orden del día de hoy. Así que, con todos los respetos, yo no sabía si salir exactamente a fijar la posición de nuestro grupo, a decir cuáles son los grandes proyectos para nosotros, cuáles son los del Gobierno de Aragón que no se cumplen, o quedarme con lo positivo. Y lo positivo es que, por primera vez, después de dedicar años, incluso parte de décadas, a luchar contra proyectos agresivos y expoliadores de Aragón como eran los proyectos de trasvases o de sucesivos planes hidrológicos, podemos luchar en positivo, podemos trabajar para conseguir objetivos en favor del desarrollo de Aragón, objetivos loables, objetivos como las infraestructuras, objetivos como la Expo 2008, como proyectos del Estado en Aragón, que nos afectan y que son determinantes para nuestro desarrollo, y que van a ser determinantes para el desarrollo y para el bienestar de nuestros ciudadanos.
Creo que eso es lo importante, que esa es la oportunidad y que eso es un cambio cualitativo que ha sucedido con el cambio, especialmente, en esta legislatura, aunque no tenemos garantizado que no tengamos que volver a debatir en otras legislaturas de amenazas, de agresiones o de expolios a nuestro territorio. Pero ya que en esta tenemos garantizado que no, aprovechemos para hablar en positivo, aprovechemos para hablar de esos grandes proyectos, para hablar de esos grandes asuntos que tenemos aparcados, en los que no se ha invertido, que no se han llevado adelante, que no han podido ser realidad, porque ahora tenemos una gran oportunidad, entre todos, de intentar sacarlos adelante. Con esa parte positiva de este debate es con la que se queda Chunta Aragonesista.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Turno del Grupo Socialista.
Su portavoz, el señor Franco, tiene la palabra.
El señor diputado FRANCO SANGIL: Gracias, señor presidente.
Señor presidente del gobierno: usted ha dicho hoy aquí que Aragón debe crecer más y crecer mejor. Y, evidentemente, para una finalidad que lleva diciendo desde la investidura del año noventa y nueve, la pasada investidura del año 2003, y en el discurso del debate sobre el estado de la comunidad autónoma: para hacer un Argón moderno; para hacer un Aragón que crezca, que se desarrolle, pero que no solamente se desarrolle en cuestiones económicas, sino también institucionales y, evidentemente, sociales. Sociales porque las medidas que estaba haciendo el Gobierno de Aragón, no solamente en cuestión de grandes obras, sino de grandes proyectos, conllevan también medidas de tipo social, que precisamente favorecen la convivencia, el crecimiento y el desarrollo de lo que supone una estabilidad en la sociedad y de lo que supone una estabilidad que crece y que confía en el gobierno que la regenta.
Los grandes proyectos requieren de acuerdos y de consensos. Los grandes proyectos requieren del esfuerzo de todos. Y eso creo que hoy lo han entendido los ciudadanos, que dieron el respaldo y la estabilidad a un gobierno y que propiciaron la repetición del presidente del gobierno. Y que, por lo tanto, reconocieron no solamente el esfuerzo de lo que se estaba haciendo, sino que vislumbraron la posibilidad del desarrollo que este gobierno está propiciando. Desarrollo que, evidentemente, se ha dado también en grandes proyectos institucionales.
Pero los ciudadanos no solamente son conscientes del desarrollo de tipo económico, sino que también se han dado cuenta de que la estabilidad del gobierno está favoreciendo su propia confianza y sus propias expectativas.
Lo han reconocido los ciudadanos, señor presidente. Y yo entiendo que hoy también aquí se ha reconocido por todos los grupo de este parlamento. Porque yo quiero agradecer al Partido Popular la iniciativa que solicitó, la iniciativa que solicitaba esta comparecencia. Y, evidentemente, en el discurso del señor Cristóbal, no ha habido más que una defensa de lo que son los debates, que es importante, y, además, yo le agradezco una defensa de lo que es la democracia, que es mucho más importante y que yo le agradezco. Y lo demás, bueno, no ha sido ni siquiera poner en cuestión ningún proyecto. Por lo tanto, si no se pone en cuestión ningún proyecto, yo entiendo que lo demás era recoger la posición del Partido Popular en torno a unos estereotipos claros de que si estás, no estás, de que si eres virtual o no eres virtual. Pero, en definitiva, yo agradezco la intervención del señor Cristóbal, porque, en definitiva, lo que hace es respaldar los grandes proyectos, y en definitiva, hacerlo desde lo que es el acuerdo, de lo que es el consenso y, en definitiva, de lo que es un proyecto democrático como el que aquí estamos hoy valorando y poniendo en positivo.
Por lo tanto, señor presidente, el Grupo Socialista le invita a seguir trabajando, desde su gobierno, para poder desarrollar Aragón, para hacerlo de una manera equilibrada, para hacerlo de una manera social y para que, evidentemente, los ciudadanos cada vez tengan más claro que un gobierno que crea proyectos, que los desarrolla, y que eso beneficia a todos y cada uno de ellos, es bueno, no solamente para el PSOE, no solamente para el PAR, no solamente para los demás grupos de la cámara, sino, sobre todo, para los aragoneses, que son, en definitiva, para los que, en los grandes proyectos, deben trabajar.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor diputado.
Señor Iglesias, ¿desea responder a los grupos?
Pues tiene la palabra.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU): Señor presidente. Señorías.
No saben lo que les agradezco el tono del debate, porque cuando hablamos de grandes proyectos, y sin ninguna necesidad de obviar los debates (son inherentes, como todos ustedes han concluido, a los grandes proyectos), es muy importante lo que se ha manifestado aquí y se viene manifestando: que los proyectos importantes cuentan con el apoyo de todos los representantes aragoneses. Eso es muy importante.
Eso es muy importante para el gobierno, pero -lo que a mí me importa más- es muy importante para Aragón, para nuestra comunidad, que es nuestro compromiso y nuestra preocupación permanente, no de los que estamos aquí, sino de todos. Y, en ese sentido, voy a contestar con la brevedad de esta interpelación a algunas cuestiones que han planteado los portavoces.
En primer lugar, el señor Barrena, de Izquierda Unida, tiene la preocupación de si crecemos y creamos empleo, la preocupación es el empleo estable.
Sin duda es uno de los elementos con los que estamos intentando luchar, fundamentalmente, a través del Acuerdo Económico y Social. En el último acuerdo que hemos hecho, con sindicatos y empresarios, uno de los elementos que hemos planteado como prioritario era la estabilidad en el empleo, que no nos satisface. El gobierno no está satisfecho, porque hay, todavía, mucho empleo en precario. Es verdad que estamos en una situación prácticamente de pleno empleo, pero somos conscientes, en el gobierno, de que nuestra batalla tiene que ser por el empleo estable.
La segunda cuestión que hemos planteado en esos acuerdos con empresarios y sindicatos es el problema del empleo en la mujer. Esos dos son los elementos respecto al empleo. Y el tercero es la seguridad.
En esas tres líneas, hemos avanzado, y ustedes lo conocen bien porque tienen una relación profunda con el mundo laboral. Son nuestras preocupaciones, son los compromisos que tenemos en el acuerdo económico y social, y por ahí es por donde queremos avanzar.
El problema de los transportes que usted plantea es uno de los elementos que queremos desarrollar. Somos bien conscientes de que el crecimiento de Zaragoza y de su área de influencia necesita resolver los transportes y, sobre todo, los transportes en el área metropolitana. Ese es uno de los objetivos que tenemos para encarrilar. No lo terminaremos. Queremos empezarlo en esta legislatura. Lo terminaremos cuando se pueda. Y, posiblemente, le tocará a quien tenga la responsabilidad de seguir gobernando. Pero, en esta legislatura, queremos dejar encajado el proyecto de todo el conjunto de los transportes en el área metropolitana. Y es un compromiso que estamos consolidando, como consecuencia del desarrollo de la llegada de la alta velocidad a Zaragoza y de un proyecto muy importante para esta ciudad, y para la comunidad autónoma, que fue el proyecto de Zaragoza alta velocidad que firmamos con el gobierno anterior y con el Ayuntamiento de Zaragoza anterior. Es decir, a cada cual lo suyo. Pero queremos desarrollarlo, nos toca desarrollarlo, y, en torno a ese gran proyecto, tenemos que resolver los problemas de movilidad, que no solo afectan a la ciudad, sino que afectan al área metropolitana. Creo que será un proyecto que dejaremos encajado, encarrilado, en esta legislatura.
El portavoz del PAR ha vuelto a plantear el problema fundamental del trasvase y la preocupación por unas declaraciones del presidente del Partido Popular, que, evidentemente, ha hecho unas declaraciones que nos preocupan, sobre las que estaremos vigilantes. Pero yo no quiero ir más allá, es decir, el Gobierno de Aragón estará vigilante sobre estas cuestiones. Lógicamente, estará vigilante la opinión pública y estará vigilante la opinión publicada. Y espero que, poco a poco, también el Grupo Popular nos eche una mano, porque yo sé que para ellos es incómoda esa situación, y que tienen también una responsabilidad en explicar a su propio grupo lo que aquí es un problema. Y estoy seguro, además, de que lo hacen.
El señor Fuster planteaba cuál era el objetivo de este debate. Y yo entiendo, señor Fuster, que es un debate un poco complicado. Porque, fíjense ustedes, yo he llegado esta mañana aquí, y no sabía si intervenir o no intervenir. ¡De verdad se lo digo! Pero yo he visto que iban ustedes a plantear el debate no sobre los grandes proyectos de Aragón, que me parece que es lógico que los explique yo, sino sobre si el presidente sube o no sube a la tribuna.
Yo creo saber cuáles son los grandes proyectos y las grandes líneas estratégicas de Aragón. Las explico cada vez que ustedes me requieran, y estoy dispuesto a subir a la tribuna cada vez que ustedes me requieran. Pero lo lógico de estos debates -yo entiendo- para todos los grupos es que los hagamos cuando tocan. Y cuando toca es cuando los grupos de la oposición, o el grupo que no es interpelante, me pueda contestar y podamos entablar un diálogo, una dialéctica, mucho más viva. Yo así lo creo. Pero, si ustedes me plantean subir a la tribuna -les repito-, sabiendo que el Reglamento nos permite que el vicepresidente, o que cualquier otro consejero, pueda subir a hacer esta explicación que he hecho yo hoy aquí, yo lo que quiero evitar es que se plantee el debate sobre por qué no sube el presidente del gobierno a la tribuna.
Y, en ese sentido, le quiero aclarar esta posición al portavoz de la Chunta. Él se preocupaba porque es el momento de las grandes infraestructuras. Es verdad. Este es el momento en el que tenemos que aprovechar muchas cosas para resolver problemas de grandes infraestructuras que todavía nos quedan por resolver. Es decir, nos queda por llegar al Mediterráneo en alta velocidad, nos queda resolver los problemas de los cinturones de Zaragoza, nos queda el proyecto de la Expo, nada más y nada menos que el gran proyecto de la Expo, y, aparejado al proyecto de la Expo, resolver el tema de las riberas, de los ríos de Zaragoza, de los tres ríos, más el canal, y toda el área de la estación, que será la gran área moderna, la nueva puerta de entrada a Zaragoza, con la alta velocidad, cuando Zaragoza sea el centro de un polígono, de alrededor de veinte millones de habitantes (nada más y nada menos), que tendremos a una hora de nuestra ciudad.
Por tanto, soy muy consciente de todos esos proyectos -no hablo solo de logística- y de que tenemos que aprovechar el momento para resolver todos esos grandes proyectos.
En este momento, señor Fuster, si me pregunta usted dónde veo yo hoy una cuestión que todavía no está suficientemente enjaretada -permítame la expresión-, es en nuestras comunicaciones con Francia. Lo demás yo creo razonablemente Aragón lo resolverá en muy pocos años. Algunos proyectos los resolveremos en esta legislatura. Por ejemplo, llegar al Levante a través de Teruel. Eso lo resolveremos en esta legislatura. Pero yo creo, sinceramente, que nuestra piedra de toque va a ser justamente el saber convencer al gobierno francés de la importancia del desbloqueo de nuestra conexión con el norte. Que no solo es hacer las variantes de Urdués o de cualquiera de los pueblos del Pirineo francés, no es solo eso. Yo creo, sinceramente, que esa es una primera etapa en la que estamos ahora trabajando, pero sinceramente creo que Aragón no se sentirá cómodo con el norte hasta que tengamos una gran comunicación por ferrocarril y con túnel a baja cota, que nos permita enlazar un área tan atractiva para nosotros como es el área de Toulouse, el área tecnológicamente más avanzada de Europa, con la ciudad de Zaragoza, a través de Huesca.
Yo creo que esa es nuestra gran tarea de esta legislatura, de la segunda parte de esta legislatura, en la que les aseguro que estamos trabajando profundamente, intensamente, seriamente, en conseguir que nuestros vecinos se convenzan también de que no solo es necesario, imprescindible para Aragón, sino que es imprescindible para ellos, el poder tener una gran conexión de seguridad, especializada también en el transporte, conectada con la gran plataforma de Zaragoza, de Huesca y de Teruel, y que podamos contar con un Pirineo no bloqueado, sino plenamente capaz de conectarnos con Europa.
Esa es, señor Bernal, nuestra preocupación más importante en este momento. Porque no quiero entrar en otras cuestiones de tamaño menor. Es verdad que este debate no da para eso. Por tanto, permítanme que no entre en los temas de la sanidad, de la educación, que no entre en los temas de otro tipo de proyectos, como los parques tecnológicos, como el desarrollo de Dinópolis, como el desarrollo del turismo, que, evidentemente, este debate no es para eso.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias.
El señor diputado ALCALDE SÁNCHEZ [desde el escaño]: Señor presidente, en virtud del artículo 85, mi grupo parlamentario ha sido aludido por el señor presidente. Ha hecho un juicio de valor, y, como contempla el artículo 85.1, le pido un turno por alusiones. [Murmullos.]
El señor PRESIDENTE: Señor Alcalde, como el artículo que usted referencia empieza «a juicio del presidente», le comunico que mi juicio es que las alusiones no justifican darle la palabra. Lo siento.
Señor presidente del gobierno.
El señor presidente del Gobierno de Aragón (IGLESIAS RICOU) [desde el escaño]: Simplemente, si hay alguna alusión, la retiro para no crear ninguna polémica.
El señor PRESIDENTE: No ha sido apreciada por esta presidencia, y, por tanto, creo que no ha lugar. Sinceramente, no le veo ninguna posibilidad de aplicar el artículo citado.